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TEMA:
El Procedimiento Cognitio Extraordinario, Características,
Categorías y Tramitación. Procedimiento Del Cognitio
Postclàsico y Audiencia Episcopal
MATERIA:
Derecho Romano
DOCENTE:
Humberto Manrique
ALUMNAS:
Angie Lucero Avendaño Amaru
Jazmín Huayta Flores
CARRERA:
Derecho
1
DEDICATORIA
2
AGRADECIMIENTO
3
ÍNDICE
DEDICATORIA…………………………………………………………………...…3
AGRADECIMIENTO…………………………………………….……………….....4
I. INTRODUCCIÒN…………………………………………………….....5
II. EL PROCEDIMIENTO COGNITIO EXTRAORDINARIO……....…....6
A) CARACTERÌSTICAS Y CATEGORÌAS …....…………………...10
B) TRAMITACIÒN DEL PROCESO EXTRAORDINARIO.......…...13
III. EL PROCESO COGNITORIO POSTCLÀSICO………………………18
A) TRAMITACIÒN……………………………………………………19
IV. EL PROCEDIMIENTO POR RESCRIPTIO DEL PRINCIPE………...22
V. AUDIENCIA EPISCOPAL…………………………………………….24
VI. CONCLUSIÒN…………………………………………………………36
VII. BIBLIOGRAFIA………………………………………………………..38
VIII. ANEXOS………………………………………………………………..39
4
I. INTRODUCCIÓN
5
II. EL PROCEDIMIENTO COGNITIO
EXTRAORDINARIO
1. DEFINICIÓN:
2. ORIGEN:
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En el ordo iudiciorum el magistrado investido de iuridictio consume su
actuación en indicar al juez la norma y el ritual aplicable al caso y en el examen
de los presupuestos procesales y sustanciales, ante cuyos resultado da o deniega
la acción, pero una vez que concede la acción, la función de juzgar y dictar
sentencia es confiada al juez privado, que no es titular de un oficio, y que puede
ser elegido por las partes.
El dato principal que ha alejado a los romanistas del estudio de la cognitio extra
ordinem ha sido la fragmentariedad de las fuentes, no pudiendo recurrir a Gayo
que no parece conocer otro proceso que el formulario, sin mencionar otras
formas procesales, lo que parece responder a una característica bien conocida
de sus Instituciones: estar en retraso respecto al estado del Derecho de su
tiempo. La exposición procesal de Gayo trata fundamentalmente de actionibus,
y no propiamente de todo el proceso.
7
Para otras fuentes, debemos recurrir a los libri decretorum por sus referencias
a casos en los que se manifestaba la intervención imperial en la forma de la
cognitio, y a exposiciones relativas a relaciones o figuras reguladas
exclusivamente o prevalentemente en sede de cognitio extra ordinem, como
son los libri fideicommissorum, o aquellos textos que contemplan la
competencia específica de los funcionarios imperiales, o de los magistrados
que conocían en sede de cognitio: de fundamental importancia al respecto son
los libri de omnibus tribunalibus de Ulpiano.
Las fuentes relativas a la cognitio extra ordinem debe ser buscadas en las
constituciones imperiales recogidas principalmente en los Códigos Teodosiano
y justinianeo. Respecto al Digesto la mayoría de las obras que recoge son
relativas al ius civile o al Edicto, o son obras de conjunto (Digesta).
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momento en que las pruebas eran recogidas exclusivamente por le juez en la
fase apud iudicem.
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A) CARACTERÌSTICAS Y CATEGORÌAS:
CARACTERISTÌCAS PRIMARIAS:
Era esencialmente escrito, a diferencia de los ordinarios, básicamente orales.
La demanda se presenta por escrito al tribunal y es notificada por un auxiliar
de la administración de justicia llamado EXSECUTOR (hoy receptor
judicial).
Respecto al juicio ejecutivo, ahora se embargan sólo algunos bienes, los
suficientes para pagar el crédito, o se ordena el cumplimiento forzado con
auxilio de la fuerza pública.
Todo el procedimiento se tramita en una sola etapa ante un juez funcionario
Estatalización del proceso en todas sus fases, desde la llamada a juicio
realizada por obra del magistrato mediante libellus conventionis hasta la
emanación de la sentencia, que es pronunciada por el mismo magistrado ante
el que ha sido instaurado el proceso.
