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Marr$hall D. Sahlins
Azul Filosofia
Celeste: Ciencias IIterarias
Naranja: Ciencias
Oliva Biografia
Roja Geografia e Historia
Siena Arte
Verde Sociologia y IEconomía

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Agrupaciones tribales en Ia historia
y en Ia antropología

No ha mucho existía un mundo primitivo y otro civilizado. En


ciertas islas deI Pacífico, en Ias junglas de América del Sur y en
Ias praderas de Africa oriental, pueblos constituidos en tribus
seguían aún edificando versiones nuevas de un tipo de cultura que
en Europa pertenecía ya a una era olvidada. Pero hablar hoy deI
« mundo civilizado» dando a entender cierta oscuridad externa
primitiva, es hablar el lenguaje de Ia historia. La civilización mo-
derna no conoce Iírnites: aquellos curiosos pueblos situados fuera
del marco civilizado han sido atraídos a Ia esfera principal a 10
largo dei descubrimiento planetarjo realizado por Europa en 10s
últimos cuatro siglas. Una vez descubiertos fueron rápidamente
colonizados, bautizados y traurnat izados culturalmente: «acultu-
rados» es Ia palabra técnica.

Post rados en Ia sumisión ecuaaorial,


avenidos aI anacronismo culttrral,
construyeron- pueblos dada cf.e chatarra herrumbrosa ,
de plancha acanalada y averiaoos grifos.

Y ahora, tras haber mordido profundamente en Ia costurnbre


nativa, Ia civilización se perrniteel ttllljo de una digestión intelectual:
Ias primitivos son objeto de un vasto proceso antropológico. (Asi
Ia antropología, como observá cinicamente un médico aficionado, se
convierte en una labor de disección dei cadáver de una sociedad
primitiva por miembros de otra.)

II 11

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Auge y ocaso de Ia cultura tribal comunidades neolíticas a 10 largo de Eurasia, desde Irlanda hasta
Indonesia. En el Nuevo Mundo Ia domesticación de 10s alimentos
Si el mundo actual pertenece a Estados nacionales que pueden comenzó algo más tarde que en el Antiguo: el proelucto principal
proceder a su albeelrío, ele modo similar hace miles ele anos se del neolítico americano, el rnaíz, parece haber sido cultivado por
elividió en asociaciones tribales. La expànsión ele Ia civilización mo- vez primera hacia el 5000 a. ele J. C. en América central. Tras un
elerna se ha comparado a una triunfal historia evoJutiva: el naci- período de lenta gestación, Ia cultura neolítica se extendió amplia
miento, Ia extensión y Ia diversificación de un tipo avanzado, que y rápielamente; en tiempos de Jesucristo se hallaba dist ribuida
comporta el desplazamiento ele tipos primitivos. Pero eI escenario desde el Peru hasta el suroeste americano.
se había creado antes, en un período prehistórico, durante Ia tran- En 10 dicho nos hemos permitido formular algunas hipótesis
sición dei paleolítico aI neolítico, con ventaja entonces para Ia atrevidas. Hemos enlazado pueblos y culturas tribales con técnicas
cultura tribal y elesplazamiento del destino de los cazadores y re- de producción neolíticas, corno si éstas se acomodaran necesaria-
colectores indígenas. En el impulso dado por Ia agricultura y Ia mente a adelantos evolutivos que están más allá de Ias capacidades
economía neolíticas, los pueblos tribales pasaron a dominar buena culturales de los cazadores. Una de Ias tareas de este Iibro ha de
parte dei globo. La vida dei cazador se convirtió bruscamente en consistir erí clarificar estas ecuaciones y distinciones evolutivas;
una estrategia marginal. o, mejor aún, suministrar aIos estudiantes Ios conocirnientos su-
La historia ha queelado decidida por Ia fuerza económica. EUo ficientes para proceder a su crítica. Aquí tenemos, pues, un caveati
ocurre con tal regularidad, que sugiere Ia regia -o Ia «Iey», como mientras es verdad que Ia mayor parte de Ias miembros de tribus
algunos gustan llamarla=- según Ia cual el dominio cultural va ai son agricultores o pastores, y por eIlo descendientes del neolf tico,
predominio técnico: el tipo cultural que desarrolla más fuerza y en realidad no todos 10 sono Adernás, cabe dudar de que Ia cul tura
rnayores recursos en un espacio ambiental dado se extenderá en tribal naciera con Ia revolución neolítica; pudo haber surgido antes.
él a expensas de Ias culturas indígenas y rivales, Esta «Iey del. pre- Un complicado desarrollo de clanes y jefes, de un tipo que está más-'
dominio cultural» explica, de modo general, Ia historia dél triunfo allá de Ia cultura de Ios cazadores nórnadas, y un tipo que nos
tribaI neolítico. Los cazadores y recolectores, incapaces de crear Ia gustaría llamar «tr ibal», se originó en tiempos recientes entre Ios
mano de obra y Ia organización precisas para enfrentarse con los indios de Ia costa noroeste de América. Los kwakiutl, nootka,
regímenes neolíticos intrusivos, no pudieron defender los medios tsmishian y otras tribus dei noroeste americano, estuvieron tan no-
ambientes accesibles y fértiles de su mundo contra Ias agricultores tablemente organizadas como Ia mayor parte de los indios esta-
y pastores, a menos que los propios cazadores adoptaran Ia domes- blecidos aI norte ele México. Esto equivale a dar un ejernplo en
ticación, superando Ia condición paleolítica. En todo caso, una el que recolectores de alimentos, favorecidos allí con abundantes
vez el cultivo de} suelo y Ia economia agraria hicieron su aparición, recursos marítimos, han alcanzado, corno es sabido, el niveI cultural
no transcurrió mucho tiempo antes de que los recolectores itineran- media ele Ias comunidades neolíticas. Así pues, allí donde Ia natu-
tes de alimentos quedaran reducidos a márgenes inhóspitos y a in- raleza es excepcionalmente pródiga, los cazadores y recolectores
tersticios de un mapa neolítico mayor. En lugares aislados y en pueden superar Ias circunstancias culturales típicas de aquella
ámbitos geográficos remotos, tales como Ios desiertos, donde Ia modalidad econômica.' Y 10 mismo pueliera haber sucedido fácil-
recogida de alimentos proporciona rendimientos mayores de los que mente durante el último período deI paleolítico, acá y acullá.
suministrarían Ias técnicas neolíticas, pudo seguir subsistiendo el EI neolítico, por consiguiente, no gestó necesariamente Ia cultura
mundo paleolitico. Pero sólo como fenómeno histórico secundario. tríbal. Lo que hizo fue suministrar Ia tecnología deI domínio tribal.
Todo esta se produjo muy rapidamente, si se considera desde Las técnicas neoIíticas equipan a Ias sociedades para transfor-
Ia perspectiva total de Ia historia humana. Los primeros agricultores mar fecundamente sus medias ambientales. Las comunidades neo-
de que hay constancia arqueológica ocuparon bosques montuosos líticas no actúan en Ias mismas limitaciones naturales que Ias caza-
I y valles del Próximo Oriente, donde hombres dei neolítico parecen
I haberse desarrollado durante el período comprendido entre el I ELMAN R. SERVICE, The HUI1/ers, Prent ice-Hall, Englewood Cliffs, N. I;
10000 Y el 7000 a. de J. C. Hacia eB2000 antes de nuestra era hubo 1966.
I 12 13

