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AUTONOMÍA MUNICIPAL EN LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES

UN ANÁLISIS DEL NUEVO ESTATUTO DEL EMPLEADO MUNICIPAL

Joela Borghi [1]

I. Consideraciones preliminares

EL 20 de noviembre de 2014 diversas organizaciones sociales aguardaron la sanción de la flamante


Ley 14.656, norma que estableció un nuevo Estatuto para el Personal de los Municipios de la
Provincia de Buenos Aires.

Aquel jueves los trabajadores aplaudieron la derogación de la antigua Ley 11.757, sancionada en el
año 1996, que había sido tachada de inconstitucional en varios de sus artículos por la Suprema Corte
de Justicia de la Provincia.

El proyecto tuvo por autor al Diputado Hernán Doval (FPV) y estuvo signado por una intensa puja
política de la que participaron legisladores, intendentes temerosos frente a las consecuencias
económicas de la nueva legislación, trabajadores municipales y asociaciones de las más diversas.
Esta puja, que perduró incluso después de su sanción definitiva, derivó en un complejo entramado
normativo que vino a complementar a la ley originaria.

La nueva Ley 14.656 no solo trajo aparejadas un conjunto de conquistas para los agentes del sector
sino que además implicó una modificación sustancial en el modo de concebir la autonomía
municipal. Por primera vez los Municipios bonaerenses se encontraron facultados para convertirse
en protagonistas y mentores de un derecho laboral municipal, adaptado a sus particularidades,
abandonando de ese modo el antiguo régimen estatuido por la Ley 11.757 en el que la Provincia
regulaba de manera pormenorizada cada instituto.

Sin embargo, y pese a los beneficios que el cambio normativo significó, el texto de la Ley 14.656 no
estuvo exento de defectos. En lo que sigue efectuaremos un análisis de los factores que influyeron
en la redacción de la norma, la técnica legislativa utilizada, los errores de que padece y el entramado
normativo que surgió luego de su promulgación.
II. La SCBA y la Causa I. 2021 Municipalidad de San Isidro c/ Provincia de Buenos Aires.
Inconstitucionalidad ley 11.757

Entre los factores intervinientes en la redacción de la norma en análisis, no puede dejar de


mencionarse la sentencia dictada por la Suprema Corte de Justicia de Buenos Aires con fecha 27 de
agosto de 2014, solo unos meses antes de que la Ley 14.656 fuera sancionada definitivamente. En
ese entonces, el proyecto de ley - que llevó el número D- 418/14-15 - ya se encontraba ingresado a
la legislatura por lo que su texto debió ser modificado para adecuarlo a los criterios del Máximo
Tribunal Provincial.

En este fallo, el Supremo Tribunal se expidió declarando la inconstitucionalidad de determinados


artículos de la Ley 11.757 por considerarlos vulneratorios de la autonomía municipal (artículos 192
inciso 3º de la Constitución provincial y 5º, 31 y 123 de la Constitución Nacional).

Así, del voto mayoritario del Doctor Soria (al que adhirieron los señores jueces Pettigiani, Kogan y
De Lázzari) surge que “algunos textos de la ley 11.757 no merecen reparo (...) pero muchas de sus
prescripciones ignoran el umbral mínimo de determinaciones correspondientes a todo ente
municipal en función de los principios que dimanan del art. 123”[2]. Continúa diciendo el magistrado
que “...lo que motiva la descalificación constitucional, es el hecho de que esos institutos sean, como
lo son, susceptibles de variantes considerables, de relevantes y muy diversas alternativas de
configuración (...) De manera que, al establecer fórmulas únicas, rígidas y obligatoriamente idénticas
para todos, con prescindencia de sus respectivas peculiaridades o condiciones, la regulación
provincial avasalla y restringe en forma desmesurada el legítimo margen de maniobra municipal”[3].

