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JUICIO DE COMPATIBILIDAD.

Como preámbulo al tema que nos convoca, cito por pertinente, las palabras
del maestro Juan Carlos Fernández Madrid, quien refiere: “La relación de las
normas del derecho del trabajo y otros sistemas normativos, puede ser de
supletoriedad o subsidiariedad cuando no exista una previsión normativa
laboral y deba acudirse a un ordenamiento diferente. Tal es el caso del
derecho común, supletorio o subsidiario del derecho del trabajo que se
relaciona con este último cuando no hay norma o la norma es insuficiente y
se encuentra una disposición compatible en la ley civil”. Sigue diciendo el
autor que “La norma o el sistema de normas laborales pueden
complementarse con otras normas del mismo sistema compatible. Por
ejemplo el régimen de los viajantes de comercio se integra con las
disposiciones de la Ley de Contrato de Trabajo en todo lo no legislado
expresamente por la ley 14.546. En términos más generales se da esta
relación de complementariedad en todos los casos en que el estatuto
especial deba acudir a normas compatibles de la LCT para llenar un vacío
del régimen especial. La ley general complementa a la ley especial en lo
compatible y no legislado por esta última”. Juan Carlos Fernández Madrid,
“Ley de Contrato de Trabajo – Comentada y anotada-“, Tomo I, Pág. 122, 2º
Ed. La Ley 2012.-

El Juicio de Compatibilidad previsto en el artículo 2º de la L.C.T. trata


las cuestiones referidas al ámbito de aplicación de las normas de la Ley de
Contrato de Trabajo “Ley General”, a las relaciones jurídicas en las
cuales rige plenamente Estatutos Particulares a los que denominamos “Leyes
Especiales” o en términos del artículo 2º L.C.T. “específico régimen
jurídico”, condicionando pero no excluyendo la aplicación de las primeras a
las relaciones regidas por las segundas a un procedimiento específico. Es
decir, estamos frente a un supuesto de concurrencia de normas de distintas
fuentes -art. 1º inciso a) y b) L.C.T.- sobre una determinada relación
jurídica contractual, para lo cual, paradójicamente la respuesta comienza a
vislumbrarse con una pregunta ¿Es aplicable la Ley de Contrato de Trabajo,
cuando una relación laboral se rige por normas estatutarias?, para ello
debemos recurrir a los términos del primer párrafo del artículo 2º que dice
“La vigencia de esta ley quedará condicionada a que la aplicación de sus
disposiciones resulte compatible con la naturaleza y modalidades de la
actividad de que se trate y con el específico régimen jurídico a que se halle
sujeta”.-

En relación a ello, advertimos de la mano de Carlos A. Etala que el


artículo no inicia su exposición y/o descripción de forma positiva en
relación a aquellas actividades o relaciones jurídicas que serán regidas
por la Ley General, más bien establece un método llamado JUICIO DE
COMPATIBILIDAD a los fines y efectos de determinar si la L.C.T. es
compatible y por ende aplicable a una relación jurídica contractual en la
cual rige una ley especial.-

Ahora bien, a diferencia del primer párrafo, el 2º es más claro en su


descripción y determina los trabajadores y relaciones jurídicas excluidas
de su ámbito de aplicación, y en torno a ello declara que “Las
disposiciones de esta ley no serán aplicables: a) A los dependientes de la
Administración Pública Nacional, Provincial o Municipal, (…)”, y ello es así
por cuanto la Ley de Contrato de Trabajo, en principio, no es fuente de
regulación de las relaciones de empleo público, en la cual el Estado –
Nacional, Provincial o Municipal- interviene como uno de los sujetos de la
relación jurídico-laboral, motivo por el cual la misma es regida por el
Derecho Administrativo.-