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,I, doras: Ia domesticación de Ios alimentos permite a Ios agricultores
mantener grados relativamente altos de orden cultural en una
r:., variedad de habitats geográficos, mientras que los cazadores sólo
pueden hacerlo allf donde Ia naturaleza suministra abundante ali-
mento silvestre .. Así, mientras cabe Ia posibilidad de que algunas
sociedades cazadoras de Ia era paleohtíca favorablemente situadas
avanzaran hasta niveles tribales, un proceso general de Ia cultura
primitiva a escala pIanetaria hubo de aguardar hasta Ia revolución
neolítica. De manera semejante, Ia rnayor parte de Ias tribus de Ias
que trataremos en el presente Iibro son agricultoras y pastoralistas,
productoras de alimentos, aun cuando haya entre ellas cazadores,
pescadores y recolectores,
EI neolítico fue el dia histórico de Ias sociedades tribales. Pero
I cuando este día estaba alboreando eu Ias márgenes de Europa,
Asia y Ias Américas, el sol tribal se había eclipsado en regiones
I1 cruciaIes críticas. La civilización se estaba gestando ya en e] 3500
~I antes de Jesucristo en el Próximo Oriente, y tribus neolíticas eran

I reempIazadas progresivamente de igual modo que antes ellas ha-


bían reemplazado a Ios cazadores paleolíticos. Hacia el 2500 antes
de J esucristo Ia civiIización se habia desarrollado en eI valle deI
II 1. Tribus y regiones generales de culturas citadas en 105 capítulos que siguen:
Indo; hacia el 1500 a. de J. C. 10 había hecho en eI río Amarillo, 1, Abelarn. 2, Amahuaca. 3. Arapaho. 4, Asmat. 5, Azande. 6. Beduinos. 7. Busama.
de China, y hacia el 500 a. de J. C., en América centraly el Peru. 8, Cheyenne. 9, Chuckes. 10. Comanches. 11. Creek. 12. Crow. 13, Dobu. 14, Enga.
Fue un nuevo grupo dominante que creó sin interrupción nuevas 15, Fiji. 16. Fulani. 17. Gahuka-Garna. 18, Hanunoo. 19, Hawaianos. 20, Herero.

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1I
variedades mientras avanzaba, oponiéndose siempre aI tribalismo
indígena, y minándolo Incluso antes de que Europa iniciara Ia
21. Hopi. 22. Hotentotes. 23 Iban. 24. lroqueses. 25. Kalmucos (mongoles), 26, Kvro·
kíutl. 28. lamet.29, Lapones. 30, Manus. 31. Maoríes. 32. Masaí. 33, Monqoles.
34. Navajos. 35. Ncotka. 36. Tunguses septentrionales. 37. Nuer. 38, Ojibway. 39, S.•..x .
misión que se había asignado de dar ••nuevos mundos aI mundo», 40, Tahitianos. 41. Tallensi. 42. Tív. 43, To'arnbatta. 44, Tanga, 45. Trobriands.
digamos antes deI sigIo XVI, Ia distribucíon de Ia cultura tribaI 46. Tstrnshían. 47, Turkana. 48. Turkic (Kazalj). 49, Zuni
había sido seriamente cercenada. Quedaba reducida principalmente
a América septentrional al sur del Canadá y aI norte deI valle de
México, aI Caribe y Ia Amazonia, a ciertas partes de Africa de! sur
deI Sájara, al Asia interior y Siberia, Ias trastierras deI Asia suro-
ríental y Ias isIas de Ia cuenca deI Pacífico (fig. 1).
.'i Estas diversas regiones integran el mundo tribal de Ia antropo- Pero, desde Iuego, hay más que nostalgia de anticuario en este con-
logía cultural moderna. Tenernos aquí no prehistoria sino etno- vencionalismo: para fines comparativos se hace preciso caracterizar
graiia: testigos oculares dan cuenta de rribus como organismos en culturas primitivas aparte de Ias distorsiones introducidas por los
C. marcha. Cierto que 105 antropólogos -excepto cuando cobran in- europeos. Consiéntasenos, pues, esta manipulación romántica de
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·'····1·; terés por 10s cambios culturales recientes-- prefieren pensar que 10s Ia historia y sígasenos en nuestro enfoque de Ias agrupaciones trí-
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! nativos (salvajes) siguen existiendo en su estado prístino, o por 10 bales, del presente etnológico.
menos hablar de ellos como si vivieran en él. Adoptamos el con-
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vencionaIismo del «presente etnológícos aI tratar de Ios iroqueses
o 10s hawaianos tal como eran en tiempos deI descubrimiento
europeo; es decir, cuando eran «realmente» iroqueses y hawaianos.