Sin embargo, este reconocimiento no significó una habilitación a los Municipios a dictar su propia
normativa sin sujeción a límite alguno. Por el contrario, se habilitó el dictado de una legislación
provincial “ceñida a lo que es propio de una ley marco o de bases comunes (aunada eventualmente
con reglas supletorias o de adhesión)” [4]. En relación a los objetivos de esta regulación, se consigna
que la finalidad es “brindar un tratamiento normativo armónico, congruente con los fines a los que
tienden, así como para garantizar derechos mínimos y al mismo tiempo evitar soluciones
infundadamente dispares que afecten un umbral de trato jurídico igualitario (arg. arts. 16, Const.
nac.; 11, Const. prov.), en cuyo respeto anida también la salvaguarda de los intereses generales”[5].
Haciendo un análisis más particularizado de aquellas materias sobre las cuales la Provincia podría
legislar, el Máximo Tribunal Provincial puso de resalto que “La regulación del empleo público
reconoce ciertos principios o bases fundamentales que surgen del ordenamiento constitucional y
expresan fines generales, a saber: i] la estabilidad (arts. 14 bis, Const. nac.; 103, inc. 12, Const. prov.);
ii] el derecho a la carrera (art. 103, inc. 12, Const. prov.); iii] la idoneidad para el acceso a la función
(arts. 16, Const. nac.; 103, inc. 12, Const. prov.); iv] las incompatibilidades (arts. 53 y 103, inc. 12,
Const. prov.). Participan de esa estructura institucional, aunque enmarcada en los términos del
citado art. 103, inc. 12, la cláusula de la negociación colectiva (art. 39 inc. 4, Const. prov.) y, como
principio especialmente aplicable al procedimiento disciplinario, la tutela efectiva y el debido
proceso frente al ejercicio de la potestad sancionatoria (arg. arts. 18, Const. nac.; 15, Const.
prov.)”[6].

A la hora de redactar el proyecto de ley que se transformaría en el flamante Estatuto del Empleado
Municipal, el legislador optó por recurrir a una técnica legislativa novedosa en pos de respetar los
criterios sentados por la Corte en este fallo. Analizaremos en el acápite que sigue las
particularidades de este método.

III. La técnica legislativa empleada en la Ley 14.656: algunas observaciones

La norma se divide en 3 secciones: la Sección I, que regula el “Régimen Marco de Empleo Municipal”
y aplica a todos los Municipios, la Sección II relativa a la “Negociación Colectiva” y también aplicable
a todas las comunas y la Sección III que establece un “Régimen Supletorio de Empleo Municipal” y
aplica a aquellos Municipios que opten por no sancionar una ordenanza o establecer estas
previsiones por medio de un convenio colectivo de trabajo. Estudiaremos seguidamente algunas de
las particularidades de cada una de las Secciones.

La primera Sección (artículo 1 a 46), contiene la llamada legislación marco, es decir, aquellas
disposiciones de orden público que, como mínimo, debe contener todo contrato de empleo
municipal que se celebre dentro de los límites de la Provincia. De este modo, se contemplan
regulaciones relativas a la forma de ingreso, las inhabilidades, la adquisición de la estabilidad, la
situación de revista y los derechos del trabajador.
Entre las novedades destaca la incorporación dentro de la enunciación de derechos de las
negociaciones colectivas (inciso s del artículo 6) y el salario mínimo vital y móvil (inciso t del mismo
artículo).

Algunos de los preceptos de la Ley 11.757 fueron eliminados (es el caso de la representación
exclusiva de los trabajadores municipales en cabeza de la Federación de Sindicatos de Trabajadores
Municipales de la Provincia de Buenos Aires [7]) y otros, si bien se mantuvieron en su redacción
original, fueron trasladados a la sección “Régimen Supletorio” luego del dictado el fallo de la SCBA
“ut supra” comentado por constituir regulaciones pormenorizadas, invasivas de las facultades de
las comunas.

