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Ensayo "Sobre el cuento de hadas" de J.R.R.

Tolkien

Mi propósito es hablar de los cuentos de hadas, aunque bien sé que ésta es una
empresa arriesgada. Fantasía es una tierra peligrosa, con trampas para los incautos y 
mazmorras para los temerarios. Y de temerario se me puede tildar, porque, aunque he
sido un aficionado a tales cuentos desde que aprendí a leer y en ocasiones les he
dedicado mis lucubraciones, no los he estudiado, en cambio, como profesional. Apenas
si en esa tierra he sido algo ms que un e!plorador sin rumbo "o un intruso#, lleno de
asombro, pero no de preparación. Ancho, alto y profundo es el reino de los cuentos de
hadas y lleno todo él de cosas di$ersas% hay allí toda suerte de bestias y p&aros' mares
sin riberas e incontables estrellas' belleza que embelesa y un peligro siempre presente'
la alegría, lo mismo que la tristeza, son afiladas como espadas. (al $ez un hombre
pueda sentirse dichoso de haber $agado por ese reino, pero su misma plenitud y 
condición arcana atan la lengua del $ia&ero que desee describirlo. Y mientras est en él
le resulta peligroso hacer demasiadas preguntas, no $aya a ser que las puertas se
cierren y desaparezcan las lla$es.
)ay, con todo, algunos interrogantes que quien ha de hablar de cuentos de hadas
espera por fuerza resol$er, intenta hacerlo cuando menos, piensen lo que piensen de su
impertinencia los habitantes de Fantasía. *or e&emplo% +qué son los cuentos de hadas,
+cul es su origen, +para qué sir$en (rataré de dar contestación a estas preguntas, u
ofrecer al menos las pistas que yo he espigado..., fundamentalmente en los propios
cuentos, los pocos que yo conozco de entre tantos como hay.

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0ictionary. 1o contiene alusión ninguna a la combinación cuento2hada, y de nada sir$e
en el tema de las hadas en general. n el 3uplemento, cuento de hadas presenta una
primera cita del a4o 5678, y se constata que su acepción bsica es% a# un cuento sobre
hadas o, de forma ms general, una leyenda fantstica' b# un relato irreal e increíble, y 
c# una falsedad.

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e!tenso. *ero la primera se queda demasiado corta. 1o demasiado corta para un
ensayo, pues su amplitud ocuparía $arios libros, sino para cubrir el uso real de la
palabra. Y lo es en particular si aceptamos la definición de las hadas que da el
le!icógrafo% ;3eres sobrenaturales de tama4o diminuto, que la creencia popular
supone poseedores de poderes mgicos y con gran influencia para el bien o para el mal
sobre asuntos humanos<.

=3obrenatural= es una palabra peligrosa y ardua en cualquiera de sus sentidos, los ms
amplios o los ms reducidos, y es difícil aplicarla a las hadas, a menos que =sobre= se
tome meramente como prefi&o superlati$o. *orque es el hombre, en contraste, quien es
sobrenatural "y a menudo de talla reducida#, mientras que ellas son naturales,
muchísimos ms naturales que él. (al es su sino. l camino que lle$a a la tierra de las
hadas no es el del >ielo' ni siquiera, imagino, el del ?nfierno, a pesar de que algunos
han sostenido que puede lle$ar indirectamente a él, como diezmo que se paga al
0iablo.

EL CUENTO DE HADAS Y FANTASÍA  

9a mayor parte de los buenos cuentos de hadas trataban de las a$enturas de los
hombres en el *aís *eligroso o en sus oscuras fronteras. Y es natural que así sea' pues
si los elfos son reales y de $erdad e!isten con independencia de nuestros cuentos sobre
ellos, entonces también resulta cierto que los elfos no se preocupan bsicamente de
nosotros, ni nosotros de ellos. 1uestros destinos discurren por sendas distintas y rara
 $ez se cruzan. ?ncluso en las fronteras mismas de Fantasía sólo los encontraremos en
alguna casual encruci&ada de caminos.