14 15

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Tribus y civilizaciones: EI estado de cambio, Ia cotidiana violencia interna de Estados Unidos tiene
naturaleza y Ia naturaleza dei Estado pocos paralelismos en Ia historia o Ia etnografía. Pero política-
mente, Ia ciudadanía norteamericana difiere de Ia hopi en el hecho
Con esto queda rnanifiesto que durante eI tiempo que Ios hombres viven de que tiene «un poder común que atemoriza a todos», un G~-
sin una autoridad cornún que Ios atemorice a todos, se haIlan en Ia condición bierno que impide que nadIe tome Ia Iey en su mano, y aSI man-
liamada de hostilidad: y una hostilidad que es de todos contra todos.' l) Jiene"J.lr paz. TIiõUs tales como Ias hO)?lS carecen de autorid~?
pôIítIca y moral sõberana; en cambio, el derecho de emplear Ia
Las tribus ocupan una posición en Ia evolución cultural. Así-
milaron de cazadores más sencillos, cedieron el paso a culturas más
:ruerza-y-ITe «limar balalla», SI no Ia inc1ilIacióIl a ellõ, es privativo ,
d-êsus IílÍembros. TêcuÍCamente, ésta es Ia condición social interna \
avanzadas a Ias que lIamamos civilizaciones. Pero Ia civilización no t, , d{;ia guerra. mtfio de otro modo, en el lenguaje de Ia fiIõsofía \
es un adelanto sobre Ia sociedad tribal simpIemente en razón de su
anh-gua Estados Unidos es un Estado, y Ia tribu, un estado de: I
poder dominante. La civilización es un adelan to en organización, una
transforrnación cualitativa del tipo cultural. naturaleza. O bien Estados Unidos es una civilizacion, mientras i'
que Ia tribu es una sociedad primitiva. "
,II En sus términos más amplias eI contraste entre Ia tribu y Ia
EI Estado diferencia Ia civilización de Ia sociedad tribal. El
civilización es el de Ia guerra y Ia paz. Una civilización es una
desarrollo de Ia ClvllIzación fue naêIã menos que una tranSfõrIDaCión
sociedad constituida principalmente para mantener «Ia ley y el
J cualitativa del sistema social. No se tiene una comparación útil con
ji orden»: Ia compIejidad social y Ia riqueza cultural de Ias civiliza-
ciones dependen de Ias garantías institucionales de Ia paz. Si faltan
I estos recursos y garantías institucionales, Ias miembros de Ia tribu
el tribalismo refiriéndose a uno o a algunos rasgos elernentales.
Ha demostrado ser fútil buscar alguna invención decisiva como
línea divisoria del proceso evoIutivo. La escritura, por ejemplo, no
i viven en estado de guerra, y Ia guerra limita Ia escala, Ia comple-
constituye una civ:ilización. Se llama a 10s primitivos convencw:-'
( jidad y Ia riqueza completa de su cultura, y explica aIgunas de sus I -nalmente «pueblos prehteratos», pero Ia carencia de ia escritura
li costumbres más «curiosas». . )
no los diferencia de modo exclusivo, como 10 prueban Ias civili-
. Evidentemente, ai decir guerra y paz quiero significar algo dis-
zaciones nativas, avanzadas y no obstante iIetradas deI Perú y
tinto de 10 que seentiende habitualmente por ellas, En realidad
Africa occidental. Ni tampoco es Ia urbanidad en su sentido literal
podríamos escribir guerra en el sentido que solía emplear Hobbes,
de Ia vida eu Ias êIudades Ia reaccion probatoria de Ia civilizacióri.
y con él significar no precisamente «batalla», sino una inclinación
La aplicación de estos criterios de civilización, escritura y ciudades,
general y un derecho a pelear en caso necesario.
se refiere principalmente a Ia suposición preantropológica de que
Porque guerra no significa únicamente peIea, o el acto de Iuchar, sino los pueblos primitivos son esencia.lrnente rústicos.
un período de tiempo durante eI cual Ia voluntad de luchar es sufiçientemente Otra fórmula convencional, Ia «afinidad ai territorio» _que)
conocida: y en consecuencía Ia nocíón de tiempo debe distinguirse en Ia natu- supone que Ia sociedad primitiva está «basada» en el parentesco
. raleza de Ia guerra; como en Ia naturaleza dei tiempo meteorológico ... ASÍ Ia
naturaleza de Ia guerra consiste, no en Ia lucha efectiva, sino en Ia conocida y Ia civilización en el territorio- expresa mejor Ia transformación
predisposición a eIla durante todo eI tiempo en que no hay garantia de 10 evolutiva. Pero está comprimida superficialmente y, en consecuen-
contrario. Todo el tiempo restante es paz.' ' cia, es vulnerable a Ia crítica más ingenua. El antropólogo novel

i\ En el estado social de guerra, Ia fuerza es un recurso utilizable , más limitado puede llamar Ia atención sobre el hecho de que muchos
pueblos primitivos ocupan y defienden territorios separados; o de
~l legítimamente por todos Ias hombres. No es necesario que haya I que los grupos constitutivos de sociedades tribaIes, tales como los
}
11' violencia, pero tampoco hay Ia seguridad de 10 contrario. De hecho, linajes y los danes, se hallan con frecuencia centrados en estados
i Ia Iucha puede no ser, apreciada por Ia tribu: un puebIo hopi es una territoríales, y que sin su tierra el clan muere. Este juicio crítico
l
i
comunidad tan poco beligerante como pueda encontrarse.. En 1 sabe bastante de sociedad primitiva, pero está insuficientemente
informado del significado de Ia «afinidad ai territorio», que es una
'THoMAS HOBBES, Leviathan, especie de proverbio evoIutivo, Ia condensación metafórica de un
, Ibíd. desarrollo complejo. Por 10 menos, territorio debería entenderse