Así, entres las regulaciones pormenorizadas que pasaron a integrar el régimen supletorio se
destacan los requisitos de admisibilidad – artículo 68 de la Ley 14.656- la enunciación de las causales
de cese – artículo 98-, la mención del órgano encargado de la evaluación del personal –artículo 77-
, la enunciación de las causas que dan lugar a sanciones disciplinarias – artículo 105- y el modo en
que debe conformarse el órgano de disciplina- artículo 102-.

Cabe mencionar que, en el proyecto ingresado a la Honorable Legislatura, muchas de estas


cuestiones estaban incluidas en la Sección I y durante el trámite parlamentario su ubicación fue
modificada. Estas modificaciones no estuvieron acompañadas de una revisión integral del texto de
la norma, lo que generó un conjunto de inconsistencias y remisiones vacías de contenido. Citaremos
algunos ejemplos.

El proemio del artículo 28 – ubicado en el régimen marco- dice que “cuando ocurriese un hecho que
pudiere motivar la aplicación de las sanciones disciplinarias establecidas en la presente ley, se
seguirá el siguiente procedimiento…” y el artículo 37 hace referencia a “las sanciones correctivas
previstas en la presente ley. Sin embargo, el detalle de sanciones integra la parte supletoria. Si el
municipio decidiera no acogerse a ese régimen y establecer una regulación propia, la remisión
quedaría vacía de contenido, puesto que las sanciones dejarían de estar previstas “en la presente
ley” y pasarían a estar contenidas en la ordenanza municipal o el convenio colectivo respectivo.

Desde el punto de vista sustantivo, se advierte una contradicción entre las previsiones del artículo
11, que garantiza en la carrera administrativa la no discriminación por razones o bajo pretexto de
antecedentes penales [8], y el artículo 113 incisos b) y h)[9], que prohíben la admisión como
personal temporario de aquellos sujetos que tengan antecedentes penales e incluso de quienes se
encuentren procesados. Entendemos que esta contradicción debería resolverse a la luz del artículo
23 inciso c) de la Convención Americana de Derechos Humanos, que confiere a todos los ciudadanos
el derecho de tener acceso, en condiciones generales de igualdad, a las funciones públicas de su
país, estableciendo que “la ley puede reglamentar el ejercicio de los derechos y oportunidades a
que se refiere el inciso anterior, exclusivamente por razones de edad, nacionalidad, residencia,
idioma, instrucción, capacidad civil o mental, o condena, por juez competente, en proceso penal”.

Otra cuestión que merece ser destacada es la forma en que se regula la remuneración a percibir por
los trabajadores que opten por el régimen de pasividad anticipada. El artículo 57 de la Ley 11.757
establecía un régimen único para todos los Municipios, en el cual los agentes que se acogieran a
este instituto percibían el 70% de la remuneración correspondiente a su cargo, nivel y
antigüedad[10]. Por su parte, el nuevo artículo 20 (y su juego con el artículo 72 inciso f ubicado en
la parte supletoria) solo fija un piso mínimo (60%), permitiendo que la Ordenanza y el Convenio
Colectivo de Trabajo establezcan un monto superior[11]. No parece razonable efectuar en este
punto diferenciaciones entre los trabajadores municipales de la provincia, más aun si se tiene en
cuenta que, de conformidad con las previsiones del artículo 2° del DECRETO-LEY 9650/80, estos
pagos están a cargo de un organismo provincial como es el Instituto de Previsión Social y que no era
necesario modificar este artículo al no haber sido objeto de reparo constitucional alguno por parte
de la SCBA.

La Sección padece también de varios defectos de redacción los cuales, de haberse efectuado una
revisión integral del texto, podrían haberse evitado.

