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CURSO : BIOQUIMICA II
SECCION : A
INTEGRANTES :
Trujillo – Perú
2018
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TRANSDUCCION SENSORIAL EN LA VISTA
LA RODOPSINA - LA FOTOTRANSDUCCIÓN
Los bastones, que contienen rodopsina, son los responsables de la visión en condiciones
de baja luminosidad, presentando un pico de mayor sensibilidad hacia la longitud de onda
de 500 nm (luz verde azulada).1
Los conos por su parte contienen tres tipos diferentes de opsinas. Una con mayor
sensibilidad para las longitudes de onda largas (luz roja), otra que es sensible a las
longitudes de onda media (luz verde) y otra con mayor sensibilidad a las longitudes de
onda cortas (luz azul). Los conos son la base de la percepción en color.1
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Ciclo Visual Rodopsina-Retina y Excitación de los Bastones
El segmento externo del bastón que se extiende hasta la capa pigmentaria de la retina,
tiene una concentración aproximada al 40% del pigmento fotosensible
denominado rodopsina o púrpura visual. Esta sustancia se compone de una combinación
de la proteína escotopsina y del pigmento carotenoide retinal. Además esta forma
deretinal, es de un tipo determinado, denominado 11-cis retinal. Esta forma cis del retinal
es importante porque se trata de la única que o puede unirse a la escotopsina para sintetizar
la rodopsina. Cuando la rodopsina absorbe la energía lumínica, este pigmento se
descompone en billonésimas de segundo. La causa reside en la fotoactivación de los
electrones de la fracción retinal de la rodopsina, que determina un cambio instantáneo de
la forma cis a la forma toda-trans que conserva la misma estructura química que la forma
cis, pero con una estructura física distinta: se trata de una molécula recta en lugar de una
molécula doblada. Como la orientación tridimensional del los sitios de reacción de todo-
trans retinal ya no se ajusta a los sitios de reacción de la proteína escotopsina, aquél
comienza a separarse de la escotopsina. El producto inmediato es la batorrodopsina, una
combinación parcialmente disociada del todo-trans retinal y la escotopsina.2
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La batorrodopsina es sumamente inestable y se descompone en nanosegundo
en lumirrodopsina. Ésta, a su vez, se decompone en microsegundo en metarrodopsina I;
a continuación, en un milisegundo aproximadamente forma metarrodopsina II y, por
último, mucho más lentamente (en segundos), se descomponeen los productos
completamente disociados: 2
escotopsina.
Todo-trans retinal.
La metarrodopsina II, también llamada rodopsina activa, es la que introduce los cambios
eléctricos de los bastones que transmite después la imagen visual al sistema nervioso
central. La primera etapa de la regeneración de la rodopsina consiste en la reconversión
del todo-trans retinal en 11-cis retinal.2
Este proceso requiere energía metabólica y está catalizada por la enzima retinal
isomerasa. Una vez formado el 11-cis retinal, se recombina automáticamente con
la escotopsina para volver a formar rodopsina, la cual permanece estable hasta que la
absorción de energía lumínica vuelve a desencadenar su descomposición.2
Existe una segunda vía química mediante la cual el todo-trans retinal se convierte en 11-
cis retinal. Consiste en la conversión de todo-trans retinal primero en todo-trans
retinol que es una forma de la vitamina A. Después, de todo- trans retinol se transforma
en 11-cis retinol por la influencia de la enzima isomerasa; y, por último, el 11-cis
retinol se convierte en 11- cis retinal que se combina con la escotopsina para formar
nueva rodopsina. La vitamina A está presente tanto en el citoplasma de las bastones como
en el epitelio pigmentario de la retina; en consecuencia, en condiciones normales siempre
se encuentra disponible para formar nuevo retinal cuando se necesita por el contrario,
cuando la cantidad de retinalen la retina resulta excesiva, el sobrante se convierte de
nuevo en vitamina A, con lo que disminuye la cantidad de pigmento fotosensible de la
retina. Esta interconversión entre el retinal y la vitamina A contribuye de modo especial
a la adaptación a largo plazo de la retina a las diferentes intensidades de luz.2
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FOTOTRANSDUCCIÓN
Por tanto cesa la entrada de sodio y el fotorreceptor se hiperpolariza, con lo que deja de
liberar el neurotransmisor.
