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Gabriela… una adorable mujer casada 4 (reeditada)

Gaby no prestando mucha atención a la intensa sensación


de cosquilleo y de mariposas en su estómago, solo atinó a
decir…

--Don, Por Favor!!... esta mi marido, le dice en voz baja


Gabriela a Cipriano, quien la miraba con toda su cara
distorsionada a causa de la calentura contenida y por el
enojo acumulado, por motivo de todas las llamadas
telefónicas que no tuvieron respuesta por parte de ella.

--Cuanto hace que no me mandas un mensaje o me llamas


reinita?... recuerdas en lo que habíamos acordado?..., intente
llamarte a tu celular pero no contestas y al no saber ni
recibir noticias tuyas tuve que venir yo!

--Por favor más tarde me comunico con usted don Cipriano,


no me haga esto por favor se lo ruego por lo que más
quiera, mi marido nos puede escuchar, rogaba la casada
intentando bajar el tono de la conversación.

En el momento en que el viejo Cipriano se preparaba para


continuar presionando a la muy asustada de Gabriela, la voz
de Cesar lo detuvo.

--Gabriela!!, quien busca mi amor!!, grito Cesar desde la


habitación, el aun pensaba que podría ser su madre que por
alguna razón venía a visitarlos.

Gaby quien ya se encontraba al borde de una verdadera


crisis de pánico con el solo pensar en verse descubierta por
su marido y al estar platicando con su amante en las
mismas puertas de su casa, solo atino a gritar hacia el
interior…
--Es un vendedor cariño, voy enseguida!!, Cesar al notar que
su mujer a lo mejor estaría entretenida por un rato viendo
lo que le ofrecía el supuesto vendedor, solo se limitó a
esperarla, ya que estaba ansioso de continuar en lo que
estaban haciendo antes de ser interrumpidos por los fuertes
golpes de la puerta.

Don Cipriano luego de un momento y al notar el silencio


que se produjo volvió al ataque.

--Te espero abajo en el auto así que invéntate algo para


escaparte y baja en media hora ¿ok?

--Don Cipriano, por favor deme más tiempo, por ahora no


puedo salir de casa, le prometo que me las arreglare para
salir, pero no en este momento, se lo suplico.

El viejo mecánico la miraba de pies a cabeza, pero que


soberbia y altiva se veía la casada con esos pantalones
negros totalmente ajustados a la esbelta anatomía de
concurso que se gastaba Gabriela, sentía los hormonales
impulsos de tomarla, arrancarle sus ropas y follarsela ahí
mismo en la entrada de su departamento y tirada en el
suelo, producto de las ansias contenidas en el transcurso de
ese día, pero pensaba que si quería volver a cogérsela como
corresponde tenía que actuar prudentemente, por lo que
resolvió y le dijo…

--Escúchame bien pendeja culona!!, le dijo don Cipriano


tomándola bruscamente de sus rubios cabellos y
atrayéndola hacia su aguardentosa boca con la idea de que
le escuchara bien lo que le estaba diciendo, --A mí no me
importa que este el maricon de tu marido esperándote,
porque si yo quiero ahorita mismo me dirijo a tu habitación
y me lo despacho, Gabriela escuchaba totalmente aterrada
de lo que le decía el viejo mecánico-- Y de paso te culeo
todo lo que yo quiera en la mismita cama en la que te
refregaste en mi verga solo hace unos días, pero como a mí
me gustan las cosas a la buena te daré la última opción a
que me cumplas, la casada daba gracias a dios de que don
Cipriano daba muestras de que en pocos momentos se
retiraría, --Por ahora me iré, pero a las 8 de la noche en
punto te esperaré abajo en la entrada del edificio e iremos
al mismo hotel en donde estuvimos la primera vez que
cogimos, y si no llegas puntual te juro que vendré a tu casa
y si es necesario echare la puerta abajo, ya te dije que a mí
no me importa tu marido, tu veras como te las arreglas con
él, a su vez la tomo por la cintura y le puso uno de sus
asquerosos besos con lengua el cual fue correspondido por
ella en su afán por deshacerse lo más pronto posible del
mecánico, --Ahh y lo último lleva dinero para pagar el hotel,
porque yo no tengo!!, fue lo último que dijo don Cipriano
antes de retirarse, y bajar por las escaleras del edificio.

Gabriela al cerrar la puerta y al estar ya sola, aun sentía la


hediondez de la boca y cuerpo del viejo mecánico, ese olor
a hombre de trabajo rudo la confundían, ese olor a
mecánico y a macho la volvían loca y la ponían vulnerable a
sus calientes pretensiones, y el sentir que era él quien
estaba ordenando y diciéndole lo que tendría que ella hacer
para que ambos dos nuevamente pudieran coger, a la
casada inevitablemente se le acentuaban aún más esa
extraña sensación de cosquillas en el estómago, esa poética
sensación de mariposas.

Se dirigió a la habitación en donde la esperaba su esposo,


sabía que tendría que consumar sus obligaciones
conyugales para con él. Cesar quien estaba más ansioso que
ella por hacer el amor con su bella mujer, la quiso
sorprender y ya se había quitado la ropa y la aguardaba
desnudo y acostado en la misma cama matrimonial de ellos
en donde Gaby se había estado revolcando con don
Cipriano solo hace tres días.

La mente de la rubia era un mar de confusiones, se tendría


que entregar a su propio marido casi por obligación y a la
vez tendría que pensar en algo rápido para poder salir en la
noche a juntarse con el mecánico, ya que sabía muy bien
cuáles serían las consecuencias si ella no se presentaba. Se
consolaba pensando en que esto solo sucedería por un
mes, para luego retomar su apacible vida de mujer seria y
casada como lo había sido hasta hace poco tiempo. Ella
amaba a Cesar, pero el dolor más grande que atormentaba
a Gabriela era poner en riesgo la estabilidad familiar la cual
podrían afectar irreversiblemente su relación y el gran amor
que sentía por su pequeño hijo.

Gabriela se desnudó casi como una autómata delante de su


marido, su persona no estaba como para moverse con la
sensualidad apropiada para congraciarse con su marido,
Cesar totalmente ajeno a esto la miraba y se maravillaba
ante el majestuoso cuerpo de su mujer, la veía desnuda,
perfecta, era un ángel, y el pobre pensaba que solamente le
pertenecía a él.

Gabriela muy a su pesar poso su desnudo cuerpo junto al


de Cesar, la rubia no pudo evitar de fijar su mirada en el
diminuto miembro de su marido que casi se perdía en los
cabellos púbicos del hombre. En lo más profundo de su
corazón quería entregarse a su esposo, que la penetrara y
que la gozara, pensaba que el tenia todos los legítimos
derechos para ello, pero su cuerpo y ahora también su
mente se negaban y más al ver la tímida verguita de Cesar
en estado de erección lista para pasar al asalto no pudo
evitar las ganas de reírse. Se sintió miserable por estar casi
burlándose en su cara de su propio hombre, del padre de
su hijo, de su esposo, pero con las generosas medidas
vergales de su esporádico amante que ella ya había
probado, no lo podía evitar.

Cesar la abrazo y la arrimo hacia su atlético cuerpo, sintió


los suculentos y duros pechos de su mujer aplastarse con el
suyo propio, Gaby solo se dejó hacer, tenía que cumplirle,
así se lo había prometido a ella misma, por lo que se
besaron. La casada recordaba el animal beso que se había
mandado con don Cipriano solo hace pocos minutos, esta
situación como que la empezaron a calentar de a poco, ella
misma no sabía por qué razón intentaba de adentrar lo más
posible su propia lengua en la boca de Cesar, la idea que
rondaba en su mente era que si aún quedaban restos de lo
que el mecánico pudiera haber dejado en su boca, ella los
depositaria en la de su marido, esta insana idea ya la habían
lubricado y semi enardecido, por lo que pensó en dejarse
hacer el amor de una buena vez por su Cesarin, para luego
pensar en cómo lo tendría que hacer para poder escaparse
en la noche, sin que el sospechara que su salida seria para ir
a acostarse con otro hombre.

Por su parte Cesar la besaba en forma apasionada, estaba


decidido en hacerle el amor en cuanto antes, ambos se
fueron acomodando para consumar el acto sexual, Gabriela
quedo acostada abajo del cuerpo de su esposo y muy
tímidamente fue abriendo sus poderosas piernas de
ensueño para que Cesar hiciera con ella lo que tenía que
hacer, pero que lo hiciera rápido pensaba la rubia, mitad
excitada y mitad frustrada, por no estar con el hombre con
quien ella ya deseaba tener sexo en estos momentos.

Sintió como Cesar restregaba su pirulin (ahora así pensaba


ella del pene de su esposo) sobre su suave y plano vientre,
en cómo se esforzaba por buscar la entrada intima de su
esposa, pero la ansiedad por adentrarse en su cuerpo le
dificultaban la tarea, ya llevaban casi 5 minutos
intentándolo y esto para Gabriela ya era un total fastidio,
pero aun así sintió pena y tristeza por darse cuenta de la
real situación de su marido, era que este apenas se la podía
con una mujer como ella, pero como el amor es sufrido y
todo lo puede se decidió ir en su ayuda, paso su delicada
mano entre ambos cuerpos y tomo con dos de sus dedos el
pequeño miembro de Cesar y lo apunto hacia su entrada
vaginal.

Una vez que Cesar se lo pudo meter, Gabriela casi ni sintió


la penetración, notaba el corto adentramiento del pene de
su esposo en su cuerpo y sentía los arrítmicos movimientos
que este hacía, eran incompetentes e inútiles, la mirada de
la casada era hacia un lado, no quería verle el rostro,
pensaba en lo torpe que era aquel hombre para hacerlo, y
cuando la insatisfecha mujer ya estaba a punto de darle un
empujón a su marido para que este la dejara tranquila y se
saliera de su cuerpo, sintió que el muy pobre y miserable
estaba a punto de acabar en su interior, por lo que hiso un
rápido movimiento de caderas para que el diminuto pene
se saliera de su vagina.
No pudo explicarse ella misma aquel impulso de impedir
que su propio marido acabara dentro de su cuerpo, levanto
su mirada para comprobar ya más tranquila e indiferente,
como aquel penito la chorreaba con tres escasas y débiles
expulsiones de semen que salían casi sin fuerzas y que
manchaban la suavidad de su vientre, no era como el de
don Cipriano, pensaba la casada.

Gabriela ahora sí que no pudo aguantar las ganas de reírse,


lo hiso en la forma en que se notara como de ternura y a la
vez compadecía al pobre de Cesar, este por su parte pensó
que Gaby reía de felicidad, ante tan gratificante y romántica
demostración de amor que ambos se habían profesado.

Cesar se recostó feliz y satisfecho, pensaba en lo buena que


era su mujer con él, y con lo que acababa de pasar entre
ellos daba por superado en gran parte los problemas que
habían tenido en este último tiempo, sintió cuando Gaby le
depositaba un tierno beso en la frente, para luego ir a darse
una ducha.

Mientras Gabriela sentía correr el agua por su cuerpo, su


mente trabajaba en que tendría que inventarle a su marido
para poder salir en la noche?. No se le ocurría nada,
tampoco quería comprometer a Lidia, ya bastantes
problemas le había dado a su amiga del alma cuando pensó
en que ella y Cesar eran amantes, y que más encima su
error ella lo había terminado por pagar dejándose encular
por el mismo hombre con el cual ahora se tendría que ir a
encamar.

Cesar la vio salir de la ducha solamente envuelta en una


toalla, la rubia al notar la mirada de enamorado de su
marido, trazo el plan casi en el acto y se dio a verificar si
este prosperaba.

--Te gusto mi nenuco?, le pregunto intentando colocar una


de sus caritas de niña mimada.

--Has estado genial cariño, hace cuanto tiempo que


deseaba estar así contigo amor, le decía Cesar acariciándole
tiernamente su cabello mojado.

--Tú también estuviste esplendido bebé, contigo me siento


una mujer plena y feliz, me haces sentir que mi vida te
pertenece, tal como te lo dije la otra noche y eso lo tienes
que tener claro yo vivo solo para ti y para nuestro hijo.

Gabriela no sabía y no estaba segura si en realidad se


estaba sincerando o le estaba mintiendo, pero lo que si
tenía claro era que con esto tenía que servir para que se le
facilitaran las cosas y ella pudiera salir tranquila y sin
preocupaciones.

La rubia muy a su pesar y profundamente apenada por


estar mintiéndole a su Cesar, entro de lleno a manipular la
conversación,

--Sabes amor, hoy las chicas de mi antiguo trabajo


organizaron una velada de despedida a raíz de mi salida,
pero creo que no iré, me quedare contigo, no te lo había
dicho porque realmente no me interesaba ir, pero ahora
con lo que acabamos de hacer estoy aún más segura de
ello.

Cesar pensaba en lo buena que era Gabriela, como podía


haber desconfiado de ella en algunas ocasiones, todo era
culpa de los celos enfermizos que a veces lo atormentaban,
y mucha culpa también la tenía su propia madre, quien
siempre le andaba llenando la cabeza con chismes y
estupideces que solo lograban ponerlo mal con su esposa,
pero esto ya había pasado y era el tiempo de la
reivindicación por parte de él.

--Sabes Gabriela?, quiero que vayas a tu reunión y que te


olvides de toda preocupación, ya tendremos tiempo para
nosotros, la rubia quedo perpleja ante la reacción tan
fructífera que tuvo su pequeña triquiñuela, --Quiero que
por esta noche te olvides de nosotros y que solo te
dediques a pasarlo bien, si hemos tenido algunas
dificultades este último tiempo se deben en gran parte a
culpa mía, y quiero que sepas que cuentas con toda mi
confianza, decía Cesar tomando aire para continuar con su
discurso, y con la intención de que Gabriela viera que él
podía confiar en ella, --Y para demostrártelo apenas salgas
de la casa apaga tu celular, para que vayas tranquila y sepas
que no te estaré llamando, como lo he hecho en otras
oportunidades…

--Pero Cesar, yo quiero estar contigo, mentía a medias la


rubia…, --Además que tu madre vendrá a dejar a…

--No te preocupes por Jacobo, yo lo recibiré y se lo iré a


dejar a mi madre y le avisare que tú lo iras a buscar mañana
a la hora que sale del colegio, por mi parte yo iré a trabajar
tengo un compañero que necesitaba días libres… así poder
hacer un cambio y podremos estar juntos el fin de semana…

--Cesar, amor, en realidad no te molesta que yo salga a


divertirme y tu…
--Ya está decidido muñeca… tu sales y te diviertes, yo
llegare el sábado en la mañana y estaremos juntos todo el
fin de semana y quizás uno o dos días más…que te parece?

--Gracias cariño, soy feliz a tu lado, eres muy comprensivo,


Gabriela deposito un tierno beso en los labios de su marido
y cuando Cesar quiso ponerse más apasionado ella se retiró
sutilmente para depositarle otro pequeño besito en la
frente, y para luego terminar diciéndole, --Amor quisiera
que me dieras un poco de dinero, tu sabes que ya no estoy
trabajando y no me gusta que las chicas sean solo las que
gastan…

--Claro que si cariño, no estamos en nuestro mejor


momento financiero, pero tampoco es para tanto, en el
mueble esta mi billetera, saca lo que necesites, total para
eso iré a trabajar y pediré que me den tiempo extra, así lo
recuperaremos y no se notara, todo lo que sea para que lo
pases realmente bien mi vida. Cesar no se imaginaba que el
mismo estaba costeando los gastos necesarios para que
otro hombre gozara del cuerpo de su esposa y que también
la iba a hacer gozar a ella, situación que el no pudo
consumar en esa misma tarde.

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Gabriela se vestía con cierto nerviosismo, no entendía el por


qué su corazón le latía en forma tan acelerada. Cesar hacía
ya casi más de una hora que se había ido con el hijo de
ambos hacia la casa de su madre, para luego irse a la
terminal de buses y viajar hacia la localidad en donde
estaba trabajando, ya que iba a ir a cubrir un reemplazo tal
como se lo había hecho saber a Gaby.
La rubia se esmeraba y aplicaba con mucha meticulosidad
en la forma de vestir, si bien no estaba muy segura del por
qué ponía tanto cuidado en verse apetecible, también
pensaba en que siempre en su vida lo había hecho igual,
pero ahora era distinto, ella quería verse seductora y
atractiva para don Cipriano, aunque tenía claro que esto
solamente era un trato entre él y ella, algo así como un
negocio pensaba, o tal vez sería que aquel trato la convertía
en puta por un mes, pero ya estaba hecho y ella tenía que
cumplir con su parte si es que quería salvar su relación
matrimonial.

Escogió un diminuto conjunto de ropa íntima color rojo


furioso, que con el contraste de su rubia piel la hacían ver
endiabladamente alucinante, opto por un sensual vestido
color crema con un escote que dejaban ver el nacimiento
de aquellas colosales y duras tetas que se gastaba, con el
solo hecho de vérselas a cualquiera le darían ganas de
lanzarse y mordérselas, además que este perfilaba a la
perfección las delineadas formas de su figura en especial el
portentoso pedazo de culo que en estos momentos ya le
cosquilleaba con el solo hecho de pensar que estaba a
pocas horas para que nuevamente la encularan.

Y para terminar con el femenino acicalamiento se puso una


pequeñas sandalias de mediano taco, que aun así, le hacían
parar su trasero aún más de lo que ya lo tenía, haciéndolo
ver sabrosamente más apetecible, digno de ser probado y
abierto para deleitarse en las profundidades del sonrosado
orificio posterior que ya se adivinaba que tenía la rubia
mujer entre medio de sus nalgas.
Al salir de su departamento y al llegar a la calle Gabriela
comienza a caminar unos cuantos metros, el viejo auto de
don Cipriano comienza a seguirla, el mecánico se dio
cuenta en seguida que ella no quería subir a su carro en la
puerta de su mismo edificio, para que no la fuera a ver
algún conocido y 2 calles más alejadas de este, por fin se
subió en el asiento del copiloto.

El viejo Cipriano al ver la forma en que venía vestida su


mujer cayó en un estado de fascinación lujuriosa e intento
saludarla con un beso en la boca, por lo que la rubia le
corrió la cara dándole a demostrar de que ella no quiere
nada con él, que si salió a la hora convenida solo lo hiso por
el extraño acuerdo que ambos tenían.

--Que te pasa tetona, acaso ya no me quieres, jajaja, se rio


don Cipriano dejándole ver todos sus dientes cariados a la
azulada mirada de la casada.

--Por favor Don, solo maneje y alejémonos de mi edificio


que no quiero que algún conocido me vea con Ud.,
recuerde que yo soy casada.

--Ahhh sí!!, se me olvidaba que la muy putita tiene marido,


lo dejaste cuidando el niño mientras tu sales por las noches
a prestar la zorraaa!!?? Jajaja, se burlaba y reía de poder
humillarla a su antojo.

--Por favor Don!, no hable así de mi marido, él no tiene la


culpa de que yo esté en esta situación, recuerde que lo
nuestro será solo por un mes, e intente por favor no hablar
de mi hijo!!, le solicitaba Gabriela media suplicante y
molesta, por la forma en que el mecánico se refería a los
dos seres que más amaba en su vida.
--A si, de veras que tenemos un hijo, jajaja!!!, que mala
honda que me tenga que ir, porque o si no yo mismo lo
hubiera criado y hubiese crecido como todo un macho
como yo, y no como ese maricon que tienes por marido,
jajajaja!!!!…

--Le dije que no se refiera a mi hijo!!, le interrumpió la


casada ahora si realmente molesta con aquel hombre que
seguía burlándose de su familia.

--Ya, ya, no se enoje mi Diosa…, pus si no es para tanto…, le


decía a la vez que con sus tiesas manos de mecánico le
sobaba uno de sus suaves muslos, --Trajiste el dinero para
pagar el hotel?

--Si !!, aquí lo tengo y esta es la primera y última vez que le


paso dinero, para la próxima Ud. se las tendrá que arreglar,
le decía Gabriela a la vez que le pasaba los billetes al
hombre, quien al recibirlo se lo guardo en el bolsillo de la
camisa.

--No te preocupes ya lo tengo solucionado…

Mientras don Cipriano manejaba, Gaby se dio cuenta que la


dirección que tomaba el auto no era al hotel que el viejo le
había dicho, habían tomado un camino hacia las afueras de
la ciudad.

--Adonde me lleva!?, este no es el camino hacia el hotel, le


pregunto un poco preocupada,

--Tranquila mi reina, la llevo al que será nuestro nidito de


amor por esta noche y por el resto del mes en las ocasiones
en que nos juntemos para follar, jaja, ya verás que te va a
gustar y no te querrás venir hasta que ya este de día…
Mientras el auto avanzaba por un camino rural, Gabriela
recordaba que Cesar le había dicho que le avisaría a su
madre que a Jacobo ella lo iba a retirar desde el mismo
colegio, por lo tanto tenía toda la noche disponible, en
otras palabras ya dilucidaba que tendría que estar acostada
por toda la noche con don Cipriano, también recordó lo del
celular por lo que lo saco de su cartera y al verificar que no
tenía llamadas perdidas lo apago.

El vehículo ya había tomado un camino alternativo de tierra,


y luego de varios minutos de lento trayecto estacionaban al
lado de una deplorable casa de campo que en el patio solo
la adornaban una gran cantidad de viejos vehículos
abandonados, era lo único que se podía ver dado a la
oscuridad de la noche y a la escasa luz de la luna.

Al llegar a la casa don Cipriano solo empujo la puerta, esta


no contaba con cerradura ni tampoco tenía siquiera algún
mísero candado, la puerta solo se abrió entre crujidos de las
bisagras y de la casi podrida madera. Gabriela se mantenía
expectante, se preguntaba quién sería el dueño de la casa,
también lo que la tranquilizaba un poco era de que con
toda seguridad ya nadie la vería salir de un asqueroso hotel
y de la mano de un hombre aún más asqueroso todavía.
Entraron a la casa.

El viejo mecánico encendió la luz que iluminó la miserable


vivienda, ante la fuerte luminosidad del foco alógeno que
estaba instalado en forma artesanal, Gabriela pudo mirar y
quedo asqueada de lo que sus ojos veían, en el interior de
la casa no había casi nada y estaba totalmente hedionda
por el olor a encierro y por toda la basura que abundaban
por el suelo de esta, ni siquiera tenía habitaciones, era solo
un gran cuadrado de madera y con piso de la misma, en
una esquina de aquella destartalada casa habitación habían
solo dos viejos colchones todos rotosos, con vistosas
manchas de orina y vómitos secos, en el otro extremo de al
fondo había una mesa con dos sillas.

Sobre la misma mesa habían platos y ollas con restos de


comida desparramada, que casi la cubrían en su totalidad y
con innumerables caminos de hormigas que hacían de las
suyas ante la gran cantidad de desperdicios, y el último
mueble que había en aquella nauseabunda estancia era un
enorme closet. El resto de las paredes estaban empapeladas
de fotografías y calendarios de mujeres desnudas y avisos
publicitarios de neumáticos y de todo lo que tuviera que ver
con mecánica.

La casada casi se desmaya ya que en comparación con la


habitación del pie grande, aquella pasaba a ser una suite de
lujo al lado de esta miserable vivienda, a la vez que ya
temblaba de horror e intento salir de aquella indigna
morada en donde don Cipriano pretendía que ambos se
acostaran, pero este fue más rápido que ella y casi
adivinando sus intenciones le dio un fuerte empujón hacia
el interior y cerró la puerta asegurándola con una enorme
tranca de palo.

--No te preocupes culona, está un poco destartalada la


casita, pero ya verás que estaremos muy cómodos…

--Y por qué no fuimos al hotel que Ud. me dijo?,


preguntaba una escandalizada Gabriela que casi no se
conformaba en tener que quedarse en la inmunda vivienda.
--Ya te dije que estoy pasando por unos problemas, y este
dinerito que me diste me sirve para solventar otros gastos,
pero no te preocupes aquí no nos va a ver nadie, estaremos
tranquilos…

--Y quien vive aquí?, si Ud. por lo que yo se vive con su


esposa, y también tiene una habitación en el Pie Grande,
esto último Gabriela lo sabía muy bien, por lo recordado
recientemente y por qué aún tenía en su mente el vivo
recuerdo de la noche en que don Cipriano la había
desvirgado por el culo en aquella oficina-habitación al
interior de su taller.

--Mira no quiero entrar en detalles contigo, decía esto


mientras del closet sacaba un pack de latas de cervezas y le
pasaba una a Gabriela y una para el mismo, para a
continuación sentarse en una de las sillas junto a la
repugnante mesa y sus desperdicios de comida, -- Ya te dije
que estoy en apuros y me tendré que ir de la ciudad en
forma permanente, en cuanto a lo de la casa, es de mi
hermano “Pedro” ya hable con él y me la presto…

--Así que tiene un hermano?, y que hace el, a que se


dedica?..., consultaba la casada a la vez que ya no
quedándole más opción bebía de la lata de cerveza junto a
su amante, y que además esto de ir sabiendo un poco más
de la vida personal de don Cipriano inconscientemente le
iba interesando.

--Él también es mecánico igual que yo, y trabaja haciéndole


mantención a los juegos mecánicos de una feria de
entretenciones, por lo cual se lo pasa viajando, pero no te
preocupes él también tiene su casa en la ciudad así que no
vendrá, además que anda preocupado por una pendeja que
se encontró, jajaja, no se una tal eylin… evlin…no se algo
así…

Don Cipriano hubiese querido seguir conversando, pero


cuando vio que Gabriela se sentaba al frente de el en la otra
silla y que a su vez cruzaba y subía una de sus fabulosas
piernas, una sobre la otra, fue atrapado por un arrebato de
calentura que no pudo controlar, por lo que puso la silla en
donde él se encontraba junto a la de la casada, y una vez
sentado junto a ella se lanzó al abordaje.

--No sabes las ganas que tenia de estar aquí contigo ricura,
le dijo a la vez que la abrazaba para comenzarla a besar por
sus hombros y en dirección a su cuello y boca, con su otra
mano le comenzaba a dar un fuerte masajeo a los suaves y
carnosos muslos de Gabriela, ella por su parte al notar la
cercanía de la boca del vejete sentía claramente la
hediondez de su aliento y el tufo a cerveza que se le
impregnaban en sus fosas nasales, solo atinó a decirle…

--Tranquilo Don, jijiji, que necesito acostumbrarme un poco


más a las comodidades que Ud. me ofrece, jijiji, le decía
entre nerviosa por lo que se venía y también como
burlándose por el inusual nidito de amor al cual la habían
traído…

--Eso no importaaa!! Le decía don Cipriano quien en sus


ojos y mirada ya predominaban la lujuria, lascivia y deseos
insanos, --Lo que sí importa es que esta noche vamos a
coger como animales, serás mi mujer en palabras
mayúsculas, ahora sí que sabrás lo que es pasar una noche
con un verdadero macho caliente, y no con ese imbécil que
tienes por marido…
En el momento en que Gabriela se disponía a defender a
Cesar, fue sorprendida por un salvaje beso con lengua que
le asesto el viejo mecánico y al sentir sus ásperas manos
como le recorrían a cabalidad las suavidades de sus muslos
y piernas, poco a poco se fue entregando a ese infiel
atracón que se daba con el hombre que bajo chantajes y
presiones psicológicas ya se preparaba para tomar el
cuerpo que según él ya le pertenecía.

El beso era intenso y por cada minuto que pasaba este se


ponía más ardiente y apasionado por parte de ambos, la
casada ya sentía el rico hormigueo que se apoderaba e
instalaba en su vagina, ya que recordaba muy bien el gran
pedazo de verga con la cual le iban a hacer el trabajo,
estaba claro el cuerpo de la rubia ya empezaba a pedir
guerra.

Los dos amantes se fueron parando poco a poco para


quedar abrazados de pie, entre lazados uno con el otro,
Gabriela a pesar de ella saber de la deslealtad que estaba
cometiendo y de que ya sus deseos ella misma los
disfrazaba con el pretexto de que con esto estaba salvando
su matrimonio, no lo pensó mucho para abandonarse a los
calientes anhelos sexuales que ya afloraban en su inestable
temperamento al estar arrimada al grueso cuerpo del
mecánico.

Sus lenguas se recorrían, se exploraban, se enredaban una


contra la otra, los punteos de don Cipriano ya atacaban la
despampanante anatomía de Gabriela quien por cada
clavada que le daban ella correspondía con un tímido
movimiento pélvico para encontrase con aquella exquisita
estaca de palo y carne que ya urgía por ensartarse en su
cuerpo.

A la casada no le gustaba que el viejo se diera cuenta de lo


rápido en que ella se le entregaba, pero lamentablemente
esta situación la superaba y no había control ni forma en
que pudiera evitarlo. Solo se dejaba hacer, ella se limitaba a
intentar tener la menos participación posible, y en el fondo
aceptaba de que le encantaba que don Cipriano hiciera lo
que quisiera con ella, esa forma de tomarla, de besarla, de
ultrajar todo lo que él quisiera de su cuerpo, sin ni siquiera
preguntarle o pedir su permiso, realmente la aturdían y la
fascinaban.

Don Cipriano todo un maestro en las lides amatorias y


dándose cuenta que Gabriela ya prácticamente asumía su
papel de amante adultera, ya había subido su vestido hasta
la altura de su cintura, sus callosas manos ya recorrían el
suave y perfecto culo de la infiel casada, descubrió también
lo diminuto de sus prendas íntimas, situación que casi lo
enloquecieron, por lo que empujo el cuerpo de su mujer y
lo puso contra la mesa de cara a él, comenzando una serie
de apuntalamientos que daban la impresión de que ambos
ya estuviesen culiando pero con ropa, por cada empujón
que recibía la casada, dejaba salir de su boca un leve
gemido de placer y por el hecho de que ambas bocas aún
no se separaban, de estas ya caían abundantes cantidades
de saliva y babas de ambos.

Lentamente el mecánico comenzó a bajar el cierre del


vestido en el sector de la espalda de Gabriela, su única
intención era despojarla de este ya sentía las tremendas
ganas de deleitar el sentido de la visión con las exuberantes
formas y curvas de aquel cuerpo que lo tenían hechizado.

Gabriela al sentir que su vestido ya iba a la altura de sus


tetas, quiso poner una débil resistencia…

--Nooo! Don por favor, deténgasele!, le pedía a sabiendas


que esto no iba a suceder…--Por favooor que es lo que
haceee!!??

--Que es lo que hago? Jajaja!!!, por si no te has dado cuenta


estoy empelotando a mi mujer!!, al decir esto el vestido de
Gabriela ya había sido retirado de su cuerpo y salió volando
hacia un rincón de aquella inmunda mesa, don Cipriano
retrocedió tres pasos para poder ver en plenitud el cuerpo
que en pocos minutos ya sería nuevamente de él, y lo que
vio fue la viva imagen de la femineidad hecha mujer, puso
atención en su alisado cabello rubio, su cara de finas
facciones angelicales e inocentes, que se mezclaban con los
de una verdadera puta asustada.

Gabriela aun con un poco de vergüenza solo miraba hacia


un lado de su cuerpo a la vez que estando apoyada con
ambas manos en el borde de la mesa, poso una rodilla
sobre la otra, don Cipriano a pesar de ya haber estado
disfrutando del cuerpo de la rubia en otras ocasiones aun
no lo podía creer, que aquel cuerpo de modelo de las altas
pasarelas que estaba solo a un metro de él, con solo un sexi
y pequeño conjunto de ropa interior color rojo intenso ya le
pertenecía, odiaba tener que dejar la ciudad y tener que
separarse de aquel portento de mujer, pero se consolaba
que aún le quedaba todo un mes, y que esta noche apenas
comenzaba. Una vez ya más repuesto de la impresión,
buscaba las palabras más apropiadas para dirigirse a su
hembra…

--Pero que pedazo de puta mal nacida eres Gabriela, eres


una verdadera Diosa mamasotaaa!!, diciendo esto se acercó
nuevamente al cuerpo de la rubia, y se enterró en las
fragancias de su cuello y rubios cabellos besando y
lamiendo todo lo que encontraba a su paso a la vez que ya
estaba destrabando el pequeño sujetador liberando y
dejando en toda majestuosidad ese perfecto y gran par de
duros melones que poseía la casada.

En un acto reflejo y de auténtico instinto animal se dio a


chupar y lamer las duras montañas de carne, mordía y
chupeteaba los duros y rosaditos pezones de Gaby, quien
ya poseída por las exigencias que bullían de su persona y
cuerpo se aferró con ambos brazos a la cabeza de don
Cipriano que ya casi no podía respirar al estar sumido en las
suaves carnosidades de las tetas las cuales se estaba
comiendo con un casi sádico apetito animal.

Don Cipriano paso sus manos por detrás de las nalgas de la


casi enloquecida mujer, para levantarla y sentarla en la
mesa, para luego con ambas manos y brazos despejar la
superficie de esta, los platos y ollas sucias, más otras
mugres fueron a dar al piso, su idea era una sola, quería que
Gabriela se tendiera sobre esta para el poder darse el festín
de su vida probando y comiéndose su coño en todas sus
letras, el cual ya estaba calientemente afiebrado, por la
calentura que sentía la mujer.

Mientras el mecánico se esforzaba en los chupeteos de


tetas, la fue recostando como él quería, a su vez comenzó a
bajar sus lamidas por todo el cuerpo de la rubia quien
sumisamente se mantenía en la posición en la cual la habían
dejado, sus blancas manitas se agarraban fuertemente a los
cantos del mesón, cerro sus ojos cuando sintió que su
pequeña prenda íntima que cubría su panocha estaba
siendo bajada y retirada de su cuerpo, y por Dios!! Como la
prendía estar en esa situación tendida y ofrecida totalmente
desnuda en una grasienta mesa, expuesta a que se la
comieran e hicieran con ella lo que quisieran, la casada ya
estaba caliente, muy caliente!

Don Cipriano una vez que retiro la pequeña tanguita de


color rojo se la llevo a sus narices para oler y sentir con
verdadera devoción. Se la pasaba por toda la cara y volvía a
aspirar ese exquisito aroma de mujer, inhalaba como si
fuese droga lo que estaba aspirando y una vez ya dándose
por satisfecho, guardo en uno de sus bolsillos la preciada y
diminuta prenda, miro el tembloroso cuerpo de Gabriela
que aun esperaba su turno para que él le hiciera lo que
quisiera.

El viejo como si él fuese el más experimentado de los


ginecólogos, levantó sus hermosas piernas y separando lo
más que pudo sus complacientes y poderosos muslos, se
dio a contemplar por un instante la deliciosa abertura
rosada que aparecía debajo del rubio vientre, adornada por
una escasa población de áureos y tímidos pelitos
hermosamente dorados.

Si bien don Cipriano ya había gozado y probado la panocha


de Gabriela en otras dos ocasiones, esta era la primera en
que se la podría beneficiar a su total merced, la tenía
verdaderamente servida en la mesa y pensaba en
chupársela y comérsela hasta el aburrimiento y esto
sumado a la fuerte luz del foco alógeno lo hacían creer que
lo que estaba viendo en estos momentos lo veía en Full HD
y en primera fila.

Luego, sin decir palabra, ubico una silla y se sentó al medio


de las piernas totalmente abiertas de la casada, fijo su vista
en aquella pequeña rajadura rosadamente íntima y avanzó
su rostro hacía ella, e introduciendo su descarada y
desvergonzada lengua tan adentro como pudo en la
húmeda panocha de Gabriela, se dio a propinarle la mejor
comida de zorra que nunca jamás le habrían dado a la
caliente y rubia mujer.

--Ahhhh, fue el primer y leve gemido de placer que nació


de los labios de Gabriela, en el momento que sintió la
irrupción de la áspera lengua del viejo en su zorrita…

--Cshprrt…cshprrt… cshprrt…, eran los sonidos que hacia la


boca de Cipriano al estar comiéndose la panocha de
Gabriela, quien se lo agradecía gimiendo y manteniendo sus
piernas lo más abiertas posible. --Te gusta putitaaa!!?? --
cshprrt…cshprrt… cshprrt…,

Por un momento la rubia no sabía si contestar o quedarse


callada, pero el recordar que estaba muy lejos de su hogar y
totalmente a solas con don Cipriano, y sumado a que esta
relación entre él y ella duraría solo un mes, decidió que lo
muy rico que estaba sintiendo tenía que disfrutarlo…

--Siiiiii !! Ri…cooo!! Ahhhhh!! Co…ma…me…laaa!! Ahhhh!!


A…siiii!! Mas rápido Donnnn, mas fuerteee!!, exclamaba
Gabriela a la vez que movía su zorra al mismo vaivén en que
se movían la boca y lengua del mecánico.
-- Cshprrt…cshprrt… cshprrt…, Sigue pidiendooo
pendejaaa!! Sigue pidiendooo!! Le exigía don Cipriano a la
vez que seguía devorándosela --Cshprrt…cshprrt…
cshprrttt…, fueron como 20 minutos aproximados en que el
mecánico se la estuvo chupando, estaba dispuesto a que la
rubia tuviese su primer orgasmo junto a su cariada boca y
viendo el gratificante y ardiente estado en que se
encontraba la casada, comenzó a succionar tan caníbal y
bestialmente, que Gabriela cayó en un estado de gran
éxtasis pasional, bien asida con ambas manos de los bordes
de la mugrienta mesa sacudía su escultural cuerpo en
espasmódicas contracciones de placer, refregaba su
panocha en la boca del hombre como queriendo tragárselo
ella misma por su zorra, la pobre estaba abandonada a las
exquisitas sensaciones que la hacía sentir el detestable
mecánico por lo que ya no aguantando más y con un fuerte
bramido de hembra bien atendida, dejaba fluir desde sus
pudorosas intimidades abundantes cantidades de jugos
femeninos, emanaciones liquidas y calientes que don
Cipriano se iba zampando y tragando a la misma medida
que la zorra de Gabriela se las iba soltando, el viejo se las
comía como si estos fluidos vaginales fuesen el más dulce
de los caramelos…

--Asiiii!! Asiiii!!!, Ahhh!! Sigaaa co…mien…do..melaaaa!!,


Gaby sumida en una profunda calentura se lo exigía en
forma entre cortada, lo que le estaban haciendo tan
impúdicamente era lo mejor, ella solo quería que el viejo no
se detuviera y de que siguiera con sus ricas lamidas, las
sensaciones eran bestialmente exquisitas, y se lo
demostraba a su macho con calientes movimientos de
cintura y pelvis-- Por favorrrr!! No pareeeee!! Shsssssst!!
Ahhhh!! Cómame la zorraaaaa!!! Ahhhh!! Donnn me voy a
correr en su bocaaa!! , Don Cipriano al ver la caliente forma
en que se lo pedía la rubia más perseveraba aplicándose
con lengua y labios, lo hacía como si se estuvieran
besándose salvajemente en la boca, Gaby ya sentía que se
aproximaban las descargas eléctricas en todos los sentidos
de su cuerpo y sistema nervioso; y perdiendo total
compostura dejo salir los gritos con los cuales le
demostraba a su macho lo muy buena hembra que era ella
al momento de sentir un orgasmo: Ahhhh don
Ciprianoooo!! Me corroooo en su bocaaa!! Tomeeeee
Donnnn!! Ahhhhhhh!! , fueron los alaridos de Gabriela una
vez que su cuerpo ya no aguanto más y se entregó a las
delicias del placer.

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Por ahora habían terminado la primera parte pensaba el


viejo Cipriano, Gabriela aun descansaba tendida en la mesa
con ambas piernas abiertas y con las plantas de sus pies
juntas, su respiración era agitada.

El hombre se levantó después de haber ingerido tan


exquisita merienda para luego dirigirse a ubicar los sucios
colchones al medio de la habitación, su intención era que
en el momento en que se la culiara tener el máximo de
iluminación posible, quería ver en plenitud el cuerpo de
Diosa que se iba a servir, disfrutar de los movimientos que
esta haría, verle su cara en el momento en que estuviera
gozando y gimiendo de placer, su idea era grabar en su
mente la viva imagen de Gabriela en estado de calentura,
para recordarla en los tiempos en que ya no pudiera
beneficiársela.
Posterior a esto y ya con el improvisado lecho amatorio
listo para ser ocupado don Cipriano la fue a buscar…

--Vamos pendeja que ahora se viene lo mejor, le decía en el


momento que el mismo se comenzaba a sacar la ropa para
empelotarse, Gabriela muy lentamente se bajó de la mesa,
sus extremidades aun las tenía temblorosas, vio el ya
conocido y asqueroso cuerpo desnudo de don Cipriano con
su enorme barriga cervecera toda cubierta de negros y
canosos pelos, tenía su descomunal verga totalmente
parada y lista para pasar al combate.

En el momento en que Gaby desnuda y descalza se


proponía a dirigirse hacia los pestilentes colchones que
servirían de cama, el degenerado hombre le cortó el paso,

--Un momento dulzura, si quieres que te coja primero


tendrás que cumplirme un deseo, jajaja…

-- Que es lo que quiere ahora? Le pregunto Gabriela…--


Acaso no le basta con lo que me acaba de hacer?…

-- Y de que te quejas putona? si te acabo de hacer gozar


como a una cerda!! Es por eso que ahora me toca a mí
jajaja!!, vamos en cuatro patas!!

--Pero don!! El piso está sucio y además…

--En cuatro patas te dije!!, le mando don Cipriano y


tomándola de sus alisados cabellos rubios la jalo
fuertemente hacia abajo haciendo que Gabriela se pusiera
en la caliente posición de perra.
La rubia pensaba que el mecánico la iba encular ahí mismo
como estaba, y grande fue su sorpresa cuando escucho la
insólita solicitud que este le hizo,

--Ahora quiero que gatees por toda la habitación, así me


demostraras lo puta y perra que eres jajaja, vamos
gateando y moviendo ese culo que lo quiero ver!!… Plafff!!
Plaff!! Plaff!! Plafff!! Plaff!! Plaff!!...eran las sonoras y fuertes
nalgadas que don Cipriano le iba asestando a Gabriela
mientras ella cumplía con la humillante misión que este le
había ordenado, este a su vez no dejaba de masajearse la
verga ante la imagen de aquella bella amazona
deslizándose desnuda y como una vulgar perra en aquella
miserable habitación casi desamoblada.

--Así es perrita!! Vamos mueve ese culo que me pertenece!!,


Plafff!! Plaff!! Plaff!! La volvían a golpear en su formidable
trasero, las lágrimas corrían por las mejillas de la casada,
ahora solo pensaba en Cesar, como le pudo haber fallado
de esta manera y con este viejo que parecía gozar
burlándose de ella y de su propia familia, y lo que más le
escandalizaba era la gratificante sensación de sentirse un
mero objeto, se sentía como una verdadera perra a la cual
su amo la sacaba a dar una vuelta por la plaza, pero aun la
asaltaban los remordimientos de saberse que ella era
casada y que en su hogar la esperaban su esposo e hijo
(esto solo lo pensaba por la situación del momento, ya que
todos sabemos que Cesar estaba en su trabajo y su hijo con
su abuela)

En un momento de lucidez Gabriela paro su recorrido y


quedándose de rodillas le pidió a don Cipriano que ya
terminara de humillarla…
--Por favor Don… yo no vine a esto, se lo suplico…

--Y entonces a que crees que vinimos Putaaa!!, le gritaba el


mecánico con las venas de sus sienes totalmente hinchadas
y con la expresión de su cara que lo hacían ver ya preso por
la lujuria, Gabriela no sabía que contestar no encontraba las
palabras adecuadas, y en el mismo momento en que quiso
decir algo fue nuevamente tomada por los cabellos y fue
brutalmente arrastrada por toda la habitación, la casada
pataleaba y aleteaba intentando zafarse de su agresor pero
todos sus movimientos fueron inútiles, don Cipriano estaba
realmente enojado y mientras la arrastraba le decía…

--Mira puta asquerosa!! Tú me perteneces!!, Aquí se hace lo


que yo digooo!! Eres mi mujer y harás todo lo que yo te
ordene por lo menos lo que queda del mes!! Lo tienes
clarooo!!

--Ahhhh!! Siii!! Don Ciprianooo!! Hare lo que Ud me


pidaaa!! Pero ya no me arrastre que me dueleee!!

Don Cipriano luego de haberla arrastrado por toda la


habitación la soltó y la lanzo a los sucios y hediondos
colchones, Gabriela estaba asustada pero aun así no le tenía
tanto miedo al viejo, esto debido a sus anteriores
encuentros y al verse desnuda en una miserable vivienda en
donde todo era vulgar y antihigiénico y al estar ya a pocos
momentos de que la usaran como a la más barata de las
putas, lejos de espantarla, la enardecían y la calentaban, ya
casi deseaba que don Cipriano la montara y la hiciera suya
de una buena ves, que la tratara como a una fulana, como
perra o como él quisiera pero que lo hiciera lo más pronto
posible.
La casada infiel ya estaba ardiendo, y el brillo del deseo se
asomaba a sus ojos. La calentura se había posesionado de
su persona y más cuando ella ya se encontraba hincada al
medio de los colchones y con sus muslos abiertos
formando una V, el mecánico poso ante sus azulados ojos
su varonil pedazo de verga totalmente rígida y parada.

Gabriela quedo hipnotizada, la veía gruesa y palpitante, con


sus características venas verdes y azules hinchadas dando la
impresión que a cada palpitación que esta hacia más
aumentaba de tamaño, un ardiente deseo de placer y de
apareamiento se posesionó de ella, e incapaz de controlar
por más tiempo sus ganas, llevó con suma rapidez sus
manos para agarrar la inmensa verga nervuda que ya
amenazaba por perforarla por cualquiera de sus sabrosos
orificios.

Se dedicó por un rato a sentirla, a palparla, la recorría y la


exploraba, ya que igual que don Cipriano tenía toda la
luminosidad necesaria para poder estudiarla a cabalidad, la
veía brillantemente aceitosa, poderosa y peligrosa; y a pesar
de tenerla asida con ambas manos no lograba sentirla en
toda su envergadura, esto le recordó que esa misma tarde
con su marido solo le habían bastado dos dedos para poder
sentir el porte de su verguita, la de don Cipriano era
hermosamente monstruosa, algo en su cuerpo le indicaba
que ella había nacido para esa descomunal verga y su
dueño, su conciencia determinaba que desde ahora Cesar
pasaba a segundo plano.

Levanto su rostro para ver a su verdadero hombre, se


encontraron las miradas de ambos, la lujuria y deseos
lascivos ardían en ellas. La atracción era mutua, a la casada
le resultaba irresistible, y acabó por comenzar a deslizar sus
delicadas y suaves manos por toda la extensión de esa
gruesa estaca de carne llena de nervios, lo masturbaba y le
miraba esa preciosa mata de gruesos y negros pendejos
que adornaban la base de ese grandioso filete en forma de
palo que en estos momentos ya ansiaba chupar y probar,
hasta que no aguanto más y dejo salir un suspiro lleno de
deseo…

--Ahhh pero por Diosss! Don Ciprianoooo!! … Su


vergaaaaa!!, diciendo esto último lo miro fijamente a sus
ojos y mordiéndose sabrosamente su labio inferior…

--Es toda tuyaaa mamitaaa!!, le contestaba el viejo que


hacia grandes esfuerzos por contenerse y no disparar su
munición liquida sobre la misma cara de Gabriela, aunque
ganas no le faltaban, a la vez que ya había tomado posesión
de una de sus tetas, la cual apretaba y masajeaba
fuertemente, como si quisiera reventársela.

La casada ya reconocía aquel erótico aroma que emanaba


de la verga del mecánico; su zorra ya estaba empapada
nuevamente, por lo que siguió con una mano la lenta
masturbación hacia su macho y la otra la bajo hacia su
propio coño que ya urgía por también ser atendido,
comenzando a masturbarse ella misma.

Gabriela pajeaba a don Cipriano y también se pajeaba a ella


misma, estaba casi perdida en los mares del placer, nunca
en su vida se había masturbado delante de algún hombre y
esta situación hacían que su cuerpo se convirtiera en un
verdadero volcán a punto de hacer erupción, por lo que se
vio en la imperiosa necesidad de comenzar a chuparle el
pico.
Apunto la gruesa verga hacia su boca y lo engullo, posó sus
labios proyectados hacia adelante sobre gran parte del
tronco, y abrió todo lo que pudo sus mandíbulas para ella
misma ensartarse aún más casi toda la gran longitud de
aquella verga que casi la hacía perder la razón.

--Ahhh, que bien la chupas ahoraaa zorraaaa!! Ahhh, como


has aprendido a mamarla putaaaa!!, me haces ver las
estrellasss!!

La casada aplicaba su lengua con dedicación, lengüeteaba


por todos lados, la ensalivaba y se la pasaba ella misma por
toda su cara, frente, narices y hasta una buena parte de sus
rubios cabellos se enredaban en esta, en un momento en
que vio que desde la punta salía el blanquecino liquido pre
seminal, ella se lo aplico en todos sus labios como si este
fuera el más fino y caro lápiz labial, bañando e
impregnando a estos con aquel exquisito fluido que
provenían desde el fondo de los testículos de don Cipriano,
para luego volver a metérsela en la boca y seguir chupando
para deleite de ella y del mecánico que ya casi no
aguantaba las ganas de eyacular en la garganta de Gabriela.

La felación continuaba y a Gaby le encantaba estar con la


boca llena de carne vergal, las abundantes cantidades de
salivas y babas que caían mescladas con otros tipos de
líquidos que provenían desde el interior de la tranca del
hombre, ella misma se encargaba de desparramárselas con
sus dos manos en sus tetas y vientre, en el cual se veían
claramente varias hormigas desperdigadas y muertas;
pegadas y disecadas por los líquidos sementales que ella se
aplicaba a su espectacular cuerpo, estas la habían abordado
cuando estuvo tirada y acostada en la mesa.
Ahora ya succionaba y chupaba el pico como desesperada,
don Cipriano mantenía sus piernas abiertas y semi flectadas,
tenía sus ojos en blanco, con sus dos manazas dirigiendo la
cabeza de la chupadora mujer que se movía rápidamente
hacia atrás y hacia adelante.

En un momento dado en que la enorme vergota se salió de


la cavidad oral de la casada debido a los bruscos de sus
movimientos, el mecánico aprovechó para descansar y
calmarse un poco, porque aunque era excitante la idea de
darle su semen a Gabriela para que se lo bebiera, lo que él
quería en realidad era que su primera corrida fuera al
interior del hermoso y rubio cuerpo de su mujer, por lo que
se agacho para quedar hincados frente a frente con ella,
abrazándola y aferrándose a las tibiezas y suavidades de
aquel femenino cuerpo que poseía su Diosa…

--No sabes lo que me encantas puta estúpida!!, le decía a la


vez que la recorría por todo su cuerpo con sus ásperas
manos, Gabriela solo reacciono a corresponder el abrazo y
posar su rubia caballera en los hombros y cuello de don
Cipriano, sus tetas y vientre se adosaban al pecho y a la
prominente panza peluda de aquel horrendo hombre,
todavía le acariciaba la verga con una de sus manos, se la
estiraba hacia arriba como queriendo que esta quedara más
larga de lo que ya era,

--Bien como me doy cuenta que no quieres hablar y que


aun así no me sueltas el pico, te lo voy a tener que meter
bien adentro, a ver si con eso te salen las palabras, jajaja…

--Don Ciprianooo… en realidad…yooo…., las palabras no le


salían, la casada quería hablar, pero había algo que se lo
impedía.
--Tranquila mi reina, yo sé que me quieres decir que te
encanta mi verga y que ya deseas que te la meta, y que por
respeto a tu maridito, a lo mejor no lo puedes decir,
jajajaja!! Pero yo sé que por dentro eres la peor de las
putas, es solo que no quieres admitirlo…, en esto don
Cipriano tomo su verga y en la misma posición en que
estaban, arrodillados, comenzó a paseársela por toda la
rajadura de Gabriela quien casi adivinando lo que ahora le
iban a hacer solo atino a separar un poco más sus rodillas y
muslos, para dejarle todo el camino abierto y que al
hombre le fuese más fácil irrumpir en los íntimos interiores
de su cuerpo.

A don Cipriano casi no le costó nada, ubico la gruesa punta


de su verga en la entrada vaginal de Gabriela haciendo
contacto con sus húmedas y rosadas carnes intimas y
comenzó a empujar hacia adentro con todas sus fuerzas, el
gran tronco de carne se empezó a deslizar sin ningún tipo
de inconveniente hacia el interior del cuerpo de la casada,
pero solo le quedo adentrada hasta la mitad.

Gabriela solo se mantenía quietecita y sintiendo el placer de


estar siendo ensartada a medias con tan magnifica estaca, la
calentura por aquella caliente barra de carne la tenían casi
electrizada, sentía el gran esfuerzo que hacia don Cipriano
para mantenérsela adentro, así se la mantuvo ensartada por
espacio de algunos minutos, hasta que determino de que
ya era el momento en que ambos se debían mover para
luego de poder clavársela en su totalidad, llenarla con su
urgente simiente.

Lentamente se fueron recostando en las suciedades de los


colchones en que se consumaría el bestial acoplamiento,
don Cipriano retiro su verga del cuerpo de Gaby solo por un
momento para luego el mismo escupir en la punta de esta y
escupir también en el mismo tajito rosado de Gaby.

Ubico su gruesa tranca en la mojada entrada amatoria de


Gabriela, la cual ya palpitaba afiebrada por la calentura que
sentía su dueña; don Cipriano se la iba a meter de un puro
envión para que ella sintiera en sus propias carnes lo que
era culiar con un hombre de verdad.

La casada aguardaba expectante, su ahora ardiente


temperamento a estas alturas ya casi adivinaban lo que el
caliente viejo le iba a hacer, pero ella ya sabía que las curvas
de su cuerpo estaban hechas para el uso único y exclusivo
de aquel hombre que tanto le había enseñado a gozar,
sentir y experimentar; don Cipriano empujó resuelto y con
fuerzas descomunales, y de un solo golpe introdujo la
totalidad de su voluminosa verga en el interior de la
hermosa mujer casada, se lo enterró hasta las mismas bolas,
ella quien a pesar de ya haber probado en otras ocasiones
las medidas del grueso tronco que ahora le habían
ensartado, no pudo evitar de dejar salir un fuerte alarido de
auténtico dolor, ya que la estocada fue casi mortal…

--Ohhhh!!...—Ahhhh…--Por favooor!! Don…más


despacioooo!! No se muevaaaa!! No se muevaaaa!! Que
dueleee!!, rogaba una Gabriela muy adolorida por tan
salvaje acometida.

El viejo mecánico nuevamente se quedó quieto totalmente


ensartado en el cuerpo de la rubia, le daría un poco de
tiempo porque él sabía muy bien que solo era cuestión de
minutos para que ella misma pidiera que le partieran o que
la destrozaran la zorra a vergazos.
Luego de un breve momento don Cipriano comenzó a
meter y sacar su verga en forma acompasada en el perfecto
cuerpo de Gabriela, quien estaba firmemente agarrada a los
hombros de su amante y con sus muslos totalmente
abiertos, tenía cada una de sus hermosas rodillas posadas al
lado de cada una de sus respectivas tetas, y a pesar de no
estar acostados en una cama, los crujidos de las tablas del
piso no se hicieron esperar, en pocos minutos las
arremetidas y aserruchadas que le daba el mecánico a
Gabriela eran realmente salvajes, los secos palos de la
habitación entera rechinaban, los morbosos gemidos de
Gabriela no eran de placer ni tampoco de dolor, eran de
aguante, la casada quería demostrarle a su macho que ella
era capaz de aguantar y de que su cuerpo se la podía con
su monstruosa verga.

El adolorido cuerpo de la rubia infiel soportaba


estoicamente las animales embestidas que le propinaban, y
a pesar de las sensaciones de suplicio y tortura que sentía
ella, se dijo y se propuso que las podría sobre llevar, por lo
que sin pensarlo más lo empezó a secundar con ricos
movimientos de cintura, pelvis, caderas y de su misma zorra.

Los quejumbrosos gemidos de aguante que hacia la mujer a


los feroces empujes y estocadas que don Cipriano le
asestaba sin compasión aún continuaban, se besaban y se
comían sus bocas en forma animal de vez en cuando,
ambos ya sudaban como unas verdaderas bestias, el
hombre la montaba y se movía encima de su cuerpo como
si ella fuera su yegua y los dedos de las gruesas manos del
mecánico estaban entrelazados con los finos y delicados
dedos de ella.
O sea, culiaban, se besaban y estaban tomados de la mano!!

Cuando llevaban unos 25 minutos de buena follada


Gabriela ya no sentía tanto dolor con los fuertes
empalamientos a los cuales estaba siendo sometida. Ahora
las violentas y brutales entradas del animal miembro viril de
don Cipriano en el interior de su despampanante y
curvilíneo cuerpo le estaban causando el mayor de los
placeres, mientras le dieran más fuerte y más bruto mayor
era el placer y más rico sentía la caliente mujer casada, por
lo que perdió el poco control que conservaba en su mente,
y olvidándose de todo sufrimiento o dolor que había
sentido hace un rato, rodeó con sus piernas las gruesas
espaldas de don Cipriano, y lo alentó a no guardarle
contemplaciones ni miramientos de ningún tipo…

--Ahhh don Ciprianooo!! Me dueleeee!!, pero que ricoooo


se sienteeeee!!

--Jajjaja!! Ya lo sabía!! Siempre lo supe, desde que te conocí,


eres una adicta a la vergaaa!!

--Ahhh…siiiii es verdad….me encantaaaaa su vergaaaa!!


Ohhhhh!! Donnn culeeme masss firmeeee!! Lo aguantooo
todooo!!

--Lo hareee pero recuerda siempre que tú eres mi mujerrrr!!


Y mi putaaaa!! Vamos dilo tu mismaaa!!, Gabriela que le
encantaba que aquel hombre la tratara tan vulgarmente,
como ya lo había hecho en otras ocasiones, no lo dudo
mucho para hacérselo saber…

--Siiii Donnn!! Yo soy su Mujerrrrr!!...Ahhh!!... Soy su


Putaaaaa!! , don Cipriano estaba encantado con el nivel de
calentura en que tenía a su Gaby, por lo que quiso seguir
jugando un poco más con aquel soez juego de palabras…

--Y quien es la perra caliente de Ciprianoooo!!


Dimee…quien es mi Yeguaaaaa favoritaaaa!! Dilo para
convencerme de lo bien putaaaa que eressss!!

--Yoooo… yo… soy… su perraaaa calienteeee!! Soy su


Yeguaaaaaa favoritaaaa!! Sigameeee montandoooo!!
Enculemeeee si quiereeeee!! Pero sígase moviendoooo!! No
pareeeee!!

--Prepárate chamaca que me voy a empezar a mover más


fuerteee!!

--Ohhh…siiiii estoy listaaaa!! Deleee!! Muevaseeee más


fuerteeee, mas firmeeeee!! Métamela hasta donde más
puedaaaa!! Ayyyyyyy!! Es tan ricaaaaaaa!!

Los fuertes gritos de la hermosa mujer más animaban al


viejo para darle verga hasta casi querer matarla a vergazo
limpio. Daba la impresión que todo en aquella sucia
vivienda se estremecía ante los bestiales movimientos que
hacían ambos cuerpos. Don Cipriano le miraba su rostro
descompuesto mitad por el dolor y mitad por calentura,
pero Gabriela sabía que ya faltaba poco, el hormigueo que
sentía en su sangre y también en sus poros y en sus carnes
se lo avisaba.

--Te gustaaa mi vergaaaa!!

--Siiiii papiiiiiii!! Me encantaaa!! Ahhhhh!! Ricaaaa tu


vergaaaa papitoooo!! Ohhhh!!
Don Cipriano aprovechándose del estado calenturiento de
su mujer quiso nuevamente ponerla a prueba…

--Quien tiene la verga más grandeee!! Yo o tu maridooo!!


Vamos diloooo putaaaa!!, le preguntaba mientras la seguía
clavando, Gabriela por un momento no supo que contestar,
nuevamente don Cipriano le hacía recordar a Cesar, por un
rato hubo silencio en la habitación, solo se escuchaba el
plaff!! Plaff!! Plaff!!, que era el sonido que emitían ambos
cuerpos cuando chocaban uno contra el otro ya que a estas
alturas Gabriela también se meneaba en bruscos
movimientos de apareamiento,--Vamos diloooo putaaaa!!
Quiero escucharteeee!! --Quien tiene el picooooo más
grandeee!! Yooo o el maricon de tu maridooo!!, volvía a
preguntarle don Cipriano quien había aumentado la
velocidad de sus estocadas en el afiebrado cuerpo de la
mujer, hasta que luego de unos breves segundos Gabriela
perdida en las constelaciones de la lujuria y calentura, dejo
salir de sus labios aquello que el mecánico quería
escuchar…

-- Usteddddd!! Ahhhh!!

Al mecánico se le dibujo una risa diabólica en su rostro ante


la positiva respuesta de Gabriela…

--Yo que!! Perra calienteeee!! Quiero escucharlo


completoo!!... los fuertes jadeos continuaban…

--Usted tie..neee la ver..gaaa mas gran..deee que la de mi


ma…ri…doooo!! Ahhhhhh que ri…coooo!! Ricooooo!!, con
esto último fue la perdición para Gabriela quien se empezó
a menear a un más fuerte restregándose en aquella verga
que la enloquecía.
Ahora ella misma le daba fe a su amante que él era mejor
que su marido, le confirmaba que él era más macho, mas
hombre, y más viril.

--De que porte la tieneeee!!, seguía preguntando don


Cipriano…

--La tie…neeee chi…caaaahhh, Ohhhh!! muy…


pe..que…ñi…taaaaahh… Ahhhh, mientras Gabriela, le hacía
estas íntimas confesiones sobre su matrimonio a don
Cipriano, su cuerpo más se acaloraba y más caliente se
ponía para culiar…

Cesar quien en estos mismos momentos mientras a su


esposa se la culiaban como a una perra en leva, el pobre se
mataba trabajando haciendo dobles turnos para así poder
llevar más dinero al hogar de ambos.

Don Cipriano se sentía triunfador, había logrado que la


misma mujer ofendiera la virilidad de su legítimo esposo,
con esto acortaba el trecho que los separaba a ambos,
como a su vez también separaba otro poco a la hermosa
mujer de su misma familia, por lo que siguió empujando
aún más frenéticamente y con más fuerzas hacia la
entregada anatomía de Gabriela que a estas alturas ya no le
importaba nada ni nadie solo existía ella y don Cipriano, su
hombre, su macho en todas las de la ley, por lo que seguía
bufando y gimiendo como una yegua, don Cipriano solo se
concentraba en hacerla gozar y que siguiera bramando de
placer, pero aun no quería terminar ya que todavía faltaba
mucho, si todavía ni siquiera la enculaba pensaba el caliente
mecánico, mientras tanto Gabriela ya estaba al borde del
paraíso de la lujuria…
--Ahhh don Ciprianoooo…don Ciprianooooo!! Ohhhhhh!!,
era lo que dificultosamente podía articular Gabriela en
forma sofocada, demostrándole que nuevamente volvía a
ser su mujer, mientras este seguía aserruchando
furiosamente, agasajándola en cada empujón que le daba
con toda la extensión de su tranca, la casada ya no daba
más de tanto placer y calentura, con sus brazos, muslos y
piernas se atenazo con desesperación al obeso cuerpo del
mecánico, quien seguía embistiendo y ensartándola con
salvajes y viriles apuntalamientos, con lo que logro hacer
explotar de placer y felicidad a su bella amante casada--
Asiiiiii!! –Asiiii mi vidaaaa!! Que me voy a correrrrrr!! Asiiii
papiii!! Culeemeeee!! Culeemeeee!! Que yo soy su
mujerrrr!!, Soy su putaaaaaaa!!...Ahhhhhh…Ricoooooo!!, Me
corrooooooo!!! Gritaba con las facciones de su cara
totalmente contraídas, como si estuviera sufriendo, mientras
que desde el interior de su rendija amatoria bañaba y
lubricaba aún más la tiesa y gran verga que la seguía
perforando, sus expulsiones eran abundantes, el sucio
colchón en donde se posaba el suave y apuntalado culo de
Gabriela estaba todo mojado como si ella en vez de haber
tenido un orgasmo, la rubia se hubiese meado…

Don Cipriano se salió del interior de Gaby y se desplomo a


descansar al lado del cuerpo de su mujer, ella permanecía
en un estado lamentable y catastrófico, pero feliz!!, había
sido una cacha bestial la que le habían pegado, pero el viejo
aun no acababa, tenía grandes cantidades de semen
acumuladas en sus bolas para en cualquier momento
inyectárselos por cualquiera de sus orificios y la casada
estaba consciente de esto.
A pesar de lo cansada en que se encontraba Gabriela sabía
que aún tenía que seguir dándole guerra a aquel hombre
que la hacía sentir una mujer plena y dichosa, solo
aguardaba por sus órdenes, era el quien dirigía todo y era el
quien mandaba, y ella por su parte solo deseaba en
complacerlo ya que cumpliendo con esto la más
beneficiada seria ella misma, fue don Cipriano quien la saco
de sus pensamientos…

--Bien señora Guillen! terminemos con esto, ahora te


enculare tal como me lo pedias hace un rato dulzura, te
podrías poner en cuatro patas por favor?, le solicitaba
mientras el mismo ya se había puesto de rodillas para poder
sodomizar en forma más cómoda el perfecto culo de la
casada…

Gabriela quien había escuchado lo que ahora le tocaba


hacer no puso ningún tipo de reparo ante tan degenerada
solicitud, ni siquiera le preocupaba de que el viejo la
llamase en forma burlona por su nombre de casada, giro su
hermoso cuerpo para quedar acostada de cara al sucio
colchón y muy lentamente empezó a elevar ese fenomenal
y admirable par de suaves nalgas, con la finalidad de que el
viejo mecánico se las partiera en dos.

Una vez que la casada estuvo con su portentoso culo bien


parado, con su cuerpo y tronco inclinado hacia abajo y con
una de sus mejillas posadas justo en una de las llamativas
manchas de orina de aquel colchón que servía de cama
amatoria, don Cipriano con sus ojos inyectados en sangre y
con su verga que ya estaba que reventaba, tomo ubicación
entre medio de las piernas semi separadas de su víctima, la
erótica postura de perra en estado de sumisión que había
adoptado la puta, casi lo enloquecieron, apuntó la cabeza
de su tieso miembro hacía el pequeño orificio rosado
situado entre las rotundas nalgas de Gabriela, y empujando
su bien lubricada verga comenzó poco a poco a penetrar en
su orificio de manera antinatural.

En un momento pensó en mandárselo a guardar de un puro


y solido empujón, pero el culo de Gabriela nuevamente
estaba apretado, por lo que no le quedo más opción que
metérselo lentamente, aun así los placeres que le brindaban
aquel estrecho orificio, eran sabrosamente exquisitos…

--Oh, Diooos!!, Diosss!! Gemía la casada al momento de


sentir la irrupción de aquel monstruoso falo al interior su
ojete posterior, que a pesar de ya haber gozado en otras
ocasiones de la sodomizacion, ahora la sentía como si
nuevamente la estuviesen desvirgando por el culo. -- Por
favor...!! Oh, por favor Donnnn...!! Ah...!! Despaciooo!!
Ahhh…dueleeee!! Dueleeeee!!..., sentía en sus propias
carnes el animal dolor del nuevo enculamiento al cual
estaba siendo subyugada. –Ayyyyyyyy!!!, fue el bestial y
lamentoso alarido de dolor arrancado de su garganta
cuando una repentina y vigorosa embestida del mecánico,
introdujo su descomunal miembro de potro hasta la misma
raíz. Gabriela sintió que se la habían metido por el culo
hasta los mismos testículos.

Don Cipriano posando sus grandes manos en torno a sus


caderas, se apretó contra las suaves nalgas, y comenzó a
restregarse con el miembro insertado tan adentro del culo
de Gabriela como le era posible. Las palpitaciones de placer
se hacían sentir a todo lo largo de la hinchada verga, la
casada mordiéndose los labios, aguantaba los movimientos
de su macho que bien sabía la iban a comenzar a hacer
sentir el placer hasta el máximo que le permitiera su cuerpo.

Gabriela en su desesperación por aguantar los dolorosos


apuntalamientos que sufría su recto, mordía el orinado
colchón con su blanca dentadura, sentía la hediondez a
meado en sus propias fosas nasales y en su boca misma y
esto en vez de espantarla, más la calentaron por lo que
decidió empezar a lamer la asquerosa tela en donde tenía
enterrada su cabeza.

El viejo mecánico ya enloquecido de placer por lo apretado


y estrecho de aquel delicioso agujero rosado, se dio a
ultrajar bestialmente al ardoroso culo de la mujer, los
movimientos del hombre eran rápidos pero cortos, no se lo
llegaba a sacar del culo ni la cuarta parte de su verga, por
miedo a que esta se le saliera, se sentía enterrado hasta las
entrañas e intestinos de Gabriela, quien seguía aguantando
resignadamente los brutales empalamientos que sufría su
adolorido trasero, el cual ya se encontraba totalmente
lubricado y lleno de jugos que exudaban desde el interior
de su recto.

En la sucia habitación ahora solo se escuchaban los suspiros


y los degenerados quejidos y gemidos de auténtico placer
animal que emitían ambos supuestos enamorados.

Gabriela a estas alturas ya sentía como que en cualquier


momento su trasero se iba a reventar, las sensaciones de
éxtasis la tenían en el mismo paraíso del placer sodomítico
y sabía que un nuevo orgasmo ya se aproximaba a pasos
agigantados, sentía y disfrutaba de la enorme tranca de don
Cipriano la cual se la tenía ensartada en el fondo de su
conducto posterior hasta las bolas, enderezo su cuerpo
hasta quedar con sus espaldas pegadas al pecho de don
Cipriano, subió su brazos y los paso por detrás de la nuca
de su macho y apoyo su cabeza en uno de sus hombros
para ella comenzar a besarlo mientras disfrutaba de su
enculamiento, hasta que nuevamente perdió la razón y
compostura para comenzar a solicitarle en sus oídos, todo
lo que su ardiente cuerpo necesitaba…

--Ahhhh!! Don Ciprianoooo!! Ahhhhh!! Me culeaaa tan


ricoooo!!, Shhhhhhhttt!! Enculemeeee!! Enculemeeeee!! Mas
fuerteeeee!!, le pedía ella a su asaltante, mientras este la
seguía clavando sin compasión alguna, y firmemente
agarrado a sus tetas…

El mecánico ya no necesitaba de que le hicieran barra, con


poderosas y rítmicas embestidas se enterraba en el
escultural cuerpo que tenía delante de él. La había vuelto a
poner en 4 patas, y con sus grandes manazas le asestaba
unas fuertes y lacerantes palmadas en el culo el cual ya lo
tenía en ambos cachetes de su suave trasero totalmente
enrojecidos, Plafff!! Plaff!! Plaff!! Plafff!! Plaff!!
Plaff!!...continuaban las duras y crueles nalgadas hacia el
adolorido culo de la casada, ya casi al borde del
sangramiento…

Empujaba fuertemente hacia adelante, y Gabriela se


agarraba firmemente del colchón empuñándolo
fuertemente, los testículos golpeaban las suaves carnes de
su vagina semi abierta por cada estocada que le asestaban,
a la rubia ya casi no le importaba que don Cipriano
estuviera flagelando las carnes de su cuerpo con las feroces
nalgadas que le daba…
Hasta que el exigido cuerpo de la mujer ya no resistió más,
su visión se nublo, su cuerpo se erizo y desde lo más
profundo de su culo y entrañas un fuerte torrente de cálidas
y ardientes corrientes eléctricas se apoderaron de todo su
cuerpo y mente para hacerla estallar en el más bestial y
violento orgasmo jamás sentido en su existencia…

--Ahhhh que ricoooo!! Nene!! Neneeee!! Me muerooooo!!


Me muerooooo!!...Ohhhhh mi bebeeeee!! Me estoy
corriendooo por el culoooooo!! Ahhhhhhhhh!!, fue lo último
que pudo exclamar la casada hasta que cayó semi
desfallecida en aquel el mugriento colchón.

Gabriela reposaba con sus tetas aplastadas en el colchón,


con su culo enrojecido y casi amoratado por el salvaje
tratamiento al cual había sido sometido por el caliente y
perverso mecánico; con los brazos extendidos a ambos
lados y la cabeza hacia uno de sus desnudos hombros, en
actitud de delicioso agotamiento tras las violentas
sensaciones padecidas y provocas por las depravadas
culiadas que le habían pegado.

El escultural par de tetas de la casada se agitaban todavía


inflándose aún más al estar presionados por su cuerpo
contra el ocasional lecho en donde estaba tirada. Debido a
la lujuriosa violencia de los placeres recientemente
experimentados, su mente estaba en blanco, con sus
hermosos ojos azules cerrados en lánguido reposo por el
gratificante enculamiento que le habían practicado, la
habían hecho gozar mil veces más que la casi todas sus
experiencias sexuales vividas en toda su vida, ni siquiera
recordaba que con su marido esa misma tarde había hecho
algo, aquello no figuraba en su mente.
Don Cipriano estaba sumamente complacido por el éxito
que había tenido al calentar de aquella forma a la rubia y
también se sorprendía por la extraordinaria sensualidad de
la naturaleza de la joven y casada mujer madre de familia,
que había embaucado sexualmente bajo chantaje y también
por la misma calentura contenida de ella, y del evidente
degeneramiento con el que ésta se entregaba a la
satisfacción de sus deseos sexuales.

La dejaría descansar un rato ya que notaba el extremo


agotamiento corporal en que la había dejado, sabía que la
rubia ya llevaba tres orgasmos en la noche por lo que
decidió que ahora si la iba a fertilizar con su caliente
simiente que ya urgía por salir disparado de su verga, en
eso sintió cuando el poderoso cuerpo de Gabriela se
apegaba junto al de él cruzando una de sus hermosas
piernas por encima de su verga a la vez que con una de sus
delicadas manos le comenzaba a acariciar sus
desmadejados y tiesos cabellos, lo hacía con la misma
ternura en que una madre acaricia en el pelo a su hijo,
Cipriano también se abrazó al cuerpo de su mujer y se
besaron, el mecánico ahora sí que estaba seguro que
aquella hermosa hembra le pertenecía solamente a él.

Gabriela a pesar de lo agotada que estaba se sorprendía a


ella misma que con el solo leve contacto de su piel con
aquella inmensa y caliente verga, desde el interior de su
cuerpo renacían casi en forma violenta los insanos deseos
de nuevamente ensartársela, además que estaba clara que
aún faltaba lo mejor, don Cipriano tenía que darle todos sus
mocos, su semen, y ella ya estaba ansiosa de comérselos
todos por el orificio de su cuerpo, en que el viejo quisiera
dárselos…
--Que buena puta eres Gabriela, eres la mejor vieja que me
he comido en toda mi vida…, se sinceraba el mecánico con
su mujer una vez que se separaron de un apasionado beso.

Los amantes conversaban desnudos y abrazados tendidos


entre medio de las inmundicias de aquella deplorable casa
de campo.

--De verdad?, le consultaba la casada con una sonrisa


plenamente de hembra satisfecha…

--Siiii, y espero que lo que queda del mes, no te hagas tanto


de rogar, porque o si no hare una mamada dela cual te vas
arrepentir…

--No se preocupe Don!!, no volveré a descuidarme del


teléfono, lo de hoy fue un error que no volveré a cometer…

--Y que le dijiste a tu maridito para poder salir?, le consulto


don Cipriano un poco intrigado…

--Por favor Don, no hablemos de mi marido… él no tiene


nada que ver en esto que estoy haciendo…

--Está bien no te molestare más con él, pero contéstame


una sola pregunta, y te juro que nunca más te volveré a
hablar de él…

--Y cuál es la pregunta?. Consulto Gabriela media curiosa y


accediendo a lo que el mecánico le proponía, mientras que
ahora se entretenía jugando con los canosos pelos del
pecho de su hombre…

--Pus… eso que te pregunte cuando estábamos follando…


La casada capto en el acto a lo que se refería don Cipriano,
le estaba consultando sobre las medidas viriles de Cesar, y
tomando un poco de aire le respondió con la verdad a su
amante…

--Es verdad, la tiene pequeña, le contesto sumamente


apenada y avergonzándose con ella misma por el tipo de
aclaraciones que le estaba haciendo a un hombre que no
era nada de ella, --Pero por favor ya no quiero hablar de
ese tema, Cesar no tiene nada que ver con esto que
nosotr….

La casada fue asaltada por un furioso y frenético beso con


lengua, ya que el mecánico al escuchar lo sincero que eran
las palabras de su Gabriela, cayó en un arrebatado estado
de pasión hacia aquella hermosa mujer, que ahora si estaba
seguro que no estaba siendo bien atendida como ella
verdaderamente se lo merecía…

--No te preocupes mi putita que aquí tienes una verdadera


verga de macho solo para ti ricura… siéntela, y diciendo
esto último llevo una de las manos de la casada a su rígido
miembro que ya exudaba abundantes cantidades de semen,
Gabriela se la agarro con propiedad, como si aquel grueso
instrumento carnal le perteneciera realmente solo a ella, no
pudo aguantar las ganas que le vinieron de volver a
probarla con su boca y sintiendo un hambre de verga sin
precedentes fue en busca de su alimento, tal como lo hace
una perra hambrienta en busca de su presa…

En un momento se dio a masturbarlo, pero ante las


constantes salidas del blanco líquido que don Cipriano
había estado reservando solo para ella, sin ningún tipo de
asco se lo volvió a meter en la boca para poder chupárselo
y limpiárselo como solamente él se lo merecía, se la comía
con excitación tanto por la vista como por el contacto de
tan notable verga nerviuda que tenía asida con verdadero
deleite en su boca, Gabriela se dedicó a succionar, frotar y
exprimir con sus labios el enorme y tieso miembro, de
manera que proporcionaba el mayor de los goces, al feliz
de don Cipriano. No contenta con succionarlo con sus
delicados labios, y dejando escapar suspiros de calentura
mezclada con satisfacción, llevó la cabeza del pico tan
adentro, que la introdujo hasta donde le fue posible, con la
esperanza de provocar con sus succiones y con las suaves
caricias de su lengua y su garganta la deliciosa eyaculación
que ella quería degustar y tragar.

Don Cipriano muy atento a la jugada y a sabiendas de lo


muy caliente que era su nueva yegua pura sangre, le
ordeno…

--Me dejaras que te culie nuevamente?,

Gabriela volteo su cabeza hacia el mecánico, y con sus ojos


brillantes y vidriosos le contesto…

--De veras?...Pero por supuesto que si chiquitooo!!, le


contesto la casada con verdadera desesperación.

--Entonces móntate tu solita pendeja!! Vamos a qué


esperas!!, y quiero que me lo hagas rico, como tú ya me lo
has demostrado, que ahora sí que te voy a llenar la concha
con todos mis mocos, jajaja…

Don Cipriano quien ya había doblado uno de los colchones


para usarlo como respaldo, para así poder chuparle la tetas
y también poder besarla; el otro las haría de cama…
--Hare todo lo posible mi “nene”, Gaby ya lo comenzaba a
llamar como ella solo lo había hecho con los dos únicos
hombres que había amado en toda su vida, pero parece
que ahora ya había un tercero…

Gabriela se montó a caballo sobre su inmensa panza, la


verga se posaba tímidamente justo al medio de sus nalgas,
levanto sus caderas para meter una de sus manitas por
entre medio de su zorra y agarro el tieso armamento de
don Cipriano para ubicarlo a la entrada de su abertura
vaginal para intentar encajárselo en su cuerpo y luego tras
varias acometidas y retrocesos por parte de ella se lo pudo
meter hasta la misma raíz, entro y lo sintió hasta la altura de
su ombligo, para comenzar una segunda batalla tan
violenta como las anteriores.

--Ahhhh!! Donnnn la suya es tremendamente largaaaa!!,


exclamaba la casada, a la vez que ondulaba con su cintura
intentando exprimirle hasta la última gota de semen al
semental al cual estaba cabalgando, para luego continuar
alagándolo de tan buena que era su verga, --Mmmm…lo
tiene tan grandeee!! Tan Gruesooo!! Ohhhh empuje Usted
tambiennn…lo quiero más adentroooooo!!

--Siiii mamitaaaa!! Es solo tuyitoooo!! Culeaaa!! Culeaaaa!!


Meneateee más fuerteee pedazo de putaaaa!! Grrrrrrr…,
rugía el mecánico intentando de alargar lo más posible su
propia explosión, a la vez que le chupaba y mordía las
tetas…

--Ohhhhh!! Donnnnn!! Masssss fuerteeee!! Más fuerteeeee!!


Demeee más firmeeee!! Que yo me la puedooo comer
todaaaaa!! Ahhhhhh!!
Don Cipriano la tomo de su rostro con ambas manos y la
comenzó a besar bestialmente, mientras ambos cuerpos se
embestían con verdadero deleite y gozo animal, para luego
separarse y comenzar a lamer toda su cara en forma
desesperada, Gabriela movía su rostro para ambos lados y
también en forma circular procurando que toda su cara
quedara ensalivada con las hediondas babas del mecánico,
como a su vez se ensartaba ella sola la tremenda verga que
ya nuevamente la tenía enloquecida.

Gabriela seguía culiando, con la verga del mecánico metida


tan dentro de ella que solo los testículos de este quedaban
a la vista, la rubia con sus ojos cerrados sentía esa gruesa
barra de carne al interior de su vientre y como se movía
dentro de él, su zorra innatamente bañaban las
nudosidades de aquella tranca que la clavaba, esto a raíz de
una serie de pequeños orgasmos que la rubia iba sintiendo
a medida que la culiaban y que ella iba agradeciendo
moviendo y meneando su cuerpo en una forma
arrebatadoramente exquisita, sin contar la serie de
estremecimientos en que era asaltado su cuerpo por cada
solido afianzamiento vergal que la asestaban.

Llevaban media hora apareándose como enajenados con


Gabriela montada y recostada sobre el cuerpo de su macho,
su cabeza la tenía perdida entre el cuello y los hombros de
él, su rubia cabellera estaba toda desparramada sobre el
rostro del mecánico, quien tenía sus manos posadas en las
suavidades de ambas nalgas del culo de la mujer que lo
subía y bajaba en forma frenética por los grosores de aquel
tronco en que ella sola se empalaba y se encajaba hasta el
delirio.
Gabriela comenzó a levantar y a enderezar su cuerpo para
quedarse meneando en toda majestuosidad sobre la tranca
de su amante, se la comía por su zorra en todas sus letras,
no dejaba que nada de esa poderosa arma de carne se le
saliera de su cuerpo, y así lo demostraba ante los hinchados
ojos de don Cipriano, la capacidad de aguante de aquel
hombre la tenían poseída en un estado de éxtasis
paradisiaco, en un momento sus azules ojos vieron que al
fondo de la habitación corrían dos cochinos ratones y como
estos se escondían por unos orificios de las casi podridas
tablas, pero esto no le importo, en otra ocasión se hubiera
escandalizado y subido arriba de una mesa, pero ahora
estaba con don Cipriano, por lo tanto se sentía protegida,
ya nada en aquella hedionda y sucia casa la espantaban, al
contrario ahora todo para ella casi hermoso, poético, idílico
y romántico.

El mecánico la contemplaba, veía el sudor de Gabriela,


como aquella rubia amazona toda sudada y transpirada se
movía y jadeaba sobre su verga sin despegarse ni siquiera
un milímetro de sus gruesos pelos púbicos…

--Realmente que eres una verdadera Diosaaa


Gabrielitaaaaa!! , Le dijo un sonriente y burlón don Cipriano
mostrándole toda su dentadura con caries…-- Mi verga es
toda tuya mi putitaaaa!!

--De verdad que es miaaaa!!, preguntaba la casada que en


ningún momento dejaba de ondular con su pelvis
comiéndose y exprimiendo en toda su longitud el palo que
le tenían clavado y ya perdida en la calentura del
momento…

--Si es toda tuyaaa!! Tela regalo dulzuraaaa!!


Gabriela ya no aguanto más, se concentró en lo que le
acababan de regalar y aclarar, esa verga era de ella, solo de
ella, y fue cuando comenzó a acelerar sus movimientos y
jadeos a la vez que sentía como se le iba crispando la piel y
también sintiendo como se abrían y cerraban todos los
poros de su cuerpo, --Es miaaaaa!! Miaaaa!! Miaaaa!! Decía
esto por cada empujón que hacía con sus caderas contra el
grueso mástil de carne que sabrosamente la tenía
ensartada, --Miaaaaaaaaaaaaaa!!!, fue el fuerte bramido que
emitió la acalorada mujer cuando su cuerpo no le permitió
seguir experimentando tanto placer con esa estaca
enterrada en lo más profundo de su ser y su glorioso
cuerpo comenzó a realizar una serie de violentos
movimientos espasmódicos que delataban el real y casi
conmocionánte estado de calentura que la hacía sentir don
Cipriano…

Cuando el mecánico la vio poner sus ojos blancos y sintió


las violentas convulsiones y sacudidas que se apoderaron
del curvilíneo cuerpo que tenía empalado, se dijo que era
este el momento culmine y apropiado para poder inseminar
a su puta por lo que enderezándose rápidamente se abrazó
al suave cuerpo de Gabriela y se lanzó sobre su ardiente
anatomía quedando nuevamente montado sobre Gabriela
quien tirada de espaldas en el colchón y a patas abiertas
aún se encontraba perdida en las placenteras delicias del
orgasmo, no dándose cuenta de las abundantes cantidades
de mocos que le tiraban al interior de su estómago y
vientre…

A don Cipriano no le importo nada, la empalo y la ensarto


hasta lo más profundo de sus entrañas para luego darle
conocimiento:
--Ahí estaaaaa!! Mamitaaaa!! Toma todos mis mocooooos!!
Son todos tuyosssss!! Ahggggg!!, gritaba como enajenado
aquel pobre hombre quien junto con besarla en forma
salvaje y casi comiéndosela, acababa dentro del cuerpo de
Gabriela con cuantiosas y caudalosas cantidades de caliente
y espeso semen, mientras la seguía apuntalando con firmes
estocadas continuaban las potentes inyecciones y
expulsiones del ardiente líquido reproductivo que se
desparramaba muy al interior del cuerpo de la casada.

Una vez terminada la lujuriosa sesión de sexo que se


mandaron don Cipriano y Gabriela, el hombre procedió a
sacar el closet unas rotosas frazadas y un par de cojines que
sirvieron de almohadas, apago la luz y se acostó al lado de
su mujer que ante los salvajes y continuos orgasmos que
había sentido su escultural cuerpo no se dio ni cuenta
cuando cayó en los brazos de Morfeo, sumiéndose en un
apacible y dulce sueño.

Se durmieron abrazados, unidos y entrelazados, con la rubia


cabeza de la mujer en el moreno y peludo pecho de su
hombre.

La noche ya había pasado, estaba aclarando cuando


Gabriela ya se había despertado, sabía que aún era
temprano, su pequeño hijo salía del colegio a medio día, así
que no había apuro, se mantenía en el tranquilizador abrazo
en que la tenía agarrada su amante, nada del abundante
semen que el viejo había depositado en su interior había
escurrido hacia afuera de su vagina, pero la casada estaba
ajena a esto y ya casi no le preocupaba ese tema, es más ni
siquiera lo pensaba.
Cuando el feo rostro del mecánico abrió sus ojos, aun no lo
podía creer, había pasado una noche con su Diosa, y esta
estaba muy apegadita a él y toda desnuda, tal cual como
había quedado después de la gran follada que se había
mandado quien sabe hasta qué hora.

--Como dormiste culona!, le pregunto don Cipriano para


iniciar una conversación con ella,

--Bien, le contesto tímidamente Gaby un poco avergonzada


por estar acostada con él y abrazada a su cuerpo.

--Jajajaja, después de todo lo que te moviste anoche es


normal que ni siquiera te quieras ir todavía, a qué horas te
voy a dejar?

--No se preocupe Don, me conformo en llegar antes del


mediodía, le contestaba una sumisa Gabriela que no se
aguantaba las ganas de entretenerse en jugar con los pelos
del pecho del hombre, tal cual como lo había hecho en la
ocasión en que habían follado en su misma cama
matrimonial…

--Jajaja!!, no me vas a decir que quieres seguir follando por


toda la mañana?, te das cuenta que yo tengo razón? Te
estas convirtiendo en toda una puta Gabriela!! Jajajja…

--No es por eso, es solo que estoy cansada, Gabriela no se


explicaba del por qué ahora no se podía enojar con ese
hombre que cuando abría su boca era solamente para
burlarse de ella…

--Te entiendo putita, si solo estaba bromeando, yo también


me siento agotado… Aun que si quieres te la puedo volver a
meter, tu cuerpo bien vale el esfuerzo, jaja, don Cipriano al
ver el silencio de la casada y por también al no querer
quedar mal con ella se quiso retractar, --Que te parece si
nos levantamos y yo te invito a tomar desayuno a un lugar
que conozco…

Gabriela lo quedo mirando fijamente con sus azules ojos,


aquel hombre la estaba invitando a desayunar?, por lo que
ella suponía que en su persona a lo mejor no solo
predominaba el sexo, tal vez ella le importaba de verdad a
ese hombre pensó, y le volvieron esa rica sensación de
cosquillas en el estómago, esa extraña sensación de
mariposas…

--Pero Don y a donde nos lavaremos si al parecer aquí no


hay ni baño, y si vamos a salir por ahí no podemos ir en
estas condiciones…

--Tu tranquilita solo sígueme, le dijo don Cipriano a la vez


que se separaba de su cuerpo y se paraba desnudo, para
luego tenderle una mano invitándola a que lo siguiera…

Gabriela entusiasmada como una quinceañera le dio su fina


mano y se levantó, para comprobar ella misma que era lo
que ahora se le había ocurrido al mecánico, este la guio
hasta una puerta trasera que tenía aquella casita de campo
y ambos salieron al exterior completamente desnudos. La
casada se sentía totalmente apenada nunca había estado
tan expuesta y más encima desnuda en algún lugar público,
pero se tranquilizó al darse cuenta que por aquellos parajes
y por la temprana hora no se veía ningún alma.

--Vamos hacia el fondo ahí hay una ducha, le invitaba don


Cipriano tirándola de la mano para que ella avanzara junto
con él, la rubia con su otra manita tapaba tímidamente sus
doradas partes íntimas.

Avanzaron unos metros, hasta llegar a otra deplorable


casucha de palo que las hacía de ducha, en el techo de esta
había un grueso tambor de lata en donde acumulaban el
agua a través de una motobomba que succionaba agua de
un canal de regadío que pasaba solo a un par de metros, el
viejo abrió la puerta de esta y se metió junto a Gabriela al
interior, en donde ella pudo comprobar que el tambor que
había en el techo estaba conectado a una manguera sujeta
por unos alambres, y que por donde saldría el agua era lo
que en algún tiempo habría sido una lata de pescado o de
cualquier producto en conservas la cual estaba perforada
con hoyos que le habrían hecho con clavos, y a pesar de lo
rustico de aquella instalación la rubia mujer no dejaba de
sentirse entretenida por todo lo que estaba viviendo junto a
ese hombre.