16 17
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I,
aquí como dorninio, eI reino de un poder soberano. EI proceso
crítico no fue el.estabIecimiento .. de.Ia territorialidad en la s.07i~dad,
blación es amplia, tal vez diversificada étnicarnente, dividida por
sus actividades en ocupaciones especializadas y, por los intereses
1 sino el de Ia sociedad como terntono. EI Estado y sus subdivisiones desiguales en Ios recursos del poder, dividida también en clases
están organizados como terrítoríos -entidades territoriales bajo desigualmente privilegiadas. Todas Ias realizaciones culturales de
autoridades públicas- en oposíción, por ejemplo, a entidades de Ia civilización dependen de esta magnitud y compIejidad de organi-
afinidad sanguínea bajo jefes de linaje. Sir Henry Sumner Maine, zación. Sin embargo, una sociedad tan amplia, heterogénea e inter-
aI objetar en contra de Ia antígüedad de Ia soberanía territorial en namente dividida no puede subsistir sin medios especiaIes de me-
Europa, sintetizó acertadamente su desarrollo a partir de concep- diatización e integración. Considérese cuál seda Ia situación si se
ciones rribales con ciertos cambios del título adoptado por los reconociese a todo el mundo Ia facultad de proteger y promover
reyes franceses: desde el «rey de Ios francos» merovingio, hasta el sus propios intereses como mejor 10 juzgara, si cada cual pudiese
«rey de Francia» capeto. : proclamar l'Etat, c'est moi! EI sistema se desintegra en un caóti-
\ Un Estado tiene un Gobierno auténtico, público y soberano, co faccíonalisrno, en sedición y guerra civil. La riqueza cultural que
\ separado estructuralmente de Ia población subyacente y situado llamamos civilización debe instituirse en forma de Estado.
por encima de ella. En Ias domínios deI Estado.Ta masa del pueblo EI Gobiemo és en relación con el organismo social 10 que el
pasa a ser Ia de Ias súbditos, y el Gobiemo es soberano en virtud sistema nervioso central respecto al organismo biológico. Exacta-
de Ia fuerza que posee sobre éstos. EI derecho a controlar Ia fuerza mente como en Ia evolución biológica, sólo cierto mínimo de com-
es un derivado de Ia sociedad en general que pasa a ser privativo plejidad cultural fue posible antes de que se desarrollara un me-
IdeI Gobierno. Nadie está facultado para actuar por Ia fuerza; única- canismo soberano central. Lo que «mantiene a todo el mundo ate-]
I mente el Gobiemo en particular 10 está para dictar Ias normas deI mor'ízado» mantiene también a Ias diversas partes de Ia civilización I
~ orden social y Iiacerlas cumplrr; con 10 que Ia paz es una condición en orden colaborativo, no, como digo, aboliendo Ia violencia, sino\
i interna deI sistema t.aI como está constituido. Más analiticamente, haciéndoIa ilegítima. Para completar Ia analogía, una tribu es un
(un Estado o sociedad civilizada es aquel en que: 1) existe una animal privado de sistema regulador central. De este modo los
autoridad pública oficial, un conjunto de cargos públicos que con- límites se hallan impuestos a escala tríbal, Ia complejidad Y, sobre
t' fieren el gobiemo sobre Ia sociedad en su sentido más lato; 2) Ia todo, Ia elaboración cultural. Tales son los inconvenientes de Ia
, «sociedad en general», el domínio de esta autoridad gubernarnental, guerra ...
está definida y subdividida territorialmente; 3) Ia autoridad gober-
1 nante monopoliza Ia soberania; ninguna otra persona o asamblea Por consiguiente, cualquier cosa es lógica en tiempo de guerra, cuando todos (
>: > son enemigos de todos; todo es lógico en tiempo en que los hombres viven
;'\'puede en justicia ejercer el poder (o Ia fuerza), salvo por delegación, sin otra seguridad que Ia de su propia fuerza y Ia que jiuede proporcionarlcs
': autorizacion o consentimiento soberano; 4) todas Ias' personas y los
[grupos dentro del território están, como tales -en virtud de su
su propia inventiva. En tales condiciones no hay lugar para Ia indusrriosidad
porque el fruto de ella es ineierto; en consecueneia, no hay agricultura nl
j
~residencia dentro deI domino--, some tidos al poder soberano, a su navegación, ni utilización de Ias mercancías que pueden ser importadas por
mar; ni edificios cômodos, ni instrumentos para mover y desplazar objetos
jjurisdiscción y coerción. que requieren mucha fuerza, ni conocimiento de Ia faz de Ia Tierra, ni nocíón
Pero, podría argüirse razonablemente, Ia «civilización» tiene del tiempo; no hay artes ni letras, ni sociedad, y, 10 que es peor que tudo,
una cónnotación mucho más rica. Más que un aparato político hay el temor continuo y el peligro de Ia rnuerte violenta. Y Ia vida dei hombrr
formal es una cultura vasta y eompleja. La palabra evoca visiones solitaria, mísera, nauseabunda, brutal y breve.'
de grandes ciudades y de monumental arquitectura, densas po- I t-'
I
blaciones y gran caudal de mercancias. Pensamos en un sistema Hemos aprendido mucho sobre 105 pueblos primitivos desde
social de rica trama, con artesanos y comerciantes, campesinos, siglo XVII. En esta última fecha Hobbes suena a parodiaj su C/h'!!',
sacerdotes, proIetarios y príncipes. Bien está. Pero, con todo, Ia vación «nãuseabunãa, brutal y breve» se conviertc .ahora cn 1('111/1
objeción puede confirmar nuestro razonamiento, 10 acertado de favorito de Ios textos hurnanísticos. Pero al congratulamo •.•de. lu
,1
ais lar el estado como el criterio de civilización. Una civilización
es unasociedad a Ia vez compacta y dividida dentro de sí. La po- , Ibíd.