También la ejecución deja de ser acto de parte para ser realizada por los
órganos del poder judicial o ejecutivo, en la forma de la ejecución manu militari
o del pignus del in causa iudicati captum.
De esta total estatalización del proceso, derivan a su vez algunas
consideraciones importantes desde el punto de vista estructural que
caracterizan la cognitio extra ordinem.
La desaparición de la litis contestaio, al menos en la forma de acuerdo de las
partes accipere iudicium, que constituía la base de la sentencia judicial en el
ordo.
Consiguientemente decaía el principio bis de eadem re ne sit actio, con la
posibilidad de recurrir en apelación al funcionario de grado superior al que
había pronunciado la sentencia, siguiendo una escala de subordinación
jerárquica que llega hasta el emperador.
Surge un proceso contumacial, entendiendo por contumacia la ausencia
voluntaria del demandado en el juicio, posibilidad excluida en el ordo.
La forma predominantemente escrita, la existencia de una sola etapa procesal,
a cargo de un Juez, que era un funcionario público o estatal, con amplias
libertades de apreciación de las pruebas, estableciéndose a partir de entonces,
una serie de funcionarios judiciales pagos, que originó una burocracia judicial
Apareció la noción de costas judiciales, que debía abonar el que resultaba
vencido en el litigio.
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Lo referente a la sentencia que condena al demandado a pagar una suma
inferior a la reclamada por el demandante, quien también puede resultar
condenado cuando media una demanda reconvencional.
Aparición de la apelación, que hace dejar sin efectos la sentencia para lograr
que la autoridad superior las reforme por considerarlas injustas o lesivas en su
derecho. Era interpuso ante el juez que debía dilucidarlo baja pena que sea
revisado por un tribunal superior.
El juez no dirige el proceso, directamente interviene con las personas y las
cosas, escucha a las partes, investiga y dicta la sentencia.
Desaparecen las dos etapas In Iure y la In Iudicem.
Desaparecen los efectos de la litis contestatio
Aparece la Libellus Conventionis o demanda escrita y redactada por el
demandante o sus consejeros.
El proceso en menos público solo se le da publicidad a la sentencia.
No está sometida a fórmula alguna ni a palabras o ritos sacramentales.
En los procesos formularios solo la fórmula era escrita, en estos procesos
todo es escrito.
El acceso al recinto judicial solo pueden tenerlo las partes y sus
representantes.
No hay días fastos y nefastos para los juicios.
Plazo de tres años de duración máxima del proceso, sino caducaba, aunque la
acción no
prescribía y podía solicitarse un nuevo juicio
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CARACTERÍSTICAS SECUNDARIAS
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B) LA TRAMITACIÒN DEL PROCESO EXTRAORDINARIO
La tramitación del proceso, en una sola vía, ante el juez-funcionario, sufrió
diferentes y largas transformaciones a través de todo el tiempo que estuvo
vigente. Sus características no obstante, quedan definidas por lo antes dicho, y
en orden, a la tramitación haremos seguidamente algunas indicaciones.
DESARROLLO
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c) LITIS CONTESTATIO:
d) PROCEDIMIENTO PROBATORIO:
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e) SENTENCIA:
f) APELACIÒN:
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Hoy en día consiste en el embargo sobre bienes singulares propiedad del
ejecutado.
SIGNIFICADO:
LIBELLUS CONVENTIONIS:
Era la demanda presentada ante el juez consistente en un escrito breve en el
que el actor hace sus peticiones fundadas, para obtener lo cree que se le debe,
esta era examinada por el juez quien de considerarla digan la pone a
conocimiento del demandado, y lo cita en un plazo de 20 días para presentar
su Libellus Contradictionis.
LIBELLUS CONTRADICTIONIS:
Consistía en otro escrito hecho por el demandado. Luego de esto cuando ambas
partes acudían ante el juez y procedía la Litis Contestatio.
LAS PRUEBAS:
Las pruebas podían ser la confesión, el juramento, los documentos, y los
testigos.
PRUEBAS TESTIFICALES:
Ayudaban a dar autenticidad a la prueba escrita, los testigos debían tener buena
reputación, y no podían ser testigos aquellos que tuviesen causas pendientes.