--Ahora tu tranquilita mi reina que yo mismo te voy a bañar,


jajaja, por lo que abrió la improvisada llave y junto agua en
dos baldes que habían al interior de la casucha hasta
llenarlos y los ubico en una esquina, para luego ubicar a
Gabriela debajo del chorro de agua que caía desde el tarro
con hoyos, ella se dejaba hacer ya que vio que el mecánico
tomo un jabón que había en una improvisada repisa
también de madera y empezando a hacer espuma con sus
manos comenzó a enjabonar el suave cuerpo de la casada,
la recorría por todas las zonas de su cuerpo y en donde
ponía más énfasis en enjabonar eran en su vagina y en su
culo, Gabriela no estaba ajena a esto.
--Ahhhh Don! yo creo que ya está bueno, deje de
enjabonarme y ahora enjuágueme, le decía una divertida
Gabriela,

--Espera un poco putita aún falta un poco más en las tetas,


le decía ahora amasándole con ansias el par de melones de
la mujer que por lo enjabonados que estaban, al viejo le
costaba agarrárselos, ya que se le resbalaban una de la otra,
producto de la espuma.

Gabriela ya sentía en distintas partes de su vientre y cintura


la tibieza de la tranca de don Cipriano, quien al sentir y
recorrer las curvas de su mujer ya se le había comenzado a
parar el pico.

Don Cipriano tomo uno de los baldes llenos con agua y con
mucho cuidado dejaba caer abundantes cantidades en el
curvilíneo cuerpo de la mujer limpiándola y enjuagándola,
hasta que termino. Estaba hecho don Cipriano acababa de
bañar el mismo a Gaby, ella por su parte le propuso…

--Le gustaría que ahora yo lo bañe a Ud., le dijo muy


sonriente y con su respiración un poco agitada por la
morbosidad de aquel refrescante baño que se estaban
dando…

--Claro que si mi reina, no faltaba más, pero que tal si


empiezas por mi verga, mira como me la tienes, le dijo a la
vez que se le repegaba a su cuerpo y se la clavaba a la
altura de su cintura para que ella misma sintiera en el
estado en que se encontraba…

--Ayyyyyy!! Don Cipriano Usted que esssss, le dijo a la vez


que en forma instintiva se la agarro con sus dos manos para
nuevamente comenzar a darle una lenta pero rica
masturbación.

El viejo ni tonto ni perezoso, corto el paso del agua para


luego tomar a Gabriela por las suavidades de sus caderas…

--Ayyyy mamitaaaa!! Como me calientassss!!

--Le gustaaaa? Le gustaaaa como lo calientoooo?, Gabriela


ya se comenzaba a dejar llevar por la calentura a la cual la
transportaba aquel viejo…

Muy lentamente la casada comenzó a agacharse hasta


quedar en cuclillas masturbando fuertemente a don
Cipriano, quien se agarraba de las vigas del techo de
aquella rustica ducha de campo…

--Chupamelaaaa!!, lavármela con tu bocaaaaaa!!, le ordeno,


y Gabriela como si hubiese estado esperando aquella orden
casi se zampo en su totalidad la gruesa estaca que ya
estaba lista para pasar a darle batalla…

Ahora se la comía con deleite, la chupaba con dedicación,


ya no sentía ningún tipo de remordimientos por
encontrarse en tales condiciones con don Cipriano, sentía
en su boca y paladar los salados sabores de los líquidos pre
seminales del hombre, pero ella quería más, se arrodillo en
los húmedos y podridos palos y se apoyó con sus dos
manos en el mismo suelo, le encantaba estar en esta
posición y usando solamente su boca para realizar la
felación, se dio a mover su cabeza con lengua y labios
incluidos como una enajenada, recordaba muy bien que
don Cipriano le había dicho: que era ella la única dueña de
su verga y hasta se la había regalado!! Y para premiarlo se
lo saco de la boca y lo empezó a lamer como si este fuese
un helado, fue bajando y lamiendo por el tronco hasta
llegar a los pesados testículos del hombre, para comenzar a
lamérselos por todos sus contornos, tras algunos minutos y
comprobar que se los tenia bien ensalivados, llevo una de
sus manos a estos y se los levanto para meter su cabeza y
poder pasar su lengua por debajo de ellos.

Don Cipriano estaba en el cielo, pero que buena puta era en


la que se estaba convirtiendo Gabriela, la recordó del día en
que la conoció y la veía asustada junto a su camioneta
chocada con ese enorme trasero el cual parecía querer
romper el diminuto pantalón de mezclilla con el que estaba
cubierto aquel día, con esa tetas majestuosas e imponentes,
completamente erguidas a pesar de su exagerado tamaño,
o cuando estuvo bailando con él en el pie grande, y de
pronto cayo en la realidad aquella tierna chica que en esto
momentos tenía en sus recuerdos era la misma que en
estos momentos le estaba comiendo las bolas y que había
pasado una noche entera acostada con él, la tomo
tiernamente por debajo de sus brazos para que ella se
pusiera de pie, acomodo y dio vuelta el balde vacío para el
ocuparlo de asiento, por su parte Gaby ya captaba a lo que
se estaba preparando Don Cipriano, se la iba a volver a
culiar ahí mismo en la ducha.

El viejo se sentó y tomo a la chica por su cintura, ella ya


correspondiéndole en todo lo que se le pudiese ocurrir a su
macho en las cuestiones amatorias, lo secundo y
suavemente se fue ubicando por sobre la verga de su
hombre, lentamente y con sus potentes piernas abiertas y
ubicadas a un costado de las de don Cipriano, fue bajando
sus curvas y se lo fue metiendo hasta ella misma dejársela
bien clavada por completo, quedando sentada y perforada
sobre el cuerpo del hombre, quien ya le pedía que fuera ella
quien hiciera los movimientos copulatorios, pero el
mecánico a pesar de los recientes y nostálgicos recuerdos
no tenía tino para poder expresárselos a su mujer:

--Vamos Gabriela muévete tú misma sobre mi verga, no


sabes cuánto te deseo, aún recuerdo la primera vez que me
miraste con cara de putaaaa!!

Gaby se abrazó al obeso cuerpo de don Cipriano ya no le


importaba nada, lo miro profunda y apasionadamente a los
negros ojos de él y poso su frescos labios en la hedionda
boca de su amante, ahora el beso ya no era bestial , era
dulce e intenso, Gabriela estaba perdida nuevamente, con
mucho cuidado comenzó a menear el culo para que su
hombre la gozara a plenitud, el viejo la abrazo y no
entendía la suavidad en que se movía la casada, esto duro
solo unos minutos por que Gabriela tampoco era de palo,
su ardiente naturaleza sexual no tardo en aflorar en su
persona, los suaves movimientos lentamente se fueron
transformando en salvajes jadeos copulatorios, estaba
firmemente encajada a la verga del mecánico, se seguían
besando, la velocidad de los movimientos de avance y
retroceso que hacia Gabriela cada vez se iban haciendo más
acelerados, la rubia quería decirle algo pero no podía, se
sentía confundida, por lo que prefería seguir besándolo
para no decir tal vez alguna estupidez.

Don Cipriano ni siquiera recordó esta vez lo que tanto le


había preguntado la última ocasión en que había follado en
la casa de Gabriela, si lo hubiese hecho a lo mejor quizás
con que cosa se habría encontrado…
Ahora culiaban nuevamente como enajenados, como a ellos
les gustaba, no habían palabras salidas, ni insultos solo se
dedicaban a sentirse, a gozarse, aunque de vez en cuando
se escuchaban una que otra de las fuertes y sonoras
nalgadas que recibía en el culo la casada, ya que estas no
podían faltar cuando este macho y hembra se dedicaban a
procrearse.

Gabriela se movía a una velocidad casi desquiciante con su


frente pegada a la del hombre mirándolo fijamente a sus
ojos, don Cipriano sentía en sus misma narices las dulces
exhalaciones que hacia la rubia, debido a lo fuerte en que
movía su cuerpo frotándose con el de él, lentamente se
fueron poniendo de pie sin despegarse uno del otro, el
mecánico puso todo de su parte para seguir dándole guerra
a la rubia amazona que tampoco daba muestras de querer
parar con lo que estaban haciendo.

Don Cipriano ahora la apuntalaba con todas sus fuerzas, en


algunas ocasiones la llegaba a levantar del piso una buena
cantidad de centímetros, la zorra de Gabriela resistía
estoicamente los feroces apuntalamientos que recibía en su
bajo abdomen, no existía posición alguna que les
incomodara a los amantes para poder darse placer
mutuamente, por cada estocada que Gabriela recibía, ella le
correspondía con exquisitos movimientos pélvicos dándole
a entender de que ella era su hembra complaciente y
entregada, los dos cuerpos se movían al unísono, ninguno
daba muestras de cansancio, al contrario, a medida que
pasaban los minutos ellos más fuertemente se movían, la
follada de pie que se estaban dando era colosal, pero todo
en esta vida tiene su fin, y don Cipriano ya estaba casi al
borde de una abundante corrida, pero fue Gabriela la
primera en sucumbir a los deleites del acto sexual, enarco
su espaldas y tenso todos los músculos de su cuerpo, echó
su cabeza para atrás y se abandonó a las feroces descargas
eléctricas que la hacía sentir don Cipriano cada vez que la
empalaba:

--Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii!!!, fue lo que grito la casada acompañando


sus gritos de placer con una serie de ondulaciones y
contorsiones musculares a la altura de sus caderas, don
Cipriano las sentía en sus propias manos ya que la tenía
fuertemente agarrada de estas…

Una vez que la rubia ya estuvo un poco más calmada, don


Cipriano anunciaba que llegaba su momento,

--Ahí te voy pendejaaaa!! Lo vas a recibirrrr!!

--Espere don Cipri…., dijo la casada a la vez que se


desclavaba de su cuerpo, y en forma exasperada se dejaba
caer a los pies de su macho, arrodillándose ante él, como al
mismo tiempo despejaba toda su cara de sus rubios
cabellos para tomar la verga y dirigirla a sus labios, --
Démela en la boca Donnnn!!, le solicitaba…

--Sera un honor reinitaaaaa!! Ahhhhhhh!!,

Don Cipriano la tomo de sus manos entre lazando sus


dedos con los de ella, y con la tranca encajada hasta la
mitad de la cavidad oral de Gabriela, para luego tras dar un
fuerte rugido de poderío viril, dejo salir una potente y
cuantiosa cantidad se semen viscoso y caliente, que la rubia
iba recibiendo en forma lascivamente complacida, las
expulsiones eran copiosas y espesas, para la casada era su
primera vez en la boca, pero igual se encargó que ninguna
gota se perdiera y se saliera de donde tenía que
depositarse, su boca!!

Una vez que sus cuerpos se quedaron quietos, Gaby muy


lentamente empezó a sacar la verga de su boca, aun no
sabía si escupirlo o tragárselo, pero a pesar del extraño
sabor amargo y dulzón que notaba en su paladar, su mente
ya le declaraba que le agradaba.

Don Cipriano la miraba con fascinación, que rica se veía la


casada arrodillada a sus pies y mirándolo con su boca
abierta y llena de semen, la dejo que hiciera ella lo que
quisiera, pero Gaby esperaba la orden, y al ver que el viejo
mecánico no le decía nada fue ella quien con la boca
rebosante de espermios le pregunto a don Cipriano:

--Qiegueee gueee me lgalga glaaagueee?

El mecánico al ver aquella boca llena de su propio liquido


espeso y blanco y al comprobar como este se movía
alrededor de la lengua y como se filtraba entre los blancos
dientes de la casada, solo afirmo positivamente con su
cabeza…

Gabriela sin bajar su mirada y siempre mirándolo fijamente


se lo fue tragando todo poco a poco, quería que el la viera
como lo hacía y hasta cuando ya la le quedaba una
pequeña cantidad y debido al fuerte aroma que este expelía
se atoro y atraganto dejando salir esta no menor porción de
semen, por ambas fosas nasales, y ella como buena hembra
que era ahora, lo retiro de sus narices cuidadosamente con
sus dedos y se lo volvió a echar a la boca para comerse
hasta la última gota de este rico e improvisado desayuno
que se acababa de mandar, Cipriano lo vio todo…
--Pero que has hecho putaaaaa!! Te has tragado todo mi
semennnn!! Jajajjaaa!! Eres la mejor de las viejas que existen
en este mundooo!!

--Le ha gustadooooo?, De verdad que soy la mejorrrrr? le


consultaba Gabriela en forma traviesa y parándose para
abrazarse al obeso cuerpo de su Don…

--Claro que me ha gustadoooo culona, no sabía que tanto


te gustaba probar el semen, o si no te lo hubiese dado
antes…

-- Es la primera vez que lo hago, pero no se acostumbre


solo lo hice por la situación del momento y además que en
poco tiempo ya no lo veré más…

--Si tienes razón pendeja, tienes razón!!, le dijo un poco


confundido ya que la rubia lo volvía a la realidad,

--Creo que nos tendremos que volver a bañar Don, mire


como quedamos…

--Ahhh, no te preocupes reinita mira lo que hare, diciendo


esto don Cipriano agarro el otro balde con agua y
apretándose al cuerpo de la casada lo empino sobre sus
cabezas y dejo caer la gran cantidad de su contenido sobre
sus cuerpos desnudos, --Vesss? Ya estamos bañados de
nuevo jajaja, Gabriela estaba atacada de la risa por las
ocurrencias de don Cipriano y este el ver de lo bien que lo
estaba pasando su mujer la tomo y levanto en sus brazos,
para salir corriendo con ella en dirección a la casa, la rubia
reía como una quinceañera, hace mucho tiempo que no la
pasaba tan bien.

-----------------------
Eran casi las 11 de la mañana y el viejo auto de don
Cipriano ya estaba llagando a las proximidades del edificio
en donde vivía Gabriela, el viaje fue en silencio y con el
mecánico sobando los suaves muslos de la mujer, ella solo
posaba sus delicadas manos por sobre las de él, en algunas
ocasiones en que ellos debían parar por algún semáforo, se
besaban como solo lo hacía una pareja de recién
enamorados, y una vez que estacionaron para despedirse,
Gabriela miro en todas las direcciones posibles para luego
despedirse con un pequeño pero sensual besito en la boca.

Antes de bajarse del auto el mecánico le dijo,

--Realmente eres preciosa muñeca, me hubiera gustado


pasar el día contigo pero tengo asuntos que arreglar…

--Y cuando me volverá a llamar le pregunto la infiel


casada…

--No lo sé, en realidad no quiero que tengas problemas con


el maric…, perdón con tu marido…

--Estaré atenta a su llamada Don, así que no se


preocupe…Adiós!!

--Adiós Gabriela, se despidió…

La casada ya había avanzado media cuadra, volteo su


cabeza para ver si don Cipriano ya se había marchado y lo
vio aun estacionado mirándola con sus manos y parte de su
cara puesta en el volante, no supo cómo explicar su
reacción y se decidió a devolverse hacia donde él estaba, el
mecánico rápidamente bajo el vidrio del copiloto para ver
que se le había olvidado a su Diosa, su cartera la llevaba
puesta, se extrañó de esto, y una vez que la rubia llego a
donde él estaba, grande fue su sorpresa cuando le dijo
inclinada en la ventana…

--Don, esta noche estaré solita en casa, si quiere puede


venir a cenar…

-- No mames mi reina…estas segura de lo que dices!!??…

--No se preocupe estoy muy segura de lo que digo…

--Y a qué horas quieres que venga culona…

--No lo sé, estaría bien como a las 6 de la tarde…

A don Cipriano se le dibujo otra de sus lujuriosas sonrisas


en su cara, Gabriela por su parte solo le devolvió la sonrisa
mirándole fijamente sus cariados dientes…

Gabriela, Una Adorable Mujer Casada 5 (Reeditada)

La noche era fresca, una vez salida del baño y ya en su


habitación de casada, solo se puso una diminuta ropa
interior blanca y envolvió su curvilíneo cuerpo en una
sedosa toalla, descalza se dirigió hacia los ventanales del
balcón una vez parada en la alfombra de su sala de estar
miraba hacia la calle, veía las luces de la ciudad y se
preguntaba adonde estaría don Cipriano a esas horas y
como queriendo dedicarle esos entrañables momentos a él
fue al refrigerador de donde saco una lata de cerveza, para
luego regresar a la ventana de su íntimo mirador y perderse
en los recuerdos de aquel ordinario hombre que la hacía
sentir como una verdadera mujer, el amargo sabor de la
cebada le recordaban el salvajismo en que la besaba, ese
aliento hediondo a alcohol rancio casi la transportaban.
Una vez que ya había bebido todo el contenido de la lata
individual de cerveza, decidió que ya era hora de ir a
dormir, el día de mañana todo debía volver a la normalidad,
lo del viejo era solo una aventura, se volvía a decir para ella
misma.

Gabriela intentaba por todos los medios posibles ordenar


sus ideas y sacar de su mente a don Cipriano, ella sabía que
solamente se debía a Cesar y a su hogar, y en momentos en
que ya se estaba convenciendo de que la relación que ella
mantenía con el mecánico era un tremendo error en su vida,
la imagen desnuda del obeso hombre y con su verga bien
parada incluida, le hacían volver a caer en ese idílico estado
de calentura absoluta, estado que con su marido y aunque
ella quisiera, sabía que no lo iba a lograr.

Ya recostada en el mismo lugar en que había estado


acostado el mecánico, con las luces de la habitación
apagadas, y sumida en los varoniles olores a macho en que
había quedado impregnada su cama, Gabriela ya se
aprontaba a dormir, y fue cuando sintió que su celular
sonaba insistentemente, este se le había quedado en la
mesa del comedor, pensó en que podría ser Cesar, o Lidia, o
quizás quien, pero ella estaba agotada y rendida, recién a
estas alturas el cuerpo de la rubia le exigía a su dueña el
merecedor descanso ante el bestial desgaste físico al que se
había visto sometido estos tres últimos días, pero la casada
pensando que podría ser Cesar se levantó de malas ganas
para ir a contestar, ella era su esposa se iba diciendo
mientras caminaba a contestarle, pero ante la sorpresa se le
lleno su cuerpo de nuevas energías al verificar que quien la
estaba llamando tan insistentemente era don Cipriano, su
amante.
--Hola!!, contesto una feliz y coqueta Gabriela a quien el
desquiciante cosquilleo en el estómago nuevamente le
atacaban y más la confundían, era esa ya conocida
sensación de mariposas,

--Como está la culona más buenota que existe en este


mundooo!! Jajajaaja!!, estas eran las palabras del viejo
cuando quería ser cariñoso con ella, la rubia ya lo percibía
así, y al escuchar esa ya conocida y aguardentosa voz de
viejo, se sintió como una verdadera colegiala cuando esta
hablando a escondidas con su novio.

--Bien y usted?, le contesto no muy segura de sus palabras,


para luego preguntarle en forma casi de reclamo, --Porque
no me espero para despedirse?,

--Jajajaja, porque si te esperaba lo más seguro es que


íbamos a terminar follando putita, o acaso se te olvido que
ya me confesaste que te encanta que te metan la verga,
jajajaja!!

--Ay, nooo!! Como cree, yo solo quería darle las gracias por
los trabajos que hiso en mi casa, eso era todo y además…, el
viejo la interrumpió,

--Pus yo me acuerdo muy bien de la forma en que me lo


agradeciste en la mañana pendeja, te movías tan rico que
me dejaste la verga seca, jajajajaja!!, pero ya estoy listo para
mandártela a guardar mañana mismo por donde tú lo
quieras mamita, jejejeje…

Gabriela olvidándose del cansancio, caminaba semi


desnuda, solo en ropa interior para ir a recostarse al sillón, y
para continuar la conversación con su amante, mientras que
con su otra manita se acariciaba su suave vientre,

--Recuerde que mañana llega mi marido y por favor le pido


que no me esté molestando, acuérdese que tenemos un
trato,

--Si, si, lo del trato, lo recuerdo bien nalgona, no te


preocupes que no te importunare, veras tetona, te llamaba
para decirte que en tu velador te deje un obsequio, ayer
con toda la calentura que me provocas se me olvido
dártelo, jejeje,

--Un regalo!!, exclamo Gabriela en forma incrédula,

--Si!, está en tu velador lo ves?

--Espere!, le contesto la rubia, mientras nuevamente se


ponía de pie y caminaba hacia su habitación para ir a ver el
regalo que le estaba diciendo el mecánico, y efectivamente
la casada pudo observar una pequeña cajita blanca, en la
cual no había puesto atención desde que había llegado a su
casa, --Si aquí esta, pero que es?, le pregunto
nerviosamente alagada, por la sencilla razón de que el
vejete se había tomado la molestia de hacerle un regalo,

--Ábrelo culona!!, jjejeje, yo sé que te gustara,

Gabriela dejo el celular en la cama, y muy ansiosamente se


dispuso a abrir la pequeña cajita blanca, para ver que en su
interior había una fina cadena de plata que llevaba por
colgante una pequeña “C”, la casada se sintió en un sueño
del cual no quería despertar, noto que el obsequio no era
de un valor elevado, era una simple cadenita de plata y de
las baratitas, pero para ella en ese momento tenía un valor
incalculable por lo que representaba para sus más íntimos
momentos de plena felicidad que este viejo le hacía sentir
cuando le metía su verga,

--Ay mi Don!, no sé qué decirle, es hermosa, le contestaba


franca y honestamente sin dejar de mirar la baratija,

--Sí, yo sabía que te gustaría, así recordaras todas las


culiadas que nos hemos pegado, jajajaja!!, y tiene una “C”
de Cipriano, pero le puedes decir al maricon que tienes por
marido, que es la “C” de Cesar, jajajaja!!,

--Gracias Don, le contestaba mimosamente, sin prestar


mayor atención a como el hombre se refería hacia la
persona de su marido, --No sé qué más decirle, le
contestaba la rubia nuevamente asaltada por los nervios
que le provocaba aquel hombre con sus inusuales
ocurrencias,

--Puedes decirme que mañana te harás un ratito para que


podamos ir a culiar a algún hotel, o a la cabaña en donde
estuvimos la otra noche, que me dices reinita te animas?,

Don Cipriano luego de unos buenos segundos, creía


escuchar las sonoras exhalaciones de Gabriela, ya que esta
nuevamente respiraba agitadamente, era asombroso ver la
forma en que este sucio mecánico tan rápidamente hacia
encender el libido de la rubia,

--Ay Don!! Mire, de verdad que no se!!...creo que me


gustaría…, le decía Gabriela en forma sincera y con sus ojos
cerrados al estar ella consiente de lo que le estaba diciendo
al viejo mecánico tenía algo de verdad, --Pero no puedo, le
dijo finalmente, --Ud. ya sabe…, incluso ya lo habíamos
hablado…

--Entonces cuando podremos hacerlo pendeja!, recuerda


que eres mi mujer y no estoy dispuesto a dejar pasar tanto
tiempo, le decía don Cipriano quien nuevamente estaba
comenzando a perder los estribos por la inmensa calentura
que le provocaba al estar poniéndose de acuerdo en la
fecha de cuando se acostarían juntos nuevamente.

Gabriela quien al escucharlo decir lo anterior, y sentirse


nuevamente como de su propiedad solamente le dijo,

--Si quiere podríamos hacerlo ahora, el vejete se quedó en


silencio por unos segundos,

--No mames pendeja!!, quieres que vaya ahorita mismo a tu


departamento para que nos acostemos,

--Ay!... es que no lo sé don Cipriano!... Si es que usted así lo


quiere claro…, le contesto entrecortadamente, mordiéndose
el labio inferior de los puros nervios al saber de la tremenda
estupidez que nuevamente estaba haciendo, para luego
tomar un poco de aire y continuar, --Mi marido llega al
medio día y Ud. se podría ir a cualquier hora de la mañana,
le contesto finalmente.

--jajajaja!!, que puta eres para tus cosas pendeja, pero era
solo eso lo que yo quería escuchar, lamentablemente ahora
no puedo, estoy cerrando un asunto para ver si me puedo
quedar por más tiempo en la ciudad, tal como me lo
pediste, pero no te preocupes, quedate con tu maridito este
fin de semana, total no creo que te haga gran cosa con esa
pequeña cosita que tiene por verga, jajaja!!, reía el vejete al
estarse burlando a sus anchas del marido de la casada, para
luego continuar, --Yo te llamare el lunes para que nos
pongamos de acuerdo, recuerda que tenemos que hacerle
un hermano al Jacobito, jajajaja!!,

La casada escucho el típico sonido de cuando la


comunicación se corta, pensó en lo que le había dicho al
viejo, como nuevamente había sido ella quien se le ofrecía,
pero aun así no se sintió mal, era verdad, ella todavía estaba
con ganas de seguir acostándose con él.

Aun sentada en su cama miro el obsequio de su amante,


recordó lo dicho por el vejete, estaba haciendo las
gestiones para no tener que irse, eso significaba que el viejo
quería estar más tiempo con ella?, …esto extrañamente la
puso de buen humor, se paró y se puso al frente del espejo
en donde acomodo sus aromáticos cabellos rubios hacia un
lado de su rostro, para luego y con mucho cuidado ponerse
en su cuello la cadena con la pequeña “C” de Cipriano la
cual quedo hermosamente alojada al medio de sus doradas
tetas.

Una vez que comprobó lo hermosa que era esta y sin


pensar en quitársela, se acomodó en su lecho conyugal
siempre pensando en don Cipriano, recordó lo último de la
conversación, eso de hacerle ambos un hermanito a Jacobo,
meditaba que por muy bien que ella lo pasara acostándose
con él, eso que quería el viejo con ella era casi imposible,
ella no pretendía a que la dejaran embarazada, por lo que
resolvió que la semana entrante sin más demoras iría a ver
un médico para que le recetaran pastillas o cualquier
método anticonceptivo, que se creía este viejo ordinario?,
pero aun así la idea lejos de escandalizarla le calentaban
aun mas, se preguntaba cómo se sentiría ella estando
preñada de un hombre tan viejo, lentamente fue bajando su
manita a su rubia intimidad, determino que se masturbaría
a nombre de don Cipriano.

No llevaba más de dos minutos acariciándose su vagina por


sobre el pequeño calzoncito blanco, imaginando que el
mecánico venia desnudo y cargado de semen en sus bolas
dispuesto firmemente a preñarlaaa!…, pero ella estaba muy
cansada, fue lo último que paso por su mente antes de caer
en un profundo y reparador sueño.

En otra distanciada localidad, a la misma hora en que


Gabriela le estaba ofreciendo a don Cipriano a que se fuera
a acostar con ella para aprovechar la última noche que les
quedaba disponible, Cesar compartía unas cervezas con sus
compañeros de trabajo,

--Ufff, que manera de cursar papeleos en esta faena, los de


la ciudad no se cansan de mandarnos más y más trabajo,
opinaba uno de los ahí reunidos,

--Si, contestaba Cesar, --Pero lo importante es que tenemos


el trabajo…

-- Y Cesar?, aun piensas en marcharte, que hay con eso, si


aquí la paga esta buena para los simples papeleos que
hacemos, deberías pensarla…

--He hablado con el administrador, y me dijo que muy


pronto se abrirá una plaza en la ciudad, y me tendrá
presente para ocuparla, pero eso puede demorar de dos a
tres meses quizás…
--Pero te bajara el salario, recuerda que aquí nos pagan el
derecho a zona…

--No me importa, lo que más deseo es estar con mi esposa


y con mi hijo, contestaba Cesar a la vez que se mandaba un
profundo trago de cerveza desde la misma botella,

--Bueno carnales y ya que estamos desocupados y


solamente nos queda esperar el bus que pasara mañana,
porque no nos vamos a buscar unas putas?, proponía uno
de los amigos…

El grupo en si estaba conformado por 5 empleados


administrativos con los que compartía Cesar a diario, el
hecho de estar trabajando en un proyecto de minería,
requería que sus empleados administrativos también
trabajaran en turnos de día y noche ya que la faena no
paraba en las 24 horas, pero ellos habían terminado su
turno esa misma tarde, por lo tanto ya estaban libres, solo
les quedaba esperar el bus que solo salía tres veces al día, y
el ultimo no lo habían alcanzado a tomar,

--Si, dijo otro de los reunidos, --Tengo un dato rebueno, de


un lugar donde hay puras putitas de 18 años y son
limpiecitas…, el hombre fue interrumpido por Cesar quien
dijo,

--Y usted compañero no se supone que es casado?,

--Si soy casado pero no estoy muerto, jajajaja!!, rieron


todos, menos Cesar que él estaba en desacuerdo de andar
metido en putas…

--Bueno Cesar te animas o no?, le consultaba el más


cercano a él,
--No lo creo, a mí no me gustaría que mi mujer me hiciera
algo parecido…

--Pero Cesar hombre, piensa!! A todas las mujeres les gusta


la verga y si ellas quieren nos pondrán los cuernos cuando a
ellas les den las ganas y tu ni siquiera te vas a enterar…

Cesar medio molesto y medio divertido escuchaba a uno de


sus compinches de cómo lo trataba de convencer para serle
infiel a Gabriela,

--Eso será en el caso de ustedes, pero yo respeto a mi


mujer, ella no es así como ustedes lo cuentan, es distinta a
las demás… les confirmaba con su vista puesta hacia la
barra,

--Mira si quieres vas con nosotros o te puedes ir a dormir a


la residencial,

--Por supuesto que me iré a dormir, si Uds. conocieran a mi


Gabriela se darían cuenta del por qué yo no hago ese tipo
de cosas, ella es toda una mujer, es la esposa ideal, es mi
amiga y cuento con toda su lealtad, y no voy a poner en
riesgo todo eso por una noche de sexo, ella es perfecta y no
se merece una deslealtad de mi parte y menos de esa
envergadura, pero Uds., vayan no más y pásenlo bien, eso sí
que mañana antes de llegar a sus casas pasen a comprar
desinfectante, jajajajaja!!.

El día sábado era de aquellos radiantes, Gabriela se había


levantado temprano, ordeno lo que más pudo la habitación
matrimonial, y nunca supo porque extraña razón no quiso
cambiar las sabanas, el olor a sexo y a don Cipriano aún
estaban impregnados, y esto le encantaba, pensó que el
despistado de su marido ni se daría cuenta de ello. Una vez
todo en orden se fue a duchar para posterior comenzar de
malas ganas a arreglarse.

Luego se dio a preparar a su hijo y para que ambos


esperaran la llegada del jefe de hogar, la casada se sentía
nerviosa, no sabía cómo podría mirar ahora su marido, si
bien a estas alturas ella ya sabía cómo manejar la situación,
lo que le preocupaba era que en su corazón ya comenzaba
a ver a Cesar más como a un buen amigo que como a su
esposo propiamente tal, había momentos en que sumida en
las labores del hogar se imaginaba la pequeña verguita de
su cónyuge, e inconscientemente se decía para ella misma y
en forma casi melancólica,--Uffff Cesar si solo la hubieses
tenido un poco más grande, se lamentaba sumida en sus
intimas reflexiones, y muy a su pesar asumía que esta noche
si tendría que intimar con su esposo.

Cuando Cesar abrió la puerta de su hogar, lo primero que


vio fue a su esposa sentada en el sillón, y como su pequeño
hijo corría a sus brazos para saludarlo, la rubia solo los
miraba con una leve sonrisa, una vez que el hombre dejo a
su hijo fue a saludar a Gaby quien se paró desde donde ella
estaba, lo saludo con un leve beso en los labios, la mujer se
tuvo que mantenerse muy concentrada para no sentir la
instintiva reacción de correrle la cara, tal como lo había
hecho la vez anterior, esto sería sospechoso, se había dicho.

--Hola Cesar, como te fue en el trabajo, le preguntaba


intentando parecer lo más natural posible…

--Bien amor, les he extrañado mucho a ambos, Cesar quedo


embelesado mirando el portentoso cuerpo de la mujer que
tenía por esposa, ahora extrañamente le encontraba algo
distinto, no sabía que cosa, de lo que si estaba segurísimo
es que Gabriela estaba más bella que nunca.

El esposo le veía su hermoso rostro de ángel, con su cabello


rubio alisado y bien cepillado, con algunos tímidos
mechones dorados que caían hermosamente por sus
mejillas, sus ojos de un hermoso azul intenso, su cara
maquillada suave y delicadamente, haciéndola ver aún más
bella de lo que era.

Llevaba puesto un holgado vestido de gasa blanca que le


dejaba sus hombros casi al desnudo de no ser por los
tirantes de este que levemente los protegían, su cuello
engalanado con la cadena de plata que le había regalado el
mecánico que tenía por amante, con un escote que dejaba
ver solamente lo necesario del nacimiento de sus
apetecibles senos en donde descansaba hermosamente la
letra ”C” de plata.

El fino vestido blanco igual dibuja las infartantes curvas que


ella poseía debajo de este, dejando ver muy poco de
aquellos potentes muslos de Diosa, pero que dejaba mucho
para la imaginación, en fin Gabriela a sus 26 años estaba en
toda su plenitud, era toda una hembra.

--Quieres que te sirva algún refresco?, le consultaba


sonriendo su esposa, para sacarlo de aquel estado de
embobamiento en que ella ya había notado en que se
encontraba el pobre hombre,

--Si traigo un poco de sed, dijo finalmente Cesar saliendo


de su alelamiento, --Llevámelo a la habitación, creo que me
daré una ducha, traigo mucha calor, el bus venia copado de
gentes…
--Claro Cesar, te lo sirvo en un instante, Gabriela se daba
cuenta que ya no le nacían las palabras: cariño, amor, nene,
que eran con las que siempre tan dulcemente lo había
tratado, solo lo había llamado por su nombre, la rubia se
estaba comenzando a preocupar, no fuese ser que Cesar
notara algo extraño y descubriera lo de ella y don Cipriano.

Una vez servido el refresco la rubia se lo llevo a su esposo a


la misma habitación matrimonial, en donde encontró al
hombre sentado en la cama y quien la quedo mirando
penetrantemente a sus ojos, ella ya había visto esa mirada
en otras ocasiones, pero cuando realmente cayo en pánico
fue en el momento en que el hombre al fin le hablo,

--Pensate que no me iba a dar cuenta?...cuantas veces te lo


advertí Gabriela!!, la casada miro por toda la habitación, en
que se había equivocado pensaba, sus piernas comenzaron
a temblar al igual que sus manos…

--Cesar no sé a qué te refieres… le dijo con su voz


temblorosa,

--A esto le respondió su esposo, haciendo ademan de


hediondez con sus narices y manos, --Te he dicho que no
cenen acostados en la habitación y viendo televisión, a
puesto que cocinaste pescado, la habitación quedo
impregnada, diciendo esto último Cesar fue a abrir las
ventanas y cortinajes, Gabriela por fin pudo respirar un
poco más tranquila, y dejando el vaso encima de una mesita
fue a abrazar a su esposo por la espalda y para decirle,

--Cesar mi amor, disculpame, jijiji…tu sabes que a mí me


gusta el pescado y no lo pude evitar, te prometo que no lo
hare más,
--El problema es que es muy hediondo, mira nada mas
como quedo de pasado…

--No te preocupes ve a bañarte, yo me encargare, termino


diciéndole Gaby.

Mientras el hombre se bañaba, Gabriela se encargó ahora si


de cambiar todas las ropas de cama para luego prender un
incienso dentro de la habitación, después de que Cesar se
diera cuenta del extraño olor que el noto en su habitación y
que lo asemejo al olor a pescado.

Y era lógico que esto ocurriera, la rubia ya estaba un poco


acostumbrada al fuerte olor a sexo en que quedaba ella y
todo lo que estuviera a su alrededor después de las
bestiales cogidas que se pegaba con el viejo, y más normal
era que Cesar su esposo lo notara al instante ya que de ese
tipo de apareamiento el pobre no tenía ni idea y menos
imaginaria que su mujer seria la principal participe en una
de estas sesiones de coito.

La tarde transcurrió con normalidad y el supuesto feliz


matrimonio Guillen, se lo paso conversando de todas las
cosas que había hecho en los días que no estuvieron juntos,
Gabriela le conto a su marido lo del técnico que había
venido a realizar las reparaciones del agua y de las llaves, ya
que Cesar lo había advertido en el momento en que había
estado en la ducha,

--Al parecer este hombre trabaja muy bien, le dijo Cesar a


su mujer una vez que el mismo verificaba en las condiciones
en que habían quedado los artefactos, la casada se sintió
orgullosa de que su marido se refiriera de esa forma hacia
don Cipriano. –Y donde lo conseguiste?, le consulto
extrañado ya que él había intentado buscar un plomero, y
no lo había podido lograr,

--Bueno este, este, te recuerdas que mantuve mi camioneta


en un taller hace algunas semanas,

--No lo recuerdo…

--Ahh, tontito…eso pasa en donde no me pones atención


cuando yo te digo las cosas, le mentía Gabriela para enredar
a Cesar ya que ella efectivamente no le había dicho nada de
la estancia de su camioneta en algún taller, --Fue hace
como un poco más de un mes y por algo menor, un ruido
extraño que tenía en el motor, le dijo finalmente. Como a
Cesar le encantaba hablar de autos y motores le dijo,

--Tenías que haberle pedido que te midieran el aceite, de


seguro tuvo que ser eso…le dijo mientras miraba
ensimismado el calefón,

--Pues sí!! También me midieron el aceite, le contestaba la


rubia en doble sentido y con total descaro, --La cosa es que
como ese hombre me hiso un buen trabajo, vino con su
herramienta y me hiso las reparaciones que necesitábamos.

--Mmmm… creo que te hiso un buen trabajo, termino de


convencerse Cesar después de haber terminado de
inspeccionar el baño, Gabriela estuvo a punto de seguir con
su tanda de respuestas con doble sentido, pero prefirió
mejor guardársela se estaba arriesgando mucho, pero ella
lo hacía debido a que como ahora era amiga de don
Cipriano, las malas costumbres se pegan se consolaba un
poco apenada por notarse ella misma ser una descarada.
--Bien que te parece si vamos a dejar a Jacobo con mi
madre, este fin de semana quiero que sea solo para
nosotros, le propuso a su mujer,

--Ni lo creas Cesar!, le soltó de una Gabriela ya que ella no


podía ver a su suegra, --Vaya usted solito no mas donde su
mami, tu sabes muy bien que yo me llevo mal con ella, y
para que pasar malos ratos en forma gratuita, no lo crees?

Cesar estuvo de acuerdo, él sabía que su madre, la señora


Romina se llevaba muy mal con Gabriela, y él no quería
echar a perder aquel idílico fin de semana que estaría a
solas con su mujer, por lo que una vez en que Gaby tubo
listo al niño su marido se comprometió en que estaría de
vuelta en tan solo una hora, o un poquito más tal vez, ya
que sabía que su madre querría conversar un rato con él.

Cuando Gabriela por fin se quedó sola, y aunque sabía que


sería por tan solo una hora, se sintió libre por fin, había sido
un día muy tenso para ella, fue a revisar su celu para ver si
tendría algún mensajito de su Don pero no había nada,
verifico que el aparato continuara en la modalidad de
silencio y se fue a sentar un rato a la sala de estar, lo que la
tenía preocupada ero lo que iba a pasar una vez que llegara
Cesar, se tendría que acostar con él y mantener relaciones
sexuales, tenía claro que esto debía suceder, ellos eran
esposos, pero lo que la atemorizaba de sobre manera, era
no saber cuál sería su propia reacción ya que ahora le
gustaba que se la follaran en forma bestial y su esposo
estaba lejos de hacerlo de aquella forma, aparte de eso, y
de lo que sentía una profunda pena por él, era el tamaño de
su verga, que podría hacerle el a ella con esa pequeña
cosita que tenía por pene, en definitiva ni se le comparaba a
la de don Cipriano se decía mientras nuevamente se bebía
una lata de cerveza mirando por la ventana, a la espera de
su marido, con el cual ella no quería acostarse.

Mientras tanto en la casa de la señora Romina, la madre y el


hijo miraban como Jacobo corría feliz en el jardín de la casa,
al niño le encantaba ir a quedarse a la casa de su abuela ya
que esta contaba con patio grande, lleno de flores y pasto.

--Pero Cesar, hijo!! Quedate a cenar conmigo, cuanto te vas


a demorar, además que desde que te casate con esa mujer,
te has adelgazado bastante, mirate si te tiene casi
desnutrido…

--Mama por favor no hable así de Gabriela, acuérdese que


es mi esposa y madre de su nieto,

--Ay sí! tu esposaaa!, pero ella ni se acuerda de eso cuando


tú no estás en la casa, si apenas te vas ella se manda a
cambiar para cualquier parte a hacer quizás que tipos de
cochinadas con los hombres que debe tener por amigos…

--Por favor mamá termínela!, con Gaby estamos pasando


por un buen momento matrimonial, hemos remediado unas
pequeñas diferencias que habíamos tenido, pero eso ya
está casi superado, así que por favor… no me la haga más
difícil, Gabriela es una muy buena mujer e incluso antes se
llevaban bien, porque no le da una nueva oportunidad ,
acérquese nuevamente a ella, yo sé que Gaby no es
rencorosa y hará las pases.

Cesar sabía que todo lo mal que su madre hablaba de su


esposa eran solamente por sus celos de madre, claro que en
reiteradas ocasiones anteriores lo había hecho creer cosas
de Gabriela y ahora estaba auto convencido que no lo iba a
hacer dudar nuevamente.

--Está bien me lo pensare, pero con la condición a que te


quedes a cenar conmigo…

--Bueno como quiera, termino aceptando Cesar, pero me


sirvo la cena y me voy, mire que a Gaby la deje
esperándome.

Cuando la vieja estuvo a punto de soltarle otro rezo sobre


Gabriela prefirió quedarse callada, ya que había obtenido lo
quería, y que era hacerle ver a su nuera que todavía existían
ocasiones en que su hijo la prefería a ella.

Gabriela ya llevaba esperando a Cesar por más de dos


horas, situación que no la tenían para nada de preocupada,
es más, --Si quiere que se quede por allá, pensó en un
momento, para luego recriminarse que no podía pensar así
de su marido, al fin de cuentas él estaba siendo una víctima
de todo lo que le estaba ocurriendo, pero que pasaría
cuando el vejete se fuera de la ciudad, ella se quedaría solo
con Cesar por lo tanto no podía estar dándole ese tipo de
problemas, si solo tuviera un solo motivo para sacarse el
compromiso sexual aunque sea solo por esta noche, --
Piensa Gaby…piensaaa!!, se decía en la soledad de su
departamento.

Cuando pensó en ir a buscar otra cerveza para bebérsela, ya


que estaba muy aburrida miro la hora en el reloj mural eran
las 22.45, y Cesar se había ido a las 20.00, recordó que este
había quedado en volver en el plazo de una hora, y fue
cuando se le vino a la mente la estrategia que sería su
salvación al menos por esta noche y que quizás la podría
dilatar para la siguiente.

Se fue rápidamente a su habitación y como un rayo se puso


un pijamas tipo buzo térmico, tomo su almohada y apago
todas las luces del departamento, para finalmente ir a
acostarse en la habitación vaciá de Jacobo e intentar de por
todos los medios quedarse dormida, pero cuando estaba en
esto último sintió que la puerta se abría, Cesar había
llegado, o sea comenzaba el show.

Cesar se extrañó de encontrar el departamento a oscuras,


camino en dirección a su habitación, de seguro que
Gabriela lo estaba esperando acostada para dar inicio a lo
que ellos supuestamente iban a hacer, pero se extrañó aún
más al ver que el lecho conyugal estaba vacío, creyó
escuchar toser a alguien en la alcoba de Jacobo, por lo que
pensó en el acto, en que podría estar haciendo Gaby en
aquella habitación?, y al encender la luz la vio acostada en
la camita de su hijo y tapada hasta el mismo cuello,

--Y que haces aquí amor, no se suponía a que me ibas a


esperar…

--Y así lo hice!!, le respondió Gabriela quien al mismo


tiempo levanto su cara para mirar desafiante al
desconsiderado de su marido que se había atrevido a
dejarla sola, después de ella haberlo esperado con tanto
esmero por los días en que estuvo ausente del hogar,

--Pero Gabriela, no me vas a decir que te enojaste porque


me atrase solo un par…
--Y que querías chiquito!! Le interrumpió la aireada hembra,
para luego continuar con sus demandas…--Que te esperara
acaso con una torta?,… trabajas fuera de la ciudad casi toda
semana dejándome sola mucho tiempo, y el día en que
supuestamente es para nosotros solos, vas y te largas a la
casa de tu mami…No Cesar eso no te lo perdonare así como
así…

Cesar la miraba entre sorprendido y un poco divertido, así


enojada y todo, Gabriela no dejaba de versa
tentadoramente pecaminosa, acaso ella también le tenía
celos a su madre?

--Amor solo fue que mi madre me invito a cenar…y tú sabes


que yo…

--Y no piensas que yo también quería cenar contigo?, le


interrumpió su mujer, para luego continuar, --Y de cómo te
espere ansiosamente estos días para que llegaras y
pudiésemos estar juntos?..., y tu llegas y te vas para donde
tu madre dejándome sola!...,por Dios… que desconsiderado
eres conmigo Cesar,

--Pero Gabriela por favor, si no es para tanto…hablémoslo…

--Yo no tengo nada que hablar contigo!! Y ahora dejame


dormir que yo tengo sueño, así que por favor apaga la luz y
cierra la puerta por fuera…Adiós!!

Cesar conocía muy bien a Gabriela y sabía que cuando ella


se enojaba era muy difícil hacerla cambiar de opinión,
además que él tenía la culpa, no debió haberse quedado a
cenar en la casa de su madre, pensó en que su mujer con
justa razón estaba molesta con él, la pobrecita había estado
esperándolo todos estos días y no era justo para Gaby que
el primer día el cenara en otra parte que no fuera con ella.

Esta situación en parte le gusto al feliz de Cesar, pensó que


eso respondía a que Gabriela estaba celosa, si tanto se
había molestado, eso significaba las tremendas ansias con
las que seguramente lo había estado esperando, y él al no
tomar en cuenta esta situación la había herido hasta el
alma, por un momento el ingenuo hombre se sintió como el
más poderoso gallo de pelea.

En la oscuridad de la habitación infantil la rubia se sintió


apenada por lo que acababa de hacer, pero a la vez ya
estaba más tranquila, por lo menos esta noche no tendría
que acostarse con su marido, pensaba si existiría la forma
de vivir con un hombre al cual se amaba pero sin la
necesidad de tener que mantener relaciones sexuales con
él, porque ella estaba segura que amaba a Cesar, el
problema era que no sentía ganas de que el la tocara o
viceversa, pero quien la podría entender?, se preguntaba.

El día domingo, el matrimonio casi ni se hablaba, Cesar a


temprana hora salió a trotar como lo hacía en algunas
ocasiones, situación que aprovecho Gaby para ducharse
tranquila, se enjabonaba delicadamente por todas las partes
de su cuerpo para luego una vez de secarse aplicarse las
cremas que a diario usaba para tratar su delicada piel, se
vistió con unos seductores pantalones de tela color negro y
con una blusa blanca, sintió en el momento en que estaba
peinado su alisado cabello rubio que Cesar venia llegando
de su salida a trotar, lo vio entrar en silencio a la habitación,
para luego de tomar una toalla este se atrevió a hablarle…

--Gabriela, podemos hablar de lo ocurrido anoche?,


--Yo no tengo nada que hablar contigo Cesar, le dijo la
rubia secamente,

--Entonces aun estas enojada?,

--Si! estoy muy enojada!!, y no creas que se me va a olvidar


tan fácilmente ehhh, le dijo con el cepillo en la mano y con
sus penetrantes ojos azules….

Una vez que Cesar salió de la habitación para dirigirse con


cara de congoja a bañarse, la rubia ya a solas no pudo más
que reírse de lo que estaba sucediendo, que fácil había sido
sacárselo de encima, ahora vería la forma de hacer las
paces, pero tenerlo ahí no más, para que no se vaya a
confundir y se crea con el derecho de llegar y acostarse con
ella. Pensaba en que finalmente lo haría… si!, se acostaría
con su marido, pero lo haría en unos días… quizás antes de
que se vaya a su trabajo nuevamente.

Gabriela con Cesar hicieron sus cosas cada uno por su lado,
solo se preguntaban lo justo y preciso y se contestaban con
monosílabos, almorzaron juntos pero en silencio, la tarde
transcurrió lenta y aburrida, con el hombre viendo televisión
y Gabriela haciendo un arqueo de todas las cuentas del
hogar, incluido el arriendo del departamento, revisando sus
tarjetas de créditos, y cosas parecidas, abrió su notebook y
reviso sus correos, como también envió algunos, no lo hacía
desde que había dejado el trabajo.

La casada ahora se preguntaba por qué había tenido tantas


consideraciones con su marido desde que se conocieron, a
ella siempre le había ido mejor en todo, había logrado tener
su camioneta, él ni se inmutaba en querer comprarse algún
carro, claro si su sueldo casi ni le alcanzaba, con lo que
ganaba Cesar apenas alcanzaba para el alquiler, saco
cuentas que si hubiese estado soltera desde hace mucho
tiempo ya que habría podido comprarse un departamento
al igual que Lidia, de pronto empezó a caer en cuenta que
en los años que llevaban de casados, era gracias a ella que
se podían dar pequeños lujos, como así también poder
ahorrar para llegar al sueño de la gran casa que deseaban
comprar, de como ella siempre no tuvo que hacer gala de
su cuenta corriente en el banco, para no hacerlo sentir en
menos, si hasta prefirió ella ir a trabajar de edecán a un
taller mecánico para no hacer uso de sus tarjetas de crédito
cuando choco su camioneta, y con el único afán de ahorrar
ese dinero y para que el perla también no se enojara…de
pronto Cesar se dio cuenta que su mujer había quedado
pensativa y mirando hacia la ventana,

--En qué piensas Gabriela, la mujer dio un sobresalto, al


verse sorprendida con la repentina pregunta de su esposo,

--En nada!…nada importante!, es solo que creo que voy a


buscar trabajo, debo continuar con el sistema de ahorro,
además que mis tarjetas están todas activas y no deseo
cerrarlas, diciendo esto último la rubia, cerro el notebook,
separó un par de documentos y los fue a guardar.

En la noche Gabriela tomo su buzo y se fue para la


habitación de Jacobo, situación que ya le estaba
comenzando a molestar a Cesar, su madre iría el día lunes a
dejar al niño al colegio y adiós fin de semana, y el con
Gabriela enojada y durmiendo ambos en camas separadas,

--Gabriela y hoy también seguirás con el mismo tema de


ayer?, le pregunto en el umbral de la puerta…
--Y que crees tú, si ni siquiera me pediste disculpas, hoy
anduviste todo el día callado y me hacías sentir culpable,
como si yo hubiese sido la que cometió el error…

--Está bien…está bien!…tú sabes que yo casi no hablo, me


podrías disculpar por favor, le dijo el hombre quien estaba
totalmente convencido de que él había cometido una falta,

--Es que no es así Cesar!, le contesto la casada sentada en la


cama, --Ufff!...Tu no entiendes nada!! Eso te tendría que
haberte nacido a ti solito… sin que yo te lo dijera, si quieres
mañana lo hablamos, por ahora quiero estar tranquila, le
dijo metiéndose en la cama de Jacobo y tapándose por
completo.

Cesar nuevamente tubo que dormir solo por esa noche.

El día lunes cuando él estaba aún acostado se despertó


viendo la imagen de Gabriela vestida con ropa de deporte,
era un conjunto Nike, que se le ceñía ajustadamente a las
líneas que dibujaban las curvas de su cuerpo,

--Me voy al gimnasio, y luego pasare a buscar a Jacobo


quieres que pase a comprar algo…

--No cariño, no te preocupes yo mismo iré a realizar las


compras, cuando la rubia ya iba saliendo de la alcoba, Cesar
se atrevió a preguntarle, --Amor, hoy día podríamos
conversar sobre lo que sucedió, ella lo miro seria, vio el
rictus de preocupación que tenía el pobre, y
compadeciéndose le contesto,

--Está bien hoy lo conversaremos, pero no te creas que te


saldrás con la tuya así tan fácil ehhh..
--No te preocupes amor, de verdad que lo siento y te juro
que no volverá a ocurrir…

--Ok, en la tarde lo hablaremos, le dijo dedicándole una de


sus mejores sonrisas, de esas que lo habían hecho
enamorarse de ella en los tiempos en que ambos eran
estudiantes…--A propósito, cuando entras al trabajo?,

--Esa era una sorpresa que te tenia, entro el viernes… no ves


mi vida… estaremos toda la semana juntos, Gaby lo miro y
escucho en forma apesumbrada lo que le decía su esposo,
estaría en la casa toda la semana se dijo finalmente,

--Pero tú deberías irte mañana, por lo general estas en casa


4 días y luego te tienes que ir …

--Si pero mi compañero me devolverá los turnos y pedí


unos días para poder estar contigo más tiempo, no es una
maravilla, estaremos los tres juntos toda la semana, que me
dices?, la rubia lo pensó por unos cuantos segundos, para
finalmente contestar:

--Si segurooo!…es una maravilla Cesar…

Gabriela bajo casi corriendo las escaleras, abrió su


camioneta y metió el bolso deportivo con sus cosas casi con
rabia, para luego de subirse dar un tremendo portazo, se
agarró del volante con la camioneta aun detenida y hecho
su frondosa cabellera rubia sobre este mismo, la situación
ya le estaba pareciendo tediosa.

Una vez que pudo asimilar que ya casi no tenía escapatoria


para dejarse violar por su marido, se propuso marcharse al
gimnasio, por cada semáforo en rojo en donde debía
detenerse revisaba su celular por si tenía alguna llamada de
don Cipriano.

La mañana transcurría casi con normalidad para nuestra


casada, estúpidamente había pensado que como Cesar era
trabajólico, y del hecho que hubiera pasado el fin de
semana en la casa este a más tardar regresaría a sus labores
entre este día lunes o el martes a trabajar, pero no, el muy
fresco se las había arreglado para estar una semana
completa casi de vacaciones, por lo tanto ya se estaba
preparando psicológicamente para tener que compartir el
lecho y su cuerpo con él, y esto no la espantaba para nada,
lo que ahora la separaba de su marido era el tamaño de su
verga… esa cosita pequeña que ella muy bien conocía le
causaba un inmenso rechazo, y el muy pillo se la quería
meter.

Eran recién las 9.30 de la mañana y Gabriela no se


concentraba en los ejercicios, pensó en que se iría a su casa,
esta mañana no estaba para el deporte, se subió a su
camioneta para mentalizarse en que tenía que hacer las
paces de una con Cesar para así lo que pasara entre ellos no
fuera tan traumático, aun recordaba la sensación de rechazo
la última vez que lo intento hacer con él, esos movimientos
torpes y sin gracia alguna, en donde ella no sentía nada de
nada ahí abajo, como si fuese un desconocido el que
estuviera encima de ella restregándole quizás que cosa,
pensaba asqueada.

Si tan solo pudiera hablar de este tema con alguien, quizás


con Lidia se decía, pero ella nunca hablaba de sus asuntos
íntimos con nadie, miro la hora, aún era temprano y decidió
que no quería irse todavía para su casa, iría a visitar a Lidia a
su trabajo solo para despejarse un poco, y luego pasaría a
buscar a Jacobo al colegio.

Estaciono su camioneta a la entrada del edificio medico en


donde estaba trabajando Lidia desde hace muy poco, y
camino en dirección hacia los ascensores, a pesar de ir
vestida solo con su ajustado atuendo deportivo que le
llegaban hasta un poquito más arriba de las rodillas, la rubia
no dejaba de verse alucinante, el Guardia de Seguridad que
se encontraba apostado cercano a las mamparas camino
aceleradamente hacia a estas para luego muy solícitamente
abrirlas y permitirle el paso a aquella mujer que se parecía
mucho a las modelos que él veía solo por televisión, y al
hacerlo el vio claramente como aquella despampanante
hembra le dedicaba una agradable sonrisa a modo de
agradecimiento, el pobre casi perdió el conocimiento.

Gabriela subió hasta el piso 8, que era donde se encontraba


la consulta médica en donde trabajaba su amiga, al salir del
ascensor camino hasta la recepción que daba paso a la
consulta y pudo ver a Lidia como le daba unas indicaciones
a un par de ancianos que estaban en esos momentos
retirando unas radiografías.

Las amigas se saludaron afectuosamente, a esa hora de la


mañana en la consulta particular no había mucho
movimiento de pacientes, por lo tanto el par de hembras
pudieron conversar abiertamente sin ser interrumpidas.
Hablaron de sus cosas, Gabriela le comento que Cesar
estaba en una de sus visitas, pasaron al tema de los hijos y
del colegio, y cuando Lidia estuvo a punto de preguntarle si
habría alguna otra cosa que la inquietaran ya que notaba
que su amiga no estaba como ella la conocía, fueron
interrumpidas por una joven que venía saliendo de la
consulta y que se apegó el mesón en donde atendía Lidia…

--Hola…el doctor me dijo que le pidiera a Usted el


certificado de reposo, Lidia consulto la información del
médico en su Pc, y pudo verificar que efectivamente el
facultativo le había dado 11 días de reposo, por lo que
haciéndole señas a Gaby, le pidió que solo la esperara un
minuto…

Gabriela miraba como su amiga se desenvolvía en sus


labores, y cuando miro el grueso talonario de certificados
médicos, los cuales llenaba Lidia, creyó ya haber encontrado
la solución para los pesares que la afligían.

Lidia termino de hacerle el documento a la joven y


nuevamente quedo desocupada,

--Te puedo hacer una pregunta, le consulto Gaby a su


amiga con el tono de voz a un más bajo…

--Claro que si tonta! pregunta no más, me vas a invitar a


alguna parte prohibida?, le dijo su amiga en tono de secreta
complicidad,

--No! Le dijo Gaby en tono bajo…--Se trata de otra


cosa…Mira esto te será a lo mejor un poco complicado,
pero dime solamente si puedes o no?...

--Pero dime mujer que ya me estas poniendo nerviosa, le


decía Lidia que ya estaba que se cortaba por saber qué es lo
que necesitaba su amiga de ella,

--Tú me podrías dar un certificado de reposo en blanco, es


para una amiga del gimnasio, que esta aburrida en su
trabajo y no le han querido dar vacaciones, pero si te
complicas con el asunto no hay problema, le decía Gabriela
al notar la cara de asombro que ponía Lidia ante la solicitud
que ella le estaba pidiendo,

--Mira Gaby, esto de dar certificados falsos no es un delito ,


pero si es un pecado, y yo soy una verdadera pecadora,
jijiji… pero cuantos días necesita tu amiga, mira que cuando
son muchos la situación a veces se complica?,

--Hazlo solo por 7 días, con eso será suficiente, te aseguro


que no te traerá problemas…

Lidia sin pensarlo mucho solo apunto la cantidad de días en


el documento, y miro el diagnóstico de la joven que
acababa de salir de la consulta,

--Bien tu amiga padecerá una severa lesión en la zona


lumbar, jijiji…diciendo esto termino por estampar los
membretes de la consulta.

--Así está perfecto amiga, te debo una de miles, jijiji, le dijo


Gabriela a su amiga del alma y una vez ya con el
documento en mano se despidió, --Me voy amiga te cuidas
y llamame cuando puedas…

--Pero si siempre te llamo, y no sé por qué ahora ultimo no


contestas el teléfono, es como si le tuvieras miedo a
contestar,

--No te preocupes, te aseguro que si no te contesto te


devolveré la llamada.

Una vez que las amigas ya se habían despedido, con


Gabriela ya subida en su camioneta, esta lleno con letra
imprenta el documento médico que indicaba que ella
padecía una severa lesión lumbar, puso su nombre y datos
personales, y una vez que se convenció que la letra le había
quedado muy parecida a la de Lidia tomo su teléfono y
llamo a Cesar…

--Hola! contesto el marido…

--Hola Cesar…Ohh…cariñooo… Cesar tuve un problema en


el Gim…creo que hice una fuerza desmedida y me lesione,
ahora vengo saliendo de la consulta médica…

--Por Dios Gabriela!, y por qué no me llamaste?.. pero dime


como estas tú, te duele algo, que te dice el medico…

--Ese es el problema…es de mediana gravedad, de hecho


me dio reposo absoluto por 7 días…

--Amor no te preocupes…yo te iré a buscar dime dónde


estás?, le decía Cesar realmente preocupado…

--No te preocupes Cesarin, realmente eres muy bueno, pero


creo que aun puedo manejar, eso sí que lo que más me
pidió el medico es que no hiciera sobre esfuerzos ni
movimientos bruscos…mira pasare a la farmacia a comprar
medicamentos y me voy para el Depa, no te preocupes que
llegare bien, le decía la casada a su esposo, viendo que su
estrategia nuevamente le daba resultados, podría estar con
Cesar sin la presión de tener que acostarse con él en los
días que a este le quedaban por estar en la casa.

La rubia manejo hacia su Depa ya más tranquila, paso a la


farmacia a comprar medicamentos tradicionales para los
supuestos dolores, pensó en comprar anticonceptivos, pero
decidió que para eso tenía que ver un médico primero, lo
dejaría para otro día.

Una vez que llego al edificio y cuando ya aparcaba su


camioneta en los estacionamientos, vio que el bueno de
Cesar la estaba esperando para ayudarle a subir y cargar el
bolso, esto era lo que más le gustaba a Gabriela de Cesar lo
atento y caballero que siempre había sido con ella.

La casada ya se encontraba tendida en el sofá mientras


Cesar después de haber visto el documento médico, que
certificaban la dolencia de su mujer, le servía agua mineral,

--Amor no te preocupes, ya verás que si sigues al pie de la


letra todas las indicaciones del doctor, ya te pondrás mejor,
le decía Cesar a su esposa mientras le pasaba el vaso
servido y se acomodaba al lado de Gaby,

--Fui una tonta Cesar, como no tuve cuidado en esa


máquina…no estás enojado conmigo?

--Pero porque voy a estarlo nena, yo lo único que deseo


por ahora es que te mejores, en ese mismo momento en
que Cesar le depositaba un afectuoso beso en la frente a su
bella esposa se pudo fijar en la cadena que llevaba puesta
en su cuello, esta era distinta a las que él ya le conocía, se
percató en la pequeña “C” que llevaba como colgante,--Y
esta?, le consulto tomándola entre sus dedos…--No te la
había visto antes, que significa esta “C”…

--Lleve a Jacobo a una feria con juegos mecánicos…, --


Cesar… tenia tantas ganas de que tu estuvieras ahí con
nosotros, que cuando se la vi a un vendedor no dude en
comprarla…es la “C” de… Cesar…, le mentía descaradamente
para solapar las zorrerías en que andaba metida, para luego
continuar con sus artimañas, --Amor…es que tú ya sabes…se
supone que esta semana íbamos a estar juntos, y ahora yo
con esta lesión creo que no podremos hacerlo, le soltó
Gabriela a su marido y poniendo cara de niñita buena…

--Ni que decirlo cariño, primero está tu salud, lo otro puede


esperar…

Gabriela sintió pena por lo que le estaba haciendo a su


marido, le estaba mintiendo y privando ella misma a lo que
a él con legítimo derecho le correspondía, para reservárselo
a otro que no era nada de ella, un feo y vulgar mecánico
que la doblaba en edad y hasta que podría ser su abuelo,
pero que si la hacía sentirse plenamente satisfecha
sexualmente, la rubia a estas alturas pensaba que su esposo
era el único culpable de esto, por no podérsela con un
cuerpo como el de ella y para luego volver a recriminarse,
de cómo podía pensar esas estupideces si para ella eso
nunca había sido lo más importante, en un momento de
cordura solo pudo decir:

--Eres muy bueno y comprensivo conmigo Cesar… tú no te


mereces esto, se sinceraba Gabriela con su esposo, --Por
favor perdoname por lo que te estoy haciendooo…

--A que te refieres…le dijo Cesar un poco extrañado por lo


que le decía su esposa. Gabriela comprendiendo en el acto
que se había dejado llevar por sus verdaderos sentimientos,
tuvo que intentar arreglar en el acto la imprudencia que
acababa de cometer…
--Ehhh… Esteee… me refiero el haberme enojado contigo, tu
tenías razón… no era para tanto…me perdonas por eso
cariñooo…(el cariño le salió muy forzado)…

El hombre que creía que ahora si le entendía a su esposa,


solo le contesto…

--Eso ya es pasado amor, no hay nada que perdonar, por


ahora lo único que me interesa es tu salud, así que
despreocupate de la casa, yo me encargare de todo…

--Pero Cesar!... si tú ni siquiera sabes cocinar…

--Pero se pedir pizza a domicilio…

--Ahhh bueno, el más feliz será tu hijo, Gaby no se daba


cuenta que desde ahora se empezaba a referir al hijo de
ambos como si solamente fuese hijo de él, pero Cesar no se
dio cuenta de aquel detalle y ella tampoco, el hombre lo
tomo como normal.

--Hablando de él creo que le iré a buscar ya estamos casi en


el horario…

--Ve tranquilo, yo los esperare aquí…

--Gabriela!, por favor no hagas nada, esperanos y yo me


hare cargo si…

--Está bien! está bien!, me quedare aquí tranquilita, jijiji…

Cuando Cesar salió en dirección al colegio de Jacobo, la


rubia estimo que tendría cerca de 40 minutos para estar
sola, se paró como flecha para irse a dar una ducha y
cambiarse de ropas, solamente se puso un buzo deportivo,
para así estar más cómoda, y una vez que estuvo lista se
dirigió nuevamente al sillón para esperar la llegada de su
familia, fue en eso que escucho la música de llamada
entrante desde su celu, al tomarlo su instinto ya le había
indicado quien podría ser, y efectivamente… era don
Cipriano!…

--Holaaa!!, contesto Gabriela, su corazón extrañamente latía


en forma acelerada…

--Como estas tetonaaa!, jejeje…puedes hablar?

--Si! pero solo un ratito ya que mi esposo está por llegar…

--Y cuando se va al trabajo…yo pensaba en ir a tu casa hoy


día mismo,

--Ni se le ocurra Donnn!!, él estará hasta el viernes, si quiere


lo podemos dejar para el sábado…así será más seguro…

--Acaso estás loca pendeja!! Es mucho tiempo y yo ya te la


quiero meter…mira inventate algo para que te puedas
escapar esta misma tarde…

--Ay! No lo creo Don!!, de verdad, es muy pronto deme más


tiempo para ver que puedo inventar…

--jajajaja!!, me encanta saber que te comportas como toda


una zorra, mira yo también ando algo ocupado, y mañana
no puedo, el vejete ya había puesto en conocimiento a don
Felipe de la suculenta hembra que le llevaría para que el
sencillamente se la violara por todo un fin de semana, y así
saldar la deuda contraída, para luego él solamente
desaparecer de la vida de la rubia, le había costado mucho
esfuerzo tomar tal decisión, ya que aquella hembra era un
verdadero manjar para los dioses, solo les faltaba fijar la
fecha en que en base a engaños él la arrastraría hasta el
inmundo tugurio de su amigo --Te daré plazo hasta el
miércoles, pero yo contaba en que hoy íbamos a follar… así
que el miércoles te quiero por todo el día,

--Imposible Donnn!!, por todo el día no puedo, quizás un


rato en la mañana…Gabriela percibía que al otro lado del
teléfono, don Cipriano ya estaba echando espumarajos,

--Mira pendejaaa! Que no se te olvide que tú eres mi


mujerrr!...y hasta tu misma me lo dijiste!!, así que inventate
algo bueno, el miércoles nos juntaremos para estar
encerrados culiando por todo el día… te esperare a las 09.00
en la misma entrada del motel en donde follamos la
primera vez, y si pasan 15 minutos y tú no llegas… mejor
andate cambiando de domicilio, porque te voy a ir a buscar
a tu misma casa y te voy a sacar a patadas!! No me
importan las consecuencias… ni lo que diga o piense tu
marido… tú de hace rato que me perteneces!!…te quedo
claro reinitaaa!!

Gabriela sintió las voces de Cesar y Jacobo que estaban al


otro lado de la puerta, ya estaban por entrar,

--Don!…lo tengo que dejar!, ya viene mi marido!…

--Te espero el miércoles a las 9.00…me escuchaste!!

--Si don ahí estareee…

--Me lo asegurasss, o prefieres que yo te vaya a buscar…le


dijo el viejo amenazadoramente…

--Se lo aseguro Donn!…ahí estaré!!…ahora tengo que


cortar….
En el mismo momento en que la casada corto la llamada,
Cesar abrió la puerta, Jacobo corrió feliz hacia donde estaba
su mami, al niño le encantaban los momentos en que
estaba en la casa con sus dos progenitores…

--Con quien conversabas Gabriela, te escuche hablar con


alguien, le pregunto el marido a la mujer en forma normal,

--Me llamaron de la consulta…me decían que el miércoles


debo ir a una sesión de terapias, invento en el acto,
matando así dos pájaros de un tiro,

--Pues tendrás que ir…yo te iré a dejar…

--Ay no lo creo mi vida!…, me citaron a las 8.30 y es la


misma hora en que Jacobo entra a la escuela, mejor voy
sola, y así tu puedes ir a dejarlo al cole…

Cesar lo medito por un rato, Gabriela tenía razón, no era


bueno hacer faltar al niño por cosas que tenían solución,

--Pero cariño podrás manejar tranquila?, …me da miedo


que te pueda pasar algo…

--Tú no te preocupes…, acaso me paso algo hoy día?,


además que me acaban de decir que por ahora puedo
andar de pie, lo que no puedo hacer por nada del mundo
son movimientos bruscos…

--Eres muy valiente nena…de verdad que eres una mujer


admirable…pero prometeme que me avisaras cuando ya
estés lista para yo ir a buscarte…

--Te lo prometo amor…yo te avisare para que me vayas a


buscar.
Gabriela sabía que no le iba a avisar nada, era imposible, se
sintió podrida por dentro.

El día lunes trascurrió con normalidad, el matrimonio


Guillen se dedicó plenamente a regalonear al hijo de
ambos, comieron pizza y vieron películas, en la noche
durmieron juntos y abrazados, pero con Gabriela acostada
con su buzo que ya había adoptado como pijamas oficial
para dormir con Cesar, el día martes lo mismo, Cesar se
encargó de ir a dejar y a buscar a Jacobo al colegio, en la
tarde salieron a dar una vuelta a la plaza, todo lo hacían con
mucho cuidado, ya que Gabriela no podía andar haciendo
movimientos bruscos, la casada hacia todo lo anterior solo
porque era su deber de esposa y madre, ella ya no
disfrutaba con ese tipo de cosas, pero si actuaba casi con
agrado, era la forma de pagarle a ellos por la falta que ella
estaba cometiendo y por la que nuevamente iba a cometer
el día miércoles.

Llego el día acordado entre la rubia y el mecánico, Gabriela


se levantó temprano para prepararse, estuvo más de una
hora encerrada en el baño, entre la ducha aplicarse lociones
y cremas en todo su cuerpo, maquillarse lo justo y lo
necesario para hacer resaltar su belleza, suavemente, como
solo ella lo sabía, plancho y aliso su cabello rubio, pero
finalmente decidió tomárselo completamente hacia atrás,
dejando su cara totalmente despejada, pensó que así sería
mejor, supuestamente ella iba a unas sesiones de terapia y
no a otra cosa, se decía mientras estudiaba su cara al frente
del espejo.

Pero como también ella estaba clara, de las intensas horas


de terapia que le deparaban y que le iban a aplicar, fue
nuevamente a su habitación, envuelta en su bata de
levantar, a escoger la ropa en que iba a ir vestida, no debía
levantar sospechas con Cesar, escogió un sobrio vestido
negro adornado por pequeñas flores blancas, lo combinaría
con unas medias del mismo color, pero cuando abrió el
cajón donde se encontraban estas fue cuando un pequeño
destello de verdadero vicio cruzo por su mente, muy
disimuladamente abrió la caja en donde ella guardaba sus
más íntimas piezas de lencería que solo las había ocupado
en otros tiempos para agradar a su esposo, el que en estos
momentos se encontraba en el comedor sirviéndole
desayuno al hijo de ambos.

Nuevamente en el baño se puso el diminuto conjunto color


negro, para luego decorar sus caderas con un soberbio
porta ligas, con medias y brasier incluidos, la imagen de
aquella Diosa rubia vestida solamente con ropa interior y
con portaligas era casi demencial, las medias
transparentemente negras hacían resaltar esas poderosas
piernas y muslos de ensueño, el elástico del pequeño
calzoncito que pasaba a la altura de sus caderas y cintura
daba la impresión que en cualquier momento se cortaría
por lo tirante que se veía, y para finalmente cubrir toda esa
infernal imagen que invitaban al pecado, con el sobrio
vestido negro que le llegaba hasta un poco más arriba de
sus perfectas rodillas.

Una vez lista la rubia salió del baño de la forma más natural
posible, y si!... parecía que aquella mujer solamente se
dirigía al médico y no a otra cosa, salvo por lo que llevaba
puesto por debajo del vestido.

Luego de tomarse un vaso de leche se despidió,


--Cesar me voy a las terapias…, el hombre miro a su
esposa… era espectacular se decía, a pesar de ir
sobriamente vestida la imagen de Gabriela era
verdaderamente deslumbrante.

--Maneja con cuidado cariño, hasta que hora durara la


sesión?

--Creo que toda la mañana, no te preocupes que yo te


llamare cuando ya este desocupada, recuerda de ir a buscar
a Jacobo, y si yo me retraso almuercen tranquilos que yo
estaré bien…

--Claro pero recuerda que yo te quiero ir a buscar, para que


no tengas que manejar, dame la dirección…

--La deje en la camioneta…cuando te llame por teléfono te


la daré…me voy que o si no llegare con retraso, y
depositándole un ligero beso en los labios, Gabriela cerró la
puerta de su departamento, la imagen de ver a su hijo
haciéndole un silencioso adiós con la cuchara en su manito
casi le partieron el alma.

Ya una vez subida en su vehículo y cuando echó a andar el


motor de este, la rubia poco a poco se fue tranquilizando,
hasta que asumió que ya estaba todo dado, ahora tenía que
ir a juntarse con don Cipriano, y no se podía negar a ella
misma que desde que había hablado la última vez con el
viejo ella había estado deseando ansiosamente en que
llegara lo más pronto posible este momento.

Gabriela fue a estacionar su camioneta a un céntrico Mall


comercial para luego tomar un taxi y dirigirse al lugar del
encuentro, ella no quería que algún conocido pudiera
reconocer su camioneta aparcada a la salida de un ordinario
hotel que ni siquiera contaba con estacionamientos propios,
llego con mucha anticipación pero prefirió esperar sentada
en los bancos de una plaza que había en la cuadra de al
frente, lo único que portaba en sus manitas eran su teléfono
celular, y su porta documentos que era de esos alargados
de tipo chequera.

Mientras esperaba a su amante se dio a estudiar el


movimiento del local en donde nuevamente se acostaría
con ese otro hombre que no era su marido, veía que el
motel a esas horas tenía poco movimiento, ya que eran
escasas las parejas que entraban o salían de este.

Aún faltaban 20 minutos para que fueran las 9.00 de la


mañana, pero la rubia ahora estaba más tranquila, lo único
que le preocupaba un poco era como la iba a hacer para
evitar que Cesar la fuera a buscar, pensó en que lo mejor
sería no llamarle, después vería que cosa le inventaba, los
minutos se le hacían largos, ella ya quería estar a solas y
encerrada con don Cipriano, aunque faltaban todavía 10
minutos estos se le hacían una eternidad.

Pero los minutos pasaron, hasta que por fin lo vio aparecer
por una esquina, la rubia lo estudio, venia vestido con una
camisa negra, que al parecer era nueva, con unos jean viejos
y desgastados pero que se notaban que estaban limpios y
con sus típicas botas vaqueras, lo vio panzón, viejo y
canoso, de espaldas y pecho ancho, aunque este solo
caminaba le dio un poco de risa verle su típica expresión de
estar enojado, el vejete aun no se percataba que Gaby lo
estudiaba desde la plaza de al frente, lo vio también que se
paraba en la otra esquina y consultaba su reloj mirando en
todas direcciones, hasta que ya no aguanto más y se dijo
que ese hombre era de ella.

La casada se puso de pie y camino en dirección hacia donde


él estaba, por su lado el vejete por fin vio que venía
caminando su mujer solo a una cuadra, miro fascinado
como el vestido negro con pequeñas flores blancas sin ser
ajustado se le ceñía perfectamente haciendo resaltar su
figura, --Y viene con medias negras!, se decía mirándole las
piernas y sus sabrosos muslos, pero que potente se veía la
pendeja pensaba para sus adentros, a la vez que ya sentía
en su verga los primeros efectos del viagra que se había
tomado antes de salir al encuentro.

A medida que la rubia avanzaba, el vejete avanzaba en su


misma dirección, Gabriela lo miraba a sus ojos con su fuerte
mirada azulada, lo mismo don Cipriano que ni el mismo se
creía que él ya se había follado a esa esplendida y rubia
amazona que se le acercaba con paso decidido y con su
cabello tomado hacia atrás, dejándole a su morbosa mirada
la espléndida lozanía de su cara.

La escena fue de película y casi romántica, mientras Gabriela


y don Cipriano más se acercaban, ellos más aceleraban su
andar, parecía que ambos estaban desesperados uno por el
otro, hasta que cuando ya estuvieron a menos de un metro
la casada casi se arrojó a los brazos del mecánico,
fundiéndose ambos en un apasionado beso de bienvenida,
para el viejo era la primera vez que vivía algo similar,
automáticamente la aferró hacia su obesa humanidad
levantándola unos buenos centímetros del suelo, a la vez
que la giro para ponerla contra el mismo muro de la cuadra
en donde se encontraban ellos, el cual estaba todo meado
por los diversos vagabundos que orinaban en sus noches
de vagancia, ambas lenguas se enredaban y se buscaban
con imperiosa necesidad, el mecánico bajo una de sus
manos para intentar sentir una de sus piernas a lo cual
Gabriela respondió en el acto subiendo el mismo muslo y
apoyando su pie contra el muro, permitiéndole al vejete
que sobajeara a sus anchas todo lo que él quisiera de ellos.

Una vez que pudieron separarse del salivoso beso que se


habían mandado en público no importándoles quien los
pudiera ver, el vejete fue quien primero le hablo a la casada,
a quien aún la mantenía abrazada desde la cintura con una
mano, y con la otra sobándole la pierna que Gabriela aún se
la mantenía ofrecida, ella lo tenía asido desde el cuello,

--Por un momento pensé que no vendrías culona, pero


cada día me sorprendes más, jejeje…Gabriela quien aún
pretendía solapar sus nuevos sentimientos nacidos hacia la
horrenda persona del viejo mecánico, solo le contesto

--Solo vine, para que Ud. no vaya para mi casa…

--Pues no se nota reinita, mira como me tienes abrazado, y


te dejas que te manosee en plena calle, ni mencionar el
sabroso besuqueo que nos acabamos de mandar, jajaja!!…
ahora más te creo de lo que me dijiste la otra noche en tu
casa, jejeje…La rubia no sabiendo que contestarle porque le
parecía que el viejo tenía razón, solo le dijo

--Ay Donn…es que Usted me tiene confundidaaa!, y


diciendo esto último apoyo su cabeza entre el hombro y el
pecho del vejete aquel que ya veía como su único macho.
--Bueno ya estamos aquí pendeja, vamos a acostarnos?, le
dijo tomándola del mentón para que ella lo viera en el
momento en que le hacia la invitación, Gabriela solo lo miro
y asintió en forma positiva con su cabeza, bajo su pierna del
muro, se arregló su vestido negro y se tomó del brazo de
don Cipriano y juntos caminaron hacia la entrada del
ordinario hotel en donde ya por segunda vez se dedicarían
a follar como enajenados, pero ahora con pleno
consentimiento de la rubia.

Ahora quien los atendió fue una vieja fea y grandota que
parecía más bien un ropero, esta se extrañó de ver el
tremendo contraste de aquella pareja que venía en busca
de habitación,

--Por cuantas horas, les pregunto la mujerona que los


estaba atendiendo,

--Nos vamos a quedar por todo el día, respondió el


mecánico, Gabriela ya casi lo había asumido, el viejo iba
querer estar con ella todo el día, así que no puso ningún
tipo de objeción,

La vieja una vez que les indico el precio y que don Cipriano
iba estirando los billetes para cancelar, Gabriela lo detuvo
con sus manos,

--Permítame Donnn!…le dijo mirándolo con una leve


sonrisa, --Usted ya se ha tomado muchas molestias
conmigo, y está pasando por problemas, esta vez yo
pago!…El vejete pensó que la culona de Gabriela se estaba
burlando, pero cuando la vio a abrir su porta documentos y
sacar una reluciente tarjeta de crédito platinada, se sintió
hechizado por la solvencia de su mujer, ahora desde su
propio punto de vista…era más una Diosa esta mamita!! se
decía para sus adentros, --Yo también tengo mis recursos le
dijo cerrándole un ojo y dedicándole una provocativa
sonrisa.

De hecho Gabriela hasta hace muy poco había sido


secretaria ejecutiva de una gran empresa, era lógico que
gozara de ciertos privilegios que nos da el mercado
crediticio, incluso ella ganaba más dinero que el mismo
Cesar, es por eso que cuando reviso sus cuentas y
documentos, y que ahora veía que tenía ya casi una relación
paralela a su matrimonio resolvió que tendría que buscar
trabajo lo antes posible, ella quería mantener su
independencia económica, y no entendía el por qué ahora
le agradaba más el hecho de tener más estudios que su
marido.

La vieja se dijo para ella misma que desde cuando que las
putas tenían tarjetas de crédito?, de seguro que esta tenía
que ser robada, estaba segura que esa mujer debía ser
prostituta por que ni ella misma se acostaría con un viejo
tan feo como ese que la acompañaba,

--Señorita me permite su identificación…son normas de la


gerencia…

--Claro dijo Gaby, quien otra vez volvía a abrir su porta


documentos para sacar su identificación, en donde tanto
don Cipriano como la vieja misma nuevamente pudieron
observar las diversas tarjetas que poseía nuestra casada, y
donde en la otra parte de la billetera se veía claramente la
chequera que casi no era ocupada por la rubia, ella era muy
ordenada con sus finanzas.
La mujerona con desgano comprobó que todo estaba en
orden, así que luego de que Gabriela firmo el recibo de
transbank, ella con don Cipriano fueron conducidos a la
habitación en donde nuevamente se dedicarían a aparearse.

La casada estaba expectante, otra vez estaba a solas en una


inmunda habitación de hotel junto a don Cipriano, el viejo
una vez que cerro y le puso seguro a la puerta quedo
mirando a Gabriela con cara de toro embravecido, la rubia
se preguntó qué cosa había hecho mal ya que por el
aspecto de demonio en que el viejo se le venía acercando la
dejaron aterrada, estaba segura que don Cipriano le iba a
pegar, creía ver que el viejo desprendía fuego por los ojos y
las narices, pero se sorprendió aún más cuando este casi se
abalanzo sobre su cuerpo para dedicarse a besarla como
nunca jamás pensó ella que sería besada por algún hombre,
Gabriela poco apoco se fue calmando entregándose y
asumiendo su papel de hembra infiel, instintivamente ella
busco las gruesas manos de don Cipriano, entrelazando sus
dedos con los de el para quedar ambos besándose
efusivamente contra una de las paredes, con sus brazos
extendidos y aprontándose para la pasión desenfrenada
que se acercaba a pasos agigantados.

Por su parte el viejo mecánico, mientras le comía la boca a


su hembra, ahora pensaba y caía en cuenta con qué clase
de mujer estaba manteniendo relaciones sexuales desde
hace algún tiempo, meditaba en eso que había hecho ella
con él, la nobleza que había descubierto en los sentimientos
de su Gabriela, le hacían pensar en que nunca antes lo
había vivido con mujer alguna, siempre las muy putas
andaban preocupadas de sacarle dinero, o pedirle regalitos,
esta rubia era distinta y muy solvente, esta situación lo
enardecían aún más, esa mujer había nacido solamente para
estar con él en las buenas y en las malas tal como lo decía
la biblia!! se juraba para el mismo… a la verga con la deuda
de Felipe!!, a la misma mierda con el caliente del Felipe!!, a
la verga el marido de la pendeja y todo el mundo!!, ella solo
le pertenecía a él y a nadie más!!, por lo tanto se juraba que
si en algún momento había estado decidido a compartirla,
ahora habían cambio de planes en forma permanente y
radical, se las arreglaría para poder largarse con ella, se la
robaría al maricon que tenía por esposo, y si era necesario
el asumir la paternidad del chiquillo con cara de mujer lo
haría!…esa hembra se lo merecía todo… todoooo!!

El beso continuaba, y ambos se empeñaban en adentrar lo


que más podían sus lenguas en cada una de sus bocas, el
viejo se la comía con furia y Gabriela se dejaba comer en
forma sensual y apasionada, poco a poco la casada
comenzó a notar en su vientre la dureza de la verga de don
Cipriano que ya casi se le incrustaba en su estómago, ella ya
no aguanto más, quería que se la metiera lo más pronto
posible, como pudo se las arregló para ir bajando su mano
para comenzar a sobársela por sobre el pantalón,
sintiéndola y comprobando su gruesa consistencia que ella
tanto había extrañado, por cada sobada que le aplicaba
sentía que más la deseaba adentro de su cuerpo, en un
momento en que el vejete le soltó la boca, la rubia fue
quien tomo la iniciativa…

--Don Cipriano…acuéstese…, le dijo con su respiración


agitada, sus tetas parecían que iban a reventar el vestido
negro,
El mecánico se comenzó a quitar la ropa casi con
desesperación, la casada solo lo miraba con sus ojos entre
cerrados, y cuando este ya estuvo por fin desnudo, la mujer
no pudo evitar quedar casi hipnotizada por la potente y viril
erección de aquella gruesa verga que aparecía por debajo
de la panza peluda de su macho, el viejo se lanzó como
pudo sobre la cama a esperar cual era el siguiente paso que
daría su mujer, la veía aun con su vestido negro, Gabriela se
tomó todo el tiempo del mundo para ir a dejar sus porta
documentos, y su celu a una pequeña mesita que había en
la ordinaria habitación de motel, para luego tomar
ubicación al frente de la caliente mirada de don Cipriano, y
se dispuso a quitarse el vestido.

Por su parte el lujurioso mecánico no podía evitar de estar


pelándose la verga, al ser el único espectador de aquella
deliciosa función que le estaba dando su Diosa, la vio que
con una de sus manos bajaba el cierre trasero de su vestido,
y cuando ella comenzó a subirlo para quitárselo por la
altura de sus hombros, el viejo cayó en un estado de
fascinación absoluta, pero que pedazo de puta más rica era
la que estaba al frente de sus ojos, por más que deseaba
subir su mirada para encontrarse con la de ella, este no
podía, quedo con la mirada fija a la altura de sus amplias
caderas en donde se soslayaba mirando ese tirante
portaligas que aumentaban las voluptuosidades de la
rubia…y que piernas, esos muslos gruesos y bien
proporcionados a su altura… Diosito santooo!! pensaba el
vejete para sus adentros…

--Le gusta?...la suave vos de la rubia sacaron al vejete de su


morboso letargo, poco a poco fue subiendo sus ojos a la
vez que ya se la estaba comiendo con su caliente mirada,
hasta que cuando llego a la altura de sus azules ojos, pudo
ver perfectamente en ellos el brillo del verdadero vicio en
que se encontraba la casada, ella ya se había quitado el
brassier, dejándole a su vista aquel glorioso par de
montañas de carne que tenía por tetas, el viejo las veía
grandes, imponentes y bien formadas.

--Me encantas mamasotaaaa!! Pero que putona te ves con


ese portaligassss mamasitaaaaa!!...

--Y esteee?...me lo dejo puesto… o me lo sacoo?, le


preguntaba estirando el elástico de su pequeño calzoncito a
la altura de una de sus caderas, a la vez que apoyaba su
dedo índice en uno de sus labios, dándole a demostrar al
vejete de su indecisión. Estaba claro Gabriela quería
calentarlo hasta la insania…

--Ohhhh… no se mami!…has lo que quieras…lo que


quierassss! Lo que tú quieras perritaaaa!!, le repetía don
Cipriano perdido en la lujuria.

--Ay!... creo que me lo quitare…pero con estas ligas me


costara mucho…Ud.…me podría venir a ayudar…

--Claro que si reinitaaaa…claro que siiiii, le decía el vejete a


la vez que el mismo con extrema rapidez gateo por sobre la
cama y para luego sentarse en ella, quedando al frente de
aquellas ampulosas caderas decoradas con la fina lencería
negra…

Don Cipriano no sabía por dónde empezar con sus gruesos


dedos temblorosos intentaba quitarle la pequeña prenda
íntima que solo le cubría el pequeño tajito de la casada,
pero se enredaba de por donde lo sacaría si estaban
aquellas endemoniadas ligas que lo desconcentraban, por
lo tanto lo hiso como solamente él lo sabía, a lo bruto.
Tomo firmemente la pequeña pieza de uno de sus elásticos
y simplemente se lo arrebato de un solo tirón, quedando
esa dulce vagina dorada de Gaby desprotegida y al alcance
de sus más perversas intenciones.

El vejete ya no aguantando más tanta parsimonia


nuevamente se paró y la tomo desde entre su cintura y la
curva que marcaban el nacimiento de sus nalgotas, para
atraerla hacia su grotesca humanidad, la suavidad de la piel
de la casada lo enloquecían, Gabriela pensó que se moría
cuando sintió en su vagina el ardiente contacto de aquella
satánica verga que ella tanto estaba deseando.

Don Cipriano la tenía desnuda solo con sus medias y


portaligas, sentía en su pecho el aplastar de sus duras y
suaves tetas, Gabriela sabía que en cualquier momento el
viejo la tumbaría en la cama y se lo metería de una, y en
efecto el viejo ya estaba más que recaliente, determino que
si le permitía a la rubia seguir calentándolo de la forma en
que lo había hecho recientemente, este se derramaría por
los cielos, y no valdría la pena la ansiosa espera de que
llegara este día, por lo que decidió que ya era hora de que
él se hiciera cargo…

--Mira cómo has venido pinche puta de mierdaaa! Y asi te


hacías la santita al principio…jajaja!—Plafff!!! Plafff!!!
Retumbo el sonido de la doble nalgada que el vejete le dio
en el culo con sus dos manos al mismo tiempo.—
Mamasotaaa!… pero que putona te ves con esta mamada
que te pusiste, creo que ya te voy a ensartar, jajaja, estas
nalgotas que tienes lo están pidiendo a gritos…--Tirate de
espaldas en la cama y ábrete de patas que te voy a culiar
hasta hacerte ver las estrellas, además que yo sé que a eso
viniste jajaja!!…

Gabriela quien obedeció en el acto, por un momento sintió


miedo por lo parada que el vejete tenía su verga, su primera
reacción fue decirle,

--Por favor donnnn… cuando me la me...taaa… hágalo con


cuidado, la tiene muy paradaaaa!, el vejete solo le contesto,

--Eso no importa pendeja, le decía acercándose a su cuerpo


y al mismo tiempo que se masturbaba la verga, --Estas bien
buenota nalgona …y te voy a volver a gozar de todas las
formas posibles, jajaja, hoy sí que llegaras desculada a tu
casa reinita…yo te voy hacer bramar de calentura y vas a
pedir más y más verga!!… te voy culiar y te voy a volver a re
culiarrr!!…te voy a hacer lo que el inútil de tu esposo nunca
te ha hecho, jajaja!!…

Por cada palabrota que el viejo le decía, la casada más se


entregaba a sus viles y calientes pretensiones, y lo
demostraba de la forma en que le había abierto sus piernas,
ella estaba lista para la penetración, con esto le daba su
permiso de hacer lo que él quisiera con su cuerpo.