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para recuperarse después de la iluminación, teniendo un importante papel regulador en
los fenómenos de adaptación a las condiciones de luz/oscuridad.2
MECANISMO DE LA VISIÓN
La absorción de la luz por los pigmentos visuales desencadena una serie de eventos
intracelulares que finalmente conduce a un cambio en el flujo de iones (principalmente
de Na+) a través de canales presentes en la membrana de los fotorreceptores, lo que a su
vez modifica su potencial de membrana. En este apartado examinaremos con cierto
detalle cómo se producen los eventos bioquímicos responsables y cómo éstos son
controlados por los estímulos luminosos. Para ello utilizaremos como ejemplo el
pigmento visual presente en los bastones, la rodopsina. Conversión de la rodopsina a
metarrodopsina II por efecto de la luz (16). Como se señaló antes, la función principal del
fotorreceptor es convertir la energía luminosa en energía eléctrica. El evento fotoquímico
inicial en la transducción visual es la absorción de un fotón por la rodopsina. Este proceso
resulta en una isomerización muy rápida del ll-cis-retinal a la forma todo-trans-retinal,
utilizando la energía luminosa. La formación de la batorrodopsina, el primer
intermediario, ocurre en pico segundos (10-12s), mientras que los cambios
conformacionales subsecuentes ocurren más lentamente, en la escala de nanosegundos
(10-9 s) a segundos y son de tipo inestables, se forma un compuesto semiestable
denominado metarrodopsina II que es la forma de la rodopsina que origina la siguiente
etapa de la fototransducción. Así, la conversión del ll-cis-retinal a todo-trans-retinal es la
única fase de la percepción visual que depende estrictamente de la luz. El ciclo metabólico
del pigmento se completa cuando los retinoides utilizados difunden a las células del
epitelio pigmentado de la retina, donde el todo-trans-retinal es reisomerizado a ll-cis-
retinal. Activación de proteínas G y de la fosfodiesterasa de GMPC . El monofosfato
cíclico de guanosina (GMPC) pertenece a los llamados segundos mensajeros, moléculas
capaces de transferir información dentro de las células. La cantidad de GMPc presente en
el interior celular está determinada por la acción de dos enzimas: la guanilil ciclasa que
lo forma a partir de GTP (trifosfato de guanosina), y la fosfodiesterasa de GMCc, que lo
convierte a la forma inactiva, no cíclica. Los estímulos luminosos inducen la acción de la
fosfodiesterasa de GMPc y controlan así su concentración en los fotorreceptores . La
rodopsina pertenece a la familia de proteínas que pueden activar a las proteínas que unen
nucleótidos de guanina o proteínas G, y existe una proteína G particular denominada
transducina, en contacto con la rodopsina. El cambio conformacional de la rodopsina
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inducido por la luz origina la activación de la transducina, que se une a GTP y se disocia
en dos complejos, la subunidad a unida al GTP (a-GTP) y el complejo BG. La subunidad
a-GTP de la transducina se une a la subunidad reguladora de la fosfodiesterasa de GMPc
(subunidad g), lo que conduce a la activación de la enzima, y por acción de ésta a la
degradación del GMPc, resultando en una disminución significativa de su concentración
en el interior del fotorreceptor (figura 6). Los canales de sodio de los fotorreceptores se
cierran al disminuir el GMPC .3
Para responder a esta pregunta tenemos que referimos a la situación que se da en ausencia
de estímulos luminosos. Los fotorreceptores poseen canales de Na+ que son activados
directamente por el GMPc. En la oscuridad la concentración de GMPc que se alcanza en
el interior de los fotorreceptores (a 2 mM) es suficiente para mantener abiertos los canales
de Na+. Dado que la concentración de Na+ es mucho mayor en el exterior que en el
interior de las células, se origina por lo tanto una entrada significativa de iones de Na+.