9a definición de un cuento de hadas 2qué es o qué debiera ser2 no depende, pues, de


ninguna definición ni de ning:n relato histórico de elfos o de hadas, sino de la
naturaleza de Fantasía% el @eino *eligroso mismo y que sopla en ese país. 1o intentaré
definir tal cosa, ni describirla por $ía directa. 1o hay forma de hacerlo. Fantasía no
puede quedar atrapada en una red de palabras' porque una de sus cualidades es la de
ser indescriptible, aunque no imperceptible. >onsta de muchos elementos diferentes,
pero el anlisis no lle$a necesariamente a descubrir el secreto del con&unto. >onfío, sin
embargo, que lo que después he de decir sobre los otros interrogantes suministrar
algunos atisbos de la $isión imperfecta que yo tengo de Fantasía. *or ahora, sólo diré
que un cuento de hadas es aquel que alude o hace uso de Fantasía, cualquiera que sea
su finalidad primera% la stira, la a$entura, la ense4anza moral, la ilusión. 9a misma
Fantasía puede tal $ez traducirse, con mucho tino, por Magia, pero es una magia de
talante y poder peculiares, en el polo opuesto a los $ulgares recursos del mago
laborioso y técnico.

)ay una sal$edad% lo :nico de lo que no hay que burlarse, si alguna burla hay en el
cuento, es la misma magia. 3e la ha de tomar en serio en el relato, y no se la ha de
poner en solfa ni se la ha de &ustificar. l poema medie$al 3ir aBain y el >aballero
 Cerde es un e&emplo admirable de ello.

LA MÁGICA INVENCIÓN DEL ADJETIVO

9a mente humana, dotada de los poderes de generalización y abstracción, no sólo $e


hierba $erde, diferencindola de otras cosas "y hallndola agradable a la $ista#, sino
que $e que es $erde, adems de $erla como hierba. -ué poderosa, qué estimulante para
la misma facultad que lo produ&o fue la in$ención del ad&eti$o% no hay en fantasía
hechizo ni encantamiento ms poderoso. Y no ha de sorprendernos% podría
ciertamente decirse que tales hechizos sólo son una perspecti$a diferente del ad&eti$o,
una parte de la oración en una gramtica mítica. 9a mente que pensó en ligero, pesado,
gris, amarillo, inmó$il y $eloz también concibió la noción de la magia que haría ligeras
 y aptas para el $uelo las cosas pesadas, que con$ertiría el plomo gris en oro amarillo y 
la roca inmó$il en $eloz arroyo. 3i pudo hacer una cosa, también la otra' e hizo las dos,
ine$itablemente. 3i de la hierba podemos abstraer lo $erde, del cielo lo azul y de la
sangre lo ro&o, es que disponemos ya del poder del encantador. A cierto ni$el. Y nace el
deseo de esgrimir ese poder en el mundo e!terior a nuestras mentes. 0e aquí no se
deduce que $ayamos a usar bien de ese poder en un ni$el determinado' podemos poner
un Cerde horrendo en el rostro de un hombre y obtener un monstruo' podemos hacer
que brille una e!tra4a y temible luna azul' o podemos hacer que los bosques se pueblen
de ho&as de plata y que los carneros se cubran de $ellocinos de oro' y podemos poner
ardiente fuego en el $ientre del helado saurio. Y con tal =fantasía= que así se la
denomina, se crean nue$as formas. s el inicio de Fantasía. l )ombre se con$ierte en
subcreador.