Don Cipriano se montó sobre el entregado cuerpo de


Gabriela, con sus dos manos rasposas se agarró firmemente
de sus tetas masajeándoselas y apretándoselas, para luego
comenzar a chupárselas con desesperación, la rubia estaba
a mil por hora, sentía las dolorosas succiones que hacia el
mecánico, a ella le daba la sensación que el hombre quería
tomarse hasta la última gota de leche que pudiera tener en
sus majestuosas tetasas, y ella lo animaba en la chupadora
labor apretando y contrayendo su canosa cabeza hacia sus
pechos, a la vez que sentía como aquella húmeda verga se
paseaba entre su estómago, vientre y vagina.

El vejete lentamente comenzó a bajar por aquella


portentosa anatomía femenina, sin dejar de chupar,
lamiendo y oliendo por todos los rincones del cuerpo de su
mujer, hasta que llego adonde él quería, estaba solo a
centímetros de la rayita de Gabriela, al vejete le encantaba
ver esa escasa población de pelitos dorados, que la casada
muy bien se encargaba de depilarse, según sus
apreciaciones.

Antes le lanzarse a chupársela se detuvo a observarla, la vio


tal cual como la había visto en la calle, con su pelo tomado
y con su cara totalmente despejada, con sus ojos cerrados y
totalmente abierta de piernas, esperando a lo que él ya se
proponía a hacerle, hasta que ya no aguanto más, con sus
dos gruesos dedos abrió los apretados pliegues vaginales
de Gaby, para luego con cara de víbora ir metiendo su
desvergonzada legua en la deliciosa hendidura de nuestra
casada, hasta el mismo se preguntaba que como era
posible que esa mujer que ya había parido un hijo tuviera el
coño que debería gastarse una quinceañera, si hasta el
mismo ya se la había metido hasta el fondo en otras
ocasiones, pero los sabores que estaba catando eran tan
enloquecedores que solo se dio a disfrutar de lo que la
rubia nuevamente le estaba regalando.

Gabriela gemía audiblemente permitiendo que la


escucharan quien quisiera, con sus dos manos tomo de los
gruesos y desmadejados cabellos canosos a don Cipriano y
rítmicamente se la empujaba contra su vagina para que este
profundizara aún más sus lamidas, ella ondulaba su pelvis al
mismo vaivén que en se la comían,

--
Ahhhh..ayyyyy…..ri..coooooo…..Mmmmm…asi…asiiiii…papiiiii
ii…., la casada ya dejaba salir de su garganta los gemidos y
vitoreos que ella misma le hacía saber a su amante que lo
estaba disfrutando mucho…

Don Cipriano ya llevaba como 10 minutos chupándole la


zorra y comiéndose los jugos de la casada, no se cansaba
de lamer y sorber los calientes líquidos vaginales que
Gabriela calientemente le proveía solo para él.

Cuando el viejo determinó que la mujer ya estaba lista para


aguantárselo todo, volvió a subir por aquel endiablado
cuerpazo de curvas infernales que aún se mantenía estático
y ofrecido, acomodo su tranca en la misma entrada intima
de la mujer que lo invitaban a él y a su verga a perderse en
las bondades de un placentero paraíso, le miro el rostro
despejado a la ninfa, que era el de un verdadero ángel, pero
que en este momento su mirada era la de una viciosa con
letras mayúsculas, situación que hiso al mecánico, ponerle
en conocimiento,

--Ahora si pendejaaa!!, volverás a sentir lo que es tener una


buena verga metida en la zorra, jajajaja!!, te la voy a meter
entera putita, la quieres?...

--Siiiiii, mi Donnnn!! La quiero enteraaaaa!!...Gaby estaba


caliente y envalentonada,--Métemela lo más adentro que
puedas nenee!!
En el momento en que Gabriela vio que el viejo cerraba sus
ojos para concentrarse en la penetración, ella le detuvo…

--Espérese Donnn!!, le atajo la rubia,

--Pero que mamada te pasa ahora pendejaaa!!, le grito el


viejo…

--Mire lo que hago!, le dijo la casada quien con dos de sus


dedos retiraba su argolla matrimonial de uno de sus dedos,
lo hiso al frente de la misma mirada lujuriosa de su amante,
para luego arrojarlo hacia cualquier parte de la habitación,
dándole a demostrar a su macho la poco importancia y
significado que tenía para ella ese enlace matrimonial que
hace algunos años había contraído con Cesar su marido. –
Ahora si Don!…soy solo suyaaa…soy su
mujerrrr!...metamelaaaa!!

El viejo ya no aguanto más, ahora sí que estaba seguro que


esa hembra era solo de él, ella nuevamente se lo
confirmaba, por lo que inspirado en las últimas palabras de
la casada y evocando la viva imagen de la rubia quitándose
el enlace matrimonial, le dio un sólido y certero empujón,
para terminar de alojársela por completo al interior de
aquel formidable cuerpo que se gastaba la endiablada
casada.

--Ohhhhh, por fin estoy adentroooooo


tuyoooo!!...Mmmmmm…lo había deseado tanto
putitaaaaaa!!

Gabriela sintió como la gruesa verga de don Cipriano se


abría camino en el interior de sus carnes vaginales, sentía
que las rugosidades y venas de aquel descomunal taladro
de carne la estaban partiendo en dos, pero a diferencia de
las anteriores irrupciones, esta era puro y genuino disfrute,
esa vergota le estaba haciendo vibrar hasta el alma,
innumerables ondas de auténtico placer rebotaban por
todas las curvas de su cuerpo, por lo que con sus ojos
cerrados y con cara de puta caliente, se puso a animar a su
macho,

--Ahhhhhh! Si papiiiiii! Que rico se siente Dios miooo!! Yo


también la necesitabaaaa!! Ohhhh Diossssss!! Diossssss!!
Que grande la tiene Donnnn…

El vejete cuando se sintió totalmente enterrado en el cuerpo


de la rubia, le pego tres firmes y duras apuntaladas, para
que ella sintiera bien quien era el que se la tenia metida,

--Ahhhh!...Ahhhhh!!....Ahhhhhhh!!!, grito la casada por cada


feroz empujón que recibió una vez ya ensartada,

--Quieres más vergaaa!! Putaaaaaa!!..., le grito don Cipriano


en las mismas narices de Gabriela, para luego exclamar, --
Ohhhh que rico me la aprietas pendeja, pareciera que
hubiese sido yo quien te hubiese desvirgado putitaaaaa!

--Si Donnnn, déjemela todita adentroooo, que quiero


sentirlaaaa!! Mmmmm…Ohhh…tenia tantas ganasss! deme
más vergaaa!!…

Don Cipriano bien agarrado de sus suaves hombros,


empezó a bombear lenta pero profundamente, se lo metía
firme,

--Asi te gusta mamasotaaa?, asi te gusta que te den


vergaaa!!, le decía por cada empujón que le daba,
--Si démela enteraaaaa!!, Culiemeee firmeeee Donnnn!!,
exclamaba la casada con sus ojos entre cerrados en señal de
concentración ante la caliente cacha que le estaban
pegando,--Me…ta…me…la… lo… mas… aden…tro que
pue…daaaa!! Quiero su ver….gaaaa!! Quie…ro co…mer…me
su ver…gaaaaa…Ohhhh Diosss, la siento tan
adentrooooo…Mmmmmm…me la como enteraaaa!!, gemía
Gabriela casi con desesperación.

Asi estuvieron culiando por un espacio de tiempo no


determinado por ellos, había momentos en que se besaban
salvajemente, sus cuerpos se movían al mismo compas de
los firmes meneos pélvicos que ellos hacían, ambos pubis se
rozaban y se refregaban, la cama subía y bajaba
rítmicamente en el caliente vaivén que crujían y resistían sus
resortes, con Gabriela gimiendo y gritando como una
enajenada, copiosas lagrimas nacían de sus azules ojos y
rodaban por sus mejillas, la rubia lloraba por cada bestial
estocada que el mecánico le daba a su cuerpo, pero su
llanto no era de dolor, este era de verdadera felicidad.

Lentamente fueron cambiando de posición, sin desclavarse


uno de otro, para quedar la rubia montada y ensartada
encima de su potro, comenzando un suave onduleo de
caderas en donde le exprimía la verga en forma deliciosa.

Los movimientos de caderas que le hacía Gabriela a don


Cipriano eran los de una verdadera puta profesional, el
vejete se imaginaba que tenía a una hermosa odalisca
bailándole árabe, pero con la diferencia que a esta la tenía
enterrada en su verga.

La casada quien seguía moviendo su cintura como una


culebra, llevo sus manos a la altura de su cabeza siempre
mirando a don Cipriano, y muy lentamente comenzó a
soltar sus cabellos dejando caer su rubia melena por sobre
sus hombros y partes de sus tetas, la imagen de aquella
Diosa ensartada era de concurso, el vejete sentía que se
moría ante la sensual y natural coquetería en que la rubia
había soltado sus cabellos.

La hembra lentamente fue inclinando su cuerpo hacia el de


don Cipriano, para quedar encima y abrazada de él, poso su
frente en la del hombre, ambos se miraban a los ojos, ella
seria y concentrada le iba demostrando de lo forma en que
era capaz de moverse, el vejete por su parte la miraba a
centímetros de su cara con su típica risa burlona, la tomo de
sus suaves caderas para sentir en sus propias manos la
velocidad en que lo estaba comenzando a cabalgar la rubia.

A los pocos minutos era la casada quien se estaba culiando


a don Cipriano en forma morbosamente magistral, sus
caderas subían y bajaban comiéndose completamente esa
monstruosa verga que ya la hacían relinchar de placer como
a una verdadera yegua, el mecánico imaginaba que Gabriela
en vez de tener riñones, eran unos verdaderos resortes los
que poseía en esa parte de su cuerpo por la forma
acelerada y casi sincronizada en que subía y bajaba sus
caderas.

En la inmunda habitación todo era sonidos de jugos que se


entremezclaban y que salían expulsados de las partes
pudorosas que se juntaban y separaban a una velocidad
enloquecedora, las paredes crujían, el golpeteo de la cama
contra el muro, cuerpos que chocaban con fuerzas,
gruñidos de placer por parte del hombre, exhalaciones de
fuerzas e inspiraciones que hacia la hembra que
demostraban el empeño y gran esfuerzo con el que se
estaba culiando a su macho.

Pero los amantes no se daban tregua ante la espectacular


culiada que se estaban pegando, y estaban lejos de querer
terminar aun, el poderoso cuerpo de Gaby estaba hecho
para dar y recibir placer al mismo tiempo, pero el vejete
estaba decidido a hacer de esta la mejor follada de sus
vidas,

--Gabriela…, de verdad… que culias… exquisitooo…


ricuraaa…,Ohhhhh, que bien me lo comessss!! yo no… te
lo… sacaría jamás…pero… ahora… te quiero… encularrr…!,
me permi…tirías ese favorrrr…, le pedia el vejete entre
jadeos,

La casada quien a lo lejos escucho esa aguardentosa voz


que tanto le atraía, fue gradualmente aminorando sus
movimientos, su macho le estaba pidiendo hacerlo de la
otra forma, y ella ya no estaba para negarle nada, una vez
que detuvo los meneos de su cuerpo, ella solita se desclavo
del mástil de carne, y no esperando instrucciones de nadie,
fue y por si sola adopto la posición en que se llevaría a cabo
el prodigioso enculamiento que su cuerpo también ya
deseaba.

Don Cipriano no se la creía, quien iba a pensar lo obediente


que le iba a salir la putita de Gabriela, enderezándose y
tomando ubicación atrás del cuerpo de la casada que ya
esperaba puesta en 4 patas, no lo dudo para asestarle un
fuerte y sonoro manazo, en una de sus apetitosas nalgas, el
cual quedo dibujado y plasmado en las carnes de su culo,
--Plaffff!!, retumbo en toda la habitación el lacerante
palmazo en el trasero, que era el prefacio de inminente
enculamiento que se venía,

--Mmmmmfffsssss!, exclamo sumisa y estoicamente


Gabriela, cuando sintió la dolorosa palmada en una de sus
nalgas…

--Ahora te voy a partir el culo pendeja, así que paralo más


putitaaa!!, yo sé que tú te la puedes, asi que tranquilita,

El viejo mecánico agarro con una de sus manos su vergota


que la tenía bien parada y palpitante, le empezó a dar
pequeños golpes en cada nalga de Gabriela, ella por su
parte comenzó a menearle levemente el culo haciendo
círculos, como queriendo encontrar ahora ya a esa verga
que tanto la enloquecían y la cautivaban, el viejo quien
comprendió el mensaje de su Diosa, poso sus manos
grandes y callosas en cada una de sus caderas, para luego
ubicar el pomo de su tranca a la entrada del anillo posterior,
la casada temblaba expectante por la emoción, pero cuando
sintió el primer empuje del caliente mecánico,
instintivamente quiso arrancar, su culazo nuevamente se
negaba a recibir la verga de don Cipriano, ambos se
volvieron a acomodar, el viejo comenzó a espolear el
cerrado orificio a modo de preparar el terreno, Gabriela
estaba ansiosa por recibirlo, sabía que le dolería en un
principio, pero también sabia lo mucho que lo iba a
disfrutar.

--Ahí te va pendejaaa!! Sienteloooo!! Arghhhhhhh!!, gruño


el mecánico cuando de un solo y firme empujón se lo
introdujo hasta la mitad de su extensión.
--Mmmmmmffff! Uhhhhh!!Ahhhhhh!! Donnn!! Despacioooo
–la tie neee muy gran deeeee!! Ohhhh…Diossss …Diosssss!!

--Ohhhhhh que pedazooo de culazooooo que te gastas


puta de mierdaaaa!… y como me lo aprietassssss!, este es el
cielooooo mamitaaaaa!, y concentrándose en un gran
impulso empujo con todas las fuerzas que pudo hacia el
interior del culo de la casada, con el cual la rubia pensó que
la estaban reventando, el viejo solo le grito… --
Tomaaaaaaaaaaa!!

Gabriela sintió como si le estuvieran rajando el culo con un


cuchillo, así puesta en cuatro patas termino por comerse
analmente toda la gruesa tranca que se gastaba don
Cipriano.

Con sus dos manitas empuñando las sabanas, sus hermoso


ojos azules bien abiertos y vidriosos, con su boquita abierta
en señal de grito silencioso pero con auténtico dolor, la
rubia había aguantado y resistido el brutal apuntalamiento
de verga en que le habían rellenado su agujero posterior,
pero a pesar de todo esto sabía que bastarían solo unos
cuantos movimientos de don Cipriano para que su cuerpo
le respondiera tan gratamente como ella lo sabía.

El mecánico comenzó sus movimientos de meter y sacar, no


importándole si Gabriela estaba sufriendo o gozando, la
sensación de tener puesta a la rubia mujer en aquella
animal posición tal cual como culeaban los perros casi lo
transportaban a la enajenación, a medida que sus morbosos
pensamientos iban cruzando por su mente, él iba
acelerando sus movimientos enculadores, ensartándola
analmente como solo ella se lo merecía, sus gruesas y
ásperas manos de mecánico la tenían bien agarrada de sus
caderas, la extrema suavidad de su piel era el otro
condimento que lo exasperaban y aumentaban su lujuriosa
calentura, los empellones que le asestaba al culazo de la
rubia con su pelvis eran furiosos y sonaban como
cachetadas, Plaf! Plaf! Plaf! Plaf! Plaf!, retumbaban por todos
los rincones de la habitación.

Gabriela poco a poco comenzó a sentir el llamado de la


selva, así lo demostraba con unos exquisitos gemidos de
placer, la verga con la que le taladraban profundamente el
culo la sentía riquísima, --Como le partía el culo ese hombre
por Dios!!, era lo que pensaba mientras la seguían
enculando como una verdadera perra.

El vejete por su parte ya notaba como la rubia gemía


perdida en la calentura, a la vez de admirar como ella
también hacia ondulaciones con sus nalgas que en
momentos empujaba hacia el buscando ella misma hacer
más profunda la penetración,

--Jajajaja así perrita, ya te la estas comiendo toda, te ves


bien rica así enculadaaaa, jajajaja!!, le bufaba el mecánico
animando a la casada para que ella se siguiera moviendo
aún más rico de como ya lo hacía, --Muévete más
pendejaaa!, demuéstrame lo puta que eres para tus cosas!!,
diciendo esto último la agarro firmemente de sus cabellos
enrollándoselos en una de sus manazas y jalándole
bruscamente la cabeza hacia atrás, tal como lo hace un
jinete con su yegua. --Ves cómo te tengo estupidaaaa! Te
estoy follando por el culooooo! Y te estoy domando tal
como a una yeguaaaa!!... Te gustaaaa ser mi yeguaaaaa!!, le
preguntaba sin dejar de empujar,
--Siiiii Donnnnnn, me en…can…taaa… ha…cer…la de
yeguaaaaaaa!!, le respondía a grito limpio y francamente la
casada.

--Quien es tu único dueñoooooo!!, vamos dimelooooo puta


de mierdaaaaa!!, antes que me dé por marcar mis iniciales
en tu culooooo, para que todos sepan que eres la yegua
propiedad de Cipriano Venturaaaa!!

Gabriela perdida por la inmensa calentura, al ella estarse


imaginando siendo marcada en el culo con brasas al rojo
vivo con las iniciales de don Cipriano, tal cual como se
marcaban a las yeguas, solo pudo gritar…

--Siiiiiiiiiii !! ri..coooo ricoooooo!!..yo soy la yeguaaaaa,


pro…pie…dad u…ni…ca de don Ci…pria…noooo
Venturaaaaa!! Ohhhh Diosssss Diossssssssss!!

--Esooo putaaaa de mierdaaaa!! Sigue gritandoooo…sigue


gritandooooo!!...Plafffffff!! Plaffffff!! Plaffffff!! Plaffffff!!
Retumbaban las sonoras nalgadas que el vejete ferozmente
le aplicaba en el culo, en agradecimiento al escuchar que
ella misma se declaraba como su yegua y de su única
propiedad…

Don Cipriano seguía culeandola ahora más rápido y con


más fuerzas…

--Ahhhh…! Donnnnn… ahhh… ahhh!!… asiii…asiiii!!…


culiemeee!! más firme!!… deme más recio…por favorrrrr!! --
Me vuelve loca su vergaaa mas! Más! Mass! Másss! , pedía
la casada totalmente salida de sus cavales, y empujando sus
nalgas hacia atrás al mismo ritmo y con las mismas fuerzas
en que la apuntalaban por el culo, a la vez que le confesaba
sus más íntimas confidencias conyugales a don Cipriano,
ella ya sentía las eléctricas sensaciones de escalofríos que
amenazaban con hacerla llegar a un excepcional orgasmo--
Ohhhh Donnnn… mi…maridooo… nunca me ha culeado ni
me a partido el culo como usted lo hace…, para luego
seguir pidiendo más verga, --Asii!!… asiii!!…Me en…canta
que me meta su ver…ga por el cu…loooo!! Oohh!! ohhh…mi
Donnnn! Mi Doncitoooooo!! me corrooooo…me
co…rroooooooo por el cu…looooooo!! Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii!!, grito
finalmente, haciendo arrítmicos movimientos con su cuerpo
a la vez que sentía las placenteras descargas de electricidad
que le nacían de las profundidades de su glorioso culazo
ensartado.

Don Cipriano alentado por la calentura de la misma


Gabriela, y viendo como su hembra se corría como la mejor
de las putas y que no hacia ningún esfuerzo por desclavarse
de su verga, se la metía más firme y profundamente, movía
el cuerpo de la rubia rítmicamente enterrándole su tranca
hasta donde más pudiera, la casada quien lentamente fue
recuperando el aliento después de aquél fenomenal
orgasmo que le había regalada don Cipriano, volteo como
pudo su cabeza aun agarrada por la mano del hombre para
verlo, y cuando sus miradas se encontraron, el vejete le
pidió,

--Que rico te lo comes por el culo puta de mierdaaaa!!


Sigue clavándote tu solita como la perra que eressss!!
Ahhhh culeas mejor que nadieee, sigue meneandome el
culoooo… Gabrielitaaaaa!!

Llevaban culiando una buena parte de la mañana ambos


amantes no sentían cansancio pero el vejete nuevamente ya
quería derramar su potente virilidad al interior de aquella
Diosa que no se cansaba de recibir verga, ya la había hecho
correrse por el culo, pero él quería más, total aún faltaba
mucho tiempo para que ellos abandonaran el hotel, por lo
que nuevamente le ponía en conocimiento lo que él quería
que ella hiciera,

--Ya está bueno culona, además que ya te corriste como


una verdadera cerda, Jajajaja!!, ahora te la desclavare pero
no te preocupes que aún falta mucho, quiero que me la
mames y me la dejes bien limpiecita, podrás hacerlo?,

La rubia volteo a mirarlo y con una de sus mejores sonrisas


le asintió a modo de respuesta, cuando sintió que el vejete
se la iba retirando lentamente hasta sacársela por completo,
escucho claramente como su cueva posterior hacía unos
sonidos vulgarmente obscenos, como si la rubia se
estuviera pedorreando, pero esto no era así, era el normal
sonido de su ano que al llenarse nuevamente de aire y para
luego contraerse este volvía a su estado normal, ninguno de
los dos amantes sintió nada por aquellos sonidos, para ellos
era normal.

Gabriela rápidamente giro su cuerpo quedando siempre


puesta en 4 patas, busco con sus ojos algo con que tomarse
su rubio cabello, y al no encontrar nada a mano, no le
quedo más opción que agarrar sus pequeños calzoncitos
negros destrozados que estaba tirados a un lado de la cama
y con este mismo se tomó su cabellera, para luego tomar la
aceitosa verga de don Cipriano desde la misma base de
esta, su blanca manita ahora desprovista de su argolla
matrimonial, se perdió entre el frondoso bosque de gruesos
pelos negros que la adornaban, su azulada mirada ya se
comían eso monstruo nervudo que se encontraba solo a
milímetros de su cara, veía como el glande pulsaba
rápidamente dejando salir desde su punta copiosas
cantidades de líquidos pre seminales, por unos segundos se
dio ella misma a deleitarse con la visión de aquella
portentosa herramienta que la habían hecho enamorarse de
su dueño, luego con su otra mano despejo su cara de la
gran cantidad de cabellos rubios que se le pegaban
producto de la transpiración, todo su cuerpo estaba
sudado, y ya no esperando nada más fue abriendo su
boquita para comenzar a chupársela.

La casada se fue metiendo la verga del mecánico


lentamente en la boca, con sus ojos cerrados y con
concentración, disfrutaba de ese sabor salado que tenían
los líquidos que salían desde la tranca y que eran
producidos por los testículos de don Cipriano y ella lo sabía
y le encantaba, puesta en cuatro y apoyada en la cama
contra las palmas de sus manos Gabriela le chupaba el pico
al mecánico como una verdadera diplomada en esas artes,
el vejete quien aún se mantenía de rodillas solo bufaba de
placer, sentía en su verga como la lengua de su casada le
envolvía el tronco de su mástil de carne, para luego
succionarlo como solo lo hacen las bebitas hambrientas por
una teta, estaba seguro que la rubia lo estaba ordeñando
de esa forma por la ansiedad que ella sentía por tomarse su
lechita, no aguantando más la volvió a tomar de sus rubios
cabellos en forma violenta, mechoneandola incluso, para el
hacer que la rítmica mamada que la daba su mujer fuese
aún más profunda,

--Más rápido pendejaaaa!, chupalaaaaa!! exclamaba el


vejete con sus ojos cerrados en los momentos en que se la
ensartaba en la garganta, --Ohhh asiiii asiiii perraaaaa,
asiiiiiiii, le decía mientras más profundizaba en aquella
fresca boca que tan deliciosamente se la estaba mamando.
A la rubia que le encantaba ser tratada de esa forma, era
asaltada por una oleada de exquisitos escalofríos, el sentir
lo caliente, lo muy parada y tiesa que se encontraba la
verga de su macho, comenzó una chupada aún más
decidida y recia, sus mejillas y mandíbulas ya le dolían de
tanto succionar ese miembro tan grueso y no supo cómo ni
por la obra de quizás que cosa su cuerpo volvía a sentir otro
orgasmo, sin que ni siquiera se lo estuvieran metiendo, su
cuerpo se crispo y apretó aún más sus labios,

--Mmmmmmrchhhshpssssss…emitía la rubia con su boca al


momento en que nuevamente se iba cortada, el vejete
estaba ajeno a esto el solo estaba preocupado de la
mamada que le daban y que él dirigía con la cabeza de
Gabriela bien agarrada entre sus dos manazas…

El vejete la tomo desde sus hombros y como si ella fuera de


pluma la levanto e hiso que quedaran nuevamente frente a
frente, la cara de Gabriela, producto del reciente orgasmo
sufrido por ella, en esos momentos eran la de una
verdadera mujer adúltera y viciosa que se encontraba
perdida en los placeres de aquella relación prohibida y extra
marital.

Don Cipriano que ya sabía que podía hacer lo que él


quisiera con el cuerpo de la casada, la fue recostando
nuevamente de espaldas, ahora le haría nuevamente lo que
a él más le gustaba, y que era depositar dentro de su
cuerpo la hirviente y fértil semilla que él le había estado
juntando en esos últimos 5 días, si lograba preñarla le sería
aún más fácil todavía llevar a cabo la nueva idea que se le
había formado en su mente solo hace algunas horas,
lentamente la fue despojando, y con la ayuda de ella misma,
de aquel enloquecedor portaligas negro con el cual tanto le
había calentado, pero a él también le gustaba tenerla
totalmente encuerada y esto le calentaban tanto como lo
otro, y quizás aún más.

Luego en que la rubia ya estaba tal cual como a él más le


gustaba, o sea sin nada de ropas ni medias ni ninguna otra
mamada, la casada le fue abriendo sus colosales piernas,
para que el tomara la ubicación que le correspondía para
con ella, la rubia no dejaba de sentirse deseosa de todo lo
que le quisiera hacer aquel viejo…

Nuevamente montado encima de su hembra don Cipriano


ubico su grueso puntal de carne en los tiernos labios
vaginales de Gaby, ella cerro sus ojos a la espera de lo que
se venía, ya que sabía el propósito en que su macho
nuevamente la había puesto en esa posición , ella también
lo deseaba, necesitaba unirse con ese hombre, le encantaba
ser parte de él, y sabía que por cada acabada que el viejo se
mandaba adentro de su cuerpo esto más los unía a ambos,
ellos eran uno solo pensaba una perdida Gabriela.

En la habitación todo olía a sexo, la adultera casada con sus


piernas bien abiertas esperando a recibir lo que ella tanto
deseaba, con el hombre viejo y desnudo montado en su
cuerpo, y esto adornado con las ropas de ambos tiradas en
cualquier parte del piso, la argolla matrimonial de Gabriela
brillaba encima de los calzoncillos amarillentos y percudidos
del mecánico que fue donde callo cuando la mujer se
desprendió de aquel significativo enlace de unión conyugal
y lo arrojo hacia cualquier parte sin interesarle nada.

El vejete se la adentro un poco al interior de la vagina,


quería ir sintiendo todo el inmenso placer que le daría esa
rubia al momento de ir metiéndoselo, la espera le fueron
elevando la temperatura a la casada, quien tiernamente lo
tenía tomado de los escasos pelos canosos que tenía el
hombre en su nuca,

--Don Ciprianooo… Pongamelaaaaa!, le susurro sentimental


y cariñosamente,

El vejete que no era tonto y que sabía muy bien en el


estado que tenía a su mujer se lo volvió a meter tan adentro
que sentía que se lo tenía ensartado hasta la altura de sus
tetas, el gemido de placer y calentura que dio Gabriela al
sentir la potente y viril estocada fácilmente lo pudieron
escuchar las parejas de las habitaciones aledañas, la mortal
y placentera puñalada de carne que le metieron por la zorra
casi le hicieron perder la razón a la ardiente y enamorada
casada, hasta que supo que ya no estaba confundida,

--Ohhhhhhh….Mmmmmmmmmm…Donnnn… yo solo… lo
a…mo a Us…tedddd!…, le ponía en conocimiento
totalmente convencida de lo que le estaba diciendo,

El vejete creía no escuchar lo que le decía la rubia, el de


hace rato que ya intuía algo más o menos parecido, pero al
notar la convicción en que se lo volvía a repetir supo que la
hembra no le estaba mintiendo,
--Jajajaja, recuerdas cuando te dije que iba a hacer que me
amaras…lo recuerdassss?, le pregunto tras una brutal
clavada que le propino en su vientre,

--Siiiii Donnnnn…lo recuerdo…muy biennnnn..Ahhhhh que


rico me la meteeeeee!!

--Pues ahora voy a hacer que me ames aun masssss!,


diciendo esto último el viejo se dio de lleno a darle furiosas
embestidas que calaron hondo en el ardiente
temperamento de su casada enamorada…

El cuerpo de la rubia, ante este brutal tratamiento era una


maquina reproductora de puro y auténtico placer para ella,
sus revolucionadas testosteronas tomaron totalmente por
asalto las curvilíneas formas de su potente anatomía, como
así también de su mente, haciendo que la hembra perdiera
íntegramente el control sobre todo su cuerpo.

Con la descomunal verga de don Cipriano bien metida e


incrustada en lo más recóndito de su estómago, Gabriela
fue víctima de innumerables y desquiciantes orgasmos que
la hacían sacudirse y atenazarse firmemente al cuerpo del
hombre que tan gratamente se la culiaba, no podía
controlar los arrebatadores espasmos deleitosamente
arrebatadores y confortables, y que a pesar de estar ella
abajo y ser más débil que el hombre, sus femeninos
empujes de acople levantaban unos buenos centímetros del
nivel de la cama al pesado cuerpo del mecánico, quien
bombeaba como enajenado.

El feliz mecánico, seguía moviéndose frenéticamente, sentía


gratamente como su verga era bañada por los calientes
rocíos naturales que Gabriela le soltaba desde su concha,
estaba perdido en aquel dulce y perenne manantial de
placeres ardientes y reconfortantes, era el sabor de lo
prohibido lo que más le calentaban, ese sabor a hembra
ajena y de otro estatus social más alto que el de él lo que lo
enajenaban deseándola aún más, y que sabía que no en
mucho tiempo se la dejaría solo para él, deseaba el cuerpo
de esa lujuriosa mujer casada y adultera, para que fuese su
compañera para el resto de su existencia.

--Ohhhh, vas a recibirlo putonaaaaa!!, le puso en


conocimiento don Cipriano cuando ya sentía sus raudales
de semen que venían en la mitad de sus tronco, a la vez que
le envainaba hasta el fondo una de sus últimas
arremetidas…

--Échemelo bien adentro Donnnnn, lo quiero todoooo ,


hasta la última gotaaaaa!!, pedía la caliente casada gritando
como una energúmena, ya que por más que intentaba
poner un fin a tanto goce su cuerpo no se lo permitía,
otorgándole orgasmos cada vez más exquisitos…

Hasta que el viejo ya no aguanto más, sintiéndose


enterrado hasta mas no poder en las curvilíneas formas,
femeninas y pecaminosas, de nuestra Gabriela, y viendo el
ímpetu en que esta empujaba sus caderas contra su
apéndice carnal, gritándole y haciéndole barra, y el verle su
carita angelical totalmente desfigurada por el vicio de la
carne mientras ella le invitaba a llenarla de su simiente, este
empujo su verga hasta lo más profundo de sus entrañas, y
le soltó siete potentes chorros de semen blanco, espeso y
caliente, sumado a otros 5 que a medida que salía
fuertemente escupidos desde su verga iban perdiendo
fuerzas, pero que eran tan poderosos en fertilidad y vigor
como los anteriores, estos formaron una verdadera laguna
de lava calientemente fertilizadora en el mismo útero de
aquella Diosa entregada.

--Arrrrrhghhhhhh!!, ahí lo tienes encuincla de mierdaaaa,


hoy llegaras a tu casa con tu estomago rebosante de mi
semennnnnn, Arghhhhhhhh, gruñía el caliente vejete a
medida que le aplicaba sus descargas eyaculadoras…

La casada por su parte al estarse ya corriendo


exquisitamente desde hace un buen rato y el haberse dado
cuenta y descubierto ella misma, gracias a don Cipriano que
era multi orgásmica, y el sentir las furiosas chorreadas de
espermios que le estaban inyectando, casi la noquearon de
tanta calentura, aquella cantidad de líquido espeso y
caliente que le derramaban en su abdomen la hicieron
sentirse en un ardoroso infierno netamente placentero y
maravilloso, fue cuando se desmayó al ser ella víctima de su
propio enardecimiento procreador.

Los cuerpos de los amantes quedaron fundidos en un


silencioso ensamblamiento, el vejete una vez que recupero
el aliento de aquella fenomenal eyaculación que se había
mandado al interior de las curvas de Gabriela, se percató
del lamentable estado en que había quedado su compañera
de coito, por lo que la fue desclavando poco a poco ya que
su morbosidad le indicaba que intentara que por nada del
mundo ni una sola gota de su prolífica simiente se saliera
del interior de la vagina de su mujer.

La casada aun respiraba aceleradamente, su angelical carita


de Diosa decorada por locos mechones rubios de su
desordenada cabellera, aún estaba corrompida por una
pequeña y viciosa sonrisa de pecadora, el viejo Cipriano
quien desde que la había conocido se sentía inmensamente
cautivado por ella solo la miraba, desde lo más profundo de
su amachada personalidad, sintió la necesidad de acariciarle
tiernamente su rostro, con sus gruesos y semi tiesos dedos
de mecánico le despejo su cara, lo hacía con mucho
cuidado y casi con cariño paternal, Gabriela al sentir el
afectuoso gesto de su macho volteo su cuerpo infernal para
abrazarse contra el pecho del hombre totalmente poblado
por pelos crespos y canosos, que sensación más gratificante
era la que sentía Gaby al estar desnuda y abrazada al obeso
cuerpo de ese hombre.

Después de que a los minutos de haber terminado de tener


relaciones y con Gabriela ya más calmada ella se dio una
ligera ducha, ahora no le gustaba que don Cipriano la viera
en esas condiciones, para una vez ya estar ella en
condiciones más o menos aceptables para él, la rubia sin
ningún tipo de remilgo se acostó arrimada su macho.

Descansaron abrazados y en silencio, cada uno perdido en


sus propias cavilaciones, el vejete la tenía bien abrazada de
sus desnudos hombros, y con su otra mano le hacía cariño
en los dorados cabellos que nacían en las sienes de la rubia,
como si no se cansara de estarla peinando cuidadosamente,
Gabriela solo se dejaba querer, nunca en su vida se había
sentido tan valorada y protegida, hasta que nuevamente la
aguardentosa voz del vejete la volvían a poner nerviosa
porque quizás con qué tipo de ocurrencia le saldría ahora…

--No me iré nalgona!…, le dijo con la mirada puesta en el


techo de la habitación…la casada solo con escuchar sus
palabras sintió que nuevamente le hormigueaba su
estómago, --Buscare una forma de arreglar mis asuntos,
quiero que nos sigamos acostando a espaldas de tu
marido…

--Donnn…pero Usted me dijo que solo sería por un mes, le


dijo Gaby, a pesar de lo que decía, en su tono de voz no
había ninguna señal de que ella estuviera desconforme o en
desacuerdo en lo que dictaminaba el viejo mecánico…

--No me salgas con tus mamadas pendejaaaa!… yo sé que


te gusta mi verga ya me lo has dicho muchas veces, el viejo
como ya se estaba comenzando a enojar por lo dicho por la
rubia, retiró su mano de los cabellos de Gaby, esta por su
parte en forma automática se la agarro e hiso que este la
siguiera acariciando tal como lo había estado haciendo en
todo este rato…

--Yo solamente le dije lo que habíamos acordado…

--Si pero eso lo dije por que en verdad pensaba largarme, y


si ahora he decidido en quedarme, el vejete lo pensó por un
momento él no era bueno para estas cosas, --Es solo por ti
putitaa!!

Gabriela quien se sentía plenamente complacida por ser ella


el motivo del por qué el vejete no pensaba en mandarse a
cambiar, se le subió con la mitad de su cuerpo, dejando sus
labios solo a centímetros de la hedionda boca plagada de
dientes cariados y amarillentos, para preguntarle,

--De verdad Donnn?... Solo se quedara por mí?…le consulto


con sus mejillas sonrosadas y con sus azules ojos semi
cerrados…
--Ya te lo dije culonaaa!…no me salgas con tus webadas
sentimentalistas que yo no sirvo para eso, el punto es que
me encantas estúpida y no estoy dispuesto a dejarte…

Gabriela cayó en un arrebato de verdadera felicidad, por lo


romántico y macho que encontraba a don Cipriano para sus
cosas, no se pudo aguantar las ganas de juntar sus labios
con los de el para comenzar a besarlo en forma apasionada,
el vejete al verse asaltado por la rubia, volteo su cuerpo
para quedar frente a frente, se abrazó con todo al desnudo
y curvilíneo cuerpo de la casada, Gabriela con una de sus
manitas agarro la punta de la sabana y tapo a ambos, para
seguir besándose y punteando, el con su gruesa verga que
ya se le empezaba a parar, y ella con su rubia vagina que
nuevamente y en forma exquisita se lubricaba, así
estuvieron por muchos minutos, la cama para variar crujía
levemente con los meneos de punteo.

Estaban los dos entregados a las delicias de sus besos,


raspándose con verga y vagina, haciendo el erótico
preámbulo para una nueva sesión de apareamiento que ya
ambos nuevamente deseaban, hasta que el sonido del
celular de Gabriela los saco de aquel morboso trance en
que se encontraban inmersos, la rubia fue la primera en
despegarse del ardiente atracón de bocas,

--Y que es lo que quera ahora!, dijo como maldiciendo, ya


que intuía que el único que podía estar llamando para
molestarla era su marido…

--Quien te llama e estas horas nalgona!, cuando nos


juntemos para follar debes apagar esa mamada!, le decía el
vejete, él también estaba enojado por la molestosa
interrupción…
--Debe ser mi marido, quedamos en me iría a ir a buscar a
un centro médico…

--Pus contéstale y dile que estas ocupada y que se deje de


pendejadas…

La casada corrió las sabanas de la cama, y en forma irritada


se levantó desnuda a contestar la llamada, efectivamente
era Cesar quien estaba llamando, el vejete veía fascinado
como la rubia sin ningún tipo de vergüenza hacia él, le
hacía señal de silencio con su dedo índice en los labios, el
viejo solamente le asintió con la cabeza,

--Hola… dijo una vez que apretó el botón de contestar,

--Gabriela, como estas cariño…te llamaba para saber a qué


horas terminabas la terapia para poder ir a buscarte…

--Cesar…te dije que yo te llamaría para avisarte cuando ya


esté desocupada!, la rubia camino hacia el baño para así
sentirse más segura, al hablar con su esposo…

--Ya es casi medio día amor y pensé que lo mejor ya


estarías Ok..

--Ay, no lo creo Cesar… el especialista me ha dicho que me


someterá a un nuevo tratamiento aún más excautivo que el
primero, le decía la descarada rubia al despistado de su
marido…

--No me digas y que tal estuvo la primera amor, dolió


mucho?

--Siiiii, fue realmente intensa, hasta me hiso llorar con el


tratamiento que me aplico, le seguía diciendo en doble
sentido, y mirándose al espejo a la vez que se arreglaba el
cabello con su otra mano…

En eso estaban cuando la rubia sintió que don Cipriano se


estaba levantando de la cama, rápidamente quiso poner fin
a la conversación,

--Cesar…creo que te tengo que dejar aún me falta un buen


rato para terminar…yo te llamare cuando esté en
condiciones…

--Está bien amor…y trata de relajarte con el especialista…

--Así lo hare… no olvides de ir a buscar a Jacobo al colegio…

Cuando la rubia escucho decir no supo qué cosa que le


estaba diciendo su marido en cuanto a su hijo, sintió como
don Cipriano pasaba por detrás de ella haciéndole sentir
toda la extensión de su verga en las nalgas, para luego sin
preocuparse de nada y si como eso fuera lo más normal del
mundo, con una mano en su obesa cintura y con la otra
agarrándose la huasca, se puso a orinar en el W.C., al frente
de los asustados ojos de Gabriela.

La casada no tuvo oportunidad de ni siquiera despedirse de


su marido solamente apago su celular directamente, para
que el metiche de Cesar no la fuese a volver a importunar,
la imagen de ver ese grueso y alargado miembro masculino
expulsando el líquido taurino, casi la hacen enloquecer,
nunca antes había visto algo parecido, era tal la fascinación
de la rubia que parecía estar hipnotizada por aquella bestial
y nueva imagen de la verga que tanto la había cautivado…

--Que miras pendejaaa!!, le dijo don Cipriano con cara de


demonio enojado, nunca habías visto un hombre meando…
Gabriela movió levemente su cabeza en forma negativa, sin
dejar de mirar la majestuosidad que tenía a solo un metro
de sus ojos, el caliente viejo sin pensarla dos veces le dijo,

--Ven! ayudame a miarrr!!, y sin esperar alguna respuesta


por parte de ella, tomo una de las manitas de la rubia e hiso
que le agarrara su manguera mientras expulsaba sus
líquidos interiores…

La casada desnuda y semi inclinada se la tenía bien


agarrada con su blanca manita dirigiendo la operación,
temblaba entera producto de los nervios nunca imagino
estar haciendo ella algo parecido, pero a los pocos
segundos de aquella inusual labor que le había
encomendado el mecánico, le empezó a encontrar el
gustillo a esa fantástica tarea, se sentía la dueña absoluta de
la verga de don Cipriano, e incluso se atrevió a hacer unos
pequeños movimientos cambiando la dirección de los
chorros que salían fuertemente eyectados desde la tranca,
de aquí para allá y de allá para acá, como haciendo
dibujitos en el agua del excusado.

Una vez que el viejo termino de hacer sus necesidades


fisiológicas, noto que la casada no le soltaba la verga, no se
aburría de sacudírsela, y la verdad era que la rubia estaba
encantada, el vejete para hacer aún más delicioso el
momento le pregunto,

--Y que contaba el maricon de tu marido?...

La casada sin dejar de comerse esa verga con su mano y


con sus azules ojos le dijo,
--Que…le avi…sara…cuan…do estu…viera deso..cupadaaa…,
contesto con vos temblorosa…

--Jajajaja!!, pero le dijiste que nos desocuparíamos tarde…

--Siiiii…

--Bien! porque ahora ya que estamos aquí en el baño


quiero que me chupes el pico, lavámelo con tu boca
pendejaaa!! Déjamelo bien limpiecito puta culonaaaa!!, le
pedía el vejete que la calentura nuevamente se apoderaba
de su perverso temperamento…

Gabriela que sentía en sus propias manos la tibia dureza


que estaba adquiriendo aquella verga monstruosa, al
mismo ritmo en que su dueño se daba a tratarla a ella como
a una cualquiera, simplemente se agacho y se puso de
rodillas ante la gordinflona humanidad de don Cipriano, se
mantuvo bien asida con sus dos manos a la nervuda tranca
que ya se disponía a mamar, la imagen parecía ser tal, como
si la rubia le estuviera rindiendo religiosa veneración a esa
endiosada masa de carne alargada que en estos momentos
la sentía tan dura como el acero.

Sin más preámbulos la casada junto saliva en su boquita


para escupirle en el azulado y cabezón glande, pero como
tenía poca practica en el arte de escupir vergas, el escupo
no le salió bien proyectado quedando un grueso cordel de
su propia saliva que la conectaban y unían con el tieso
armamento carnal de don Cipriano, no le quedó más
remedio que comenzar a chupar así tal como estaba.

La rubia paseaba su lengua por todas las venas pulsantes de


aquella grandiosa verga que tenía incrustada en su boca, se
la sacaba para lamerla como solo una niña lo hace con su
paletita, la succionaba como una bebita lo hace con su
chupito, para luego pasearse el glande morado por toda su
cara en donde quedaban vistosos restos del aceitoso semen
que salía de esta en pequeñas cantidades, para otra vez
volver a mandarle sonoros lengüetazos, ensalivarla por
todos lados, y volver a metérsela en la boca, dedicándose a
chupar pico como una verdadera enajenada.

El vejete bajo la tapa de W.C., su mujer no se daba cuenta


de nada de lo que hacía el mecánico quien ya se estaba
sentando en el excusado, al estar ella muy concentrada en
la labor chupadora que se lo demostraba a su macho, con
su cara de enojada y con los ojos bien cerrados, ala ves que
con su boca y labios le estaba aplicando una mamada de
tornillo, la casada no supo en que momento ya estaba
puesta en cuatro patas puesta en el piso del baño, le
encantaba chuparle la verga a ese hombre.

Don Cipriano con los pies bien extendido y con su espalda


apoyada en el estanque solo se daba a disfrutar de la
espléndida felación que le aplicaba Gabriela, hasta que una
vez que determino que ya estaba bueno de tanta mamada,
le quito como pudo su verga, la rubia no quería sacársela de
su boquita pero cuando en base al fluido lenguaje lujurioso
en que ambos se entendían muy bien, ella solita se puso de
pie para para poyarse contra el muro, separo levemente sus
piernas y se expuso vaginalmente inclinando sus caderas
hacia adelante para que el viejo se la chupara.

Don Cipriano le mando unos sendos lengüetazos en la semi


abierta hendidura de Gabriela, como le encantaba poder
mirarla solo a centímetros de sus viciosos ojos, esos tiernos
pelitos dorados que escasamente tenía la rubia no dejaban
de enloquecerlo, ya no aguantando más le pregunto…

--Cada cuanto tiempo te la depilas pendejaaa?…, la rubia


creyó no entender lo que le preguntaba el vejete, --Que
cada cuanto te rasuras la zorra mierdaaa!!…

--Don Cipriano!... yo nunca me la he depiladooo!, le


contesto con sinceridad la casada que aún se mantenía
inclinada…

--No mamesssss…no me tomes el pelo pendeja que soy


capaz de pelarte el culo a correazos por mentirosa…
Gabriela quien ya casi no le tenía miedo al vejete, aunque
sabía que él era capaz de pegarle si así lo deseaba, le volvió
a confirmar…

--Simplemente no me crecen Donnnn!, desde los 14 años


que la tengo igual, le dijo con sus azules ojos mirándolo a lo
negros ojos de él,

El vejete casi no se la creía, pero el algo sabia de zorras, y en


efecto cuando las mujeres suelen depilarse, los pelos crecen
duros y pichan la cara se decía el viejo para sus adentros, en
cambios estos tímidos bellitos de ángel que tenía su
hembra, eran suaves como la seda, la rubia no le mentía, y
ya que estaba en esta parada, quiso salir de otra de sus
dudas,

--Y como es que te mantienes tan apretada culona, si se


supone que ya has parido un hijo…y ves que te la meto
pareciera que te estuviera desvirgando, Gabriela quien
ahora se mantenía en la misma posición pero muy
entretenida con la tanda de preguntas que le hacía don
Cipriano, le dijo…

--Fíjese bien don…mire aquí, y le indico con uno de sus


delicados dedos, en cierta parte de su abdomen, el
mecánico por más que miraba no veía nada de nada,

--Pus yo no veo nada nalgona, que quieres que vea?...

--No sea tontito y abra bien los ojos, aquí mire, y la rubia
hacia un raya en la misma parte de su abdomen que le
había indicado anteriormente…

El vejete achicando sus ojos hasta mas no poder, pudo ver


al fin una pequeña cicatriz apenas visible, que la rubia en
base a distintos tipos de tratamientos se había encargado
de dejar casi invisible…

--No mames Gabrielaaaa!!, le dijo el vejete, --Tuviste al


Jacobito mediante una operacionnnn, puta de mierdaaaa!!,
la casada se lo confirmo con una coqueta sonrisa,

--Jjijijiji, así es mi Donnn!, ahora se explica porque estoy tan


apretada, y súmele a lo que yo le conté sobre el problema
que tiene mi marido con su verrrg…bueno Usted ya
sabe…termino diciéndole la rubia…

--O sea culonaaaaa, en que todo este tiempo lo he


hechoooo, se podría decir que con una pendeja de 18
años?…,le pregunto el vejete mientras se paraba con la
lujuria saliéndole por todos los poros de su obeso cuerpo.

--Jijiji, no es tan así como Usted lo dice, yo tengo


26…!…jijiji…pero es algo más o menos parecido…
En ese mismo momento don Cipriano la atraco contra el
muro de baño, situación que hiso que Gaby nuevamente se
asustara, este viejo era impredecible se decía para ella
misma.

Tomo el mismo los brazos de la rubia y se los paso por su


cuello, su verga ya estaba que se le reventaba por las
renacientes ganas que le vinieron por poseer nuevamente el
cuerpo de la casada, quien le había dicho sus más íntimas
confidencias. Con fuerzas la tomo de sus nalgas y la subió
hasta más arriba de su panza cervecera, Gabriela al sentirse
alzada por los aires, se agarró firmemente de su cuello, a la
vez que automáticamente se abrazaba y atenazaba con sus
muslos a la cintura y espalda del mecánico para no caerse,
esto no iba a suceder el viejo la tenía bien tomada por las
suaves nalgas.

Gabriela ya había adivinado las intenciones de don


Cipriano…se la volvería a culiar!!... el vejete moviéndola y
buscando el orificio de la rendija vaginal la fue bajando con
cuidado para no rajarla, ahora la veía frágil y tierna, pero
aun así cuando sintió el intenso calor en que el coño de la
casada le volvía a dar la bienvenida a su verga, se la dejó
caer de una, clavándosela hasta la altura de su misma
cintura, la rubia se sentía empalada, aunque no le había
dolido como otras veces, no podía mover ninguna
articulación de su cuerpo, el vejete la mantenía ensartada y
con sus piernas bien abiertas, hasta que luego de unos
buenos segundos de mantenerla sentada en la pica, el
hombre le volvía a dar conocimiento,

--Tu no hagas nada pendeja dejame a mi solito que yo me


la puedo, jajajaja!!
La casada que su cara ya había adquirido las facciones de
placer anticipado solo le asintió, el vejete se dio cuenta de
esto solo por el movimiento de cabeza, ya que la rubia
estaba abrazada totalmente al cuello del vejete, le daba
miedo que este la fuera a soltar de repente,

--Preparate nalgonaaa!! Aquí vamos…diciendo esto último


don Cipriano se la llevo ensartada hasta a un lado de la
habitación, el baño era muy reducido para los movimientos
que ellos harían, Gabriela iba mirando en todas direcciones,
se admiraba de las fuerzas que tenía el viejo, caminaba con
ella clavada en la verga como si eso fuera lo más natural del
mundo…

Una vez que llegaron al espacio que el mecánico determino


que era perfecto para la culiada que pensaba darle a la
rubia, ella le pregunto,

--Hay Don…yo soy muy pesada, no se ira a cansar,

--Jajajajaj!! No pesas nada pendeja ….he levantado motores


que te triplican en peso, jajaja!!, pero gracias por la
preocupación ahora sí que veras lo que es culiar con un
verdadero macho caliente, te voy a agrandar esa pequeña
zorra que hasta el día de hoy te gastabas, jajajaja!!!

Don Cipriano concentrándose, empezó primeramente a


subir y bajar a la rubia, deslizándola por su verga, Gaby por
su parte solamente se empecinaba a afianzarse del cuello y
espaldas del mecánico. El viejo comenzó a moverse
lentamente de atrás y hacia adelante, tal cual como lo
hacen las ruedas de una locomotora, cuando recién
empieza con su recorrido.
Gabriela recibía los lentos pero firmes apuntalamientos con
verdadera y resignada sumisión placentera, nunca en su
vida imagino que se lo harían de esa forma, y ella como
buena hembra que era a los pocos minutos también le
cooperaba al vejete, por cada llegada que hacia el vejete
con su vergota hasta lo más profundo de sus útero, ella le
echaba una mano refregando su rubia pelvis contra los
gruesos pendejos negros del mecánico que se enredaban
con los finos bellitos de ella, y al viejo le encantaba.

Los movimientos que ellos hacían a cada segundo se


volvían más sincronizados, la casada colgando del cuello del
mecánico y totalmente ensartada, no entendía como ella
misma había encontrado la forma de moverse rítmicamente
tan rico, ya no sentía la sensación de caerse, la posición era
muy cómoda además que don Cipriano tenía mucha fuerza,
se decía mientras sentía que cada vez el hombre
profundizaba aún más en sus estocadas.

El cuerpo de Gaby vibraba por cada metida de verga que le


daban, el placer que estaba sintiendo era infinito, aun así no
pudo evitar de imaginarse a ella con su marido haciendo
algo parecido, de seguro que Cesar no sería capaz de
realizar aquella titánica tarea que don Cipriano tan bien
podía hacer con ella tomada en sus brazos.

Plafff!! Plafff!! Plafff!! Plafff!!, retumbaban los fuertes sonidos


de cuerpos cuando chocaban uno con el otro, sumados por
los indeterminado gluuuu! gluuuu! Gluuuu!! Que hacia la
panocha de la rubia cuando al chocar con la pelvis del
vejete ella se encargaba de hacer unos rápidos movimientos
circulares combinándolos con leves subidas y bajadas de su
pelvis para comerse aún más la tranca que tan
deliciosamente le metían.

Que buena era para follar la casada, pensaba el vejete


bañado en transpiración y sin dejar de arremeter con su
cintura, la tenía bien agarrada de sus nalgas.

Desde la primera vez en que le había metido su verga no


había ninguna posición en que ella le hubiere fallado, se dio
a mirarla, Gabriela estaba con todo su pelo mojado por la
sudoración, le veía su cara mirando hacia el techo con sus
ojos cerrados totalmente concentrada en la labor de aquel
sagrado apareamiento, sentía como sus tetas se resbalaban
contra su propio pecho de tan traspiradas que estaban, la
rubia era una mujer joven y saludable meditaba sin parar de
follarsela.

Decidió que él quería tener un hijo con ella, de seguro su


vitalidad de hembra fértil y en plenitud de su vida le daría
un chamaco sano y fuerte, él no había tenido hijos y nunca
le había interesado tenerlos, solo se había casado con la
otra vieja porque esta tenía algo de dinero, pero su Gabriela
era mejor que cualquiera, y era la única y principal
candidata para esas locas ganas que por primera vez en su
existencia sentía con mujer alguna, estaba decidido la iba a
preñar para después poder largarse con ella,

--Te gusta cómo te culiooo pendejaaaaa!, le grito ya que


pretendía el mismo sacarle su consentimiento…

--Siiiiiii!…exclamo Gabriela sin ni siquiera abrir sus


ojos…estaba sintiendo muy rico…
--Jajajaja…yo sé que te gusta que te culiennn…dime rubita
me harías el honor de hacerte un hijo…La casada
nuevamente escuchaba que el vejete empezaba con el
famoso asuntito de querer preñarla…--Contesta zorraaaa!!,
quieres que te deje bien preñada…Gaby solo se dio a
morderse su labio inferior, no quería que realmente eso
sucediera, ella era casada y ya tenía un hijo dentro de su
matrimonio…

--Es que… no pue…doooo… Donnnnn!, le dijo finalmente sin


dejar de menear sus caderas…

--Y por qué no puedes nalgonaaa..si se supones que tú me


quieresss, jajajaja!!

--Es…que …soy ca…sa…daaaaaa, le decía sabiendo ella


misma que desde hace rato esa condición ya no tenía
ningún significado en las oportunidades en que se juntaba
con el viejo para encerrarse a culiar tal como lo estaba
haciendo ahora…

--Jajajaja!!…si eso no importa putitaaaa!, acuérdate que tú


misma me contaste que tu marido es una verdadera
berenjenaaaa!, vamos admiteloooo!! Dime que me quieres
dar un hijoooo!!...el mecánico ahora había redoblado la
velocidad de sus movimientos, y la rubia ya estaba que
estallaba de la pura calentura que le causaba la idea de
dejarse preñar por el asqueroso hombre, hasta que su
mente ya no dio para más…

--Siiiiiiiiiiiii….grito finalmente…y secundándolo ella también


con movimientos de cintura aún más enloquecedores que
los anteriores…
--"Si" ...que? culonaaaa…dimeloooooo!!…gritaba el vejete
que ya casi estaba a punto de eyacular por lo que su mujer
estaba a punto de admitirle..

--Ayyyy mi Donnnnn!! Yooooo…le…dare….un hijoooooooo!!,


le contesto finalmente en forma entre cortada pero muy
claramente…

--Jjajajjajaja….será todo un honor mamasotaaaaa!!, pero a


mí no me vendrás con mamadas de operaciones ni cosas
raras… el mío lo vas a parirrrrr!! como Dios mandaaaa
jajajaja!! …escuchaste putaaaaa!!

--Ohhhhhh…ricoooooo…si don Ciprianoooo!! yo voy a parir


a su hijooooooo…a nuestro hijooooo!!, gritaba la pobre
Gabriela moviéndose diabólicamente rápido, --Por favor
preñemeee!!, preñemeeeee!!, Ohhhh que ricooooo que me
estoy corriendo Donnnn!!, eran ya varios orgasmos los que
había sufrido la rubia desde el momento en que el vejete le
hablo lo de la preñadura, sin tener en cuenta, las nefastas
consecuencias que le acarrearían a su vida si esa situación
se llegara a dar…

El viejo mecánico ya sintiéndose satisfecho con el mismo,


por haber logrado que la rubia le dijera lo que él había
querido escuchar, y viendo como Gaby había aminorado los
movimientos de caderas, lentamente la fue bajando para
que ella quedara de pie frente a él, se basaron larga y
apasionadamente, la rubia aun seguía caliente ya que sabía
que don Cipriano aun no eyaculaba,

--Bien! Pendajaaa!! ya veremos cómo le haremos para tener


a nuestro hijo mamasotaaa, le dijo mirándola a sus azules
ojos, y sobándole su vagina toda mojada--Me encanto que
me lo pidieras con tanta decisión, jajaja!!, le decía mientras
que probaba los jugos de la casada justo al frente de su
mirada, --Por ahora como debes mantenerte fuerte y
saludable para cuando llegue ese momento te tomaras
todo mi semennn…así que por favor chupámela y vaciame
las bolasss quiero que te lo bebas todooo!, jejeje reía y
como al mismo tiempo con su manaza tomaba a Gabriela
por la cabeza haciendo que ella se arrodillara ante su verga
que se mantenía tiesa y de la cual colgaban copiosas
cantidades de mocos..

La rubia quien ya estaba más calmada y sabiendo que ella


había dicho lo anterior, solo porque el vejete se lo había
pedido, y por qué también jugar con ese tipos de
situaciones la calentaban hasta mas no poder, se sintió
gratificada al tener que beberse el semen del mecánico, ya
que la excitación aun no la abandonaba, además que así
disminuían las posibilidades para que ocurriera le que el
viejo quería con ella.

La pobre no se acordaba de la copiosa y abundante


acabada que se había pegado el mecánico dentro de su
cuerpo solo hace algunas horas…

El viejo cunado sintió la lengua y el paladar de Gabriela que


ya le estaba chupando la verga de una forma exquisita,
apoyo sus espaldas contra el muro de la habitación, la
casada se la tenía bien agarrada con sus dos manitas
mientras la mamaba, por lo que le solicito,

--Por favor mamitaaa!!, suéltamela, succionámela solo con


tu boquita…
Gaby no se hiso problemas, a ella le encanta mamársela de
la forma que fuera, y concentrada solamente en la copiosa
cantidad de leche caliente que el vejete le iba a mandar de
sus testículos y directamente a su garganta se dedicó a
chupar verga como si esta fuera la única en el mundo, al
viejo hasta le caían lagrimas por la sabrosa e impecable
labor succionadora que le estaba dando su casada, hasta
que ya no aguantando más se aferró firmemente a la
cabeza de Gaby, y se la metió hasta lo más profundo de sus
garganta, la rubia cerro sus ojos y se quedó sin aire, pero la
aguantaba, desnuda y de rodillas, con sus manitas apoyadas
en el suelo, sintió como don Cipriano le disparaba con
fuerzas sendas cantidades de semen caliente y espeso que
estos fueron a dar directamente a su estómago, después de
varias eyecciones de líquido blanco y caliente que le
depositaron en su vientre, a cada momento que ella
pensaba que el vejete se la iba a sacar de la boca para
permitirle tomar aire sentía otra expulsión de líquidos, y
otra más!…y otra!!..y otra más!!…hasta que por fin dejo salir
la última gota, sintió como lentamente esa gruesa verga iba
haciendo abandono de su reducto oral, Gabriela apretó aún
más sus labios, para que con ellos hacer que los restos que
pudieron quedar al interior del tranco no se perdieran, el
semen de don Cipriano había estado saladamente exquisito
pensaba cuando por fin se la sacaron de la boca y pudo
respirar.

Después de haber estado acostados y descansando en


silencio, cada uno se dio una recuperadora ducha, lo
hicieron de a uno, y no porque ellos no quisieran hacerlo
juntos, el vejete después de la follada que le dio a Gabriela
con ella colgando de sus brazos y ensartada en su verga
quedo muy cansado.
La tarde aún era temprana faltaban para las 5 cuando la
pareja se despidió en la misma esquina del hotel, con un
descarado beso de recién enamorados, quedaron en que el
viejo la llamaría el viernes, para ver cómo estaba la situación
en el hogar de la casada.

Gabriela ya con su argolla de casada nuevamente puesta en


el lugar que por ahora le correspondía, se subió al taxi, iba
sin sus medias y sin ropa interior estos quedaron
destrozados en el basurero del inmundo hotel, vio como
don Cipriano quedaba parado mirando el vehículo en que
se iba ella, hasta que lo perdió de su vista, sintió nostalgia,
era como si algo que fuese de su propia carne lo que se
quedaba en aquella mugrienta esquina, tomo un poco de
aire debía inventar algo para decirle a Cesar de por qué no
lo llamo.

Una vez ya subida en su camioneta, tomo el bolso que


había preparado para la terapia, y saco el buzo que
supuestamente ocuparía para ello, y mirando en que no
hubiera nadie cerca de su vehículo se lo puso mirando en
todas las direcciones posibles, metió su vestido adentro del
pantalón y cerro la chaqueta hasta la altura de su cuello,
echó a andar el motor y se puso en dirección hacia su
hogar, no sabía el por qué ya casi no le importaba lo que
podría pensar Cesar por no haberle llamado.

En el mismo momento en que un hombre y una mujer


deciden unir sus vidas para siempre se crea el vínculo que
los llevara a consolidar el matrimonio, núcleo fundamental
de nuestra sociedad moderna. Ambos ella y él se hacen el
propósito de llevar una vida tranquila, honesta y sin
mentiras, o sea… crean ¡su mundo!, ¡su pequeño mundo
que ya está establecido!, juran ante Dios, y pregonan
perpetua exclusividad mutua, pactan ante familiares y
amigos que van a proteger su hogar y lo blindan en una
burbuja de cristal para que nadie lo dañe. ¿Pero qué pasa
cuando uno de los involucrados empieza a tener señales de
cambio?, ¿Qué pasa cuando la otra parte incauta y leal
empieza a notar los pequeños detalles que alteran el
normal funcionamiento de su vida familiar, para ir
gradualmente dando paso a descubrir la deslealtad, y las
mentiras? …”

Gabriela... una adorable mujer casada 6

Hacían 20 minutos que Gabriela llevaba estacionada en los


aparcamientos de su edificio, existían en su mente nuevos
sentimientos que le impedían querer subir a su
departamento y retomar su vida de mujer casada y madre
de familia, a pesar de saber que Cesar y su pequeño Jacobo
la debían estar esperando.

Ya eran casi las 6.00 de la tarde, no hacía más de una hora


que luego de darse una refrescante ducha había salido del
ordinario hotelucho tomada de la mano de don Cipriano, su
regreso a casa había sido un tormento, si por ella hubiese
sido feliz se habría quedado acostada con el mecánico, pero
su realidad era otra, y en esta no había cabida para aquel
hombre viejo y ordinario. No le quedó más remedio que
subir e inventar cualquier cosa para que su marido no
sospechara cuales eran los reales motivos de su tardanza.

Al abrir la puerta de su departamento la casada se encontró


con su marido quien estaba sentado a la mesa tomando
café con su madre, la señora Romina, quien había venido de
visita. “Sólo esto era lo que me faltaba…”, fue lo primero
que paso por su cabeza, pero al cerrar la puerta y al estar ya
saludando a su pequeño Jacobo quien al verla llegar corrió
a sus brazos para saludarla, la rubia noto que para su favor
el ambiente estaba distendido,

--Hola amor, como te fue en tus terapias?, le consulto Cesar


a la vez que se paraba de la mesa para ir a saludarla, y en el
momento de querer darle un pequeño y normal beso en los
labios, Gaby inconscientemente le corrió la cara, el hombre
lo noto pero lo atribuyo que podría ser una casualidad, se le
notaba en el rostro que su mujer estaba muy cansada, la
señora Romina no perdía detalle de las condiciones en que
venía llegando su nuera.

--Me fue bien, solo que un poco agotador…como esta


todo?, consulto Gaby aunque ya notaba que Cesar no
estaba enojado por no haberlo llamado,

--Muy bien, mira quien nos ha venido a visitar. Gabriela


quien desde su llegada había notado la presencia de su
odiosa suegra se acercó adonde estaba sentada la señora
Romina para saludarla,

--Hola suegra, le dijo a la vez que le estiraba la mano para


saludar, la vieja por su parte solo se limitó a tomar su tasa
de café y le contesto con un seco “Hola”, dejando a la rubia
con la mano estirada. Gabriela mirando a Cesar le hiso un
gesto como dándole a entender que era la vieja la que tenía
algún tipo de problema con ella y no al revés, por su parte
Cesar quiso sacar a ambas mujeres de aquella incómoda
situación,

--Mi madre ha venido porque para la semana próxima tiene


un viaje por 7 días al campo, y quiere que vaya Jacobo. La
rubia ante la noticia se quedó pensando, luego de unos
segundos fue sacada de sus pensamientos por la dura voz
de la señora Romina,

--Y que!… no dices nada?, al niño le haría muy bien un viaje


al campo, si se lo pasa aquí encerrado, de seguro que
cuando mi hijo está trabajando tú te lo llevas puro saliendo
con tus “amigas”, dijo esto último recargando su voz. La
casada seguía pensando,

--Yo opino igual que mi madre Gabriela, yo sé que te


preocupa la salud de Jacobo, pero un viaje les haría muy
bien a ambos…

--Queeee?, la rubia al escuchar esto último volvió a la


realidad, ya que ella no estaba pensando si a Jacobo le haría
mal o bien el famoso viaje, ella estaba calculando que si
Jacobo no estaba por 7 días y si esto calzaba con el trabajo
de Cesar, ella perfectamente podría aprovecharlos para
traer a don Cipriano al departamento, recordaba muy bien
que Cesar se debía marchar el día Viernes, pero no sabía si
coincidirían con los días en que su hijo no iba a estar.

--Eso que escuchas amor, mi madre vino a invitarlos a


ustedes dos…

La señora Romina por su parte estudiaba todos los


movimientos de su nuera, y al notar la primera reacción de
Gaby, pensó que lo estaba haciendo mal en comportarse
tan fríamente con la rubia, si en primera instancia la había
querido invitar a la casa de sus familiares, había sido solo
por complacer a su hijo, pero luego en un momento de
cordura pensó en hacer las paces, ella tenía claro que en el
fondo su nuera era una buena mujer, pero hace un par de
meses y desde que la había visto llegar a su casa junto a un
hombre mucho más viejo que ella en una oportunidad en
que fue a buscar a Jacobo, y que luego a las semanas
hubiera visto a este mismo hombre rondando por las
cercanías del departamento mientras su hijo no estaba,
tenía ciertas dudas y sumado a que sus celos de madre
siempre se la ganaban haciendo que su disposición ante la
rubia fuera odiosa, por lo que intento reivindicar su
comportamiento, por lo que dijo,

--Mira Gabriela, yo sé que nosotras no nos llevamos bien,


pero yo estoy dispuesta a hacer las paces contigo con tal de
ver a mi nietecito feliz, nos iremos el próximo jueves. La
vieja era de pocas palabras pero muy observadora y
desconfiada, mientras le decía esto último se percató de las
claras ojeras que tenía su nuera, muestra inequívoca de
agotamiento corporal, como así mismo se dio cuenta que
había llegado con el pelo húmedo, y ella sabía muy bien de
donde podría venir una mujer en esas condiciones.

La rubia ya sentada en la mesa por su parte escucho muy


sorprendida las palabras reconciliadoras de su suegra, pero
notaba la forma escrutadora en que la señora Romina la
observaba, por lo que queriendo distraer a la vieja que a
estas alturas la estaba poniendo nerviosa, solo atinó a
decir…

--De verdad que me hubiese encantado salir con Ud.


suegra, pero lamentablemente no se puede ya que me
encuentro realizando unas terapias por una lesión que
tengo en la zona lumbar, en ese momento fue interrumpida
por su esposo,
--Pero cariño las terapias son solo por unos días según el
certificado médico, Cesar quería dentro de todas las cosas
que su mujer hiciera las paces con su madre, y este viaje era
propicio para que esto se cumpliera,

--Cariño, atino a decir la rubia, --El doctor me ha dicho que


las terapias se extenderán por esta semana y la próxima, de
verdad que me hubiese gustado pero es imposible.

La señora Romina ya daba por hecho que la rubia solo lo


estaba haciendo por mortificarla y privarla de que poder
salir con su nietecito, pero su sorpresa fue grande cuando
escucho decir a Gaby,--Pero si Ud. quiere y Cesar está de
acuerdo podría llevarse a Jacobo por los 7 días, también
pienso que le haría muy bien unos días de campo, y yo
puedo hacer los arreglos en su colegio.

La señora a pesar de la inmensa felicidad que le provocaba


poder salir con su nieto igual quedo sorprendida, por la
sencilla razón que todas las veces que ella había querido
salir de viaje invitando al niño Gabriela había puesto férrea
resistencia en no permitir que esto sucediera, y justo ahora
que la veía llegar en extrañas condiciones, no hacia ningún
problema para que ella se llevara al niño por toda una
semana, esto estaba raro!…muy raro!!…, pensaba la sabia
mente de la vieja.

La abuela Romina se mostró de acuerdo al igual que Cesar,


ya que este último lo que más deseaba era que su esposa
tuviera una pronta recuperación.

Estuvieron los tres platicando de cosas sin importancia, la


madre de Cesar no se cansaba de mirar a Gabriela, en otras
ocasiones similares notaba a la rubia muy segura de sí
misma, pero ahora la veía diferente, hasta notaba que con
sus frecuentes preguntas que le hacía referente a sus
terapias Gabriela se ponía muy nerviosa, ella ya lo sabía, la
mujer de su hijo algo estaba ocultando y ella
personalmente se encargaría de descubrirlo y ya intuía en lo
que podría estar metida su nuera.

La madre de Cesar, sentada en uno de los sillones de su hijo


y mientras la conversación con él y su nuera se llevaba casi
en forma normal, nadaba en un mar de confusiones,
aunque en otras ocasiones ya lo había pensado ahora
estaba casi segura, en un momento sintió pena por su hijo y
por su nieto, pero no haría nada hasta no tener pruebas
contundentes para poder desenmascararla, luego de pensar
esto la vieja se recriminaba por ser tan mal pensada, ella en
el fondo conocía a Gabriela como también conocía a su
familia, y sabía que ella no sería capaz de hacerle algo tan
siniestro a los suyos, pero pensaba que igual estaría atenta,
solo por si las dudas.

Las dos mujeres se despidieron en forma un poco más


afectiva de lo normal, ya se había hecho de noche y Jacobo
desde hace mucho rato ya estaba durmiendo, Cesar iría en
la camioneta de Gabriela a dejar a su madre, habían dejado
todo acordado para el viaje de siete días en que la señora
se llevaría al hijo del matrimonio para el campo.

Apenas quedo sola, Gaby sin pensarlo dos veces se puso el


buzo-pijamas y se acostó, al primer contacto de su cabeza
en la almohada cerro sus ojos quedándose profundamente
dormida, había sido un día espléndido y agotador junto a
don Cipriano, y lo mejor de todo era que Cesar ni le había
preguntado por qué no lo llamo.
Mientras Cesar manejaba en dirección a la casa de su
madre, la señora Romina no dejaba de pensar en la extraña
actitud de Gabriela, ahora sí que estaba realmente
preocupada, hubiese dado su vida por no estar sintiendo lo
que ahora era casi una verdad, solo quiso hacerle unas
preguntas a su hijo,

--Cesar…de verdad que anda todo bien en tu matrimonio?,


el hijo le contesto casi no dándole importancia a lo que su
madre le preguntaba,

--Madre, eso ya lo hablamos el otro día, claro que todo está


bien con Gaby, además que yo te dije que si intentabas
hacer las paces con ella no habrían problemas y hoy quedo
demostrado…

--Eso es verdad hijo, es solo que pienso y creo que tal vez
no deberías dejarla tanto tiempo sola, esa situación
deberías corregirla y darte más tiempo para estar con tu
mujer, la acongojada vieja no quería preocupar a su hijo, si
en otras ocasiones se había lucido tratando a Gabriela como
a una puta sin importarle lo que su Cesar pudiera pensar,
ahora era lo que menos quería, no sabía cómo reaccionaría
su hijo si de verdad sus sospechas estuvieran en lo correcto.

--De hecho estoy gestionando mi traslado a la capital, le


dijo a su madre ya que notaba un tono de preocupación en
su voz,

--Y que te han dicho…para cuando seria tu traslado?,

--Quizás un mes o dos a más tardar, en las faenas hay


mucho trabajo…
--Dos meses!...dijo entre dientes la mujer, --Ojala no vaya a
ser demasiado tarde…

--Porque dice eso, le consulto Cesar extrañado a su madre,


--Acaso ha notado algo en Gabriela, ha visto algo raro en
ella?, la señora sin saber que contestarle, solo le dijo,

--Nada hijo… no he visto nada, no me hagas caso… son solo


cosas de vieja celosa, tú ya me conoces, termino
diciéndole…

Cesar solo el verle a su madre la expresión de nostalgia fue


asaltado por un ataque de ternura filial hacia su
progenitora, la atrajo hacia el abrazándola, y así
continuaron el viaje hasta llegar a la casa donde ella vivía,
luego de despedirse, Cesar dio la media vuelta mientras su
madre lo miraba desde la puerta, le hiso una señal de adiós
con su mano y se puso de regreso a su departamento, la vio
más pequeñita y más viejita y sintió compasión por ella,
sabía que su madre lo amaba y que quizás la soledad en
que vivía la hacían sentir aquellos celos casi enfermizos que
continuamente daba a conocer en contra de su esposa.

Una vez que Cesar llego al edificio estaciono la camioneta, y


cuando se aseguró de dejarla con todos los vidrios bien
cerrados, al bajarse y cuando se disponía a cerrar la puerta
vio que en suelo había una tarjeta de presentación, pensó
que quizás podría ser de la consulta adonde Gabriela estaba
haciendo sus terapias por lo que la recogió, pero al leerla
vio que esta no tenía nada que ver con alguna consulta
médica, solo decía:

“Taller de Automóviles Pie Grande”


Reparaciones y Repuestos

Cipriano Ventura

Mecánico

Fono: 9-458123 Dirección: xxxx

Cesar recordó que Gaby le había dicho lo de su camioneta


en algún taller, o algo parecido así que tomándolo con
normalidad guardo la tarjeta en sus documentos, y subió al
departamento en donde lo esperaba su mujer.

Al entrar a la habitación matrimonial la encontró


profundamente dormida, vio su hermoso rostro es estado
de relajación decorado por locos mechones dorados, no
pudo aguantar los deseos de recostarse a su lado y
acariciarla con ternura tal como lo hacía desde que fueron
enamorados, era un verdadero ángel volvía a pensar. Lo que
no sabía el Cesarin era que esa carita de ángel solo hace
algunas horas había estado chupando como mal nacida una
hedionda vergota gruesa, venosa y llena de pelos gruesos y
encrespados, y para rematarla se había bebido una copiosa
cantidad de semen espeso y grumoso, pero esto ni se lo
imaginaba el pobre Cesar, y lo mejor por ahora era que la
cosa siguiera así.

Cesar decidió que vería TV en el comedor, no quería


molestar a su mujer, la pobre debía haber tenido un día
muy agotador, recorría todos los canales sin decidir lo que
quería ver. La distracción del hombre se debía a eso que
había dicho su madre en la camioneta, las palabras de su
progenitora poco a poco se habían ido instalando en su
mente, y el como hombre celoso que era ya pensaba en
porque su madre le había dicho eso de que ojala no vaya a
ser demasiado tarde?, acaso ella también pensaba en que
Gabriela podría tener algún amante como se lo había dado
a entender Armando solo hace un tiempo?. Pero luego se
decía que no, su madre siempre le decía cosas para hacerle
poner mal con Gabriela y ahora no volvería a caer en el
jueguito, así se lo había prometido a Gaby, como también
se lo había prometido a el mismo, por lo que apago el
televisor y se fue a dormir junto a su mujer.

Al día siguiente la rubia se levantó radiante, con unos


ajustados pantalones de paño negro y con una sabrosa
blusa blanca servía el desayuno a su marido tarareando una
canción de Luis Miguel, había aprovechado el momento en
que Cesar había ido a dejar a Jacobo al colegio para
bañarse y arreglarse.

Pensaba que apenas le llamara don Cipriano le diría que la


próxima semana podrían estar juntos de dos a tres días por
lo menos, dependiendo de la fecha en que Cesar se fuera a
su trabajo esto la tenían de muy buen humor.

--Y por qué tan contenta?, hace ya un buen rato que no te


notaba de tan buen humor…

--Estoy contenta porque por fin estamos solos tontito… o


acaso tú crees que a mí me gusta estar enojada contigo?, le
dijo a la vez que ubicaba unas tostadas en la mesa y le
depositaba un cariñoso beso en la frente. Cesar estaba feliz.

Una vez ya tomando desayuno hablaron sobre lo del viaje


de la señora Romina con Jacobo, estaba claro que desde el
próximo jueves la casada quedaría sola en el departamento,
solo le faltaba saber con exactitud los días en que Cesar no
estaría en casa.

--Cariño y tu cuando te vas a trabajar?, le consulto Gabriela


a Cesar intentando ser lo más natural posible…

--Ya te dije que el viernes, estaré hasta el miércoles y


regresare el jueves de la próxima semana, justo el día en
que Jacobo se ira de viaje con mi madre, vez? Todo calza
para que podamos estar a solas nuevamente…

--Si amor no sabes cuánto lo deseo, ojala que para esas


fechas ya esté recuperada de mi lesión…

--Lo estarás… solo debes ir a la próximas sesiones y veras


que todo va a estar bien…

--Seguro que sí, el especialista quedo de avisarme antes del


viernes para confirmar la siguiente sesión, lo más seguro
que me tocara asistir el día sábado…--Cesar, le dijo en un
momento Gabriela a su marido, porque no te pides unos
cuantos días de vacaciones para aprovechar de que
estemos juntos los tres, la rubia intentaba ser lo más
coherente posible,--Jacobo se ira el Jueves con tu madre, y
no te vera casi en dos semanas, pero si pides unos días ya
no serían tantos días en que él no te vería, qué opinas…

--Mmmmm…no lo sé cariño, acabo de pedir unos días y no


que dirán en mi trabajo al respecto, lo veo difícil. Gabriela
ya toda una zorra sin escrúpulos, y sabiendo como
manipular las situaciones a su favor, solo le contesto,

--Está bien cariño, no te preocupes solo es que me


preocupa Jacobito, dijo esto en forma muy coqueta,
intentando llamar la atención de su marido… --Y además
que…

Cesar le llamo la atención esto último,

--Además que Gabriela!… que otra razón existe para lo que


me pides, Gabriela camino hasta donde su marido estaba
sentado, para luego de sentarse en su regazo decirle con la
misma voz que pone una niña cuando hace una travesura…

--Es que te mentí mi amor…la verdad es que no te lo pedía


por Jacobo… soy una egoísta… soy yo la que quiere estar
por mas días junto a ti, Gabriela se la pensaba muy bien
antes de seguir con sus artimañas, --Bueno y también por lo
de nuestro hijo, pero no te agobies mi vida, yo entiendo
que tu trabajo es importante para ti, por lo tanto puedo
esperar a que vuelvas…

Esto último surtió cabal efecto en el temperamento de


Cesar, todo indicaba que por fin sus diferencias ya estaban
superadas, como pudo saco su celular del bolsillo y marco a
su trabajo.

Gabriela estaba desesperada por hablar con el vejete, había


logrado que Cesar pidiera más días de permiso por lo tanto
se quedaría hasta el miércoles, para luego desaparecerse
del hogar por casi una semana por lo menos en la misma
fecha en que la vieja habladora de su suegra se llevaría a
Jacobo, ya se imaginaba los días que pasaría con don
Cipriano en su departamento viviendo como un verdadero
matrimonio, la rubia ya no media consecuencias, ni
tampoco estaba consciente del riesgo que estaba corriendo
al ser tan confiada.
El matrimonio paso el resto de la mañana haciendo cosas
triviales, fueron juntos al supermercado, como también
fueron a buscar a su retoño al colegio, Gabriela en cualquier
oportunidad que se le presentaba revisaba su celu el cual lo
mantenía en silencio para verificar si se le había pasado
alguna llamada del viejo, pero nada, como también no se
separaba de este ni un solo momento no fuese a ser cosa
que Cesar se diera cuenta de algo o que a don Cipriano se
le ocurriera enviarle alguno de sus mensajitos ordinarios y
subido de tono, pero tampoco habían mensajes, al final del
día el genio de la rubia estaba alterado, muy distinto al de
esa misma mañana, la ansiedad por hablar o saber algo del
mecánico ya casi la superaban.

El día viernes lo mismo, don Cipriano aun no la llamaba,


pero la rubia sabía que el vejete la llamaría según lo que
acordaron a la salida del hotel. El día transcurrió lento y
monótono, llego la noche y la llamada del viejo nunca llego,
la casada fingía estar contenta de estar con su marido y con
su hijito, pero por dentro estaba irritada y desilusionada, en
la noche ya casi con rabia apago su celular…

--Cariño te llamaron de la consulta por lo de las terapias? le


pregunto Cesar una vez que su Gabriela salía de la
habitación de Jacobo después de haberlo llevado a la
cama…

--No…no me han llamado, respondió Gaby en forma


normal, había pensado que se estaba apresurando mucho
seguro que su Don la llamaría en cualquier momento, pero
como igual su ego femenino estaba un poco herido al
haber sido ella quien había esperado la llamada por casi
dos días, pensó en vengarse de este vejete mal agradecido.
Mientras Cesar miraba la televisión no supo en que
momento su mujer se había dado un baño espumoso y se
había puesto uno de sus mejores atuendos para
congraciarse con él, luego de que ella se maquillo
finamente su rostro, la vio venir a sentarse al sofá con un
sabroso vestido que sin ser muy ajustado resaltaban a la
perfección las líneas de su figura, el pobre quedo casi
babeando, ya desde hace rato que Gaby no se presentaba
ante el con claras intenciones de querer guerra.

--Y que celebramos hoy muñeca?, estas preciosa…

Gabriela una vez que estuvo al lado de su marido lo silencio


con un exquisito beso con lengua de esos que ella había
aprendido de don Cipriano pero sabía que con su marido
no podía dar rienda suelta a la calentura que llevaba
acumulando, además que estaba claro que Cesar no sabría
cómo apaciguar.

Una vez que se separaron del ardiente beso fue Gaby quien
le hablo…

--Te dije que si te quedabas era porque yo deseaba estar


contigo, o acaso se te había olvidado?

--Pero cariño…tu lesión…

La rubia recostándose en el pecho de su marido lo continuó


provocando,

--Ahhh mi lesión, que importa!, igual creo que podemos


jugar un ratito o acaso ya no te gusto, le decía acariciando
el rubio cabello de Cesar…

--No digas tonteras Gabriela, tú sabes que yo te amo…


--Yo también te quiero mucho nene, perdóname si este
último tiempo me he comportado un poco distante, son
solo cosas de mujeres…

--Te entiendo mi vida, y como te dije el otro día aquí no hay


nada que perdonar, lo importante es que estamos juntos.

Gabriela ya no sabía que decir, su preparado repertorio ya


se le había acabado, ahora solo quedaba consumar la idea
que se le había formado como una forma de no sentirse tan
mal por todo lo que le estaba haciendo a su familia, y que
además para rematarla le había estado siendo fiel y leal a
un viejo que ni siquiera se había dignado en llamarla tal
como lo había prometido y con ella esperando como una
verdadera imbécil, era lo último que había pensado antes
de poner en marcha su plan reconciliador con Cesar.

Ya no teniendo nada más que decir la casada cruzo uno de


sus mulos por sobre la cintura de Cesar quedando a
sentada y abierta de muslos sobre el regazo de su marido,
lo abrazo con ternura, pero no como lo había hecho en
otros tiempos, no como lo hacía cuando estaba con don
Cipriano, aunque estaba íntimamente a solas con su marido
la imagen del mecánico no podía sacarla de su mente, se
volvieron a besar y Gabriela lentamente comenzó a mover
su cuerpo intentando entregarse a su marido.

Cesar la acariciaba intentando no parecer vulgar, de vez en


cuando le sobaba con mucho cuidado sus pechos, en
cambio Gaby deseaba que se las apretara con fuerza, que le
rasgara el vestido y que la tirara al suelo y se la metiera con
furia tal como se lo hacia su Don, pero en definitiva Cesar
no servía para esto, pero aun así ella no pensaba en dar
marcha atrás.
Cuando la rubia sintió la erección de su cónyuge pensó en
que este era el momento perfecto, lentamente bajo para
ponerse de rodillas y con mucho cuidado le bajo el cierre
del pantalón, Cesarin estaba que estallaba de gozo, su
mujer las veces en que se la había chupado, lo había hecho
bajo solicitud propia de él, ahora ella solita estaba tomando
la iniciativa, eso significaba que su Gaby lo amaba, y él
también la amaba más que nunca.

La rubia que ya hervía de calentura le bajo los pantalones


en donde sus azulados ojos semi cerrados se encontraron
fríamente con la diminuta verga rosada de Cesar, tomo un
poco de aire y aprovechando su estado de excitación se la
metió en la boca, el ardor solo duro un momento
lentamente su temperamento se fue enfriando, aquella
cosita que escasamente y con dificultad solo le llegaba
hasta la mitad de la lengua no hacían mella con lo que de
verdad ella necesitaba, una vez que se aburrió de chupar
verguita, se subió nuevamente sobre la cintura de Cesar,
este un poco más a sus anchas quiso sacarle el vestido, pero
Gaby no se lo permitió aduciendo que Jacobo se podría
levantar y a la vez sorprenderlos.

Fue ella misma quien se corrió hacia un lado su pequeño


calzoncito, para luego tomar con su dedo índice y pulgar la
cosita de Cesar y metérsela, una vez que sintió el escaso
adentramiento comenzó a moverse de atrás y hacia
adelante, sentía la cosa resbalosa, Cesar casi no se movía
era ella quien estaba haciendo los movimientos, pero no
lograba sentirse como una verdadera mujer, el hombre
comenzó a moverse, su mujer lo tenía en estado de
calentura absoluta, a estas alturas Gaby ya no sentía nada,
hasta que de pronto sin más se retiró de una dejándose
caer en el sillón,

--Lo siento Cesar.. Su voz se fue quebrando de a poco…--De


verdad que lo intente pero no puedo…no sé qué es lo que
me ocurre… Snifff, para luego salir corriendo a encerrase a
llorar en la habitación.

El llanto de la casada era verdadero, lloraba de sentirse sola,


lloraba por sentirse frustrada, lloraba porque su vida era
una mierda, y también lloraba porque don Cipriano no la
había llamado.

Cesar sin saber qué hacer ni que decir recompuso sus ropas,
y se dirigió a la habitación en donde su esposa sollozaba
audiblemente, lentamente se recostó para acariciarle sus
cabellos, Gaby le tomo su mano y se la aferro en su corazón
(al medio de sus tetas, jejeje), y así estuvieron hasta que
lentamente la rubia se fue calmando, hasta que ella decidió
hablarle a su marido…

--No sé qué es lo que me ocurrió, de verdad…

--Shhhtt…le silencio Cesar abrazándola, para luego decirle, -


-Sea lo que sea lo superaremos…

--Solo dame un poco de tiempo Cesar, le decía la rubia


limpiándose las lágrimas…

--Nena… solo dime una cosa, Cesar totalmente asustado


por la respuesta que quizás le podría dar su mujer, se
atrevió a preguntar, --Algo en tu corazón ha cambiado
hacia mi persona?
--Nooooo!! Le contesto Gaby, como puedes pensar eso!!
Snifffs, Gabriela volvía a llorar, porque la respuesta
verdadera era lo contrario a lo que ella le decía a su
marido…

--Pero amor y entonces porque lloras!!..Preguntaba algo


incrédulo el pobre de Cesar,

--Es que donde nos movimos hace un rato, me volvió el


dolor lumbar improviso Gaby mirando a su marido, en
donde ambos entre llanto y risas se volvieron a abrazar,
para quedarse acariciando mutuamente y en silencio hasta
quedarse dormidos.

Paso el día sábado sin novedad, Gaby aunque se


encontraba muy enojada con don Cipriano revisaba a cada
instante su celular pero el viejo no daba señales, había
momentos en que Gabriela meditaba en que podía haber
fallado que quizás el vejete ya no quería nada con ella, pero
no encontraba respuesta alguna.

El matrimonio Guillen no hablo nada de lo ocurrido la


noche anterior, pero aun así Cesar ya presentía que algo
anormal estaba sucediendo en su matrimonio, hubieron
momentos en que le daban ganas de tomar a su mujer
sentarla en el sofá y que le dijera de una buena vez en que
mierda andaba metida, pero sabía que si esto no era así
como lo estaba pensando a lo mejor podía cagarla más
terriblemente, y separar aún más a Gaby de sus brazos,
pensó en que lo mejor sería darle tiempo al tiempo.

Mientras veían televisión antes de pasar a la cama Cesar


estudiaba de reojo lo que hacía su mujer, se empezó a fijar
en detalles, se pudo dar cuenta que extrañamente Gabriela
no se separaba ni por un segundo de su teléfono, y que
desde hace días que no sentía la sonora música que
comúnmente su esposa le tenía instalada al celular, pero no
estaba seguro, además que ella misma le había casi rogado
que se quedara por más tiempo en casa, no! debía ser otra
cosa, y el debería apoyarla fuese lo que fuese de lo que su
mujer estuviera padeciendo.

--Que te parece si mañana, como es Domingo llevamos a


Jacobo a una feria que se puso en el parque, le han hecho
mucha propaganda en la televisión, le dijo Cesar a su
esposa, para ver si le podía subir el ánimo.

--Seria genial, desde hace tiempo que no salimos los tres


juntos, le dijo la rubia con una expresión de alegría, aunque
Cesar como bien la conocía sabía que detrás de sus ojos
había algo extraño.

--Bien entonces me voy a la cama, mañana saldremos al


mediodía creo que eso nos servirá para distraernos.