Pasemos ahora al análisis de la Sección II (artículos 47 a 64), que contiene la conquista principal que
este nuevo régimen trajo aparejada para los trabajadores del sector: las llamadas “paritarias
municipales”. Mediante este acápite, se pretendió tornar operativo a nivel municipal lo dispuesto
en el artículo 14 de la Constitución Nacional, el artículo 39 de la Constitución Provincial y el artículo
5° de la Ley N° 23.551 -ASOCIACIONES SINDICALES-, que reconoce el derecho a las asociaciones
sindicales de negociar colectivamente.

Sin embargo[JB1] , lejos de constituir un régimen marco establecido en pos de garantizar la armonía
normativa, este apartado regula exhaustivamente la materia dando incluso amplias facultades al
Ministerio de Trabajo Provincial para incidir en las negociaciones colectivas que efectúen los
Municipios: es Autoridad de Aplicación de las negociaciones y es quien convoca las audiencias,
homologa los acuerdos, los registra y los publica (artículos 58 y 60 de la Ley 14.656)[12]. Cabe
preguntarse si esta regulación pormenorizada va en línea con la doctrina sentada por la SCBA en
“Municipalidad de San Isidro”.

Al igual que en la Sección anterior, hay varios artículos que se ven afectados por defectos de
redacción y remisiones incorrectas.

Una consideración especial merecen los dos últimos artículos que componen la sección en análisis.
El artículo 63[13] establece la aplicación supletoria la Ley Nacional 14.250, sus reglamentarias y/o
modificatorias. Encontrándose vigente la provincial Ley N° 13.453 y modificatorias - negociaciones
colectivas entre la Administración Pública Provincial y sus empleados – no se advierte la razón por
la cual el legislador optó por efectuar una remisión a la legislación nacional.

Por su parte, el artículo 64[14] establece una previsión que nada tiene que ver con la Sección en la
que se ubica. Se trata de una previsión general que deroga el régimen anterior y establece un
supuesto de ultraactividad que, dadas sus particularidades, será analizado en el acápite siguiente.

Finalmente, la Sección III (artículos 65 a 121) refiere al Régimen Supletorio de Empleo Municipal,
aplicable a aquellos municipios que no hubiesen sancionado ordenanza municipal ni suscripto un
Convenio Colectivo de Trabajo que contenga estas regulaciones.

Tal y como se expuso “ut supra”, este acápite replica en varios casos artículos de la Ley 11.757 y
modificatorias. Se incorporan también algunas modificaciones respecto del régimen anterior en
beneficio de los trabajadores. Por ejemplo, se hace referencia a la reducción progresiva del personal
contratado (artículo 70), se establecen mínimos al regular los adicionales que integran la
remuneración en lugar de porcentuales fijos (artículo 72) y se incorporan mayores beneficios en
materia de licencias (artículo 78 y concordantes).

Se registran también en esta sección algunas observaciones sustanciales. El artículo 75, por ejemplo,
regula las compensaciones por órdenes de servicio en concepto de viáticos y movilidad. Mientras
que en el caso de los gastos de movilidad se establece que será considerado remuneración “el
monto que supere los gastos debidamente acreditados”, en el caso de los viáticos el legislador se
limita a afirmar que “se consideran remuneración a todos los efectos” (artículo 75 inciso 1a). La no
exclusión de la parte efectivamente gastada para este supuesto, resulta al menos cuestionable[15].
Sin perjuicio de este examen general - que pretende esbozar únicamente algunas de las principales
observaciones vinculadas al texto de la norma-, pasaremos a centrarnos en una cuestión que, por
su complejidad, merece ser analizada en particular: nos referimos a la operatividad de la Ley 14.656.

IV. La operatividad de la Ley N° 14.656

El momento a partir del cual resulta de aplicación la regulación en estudio surge de un complejo
entramado que se conforma con los artículos 64, 65 y 120 de la ley[16] y las normas que surgieron
con posterioridad.