 Así, el poder esencial de Fantasía es hacer inmediatamente efecti$as a $oluntad las


 $isiones =fantsticas=. 1o todas son hermosas, ni incluso e&emplares' no al menos las
fantasías del )ombre caído. Y con su propia mancha ha mancillado a los elfos, que sí
tienen ese poder real o imaginario. n mi opinión, se tiene muy poco en cuenta este
aspecto de la =mitología=% subcreación ms que representación o que interpretación
simbólica de las bellezas y los terrores del mundo.
EN EL MUNDO SECUNDARIO

1aturalmente que los ni4os son capaces de una fe literaria cuando el arte del escritor
de cuentos es lo bastante bueno como para producirla. A esa condición de la mente se
la ha denominado =$oluntaria suspensión de la incredulidad=. Ms no parece que ésa
sea una buena definición de lo que ocurre. 9o que en $erdad sucede es que el in$entor
de cuentos demuestra ser un atinado =subcreador=. >onstruye un Mundo 3ecundario
en el que tu mente puede entrar. 0entro de él, lo que se relata es =$erdad=% est en
consonancia con las leyes de ese mundo. >rees en él, pues, mientras ests, por así
decirlo, dentro de él. >uando surge la incredulidad, el hechizo se quiebra' ha fallado la
magia, o ms bien el arte. Y $uel$e a situarte en el Mundo *rimario, contemplando
desde fuera el peque4o Mundo 3ecundario que no cua&ó. 3i por bene$olencia o por las
circunstancias te $es obligado a seguir en él, entonces habrs de de&ar suspensa la
incredulidad "o sofocarla#' porque si no, ni tus o&os ni tus oídos lo soportarn. *ero
esta interrupción de la incredulidad sólo es un sucedneo de la actitud auténtica, un
subterfugio del que echamos mano cuando condescendemos con &uegos e
imaginaciones, o cuando "con mayor o menor buena gana# tratamos de hallar posibles
 $alores en la manifestación de un arte a nuestro &uicio fallido.

LA FANTASÍA Y LA SUBCREACIÓN

9a mente del hombre tiene capacidad para formar imgenes de cosas que no estn de
hecho presentes. 9a facultad de concebir imgenes recibe o recibió el nombre lógico de
?maginación. *ero en los :ltimos tiempos y en el lengua&e especializado, no en el de
todos los días, se ha $enido considerando a la ?maginación como algo superior a la
mera formación de imgenes, adscrito al campo operacional de lo Fantasioso, forma
reducida y peyorati$a del $ie&o término Fantasía' se est haciendo, pues, un intento
para reducir, yo diría que de forma inadecuada, la ?maginación al =poder de otorgar a
las criaturas de ficción la consistencia interna de la realidad=.

l logro de la e!presión que proporciona "o al menos así lo parece# =la consistencia
interna de la realidad= es ciertamente otra cosa, otro aspecto, que necesita un nombre
distinto% el de Arte, el eslabón operacional entre la ?maginación y el resultado final, la
3ubcreación. *ara el fin que ahora me propongo preciso de un término que sea capaz
de abarcar a la $ez el mismísimo Arte 3ubcreati$o y la cualidad de sorpresa y asombro
e!positi$os que se deri$an de la imagen% una cualidad esencial en los cuentos de hadas.

Me propongo, pues, arrogarme los poderes de )umpty20umpty y usar de la Fantasía


con ese propósito' es decir, con la intención de combinar su uso ms tradicional y 
ele$ado "equi$alente a ?maginación# con las nociones deri$adas de =irrealidad= "o sea,
disimilitud con el Mundo *rimario# y liberación de la escla$itud del =hecho=
obser$ado' la noción, en pocas palabras, de lo fantstico. 3oy consciente, y con gozo, de
los ne!os etimológicos y semnticos entre la fantasía y las imgenes de cosas que no
sólo =no estn realmente presentes=, sino que con toda certeza no $amos a poder
encontrar en nuestro mundo primario, o que en términos generales creemos
imposibles de encontrar. *ero, aun admitiendo esto, no puedo aceptar un tono
peyorati$o. -ue sean imgenes de cosas que no pertenecen al mundo primario "si tal es
posible# resulta una $irtud, no un defecto. n este sentido, la fantasía no es, creo yo,
una manifestación menor sino ms ele$ada, del Arte, casi su forma ms pura, y por ello
2cuando se alcanza2 la ms poderosa.