Aquel Domingo amaneció nublado, al salir de su casa el


matrimonio Guillen salió feliz a su día de paseo familiar,
abordaron la camioneta de Gabriela y fue Cesar quien
manejo con dirección a la feria que se había instalado en un
reconocido parque capitalino, la casada se había puesto un
exquisito vestido azul ni muy ajustado, ni muy suelto, este
dejaba ver una buena porción de muslos, pero nada
exagerado, además que a Cesar le gustaba presumir de la
hembra que tenía por esposa, aunque los problemas habían
vuelto a su agitada vida conyugal, él estaba seguro que los
problemas los superarían, además que pensaba que lo de
Gabriela podría ser algo psicológico.
Una vez que llegaron a la feria y mientras Jacobo disfrutaba
de una función de títeres, sentados en un banco, el
matrimonio se dedicó a conversar y a recordar de cuando
eran novios sus antiguas andanzas por distintas ferias que
se instalaban, ambos se lo estaban pasando bien, se sentían
felices.

Gaby de pronto vio a un vendedor de frutas confitadas por


lo que le pidió dinero a Cesar para ir a comprar, el marido
miraba atentamente el poderoso cuerpo se gastaba
Gabriela, la vio conversar con el viejo vendedor de confites
y de como este se hacia el gracioso con su esposa, los celos
nuevamente lo invadían, pero al ver que su mujer ya venía
de regreso y que el hombre desconocido se marchaba con
su carro a otro sector del parque, se pudo tranquilizar para
no armarle un show a su mujer como lo había hecho en
reiteradas ocasiones, se dedicó a admirarla, este día
Gabriela estaba distinta, mientras se acercaba un suave
viento le alborotaba sus rubios cabellos, la veía acercarse
con armonía, su bien proporcionados muslos resaltaban
entre las demás mujeres, se veía deliciosa.

La tarde paso y Gabriela casi ni se había acordado del


vejete, Jacobo lo había pasado de lo lindo subiéndose a casi
todos los juegos mecánicos que eran para su edad…

--Qué tal si vamos a uno de los restoranes, así no llegamos


a hacer nada al depa que te parece?, le dijo Cesar a su
mujer,

Gabriela se mostró de acuerdo, la tarde había sido


agotadora y ella ya sentía mucha hambre, por lo que se
adentraron hacia donde estaban los locales de comida, una
vez ya ubicados en una mesa y mientras el mozo les hacía el
pedido, la casada pudo ver solo a metros de donde estaban
ellos lo que menos espero ver en aquella familiar y alegre
tarde dominical, comenzó a sudar frio y todo su cuerpo
temblaba.

Vio que don Cipriano estaba sentado con una señora gorda
de avanzada edad y con pelo canoso, se encontraban como
a seis mesas de donde estaban ellos, el viejo andaba vestido
con la misma ropa que lo había visto la última vez que
estuvieron juntos, la rubia con su corazón latiendo a mil por
hora no perdía detalle de lo que estaba ocurriendo en la
mesa del vejete, de pronto reconoció a la vieja que lo
acompañaba, era la esposa de este, la misma que la había
tratado de puta en la fiesta que la había invitado María,
Cesar estaba ajeno a lo que su mujer estaba padeciendo ya
que estaba entretenido mirando al grupo musical que
tocaban alegres cumbias que ya estaban un poco pasadas
de moda.

Una vez que les trajeron el pedido Gaby apenas probaba las
ensaladas que había solicitado, el hambre se le había
desaparecido apenas vio a don Cipriano, con rabia miraba
como el viejo le decía al oído quizás que cosas a esa señora
que solo atinaba a reírse coquetamente mientras este la
mantenía tomada de las manos, los celos se apoderaron de
la conciencia de Gabriela, estaba enceguecida, que estúpida
había sido al creerle tantas mamadas y mentiras a aquel
odioso y ordinario sujeto, que en estos mismos momentos
la había cambiado por una mujer mucho más vieja y fea que
ella, que ni le llegaba ni siquiera a los talones, de pronto
pudo ver que el vejete se paraba de la mesa y algo le decía
a su esposa apuntando hacia el fondo de donde estaban los
restoranes, Gabriela miro en esa dirección y capto que el
vejete se dirigiría hacia los baños.

--Cesar creo que voy al baño, necesito arreglarme un poco,


y diciendo esto último tomo su bolso y salió caminando
rápidamente en la misma dirección en que iba el vejete.
Cesar solo la quedo mirando y no dándole importancia miro
a su pequeño que también miraba a su mami, y le dijo al
pequeño,

--No le hagas caso… las mujeres son muy raras, y ambos


siguieron disfrutando de la comida.

Gabriela camino por fuera de las mesas, los hombres de


todas las edades se volteaban a mirar los voluptuosidades
de aquella Diosa perdida en aquellos arrabales, a más de
uno le llego un fuerte cucharazo en la cabeza por parte de
sus mujeres que claramente se daban cuenta de lo que
estaban mirando con cara de corderos degollados, los
babosos y calientes de sus maridos.

Don Cipriano caminaba dificultosamente entre las mesas


hasta que llego a hacer la fila para entrar a los excusados, y
una vez que saco unas monedas y quiso mirar cómo estaba
la cosa para entrar a los baños con lujuriosa expectación vio
a su Diosa dorada que estaba parada solo aun metro de el
con cara de no querer hacer amigos.

--Como esta don Cipriano…aún estoy esperando su


llamada!

El vejete por primera vez se sintió intimidado por la rubia,


miro con espanto hacia la mesa en donde estaba sentada su
esposa, si a la culona de Gabriela se le ocurría hacer una
pendejada todo se iría a la verga, por lo que intento
calmarla,

--Veras Gabriela, mañana pensaba llamarte y explicarte las


razones por las que no pude llam…

--Así ahhh…así que mañana pensaba llamarme, pues vaya


olvidándose de todo lo que paso entre nosotros…

--Baja la voz pendeja!!…, le dijo don Cipriano quien ya se


estaba empezando a enojar por la actitud de la rubia,
además que era un show exquisito lo que estaban viviendo
los 5 viejos que estaban haciendo la fila…

--Y por qué me voy a callar!!…exclamaba la dolida rubia, --


Acaso le da miedo que la vieja de allá lo vea conmigo!!!…

Don Cipriano mirando con su burlona sonrisa a sus 5


compañeros de fila, solo atinó a decirles,

--jejejeje, disculpen camaradas pero esto es un problema


entre marido y mujer, jejeje…

Con fuerzas tomo a Gabriela de un brazo y la empezó a


sacar de aquel concurrido lugar, para llevársela a un lugar
más privado para poder hablar con ella,

--Que hace!?...no me toquee!!...sueltemeee!!!, exclamaba


Gabriela a la vez que la iban sacando de aquel lugar, entre
pataleos y manotazos que intentaba darle al mecánico…

Una vez que salieron del lugar y el aire fresco lleno los
pulmones de la rubia, esta pareció tranquilizarse un poco, y
ya liberada de los zarpazos del vejete solo atinó a decir,
--Si tiene algo que decirme dígamelo al instante!…mi
marido me está esperando junto a mi hijo!…

Don Cipriano solo la miraba de pies a cabeza con su típica


risa burlona, hasta que por fin pudo hablar,

--Que chico es el mundo tetona, jajajaja!! Quien lo iba


pensar que el destino nuevamente iba a unir nuestras vidas,
jajaja!!…

--Y solo para eso me trajo hasta acá?...

--Pues me gustaría hacerte muchas cosas putita, no sabes


las tremendas ganas que te estoy acumulando para cuando
nos volvamos a acostar, jejeje,

--Vaya olvidándose…o acaso cree que no lo vi!!…

--Que me viste haciendo que pendeja mal agradecida?…

--Lo vi con su esposa, estaban muy juntos… y Ud. me había


dicho que ya no estaba con ella, y que más encima estaba
pasando por problemas…y yo la muy estúpida le creí!!…

--Es verdad pendeja…los problemas aun los tengo…y si te


pones a hacer este tipo de mamadas todo se podría ir a la
verga…me entiendes reinita!?, y además que eres una
fresca…tú también estas con ese maricon que tienes por
marido y yo no digo nada…

--Yo ahora no le creo absolutamente nada…así que por lo


tanto lo que hubo entre nosotros hasta aquí no más
llego…me entiende…? y no quiero que me siga llamando ni
molestando!!…
El vejete que estaba entretenido con el ataque de celos que
estaba sufriendo su mujer solo atino a reírse y a burlarse de
ella, ya que él sabía que podía montársela cuando él lo
quisiera, pero decidió que por ahora le seguiría la
corriente…

--Mira pendeja…este es el escenario... escúchame bien lo


que te voy a decir para que no se te olvide, la única forma
de quedarme en la ciudad tal como tú me lo pediste es
saldar una deuda con unas gentes que a ti no te gustaría
conocer…, el viejo volvía a tomar aire, --Para saldar esa
deuda la única opción viable que pude encontrar es
recuperando mi taller…, y para recuperar mi taller, la única
opción es reconciliarme con mi esposa, y que por si no lo
sabias esta me boto la noche en que yo preferí quedarme
contigo en el Pie Grande...lo recuerdas reinita?, Gaby lo
escuchaba con sus ojos bien abiertos y expectantes, el viejo
continuo con su treta, --Así que por favor ya no me jodas!...,
ahora si tú ya no quieres que nos sigamos acostando que
así sea…pero va a ser tu decisión… además que viendo la
situación fríamente yo contigo no consigo nada, la otra
vieja estará fea y guatona pero tiene un taller, tu a mí no me
das nada y solo eres un problema…y por lo demás ya te
culie de todas las formas posibles…ahora si me permites
debo ir con mi esposa que me está esperando!…fue un
gusto Reinita…pero la jodiste!!…

El viejo tuvo que sacar fuerzas de flaqueza para decirle tanta


mamada a su Diosa, porque la verdad era que si por él
hubiera sido la habría tirado ahí mismo en el suelo y se la
hubiese culiado de todas las formas imaginables, pero
debía recuperar el taller si o si, el plazo ya estaba expirando
para pagar la deuda de Felipe, además que él ya estaba
seguro de los sentimientos de Gabriela, sabía que ella solita
iba a volver pidiendo clemencia de su parte, y viendo que
ya no tenía nada más que hacer ahí se retiró por donde
mismo había llegado…

--Es Usted un miserableeee… Usted no puede hacerme


estoooo!!

--Jajajaja…claro que puedo culona, de hecho ahorita mismo


lo estoy haciendo, jajaja!! Reía el vejete mostrándole todos
sus dientes cariados, de puro gusto al haberla humillado de
aquella forma, --Ahhhh se me olvidaba, si tienes algún
problema con tu camioneta con gusto te la
arreglare…¿Cómo me pagaras?...jajajaja!! Tú ya sabes
cómo!!, así me lo digite una vez, jajajaja!! Hasta que
desapareció dejando a Gabriela totalmente choqueada y
con su auto estima por los suelos…

La casada no creía lo que había escuchado, se sentó por


unos momentos en una sillas en desuso que debían ser de
los puestos de comida, ahora no sabía qué hacer, un nudo
en su garganta querían hacerla llorar, pero se prometió que
no lo haría, ese viejo había sido solo una pesadilla en su
vida, su verdadera familia la esperaba solo a unos cuantos
metros de donde ella se encontraba, pero estaba
totalmente confundida, don Cipriano se había dado el lujo
de haber terminado con ella?

Tomo aire arreglo sus ropas y paso al servicio de mujeres


para retocarse, no quería que Cesar se diera cuenta de nada
y que no sospechara lo más mínimo de lo que le estaba
ocurriendo.
Una vez que salió del baño camino hacia la mesa en donde
la esperaban su esposo y su hijo, aunque ella no quería ver
no pudo evitar mirar hacia la mesa en donde debía estar el
miserable viejo de don Cipriano, pero la mesa ya estaba
vacía, instintivamente llevo su mano hacia la famosa cadena
con la letra ”C”, y de un solo tirón se la arranco del cuello
con claras intenciones de arrojarla hacia cualquier parte,
pero no pudo, algo en su interior no se lo permitió, por lo
que rápidamente la guardo en su bolso.

El regreso a casa fue en silencio, Cesar lo atribuyo que debía


ser el cansancio, su mujer venia en los asientos traseros con
su pequeño hijito durmiendo en sus brazos.

La casada si bien estaba con los ánimos muy por el suelo,


pensaba en lo que había sucedido en la feria, el viejo le
había dicho que en la otra ocasión lo habían botado por el
haberla preferido a ella, esto ella nunca lo había sabido, una
pequeña sonrisa se le dibujo en sus labios, además que
también le dijo claramente que él se estaba reconciliando
con su mujer para no tener que marcharse, pero esa
situación le incomodaba, si ella hubiese seguido con él no
le hubiera permitido que se siga viendo con su esposa, y de
pronto caía en la realidad…”pero qué diablos estoy
pensando si él está casado con ella y yo también tengo
marido…”.

¿Qué hacer entonces queee…? Se preguntaba la rubia, que


ya al verse más calmada no se conformaba con la idea que
don Cipriano la hubiera pateado, fue en eso que sintió el
vibrador de su teléfono le estaba llegando un mensaje, muy
disimuladamente lo tomo de su bolso deseando con toda
su alma que este fuera del mecánico, y en efecto el mensaje
era del viejo: “Discúlpame por haberte tratado mal, quiero
que sepas que a mí me encantaba meterte la verga, (esta
era la forma del viejo para decirle que el la quería) espero
que podamos ser amigos, siempre tuyo Cipriano”.

La casada a pesar de estar muy mal humorada por la


insensible forma en que el vejete la había tratado, aun así y
desde el fondo de su alma se sintió feliz con aquel mensaje,
pero si el viejo pensaba que con eso él iba a conseguir algo
con ella estaba muy equivocado, se prometía para ella
misma.

El día lunes comenzaba casi con normalidad, la rubia


andaba de muy buen humor con su marido, Gabriela ya
comenzaba a preparar las ropas que el niño debería llevar
para su paseo, intentaba de concentrarse en ello pero no
podía, la imagen del mecánico no la abandonaban, y no
dejaba de analizar una y otra vez lo que este le había dicho,
“yo contigo no consigo nada”.

Habían momentos en que pensaba en que ella tenía que


hacer algo para recuperar la atención del vejete,
demostrarle de alguna forma que ella era mejor que aquella
mujer gorda y vieja por la cual la habían cambiado y cuando
estaba punto de tomar la decisión se arrepentía ya que ahí
sí que sería una aberrante estupidez si hacia lo que
fugazmente revoloteaba por su cabeza.

Ya en la tarde después de haber leído y releído una 50


veces el último mensaje del vejete, tomo la decisión, él
había dicho que podrían ser amigos, así que como amiga
iría a su taller a devolverle su cadena, porque ella ya no la
quería, la rubia se mentía a ella misma, estaba desesperada
por ver a don Cipriano y se inventaba todo tipo de
estupideces para justificar la calentura que sentía por el
mecánico.

--Cesar, me han llamado de las terapias, y creo que iré a


una última sesión para darle un corte final a todo esto, solo
será un ratito en la mañana…

--Pero tú me dijiste que ya no te interesaba ir…

--Pero lo pensé mejor, no vaya a ser que el dolor me vuelva


y empeore aún más,

Cesar se quedó pensativo, habían pasado muchos días y


Gabriela ni se había quejado de algún dolor, los últimos
días dormía vuelta para el otro lado de la cama, y esto lo
confundían aún más, su mujer se estaba comportando de
forma muy extraña, ni que decir de sus intempestivos
cambios de humor.

--Está bien cariño, si es por tu salud deberás ir, Cesar ya


sabía la respuesta pero aun así se atrevió a preguntar, --
Quieres que te acompañe?, dijo por fin mirándola fijamente
a sus ojos.

--Ay nene me encantaría, pero acuérdate que tienes que ir a


dejar a Jacobo al colegio…

--Pero lo podríamos hacer faltar, así iríamos los tres, no te


parece una buena idea…

--Amor recuerda que lo haremos faltar para que vaya de


paseo con tu madre, no sería bueno, que falte al cole por
cosas sin importancia.
--Si!... tienes razón…dijo finalmente su marido no muy
convencido de la lógica de su esposa.

Llego el día de la supuesta sesión de terapias, la casada se


había engalanado con unos de sus mejores vestidos
primaverales, su ropa interior eran de las más normales, de
las que ella por lo general siempre usaba, muy pequeñita
por cierto, una vez en su camioneta se puso en marcha con
dirección al taller de don Cipriano, manejaba con el corazón
que ya casi se le salía por la boca, pensando cual sería la
reacción del vejete cuando la viera, esa mañana se había
levantado muy temprano para arreglarse y dejar todas las
cosas en orden para no hacérsela más difícil a Cesar, ya que
este se quedaba con la responsabilidad de ir a dejar y a
buscar a Jacobo al colegio.

Estaciono estratégicamente al frente del Pie Grande, en un


ángulo perfecto para poder mirar el funcionamiento de este
sin ser vista desde el interior. Pudo ver que María ya estaba
a la entrada del taller vestida con un ajustado y sexy mini
vestido tubo color morado, la chamaca se veía estupenda
según las apreciaciones de Gabriela, que con nostalgia
recordaba los días en que ella había compartido con María
la experiencia de haber sido edecán en el mismo taller.

Mientras esto ocurría a las afueras del taller de don


Cipriano, en el departamento de Gabriela se vivía algo
totalmente distinto, Cesar quien ya estaba en estado de
alerta por los extraños comportamientos de Gabriela se dio
a revisar en forma exhaustiva todas las cosas personales de
su esposa, incluyendo documentos, su notebook y todo lo
que pudiera ser sospechoso, pero afortunadamente para
ambos no pudo encontrar nada, incluso su face estaba con
la misma clave que él conocía, no había mensajes ni nada
comprometedor, así que de pronto se preguntó qué era lo
que estaba buscando?, si al parecer todo estaba bien, así
que declino en la búsqueda y se convenció que se estaba
dejando llevar por sus celos, Gabriela nunca le haría algo
así, se dijo por ultimo.

Lo que si le pudo llamar un poco la atención fue de que los


remedios que compro Gabriela para el supuesto
tratamiento lumbar estaban intactos, pero recordó que
Gaby era enemiga de los medicamentos, seguramente los
había reemplazado por medicina natural, por lo tanto todo
estaba en orden. Aun así notaba algo extraño en el
ambiente de su hogar.

La casada llevaba casi una hora mirando hacia el interior del


taller, aún no había podido ver a don Cipriano, y cuando
estuvo a punto de marcharse totalmente confundida por no
saber que mierda hacía intentando de ver a un viejo
cincuentón, mientras en su hogar la esperaban un hijo y un
marido, fue ese el momento en que lo vio, estaba vestido
con su overol de trabajo, aunque ahora al parecer estaba
más limpio, con rabia dilucido que quizás la vieja se lo había
lavado, también se fijó que estaba con el chango al parecer
le estaba dando instrucciones de algo, porque el muchacho
movía la cabeza en señal de que entendía lo que su jefe le
estaba mandando, en eso el vejete volvió a entrar en el
taller y vio que Pablo venia caminando en su misma
dirección, claro! si la grúa estaba estacionada justo delante
de ella.

Cuando el chango ya estaba por subirse a la grúa de pronto


reconoció la camioneta de la casada, y su fascinación fue
aún más grande cuando comprobó que era la misma
Gabriela quien estaba sentada al volante y lo miraba con
una amigable sonrisa de Diosa,

--Hijoleee!!…que buena honda verla por aquí señora


Gabriela…, dijo el joven aun incrédulo,

--Hola Pablo, como estas?, le saludo Gabriela,

--Pus bien aquí con harto trabajo no más… y en que


anda?…no me vaya a decir que mi jefe la anda molestando
de nuevo, le decía el muchacho mirando hacia el taller, para
verificar que por ahí no andaba su jefe…

--No Pablo, no te preocupes… tu jefe no me anda


molestando, después de lo ocurrido la otra vez me pidió
disculpas y por ahora somos amigos, venía a que me
revisara la camioneta, tú crees que podrá… o estará muy
ocupado?, le consultaba Gaby al muchacho como para ver
si este le daba información y para también ver cómo estaba
el panorama.

--Ufff!! Usted no sabe señora Gabriela, aquí estuvo la


cagada nomas, Ups!! Se me salió disculpe Ud.…, le decía el
chango tapándose la boca al no medir su vocabulario en la
presencia de tan loable mujer,

--No te preocupes si total estamos en confianza, y no me


digas señora Gabriela, que me haces sentir vieja, además
que somos amigos… solo llámame Gaby, pero vamos
continua con lo que me estabas diciendo…

--Es que Ud. ni se imagina…mire para hacérsela corta ya


que tengo que ir a comprar varios repuestos que los
esperan para la tarde…algo paso a nivel familiar… el asunto
fue que la jefa de mi jefe, o sea su esposa… en algo lo pillo
con otra mujer…y lo había corrido del taller y de la casa, el
Pie Grande estuvo a punto de irse a la quiebra por que
nadie hace el trabajo mejor que mi jefecito…y ahora que el
jefe ya está de vuelta todo comienza a normalizarse…

El chango mientras le narraba a la rubia todo lo anterior no


podía despegar sus ojos negros de los apetitosos muslos de
Gabriela, ya que al estar sentada al volante el vestido se le
había subido una buena parte, pero la casada estaba ajena
a esto, a ella solo le importaba la valiosa información que le
estaba aportando Pablo…

--Ahora me debo ir para no atrasarme con los repuestos, a


ver si otro día conversamos, mi jefe debe estar adentro,
vaya no más mire que a pesar de toda la chamba que
tenemos acumulada, igual se hace un tiempito para
atenderla…

--Gracias Pablo y maneja con cuidado.

Una vez que el chango se fue en la grúa, Gabriela siguió


esperando cual sería el mejor momento para ir a hablar con
el viejo, pensaba en lo dicho por Pablo, concluyendo que el
mecánico no le había mentido en la discusión que
sostuvieron en la feria.

Ya eran las 11.30 de la mañana y aun no se atrevía a


enfrentar a don Cipriano, si seguía así podría pasar todo el
día esperando, por lo que se dio fuerzas, saco la cadena con
la letra “C” de su bolso y bajo de su vehículo, tal vez esta
sería la última vez que vería al mecánico se iba
juramentando mientras se acercaba a la entrada del Pie
Grande.
María con Gaby se saludaron con afectuoso abrazo, en el
poco tiempo en que se conocieron entre ambas chicas se
había creado un fuerte lazo de amistad, la sobrina de don
Cipriano tenía claro cuáles fueron los reales motivos de la
separación de sus tíos, pero no podía dejar de ser amiga de
Gabriela, además que ella nunca creyó eso de que su tío se
había ido a acostar con la rubia tal como lo había dicho su
tía después de la pelea con su cónyuge, pero prefirió ni
siquiera mencionárselo a la casada.

--Y en que andas, le consultaba María después del saludo


inicial…

--Necesito que tu tío le eche una miradita a mi camioneta,


desde hace unos días que anda con un ruido extraño, le
mentía la rubia, por nada del mundo quería que María
supiera lo de ella con el mecánico, no sabía el por qué pero
le daba vergüenza, al menos por ahora,

--Pues pásale mi tío reciencito andaba por aquí, pero ten


cuidado mira que tú ya lo conoces como es, al decir esto
último ambas hembras se quedaron mirando, y se largaron
a reír, en eso estaban cuando sintieron la aguardentosa voz
del vejete…

--Pero miren a quien tenemos por aquí, si no es mi edecán


favorita!?, jajajaja!!! Don Cipriano andaba todo traspirado y
lleno de grasa de motor, el overol lo tenía bajado hasta la
altura de su cintura, dejando a la vista su gran panza
cervecera enfundada en un camiseta musculosa que estaba
toda ennegrecida por manchas de aceite, coronándolo con
una inmensa circunferencia de sudor entre el pecho y su
panza…
--Buenos días don Cipriano, le saludo la casada en forma
seria pero con naturalidad, la seguridad había vuelto a su
personalidad, le he traído mi camioneta para que la revise…

--Pues no faltaba más mi Reina!…vamosle!! Mira que yo soy


el mejor mecánico de la comarca, jajaja!!!

El viejo sabía que Gabriela venía a otra cosa y que el


asuntito con la camioneta solo eran patrañas de la rubia,
pero eso le convenía, así que le siguió la corriente.

--Con tu permiso María, estaremos en mi camioneta…

--No hay problema…y antes de irte ven a despedirte, le dijo


María a Gabriela,

--Descuida que así será, le contesto la rubia a su amiga.

La voz de que andaba la misma mujer rubia que había


trabajado de edecán en el Taller solo hace algún tiempo se
corrió rápidamente al interior de este, mientras don
Cipriano y Gaby conversaban con el capo del vehículo
levantado para disimular, uno que otro mecánico salía a
echarle una miradita a la casada, ya que a estas alturas ella
era una hembra mística al interior del taller, corrían muchos
rumores: que el jefe ya se la había servido, otros lo
negaban, algunos ayudantes opinaban que era una
prostituta de lujo y que le pagaba en carne los arreglos del
vehículo a su jefe, otros decían que era mentira, que una
vez la habían visto en un programa de televisión y que era
casada con un poderoso político y que había trabajado en
el pie grande porque estaba haciendo su propio reality
show, en fin eran muchos los rumores que se hablaban al
interior del taller.
Cuando don Cipriano y Gabriela llegaron a la camioneta el
viejo comenzó con la conversación, mientras subía el capo
de esta,

--Y en que andas pendeja, que te trae por aquí?…

--Le he venido a devolver esto…le dijo la rubia, --Yo ya no la


necesito, a la vez que le estiraba su manita con la cadena de
plata…

--Y por qué me la devuelves pendeja…si fue un regalito,


jejeje…

--Pues yo ya no la quiero!!... o acaso no se acuerda de todas


las cosas que me dijo el domingo!?... Además que desde
ahora solo seremos amigos,…tal como Ud. me lo dijo en el
mensaje…

Don Cipriano la recibió la cadena con toda su mano llena de


grasa, a la vez que sin ningún tipo de remilgo, la tomo por
ambos extremos y se dispuso ponerla nuevamente en el
cuello de Gabriela…

--No Donnn!! Que es lo que hace!? Decía la escandalizada


rubia mirando en todas direcciones por si alguien los estaba
mirando…

--Escúchame pendeja…sé que el domingo me excedí con


todas las mamadas que te dije, pero era la única forma de
que te calmaras, por que estabas tan encabronada que la
podías cagar ahí mismo, le dijo una vez que termino de
ponerle cadena…

--Y por qué me sale con esto ahora, no le entiendo!!...si


hasta se dio el lujo de terminar conmigo…
--Yo nunca terminare contigo putita o acaso se te olvida
que desde hace rato que eres mi mujer…

--Ay no!! Como cree!!, yo no seré la segunda de nadie, Ud.


ya tiene su esposa, le decía la rubia consumida por los
nervios por lo que nuevamente le estaba diciendo su Don
Cipriano, y con su dedo índice jugando con la cadenita que
nuevamente engalanaba su aromático cuello…

--Jajajaja!! Si! pendeja esa vieja es mi esposa pero solo


porque tiene un taller…en cambio tu eres mi mujer!…eres la
número uno!!… acaso no lo entiendes!!!, le decía el
mecánico quien cada vez más se iba acercando al cuerpo de
la casada. Gabriela sabía que ella no había venido a esto, o
a lo mejor sí, solo ella sabía los motivos, la cosa era que ya
le estaba empezando a gustar todas las aclaraciones que le
hacía don Cipriano, --Mira mi Reina aquí nos estamos
asando de calor, porque no entramos al taller, en mi oficina
tengo una cervezas heladitas y así podremos conversar más
cómodos…vamos? Te animas?,…

--Pero qué dirán sus trabajadores…y también esta


María…además que en su oficina hay una cama, yo no
entrare nuevamente ahí por nada del mundo!!…

--Jajaja…por si no te has dado cuenta al lado derecho hay


una oficina de verdad o acaso crees que atiendo a mis
clientes en una habitación con una cama, jajaja, vamos
pendeja confía en mí, solo hablaremos como amigos, le dijo
a la vez que le ponía una de sus tiesas manos a la altura de
su cintura…

La casada al sentir el contacto de la tosca mano del


mecánico sintió que todo su cuerpo era asaltado por un
intenso escalofrío, pero a pesar de ello aún estaba
dubitativa, inconscientemente se mordía el labio inferior,
ella no pensaba en acostarse nuevamente con don Cipriano
adentro de su taller y menos con toda esa gente a su
alrededor, hasta que su acalorado temperamento le gano a
la sensatez de su mente,

--Está bien…entremos!… pero solo iremos a conversar como


“amigos”…

A don Cipriano solo el hecho de saber que todos sus


compinches del taller lo verían entrar a la oficina con
semejante mujeron, ya se le estaba parando la verga
aunque no estaba muy seguro si la rubia se iba a dejar, tal
vez si sabía cómo calentarla por fin podría cobrar todas las
apuestas que aún se mantenían pendientes.

Y en efecto hasta María se extrañó cuando vio a su tío que


iba ingresando con Gabriela a la oficina del taller,

--Y que miran ustedes dúo de idiotas!!, dedíquense a


trabajar!!... ya tuvieron un mes entero para holgazanear, les
dijo don Cipriano a un par de ayudantes que estaban
boquiabiertos de ver a su jefe entrar con tal ejemplar a su
oficina, pero el mecánico lo había hecho más por llamar la
atención de los que estaban ocupados, para que todos
vieran que él no mentía y que lo que juraba lo cumplía.

Una vez adentro del despacho, Gabriela pudo ver que el


vejete no le había mentido, esta si era una oficina de
verdad, por lo menos había una mesa y un par de sillas, el
desorden de papeles y facturas era total, las ventanas que
daban a una visión amplia a todos los rincones del taller no
tenían cortinas, por la que la casada se sintió un poco más
segura, ahí adentro el vejete no podría hacerle nada…

--Cerveza?, le dijo don Cipriano estirándole una corona


heladita que saco desde un frigo bar...

--Porque no me llamo?, solo atino a preguntar Gabriela una


vez que ya se estaba bebiendo la cerveza ofrecida por su
Don…

--De verdad que no pude pendeja, le contesto el hombre


mirándola penetrantemente a sus azules ojos…

Gabriela quien a pesar de ya sentir mucha cercanía con


aquel detestable hombre, saco fuerzas e intento de una
buena vez por todas poner en orden aquella situación,

--He estado pensando las cosas don Cipriano…a lo mejor lo


que ha pasado entre Ud. y yo…no debería haber pasado
nunca, le pudo decir al fin, para luego continuar…--Usted es
un hombre casado, y su esposa no se merece lo que le
estamos haciendo, la casada en estos momentos le
importaba más que el viejo Cipriano no tuviera problemas
con su familia, en vez de estar ella más preocupada de su
propia familia,

--No digas eso mamasota!! A mí me encanta acostarme


contigo y yo sé que a ti también te gusta, le soltó el vejete
dejando su cerveza en el escritorio y poniendo su silla a un
lado de la casada, para luego tomarla de las manos, a
Gabriela le encantaba la forma en que don Cipriano se
estaba comportando con ella, si hasta pensaba que era
todo un caballero, pero le daba vergüenza que alguno de
los trabajadores los pudiera ver, el viejo al notar los nervios
de su mujer, tuvo un poco de consideración con ella, --No
te preocupes a esta altura no nos pueden ver…

--De verdad?, preguntaba Gaby mirando hacia el exterior


verificando que nadie pudiera ver que estaban tomados de
las manos…

--Seguro…

Gabriela lo miro a sus ojos negros, se notaba que el vejete


por lo menos llevaba unos tres días sin afeitarse, y en las
arrugas de su cara vistosas manchas de grasa, sintió la
imperiosa necesidad de arrojarse a sus brazos y besarlo,
lamerlo, comérselo, pero se contuvo, el vejete había sido
muy humillante con ella y le iba a costar trabajo poder
perdonarlo así como así, estaba pensando en esto último
cuando don Cipriano haciendo abandono de sus manitas
comenzó a sobarle sus piernas…

--Noooo! Donnnn!!...puede venir alguien…, le dijo Gabriela


verdaderamente preocupada de que alguien los pudiera
sorprender…

--Jejeje…no te preocupes tetona, siempre golpean la puerta


además que esta con seguro…, tenía tantas ganas de
tocarte rubita!…no sabes las ganas que tengo de meterte la
verga!!, el vejete estaba probando terreno, por su parte
Gabriela ya estaba acostumbrada que el viejo la tratara con
puros sobrenombres ordinarios y vulgares, que a estas
alturas la tratara de tetona o culona, ya casi hasta le
agradaban, pero lo que la cautivo fue cuando hasta hace
poquito rato le dijo: “tenía tantas ganas de tocarte
rubita”…o lo que le dijo afuera del taller:” tú eres mi
mujer…eres la número uno…acaso no lo entiendes…”,
mientras estos pensamientos alteraban los sentidos de la
casada el viejo ya le había corrido el vestido hacia arriba,
una de sus manos ya iban en franca dirección hacia su
cosita, a la hembra no le quedo más opción que abrir sus
piernas para que el hombre tocara todo lo que quisiera, y
cuando don Cipriano ya casi babeando se iba a apoderar de
su rayita, Gabriela de un golpe cerro sus piernas y bajo su
vestido, rápidamente se paró de la silla y le dijo,

--Don Cipriano!... esto no está bien!…no es que yo no tenga


ganas, pero debemos ponerle un atajo a esta situación, al
mecánico le encantaba la forma en que estaba oponiendo
resistencia la putita de Gabriela, además que ella misma le
estaba prácticamente diciendo que le encantaba que él se
la culiara, sabía que ya en poco rato su verga estaría metida
adentro de ese cuerpo de Diosa.

El viejo se paró y con decisión se acercó a la rubia que muy


nerviosa miraba hacia fuera de la ventana, para ver que
nadie estuviera mirando lo que estaba sucediendo adentro
de la oficina, el viejo le dio un empujón hacia el rincón y la
puso contra la puerta y el muro,

--Aquí en esta esquina nadie nos vera culoncita rica, vamos


dale unos besitos a papi, le decía a la vez que buscaba esos
sabrosos labios color carmesí que tantas veces ya le habían
chupado la verga…

--Está bien…, le dijo la casada, pero solo será un besooo…y


como amigos…!!Me lo prometeeee?, le consultaba la rubia
con su respiración totalmente agitada,

--Si!, solo será un besito…jejeje y como buenos amigos que


somos…
Gabriela lo vio sonriéndole burlonamente muy cerca de su
cara, su aliento a cerveza y a boca sin asear la tenían casi
enloquecida sumado a las ordinarieces con que este la
trataba.

Don Cipriano la tomo por la esbeltez de su cintura y la


atrajo contra su pecho con fuerzas, arrancándole un gemido
con su poderío, ambos se miraban con deseo, la casada fue
subiendo sus manitas por la sebienta camiseta del vejete
hasta pasar sus delineados brazos por detrás de la cabeza
de su macho, y casi en cámara lenta ambos fueron abriendo
sus bocas para juntarlas y fusionarlas en un salivoso y
lingüístico beso, que más parecía que se estuvieran
comiendo en vez de besando.(Les pregunto yo a ustedes
¿eso era un beso de amigos?).

La pareja de amantes no paraba de besarse detrás de la


puerta de la oficina del Pie Grande, a los tres minutos de
ardiente besuqueo, don Cipriano ya le había subido el
vestido a Gabriela hasta la altura de su cintura, recorría con
sus dos manos las suaves y duras nalgas de la mujer, la
casada por su parte solo se dejaba a que el mecánico tocara
todo lo que quisiera, el viejo ya queriendo pasar a otra
etapa en aquella excitante situación, metió su tiesa mano
manchada con grasas por debajo de la pequeña pantaletas
de la rubia, sintiendo en sus dedos la máxima sedosidad de
los pelitos de su zorrita, Gabriela solo gemía…

--Nooooo…por favooorrr…Don
Ciprianoooo…aquiiii…noooooo!

--Estas exquisita pendejaaaa!! Dejame meterte la verga…le


solicitaba el vejete sin dejar de masturbarla, para que la
casada capitulara y de una buena vez se le entregara como
a él le gustaba…

--Es que… podría venir alguien…y nos podrían pillarrrrr…,


decía Gaby entre gemidos y con sus ojos cerrados…

El viejo a sabiendas que ya casi la tenía lista, de un solo


zarpazo le arranco sus pantaletas, dejándola desprotegida…
le encantaba mandar de regreso a su casa sin sus calzones
tal como lo había hecho en otras ocasiones.

Gabriela solo esperaba que el vejete desenfundara su


armamento y se la metiera de un puro envión, tal como a
ella le gustaba, y cuando el mecánico comenzaba a bajarse
el overol para hacer lo que tenía que hacer, escucharon
claramente como alguien tocaba la puerta.

Gabriela cayo en pánico y que haría ahora si fuese la esposa


de don Cipriano, el escandalo seria con letras mayúsculas,
se recompuso el vestido rápidamente y tomo su cartera
como si estuviese buscando algún documento, el viejo por
su parte no tuvo tanto trabajo ya que no había alcanzado a
desenfundar…

--Quiennn?, grito don Cipriano…

--Soy yo! María!!…El viejo le abrió la puerta a su sobrina ya


que sabía y tenía motivos contundentes para contar con su
confianza,

La chica que no era desconfiada ni mal pensada debido a su


juventud había venido a avisar que ya estaban en la hora
del almuerzo.
--Tío me voy al hospital a acompañar a Francisco, ya todos
los mecánicos se fueron a merendar, así que no queda
nadie y el chango aun no llega con los repuestos, necesito
que me adelante algo de dinero…

--Ese bueno para nada!..., de seguro que se fue a pasear


chamacas colegialas con la grúa, debería despedirlo!, es un
inútil!!, se lamentaba don Cipriano a la vez que buscaba
dinero en uno de los cajones para pasarle a su sobrina…

María noto algo raro en el ambiente, pero al mirar a


Gabriela y darse cuenta que ella estaba de pie y como
aprontándose para ya retirarse se calmó, además que le
hiso señas si todo andaba bien, por lo cual Gaby le asintió
que si…que todo estaba bien, luego María tomo el dinero y
sin más se marchó.

Una vez ya solos en la oficina el viejo no perdió el tiempo


para volver al ataque,

--Ahora si ricura, por fin nos quedamos solitos, jjajaja tal


como tú lo querías, así que ahora sí que me prestaras tu
zorra como a mí me gusta lindura, jajaja, diciendo esto
último el mecánico se bajó el overol quedándose solamente
con su inmunda camiseta, la verga apareció tiesa, orgullosa
y bien parada, dando saltos como resorte, --Ahora culona a
chupar verga se ha dicho!!, tenemos una hora con treinta
minutos, antes que lleguen los viejos a trabajar.

La casada se dio a estudiarle la verga por unos momentos,


ahí la tenía tal como ella la recordaba: grande, venosa y
gorda, la veía hermosa y reluciente, la imaginaba como la
verga de un caballo, esto le recordó que en sus juegos ella
la hacía de yegua, por lo tanto asumió al instante su
condición ante su potro.

Sin esperar más y sabiendo que ahora estaban solos en el


taller se arrodillo ante su macho, no pensaba en acostarse
nuevamente con el vejete, menos en el taller, pero sentía un
hambre de verga como nunca antes había experimentado,
total solo sería una mamada pensaba, y ya no teniendo
ningún tipo de obstáculo de por medio se la agarro con
ambas manos para comenzar a recorrerla y sentirla, hasta
que ya no aguantando más y queriendo saciar de una
buena vez por todas su tremadas ganas de chuparle el pico,
abrió su boquita lo que más pudo y se la engullo casi en su
totalidad, manteniéndola por el más tiempo posible dentro
de su boca, la sentía que esta pulsaba, su sabor salado que
tanto le gustaba no tenían nada que ver con la tímida
verguita de Cesar, ya que solo hace unos días se la había
chupado a su marido, por lo tanto tenía que hacer sus
comparaciones, lentamente comenzó a mover su cabeza de
atrás y hacia adelante , sabía que así haría disfrutar a don
Cipriano, deseaba que el también sintiera rico.

A los pocos minutos ya se la estaba chupando como una


verdadera enajenada, se la mamaba de manera
espectacular, la retenía por largos segundos hasta lo más
profundo de su garganta para luego ensalivarla, sacársela
de su boca y mirarla por algunos segundos, la lleno de
eróticos y húmedos besos desde el mismo glande, el tronco
y hasta los testículos que no conforme con besuquearlos
por todos lados se dio a propinarle unas exquisitas lamidas
que dejaron a don Cipriano viendo las estrellas.
Al cabo de unos 10 minutos de saborear verga, Gabriela
lentamente se fue poniendo de pie para abrazarse a don
Cipriano, por alguna extraña razón no le soltaba la verga ni
por un segundo, el vejete que ya quería darle ruda batalla a
esa hembra pecaminosa y necesitada de verga, le solicito…

--Vamos pendeja… Ya no te hagas…que tal si nos vamos a


la otra habitación y nos acostamos, tenemos un poco más
de una para dedicarnos a culiar…te gustaría ricura?... Oh por
Dios!! Que rico que me pajeas la verga putaaa!!!

--Solo si me contesta una pregunta…pero quiero la verdad!,


le decía la casada que ya su zorra estaba que se reventaba
por las seguidas punzadas que sentía al saberse de estar al
borde a que se la metieran, pero ella también tenía
orgullo…

--Dime… pendeja… que quieres saber!?

--Eso que dijo Usted allá afuera…de verdad que yo soy la


primeraaa?…la numero unooo?…

--Si mamasotaaaaa tu eres mi putaaa número 1!!, de verdad


que es a ti a la que más le deseo meter la verga en este
mundo…

--Pues si es así le dejare que me lo haga…pero solo un


ratito…y como a…migos!, la rubia sabía que lo que estaba
diciendo eran puras pendejadas, el caso era que ella ya se
sentía caliente…muy caliente!!

Ambos amantes caminaron como desesperados a la otra


oficina del taller, aquella que en su interior había una cama,
en la misma que solo hace un tiempo el hermano de don
Cipriano se había violado a Evelin.
Al ingresar a la otra oficina la casada noto el profundo olor
a encierro como así mismo recordó la misma hediondez de
cuando el mecánico la hiso debutar por el culo, el calor
adentro de la habitación era tremenda y sofocante,
iluminada claramente por unos tremendos tragaluces que
había en el techo, fue Gabriela quien se sacó el vestido con
auténtica ansiedad de sentirse ensartada por el vejete lo
más pronto posible, verdaderamente así lo necesitaba, se
retiró el brassier dejando su tetas totalmente liberadas y a la
vista de su macho este no dejaba de olerles las pantaletas,
ese olor a hembra lo enloquecían.

La casada una vez descalza y totalmente desnuda se echó


de espaldas en la cama y abrió sus muslos formando una
exquisita V, el viejo que veía a plena luz del día aquel
portentoso cuerpo de mujer bien manufacturada, se atrevió
a realizarle una petición,

--jejejeje, yo se lo desesperada que estas porque te metan


una verga, pero quería pedirte un favor putita, la rubia lo
miraba expectante, --Porque no te masturbas un ratito solo
para mi pendeja, debes verte exquisita pajeandote tu solita,
vamos perrita haceme ese favor, jejeje…

Con solo escuchar la insólita solicitud que le hacia el


despreciable y burlón mecánico, la vagina de Gabriela se
fue humedeciendo al mismo compas en que fluían las
palabras del vejete, la perversión se apodero de la mente de
la casada, cerrando sus ojos llevo su mano al centro
neurálgico de su vagina, don Cipriano quería que ella se
masturbara para él, y ella lo complacería.

Lentamente comenzó a mover sus dedos de la mano


derecha en círculos, aplicándose justo al medio de su monte
escasamente jaspeado con bellitos dorados y crespos, el
hecho de saberse estar masturbándose por primera vez
delante de un hombre para pleno gozo de él, hacían que su
calentura se triplicara a mil por hora, luego comenzó a
realizar combinaciones masturbatorias metiéndose hasta
dos de sus dedos bien adentro de su lubricada abertura
intima que ya expulsaba vistosas cantidades de jugos
vaginales, con su otra mano se apretaba una teta y luego la
otra, el viejo Cipriano que se pajeaba de pie y a solo
centímetros del cuerpo de Gabriela, se sentía estar en el
mismísimo infierno con esa demonia desnuda y perversa
pajeandose la concha ante su caliente mirada, que lo
complacía con creces ante su descarada solicitud.

La casada con sus ojos puestos fijamente en alguna parte


del techo, solo se dedicaba a gemir con la cara de ser una
autentica degenerada, sus dedos se movían cada vez más
rápido, su cintura subía y bajaba haciendo ondulaciones
como si verdaderamente se la estuvieran culiando, la
hembra ni ella misma se la podía creer del inmenso placer
que estaba sintiendo, sus fluidos íntimos ya chorreaban la
cama y habían mojado el mugriento colchón en donde
estaba tirada masturbándose, su cintura bailaba al ritmo de
la culiada que ella se imaginaba que le estaba pegando don
Cipriano, hasta que sus neuronas no pudieron con tanto
placer, el clímax llego, su cuerpo se paralizo y luego de un
par de segundos sintió que su cuerpo estallaba, un
ahogado grito de éxtasis se sintió en aquella indecorosa
habitación, la casada estaba siendo asaltada por una oleada
de continuos orgasmos que la hacían encabritar sus piernas
juntándolas y abriéndolas como queriendo atrapar algo con
su vagina, una viciosa y envilecida sonrisa de perra caliente
se apodero de su rictus, quedándose respirando
agitadamente y con sus muslos totalmente ofrecidos para
quien quisiera, y ese quien era una solo, el afortunado viejo
de don Cipriano.

El viejo ni tonto ni perezoso se subió rápidamente a la cama


para aprovechar de darle una probadita a la jugosa ranura
intima de Gabriela, metió su cabeza entre los muslos de su
mujer y se dio a sorber todos los jugos que aun abundaban
en la rubia panocha,

--Srrrrppppchttsss…!! Srrrrppppchttsssssss…!!!, se escuchaba


ante los sonoros lametazos que le estaba pegando justo al
medio de la zorra, probándola…lamiéndola…comiéndosela
literalmente, --Srrrpppss…que rica conchita que te gastas
putita…srrrpppsss….tan suavecitaaaaa… Srpsssschtss…tan
rosaditaaa…srrrpsssss!! Tan rubiecitaaaaaa!!!! Srrrrpsssssst,
ahora te haré sentir todos los placeres que tu endiablado
cuerpo se merece ricura…Srpsssss…le decía sin poder parar
de lamerle la concha…

Gabriela a estas alturas ya había comenzado nuevamente a


menear sus caderas, el catre en el que estaban acostados
rechinaba por cada mínimo movimiento que ellos hacían,
hasta que don Cipriano determino que ya era hora de
hacerla nuevamente suya,

--Ahora si mamasota prepárate a gozar como una


verdadera puta caliente jajaja!!, te la voy a clavar como
nunca antes lo había hecho en señal de nuestra amistad
putita, jajaja!! Le decía mientras se acomodaba encima de
su cuerpo, la casada quien solo lo escuchaba
ardorosamente solo esperaba que el vejete pusiera en
acción sus palabras, don Cipriano seguía con sus peladeces,
--Vas a pedir más y más verga… la tendré bien parada solo
para ti putita… que después de la follada que te voy a pegar
no te podrás resistir a volver a tocarlo y chuparlo , lo
cabalgaras como una verdadera yegüita en estado de
calentura, jajaja!!, don Cipriano tomo su verga con su mano
para ubicarla justo a la entrada de la vagina de Gaby, el
amoratado y aceitoso glande ya rosaba los tiernos labios de
la rubia, hasta que el viejo le dio conocimiento,--Ahí te voy
pendeja aguantaloooo, tomando fuerzas y concentrándose
para la irrupción se la enterró, --Tomaaaaaaaa!!!

Gabriela sentía como su verga se abría camino en ella, hasta


sentirla enterrada hasta la mitad por lo menos, el viejo con
otro solido empujón se la termino de meter entera,
arrancándole un fuerte y gutural grito de placer, que si
alguien hubiera escuchado la magnitud de semejante grito
hasta le hubiera dado miedo.

--AHHHHHHHHHHHHHHHHHH!!!!!!!!!!!!!, fue el grito de la


hembra que una vez supero la emocionante clavada, fueron
reemplazados por otros que poco a poco fueron bajando
de volumen, pero si notoriamente morbosos, debido al
nivel en que estaba sintiendo la hembra, --
Ahhhhhhh…..Ahhhh…ahhh!

--Ohhhhh que rico es tenértela toda metida pendejaaaa


arrrghhhh!! Gruñía el vejete con auténtica calentura…

--Siiii Donnnn!! La siento muy ricaaaaa!! Déjemela


adentro…! Déjemela adentro!! bien adentro… solo un ratito
para sentirlaaaaa…!!, la extrañaba tantoooo!!, le suplicaba la
rubia con sus ojos cerrados sintiendo a plenitud el grueso
palo caliente que le habían metido…
--Siéntela yegua de mierdaaaa!! Bufaba el mecánico
montado encima del cuerpo de Gabriela, --Es toda tuyaaaa
ahí la tienes, eso es lo que querías, viniste por verga y verga
tendrassss, no es si putitaaaa, jajajaja!!

--Siiiiiiiiiiiii yo vine por vergaaaaa!! Yo vine por su


vergaaaaaa!! Le suspiraba la hembra quien se mantenía con
sus bellos muslos doblados y bien abiertos, para comodidad
del vejete, abrazándolo por sus anchas espaldas, sus
manitas no lograban abarcarlo por completo debido a la
gordura del este…

Don Cipriano comenzó a moverse lentamente, intentaba


revolver con su verga todo lo que la rubia tuviera en su
estómago, tenía que disfrutar a plenitud a la casada.
Gabriela por su parte solo se daba a sentir y disfrutar de esa
verga que tanto había estado deseando, el viejo la tenía sin
aliento, los empujones que le daba el mecánico cada vez se
ponían más firmes y recios, y a ella le encantaban.

15 minutos llevaban culiando en esa posición, en donde


don Cipriano metía, empujaba, aserruchaba y empelía
contra el acalorado y bien formado cuerpo de la rubia que
resistía estoicamente a los violentos embates al cual estaba
siendo sometido.

--Te gusta pendejaaaaa!!, le consultaba el viejo entre jadeos


y apuntaladas..

--Siiiiii…la tiene tan grandeeeeee…Ahhhh!!...tan


ricaaaaaaa…siga moviendoseee Donnnn…máteme con su
vergaaaaa…pero no pareee…
--Jajajaja!! Que putonaaaaaa que es Usted señora Guillen,
pareciera que culea más rico como amiga que como
amante, jajaja!! Se reía el mecánico burlándose de la casada,
--Pero ahora quiero que te montes y me pegues una
cabalgada…

Entre los sonoros rechinidos del catre la pareja fue


cambiando de posición, el viejo se quedó de espaldas, Gaby
giro su cuerpo poniéndose también de espaldas contra el
pecho del mecánico, tomo con su mano la gruesa estaca en
la cual se pensaba ensartar ella sola, se tuvo que poner en
cuclillas para poder metérsela, el vejete estaba en el
mismísimo cielo mirando a centímetros el liso y suave culo
de de Gabriela, una vez ya ubicada apoyo sus palmas en el
pecho del hombre y sin tener nada mas que esperar fue
bajando sus caderas, comiéndose centímetro a centímetro
la gruesa tranca de carne que tan ricamente la culiaba.

Gabriela se veía exquisita moviendo sus ancas tal cual como


si estuviera galopando a un potro indomable, con sus
piernas enteramente abiertas e increíblemente el peso de su
cuerpo apoyado solo en los dedos de sus pies, sus rítmico
sube y baja de sus caderas no aminoraban al contrario este
iba cada vez en aumento, que buena que era para follar la
rubia por Dios!!

La escena y la follada eran entrañables, al viejo se le caían


las babas de estar siendo montado por tan notable pedazo
de hembra, había pasado sus manos por delante y le
agarraba las tetas, se las sobaba y apretaba fuertemente,
todo en aquella habitación olía a sexo y a cacha, los resortes
del catre aportaban con sus rítmicos y sonoros rechinidos…
El chango estaba estacionando la grúa justo a fuera del Pie
Grande, venía muy apurado con los encargos, de seguro
que se iba a ganar una regañada por parte de su jefe, busco
su llave para abrir el portón, una vez que ya entraba al taller
con las dos cajas con repuestos, se pudo percatar que ya
todos se habían ido a almorzar por lo tanto, pensó
rápidamente en donde podría dejar las cajas y que estas
quedaran seguras para que no se las fueran a robar, opto
por la oficina que estaba en desuso, como el joven
ayudante de mecánico venia apurado y acalorado para
alcanzar a ir a servirse algo de comer antes de comenzar la
segunda parte del día laboral, no puso atención a los
sonoros sonidos que venían de la misma oficina en donde
él pensaba dejar las cajas, con un punta pie abrió de golpe
la puerta de la oficina y alcanzo a entrar tres pasos hacia su
interior, la visión fue enajenante y a la vez paradisiaca para
el pobre muchacho…

(1 minuto antes)

Gabriela seguía culiando rítmicamente con don Cipriano,


sus tetas subían y bajaban rápidamente al mismo compas
en que la rubia galopaba sobre la verga de su macho,
ninguno de los amantes deseaba parar con esa intensa
dosis de sexo que se estaban pegando, la casada se lo
seguía follando cada vez más rápido y ella sentía que su
vagina se abría cada vez más y más, esa gruesa tranca de
carne llena de rugosidades la iba a terminar por volverla
loca de calentura, pensaba que todo lo del viejo era
delicioso, su verga, su olor, su cuerpo, la lujuria estaba a
punto de tomar cabal posicionamiento de su mente cuando
de pronto vio como la puerta se abría abruptamente y
alguien entraba quedándose parado solo a un metro de
donde ella estaba culiando con don Cipriano…

--Pablo!!! Exclamo Gabriela quedando paralizada y expuesta


totalmente a la incrédula mirada del muchacho cuando se
pudo dar cuenta que el chango la había pillado culiando
con don Cipriano, la rubia tenía la verga del mecánico tan
metida en su interior que aunque hiso numerosos intentos
por desclavarse no lo pudo conseguir solo atino con una
mano a cubrir sus tetas y con la otra su coño ensartado,
Gaby estaba frente a frente con el chango…

El joven mecánico se quedó boquiabierto y sin habla, la


rubia estaba totalmente desnuda follando con su jefe, y con
todo su curvilíneo y potente cuerpo mojado por la evidente
transpiración, a pesar de su alelamiento sus ojos negros no
paraban de recorrer aquel endiablado e infartante cuerpazo
femenino y al desnudo, fueron como 10 segundos que la
pudo mirar a plenitud antes que la casada escasamente
pudiera cubrir algo de sus partes pudorosas, las cajas
fueron a dar al suelo…

Don Cipriano miraba burlonamente como su joven


ayudante estaba en estado de shock mirando la caliente
escena en donde el mantenía totalmente ensartada a
Gabriela, a su Gabriela!!…, y queriendo darle un pequeño
regalito a su aprendiz, tomo la mano de la rubia con la cual
esta intentaba cubrir su vagina, para hacer lo mismo con la
otra en que se tapaba las tetas, para que al joven no le
quedara ninguna duda de que él era el verdadero macho de
esa hembra, a la vez que le propina un empujón con fuerzas
levantando el cuerpo de la mujer, hasta que determino que
con eso era suficiente…
--Y que haces ahí pedazo de idiota… no te das cuenta que
estoy ocupado con mi mujer!? O acaso en este taller ahora
uno ya no puede tener un poco de intimidad!!!, le gritaba a
la vez que movía su verga haciendo círculos de
adentramiento sobre el dorado pubis de Gaby…

--Disculpe je..feee…yo so…lo…, el chango aunque él quería


que Gabriela no tuviera una mala imagen de su persona no
podía quitar sus ojos de su dorado coño…

--Largo de aquí peludo de mierdaaaa!! o acaso aun no te


das cuenta que estábamos ocupados…vamos fueraaaaa!!!! Y
vigila que nadie se acerque hasta que yo te avise, me
escuchaste pendejooo!! Que nadie entre al taller mira que
aún tenemos para rato aquí adentro…jajaja!!!

Una vez que el chango salió y cerró la puerta de la oficina


de su jefe, se quedó estupefacto con lo que acababa de
contemplar… era verdad!!, su jefe nunca le había mentido,
Gabriela se acostaba con él y por las buenas!!, estaba en
estos planteamientos cuando escasamente escucho que el
mecánico con la rubia hablaban de algo, pero no alcanzaba
a escuchar que era lo que se decían para luego oír
claramente los sonidos que hacia la cama, eran los mismos
sonidos que él sabía que hacían los catres cuando un
hombre y una mujer mantenían relaciones sexuales sobre
este…noto que los sonidos iban en aumento.

En eso estaba cuando sintió que alguien intentaba abrir la


puerta del taller, miro la hora, aún faltaban como 40
minutos para que empezaran a llegar los viejos del turno de
la tarde, corrió al portón para ver quién podría ser, era
María…
--Ufffff…. chango, por fin llegaste mi tío debe estar enojado,
dijo que te estabas demorando mucho con los repuestos…,
la joven se dio cuenta que a su amigo algo grave le pasaba,
--Y qué te pasa a ti que tienes cara de idiota!?, le pregunto
María al chango al notar que a lo mejor el joven no se
sentía bien…

--Es que allá adentro esta la señora… la que parece


modelo…, la que tiene un hijo…pudo decirle al fin a María…

--Ahhh…claro yo también vi a Gabriela, y que hay con eso…

--Es que están en la oficina…

--Pus tu sí que eres tonto…yo también los vi en la oficina…al


parecer son amigos, y además que Gabr…

--Están en la otra oficina!...en la de la cama!!...están


acostados!!!, le dijo el chango al fin para que ella entendiera
de una buena vez…

María se quedó sin habla, y luego de unos segundos, solo


pudo decir…

--No te creo!!

--De verdad!. El chango mirando en todas direcciones, cerro


con llave la puerta chica del taller y le hiso señales a María
para que lo acompañara, ambos caminaron como
maleantes para ir acercándose a la oficina en donde el tío
de la muchacha estaba acostado con Gabriela, María aun
incrédula pensaba que Pablo le estaba jugando otra de sus
bromas, pero cuando estuvieron en la misma puerta de la
seudo oficina, con expectación escucho los inconfundibles
sonidos de la cama ya descritos, sumados a los fuertes
gemidos de placer que emitía Gabriela, la joven solo atino a
taparse la boca con sus manos y quedar mirando al chango
que aun la miraba con cara de asustado…

--Y como te diste cuenta, le pregunto María casi en


susurros…

--Yo los vi…estaban acostados desnudos y mi jefe me


mando a vigilar a que nadie se acercara hasta que el
estuviera desocupado…

--Dejaste bien cerrado el portón de allá afuera?, le pregunta


la chica a su amigo, el chango le asintió moviendo su
cabeza en señal afirmativa…--Bien sígueme…

Los jóvenes ingresaron al taller, el chango no entendía muy


bien para donde lo llevaba la sobrina de su jefe,

--Para dónde vamos?, se atrevió de pronto a preguntarle…

--Cállate que nos pueden escuchar!, iremos a mirar…

--Pero y por dónde?...

--Tu solo sígueme…quieres mirar o no?

El chango asintió nuevamente, ahora con más cara de


angustia que antes…

María lo hiso rodear todo el espacioso taller hasta que


llegaron a la parte posterior de la oficina, la chica con
mucho cuidado corrió unos paneles de madera que se
apoyaban en la pared, y en donde habían notorias
perforaciones que permitían mirar con toda comodidad a
quien quisiera ver lo que estaba sucediendo al interior de
aquella sucia habitación.
La joven sobrina sabía muy bien de estas perforaciones ya
que ella misma las había cubierto para no ser descubierta
por algún metiche, en una ocasión en que ella misma había
debutado con su tío por un poco de dinero, claro que
mucho más de lo que le pagaban por trabajar de edecán en
el pie grande, este era un secreto solo entre su tío y ella.

Ambos jóvenes se inclinaron posando sus ojos en las


aberturas del muro en donde pudieron mirar casi en
primera fila la potente cacha que se estaban pegando al
interior de esta la casada con el mecánico.

(15 minutos antes)

Gabriela muerta por la vergüenza tapaba sus tetas y su


vagina para que Pablo no la viera, en eso sintió la
aguardentosa voz de don Cipriano quien a la vez con
fuerzas la tomo de sus manos haciendo que ella se
exhibiera en toda desnudez y crudeza ante los sorprendidos
ojos de un muchacho de 18 años, a la vez que la punteaba
firme y en forma exquisita, sentía la imperiosa necesidad de
ella también seguir moviéndose, pero le daba pena estar en
esas condiciones siendo observada por el ayudante de su
Don.

En cuanto el chango por fin se retiró de la habitación y


cerró la puerta por fuera, la casada volteo como pudo para
mirar al vejete en donde casi le rogo que ya terminaran,

--Don Cipriano, esto se nos salió de las manos, creo que me


tengo que ir…

--Tú no te vas de aquí lindura…aún nos falta otro


poquito…jajaja!!!
--Pero Pablo nos acaba de sorprender haciéndolo!!…

--No te preocupes por eso putita, yo me encargo de ese


bueno para nada para que no vaya a andar por ahí abriendo
la bocota y contándole mentiras a la gente…

Gabriela inconscientemente y por instinto hablaba con el


vejete meneando su cintura suavemente y en forma
exquisita…--Además que no te diste cuenta con la cara de
baboso y caliente que te miraba?, jajaja de seguro que
ahora se está pajeando en el baño y a tu nombre, jajaja…

La respiración de la casada iba en aumento con el solo


hecho de estar imaginando lo que el vejete le decía, a la vez
que pensaba si sería cierto eso que le decía su macho, el
muchacho se habría excitado mirándola desnuda?…

--Usted cree?, le contesto la rubia a la vez que comenzaba a


aumentar la velocidad de sus meneos…

--Si mamita, entiende que eres toda una Diosa y deben


haber muchos que te quieren meter la verga incluyendo al
peludo de la gran puta de allá afuera, jajaja!! Pero solo eres
mía…me escuchaste miaaaaa!!, le dijo a la vez que le
ensartaba la verga aún más adentro de lo que ya se la tenía
metida…

Gabriela se la desclavo rápidamente para luego girar su


cuerpo y quedar montada sobre la pansa peluda de don
Cipriano, nuevamente tomo la herramienta carnal de su
macho y ella misma se la apuntalo en el coño para ir
clavándosela hasta la misma altura de su cintura, moviendo
circularmente su pelvis, frotándola can la mata de pelos
negros del vejete, intento ordenar sus rubios cabellos, lo
hacía sin despegar su azulada mirada de la caliente y
burlona risa del mecánico.

El viejo la tenía bien agarrada de sus caderas como si el


mismo estuviera dirigiendo los movimientos circulares que
hacia su hembra. La casada lentamente fue bajando su
cuerpo para posar y aplastar sus duras tetas sobre el peludo
y grasiento pecho canoso de su macho, con sus delicados
dedos y uñas se dio a acariciarle la cara mientras ella se
movía exquisitamente sobre su apéndice vergal, para luego
perder sus manos entre los desmadejados y tiesos pelos
canosos de su cabeza, para ser ella quien comenzaba a
besarlo apasionadamente.

La rubia se culiaba a don Cipriano en forma exquisitamente


caliente, ya no le importaba que el chango los hubiera
sorprendido teniendo relaciones sexuales, tampoco se
acordaba de su hijo y menos de su marido, lo único que le
importaba en esos momentos eran ella, el mecánico y la
vieja cama en la cual se estaban apareando.

Gabriela estaba perdida en los mares de la lujuria, para ella


lo vivido recientemente era lo más exitante que le había
pasado en su vida, que la pillaran culiando al interior de un
taller mecánico, sobrepasaban todos los límites de su
impetuosa morbosidad, y que más encima su propio
amante la hubiera exhibido y dado fe a ella misma que
habían muchos hombres desesperados por meterle la verga
casi la noquearon, pero ella de su Don… solo de su Don, por
lo que comenzó a premiarlo con los mejores movimientos
que le permitiría su cuerpo.

La follada era bestial, la rubia se movía como endemoniada


pelándose la zorra en la verga del mecánico, este por su
parte empujaba sin compasión alguna, intentando matarla a
vergazo limpio, succionándole las tetas, chupándoselas y
mordiéndoselas, la base de la verga y sus testículos
impactaban fuertemente contra la rubia hendidura de la
casada, mientras la cara de esta eran de erótico sufrimiento,
a estas alturas el chango con María ya estaban ubicados en
la estratégica posición mirando todo lo que estaba
sucediendo en la oficina-habitación en donde se estaban
culiando a Gabriela.

Entre los bruscos movimientos de acople y los acuosos


chapoteos de vagina y verga, poco apoco los gemidos de
disfrute sexual de la rubia se fueron transformando en
desesperados gritos de auténtico y genuino placer, la
casada gritaba más y más fuerte, se afianzaba fuertemente a
los hombros de don Cipriano, mientras su glorioso culazo,
sus caderas y su cintura no paraban de subir y bajar
rítmicamente de la sabrosa estaca de carne que también le
enterraban.

El chango y María no lo podían creer, quien lo hubiera


pensado de Gabriela se comentaban en voz baja y al oído,
el chango a estas alturas se frotaba disimuladamente la
verga por encima del pantalón, intentando que María no se
percatara de ello, y por su parte la joven tampoco se
quedaba atrás ya que desde el minuto que se pusieron a
observar continuamente juntaba una pierna con la otra
frotándolas, para luego de un momento cambiar
nuevamente de muslo e intentar oprimir su cosita que
desde hace rato ya estaba sintiendo muy rico,
inconscientemente María se estaba sobando una de sus
piernas.
Mientras en la habitación Gabriela ya estaba casi llegando al
momento de la gloria, de un momento a otro la casada se
quedó casi paralizada, con sus ojos cerrados y con su
boquita abierta, como si realmente estuviese jugando a los
encantados. Copiosas cantidades de saliva caían de su boca
y mojaban la cara de don Cipriano que este junto con
taladrarle el coño hasta mas no poder abría su boca
intentado atrapar todo lo que su Gaby le dejaba caer desde
su cavidad oral estando ella ajena a esta situación, de
pronto sintió que iba a explotar junto a aquella verga que le
quemaba su estómago, y para animar aún más a su
hombre, se dispuso a alentarlo a gritos,

--Así mi macanicoooo!, follemeeee firmeeee... rómpeme la


zorraaaaa a vergazo limpiooo!!... por favor culieme más
fuerteeeee!! Ohhhh Donnnnnnn!!! ricoooooooo..!!! Era lo
que gritaba Gabriela, --Hágame su putaaaaaa...su
mujer...acuérdese que soy su yeguaaaaaa...!!!

El viejo seguía metiendo con fuerza y la besaba en el cuello


y en las tetas, con uno de sus dedos le perforaba el
apretado orificio de su culo, haciendo con esto que Gabriela
viera las estrellas, todo era tan rico para la casada, esa
sensación de sus dedos en su orto le hacían delirar y a la
vez relinchar de placer y cuando sentido otro de los dedos
del viejo dentro del culo, ya no pudo contenerse y se vino a
chorros para pleno disfrute del mecánico y de los dos
mirones que también ya estaban más que calientes,

--Ya!...ya!!...yaaaa!!! me..vengooooo!!...me vengooooooo!!!


Donnnnnn...me vaceo por la zorraaaaa don
Ciprianoooooo!!!!, le gritaba casi en las mismas narices del
vejete, succionándole y bañándole la verga con sus
orgasmosos meados que le soltaba por el coño,
moviéndose, exprimiéndosela, dejándose caer y hacer
profundos círculos con su pelvis, el vejete ya no aguantando
más le mando un tremendo y largo chorro de caliente
semen muy profundamente en su útero, para luego
desclavarla y rápidamente pararse de la cama y buscar con
su verga la boca de Gabriela, para darle de beber de su
prolífica simiente.

--OHHhhh mamasotaaaaa me corroooooooo…me estoy


viniendo en tu tajooooooo!!!, fue lo primero que berrincho
el vejete cuando le mando el primer guaracazo dentro de su
vagina, para luego ir en busca de la lengua de Gabriela.

La casada que aún se estaba orgasmeando vio que la verga


venia en dirección a su boca, por lo que la abrió lo que más
pudo, pero el vejete no aguantando las deliciosas
pulsaciones de su verga, escupió desde esta misma una
segunda descarga de espermios tan potente y cuantiosa
como la primera que fue a impactar impecablemente
dentro de un azul ojo de la rubia que en ese momento lo
tenía abierto, la gruesa y espesa capa de caliente semen le
borro la visión a la pobre de Gaby que en esos momentos
lo único que quería en su vida era tragarse todo lo que
pudiera salir de esa descomunal verga que tantas gratas
satisfacciones le regalaba a su cuerpo, otros 5 disparos de
caliente y espeso semen dieron satisfactoriamente dentro
de su boca y que fue a parar a su estómago, y otros pocos
chorrearon su cara y una buena parte de este en sus
dorados cabellos.

Todo ya había pasado Gabriela una vez más había sido de


don Cipriano, el viejo se echó al lado del cuerpo desnudo
de la rubia que aún se encontraba con toda su cara
moqueada con los espermios del viejo, estaba rendida e
inmóvil, su plano vientre subía y bajaba lentamente en señal
de deleitoso reposo, el semen que cubrió su ojo derecho
lentamente había sido absorbido por la cavidad ocular de la
rubia, como si este fueran gotitas oftalmológicas, la casada
lo sentía al interior de sus fosas nasales como bajaba
lentamente hasta llegar a su garganta para finalmente ella
tragárselo.

Don Cipriano no hayo mejor cosa que recoger el mismo


vestido de Gabriela y proceder a limpiarle la cara con este
mismo, después de dejarla un poco más limpita también se
limpió la verga con este mismo y sin más lo arrojó al suelo,
hacia cualquier parte, a Gaby le daba lo mismo.

El chango con María salieron silenciosamente de su


escondite, aún estaban en estado de impactante calentura
por lo que habían visto, y aun así estaban sorprendidos,
nunca en su vida se imaginaron que Gabriela se acostaba
por las buenas con don Cipriano, María le hiso jurar al
chango que lo que habían visto no debía divulgarlo con
nadie, y juntos se fueron hacia la entrada del taller a esperar
a que el tío de la muchacha les avisara que ya podían abrir
el taller.

Nuevamente Gabriela estaba desnuda abrazada al obeso


cuerpo del mecánico jugando con los canosos pelos del
pecho del vejete, se sentía en paz con ella misma, don
Cipriano por su parte la tenía bien abrazada, para que ella
sintiera que solo le pertenecía a él y a nadie más…
--Aun quiere terminar su relación conmigo?, le consulto la
rubia a su hombre con una voz quedita, como si de verdad
ella lamentara el tener que separase de el…

--No seas estúpida Gabriela…ya te dije que tú me


perteneces, lo que pasa es que de pronto tu eres la culpable
de que te diga tanta mamada…

--Es mucho el dinero que debe…?

El viejo tomando un poco de aire, solo le dijo…

--Si lindura es demasiado por eso me vi en la necesidad de


abuenarme con…mi esposa…necesitaba recuperar el
taller…--Pero no me gusta que preguntes tanta pendejada!!,
yo se arreglar mis asuntos, le decía con cara de enojado un
jadeante y todo traspirado Cipriano a su hembra…

Gabriela se quedó en silencio por unos segundos, hasta que


se la soltó,

--Yo podría prestarle el dinero…para que salga de sus


apuros…

El viejo que no creyó lo que sus oídos estaban escuchando


se atrevió a preguntar..

--Pero que burrada me estás diciendo pendeja si la


cantidad que debo es mucha, ni siquiera podría pagarlo con
un préstamo en un banco si es eso lo que estás pensando…

--Vera Don!…escúcheme!…con mi marido llevamos años


juntando dinero en el banco para comprar una casa en un
barrio acomodado…el asunto es que justo cuando nos
disponíamos a comprar la propiedad, yo me retire de mi
trabajo por lo tanto decidimos aplazar la fecha de la
compra…ese dinero yo se lo podría prestar, luego veremos
cómo me lo paga, puede ser en cuotas, hasta que Ud. se
estabilice en el taller…claro…si es que quiere…

--Pero mira que me sorprendes con tus salidas nalgonaaaa,


jajajaja!!! Claro que acepto tu ofrecimiento, jajajaja!!! Eres
toda una hembra ayudando a su macho y de cuanto
estaríamos hablando…

Cuando Gaby le dijo el monto del dinero que ella con Cesar
llevaban desde años ahorrando para el sueño de la casa
propia el viejo casi se puso a vomitar, era el triple de lo que
él le debía a Felipe, ósea con esto todos sus problemas se
acaban. Si hubiese sido solo hace algún tiempo, lo más
seguro era que don Cipriano se hubiera aprovechado de la
situación, pero algo también el sentía por la rubia, sabía que
no era una mujer cualquiera, por lo que quiso hacer un
poquito más decente con el tema del préstamo…

--Pero estas segura Culona?...y que te dirá el maricon de tu


marido si se llega a dar cuenta…

--No lo hará!…soy yo la que siempre he llevado las cuentas


de la casa, además que el dinero está en una cuenta a mi
nombre… y puedo dilatar el asunto de mi trabajo, asi
ganaríamos tiempo…no cree?, le dijo por último y
mirándolo a sus negros ojos, el vejete noto que el ojo
derecho de Gabriela se había achicado y sus pupilas se
habían enrojecido, producto de la cuantiosa cantidad de
semen absorbido por este, la tomo con ambas manos de su
carita y fue acercando su bocota sacando su gruesa lengua
para comenzar a besarla asquerosamente, Gabriela creyó
morir de amor.
El viejo fue el primero en salir de la “oficina”, miro que el
chango con María estaban apostados a la entrada del pie
grande, ya eran las tres de la tarde y los 5 mecánicos con
los 7 ayudantes que trabajaban para don Cipriano,
esperaban a que les abrieran para entrar a continuar con
sus labores, el portón tenia gruesos latones así que los que
estaban afuera no podrían ver salir a Gaby de la oficina,
pero si lo harían el chango con María,

--Ahora puedes salir nalgona no hay nadie mirando,


jajajaja!!!

Gabriela con su ojo enrojecido y achicado, salió de la


habitación confiada cuando don Cipriano le dio la señal,
pero creyó morirse de vergüenza cuando vio que a solo
unos metros estaban María y el chango observando como
ella salía de una oficina que en su interior solo había una
cama, rápidamente se volteo hacia el mecánico,

--Usted me dijo que no había nadie, y ahí están Pablo con


María, le dijo con voz temblorosa…

--Jajajaja!!! No te preocupes culona, ellos son de mi


confianza…

--Pero afuera hay gente… como podré salir sin que me


vean, decía Gabriela al asumir claramente que ya María y
sobre todo el chango ya sabían de su secreto…

--Lo haremos en un vehículo…yo hare como que lo estoy


sacando para probarlo y tú te agachas, jajaja!! Ves? Para
todo hay solución…--Tú!! Bueno para nada, ve a buscar las
llaves de la Ford Ranger… la sacare para probarla!!, le grito
al chango, a la vez que le hacía señas a María para que se
acercara, la rubia no sabía dónde meterse…

Una vez que María ya estuvo junto a ellos el vejete procedió


a seguir con sus instrucciones,

--Sobrina tú ya sabrás que no es conveniente que los


trabajadores vean a la señora salir conmigo después de
haber tenido cerrado el taller por más tiempo de lo debido,
ya que esos patanes podrían pensar mal y quizás qué clase
de estupidez podrían pensar… así que una vez que el
chango me traiga la llaves de la Ford tu abrirás el portón
para yo sacar a Gabriela agachada para que nadie la vea,
me entendiste?, María le asintió con una sonrisa de
complicidad a su tío, a la vez que buscaba la mirada de
Gabriela, pero esta solo miraba hacia cualquier parte, no
podía mirar a su amiga a los ojos, y menos con su ojo
enrojecido por el semen, o al menos por ahora.

Pero lo peor fue cuando el chango llego con las llaves de la


camioneta, Gabriela ya no aguantando más lo miro, y le
dedico una tímida sonrisa de culpabilidad.

Gabriela se despidió de su amiga con un tímido gesto de


adiós, mientras se subía a la camioneta.

--Y tu pendejo… lleva la camioneta de la señora a la plaza


que está a tres cuadras de aquí, le ordeno don Cipriano al
chango, que al instante se puso manos a la obra.

El viejo salió del taller con Gabriela agachada dentro de un


vehículo, cuando el vejete le dio la señal ella se pudo
levantar y en silencio llegaron hasta la plaza en donde había
quedado en acuerdo con el chango.
--Entonces reinita! para cuando me harás la transferencia
del dinero?, jajaja…

--Mi marido se ira a trabajar el jueves, estará 5 días


fuera…yo había pensado que a lo mejor y si Ud. quiere…se
podría ir a quedar conmigo unos días, ya que estaré solita
en casa, mi hijo también se va de paseo con su abuela…y así
podríamos aprovechar uno de esos días para ir a hacer el
trámite..

El viejo con todas las mamadas que le estaba proponiendo


la rubia nuevamente se le estaba parando la verga, le dieron
ganas de ponerle ahí mismo otra buena follada, en señal de
agradecimiento por todas las consideraciones que esta se
estaba tomando por él, pero no había tiempo…

--Estaré encantado de ir a acostarme contigo unos buenos


días ricura, entonces tú me llamas para ver a qué hora llego
el jueves?…

--No se preocupe que yo le llamare, pero igual si puede


envíeme algún mensajito para que estemos en contacto.
Los amantes se despidieron solo de palabra ya que el
chango esperaba a su jefe solo a unos cuantos metros.

Gabriela subía nerviosamente las escaleras de su edificio,


debía enfrentar a Cesar e inventarle cualquier cosas con
respecto a su terapia, le había dicho que solo sería un ratito
en la mañana y nuevamente se había perdido por casi todo
el día de la casa, sentía que su boca y aliento aun venían
pasados a verga, en sus desordenados cabellos rubios traía
vistosas greñas de semen seco, desde su vagina al aire
también chorreaban varias gotas de espermios que había
bajado desde su estómago, el vestido también lo traía todo
arrugado y tieso ya que con este mismo ella y don Cipriano
se habían limpiado sus exudaciones intimas, y para
rematarla su ojo venia aún más enrojecido y pequeño que
antes, pero en este momento todo lo anterior solo eran
detalles mínimos.

Cuando la rubia ingreso a su departamento se encontró con


el siguiente panorama: Cesar veía televisión como un
zombi, si bien ya estaba claro que algo extraño le ocurría a
su mujer, no pudo encontrar nada que la condenaran en
todos sus efectos personales, había revisado su notebook al
revés y al derecho, su ropa, todo y ni una pizca de algo
sospechoso, pero la demora en llegar al hogar lo tenían
muy molesto, Jacobo pintaba un libro de cuentos en su
habitación.

El marido al sentir la llegada de su mujer, sin ni siquiera


saludarla solo atinó a decir sin despegar la mirada de la tele,

--Porque te demoraste tanto en llegar Gabriela?…son casi


las 5 de la tarde y dijiste que solo sería un rato en la
mañana…

--Discúlpame Cesar pero no pude llamarte!, diciendo lo


último se encerró casi en el acto en el baño para que Cesar
no notara en las deplorables condiciones de presentación
en que venía llegando…

Cesar al ver que Gabriela muy suelta de cuerpo se había


encerrado en el baño, sin ni siquiera darle una explicación
por su tardanza callo en un histérico ataque de celos, ya
hacía tiempo que no le daba una escena a la rubia,
parándose del sillón se dirigió rápidamente a la puerta de
baño para gritarle todo lo que él pensaba,
--Si pero este último tiempo estas muy rara!!…yo te
pregunto algo y tú no siquiera te dignas a explicarme
nada!!…esto es extraño… muy extraño Gabriela!!! y creo que
ya estoy empezando a dudar sobre tus salidas al
médico…dijo esto último dándole un sonoro puñetazo a la
puerta del baño.

La rubia estaba muy nerviosa, no sabía que responderle a


Cesar mirándose al espejo noto el notorio enrojecimiento
de su ojo derecho, y algo se le vino a la mente tomo una
traba para el pelo y se despejo la cara para hacer más
notoria la hinchazón de su ojo.

Cesar vio como la puerta del baño se abría, ahora le diría


unas cuantas verdades más a su mujer para
desenmascararla de sus mentiras, pero cuando vio salir a
Gabriela y el notar el llamativo enrojecimiento en unos de
sus ojos las palabras que estaba punto de decir se las tuvo
que tragar…

--Así que mi marido tiene dudas sobre lo que yo hago


cuando no estoy en casa?,…pues escúchame bien chiquito…
primero deberías preguntar bien las cosas, efectivamente
me desocupe temprano de la terapia, pero cuando venía de
regreso sentí algo en mi ojo derecho, un ardor que nunca
antes había sentido, Gabriela decía esto porque
efectivamente cuando sintió el semen de don Cipriano
internarse al interior de su ojo sintió un ardor muy parecido
al dolor, luego continuo con las mentiras,--Y cuando me vi
en el espejo de la camioneta y supuse que era un derrame
ocular en el acto me fui a ver un médico…no te quise llamar
para no seguir dándote preocupaciones, y mira bien como
tengo la cara de hinchada, o me vas a decir que también te
lo estoy inventando?...por Dios… eres un desconsiderado!!.

La rubia camino aceleradamente a su habitación para que


Cesar no fuera a sentir el olor a verga en su aliento,
esperaba nerviosamente cual sería la reacción de Cesar ante
la sartada de embustes que había inventado casi en el
momento para salir del apuro…

Cesar se sintió como un idiota, si efectivamente en la


mañana no había encontrado nada en su búsqueda, con
esto Gabriela le demostraba que nuevamente él se había
equivocado, no tenía cara de ir a ver a su mujer,
nuevamente la había cagado, ahora sí que le iba a costar
trabajo de que su esposa lo perdonara.

--Cariño…por favor perdóname…de verdad que no fue mi


intención, suplicaba Cesar parado en el marco de la
habitación matrimonial…

--Cesar lo peor de todo esto es que no sientes ningún


respeto por tu hijo, que escucha todas las tonterías que me
dices…por favor déjame sola…me daré una ducha y luego lo
hablamos. La rubia hablaba como si verdad estuviese
enojada, por dentro estaba que se mataba de la risa al ver
que nuevamente embaucaba a Cesar…ahora lo único que
faltaba era esperar para que él se fuera a su trabajo y dejara
de molestarla.

El hombre camino hacia el living muy acongojado con la


misma cara que pone un niño cuando es reprendido por su
madre, se sentía como el rey de los estúpidos.
Gabriela ya estando desnuda y dándose una relajante ducha
con agua tibia no sintió cuando su marido entro al baño,

--Cesar que haces aquí…!!?, grito asustada y tapando su


cuerpo para que su propio marido no la viera desnuda, si
bien lo normal es que marido y mujer que por lo general
hay ocasiones en que ambos se ven desnudos, esto para
Gabriela a estas alturas era distinto, algo había cambiado
definitivamente en la rubia, el asunto era que si bien ella
aun quería a Cesar, su cariño era de otra índole, por ahora
él no tenía ese derecho de verla desnuda, tal como lo
habían hecho esa misma mañana y a su total antojo don
Cipriano, y hasta el chango que tuvo su pequeña parte.

--Mi vida es que necesito que me disculpes… me siento


muy apenado por lo que te dije hace poco…yo aquí
pensando tonterías…y tú en el medico y sola atendiendo tu
dolencia…

Gabriela como pudo tomo una toalla y cubrió su cuerpo,

--Está bien Cesar te disculpo pero por favor déjame


sola…no ves que estoy casi desnuda?, la rubia ya se estaba
enojando de verdad, al notar que el imprudente de Cesar
no abandonaba el baño…

--Está bien… está bien!! ya salgo…pero prométeme que lo


hablaremos…

--Prometido! pero por favor sal del baño ahora mismo…

Una vez que la rubia por fin se quedó nuevamente sola se


pudo tranquilizar, pensó en que en muchas ocasiones Cesar
su marido la había visto desnuda, y recién caía en cuenta
que no era normal que ella tuviera este tipo de reacciones,
debería tener más cuidado para la próxima, pero la verdad
era una sola, le molestaba que Cesar la viera sin ropa.

Gabriela hiso las paces con Cesar, lo mejor era llevar una
buena relación si quería que lo de ella de don Cipriano no
fuera descubierto.

El día miércoles el matrimonio Guillen decidió sacar a


Jacobo a un día de paseo solo los tres, ya que el Jueves el
pequeño se iría con su abuela por 7 días, y Cesar regresaba
a su trabajo.

En la convivencia normal del día a día la rubia se llevaba


muy bien con su marido, reconocía que ellos eran grandes
amigos, tirados en el pasto miraban como su pequeño
retoño jugaba tirándole piedras a una hermosa laguna que
decoraba el concurrido parque donde lo llevaron, ellos
conversaban animadamente, hasta besos en la boca se
daban de a ratos, pero no con la misma pasión de otros
tiempos, el verdadero problema para Gabriela comenzaba
en el momento en que se tenían que acostar, pero estaba
llevando muy bien la situación.

--Cesar ya casi es mediodía, porque no vamos a almorzar a


alguna parte estoy que me muero de hambre…

--Aún es temprano pero si así lo quieres que así sea, le


contesto el marido quien la miraba a sus hermosos ojos
azules, aunque uno de ellos aún estaba un poquito
enrojecido este día la rubia estaba más bella que nunca
según las apreciaciones de su marido, a la vez que el mismo
se levantaba e iba en busca de su hijo, Gabriela lo
contemplaba nostálgicamente, no sabía hasta donde
llegaría toda esta situación, pero por ahora prefería que
fuese así, por nada del mundo quería dejara de ver al
mecánico, además que ella tenía que ayudarlo
económicamente con sus deudas, lo sentía como que era su
deber.

Una vez en el restorán cuando Gabriela estuvo a punto de


solicitar el plato vegetariano que comúnmente pedía, vio en
la mesa de al frente de ellos un hombre gordo, calvo y de
bigotes debía tener una edad parecida a la de su don, este
se estaba zampando animadamente un fabuloso pernil de
cerdo, acompañado de papas cocidas con ají, a la casada
casi sele cayo la saliva por mandarle un mordisco al filete
que se comía el viejo desconocido,

--Yo quiero unos de esos que se está sirviendo ese señor, le


dijo finalmente al mozo que los atendía…

--Jajaja!! No me digas Gabriela!!, y que paso con tus


ensaladas, reía Cesar ya que su Gaby no se salía de su
estricta dieta de vegetales.

--Es que ya te dije Cesarin…tengo mucha hambre!! Total un


gusto a las miles no creo que me salga de la línea, jijiji decía
saboreándose el paladar…

Cesar miraba incrédulo con las ganas que Gabriela se comía


el humeante pernil de cerdo, El y el niño apenas iban en la
mitad de sus platos cuando la rubia ya hasta estaba
chupando el hueso de lo que había sido el carnoso filete,
continuo con las papas, y mientras seguían con la conversa
de cualquier cosa, agarro el pan, y lo pasaba por el plato,
cosa que no quedara nada en este.
Ya casi anochecía el día había sido estupendo para ambos,
el matrimonio caminaba abrazado y se podría decir que
feliz viendo como su pequeño corría por los senderos del
parque, y cuando Gaby quiso decirle algo a su marido en
referencia al viaje del pequeño le vinieron los primeros
síntomas de lo que ya era un hecho, la rubia sintió que la
vista se le nublaba, por un momento se sintió débil muy
débil y se le doblaron las piernas, Cesar la alcanzo a tomar
para que no se fuera al suelo, y cuando ella ya se creyó un
poco más recuperada, unas asquerosas nauseas le hicieron
salir casi corriendo a un lado de un árbol para vomitar,
fueron más arcadas con bilis lo que nuestra pobrecita
casada botaba por la boca, Cesar muy preocupado al notar
que tal vez Gaby estaba realmente enferma le decía muy
alterado,

--Cariño que te pasa…!! Estas enferma..!!! Vamos a un


hospital, de verdad que el hombre estaba muy preocupado.

Cuando Gabriela por fin pudo tomar aire, solo atinó a decir
casi a monosílabos, Cesar…ne…ce…si…to sen…tar…me!, el
hombre la llevo como pudo a un banco, Gabriela estaba
pálida, una vez sentados con el niño mirando con
expectación al ver que su mamita estaba enferma, Cesar le
dijo,

--Amor que es lo que te ocurre?...vámonos a la casa!, o


prefieres que te lleve a un médico?

--No es nada Cesar, me sentí un poquito mal…solo


abrázame…debe haber sido el almuerzo que me cayó mal,
Cesar abrazo a su esposa, al parecer algo le cayó mal en el
almuerzo, mañana mismo iría a poner un reclamo al
restorán, antes de irse a su trabajo.
Gabriela descansando en el pecho de Cesar ya estaba casi
recuperada de los primeros mareos, ella lo supo al
instante…estaba preñada, la habían dejado embarazada!

Lentamente llevo una de sus manos a su vientre donde al


interior de este creyó sentir la velocidad en que la latía el
embrión ya ubicado en la pared de su útero, o en otras
palabras el hijo de don Cipriano…el hijo de ambos. De sus
ojos rodaron unas lentas lágrimas que se escurrieron por
sus mejillas, debido al rumbo que desde este minuto
tomaría su vida, y por qué no decirlo sus lágrimas también
era de verdadera felicidad, hubiera dado su vida por que el
hombre que en estos momentos la mantenía abrazada
hubiese sido don Cipriano.

La mañana del día jueves comenzó espectacular para


Gabriela, se sentía feliz , muy feliz, lo único que la
incomodaba era ver como lo haría, para hacer creer a Cesar
que ese hijo que llevaba en su vientre era de él, veía
improbable que el vejete se quisiera hacer cargo del hijo de
ambos, además que él ya tenía muchos problemas, y ella no
pretendía darle otro, el caso era que igual se la pensaba
decir, pero no lo presionaría para que no se fuera a enojar
con ella.

Cesar se había ido a primera hora de la mañana, solo


bastaba que Jacobo llegara del colegio y su abuela vendría
a buscarlo para llevárselo, el test de embarazo que paso a
comprar una vez que dejo al niño en el colegio
efectivamente le había dado positivo, y esto en vez de
preocuparla le alegraron aún más esa excelente mañana,
fue ella quien le envió el primer mensaje al vejete: ” Él se
acaba de ir a su trabajo y ya me quede solita…no regresara
en 5 días…apenas mi suegra se lleve a Jacobo yo le avisare
para que se venga, le tengo una sorpresa…besos … Gaby”.

Fueron varios los mensajes que la rubia con el mecánico se


enviaron esa mañana, algunos de muy grueso calibre, los
dos estaban desesperados por acostarse nuevamente, sobre
todo Gabriela que quería darle la noticia a su Don como
corresponde, o sea desnuda y acostada con él.