Este influjo de iones origina una corriente de cargas positivas, denominada corriente de
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oscuridad que lleva el potencial de membrana del fotorreceptor a un valor cercano a -40
mV, más positivo que el presentado en reposo por las neuronas (-70 mV), lo que se conoce
como despolarización (10-16). La despolarización de la membrana permite la apertura de
otro tipo de canales, los canales de Ca2+ activados por voltaje. La entrada de iones de
Ca2+, favorecida por el gradiente electroquímico existente, permite la liberación por
exocitosis del neurotransmisor presente en los fotorreceptores, y que parece ser el ácido
glutámico, si bien el ácido aspártico puede estar presente en pequeñas cantidades. Así, en
la oscuridad los fotorreceptores liberan continuamente glutamato hacia los receptores
presentes en las células bipolares de la retina. La activación de estos receptores provoca
la generación de potenciales de acción que son conducidos a las terminales nerviosas de
las células bipolares donde producen la liberación de su neurotransmisor y la excitación
del siguiente tipo de células, las células ganglionares, las cuales conducen la información
sináptica hacia el nervio óptico y a través de éste a otras regiones del cerebro.3
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denominadas células M, tienen conducción alta, se proyectan tanto al cuerpo geniculado
lateral, en las capas magnocelulares, como a los colículos, y participan en la captación de
estímulos en movimiento; las células W, que tienen una conducción lenta, y proyectan
sólo a los colículos superiores, sus respuestas sólo se dan por cambios en los niveles de
luminancia. Se ha sugerido que las células Y y Z expresan la melanopsina, la cual es
requerida para llevar a cabo sus funciones (vía estriada o indirecta del sistema visual).
Aunque la forma como participa la melanopsina aún se desconoce, se ha propuesto que
actúa como una fotoisomerasa que regenera un pigmento aún desconocido que está
presente en las células ganglionares. Los potenciales de acción generados en las células
ganglionares son entonces transmitidos por el nervio óptico a tres áreas del cerebro: al
tálamo, al colículo superior y a la región pretectal. Así, la sucesión de eventos de luz y
oscuridad se transmite de la retina al cerebro como un patrón de potenciales de acción, en
el que la ausencia de estímulos luminosos se representa por actividad eléctrica neuronal
y la luz corresponde a los periodos en que no se observan potenciales de acción.
Funcionalmente el fenómeno visual se lleva a cabo mediante dos sistemas:
2. El estriado (vía indirecta) que se vincula con la motilidad ocular para la localización
de estímulos y la captación de niveles de luminosidad a través de la actividad pupilar .3
Mientras que la información que llega al colículo superior y a la región pretectal sirve
para controlar los reflejos pupilares y los movimientos oculares de acomodación, la
información sináptica que se dirige al tálamo es procesada en el núcleo geniculado lateral
y es enviada a su vez a la corteza visual primaria, responsable de la integración de la
información y de su resultado final, la visión. La percepción de un objeto sólo puede
obtenerse por un gran número de estímulos luminosos de características diferentes en
términos de intensidad y de duración. Estos estímulos son analizados y separados en sus
componentes básicos a nivel del receptor primario. Los sistemas sensoriales abstraen la
percepción y la representan en el cerebro mediante la detección de sus patrones de
generación de potenciales de acción. Finalmente, las regiones de la corteza cerebral
encargadas de la percepción interactúan entre ellas para reconstruir los componentes del
o de los estímulos y generar así la percepción consciente del objeto.3
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TRANSDUCCION SENSORIAL EN EL OLFATO
La anatomía del sistema olfatorio es bastante parecida en todos los vertebrados. La parte
de la nariz, exterior, sólo sirve para recibir y canalizar el aire que contiene las moléculas
olorosas. La percepción se inicia en los receptores que se encuentran en la parte profunda
de la cavidad nasal.4
Las células receptoras olfatorias se encuentran en una fina lámina que constituye el
epitelio olfatorio. Las células receptoras son células nerviosas bipolares, procedentes
originalmente del SNC. Se diferencian durante la vida fetal a partir de células basales
precursoras y este proceso continúa durante toda la vida adulta. Las células en desarrollo
envían sus dendritas desde el soma hasta la superficie epitelial (recubierta de mucus) y
sus axones (finos y amielínicos) hacia el bulbo olfatorio, localizado en la parte inferior
del lóbulo frontal cerebral. Después de 60 días de vida media, degeneran y son
fagocitadas. Las células receptoras olfativas son las únicas neuronas conocidas que sufren
un recambio continuo a lo largo de la vida adulta.4
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Estimulación de las células olfatorias.