Establece el art. 120 que la ley entrará en vigencia a los 180 días de su publicación en el Boletín
Oficial[17], lapso que quedó concluido con fecha 05/07/2015. Llegado ese término, inició un período
de 180 días, que llamaremos “período de transición”, durante el cual los Municipios podían
sancionar una ordenanza municipal estableciendo un régimen propio o bien suscribir un Convenio
Colectivo de Trabajo.

Durante este lapso, la Ley 11.757 y sus modificatorias se mantuvo vigente. Habiendo culminado este
periodo se aplicaría a los Municipios que no tengan ordenanza ni convenio, el Régimen Supletorio
previsto en la Sección III.

Como producto del recambio de autoridades acaecido luego del proceso eleccionario y - en algunos
casos - de la falta de técnicos especializados en la materia, varios Municipios no contaban siquiera
con un proyecto de ordenanza cuando se produjo el vencimiento del periodo de transición -
01/01/2016-. A todos ellos debía entonces aplicarse sin más la Sección Supletoria creada por la
Provincia.

Entendiendo que esta cuestión de coyuntura no debería impedir el ejercicio de las facultades
autonómicas de las comunas, el Poder Ejecutivo dictó el Decreto 26/15 B[18], que adicionó a aquel
período de transición otro período que denominaremos “de acompañamiento”. Por medio de esta
norma se estableció un nuevo lapso de 180 días durante el cual la Provincia, a través del Consejo de
Empleo Municipal, brindaría la colaboración necesaria a las comunas para elaborar sus proyectos
de ordenanza. Replicando el criterio adoptado en el artículo 64 de la Ley 14.656, se dispuso que
hasta la finalización de este proceso, se suspendería la aplicación de la Ley 14.656, quedando las
relaciones de empleo municipal regidas por la Ley 11.757 y modificatorias[19].
Con el objeto de aventar toda duda en relación a la vulneración del principio de jerarquía normativa,
se incorporó en el artículo 69 de la Ley 14.807 - de Presupuesto para el Ejercicio 2016[20]- , la
convalidación del Decreto 26/15 B.

El proyecto ingresado por el Poder Ejecutivo a la Honorable Legislatura, que constituía una
convalidación lisa y llana del Decreto referido, fue objeto de intensas discusiones políticas que
terminaron por incorporar modificaciones a la redacción original del artículo. Reza el texto
finalmente sancionado: “Convalídanse los términos del Decreto N° 26/2015 B del 15 de diciembre
de 2015, con excepción del artículo 5°. Postergáse, por ciento ochenta (180) días a partir de la
sanción de la presente Ley, la entrada en vigencia de la Sección Tercera de la Ley Nº 14.656”.

Es de resaltar que, habiéndose modificado el proyecto original, la utilización del término


“convalidación” carece de sentido si se tiene en cuenta que solo el artículo 5° del Decreto requería
de aprobación legislativa. El resto del articulado está conformado por instrucciones internas,
efectuadas por el Poder Ejecutivo en ejercicio de atribuciones que le son propias.

Como producto de este artículo 69 de la Ley de Presupuesto, se altera el marco jurídico vigente
durante el periodo de acompañamiento. En lugar de resultar aplicables las previsiones de la Ley
11.757 y modificatorias tal y como el Poder Ejecutivo lo había previsto, cobraron ahora operatividad
las secciones I – Régimen Marco de Empleo Municipal- y II – Negociación Colectiva- de la nueva ley
14.656. En cuanto a la Sección III – Régimen Supletorio- se resuelve postergar su entrada en vigencia,
lo que tornó inviable su aplicación hasta el 13/07/2016. Durante este periodo, y si bien la ley no lo
dice expresamente, las condiciones laborales quedaron reguladas supletoriamente por la Ley 11.757
y modificatorias[21].