Mientras Gabriela arreglaba su casa para tener todo en


orden para cuando llegara el mecánico, de vez en cuando
se ponía de perfil y se miraba al espejo pero
afortunadamente aún no se le notaba nada de nada esto le
daría tiempo para preparar a su marido ante la mentira de
la supuesta paternidad, lo único que le rogaba a dios es que
el hijo naciera parecido a ella, porque si salía parecido a don
Cipriano nuevamente tendría que andar dando
explicaciones de mal gusto, pero eso sería en 9 meses más,
como a la vez admitía que le encantaría que su hijo saliera
parecido a su padre, en fin la rubia andaba emocionadísima
con todo lo que le estaba ocurriendo.

Cuando ya venía de regreso en su camioneta con el


pequeño, este le pregunto a su mami porque no había
querido hacer el viaje con ellos,

--Es que tú sabes amor, yo no me llevo bien con tu


abuela…pero no te preocupes ella te quiere mucho y te
cuidara muy bien, le decía una sonriente Gabriela a su
querubín.

--Es que me da penita que te quedes solita, en la casa…


--No te preocupes amor que yo estaré muy bien, le
contestó con verdadero amor maternal del que aún le
quedaba…

--Te vendrá a ver el tío Cipriano?

Gabriela se dio cuenta que su hijo a pesar de su edad no


era nada de tonto, y no sacaba nada con mentirle, además
que ya había más que comprobado de la lealtad del infante
para con ella…

--Si amor me vendrá a visitar tu tío Cipriano…pero recuerda


que es un secreto…

--Si, si!! Es un secreto solo entre tú y yo!, vociferaba el


pequeño ya que él se sentía muy importante al tener
secretos con su mami…--Y también jugaran en tu habitación
y sin ropa?, le pregunto de pronto el pequeño al recordar
esa extraña forma en que su mami jugaba con el señor
gordo…

--Si amor… él tiene muchas ganas de venir a jugar


conmigo…Gabriela preñada y todo no dejaba de empezar a
calentarse cuando su hijo le preguntaba todas esas
barbaridades que a ella le encantaba contestar en doble
sentido.

--Y a ti te gusta jugar con él?

--Me encanta mi vida…él es muy bueno para jugar…

Jacobo pensaba porque su mami podía jugar con un


hombre tan gordo y feo, nuca la había visto jugando con su
padre en las condiciones que ella jugaba con el tío Cipriano,
hasta que quiso saber un poquito más,
--Y por qué yo nunca te he visto jugando sin ropa con mi
papi…

--Ahhh…cariño… es que tu papi es muy malo para jugar…no


es como don Cipriano…Ohhh Diossss!! Exclamo la rubia al
sentir una rica punzada en su cosita.

En eso estaban cuando ya llegaban al edificio la señora


Romina había llegado puntualmente a recoger al niño, la
rubia antes de bajar de su vehículo se tuvo que calamar, y al
ver a su suegra que estaba esperando a que ellos llegaran,
le dijo al pequeño,

--Recuerda amor…eso del tío Cipriano que nos acostamos


sin ropa es un secreto…por nada del mundo se lo debes
contar a tu abuela ni a nadie…

--Si mami…es un secreto…es un secreto!…

Una vez en el departamento Gabriela tiro su bolso en el


sofá, a la vez que le decía a su suegra,

--Lo bañare…serán solo unos minutos si gusta sírvase un


café…o en el refrigerador hay leche…

--No te preocupes solo intenta apurarte, que no me quiero


retrasar para ir a tomar el bus, le contesto su suegra
secamente como era común en ella…

Cuando Gabriela con el niño entraron al baño y la vieja por


fin se quedó sola, se sentó en el sofá para esperar, estaba
tranquila ya que aún era muy temprano y tendría tiempo de
sobra, para llegar a la terminal con el pequeño, en eso fue
que sintió el zumbido de vibración en el teléfono de su
nuera, pensó que lo más seguro era una de sus amigas para
ponerse de acuerdo para salir a hacer sus cochinadas
aprovechando que estaría tantos días a solas, en un
momento le dio lo mismo pero de pronto la curiosidad que
mato al gato le pasaron la cuenta, aprovechando que la
rubia hace paco que había entrado al baño y que sentía
correr el agua, quiso echar una miradita, para ver si era su
hijo o alguna amiga.

Con mucho cuidado saco desde el bolso el celular de la


rubia en donde aún parpadeaba el mensaje recién llegado,
mirando hacia el baño y muy nerviosa apretó el botón de
leer.

La señora Romina no podía creer en las palabras que ahí


había escritas, las cochinadas que un hombre al parecer
consolidado amante de su nuera eran de grueso calibre y
mucho más que comprometedoras, la vieja había leído
todos los mensajes, estaba que le venía un ataque cardiaco
al descubrir que la puta que su hijo tenía por esposa le
estaba poniendo los cuernos quizás desde hace cuánto
tiempo, hasta había un mensaje de respuesta en donde la
misma Gabriela le decía de las tremendas ganas que ella
tenía por acostarse con el aprovechando que su marido no
llegaba en 5 días.

Cuando sintió que en el baño se cerraba la llave del agua,


rápidamente dejo el teléfono en el bolso de Gaby, y salió
disparada a la cocina a prepararse un café, porque ahora sí
que lo necesitaba realmente, su mente trabajaba a mil, le
dieron ganas de ir a enfrentarla, desenmascararla y llamar
en forma automática a su hijo, pero viendo lo muy zorra
que era esa rubia descarada de seguro que se las arreglaría
para preparar y maquillar el escenario para hacer creer a su
hijo que ella era una víctima y ella nuevamente quedaría
como la mala de la película.

Actuaria con naturalidad dejaría que las cosas fluyeran y


cuando la tuviera con las manos en la masa, o mejor dicho
con la verga metida en la zorra, la desenmascara,
puta..puta…putaaaaa!! Se decía para ella misma.

A Gabriela le llamo la atención con la rapidez que se esfumo


la señora Romina con su Jacobo, pero lo importante era que
por fin estaba sola, ahora lo único que faltaba era que
llegaran las 8 de la noche, hora en que el vejete le había
notificado en que llegaría.

La señora Romina se paseaba como leona enjaulada en la


sala de estar de su casa, pensando en lo que tendría que
hacer para que su hijo le creyera, pensó en llamarlo para
que se viniera al instante, pero y si el encuentro no se
llevaba a cabo? Que explicación le daría?

Hasta que ordenando sus ideas se propuso a poner en


marcha lo que haría para que Cesar de una buena vez por
todas se diera cuenta quien era la mujer que tenía por
esposa,

--Jacobito, escúchame mi amor, le decía la abuela a su


nieto, --La verdad es que no viajaremos al campo como te
había prometido, pero si te quedaras los 7 días conmigo,
podremos salir e ir al cine…o adonde tú quieras…

El niño se mostró de acuerdo con todo lo que le decía su


abuela lo importante para él era estar con ella ya que
disfrutaba mucho con todos los regaloneos que ella le hacía
cuando iba para su casa,
--Lo que si es que hoy día llamare a la tía Rosaura para que
te venga a cuidar un ratito, ya que yo tengo que salir en la
tardecita, te parce cariño. El pequeño no tuvo ningún tipo
de problemas ya que la tía Rosaura era otra viejita hermana
de su abuelita que lo regaloneaba tanto como ella misma,
serían unos días espléndidos en la casa de su abuela.

Eran las 7 de la tarde y la señora Romina estaba parada


como guardia de seguridad en el 4º piso del edificio de
Gabriela, quería saber a ciencia cierta con qué tipo de
hombre su nuera engañaba a su hijo.

La hora se hiso eterna hasta que por fin faltando 5 para las
8 de la noche, sintió que alguien venia subiendo por las
escaleras, muy disimuladamente asomo su cabeza teniendo
clara visión hacia la puerta del departamento de su hijo, y
fue cuando lo vio, era el mismo hombre viejo y panzón que
una vez Gabriela se había atrevido a llevar su casa, y que
también en otra ocasión lo había visto saliendo del edificio,
venia vestido con una camisa roja a cuadros se notaba que
estaba desteñida, con jean y con botas vaqueras, era un
tipo de lo más ordinario, la dolida suegra esperaba ansiosa
a que Gabriela abriera la puerta para ver qué es lo que iba a
suceder.

Cuando se abrió la puerta del departamento, vio claramente


a su nuera muy arreglada como para ir a una cena
romántica, un vestido blanco tipo minifalda que se le
ajustaba su cuerpo resaltando todas las curvas que este
poseía, la vio risueña recibir a ese vulgar sujeto, de cómo
este entro y la acorralaba contra el muro interior y la
comenzaba a besar, y como ella subía uno de sus muslos
apoyándolo contra el muro interior de la vivienda, para
luego ver como ese asqueroso hombre comenzaba a
sobajeárselo, y como fue la misma Gabriela y quien al
abrazarlo de su cuello con un brazo, con su otra mano
empujaba la puerta para que esta se cerrara.

La pobre mujer creía a que se desmayaba, hasta ganas de


vomitar le dieron al ser ella la triste espectadora de la
infidelidad que se vivía adentro del matrimonio de su hijo,
como pudo se sentó en las escaleras a llorar en silencio y
amargamente, pensaba en su nieto, que sería del
pobrecito?

Luego de unos minutos y ya recuperada del trago amargo,


la abuela Romina ya salía del edificio de su hijo aun no
sabía qué hacer, se quedó parada entre medio de unos
árboles, miraba hacia el departamento en donde Gabriela
su nuera estaba encerrada con un hombre que debía tener
casi su misma edad, o más pensaba muy acongojada,
habían pasado como 40 minutos y las luces del
departamento aún seguían encendidas, hasta que pronto
vio que estas se apagaban, quedando encendidas solo las
del dormitorio matrimonial, --Ohhh Dios mío que atroz!…
ahora se deben estar acostando, pensaba con lágrimas en
sus ojos.

La pobre mujer en el fondo de su corazón deseaba que el


viejo se fuera y no siguiera corrompiendo el hogar de su
hijo, paso una hora, pasaron dos, pero el amor maternal es
tan grande que este le daban fuerzas a la viejecita para
seguir esperando, hasta que ya perdiendo toda esperanza
vio cuando se apagó la luz del dormitorio, el viejo ni
siquiera se había ido, o sea pasaría esa noche durmiendo
con la esposa de su hijo y en su misma recamara
matrimonial.

La señora Romina llego devastada a su hogar, su hermana


ya desde hace rato que había acostado al niño mientras ella
dormitaba en una mecedora, estuvo casi hasta la amanecida
intentado infructuosamente ubicar a su hijo, pero Cesar no
contestaba su celular, ya que este desde que se había
comprometido con la rubia de no desconfiar más de ella,
había tomado el habito de apagarlo y solamente
encenderlo si es que necesitaba llamar a alguien, fue tipo 11
de la mañana del día viernes cuando Cesar al notar 25
llamadas perdidas de su madre decidió tomar su teléfono
para devolverle la nefasta llamada…

--Hijo… por fin me llamaste…tenemos problemas graves en


la familia…

Cesar noto la temblorosa voz de la señora Romina, por lo


que se alarmo un poco,

--Que pasa madre…que problemas tan graves podríamos


tener…

Su progenitora, intentando medir bien sus palabras para


que la noticia que le iba a dar a su hijo no fuese tan
traumática, solo le dijo…

--Se trata de tu mujer…de Gabriela…

--Y que pasa con Gabriela?, acaso le ocurrió


algo…dígame!!…Cesar pensaba en cualquier otra cosa y no
en la cruda realidad que estaban a punto de decirle…

--Ella…te…esta…engañando hijooo…tiene otro hombreeee!!


El silencio en la línea telefónica se hiso eterno, mil ideas
pasaban por la mente de Cesar, hasta que determino poner
las cosas en orden…

--Madre Ud. desde hace mucho tiempo que se empeña en


ponerme mal con mi esposa, pero esta vez no lo va
lograr…así que por favor no me llame para estupideces!! Me
escucho!!, con esto último Cesar corto el teléfono con rabia,
estaba muy enojado con la señora Romina por su
insistencia en querer ponerlo mal con su Gaby.

La pobre mujer rompió en llanto al notar que su hijo no le


creía ni una pisca de algo que era la absoluta verdad,
además que al instante lo intento llamar innumerables
veces para intentar convencerlo, pero él no le contesto las
llamados.

La noticia dejo muy mal al pobre Cesar todo el día viernes


anduvo mal por lo dicho por su madre, y existían dos
razones para esto, la primera: no le gustaba que su madre
se esforzara en querer ponerlo mal con la rubia a tal grado
de inventarle tantas webadas, y la segunda: Lógico, él era
celoso y el solo imaginarse a Gabriela en los brazos de un
hombre más apuesto que él lo hacían enloquecer de los
celos.

Al anochecer del día sábado después de mil pensamientos


de los más obscenos, debido a lo dicho por su madre que
los junto con lo dicho también por Armando, y respaldado
por los extraños comportamientos de Gabriela desde hace 2
meses por lo menos, quiso hablar con Lidia, era ella amiga
de ambos desde hace años, a lo mejor ella lo podría
tranquilizar o decir si es que hubiera algo raro, aunque esto
último era difícil debido a la gran amistad que existía entre
ambas mujeres, aun así igual le hiso un llamado,

--Hola Cesar!…que hondis!… tanto tiempo…le saludaba Lidia

--Hola Lidia…como has estado…

Luego de los saludos correspondientes y más una breve


conversación del nuevo trabajo de Lidia y sumado a otras
cosas sin importancia el atribulado Cesar quiso entrar al
grano…

--Lidia quería hablar contigo algo muy delicado…que por


nada del mundo quiero que lo comentes con Gaby…

--Pues dime…en que te puedo ayudar..?

--He notado a Gabriela este último tiempo muy rara…tiene


cambios abruptos de personalidad…a veces hasta la he
sorprendido con sus ojos llorosos…

--Ayy!…como no lo ves? Te está engañando con otro


hombre…Cesar se quedó por algunos minutos en silencio…

--Que me estás diciendo? Le pregunto mientras la mano en


que tenía tomado el teléfono le temblaba, hasta que
escucho desde el otro lado de la línea,

--Jajajaja!!! Te la creíste…jajaja…Cesar hombre Gabriela te


ama, yo estoy segura de ello… por algo soy su mejor amiga,
si supiera algo te lo diría o yo misma la haría entrar en
razón…pero te lo aseguro amigo estas equivocado así que
tranquilo…

--No me hagas esas bromas Lidia! tú me conoces y sabes


que yo me pongo mal con facilidad…
--Tranquilo amigo, mira yo también he notado algo rara a
mi amiga, pero ella no es así, si por lo general siempre
intenta andar ayudando a los demás en vez de preocuparse
de ella misma, si hasta solo hace unos días me vino a ver y
me pidió que le diera un certificado médico para una amiga
de ella…bla…bla…bla…

Cesar en un principio no le dio importancia pero


lentamente su mente lo llevo a poner atención en eso del
certificado médico…

--Me dices que te pidió un certificado falso, para una


amiga…

--Si pues… es que estaba pasando por un problema en su


trabajo la muy pobrecita, así que yo se lo hice…

--Y hace cuánto tiempo fue eso?

--Hace una semana o un poquito más, jijiji y yo se lo hice


solo por ser Gabriela porque yo no ando por ahí
extendiéndole certificados falsos a la gente…

--Si…le mintió Cesar, algo me dijo de ese certificado, creo


que era por una severa lesión en la zona lumbar?...

--Ese mismo, jijiji, ves Gabriela siempre anda preocupada


por ayudar a los demás…por eso te digo…

--Lidia estoy en el trabajo otro día hablamos, te tengo que


dejar…adiós…

Cesar intentaba de por todos los medios posibles ordenar


sus ideas, que motivos reales podría tener Gabriela para
haberle mentido con el asunto del certificado, recordó de
cuando intentaron hacer el amor y ella salió llorando a
encerrase, lo de los medicamentos para los dolores que no
se había tomado, y de pronto lo de las terapias, si no había
lesión entonces adonde mierda había ido desapareciéndose
casi por dos días enteros, estaba claro Gabriela le estaba
mintiendo, y que motivos tendría ella para
hacerlo?...”Ella…te…esta …engañando hijooo…tiene otro
hombreeee!!, fue la frase que llego de golpe y porrazo a su
mente…seria cierto? Seria cierto eso que le dijo su madre y
lo que también alguna vez su amigo Armando había
intentado decirle?...

Tras una severa discusión con sus jefes Cesar tuvo que
renunciar a su trabajo, ya que desde la oficina central se
habían negado rotundamente a extenderle más días de
permiso, aun así tuvo que esperar al siguiente día para
poder embarcarse en el primer bus de la mañana que salía
rumbo a la capital para llegar casi a mediodía del domingo.

Fue una noche infernal la que paso el pobre hombre


atormentado con las imágenes de ver a su mujer en los
brazos de otro hombre, determino que antes que nada
pasaría a la casa de su madre para ver qué información
tenia ella, en su mente aún tenía esperanzas de que todo
fuera una confusión, deseaba que Gabriela tuviera los
motivos suficientes para explicar todo lo que en este
momento la condenaba.

(3 días antes. Jueves, en el departamento de Gaby, 5


minutos antes que llegara don Cipriano)

La casada desde hace rato que ya estaba lista y dispuesta


para la llegada del mecánico, se había engalanado con uno
de sus mejores vestidos de salida, su lencería blanca y
transparente con porta ligas incluida era la misma que había
ocupado el día en que se había casado con Cesar, la
situación era que ella quería verse verdaderamente radiante
para la llegada de su amante, además que ahora todo era
distinto, desde este día ella si se sentía como hembra de
propiedad únicamente de don Cipriano, lo de su marido
prefería no pensarlo por ahora.

Estaba haciendo sus últimos retoques en su maquillaje,


comprobando que su ojo derecho ya estaba del todo
recuperado, cuando sintió que golpeaban la puerta, miro su
reloj, faltaban 5 para las 8 de la noche, el vejete era muy
puntual cuando quedaban de acuerdo para encontrarse.

Tomando un poco de aire y comprobando que con su


minivestido color blanco se veía perfecta, fue a recibir a su
hombre. Al abrir la puerta lo vio parado y mirándola con su
burlona sonrisa, quiso saludarlo de palabra pero su
emoción era tan grande que las palabras no le salían, el
vejete entro sin que lo invitaran, él ya se sentía a su anchas
cuando llegaba al hogar de Gabriela y Cesar, al ir avanzando
lentamente la fue acorralando contra el muro, y una vez con
su cara ya muy cerca de los exquisitos labios de Gabriela
solamente la beso siendo correspondido por la rubia, quien
al sentirse tan valorada y tan querida, inconscientemente y a
modo de ofrecimiento apoyo una de sus piernas contra el
muro para premiar al vejete, a la vez que con una de sus
manitas procedía a cerrar la puerta, nunca se imaginó que
su suegra, la vivaz señora Romina la estaba observando
desde la escalera que daba al 4° piso.

La pareja no se separaba ni un centímetro de aquel adultero


beso, la casada por su parte se sentía en total libertad de
estar en compañía de aquel horrendo personaje hasta la
hora y el día que ella lo quisiera, y no estaba tan lejos, pero
ni se imaginaba de los acontecimientos que se le
avecinaban solo en unos días.

Don Cipriano no estaba para tanto arrumaco y zalamería, el


venía a cogérsela por tres días seguidos, le había inventado
a su mujer que tenía que ir a cobrar una importante
cantidad dinero a otra ciudad, aquel día martes en que
estuvo con Gabriela en su taller se había quedado con
ganas, si ni siquiera había alcanzado a encularla le había
contado al chango, pero en estos próximos tres días venia
dispuesto a explotar al máximo las riquezas naturales y
corporales que tenía su hembra casada.

El mecánico fue el primero en hablar después de separarse


del salivoso beso,

--Por fin solos pendeja…no sabes lo caliente que vengo en


solo pensar que estaremos tres días encerrados y follando
jajajaja!!

Gabriela quien miraba con ternura al que era el padre del


hijo que llevaba en sus entrañas solo pudo decirle…

--Yo también deseaba estar con Ud. a solas Don, Ud. no se


imagina cuanto lo he echado de menos…

Nuevamente se comenzaron a besar con mucho más ardor


que momentos antes, aun parados al lado de la puerta el
vejete se puso en campaña para hacer lo que no había
alcanzado a hacerle a la rubia el día martes, y el sentir sus
curvilíneas carnes enfundadas en aquel apretado vestido
blanco poco a poco lo estaban poniendo a mil, el vejete
que casi había eyaculado al ver con tal vestimenta a su
mujer, determino que si bien esta se veía infartantemente
buenota así como estaba, el la prefería en su estado natural,
por lo que no la pensó para tomar el vestido de Gabriela
desde la misma altura de sus tetas y de un puro arañazo se
lo rasgo de dos en dos, dejándola únicamente con su
brassier, sus pequeños calzoncitos blancos y albos como la
nieve y aquel encantador conjunto de portaligas blanco.

--Ohhhh…don que es lo que hace!, le consultaba la rubia


entre asustada y risueña al ver con la desesperación en que
don Cipriano la estaba desnudando…

--Te ves rebuenota con esas mamadas blancas que te


pusiste linduraaa, a don Cipriano casi se le salían los ojos…--
Pero a mí siempre me has gustado más así
encueradita…jajajaja!! Así que esto también está sobrando,
le dijo a la vez que de un puro tirón nuevamente le rompía
su ropa interior…

--Jijiji…no sea tan bruto…mire que al paso que vamos ya no


tendré que ropa ponerme, jijiji, reía nerviosamente la
casada, y a la vez encantada de que su hombre sea tan
macho para sus cosas.

--Jajajaja tienes que pedirle más dinero al maricon del


Cesar, jajaja!! Él es tu marido legal, así que es su deber
comprarte ropa y calzones para que yo te lo destroce,
jajajaja!!!!

La visión del caliente y ordinario mecánico, de tener a


semejante mujeron en aquel estado y con portaligas
blancas casi lo llevaron a la enajenación, el brasier corrió la
misma suerte que los calzones de la hembra…
--Jajajaja…que rica que te ves encuerada
mamasotaaa!…jajaja!! Estos tres días que vamos estar
encerrados culiando, no tendrás necesidad de ponerte
ropa…así podre meterte la verga a la hora que a mí se me
antoje…estás de acuerdo ricura?

--Jijiji, yo no veo la necesidad de tener que andar desnuda


estos días, pero si así Ud. lo quiere yo no tengo ni un
problema, jijiji le reía coquetamente a su macho…

El viejo a sabiendas que este era el momento preciso para


encularsela, se abalanzo sobre el cuerpo de Gaby, para
enterrase en ese colosal par de tetas las más grandes que
había visto en su perra vida, tal como ya se dijo en alguna
ocasión, para comenzar a chupárselas con desesperación,
alternaba entre una y la otra, succionando como si de
verdad le fuese a sacar leche a la rubia, se las sentía mucho
más duras que en otras ocasiones, entre chupada y chupada
de tetas, se la fue llevando lentamente al sillón en donde
hiso que Gabriela se sentara, con sus manos recorría las
suaves y femeninas formas de la rubia, la casada viendo lo
desesperado que estaba su nene por seguir chupándole sus
melones hincado en su alfombra, maternalmente se tomó
una teta para dirigirla a la bocota del mecánico como si de
verdad estuviera dispuesta a amamantarlo, el vejete
sintiéndose en el cielo por la exquisita forma que le estaban
dando de chupar teta, le dijo a la rubia…

--Cuando tengamos a nuestro chamaco… me dejaras tomar


leche de tus tetas?, jajaja, le dijo riéndole para luego
continuar su labor succionadora…

--Por supuesto que si don Cipriano…Ud. podrá tomar de


mis tetas toda la leche que quiera, le contesto Gabriela con
sinceridad, el vejete ni se imaginaba que lo que ambos
estaban hablando, ya casi era una realidad, pero aún faltaba
para aquello.

El viejo mecánico a modo de premiarla comenzó a lamerla


por todos los rincones de su cuerpo, le encantaba el sabor
de la carne de su casada, a medida que bajaba a lametazo
limpio, la fue dando vuelta para dejarla puesta en 4 patas
contra el respaldo del sofá, dándose a contemplar a sus
anchas la impactante visión del encomiable pedazo de culo
de Gabriela…lo veía redondo y paradito, grande pero bien
proporcionado para su cuerpo…en definitiva aquella mujer
rubia era divina se repetía una y otra vez mientras ya
terminaba de sacarse la ropa para quedar de igual a igual
con la casada.

El viejo Cipriano con su cara frente al orificio posterior de


Gabriela fue sacando su lengua a la vez que con sus dos
tiesas manos de mecánico le fue abriendo las nalgas, ese
día más que nunca deseaba probar el trasero de su hembra,
Gaby esperaba expectante y con sus ojos cerrados de lo
que quisiera hacerle el viejo.

Don Cipriano le chupo todo su gran culo y su panocha


incluida, le lamio hasta el cansancio el orificio posterior de
la casada, ese sabor amargo y medio dulzón lo mantenían
embrujado, le mordía y le lameteaba ese par de nalgotas
duras y suaves como la seda, mientras Gabriela gemía y se
dejaba hacer todo lo que él quisiera, abría más sus muslos
para que la lengua y boca del vejete pudiera gozarle toda
su concha abierta.

La casada ya gemía pidiéndole que no parara.


Para el mecánico fue la mamada de orto más celebre que
estaba dando en toda su vida, ya que todo el orto y concha
de la rubia eran endemoniadamente exquisitos, estuvo casi
20 minutos sumergido en ese portentoso par de suaves
nalgas, aunque el viejo de a momentos quería parar para
encularla de una buena vez por todas, este no podía, aquel
perfecto culazo hecho para los dioses lo mantenía
verdaderamente hechizado, sumado a los exquisitos jadeos
y meneos que hacia la hembra para encontrar su culo
contra la boca que tan rico le chupaba el orto.

Gabriela luego de mojarse bastante y de un par de buenos


orgasmos que sintió por el culo, decidió que ya era el turno
de hacer gozar al mecánico, además que tenía unas
tremendas ganas de mamar verga, lentamente fue
cambiando de posición hasta bajarse de aquel sofá en el
cual le habían lamido exquisitamente el culo, fue ella quien
hiso que el vejete se tendiera en la alfombra, para luego ella
misma subirse en forma inversa y quedar montada sobre el
vejete formando así un exquisito 69, la rubia miraba
fascinada y frente a frente esa poderosa verga que se había
dado el lujo de preñarla, antes que nada le dio rico beso en
la punta en señal de agradecimiento, para luego
despejándose la cara de sus rubios cabellos, dirigió sus
sabroso labios abiertos para comenzar a darle una buena
mamada tal como ella ya lo había estado deseando.

La rubia primero comenzó a chupar el glande como si fuera


un chupito, luego se fue clavando todo el tronco lleno de
palpitantes venas de todos colores hasta que desapreció
por su boquita quedando alojada en su garganta, don
Cipriano que desde hace rato estaba entretenido
chupándole la zorra, estaba sumamente caliente, entre
rugidos de auténtica y animal calentura la tomo como pudo
con sus piernas y le empujo la cabeza con la única intención
de que la rubia siguiera tragando verga, quería que ni un
centímetro quedara afuera de esa fresca boquita que tan
rico le estaba haciendo sentir, y así fue, Gabriela ya estaba
casi ahogada, quiso sacársela, pero el viejo no se lo permitió
por un momento, luego la dejo que ella se lo fuera sacando
poco a poco, y una vez que la recuperada rubia tomó un
poco de aire siguió mamando verga con suma dedicación.

Luego de un rato de exquisitos chupeteos por parte de


ambos, el mecánico como pudo se paró la tomo de la
cabeza y comenzó a bombearle la verga en forma
desesperada contra su boca, entre sus labios, como si
estuviera fallándole su cabeza, y una vez que ya estuvo
satisfecho determino que por ahora era suficiente tenía que
reservar fuerzas para la noche.

--Me has chupado la verga en forma exquisita pendeja,


pero prefiero que descansemos un ratito para que luego
vayamos a tu habitación estás de acuerdo mamita?,
jajaja…que tal si nos tomamos unas cervecitas…

Después de ese delicioso comienzo, la casada estuvo de


acuerdo con don Cipriano con la diferencia que ella solo
tomo jugo natural, el vejete estaba fascinado viendo como
la rubia le servía cerveza prácticamente desnuda, solo con
sus medias y portaligas, y con esas sandalias con taco que
le hacían elevar aún más sus rotundas nalgas, se tomó su
cerveza casi de dos sorbos para luego tomarla de la mano e
invitarle,

--Que rica te ves así desnudita mamasotaaaa!! Quería


descansar pero así no puedo…vámonos a tu habitación…
--Ay don Cipriano al menos déjeme acabar mi juguito, jijiji,
le contestaba la rubia cuando el viejo ya la tenía sentada en
sus piernas. Una vez que la rubia se bebió su jugo natural,
ella misma apago la luz del comedor, para invitar a su
macho a que la siguiera hasta la cama matrimonial.

Don Cipriano y Gabriela ya estaban acostados, la rubia muy


femeninamente se había sacado los medias y el portaligas,
ella sabía que el vejete la prefería sin nada en su cuerpo, y
esto era demostrado por el mismo mecánico, que con sus
ojos enrojecidos por la lujuria miraba la excelsa función de
strep con que lo premiaba su mujer.

Estirados en la cama, frente a frente, y sin decirse palabras


atracaban sus bocas en salivosos besos, en donde el vejete
hasta le chupaba literalmente la lengua a la rubia, esto a
Gabriela le encantaba, mientras abajo la verga de don
Cipriano se paseaba a su antojo por la raya con pelitos
dorados de su hembra, ella también movía su pelvis,
suavemente como si ya estuvieran culiando, pero no era así
solo punteaban, como preparándose para lo que ya se
venía.

El vejete sintiéndose listo para pasar a la batalla guio el


cuerpo de la rubia para que esta se diera vuelta, ella
entendiendo muy bien lo que el viejo quería giro
melosamente su cuerpo, como si ella fuese una tierna y
dócil gatita, en el momento en que Gaby se iba a poner en
cuatro patas, para ofrecerse al inminente enculamiento, el
vejete se opuso,

--No ricura… quédate así estiradita…solo separa tus piernas


un poquito, y no te preocupes que lo disfrutaras igual, solo
ayúdame abriéndote las paredes del culo , jajaja!!
Gabriela le obedeció en el acto como una verdadera
autómata llevo sus dos manos una en cada nalga y
procedió a abrírselas, el viejo quien ya había tomado
ubicación sobre su cuerpo escupió en el orificio de la
casada y acomodó la gruesa punta de su vergota en el
rosado punto rectal de la rubia, y simplemente empujo su
taladro hacia adentro, el cual se perdió casi en el acto en el
calentito orto de la casada, Gabriela se lo comió todo
analmente sin ningún tipo de impedimento y sin dolor
alguno, pero el placer que sintió al sentirse ensartada por el
hoyo casi la enloquecieron.

Cuando Gabriela noto el exquisito adentramiento de la


gruesa verga de don Cipriano en su diminuto orificio
posterior, al sentir ella misma e imaginarse el diámetro con
el que le acababan de partir el culo cerró sus ojos y emitió
un rico quejido de placer, cuando ya se sintió totalmente
penetrada analmente, su panocha que estaba toda mojada
y bien caliente, sintió que se le iba la vida en la potente
estocada que el vejete le había mandado por el culo, este
por su parte comenzó a meter y sacar la verga, seguía
empujándola con movimientos pélvicos que poco a poco
llevaban a la rubia al verdadero paraíso del placer anal,
finalmente la siguió penetrando con todas sus fuerzas, el
culo de Gabriela se la podía para eso y mucho más. El viejo
culiando como desaforado le busco sus labios los cuales lo
recibieron con un deliciosa devoción, mientras la cacha
continuaba rítmicamente y cada vez más salvaje y
firmemente potente.

Como todos sabemos Gabriela era toda una Diosa, era una
mujer femenina y armoniosamente voluptuosa, sus amplias
caderas con culo incluido recibían en toda su dimensión a la
gruesa verga del mecánico, como podía intentaba levantar
su cintura, para que la penetración fuese aún más profunda
en su ano, con sus delicadas uñas se aferraba firmemente a
las sabanas aguantando los férreos espolonazos que le
estaban asestando por el orto, intentaba por todos los
medios posibles moverse al mismo ritmo en que le partían
el culo y al vaivén de la cogida.

Ambos contendores sexuales gemían al borde del orgasmo,


la panocha de la casada estaba tan mojada que el viejo
mecánico aprovecho esta situación, para todo un maestro
combinar metidas de verga entre el culo y la misma zorra
chapoteante de jugos vaginales. La cama se movía al ritmo
de sus cuerpos, el mojado colchón subía y bajaba, los
resortes rechinaban morbosamente y daba la impresión que
estos casi llegaban a su límite y que en cualquier momento
se cortarían de tanto encogerse y estirarse.

Gabriela por más que deseaba alargar el placer, ya casi no


podía soportarlo, había comenzado a gemir como perra en
celo, y llevada por su propia y delirante calentura levanto su
culo con todas sus fuerzas, incluso levantando al mecánico
que no se la desclavaba ni un milímetro de su recto, hasta
que logrando sacárselo por unos breves segundos se dio
vuelta e hiso que el viejo se pusiera de espaldas, y ya sin
ningún tipo de recato puso en conocimiento a su macho de
lo que ella quería,

--Ya no me aguanto más don Cipriano quiero sentir su


verga ahora por la concha!!, el vejete no se la creía… pero
que puta más grande y caliente era en la que se había
convertido su Gabriela.
La rubia se acomodó a horcajadas y ella misma selo metió
por la vagina, comenzando a moverse frenéticamente sobre
la verga del viejo, ahora la rubia saltaba con sus caderas
para luego dejarse caer profundamente sobre la caliente
herramienta del mecánico, saltaba y saltaba como loca,
como si quisiera que su zorra se tragara para siempre esa
vergota que verdaderamente la hacía sentir mujer, la rubia
estaba tan caliente y desesperada porque le siguieran
metiendo verga que solita comenzó a pedir,

--Quiero masss! Quiero masssss!! Quiero massssssssssssss!!!


Sus chichotas bamboleaban frenéticamente haciendo
desquiciantes círculos, mientras la caliente casada seguía
exigiéndole a su amante,--Métala bien adentro Donnnn!!
Rómpame la zorra si así lo deseaaaaa!!! Ohhhhh Diossssss!!
Diosssssss!!!

--Te gusta pendejaaaaa!!, se atrevió a consultarle el vejete


que ya estaba que se reventaba de tanta pasión al ver a
Gabriela en tal estado…

--Calleseeee… y siga culiandomeeeeee!!!, al vejete le dieron


ganas de reírse al ver el nivel de calentura en que se
encontraba su mujer, por lo que se propuso a darle lo que
ella quería, como pudo se enderezó para quedar cara a cara
con ella, la tomo violentamente de sus rubios cabellos con
una mano, para con la otra darle una fuerte bofetada en
rostro en donde la rubia cayó casi aturdida al otro lado de
la cama, el vejete se agarró la verga y se subió sobre su
cuerpo en donde luego de escupirla tres veces en el rostro,
se propuso a metérsela, la escupida Gabriela abrió sus
muslos todo lo que pudo, estaba encantada con el trato
que le estaba dando su macho, el sí que era un verdadero
hombre pensaba, y tenía todo el derecho de pegarle si el así
lo quería, sobre todo si es que estaban follando como en
estos momentos lo hacían.

Don Cipriano se la volvió a meter lo más profundo que


podía, para comenzar a moverse lo más rápido que le
permitían sus fuerzas, Gabriela continuaba con sus solícitos
gritos…

--Más adentroooo Donnnn…más adentrooooooo!!! Deme


masssss! Deme masssss!!

--Toma perra calienteeeee! Jajajaja!! Estabas desesperada


por vergaaaaa!! Así que tomaaaaaa!! Le decía a la vez que
ahondaba aún más su taladro al interior del cuerpo de la
mujer,--Grita más fuerte perraaaa!!, gritaaaaa mas
fuerteeee!! Que todos tus vecinos se enteren que te están
culiando en ausencia de tu maridooooo, jajajajaja!!!!

--Deme masssss!! Folleemeeeee!! Culiemeeeeee!! Ohhhhh


diosssssssss!!! Porque lo hace tan rico mi Doncitooooo!!!
Rompameeeee si así lo quiereeee!!! Desquítese de mi
maridooooo culiandomeeeeee…aproveche que ahora él no
está en casaaaaaa!!!

El vejete ahora sí que se estaba moviendo aceleradamente


Gabriela con sus últimas palabras lo habían aleonado hasta
la locura…

--Don Ciprianoooo solo soy suyaaaaaa!....solo suyaaaaa!!,


métamelo con fuerzassss!! Con más fuerzasssssss!! Soy su
perraaa…su putaaaaa!!! Hágame lo Usted quieraaaa pero no
deje de metermeloooo!!, le gritaba la rubia con sus ojos
cerrados y ya en su último momento antes del orgasmo…
--Lo se culonaaaaa! Lo seeeee!!…Ohhhhh…me voy a venir
en tu zorraaaa nalgonaaaaa!! Tomaaaa! …Tomaaaaa!!, le
gritaba el jadeante Cipriano a Gabriela, --Estoy que te rajo
la zorraaaa por putaaaaaa!!! Te voy a agrandar la zorra lo
que más pueda maraca culiaaaaaa!!!! Le vociferaba a cada
clavada, con esto último se la metió con más fuerzas en su
panocha quedándose lo más ensartado que pudo, Gabriela
por su parte también se quedó quietecita esperando la
venida del viejo, intento abrir lo que más pudo sus muslos,
hasta que ambos en perfecta comunión se tomaron de las
manos y estiraron sus brazos, ensartados uno con el otro,
besándose y moviendo sus pelvis aceleradamente, como si
fueran dos perros en plena faena copuladora, hasta que
don Cipriano le soltó cuantiosos lecherazos que la rubia
recibió casi llorando de placer y calentura, enloquecidos
uno por el otro tocaron el cielo al unísono.

Desnudos y abrazados se quedaron dormidos, fue el viejo


que antes de caer en los brazos de Morfeo, estiro su peluda
mano hacia el velador en donde estaba el retrato en donde
estaban ella, Cesar y Jacobo en el circo, para apagar la luz
del dormitorio, pensó en que más tarde le pegaría otra
follada, y se durmió.

La señora Romina quien en esos momentos aún estaba


abajo del edificio, ya se retiraba a su hogar triste, muy
triste…

Día viernes, 11.30 de la mañana, casa de la señora Romina.

La señora Romina luego de haber hablado con su hijo y el


darse cuenta de que este no le había creído nada de la
infidelidad en que ella había sorprendido a Gabriela, con el
dolor de su corazón puso en práctica el plan B de lo que se
le había ocurrido para no hacérsela tan fácil a la descarada
de su nuera, tomo rápidamente las cosas de su nieto y con
mucha psicología se dirigió al sillón en donde el niño veía la
televisión,

--Jacobito…comenzó diciéndole a su querido nietecito, --En


vista que no podremos salir al campo como yo te había
prometido he pensado que lo mejor para ti es que te vaya a
dejar con tu mamá… ella debe estar muy triste al estar sin tu
compañía…, el pequeño la miraba extrañado no entendía
los reiterados cambios de planes que hacia su abuela en
cuanto a aquel inusual viaje al cual lo había invitado…, la
vieja continuaba, --Yo sé que tú también la extrañas
mucho… no es cierto cariño?.

El niño dándose cuenta que prácticamente ya estaba


decidido que el volvería con su mami ese mismo día solo
asintió con su cabecita, además que a él le encantaba estar
con su mamá, sobre todo cuando su papi no estaba en la
casa, sumado a que él sabía que su mami estaría con su tío
Cipriano, ya que a estas alturas asumía que cuando su
padre se iba al trabajo por alguna extraña razón a su madre
le encantaba invitar a ese señor para que él se quedara en
la casa los días en que su papi se encontraba en el trabajo.

Luego de unos minutos la señora Romina ya se encaminaba


con Jacobo en dirección al departamento de Gabriela, se iba
diciendo para ella misma, --Ya verás ramera de mierda… así
que pretendías estar revolcándote por tres días seguidos
con tu amante…pues no te la hare tan fácil yegua
caliente…hija de putaaaaa…! zorra mal paridaaa…!!
putaaaa…!!! putaaaaaa…!!!! putaaaaaaaaaa!!!!!
En esos mismos momentos Gabriela terminaba de darse
una relajante ducha, mientras el vejete la esperaba desnudo
y acostado en la cama matrimonial de la rubia.

Habían dormido casi hasta las 10 de la mañana, luego de la


colosal follada que se habían pegado casi hasta la
medianoche del día anterior, si hubiesen querido habrían
comenzado nuevamente a aparearse por el transcurso de
toda aquella mañana de día viernes, pero ambos sabían que
tenían todo el tiempo del mundo además que habían
decidido levantarse para ir a realizar el trámite bancario en
donde Gabriela le cedería el dinero ahorrado por años entre
ella y Cesar a una cuenta personal del vejete, ya que ella
como su hembra titular como le había dicho el mismo
mecánico debía ayudarlo en su difícil momento de
adeudamiento monetario que el mantenía, esto a la rubia la
hacían sentirse feliz ya que era ella quien realmente lo
estaba apoyando de mejor forma, y no como esa vieja que
él tenía por esposa que solo le había ofrecido trabajar el
taller.

Mientras Gabriela secaba su cabello solo envuelta en una


toalla, el vejete se vestía admirándola y calentándose con
las bondades de sus muslos y hombros al desnudo, aún no
se la creía que todo lo planeado desde que había conocido
a esa despampanante Diosa casada ya estaba
prácticamente más que consumado, y sabía que era solo
cuestión de tiempo para dejarla embarazada y así poder
lograr que ella terminara de una buena vez con su
matrimonio para el podérsela llevar a vivir con el cómo
marido y mujer, ya vería la forma en deshacerse de su
esposa, eso solo era un detalle mínimo, como también
quería ver la cara de su hermano Pedro cuando le
presentara el magnífico ejemplar de mujer con el cual él
había logrado hacerse. La sensual voz de Gabriela lo saco
de sus mágicos y calentones planteamientos,

--Iremos al banco ahora al medio día, para que Usted


cuanto antes arregle su situación…

--Como quieras reinita… así una vez que nos desocupemos


podremos ir por ahí a dar una vueltita para reunir fuerzas
para esta noche, porque apenas lleguemos del trámite nos
acostaremos y nos dedicaremos a follar y a celebrar, jajaja!!.

Gabriela solo lo miro sonriente mientras movía el cepillo


por su rubia cabellera, ella estaba de acuerdo en todo lo
que le propusiera el vejete, estos tres días solo eran para
ellos dos y nadie más, hasta pensó en decirle en este mismo
momento que ella llevaba en sus entrañas al hijo de ambos,
que él la había preñado como corresponde y que a ella le
encantaba encontrarse en tal estado, pero decidió que este
no era el instante propicio, cuando se lo dijera debía ser en
el mejor momento posible.

En la oportunidad en que ella estaba escogiendo un vestido


para ponerse, opto por uno negro con tirantes, ni muy largo
ni muy corto, de esos que se abotonan por delante, el
vejete no perdía detalles, y cuando Gabriela abrió el cajón
para escoger su ropa interior, este quiso hacerle una
petición a su casada…

--Oiga mi Diosa, quiero hacerle una solicitud, jejeje… La


rubia lo quedo mirando extrañada y en señal de estar
esperando que le dijera lo que él quería solicitarle, así que
el viejo continuo, --No quiero que te pongas calzones ni
sujetador…quiero que vayas al banco solo con el vestido,
jejeje…

--Pero don Cipriano por Dios!… le dijo entre risas y algo


consternada ante lo que le solicitaban, --Como es eso que
no quiere que vaya con ropa interior?…jijiji…me sentiría muy
desprotegida…

--Pero iras conmigo!, así que no te preocupes… nada te


ocurrirá es solo que quiero que mi mujer salga como a mí
me gusta, jajajaja o sea sin calzones, le decía con el brillo de
la lujuria asomándole por sus ojos ya que estaba claro que
la rubia haría todo lo que él le pidiera, y así fue,

--Está bien…! pero ni se le ocurra pensar en que haremos


algo por ahí, porque eso no sucederá, para eso tenemos
nuestra casa…

--Tranquila putita…jejeje tu tranquila que no se me ocurrirá


nada…

En eso estaban cuando sintieron que tocaban a la puerta,


Gabriela quedo mirando extrañada a don Cipriano, quien
podría ser a esa hora?, se preguntó, estaba claro que no era
Cesar, ya que él tenía llaves del departamento. La rubia ya
con el vestido puesto y sin ropa íntima camino hacia la
puerta y miro por el ojo de esta en donde con espanto vio
que era la señora Romina con su hijo. ¿Qué habrá pasado?,
se preguntó asustada mientras caminaba rápidamente hacia
la habitación.

--Donnnn!...es mi suegra… no se a que vino!!…, le dijo con


cara de preocupación desde la entrada de la habitación, el
mecánico se encontraba sentado en la cama, mientras los
golpes de llamado continuaban en la puerta de entrada,

--Y a qué viene!?, no se suponía que había salido de la


ciudad!?...

--Eso es lo que me dijo… de verdad que no sé a qué viene…


pero sígame!, le dijo casi en susurros. Gabriela muy
asustada cruzo su departamento en dirección a la cocina,
don Cipriano la seguía muy entretenido por la situación en
la que andaba metido, o sea el difícil panorama que estaba
viviendo la rubia no le preocupaba para nada.

Una vez que estuvieron en la cocina, una asustada Gabriela


casi musitando le dijo que se metiera en el lavadero y
cubrió la parte del muro en que se apoyó su amante con el
tendedero de ropas,

--Quédese aquí sin hacer ruidos y no salga hasta que yo le


avise…

--Está bien… pero despáchame lo antes posible a la vieja,


que o si no yo no respondo, le contesto en forma
amenazante más para asustarla que por querer armarle un
escándalo de proporciones…

--Está bien… está bien!… pero por favor no salga hasta que
yo le avise…

Gabriela tomando aire e intentando serenarse se dirigió a la


puerta, y ya no esperando nada más le abrió a su suegra. La
vieja entro a su casa como un general en plena movilización
bélica, observándolo todo y mirando en todas direcciones,
--Porque te demoraste tanto en abrirme la puerta!?, le
consulto con su cara llena de ira,

--Por si no se ha dado cuenta vengo saliendo de la ducha,


le dijo Gabriela con sus penetrantes ojos azules, --Suegra le
ocurre algo?, le consulto al darse cuenta que la señora
Romina tenía un semblante jamás visto por ella.

--A mí no me pasa nada… no sé si a ti te ha ocurrido algo


últimamente…

--No sé a qué se refiere, Gabriela ya se estaba comenzando


a poner a la defensiva, era obvio que la vieja esa venia en
son de guerra y ella no estaba para aguantarle nada, en
esos momentos tenía cosas más importantes que hacer…

La vieja intentado serenarse ya que no le convenía levantar


sospechas si es que quería desenmascarar a la rubia, prefirió
no ser tan directa ya que podría poner en alerta a la puta de
su nuera…

--No me hagas caso, la situación es que no podré salir con


Jacobo como te había dicho, diciendo esto último se dirigió
a la habitación del niño a dejar su bolso en donde
aprovecho de mirar a la recamara matrimonial en donde vio
que esta se encontraba vacía y que la cama ya estaba
ordenada, se dijo que al parecer el hombre con el que ella
la había visto besándose ya se había marchado. Camino por
el pasillo y también abrió la puerta del baño en donde al
tiempo que se lavaba las manos miraba intentando buscar
indicios si este aún se encontraba en el departamento, pero
no encontró nada, solo al secarse se fijó en las dos toallas
húmedas que colgaban del perchero de la ducha, esto lo
confirmaba, ella había pasado la noche con su amante pero
no era una prueba contundente para acusarla de su
adulterio.

Al salir del baño la vio hablando con su pequeño, como este


le comentaba de las cosas que había hecho en la casa de su
abuelita…

--Me voy, le dijo al fin, --Tuve un problema y no pude


realizar el viaje, espero que lo comprendas…

--No se preocupe suegra… no hay problema, así tendré más


tiempo para estar con mi nenuco, ¿no es así cariño?, le dijo
refiriéndose maternalmente a su retoño, el chamaquito solo
le asintió con su cabecita…

--Claro… disfruta estos días con el niño… Adiós!!, le dijo a la


misma vez que cerraba la puerta por fuera, (por lo menos
no podrás revolcarte con tu amante a tus anchas como lo
tenías planeado, pensaba la vieja una vez que ya iba
bajando las escaleras del edificio. Que equivocada estaba la
pobre señora Romina).

Una vez que Gaby por fin pudo respirar tranquila, llevo a su
hijo al sillón para explicarle que ella estaba con el tío
Cipriano.

--Jacobo cariño… recuerdas que yo te dije que en los días


que estaría sola en casa me vendría a visitar tu tío Cipriano…
verdad?...

--Si mami lo recuerdo, le respondió el niño quien en ese


momento estaba intentando encender el televisor con el
control de la tele…
--Lo que pasa es que él está en la cocina…, le explicaba, --
No pudo salir porque tú sabes que tu abuela no se puede
enterar que él me visita cuando tu padre no está en casa…
lo recuerdas amor?...

--Si… y también recuerdo que no debo decirle que tú y ese


señor duermen juntos los días que mi papi se queda en el
trabajo… anoche se quedó a dormir contigo?, le consulto el
niño, como si lo que estuviera preguntando fuera lo más
normal del mundo, la casada muy nerviosa por lo que le
preguntaba el pequeño, solo le sonrió sonrojada y le dijo,

--Si amor… anoche el tío Cipriano durmió conmigo…


espérame aquí que lo iré a buscar, y recuerda… yo con el tío
ahora estamos jugando a que somos novios, así que no te
preocupes si nos ves que nos abrazamos y besamos, estás
de acuerdo cariño?.

Gabriela una vez en el lavadero, le dijo al vejete…

--Don…ya puede salir, todo en orden… no se dio cuenta de


nada la vieja esa…

--Y a que venía!?, le consulto el mecánico un poco molesto


por la situación…

--Vino a dejarme a Jacobo, tuvo un problema y no pudo


salir de la capital…

--Y que se supone que haremos ahora con el crío!?… se


suponía que estaríamos tres días juntos y ni siquiera
llevamos el primero!!…, le dijo muy molesto, ahora sí que
don Cipriano se estaba comenzando a enojar de verdad,
por un momento pensó en que la rubia lo despacharía
diplomáticamente…
--No se preocupe por Jacobo…ya he pensado en una
solución, jijiji… hablare con una amiga y estoy segura que
ella nos ayudara y tendrá a Jacobo por unos días, además
que le aseguro que él no le dirá nada a Cesar…

--Jajaja… verdad que si… Ud. sí que piensas en todo señora


Guillen, cada día se pone más descarada y sinvergüenza
jajajajaja!!!, reía a la vez que ya se dirigía hacia el living del
departamento, la rubia sin entender mucho a que se refería
el mecánico solo lo siguió.

Una vez en que don Cipriano, Gabriela y Jacobo ya estaban


rumbo al banco, el pequeño retoño de los Guillen veía
extrañado como el tío Cipriano era el que ahora manejaba
la camioneta de su mami, él estaba acostumbrado a que si
no era su madre quien la manejaba era su padre el que lo
hacía, pensó que tal vez esto también era parte del juego,
ya que se daba cuenta de lo bueno que eran ellos para
jugar a los novios al fijarse que oportunidad que tenían
aprovechaban para besarse, sin mencionar que desde que
se habían subido al vehículo el vejete no sacaba por nada
del mundo una de sus manazas desde uno de las rodillas de
su mami y cuando lo hacía era solo para pasar cambios.

Ya en el banco y mientras Jacobo se entretenía con un


autito de juguete, don Cipriano y Gabriela esperaban a que
les llamaran desde uno de los módulos de atención a
clientes, conversaban muy entretenidos sobre todo lo que
habían vivido desde que se conocieron, de cuando ella
choco al Don, de cómo este había inventado un ataque a su
persona involucrando a Francisco con el único fin de querer
acostarse con ella, de cómo se vinieron las demás
situaciones. En fin determinaban que el destino había sido
muy sabio al hacer que ellos se conocieran por aquellos
días ya pasados.

Cuando el marcador de los números anuncio el que les


correspondía a ellos, ambos se pusieron de pie y caminaron
al módulo de atención. Los atendió un joven ejecutivo
bancario que en cuanto vio a la suculenta hembra que se
acercaba vestida con un exquisito vestido negro, este
quedo hechizado al ver tanta carne de primer corte y con
tanta curva pecaminosa, a la vez que determinaba que sus
potentes piernas eran de ensueño, su cabello rubio lo traía
tomado en una improvisada y juvenil coleta que le
despejaba la lozanía de su rostro, vio que venía
acompañada y tomada de la mano de un desalineado y
panzón viejo de pelo canoso y enmarañado, se percató al
instante que la mujer debía ser la cliente, ya que el tipejo
que la acompañaba tenía apariencia de ser un verdadero
delincuente, según sus apreciaciones. La vio tan divina y
tentadora que jamás se imaginó que ella andaba sin
calzones ni sujetador.

--Buenas tardes…!, le saludo Gabriela con una de sus


esplendorosas sonrisas, el pobre muchacho ya estaba
sudando frio.

--Buenas tardes señoraaa…, el joven alargo la última palabra


a modo de que fuese la mujer quien dijera su nombre, la
casada al percatarse que el joven en forma discriminatoria
casi ni se había dirigido a su acompañante, innatamente y
sin saber por qué se presentó más formalmente…

--Gabriela!… Gabriela Borges de Ventura!!, y el señor es mi


marido, le dijo con propiedad y solemnemente…
Don Cipriano estaba encantado con lo que estaba
ocurriendo, lo último que se había imaginado es que su
Diosa hubiese querido ocupar su apellido con tanto orgullo
como lo estaba haciendo en esos momentos, si hasta lo
había presentado como su verdadero macho, como su
marido!!!, en eso fue que se percató que el joven le estaba
estirando la mano para saludarlo,

--Cipriano Ventura para servirte pendejo!!!, le contesto el


saludo en donde con su tosca manaza de mecánico casi
trituro la delicada mano del oficinista,

--En que puedo servirles…

--Necesito traspasar mi cuenta bancaria a una nueva y a


nombre de mi esposo, le contesto Gaby al ejecutivo
mientras miraba a don Cipriano con una verdadera sonrisa
de felicidad por lo que estaba haciendo, el vejete solo
miraba al joven oficinista con una de sus más burlonas y
aborrecidas sonrisas de triunfo,

--Necesitare ambas identificaciones de identidad…, les


solicito el nervioso ejecutivo para iniciar el papeleo, este
pensaba que como era posible que aquel ordinario tipejo se
acostara todas las noches con aquel tremendo pedazo de
hembra, pero cuando ya obtuvo ambas tarjetas de
identificación no le quedó más remedio que comenzar a
hacer su trabajo.

Mientras el joven tecleaba en el computador y verificaba en


línea los montos y cuentas, Gaby veía como Jacobo
conversaba animadamente con el Guardia de Seguridad
quien en esos momentos le estaba regalando un caramelo
de esos que regalan en los bancos para embaucar a la
gente con sus famosas ofertas crediticias, en eso el
ejecutivo acerco a Gabriela tres fajos de documentos para
que los firmara, le explico casi tartamudeando ya que no
podía quitar la vista de cómo el vejete no dejaba de sobarle
un suave y reluciente muslo a la mujer, era lo que el
apreciaba desde donde estaba ubicado mientras hacía su
trabajo. Le dijo por fin que una vez firmada la
documentación todo el dinero de su cuenta pasaba a la
nueva cuenta del señor Ventura, por lo tanto esta quedaba
en cero, además de aconsejarle que se tomara su tiempo
para pensarlo, que existían cuantas bi personales, en donde
ella aún podría tener control de su dinero, y cuando el joven
aun no terminaba con sus alcances y asesoramientos
bancarios Gabriela sin ninguna gota de razonamiento firmo
los tres documentos en donde hacía el traspaso de su
dinero y el de Cesar, a una cuenta única y personal a
nombre de don Cipriano.

El joven tomando aire, no le quedó más remedio que desde


ese mismo momento tener que dirigirse hacia el viejo con
cara de delincuente y risa burlona.

Mientras a don Cipriano le explicaban los pro y los contras


de los porcentajes, aranceles y otras mamadas bancarias,
Gabriela le dijo al oído,

--Ya está listo… ahora saldrá de sus problemas… iré a mirar


a Jacobo lo espero en los asientos, al decirle esto último la
rubia le dio un exquisito beso en los labios y se retiró
meneando sus caderas en forma elegante y cadenciosa
como solo lo hacen las hembras de la alta categoría, el
joven que no perdía detalle casi se desmayó al darse cuenta
que verdaderamente esa joven mujer rubia quizás hasta
amaba a ese viejo, sintió unos morbosos celos por querer
ser el a quien le depositaban ese pequeño y femenino
besito en los labios.

Una vez hecho el tramite bancario en donde la rubia


traspaso todos sus ahorros a su amante, este mismo
manejaba feliz con Gabriela apoyada en uno de sus
hombros, por fin acababan sus problemas y ya no tenía que
por que largarse de la ciudad, además que ya pensaba en
que destinaria parte del dinero que le había facilitado su
casada, la forma de pago y cuando pagárselo era lo que
menos le importaba en esos momentos, y a Gabriela
tampoco…

--Jajajaja!… gracias pendeja de verdad gracias! le dijo casi


con sinceridad a la vez que le daba un buen abrazo
atrayéndola hacia él, mientras manejaba sin ninguna
incomodidad, --Adonde quieres que vayamos?

--Como le dije antes… que tal si llevamos a Jacobo a la casa


de una amiga, ya hable con ella y se pidió el día, solo me
tomara unos minutos, luego podríamos ir a un parque para
que conversemos y tomemos algo de aire…, atrás de la
camioneta manejo una frazada para poder recostarnos en el
pasto mientras conversamos…

--Lo que Usted mande mi Diosa, jajaja!!… pero que no sea


hasta tan tarde mira que no sé si aguante hasta la noche, lo
único que quiero en estos momentos es meterte la verga,
Jajajaja!!!,

--Hable más bajo… mire que atrás va mi hijo y aunque vaya


jugando igual nos podría escuchar escuchar, jijiji…
La casada iba feliz con su macho sentado al volante,
además que vio a Jacobo muy entretenido mirando por la
ventana, así que se despreocupo que tal vez pudiera oír las
ordinarieces que le iba diciendo el mecánico.

El trámite en la casa de Lidia no duro más de 10 minutos…

--Pero para donde iras por dos días que no te puedes llevar
a Jacobo!?, le consultaba Lidia a su amiga, mientras el
chamaco ya estaba jugando con el hijo de Lidia al interior
del departamento…

--Por ahora no te lo puedo decir… te juro que cuando lo


venga a buscar te lo cuento todo, pero de verdad que ahora
estoy apurada… en su mochila esta todo lo que pueda
necesitar…

--Gabriela… en qué diablos andas metida amiga!?, La


curiosidad ya casi mataba a Lidia, aunque ya intuía que su
amiga le estaba poniendo los cuernos a Cesar, esto le
confirmaba y aclaraba la extraña llamada de Cesar solo hace
algunos días…

--En nada malo…ya te lo contare todo… pero por ahora no


puedo… me están esperando abajo, la rubia estaba
desesperada por largarse lo antes posible con su macho,
quien en esos momentos la esperaba a la salida del edificio
y sentado al volante de su camioneta.

--Estas saliendo con otro hombre verdad?... en el rostro de


Lidia se dibujaba una notoria sonrisa de nerviosa
complicidad…

--Este… si… pero no es nada serio… por ahora solo somos


amigos… y por favor no se lo cuentes a nadie, le respondió
finalmente Gabriela más para que su amiga la dejara ir que
por querer confiarle sus intimidades…

--No me digas!!!… uyyyy… que emoción amiga y


cuéntame…como es el…!??...en que Compañía trabaja!!??,
vamos adelántame algo!!

--Jijiji…de verdad que por ahora no puedo… estoy muy


apurada…, le reitero la casada. La rubia no quería que por
nada del mundo a su amiga se le ocurriera bajar a los
estacionamientos para que ella le presentara a su singular
“amigo”.

Una vez que se despidieron y cuando Gaby por fin ya


bajaba totalmente despreocupada a encontrarse con su
amante, Lidia no aguantándose la curiosidad de ver y tasar
ella misma al galán que debía gastarse su amiga, corrió
hasta el ventanal de su departamento ubicado segundo
piso del edificio, para poder terminar con tanto misterio,
pero en un principio no vio nada novedoso.

Asomada detrás del ventanal miro en todas direcciones,


pero solo pudo ver que en la camioneta de Gabriela estaba
apoyado un viejo de lo más horrendo, era moreno, gordo y
canoso, que fumaba en forma impaciente, dando la
impresión que en cualquier momento forzaba el vehículo de
su amiga para robárselo, como a la vez comprobaba que
por ningún lado se veía el misterioso enamorado de su
amiga, hasta que la vio salir de su edificio, instintivamente
llevo la vista hacia el viejo con pinta de chulo que al ver salir
a la rubia tiro el cigarro que fumaba al suelo, y su espanto
se volvió en asco cuando sus ojos vieron como su atractiva
amiga se abrazaba con aquel sujeto y se mandaban un
sendo y asqueroso besazo con lengua que duro por lo
menos 10 segundos, para luego ver en forma más
agobiante como el hombre le mandaba un fuerte manotazo
en una nalga, conminándola a que ella se subiera al
vehículo.

Sin poderlo creer ni dar crédito a lo que había visto, Lidia


vio a una feliz Gabriela subirse a la camioneta muerta de la
risa hasta que el vehículo se puso en marcha y
desaparecieron de su vista.

Cuando Gaby y don Cipriano llegaron al parque


estacionaron la camioneta en un sector bien apartado y no
tan concurrido de gentes.

Bajo la sombra de un gran árbol, Gabriela tendió en el pasto


el cobertor que saco de la parte trasera de su camioneta, y
se sentaron para descansar, la casada se apoyó en las
palmas de sus manos y estiro las piernas, para luego entre
cruzar sus muslos uno sobre el otro, haciéndola ver
endemoniadamente apetitosa.

Don Cipriano con lujuria le miraba el vestido que le llegaba


justo a la mitad de sus torneados muslos, y el hecho de
saber que ella andaba sin nada debajo no se aguantó las
ganas de abrazarla con poderío para luego comenzar a
sobarla descaradamente, ya que sabía que estaban lejos de
cualquiera.

La rubia ante los grasientos sobajeos a la cual estaba siendo


sometida y notando que el vejete en cualquier momento
podía perder los estribos y follarsela en el mismo parque,
quiso iniciar una conversación para que este se calmara un
poco,
--Oiga don… y como le hiso para poder salir de su casa por
tres días seguidos?, su esposa debe estar muy
preocupada…, le soltó haciéndose la que a ella no le
afectaba la situación de que el fuese casado,

--Solo le dije que debía viajar a ver un negocio para mejorar


el taller… además que ella no ve esos asuntos, el Pie Grande
casi se va a quiebra esos días en que no estuve a cargo, le
decía mientras le sobaba uno de sus muslos…

--Y entonces ahora… quien quedo a cargo del Pie Grande?...

--Deje a la María y al Chango… ellos saben todo el


funcionamiento, claro que les deje anotado todo lo que
deben hacer… que vehículos tienen prioridad y cuales
no…de hecho antes que nos vayamos a tu Depa, pasare a
echarles una miradita, además que olvide hacer la lista de
unos repuestos…solo serán unos 10 o 15 minutos… no te
molesta lindura?, jejeje

--Claro que no me molesta… Ud. Hace lo que debe hacer y


yo lo espero en la camioneta, no hay problema por mi
parte, termino diciéndole la hembra a su macho.

Luego de unos minutos, ambos miraban el verde paisaje, el


vejete continuaba con sus descarados sobajeos sobre el
cuerpo de Gaby.

A solo dos metros de ellos estaban las mesas con asientos


de madera destinados para que las familias que visitaban
aquellas frondosas arboledas hicieran días de picnic, y en
otro Angulo como a unos 40 metros del lugar de donde
estaban ellos semi recostados, estaban sentadas un grupo
de monjitas que destinaban días enteros en aquel parque
para ir a rezar y hacer retiros espirituales, estaba claro que
el don con la rubia, estaban lejos de querer hacer algo más
o menos parecido a lo que hacían las religiosas.

A esa hora de la tarde el parque ya no estaba muy


concurrido, por lo que la pareja de amantes podía estar en
forma un poco más íntima y tranquila, solo la presencia del
grupo de hermanas se interponía a que el aprovechador y
caliente vejete diera rienda suelta a sus bajos instintos.

Pero a pesar de todo la anterior era tanta la empatía que


sentían uno por el otro que hasta sabían aun sin decírselo
ellos mismos que el trámite bancario realizado ese mismo
día debían de celebrarlo solo como a ellos les gustaba, o
sea acostados y sin nada de ropa, lamentablemente para
eso aún faltaba mucho.

Pero el mecánico ya estaba más que caliente y determino


que él no estaba para andar esperando nada, se propuso en
excitar a su mujer para ver si ella le daba un adelantito
además que estaban alejados de todo el mundo, y si las
monjas se les ocurría poner algo de atención en lo que ellos
hacían solo sería un problema de ellas, a él no le interesaba
lo que pudieran pensar de ellos, así que ya sin pensarlo más
se propuso a pasar al asalto.

--Jajajaja… oye culona que tal si nos recostamos para


darnos unos besitos, jajaja…

Gabriela solo lo quedo mirando sonriente, ya que ella


también quería lo mismo, pero le preocupaba tener que
hacerlo en donde de forma no muy retirada se encontraba
el grupo de monjitas que eran como 5 en total y que en
esos momentos se mantenían concentradas en señal de
espiritualidad.

--Ay don, porque mejor no esperamos a llegar al depa?…


recuerde que estamos en un lugar público, además que si
nos recostamos… que pensarían ese grupo de religiosas…?
nos podrían ver…

--Descuida pendeja…solo serán unos besitos, jajajaja, le


decía mientras la fue recostando para el quedar semi
inclinado sobre su curvilíneo cuerpo enfundado en la
diabólica tela negra del vestido, para luego continuar
diciéndole, --Está claro que aquí en el parque no puedo
montarme sobre tu cuerpo y follarte como a ti te gusta, solo
serán unos besos… y yo desde aquí puedo ver si es que a
alguna de esas viejas santurronas se le ocurriera venir a
recriminarnos, jejeje…

--Jijiji…ay don Cipri…pero prométame que Ud. estará al


pendiente de que nadie nos vea o se acerque, mire que de
aquí acostada como me tiene yo no puedo ver nada, jijiji…

--Prometido culona, jajajaj me encanta cuando te empiezas


a comportar como una vulgar puta, jajajaja!!!…, le contesto
el viejo con una calentona y lujuriosa mirada de
impaciencia, --Te juro que si algún degenerado se acerca
para mirarnos yo mismo lo corro a patadas, jajajaja! lo
mismo para las viejas esas, jajajaja!!!…

Gabriela no entendía como se podía sentir tan protegida


con su don Cipriano que en ese momento la tenía
voluntariamente tirada en el pasto de un parque público,
sentía ya en su ranura intima como se le mojaba al escuchar
la forma en que el vejete la trataba de puta, y muy para sus
adentros y en su estómago ya sentía la extraña sensación
de la morbosidad al estar en aquella situación con tal sujeto
y a solo metros de ellos con un grupo de devotas hermanas
religiosas.

Por su parte el mecánico la contemplaba con sus rubios


cabellos desparramados y alborotados en el césped, sus
cándidas facciones le hacían pensar que tal vez la rubia
podría ser descendiente italiana, o francesa, o de cualquiera
de esos países raros de Europa, la cuestión era que él la
tenía ahí tirada en el suelo y a su entera disposición, le veía
su rostro escasamente maquillado que la hacían ver como
un verdadero ángel caído del cielo, su nariz levemente
respingona, con unos exquisitos labios purpuras
perfectamente delineados y bien dibujados, los tenía
entreabiertos mostrándole el nacimiento de una dentadura
blanca y perfecta, ni él se la creía de las reiteradas
oportunidades en que ya se la había culiado, y aun así el
bravo mecánico no se cansaba de poseerla una y otra vez, a
estas alturas estaba siendo asaltado por un nuevo ataque
de calentura que no estaba seguro si sería capaz de
controlar.

La pareja se comenzó a besar en la misma posición antes


descrita, el vejete solo se retiraba por leves segundos para
mirar si es que alguien osaba a mirar como el manoseaba a
su hembra, para luego volver a besarla cada vez con más
lujuria y desesperación, pero la verdad era una sola, lo que
menos le importaba al viejo era que alguien los viera, solo
hacia teatro para que Gaby pensara que él estaba al
pendiente y así ella a base de sus manoseos se iría
calentando cada vez más hasta que perdiera todo tipo de
vergüenza y se le entregara en aquel lugar público, el
mecánico sabía que si lograba esto, el nivel de calentura de
la mujer no tendría límites.

Gabriela en un principio solo se dejaba y disfrutaba con los


salivosos atracones en que el vejete se la estaba comiendo,
poco a poco se iba entregando al desenfreno de la
situación amparada en la posibilidad de que al saberse en
un sitio publico la situación no debería pasar a mayores,
pero a esas alturas ya había notado que al mecánico se le
había parado al notar una leve dureza que le había rozado a
la altura de sus caderas, era evidente que el viejo poco a
poco le estaba acercando su tranca y raspándosela a la
altura de su cintura para que ella se la sintiera, la rubia no
supo en que momento ya estaba que se derretía por sentir
algo así de grande quizás en otra parte de su cuerpo,
pensaba que no era lo mismo una verga amoratadamente
grotesca, gruesa y larga, a una corta y delgadamente rosada
como la de su esposo.

Don Cipriano continuaba con sus lentos movimientos hacia


delante y hacia atrás refregando su verga en el cuerpo de
Gabriela.

La casada entre besuqueos y apuntaladas ya sentía muy


rico, y no hacía nada por detener al ordinario mecánico en
sus avances, solo dejaba que él se saliera con la suya, su
desprotegida vagina desde hace unos buenos minutos que
ya había comenzado a humedecerse y por todo su cuerpo
ya podía sentir esos agradables escalofríos que tanto le
gustaban.

El vejete notando que la rubia ya se estaba comenzando a


recalentar quiso medir el terreno solo para hacerse una
idea, disimuladamente comenzó a acariciarla en su vientre,
esto a Gabriela le encanto ya que sabía que el viejo
prácticamente estaba acariciando al hijo de ambos, pero la
idea de don Cipriano era muy distinta, lentamente comenzó
a desabotonarle el vestido a la altura de su ombligo, él
quería tocar carne fresca y al desnudo, la rubia al notarlo se
entró a preocupar y como pudo separo su boca de la de el
para intentar detenerlo,

--Ay Don… no le siga…mire que estamos en un parque… la


rubia le hablaba con sus ojos cerrados y casi en susurros, ya
que el vejete en esos momentos ya había logrado su
objetivo y había metido un par de dedos por las junturas
del vestido y se entretenía rozándole la suavidad de su
vientre haciendo que la piel de todo el cuerpo de la casada
se le erizara por completo…

--Tu piel es muy suavecita pendeja, eres toda una bebita,


déjame tocarte un ratito, además que no anda casi nadie...,
en eso el mecánico ya había perdido su mano completa, y
descaradamente ya la iba bajando casi a la altura del
nacimiento de su pelvis, con su dedo índice y pulgar ya se
entretenía en estirarle en forma suavecita los dorados
pelitos crespos que Gabriela tenia escasamente en aquella
parte de su cuerpo…

--Noooo Donnnn…Mmmhhhmm…Mmmhhhmm…, la
respiración de Gabriela ya era agitada, --Nos...pue…de…
ver..al…guiennnn…! dijo en el mismo momento en que
apretó sus muslos en señal de proteger su rubio coñito al
sentir los gruesos dedos del viejo que ahora dibujaban
varias rayas en los labios de la ya jugosa vagina,
--Jejejeje no te preocupes culona, estoy mirando y no anda
nadie, como me gusta tocarte la zorra lindura la tienes casi
peladita… como la de una verdadera quinceañera, jejeje…

Esto causó estragos en la febril mente de la casada que ya


estaba que se abandonaba a la situación y que pasara lo
que pasara, no sabiendo nada más que decir, solo le
contesto…

--De ver…dad la tengo como la de una jo…ven… ci… ta?... Le


gusta to…car…mela…?, le consulto a la misma vez que subía
sus brazos para comenzar a acariciarlo por detrás de su
cabeza, perdiendo sus delicadas manos en los enmarañados
pelos canosos del viejo…

--Me encantaaa… mi Yegua calienta vergas… de verdad que


la tienes como la de una pendeja de 17 o 18 años, vamos
por que no me abres las piernas para tocarte mejor… total
estas con tu vestido puesto y nadie te vera la zorra…será
solo un ratito, jejeje…, la cara del vejete ya era la de un
verdadero pervertido.

Gabriela semi inclino su cabeza para confirmar ella misma


que por ahí no andaba nadie, solo vio a las monjas que
estaban ensimismadas en sus asuntos. El grupo de
religiosas estaban totalmente absortas de lo que el viejo
mecánico le estaba haciendo a ella, así que dio su
autorización,

--Esta biennnn toquemelaaaa!, pero solo un ra…ti…toooo!…

Don Cipriano ya casi babeaba en el momento que la vio


subir sus muslos con la planta de los pies apoyados en el
cobertor para luego abrírselos de par en par para que el
tocara todo lo que quisiera, el vestido aunque se le había
subido bastante aun así no dejaba ver el tesoro que la rubia
escondía debajo de este, el viejo simplemente comenzó a
masturbarla a destajo.

En el momento en que el grupo de religiosas terminaba de


su tanda de oraciones, y cuando ya se preparaban para una
opípara merienda a base de galletitas y pastelillos, la
hermana María Escapulario mientras ordenaba la mesa de
madera en donde se llevaría a cabo el santificado ágape,
por pura casualidad puso atención en lo que hacía una
pareja de enamorados que se encontraban en un lugar no
muy alejado de donde estaban ellas.

Mientras sus compañeras de consagración ya tomaban


asiento en el mesón quiso mirar un poco más, achicando
sus ojillos dentro de su habito para hacer más nítidas las
imágenes, a lo lejos vio a una mujer rubia tirada en el pasto
y acompañada de un hombre mucho más viejo que ella, en
un principio no entendía por qué ella estaba con las piernas
abiertas de aquella forma, la veía rara, luego descubrió que
el sujeto que estaba recostado a un lado de ella, este tenía
metida su mano en la altura de su estómago y que se reía
de quizás que cosas, mientras la mujer se mantenía con sus
muslos abiertos y con cara de como si estuviera
concentrada en quizás que cosa, o como si de verdad le
doliera algo, la santa mujer no sabía cómo definirlo, solo
noto que más debajo del estómago de aquella extraña
mujer y como a la altura media de sus muslos algo se movía
rápidamente por la forma en que subía y bajaba parte de su
vestido, en ese momento y por la extraña expresión en su
rostro de pronto y en forma escandalizada determino que
ellos estaban cometiendo pecado,
--Por los clavos de Jesucristoooo!!, exclamo la veterana
religiosa a la vez que dejaba caer de sus manos una bolsa
con galletas, llamando la atención de sus compañeras…

--Que pasa hermana… porque pone esa cara de


compungida, le pregunto una de las monjitas,

--Allá…!! Miren a esa pareja, están… estan haciendo cosas


cochinas…!!!, exclamo a la vez que apuntaba con el dedo
hacia donde estaba la rubia con el mecánico, mientras este
ultimo la seguía masturbando.

Las 5 religiosas, todas con sus manos en la boca se


quedaron mirando con estupefacción el escandaloso show
que se estaba pegando una joven mujer rubia con un
hombre viejo y panzón, los veían besándose.

Los amantes por su parte continuaban en forma más


apasionada que antes, el curvilíneo cuerpo de la casada
sudaba a chorros mientras la masturbaban y ya casi no lo
soportaba más, a esas alturas pensaba que tenía que sentir
esa verga bien adentro de ella, sabía que era altamente
peligroso dejarse follar por el mecánico en un parque, hasta
pensaba en que se podrían cubrir con el cobertor para que
nadie los viera, luego razonando casi a medias se lamentaba
que eso no era posible, pero su mente poco a poco se iba
separando de su cuerpo, era como si este último tuviera
independencia total, la estaban masturbando muy rico, la
rubia no era consciente de las 5 escrutadoras miradas del
grupo de religiosas.

El viejo quien ya se había percatado que el grupo de monjas


los estaban observando, quiso hacer más rica la situación,
su verga ya estaba que se le reventaba de tanta
morbosidad,

--Muéveme la zorra pendeja, demuéstrame que te gusta


que te pajeen en un espacio público, jajaja!!!

La rubia quien al estar tan caliente como el viejo que la


manoseaba solo obedeció, comenzando a mover su cintura
de atrás y hacia adelante como si de verdad a ella la
estuvieran culeando, a la vez que se esmeraba en abrir sus
muslos al máximo posible.

Don Cipriano por su parte sentía los meneos de la rubia con


dos de sus dedos bien metidos en la rubia vagina de su
Diosa, sentía como si en realidad los tuviera metidos en un
sustancioso y delicioso plato de caldos calientes, los sacaba
de la ranura intima de la mujer chorreantes de líquidos de
color amarillo transparente, y se los chupaba mirando en
dirección hacia las monjas, para que ellas supieran que de
verdad lo estaba disfrutando.

--Tenemos que hacer algo por esa pobre mujer, dijo la


hermana Trinidad del Rosario, quien estaba dispuesta hasta
en ofrecer su vida por salvar de la perdición a aquella
perdida mujer,

--Pero y que podríamos hacer nosotras…!!?? Pongan


atención en la cara que pone ella… es de lujuria, esa mala
mujer disfruta como una endemoniada de cómo le flagelan
sus carnes, decía sor María Escapulario, a la vez que se
persignaba…

--Que le están haciendo!?, consulto la hermana más joven


del grupo, una verdadera preciosidad de 18 añitos recién
cumplidos convertida en monjita, que con solo haber
divisado que a una mujer algunos años mayor que ella le
estaban tocando aquella parte prohibida del cuerpo, esto
hacia que a también a ella le estaban dando ganas de como
abrir sus piernas, era extraña esa sensación se decía para
sus adentros, además que le llamaba mucho la atención la
forma en que la mujer abría sus muslos y de cómo se movía
la mano del hombre por debajo del vestido negro, sus
preciosos ojos verdes se cristalizaron enmarcados en el
negro habito que escondían las bondades juveniles que a
su edad eran víctimas de desórdenes hormonales…

--Hermanas yo creo que deberíamos retirarnos…, decía otra


monja que en esos momentos volteaba su mirada para no
ver aquellas atrocidades…

--Ustedes siempre andan apuradas, yo creo que


deberíamos quedarnos a mirar para ver lo que le harán a
esa pobre mujer, para después ir a rezar por su alma, decía
sor Laurita, la angelical monjita de 18 añitos, que movía su
cabeza buscando el mejor ángulo para no perder detalles
de lo que estaba haciendo aquella caliente pareja.

--Pero que mamadas está diciendo hermana Laurita por


Dios!!!, se le salió el improperio a una de las monjas más
viejas y que era la que andaba a cargo del grupo de
religiosas, --María Escapulario váyase al convento y llévese a
la hermana Laurita no vaya a ser cosa que con semejante
blasfemia ante sus impetuosos ojos de niña la vayan a
despertar la comezón de la carne y la hagan caer en las
garras del padre Ramón.

La escena era tan escandalosa que el grupo de monjas


prefirió largarse de aquel lugar. Mientras se alejaban casi
corriendo la única que volteaba en forma sonriente y
afirmándose el habito para que no se le cayera era la
hermana Laurita, a quien las monjas más viejas se la
tuvieron que llevar casi arrastrándola, para que la
consagración de la monjita de 18 años no se les fuera a ir a
la verga con tanta lujuria en aquel pecaminoso parque.

El caliente mecánico vio la retirada del grupo de religiosas,


pero él no estaba dispuesto en finalizar semejante bacanal
lujurioso que le estaba regalando la excitada hembra
casada.

Pero las horrorizadas religiosas no serían las únicas que


presenciarían lo que la salida pareja de amantes ya casi
estaban dispuestos a concretar en aquel parque público,
mientras las monjas huían despavoridas, un distraído
personaje se venía acercando ensimismado en revisar los
botes de basura que adornaban distintos puntos del
parque, buscaba si en estos podría encontrar algo para
comer, a la vez que arrastraba un oxidado carro de
supermercado, en este poseía todos los enseres que poseía
en su miserable existencia, como también desconocía lo
que el destino le tenía preparado.

El extravagante y ordinario pordiosero ya estaba a solo tres


metros de donde estaba don Cipriano con Gabriela, quienes
se mantenían muy excitados en lo que estaban haciendo,
mientras el mendigo escarbaba con sus manos
ennegrecidas por la mugre al interior del basurero, un
extraño gemido de mujer lo distrajeron de su diaria tarea de
subsistencia, alzo su perdida mirada de desvalido llevándola
hacia el lugar de donde venían los eróticos sonidos, hasta
que los vio.
El hombre y la mujer estaban tirados en el pasto solo a 3
metros de donde estaba el, aun lado de ellos estaba la
camioneta que él había visto desde lejos, la mujer se
mantenía con las piernas abiertas y las rodillas dobladas
hacia sus muslos, mostrando así una muy generosa y
apetitosa porción de estos. El macho que la acompañaba no
paraba de masturbarla mientras ella solo se dedicaba a
gozar y a nada más que gozar, así lo pensaba él al ver la
cara de desesperación que aquella imponente mujer rubia
ponía cuando cerraba apretadamente sus ojos, a la vez que
empuñaba el pasto arrancando pequeñas cantidades de
este, para luego repetir la operación con sus delicadas
manitas, extrañamente y como desde hace ya mucho
tiempo no lo hacia su verga comenzó a endurecerse, ya que
hacían años que su mirada de viejo indigente no veía algo
similar, aquella mujer era extraordinariamente hermosa.

Don Cipriano lo había visto desde hace rato, simplemente


se hizo el desentendido y lo dejo acercarse, ya que el solo
imaginarse a ese mamarracho y harapiento sujeto
pelándose la verga a costillas de su mujer, en vez de
espantarlo una perversa calentura se había apoderado de su
mente, pero lo que más lo excitaba era imaginar que
reacción tendría su hembra cuando se diera cuenta que
ellos tenían compañía. Por lo que se puso manos a la obra
para ver cuál sería el comportamiento de ella.

--Te gusta que te pajeen la zorra en público putita!!??, le


consultaba el mecánico a la casada mientras le pasaba su
asquerosa lengua por la cara, y como a su vez redoblaba la
velocidad de sus dedos en movimientos de entrada y salida
desde su vagina…
--Siiiii… le contesto la excitadísima hembra, cuando sintió
los labios y la lengua del mecánico chuparle uno de sus
oídos. Con sus ojos cerrados e inconsciente de que ella
estaba diciendo una intimidad delante de un extraño, y que
clase de extraño, sus caderas no paraban de menearse, a
estas alturas la pobre ya estaba casi dispuesta a todo lo que
le exigiera su macho…

--Jajajaja que puta que eres nalgona…, el perverso de don


Cipriano miro hacia donde estaba el viejo vagabundo, este
ya se masajeaba la verga por entre medio de los sucios
harapos que usaba por ropa, el mecánico deseaba que el
asqueroso mendigo escuchara lo que él le decía a la mujer,
el tipo extraño puso atención, ya que noto que no había
peligro de que él se encontrara tan cerca de ellos, don
Cipriano continuo, ahora hablaba más fuerte que antes, --Y
qué pasaría si alguien nos viera haciendo esto, estarías
dispuesta a seguir haciéndolo?

Gabriela con sus ojos cerrados pensaba en esto último,


notaba que el vejete ya había comenzado con sus salidas, y
esto a ella la calentaban aún más de lo que ya estaba,
imaginándose que cualquier tipo de gente podría pasar por
las cercanías del lugar en donde fácilmente podrían ser
observados, quiso jugar un ratito con su amante, esto le
agradaba y la excitaban…

--Si Donnn, estaría dispuesta a seguir haciéndolo mientras


nos observan…eso sería muy ricoooo… le contestaba
pensando que este era otro de los juegos de palabras del
mecánico…

--Jajajaja… y dime, continuo el vejete mientras miraba al


desastrado y caliente espectador que ahora movía su mano
en forma desesperada entre sus rotosas vestimentas a la
altura de la verga, --Que harías si te dejara aquí solita
masturbándote y llegara un viejo degenerado y caliente a
violarte… y que este fuese aún más viejo y asqueroso que
yo mismo, jajajaja!!!! … te dejarías putita…???

Por algunos segundos se hizo un silencio, solo se escuchaba


la pesada respiración de la rubia y los chapoteantes dedos
de don Cipriano en su tajito de carne, el vagabundo con
solo imaginarse que cabía la posibilidad que aquel tipo le
prestara por un ratito a tan tremendo pedazo de mujer, el
pobre ya estaba que lloraba de calentura contenida, el
mecánico continuaba,

--Vamos contéstame pedazo de puta… yo sé que te gustaría


ser violada y que te metieran a la fuerza una verga
desconocida… El mecánico la veía dudosa como si de
verdad se lo estuviera pensando, situación que elevaron su
nivel de lujuria a limites casi no permitidos, hasta que
escucho su respuesta…

--Ay… no lo sé Don… no sé si disfrutaría de que me


vio…la…ran… unos desconocidos, la casada no paraba de
menear sus caderas, ahora lo hacía de una forma más
erótica de como lo había estado haciendo antes, o así por lo
menos lo notaba el caliente mecánico.

Luego de esta respuesta don Cipriano puso atención en dos


cosas, la primera en lo que ya se dijo y que era en que la
rubia no paraba de menearse en forma exquisita, y lo
segundo y lo más importante era que él le había
preguntado si le gustaría ser violada por un desconocido,
pero la caliente de Gaby luego de pensarla por un
momento le había contestado en plural:” Ay… no lo sé
Don… no sé si disfrutaría de que me vio…la…ran… unos
desconocidos”. Esto solo significaba una cosa para don
Cipriano y era que quizás que degeneraciones estarían
pasando por la mente de la rubia, determinando finalmente
que su Diosa ya estaba hirviendo de calentura.

--Vamos lindura yo ya sé que estas tan caliente como una


verdadera yegua en estado de apareamiento animal,
admítelo… reconoce que serias capaz de ponerte a culiar
con cualquier viejo asqueroso que en estos momentos se
cruzara por tu camino, jejejeje, la verga del viejo Cipriano ya
estaba que reventaba por todas las ordinarieces que le
estaba diciendo a Gabriela, nunca en su vida antes de
conocerla se habría imaginado de estar en tales
circunstancias con una Diosa de aquellas características, el
mendigo por su parte también ya estaba por casi exigir que
él también tenía derecho de disfrutar con tan suculenta
mujer, hasta que las femeninas palabras fluyeron de los
labios de la rubia como un verdadero milagro para los
oídos de ambos vejetes…

--Ohh Donnn… creo que siiiii…

--Sí que pendejaaaa… quiero la frase completa… Diloooo!!!,


el mecánico ya estaba al borde de un paro cardiaco al igual
que su improvisado compañero espectador,

--Siii, creo que me dejaría… dejaría que un asqueroso y viejo


sujeto me violara… Ohhh!! Diossss!!!, Gabriela sintió un
caliente chorro de jugos vaginales que salieron expulsados
de su zorrita bañando los dedos del mecánico…

--Pero te lo metería a la fuerza… estarías dispuesta a eso


nalgonaaa!?…
--Si mi Don… me encantaría…! me encantaría que me lo
metieran a la fuerza… Mmmmm… Mmmmm…

El caliente mecánico estaba encantado con todo lo que


estaba sucediendo, una vez más se preguntaba como
aquella encantadora mujer rubia de solo 26 años, casada y
madre de familia, podía ser tan caliente!, tan puta…!!, tan
zorraaaa!!!, pero él quería seguir explotando toda la
calentura que ella ya destilaba hasta por sus poros.

--Abre los ojos pendeja…!, le dijo el mecánico, Gaby solo


abrió los ojos para quedarse mirándolo y a la espera de
cualquier cosa que el viejo le exigiera que ella hiciera o
dijera, era todo tan rico pensaba en las acaloradas
nebulosas que se habían instalado en su conciencia, hasta
que nuevamente escucho la aguardentosa voz de su macho,
--Mira en esa dirección, don Cipriano apunto con su cara
hacia donde había un bote de basura…

Gabriela automáticamente cerro sus piernas en forma


desesperada, en el momento en que su azulada mirada se
encontró con la estrafalaria y mugrienta figura de un viejo
de edad avanzada, creyó morir de asco, este se encontraba
masajeándose el paquete solo a un par de metros de ella
mirándola con ojos de enfermo mental,

--Donnn!! Que hace ese hombre ahí!?, le consulto la rubia al


mecánico casi en susurros,

--Jajajaja…!!! No te asustes rubita solo se ha estado


calentado mientras tú también disfrutabas, jajajaja…

--Pero yo pensé que estábamos solo Usted y yo…, Gabriela


había puesto una mano sobre la del mecánico, para que
este parara de masturbarla, el viejo continuo con sus
peladeces, estaba claro que él quería seguir con la función -
-No ha visto nada de tu cuerpo, tu vestido siempre cubrió
esta cosita que desde hace rato está pidiendo verga,
jajajaja!!!

--Don ya pare… ese hombre me pone nerviosa… mire si no


para de mirarnos,

--Claro que no para de mirarte putita… tú debes ser un


bocado muy tentador para el… jajajaja… vamos sigamos en
lo que estábamos y no te preocupes que nada malo te va a
ocurrir, el viejo no paraba de masturbarla.

Gabriela solo quedo mirando al mecánico sintiendo sus


dedos como hurgaban en su vagina, lo vio a sus negros
ojos y su sonrisa burlona, no entendía muy bien lo que su
Don pretendía hacer con ella, pensó en las palabrotas que
ella misma había dejado salir de su boca animada por las
ocurrencias de su macho, había aceptado dejarse culear por
un asqueroso desconocido, pero ella pensó que todo esto
era juego de palabras, llevo su mirada hacia el indigente,
este era un viejo de entre 60 y 70 años, en su canosa barba
de meses habían gruesas greñas de comida seca que se
pegaban a los pelos de este. De cara ennegrecida por la
suciedad, su vestimenta, si es que a eso se le podía llamar
vestimenta, estaba toda hecha por un material muy
parecido al de los sacos harineros, pero mucho más roídos y
percudidos por la tierra mezclada con sudor corporal, Gaby
ya creía notar la hediondez de aquel deslucido y marchito
cuerpo.

La rubia sintiendo y consciente que don Cipriano no paraba


de estar pajeandola se sentía nerviosa, alterada, excitada,
candente, loca de deseo y sin saber realmente lo que estaba
sintiendo, en un impulso incontrolable, dejo salir de su coño
otra no menor cantidad de jugos vaginales, demostrándole
al caliente mecánico, que ella a pesar de todo aún se
mantenía caliente, a la vez que le agarro la manos que este
le tenía metida en la entre pierna, y se la empujo con fuerza
contra su palpitante vagina por encima de la tela de su
vestido.