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PRESUNCIONES IURIS ET DE IURE; HOMINEM; IURIS TANTUM:
Son aquellas que no admiten prueba en contra, contra poniéndose a las iuris
tantum que admiten prueba en contra. Estas presunciones emanan de la
autoridad basándose en los documentos que eran las pruebas más eficaces que
la testimonial, así se usaran documentos públicos y privados.
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La reorganización de Diocleciano de la organización y administración de
las provincias hace que Italia pierda la posición rectora que había
mantenido.
TRAMITACIÒN
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A) CITACIÓN DEL DEMANDADO:
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C) LA PRUEBA:
Los medios de prueba de que pueden valerse las partes son los mismos que los
del proceso extra ordinem, pero rige el llamado principio inquisitivo, y eso
significa que el juez puede inquirir, investigar o traer toda clase de pruebas al
proceso.
D).SENTENCIA Y SU EJECUCIÓN:
E) COSTAS
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un resultado adverso.
F) PROCESOS ESPECIALES
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Rescripto es la Carta o Cédula Real que expide el Rey a instancia y petición de alguna
persona, ya derogando el derecho en su favor o ya concibiéndola conforme a él.
Se llamaba también Sobrecarta cuando en la segunda Cédula se insertaba la primera
como sucede asimismo en las segundas provisiones despachadas en los tribunales en
que se manda guardar lo mismo que se determinó en las primeras insertándose lo
ordenado en estas. Pero entendida la voz latamente, comprende cualquier privilegio,
beneficio o dispensación concedida por el Príncipe, único autor de estas gracias.
Rescriptos de Gracias. Son los que dependen de la mera liberalidad del Príncipe
quien en favor de alguno concede su gracia, præter, vel contra jus commune.
Rescriptos de Justicia. Son los que miran a la administración de justicia como
cuando se nombra en ellos Juez delegado para conocer de la causa o declara el
derecho de las partes, por lo cual se denominan rescriptos ad litem. Se llamó a
rescribendo vel a scribendo por formalizarse la orden en escrito o con la autoridad
Real.
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debajo. Si la solicitud era de un juez, era respondida a través de un pliego
y por eso eran llamados epístolas.
V. AUDIENCIA EPISCOPAL
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controversias jurídicas que él decidía en forma de arbitraje; es decir, actuaba en ellas
como árbitro designado de común acuerdo por las partes, si bien no tenía validez
legal.
ORIGENES:
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Nótese que los conceptos de “iglesia” y “obispo” están cambiando en este momento.
El término griego ekklesia o el latino ecclesia, que significa asamblea, servirá
para designar la corporación del nuevo orden sacerdotal de los obispos imperiales. Y
bajo el Constantinismo (siglo IV), el “obispo”, el anterior encargado
de una domus cultual de Filosofía Cristiana (siglo III), saldrá organizado dentro de la
administración territorial del Imperio como un colegio de magistrados de su propia
religión en las aulas basilicales de audiencias.
Pero la leyenda eclesiástica cita una Carta de Clemente, supuestamente del siglo I, con
la que se pretende atestiguar la fundación de un primer obispado en Roma de alguien
llamado Pedro. Pero en las iglesias de Pablo de mediados del siglo I, y durante su
estadía en Roma hasta el año 61, no existió un título de autoridad que mandara sobre
los presbíteros (ancianos) encargados de cada iglesia o congregación local (ver mi
libro: El Sincretismo del Cristianismo Antiguo, en esta editorial; explico el uso del
término griego epískopos con el significado común de “responsable” de la
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congregación, en las Cartas de Pablo y el libro de Hechos, sin connotación de rango
jerárquico ni autoridad doctrinal).
A la vuelta de Milán y del pacto con Licinio en la guerra contra Maximino Daya, el
año 313, Constantino se encontró en Roma con unas apelaciones al tribunal
del César por causa de una disputa entre el obispo Ceciliano de Cartago y los
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partidarios del obispo Donato, un pleito por la titularidad de unas domus en
lasprovincias de África. Desde el siglo III, los obispos de la academia de Filosofía
Cristiana, como ciudadanos romanos influyentes, venían apelando a las instancias de
Roma para resolver sus litigios de titularidad de las domus, sus aulas cultuales, y otras
propiedades (se ha visto antes el caso del procurador romano y obispo Pablo de
Samosata). Por lo tanto, resultaba del todo normal que los obispos hostiles a Ceciliano
hubieran dirigido al Emperador un pliego de ruegos, “Praeces ad Constantinum”, que
entregaron al procónsul de África Anulino3. Pero, lo que resultó novedoso esta vez fue
el procedimiento adoptado por Constantino.