9a fantasía, claro, arranca con una $enta&a% la de dome4ar lo inusitado. *ero esta
 $enta&a se ha $uelto en su contra y ha contribuido a su descrédito. A mucha gente le
desagrada que la ;dominen<. 9es desagrada cualquier manipulación del Mundo
*rimario o de los escasos refle&os del mismo que les resultan familiares. >onfunde, por
tanto, est:pida y a $eces malintencionadamente, la Fantasía con los 3ue4os, en los que
el Arte no e!iste, con los desórdenes mentales, donde ni siquiera se da un control, y 
con las $isiones y alucinaciones.
>rear un Mundo 3ecundario en el que un sol $erde resulte admisible, imponiendo una
>reencia 3ecundaria, ha de requerir con toda certeza esfuerzo e intelecto, y ha de e!igir
una habilidad especial, algo así como la destreza élfica. *ocos se atre$en con tareas tan
arriesgadas. *ero cuando se intentan y alcanzan, nos encontramos ante un raro logro
del Arte% auténtico arte narrati$o, fabulación en su estadio primario y ms puro.

FANTASÍA Y RENOVACIÓN

9a @eno$ación, que incluye una me&oría y el retorno de la salud, es un $ol$er a ganar%


 $ol$er a ganar la $isión prístina. 1o digo =$er las cosas tal cual son= para no
enzarzarme con los filósofos, si bien podría a$enturarme a decir =$er las cosas como se
supone o se suponía que debíamos hacerlo=, como ob&etos a&enos a nosotros. n
cualquier caso, necesitamos limpiar los cristales de nuestras $entanas para que las
cosas que alcanzamos a $er queden libres de la monotonía del empa4ado cotidiano o
familiar' y de nuestro afn de posesión.

9os cuentos de hadas, naturalmente, no son el :nico medio de reno$ación o de


profila!is contra el e!tra$ío. Dasta con la humildad. Y para ellos en especial, para los
humildes, est Mooreeffoc, es decir la Fantasía de >hesterton. Mooreeffoc es una
palabra imaginada, aunque se la pueda $er escrita en todas la ciudades de este país. 3e
trata del rótulo =>offee2room=, pero $isto en una puerta de cristal y desde el interior,
como 0icEens lo $iera un oscuro día londinense. >hesterton lo usó para destacar la
originalidad de las cosas cotidianas cuando se nos ocurre contemplarlas desde un
punto de $ista diferente del habitual. 9a mayoría estaría de acuerdo en que este tipo de
fantasía es ya suficiente' y en que siempre abundarn materiales que la nutran. *ero
sólo tiene, creo yo, un poder limitado, por cuanto su :nica $irtud es la de reno$ar la
frescura de nuestra $isión. 9a palabra Mooreeffoc puede hacernos comprender de
repente que ?nglaterra es un país harto e!tra4o, perdido en cualquier remota edad
apenas contemplada por la historia o bien en un futuro oscuro que sólo con la mquina
del tiempo podemos alcanzar' puede hacernos $er la sorprendente rareza e interés de
sus gentes, y sus costumbres y hbitos alimentarios. *ero no puede lograr ms que eso%
actuar como un telescopio del tiempo enfocado sobre un solo punto. 9a fantasía
creati$a, por cuanto trata de forma fundamental de hacer algo ms 2de recrear algo
nue$o2, es capaz de abrir nuestras arcas y de&ar $olar como a p&aros en&aulados los
ob&etos allí encerrados. 9as gemas todas se tornarn en flores o llamas, y ser un a$iso
de que todo lo que poseían "o conocían# era peligroso y fuerte, y que no estar en
realidad $erdaderamente encadenado, sino libre e indómito' sólo de ustedes en cuanto
que era ustedes mismos.

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