Los cilios de las células receptoras de la cavidad nasal son el lugar donde se produce la
transducción olfatoria. Los receptores olfatorios están acoplados a proteínas G de
membrana. La transducción incluye normalmente al enzima adenilato ciclasa, que
cuando es activado por la proteína G produce un incremento en la concentración
intracelular de AMPc. Dicho incremento abre canales catiónicos selectivos,
despolarizando la célula receptora. Otras vías de transducción parecen utilizar el inositol
trifosfato (IP3) como segundo mensajero con la consiguiente entrada de iones Ca+2 en
las neuronas olfatorias. Los potenciales de acción generados son transportados a lo largo
de los axones hasta el bulbo olfatorio del cerebro. 5
¿Qué ocurre a nivel molecular para que seamos capaces de discriminar entre miles
de olores diferentes?
Se ha identificado una gran familia de proteínas (más de 1000) que se expresan sólo en
las células receptoras olfatorias. Cada célula receptora individual expresa sólo una, o muy
pocas, de estas proteínas, lo que les confiere una gran especificidad de estímulo. En el
bulbo olfatorio, los axones procedentes de células receptoras que expresan una proteína
receptora particular establecen sinapsis en una, o muy pocas, agrupaciones de neuronas
denominadas glomérulo. A pesar de que un glomérulo dado recibe información de
aproximadamente dos mil células olfatorias diferentes, cada una de estas células contiene
el mismo tipo de molécula receptora. Así, hay tantos tipos de glomérulos como tipos de
moléculas receptoras. Además, la localización de los tipos particulares de glomérulos
(definidos por el tipo de receptor que les envía información) parece ser la misma en cada
uno de los bulbos olfatorios de un animal determinado e incluso sería el mismo de un
animal a otro.5
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¿Cómo podemos utilizar un número relativamente bajo de receptores (hemos dicho
que se han encontrado hasta el momento unas 1000 proteínas receptoras distintas)
para detectar tantos olores diferentes (más de diez mil en la especie humana)?
La respuesta es que un olor particular se une a más de un receptor. Más aún, se une a
algunos de estos receptores mejor que a otros. Así, debido a que un glomérulo dado recibe
información de un solo tipo de receptor, olores diferentes producen patrones de actividad
distintos en los diversos glomérulos. El reconocimiento de un olor particular es, pues, una
cuestión de reconocimiento de un patrón de actividad concreto en los glomérulos. El
reconocimiento químico se transforma en un reconocimiento espacial. 6
Las moléculas del olor en forma de vapor (compuestos químicos) que están
flotando en el aire llegan a las fosas nasales y se disuelven en las mucosidades que
se ubican en la parte superior de cada una de ellas.5
Debajo de las mucosidades se encuentran las células receptoras especializadas,
también llamadas neuronas receptoras del olfato, las cuales detectan los olores.5
Las neuronas receptoras del olfato transmiten la información a los bulbos
olfatorios que se encuentran en la parte de atrás de la nariz.5
Los bulbos olfatorios tienen receptores sensoriales que en realidad son parte del
cerebro y que envían mensajes directamente a los centros más primitivos del
cerebro, donde se estimulan las emociones y memorias (estructuras del sistema
límbico), así como a los centros “avanzados”, donde se modifican los
pensamientos conscientes (neocorteza).5
Estos centros cerebrales perciben los olores y tienen acceso a recuerdos que nos
traen a la memoria personas, lugares o situaciones relacionadas con esas
sensaciones olfativas.5
Finalmente, el epitelio olfativo tiene unas glándulas encargadas de segregar una
solución enzimática cuya misión es eliminar las moléculas olorosas que han
excitado las neuronas correspondientes, limpiando en cierto modo la mucosa
olfativa de las sustancias presentes en ella ya detectadas.5
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TRANSDUCCION SENSORIAL EN EL GUSTO
La sensopercepción gustativa es fundamental para la vida pues proporciona, entre otros