18
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expansión de Hobbes en materias sobre Ias que nosotros estarnos blecimiento de Ia paz no puede ser un acontecimiento intertribal
mejor informados -gracias a Ias investigaciones de ínnúmeras per- fortuito. Se convierte en un proceso continuo, que avanza dentro
sonas a 10 largo de tres siglos- tendemos a pasar por alto Ias cosas de Ia sociedad misrna, En tanto Ia guerra es implícita, el estableci- ,
que Hobbes conocía mejor que nosotros, arreglándonos así para no miento de Ia paz se convierte en una necesidad explícita ...
'I, aprender nada. El peso del texto que acabamos de citar está en
que allí donde Ia fuerza es património de cada cual, Ia sociedad Y porque Ia condicián dei hombre [...] es una condición de guerra de
se halla organizada de modo inadecuado para servir de base a un todos contra todos; en cuyo caso cada cual está gobernado por su propia
meticuloso desenvolvimiento cultural. Ahí tenemos una clave para razón; y nada hay de que pueda hacer uso que no pueda constituir una
ayuda para él, preservando su vida contra sus enemigos; de 10 que se sigue
comprender Ias Iimitaciones comparativas de Ia sociedad tribal que en tal condición todos Ios hombres tienen derecho a todas Ias cosas,
y Ia importancia evolutiva del Estado. incluso ai cuerpo deI prójirno. Y por consiguiente, mientras perdure este
«La guerra de todos contra todos. es también un hecho cierto, derecho natural de cada uno a todas Ias cosas, no puede haber seguridad
a pesar de que nunca se ha producido:" Los indivíduos y subgrupos para nadie (por muy fuerte o inteligente que se sea) de vivir fuera dei tiempo
que Ia naturaleza permite ordinariamente aios hombres. Por 10 tanto, es un
de Ia sociedad tribal defienden el derecho cierto y Ia inclinación precepto o norma general de razón que cada cual se esjuerce en conseguir Ia
potencial a garan tizarse por 'Ia fuerza su seguridad, prosperidad y paz mientras tenga esperanza de lograrla; y si no puede conseguiria, debe
gloria. En este punto Ia guerra existe, pero principalmente en forma buscar todos Ias recursos y ventajas de Ia guerra y servirse de ellos. La pri-
mera parte - de cuya regIa contiene Ia principal y fundamental Iey de Ia
de circunstancia subyacente. De hecho, 105 componentes de Ias
naturaleza: buscar Ia paz y observarla.'
tribus viven en grupos y comunidades emparentados en cuyo seno
Ias disensiones son generaImente reprimidas, y se benefician tam- En realidad, no cabe Ia esperanza de sobrevivir a menos que se
bién de Ias instituciones económicas, riruales y sociales conducentes regIamente Ia guerra. Por eso tiene por un precepto de Ia razón
aI buen ordeno Hablar de guerra en este caso es poner aI descu- J: que Ios hombres busquen Ia paz, y, luego, que el juego de Ia
bierto, por eI análisís, tendencias generalmente ocultas por pode- razón no puede garantizarse fuera del Estado (República o cosa
rosas imposiciones deI sistema cultural. La anarquía primitiva no pública). A 10 ue vo . es a que eI estabIecimiento de Ia ~_~
es Ia apariencia de Ias cosas. Es Ia inconsciencia deI sistema. No sabiduría de Ias instituciones tn demás, por el hecho de
obstante, como Ia conducta exterior de una persona puede no ser - que estas rnstítucíoríêã rt a es deben soportar su carga política, a
comprensible sino como transfiguración de deseos inconscientes, veces son completamente distintas de Ias instituciones análogas de
\ así también Ia organización objetiva de Ia sociedad tribal cabe que Ias civilizaciones. Porque en Ias civilizaciones Ia paz no necesita
sea sóIo comprensibIe como transformación r,epresiva de una anar- fundarse, digamos, en Ias relaciones económicas. Aquí Ia ley y el
quía subyacente. Muchos de Ios patrones especiales de Ia cultura orden quedan asegurados por una organización política especiali-
r'
\ tribal. adquirierorí. significación precisamente como mecanismos zada, un Gobierno e impuestos sobre Ia economía. Así, si un
, ..\. :defen:sivos, corno negaciones de Ia guerra." hombre carga con <do que el comercio pueda acarrear», el único
. Porque enuna situación de hostilidad, en que cada cual se fracaso que arriesga es el financiero.
\, i \ siente con derecho de proceder contra todos los demás, el esta-
, \ Naturalmente, no son sólo Ias tribus Ias que deben controlar
l' , Hobbes no insistió ni creyó en el hecho de que Ia guerra fuese siempre
Ia guerra. Los cazadores viven por 10 menos tanto como eIlas en
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~
una condición empírica general (Leviathan, 1.>parte, capo XIII).
estado de naturaleza han vivido en él durante un tiempo mucho !
Desde luego, uno quisiera separarse de Hobbes en su apologia deI abso- rnayor. Muchos de 105 arreglos pacifistas de Ia cultura tribal son
lutismo, para el que su concepto dei estado de naturaleza era condición similares a los de los cazadores y recolectores. Sin embargo, el
necesaria. Pero no nos serviremos de Leviathan corno opúsculo político; para potencial bélico es aumentado, más que otro cualquiera, por el avan-
eso podíamos acudir a Rousseau. ce hacia el tribalismo. Las técnicas tribales de producción sustentan
• Posiblemente esto a su vez explique los éxitos de cierto tipo de «funcio-
nalismo» en antropología: Ia explicación de cíertas relaciones y costumbres típicamente a más personas, apoblaciones a Ia par 'más densas
sociales para su contribución a Ia «solidaridad social» o «equilíbrio-. La y concentradas que Ia simple caza, EI número absoluto de contactos
sociedad primitiva está en ·guerra con Ia guerra. De ahí que el funcionalismo
goce de tanta autoridad y favor como teoría antropológica. 7 HOB8ES, Leviathan.

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brownianos, y por ende de conflictos posibles, aumenta. Los re-
E incluso cuando se persiguen beneficios materiales con el
cursos únicamente valiosos, estables y escasos, son definidos por
intercambio, Ia debida consideración a Ia otra persona es, general-
Ias tecnologías tribales:tierras arables, existencia de maderas para
mente, política. Una transacción tiene siempre un coeficiente ins-
I,! Ia explotación forestal, pastos y agua para el ganado. Hay también
I·' .rnás mercancías en Ia sociedad -además de Ias nuevas técnicas trumental: es socialmente negativa o positiva, según el grado en que
;1 se busque Ia ventaja material o 10 que se dé en pago de favores
de producción, Ia inmovilidad de Ia existencia tribal hace más Iac-
recibidos. Un intercambio es, inevítablemente, un acto de' estra-'
tible cierta acumulación de riqueza- y por ende más objetos sus-
tegia social. En Ia guerra Ia alternativa estratégica es ser cornpla-,
ceptíbles de ser robados, pillados o propensos a provocar disputas.