Completa este enmarañado cuadro normativo el Decreto 784/16 que, al aprobar la reglamentación
del Nuevo Estatuto, incorporó en su artículo 65 una previsión específicamente vinculada a su
aplicación. Reza el citado artículo: “La aplicación de lo normado por el Decreto N° 26, del 15 de
diciembre de 2015 y del artículo 69 de la Ley N° 14807, se extenderá por un plazo de noventa (90)
días hábiles exclusivamente para los siguientes supuestos: 1) Que se encuentre en curso el proceso
de negociación colectiva. 2) Que el Departamento Ejecutivo Municipal comunique a la Autoridad de
Aplicación dentro del plazo de diez (10) días hábiles de promulgado el presente Decreto, la
convocatoria a negociar el convenio colectivo correspondiente y la designación de sus paritarios.
Para la aplicación de ambos supuestos el municipio deberá haber dado oportuna respuesta a la
información pertinentemente solicitada por el Ministerio de Trabajo”.
De este modo, se instaura un nuevo período, que podríamos denominar “de prórroga del periodo
de acompañamiento”, aplicable únicamente para aquellos Municipios en que la adopción de un
convenio colectivo de trabajo tenga “principio de ejecución”.

V. Colofón

La derogación del régimen estatuido por la Ley 13.757, modificatorias y complementarias y la


creación de una nueva legislación más respetuosa de las autonomías municipales, constituye sin
lugar a dudas un avance significativo.

No obstante ello, las dificultades padecidas por el Nuevo Estatuto tanto antes como después de su
sanción definitiva, dieron como resultado un texto emparchado, con ciertas inconsistencias y
rodeado de una abultada maraña normativa que torna dificultosa su comprensión. Se edifica de este
modo un complejo laberinto que opera en desmedro de la conformación de un derecho de cariz
democrático que, sin perder el rigor técnico, resulte accesible no solo para el jurista sino también
para el ciudadano común cuya conducta está destinado a reglar.

Cobra entonces vigencia aquella cita esbozada en 1810 por Mariano Moreno en oportunidad de
traducir el Prólogo de "El contrato social" de Rousseau: “si cada hombre no conoce lo que vale, lo
que puede y lo que se le debe, nuevas ilusiones sucederán a las antiguas, y después de vacilar algún
tiempo entre mil incertidumbres, será tal vez nuestra suerte mudar de tiranos sin destruir la tiranía.”