Pero puede suceder, que en determinadas relaciones jurídicas en que el


Estado sea parte contratante, la L.C.T. sea fuente de regulación de una
relación de empleo público, y ello viene dado por el propio inciso a) al
declarar que “excepto que por acto expreso se los incluya en la misma o en
el régimen de las convenciones colectivas de trabajo“. Es decir, que por
acto expreso, exteriorizado a través de una ley, decreto, etc. Declare
expresamente que una determinada relación de empleo público, se regirá en
lo sucesivo por normas jurídicas de la L.C.T. o CCT determinado.-
Que, un claro ejemplo de ello lo encontramos en los autos caratulados
“Madorrán, Marta Cristina c/ Administración Nacional de Aduanas s/
reincorporación”, en el cual la CSJN en fecha 3 de mayo de 2007, confirma
el fallo emitido por la Sala VI de la Cámara Nacional de Apelaciones del
Trabajo que había declarado nulo e inconstitucional el art. 7 inciso C) del
convenio colectivo 56/92 “E”, el cual declara que “La relación de empleo
entre la Administración Nacional de Aduanas y los trabajadores de la planta
permanente, implica el derecho de estos últimos -dentro del marco de este
Convenio a conservar el mismo. La relación de empleo se extinguirá: a) (…).
b) (…). c) Sin invocación de causa, mediante el pago de la indemnización
prevista en el artículo 245 de la Ley 20.744 (t.o. 1976), sustituido por la Ley
24.013. Asimismo, no se tendrán en cuenta los años de antigüedad ya
indemnizados por cualquier causa de cese de una relación de empleo
público anterior. El cese incausado del contrato laboral será precedido del
siguiente procedimiento: 1.1. Una actuación interna en la que se propicie el
cese ante la autoridad superior. 2.2. La intervención del Secretario de
Economía y del Secretario de Ingresos Públicos”, ordenándose en
consecuencia la reincorporación de la actora.-

La Corte, al igual que en autos autos “Vizzoti, Carlos Alberto c/ Amsa S.A.
s/ despido” sitúa como centro de la discusión al trabajador como sujeto de
preferente atención constitucional y en relación a ello, dice “…que nuestra
Ley Fundamental es una norma jurídica y que, en cuanto reconoce
derechos, lo hace para que éstos resulten efectivos y no ilusorios, sobre
todo cuando, como en el sub examine, está en discusión un derecho humano y
la “estabilidad del empleado público” expresada por el art. 14 bis es
cláusula operativa…” Conf. Considerando 10º.

“Que, a tales fines, cabe señalar que la concepción de la estabilidad del


empleado público introducida en el texto del art. 14 bis de la Constitución
implica la estabilidad en sentido propio que excluye, por principio, la
cesantía sin causa justificada y debido proceso, y cuya violación trae
consigo la nulidad de ésta y consiguiente reincorporación. (…)”. Conf.
Considerando 5º.-
“Que, conforme con lo expuesto, el art. 7 inc. C) del CCT, al consagrar la
estabilidad impropia, altera en el caso concreto la sustancia del régimen
del estabilidad propia antes referido y, de este modo, lo desnaturaliza y
en consecuencia, debe ser confirmada la sentencia apelada en cuanto declara
inconstitucional la mencionada disposición y condena a la Administración
Nacional de Aduanas a reincorporar a la actora”. Conf. Considerando 9º.-

Siguiendo con el estudio del artículo 2º párrafo 2º de la L.C.T.


encontramos que la misma declara ser inaplicable a “…b) Al personal de
casas particulares, sin perjuicio que las disposiciones de la presente ley
serán de aplicación en todo lo que resulte compatible y no se oponga a la
naturaleza y modalidades propias del régimen específico o cuando así se lo
disponga expresamente. (Inciso sustituido por art. 72 inc. a) de la Ley N°
26.844. Vigencia: de aplicación a todas las relaciones laborales alcanzadas
por este régimen al momento de su entrada en vigencia) c) A los
trabajadores agrarios, sin perjuicio que las disposiciones de la presente
ley serán de aplicación supletoria en todo lo que resulte compatible y no
se oponga a la naturaleza y modalidades propias del Régimen de Trabajo
Agrario. (Inciso sustituido por art. 104 de la Ley N° 26.727 B.O.
28/12/2011).-