j La guerra descubre nuevas perspectivas entre los miembros de Ias


tribus. La lucha tribal contra Ia guerra se intensifica proporcio-
nalmente. ,
ciente o estar preparado para luchar. Por consiguiente, Ia recipro-
cidad o algo que se le parezca domina en Ia economia. tribal. La
reciprocidad en el intercambio es diplomacia económica: Ia recipro-
cidad dei fIujo material simboliza Ia voluntad de tener en cuenta Ia
,~ Consideremos Ias relaciones económicas. Por 10 general, en Ias
prosperidad de Ia parte contraria, Ia aversión a buscar egoístamente
sociedades tribales el intercambio se efectúa con sujeción à ciertas
restricciones. Con frecuencia Ia competencia y el lucro se excluyen, Ia propia. También aquí Hobbes se anticipa a Ia etnografía. En
tiempo de guerra, adivinó, Ia reciprocidad es una ley de Ia natura-
ora para crearsé relaciones amistosas, ora siquiera para, evitarse
Ias hostiles. Ieza, consecuente con Ia ley primera, que manda al hombre buscar
Ia paz:
En un grandtsímojiúmero de transacciones tribales el bene-
ficio material se minimiza, hasta eI punto de que Ias ventajas prin-
De igual modo como Ia justicia depende de un pacto precedente, así
cipales resultan ser ventajas sociales, traduciéndose Ia ganancia más también Ia gratitud depende de Ia gracia anterior, es decir, de un don gra-
eu buenas relaciones que en buenas cosas. Pienso en Ias diversas tuito anterior; y es Ia cuarta ley de Ia naturaleza, que puede ser expresada
variedades de «intercarnbío recíproco de regalos» (así se le Ilama), en esta forma: que un hornbre que recibe un beneficio de otro por mera
que va desde Ia hospitalidad sin ceremonia hasta 10s trueques ser gr acia y empeno deZ que Ia concede, no tiene ningún motivo razonable para
arrepentirse de su buena voluntad. Porque nadie da si no es con intención
lemnes que consagran un rnatrimonio o una hermandad de sangre. de beneficiarse a sí mismo; porque Ia dávida es voluntaria y en todos Ias
Estas son intercambios instrumentales, es decir, que crean solida- actos voluntarios el objeto es, para cada cual, su propio bien; por 10 que
si los hombres ven que han de salir frustrados, no habrá comienzo de bene-
[ ridad entre personas a través de Ia instrurnentalidad
(Como de cimos -aunque en ocasiones relativamente
de Ias cosas.
raras-
el sentimiento 10 que cuenta-.) En Ias transacciones instrumentales,
«es volencia o confianz.a ni de ayuda rnutua, ni de reconciliación de un hombre
con otro y, por 10 tanto, habrán de seguir en condición de guerra; 10 cual es
contrario a Ia prirnera y fundamental ley de Ia naturaleza, que manda a Ias
dos partes pueden intercambiar mercancias de que una y otra están hombres buscar Ia paz"
provistas .. A veces~al establecer una hermandad de sangre, di-
rimir un 'pleitó :ó· concertar un matrimonio- Ia gente se entrega Los intercambios se convierten en tratados de paz. Las tran-
sacciones ponen de manifiesto Ia buena voluntad de vivi r y dejar .
j
mutuamente cantidades iguales de bienes idénticos. (Dispendio
de tiempo y esfuerzo? Como el famoso antropólogo RadcIiffe Brown vivir. Marcel Mauss, en su famoso Essay on lhe Gijt, después de .
observó acerca de transacciones similares entre los cazadores de reconocer Ias circunstancias hobbesianas, sugirió que bien poco '
Ias Andamanes: «EI propósito [ ... ] era moral. EI objeto del inter- quedaba por ver; Ia gente tenía que «llegar a un entendimiento».
cambio era originar un sentimiento amistoso entre Ias dos personas
interesadas, y si eIlo no se conseguia, el propósito resultaba fa- En estas sociedades primitivas y arcaicas no hay término media. Existe
llido».« La finalidad no es el beneficio material, a menos que sea el o Ia confianza completa o Ia desconfianza total. Uno baja los brazos, renuncia
a Ia magia y a todo, desde Ia hospitalidad casual hasta Ia propia hija o Ias
de Ia parte contraria, porque cabe hacer sacrifícios en interés de bienes personales. Fue en estas condiciones como los hornbres, a pesar de sí
Ia paz. La finalidad es Ia paz. rnismos, aprendieron a renunciar a 10 que era suyo y estipularoncontratos para
dar y devolver. Pero entonces no tenían otra alternativa. Cuando dos grupos
• A. R. RAocLIFFE-BROWN,
The Andaman I slanâers, The Free Press, Glencoe,
Illinoís, 19~8,p. 84.
9 HOBBES, Leviathan.
22
23
t

de hombres se encuentran pueden alejarse o, en caso de desconfianza o provo.


cacíón, acudir a Ias armas; o bien pueden lIegar a un entendirniento." GrFa

Tampoco 10s pueblos primitivos desconoceri el valor de Ia paz


para su comercio. En ciertas lenguas del Africa oriental comercio
o trueque significa también paz. Tal vez fue Bushman quien expresó
mejor esta idea: Fa