aspectos, la capacidad de percibir las sustancias que ingresan al organismo. La sensación
gustativa depende en primer término de la presencia de estructuras especializadas
llamadas botones gustativos, que en el ser humano se localizan principalmente en la
cavidad bucal. La odontología actual requiere del estudio del sentido del gusto,
considerando los estímulos, los quimiorreceptores, sus mecanismos de transducción y su
compleja conectividad, pues constituye un modelo que permite comprender como se
integran las diversas funciones que desarrolla el sistema estomatognático desde un nivel
molecular.7
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contienen α-gustducina, lo que indica la existencia de otras subunidades α de la proteína
G en la transducción del sabor amargo, como la transducina α y la Gi.9
AMARGO
El sabor amargo, al igual que el dulce, está producido casi en su totalidad por sustancias
orgánicas en vez de agentes químicos. Se piensa que son dos los tipos de sustancias que
producen fundamentalmente este sabor, los alcaloides y las sustancias orgánicas de
cadena larga que contienen nitrógeno. Se piensa que los receptores implicados en la
traducción del estímulo son similares a los del sabor dulce, aunque también se ha sugerido
que en la percepción del sabor amargo pueden intervenir canales iónicos y protónicos. El
conocimiento acerca de los mecanismos de producción de los sabores dulce y amargo aún
no está muy desarrollado pero se sabe que una sustancia puede cambiar su sabor de dulce
a salado con pequeños cambios en la estructura química.10
AGRIO
El sabor agrio está producido por ácidos. La intensidad de la sensación gustativa depende
de la concentración de hidrogeniones (H+). Cuanto más fuerte sea el ácido mayor es la
sensación. Los canales responsables de esta respuesta son canales de potasio voltaje
dependientes. El estímulo que producen los hidrogeniones bloquea estos canales con la
consiguiente despolarización celular por acúmulo de cargas positivas en su interior.10
SALADO
El sabor salado se debe a sales ionizadas. Aunque los aniones también contribuyen, los
principales responsables del sabor salado son los cationes de dichas sales. Los principales
canales implicados son los canales de sodio (Na+) no voltaje dependiente. También
existen canales catiónicos inespecíficos que puede atravesar el sodio. La mayor
concentración extracelular de sodio permitiría la entrada del mismo a través de estos
canales provocando así la despolarización de la membrana celular. Se ha demostrado que
la aplicación de amiloride (bloqueante de los canales de sodio) en la superficie lingual
disminuye la actividad nerviosa registrada ante la aplicación de un estímulo salado.10
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UMAMI
Gusto Umami. En los seres humanos existen solo dos aminoácidos que provocan la
sensación gustativa de umami: el glutamato monosodico y el aspartato. Las células
capaces de percibirlos expresan receptores T1R1 siempre asociados con T1R3
(T1R1+T1R3), encontrándose acoplados a proteína G, siendo catalogados como
receptores para L-aminoácidos. Esto ha sido demostrado usando ratones knock-out para
T1R1 y T1R3, los cuales no tienen la capacidad de responder a estas sustancias. Es
importante mencionar que tanto el gusto dulce como el umami poseen la característica de
agrado y aceptación al ser ingeridas, esto es explicado por el único receptor que tienen en
común, el T1R3, que brinda el carácter atractivo a estos alimentos.7
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REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
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https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3033292/pdf/pnas.201011508.p
df
10. Morales, J. ingo, E. Garcia, M. Fisiologia del gusto, Cavidad oral, Faringe,
Esofago. 2007: 4-5 [ citado el 2 de Nov. de 18] Disponible en:
http://seorl.net/PDF/Cavidad%20oral%20faringe%20esofago/069%20-
%20FISIOLOG%C3%8DA%20DEL%20GUSTO.pdf
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