Notas
[1] Abog.borghi@gmail.com
[2] Del voto del Dr. Soria, Punto IV, apartado 2.
[3] Del voto del Dr. Soria, Punto IV apartado 4. “a”.
[4] Del voto del Dr. Soria, Punto III.
[5] Del voto del Dr. Soria, Punto III.
[6] Del voto del Dr. Soria, Punto III.
[7] Ver artículo 51 de la Ley 11.757 y modificatorias.
[8] ARTÍCULO 11. (…) Se garantiza la igualdad de oportunidades y trato en la carrera administrativa
y cuando tuvieren responsabilidades hacia sus hijos/as, o respecto de otro miembro de la familia, y
la no discriminación por razones o bajo pretexto de etnia, nacionalidad, color de piel, nacimiento,
origen nacional, lengua, idioma o variedad lingüística, convicciones religiosas o filosóficas, ideología,
opinión política o gremial, sexo, género, identidad de género y/o su expresión, orientación sexual,
edad, estado civil, situación familiar, responsabilidad familiar, trabajo u ocupación, aspecto físico,
discapacidad, condición de salud, perfil genético, situación socioeconómica, condición social, origen
social, hábitos personales, sociales o culturales, lugar de residencia, situación penal, antecedentes
penales y/o cualquier otra condición o circunstancia personal, familiar o social, temporal o
permanente.
[9] ARTÍCULO 113. No podrá ser admitido como personal temporario aquel que esté alcanzado por
alguno de los siguientes impedimentos: (…)
b) El que se encuentre condenado y/o con antecedentes penales vigentes o quien estuviere
imputado en una causa penal por hecho doloso hasta tanto se resuelva su situación procesal. (…)
h) El que hubiere sido condenado o estuviere procesado con auto de procesamiento firme o
situación procesal equivalente como autores, participes en cualquier grado, instigadores o
encubridores por delitos considerados como imprescriptibles en el ordenamiento jurídico vigente.
Las designaciones efectuadas en violación a lo dispuesto en la presente ley son nulas. (…)
[10] ARTICULO 57º: La remuneración que percibirá el agente que opte por el Régimen de Pasividad
Anticipada, durante el periodo que restare hasta cumplir con las condiciones necesarias para
obtener el beneficio de jubilación ordinaria, será la equivalente al SETENTA POR CIENTO (70%) de la
correspondiente a su cargo, nivel y antigüedad. A dicha suma se aplicarán los descuentos por
aportes previsionales y los que legalmente correspondan, calculados sobre el CIEN POR CIENTO
(100%) del salario que le corresponda en actividad.
La Administración Pública deberá efectuar los aportes patronales también tomando como base el
CIEN POR CIENTO (100%) de la remuneración del agente.
Las asignaciones familiares que correspondan al agente, se abonarán sin reducciones durante el
periodo de pasividad.
[11] ARTÍCULO 20. El acogimiento del trabajador al régimen que se establece en el artículo
precedente importará el cese de la obligación de prestación de servicio, pasando automáticamente
a la situación de pasividad con goce parcial de haberes en los términos que establezcan la Ordenanza
y el Convenio Colectivo de Trabajo, el que no podrá ser inferior al sesenta por ciento (60%) del
correspondiente a su cargo, nivel y antigüedad.
A dicha suma se aplicarán los descuentos por aportes previsionales y los que legalmente
correspondan, calculados sobre el cien por ciento (100%) del salario que le corresponda en
actividad. La Administración Pública deberá efectuar los aportes patronales también tomando como
base el cien por ciento (100%) de la remuneración del trabajador.
ARTÍCULO 72. El trabajador tiene derecho a una retribución justa por sus servicios, de acuerdo con
su ubicación en la carrera o en las demás situaciones previstas en esta ley y que deban ser
remuneradas, conforme con el principio que a igual situación de revista y de modalidades de
prestación de servicios, gozará de idéntica remuneración, la que se integrará con los siguientes
conceptos: (…)
f) Anticipo jubilatorio: el trabajador que cese con los años de servicios necesarios para la obtención
del beneficio jubilatorio, tendrá derecho a seguir percibiendo el importe correspondiente al sesenta
por ciento (60%) de su remuneración mensual por hasta un máximo de doce (12) meses, como
adelanto de su jubilación, de la que será deducida al liquidarse esta última.
Cuando el cese del trabajador se produjera computando como mínimo treinta años de servicio, se
le otorgará una retribución especial sin cargo de reintegro equivalente a seis (6) mensualidades del
sueldo básico de la categoría en que revista, o del Salario Mínimo Vital y Móvil si este fuere superior,