Demi dijo: «Lo peor es no dar regalos. Si Ias personas no simpatizan


entre sí, pero una ofrece un regalo y Ia otra ha de aceptarlo, el aeto hace
nacer Ia paz entre elIas. Damos siernpre unos a otros. Damos 10 que tenemos.
Esta es Ia forma de convivir»." I
Br Ego Br Br
Consideremos ahora Ias relaciones tribales en general. Como
2. Categorias de parentesco clasificatorio
reza el proverbio evolutivo, están dominadas por el parentesco. (basadas en .equivalencia de herrnanos-)
Es ésta una relación social de cooperación y no víolencia (general-
mente). Kindred (parentesco) tiene Ia misma raíz que Kindness (be-
nevolencía), como dijo E. B. Tylor, «cuya derivación cornún expresa
de Ia forma más afortunada uno de 105 principios más importan-
tes de Ia vida social».» Las lenguas de Ias tribus pueden encerrar
correspondencías similares. Entre 10s nuer dei Africa oriental, pa- no organizadas como grupos .de parentesco, se haIlan ampliamente
rentesco es Ia palabra que significa paz. En Ias islas Fiji, Ia expre- distribuidas en Africa, Oceanía y Ia América aborigen. Cabría ob-
sión tiko vakaveiwekani, «ser (o vivir como) parientes» se aplica al servar, sin embargo, que éstas con frecuencia aparecen subordi-
establecimiento y Ia condición de «vivir en paz». Una expresión nadas institucionalmente a Ia idea de parentesco, que el parentesco
fijiana que significa «ser conocido, conocerse mutuamente» es sinó- personal con un miembro de Ia asociación es una base cornún de
nimo de «estar ernparentado». En cambio, «extrafio o extranjero» rec1utamiento, y que el modismo de solidaridad de grupo es con
equivale tarnbién a «no emparentado» y, tanto para 10s fijianos frecuencia el parentesco: Ias asociaciones son «fratrías». Esto últ[:l·
como para otros muchos pueblos tribales, tiene una connotación timo constituye un ejemplo de Ia general propensión de los pueblos
siniestra, cuando no el significado de «enernigo»: alguien a quien te tribales a vestir alianzas de conveniencia con ropajes de parentes-
puedes comer. El parentesco es una base fundamental del razona- co. Allí donde Ia paz es necesaria o deseable, el parentesco se ex-
miento pacífico 'humano. La amplia extensión de modismos sobre tiende a concertaria. ~
relaciones de consanguinidad y grupos de Ias sociedades tribales A nivel interpersonal, el parentesco se haIla ampliamente ex
Lrepresenta otra forma de buscar Ia paz. tendido por Ia tribu, Tal vez el lector esté familiarizado con el
_No quiere esto decir que el parentesco ~é en boga en Ia s9.::...... «parentesco c1asificatorio», característico de Ia inmensa mayoría de
I> _.cied?.d-.!EibaI precisamente p~ sus funciQ1les polítIcas. L~Q~ Ias tribus. En esquemás c1asificatorios, ciertas personas emparen-
ración ecÕÕã~qrresus '-ii1-ª esjgualmente~l y, tal vez, deci- tadas con otra determinada por línea directa de descendencia
.2iya~ ampoc quiero pretender que el parentesco sea el ún1êõ forman una misma clase con los parientes colaterales. Así, en un
principio tribal. Las asociacienes militares, religiosas y por edades, uso c1asificativo corriente, el hermano de mi padre está emparen-
tado conmigo de igual manera que mi progenitor: los designo a
ambos con Ia misma palabra -traducida «padres-c- y me comporto
JO MARCEI. MAUS, The Gift, Cohen &West, Londres, 1954. p. 79.
11 LORNA M~RSHALL, «Sharing, TaIking
and Giving: Relief of Social Tensions poco más o menos de Ia misma forma con uno y otro. Dicho c.k
Among Kung Bushmen», en Africa, XXXI, 1961, p. 245. otro modo, los parientes de una misma amplia c1ase social SOI\
12 Sir EDWARD B. TYLOR, Anthropology, Ann Arbor Paperbacks, University of clasificados juntos. Mi padre y su hermano pueden ser iguales eu
Michigan Press, Ano Arbor r 1960, p. 249.

24
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atributos, sociales críticos: varones de mi Iinaje de Ia misma gene-
ancestral. En aIgunas tribus, el único proceder seguro está en
ración ascendiente. La similitud social se incluye en una designación
aquellos lugares donde Ia unión bajo un jefe puede demostrarse;
común de parentesco. Ahora bíen, 10 importante es que, una vez Ias
fuera de esto, con excepción de hacer Ia guerra, Ias personas
categorías de parentesco han sido definidas de esta forma amplia,
obrarán prudentemente quedándose en casa. Asumiendo así Ia
sean ampliamente extensibles. Si mi padre es socialmente equiva-
protección de sus miembros e impidiendo Ia violencia externa, 105
lente a su herrnano, el hijo de éste es, lógicamente, equivalente
grupos de descendencia repelen Ia esfera de Ia guerra, siquiera en
a mi hermano; de ahí que PaHerHi = Her. Según Ias mismos prin-
algún sector de relación entre 105 grupos.
cipias, el padre de mi padre y su padre son equivalentes, el hijo dei
Sin embargo, incluso aquí son posibles Ias combinaciones di-
hermano del padre de mi padre es "padre ••, su hijo es «herrnano»,
plomáticas. Por ulteriores pennutaciones deI principio de paren-
y asi sucesivamente (fig. 2). EI parentesco clasificativo tiene lógica
tesco, Ios propios grupos de descendencia pueden aliarse por este
de expansibilidad. Por muy remotas que sean sus genealogías, no es
tipo de unión. EI matrimonio endógamo produce alianza: en tanto
preciso que se pierda Ia huella del parentesco, ni deben considerarse
que cada grupo es una entidad cohesiva, los matrirnonios entre
f: remotos en cuanto a clase emparentada. Naturalmente, Ias personas
miernbros de grupos diferentes pueden traducirse en otros entre Ios
·1 pueden hacer, y Ias. hacen, distinciones entre el esposo. de una
propios grupos. Los parientes se hacen de igual modo que nacen;
madre (padre «propio») y otros ••padres» y entre parientes «próxi-
Ij
! mos» Y «remotos» de una clase dada. Pero Ia extensibilidád
1 clases de parentesco y su manifiesta designación como catego-
de Ias
se crean mediante matrimonio. Y éstos no son hechos en el
cielo, sino 'de acuerdo con ciertas normas. Una ley contra Ia unión
I
I rías familiares' es una evidente contribución al establecimiento
matrimonial dentro del propio grupo prescribe el matrimonio con
otro grupo. Fuera de esto, Ias regIas pueden especificar Ia clase de
I,~ de Ia paz.
parientes con quienes uno debiera casarse; por ejernplo, alguien em-
AI nivel de Ia organización de grupos, más aliá deI nível inter-
parentado en calidad de «hija de Ia hermana de Ia madre». Esta
personal, Ias tribus han efectuado una importantísima contribución
clase de prescripcíón emparenta sistemáticamente Iinajes, según
al repertorio del parentesco. Los grupos de descendencia tal vez
veremos. Cada norma semejante origina un patrón determinado de
coinciden originariamente con Ias tribus: no son, desde luego, ca-
alianzaentre grupos de descendencia. GeneraImente Ias combina-
racterísticos de 10s cazadores, pero son corrientes en Ia alineación
ciones maritaIes tienen un interés extremo para Ias agrupaciones
tribal. Un grupo descendiente es un cuerpo de personas aIlegadas
tribales. Porque en Ia lucha tribaI contra Ia guerra el matrimonio
unidas por una prosapia cornún. Los grupos triba!es de descenden-
es una estrategia institucionaI de prirnera importancia.
cia varían en extremo; por ejemplo, en Ia manera de computar Ia
Ahora bien, Ias lecciones que hemos extraído de Ia economía
descendencia común, que puede ser sólo por varones (patrilineal ),
y deI parentesco tribales podrían haberse extraído también de otros
por hernbras (rnatrilineal}, o por varones y hembras (cognático).
sectores culturales. EI rituaIismo en~s tri.!2Ys(çomo en otros tipos
De momento/nos interesan Ias que forman corporaciones, en el
de cultura) puede hallarse vmcula o con Ia búsqueda de Ia paz.
sentido de unidades perpetuas del sistema tribal, perpetuamente
Confucio dijo: «Las ceremonias son eI Jazo que mantiene unidas 11
existentes a pesar de que sus miembros individuales entran y salen
Ias rnultitudes, y si se suprime el lazo, Ias multitudes cacn cn In
por nacimiento y muerte. El grupo tiene un destino y una realidad
confusión». Los ritos públicos comunales pasan a ser bastante
que. trasciende de Ia dimensión mortal de Ias personas. Es una
corrientes a nível tribaf. Estos ritos imponen por 10 menos una ]llll';
superpersona, y sus miembros son como uno solo, tan cerrado
de ceremonial, y por Ia implicación de común dependendo de (lU
como para que se 105 reconozca como «herrnanos» y «hermanas»
deres sobrenaturales infunden un sentido de colectividad y de
si son de Ia misma generación, ytal vez les está prohibido casarse
dependencia de cada cual con respecto a Ios demás. Este úllllllll
\ entre ellos. Dentro de tales grupos no puede materializarse un
efecto puede ser realzado por una división ceremonial dei llaho jl!
estado de guerra de todos contra todos. Obrar por Ia violencia
entre grupos afines, cada uno encargado de una funci6n O pl':klhll
contra un hermano de clan equrvale a obrar contra sí mísrno, 10
ritual especial, de modo que lacolaboración se hacc nccc-eu ln plllll
cuaI es contrario incluso à Ias leyes de Ia naturaleza, un pecado,
asegurarse beneficios sobrenaturales. Hay tribus =-pcnsarnos l'lI 111
penado posiblernente por horribles consecuencias de Ia cólera
pueblos volta del Africa occidental y los indios pucblos eu qllu 11\