Don Cipriano al notar la calentura en que se encontraba su


hembra, simplemente retiro su mano y dejo que ella
siguiera solita dándoles el mejor show masturbatorio que
les quisiera regalar a él y ese extravagante espectador que
les había caído del cielo.

Gabriela se apretaba su manita con fuerza contra su vagina,


notaba la tela del vestido que ya estaba humedecido por
los líquidos que fluían desde su encharcada vagina,
mientras más pensaba que aparte de su don había otro
sujeto que jamás en su vida había visto antes mirándola
como ella se estaba tocando, esto más la sulfuraban y la
animaban a seguir haciéndola, además que sabía que don
Cipriano estaba con ella, esto la hacían sentirse segura. Su
excitación era tal que sintió cuando sus tetas se
endurecieron contra la parte superior del vestido,
mordiéndose los labios empezó a contonear sus caderas
contra su mano, con la otra se sobaba uno de sus muslos.

El caliente y feliz mecánico no decía nada y no hacía nada,


solo podía sentir la pesada respiración de su Diosa, a la
misma vez que miraba como el destartalado desconocido
ya buscaba entre sus ropajes en forma desesperada para
dejar asomar su hedionda verga. El vejete la veía tan
caliente y abandonada que no dudo en hacerle la morbosa
solicitud…

--Desabróchate el vestido pendeja… muéstrale todas tus


cositas a ese pobre infeliz que se está pajeando en tu
honor, jajajaja!!!

Increíblemente el vejete pudo observar que la rubia no dijo


nada, solamente seguía inmersa con su manita moviéndola
en la parte de su coño, así que no lo dudo para insistir,

--Qué esperas culona…? ábrete el vestido y muéstrale la


mercadería a ese pobre hombre, los ojos de don Cipriano
ya se encontraban inyectados en sangre por la tremenda
morbosidad que sentía al estar haciéndole aquellas
perversidades a su mujer, a la esposa de otro hombre, y que
también era madre de familia.

Cuando el vejete ya casi enloquecido por la calentura y la


perversión determinaba que sería el mismo quien la
despojaría del vestido, casi se infarto cuando vio que
Gabriela con la misma manita en que había estado
sobándose el muslo, esta lentamente la subía a la altura de
sus tetas para sencillamente comenzar a desabotonar aquel
endemoniado vestido negro que se había puesto aquella
mañana antes de salir a los trámites bancarios.

Los dos viejos ya casi babeaban, cuando fue el turno del


segundo botón, y vino el tercero, y el cuarto, hasta el
quinto, para luego verla que con sus ojos cerrados la
excitada hembra procedía a abrir de par en par su vestido
para mostrarles lo que ella poseía debajo de este, la rubia
en ningún momento hiso el intento de cerrar sus muslos,
siguió masturbándose tal cual como estaba, tampoco hiso
reparos cuando el mecánico deslizo su vestido por debajo
de su cuerpo para retirárselo completamente y dejarla
totalmente desnuda, a la vez que se paraba y se separaba
de su cuerpo.

El mecánico una vez de pie y de asegurarse el mismo que


nadie se viniera acercando para aguarles la fiesta, la miraba
aun sin creérsela, su verga ya exigía ser liberada para
internarse al interior de las carnes de la casada, si hubiese
sido otra la situación a don Cipriano le hubieran dado ganas
de molerla a patadas, el viejo era un hombre celoso y
machista hasta mas no poder, pero sabía que en aquellos
lujuriosos momentos su hembra se encontraba en sus
dominios y había sido el quien la había llevado a tal estado,
además que tenía claro que aquel esperpento de la
naturaleza que los acompañaba y que se masturbaba como
un mal nacido a costillas de su casada, no era rival para el sí
a este se le ocurría hacerle algo a su Diosa.

Por su parte el caliente y excitado pordiosero, aun no creía


lo que estaba viviendo, esa mujer que le acababan de retirar
el vestido luego de habérselo abierto ella misma y que
además no llevaba nada puesto debajo de este, era una
celestial criatura que irradiaba sensualidad por cada
centímetro de su loable anatomía, era una hembra
encomiable, un tremendo pedazo de mujer que ni en sus
más eróticos sueños había sido capaz de vislumbrar, como
animal enjaulado la recorría y se la devoraba con sus
miserables ojos de indigente, su arrugada y vieja verga
había adquirido una rigidez que en años no había
experimentado.
Mientras tanto Gabriela sabiéndose desnuda y excitada, no
paraba de masturbarse, tal como le había solicitado su
macho, y el solo saber de qué les acompañaba un
asqueroso hombre como nunca antes había visto, su cuerpo
le hacía sentir que en cualquier momento ella estallaría de
calentura, se sentía tan caliente…!! Tan calienteeee!!!!,
pensaba ya su desequilibrado temperamento de mujer
guarra e infiel. Se deslizaba la yema de sus dedos por toda
su zorra, se sabía empapada de líquidos, lo cual la hacían
gemir de placer.

Deseaba que don Cipriano despachara lo antes posible a


ese inmundo tipejo para que le pegara la culeada de su vida
en aquel parque público, con estos libidinosos
pensamientos empezó a masturbarse con mas
desesperación. Primero despacio, y casi rozándose, pasando
los dedos por cada poro su sensibilidad vaginal.

Gabriela estaba tan enardecida que hasta se mordía los


labios a tal estado que casi podía hacérselos sangrar,
estaba al borde del orgasmo, necesitaba llegar a un
orgasmo, y era tanto el placer que sentía nuestra perdida
casada que notaba como su cuerpo se contraía, su espalda
se arqueaba en el pasto buscando sentir más dentro de ella
aquellos dos dedos que se estaba metiendo.

--No pares culonaaa!!!, no pares!!!!!, era lo único que era


capaz de decirle el mecánico, entre gemido y gemido de
profunda calentura que emitía su mujer, ella en su fuero
interno y en esos momentos lo único que deseaba en la
vida era buena culeada…
--Sí que no pareeee!!!, aportaba también el viejo pordiosero
que ya se había acercado lo bastante para no perderse
ningún detalle de aquella fantástica función.

Don Cipriano con el brillo de la maldad saliéndole por su


enrojecida mirada se dirigió por primera vez al miserable
vagabundo,

--La quieres probar pendejooo!!??

El vagabundo sintió como si lo noquearan por la inmensa


felicidad que sintió al escuchar que le estaban ofreciendo a
que el mismo probara ese tremendo cuerpo femenino de
aquella caliente mujer rubia que aún se mantenía con sus
muslos abiertos como si estuviera esperando a que le
metieran una verga, solo se dio a asentirle al mecánico, a la
vez que ya se imaginaba montándola y follandola hasta
morir de pasión en aquel portentoso cuerpo de Diosa, que
lo esperaba para cobijarla a él y a su verga al interior de ella.

Gabriela quien dentro de toda su calentura al escuchar el


tremendo disparate que le estaba diciendo don Cipriano a
ese asqueroso hombre, automáticamente ceso en la faena
masturbadora que se había estado pegando, su azulada
mirada se posó incrédula en la hedionda y parada verga de
aquel miserable hombre, su mente trabajaba a mil, por
alguna extraña razón su cuerpo no le permitía hacer que
ella cerrara sus piernas y se mantenía totalmente abierta
mostrándoles su chorreante vagina en total magnificencia.

--Pues ve y culeatela…!! Veras que es muy rica para follar…


al principio se menea suavecito, pero cuando se calienta se
transforma en una verdadera yegua, jajaja!!!, anda y
sirvetelaaaa…!!! A ella le va a encantar…jajajaja!!!!!
Gabriela con espanto vio como aquel nauseabundo hombre
que seguramente llevaba años sin bañarse se le estaba
acercando mucho más lo debido, y claro si ella misma
acababa de escuchar que don Cipriano había dado su
autorización para que se la cogieran, solo atino a dirigirse
en forma espantada hacia la caliente y desfigurada cara del
mecánico…

--Don Cipriano por Diossss… no deje que me lo hagaaaa!!!,


le dijo a la misma vez que cerraba sus muslos por el pavor
que le causaba al solo imaginarse a ese hediondo tipejo
subírsele a las suavidades de su cuerpo…

--Jajajajaja… no te preocupes nalgonaaa solo serán un par


de cogidotas que te pegara este pendejo… con esto
aprenderás que nunca debes salir de tu casa sin calzones y
andar abriéndote de patas en parques públicos… jajajaja!!!!!

El mendigo solo escuchaba como la pareja se enfrascaba en


una discusión, el solo quería que esa tremenda y curvilínea
mujer de una buena vez se volviera a abrir de piernas, su
caliente y desesperada mirada solo se concentraban en ese
exquisito triangulo de pelitos dorados que estaban
escasamente ubicados en la pelvis de la mujer y que estos
se perdían tímidamente hacia el interior de sus muslos
juntos.

--Donnnn… por favor no me haga esto…!!, seguía rogando


la rubia, --Yo solo hice lo anterior porque Ud. Estaba a mi
lado… y pensé que le gustaba…

--Pues claro que me gusto lo que hiciste putonaaa… pero


ahora quiero que abras esas piernotas que te gastas y te
pongas a culiar con este niño que de seguro lleva
acumulando por meses una buena cantidad de
semen…jajajaja!!!

Gabriela sin querer ni tener propósito su mirada se desvió a


aquella terrible y asquerosa verga cuando el vejete le dijo
de la buena cantidad de semen que el hombre podría
poseer, y un extraño brillo se reflejó en ellos por solo unos
segundos, para luego volver a solicitar clemencia por parte
de su macho…

--Nooooo don Cipriano de verdad que no quiero hacerlo


con el…

--Pero si tú misma me dijiste que te encantaría hacerlo con


un asqueroso hombre, pues bien aquí tienes uno así que
disfrutaloooo!!!

--Donnnn… solo eran fantasías…!!!, la cara de la rubia estaba


distorsionada por el estupor… veía que don Cipriano no
cambiaría de opinión.

El mecánico se sentía transportado por un nivel de


calentura que jamás en su vida había sentido, que
estupenda se veía su mujer desnuda y tirada en el pasto,
intentando de por todos los medios pasibles y que eran
escasos de proteger su entrada intima, y con un viejo
mendigo a su lado con el firme propósito de cogérsela,
pero él quería nuevamente sopesar su grado de calentura y
su nivel de obediencia para con el…

--Fantasiaaaa!!!, solo mírate puta de mierdaaa!!!, estas


encuerada en pleno parque público y a media tardeeee…!!!
Así que ahora abre esos muslos y ponte a culear como la
puta que eresss, jajajaja!!! Lo vas a hacer porque yo lo
digoooo!!!! Escuchaste zorraaaaaaaaa!!!!!!!!!!

La casada sintiéndose perdida, asqueada, y sometida


solamente dejo caer su cabeza hacia atrás, poso su mirada
en la verga y en las desesperadas facciones de calentura en
la mugrienta cara del asqueroso mendigo que estaba solo a
segundos de culearla, pero don Cipriano había sido claro y
enfático, y ella con toda la calentura que había sentido en
esa acalorada tarde sintió que los latidos de su corazón se
le aceleraban, se le taparon sus fosas nasales por el
repentino aceleramiento sanguíneo, y pensando en eso que
dijo don Cipriano: de las grandes cantidades de semen
espeso y caliente que aquel horrendo tipejo debía tener
acumulado en sus bolas, simplemente se fue abriendo de
muslos a la vez que también los recogía, estaba lista y su
vagina ya había comenzado a latir y exigir que le metieran
lo que le acaban de ofrecer, solo faltaba que aquel
asqueroso hombre tomara lo que ella le estaba ofreciendo y
a solicitud de su macho, fuera este asqueroso hombre el
que le pegara la culiada de su vida…

El desastrado y calamitoso tipejo casi babeando poso una


de sus mugrientas manos en uno de los relucientes muslos
de Gabriela, ella al sentirlo aguardaba con sus ojos cerrados
el primer contacto de esa hedionda verga con los tiernos
pliegues de su dorada vagina, se preguntaba como seria
todo aquello, pero solo fue esa pequeña y extrema
suavidad lo que sintió el pobre infeliz, cuando poso su
roñosa mano en el muslo de la casada ya que don Cipriano
lo agarro fuertemenete por el cuello aprisionándolo con
uno de sus brazos a la vez que le decía a su mujer…
--Jajajajaja… de verdad que te la creíste que iba a dejar que
este pendejo te la metiera… toma tu vestido y enciende el
motor de la camioneta, jajajaja!!!!

Gabriela volviendo en si al instante y escuchando y viendo


lo que estaba sucediendo rápidamente se puso de pie
agarro su vestido y se fue corriendo al vehículo, horrorizada
veía como don Cipriano estaba pateando al ahora na tan
caliente pordiosero, pero lo que más la espantaba es que
hubo un momento que en su mente en forma muy mínima
había deseado sentir esa verga hedionda y asquerosa
profanar sus encantos de mujer, había sido mínimo, pero lo
había deseado.

--Es Usted un peladooo!!!, un desgraciadoooo!!!!, como se


le ocurre hacerme ese tipo de bromas!!??, le decía una ya
más calmada, pero sí muy enojada Gabriela a don Cipriano
mientras se ponía el vestido con la camioneta ya puesta en
marcha…

--Jajajajaja te hubieses visto la cara de zorra asustada que


tenías cuando aquel tipo se aprontaba a meterte la
vergaaa!!!, jajajajaja!!!!!!

--Yo no le veo cual es la graciaaaa…!!! yo solo me iba a


dejar porque Ud. parecía que hablaba en serio…

--Y está muy bien mi reina… tú debes hacerme caso en


todo… pero… jajajaja!!!, el viejo no aguantaba las ganas de
reírse. Así continuo el viaje hasta el departamento de la
sonrojada hembra, con la rubia muy avergonzada por lo
que había hecho en el parque, y con don Cipriano
burlándose de ella a cada minuto. El viejo desconocía que
muy al interior de la mente de la casada el mismo se había
encargado de hacer una pequeña fisura de depravación que
Gabriela muy bien había percibido, mínima, pero percibida
igual.

Una vez que don Cipriano dejo a la rubia en el


departamento, el agarro la camioneta de Gabriela y se
dirigió al Pie Grande, por la hora sabía que aún podría
encontrar a María, para que le diera las novedades, si
fuesen otros tiempos capaz que hasta le hubiera pegado
una buena follada al interior de la oficina con cama, pero a
estas alturas y por muy buenota que estuviera su sobrina, ni
se le comparaba al forrazo de mujer que ahora se gastaba,
así que desecho la idea.

María y el chango conversaban animadamente, mientras


esperaban la llegada del tío de la joven,

--Y crees eso que dijo mi tío… que se iría a vivir por tres días
al departamento de Gabriela?, le pregunto la chamaca a su
amigo de infancia…

--Pus ahora yo le creo toditito lo que dice mi jefecito,


recuerda que lo vimos nosotros mismos…

--Si! lo sé! pero me cuesta creer que Gabriela se acueste


con él, después de lo que ella misma vio y escucho cuando
él quiso aprovecharse de ella… Oye chango te puedo hacer
una pregunta?...

--Pus claro…vamos tírala…

--Ese día en que los viste de frente al interior de la bodega…


te excitaste?
El chango se puso muy nervioso con la pregunta que le
hacia la sobrina de su jefe y en el momento en que el
Chango le iba a responder, vieron como la portentosa
camioneta de Gabriela se adentraba hacia el interior del
taller, con nada más y nada menos que con don Cipriano al
volante, le faltaban los puros lentes oscuros pensaron a la
par la pareja de jóvenes…

--Como está la pareja de chamacos…jajajaja!! Les saludo el


viejo cuando se bajó del vehículo dando un sonoro portazo,
ambos jóvenes notaron que el vejete venia de buen humor,

--Tío, comenzó María, --Le estábamos esperando para que


nos de la lista de repuestos, como mañana es sábado el
Chango ira a primera hora a comprarlos para tenerlos listo
para el lunes, recuerde que mañana no abrimos. Cuando el
vejete le iba a decir algo a su sobrina esta saco su celular ya
que estaba recibiendo una llamada de Francisco, le hiso una
seña para que la esperaran alejándose un poco de ellos
para poder hablar un poco más tranquila.

El chango y el viejo tío de la joven quedaron embobados


mirando el cuerpo enfundado en un endemoniado vestido
azul tipo minifalda que usaba para trabajar de edecán, este
se entallaba muy bien en su figura remarcando cada línea y
cada curva que la joven sobrina de don Cipriano poseía en
su anatomía.

María no era tan alta como Gabriela, debía medir por lo


menos 1.67 de estatura, no era blanca pero tampoco era
morena del todo, estaba en el límite de ambas
características.
Tal como lo había advertido Gabriela en la ocasión que
trabajo con ella, María era una chica bastante bonita, y a
pesar de no ser tan tremendo pedazo de mujer como lo es
nuestra casada, la chica también tenía como defenderse,
por algo el viejo Cipriano se aprovechaba de ella desde sus
tiernos 17 años, y no era que la viviera follando todos los
días o todas las semanas, ya lo habían hecho en 4 ocasiones
para ser más exactos, y claro que con plena autorización de
su parte, si solo hacían un par de meses antes que el vejete
conociera a Gabriela la había hecho debutar por el culo,
pero solo a medias ya que su gruesa verga no le pudo
entrar por completo tanto por su vagina, como tampoco
por su orificio posterior.

El caso era que en estos momentos los dos mecánicos casi


se la estaban comiendo con sus ojos, la chica de 19 años
estaba de perfil en donde los cuatro voraces ojos la
estudiaban y la recorrían desde su sedosa cabellera negra y
lisa, pasando por su carita que aún era la de una casi
adolescente, bajando por sus tetas que no eran tan
grandes, pero si tenían un tamaño perfecto para
agarrárselas y exprimírselas hasta saciarse en ellas,
siguiendo por su vientre y por donde detrás se le levantaba
un culo carnoso y bien formado, para luego dar paso a unos
muslos preciosos para su volumen y estatura, en si la chica
estaba normalmente buena para encamársela.

--Uffff que buena está la María mi jefe… que cabron mas


suertudo es ese Francisco… opinaba el chango moviendo su
cabeza hacia los lados, en señal de sufrimiento contenido…
--Si esa pendeja está bien buena!…pero tú fuiste el imbécil
que no te avivaste antes que Francisco, así que no te
quejes… además que no hay como mi mujer!!…jajajaja!!!

--Se refiere a su esposa?, le consulto el chango un poco


extrañado por lo que decía su jefe, ya que la vieja que el
mecánico tenía por esposa era muy fea…

--Si serás estúpido pendejoooo!!! Me refiero a mi mujerrrr, a


mi hembraaa!!!, a Gabrielaaaa… pedazo de idiotaaa!!!, le dijo
a la vez que le daba un palmetazo en la cabeza a modo de
corregirlo y que se dejara de ser tan idiota, --O acaso ya se
te olvido que me la estoy cogiendo!?

--Ahh si de verdad!… es que estaba mirando a la María!!,


jejeje!! Por eso me desconcentre…oiga mi jefe y cómo es
eso que Ud. anda en su camioneta?

--Pus… porque ahora todo lo de ella es mío…jajajaja!!! Te lo


dije peludo de la gran puta… esa mujer iba a terminar
siendo mía y ya lo conseguí, jajajaja!!!!, Vamos a la oficina a
esperar que la María termine de estar calentándose
telefónicamente con el imbécil de Francisco, jajajaja!!!!

Los dos mecánicos se dirigieron a la oficina en donde


destaparon unas cervezas, el chango quiso seguir haciendo
consultas sobre la relación de su jefe con la hermosa mujer
rubia, esto lo excitaba en el buen sentido de la palabra.

--Oiga mi jefe…hoy lo llamo don Felipe y se notaba muy


enojado…dijo que ya estaban casi en el plazo… y que
cuando se le aparecería por su oficina con el dinero que le
debía, o con la puta que Ud. le había ofrecido…
--No mames… y que le dijiste imbécil!?, le consulto el vejete
a su joven ayudante al mismo tiempo que bebía su cerveza,

--Pus que Usted no estaba… y que no llegaba hasta el


lunes…

--Jajajaja!! Bien hecho pendejo… en uno de estos días le iré


a pagar la deuda…

El chango se quedó pensando por algunos segundos en lo


que había dicho su jefe, hasta que decidió hacerle la
espinuda pregunta ya que entre ellos existía mucha
confianza a pesar del exaltado carácter del mecánico más
viejo…

--Oiga jefe?… y aun piensa en eso que dijo Usted… de


llevarle a la señora Gabriela para que el negro Felipe se la
coja y así salir del apuro?

--Noooooo!!… esa mujer es solo mía changuito… jajajaja!!!

--Ufffff, Usted sí que es bravo mi jefeeee!!! Como me


gustaría estar en su pellejo, le soltó el chango, haciéndole
ver claramente que él se refería por el asunto de la mujer
rubia.

--Pus te vas a tener que conformar con solo pajearte a su


nombre pendejo!!, jajaja!!! Esa mujer es solo mía!!!, tú lo
viste claramente pedazo de idiota… recuérdalo!! Ahhh… y
ahorita que me acuerdo…ahora mismo vamos arreglar
cuentas… caliente de mierdaa!!, le dijo el vejete en forma
amenazante,

--Y que hice yo ahora jefe!!… si he hecho todos los encargos


que Ud. me dejo escrito…
--No me refiero a eso pendejooo!!, explícame que mierda
andabas mirando por detrás de las paredes el día que yo
me estaba follando a mi mujer en la oficina con cama!?

--Jejejeje…de verdad que no sé a qué se refiere mi jefecito…


yo nunca haría algo así, además que…

--Estabas mirando con la María peludo de mierda!!…yo


conozco mi taller como la palma de mi mano, así que dime!!
Una vez que se saciaron mirando hasta el final, jajajaja… te
la tiraste???

--Qué cosa me está diciendo!?, le consulto el chango


haciéndose el desentendido…

--No te hagas el webon pendejo!!, acaso te la culiaste a la


María, te la encamaste después de que nos vieron!?,
jajajaja!!!

--Pus… de verdad que me gustaría mucho jefe… pero Usted


sabe lo tímido que soy con las mujeres, además que ella es
la novia de Francisco… si solo he follado la vez que Usted
me llevó a la calle de las putas…

--Tú sí que eres un bueno para nada chango y la puta que


te pario!…, se lamentaba don Cipriano medio bromeando
pero también medio en serio, --Que he sacado yo con
enseñarte tanto si no me haces caso pendejo de mierda!!…
cuando se trata de zorras y que más encima están tan
rebuenotas como la María la amistad debes mandarla a la
vergaaaa!! Escuchaste bien pendejo!! A la mismísima
vergaaaaa!!!!, le enseñaba el maestro a su ayudante…

--Pero jefe!… la María es su sobrina!!…yo pensé que Usted…


--Es mi sobrina pero no está muerta!!… y el Francisco es un
idiota que no sirve para nada y no me gusta como mi
sobrino político!!… escúchame bien chamaco de la gran
puta…como esta vez no puedo compartir contigo semejante
pedazo de hembra que me estoy cogiendo, te echare una
manito con la María… así tú también tendrás lo tuyo…pero
quiero que te la cojas bien cogida, y que sea ella misma
quien mande al Francisco a la verga para quedarse contigo
escuchaste bien pendejooo!!…

El chango casi no la podía creer, --Su jefe le estaba


ofreciendo casi en bandeja a su sobrina!!??, y al verle la
seria expresión de su cara con que lo miraba supo que no
era broma, el ya bien lo conocía, le dieron unas tremendas
ganas de ir a abrazarlo afectuosamente, pero conociéndolo
como era de carácter capaz que hasta pensara que era
homo sexual por lo que prefirió contenerse…

--Híjole mi jefe… como que no le creo mucho lo que me


está diciendo…y como la haríamos para que eso suceda!?…
Con María somos amigos desde niños y sé que tengo cero
posibilidades con ella…

--Tranquilo!… y escúchame bien pedazo de idiota… esto es


lo que haremos…, Don Cipriano le daba sendos
guerguerazos a su cerveza y el chango hacia lo mismo
intentando poner atención a lo que le explicaba su jefe, --Le
diré a Gabriela que hagamos una pequeña fiestita en su
departamento aprovechando que el maricon que tiene por
marido no está en casa. El chango escuchaba atentamente
lo que decía su jefe, --A esa fiesta iras tú y María como
invitados, le diremos a mi sobrina que Francisco no está
invitado ya que mi Diosa aun esta sentida con él por la
burrada que intentamos hacerle la otra vez…me
entiendes?…

--Y qué pasa si Gabriela no está de acuerdo?...

--Lo estará!!! En esa casa mando yo desde hace ratooo!!!!, y


no me interrumpas!!…

--Ok..Ok… perdón jefecito continúe…

--Jajajaja!… Así está mejor peludito… Mira nos tomaremos


un par de traguitos y yo mismo me encargare de que a
María se le pasen las copas…en eso yo me iré a la
habitación matrimonial con Gabriela y me la cogeré bien
rico, dejare la puerta abierta para que ustedes puedan mirar
y escuchar… y cuando te des cuenta que a María ya le
cuesta respirar, eso significa que ya está caliente, y lo único
que deberás hacer es tomarla como si ella fuese un objeto
solo hecho para follar, y te la culeas todas las veces que
quieras y como a ti te dé la gana jajajaja!!!, y si se te pone
difícil tú vas y le pegas unas buenas bofetadas… hasta la
pateas si es necesario, jajajaja!!!, vas a ver que luego de eso
va a andar colgada de tu verga para que te la folles y le
sigas pegando todo lo que quieras, jajajajaja!!!!

Pablo no estaba muy de acuerdo con eso de andar


pegándoles a las mujeres para follarlas, pero las calentonas
explicaciones del hombre que desde niño lo había ayudado
en todo, increíblemente le excitaron por lo que por ahora se
demostró de acuerdo con todo lo que le decía don
Cipriano.

--Está bien mi jefe ojala de resultado eso que Usted me está


diciendo…
--Dara resultado pendejo…!! Dalo por hecho…mañana te
cogerás a María en el departamento de Gabriela, jajaja!…, el
vejete metiéndose la mano a los bolsillos le dijo, --Ten!…
este es el dinero para los repuestos, ve temprano para que
alcances a comprarlos todos… y este otro dinero es un
regalito para que te compres algo de ropa…

--Gracias mi jefe no sabe cuánto…

--Callateeee imbécil…! Le interrumpió el fiero mecánico al


instante cuando el chango quiso dar sus agradecimientos, -
-Pareces maricon dándome las gracias a cada rato… toma
aquí está la dirección del departamento de Gabriela…y
lárgate ahorita mismo antes de que me arrepienta… yo
mismo le diré a la María que se junten aquí mañana a las
6.00 de la tarde, ocupen ese cacharro que deberían haberlo
retirado hace meses y que su dueño al parecer ya no lo
vendrá a buscar, jajajaja, Ahora largoooo!!!

Don Cipriano miro por la ventana de su oficina como el feliz


muchacho se retiraba del taller, pero antes revisando que
todas las puertas y candados estuvieran bien cerradas,
reconocía que el chango era un buen ayudante, pero algo
ingenuo y estúpido para sus cosas, y no se parecía en nada
a él, solo en lo tosco y peludo, se decía para el mismo.

Desde que lo tomo para los mandados cuando el joven aún


era un chamaco y cuando su madre lo había abandonado
para largarse con un camionero, poco a poco le fue
enseñando su oficio y a manejar, lo cual el joven aprendió
rápidamente. El vejete lo miro con algo de nostalgia, si no
fuese por la bruja de su mujer que siempre lo amenazo con
botarlo del taller si se le ocurría reconocerlo legalmente
como su hijo desde hace rato que se lo hubiera dicho, pero
el ya no estaba para ese tipo de mamadas sentimentales, tal
vez en algún tiempo más habría tiempo para ello, por ahora
lo mejor era que todo siguiera igual, además que su
prioridad número uno en estos momentos era robarle su
Gabriela y al Jacobito, al maricon del Cesar.

En eso estaba el vejete cuando vio entrar a María comiendo


chicle y risueña como era ella,

--Hola tío…como le fue con Gabriela?

--Bien pendeja!…como anda el taller!?…

--Todo bien… hoy fui a cobrar muchas facturas que estaban


impagas y ya hice los depósitos, en el primer cajón están
todos los recibos, creo que tendrá que contratar otra
edecán, a mi casi ya no me queda tiempo, y me gusta más
la parte administrativa del taller, jijiji…

--Dalo por hecho sobrina, jejeje…, el viejo se la quedó


mirando muy serio por unos segundos hasta que se decidió
hablar con ella, --María, creo que muy pronto se vendrán
muchos cambios en el Pie Grande, tu estarás dispuesta a
seguir trabajando para mí?, el viejo por primera vez estaba
hablando seriamente con su sobrina, ya que si bien en un
principio la había contratado como edecán con la única
intención de follarsela, la chamaca aparte de ser media
caliente e interesada le había resultado muy despierta en la
parte de los negocios, algo en que él fallaba ya que no era
su fuerte, hasta que la dulce voz de la chiquilla lo
sorprendió…

--Lo dice por el taller o por lo otro que hemos hecho un par
de veces, jijiji…
--Lo digo por las dos cosas!!… como ya te dije el otro día
pendeja…por ahora estoy con Gabriela y creo que en un
corto tiempo me voy a separar de tu tía, pero pienso
quedarme con el taller, si es así te quedaras a trabajar
conmigo?, claro que te subiría el sueldo…siempre y cuando
tu sigas portándote bien conmigo chamaca, jejejeje…

--Me gustaría mucho…pero siempre y cuando usted me


siga pagando a parte lo que yo le he cobrado por noche, y
que por nada del mundo se lo vaya a contar a Francisco,
mire que ya me ha pedido matrimonio, jijiji…

--Ese pendejo no te conviene…pero me da lo mismo lo que


pretendas hacer con tu vida, jajaja… y no te preocupes no
pienso en ocuparte por un buen tiempo, por ahora estoy de
luna de miel con mi Gaby, jajaja. A propósito… de eso
quería hablarte…

--Pus dígame tiito…par que soy buenita, le dijo la sobrina a


su tío sentándose con media nalga en el escritorio y
enseñándole en todo esplendor uno de sus torneados y
brillosos muslos al vejete, quien sintió unas instintivas ganas
de empelotarla ahí mismo y pegarle una buena culeada por
coqueta, pero se contuvo, sus fuerzas estaban reservadas
para su Diosa…

--Veras chamaca… mañana haremos una pequeña fiesta con


Gabriela en su departamento, y he querido invitarte a ti y al
chango para que vayan, que me dices lindura…lo pasaremos
realmente bien entre los 4…

--Puedo ir con Francisco…?, le consulto la chica casi al


instante,
--Pus noooo!! Recuerda que ella está muy molesta con él
por las tocaciones que le hiso la otra vez por mi
culpa…jajajaja!!!, pero contigo y el chango es distinto…,
vamos dime que iras sobrinita…

--Mmmmm…está bien!… voy a ir pero solo por ser Gabriela,


además que Francisco se la pasa metido en el hospital
viendo a su mamá y desde hace rato que no salgo a
divertirme, jijiji…

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Gabriela una vez en el departamento se dedicó a esperar a


su hombre, fue a su habitación y rápidamente retiro desde
debajo de su almohada el grueso buzo que ella usaba para
dormir con Cesar y lo fue a dejar al canasto de la ropa sucia,
no quería que el vejete pensara que ella iba a dormir con
ese tipo de vestimenta, a la vez que se dirigió a su closet
para escoger con que prenda íntima sorprendería a su
macho al momento en que ellos pasaran a la cama.

Cuando el mecánico ya estuvo devuelta en el departamento


de la casada, esta se mostró muy de acuerdo en realizar una
pequeña recepción en su hogar, pensó que sería ameno
compartir algunas horas con el chango y con María, aunque
le ponía nerviosa el recordar que el chango la había visto
desnuda y clavada en la verga de su Don, y que a estas
alturas era un hecho que María también sabía que ella se
acostaba con su tío, pero ella estaría acompañada de su
mecánico, esto la tranquilizaba.

Una vez que la rubia ya superaba sus primeras impresiones,


y mientras cenaban se dieron a planificar lo que harían al
día siguiente, a la vez en que Gabriela nuevamente
sorprendía a su amante con otro derecho que ella le
otorgaba a él,

--Oiga Don… ayer en la mañana saque esta copia de llaves y


quiero dársela, para que Usted la maneje en sus bolsillos…

--Y de que mamada es esta llave nalgona?, preguntaba el


vejete con la llave en la mano y con la boca llena del rico
filete que su rubia le había preparado,

--Son del Departamento, así que en las oportunidades en


que Cesar se vaya y yo me quede sola, le aviso y Usted llega
cuando quiera y a la hora que quiera…, que te parece
bebe?!!. El vejete casi se pone a vomitar ahí mismo por las
pendejadas que estaba haciendo su Diosa por él, y también
por esa exquisita forma en que ya estaba comenzando a
tratarlo casi lo enloquecieron, la reconfortante voz de su
mujer le confirmo que todo lo que estaba viviendo era una
realidad absoluta,

--Me decía que mañana tendrá que salir a ver algunos


asuntos?,

--Así es culona!!…, le contesto finalmente el mecánico


guardándose la llave del departamento en uno de sus
bolsillos para luego continuar, --Tal como te dije, mañana
saldré por casi todo el día, primero iré a echarle una manito
a mi hermano que está complicado con el motor de una
montaña rusa, y luego iré a cerrar el asunto del dinero, pero
llegare justo antes que lleguen los chamacos para que nos
tomemos unas cervezas, jejeje…

--No hay problema Don… y si quiere llévese también mi


camioneta, no me gusta que Usted ande por ahí de a pie o
tomando micros… así yo aprovechare para hacer un aseo
general, e iré a realizar las compras al supermercado, le
decía la casadera rubia a su macho a la vez que ella se bebía
un vaso de leche.

--Jejejeje gracias nalgona… claro que la ocupare! Don


Cipriano estaba encantado en cómo se comportaba
Gabriela con él, ya casi daba por hecho que esa preciosa
camioneta que tenía la rubia, también ya le pertenecía.

Una vez que terminaron de cenar ocurrió otra situación en


que demostraba el nivel de cercanía que había logrado el
vejete tener a Gabriela. Hay que hacer notar que la casada
ese mismo día le había casi regalado todos sus ahorros sin
sentir ni el más mínimo sentimiento de culpa o
remordimiento.

Cuando la rubia le dijo a don Cipriano que se iba a preparar


para ir a darse una ducha, este se fue a lavar las manos al
baño, inconscientemente dejo la puerta abierta, y cuando ya
estaba cerrando la llave del agua, vio aparecer a Gabriela
totalmente desnuda y descalza, y como si esto fuese lo más
normal de mundo se sentó en el WC y simplemente se puso
a orinar no importándole que el horrendo mecánico la
estuviera mirando a menos de un metro y con cara de
caliente.

Don Cipriano la miraba encantado, que preciosa se veía su


mujer meando desnuda y sentada en el excusado, a la vez
que mientras ella continuaba soltando sus chorros dorados
tarareaba una canción revisándose sus bien cuidadas uñas,
y para rematarla en el momento en que ella ya había
terminado de mear la vio alzar sus curvas para quedar semi
levantada y con sus poderosas piernas semi flectadas, para
luego sacar un trozo de papel higiénico y meter su manos
por al medio de sus muslos en donde se limpió su vagina
de los restos de líquidos que la ensuciaban…

Una vez que termino aquel endiablado y enloquecedor


ritual que sucedió al interior del baño, la casada
simplemente desecho el papel higiénico y tiro la cadena, el
vejete continuaba mirándola como hipnotizado, la dulce voz
de Gabriela lo sacaron de su rico y morboso trance en que
aún lo mantenía su mujer,

--Don…usted se bañara conmigo o me esperara en la


habitación?...

El mecánico saliendo de aquel desquiciante estado


solamente se la quedó mirando, la tenía de frente y al
desnudo, se había tomado sus rubios cabellos con una
traba para proceder a ducharse, y ya no aguantando más,
se abalanzo sobre su cuerpo agarrándola con sus manazas
de sus bien marcadas caderas para estrecharla junto a su
panza y hacia su ancho pecho, a la vez que volvía a decretar
para sus adentros que todas esas carnes llena de curvas que
invitaban al desenfreno eran solamente para él y de nadie
más,

--Que rica te veías meando mamitaaa!… aun así te veías


como toda una Reina!!…, le decía el vejete con una
desesperada calentura en que lo había dejado su Gaby…

--Ayyyy Donnn!, jijiji, si no es para tanto!!… discúlpeme si lo


he importunado…no debí hacerlo delante de Usted,…
--No hay nada que disculpar lindura…me gustó mucho
verte en esas condiciones…, le decía mirándola a sus labios
como si se la quisiera comer…

--De verdad que le gusto verme haciéndolo?, le consultaba


la casada a quien su respiración ya se le comenzaba a
acelerar…

--Si putita…de verdad que me ha encantado y me gustaría


mucho volver a mirarte cuando estas meando, como
también me gustaría volver al parque para ver cómo le
andas ofreciendo el culo y la zorra a cualquier miserable
que se cruce por tu camino, diciéndole esto último el vejete
comenzó a devorársela por la boca sobándola desde su
espalda, pasando por sus marcadas caderas y llegar hasta
sus suaves y pronunciadas nalgotas, lo hacía una y otra vez,
le encantaba sentir las suaves y diabólicas curvas de su
mujer.

--Ohhhh Donnn!... qué manera de besarme!!… claro que me


puede mirar haciéndolo todas las veces que usted quiera…,
le dijo la rubia una vez que se separaron del atracón,

--A cuál de las dos te refieres reinita!!??, el vejete ya se


estaba comenzando a calentar por el tono de la
conversación…

--Me refiero a las dos… jijiji, a lo que me acaba de ver


haciendo y a lo que sucedió hoy en el parque, siempre y
cuando Ud. No me deje sola, a la rubia ya casi le gustaba
andar calentando y parando vergas, solo era que ella aún
no lo sabía muy bien, --Deje darme una ducha y espéreme
acostado…veré que le puedo hacer para que duerma
tranquilito y como un rey, jijiji…
--Ok mi Diosa… pero apúrate… mira que ya estoy casi
desesperado por meterte la verga, jejeje…

--Ay mi Don!… todavía estoy un poco adolorida como le


dije antes, pero creo que aún me la puedo para que lo
hagamos una vez más… vaya a la cama y acuéstese que yo
me ducho y me voy corriendo a acostarme con Ud.

Gabriela salió del baño vestida con un diminuto pijamas


blanco y medio brillante, este más parecía un corto vestido
tipo minifalda que una camisa de dormir, el viejo quien la
esperaba desnudo y sobre acostado en la cama matrimonial
la vio llegar imponente con su pelo suelto y recién lavado,
el fresco aroma a cremas corporales y lociones femeninas se
le impregnaron en sus fosas nasales, miraba fascinado
como en esos momentos su hembra se arreglaba sus
cabellos antes de pasar a la cama.

La rubia mientras se miraba en forma femenina y vanidosa


frente al espejo le dijo al vejete de lo bien que lo había
pasado aquel día con él, y que lo echaría mucho de menos
cuando estos días pasaran y ella tuviera que volver a su
aburrida vida de casada junto a su marido, y en el momento
en que giro su cuerpo para dirigirse a la cama y acostarse
junto a él, le vio como a este le corrían las babas por la cara
a la vez que escuchaba sus ronquidos de oso, el mecánico
se había quedado dormido.

Ella solamente sonrió con dulzura y lo cubrió, para luego


una vez que apago la luz de la habitación procedió a
acostarse junto a él adosándose a su grasienta y peluda
panza, a los pocos minutos ella también dormía abrazada y
en los brazos de don Cipriano con uno de sus suaves y
tibios muslos cubriéndole la verga, como si ella la estuviera
protegiendo de que nada le sucediera.

En fin, los amantes se durmieron abrazados como si de


verdad ellos ya fueran un feliz matrimonio, pero a mitad de
la noche como comúnmente sucede en la vida matrimonial
el vejete se despertó con su verga dura como el acero,
estiro su mano hacia el velador y encendió la luz, puso
atención en la fotografía que adornaba el mueble justo al
lado de la lamparita, era un retrato matrimonial de Gabriela
y Cesar, en aquella foto la rubia se veía feliz, muy feliz. Unos
profundos celos se apoderaron de su temperamento, ni
siquiera al haberla visto en aquella tarde en pelotas y
ofreciéndose a un mendigo le causo tal sensación, y
declarando finalmente que aquella hembra que aparecía de
medio cuerpo y vestida de blanco en esa maldita fotografía
solo le pertenecía a él, como pudo echo las ropas de cama
hacia atrás y se propuso a cogérsela con rabia.

Gabriela se despertó asustada, el viejo se le había echado


sobre su cuerpo con la ferocidad de un verdadero animal,
media adormilada y media sonriente capto que el vejete
quería cogérsela, y ella no estaba para nadar negándole
nada, ya que el viejo como un energúmeno se abalanzo
sobre su acalorado y complaciente cuerpo, la situación y al
tener la imagen de su Diosa vestida de blanco y recién
casada con su marido lo calentaban y enardecían hasta la
locura, metió sus dos manazas por los desnudos hombros
de Gabriela, y se propuso a pegarle una buena follada para
que tuviera bien en claro quién era su verdadero macho.

Como pudo le destrozo su femenina prenda de dormir,


igual suerte corrieron sus albos y diminutos calzoncitos
blancos, la hembra no se había puesto sostén así que en
menos de medio minuto, el vejete ya la tenía como a él le
gustaba, encueradita y en su cama de casada.

--Ahora sí que tendrás una buena vergota de verdad


reinita… la deseas?, le consultaba el vejete entre besuqueos
y lamidas en su cuello, a la recién despertada rubia.

--Si mi Donnnn!… Usted sabe que si!!!, Exclamaba la casada


cuando sintió la gruesa punta del amoratado cipote
acomodarse a la entrada de su reducto íntimo.

El viejo no quería preámbulos, simplemente le apunto en su


ranura y se lo dejo ir de una y limpiamente…

--Pues si tanto te gusta…ahí te va nalgonaaaa…


Tomaaaaa!!!!

Don Cipriano totalmente enardecido y concentrado en la


fotografía nupcial de ella y Cesar empujo con fuerzas
metiéndosela lo más adentro que pudo, el hermoso rostro
de Gabriela casi se desfiguro por el inmenso placer que
sentía al notar nuevamente su vientre invadido y lleno de
tanta carne caliente y palpitante, supo al instante que la tan
esperada culeada que había deseado en aquella tarde y en
aquel parque en donde casi se la mete un indigente,
sumado a que con solo recordar lo que por su mente había
pasado fugazmente en aquel momento terminaron con casi
hacerla desmayarse de una inmensa calentura jamás sentida
desde que conoció al mecánico, quien ya se había
comenzado a mover pegándole una envestidas como nunca
antes le había dado.
A Gabriela le encantaba estar culiando en su dormitorio de
casada y con don Cipriano, se sentía como una verdadera
mujer, como una verdadera perra caliente, o como una
autentica y degenerada puta que se saciaba y se satisfacía
carnalmente con el hombre por el cual ella ya deseaba
cambiar a su marido solo porque este se gastaba esa verga
gruesa y más grande… y aún más poderosa que la de su
cónyuge, y porque también la culeaba mucho más rico.

--Ahggggggghhhhh!!…, que rica panocha tienes rubia


estupidaaa!!!…, le decía el mecánico asestándole rítmicas e
interminables estocadas de carne,

--Ohhhhh… Donnn su verga también está muy


buenaaaaa!!!!, le decía la rubia mientras recibía una buenas
raciones de tranca vergal, --Es tan gruesaaa… tan
largaaaaa…Ahhhhhh!!! Tan caliente y palpitanteeeee…
Ohhhh Diosssss!!!, no deje de nunca de metérmela y de
moverse Donnnnn!!!! Metamelaaaa! Metamelaaa!!!
Metamelaaaa bien adentroooooo!!!!!!…

--Te gusta zorraaaa?, Te gusta que te den una buena follada


en la misma cama que me duermes con tu marido? , ahora
el vejete se movía en forma más acelerada que antes, de
reojo miraba el retrato que estaba en el mueble y a un lado
de la cama.

--Me encantaaaaa!!… me encanta que me culieee en cama


matrimonial donnnn… incluso me gusta desde la primera
vez que me lo hiso aquiii!!!! Ohhhhhh que ricooooo me la
mete Donnnnn!!!!!, Deme massssss… deme masssssssss!!! Lo
quiero fuerte y firmeeee Donnnnnn!!!!!
Ambos amantes se follaban, culiaban, y se movían como
desesperados, sentían como la cama en la que se estaban
apareando crujiera al son de sus movimientos y ellos se
esmeraban porque esta se meciera aún más rápido, la cacha
era espectacular.

La casada escuchaba los chapoteos de fluidos vaginales


cuando la verga del viejo entraba y salía de su zorra, la rubia
estaba tan caliente que solo se dejaba llevar por las fieras
embestidas que le propinaba el feroz mecánico a la vez que
ella le devolvía las aserruchadas meneando sus caderas
hacia adelante por cada apuntalada de verga que le
pegaban, como así mismo se lo agradecía abriéndose de
muslos lo que más le permitían sus músculos, se imaginaba
que ella así mismo se abriría de patas cuando estuviera
pariendo el hijo de don Cipriano.

La feroz cogida continuaba en su mejor momento, el


mecánico le introducía la verga como loco a su caliente
casada, se lo sacaba y metía en forma acelerada,
prácticamente la estaba apuñalando con tanta carne dura y
caliente.

Mientras los resortes de la cama se estiraban y se encogían,


subían y bajaban rechinando desquiciadamente, Gabriela
gritaba como si verdad se la estuvieran violando, aleonada
de saberse a sus anchas y asolas en su departamento, solo
eran ella y el, a la vez que a fuertes alaridos de placer y ya
sintiendo que se avecinaba el momento de la gloria
animaba a su viejo que le siguiera matando con su verga,

--Esoooo!…. Así mi mecanicooooo!!…Mmmmmm!!!…


Métamela… Métamela hasta el fondoooo!!! Ohhhh
Diossss!!!… creo que me vieneee Donnnn!!!
Gabriela sentía como su vagina se le estaba derritiendo en
sus propios líquidos hirvientes que ella misma producía
desde el interior de su afiebrada concha, con esa gruesa
verga que la taladraba sin misericordia, ya casi estaba
perdiendo la razón de tanta calentura, prácticamente estaba
poseída por un desenfrenado éxtasis en el cual la mantenía
don Cipriano, este por su parte también sentía que su verga
se hundía cada vez más en un mar de agua caliente que
existía al interior del mojado y acuoso coño de su casada,
por lo tanto la hembra ahora sentía que casi la estaban
matando a vergazo limpio.

--Te gusta cómo te meto la verga puta mal paridaaaaa!!…le


preguntaba el mecánico con toda su grasienta piel mojada
debido a la traspiración,

--Siiiiiiii…Ohhhh Diossss… diosssss!! Que bien me la mete


Donnnnn!!!

--Jajajaja!!…y te gusto mostrarle la zorra a ese asqueroso


pordioserooo!!??, el vejete ahora la bombeaba más
rápidamente…

Gabriela con solo recordar que ella esa misma tarde había
estado masturbándose desnuda ante los ojos de don
Cipriano y a los de un perfecto desconocido, y
reconociendo que hubo un momento en que tubo los
desequilibrados deseos de dejarse coger para aquel
nauseabundo ser, sintió como si de verdad la noquearan de
tanto placer, todo su cuerpo se comenzó a contorsionar
como si realmente estuviera sufriendo un severo ataque de
epilepsia, saltaba y se contorsionaba de la misma forma en
que lo hacia la nena de la película El Exorcista cuando
estaba poseída por el demonio, por lo que contesto a lo
que le habían preguntado,

--Siiiiiii Donnnnnn… me gusto mostrarle la zorraaaa a ese


pobre infelizzzz!!!!!

--Jajajajaja… que putaaaaa que es Ud. Señora


Guillennnnnn…!!! Y dimeeee… te hubieses puesto a culiarrrr
con el… hubieses sido su mujerrrrrrrr!!!????, el mecánico
accionaba con fuerzas desmedidas sobre el afiebrado
cuerpo de la casada, ella por su parte solo pensaba y se
calentaba aun más con todo lo que le preguntaba su Don,
hasta que por fin le contesto guiada por la lujuria,

--Siiiii… neneeeee… me hubiera dejadoooo… hubiese sido la


mujer de ese asqueroso tipooo… pero solo si Udddd me lo
hubiera pedidooooo…Ohhhhh Diosssss…Diossssss!!!!,
Gabriela no se podía contener, ya que en su respuesta iba
algo de verdad, y también algo de mentira, hasta que
ensimismada en toda esta última conversación, de sus
pulmones salió su respiración agitada y con un continuo
gimoteo de como si de verdad estuviese llorando de tanto
placer, Gabriela se sentía en un lujurioso paraíso en donde
solo existía ella y la verga de su Don, y que por sus narices y
boca revoloteaba la hedionda vergota que ella había visto
aquella tarde. Sus carnes, sus curvas y todo lo de ella se
movían convulsiva y rítmicamente, sintiendo desde ya el
comienzo de lo que sería un endemoniado y pornográfico
orgasmo.

El viejo que aún se mantenía clavándola y espoloneandola


hasta el cansancio se dio cuenta de la lamentable condición
sexual y emocional en que tenía a la rubia, sentía en su
propia verga como la vagina de Gaby palpitaba de
calentura, apretándosela y succionándole la verga como si
verdaderamente se la quisiera tragar por la zorra, y en el
momento en que ya le iba a soltar una tanda de peladeces,
la sudada y caliente casada ya no aguanto más,
sencillamente exploto de tanta excitación acumulada en
aquella ardiente tarde, por lo que comenzó a gritar como
despavorida,

--Ohhhhhh Diossssss…! Me vengoo!! Me vengoooo!!! Me


vengooooooo!... me estoy yendo cortadaaaaaaa
Donnnnnnnnnn!!!!! Me corroooooooooooooo!!!!!, fue lo
último que grito cuando sintió que su cuerpo se
desintegraba desde su misma concha y que la volaban en
mil pedazos.

El vejete quien estaba sulfurado viendo como su mujer se


orgasmeaba moviéndose y culiandose ella sola contra su
verga, y advirtiendo en el mismo momento en que a Gaby
se le comenzaban a poner los ojos en blanco, sintió como la
casada le soltaba por el coño un verdadero tsunami de
líquidos y jugos calientes que le bañaban la verga en forma
exquisita, por lo que se dio a animarla a que siguiera

--Mueveteeee rubiaaaaa!!… ensártate en mi verga y córrete


todo lo que quierasss!!!, jajajaja!!!...eres mi perraaaaa!!, mi
puta exclusivaaaaaa!!!, una verdadera yegua caliente hecha
solo para mí y para hacer todas las guarradas que yo te
digaaaa… jajajajaja!!!!!, la casada seguía gimiendo,

--Ahhhhhhh!!!!!!…
ahhhhhh!!!!!…ahhhh!!!!…Mmmmm!!!…ahhhhhh!!, Uyyyy!,
gimió por cada punteada que ella misma se pegó contra la
estaca que le metían a medida que sus ardientes
revoluciones iban bajando de intensidad, hasta que se
quedó quieta y con una sonrisa de hembra saciada
carnalmente, solo sintiendo como don Cipriano seguía
moviéndose y revolviendo su verga al interior de su cuerpo.

El viejo cuando vio la cándida carita de la casada ya en su


estado natural, le consulto,

--Te gusto nalgona!?, jajaja!, ahora el vejete se movía en


forma más lenta y acompasada pero aun sintiendo su verga
envuelta en las tibias y acogedoras carnes interiores de
Gabriela…

--Si mi Bebe!… Usted me lo hace tan rico que a veces me


desesperooo!… Ohhhh! Diossss!! …que rica se la siento
todavía Donnn!!, le dijo cuándo el vejete le dio un fuerte
empujón un poco más profundo de lo que les estaba dando
al haber escuchado que ella lo trataba como su “Bebe”, a la
vez que la casada le solicitaba, --Quiero que eyacule en mi
bocaaaa!!… Le pidió de la misma forma en que una gatita
maúlla por su lechita.

El viejo a quien la perturbadora solicitud que le hacía su


hembra le sentó sabrosamente tentadora, lentamente fue
sacando su herramienta carnal de la dorada cueva de amor
de Gaby, pensó que si ella se quería comer todo su semen,
por su parte no había ningún problema, solo le pondría un
pequeño obstáculo.

Como pudo fue acercándose a la boca de su mujer con


ambas rodillas puestas en cada costado del portentoso y
curvilíneo cuerpazo de la rubia con su verga bien parada y
goteando gruesas cantidades de mocos, ella por su parte
miraba ese varonil garrote bamboleante, se sentía
enamorada de su grosor y de las llamativas rugosidades
venosas que este tenía, que hasta ya se relamía los labios
por volver a degustar ese delicioso y fuerte sabor a verga
salada y mal oliente.

Cuando don Cipriano ya casi llegaba a la dulce boquita de


su Gabriela, casualmente se topó con ese par de
majestuosas montañas de carnes duras y bien paradas que
la casada tenía por tetas, no se aguantó las ganas de posar
su herramienta en la juntura de aquellas esponjosas
chichotas que parecían estar esperándolo, unos tremendos
deseos de pegarse una exquisita paja rusa con aquellas
tetas de ensueño se apoderaron de su mente y de su verga.

Una vez que el mecánico lo decidió comenzó a pasear su


gruesa tranca de carne por todos los contornos de los
duros senos de su Diosa iba dejando un notorio rastro de
líquidos espesos y semitransparentes en ellos, para luego
con su pulsante glande dibujar enloquecedores círculos
alrededor de sus tiernos pezones rosados que a pesar de
ser chiquititos estos se habían hinchado y endurecido como
nunca antes los cuales también fueron sobados por la
pulsante cabeza de la caliente tranca carnal.

Una vez que el obeso mecánico ya estuvo saciado de sentir


en su verga tanta suavidad de carnes esponjosas en las
fabulosas tetazas que se gastaba la rubia, ubico su larga
herramienta de carne justo al medio de los duros melones
de Gabriela, y fue ella solita quien comenzó con sus propias
manitas a estrujarse y amasar sus chichotas apretando y
apresando la gruesa vergota del mecánico comenzando a
propinarle una sabrosa paja rusa, el viejo se sentía
nuevamente en el mismísimo cielo,
--Así putita… aprieta tus chichotas contra mi verga!…, le
decía a la vez que se aferraba con sus manos al respaldo de
la cama para poder mantenerse de mejor forma antes los
fenomenales globos de carne que en esos momentos su
mujer se los amasaba contra su tranca.

--Le gusta…?, le consultaba la rubia que desde el sector de


las blancas almohadas solo le veía claramente su gran
panza cervecera. Se la veía peluda y canosa, como así
mismo también se daba cuenta que el aceitoso glande
azulado de la verga que ella estaba masajeando con sus
tetas ya casi le llegaba a la altura de su boquita, por lo que
no esperando respuesta solo abrió sus mandíbulas para
recibirlo y despacharlo por cada movimiento que el vejete
hacía al mismo compas en que ella se la apretaba con sus
chichotas.

--Ohhhh que rico me pajeas la verga con tus tetas


culonaaaa!!, hazlo más rápido!!… muévelas más rico!!!…
apriétalas con más fuerzas!!!…, le decía el desesperado viejo
a la misma vez en que la veía a ella con su boca abierta y
con la lengüita afuera esperando verga o semen caliente, o
lo que fuera de lo que el mecánico le quisiera dar, --Así
pendejaaa!!…ohhhh…massss…masssss!!!! Apretújalas
masssss!!!!, solicitaba el enloquecido y lujurioso vejete
disfrutando al máximo de las suaves y brillosas tetas de
Gaby.

Ella, al mismo tiempo que le oprimía su herramienta con sus


grandes chichotas se esforzaba también por cazar la punta
de esta, por cada vez que se le acercaba a su boca le daba
rápidas succiones y lamidas casi como una desesperada, y
en el momento en que ella iba a volver a demandar la
descarga de mocos al interior de su boca, vio como el viejo
enarcaba su espalda inclinando su pronunciada panza más
hacia adelante que antes a la vez que con una mano
apretaba su verga para contener los lecherazos, con la otra
mano rápidamente tomo la fotografía de la casada para
ponerla a modo de plato delante de su verga,

--Ponte en 4 patas zorraaaaaaaaa!!!!!, le gruño con su cara


descongestionada por la calentura…

Gaby rápidamente y sin saber muy bien que era lo que se le


había ocurrido a su mecánico, adopto la posición de perra,
vio que este ponía la fotografía de ella y de Cesar justo
delante de su cara y de sus azules ojos, para luego escuchar
la aguardentosa vos del vejete como le ponía en
conocimiento de lo que iba a suceder, Gabriela aunque ya
vislumbrándolo espero a que le dieran las ordenes, sus ojos
brillaban a la espera de que el vejete acabara y vertiera su
semen en su fotografía de casada.

--Mira nalgonaaaa donde te lo voy a hecharrrrr!!!


Arrrrrrrrgggghhhhhhh!!!!, rugió el mecánico cuando sintió
que por los conductos de su verga corrían raudales de
semen espeso y caliente para salir expulsados desde la
punta de esta…

Gabriela miro a centímetros de sus ojos cuantiosas


descargas de semen blanco y espeso que se derramaban
sobre el vidrio de su fotografía matrimonial, vio que sobre
todo tapaban la cara de Cesar, igual suerte corrió una
buena parte de su misma imagen, las expulsiones del
condensado fluido reproductivo seguían impactando e
inundando la fotografía, la rubia en forma deseosa y
hambrienta veía todo ese anegamiento de fuertes y
aromáticos olores a macho taurino.

Hasta que por fin los ríos del caliente y empalagoso líquido
que salieron expulsados desde los testículos de don
Cipriano comenzaron a menguar, estos había cubierto en
su totalidad la conyugal imagen que en otros tiempos
tantos lindos recuerdos habían significado para ella.

La casada finalmente vio como un grueso cordón blanco de


semen unía la fotografía que hacía de vianda con la gruesa
verga del vejete, sin pensarlo la rubia le puso una deleitosa
mamada en donde con su lengua le dejo la verga
totalmente limpia, mientras el vejete dejaba sobre la cama
la pegajosa fotografía, la perdida casada luego de mirarlo y
arreglar sus rubios cabellos, simplemente bajo con su
cabeza hasta el improvisado porongo y se dio a lamer y
sorber con sus labios la cuantiosa cantidad de prolíficos
mocos que el viejo le había servido en el mejor de los
platos.

Gabriela puesta en 4 patas y con su culo bien levantado


lengüeteaba y absorbía todo lo que podía,

--Srrrrrrppppppp...! Srppppppppp…!! Srrrrrrppppppppp…!!!,


se escuchaba en el silencio de la habitación mientras,
mientras don Cipriano ya nuevamente recostado en el lado
de Cesar veía como la rubia se encargaba de lamer, sorber,
comer y tragar todo el semen derramado por él, la siguió
lamiendo hasta que cuando vio que ya queda muy poca de
la sustancia masculina tomo la fotografía con sus dos
manitas e hincada en su cama termino dándole salivosos
lametones con la única intención de que nada de lo
depositado por su Don se perdiera en el retrato, una vez
que termino lo dejo caer a un lado de la cama, apago la luz
de la recamara y se abrazó al cuerpo de su macho, ni le
importo si esta se quebraba.

El vejete se levantó muy temprano aquel día, vio cómo su


Diosa aun dormía en un apacible sueño, era tan angelical su
carita al verla durmiendo que le dieron unas tremendas
ganas de sacar su verga y pasársela por la cara para darle
nuevamente otra abundante ración de semen a modo de
desayuno, pero desecho la idea ya que sabía que si lo hacía
terminarían follando quizás hasta que hora, y sabía que don
Pedro su hermano lo estaba esperando para ver un
problema que tenía con el motor de un juego de la feria, sin
nada más que esperar tomo el juego de llaves de la
camioneta y la otra llave del departamento que Gabriela le
había dado exclusivamente para él y se fue.

Don Pedro a esas horas de la mañana estaba metido entre


los gruesos fierros de la montaña rusa, sudaba como un
verdadero caballo, y se encontraba todo engrasado y
ennegrecido a causa de aquel maldito motor que se negaba
a funcionar, por cada intento que él hacía en echarlo a
andar este solo duraba algunos segundos y luego se
paraba…

--Pinche motor de mierda!!!…y justo que hoy era mi día


libre!!!!, se decía y maldecía para él solo y pensando en la
potente pendeja que pretendía ir a follarse una vez en que
se quedara desocupado, como también pensaba en que ya
casi le tenía una solución al problema económico en que
estaba pasando su hermano.

Don Pedro no tenía ni la menor idea de que don Cipriano


ya casi tenía zanjado el asunto con don Felipe.
En eso estaba cuando vio que por detrás de la mansión
siniestra aparecía una moderna camioneta 4x4,

--Jajajaja!! Como esta ese motor pendejo!!!… de seguro que


no lo arreglas hasta que no se te aparezca la mismita virgen
María y te haga un milagro jajajaja!!!!, se burlaba don
Cipriano a modo de saludo y ya bajando su caja de
herramientas desde la camioneta de Gabriela…

--Pus para que sepas que ya lo tengo casi listito… solo falta
ajustarle un par de cables y ya estará en condiciones pinche
Cipriano, jajajaja!!!! Y como están las putas!!!???

--Ufffff…mejor ni te cuento hijo de puta… ya habrá tiempo


para eso…mejor veamos ese motor, jejeje!!!…

Los hermanos estuvieron casi 4 horas trabajando en el


endemoniado motor de la montaña rusa, maldiciendo e
insultándose uno al otro tal como lo hacían desde que eran
chamacos, hasta que una vez que lo pudieron reparar, no
dudaron en irse a beber unas cervezas a la casa de don
Pedro…

--Y de quien ese esa camioneta en la que te andas


paseando pendejo!?, le consulto don Pedro a su hermano,

--Jejejje…es de una clienta, solamente se la tome prestada,


jejejeje, don Cipriano pensaba que aún no era el momento
de confirmar a su hermano de la suculenta hembra casada
que se estaba follando, hace algún tiempo se lo había
comentado, pero se lo diría cuando la mujer que él había
escogido como su puta exclusiva ya estuviera viviendo con
el…
--Jajajaja… no te creo!!… pero me da lo mismo hijo de
puta!… y dime…has pensado como le pagaras la deuda a
Felipe!? En el momento en que don Cipriano le iba a
contestar a su hermano que para esa misma tarde dejaría
solucionado el asunto fue sorprendido por don Pedro, por
lo que prefirió seguir escuchando lo que este le decía, --
Porque creo que yo te tengo una buena solución para salir
del embrollo, jejeje…

Don Cipriano que seguía escuchando atentamente lo que le


decía su hermano, solo pudo contestarle…

--No mames cabron de mierdaaa!!...y que se te ha


ocurridoooo!?

--Pus escúchame bien hijo de la grandísima… tú sabes lo


caliente que es Felipe para sus cosas…, y que también es
muy parecido a nosotros, pero el anda metido en asuntos
un poco más oscuros que los nuestros, por lo tanto tiene
que saber cuidar su posición…estoy seguro que no es tanto
por el dinero…

--Daaaaa!!!…todas esas mamadas ya me las sé de memoria


hijo de puta… no me hagas perder mi tiempo con tus
pendejadas, jajaja!!!!

--Escúchame pedazo de idiota que aún no termino!!…


recuerdas que te conté de una pendeja que me encontré
hace un tiempo!?

--Siii, y que hay con la pendeja esa!?…

--Pues cuando la veas con tus propios ojos te darás cuenta


a lo que me refiero…el caso es que pretendo convertirla en
puta…, pero no en una puta cualquiera…ella no es así… no
es una callejera…pero tiene un cuerpazo de infarto carnal…
tiene unos ojos verdes intensos y un culo que está hecho
por un verdadero escultor…además que tiene recién 18
añitos recién cumplidos…jejeje que me dices mecánico de la
gran puta, jajajaja!!!!

--No mames pendejooo!!…y ya la has probado!?, Dime


como se llama pedazo de idiotaaa!!??, preguntaba don
Cipriano ya con con su respiración acelerada al notar la
dirección de tan calentona conversación,

--Pus claro que la he probado un par de veces… se llama


Evelin…! e incluso la primera vez me la viole fue en tu
mismísimo taller hijo de puta…jajajaja!!! Como te queda el
ojo pendejoooo!!!..., y eso no es todo Ciprianito, don Pedro
destapo otras dos coronas ofreciéndole una a su hermano y
para el seguir narrándole cuál era su idea para ayudarlo, --
Ella tiene una amiga… de la misma edad… es rubia y esta
tan buenota como la misma Evelin, pero esta creo que es
más putilla para sus cosas, la idea es que pienso en
convertirlas en mis rameras a las dos juntas, con esos
tremendos cuerpazos que se gastan me forrare en dinero,
jajajaja!!!!

--Y cuál es la idea!?... esperar a que ellas culien por 6 meses


seguidos hasta que tú me hagas el dinero!?, jajajaja!!!

Don Pedro miro a su hermano con la misma risa burlona


que ambos habían heredado de su padre, para luego sacar
su cámara digital y mostrarle unas fotos que él les había
tomado escondido la vez en que fue a buscar a Evelin a la
salida de su colegio,
--Mira esas fotos pendejo… que me dices!??, a Don Cipriano
casi se le salieron los ojos a la vez que empezaba a babear
de calentura a medida que iba corriendo las imágenes, esas
hembras que estaba viendo realmente eran de concurso!!!,
si estaban tan rebuenotas hasta como su misma Gabriela, se
decía para sus adentros, y ya masajeándose la verga le
contesto a su hermano…

--Estas pendejas están hechas para llenarlas de vergaaa


cabron de mierdaaa!!!..., y dime entonces cuál es tu idea
viejo caliente! Hijo de la grandísima putaaa!!! Le consultaba
su hermano sin dejar de agrandar y correr las imágenes de
Evelin y Claudia…

--Pues hoy mismo iré a ver al negro Felipe… le pediré un


poco más de plazo y se las ofreceré por toda una noche, así
tu saldas tu deuda, y yo las hago debutar como putas
profesionales, que te parece pendejo, no es un precio justo
para que te libere de la deuda… jajajaja!!!

--Pero qué clase de culo se gasta esa pendejaaaa??!! La tal


Evelinnn!!!, decía don Cipriano sin poder quitar su caliente
mirada de la pantalla de la cámara de don Pedro… --Y la
rubita esa… tiene una linda cara de viciosa… muy parecida a
la de mi Gab…, don Cipriano se calló en el acto, no le
convenía mencionar a su hembra, ya que conociendo el
nivel de calentura de su hermano seguro que este iba a
querer hacer algún intercambio de hembras, y él no estaba
dispuesto a compartir a su Gabriela con nadie, eso sí que ya
soñaba con pegarles una probadita a ese par de putillas…

--Muy parecida a quien pendejooo!!??, consulto el vivaz de


don Pedro…
--A nadie pinche Pedrooo!!!, me refería a que la rubia esa se
gasta un cuerpazo de infartooo!!!... Eres un genio Pedro…
seguro que el caliente del Felipe aceptará en el acto apenas
vea a semejantes pendejas… te felicitooo!!…

--Jajajaja!!! Me crees un imbécil pendejooo!!!!... algo me


estas escondiendo desde hace rato, pero no me importa…
estoy bastante ocupado con estas pendejas y no tengo
tiempo para tus idioteces, jajajaja!!!!!

Ya eran casi las 4 de la tarde, y una vez en que ambos


hermanos bebieron cervezas a destajo, cerraron el acuerdo
que harían con el negro Felipe. Se despidieron con sendos
abrazos y palmoteándose las espaldas, don Pedro quedo de
avisarle a Cipriano la fecha en que acordarían el debut de
sus pendejas, para que el fuera testigo que la deuda con
don Felipe quedaría saldada.

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Don Cipriano ya estaba estacionando la camioneta de su


casada en el estacionamiento del edificio y aun pensaba en
aquellos formidables cuerpazos que le había mostrado su
hermano, pero una vez que entro al departamento del
matrimonio Guillen, todas esas imágenes pecaminosas de
culos bien paraditos y de ombliguitos con piercing, se
esfumaron casi en el acto.

La rubia ya se había arreglado para la reunión de esa tarde


con el chango y María, había alisado y planchado su dorado
cabello dejándoselo caer hacia un lado de su cara, como
también su cutis lo había maquillado finamente y en forma
exquisita, se puso un ajustado vestido color crema que se
entallaba a su cuerpo haciendo marcar y resaltar todas sus
infartantes curvas de hembra femeninamente bien formada,
con unos zapatos con taco alto que le elevaban el culo
hacia los cielos dando la impresión que en cualquier
momento harían reventar aquel endiablado vestido
cremoso, y que para rematarla lo había hecho combinar
enfundando sus piernas con medias transparentes que
daban ganas de lanzarse a ellas y comérselas a mordiscos,
la imagen de ver a aquella soberbia e imponente hembra
rubia y en esas condiciones eran aterradoramente
alucinantes.

Don Cipriano venia llegando todo sudado y engrasado y


con un fuerte aliento a cerveza y tabaco, ya que había
estado bebiendo con su hermano por casi toda la tarde,
pero en el momento en que su mujer lo saludo con un
fresco beso con sabor a crema dental, ella lo encontró que
así tal como estaba el vejete estaba perfecto y que no había
que cambiarle nada, lo veía tal cual como ella lo conoció y
como le había gustado. La pobre ya casi ni se acordaba que
su primeras reacciones al conocerlo habían sido de asco y
repulsión.

--Como esta mi mecánico favorito…le saludo en forma


mimosa y coqueta, después de separarse del beso en la
boca que le planto cuando le salió a recibir,

--Jejeje…bien culonaaa! Un poco cansado pero bien!!…


sírveme una cerveza, le solicito a la vez que se echaba en el
sillón.

Gabriela camino hacia la cocina a buscarle la cerveza a su


macho, el viejo la veía fascinado, la rubia caminaba casi
poniendo una pierna delante de la otra por lo ajustado de
su vestido, don Cipriano ya se había comenzado a calentar,
y era justamente eso mismo lo que buscaba la rubia,
calentarlo y mantenerlo bien caliente, para que ya en la
noche el vejete estuviera casi desesperado por cogérsela, y
así ella lo pasaría tan rico como la noche anterior.

El viejo una vez que se lavó la cara y las manos se fue a


poner ropa para la ocasión, la casada quien lo acompañaba
sentada en la cama admirándolo se daba cuenta que desde
que lo conoció el vejete andaba trayendo puestos los
mismos calzoncillos, unos roídos y ya casi transparentes
bóxer de color verde, en donde resaltaba una llamativa
mancha amarillenta por la delantera, pero la situación no le
importaba para nada, como así mismo no le importaba que
el mecánico ni siquiera se había bañado desde que había
llegado a su casa el día anterior.

El viejo ya se había vestido con su típico atuendo, este


consistía en la misma camisa roja a cuadros visiblemente
desteñida, sus viejos pantalones de mezclilla y con sus ya
conocidas botas vaqueras todas desgastadas.

El chango con María llegaron puntualmente a la hora


convenida, al ingresar al departamento la casada se dio
cuenta que el muchacho vestía en forma normal como para
la ocasión, pero María había sido un poco más selectiva a la
hora de presentarse al departamento de su amiga Gabriela,
si bien no había sido muy entusiasta en verse realmente
buenota ya que no vendría con su novio, igual su
vestimenta le hacían verse muy antojable.

Se había puesto un delicioso vestido celeste con tirantes el


cual no dejaba ver mucho de sus tetas pero si el nacimiento
de estas, este no era tan ajustado, pero que al caminar se le
ceñía muy bien dejando adivinar al que la viese que ella
poseía un cuerpo muy apetitoso, este le llegaba hasta un
poco más arriba de las rodillas, en donde en forma un
poquito tímida quizás dejaba ver un poquito del nacimiento
de sus muslos que ella recién a sus 19 años solamente se
los había abierto por dinero en 4 oportunidades a su tío
Cipriano y en dos ocasiones a Francisco su novio.

El chango quedo impactado por la divina y tentadora visión


que tubo antes sus ojos cuando vio a la imponente mujer
rubia que le abrió la puerta, este aún no se la creía que todo
eso entre ella y su jefe realmente estuviese sucediendo, la
miro de pies a cabeza, comenzando por sus exquisitas
pantorrillas y muslos enfundados en medias color carne que
daban la impresión que estas aumentaban su volumen, el
vestido que llevaba puesto era tan ajustado que su figura se
marcaba casi a la perfección resaltando cada curva que se
dibujaban bajo las líneas de su figura, sabía que debajo de
esto todo era carne de primera, hasta que cuando llego a la
altura de aquellos intensos ojos azules, la impecable y
blanca sonrisa de Gabriela le sacaron de aquel mágico
estado en que estaba el pobre muchacho,

--Hola Pablo… bienvenido a mi departamento!, le saludo


cándidamente, como lo era ella con todos sus conocidos…

--Hoooo…laaaa señoraaa Ga...brie...laaaa, le saludo el


impactado joven mecánico…

Las mujeres se saludaron con más naturalidad y confianza,


el viejo en esos momentos estaba sintonizando unas
cumbias en el equipo musical, con la intención de alegrar el
ambiente.
La velada se llevaba a cabo casi con normalidad, toda la
conversación se centraba en anécdotas que habían
sucedido en el Pie Grande desde sus inicios, la casada ya se
encontraba más distendida y no se avergonzaba de que el
viejo la mantuviera bien abrazada en el sillón en el cual
estaban sentados muy apegados uno al otro.

La situación de los otros chamacos era muy distinta, aunque


se lo estaban pasando muy bien en la íntima reunión de
amigos. El chango se encontraba sentado en una de las
sillas del comedor que había acercado al living, mientras
María, reía y bebía cervezas sentada en un sillón lejos de
donde estaba el joven, o sea en esos momentos el chango y
por muy entonada que estuviera la hembra más joven tenía
cero posibilidad de llegar a concretar algo con ella.

Las horas fueron pasando, y a Gabriela le preocupaba la


situación de que los jóvenes estuviesen bebiendo de
aquella forma ya que en algún momento se tendrían que ir,
hasta que el vejete le dio la solución para que la rubia se
relajara,

--Oye nalgona!!, qué tal si los chamacos mejor se


quedan…no vaya a ser que les pueda pasar algo por ahí…

Al chango y a María les llamo la atención de la soez forma


que el vejete se refería a Gabriela, pero quedaron aún más
perturbados cuando se dieron cuenta que a la rubia no
parecía afectarle, y que le contestaba con naturalidad…

--Si…creo que es lo mejor… ya que no está mi hijo María


puede ocupar su habitación y Pablo se puede acomodar
aquí en el sillón que es bastante grande y cómodo…
Cuando Gabriela con María se dirigieron al baño para
encerrarse en este y acicalarse vanidosamente como lo
hacen todas las mujeres, don Cipriano le comenzó a dar sus
últimas instrucciones al nervioso muchacho que aún no
creía que la fórmula de su jefe fuese a dar resultados,

--Ya estamos casi pendejo… nos tomaremos unas ultimas


cervezas y yo comenzare a calentar a la culona para
llevármela a la recamara, y después tú ya sabes lo que
tienes que hacer…

--Pero mi jefe… nosotros estaremos aquí y no creo que la


señora quiera hacerlo estando nosotros en el
departamento…

--Y a ti que te preocupan esas pendejadas imbécil!…yo sé lo


que hagooo!!…tu solo te deberás preocupar de mi sobrina…
primero comenzare a manosear a Gabriela delante de
ustedes para que la María se caliente y quiera ir a mirar
cuando me la lleve a la habitación, así tu podrás hacer lo
tuyo…y te juro chango…, el viejo tomo aire en forma
amenazante, --Si no te culias a María hoy día mismo…
olvídate del puesto que te ofrecí en el taller pendejo, el
viejo mecánico quería a toda costa que el chango estuviera
más o menos a su misma altura follandose a la hembra más
suculenta que existía por parte de la familia de su esposa.

En eso sintieron que las mujeres ya regresaban para


continuar con la velada.

Mientras María con el chango conversaban animadamente


sobre los cambios que don Cipriano le había adelantado
que habría en el Pie Grande, Gabriela y el viejo también
estaban en lo suyo. Ellos se encontraban un poco más
apartados, a la rubia se le había olvidado su estado de
embarazo y también se había atrevido a beber algunas
cervezas, total solo un poquito de alcohol no creía que
pudieran afectar al diminuto ser que llevaba en sus
entrañas, si ni siquiera aún se le notaba nada había pensado
para justificar su irresponsabilidad.

Luego de unos minutos y siendo ya pasada la media noche,


la velada no tenía para cuando terminar, decidieron poner
música bailable más de moda, y apagaron la luz de la sala,
encendiendo una lámpara que adornaba una de las
esquinas del departamento dejando un ambiente
semioscuro propicio para lo que allí estaba ocurriendo.

El cuarteto no se dio ni cuenta cuando ya se encontraban


los 4 bailando enfrascadamente reggaetón, las hembras ya
sudaban meneando sus caderas y perreando en una forma
endemoniadamente calentona, pero la cosa era que así se
bailaba esa diabólica música, el chango con el vejete ya
estaban más que recalientes, una inmensa nube de humo
cubría el cielo del departamento de Gabriela, ya que era ella
solamente quien no fumaba, su amante y sus dos amigos ya
casi fumaban un cigarrillo tras otro, debido a la bien que se
lo estaban pasando bebiendo y bailando.

Las latas de cervezas adornaban todos los muebles del


departamento de la casada, y hasta en el piso ya andaban
algunas botadas y desparramando restos de cerveza en el
suelo, a la rubia no le importaba nada, pensaba que tenía
todo el día domingo para poner en orden su departamento,
total se la estaba pasando muy bien con su macho y sus
nuevos amigos, la pobre no tenía idea que Cesar ya a esas
alturas estaba a solo horas para venirse a su casa y ver qué
es lo que estaba sucediendo con su mujer.

De pronto el vejete ya queriendo dar inicio a la pequeña


función que él pensaba darle a los jóvenes, sintonizo una
emisora que se caracterizaba por tocar solamente tandas de
lentos, era obvio, con esto y con lo chisporroteada en que
se encontraba su hembra la calentaría hasta la locura para
llevársela a la cama…

Al son de las baladas el chango con María se sentaron en el


mismo sofá uno al lado del otro, no porque entre ellos
existiera algún tipo de conexión ni nada parecido,
simplemente solo se sentaron, fumando y bebiendo
miraban como el viejo Cipriano bailaba muy apretado con
Gabriela en donde ya habían comenzado a besarse en la
boca en forma pausada y no tan ardiente, la casada no
quería darles una mal impresión a sus invitados, como
también veían que el vejete le decía cosas al oído, en donde
ella a veces se mataba de la risa o simplemente apoyaba su
cabeza en el pecho del hombre con sus ojos cerrados y en
señal de amor.

--Como la estás pasando rubita, jejeje…, le decía el viejo


mientras bailaban, y en sus perfumados oídos…

--Muy bien Don… me ha gustado mucho que Pablo y María


vinieran a compartir con nosotros…

--Sí, yo le he pasado bien también, pero ya tengo ganas de


cogerte… porque no nos vamos a encerrar a tu habitación
para pegarnos una buena follada?, jejeje…
--Pero Donnn!, yo pensé que hoy no lo haríamos, recuerde
que estamos con visitas, además que le diríamos a Pablo y
María?, no los podemos dejar solos…

--Ellos en un rato más se aburrirán y se echaran a dormir…y


además que lo haremos despacito…jejeje,

La rubia con solo imaginarse a ella cogiendo con su Don, y


con los jóvenes escuchándolos como ellos se dedicarían a
follar, y recordando también algo similar con lo sucedido el
día anterior en el parque, su respiración se comenzó a
alterar, como así mismo su vagina empezó con tímidas
punzadas que le avisaron que si no se oponía
rotundamente quizás qué tipo de estupidez volvería a
cometer…

--Ayyyy!…ahora sí que no lo creo Donnn!!…con Pablo y


María durmiendo a solo unos metros de donde lo
estaríamos haciendo nosotros no me podría concentrar,
además…

El viejo la asalto con un salivoso beso con lengua a la


misma vez que la rubia ya sentía que su verga la tenía
totalmente parada, y la estaba empezando a clavar muy
rico. Sintió que las manazas del vejete la tenían tomada
firmemente desde la cintura y parte de sus caderas
ejerciendo una notoria presión hacia su cuerpo invitándola
a que ella también punteara con el mientras seguían
bailando el lento, pero a Gabriela le apenaba la situación de
ponerse a puntear con el vejete en presencia de Pablo y
María, aun así le dio en el gusto pero muy suavecito para
que no se notara.
Fue María quien primero se percató de lo que estaba
sucediendo entre su tío y Gabriela, ya que al darse cuenta
que el chango estaba pensando en quizás que cosa
mientras se fumaba un cigarro, ella le dio un disimulado
codazo haciéndole señas para que mirara lo que estaba
ocurriendo, el joven comenzó a temblar ya que entendió
que la primera parte del plan de su jefe ya estaba puesta en
ejecución.

--Vamos putita… siento como me meneas tu zorrita contra


la verga…yo quiero culiar y tú quieres que te culien…
vámonos a la cama de una buena vez por todas… que me
dices lindura!?…

--Ay… no lo sé Donnn… ya se lo dije… no sé si pueda!…

Y en el momento en que la preocupada casada esperaba a


que se terminara la canción que estaban tocando para ella
poder separarse del vejete y hacer cualquier cosa para
bajarle la temperatura, y para bajársela a ella misma
también ocurrió lo inesperado.

Los sones de la canción comenzaron mágicos y románticos


para la rubia, en forma desesperada se aferró al pecho del
vejete quien se sorprendió ante la extraña reacción de su
nalgona. A los perfumados oídos de Gabriela sonó “Once
upon a december”, canción que le encantaba y que mejor
oportunidad que esta para disfrutarla al son y al ritmo de
las punteadas que en esos momentos le clavaba en la
concha el hombre que era su verdadero macho. El viejo se
dio cuenta que su hembra ya estaba a punto de capitular.

La casada pensaba que en todo este tiempo había estado


equivocada, esa canción no era la de Cesar y ella, lejanos ya
eran los días en que ambos decían que era su canción,
desde este día la rubia declaraba que esta pasaba a ser la
canción de ella y de su Don, y para hacerlo más mágico y
aún más romántico, comenzó a refregarse más
notoriamente en la abultada y dura protuberancia de carne
que el viejo escondía debajo de sus pantalones.

Cuando la canción “Once upon a december”, ya estaba casi


por terminar la caliente mujer creyó que moriría de amor en
cualquier momento y que mejor que sellar aquel idílico
estado en cual se encontraba concediéndole a su macho lo
que él le estaba pidiendo. Ya lo había decidido, se iría a
acostar para ponerse a culiar con él no importándole que
en su mismo departamento estuvieran otras personas y que
la escucharan y sintieran como ella estaría culiando con su
macho,

--Vamos a acostarnos Donnn!, le dijo armoniosamente con


sus labios muy apegados a la oreja del mecánico que estaba
llena de pelos canosos y enmarañados.

--Jejejeje… de verdad ricura!?, pero te advierto que te


meteré la verga, jejeje…, le contesto el vejete también muy
cerca de su oído causándole a la casada que se le pararan
todos los pelitos de su cuerpo.

--Hágame lo que Usted quiera…pero que sea despacito


para que Pablo y María no nos vallan a escuchar, le
respondió con una sonrisa de viciosilla…

--Descuida culona… no se darán cuenta de nadita, jejeje…, y


así mientras al son de “Once upon a december”, que ya se
estaba terminando la caliente pareja entre besuqueos,
punteadas y manoseadas por parte del vejete se fueron
retirando hacia la habitación matrimonial. Ni siquiera les
dijeron nada a sus invitados.

Minutos antes de lo que estaba sucediendo entre don


Cipriano y Gabriela, mientras el chango ya disimuladamente
también se refregaba su verga al estar viendo aquel
calentón espectáculo que le estaba dando la señora casada
y madre de familia, también se percató que María ya había
juntado sus muslos y que también los movía muy despacito,
pero los movía.

Ambos fueron testigos de cómo Gabriela con el vejete se


pegaron el refregón de sus vidas al son de una romántica
canción, para luego observar como el vejete se la llevaba a
la cama con sus dos manazas clavadas en el respingado
culo de tan hermosa y notable pedazo de hembra, hasta
que los vieron desaparecer.

--Y que hacemos ahora!?..., le consulto María al chango sin


saber qué hacer,

--Pus no se…supongo que ellos se van a poner a hacerlo…

--Uffff… todavía me cuesta creerlo…convídame un


cigarro…estoy muy nerviosa…, le solicito la semi excitada
chica a su amigo.

El chango mientras el mismo le encendía el cigarrillo a la


nena tan nervioso y caliente como ella noto lo agitada de la
respiración de la chamaca, pero estimo que aún era
demasiado pronto como para abordarla tal como le había
dicho su jefe.

Mientras esperaban en la semioscuridad el muchacho


disimuladamente miraba sus apetitosos muslos, María no se
daba cuenta de esto ya que ella estaba más preocupada de
lo que podría estar ocurriendo en la habitación de Gabriela
a que como la miraba el joven mecánico.

En eso estaban cuando pasados algunos minutos creyeron


sentir ruidos extraños que provenían de la recamara en
donde estaban el viejo y su amante, la chica le propuso al
chango que cambiaran la música por algo mas movido, y
que dejaran el volumen tal cual como estaba para que los
amantes pensaran que ellos estaban bailando o algo
parecido y para que no notaran el momento en que ellos
fueran a mirarlos, hasta que los sonidos que venían de la
habitación ya eran evidentes, ellos ya habían comenzado a
hacerlo.

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Cuando Gabriela con el vejete comenzaron su lento


recorrido a la habitación en donde se proponían consumar
una ardiente follada, lo hicieron en forma pausada, pero a
medida en que más se iban acercando la rubia más se iba
desesperando por que le metieran la verga, ya no le
importaba que tal vez la pudieran escuchar el chango con
María, se justificaba que daba lo mismo si total ya la habían
visto y escuchado una vez, que importaba que de nuevo lo
hicieran.

Gabriela ya estaba comenzando a perder la vergüenza y el


pudor con tal de llevar a cabo las zorrerías que el vejete le
inducia a hacer cuando este la calentaba.

Una vez que llegaron a la habitación la rubia lentamente se


tendió en la cama luego de sacarse los zapatos, vio que el
vejete se estaba sacando la ropa como desesperado,
mientras este veía cómo su casada se subía el vestido hasta
la altura de sus tetas, para finalmente retirárselo, para luego
meter sus dos manitas por debajo de sus espaldas y soltar
la traba del sujetador el cual fue a caer a los pies de la
cama, y para terminar elevo sus caderas bajándose y
retirándose las medias trasparentes y luego hacer lo mismo
con sus diminutos calzones blancos para que a modo de
ofrenda pasárselos a su macho para que este los oliera, tal
como a él le gustaba hacerlo.

Don Cipriano quien en esos momentos ya estaba desnudo


se los agarro y prácticamente se los refregó en sus narices,
aspirando por sobre todo la parte de la prenda íntima que
se ubicaba protegiendo el tajito de su mujer, al viejo le
encantaba ese fuerte olor a hembra, ese olor intenso, ese
olor a coño caliente lo enardecían aún más, por lo que
arrojándolos por detrás de sus espaldas se propuso a
pegarle una buena culeada.

Los blancos y albos calzones de Gabriela fueron a dar al


pasillo que daba a la entrada de la habitación matrimonial.

El viejo se ubicó entre los tibios y complacientes muslos de


su hembra quien ya se había abierto de patas, y cuando ella
sintió que la cabeza de la tranca ya se preparaba para hacer
ingreso al interior de su cuerpo, ella se atrevió a hacerle una
última petición…

--Donnn! antes de que me lo haga…cierre la puerta de la


habitacionnn!, le dijo entre susurros…

--Demasiado tarde putita!, jejeje… ya estoy casi listo para


meterte la verga y por nada del mundo me saldré de aquí,
jejejeje…
--Pero…don Ciprianooo…nos pueden escuchar…y que pasa
si necesitasen algo y me vinieran a buscar…

--Pus verán cómo te estoy follando lindura…vamos no te


hagas la remilgada ellos ya saben que nosotros nos
juntamos para follar a espaldas de tu marido…

--Donnnn por favor vaya a cerrar la puer… --Ahh… ahh…


ahhhhyyyy que ricooooo!!!, gimió la casada antes de
terminar lo que estaba diciendo, al sentir como le entro la
gruesa verga en un sólido empujón que le puso el
mecánico, se la habían metido hasta el fondo…

Gabriela cerro sus ojos y se dedicó a sentir las profundas


penetraciones que la daba don Cipriano, con una de sus
manitas tapaba su boca para no dejar salir los gemidos de
placer, giro su cabeza al otro lado para que no la fueran a
escuchar sus amigos y la vieran a ella culiando desnuda con
su viejo amante, pero reconocía que lo que estaba haciendo
con su Don debía ser así ya que ellos se amaban.

En el momento en que el vejete le plantaba unas firmes


clavadas intentando llamar la atención de los jóvenes que
estaban en el comedor, lentamente fue estirando su mano
hacia la lámpara del velador y la encendió, quería que su
sobrina y el chango vieran nítidamente que él se follaba a
esa hermosa y adorable mujer casada como corresponde y
en la misma cama en que ella dormía con su marido.

------------------------------

Cuando María con el chango escucharon claramente como


crujía la cama, a la vez que sentían como los mismos
resortes de esta subían y bajaban, fue la nena quien
nuevamente le hiso al muchacho una señal de silencio con
su dedo índice puesto en la boca, y le invito a que la
siguiera.

Los jóvenes (ambos de 19 y 22 años) avanzaron casi en


puntillas por el pasillo que daba a la habitación matrimonial
que se encontraba con la luz encendida, al llegar ninguno
de los dos se percató que en suelo de donde ellos estaban
parados estaban tirados los pequeños calzoncitos blancos
de Gabriela estos fueron pisoteados una y otra vez por
ambos sin darse cuenta de ello.

Fue María quien primero y con mucho cuidado asomo la


cabeza para mirar como ellos culeaban, pero lo que más la
calentó dejándola casi traumada de excitación fue el darse
cuenta que la muy desvergonzada de su amiga se estaba
dejando follar por su tío en la misma cama matrimonial que
compartía con su legítimo marido.

El chango no quedándose atrás apoyo una temblorosa


mano en la cintura de la chica para asomarse el también por
encima de María y lo que vio fue lo más hermoso que había
visto en su solitaria vida, la señora Gabriela, que así le decía
el, estaba con sus esplendorosos muslos bien abiertos con
su jefe cogiéndola con acompasadas aserruchadas que
estremecían todo el lecho conyugal, como así mismo notó
que María no hiso ningún tipo de problemas cuando él la
tomo por la cintura, pero por el momento estaba como
choqueado no se daba a dar el siguiente paso, así
estuvieron por un espacio de 10 minutos por lo menos
espiando la follada que se estaban pegando adentro de
aquella habitación, hasta que el joven mecánico ya no
aguantando más empezó levemente a acariciar a María con
la mano que le tenía puesta en su cintura, en su otra mano
tenía un vaso platico lleno de cerveza el cual dejo caer al
suelo y se desparramo en los y sucios calzoncitos de Gaby
dejándoselos todos mojados e impregnados a chela.