sin descuento de ninguna índole y la cual deberá serle abonada dentro de los treinta (30) días del
cese.
[12] ARTÍCULO 58. Suscripto el convenio celebrado entre las partes, el texto completo de aquél será
remitido dentro de los cinco (5) días al Ministerio de Trabajo de la Provincia de Buenos Aires para
su registro y publicación, dentro de los cinco (5) días de recibido.
El acuerdo regirá formalmente a partir del día siguiente al de su publicación, o en su defecto, vencido
el plazo fijado para ésta y se aplicará a todo el personal comprendido en el mismo.
ARTÍCULO 60. El Ministerio de Trabajo de la Provincia de Buenos Aires será la autoridad
administrativa de aplicación de la Negociación Colectiva contemplada en la presente Sección, y en
ejercicio de sus funciones estará facultado para disponer la celebración de las audiencias que
considere necesarias para lograr un acuerdo. (…)
[13] ARTÍCULO 63. Serán de aplicación supletoria la Ley Nacional 14250, sus reglamentarias y/o
modificatorias.
[14] ARTÍCULO 64. Derógase la Ley Nº 11757, sus modificatorias y concordantes y toda
reglamentación dictada en su consecuencia, a partir de la entrada en vigencia de la presente ley.
Ultraactividad. Vencido el término de vigencia de la Ley Nº 11757, se mantendrán subsistentes las
condiciones de trabajo resultantes de la misma hasta tanto se dicte la ordenanza municipal
reglamentaria del régimen de empleo municipal, se suscriba Convenio Colectivo de Trabajo o resulte
aplicable el régimen supletorio de empleo municipal previsto en la presente ley.
[15] En tal sentido, el artículo 106 de la L.C.T. que expresa que “Los viáticos serán considerados
como remuneración, excepto en la parte efectivamente gastada y acreditada por medio de
comprobantes, salvo lo que en particular dispongan los estatutos profesionales y convenciones
colectivas de trabajo”.
Por otra parte, la jurisprudencia tiene dicho al respecto que “Se puede establecer como principio
general que los viáticos son remuneraciones cuando no se le exige al trabajador la entrega de
comprobantes de modo que obtiene una ganancia o por lo menos tiene la oportunidad de
obtenerla, y no son remuneraciones cuando se paga a cambio de la entrega de documentación que
acredite el gasto, es decir que el trabajador no obtiene ganancia” (CNAT Sala VII Expte Nº 26.521/09
Sent. Def. Nº 45.381 del 31/5/2013 “Cruz, Daniel Alberto c/Wurth Argentina SA s/despido”).
[16] ARTÍCULO 120. La presente ley entrará en vigencia a los ciento ochenta (180) días a contar a
partir de su publicación.
ARTÍCULO 64. Derógase la Ley Nº 11757, sus modificatorias y concordantes y toda reglamentación
dictada en su consecuencia, a partir de la entrada en vigencia de la presente ley.
Ultraactividad. Vencido el término de vigencia de la Ley Nº 11757, se mantendrán subsistentes las
condiciones de trabajo resultantes de la misma hasta tanto se dicte la ordenanza municipal
reglamentaria del régimen de empleo municipal, se suscriba Convenio Colectivo de Trabajo o resulte
aplicable el régimen supletorio de empleo municipal previsto en la presente ley.
ARTÍCULO 65. Las relaciones de empleo público de los trabajadores municipales se rigen
supletoriamente por la presente sección (Se refiere al Régimen Supletorio), siempre que dentro de
los ciento ochenta (180) días de la entrada en vigencia de la presente ley no se hubiera sancionado
ordenanza municipal reglamentando un régimen de empleo municipal o no se hubiese suscripto un
Convenio Colectivo de Trabajo.
[17] Fecha de publicación: 6/01/2015 - B.O. 27452 SUPLEMENTO
[18] Publicación: del 5/01/2016 B.O. 27694 SUPLEMENTO
[19] Reza el ARTÍCULO 5° del Decreto: “Suspender, hasta la culminación del proceso de
acompañamiento y reglamentación establecido en el Artículo 2°, la aplicación de la Ley N ° 14.656,
quedando las relaciones de empleo municipal regidas por la Ley N° 11.757 y modificatorias”.
La culminación del plazo se produjo con fecha 03/07/2016.
[20] publicada en B.O. el día 25/01/2016
[21] Es este el criterio sostenido por la SCBA en la causa .74.048 "ASOCIACION DE TRABAJADORES
DEL ESTADO (A.T.E.) C/ PROVINCIA DE BS. AS. S/ INCONST. ART. 69 PRESUP. PROV.", de fecha 24 de
mayo de 2016. Allí, se estableció que “el juego de la suspensión y retraso de efectos del régimen
supletorio de la Sección III de la ley 14.656, traería como resultado que, por ciento ochenta días,
recobran o mantienen su virtualidad las condiciones laborales derivadas de la ley 11.757”.
[JB1] Voy por acá

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