Las resoluciones del primer consejo de octubre de 313 fracasaron. La rebelión de los
obispos Donatistas contra Ceciliano se radicalizó, y este enfrentamiento en Cartago
dividía al movimiento de Filosofía Cristiana en toda África (parte de la actual Libia,
Túnes y Argelia). Entonces, el Emperador decidió hacer una convocatoria mayor en
Arles, seguramente por su mejor relación con el obispo Marino que con Milcíades de
Roma, quien había tenido trato y recibido el favor de Majencio en la aplicación del
Edicto de Galerio. Se conserva la carta enviada por la oficina de Constantino al obispo
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Cresto de Siracusa para esta segunda convocatoria, en la cual el Emperador le
manda: “hemos ordenado a numerosísimos obispos... que se reúnan en la ciudad de
Arles por las calendas de agosto, hemos pensado escribirte también a ti para que tomes
del gobernador de Sicilia, el ilustrísimo Latroniano, un vehículo público [correo
romano], y juntando a ti al menos otros dos del segundo orden que tú mismo tengas a
bien escoger [secretarios?], y después de hacerte además con tres criados que puedan
serviros por el camino, te presentes ese mismo día en el lugar arriba indicado”7. Este
consejo de obispos reunido en Arles tuvo lugar el 1 de agosto del 314.
Por la aplicación del Edicto de Galerio del año 311, la devolución de propiedades de
tierras y fincas urbanas confiscadas a algunos partidos cortesanos de Filosofía
Cristiana y dadas a otros en usufructo desde el curso 303-304, la nueva administración
de Constantino se encontró con las apelaciones pendientes;
más los pleitos derivados de la inconformidad con las devoluciones ya realizadas por
Majencio hasta el año 313, o con el simple oportunismo de algún magistrado de
sacar ventaja de su adhesión al nuevo emperador. En estas querellas habría algunos ex
funcionarios que demandaban la vuelta a sus empleos, y muchos obispos, como los de
Cartago, litigando entre ellos por la titularidad de las domus y propiedades anexas. Por
otra parte, se estaban creando nuevas divisiones y pleitos de titularidad entre obispos
de distintas ciudades por la afiliación de unos al depuesto Majencio y de los nuevos
adheridos a Constantino. Este volumen creciente de juicios pudo estar en el origen de
la ley del año 318, de creación de un sistema de audiencias episcopales en las cabeceras
de las diócesis8 y las provincias del Imperio, para resolver asuntos comunes de
Derechos de los ciudadanos romanos Cristianos. Y al mismo tiempo, sirvió
para consolidar un partido de obispos imperiales que permitiría controlar a sus
seguidores cristianos.
Esta ley de audiencia episcopal era de arbitraje: “...si el litigante acude al juicio del
obispo,... si tiene voluntad de aceptar la ley cristiana sobre su caso,... sea oído... El
[obispo] juez... debe arbitrar”9. Y por lo tanto, quedaba excluida la jurisdicción de la
audiencia episcopal sobre causas criminales. Maria R. Cimma, en L'Episcopalis
Audientia, explica cómo diversos autores encuentran que esta ley de Constantino no
hacía más que extender a los cristianos un fuero de arbitraje del que ya disfrutaba en
el Imperio el patriarca de los hebreos; y con mayores prerrogativas, por cuanto “el
patriarca, al menos en Palestina, podía juzgar no sólo de litigios entre hebreos, sino
también entre un hebreo y un gentil [el extranjero]... y aplicar el derecho hebreo”10.