Ingresando al análisis del primer párrafo del artículo 2º L.C.T y con ello
a lo medular del tema que nos convoca, dice Etala que “En el párrafo 1º de
este artículo se delimitan las relaciones entre la LCT (régimen general) y los
estatutos particulares (regímenes especiales)” Carlos Alberto Etala,
“Contrato de Trabajo”, Tomo I, Pág. 27, 6º Ed. Astrea 2008, pero es de
notar que si bien, el artículo no refiere expresamente a los estatutos
particulares hace referencia expresa al “específico régimen jurídico” y con
ello a las normas estatutarias, pues mal podría entenderse como referencia
a los CCT cuando las relaciones jurídicas entre esta fuente de regulación y
las leyes, se encuentran reguladas en los artículos 8º, 9º L.C.T. y 7º de
la Ley 14.250.-

En relación a ello, dice Fernández Madrid que “la L.C.T. es de carácter


general y como tal rige cualquier caso que no sea de excepción; cuando
existe un régimen estatutario o específico, en el caso que se pretenda la
aplicación del aludido régimen de contrato de trabajo lo primero que
corresponde es formular un juicio acerca de la compatibilidad que pueda
mediar entre el régimen resultante de dicha ley y el que surge del estatuto”
Juan Carlos Fernández Madrid, Ob. Cit. Tomo I, Pág. 127.-

El Juicio de compatibilidad es el procedimiento mediante el cual, el


operador jurídico determinara la aplicación o no, de las normas de la
L.C.T. a una relación jurídica regida por un estatuto particular, para lo
cual deberá realizar un DOBLE JUICIO DE COMPATIBILIDAD, uno FÁCTICO
realizado sobre la “naturaleza y modalidades de la actividad” y otro
JURÍDICO, el que recae en el “específico régimen jurídico”.-

En la actualidad se conoce la clasificación entre estatutos abiertos, los


cuales son permeables a las disposiciones de la ley general y estatutos
cerrados, los que impiden de modo categórico la aplicación de la LCT a la
relación estatutaria, tal y como sucedía con el antiguo régimen jurídico de
los empleados domésticos regidos por el Decreto-Ley Nº 326/56 y su Decreto
Reglamentario Nº 7979/56 (derogados por ley Nº 26.844).-

Debemos tener presente que el juicio de compatibilidad tanto fáctico como


jurídico se realiza sobre las instituciones jurídicas –extinción del
contrato, suspensión del contrato, remuneraciones, etc.- y mediante el
sistema de “CONGLOBAMIENTO POR INSTITUCIONES”, por el cual se comparan
instituciones, entendidas estas como “el conjunto funcional u orgánico
mínimo inescindible”.-

Con lo expuesto, la pregunta inicial ahora se refuerza con otros datos y


sería la siguiente, ¿es aplicable las disposiciones referentes al sistema
indemnizatorio de la L.C.T. por despido sin causa las relaciones jurídicas
contempladas por el estatuto del Obrero de la Construcción regido por la
ley especial Nº 22.250?

A los fines de contestar la pregunta anterior, debemos ponderar que “La


LCT no es aplicable si se trata de una institución contemplada de modo
diferente en el régimen estatutario (aún en términos menos favorables para
el trabajador), y no es compatible o, si ha sido expresa o tácitamente
excluida por él. Se aplica la LCT (…), cuando la institución de la ley general
no ha sido reglada por la ley especial y es compatible”. Juan Carlos
Fernández Madrid, Ob. Cit. Tomo I, Pág. 127/128.-

Dicho ello, debemos como primera medida estudiar con sentido crítico, el
sistema normativo del estatuto especial y determinar si en él existe alguna
disposición que de modo expreso o implícito excluya la aplicación de la Ley
General al instituto sobre el cual realizaremos el juicio de
compatibilidad.-