26
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misión de hacer Ia paz descansa en altísimo grado sobre el ritual,


como si en estas comunidades densamente pobladas y no obstante
fragmentadas socialmente Ias fórmulas seculares ordinarias de buen
orden hubieran de resultar inadecuadas.
Pero ya hemos dicho bastante. El sentido es claro y no necesita
más repeticiones.
"" He tratado de demostrar que Ias civilizaciones difieren de Ias
tribus en virtud de sus instituciones políticas especializadas, sus
Gobiernos, que asumen soberanamente el poder y el derecho de
proteger aI cuerpo social y de mantener Ia paz dentro dei Estado.
En Ias sociedades tribales no se niega al pueblo el control de Ia
2
fuerza; están en Ia situación de guerra de que habló Hobbes, situa- la cultura tribal y sus transformaciones
ción fatal si no se refrena. Carentes de instituciones especlalizadas
para el mantenimiento de Ia ley y el orden, Ias tribus no tienen otro
remedio que movilizar Ias instituciones generales de que disponen
para hacer frente a Ia amenaza de guerra. Se recurre entonces a Ia Diferentes países, diferentes costumbres: no existen dos tribus
economía, al parentesco, ai ritual y demás. En este proceso, aI idénticas en sus pormenores. Las agrupaciones tribales, además,
asumir Ia función política, Ias ínstituciones tribales adoptan formas son como todas Ias gentes y como cualquier persona: cuanto más
y expresiones particulares, diferentes y curiosas tal vez, pero com- se familiariza uno con ellas, más difícil se hace recordar Ia primera
prensibles todas como combinaciones diplomáticas para mantener impresión que produjeron. Así, 10 que me dispongo a hacer -que
un mínimo de paz. Este es el buen criterio de Ias institucíones es formular un esquema generalizado de Ia cultura tribal- es evi-
0ribales. dentemente aventurado y quizá fútil. Pero es tal Ia magia del «tipo
ideal» deI sociólogo que, incluso basado en Ia ignorancia real o pre-
tensa de Ia diversidad empírica e insuficiente como representación
- O\i~W-1C ~ 5lL~\.J h\~\ l a:--c ( ~'. ~ .. de realidades complejas y aun primitiva como puede resultar en
tanto que procedimiento intelectual, con todo es susceptiblc de
arrojar considerable luz en casos particulares. Creo que el modelo
.~ 2-~(i0..J{'t1j(2 tS,CrôVl '5~ S Q. -~ \.i ~y)~c+1Z... general de cultura tribal evocado aquí ayudará a comprendcr a
ciertas tribus, por 10 menos a buen número de ellas.
'ê 11S~1c...••• ~~ d.Q,~~/':;!' c Ô ',),-
a t...) '<~.!-ô1i~
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C à-11./~) EI patrón tribal
) 0--;. (I J, ~~ l-ore ~ ~-r;?
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Según Ia doctrina científica social clásica, todas Ias cultum ••


'> ,
otee4 ~.~
-CN-~V\ ~
(?\;~. /fw ~f I~-k,
pueden dividirse en tres partes: tecnología, organización soctai
e ideología.' De estes componentes, con frecuencia se ha cons idc
rado Ia tecnología como el más fundamental y, junto con lax Il"h.
) ciones sociales de producción, como decisivo para e} sistema. I!I
resto es «superestructura •.
Este esquema se ha adoptado con notable éxito :para cxpllc.u
ciertos fenómenos trascendentes en Ia evolución de Ia cultnru, tnl
como el gran salto adelante cuando se inventó Ia agricu ltu 1'0, CI cl

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