En un principio María no le dio importancia a como el


chango estaba moviendo su mano, lo atribuyo a que lo
hacía por el hecho de encontrase detrás de ella, y en una
posición más incómoda para poder mirar, ella por nada del
mundo le cedería su ubicación que era la más cómoda para
mirar la follada que estaban presenciando.

La joven quien ya sentía en su conchita como se iban


acumulando unas buenas cantidades de jugos,
disimuladamente comenzó a contraer sus piernas, su vagina
poco apoco había comenzado a punzarle y estaba solo a
minutos que esta le comenzara a hervir, en pocas palabras
la nena ya estaba más que caliente, pensaba que apenas
llegara a su casa se pegaría la masturbada de su vida, tal
como lo había hecho en la ocasión anterior cuando vio a su
tío cogiéndose a Gabriela en la oficina con cama en la cual
ella también había culeado con su tío en algunas ocasiones.

En eso fue que la excitada chica noto algo duro que el


chango le refregaba en su cadera, su primera reacción fue
de estupor ya que ella no veía al chango como un
verdadero hombre, siempre lo había visto como su
hermano, o un buen amigo, un poco idiota para sus cosas
pero eso era lo eran ellos solamente amigos, además que
no tenía nada de atractivo era tosco y peludo, hasta ella
misma se había burlado de él cuándo eran chamacos. Solo
lo quedo mirando con cara de enojada y bruscamente le
saco la mano de su cintura como también le puso unos
codazos para que dejara de refregarle su cosa, el solo
imaginarlo desnudo y verle su verga ya le daba asco.

Siguieron mirando otro rato, vieron como el viejo ahora


había volteado a Gabriela poniéndola en 4 patas, todos sus
movimientos los hacían casi como por instinto, de pronto se
fijaron como la rubia contorsionaba su espalda y que a la
vez cerraba sus ojos fuertemente hasta que ella misma
agarro una almohada y la comenzó a morder por lo que le
hacían, fue ahí que cayeron en cuenta que se la estaban
enculando al frente de sus propios ojos.

A María se le taparon sus fosas nasales debido a lo rápido


que le latía el corazón, las estocadas que le pegaba su tío a
Gabriela por el culo eran profundas, se dio cuenta que se la
metía limpiamente toda, situación que la hicieron recordar
que de las 4 veces en que ella se había acostado con él, solo
se la había aguantado hasta la mitad, tanto por la vagina
como por el culo, y que cuando una vez intentaron que se
la metiera entera fue tanto el dolor y desesperación que
había sentido que se puso a llorar, para que el sátiro de su
tío desistiera de la operación, o sea el cuerpo de María no
aguantaba la verga del Don, pero Gabriela se la comía
entera por cualquiera de sus dos orificios.

El chango cuando escucho la pesada respiración nasal de


María, y que está ya tenía que respirar a veces por la boca
recordó lo que le dijo su jefe: “…y cuando te des cuenta que
a María ya le cuesta respirar, eso significa que ya está
caliente, y lo único que deberás hacer es tomarla como si
ella fuese un objeto solo hecho para follar, y te la culeas
todas las veces que quieras y como a ti te dé la gana
jajajaja…!!!.
Este era el momento preciso se dijo para el mismo,
armándose de valor y viendo con la cara de puta que
miraba María como enculaban a la señora Gabriela,
nuevamente tomo a María por su cintura y le fue acercando
su verga muy despacito por sobre el vestido.

La joven y caliente edecán noto que su amigo el chango


nuevamente la estaba tocando, pero era tan impresionante
la forma en que su tío estaba enculando a Gabriela que
solamente lo dejo que este se saliera con la suya, además
que de reojo vio que el chango también estaba enfrascado
mirando la encomiable enculacion.

Luego de un rato María sintió que ahora eran las dos manos
de Pablo que la tenían sujetada de sus caderas, y que este
con sus dedos suavemente hacia pequeños recorridos
desde su cintura hasta la parte en que se pronunciaban sus
ancas, como también sintió nuevamente como el chango
volvía a puntearla con su verga justo al medio de sus
nalgas.

La chamaca en un principio quiso volver a hacer que el


excitado joven se hiciera aun lado, pero la escena era tan
caliente y morbosa y no queriendo armar un escándalo que
fuese a distraer a los otros amantes, solo se dio a en forma
silenciosa retirarle la manos de sus caderas, sin quitar su ya
vidriosa mirada de lo que estaban haciendo Gabriela y su
tío, por cada retirada de la peluda mano de el chango de su
cintura esta solo duraba unos segundos ya que el joven las
volvía a posar ya abarcando más porciones de sus carnes,
hasta que simplemente ella ya no se las saco más total lo
hacía solo por encima de su vestido, así que no correría
mayor peligro pensaba la mente de la joven que ya se
estaba comenzando a confundir.

María no se dio cuenta cuando fue el momento en que su


amigo ya había comenzado a clavarla por detrás, las
disimuladas clavadas le hacían sentir muy rico, en un
comienzo no sabía muy bien lo que ocurría, pero lo que
tenía Pablo entre medio de sus nalgas y que estaba
haciéndole círculos, ahora la sentía que más que una verga,
lo que estaba sintiendo en su trasero era como si le
estuviesen refregando un palo, sin darse cuenta ni ella
misma lentamente y en forma disimulada según ella
comenzó a menearle el culo hacia atrás para que las
punteadas fuesen más placenteras.

En el pasillo del departamento de la casada se libraba una


silenciosa y caliente sobajeada entre los dos jóvenes, el
muchacho ya le había comenzado a subir el vestido a la
altura de sus medianas tetas, y viendo la pasividad de María
quien le correspondía las punteadas, se atrevió a pasar una
mano por debajo del sujetador, sentía la suave y tersa piel
de la nena que no tenía nada que ver con las fofas ubres
que le había sobado en una ocasión a una vieja prostituta
cincuentona que su jefe le había pagado.

Era tan rico para él estar tocando a María de esa forma que
se animó a bajar con su otra mano por su vientre y en
dirección hacia su panochita.

Ahora sí que la chamaca se comenzó a asustar de verdad,


por lo que le empezó muy despacito a decir y soltar
peladeces para que este la soltara de una buena vez, pero
siempre mirando hacia el interior de la habitación
matrimonial, y sin dejar de mover sus caderas hacia atrás…
--Noooo! chan…goooo…que… es… lo… que… te… pa…
saaaaa!?…, decía la chica entre susurros y ahora por fin con
sus ojos cerrados, ya no tan preocupada de lo que hacía su
tío con su mujer… --O se lo ten…dre que decir… a
Fran…cis…coooo!!, le dijo pensando que con esto el chango
la soltaría.

Cuando la nena sintió que la mano del chango ya estaba


por metérsele por debajo de su pequeña tanguita negra lo
único que atinó a decir en una forma ya verdaderamente
espantada fue,

--Noooo chango…por favorrrr ahí si que nooooo!…, le


suplico mirándolo hacia atrás y poniendo una de sus
manitas por sobre la peluda mano del joven mecánico,
haciendo que este se detuviera por un momento, la fuerte
música que provenía del living hacían que sus voces se
perdieran entre los alegres sones que retumbaban en el
departamento.

Mientras el excitado muchacho seguía manoseándola


escuchando sus reclamos, y notando que ella a pesar de
estar quejándose tampoco paraba de menear su culo hacia
atrás, simplemente siguió recorriéndola, le tocaba su vagina
por encima de su calzoncito, esto pareció calmar un poco a
la chica, esto era mejor que a nada se decía el chango para
sus adentros nunca se imaginó que alguna vez en su vida
iba a estar manoseando a María de aquella forma en que
ahora lo estaba haciendo, y mucho menos estar sintiendo
que ella punteaba junto con él.

Por la mente del Pablo pasaban todas las imágenes que


desde niño lo atormentaban, siempre había sido víctima de
burlas por su temprano desarrollo hormonal, o la vez que
siendo solo un chamaco en el tiempo que le hacía
mandados a don Cipriano, se le ocurrió la genial idea de
mandarle una carta de amor a la sobrina de ese señor tan
bueno que le daba dinero por solo hacer algunas compras y
que a veces para las fechas de fiestas hasta le había
comprado ropa nueva, por esos años él la encontraba la
niña más linda del mundo, y María no había encontrado
nada mejor que leerla en voz alta delante de todos sus
compañeros y amigos del colegio en donde fue blanco de
burlas de todo tipo, y así de muchas otras cosas.

El chango por primera vez en su vida sintió una silenciosa


ira como nunca antes la había sentido, su jefe siempre le
había enseñado que tenía que defenderse como un hombre
y no andar pidiendo disculpas como los imbéciles, y ya casi
enceguecido por una extraña indignación mezclada con
calentura por todo lo que se estaba viviendo al interior de
aquel afiebrado departamento, tomo la decisión tal cual
como se lo había dicho su jefe, se la iba a culear a como
fuera lugar y si era necesario golpearla lo haría.

Como pudo la volteo hacia la pared, y le subió el vestido


hasta la altura de sus tetas, María no sabía qué hacer ni que
decir, toda esta situación la había tomado por sorpresa
además que sabía que había sido ella misma quien solo
hace algunos segundos ella solita había estado punteando
con el chango. Este aprovechando el momento de pasividad
de la extrañada joven sin previo aviso, y sin ningún
comentario de por medio, simplemente la agarró metiendo
sus manos por sus espaldas, y la apretó contra si para que
ella no pudiera moverse, fue acercando su boca a los
temblorosos labios semi abiertos de María y metió su
ansiosa lengua en su fresca boquita y simplemente la besó.
La extrañada chica que aún estaba media caliente y media
borracha, lo encontró chocante y repulsivo, aunque también
y extrañamente un poco calentón y emocionante, no se la
creía que el chango el más inepto de sus amigos la tuviera
en tales condiciones, así que como pudo se deshizo de
aquel desagradable besuqueo, y lo mordió en uno de sus
labios,

La reacción de exaltado y caliente muchacho tomo por


sorpresa a María, cuando ella pensó que su amigo de
infancia por fin la dejaría en paz, no supo en que momento
vio que venía la peluda manaza para asestarle un fuerte
guantazo en el cual le devolvió todas las burlas y
humillaciones sufridas desde su temprana adolescencia…

--Plaffff!!!, retumbo el tortazo ahogadamente en el pasillo


en cual se encontraban, a la vez que la agarro
violentamente de sus sedosos cabellos y la fue arrastrando
hasta la habitación contigua a la de la casada, pensando en
las claras palabras de su jefecito: “…y si se te pone difícil tú
vas y le pegas unas buenas bofetadas… hasta la pateas si es
necesario, jajajaja!!!, vas a ver que luego de eso va a andar
colgada de tu verga para que te la folles y le sigas pegando
todo lo que quieras, jajajajaja!!!!...”.

Una vez que Pablo logro meterla a la habitación, con una


mano la tomo firmemente por el cuello y la atraco contra
una de las paredes…

--Así que me vas a acusar a Franciscooo!?..., le pregunto a la


misma vez que con su otra manaza le sobaba su pelvis por
encima de su calzoncito, la asustada nena vio como corría la
sangre por uno de los marcados y afilados labios de su
tosco amigo,
María por primera vez en su vida vio un raro y feroz destello
en sus ojos, nunca en su vida imagino que el chango el más
torpe y feo de todos sus amigos pudiera tener una reacción
como aquella, por unos segundos sintió miedo, hasta que
intentando apelar a su amistad de niñez le comenzó a
solicitar

--Por favor chango discúlpame por haberte mordido... ya


está bien... déjame tranquila, le decía con su respiración
totalmente agitada. De fondo se sentían los movimientos de
maderas que crujían y resortes que rechinaban subiendo y
bajando rápidamente, mientras ahora en la radio sonaba
“Gánster Paradise” de “Collio”…

Lo que ocurrio a continuación al interior de aquella


habitación fue que sencillamente el chango se violo a María
tal cual como le había explicado su jefe, los gritos,
bofetadas y el crujidero de la cama todo fue silenciado por
la fuerte música que imperaba desde la sala de estar de la
rubia.

Algunos minutos antes en la habitación matrimonial,


Gabriela estaba lavándole con su boca la verga al mecánico,
estaba puesta en 4 patas ensimismada en su labor
succionadora, cuando creyó sentir unos extraños ruidos que
provenían desde el pasillo, con más de la mitad de la verga
aun en la boca se quedó quieta y mirando con sus
penetrantes ojos azules en aquella dirección, hasta
comprobar que al parecer solo eran ideas suyas, por lo que
cerrando sus ojos se dio a seguir chupándole la verga a su
hombre, pero a los minutos volvió a sentir algo muy
parecido como si María con el chango estuviesen luchando,
ya no aguantando más se sacó la verga de la boca, y con
ella agarrada de su blanca manita le dijo a su macho,

--Oiga Donnnn!, algo está ocurriendo en la habiatacion de


al lado… o en la sala, porque no va a ver qué es lo que
sucede!?,

--Jajajajaja!!!…déjalos pendeja!!!!… deben estar perreando…


ellos son muy amigos desde niños… y lo más terrible que
les podría suceder es que el inútil del chango se salga
follando a la María, jajaja!!!!

A la rubia le causo un poco de gracia eso que le decía don


Cipriano ya que ella con lo poco que conocía a los
muchachos también sabía que el pobre changuito tenía
cero posibilidad con María, así que despreocupándose de lo
que pudiera estar sucediendo al otro lado, se volvió a meter
la verga del viejo en la boca y siguió en lo que había estado
ocupada antes de haberse distraído, total ellos ya eran
adultos y sabían lo que hacían fue lo último que pensó en
esos momentos.

------------------------------

Ambos jóvenes luego de reponerse y recuperar fuerzas se


vistieron en silencio, el chango ya había vuelto a ser él y se
le caía la cara de vergüenza por lo que le había hecho a
María, aunque sabía que le había gustado mucho hacérselo,
pero lo que más le apenaba era eso de haberle pegado,
esperaba que María en cualquier momento lo encarara, y
que pasaría ahora cuando se lo contara a Francisco?, se
preguntaba en forma atribulada.
María aun con sus ojos llorosos y ya vestida, tomo la
ensuciada colcha toda ensangrentada producto de la
violación y la fue a meter a la lavadora de Gabriela, el
acongojado muchacho no sabía cómo reaccionar ahora
ante su amiga, ambos se dieron cuenta que ya en la
habitación de Gabriela no habían ruidos y que solamente se
escuchaban los ronquidos del vejete, así que una vez que la
chica espero los 30 minutos de lavado, tendió el cobertor
en el lavadero, apago la música y se dirigió a la habitación
donde estaba el chango aun sentado en la cama y lidiando
con su cargo de conciencia, ella solamente le dijo,

--Pablo… por favor… solo ve a dejarme a mi casa. (Ya eran


las 5 de la madrugada).

(2 horas antes en la habitación de Gabriela)

Gabriela le mamaba la verga al mecánico como una poseída


siempre cuidando no desesperarse para no llamar la
atención de sus invitados que al parecer se lo estaban
pasando muy bien en la otra habitación, los movimientos
de ella y del vejete eran ya no eran tan cuidadosos, ahora
ella ya sentía con la seguridad de menarse fuerte y de gritar
todo lo que quisiera.

Pero los sonidos que provenían desde la otra habitación la


tenían alterada y la desconcentraban, además que la música
que aun sonaba en el equipo musical no la dejaban
escuchar muy bien, la rubia aún seguía puesta en 4
apuntando su bien empinado culazo directamente hacia los
calientes ojos del mecánico, quien mientras sentía como su
mujer se la chupaba, el con sus dos manazas aprovechaba
para manosearla por el culo y por sus suaves y brillosas
nalgas las cuales en una oportunidad aprovecho de separar
para introducir dos de sus gruesos dedos muy al interior de
su increíblemente apretado orificio posterior, mientras
Gabriela como si nada del mundo bajaba su cabeza por el
grueso troco vergal hasta tocar con su nariz y con sus bien
dibujados labios los gruesos pelos negros y encrespados
que el vejete tenía por pendejos, para luego volver a subir y
bajar la cabeza una y otra vez recorriendo y sintiendo en sus
propios labios todas las rugosidades de aquella vergota que
tanto le gustaba, el viejo por su parte cuanto más a fondo
se la chupaban, más adentro le metía los dedos por el hoyo.

En eso estaban muy entretenidos cuando escucharon


claramente unos despavoridos gritos de mujer que
provenían de la otra habitación y que lentamente
comenzaban a bajar de intensidad, Gabriela nuevamente se
sacó la vergota de la boca para poner en alerta a su Don, el
viejo aun le tenía metido los dedos en el culo,

--Que fue eso Don!?..., le consulto Gabriela con su cara de


preocupación y en donde desde su barbilla nuevamente
colgaban gruesos colgajos de mocos.

El vejete solamente la miro con su burlona sonrisa y le hiso


señal de silencio con el dedo índice de su otra mano,
dándole a entender de que ella misma escuchara lo que
estaba sucediendo, claramente llegaron a sus oídos los
rítmicos sonidos que hacia la otra cama en donde de forma
instantánea se dio cuenta que los jóvenes estaban follando
en ella.

Sus sentimientos eran encontrados, no sabía si le gustaba o


le desagradaba la idea de que el chango y María se
hubiesen puesto a culear en su mismo departamento, pero
a medida que avanzaba la feroz cacha que se estaban
pegando, su corazón le amenazaba por salírsele de la boca,
hasta que animada por los quejumbrosos gemidos de
aguante que emitía María simplemente se dio a seguir con
la mamada de verga, pero ahora en formas apasionada que
antes, entre lamidas, succiones y feroces lengüetazos,
también se encargaba de refregarse la verga de su don
prácticamente por todos los rincones de su cara, por su
nariz, sus ojos, sus orejas, sus mejillas, en fin era un
verdadero baño de verga el que se estaba dando la casada,
alternando con las continuas y fantásticas chupadas a los
dos dedos enculadores del mecánico que seguidamente se
los ofrecía en su boca para que ella se los chupara y lavara
con su boca y lengua después de sacárselos del culo.

Don Cipriano disfrutaba a mil por hora la fenomenal


mamada que su rubia le estaba dando, a la vez que también
sentía y escuchaba con orgullo la fenomenal culiada que su
hijo le estaba pegando a su sobrina, hasta que ya pasados
unos buenos minutos ambos sintieron como los jóvenes
culminaban su follada entre quejidos, gritos y gemidos de
placer y disfrute.

Ellos hubiesen querido seguir con lo suyo pero al escuchar


que los jóvenes ya se estaban vistiendo, Gabriela
rápidamente subió las cobijas de la cama apago la luz y se
abrazó al obeso cuerpo del vejete quien la recibió
oprimiéndola contra su canoso pecho en donde simularon
estar durmiendo. Pero el cansancio los venció y a los pocos
minutos eso mismo era lo que estaban haciendo,
inconscientemente se quedaron dormidos.

Ya eran casi las 11.00 de la mañana y el desorden era


imperante en el departamento de Gabriela, los desnudos
amantes recién se habían despertado y ambos comentaban
abrazados de lo que habían hecho el chango y María, la
casada con una mejilla apoyada en el peludo y canoso
pecho del mecánico tiernamente se entretenía jugando con
los pelos de este haciéndole caricias con las yemas de sus
dedos.

--No creo que este bien lo que hiso María… ella tiene a
Francisco… no debería haberlo hecho con Pablo…, y el
tampoco actuó de buena forma…tengo entendido que él es
muy amigo del otro joven… le decía la rubia a su macho,

--Pus yo encuentro que está muy bien hecho… y el chango


no tiene la culpa de nada…es ella quien no debió abrírsele
de patas…jajaja!!!

Gabriela recordó por un momento que ella no era quien


para condenar a María ya que eso mismo que había dicho
el mecánico era lo que había hecho ella misma, le había
abierto las piernas a un hombre mucho más viejo que ella
estando casada y le había gustado, pensó en cual fue el
momento en que todo se desencadeno para ella estar este
día y en esas condiciones con el hombre con el que había
cometido infidelidad y adulterio, un muy lejano sentimiento
de culpa revoloteo fugazmente por su mente, hasta que la
aguardentosa voz del viejo la devolvieron de sopetón a su
nueva condición de amante,

--Oye culona que tal si aprovechamos la mañana para que


terminemos lo que dejamos pendiente anoche, jejeje… aún
tengo mis bolas cargadas de semen que no pude tirarte
cuando los pendejos esos se levantaron, jajajaja!!!
--Pero Donnn!!, acuérdese que tengo que ordenar el depa,
déjeme asearlo y en la tarde lo hacemos más tranquilos,

--Nooo! Se opuso terminante el vejete, --Lo haremos ahora


nalgona…y no te preocupes… a la tarde tienes tiempo de
sobra para ordenar nuestra casa, jajaja…

--Usted cree? le pregunto con cara de querer guerra ahora


mismo y ya...

Gabriela mientras decía esto vio como el vejete movía su


pesado cuerpo para montársele, mientras ella ya iba
abriendo sus muslos casi en forma automática, la
respiración de la rubia ya iba en franco aceleramiento, ella
no era capaz de contradecir nada de lo que su macho
decidiera,

--No te preocupes pendeja… solo disfruta te hare gozar


como una cerdaaa!!!, jejejeje,

El viejo ya se había subido al cuerpo de la rubia y sin mucho


esfuerzo logro metérselo por completo, Gaby quien ya se lo
recibía con sus piernas bien abiertas disfrutaba
silenciosamente de la casi tierna culeada que le estaban
pegando otra vez en su lecho de casada.

El viejo se lo metía en forma acompasada, la cama


rechinaba en un lento y desesperado crujir tal cual como se
llevaba a cabo la lenta follada.

Gabriela recibía verga en forma impecable y en toda su


extensión, esta se le resbalaba y deslizaba sin ningún tipo
de problemas por entremedio de sus labios vaginales. Así
estuvieron gozando por espacio de unos 10 minutos por lo
menos.
La rubia estaba sintiendo muy rico con la verga de su
macho perdida en lo más recóndito de su ya jugoso coño,
desde hacían varios minutos que ella también le devolvía
unos lentos y firmes movimientos de caderas para hacer
más profunda la penetración a la cual la sometía el
mecánico, lentamente los lentos movimientos se iban
transformando en firmes jadeos de apareamiento.

Don Cipriano viendo que su casada ya estaba tan caliente


como el mismo, comenzó a animarla para que ella se
transformara en la amazona infiel, que cuando se calentaba,
no tenía tapujos ni miramientos para demostrarle a él lo
puta y perra que era en la cama y con una buena verga
metida en su zorra,

--Así muévete como a ti te gusta putaaaa, jajaja!!! Querías


moverte más rico yegua de mierda!!???

--Si Donnn!! Lo deseaba muchooooo!!!, MMmmmm….


Ohhhh!!! Diosssss!!!! Donnnn su vergaaaaaaa!!!!, era lo
único que podía decir la rubia, realmente estaba sintiendo
muy exquisito como el viejo ahora se la había empezado a
follar.

Gabriela no quería reconocerlo, y cerró los ojos algo


avergonzada mientras la apuntalaban, pero era cierto a ella
le encantaba que se la follasen en su misma cama
matrimonial o en cualquier parte, don Cipriano se movía
con fuerzas encima suyo, metiendo y sacando su verga con
un desesperado frenesí, entrando y saliendo de dentro de
ella, arrancándole gemidos, para luego pasar a los gritos.

Sin poder evitarlo se fue cortada con sus piernas rodeando


el cuerpo del mecánico y aullando de placer.
El vejete la apuntalaba como desaforado sintiendo como su
hembra se corría y nuevamente le bañaba la verga con sus
jugos, pero no pensaba parar de culearla por nada del
mundo, su mujer era tremenda en la cama y si tenía que
estar follandola por un día entero y hasta la muerte lo haría,
pero ensartado entre las piernas de aquel monumento de
hembra a la cual estaba perforando con su verga.

Gabriela poco a poco comenzó a guiar a su macho para ella


montarse arriba de él, quería galoparlo, sentía una
tremenda necesidad de cabalgar esa gruesa verga que
tanto la atraía y la enloquecían.

Cuando el vejete se la volvió a meter con fuerzas hacia


arriba lo único que sintió la rubia fue un escalofriante
latigazo de auténtico placer que recorrió todo su cuerpo
hasta llegar a su sistema nervioso, que hicieron que ella así
como estaba, totalmente ensartada inclinara sus formas
sobre el fofo cuerpo del vejete para comenzar a besarlo
agresivamente, su mal aliento a viejo y a caries le quemaban
exquisitamente su fresca boquita, mientras que ella con su
lengua entraba y recorría en forma posesiva la pestilente
bocota del feliz mecánico quien también enredaba su
lengua con la de su casada, quien ya había comenzado a
subir y bajar sus caderas, galopándolo con auténtica
calentura por la parada y chorreante verga caliente que él le
regalaba. La rubia pensaba estar cabalgándolo hasta la
locura.

En esos mismos momentos a 5 cuadras del edificio de


Gabriela, venia caminando apresuradamente un nervioso
Cesar, pensaba en llegar a su departamento y sentar a su
mujer en el sillón para que le diera ciertas explicaciones de
algo que no le cuadraba en la conversación que había
tenido con Lidia.

Había vuelto a comunicarse con su madre, pero eso que le


dijo de ella misma haberla visto besándose con un hombre
viejo, gordo y de lo más ordinario, no le convencía para
nada, solo eran burradas de su madre por sus profundos
celos. Estaba convencido de que si Gabriela estaba
enredada en algún amorío, como así lo creía él, su rival
debía ser algún hombre de una importante compañía, o
quizás con algún joven profesor del gimnasio al cual ella
iba, esos tipos siempre se jactaban de acostarse con las
mujeres que asistían a las clases que ellos impartían.

Como también en el fondo de su corazón el pobre Cesar


esperaba que todo fuese una real y autentica confusión, tal
vez Gabriela le daría una buena explicación para luego ellos
reírse de sus celos enfermizos que siempre lo
atormentaban, así les había sucedido muchas veces, lo más
seguro era que esta vez también sería lo mismo. Ya estaba a
1 cuadra del edificio.

El calor en la habitación matrimonial parecía aumentar cada


vez más, la cama nuevamente crujía en forma desquiciante,
la culeada que se estaban pegando Gabriela y don Cipriano
era una de las más soberbias desde que se habían
conocido, todo era disfrute, movimientos de caderas,
aserruchadas, carnes traspiradas, y todo coronado por unos
sonidos desquiciantes que se producían cuando sus
cuerpos chocaban entre sí, el suave y brilloso culazo de
Gabriela saltaba y bajaba de tal forma que parecía ser una
verdadera batidora en esos momentos,
--Slap!!, slap!!!, slap!!!!, slap!!!!!, slap!!!!!!!... retumbaban por
todo el departamento los sonidos que hacia la pelvis de la
casada al son de su recia cabalgada, estos se entre
mezclaban con los fieros rugidos que emitía el caliente
mecánico, con los sugerentes gemidos de placer que salían
de los labios de Gabriela, el viejo solamente se mantenía
con sus ojos cerrados y sintiendo todo el placer de lo que le
proporcionaba su hembra que lo galopaba firme y
exquisitamente.

Ya era más del medio día y en esos momentos ya se estaba


abriendo la puerta del departamento y ninguno de los dos
amantes pudo advertirlo debido a la inmensa calentura en
la cual se encontraban inmersos.

Segundos antes de lo antes señalado, Cesar buscaba


nerviosamente la llave en sus bolsillos, cuando por fin la
encontró algo… un sexto sentido le indico que abriera
despaciosamente.

Lentamente la puerta se fue abriendo y no se pudo explicar


a que se debía tanto desorden, dio tres pasos observándolo
todo, sus ojos recorrieron el living y comedor de su hogar
en donde todo eran desperdicios de snacks, botellas y latas
de cervezas por doquier, vio un sin número de colillas de
cigarro tiradas en el piso y en platos que habían ocupado
como cenícero, el fuerte olor a alcohol y tabaco se
impregnaron en sus fosas nasales.

Y hasta que por fin lo escucho todo, a sus oídos llegaron


claramente los claros sonidos de resortes que subían y
bajaban rápidamente que se mezclaban con el crujir de
maderas que amenazaban que estas en cualquier momento
se quebrarían.
Su corazón se aceleró a mil por hora, pero lo que más lo
perturbo fue los desquiciante sonidos de pieles que
chocaban y que se frotaban: Slap!, slap!!, slap!!!, slap!!!!,
slap!!!!!, estos provenían de su habitación, como un
verdadero zombi giro su cuerpo en dirección a ella no
podía dejar de observar aquel dantesco bacanal, antes de
entrar al pasillo se agacho y recogió un mugroso trapo que
estaba tirado, y al estirarlo se pudo dar cuenta que esta
mugrosa pieza de vestir eran los calzones de su mujer.

Ahora ya la escuchaba gemir, puso atención intentado


agudizar lo más posible el sentido de la audición, y lo
confirmo… era ella la mujer que gemía y que se quejaba
como una autentica puta, también escucho los bufidos que
pegaba su amante, Cesar solo quería ver qué era lo que
estaba ocurriendo sobre su cama matrimonial.

Camino lentamente hacia la habitación que estaba con la


puerta abierta y cuando llego a esta pudo ver crudamente
como Gabriela estaba montada sobre el obeso cuerpo de
un hombre mucho mayor que ella manteniendo relaciones
sexuales en forma desaforada, la vio de semi perfil, el culo
de su mujer subía y bajaba rápidamente en la verga de otro
hombre, le daba la impresión que ella estaba culiando en
forma desesperada, vio como sus tetas se aplastaban en el
pecho de su amante, y como sus ojos se encontraban
fuertemente cerrados y con la punta de su lengua asomada
hacia arriba por un extremo de sus labios demostrando así
lo concentrada que estaba ella haciendo lo que estaba
haciendo(valga la redundancia).

Se dio un minuto a observarlos en donde el mismo


confirmaba la infidelidad y el adulterio en que había caído
su esposa, con sus ojos bañados en lágrimas escucho lo que
ellos se decían mientras follaban sin tener ningún ánimo de
querer parar de hacer lo que estaban haciendo.

--Te gusta nalgonaaaa!!!, le consultaba el mecánico


mirando como ella se movía con sus ojos cerrados, no tenía
ni idea que el marido de la mujer los estaba mirando desde
el marco de la puerta.

--Siiiiiiiii, le contesto la rubia sin dejar de menearse


rápidamente,

--Jajajaja di que me amas…

--Si Donnn!! Yo a Usted lo amooooo!!!…Lo amooooooo!!!!


Ohhhh Diosssss!! Diosssss!!!... que rico me culiaaaa
Donnnnnn!!!!!

Gabriela manteniendo sus rítmicos y acelerados


movimientos de caderas, fue enderezando su cuerpo para
quedar culeandolo en forma altiva y enajenante, el vejete
vio como la rubia tomaba una de sus manazas y la llevaba a
una de sus tetas, para luego decirle: (Cesar estaba atento a
todo lo que se decían):

--“Siente Usted los latidos de mi corazónnnn!!…no importa


lo que pase!!!... recuerde siempre que son suyos!!!… nunca
lo olvide!!!! Que yo desde ahora vivo solo para Usted mi
bebe!!!!!!.”

Diciéndole esto último nuevamente se abalanzo sobre el


pecho del vejete para ser ella quien lo comenzaba a besar
en forma caliente y desesperada, moviéndole el culo como
una verdadera enajenada y comenzando nuevamente a
galoparlo hasta la locura según ella, hasta que la clara y
potente voz de Cesar retumbaron en sus oídos como si esta
fueran las mismísimas trompetas del apocalipsis:

--Gabriela!!!!... Que mierda está ocurriendo en mi


casaaaaa!!!!!! Explicameee!!!!

La casada al escuchar esa muy conocida voz


automáticamente quedo petrificada y todo su desnudo
cuerpo comenzó a temblar y a sudar frio, pero ya no era de
calentura, ahora temblaba de pavor, lentamente fue girando
su rostro hacia atrás hasta que su azulada mirada se
encontraron con los fríos y húmedos ojos de Cesar, lo vio
llevarse ambas manos a su cara y mover su cabeza en forma
negativa, como diciendo que eso que el acababa de
presenciar y escuchar realmente no estaba sucediendo.

Gabriela totalmente desnuda y ensartada como la tenían lo


seguía mirando, Cesar también la miraba esperando alguna
respuesta, y ella con todos sus rubios cabellos enarbolados,
y sin saber que decir ni cómo reaccionar solo le contesto
con otra de sus estupideces:

--Cesar!… cariñoooo!!… no es lo que tú te estas


imaginando!!!… yo te lo puedo explicarrrrr!!!!…

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--Gabriela!!!!... Que mierda está ocurriendo en mi


casaaaaa!!!!!! Explicameee!!!!

La casada al escuchar esa muy conocida voz


automáticamente quedo petrificada y todo su desnudo
cuerpo comenzó a temblar y a sudar frio, pero ya no era de
calentura, ahora temblaba de pavor, lentamente fue girando
su rostro hacia atrás hasta que su azulada mirada se
encontró con los fríos y húmedos ojos de Cesar, lo vio
llevarse ambas manos a su cara y mover su cabeza en forma
negativa, como diciendo que eso que el acababa de
presenciar y escuchar realmente no estaba sucediendo.

Gabriela totalmente desnuda y ensartada como la tenían lo


seguía mirando, Cesar también la miraba esperando alguna
respuesta, y ella con todos sus rubios cabellos enarbolados,
y sin saber que decir ni cómo reaccionar solo le contesto
con otra de sus estupideces:

--Cesar!… cariñoooo!!… No es lo que tú te estas


imaginando!!!… yo te lo puedo explicarrrrr!!!!…

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GABRIELA… UNA ADORABLE MUJER CASADA 9

(Versión Alternativa)

Cesar quien se encontraba en un conmocionado estado


mental debido a la traición recién descubierta continuaba
mirándola en forma incrédula. Sin darse cuenta dejo caer el
mugriento guiñapo plomizo que aún había mantenido entre
sus temblorosos dedos y que eran los calzones de su mujer,
no sabía si lo que estaba viendo y escuchando justo delante
de él era verdaderamente real o estaba viviendo una
horrible pesadilla.
La situación que estaba sufriendo el pobre y ya
desengañado hombre era realmente espeluznante como a
la vez enajenante, acababa de sorprender a su esposa, a su
Gabriela acostada y manteniendo relaciones sexuales con
un tipo extraño y de edad más que madura. Fueron
interminables los segundos en que se dio a recorrer con su
consternada mirada las calamitosas condiciones en que se
encontraba su habitación matrimonial.

En forma decepcionada se iba cerciorando de que todo


aquello que estaba viviendo no era nada más que una
absoluta verdad, como a si mismo también vio que a un
lado de la cama estaba tirada la ropa del hombre que se
acostaba con su mujer quizás desde hace cuánto tiempo,
una desteñida camisa roja a cuadros, unos desgastados
pantalones de mezclilla, y unas Viejas botas vaqueras que
en una de ellas contaba con un notorio hoyo en la parte de
la planta, las ropas de cama y las sabanas estaban
totalmente abiertas y caían hacia atrás de esta como si
fuesen las cataratas del Niagara, todo en la habitación era el
caos absoluto, el fuerte olor a sexo y a coño mojado que se
le impregnaron en sus narices le confirmaron que todo
aquello desde ahora era su triste y cruda realidad.

Nuevamente sus doloridos ojos se cruzaron con los azules y


asustados ojos de Gabriela, fueron solo segundos en que la
volvió a recorrer, la vio con todo su desnudo cuerpo brilloso
por lo traspirada en que se encontraba en aquel lujurioso
momento en que él en forma sorpresiva irrumpió en la
habitación, parte de sus rubios cabellos se le pegaban en
sus sienes y en la cara, obviamente también se dio cuenta
que el semblante de su rostro era de cansancio corporal,
sabía que ella aún se mantenía montada y clavada en el
pene de su amante.

Hasta que los atribulados y expectantes ojos de Cesar se


cruzaron con los de él… con los del otro, estos eran negros
y lo miraba con una extraña sonrisa de como si hace muy
poco se hubiera ganado un fabuloso premio, noto como
este le movió tres veces sus cejas hacia arriba, como si lo
estuviese saludando muy contento de como él los había
sorprendido, lo que no entendía era de qué forma su mujer
había sido capaz de engañarlo con semejante tipo, este
debería andar cercano a los 60 años pensaba, como así
mismo se percató de la grotesca humanidad de este, era un
viejo grande y panzón, nada de atlético como él lo había
pensado fugazmente, era canoso y en su risa guasonesca
vio unos dientes amarillentos y poblados de llamativas
caries ennegrecidas, ese hombre era de lo más vulgar
determinaba, a la vez que ahora miraba como este la
mantenía agarrada con sus manos y uñas negras por la
mugre, clavadas en las suaves y tibias caderas de su propia
esposa, hasta que su mente reaccionaba a lo que solo hace
algunos segundos le había respondido su mujer:

--Cesar!… cariñoooo!!… no es lo que tú te estas


imaginando!!!… yo te lo puedo explicarrrrr!!!!…

La casada lo miraba sin saber qué hacer, se sentía bien


sujeta por las rudas manazas de su macho, hasta que
escucho la ahora entrecortada voz de Cesar que le
respondía,

--Gabrielaaaa… que significa todo esto… como fuiste


capaz…! como fuiste capaz de hacerme estooo!!, le repetía
una y otra vez, mientras que con sus ojos no cesaba de
recorrerla a ella y a su amante, se preguntaba como su
esposa una adorable mujer rubia, que se gastaba un
tremendo y curvilíneo cuerpo de Diosa podía estar
revolcándose con un tipejo de tan baja calaña, se fijó que
este no respetando que él siendo su propio esposo
estuviese presente, más encima ahora hasta le sobaba
suavemente las nalgas como haciéndole cariño, como en la
espera de ver qué es lo que sucedía ahora, y todo sin
dejarlo de mirar en forma sarcástica, dándole a entender
que él hacia lo que quería con el cuerpo de su esposa.

Hasta que poseído por la ira de la traición recién


descubierta y por las desquiciadas ideas que volaban
rápidamente en su enloquecida mente de marido
engañado, sintió unas tremendas ganas de molerla a golpes
de puños y patadas hasta matarla, para luego continuar y
hacer lo mismo con el amante de ella, y justo en el
momento en que se proponía a abalanzarse sobre el
desprotegido cuerpo de la asustada rubia, vio como ella
elevaba sus ancas para desclavársele a su amante.

Lo que vieron los horrorizados ojos de Cesar hicieron que


este se quedara paralizado al instante.

Totalmente choqueado y traumado psicológicamente, vio el


chocante momento en que su mujer elevo uno de sus
muslos para extraerse ella misma lo que le tenían metido
dentro de su cuerpo. Como si todo lo que estaba viendo
con sus horrorizados ojos se estuviese reproduciendo en
cámara lenta, lentamente vio salir desde el interior de la
vagina de su mujer una descomunal verga como nunca
antes había visto, esta iba apareciendo en forma
interminable notándose que aún estaba totalmente
endurecida, su tamaño y color se le hacían satánicos al ir
mostrándose ante su dolorida mirada, se dio cuenta que
esta era una herramienta descomunal tanto en su
interminable extensión, como en su grosor, la veía salir del
cuerpo de Gaby claramente reluciente y bañada por los
líquidos interiores e íntimos de ella, con unas llamativas
venas entre verdosas y azuladas todavía hinchadas del
deseo aun no consumado, todo era carne y nervios nudosos
que pulsaban en forma acelerada, la gruesa verga
humeante e interminable del amante de su mujer seguía
saliendo de su coño, hasta que por fin quedo meciéndose
en forma imponente ante él, con su enorme cabeza de un
color púrpura reluciente bamboleándose en forma
magnánima, toda inflamada y orgullosa ante sus humillados
ojos, de la punta de esta chorreaban llamativos goterones
blancuzcos y semitransparentes que caían como cae la
esperma de una vela.

Aquella horrenda experiencia lo hicieron cohibirse de sus


primeras intenciones, y quedar casi paralizado y sin saber
cómo reaccionar.

Al minuto en que Cesar había entrado a su departamento


para encontrarse ante tan grotesca escena que involucraban
a su cónyuge con un viejo desconocido, en el pasillo del
mismo piso de la casada Don Carlos Bernabé venia
subiendo las escaleras todo traspirado con el balde lleno de
líquidos detergentes. Vestido con su típica cotona azul se
dispuso a derramar pequeñas cantidades del desinfectante
para ponerse a trapear el corredor bordeado de las distintas
puertas de cada departamento, y en el momento en que ya
estaba por empezar con su labor sintió claramente la voz de
aquel engreído y odioso tipo que vivía en el 306, lo escucho
abiertamente como este le pedía explicaciones de algo a
esa portentosa Diosa rubia que el muy suertudo tenía por
esposa.

Al instante recordó que en la noche anterior en el


departamento de la rubia se había celebrado una animada
fiesta y que la música estuvo con volumen alto hasta casi las
5 de la mañana, rápidamente saco conclusiones, había visto
llegar al marido de la mujer solo hace un rato, por lo que
pensó casi dando en el clavo, que la muy juguetona se le
había ocurrido a hacer una fiesta a espaldas de este, y era
por eso que ahora le pedían tantas explicaciones, y no
aguantándose de querer escuchar qué tipo de
justificaciones le daría la muy rica hembrita, miro en todas
direcciones como calculando que no fuese a ser
sorprendido por algún vecino, para luego posar su oreja y
ponerse a escuchar como el marido reprendía a su mujer,
por andar dándoselas de fiestera cuando él no estaba en la
casa.

Casi todos los vecinos del edificio sabían que el arrogante


de Cesar trabajaba fuera de la ciudad.

Don Carlos en un momento estuvo muy entretenido con su


oreja posada en la puerta de nuestra casada, agarrado con
sus dos manos al palo del trapero esperaba escuchar que
respuesta le daba la esposa, pensaba que el muy come
mierda se lo merecía por esos aires de superioridad en que
siempre lo miraba, menoscabándolo a él y a todo el mundo,
todos en la comunidad del edificio sabían que el problema
con aquel reservado matrimonio que vivía en el 306
radicaban en el inestable temperamento del hombre, ya
que en continuas ocasiones le había hecho escándalos de
proporciones a su mujer acusándola de tener enredos
amatorios con distintos hombres que vivían en el edificio,
por lo que la pobre hembra ya prácticamente no saludaba a
nadie para no tener problemas con él.

El conserje también sabía que por muy buenota que


estuviera la señora, por nada del mundo se le podía tildar
de ser una puta para sus cosas, esta era muy reservada en
sus asuntos, hasta hace unos cuantos meses atrás muchas
veces lo había saludado con cordialidad, como lo hacia ella
con todo el mundo, era como el polo opuesto al estirado y
amargado hombre que ella tenía por esposo, y si el día de
hoy ella ya casi no saludaba a nadie todos sabían que era
para evitar tener problemas con este mismo, porque ya era
por todos sabido los tremendos celos enfermizos que a este
le atacaban cuando veía su mujer conversar o reírse con
algún macho que tuviera la fortuna de cruzarse por el
camino de aquel tremendo monumento de mujer que se
gastaba.

El conserje continuaba con su oreja pegada a la puerta


expectante a lo que dijeran los que estaban adentro.

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Gabriela ahora estaba arrodillada en la cama en total


desnudez solo atino a taparse su cara con ambas manitas,
por los espasmosos movimientos que hacía con sus tetas,
estómago y diafragma, estaba claro que la arrepentida
casada estaba comenzando a llorar sin saber cómo afrontar
su comprometida y difícil situación.
Cesar por su parte solo atino a retirarse de la habitación y
quedarse en el sector del pasillo, aun no sabía qué hacer ni
cómo reaccionar, estaba transpirando de ira, luego de unos
interminables minutos, como pudo se fue hacia la cocina
para mojarse la cara, escucho como el amante de su mujer
hablaba con ella, y pensó que esta situación debía arreglarla
en este mismo momento, armándose de valor camino
nuevamente hacia la habitación en donde se encontraban
ellos.

Instantes antes cuando el vejete vio que el marido de su


hembra se retiraba hacia otro sector del departamento,
aprovecho para rápidamente agarrar sus ropas y comenzar
a vestirse y notificarle a su mujer que él se retiraba,

--Jajajaja…ahora sí que estas metida en un buen problema


nalgona, jajaja!!!!…

Gabriela solo lloraba gimiendo quejumbrosamente y sin


reaccionar a nada, lo único que daba vuelta en su mente
eran los llorosos ojos de su marido cuando la pillo in
fraganti a ella culiandose al mecánico, --Si por lo menos
hubiese sido al revés… se repetía una y otra vez, mientras
creía escuchar como el vejete se vestía.

Solo fueron minutos en que Cesar estuvo fuera de la


habitación antes de volver al dormitorio, tiempo suficiente
para que el mecánico se vistiera, cuando Cesar llego a la
recamara matrimonial, la imponente e intimidatoria
presencia de aquel hombre desconocido que ya a estas
alturas estaba terminando de vestirse, nuevamente lo
paralizaron, y más al escuchar como este le hablaba con
tanta familiaridad a su esposa,
--Escúchame bien pendeja!, necesito que cuanto antes me
arregles la situación, le decía mientras terminaba de subirse
el cierre del pantalón y meterse la camisa adentro de este,
Cesar lo miraba y escuchaba consternado, --Ahora me voy
al Pie Grande, ahí me podrás ubicar, y cuando puedas me
llamas para que me informes… Jajaja!!!, ahora me voy
dulzura…

--Usted no se va para ningún lado!!…, le corto Cesar


interponiéndose en su retirada, --Usted no se ira hasta que
ambos me expliquen lo que acabo de presenciar!!, ambos
hombres quedaron cara a cara, cada uno desafiando al otro,
hasta que el viejo ya no queriendo hacérsela más difícil a su
mujer quien seguía llorando desconsoladamente sin atinar
ni siquiera a cubrir su cuerpo, fue el primero en abrir la
boca,

--Pues yo te daré un adelantito pendejo!!!, lo que aquí está


ocurriendo es que tú no supiste cuidar debidamente a la
puta de tu mujer pedazo de idiotaaa!!!, el resto te lo dirá
ella misma, así que ahora yo me largo, Ustedes dos tienen
mucho de que platicar, jajajaja!!!!!

Cuando el mecánico quiso avanzar hacia la puerta de salida


de la habitación, se dio cuenta que Cesar aun lo
obstaculizaba mirándolo en forma imponente, el viejo solo
lo miro penetrantemente a sus ojos, mientras le sonreía con
una de sus más detestables sonrisas de burla, Cesar quien
también lo miraba con algo de enojo, se dio cuenta de la
salvaje ferocidad que destellaba desde su mirada, situación
que lo hicieron recordar la descomunal verga que se
gastaba el amante de su mujer, que en comparación con la
diminuta verguita que el poseía lo hicieron pensar que era
como comparar a David y Goliat, el pobre se sintió
degradado y menoscabado varonilmente, hasta que la
aguardentosa voz del viejo panzón lo hicieron dimitir en sus
pretensiones de imponer justicia,

--Me das permiso hijo!?, le retumbo la despreciable


solicitud que le hacia el viejo en forma irónica, y con una
mirada que destellaba fuego, si como de sus ojos
destellaran rallos y centellas con forma de vergas rojas, por
lo menos esa era la impresión que tenía Cesar, que poco a
poco se iba sintiendo desacreditado con la intimidatoria
presencia de aquel amachado y panzón viejo que Gabriela
había escogido para ponerle los cuernos.

Cesar ya totalmente humillado y sin saber por qué, se hiso a


un lado permitiéndole avanzar, hasta que el vejete amante
de su mujer antes de retirarse, volteo y nuevamente se
dirigió a Cesar para decirle algo,

--Lo último pendejo…!! Y escúchame bien lo que te voy a


decir… Cesar ya casi lo miraba asustado por la desencajada
forma que el viejo lo miraba respirando como un toro
embravecido, ahora realmente le estaba haciendo sentir
más en menos todavía, el viejo continuo, --Habla lo que
tengas hablar con ella, pero mucho cuidadito con que se te
vaya a ocurrir golpearla, porque si yo me entero de que le
has tocado uno solo de sus dorados pelitos… voy a venir a
buscarte imbécil… y ahí sí que no querrás saber quién
realmente soy pedazo de idiota… Ahora hablen!!, fue lo
último que dijo don Cipriano antes de retirarse, a los pocos
segundos se escuchó el sonoro portazo de la puerta de
salida del departamento.
Minutos antes don Carlos Bernabé por fin pudo escuchar lo
que realmente estaba ocurriendo al interior de la vivienda,
debido a que sintió clarito como la mujer del arrogante de
Cesar Guillen comenzaba a llorar, como a su vez también
escucho la voz de otro hombre, todo indicaba que a lo
mejor la rubia luego de la fiesta se había encamado con
otro, y quedo más que confirmado cuando escucho que el
mismo Cesar exigía que le explicaran que era lo que estaba
sucediendo, con una voz que no era la normal, con todo
esto el conserje ya estaba temblando de emoción, se
imaginaba a la joven mujer completamente desnuda con
esos endiablados muslos que se gastaba abiertos y
dejándose clavar por un hombre ajeno a su matrimonio, sin
darse cuenta ya estaba con la verga bien parada, y cuando
quiso seguir escuchando vio que venían bajando por las
escaleras dos de las vecinas que vivían en el edificio, una de
ellas era enemiga acérrima de Gabriela, ya que había sido su
propio marido una de las víctimas de los celos enfermizos
de Cesar.

--Buenas tardes don Carlos… que hace ahí como los


bandidos… no me va a decir que ahora le dio de andar
escuchando por detrás de las puertas?, le dijo una de las
residentes.

El viejo recomponiéndose y acomodándose la verga para


que las viejas no se dieran cuenta que la tenía parada, les
hiso señal de silencio y las llamo hacia otro sector del
pasillo alejándose de la puerta de la casada,

--Buenas… mis respetadas señoras… creo que en el


departamento de la rubia está quedando la cagada… su
expresión era como de sorpresa y de sorna,
--No me diga?… pero cómo? no entiendo… pero si la muy
sin vergüenza anoche estaba de fiestoca… aprovechando
que el enfermo mental de su marido no estaba en la casa…

--Eso es mi señito… pero resulta que el hombre acaba de


llegar…yo mismito lo vi subir las escaleras… y adivinen…

--Queeee!!!, preguntaron las dos viejas al unísono,

--Parece que la Gabrielita estaba acostada con otro


hombre… o por lo menos así lo entendí yo, hace poco rato
sentí que discutían, y la pobrecita comenzó a llorar…

--No le creo… le dijo la señora Genoveva, una cosa es que


su marido la ande celando con todos los hombres del
edificio…pero de ahí a que se ande acostando con
cualquiera… eso no lo creo, si encuentro que a veces se
viste demasiado provocativa…

--Es que Usted no me entiende, le corto el conserje, --Yo


mismo escuche como le pedía explicaciones de algo en que
la pillo ahí adentro, luego escuche la voz de otro hombre, y
recuerden que el Cesar no estaba en la casa… entonces que
hacia ella con otro hombre adentro del departamento?, y
luego de haber estado de fiesta anoche…?

Ambas viejas se llevaron la mano a la boca en señal de


horror y desconcierto por lo que les provocaba lo que
estaban escuchando,

--Yo siempre supe que esa rubia tenía instintos de puta, dijo
la otra vieja, --Y sé que mi Romualdo nunca tuvo la culpa
cuando ese mequetrefe intento golpearlo porque según él,
la puta de su esposa se acostaba con el que están buenito y
solo la ayudaba con las bolsas del supermercado…
--Mmmm no se… aún me cuesta creerlo, decía la otra vieja,
--Mi esposo también tuvo problemas con el tal Cesar, pero
es lógico, la chamaca es muy atractiva, si hasta yo misma he
conversado con ella y se nota que es una chica con
educación…

En eso estaba el trio cuando sintieron que la puerta del


departamento de los Guillen se abría para luego ver salir
desde su interior un tremendo viejo de pelos canosos y
enmarañados, muy gordo y desalineado, notaron que su
aspecto era de lo más ordinario y chulesco, cuando paso
delante de ellos para luego dirigirse a las escaleras lo
escucharon como este les saludaba con una extraña
expresión de burla,

--Buenas…!!!, fue lo único que les dijo antes de que lo


vieran desaparecer.

Los tres se quedaron mirando con cara de asustados, ya


que supusieron que tal vez ese sería el amante de la rubia.

--Yo he visto a ese hombre por aquí en otras ocasiones, dijo


una de las viejas,

--Sí, yo también lo he visto desde hace algún tiempo, les


decía don Carlos, --Y ahora que lo pienso este siempre se
aparece cuando el señor Guillen no está en la casa, al viejo
Carlos con solo imaginarse a aquella monumental rubia
desnuda y abriéndole las piernas a aquel ordinario sujeto
para dejarse que este le metiera su verga casi lo noquearon
de calentura, y justo en el momento en que pensaba
despachar a las viejas para ir a mandarse la paja de su vida
en honor a la casada, sintieron como el matrimonio discutía
a gritos al interior de su departamento, por lo que
rápidamente se fueron acercando a la puerta de los Guillen,
ya no era necesario acercar los oídos, las voces se oían
claras.

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En la habitación matrimonial después que se marchó el


mecánico solo había un silencio sepulcral, lo único que
retumbaba por las paredes eran los lamentosos sollozos de
Gabriela que aún se mantenía llorando desnuda. Poco a
poco fue envolviendo sus apetitosas desnudeces con una
de las sabanas, Cesar por su parte solo se mantenía en
silencio y se había sentado al otro extremo de la cama con
sus dos manos agarrándose la cabeza, y pensando que es lo
que pasaría ahora con ellos,

--Cesarrrr… por favor perdóname por lo que viste… me


vestiré e iré a buscar a Jacobo… él está con Lidia… Gabriela
quería por todos los medios posibles rehuir la situación y
para tener tiempo de pensar de cómo le explicaría a su
esposo la tremenda cagada que se había mandado en todo
este tiempo…

--Noooooo!!!!, gruño Cesar como un verdadero poseído, --


Nosotros tenemos una conversación pendiente Gabriela, así
que ahora llamare a mi madre para que ella vaya a buscar a
Jacobo y luego hablaremos…

--Pero Cesar, el niño ya debe estar aburrido y debe querer


que yo lo vaya a buscar…

La rubia no alcanzo a terminar lo que estaba diciendo,


--Y ahora te preocupas de esooo!!??, y porque no se te
ocurrió antes de que yo llegara!!??, le gritaba Cesar preso
por una ira jamás sentida, --O estabas muy ocupada
refregándote la zorra en la verga de ese tipo!!???… La
cagaste Gabriela descuidaste a tu hogar y a tu hijo y
preferiste estar revolcándote con un desconocido… Eres una
autentica putaaaaaa!! Ahora vístete sinvergüenza de
mierdaaaa!!!, termino diciéndole con su rostro
descongestionado por el odio y los celos.

--Ce…sar cariñooo… no me trates así… de verdad que yo no


quería que esto sucediera!, le decía Gabriela con voz
suplicante y como si le faltara el aire para hablar, de su
mente ya había desaparecido la imagen del mecánico, y lo
único que deseaba en estos momentos era que de alguna
forma si es que existía, su vida y la de su familia volvieran a
la normalidad.

--Y como quieres que te trate puta estupidaaaaa?!!! Si te


acabo de sorprender culiando en pelotas con un sujeto que
da el aspecto de ser un verdadero delincuente!!!!,
Encuentras eso normal!!???

--Cariñoooo… perdonameeeee…! por favor


perdonameeeeeee…!! Lo sientooooo… de verdad lo siento
muchoooooo…!! Sniffsssss!!!, Sniffsssss!!!, ahora lloraba
desconsoladamente nuestra rubia…

--Mi madre me lo había dicho desde hace mucho tiempo!…


Si hasta me lo advirtió… ella siempre supo que detrás de tu
carita de niña buena se escondía la más barata de las
rameras de toda la ciudad!!!... Y yo que hice!!??? Te preferí a
ti trola de mierdaaaa y así me pagassssssss!!!!????,…
Revolcándote y cruzándote como una perra con el primer
hombre que te muestra una vergaaaa!!!

--Ya no sigasssss Snifffsss!!!, solo perdonameeeee!!!! Fue un


errorrrrr solo fue un maldito errorrrrrr!!! Sniffssssss!!!!!

--Claroooo!…, decía Cesar paseándose por la habitación de


un lado a otro, --Ahora basta con solo pedir perdón y
asunto olvidado!!, pues no Gabriela!!!... esta vez no te
saldrás con la tuya… o acaso crees que no me acuerdo!!!???,
yo ya sabía que algo raro te estaba ocurriendo!!!,… para
nuestro aniversario te desapareciste por casi toda la
nocheee!!, si hasta una vez te escuche como te pajeabas la
zorra encerrada en el baño!!!!, luego vinieron tus extrañas
salidas al médico… a las terapias… y en todas ellas te fuiste
a desarmar culiando con ese tipo no es así!!! Vamos…
contestameeeeee!!!!!

--Sniffssss!!! Cesarrrr… solo perdonameeeeee…sniffssssss!!!


No lo volveré a hacerrrrrr!!!, le comenzaba a prometer la
contrita y arrepentida mujer, --De verdad que nunca más te
fallare cariño… Snifffssss…!! Te lo jurooooo por nuestro
hijooooooo!!! Sniffsssss!!!,

--Solo eres una zorraaaaa!!…, le reclamaba el despechado y


dolido hombre quien recargaba su vos en sus palabras, --
Una vil y cochina zorraaaa asquerosaaa y
calienteeeeeeee!!!!… Esta conversación queda pendiente y
ahora ve a bañarte y vístete putaaaa!!!!!!… de verdad que
me das ascoooooo!!!!!, fue lo último que le dijo antes de
salir de la habitación.

Ya en el pasillo del tercer piso del edificio se había juntado


toda una aglomeración de vecinos y todos comentaban lo
que estaba ocurriendo al interior del departamento, cada
uno de ellos daba su punto de vista de lo que habían
escuchado,

--Se lo merecía el muy come mierda, a la pobrecita siempre


le achacaba que se acostaba con uno y con otro, hasta que
sus sueños se le hicieron realidad, jajaja!!!, opinaba y reía un
jubilado…

--Yo siempre supe que era una puta, pero nadie me creía,
decía otra de las viejas…

--No puedo creer que se dejara follar yendo a dejar a su


hijo en la casa de amigas, válgame Dios decía una abuelita a
la misma vez que se persignaba…

--Seguro que ahora se separan, que horror, opinaban una


joven pareja de enamorados…

--El tipo con el que se acostaba era uno de estos que


duermen en la calle…

--Yo creo que la van a perdonar…

--O la perdonan o la matan, por puta…

--Ni siquiera las perras se descuidan de sus hijos, para


ponerse a culiar…

--Ahora tiene que mandarlo a la verga y ponerse a follar


con todos los que ella quiera…

--Pero si yo la veía tan calladita…

En fin casi todo el edificio en donde vivía el matrimonio


Guillen se enteró que la rubia del tercer piso le ponía los
cuernos a su marido cuando este no estaba en casa, y todos
o la gran mayoría estaban a favor de la casada infiel, el tipo
se lo merecía por ser tan odioso y creído, y al notar como ya
la discusión había bajado de tono, todos bajaron a fumar y
a seguir comentando y apostando de lo que podría seguir
sucediendo al interior del departamento.

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El angustioso estado psicológico de nuestra rubia


quedo en un estado verdaderamente deplorable y
totalmente perturbado, el arrepentimiento y los
sentimientos de culpa le machacaban su conciencia, sabía
que ya no había vuelta atrás, lo de ella y el viejo había sido
una verdadera estupidez, pensaba a sabiendas que ahora
Cesar tenía el sartén tomado por el mango, y las altas
posibilidades que le quitaran a su hijo por adultera le
espoloneaban la mente manteniéndola en un lamentable
estado de angustia y culpabilidad.

Como una verdadera autómata se encerró en el baño para


ducharse, bajo el agua lavo sus curvas siempre llorando en
silencio, sus manos y cuerpo temblaban como el de una
verdadera esquizofrénica, intentaba buscar una explicación
que darle a su marido, pero por más que pensaba no se le
ocurría nada, hasta que llego a la conclusión que la verdad
era una sola, tendría que reconocer su falta ante su marido
y continuar solicitando su perdón, por ahora no quería
saber nada del viejo culpable de sus desgracias, y que más
encima le había casi regalado sus ahorros de toda una vida,
esto ahora recién lo notaba como algo terrible y la hacían
llorar más audiblemente.
Se vistió con unos apretados jean azules, y una blusa celeste
no tan ajustada, que era lo más sobrio que tenía para la
ocasión, debido a que sabía que no sacaba nada con
intentar seducir a su esposo para obtener el indulto, ya que
cada vez que sus miradas se entre cruzaban las de él eran
solo de odio y rencor.

En un doloroso mutismo Gabriela se dio a poner en orden


su departamento, mientras Cesar esperaba sentado en la
mesa a que llegase su madre a buscar las ropas del hijo de
ambos para llevárselo a su casa, y para que esta no llegara a
la mitad de la batalla de palabrotas, confesiones lujuriosas,
suplicas y obscenidades que ahí se seguirían desatando
solo en un par de horas.

Cuando la señora Romina entro al departamento a buscar


las cosas de Jacobo, su mirada hacia su nuera era de triunfo,
hablando en voz alta le dijo a su hijo,

--Creo que me llevare toda la ropa del niño… hasta que


decidas que harás con tu situación y la de tuuu…, dijo esto
último mirando a Gabriela quien se encontraba totalmente
derrotada sentada en uno de los sillones, la suegra gozaba
a miles humillando a sus anchas a la rubia delante de Cesar,
y que este no la reprendiera como lo había hecho en otras
ocasiones, --Mmmmm… no sé cómo decirle ahora después
de lo que paso, pero Jacobito no puede estar en un lugar
en donde le dan malos ejemplos.

Cada palabra que decía la vieja destrozaban aún más a la ya


rota conciencia de la casada, esta sentía unas tremendas
ganas de lanzarse contra esa bruja y ahorcarla con sus
propias manos, pero sabía que una reacción así complicaría
aún más su delicada situación si es que a Cesar se le ocurría
llevarla a tribunales.

Una vez que Cesar cerró la puerta y la rubia supo que por
fin ya estaban solos y que era la hora en que ella se la tenía
que jugar toda para no perder a su familia y especialmente
a Jacobo, fue quien se paró del sillón y comenzó con las
suplicas,

--Cesar…!! de verdad lo siento…!!! Esto no debió haber


ocurrido nunca… yo nunca debí…

--Desde hace cuánto tiempo!!??, le interrumpió


sonoramente su esposo ahora pero ya un poco más
calmado, a la vez que se sentaba en uno de los sillones con
su mirada puesta en el piso, la rubia se quedó callada por
algunos segundos,

--Desde hace cuánto tiempo que!?, se atrevió a preguntarle


ahora ella,

--Desde hace cuánto tiempo te estas acostando con ese


tipo!!??. Gabriela nunca pensó ni se imaginó que Cesar le
haría ese tipo de preguntas, totalmente consternada solo se
mordía los labios y entre cruzaba nerviosamente sus dedos
a la altura de su vientre. --Si realmente quieres solucionar
esto, me lo deberás decir todooo, y sin mentiras…, Cesar
tomando aire poso su mirada en la de su esposa para volver
a repetirle y continuar, --Gabriela necesito que me lo
cuentes todo y sin patrañas de por medio, o si no te juro
que nunca más en tu vida volverás a ver a Jacobo!

La rubia en forma desesperada al imaginarse que nunca


más volvería a ver a su hijo quiso contestarle a su marido,
pero algo se lo impedía, seria vergüenza quizás, el caso fue
que entre sollozos quiso seguir explicándole,

--Cesar… cariño… perdonameeee!, todo fue un


error!…sniffss!!... solo fue un maldito errorrr!!! Sniffss,

--Te lo vuelvo a preguntar!… desde hace cuánto tiempo que


te revuelcas como una puta con ese hombreeee!!!???, Cesar
la veía con su rostro congestionado por el llanto, hasta que
sus oídos escucharon la respuesta de la mujer,

--Tres meses!…, contesto finalmente mientras se sentaba en


una silla…

--Tres meses!!!! Le grito Cesar, --Y si hoy no llego y te


sorprendo en pelotas culiandotelo y hablándole todo tipo
de pendejadas, hasta cuando pensabas
ocultarmeloooo!!!???. Cesar al notar el silencio de Gabriela y
verla como seguía llorando se sintió invadido por una casi
traumática sensación de indignación e impotencia,
enceguecido por la ira se dio a tratarla de la peor forma que
su alterada mente se lo demandaba, --Eres una
rameraaaa!… eres una verdadera perra calienteeee!!! Eres
peor que una putaaaa!!!!! Si hasta le dijiste lo mismo que
me dijiste a mí solo hace algún tiempoooo!!!!,

--Cesar te lo suplicooo perdonameeee!...te juro que nunca


más volverá a sucederrrr!!

--Pero porque?… porque lo hiciste puta estupidaaaa!!??, no


pensaste acaso en mi… en nuestro hijo… en cómo me
deslomaba trabajando para ahorrar dinero, mientras tu
salías a prestar la zorra como una autentica putaaaaa!!??, el
encolerizado hombre más se indignaba al notar su silencio,
--Y ahora te quedas calladaaa!!??, vamos respóndeme
mierdaaaa!!??,

--Me sentía solaaaa!!

--Queeeee!!???

--Cesar de verdad que yo no quería… y la situación se me


fue de las manos… pero de verdad que me sentía sola en
todo ese tiempo que tú te ausentabas de la casa.

La rubia intentaba defenderse como podía, ya que la culpa


era solamente de ella en ese extraño afán de querer
vengarse del viejo cuando este quiso aprovecharse de ella y
lo acompaño a un motel sin ningún ánimo de concretar
nada, lo malo fue que en aquella ocasión se calentó tanto
con solo mirarle la verga al vejete que sin darse cuenta ni
ella misma termino acostada y revolcándose como una
puta con don Cipriano, y si se ponía a explicarle a Cesar
todas esas mamadas este sí que no entendería nada, así
que se fue por lo más fácil, seguir mintiéndole.

--O sea que mi mujer… mi propia esposa no es capaz de


estar sin que se la pisen y se la culien cuando yo salgo a
trabajar!?... es eso lo que me estás diciendo!!??

--Noooo Cesar!!… no es tan así!!!…, ahora la rubia ya un


poco más dolida por como la estaban tratando comenzó a
defenderse con la verdad. --Además que… que alegas
tanto!? Si tú y tu madre siempre me tildaban de puta
cuando la situación no era así, antes de conocerlo a él yo
solo me debía a ti y a nuestro hogar, hasta que… La rubia
no encontraba las palabras apropiadas,
--Hasta que lo conociste a él verdad!?, le interrumpió
Cesar…

--Si, le contesto Gaby mirando al suelo y algo avergonzada,

--Y te has puesto a pensar con qué cara ahora veré a mi


madre, si es que llego a perdonarte…?

--Cesar…! Cariñooo!! Olvidémoslo todo!!… vámonos de la


ciudad!!, te juro que nunca más ocurrirá algo así!!! Le dijo
Gaby a su marido sentándose al lado de él, este reacciono
motivado por la espeluznante situación en que la había
visto y se separó en forma casi automáticamente de ella
dándole a entender el rechazo que ahora le causaba.
Gabriela a pesar de darse cuenta de ello lo soporto ya que
sabía que ella era la culpable de todo.

--Eres una desvergonzada… como fuiste capaz de traer a


nuestro hogar a ese tipo!?…

--Cesar por favor…vamon…

--Cállate que aún no he terminado!!, Cesar la miraba como


poseído por el demonio y continuo con las afrentas, --
Como no pensaste en Jacobo!?... Tanta era tu calentura que
te ponías a culiar sin pensar en mí ni en nuestro propio
hijo!!??...

--Jacobo no se dio cuenta de nada… tuve mucho cuidado


con eso…

--A si ha!?, entonces como me explicas que hoy mismo te


acabo de sorprender acostada con otro hombre y con tu
hijo encargado en otra casa!!??, Gabriela solamente se daba
a morderse los labios mirando hacia el piso, la situación
cada vez se le enredaba más, y ya no sabía que más decir
para intentar bajarle el perfil a su imperdonable falta, --
Contéstame zorra sin vergüenza… no te quedes callada!!!

--Jacobo no se dio cuenta de nadaaaa…! Solo…solo le dije


que él se quedaría con Lidia mientras yo estaba en casa con
don Cip…, en el momento en que Cesar estaba que se
desmayaba por tanta ira contenida, la rubia casi comete la
indiscreción de nombrar a su amante, pero alcanzo a
reaccionar para contestarle con sus ya típicas estupideces
que decía cuando se veía acorralada,--Le dije que yo solo
me dedicaba… a… jugar… con… ese… hombre… estoy
segura que no se dio cuenta de nadaaa…, termino
diciéndole más que avergonzada y con su voz entre
cortada.

Cesar quedo derrumbado en uno de los sillones con sus dos


manos puestas en sus sienes, había escuchado las
desvergonzadas aclaraciones de Gabriela y por cada palabra
que salían de sus labios estas le quemaban su corazón, su
mente era un verdadero caos, quería matarla por haberse
entregado a otro hombre, y a qué clase de hombre se
repetía una y otra vez, cuando el despechado marido
intentaba calmarse le veían las horrendas imágenes de ver a
su esposa en los brazos de un miserable vejestorio, y la ira
le volvía a raudales posesionándose de su mente y
conciencia, pero él quería saberlo todo a bajo de cualquier
costo,

--Le dijiste que lo amabas… es eso verdad!??,

--Noooo Cesar no es verdad… por favor creemeeee…


--Y por qué le dijiste eso entonces!?? No entiendooo!!!
Dimeeee!!!!

--No lo sé… de verdad que no lo seeee!!!

--Dimeloooo… ya no vale la pena que sigas


ocultándomelo… lo amas verdad!!??, el pobre Cesar estaba
aterrorizado de la respuesta que le podría dar su esposa, --
O al menos explícame por qué se lo dijisteeeee!???

--No lo seeee… tal vez se lo dije…por…por haberme sentido


exi… ta… daaaaaa… (Otra estupidez…), le contesto como
para tal vez así salir del paso.

Con esta última respuesta Cesar ya casi estaba que se


largaba a llorar, se tapaba los ojos, la cara, se rascaba su
rubio cabello intentando buscar alguna explicación lógica
de todo esto que estaba sucediendo.

--O sea… y por lo que entiendo…solo se lo dijiste de


calienteee!!??... Cesar cada vez se sulfuraba más por las
estúpidas respuestas de su esposa, --No lo sé Gabriela… no
sé si podría soportar vivir y dormir todos los días al lado de
una puta…!!, le dijo de pronto y luego de un par de minutos
de silencio, en los cuales Gaby no sabía dónde meterse por
la tremenda cagada en que la habían pillado.

--Cesar… no me digas eso… por favor no me trates así…, le


rogaba nuestra pobrecita casada,

--Eso es lo que eres desde hoy día para mi Gabriela…!! Una


pobre y vulgar puta barata!!!, creo que pasaran años para
olvidar lo que hoy vi en nuestra habitación…
--Cariñooo solo perdóname y veras que no te fallare…
seguía rogando la rubia totalmente destruida y humillada
por como la estaban insultando…

--Cállate zorra miserableeee!!… en esta casa ya no tienes ni


un solo derecho, en la mirada de Cesar solo predominaba
un profundo odio, pero la verdad amigos míos era que el
pobre estaba enceguecido por los celos, no daba crédito a
que lo hayan cambiado por tan vetusto y vulgar vejete, si
hasta en una ocasión le dieron ganas de tirársele arrancarle
sus ropas y violársela el mismo por puta, pero su mente le
decía que con semejante pedazo de verga que su Gaby ya
había probado… que cosa podría hacerle el con su
verguita?, y esto más lo exasperaban sin saber qué hacer.

Pasaron como dos horas en que Gabriela estuvo suplicando


el perdón, soportando todo tipo de humillaciones y
palabrotas de grueso calibre por parte de Cesar quien le
gritaba a destajo y en sus propias narices lo muy puta que
era ella, hasta en una ocasión tubo la insana intención de
golpearla, pero cuando ya estaba empuñando su mano para
mandarle un puñetazo en la cara o donde le llegara, en su
mente escucho la burlesca expresión de ese extraño
hombre, y en su cabeza retumbaron claramente sus
palabras: “mucho cuidadito con que se te vaya a ocurrir
golpearla, porque si yo me entero de que le has tocado uno
solo de sus dorados pelitos, voy a venir a buscarte imbécil…
y ahí si sabrás quien realmente soy pedazo de idiota…”, a la
vez que la imagen de aquella gigantesca tranca de carne se
dibujaba a la perfección en su mente, la veía igual de
reluciente y aceitosa como la vio en el mismo momento en
que Gabriela se la desclavaba, esto hiso que sus intenciones
de golpearla se le esfumaran en el acto de su mente, pero
redoblo su ira insultándola y recordándole que para él
desde ahora solo era una vulgar puta arrepentida.

La triste casada poco a poco fue menguando en sus


suplicas, la voz de Cesar la escuchaba como si este fuese un
hombre extraño y no su Cesarin que ella bien conocía, poco
a poco fue asumiendo que él tenía razón, ya nada entre
ellos volvería a ser igual, y la separación y el divorcio ya
eran un hecho inevitable, lo que más la atormentaba era
saber la situación en la cual quedaría su hijo, pero se dijo
que en el peor de los casos resolverían el tema en
tribunales.

Gabriela lentamente se fue poniendo de pie para luego


dirigirse al baño, Cesar la seguía diciéndole todo tipo de
leperadas y vulgaridades que Gabriela por primera vez las
escuchaba salir de su boca, ella solamente lo dejo que le
dijera todo lo que él quisiera, se lavó la cara para refrescarse
y volvió a tomar sus dorados cabellos con una traba
despejando la lozanía de su cara, ya no le contestaba nada
a su marido, se dirigió a la que había sido su feliz habitación
matrimonial seguida por un eufórico Cesar quien estaba
descargando todos sus traumas de niñez diciéndole y
recordándole que ella era una ramera, una puta, una
verdadera perra caliente y así muchas cosas más, pero
cuando este la vio sacar desde el closet una maleta, para
luego verla como abría sus cajones para comenzar a sacar
sus ropas, el ahora incrédulo Cesar por fin se quedó callado,
mirando en forma atónita como su mujer, su propia esposa
estaba haciendo las maletas para largarse lo más seguro
que con su amante, fue lo que pensó, nuevamente se
estaba comenzando a escandalizar.
--Y que se supone que estás haciendo ahora Gabriela!!??, le
pregunto aun enojado, pero también un poco asustado,

--Cesar… tienes razón… mi falta es imperdonable… y tú no


te mereces una mujer como yo…

--No me dirás que piensas abandonarme!!, De verdad me


cambiaras por ese viejo con el cual te revuelcas como una
puta!!???

--Piensa lo que quieras…!! Si sirve de algo te digo que no!!…


no pienso irme con el… solo quiero estar sola, me iré a la
casa de mi madre, o a lo mejor a algún hotel… ya no tengo
nada que hacer aquí!!!…

--Mientes!!!, le grito con cara de enajenado, así se le notaba


por la forma en que abría sus ojos mirando como su esposa
seguía sacando su ropa de los cajones… --Tu…tu… tú te
quieres ir a juntar con el!!!, le increpaba y decía
tartamudeando invadido por los celos…

--No Cesar… no es así…!! la rubia ya se había serenado y


recuperado la compostura y le hablaba con sinceridad, --
Estuve más de dos horas rogando y suplicando por tu
perdón, en donde solo recibí tus insultos, y te entiendo… es
normal que me trates así, y espero que algún día logres
perdonarme, y si no lo haces lo entenderé perfectamente,
pero creo que por ahora lo mejor para ambos es estar solos,
y para que te quedes tranquilo una vez que ya este
instalada te llamare para que no creas que saliendo del
departamento me fui a acostar con él.

--No te creo!!... tú lo tenías planeado todo!!!…, la gritaba


con la voz de como si se fuera a poner a llorar, --Ahora los
dos se irán a acostar y se reirán de mí!!!. Cesar estaba
enceguecido, Gaby ahora sí que lo estaba desconociendo
de verdad.

--Cesar… entiendo tu ira y enojo… pero de verdad que estas


actuando muy extraño, le decía eso ya que lo veía temblar
contrayendo todos los músculos de su cuerpo. Lo vio que
se lanzó como un poseído a su cartera para sacarle su
teléfono celular y para luego decirle,

--Si de verdad estas tan desesperada por ir a acostarte con


él llámalo!!... y dile que te venga a buscar…!!!

--No!! No lo hare… Cesar… yo no hare eso…!!!, la rubia


miraba un poco asustada como la temblorosa mano de
Cesar le sostenía el teléfono al frente de sus narices para
que ella llamara a su amante tal como insistía en que ella lo
hiciera, --Cesar yo no lo llamare… además que ya te dije…
por ahora lo único que quiero es estar sola!!!, la rubia le
decía la mismita verdad, pero él no le creía nada!!!…

--Llámaloooo!!, le volvía a insistir un enloquecido Cesar…

--Cesar noooo…! Entiendo tu enojooo...pero….

--Llámalo putaaaaaa!! Yo sé de lo desesperada que estas


por llamarlo e irte a revolcar con el…así que
llamaloooooo!!!!!. Cesar estaba actuando como un
verdadero loco.

--No me hagas hacerte esto Cesar…, Gabriela intentando


tomar un poco de aire y de no herir más de lo que ya lo
había herido y quería hacerlo entrar en razón, --Cesar si lo
llamo así como tú me lo estas pidiendo… el me vendrá a
buscar y no quiero hacerte pasar por eso… de verdad…
aunque no nos vayamos a acostar como tú piensas, el me
vendrá a buscar igual…

--Eso es lo que tú dices zorraaaaa… pero lo más seguro es


que cuando vea tu llamada cortara el teléfono al instante, él
ya se desfogo utilizándote como un objeto, y como a una
cualquiera, vamos convéncete tú misma… Llamaloooo!!!,
Gabriela quien ahora temía que su marido la golpeara en
cualquier momento, tomo su teléfono y marco el número
del mecánico, pero más para que Cesar se callara que para
que el viejo la viniese a buscar, el teléfono dio el tono de
marcado hasta que ambos escucharon la ya conocida y
aguardentosa voz del vejete quien decía…

--Hola…Hola… Gabriela estas ahí!? Ricura me escuchas!?? Y


en el mismo momento en que Gabriela pensaba en cortar la
llamada para así terminar el tormento de Cesar, este le
arrebato el teléfono de las manos ya que pensó que ella
realmente le iba a pedir al viejo que la viniera a buscar, con
todas sus fuerzas lanzo el celular contra uno de los muros
de la habitación el cual se reventó quedando destrozado
por completo, la rubia ahora sí que estaba asustada de
verdad nunca en su vida había visto a Cesar en aquellas
condiciones estaba como un loco, pero su sorpresa fue aún
más grande cuando lo vio arrojársele a sus pies para
comenzar a rogarle en forma patética y llorando como un
verdadero maricon,

--Gabriela perdonameeee… Buaaahhhhh! yo…yo tengo la


culpa de todo estoooo…! Buaaaaahhh!! Por favor no me
dejes… no me dejes por otro hombreeee… no te vayas de la
casa…, Buaaaaaahhhhhh!!!!, le rogaba y lloraba preso de
desesperación,
--Cesar es que no sé qué decir… lo nuestro no tiene
solución…

--No me dejes… no me dejes… te lo suplicooo…Snorffsss!!,


nunca más volveré a dejarte sola… Snorffsss!!! Perdóname
por todo lo que te dije amor… nunca más lo hare… pero no
te largues con él… Snorffsssssss!!!!

Gabriela lentamente se fue sentando en la cama con su


marido llorando como un niño y arrodillado a sus pies, sus
sollozos terminaron por quebrarla, de pronto recordó sus
años de noviazgo y lo felices que habían sido, ella lo quería,
lo quería mucho, pero era tan solo eso, solo lo quería, ahora
ella lamentablemente amaba a otro.

La casada solo pensaba en todo lo que había ocurrido en


este fatídico día, escuchaba los lamentosos gimoteos de su
marido y sintió pena por él, sabía que Cesar era un buen
hombre y que no se merecía estar en la situación en que
ella misma lo había puesto, poco a poco lo fue acariciando
en el pelo prometiéndole en silencio que haría todo lo
posible por no volver a fallarle, Cesar en esos momentos
lloraba desconsoladamente en sus muslos, se negaba a
odiarla, se negaba a tener que separarse de ella.

La rubia por su parte ahora no lloraba, solo pensaba en


como seria esa relación entre ella y su marido después de lo
sucedido, y si es que llegaban a una eventual reconciliación
como lo haría con el hijo que llevaba en su vientre, con lo
del dinero existía la posibilidad de que el viejo una vez que
se recuperara de su estado económico se lo devolviera,
pero con lo del hijo de ambos eso sí que estaba complicado
y ella por nada del mundo se haría un aborto.
Cesar ya una vez más calmado levanto su vista para
encontrarse con esos hermosos ojos azules que lo habían
enamorado en su juventud,

--Me perdonas!?, le consulto a su mujer quien ahora lo


miraba casi con ternura…

--Cesar! soy yo quien debe pedir el perdón, tú has sido un


excelente marido, y no te merecías una canallada como la
que te hice, y no sé si podré mirarte a los ojos de la misma
forma que antes…

--No habrá problemas cariño, juntos lo superaremos… solo


prométeme que no te iras con ese viejo como pensabas
hacerlo…

Gabriela pensaba en todo aquello, había soportado la ira de


Cesar, se había humillado ante él y ante su suegra, y
extrañamente cuando tomó la determinación de que ya
todo estaba perdido y que lo mejor era abandonar el hogar,
una extraña sensación de paz interior la habían invadido, y
ahora su marido nuevamente la ponía contra la espada y la
pared, sabía desde el fondo de su corazón que ella lo que
de verdad quería era irse, ordenar sus ideas para luego
buscar a su macho y ver si es que este realmente se atrevía
a querer iniciar algo más formalmente junto a ella, pero
tristemente caía en cuenta que él también era casado, hasta
que le respondió a su esposo,

--Cesar nuestra relación está dañada, y yo soy la culpable,


de verdad que yo te quiero mucho y a nuestro hijo lo amo,
me quedare… pero necesitare de tu ayuda para que todo
vuelva a la normalidad, y si es que te preocupa que me vea
a escondidas con quien tú ya sabes… puedes estar tranquilo
porque no lo hare, pero quiero pedirte un favor…

--Dime!… pídeme lo que tú quieras mi vida!!… lo daré todo


por recuperarte!!!…

--Yo pondré todo de mi parte… y se que en mi situación no


tengo derecho a solicitar nada… pero quiero que pase lo
que pase nunca más me saques en cara lo que sucedió hoy
día…

--Lo jurooo!… lo juro por Dios que me esta mirandoooo!!!…


nunca te lo sacare en cara amor…

--Creo que iré a prepararte algo para cenar… ya es muy


tarde y debes estar muy cansado…

El quebrantado matrimonio Guillen ceno en silencio,


ninguno de los dos hablo y ya eran casi las dos de la
madrugada. Cesar ya había vuelto a ser el, pero las
tormentosas imágenes de ver a su mujer desnuda y en los
brazos de aquel ordinario sujeto no lo dejaban tranquilo,
Gaby se daba cuenta que su marido no estaba para nada
recuperado de su traumática experiencia,

--Cesar… creo que por algunas noches deberás dormir en la


habitación de Jacobo, yo me acomodare en el sofá, y no me
preguntes los motivos, porque tú los sabes…

El marido de la mujer solo acepto tal cual como un niño


acepta las ordenes de su madre, pero este descoloco a su
esposa con una pregunta que Gabriela jamás imagino que
él le haría,
--Gaby, disculpa pero necesito saberlo… La rubia solo lo
quedo mirando en espera de lo que este quería
preguntarle, --Cuantas veces lo hicieron?,

--Cesar en qué quedamos?,

--No te estoy encarando… solo debo saberlo…

La casada sabía que si le decía la verdad lo destrozaría más


de lo que ya estaba, por lo que le contesto a medias, y
buscando la forma más sutil posible para no dañarlo,

--Solo… me lo hiso… en un par de ocasiones, le contesto


muy sofocada y sintiendo como su cara se enrojecía por la
vergüenza

Cesar sintió que por cada palabra que salía de los labios de
su esposa eran verdaderas cuchilladas que se le clavaban en
el alma,

--Y tú lo disfrutabas verdad!?… disfrutabas cuando ese viejo


asqueroso te metía la verga como a una verdadera perra!!!
Vamos… admite que también te gustaba revolcarte con
el…!!!!!

--Cesar… no me hagas esto… ya lo habíamos habladooo…

El hombre al notar como las lágrimas corrían por la cara de


su esposa, volvió en si al instante,

--Gabriela!, perdóname cariño!!, no quise decirlo!!… no sé


qué me paso… la verdad es que esto me supera!!!, le dijo a
la misma vez que se paraba y se dirigía a abrazar a “su
mujer”.
--No te preocupes… es normal que estés sufriendo de esa
manera y yo tengo la culpa, sniffs!!!, mejor vayamos a
descansar, ambos lo necesitamos…

--Si, será mejor, pero cariño…quiero que tú ocupes la


habitación de Jacobo… estarás más cómoda, yo ocupare el
sofá…

--Eres muy atento conmigo… te lo agradezco…

Pero la verdad era una sola, Cesar le ofreció la habitación


del pequeño a su esposa con la única intención de él vigilar
la puerta de entrada ya que temía que al menor descuido
de su parte en alguna hora de la noche ella se le arrancaría
para ir a acostarse con su amante.

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Don Cipriano trabajaba en su taller muy mal humorado, ya


habían pasado seis días y su casada aún no lo llamaba, ya
estaba que mandaba todo a la verga. El mismo la había
llamado en reiteradas ocasiones y su teléfono siempre
estaba apagado, y se juraba que por nada del mundo
dejaría de ver y follarse a su mujer, y para rematarla el
chango aun no llegaba para darle noticias, su hubiese sido
en otras circunstancias ya desde hace rato se hubiese
dejado caer en el departamento de la casada, pero ahora le
estaba dando tiempo a la rubia, la situación en que los
había sorprendido el marido de su hembra era mucho más
que comprometedora y solo un imbécil perdonaría a una
mujer después de pillarla culiando con otro hombre, solo
era cuestión de tiempo. Hasta que por fin vio que la grúa ya
estaba estacionando a la salida de su taller.
--Dime pendejo lograste ver algo hoy día!…, le pregunto
don Cipriano al chango,

--Pus hoy día sí que me fue bien mi jefe… pero no sé si le va


a gustar la noticia que le traigo…

--No te me des vueltas y dime de una vez que es lo que


viste!?, le decía mientras se limpiaba sus ennegrecidas
manos con un paño aún más mugriento de como
las tenía…

--Bien ahí le voy… cuando ya estaba por venirme la vi que


salió… pero no iba sola… la acompañaban su marido y el
chamaquito, se veían muy felices, como si nada de eso que
Ud. Me dijo que había ocurrido hubiese pasado,

--Los seguiste!?

--Clarines mi jefe!… fueron a un parque cercano a donde


ellos viven y hasta se dieron besos en la boca… Usted cree
que ella vendrá solita, tal como me dijo?.

Don Cipriano aún se sentía seguro de su casada, pero no


pudo evitar la sensación de celos cuando el chango le
notificaba que la había visto radiante y feliz del brazo de
Cesar, y que más encima se habían besado.

--Lograste darle mi recado!?

--Uffff eso sí que me costó mucho mi jefe, tuve que esperar


otra hora a la salida del edificio, hasta que cuando salió por
un mandado al supermercado le pude decir que Usted
quería que ella viniera…

--Y que te dijo!?


--Que por ahora no podía… y…, el chango pensó que al
darle el recado la reacción del vejete seria tal que hasta le
podría pegar a él con el fin de descargar su ira con alguien,

--Y que pendejo!? Vamos hablaaa!!!

--Me dijo que le dijera a Usted que la perdonara… pero


quizás no iba a poder venir nunca más…

El viejo Cipriano sintió que se desinflaba con la noticia que


le daba su ayudante, hasta que una vez haber meditado por
unos momentos, volvió a preguntar,

--Te dijo “quizás”?… o simplemente te dijo que ya no venía


más?…

--Tal como le dije al principio mi jefe… que quizás no iba a


poder venir nunca más…

--Jajajaja… “quizás”… gracias pendejo… te aseguro que en


unos días vendrá igual…

Esa misma noche de sábado después de seis días de lo


ocurrido cuando Cesar sorprendió a su Gabriela follando
con el vejete, el matrimonio Guillen conversaba de que muy
pronto cambiarían de residencia, dejarían ese maldito
departamento que tanta mala suerte les había traído para
irse a arrendar una casa un poquito más amplia y con patio,
solo le faltaba a la rubia convencer a Cesar de que tuvieran
otro hijo, esta sería la última mentira en contra de su
marido, inconscientemente otra vez pensaba estupideces,
ya que creía que mintiéndole podría ocultar su embarazo
haciéndole creer que el hijo que llevaba en su vientre desde
hace un par de semanas era de él, y así salvaría su
complicada situación matrimonial, pero debía hacerlo
rápido antes de que se le notara algo, por lo que estaba
dispuesta a entregarse esa misma noche para que el
eyaculara en su interior, y así un problemilla más
solucionado.

Ambos estando acomodados en el sofá hacían planes para


su futuro, hasta que la mujer sorprendió a su hombre, con
lo que el menos esperaba para esa noche, ya que este había
decidido no presionarla y que las cosas fluyeran por si solas,

--Cesar… creo que ya es tiempo de que volvamos a nuestra


habitación…

--Tú crees?,

--Si lo creo nene… además que creo que debemos hacer la


reinauguración, jijiji…

Cesar la veía radiante y fresca con ese característico aroma a


rosas recién podadas en el que estaba acostumbrado a
olerla, y no pasada a verga y a coño como la había pillado
hace algún tiempo cuando la sorprendió acostada con un
viejo, pero la frescura de su esposa supero todos aquellos
amargos momentos, por lo que decidió que tal vez su mujer
tenía razón,

--De verdad que tienes ganas de hacerlo!?…

--Si tontito… ya te he explicado que lo otro solo fue un


desliz de mi parte… una tontería… el verdadero dueño de
mi corazón está aquí al lado de mí en estos momentos.

Cesar se atrevió a volver a besarla de la misma forma en


que lo hacían cuando ellos eran novios, poco a poco el
hombre se fue apegando a su curvilíneo cuerpo para
sentirla. Se estuvieron besando y haciendo arrumacos por
espacio de algunos minutos hasta que ya en forma
recíproca lo decidieron, se pusieron de pie y caminaron
tomados de la mano hacia la pecaminosa habitación que
había sido testigo de infidelidad y adulterio.

La rubia se había encargado personalmente de cambiar


todo el amoblado de la recamara matrimonial, como
también la posición de los muebles y las cortinas, Cesar se
sintió como si realmente estuviese en una habitación nueva.