Dice el artículo 35 del estatuto del obrero de la construcción que “Las


disposiciones de esta ley son de orden público y excluyen las contenidas en
la Ley de Contrato de Trabajo en cuanto se refieran a aspectos de la
relación laboral contempladas en la presente ley. En lo demás, aquélla será
de aplicación en todo lo que resulte compatible y no se oponga a la
naturaleza y modalidades de este régimen jurídico específico”. Considerando
lo expuesto y en atención al sistema instituido por el régimen estatutario
en relación a la reparación tarifada por la extinción del vínculo, dice el
artículo 15 que “El Fondo de Cese Laboral vigente para el trabajador de la
industria de la construcción de todo el país se integra con un aporte
obligatorio a cargo del empleador, que deberá realizarlo mensualmente
desde el comienzo de la relación laboral. Durante el primer año de
prestación de servicios el aporte será el equivalente al doce por ciento
(12%) de la remuneración mensual, en dinero, que perciba el trabajador en
concepto de salarios básicos y adicionales establecidos en la convención
colectiva de trabajo de la actividad con más los incrementos que hayan sido
dispuestos por el Poder Ejecutivo Nacional en forma general o que hayan
sido concedidos por el empleador en forma voluntaria, sobre los salarios
básicos. A partir del año de antigüedad, dicho aporte será del ocho por
ciento (8%). (…).El sistema a que se refiere el presente artículo para el
trabajador de la industria de la construcción reemplaza al régimen de
preaviso y despido contemplados por la Ley de Contrato de Trabajo”.-
Con el caso testigo iniciamos el JUICIO DE COMPATIBILIDAD a los fines de
determinar si el régimen o sistema de preaviso e despido de la LCT se
aplican a los trabajadores regidos por la ley especial Nº 22.250 y
comenzando por el análisis del aspecto jurídico advertimos que, a tenor de
los artículos 35 y 15 de la ley especial, ésta excluye la aplicación de la
Ley General al instituto “INDEMNIZACION POR DESPIDO SIN CAUSA”. Es por
ello, ante el fracaso de superar el juicio analizado, deviene innecesaria e
improcedente el análisis de la cuestión fáctica, pues la LCT debe superar
ambos juicios de compatibilidad, o dicho de otra manera ambos juicios son
acumulativos para determinar la procedencia en la aplicación de la LCT
sobre las relaciones jurídicas regidas por el estatuto particular.-

No debe tenerse en cuenta los mayores beneficios que la aplicación de la


LCT pueda tener en comparación con el estatuto, pues aquí no se aplica la
norma más favorable o la condición más beneficiosa, en todo caso y ante
instituciones que consagren menores derecho que la LCT debe examinarse si
ello obedece a la naturaleza de la actividad de que se trata o meramente a
la época en que fue dictada la reglamentación respectiva, pues las
disposiciones de un estatuto profesional son aplicables aunque ellas mismas
resulten menos beneficiosas para el trabajador en relación a lo que
confiere sobre el mismo punto la LCT.-

Ejemplo para graficar lo expuesto. “Dos trabajadores (hermanos) ingresan a


prestar servicios en relación de dependencia el mismo día 01.12.2014, uno
como empleado en un supermercado (Cajero) y otro como obrero de la
construcción (Medio Oficial). Ambos tienen la misma jornada de labor, 8
horas diarias de lunes a viernes y perciben igual importe en concepto de
remuneración $ 8.500,00. Ambos trabajadores son despedidos el mismo día
02.03.2015 sin justa causa”.-

De ello surge lo siguiente: 1.- el obrero de la construcción en razón de


las normas estatutarias aludidas deberá percibir el importe depositado en
la cuenta bancaria a su nombre, bajo la denominación de “fondo de cese
laboral” el cual asciende a $ 3.060.00 (Cálculo: $ 8.500 % 12: $ 1.020 * 3:
$ 3.060.00). 2.- El empleado de comercio percibirá en razón del art. 245,
231/232 la suma de $ 17.000.-

Si bien el sistema indemnizatorio de la LCT es más beneficioso para el


trabajador, al existir un estatuto y al contemplar este de modo diferente a
la LCT el citado instituto, se aplica el régimen estatutario aun siendo
menos favorable al trabajador.-

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