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De este modo, las comisiones o Concilium de obispos para emitir un dictamen fue la
primitiva forma embrionaria de una Iglesia de obispos que practicaban el protocolo
pontificio del culto de adoración del emperador Sumo Pontífice; y con el sistema de
tribunales y arbitraje judicial de las audiencias episcopales seconformó un colegio de
obispos, la corporación de un nuevo orden sacerdotal romano. Solamente faltaba
dotarlo de una ley que definiera qué tipo de ciudadano sería considerado Cristiano
Romano, y esa sería la “ley de Credo” promulgada por Constantino con
el Concilium de obispos en Nicea el año 325, cuando también se reglamentó los
cánones del orden jerárquico y territorial de la Iglesia de obispos imperiales (se verá
en el siguiente capítulo). Se debe tener en cuenta que la misma “ley de Credo”, que
definía al sujeto de Derechos ante el magistrado de la audiencia
episcopal, también determinaba el tipo de obispo magistrado conforme con la
legalidad vigente. De ahí que, al cambiar las leyes de “credos” según los cambios de
política del emperador, cambiaba la Iglesia de obispos (el primer colegio episcopal
del Concilium del Constantinismo estuvo dominado por el partido Arriano).
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vasos de bronce y de plata; o la basílica de la importante industria del vestido y su
comercio11.
Se puede tener una idea del volumen de la legislación de privilegios con el fin de atraer
a los magistrados curiales a las audiencias episcopales, y las posteriores restricciones
para contener este traspaso a lo largo del siglo IV, en las recopilaciones del Código de
Teodosio y Código de Justiniano con dos docenas de leyes dedicadas a este asunto:
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Código de Teodosio libro I 27,1; libro II 8,1; libro IV 7,1; libro VIII 8,3; libro XI 1,1;
7,13; libro XII 1,49; libro XVI 2,1; 2,2; 2,4; 2,3; 2,7; 2,8; 2,9; 2,10; 2,11; 2,12; 2,14;
2,15; 2,23; 5,1; 8,2. Código de Justiniano libro I 13,1; 13,2; libro III 2,21 13. Y entre
estas leyes, hay una que hace patente el grado de implicación de la clase adinerada en
el nuevo orden sacerdotal de obispos, una ley del Emperador Constancio II que
obligaba a pagar impuestos a los obispos que fueran grandes terratenientes (CodTeo
XVI 2,15). Es una muestra del alto rango funcionarial de los nuevos obispos de la
Iglesia Romana, y la importancia de sus magistraturas en la administración
pública. Es una señal de que el obispo de la basílica de audiencia episcopal ya no es el
tipo de obispo docente de la academia de Filosofía Cristiana del siglo III.
Los casos más célebres, documentados, de curiales que se bautizaron (baño iniciático)
como cristianos sólo después del nombramiento en la plaza episcopal, son de la
segunda mitad del siglo IV. Esto significa que el acopio de curiales romanos entre la
Iglesia de obispos duró todo el siglo IV, o que las audiencias episcopales se
habían ido convirtiendo en objeto de mayor interés de la carrera administrativa de la
aristocracia del orden curial a medida que avanzaba el siglo. Ambrosio de Milán y el
pretor Nectarius, altos funcionarios del imperio, no eran cristianos antes de ser
nombrados obispos para las importantes sedes imperiales de Milán y Constantinopla.
Ambrosio de Milán dice en De Officciis, que fue “sacado de los tribunales y la gestión
pública para pasar a ser obispo y enseñar aquello que nunca he aprendido” 14.
Ambrosio, era hijo del prefecto del Pretorio de las Galias, y pasó de corrector de
Liguria y Emilia a obispo de Milán. Y el pretor o magistrado Nectarius, también consta
que fue bautizado sólo después de su nombramiento episcopal por el emperador
Teodosio, para el obispado de Constantinopla el año 38115. La razón de este
nombramiento fue que el nuevo emperador Teodosio prefirió la lealtad de Nectarius
sobre el anterior obispo de Constantinopla, Máximo, quien había sido partidario de la
corte del antecesor emperador Valente. En el Canon # 4 anexo a la Ley-Credo de
Constantinopla del año 381, decretado por Teodosio, se depone al obispo Máximo de
Constantinopla, acusado de ser “filósofo”. Así se demuestra el carácter
eminentemente político de las audiencias episcopales.
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funciones de la magistratura episcopal, estos obispos participaban en rituales de la
Liturgia de Estado en templos donde se hacían sacrificios sangrientos. Esto se sabe
porque se dio una ley que excusaba la presencia en actos de sacrificios de animales de
aquellos obispos que fueran objetores (CodTeo XVI 2,5). Además, los obispos curiales
trasladaron a las audiencias episcopales su Derecho aristocrático de trasmisión
hereditaria de la magistratura, lo que dio lugar a las dinastías de obispos y líneas
familiares de privilegios episcopales.
Para estos obispos curiales, nuevos cristianos, pasó a valer como requerimiento
profesional la Ley de Credo del Emperador Constantino (Concilium de Nicea, 325),
que definía la clase de ciudadano cristiano-romano, aquel que aceptaba la ley
de Credo vigente. Como se ha dicho, estas leyes de Credo (profesión de fe)iban
a variar de contenido doctrinal según la política de cada emperador, y favorecer a un
partido u otro de obispos imperiales, siendo las principales fórmulas de “credos” las
de Constantino, del Arrianismo moderado (Nicea, 325); de Constancio II, del
Arrianismo (Rímini, 359); y de Teodosio, del anti-Arrianismo
que aquí llamo Trinitarios (Constantinopla, 381). Y en consecuencia, la composición
de las audiencias episcopales fue cambiando bajo un partido u otro de los obispos
palaciegos y según la posición política de las familias curiales.
32
de cristianismo tuvo su propia forma literaria: el epistolar y doctrinal, de Pablo; el libro
de dichos y drama heroico de los evangelios; el tratado de Filosofía Cristiana, y el
discurso de apología del cristianismo romano.
33
partir del año 364, los emperadores Valente en Oriente y Valentiniano en Italia
volvieron a reconocer la jurisdicción de las audiencias episcopales creadas por
Constantino. La ley de Audiencias Episcopales del 318 se mantuvo todo el siglo
cuarto, con el paréntesis del imperio de Juliano. Posteriormente, Arcadio y Honorio
(CodJust I,4,7 y I,4,8), y Valentiniano III (Novella 35) legislaron sobre la Audientia
Episcopalis, pero sin mayores cambios21; hasta que Justiniano, el año 530 en Oriente
y el año 554 en Italia, amplió su jurisdicción civil.
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Para el ejercicio de las audiencias episcopales, una ley de Constantino del 3 de marzo
de 321 estableció como día cultual y de receso de la actividad jurídica el primer día de
la semana, el Dies Solis (el Día del Sol)25, día de descanso del funcionariado imperial.
Aunque en las escuelas de retórica de Filosofía Cristiana del siglo III ya existía esta
costumbre que se conformaba a la vida pública en las ciudades del Imperio. Pero lo
curioso es que fuera necesaria esta ley, señal de algunadivisión de cultos. El año 386
una nueva ley refrendó, para las magistraturas episcopales, la dedicación cultual del
primer día de la semana, Dia del Sol, con el nombre de Día del
Señor (Dominica: Domingo; derivado de Dominus, el Señor)26. Un sincretismo
más de religión Solar.
CONCLUSIÒN
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era cubierto por el perdedor del juicio, por orden del presidente (quien preside
el proceso). Acompaña a este tipo de procedimiento, el característico
relajamiento de las costumbres de la época post clásica, que produjo el desuso
de las formalidades orales, y se empezó a representar a los clientes por escrito.
Otro hecho importante es la desestimación de las pruebas testimoniales, que
vienen a ser reemplazadas por las pruebas documentales o periciales (ej: se
expedía un parte médico que demostrara que Gayo había sufrido traumatismo
de tórax) o se invocaba la demencia del procesado, etc. Quien lleva adelante el
proceso es ahora designado por las partes, luego se determine la cuestión
litigiosa (litis contestatio).
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La tramitación en si una serie de diligencias o requisitos determinados para el
curso y a una resolución administrativo, por lo cual podemos tramitar una
serie de traslados de escritos de una manera judicial. Por lo cual en si la
tramitación es un documento que te facilita hacer una serie de escritos para
una resolución de manera satisfactoria.
XII. BIBLIOGRAFIA
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G., Q. O. (2000). teoría jurídica del delito y de la pena. Madrid: Valencia.
IX. ANEXOS:
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DIOCECLIANO
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CONSTANTINO
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