A un lado del nuevo lecho se besaron casi con naturalidad,


Cesar aun no caía en cuenta ni se imaginaba que esa dulce
boquita que ahora el besaba tan apasionadamente le había
chupado la verga y le había comido los mocos una infinidad
de veces al asqueroso viejo que él había visto desnudo y en
su propia cama, y que para rematarla en el fondo
nuevamente lo estaban utilizando para hacerle creer que la
concepción que su esposa llevaba en su vientre le
correspondería a él y no al hombre que realmente la había
preñado.

--Me daré una ducha y vuelvo enseguida, le dijo un feliz


Cesar a su rubia esposa una vez que se separaron de aquel
extraño beso supuestamente romántico,

--Pero apresúrate cariño deseo tanto estar acostada


contigo, la rubia ni ella misma se creía lo que estaba
diciendo, sus palabras le sonaban hipócritas pero así tenía
que ser, ya lo había decidido, tenía que enmendar su vida y
quedarse junto a su esposo y a su hijo, además que sabía
que ya tendría de por vida un recuerdo del mecánico que le
había robado su corazón.
Mientras se quitaba la ropa, pensaba emocionada en su
ocasional encuentro con el chango, y más se contentaba al
saber que el vejete estaba preocupado por ella, tal como se
lo había dicho Pablo, y ella con el dolor de su corazón le
había mandado a decir la verdad, pensaba que sería lo
mejor para ambos, el asunto del dinero pensaba
solucionarlo pidiéndole un préstamo a su madre quien
contaba con una excelente situación económica, estaba en
estos pensamientos cuando vio aparecer en la habitación el
semi desnudo cuerpo de Cesar, con sus pectorales bien
trabajados y bronceados.

Simulando estar ansiosa de que el la poseyera le estiro su


blanca manita invitándolo a que él se acostara a su lado, y
así fue, de un momento a otro el matrimonio Guillen ya se
encontraban totalmente desnudos y acostados
preparándose para el apareamiento, pero fue la hembra
quien le solicito a su macho lo que ella deseaba para esa
noche,

--Cesar… cariño estoy muy feliz porque ambos estamos


superando nuestro quiebre relacional, y quiero pedirte un
favor…

--Claro nena solo dímelo… si no quieres hacerlo… yo


entiendo lo podemos dejar para otro día, Cesar después de
haber superado la primera conmoción de la aberrante
situación en que había sorprendido a su mujer, ante
cualquier acercamiento entre ellos se ponía
extremadamente a la defensiva, sumado a que ahora se
avergonzaba de que su propia esposa le mirara el tamaño
de su verguita, ya que sabía que ella ahora podía hacer sus
comparaciones entre tamaño, poderío y resistencia, el
pobre temía ir a perdedor…

--Al contrario tontito… quiero que me lo hagas y además…


La rubia hiso un ademan de querer hacer más romántico
eso que le quería solicitar a su marido,

--Dime nena, que es lo que necesitas… solo dímelo y veré


que puedo hacer mi vida… Cesar la miraba con sus ojos
semi cerrados, haciendo notar aún más el profundo amor
que le profesaba a su esposa.

Gabriela aprovechando el idílico estado en que había caído


el incauto de su marido, aprovecho para tirársela, y así
poder salir del lio en que se encontraba y sin que se notara,

--Quiero darte otro hijo, creo que es la mejor forma de


pagarte lo tan bueno que has sido conmigo… que me
dices?, le consulto mientras con sus delicadas uñas le hacía
cariño en sus cabellos esperando la reacción de su marido.

Cesar con solo verle su angelical carita de Diosa nórdica con


que se lo pedía, no pensó nunca la mentira que se escondía
tras la insólita solicitud que le hacía su Gaby, innatamente le
renacieron unas tremendas ganas por cogérsela y preñarla
tal como ella se lo estaba pidiendo, el feliz y excitado
esposo comenzó a acariciarla por todas partes a la misma
vez que echaba hacia atrás las cobijas de la cama para
tenerla en total desnudez, tal como la había tenido el otro
viejo que se había atrevido a follársela, pensaba un poco
confundido pero muy ansioso de cogérsela.

Le sobaba y acariciaba todas las curvas de su cuerpo, le


hacía cariño en la cara, en sus pechos, lo hacía con
verdadera delicadeza. Bajo sus manos a sus muslos para
manoseárselos con verdadera devoción, hacía mucho
tiempo que no sentía las suavidades de estos, hasta que
lentamente se fue ubicando al medio de ellos con claras
intenciones de meterle su diminuta masculinidad.

Gabriela con solo mirar su verguita pulsando rápidamente


de arriba y hacia abajo se quedó paralizada por el terror y el
rechazo, ella realmente quería hacerlo con Cesar y olvidar
todo lo que había pasado con don Cipriano, buscaría la
forma de poder llevarse mejor en la cama y a todo lo que se
refería al sexo, pensó que en esos momentos lo mejor era
intentar hacer creer a Cesar que ella deseaba sentirse suya,
así que se dejó llevar por la situación por lo que ya sabía de
lo que le iba a pasar, se tenía que entregar a su marido si
quería salvar lo poco que aún quedaba de su matrimonio y
por sobre todo el futuro de su Jacobo, así que solo se dio a
concentrarse a fingir que todo lo que le hiciera Cesar ella lo
disfrutaría.

Luego de unos minutos de caricias, arrumacos y besuqueos


fingidos por parte de una, y desesperados y urgidos por
parte del otro, la rubia lentamente se fue abriendo de
piernas invitándolo a que él se subiera y le refregara su
cosita de una buena vez por todas, hasta que lo sintió
acomodarse sobre su cuerpo, ella solo cerro sus ojos no
quería verle la cara de excitación esto la choqueaban pero
sabía que en un corto plazo lo debería de superar, pensaba
en esto cuando de muy malas ganas sintió el pecho de su
marido aplastarse con sus tetas duras y turgentes.

Cesar por su parte se sentía completamente excitado, su


verga la sentía erecta y dura como el acero, según él, por lo
que dirigió su cosita a la entrada de la vagina de su esposa
quien lo esperaba con sus muslos abiertos y con sus ojos
bien cerrados.

Gaby sintió los gemidos de Cesar al notar el roce de su


rosada verga con los dorados pelitos de su vagina, esos
gemidos le recordaron sus gimoteos cuando lo vio llorando
y rogándole que no lo abandonara, el hombre se movía
como un desesperado intentando metérsela pero no lo
lograba ya que en su mente se había instalado la imagen de
aquella descomunal verga con la que habían hecho bufar
de placer a su mujer, y sentía miedo de que ella ahora no
sintiera nada, estos obscenos pensamientos hicieron que su
verguita se le bajara y perdiera poderío, pero aun así el
hombre no dejaba de paseársela por el apetitoso tajo de
carne que poseía la rubia quien dándose cuenta del
problema de su marido, decidió ayudarlo.

--Cesar… ponte de espaldas…!

--Qué?...que es lo que dices??, le consulto Cesar algo


cohibido por el ofrecimiento que le hacía su esposa,

--Déjame a mi… tu solo relájate…

Con el hombre ya puesto de espaldas, la casada muy a su


pesar tomo aire y arreglo sus rubios cabellos despejando su
cara de ellos, con mucha delicadeza busco entre los rubios
pelos íntimos de su esposo la escondida cabecita de su
verga, con dos de sus dedos pulgar e índice comenzó a
masturbarlo de a poco, luego de unos minutos la hembra
ya movía su mano rápidamente hasta que sintió en la yema
de sus dedos una tímida dureza en la verga que
manualmente pajeaba,
--Tócame!!, le dijo tomando ella misma una de las manos
de su esposo y poniéndola en una de sus caderas, Cesar
estaba encantado con esa nueva faceta de su esposa, y
sobre todo cuando la vio ponerse en 4 patas para ella
misma comenzar a chuparle la verga.

Gabriela se la chupaba sintiendo asco y nauseas, esa verga


blanda y flácida no estaba a la altura para una mujer como
ella pensaba mientras se la seguía mamando, pero debía
conseguir una erección o algo parecido para que Cesar se la
pudiera meter y eyacular adentro de ella.

Luego de unos deliciosos minutos para Cesar pero muy


traumáticos y frustrantes para Gaby, ella determino que el
hombre ya estaba en condiciones de mantener una
erección por algunos minutos, pero debía actuar rápido
antes que se le bajara,

--Te gusto mi amor…?, le dijo una vez que se la saco de la


boca, aún se la mantenía agarrada entre sus dos dedos,
pajeándolo suavemente para que el pobre infeliz no se le
fuera a ir cortado antes de tiempo,

--Si nena… vamos continua haciéndolo, le pedía Cesar casi


con desesperación…

--Vamos nene yo también quiero que me hagas tu mujer, le


decía a la vez que se ubicaba nuevamente de espaldas y le
abría sus portentosos muslos, --Ven aquí y métemela,
hazme tuya…la quiero toda bien adentro…

Cesar con solo ver el tremendo cuerpazo de su esposa


ofrecido solo para él se lanzó como un verdadero
endemoniado para pegarle la mejor follada de sus vidas,
abrazándose con fuerzas a ella y rodeando sus hombros
con sus musculosos brazos, comenzó a mover sus caderas
con arremetidas bruscas intentando metérsela, como
también de vez en cuando se paraba para recuperar fuerzas
y para también oxigenarse, a la vez que aprovechaba para
besarla y susurrarle a sus oídos de cuanto la deseaba, que la
amaba, y que solo le pertenecía a él, que la quería solo para
él y para nadie más, le repetía una y otra vez.

La situación para la rubia ya era más que tediosa y patética,


ella lo único que quería era que se la metiera lo antes
posible y que de una buena vez por todas se fuera cortado
dentro de su cuerpo, para acabar con esa espeluznante
pesadilla.

Sacando ya sus últimas fuerzas de coraje, la casada metió su


mano por entre sus cuerpos le agarro con sus dedos la
verguita y ella misma se la metió, una vez que se sintió
clavada lo dejo que se moviera como él quisiera, la rubia
resignadamente se quedó inmóvil y con sus bellas piernas
bien abiertas mientras Cesar se movía y ondulaba encima
de ella arremetiendo como si de verdad estuviese
desesperado, se la cogía como si le tuviera odio, como si de
verdad con esa follada él se estuviera desquitando de la
infidelidad por ella cometida, él la había visto culiando con
otro hombre, y por más que lo quería e intentaba, esas
enajenantes imágenes no se las podía quitar de su mente, la
reluciente vergota de don Cipriano había causado estragos
negativos en su ego masculino.

Gabriela soportaba la extraña follada de la mejor forma que


podía, se quedó en silencio, inmóvil, dejándose hacer,
dejándose recibir y no sintiendo nada, dejando a su marido
que la tomara y que le refregara su cosita en su vagina,
aceptándola muy a su pesar adentro de ella.

La verga de Cesar se resbalaba por la dorada grieta intima


de la rubia, había logrado que ella se mojara por completo
y esto lo hacían sentir feliz, lo que no sabía el pobre era que
Gabriela desde hace rato se imaginaba que esa resbalosa
cosita que se paseaba por su coño era la lengua del
mecánico que la lengüeteaba y se la comía exquisitamente
y como a ella le gustaba.

La casada poco a poco se comenzó a calentar, pero no con


su marido sus pensamientos estaban puestos en la grotesca
imagen de su único y verdadero macho caliente, que la
agarraba y hacia lo que él quería con ella y con su cuerpo,
recordaba el motel, la oficina con cama, el parque donde
ella se estuvo masturbando a patas abiertas delante de su
Don y de un indigente, lentamente comenzó a menear sus
ancas en búsqueda de su propio placer, en forma gradual
empezó a acompasar los movimientos de sus caderas con
los de Cesar, pero solo pensando en su Don y las locuras
que este le hacía hacer, lo hacía con movimientos suaves al
principio, como si estuviese levitando con sus caderas en el
aire, parando su concha por los aires para notar un poco
más profundo el escaso adentramiento que le propinaban,
pero todo fue inútil, esa verga no le causaba nada, por lo
que se dejó caer sobre la cama totalmente sudada, enojada
y frustrada.

Gabriela pensó que al hombre ya le faltaba poco por


eyacular así que no le quedó más remedio que seguir
meneándose como si lo estuviese disfrutando, gemía y
fingía para que Cesar creyera que ella estaba tan caliente
como él.

El matrimonio Guillen llevaba unos buenos minutos


follando, Cesar la besaba en los labios y ella se los abría sin
contemplaciones haciéndole creer que realmente lo estaba
disfrutando, la rubia sentía como su marido le metía la
lengua hasta el fondo de su boca, la única sensación que le
provocaba con esto era la de estar siéndole infiel a Don
Cipriano, esto la ponían mal, y se quejaba en forma de
rechazo, pero Cesar creía que la tenía perdida de calentura
absoluta, en eso la rubia noto que la precaria dureza de su
marido ya estaba a punto de derramarse por lo que empezó
a gemir más fingidamente que antes, como si verdad ella
estuviera gozando a plenitud con lo que él le hacía,

--Así Cesar… sigue haciendomelooooo!! Así mi vida que


bien lo haces cariñooo!!!, la rubia se esforzaba al máximo
intentando que aquel pobre infeliz se lo echara de una
buena vez, le movía sus caderas como si de verdad ella lo
estuviera gozando, --Dame más…dámelo todoooo… dámelo
todooooo!!!… sigue follándome así mi vidaaa! Dios que bien
lo haces papiiii!!!

Cesar ya no aguantando más tanta pasión por parte de su


mujer, comenzó a realizar unos arrítmicos movimientos
copulatorios, la frustrada rubia temiendo que este se le
saliera y no pudiera culminar la follada como un verdadero
hombre, como pudo volvió a meter su mano por entre sus
cuerpos y ella misma se encargó de afirmar el penito de su
marido para que no se le saliera y con verdadero fastidio e
insatisfecha sexualmente espero a que este eyaculara
dentro de ella…
--Ohhhh Diossss Gabyyyy!…me corrooooo!!…. Ay que
ricooo….!!! Ay qué ricooooo!!!!

Gabriela sintió los chorritos de semen que bañaban la


entrada de su dorado coñito,

--Si Cesarin muy ricooo cariñoooo!…eso!! Dámelo todo mi


vida!!!, le decía a la vez que ondulaba con su cintura, para
hacerle creer que ella también lo acompañaba en su
momento de éxtasis.

Hasta que su calvario por fin termino, Cesar se quedó


encima de ella por unos minutos, para luego echarse como
vaca a un lado de su cuerpo, estaba muerto, se la había
follado como desde hacía mucho tiempo no lo hacía.

--Te gusto amor?, le dijo acariciándola y viéndole su zorrita


que aún estaba sucia con restos de su semen…

--Si nene… estuviste maravilloso… me dejaste totalmente


molida…creo que no lo podre volver a hacer por lo menos
en una semana, y que cantidad de semen que te salía cariño
yo creo que así como estas de potente con dos veces más
que lo hagamos ya me dejaras en cinta…

--Me encantaría tener otro hijo contigo nena, eso me haría


muy feliz,

--Entonces deja recuperarme cariño… y lo volveremos a


hacer en unos días, me sentiría muy dichosa de darte otro
hijo…

--Te amo tanto princesa, creo y estoy seguro que no hay


nada en esta vida que nos pueda separar.
Luego de que la rubia casi se fue corriendo a la ducha para
lavarse, y ya estando en el baño con sus muslos semi
flectados y con el chorro de agua puesto en su vagina, con
sus manos intentaba retirarse hasta la última gota de
inmundicia que su marido le había derramado dentro de su
cuerpo, ahora le daba gracias a Dios de que este no la
tuviera larga, así su semen no la contaminaría tan
profundamente.

Luego de lavarse sus partes femeninas ya se pudo duchar


en una forma más normal pensando que solo se tenía que
volver a acostumbrar y que para unos futuros encuentros
amatorios con Cesar, la situación ya no sería tan traumática
para ella, quiso dedicar por algunos minutos sus
pensamientos a su macho, posando una de sus manitas en
su vientre y emotivamente en silencio le pedía perdón por
la deslealtad que ella acababa de cometer dejándose follar
por otro hombre, hasta que caía en cuenta de lo retorcida
que tenía su mente, si al que le tenía que pedir perdón la
esperaba acostado solo a unos cuantos metros de ella, no
queriendo ponerse a pensar en ello decidió que ya era hora
de ir a dormir.

Pasaron cuatro días en los cuales la rubia poco a poco iba


retomando su normal estado de mujer casada, aunque ella
sabía que no podría olvidar al vejete así como así, estaba
poniendo todo de su parte para recuperar el equilibrio en
su vida matrimonial, había sido testigo de cómo su Cesar
había enfrentado en el mismo departamento a la señora
Romina cuando esta se escandalizo al enterarse que su hijo
había perdonado a su mujer después de haberla pillado en
plana faena amatoria con un viejo con pinta de chulo,
confirmando así el delito de adulterio,
--Pero que me estás diciendo Cesar por Dios! esta mujer no
te ama!!, si fue capaz de traer a su amante a tu misma casa
descuidando a Jacobito… lo más seguro es que nuevamente
lo hará!!…

--No madre… yo a Gabriela la amo, y ya lo he decidido…


juntos superaremos esta difícil situación que nos ha tocado
vivir…

--Hijooo… esta mujer nos ha deshonrado a todos!… a ti


sobre todo!!…, y a tu propio hijooo!!…como no
entiendes!!??

--Fue un error que cometió… pero también yo no debí


haberla dejado tanto tiempo sola…

La señora Romina tomando aire y ya casi desmayándose al


ver la ineptitud de su hijo, volvió al ataque,

--Cesar… soy tu madre y quiero lo mejor para ti… sepárate


antes de que sea demasiado tarde… hazme caso hijo ella ya
está acostumbrada a andar revolcándose con tipos de baja
calaña…yo también la vi…

--Escúcheme madre…parece que no me ha entendido, ya


está decidido, a Gabriela la he perdonado y me ha jurado
que no volverá a cometer el mismo error…

--Y tú le crees!!!, le crees más a ella que a tu propia


madre!!??

--Si mamá… yo le creo…

Gabriela se sentía entre humillada, pero a la vez triunfante


al ver como Cesar la defendía antes las reales acusaciones
que hacia la señora Romina contra su persona, se juraba
para ella misma que nunca más le volvería a fallar a su
Cesar, que de alguna forma lo volvería a amar como alguna
vez lo había amado,

--Cesar, te lo digo por última vez… abandona a esta mujer o


ni te darás cuenta cuando ella nuevamente se esté
revolcando con ese hombre gordo!!!, o te separas… o te
olvidas que alguna vez tuviste madre!!…, le dijo en forma
terminante,

--Si Usted así lo quiere… entonces que así sea…

Cesar camino hacia la puerta de entrada y la abrió invitando


a la señora Romina a que se largara,

--Estas seguro de lo que estás haciendo!?

--Si… estoy seguro…

--Que Dios te bendiga hijo, fue lo último que dijo la señora


Romina con sus ojos llorosos antes de abandonar el
departamento de su hijo, jurándose no poner nunca más un
pie en el lugar en donde viviera aquella puta.

Gabriela se sentía muy querida por Cesar, ya estaba más


que convencida que lo del mecánico había sido un error
garrafal de su parte, pero había una situación que la
incomodaba y que la hacían sentir estar fallándole a su
marido, y esto era que el chango había venido ya en tres
ocasiones más trayéndole mensajes del viejo, en donde ella
le mandaba a decir en forma determinante e indiscutible
que lo de ellos no podía ser, que rehiciera su vida con su
esposa como ella lo estaba haciendo con su marido.
Si bien sabía que su corazón le pertenecía, también estaba
segura que el tiempo lo podría borrar todo, sumado a que
el hijo de ambos mitigaría esas tremendas ganas de amarlo.

Ahora pensaba que ya tenía las tres cosas que más quería
en el mundo: a Cesar, a Jacobo y especialmente al hijo de su
Don, pero su amor era uno solo, lamentablemente este era
un amor imposible, se decía.

La casada se sentía como la protagonista de una telenovela,


y ella como una verdadera heroína se estaba inmolando en
pos y en nombre del amor.

Gabriela luego de pensarlo mucho y ya sintiéndose más


segura le dijo a Cesar que ella también estaba dispuesta a
hacer algo por él,

--Cesar… quiero que me escuches, tengo algo que decirte…

El hombre la vio que esa mañana su rubia esposa estaba


más radiante que nunca, con un vestido azul muy sobrio
que para nada iba en desmedro de lo que ella poseía
debajo de este. Él había llegado hace muy poco de una
entrevista de trabajo en una importante empresa
transnacional, en donde le habían dicho que tenía muchas
posibilidades de quedar trabajando,

--Dime muñeca… te escucho…

--En vista de que en todo este tiempo hemos superado en


gran medida nuestras diferencias, te voy a confiar algo que
ha estado sucediendo…

--Qué cosa ha estado sucediendo?…


--Se trata de la otra persona…, le dijo refiriéndose a don
Cipriano…

--Qué pasa con ese viejo! aun te sigue molestando!?

--Nooo cariño…mira, lo que pasa es que ha estado


mandando a un muchacho a traerme recados. A Cesar por
cada palabra que le decía su Gaby, se le iba formando un
nudo en el estómago, --Pero yo no le he hecho caso en
nada…

--Y por qué no me lo habías dicho!?

--Porque no quería que te sintieras mal, pero por eso ahora


te lo estoy diciendo nene, el asunto es que tengo que ser yo
misma quien le ponga un punto final a esa situación…

--No te entiendo…

--Quiero que me dejes ir a verlo a su trabajo…

--Que me estas diciendooo!!??

--Eso que tú escuchas… necesito que me dejes ir a su


trabajo para decirle yo misma que ya se deje de andar
enviándome recados y todo ese tipo de cosas…

Cesar se paseaba de un lado a otro intentando ordenar las


ideas que pasaban por su mente, el solo imaginarse a
Gabriela delante de ese hombre después de lo que ellos
habían tenido lo descolocaban.

--Nooo… no lo creo prudente Gabriela… eso que quieres


hacer no puedo permitírtelo…
--Nene confía en mí, o acaso en todo este tiempo no te he
demostrado que yo realmente quiero estar contigo?.

El hombre pensaba en lo que le decía su mujer, y era


verdad, Gaby estos últimos días se había mostrado
totalmente cambiada con respecto a su actitud de los tres
últimos meses, hasta que por fin lo decidió…

--Está bien… pero yo te acompañare…

--No cariño…esto debo hacerlo sola… si tú vas lo más


seguro es que discutan y se agarren a golpes, Gabriela le
estaba siendo sincera, estaba dispuesta a ir y decirle ella
misma a don Cipriano que lo de ellos no podía ser, y lo
haría a plena luz del día y en frente de todos sus
trabajadores para que le quedara claro y de una…

--Es que no lo sé mi vida… esa situación me pone mal…

--Por lo mismo debo hacerlo Cesar, yo también quiero estar


tranquila y debo cerrar esa oscura parte de mi vida…
entiéndeme si tuviera otro tipo de propósitos ni siquiera te
lo estaría diciendo, simplemente iría a tus espaldas, y eso sí
que sería más feo y grave, no crees?

Cesar la contempló por unos instantes y la vio tal cual como


él la había conocido, esa transparencia que reflejaba a
través de sus ojos azules y sus palabras lo convencieron de
que esa era su Gaby, la misma que él había conocido
cuando eran estudiantes, por lo que no lo dudo y le dio su
consentimiento,

--Y cuánto tiempo crees que te tome…?


--El taller queda al otro lado de la ciudad… en la camioneta
creo que son 25 minutos de ida y 25 de vuelta, me
demorare como 1 hora, no creo que sea más que eso… mira
son recién las 10 de la mañana yo creo que con toda
seguridad estaré en casa como a las 11.30 am., para que así
almorcemos los tres.

--Está bien amor…ve y ten cuidado… Cesar por dentro


estaba que se moría, pero sabía que su esposa le estaba
siendo sincera, y ambos debían mostrarse confianza para
que la cosa siguiera funcionando.

--No te preocupes cariño, esto lo hago por nosotros dos y


por Jacobo, necesito que ese hombre ya deje de
molestarme y que no se sienta con derecho de mandar
gentes para que me hablen a tus espaldas…

Cesar la vio salir como era ella, una mujer estupenda… Una
hembra 100% rica y femenina, y que gracias a Dios ya casi la
había recuperado, se despidieron con un cariñoso beso en
los labios y la rubia se dispuso a dirigirse a poner fin de una
vez por todas a la estupidez más grande que había
cometido en su vida.

Gabriela manejaba tranquila con ella misma, estaba muy


segura de saber manejar la situación con el mecánico, no
podía permitirse seguir dándole hilo a esa situación si ya se
había comprometido con Cesar, y él había demostrado con
creces que pasara lo que pasara él siempre iba a estar al
lado de ella, lo de su vida afectiva y sexual con su marido
estaba segura que lo podría superar, ya que no todo en la
vida giraba en torno al sexo, pero mientras más se acercaba
al taller, más nerviosa se iba poniendo ya habían pasado sus
buenos días en que no se veía con el vejete, y cuando ya
sabía que estaba solo a un par de cuadras de llegar al taller,
nuevamente a ella llego esa gratificante sensación de
cosquillas en el estómago, esa mágica sensación de
mariposas.

Estaciono como pudo a las afueras del taller, y una vez que
logro controlar los nervios que apremiaban a su
temperamento con decisión bajo de su camioneta, sabía
que el tramite no debía durar más de 5 a 10 minutos,
saludo con la mano a María, la chica se dio cuenta que
Gabriela venia más seria que nunca, y que paso
directamente hacia el taller, por lo que pensó que tal vez
antes de irse pasaría a saludarla.

La casada camino a paso seguro hacia el interior del taller


hasta que por fin lo vio.

Don Cipriano estaba concentrado revisando el motor de un


vehículo, había decidido esperar hasta un día más y si la
culona de Gabriela no lo llamaba, o no venía como él había
pensado en que lo haría, el mismo iba a ir al departamento
de ella y le haría un escándalo de proporciones si se negaba
a verlo, y justo en el momento en que levanto su vista para
gritar que le trajeran un repuesto su negra mirada se posó
en la imponente imagen de aquella tremenda mujer rubia
que lo miraba seriamente embutida en un vestido azul, que
por más sobrio que fuera este igual le marcaban las
apetitosas curvas de sus carnes, el vejete ya casi estaba
botando espuma por la boca, y una vez repuesto del primer
impacto, se fue enderezando hasta quedar mirándola con
su cínica sonrisa limpiándose sus asquerosas manos en su
overol de trabajo para luego ir acercándose lentamente
hacia donde estaba mirándolo su mujer.
--Jejeje… yo sabía que en cualquier momento te ibas a
parecer por aquí lindura, fue lo primero que le dijo el viejo a
quien aún creía su hembra, mientras la miraba y se la comía
de pies a cabeza,

--Buenos días don Cipriano… he venido solo por un par de


minutos… necesito que hablemos…

--Pues no faltaba más mi Reina… pasemos a mi oficina y ahí


podremos hablar todo lo que tú quieras, ni te imaginas
cuanto te he echado de menos preciosura, le decía el vejete
quien no paraba de estar devorándosela con su caliente
mirada, y sin ni siquiera imaginarse a lo que venía su
casada.

Habían pasado casi tres semanas desde la última vez que


habían estado juntos, por lo tanto el viejo ya estaba más
que desesperado por volvérsela a coger sumado a que en
esa oportunidad no había alcanzado a eyacular por haber
sido sorprendidos y descubiertos por el marido de la mujer.
Sus testículos ya estaban que se le reventaban por las ansias
de verter todo su hirviente contenido acumulado al interior
de ese tremendo cuerpazo que nuevamente veía a su
alcance enfundado en un simple vestido azul que
increíblemente ya lo tenían babeando de calentura.

La vio tal cual como era ella con su cara de niña buena y sus
dorados cabellos que ahora los traía semi ondulados, sus
ojos azules intensos, sus voluptuosos labios rojos carmesí, y
esa mirada tan llena de insinuaciones con la que ya estaba
acostumbrado a que ella lo mirara, hasta que la dulce voz
de Gabriela lo sacó de tan agradable estado de calentona
ensoñación,
--No creo que sea necesario ir a su oficina Don, solo nos
tomara 5 minutos, y aquí lo podemos hablar
perfectamente…

--Pus entonces dime nalgona… que es eso tan importante


que tienes que decirme!?. El viejo ya se estaba comenzando
a preocupar y como a su vez a enojar, por el extraño tono
de voz de la rubia, a la vez que recordaba todos los recados
que le envió con el chango.

Gabriela también se dio a estudiarlo por algunos segundos,


ahí estaba el futuro padre de su hijo, un viejo moreno,
canoso y panzón, de más de 50 años, que en esos
momentos estaba todo traspirado y hediondo a grasa,
bencina y a sobacos sin asear, ella ya lo sabía y algo lo
conocía, el vejete era malo para el agua y el jabón, y ahora
después de 15 días se preguntaba qué era lo que tanto le
atraía de este si no tenía ni el más mínimo atractivo físico, y
cuando recordó las medidas vergales que él se gastaba,
decidió ponerle en conocimiento a lo que venía antes de
que fuese demasiado tarde y volviera a cometer otra de sus
idioteces,

--Escúcheme Don… de verdad que le estoy muy agradecida


por las molestias que Usted se tomó para conmigo, mi hijo
y mi departamento, pero después de lo que sucedió en mi
hogar… me di cuenta del error que estábamos
cometiendo…, la rubia medía bien sus palabras para que el
viejo entendiera de una buena vez por todas que lo mejor
para ambos era terminar la relación que había nacido entre
ellos, don Cipriano la escuchaba y por cada palabra que
emitía su casada este más se iba encolerizando, --Por eso
he venido yo misma a pedirle que por favor ya no mande
más a Pablo para que me de sus recados, esto se tiene que
terminar aquí y ahora, termino diciéndole con su cara de
estar muy segura de sus convicciones, el Viejo también la
miraba, hasta que le hablo,

--Así que has venido hasta aquí para solo dedicarte a


decirme todo ese tipo de mamadas!?, en el resquebrajado
pellejo de su cara ya se notaba que el viejo ya estaba más
que enojado, sus ojos se enrojecieron en una forma extraña,
situación que Gabriela noto al instante, así que determino
que tenía que terminar rápido con el asunto.

Desde la entrada del taller María con el Chango no perdían


detalles de lo que estaba ocurriendo al interior de este,
como así mismo los 5 mecánicos que estaban trabajando en
distintos automóviles en reparación se hacían los que
trabajaban pero en realidad estaban escuchando con lujo
de detalles lo que hablaba esa exquisita Diosa con su jefe, y
que esta una vez más se aparecía por esos lares con la
diferencia que ahora si les confirmaba a todos los presentes
que ella de verdad andaba en enredos pasionales con el
afortunado de don Cipriano.

--Si, así como escucha… y no son mamadas como Usted lo


dice, la rubia tomo un poco de aire para luego continuar
diciéndole lo que había decidido, --Don… mi marido me ha
perdonado y yo he aceptado su perdón, como también me
he dado cuenta que lo nuestro no tiene sentido ni futuro…

El viejo mecánico cayendo en un estado total de


enfurecimiento, comenzó casi a bufarle en la misma cara,
--Me importa una verga las mamadas que tu creas o dejes
de creer mi reina!!!… el asunto aquí es que desde hace rato
que tú eres mi mujer!!!… y no estoy dispuesto a tener que…

--Lo siento Don!!..., le corto Gabriela de una, --Esto se acabó


y yo ya no tengo nada más que decirle ni discutir con Usted.

Cuando Gabriela dio media vuelta jurándose que una vez


que saliera del taller nunca más volvería a dar pie para que
el viejo mecánico pudiera tener algo que ver con ella, este
mismo rápidamente le adelanto y se le interpuso en su
camino.

--Es que no es así de tan fácil estúpida…!, no sé qué fue lo


que te dijo ese pendejo del Cesar, pero estoy seguro que tú
no te quieres ir de aquí… Y era verdad, si hubiese sido otro
el momento Gabriela se hubiese arrojado a sus brazos y a
su pecho para aferrase a ese sebiento y obeso cuerpo de
macho mal oliente que a ella tanto le gustaba, pero había
tomado una decisión y por nada del mundo daría pie atrás.

--Por favor Don!, déjeme pasar… mi hijo y mi marido me


esperan en casa!!…

El viejo dándose cuenta que ya todos los mecánicos y


ayudantes del taller estaban pendientes del bochorno que
lo estaba haciendo pasar esa endemoniada rubia que había
llegado con ideas renovadas, quiso insistir una vez más,

--Si te vas preciosura como le haremos con el dinero que


me pasaste!?

--No se preocupe por eso, devuélvamelo cuando Usted


pueda, no hay apuro con eso…
El mecánico poniéndose ya más serio, aunque en su interior
estaba casi enloquecido por el temor de perderla para
siempre, volvió a insistir,

--Estas segura pendeja…!? Aún te recuerdo con la cara de


puta que ponías para decirme que me amabas cuando te
metía la verga!!…

--Estoy segura Don…yo no sabía lo que estaba haciendo…se


lo repito… solo fue un error de mi parte…

--Está bien lindura te dejare ir…, le dijo el vejete finalmente,


--Pero antes me contestaras dos cositas…

--Dígame pero que sea rápido, ya estoy bastante


retrasada…

--Tú me dijiste que me amabas… que hay con eso


preciosura!?,

--Ya se lo dije!! Eran mentiras… solo me deje llevar por la


situación… yo a Usted no lo amo…

A don Cipriano que la sangre ya le estaba hirviendo de


rabia y celos, esto último le cayó un verdadero balde de
agua fría, por lo que le volvió a preguntar, al viejo ya casi se
le veía el fuego de la ira que exhalaba de sus narices y de
sus ojos,

--Te lo vuelvo a repetir… Estas segura de lo que me estás


diciendo!?,

--Si!, estoy segura… yo solo amo a mi esposo y a mi hijo… y


he decidido rehacer mi vida jun…
La casada no alcanzo a terminar lo que le estaba hablando,
solo vio venir la mano empuñada del viejo cuando esta se le
estrello con fuerzas contra uno de sus ojos, haciéndola ver
estrellas como al mismo tiempo quedar tambaleándose
dando la impresión que en cualquier momento ella se iba
de bruces al suelo, rápidamente se llevó una de sus manitas
a su adolorido pómulo el cual lo sentía latir si como este
tuviera un corazón propio, respirando aceleradamente y al
borde del llanto solo pudo expresarle,

--Us…ted no puede… hacerm…

--Si puedo!!! Puta estupidaaaaa!!! Y yo te pego todo lo que


se me de la ganaaaa…!!!!! Bufaba el vejete preso por la
irritación y respirando aceleradamente como un
energúmeno,

El chango por un momento quiso ir en ayuda de la señora


Gabriela pero fue tomado por el brazo por María,

--Déjalos… uno no se tiene que meter en problemas de


pareja, le dijo la chica al peludo muchacho.

Gabriela como pudo se aferró a uno de los gruesos pilares


de cemento que adornaban y eran parte de la estructura del
taller, cuando sintió que era agarrada con fuerzas por un
enloquecido don Cipriano quien la saco casi arrastrándola
hacia afuera de su taller a la vez que este le iba diciendo
cual era ahora la situación entre ellos,

--Así que ahora eres la puta del maricón ese que ni siquiera
te culia como un verdadero hombre…!!?? Pues vete con él
zorra asquerosa, no quiero verte nunca más por aquí rubia
conche tu madreeee!!!, y una vez que ya estuvieron fuera
del Pie Grande el enloquecido viejo la empujo como si
Gabriela fuese una mujerzuela, por lo que la pobre fue a dar
al piso y a los pies de su camioneta.

Las personas que deambulaban por la calle quedaron


mirando la escena muy entretenidos, viendo como botaban
seguramente a una puta desde al interior de un taller, en
aquel sector era normal que este tipo de mujeres fuesen a
ofrecer sus servicios a los distintos talleres que habían por
el sector, y más normal era que las sacaran a patadas por
haber sido sorprendidas robándole dinero a los hombres
que trabajaban en estos, ellos así encasillaban ahora a
Gabriela debido a la situación que se vivía.

El chango y María casi no lo podían creer, con sus ojos casi


salidos para afuera miraban con espanto en lo que había
terminado la pelea de los amantes, --Y ustedes pendejos de
mierda que miran tanto!!, se me fueron los dos para
adentro del taller… ahoraaaa!!!!, les grito el aireado
mecánico, los jóvenes salieron disparados y asustados antes
de que les tocara a ellos también.

El viejo miro por unos segundos como Gabriela aun lloraba


tirada en la acera, y escupiendo hacia un lado de donde él
estaba parado, dio media vuelta para volver hacia el interior
del Pie Grande y con un sonoro portazo se encerró en su
oficina.

María aprovechando ese momento salió corriendo a ver a


su amiga, y una vez que llego a un lado de la camioneta la
vio que Gabriela aún estaba tirada en el suelo llorando
como una Magdalena,
--Tranquila amiga…ya paso…ya pasó todo…, le decía
mientras la ayudaba a ponerse de pie,

Gabriela aun sollozaba y se apoyó en el capo de su


vehículo, su mente era un torbellino de emociones
encontradas, la chica la abrazaba y le sobaba los brazos
como acompañándola en su dolor, pero la verdad era que
María no sabía qué hacer,

--Quieres que hablemos!?, le dijo de pronto para ver si así la


rubia se podía calmar,

--Yooo…. Sniffsss, yooo lo amoooooo!!!!, le dijo finalmente


Gabriela a María, refiriéndose claramente al tío de la
muchacha,

--Entonces ve adentro del taller y diceloooo…! él se enojó


porque tú le dij… la edecán no alcanzó a terminar lo que iba
a decir ya que cuando la casada la miro, fue cuando se dio
cuenta, --Ayyy Gaby…tu ojo…se te puso moradoooo!!, le
dijo con voz de como si ella también se fuera a poner a
llorar, --Espérame aquí… no te vayas para ningún lado…

María camino rápidamente en dirección a la oficina de su


tío, bajándose el ajustado minivestido rojo que se le subía
por cada paso que ella daba, e irrumpió en esta para
increparlo a la misma vez que abría el refrigerador de las
cervezas y sacaba una bolsa con hielo,

--No le da vergüenza… como se le ocurre tratarla de esa


manera…!

--Cállate pendeja entrometida…! tú no te metas, estas son


peleas de grandes!!…
--Ella está llorando allá afuera… así que vaya y pídale
disculpas…!!

--No piensoooo…! además que ella se lo buscooo!!

--Si pero le dejo un ojo moradooo!!!

El viejo se quedó callado y mirando en otra dirección, como


pensando en lo que le decía su sobrina, hasta que le soltó…

--Ella tuvo la culpa…! yo no quería… pero casi me obligo…!!

--Está bien pero Usted no tiene que ser tan bruto… ella aun
esta allá afuera llorando… vaya y pídale disculpas...además
que lo único que me dijo cuándo le hable fue que ella lo
amaba a Usted…

El viejo se le quedó mirando extrañado, hasta que su ya


conocida sonrisa de burla y de triunfo se le volvía a dibujar
entre medio de sus dientes cariados…

--De verdad te dijo eso!!??,

--Si me lo dijo…pero entiéndala Usted también… ella tiene


una familia…

--Presta esa bolsa con hielo y ordéname la oficina…, le dijo


el vejete quien al pararse de su asiento prácticamente le
arrebato la bolsa de las manos, --La iré a buscar…jajajaja!!!!!.

El viejo Cipriano una vez que salió de su taller, la vio que


efectivamente su casada aún estaba sollozando arrimada en
su camioneta con su cabeza apoyada sobre uno de sus
brazos.
Gabriela por su parte si bien en un momento dado había
pensado realmente en irse, después de haber visto al vejete
como un loco y de haber recibido semejante tortazo en
pleno rostro con uno de sus puños, este feroz tratamiento
le habían hecho desistir de su cruzada, no sabía por qué
pero la situación era que algo… un no sé qué en su interior
la detenían pensaba en su mente y entre sollozos, o tal vez
ella de verdad no quería irse, hasta que en su vista y en
forma periférica lo vio aparecer nuevamente y que este se
venía acercando hacia ella, extrañamente no le tenía miedo,
y lo más raro de todo ese momento fue recordar que ella
seguía sintiendo esa rica sensación de cosquillas en el
estómago, esa mágica sensación de mariposas. (Ya sé que
lo expuse hace poco, pero ese era realmente el estado en
que continuaba Gaby).

El vejete nuevamente estaba parado a un lado de ella con


todo su overol de mecánico ennegrecido por las grasas, sin
saber qué hacer ni que decirle dejo en el capo del vehículo
la bolsa que traía en sus manos para luego tomarla por sus
hombros y atraerla hacia su panza y pecho, la casada
aunque un poco reticente solo se fue dejando abrazar hasta
que de pronto ya no aguanto más y ella casi se aferró a la
grotesca humanidad de su macho,

--Yo no quería hacerlo nalgona, pero tú me obligaste con


todas esas mamadas que me dijiste, le decía mientras con
una mano la apretaba contra su pecho y con la otra le hacía
cariño en sus rubios cabellos,

--Solo perdóneme… la verdad es que ya no sé qué hacer mi


Don… sniffs!, le dijo un poco más calmada pero aun
sollozando.
Y lo más extraño de toda esta situación era que Gabriela
solicitaba el perdón del vejete, siendo que solo hace un rato
había sido el quien la había golpeado y hasta la había tirado
al piso cuando la saco del taller, pero a la rubia parecía no
importarle esa situación. La escena continuaba.

--Vamos a mi oficina, y miremos ese ojo, jejeje…

La casada solo se dejó llevar, ahora nuevamente caminaban


abrazados y de vuelta hacia el interior del taller, ante los
desorbitados ojos de todos los mecánicos y con María y el
chango incluidos, el vejete se dio a intentar hacer entrar en
razón a su mujer, aprovechando que la veía recular en sus
pretensiones que antes había mencionado.

--Mira nalgona… acéptalo… este ahora es tu mundo, le dijo


cuándo con una de sus manos le levantaba la cabeza a su
casada, --Deja a ese maricon que tienes por marido y vente
a vivir conmigo, aquí no te faltara nada… este taller ahora es
mío…he logrado que la otra vieja me cediera legalmente
más de la mitad de este y ahora la puedo botar cuando a mí
se me dé la gana. Gabriela escuchaba atentamente lo que el
viejo le estaba diciendo, el mecánico continuaba, --Tú me
podrías ayudar en la administración de este junto a la María,
imagínate a nuestros 4 chamaquitos que tendremos
jugando por los rincones de este taller… tu serias la dueña
de todo esto junto conmigo… vamos que me dices ricura?,

--Ay mi Don de verdad que no sé qué decirle, le decía la


rubia a la vez que se sujetaba la bolsa de hielo en el ojo en
donde había recibido el golpe de su macho…

--Abandona a ese maricon y vente conmigo…


--Es que de verdad no sería capaz de hacerle algo así a
Cesar después de todo lo que él ha hecho por mí,

--No ha hecho nada nalgona… solamente te ha metido


ideas en tu cabecita para que tú no lo dejes y así el no
sentirse más maricon de lo que ya es…como no lo
entiendes?.. Tu destino es quedarte conmigo y ser mi
mujer…

Gabriela cuando le quiso decir algo a su macho se dio


cuenta que todos los ahí presentes estaban al pendiente de
todo lo que su Don le estaba diciendo y de lo que ella
pudiera contestar, por lo que se sintió avergonzada y
prefirió callar por el momento, el mecánico quien se dio
cuenta de esto en el acto la dejo para dirigirse hacia sus
mecánicos,

--Se acabó la función tropa de imbéciles!!, se me fueron


para la casa todos!!!, jajaja!!! Aquí su nueva jefa les acaba de
dar el día libre… así que vamos moviendo esos culos y me
despejan el taller…ahoraaaa!!!.

La rubia veía como los mecánicos rápidamente comenzaron


a guardar las herramientas y casi desaparecieron por obra
de magia,

--Tuuuu… ven acá pendejo!!, le grito don Cipriano a un


joven ayudante de electricista que se había quedado
rezagado, --Quien es esta señora que ves parada al frente
tuyo!??, le dijo apuntándole a Gabriela.

El joven quien no entendía mucho lo que pretendía su jefe,


quiso contestarle de la mejor forma posible,

--Ella...es la señora rubia…mi jefe….


--Te equivocas pedazo de idiota! ella a partir de hoy día es
tu jefa, escuchaste imbécil… es tu patronaaa!!!, así que dale
las gracias por haberte dado la tarde libre, jajajaja!!!!

--Ehhhh gracias mi jefecita… mucha gracias por haberme


dado la tarde libre…, le decía el joven quien a pesar del
inmenso respeto que sentía por su patrón, igual se dio a
mirarle los muslos y recorrer cada centímetro de aquellas
infartantes curvas que se gastaba aquella tremenda hembra
que al parecer desde ese día iba a pasar a ser su jefa, hasta
creyó notar las líneas del elástico de su ropa interior por
debajo del vestido en la altura de sus pronunciadas caderas,
si hasta con la bolsa de hielo en su cara no dejaba de verse
apetecible determinaba el caliente y asustado muchacho.

Gabriela aun con la bolsa de hielo en sus ojos como pudo le


dedico una sonrisa al asustado jovenzuelo.

--Jajajaja así está mejor pedazo de idiota… y ya no me la


mires tanto… ahora lárgate de aquí pajero de mierda, mira
que la señora tiene que recostarse un rato porque está
enferma jajajaja!!!, le dijo el vejete, para luego tomar de un
brazo a Gabriela y meterla al interior de la oficina con cama,
para que ella se recostara en el mugriento catre en que ya
habían cogido en un par de ocasiones.

El mismo mecánico ayudo a la casada a recostarse, mientras


que de un mueble saco unas almohadas todas amarillentas
y rotosas para ubicarlas en la cabeza de su adolorida mujer,
luego hiso lo mismo con una vieja y apolillada frazada, con
esta tapo las piernas de su hembra tal cual como si ella
estuviese enferma en la sala de un hospital, para luego el
tomar una silla y sentarse al frente de su Gaby.
Gabriela estaba confundida, se suponía que ella había ido a
poner un punto final a la relación que ella había mantenido
con el eufórico mecánico, y al parecer este ya daba por
hecho que ella se quedaría con él, y en estos momentos
ganas no le faltaban, lo único que la detenían era saber que
si así lo decidía perdería a Jacobo para siempre, por lo que
intento hacer que el viejo entendiera su difícil posición.

--Don Cipriano…, le dijo desde la cama, --De verdad que no


puedo aceptar su ofrecimiento… por favor entiéndame…, le
dijo ya que se sabía a solas con el viejo. El chango y María
ya se habían apostado en el sector de los portones una vez
que cerraron con candados y vieron que el viejo se metía a
la oficina con cama con Gabriela.

--Yo sé que te gusta la idea de quedarte viviendo conmigo


pendeja… vamos dime que es lo que te detiene?.

Gabriela solo se quedaba mirando hacia al frente de ella, sin


atreverse a decirle a su macho por qué no podía aceptar la
tentadora propuesta que él le estaba haciendo, hasta que
nuevamente la voz del vejete la hacían volver a la realidad.

--A ver…déjame ver ese ojo, le dijo cuándo el mismo se


sentó en el precario lecho y le retiraba la bolsa de su cara,
donde le vio que parte de su pómulo y todo el circulo de su
ojo le había quedado morado (o en tinta no sé cómo se
dice en otros países), --Mmmmm, ya no se hincho y no se
ve tan mal… te duele mucho?,

--Solo un poco Don… no se preocupe… luego se me


pasara…
--Vamos… dime que no volverás a tu casa. Don Cipriano no
hallaba la forma de poder hacerla cambiar de opinión pero
continuaba en su afán de convencerla, --Mira pendeja… yo
no soy bueno para andar diciendo todas esas mamadas que
le gustan a las mujeres que uno les diga… pero si sirve de
algo yo también siento por ti esas pendejadas que a veces
uno escucha en las teleseries… no sé si me entiendes
nalgona, le dijo entre cruzando un brazo por encima de la
casada apoyando su mano en el otro extremo de la cama,
quedando semi inclinado y con su cara frente a frente con
la de ella.

--De verdad…? Es verdad… lo que usted me está diciendo?,


le dijo entrecortadamente una conmocionada Gabita al
haberle entendido perfectamente que lo que le estaba
diciendo el vejete era que él también la amaba a ella…

--Sí, es verdad!! Pero ya déjate de mirarme con cara de


puta, y dime que dejaras al maricon de tu esposo!!!,

--Ay mi Don… de verdad que me gustaría quedarme…pero


no puedo… y que sería de mi Jacobo!?

--Eso tiene solución pendeja… lo podemos recuperar por


los tribunales… solo serán unos días que estarás separada
de él, el viejo cada vez más iba acercando su humanidad a
la de Gaby, ella ya estaba comenzando a respirar
aceleradamente, desde que había entrado a la famosa
oficina, sabia el peligro que corría al interior de esta, pero
aun así ella se había dejado llevar.

Luego de unos minutos en que el viejo no paraba en su


perorata de convencerla de que ella era su mujer y su
hembra en todas sus letras, en donde Gaby solo lo
escuchaba pensando en todo aquello que le ofrecía el
vejete, y envalentonada por aquellos nervios exquisitos que
se le producían en su estómago cada vez que estaba cerca
del vejete, le soltó la pregunta que la atormentaba,

--De verdad que me ayudara a recuperar a Jacobo!?

--Siii nalgona, es más si quieres ahorita mismo parto con el


chango y te lo traemos envuelto en papel de regalo,
jajajaja!!!!

La rubia entre sonriente y preocupada le contesto,

--Gracias Don, pero no sería prudente, solo prométame que


unos días Usted me ayudara a recuperar a mi hijo… le pidió
la rubia totalmente emocionada por la decisión que estaba
tomando en esos momentos…

El viejo le miraba su hermosa cara de hembra asustada con


la que le hacia la solicitud de ayudarla a recuperar a su hijo,
hasta con su ojo morado se veía hermosa y
apeteciblemente tentadora, y el tenerla ahí, a su merced y
sabiendo que ya prácticamente ella misma estaba diciendo
que desde este día dejaba oficialmente a Cesar y a su hogar
y que cambiaba todo eso por quedarse con él, esto no
dejaban de calentarlo hasta la misma insania.

--Prometido Reinita… o sea te quedas…?

Gabriela solamente asintió con su cabeza y mirándolo a sus


negros ojos. Lo había decidido, ella amaba al mecánico y
por lo tanto su deber como hembra era quedarse al lado de
su macho, prefirió no pensar en todas las promesas que le
había hecho a Cesar antes de salir de su casa y daba gracias
a Dios que don Cipriano le haya tenido que pegar para
poderla hacer entender que era a él a quien ella se debía
como mujer, porque si no lo hubiera hecho quizás que
hubiese sido de su vida pensaba en forma más tranquila y
ya entregada a su nueva realidad.

El feliz y eufórico mecánico se levantó como pudo de la


cama y se dirigió al pasillo del taller, para mandarle un
fuerte silbido al chango, quien acudió en el acto para ver
que necesitaba su jefe…

--Mande mi jefe, en que le puedo ayudar, le dijo el chango


en forma agitada cuando acudió al llamado,

El viejo bajando el tono de su voz, se dio a explicarle al


chango cual era ahora la situación,

--Ve a buscar la camioneta de Gabriela y métela bien al


fondo del taller…

--Que le paso a la camioneta…hay que hacerle alguna


reparación!?

--Si serás estúpido pendejo…! esa es la camioneta de mi


mujer…!! Y ella desde hoy se viene oficialmente a vivir
conmigo, así que mucho más respeto con ella pedazo de
idiota, jajajaja!!!! Lo último, te me quedaras a esperar que
vengan a buscar la Santa Fe blanca que ya está reparada,
María sabe lo que hay que cobrar, vendrán bien tarde así
que ninguno de los dos se me mueven de la entrada del
taller, ya que yo estaré ocupado aquí adentro con mi
mujer… me entiendes pendejo!?... y nada de andar mirando
por detrás de las paredes, dile a María que saque dinero de
la caja chica y pídanse unas pizzas con Coca-Cola, para que
no se aburran, jajajaja!!! Que yo tengo para hasta bien tarde
aquí adentro, después que entreguen la camioneta dejan
todo bien cerrado y se me largan, estas claro pendejo…

--Si mi jefe y no se preocupe… nosotros nos encargamos de


todo… Como está la señora de su ojo!?

--Bien pendejo… gracias por la preocupación pero ya está


bien…tu ahora solo has lo que te pedí.

El vejete una vez que despacho al chango a sus quehaceres,


cerró la puerta de la oficina con cama, poniéndole un
grueso fierro como tranca, la rubia ya estaba más que
nerviosa, mientras esperaba a su nuevo hombre ella se
había sentado en la cama, a pesar de estar ya entregada a la
situación pensaba que con el viejo se irían a otro lugar,
además que estaba tan nerviosa por lo que podría estar
pensando Cesar a esta hora, que casi ni se le había ocurrido
la idea que don Cipriano iba a querer cogérsela al instante,
pero cuando lo vio venir acercándose a ella y bajándose el
overol, se dio cuenta que el viejo quería tomar cuanto antes
lo que desde este día solo le pertenecía a él.

Gabriela intento por algún medio evitar tener que


entregarse por lo menos por ahora, había sido un día muy
extraño, con muchas ideas y emociones encontradas, si bien
se sentía muy bien al lado del mecánico, a pesar de ello no
se sentía con ganas de tener sexo, la imagen de Jacobo y
con Cesar llorando ambos no la dejaban tranquila.

Cuando lo vio pararse justo al frente de ella con la


verdadera intención de sacar su verga delante de sus ojos le
solicito,
--Por favor Don… no me mal entienda pero por ahora estoy
muy preocupada por mi hijo y por lo que pueda estar
pensando mi marido,

--Error mi Reina, le contesto el vejete, --Tu ya no tienes


marido… solo tienes un pelele que a estas horas aun te
debe estar esperando como los imbéciles jajajaja, le decía
mientras se sacaba la sebienta polera musculosa que usaba
debajo del overol…

--Es que por ahora… no tengo ganas de hacerlo… por favor


entiéndame… mi hijo me debe estar echando de menos… y
yo….

--Pues eso tenías que haberlo pensado antes lindura!, le


corto el mecánico que mientras la rubia más le hablaba de
Cesar y de su hijo el más se calentaba y se prendía con unas
inmensas ganas de follarsela a la par en que ella pensaba en
la familia que acababa de abandonar. --Desde hoy eres mi
putita personal pendeja, le decía a la vez que terminaba de
bajarse por completo el overol de trabajo, para luego sacar
su semi erecta verga al frente de los húmedos ojos de
Gabriela…

--Don si quiere lo hacemos a la noche pero por ahora de


verdad que estoy muy preocupada por mi familia, le decía
mirándolo hacia arriba y como también de vez en cuando
desviaba su azulada mirada a ese tremendo colgajo de
carne que ya casi le rozaba la nariz y los labios a medida
que ella le hablaba,

--Tú ya no tienes familia culona, jajajaja tu verdadera familia


ahora soy yo y mi amiguito que tienes en estos momentos
al frente de tu cara… vamos no seas malita rubita y pégale
una probadita, le pedía mientras que ahora ya se había
agarrado su verga y le paseaba el glande por sus mejillas y
sus labios cerrados.

La rubia quien al sentir el tibio contacto de la gruesa


herramienta de carne del vejete en su rostro, cerró sus ojos,
a la vez que también sentía ese fuerte olor a verga que
tanto la enloquecían. Ella en parte quería hacer sentir bien
al viejo, pero estaba tan destrozada emocionalmente que
no sabía si podría hacerlo de la forma que le gustaba a su
macho, quien en estos momentos se la paseaba por toda su
cara incluso por el pómulo que tenía morado, a estas
alturas ya se lo sentía duro, y ya casi no tenía palabras para
seguir oponiéndose a lo que su hombre deseaba, en esto el
vejete tomo una de sus manitas y la puso en la verga para
que ella viera y sintiera lo que se estaba perdiendo.

Gabriela quien aún no se podía concentrar al tener en su


mente la tierna imagen de su nenuco, y el patético recuerdo
de ver a Cesar llorando y rogándole que no lo abandonara,
igual no se aguantó las ganas de ella sola subir su otra
manita para quedar apretándole la verga al mecánico ahora
con sus dos manos, se la sentía como a ella le gustaba:
caliente, gruesa y aceitosa, le agradaba sentir que apenas lo
podía circundar con sus manos,

--Don… de verdad que no podré hacerlo como a Usted le


gusta, le decía mientras que no se daba cuenta que ella
solita había comenzado a deslizar y recorrer con sus manos
de arriba abajo, la sentía que estaba súper dura y muy
venosa.

--Si podrás mamita, vamos pruébala con tu boquita solo un


ratito y veras que aun en ese estado tú te la puedes con mi
verga, jajajaja!!!, le decía mientras que el mismo le paseaba
la punta de la tranca por todos los contornos de sus labios,

--Es que no sé si me pueda concentrar… Don de verdad que


estoy pfreofcufpadaf pforf mfif
famfiflifarfff…srppsss!…srrsp!!..srpsssss!!!, el miserable viejo
no respetando su dolido estado emotivo, y en el momento
en que ella le decía lo muy preocupada que estaba por la
situación que pudiese estar ocurriendo en su hogar,
aprovecho el instante en que ella modulaba con sus labios
para poco a poco ir metiéndosela en la boca hasta dejarla
mamándole la verga como él desde hace rato lo quería.

--Srrrppssss! Srppssssss!! Srpsssssss!!! Srppssssss!!!!,

--Eso pendeja chúpale la tranca a tu macho, jajajaja!!!!, le


decía mientras que con sus dos manazas tenía agarrada a la
rubia desde la nuca empujándole su cabeza hacia adelante
y hacia atrás para que ella cada vez fuera profundizando
más en las chupadas de verga.

--Srrrppssss! Srppssssss!! Srpsssssss!!! Srppssssss!!!!


Srrrppppsssssss!!!!!, era lo único que se sentía por respuesta
al interior de la habitación.

Mientras la rubia seguía mamándole la verga al mecánico


con sus ojos bañados en lágrimas instintivamente abría
más la boca como a su vez apretaba con fruición sus labios
alrededor de la tranca, sintió como toda esa carne salada y
pulsante se ponía cada vez más dura entre sus labios.

El mecánico por su parte le marcaba los movimientos de


mamada con las manos empuñadas en sus rubios cabellos,
notando como ahora ella ya estaba comenzando a
obedecer, se decía relamiéndose los labios.

Luego de unos minutos en donde Gaby al parecer ya había


superado sus traumas, el viejo le tomo una mano y se la
llevó a sus testículos, ella una vez más y nuevamente
complaciente obedeció y comenzó a sobárselos. Todo
parecía que ya le estaba comenzando a gustar lo que
sucedía, el viejo con cara de caliente y pervertido comenzó
a acariciarle la cabeza entre metiendo sus gruesos y
ennegrecidos dedos de mecánico por entre medio de sus
sedosos cabellos rubios, como si la estuviera acariciando y a
la vez rascándole la cabeza, y ella con este tratamiento
parecía concentrarse cada vez más en su tarea
succionadora.

--Que bien que me chupas la verga Gabrielita jajajaja!!!,


parecía que todas esas pendejadas que me decías de tu
familia hubiesen solo sido zorrerías que se te ocurren para
calentarme aún más de lo que ya me tenías reinita, --
Mmmmmmm, que bien que me la mamas perraaaaaa!!, le
decía en tono burlón y sarcástico.

Gabriela no le respondió, solo atinó a mirarlo desde abajo


con sus azules ojos y con la boca rebosante de verga. El
vejete veía como gruesos y llamativos goterones de salivas
y líquidos pre seminales que el derramaba al interior de su
tibia boquita resbalaban por la comisura de sus labios y
caían hasta llegar a su barbilla.

El viejo Cipriano una vez de haber disfrutado de unos


buenos minutos de la tibia lengüita de Gaby, la tomó por
los hombros para separarla de su verga y le ordenó sacarse
la ropa, su vergota estaba completamente parada y
apuntando hacia los cielos, ella volvió a mirarlo desde su
posición, y como suplicándole le dijo que ella aún no estaba
en condiciones de hacerlo como él quería,

--Nooo mi Donnn!, de verdad que no podré hacerlo, ya se


la chupe un buen rato, le juro que para mañana ya no
estaré tan preocupada y lo haremos como a Usted
verdaderamente le gusta,

--Jajajaja… pus hace un ratito no se te notaba lindura, me


estabas chupando la verga como una autentica puta, así
que ya déjate de estupideces y sácate la ropa, jajajajaja!!!, ya
es tarde mi reina, ahora te tienes que comportar como mi
esposa, recuerda que desde hoy yo paso a ser tu marido,
jajajajaja!!!!

Gabriela viendo que el vejete no iba a dar marcha atrás en


sus calientes pretensiones muy reticente se puso de pie
frente a él, y se desnudó lentamente, el viejo se quedó
observándola al mismo tiempo en que se jalaba la tranca,
llegaba a babear viendo como su Diosa al parecer ya se le
iba a entregar como a él le gustaba, le miraba esas
hermosos tetas que eran más grandes de lo normal, pera
para nada grotescas en relación a sus demás atributos,
determinaba que para el imponente cuerpazo que ella se
gastaba estas estaban perfectas.

Luego bajó la mirada hacia las bien marcadas caderas, estas


relucían como si recién hubiesen sido aceitadas, sus carnes
brillaban de una anticipada sudoración que invitaban al
vejete a posar sus manos en ellas para que se las sintiera, el
elástico de sus pequeños calzoncitos negros parecían que
en cualquier momento se cortarían por lo extremadamente
tirantes que se le notaban, el vejete ya no aguantando más
tanta tentación la agarro con fuerzas y la contrajo contra su
pecho para luego comenzar a comérsela por la boca,
besándola y devorándosela como un verdadero
depredador.

El viejo mecánico sintió como Gabriela poco a poco se fue


entregando al ardiente beso que él le estaba pegando,
experimentando como su casada lo intentaba abrazar por la
panza en donde sus manitas apenas alcanzaban a llegar al
nacimiento de sus espaldas. Sentía como aquella boca
deliciosa y femenina se la abrían para él, sentía esa lengüita
fresca y húmeda como se enredaba con la suya por cada
segundo que pasaba.

Mientras continuaban besándose de pie, don Cipriano le fue


acomodando su verga justo al medio de su vagina que aún
se mantenía protegida por una escasa porción de tela con
encajes de sus pantaletas negras, comenzando a puntearla
en esa parte con su ariete de carne arrancándole de su
garganta unos exquisitos gemidos y suspiros de placer
anticipado con los que la rubia combinaba con ligeros
apretones de su manos entre la espalda y la panza peluda
de su macho, a la vez que luego de un rato ella también le
devolvía con su cintura unos tímidos movimientos de
punteo, como si ambos en ese idioma en que ellos ya se
comunicaban, se estuvieran ya casi invitando a acostarse en
el catre que los esperaba a un lado de ellos.

Gabriela mientras los minutos pasaban cada vez se sentía


más segura del hombre por el cual ella había apostado, y se
lo demostraba a él ahora moviéndose más notoriamente, le
restregaba su pelvis enfundada en tela negra contra esa
poderosa estaca que a ella le daba la impresión de estar
hecha de acero forjado por lo dura y caliente que se la
sentía, eran increíbles las sensaciones que experimentaba
con solo estar refregándose un poquito con ella, su tajo
poco a poco se iba encharcando y la rubia ya se sentía tan
caliente que no quería que por nada del mundo se acabara
esa exquisita sensación de éxtasis que ya la embargaban, de
su mente poco a poco y en forma paulatina iban
desapareciendo las imágenes de su hijo y de su marido,
recordó que este no tenía ni la menor idea de cómo llegar
al taller de su Don, esto la tranquilizo y supo que ya no
tenia de qué preocuparse al menos por ahora, así que
simplemente se abandonó a su nueva y caliente realidad,

--Ahhhh, mmmssss, mmmssssplsss, se sentían los sonidos


de salivas, labios y lenguas al interior de la oficina con cama,
mientras ambas bocas se devoraban mutuamente, --
Béseme Donnn, abrázameee mas fuerteee comameeee... --
Mmmmssss, mmmssssplsss, le dijo Gabriela a don Cipriano
en un momento de pasión en que se separó de los gruesos
labios de su amante, para luego seguir besándose en forma
más ardiente a medida que avanzaban los segundos…

--Ohhhh, mmmssss, mmmssssplssstss, eres la criatura más


deliciosa que he conocido en mi vida nalgona y ya
quiero acostarme contigo…, le decía el vejete quien también
se separó por unos instantes para hacerle ver cual eran sus
pretensiones, --Deseo culearte como a ti tanto te gusta
pendeja, te juro que si te dejas te voy a partir la zorra a
vergazos hasta hacerte perder el conocimiento de tanta
calentura, jejejeje, para luego darte por el culo hasta
despedazártelo de tal manera que te tendrás que sentar de
lado por lo menos por un mes, --Mmmmssss,
mmmssssplsss, mmmssplstssss, los sonoros besos
continuaban al son de sus movimientos de preámbulo a la
follada que ya se aproximaba.

Mientras el viejo mecánico se la seguía sorbiendo y


comiendo ardientemente por la boca, con una

mano se dio a sobarla por el coño, para sentir sus suaves


pelitos dorados que ahí estaban escasos, sedosos e intactos,
tal como él los había dejado solo hace algún tiempo, y con
la otra le apretaba y recorría ese culo duro y voluptuoso
que él tanto deseaba y que ya estaba pensando en
perforarlo y partirlo en dos.

Gabriela por su parte se estaba calentando cada vez más, su


respiración y sus meneos de caderas aumentaban de la
misma forma en como lo hacía el mecánico contra su
propia persona, con una manita le acariciaba los pelos
canosos de su pecho y con la otra le había agarrado la
verga al viejo y ella misma se la paseaba por toda su ranura,

--Ay mi Donnn, me gusta tanto estar así con Ud. que creo
que me está volviendo locaaaa…

--Tú también estas muy rica putita, Mmmmm... Te voy a


hacer sentir el cielo cuando te meta la verga en lo más
profundo de tu coñoooooo, al decirle esto último de un
solo y fuerte jalón le arrebato sus calzoncitos negros
dejándola en completo estado de desnudez…

Se tiraron en el catre como unos verdaderos desesperados,


el mecánico una vez arriba de ella se dio a devorarles esas
tetas duras y húmedas, recorría con su mal oliente lengua
sus pezones y le daba leves mordiscos que a Gaby le
producían gritos de placer.
--Te voy a culiar bien duro pendejaaaaaa!, le decía con cara
de degenerado, mientras ya le paseaba la cabeza de su
verga justo en la entrada de su tajo carnal,

Gabriela que ya estaba tan caliente como su macho solo se


abrió de muslos lo que más le permitió su cuerpo, y se dio a
decirle lo que ella pensaba de toda esa situación,

--Si Papi… culeameeee…!! culeameeeee todo lo que


quieras…!!! ahhhhhh que rico mi vidaaaaa!!!, Dios que forma
de calentarme con Usted Donnnn!!!

--Jajajaja…!! Siempre lo supe culonaaa!! Eres una verdadera


putita y te voy a tratar como tal… lo quieres!?

--Si Neneee… lo quiero… de verdad que lo quiero… ahora


soy solo tuya y de nadie más… solo soy tu putaaaa… vamos
Cipriano… qué esperas métemela de una buena vez mi
amor…

--Tranquila perraaaa… lo hare… pero antes dimeeee, a quien


prefieres mas!? Al maricon de tu marido y a tu familia? O a
mí y a mi amiguitooo??, le dijo esto último dándole unos
sonoros vergasos que chapotearon en la vagina de la
rubia…

Gabriela quien estaba totalmente caliente y perdida en


aquella lujuriosa pregunta contesto en forma
automáticamente con la zorra y no con la mente,

--Lo prefiero a Usted… de verdad que lo prefiero a Usted y


a su amiguitoooo… por favor Nene métemela… fueron
muchos días y estoy con tantas ganas…, le pedía la perdida
casada a su nueva pareja,
--Quiero escucharlo completo… vamos dilo nuevamente
que me prefieres a mí y a mi verga, que al maricon de tu
marido y a tu propia familia… pero quiero escuchar la frase
completa, jejeje…

Gabriela cerrando sus ojos y concentrada en la inmensa


calentura que le provocaban las inauditas salidas que se le
ocurrían al viejo para calentarla, solo se lo dijo deleitándose
morbosamente ella misma por las insólitas palabras que
estaba dejando salir de sus labios entre cortadamente,

--Si… Donnn… lo prefiero a Usted… y a su verga… que al


maricon de… mi marido… y que a mi… propia familiaa…
Ohhhhh!... Diossss…!! Diosssss!!!, exclamo finalmente al
sentir una rica explosión de jugos dentro de su vagina ante
la blasfemia que el vejete le había hecho repetir,

--Pues estamos a mano rubita yo también te preferí a ti que


a la vieja fea que tenía por esposa, le decía el vejete
mientras la contemplaba tirada en el catre con sus cabellos
rubios desordenados y con un ojo morado producto del
puñete que le había dado el mismo solo hace unos
momentos atrás.

Don Cipriano sabía que tenía todo el tiempo del mundo,


veía que la casada continuaba con sus muslos bien abiertos
deseando su verga gruesa y grande dentro de ella, pero que
vagina tan perfecta se decía para el mismo, esta olía
delicioso y le bajaron unas ganas tremendas de culearla de
una y sin contemplaciones, pero antes quiso probar con su
boca lo que aquella tremenda mujer de 26 años tenía como
parte principal dentro de su loable belleza, por lo que se
agacho y con su lengua se zampo y lamio toda aquella
entrada vaginal que estaba chorreando y exudando jugos
con los cuales le demostraba a su macho lo tan
desesperada y caliente que estaba ella porque se la
cogieran rico y lo antes posible.

--Aaaaah!, aahhhh!!, ahhhhh!!, uuyyy!!... Neneeee que


ricoooo me la chupassss!! sigue ahh!!, sí…! me gustaaaa…!!
El viejo seguía lamiendo y comiéndosela como un
verdadero animal, --Ahhhhh, uyyyyy, por Diossss, Diosssss!!!
Chúpemela así, me gustaaaaaa, ummm…!!!! Me vengo
Neneeeee me corro en tu boca Bebeeeeeee!!!!
Ahhhhhhhhhh!!!!!! Ricooooooooo!!!!! Ricoooooo!!!!
Ricooo!!! Ric… Gabriela no aguanto más de tres minutos en
que le estaban chupando la vagina, habían sido tantos días
de contención, que ya estas alturas estaba hirviendo de
calentura acumulada, por lo que al sentir la rasposa lengua
del mecánico comiéndole su alcancía vaginal, no se aguantó
y se mandó un fabuloso orgasmo en la misma bocata del
viejo que se la estaba comiendo.

La casada se estaba yendo cortada en las mismas fauces


devoradoras de su macho, y el inmenso placer que ella
obtuvo ante tal genial orgasmo se lo agradeció soltándole
por el coño una tremenda cantidad de jugos vaginales en el
mismo paladar del insaciable y glotón mecánico.

Un minuto antes de que Gabriela llegara al orgasmo el


vejete seguía en su labor lamedora, su intención era una
sola quería que su rubia se fuera cortada en su misma boca
para el sorberse todo ese néctar que ella le soltaría por la
zorra, y sabía que para esto faltaba muy poco ya que
Gabriela se había aferrado con sus dos manos a sus
enmarañados pelos canosos y prácticamente era ella quien
ahora se estaba culeando con su tajo de carne la boca del
mecánico quien estaba en el mismísimo cielo, este sintió
que la fragancia de aquella dorada hendidura que le
estaban refregando en la boca fue la culpable de una de las
erecciones más soberbias y salvajes de su vida, a la vez que
paseaba sus gruesos labios por toda aquella ranura jugosa,
también aprovechaba de penetrarla con la lengua.

Gaby lo seguía tomando de la cabeza y la apretaba


desbocada contra su coño casi no permitiéndole respirar,
haciéndole notar con esto que ya estaba en el momento
mágico de un orgasmo que solo él le hacía sentir.

El viejo al darse cuenta que su casada se estaba


orgasmeando de lo lindo sintió en sus propias narices su
olor a hembra que expelía desde su vagina, paladeaba su
auténtico sabor a mujer que ya le resultaban hipnóticos,
comió tanto coño como nunca antes había comido, su
fragancia a vagina era adictiva, hasta que ahora veía como
su hembra se estaba corriendo como una mal nacida y la
soltada de jugos femeninos que le estaba mandando en
plena bocota eran más que cuantiosos, fue un verdadero
aluvión de líquidos y jugos calientes que la rubia le soltó
por la concha, sus escasos pendejitos rubios y crespos
estaban mojados y pegados contra su piel pélvica, la parte
interna de sus muslos brillaban del almíbar derramado, el
feliz vejete ya tenía la mandíbula desencajada pero seguía
comiendo coño como desesperado, chupando y lamiendo
su pequeño y durito clítoris, sintiendo como después de su
primera corrida los orgasmos sobrevenían continuos, la veía
como estiraba sus hermosas piernas para luego encogerlas
con ahínco y placentera desesperación apretando su
canosa cabeza contra su entrada sagrada, y que ella gemía
profundo y ronco anunciando y proclamando su corrida, el
mecánico se bebió un torrente de zumo de coño que
degusto con un ansia y un placer que nunca antes había
experimentado.

Ambos se incorporaron en el catre quedando frente a frente


y se besaron con autentico amor, o con auténtica calentura,
a estas alturas ya no se ni yo mismo como definir lo que
sentían uno por el otro, los ojos azules de Gabriela brillaban
delatando los efectos de su placer y le sonreía a su macho,
este la veía hermosa con su pómulo amoratado, deseable,
era una verdadera Diosa nórdica la que se había
conseguido para él solo, y ya sabía que podía culearla todas
las veces que él lo quisiera, y hasta pegarle si es que era
necesario por si se le ocurrían mamadas en las que él no
estuviera de acuerdo.

--Te gustó culona…? te gusto la forma en que te comí la


zorraaaa!? Jajajaja!!!!

--Si Nene… me encantó… me la chupaste muy ricooo, y a


Ud… le gusto?, le consulto algo cohibida y un poco
avergonzada de saber que cuando ella se orgasmeaba era
como si otra mujer o más bien dicho como si una verdadera
puta se apoderara de su cuerpo y mente,

--Siiii…muchooo y no te preocupes rubia… a mí me encanta


beberme tus meados, jajajaja… Llegaste a tu primer
orgasmo de la tarde putita, y aún es muy temprano… recién
estamos empezando, jejeje…

--Ayyy don no diga eso que me avergüenza…


--Pus es la purita y santa verdad… me encantaría que me
avisaras por si te dan ganas de mear para que lo hagas en
mi boca, jejejeje…

--Eso sí que no lo creo Donnn…! como se le ocurre que yo


le haría algo así… de verdad que no podría…!!

--No te preocupes pendeja te lo pediré cuando estés bien


recaliente, jajajaja en ese estado no me niegas nada, jajajaja,
por ahora te aviso que vas a tener más encanto, te voy a
follar delicioso a ver si ahí te bajan las ganas de mearte,
jajajaja!!!!

Con todo el grueso calibre de la conversación y las


inmorales ocurrencias que se le ocurrían al mecánico, la ex
Casada ya estaba más que ardiente, el solo imaginarse a ella
en cuclillas y abierta de patas meándole en la cara a don
Cipriano casi la noquearon de calentura, pero pensaba en
que ella por muy adultera e infiel que haya sido en su
matrimonio, por nada del mundo haría algo así, pero a
pesar de estos pensamientos en forma casi automática le
pidió a su macho que se la cogiera,

--Ahora sí que me lo va a hacer Donnnn!!??

--Si pendeja… ahora sí que te culio como verdaderamente


hay que culiar a una hembra como tu… ponte en cuatro
patas… no querías follar!?...pues ahora follaremos toda la
tarde como animales calientes, y si nos permiten las fuerzas
continuaremos en la noche, jajajaja…

--Si Bebeee Fóllameee, fóllameeeee todas las veces quieras,


culiame bien culiada… solo quiero esto en mi vida… desde
hoy nos dedicaremos solo a follar mi amorrrr, le decía con
cara de ser una verdadera puta, a la misma vez en que el
viejo se hacía a un lado de su cuerpo para que ella se
pusiera como él le había ordenado.

Una vez que Gabriela se movió en el catre al son de los


sonoros rechinidos de los resortes para ponerse tal como se
la habían pedido, igual se sentía un poco confundida por
todo lo que estaba haciendo, puesto que desde hace rato
debió haber estado en su casa según se lo había prometido
a su ex marido, pero a estas alturas ya había chupado verga
y también se había orgasmeado en la boca de su macho,
como también sabía lo que le iba a suceder ahora porque el
vejete en ese mismo momento con su vergota tan dura
como una piedra se ubicó detrás de ella con la segura
determinación de follársela a como dé lugar, así que no le
quedo más opción que cerrar sus ojos y dejar que el hiciera
lo que quisiera con ella.

Sintió que el viejo acomodo su herramienta de carne justo


al medio de sus dos suaves nalgas comenzando a realizar
una suaves fricciones de verga sobre estas, para luego
inclinarse sobre sus espaldas y pasar sus dos grandes
manos de mecánico y apoderarse de sus pechos por debajo
de su cuerpo,

--Que hermosas tetas tienes nalgona, le exclamaba justo al


lado de su oreja a la vez que le metía su húmeda lengua al
interior de la misma, para comenzar a lamérsela y
humedecer todo ese sector. A la rubia en forma automática
se le erizaron todos los pelos de su cuerpo, y sus carnes se
estremecieron por un exquisito escalofrió, mientras el vejete
lentamente la punteaba por el culo, a la misma vez que
suavemente le apretaba a la par esas preciosas tetas que se
mecían en forma orgullosa al lento vaivén en que este
comenzaba a darle empujones por detrás de su cuerpo.

El mecánico luego de besarla en los labios así mismo como


estaban con Gabriela puesta en 4, y el por detrás de ella, no
tuvo la necesidad ayudarse con las mano para dirigir su
verga a la antojable vagina de su hembra, como si su tranca
fuese un misil tele dirigido esta atino e impacto a la primera
en su objetivo, entrando imponente en un coño
terriblemente cálido, acuoso, apretado y exquisito.

Cuando don Cipriano termino de metérsela en su totalidad,


la rubia suspiro con cierto alivio al sentir su bajo vientre
lleno de carne dura y caliente, para así comenzar ella
misma y con su cintura con un lento y sinuoso movimiento
de follada, estaba en el mismísimo cielo.

Una hora antes en el ex departamento de la rubia.

Cesar recién venia llegando con Jacobo, lo había ido a


buscar al colegio, dejo las llaves en la mesa del comedor y
fue a la habitación matrimonial para ver si Gaby ya había
llegado de hacer ese tan extraño tramite, al percatarse de
que ella aun no llegaba se fue a sentar al living para ver
televisión junto a su hijo mientras esperaban a la dueña de
casa para almorzar los tres juntos y en familia, tal como
habían acordado.

Mientras pasaban los minutos Cesar no dejaba de consultar


su reloj, desde hacía mucho rato que Gabriela debería haber
llegado según lo que habían hablado antes de que ella
saliera, paso una hora de retraso, en que el preocupado
marido decidió dar de almorzar al pequeño, el esperaría a
Gabriela para que almorzaran juntos, seguro que se había
retrasado por el tráfico.

Paso otra hora y el hombre ya estaba casi desesperado, por


cada motor que sentía en los estacionamientos se asomaba
por la ventana para ver si era Gaby, pero nada, o como así
mismo también se asomaba a la puerta del departamento
por cada ruido que escuchaba y que venía desde el pasillo
del piso.

La tarde paso monótona con un Cesar desesperado, quien


mantenía la fe en que su esposa en cualquier momento
aparecería, el pobre aún se negaba a creer que Gabriela
fuese capaz de haberlo engañado para poder escaparse con
su amante.

Hasta que poco a poco se fue convenciendo que su mujer


no ya no iba a llegar al hogar, eran las 6 de la tarde el
ingenuo hombre recién reaccionaba que nuevamente había
sido timado, confirmando así sus más terribles temores, ya
que desde pasadas las dos primeras horas su conciencia le
había avisado que tal vez su mujer ya no iba a volver junto a
ellos.

Habían pasado casi 7 horas desde el horario en que ella


debería haber llegado a la casa, y Cesar psicológicamente
estaba como un loco, ahora pensaba en que la muy astuta
debió haber tenido todo planeado para darse a la fuga con
su amante, pero lo que lo confundía era que ya a estas
horas él había registrado todas las pertenencias de Gabriela
y estas aún estaban en su lugar, el niño ajeno a la
abismante situación que estaba viviendo su progenitor
había gozado toda la tarde viendo la tele sin que nadie lo
molestara.
El dolido esposo buscaba la forma de cómo poder ubicar a
Gabriela para ver qué mierda le estaba ocurriendo
nuevamente, si ella misma se había comprometido a
cambiar, llamaría a la zorra de Lidia de seguro que ella
debía saber algo sobre el amante de su amiga del alma, de
alguna forma le sacaría el secreto.

Una vez de haber marcado el número de celular de su


amiga por lo menos unas 4 veces este siempre conecto la
grabadora, el hombre ya estaba más que desesperado y a
su mente nuevamente llegaron las nítidas imágenes de ver
a su mujer clavada en la verga del despreciable sujeto con
el cual la había sorprendido culiando.

Intento buscar la tarjeta de la consulta médica en donde


trabajaba Lidia, sabía que la tenía guardada en algún lugar
de sus documentos, y cuando pensaba que tal vez a esta
hora aun la podría ubicar en el trabajo sus dedos se
encontraron con lo que menos espero encontrarse y que
había olvidado que tenía en su porta documentos, “Cipriano
Ventura - Mecánico” decía la tarjeta que inconscientemente
había guardado en la ocasión en que la encontró tirada en
el piso de la camioneta de su esposa.

Lentamente y con sus piernas temblando de estupefacción


fue a donde su hijo veía televisión,

--Jacobito, te puedo hacer una pregunta hijo!? El niño


solamente movió su cabecita en señal afirmativa, --
Recuerdas el nombre de ese señor que visitaba a tu mamá
cuando yo no estaba en la casa…?,

--Cual señor?, pregunto el niño sin despegar sus ojitos de la


tele,
Cesar a sabiendas que tendría que dar más especificaciones
para que su hijo recordara la persona por la cual él le estaba
consultando no le quedó más remedio que decirle,

--Tú sabes hijo… es ese señor que tu mami invitaba a


quedarse cuando yo no estaba en la casa…

--Ahí! Si! Si! Si!... lo recuerdo!!… ese es el señor gordo con el


que mi mami se juntaba cuando tú te ibas para el trabajo!!

--Si hijo ese mismo…recuerdas como se llamaba?

--Se llamaba Cipriano…

--Jacobo ve a buscar tu abrigo que vamos a salir…

--Y adonde iremos papi…?

--Iremos a buscar a tu madre y la traeremos de vuelta a su


casa…

--Mi mami esta con el tío Cipriano!?

--No lo sé, pero lo iré a averiguar…

Cesar salió con su pequeño hijo bien tomado de la mano y


se lo fue a dejar a su madre que a regañadientes y por el
profundo amor que sentía por su nieto acepto cuidarlo
mientras el torpe de su hijo salía en busca de la adultera de
su mujer.

Cuando Cesar ya estaba a minutos de tomar el bus que


pasaba por la calle en donde estaba ubicado el famoso
taller con la firme decisión de ir a buscar a su esposa y
convencerla para hacerla regresar, no supo el motivo pero
se vio en la necesidad de llamar a Armando para solicitarle
que lo acompañara, el amigo de juventud tras escuchar los
tristes acontecimientos que embargaban al pobre de Cesar,
solidarizo en la causa y lo paso a buscar, juntos se dieron a
la tarea de ir en busca de la esposa descarriada, aunque
Armando supo al instante que ya la había perdido.

El dolido marido le iba rogando a Dios que ella aun


estuviera en ese lugar esperando que su amante saliera del
trabajo para luego irse a algún motel o quien sabe a dónde,
o quizás ya se habían largado, el pobre lo único que quería
por ahora era poder hablar con ella y hacerle entender que
ellos tres eran una familia, y que con aquel hombre no
lograría nada, e incluso estaba dispuesto hasta volver a
perdonarla de que ella hubiese intentado dejarlo por otro
hombre, en todo esto pensaba esperando el bus, supo que
en 30 minutos más llegarían a su destino.

6 horas antes en el Pie Grande, desde donde habíamos


quedado…

El mecánico luego de besarla en los labios así mismo como


estaban con Gabriela puesta en 4, y el por detrás de ella, no
tuvo la necesidad de ayudarse con las mano para dirigir su
verga a la antojable vagina de su hembra, como si su tranca
fuese un misil tele dirigido esta atino e impacto a la primera
en su objetivo, entrando imponente en un coño
terriblemente cálido, acuoso, apretado y exquisito.

Cuando don Cipriano termino de metérsela en su totalidad,


la rubia suspiro con cierto alivio al sentir su bajo vientre
lleno de carne dura y caliente, para así comenzar ella
misma y con su cintura con un lento y sinuoso movimiento
de follada, estaba en el mismísimo cielo, cerro sus ojos y se
dispuso a pegarse la cacha de su vida junto al hombre que
desde hoy día pasaba a ser su macho en forma oficial, y por
el cual ella había decidido voluntariamente,

--Don Ciprianooo…. Le decía la rubia con sus ojos cerrados


y sintiendo el gratificante empalamiento, que le habían
mandado por la zorra, --Se la siento tan grandeeee… tan
duraaaaaaa… yo también tenía ganasssss, hace más de dos
semanas que no se la probaba… estoy tan calienteeee…! tan
calienteeeee…!! Diossss!!! empiece a moverse Donnnnn!!!, y
era verdad, Gabriela nuevamente estaba hirviendo de
calentura.

El viejo solo la escuchaba con un brillo lujurioso en sus ojos,


estaba atónito escuchando a la rubia como le pedía que se
la follara, viendo y sintiendo en su verga como la rubia se la
succionaba con su coño, como se la enterraba ella misma
en forma despaciosa y profunda, ya que en esos momentos
era Gabriela quien se estaba culeando su verga moviendo
su cintura en forma ricamente pausada hacia atrás hasta
juntar sus rotundas y brillosas nalgas contra su propia pelvis
y haciéndole eróticos círculos con el culazo que se gastaba.

El viejo ubico sus temblorosas y mugrientas manazas en las


tibias carnes de las marcadas caderas de su mujer, sintiendo
él mismo los eróticos movimientos que ella hacía con estas
y que gradualmente ya estaba comenzando a menear en
forma más acelerada.

A estas alturas y con tan enajenante visión el vejete ya


sentía como la sangre le pulsaba por cada centímetro de
sus venas, y que a la vez le rebotaba hasta su verga la cual
se le endurecía y empoderaba cada vez más.
Gabriela quien también sentía el endurecimiento vergal del
mecánico adentro de su vagina solo se mordía los labios,
sintiendo y gozando el poderío masculino que ella se
estaba ensartando prácticamente sola, estaba en esto
cuando sorpresivamente la hembra sintió un grueso dedo
del viejo metérsele por su orificio posterior, situación que
no le asusto para nada, al contrario al sentir la irrupción
dentro de su hoyo solo quebró más su cintura empinando
sus nalgas como una autentica puta a la cual le habían dado
una orden, y don Cipriano ni tonto ni perezoso al verla en
tan enloquecedora posición se la desclavo para volver a
posársela justo en la entrada del nuevo agujero que la rubia
le estaba ofreciendo.

El vejete ya casi infartado de tan caliente que lo tenía su


mujer acomodó entre las prodigiosas nalgas de Gabriela la
enorme punta de su tremenda herramienta, luego
tomándola con sus dos manos de la estrecha cintura cerro
sus ojos con expresión de como si estuviese enojado y fue
introduciendo lentamente su verga en el orificio anal de tan
tremenda Diosa, hasta que su tranca desapareció
totalmente clavándosela hasta el último centímetro...

Gabriela sintió la irrupción desde la punta, casi se desmaya


de placer cuando comprobó en su esfínter el grosor de su
tronco cuando la verga ya iba por la mitad, y casi se meo de
felicidad cuando sintió que las bolas del mecánico toparon
con su panocha, y se sintió aún más hembra todavía en el
momento en que comprobó que se la habían metido por el
culo limpiamente y por completo, dejándosela alojada en lo
más profundo de sus entrañas para que ella misma fuese
quien comenzara a pedirle a gritos a su macho que la
destrozara, que le despedazara el orto vergazo limpio,
--Mmmmmmmm!!!... Ahhhhhhjjjjjjj!!!... me entroooo…
todaaaaaa!!!... queee ricoooooo!!!, gemía Gabriela a la vez
que volteaba su cabeza hacia atrás para intentar ver a su
macho enculador, solo lo vio con sus ojos cerrados y como
se le movían ciertas partes nerviosas de su cuerpo
producto de las fuerzas que estaba conteniendo para
mantenerla enculada…

--Cada vez te entra más fácil culonaaa…!, fue lo único que le


contestó el vejete una vez que abrió sus ojos y la vio
mirándolo con una calentona sonrisa de placer sexual,
mientras él se comenzaba a mover lentamente para sentir al
máximo lo que el culo de su casada le prodigaba a su
vergota.

--Ud. Cree Donnnn…! Ufffff…!! Diossss…!! Diosssss!!!,


exclamo cuando sintió que el viejo comenzaba a culearla
ahora más fuerte y con más vigor, con muchas más fuerzas
de las que ella ya había probado en otras ocasiones en
donde él también la había enculado de la misma forma,

--Si pendejaaa, ahora sí que te voy a partir el culo en


dossss, jajajaja!!! Te aseguro que no podrás cagar por lo
menos en un mes entero…Tomaaaaa!!!, le grito a la misma
vez que le mando una fuerte clavada hacia adelante en
donde casi la levanto ante la bestial acometida que le pego,
gradualmente el rostro de la rubia el cual se había
mantenido sonriente se fue transformando por el de una
verdadera viciosa, sus doradas cejas se enarcaron, y su
boquita se abrió formando una “O”, expresando en forma
inequívoca el tremendo placer anal que el mecánico le
estaba haciendo sentir.
Pronto los dos gemían y jadeaban empujándose uno contra
el otro en un deseo mutuo y salvaje, Gabriela susurraba
ahogadamente…

--Asiiiiiii… asiiiiiiii… muévalaaa, muevalaaaaa mas


fuerteeeee… Que ricoooo…. Asssiii… que verga que tiene
Donnnnn!..., en forma paulatina sus susurros se fueron
transformando en enloquecedores gritos de calentura, --
Asiiii…! culiemeeee!!... culiemeeeeee biennnnn!!!!, encúlame
fuerteeeee!!!!, rómpeme toda por dentro así tal como Usted
lo dijoooo!!!! Que dolorosa que la sientoooo, pero me
gustaaaa…!!! Soy toda suyaaaaaaa!!! Gemía y suspiraba una
y otra vez la excitada casada con su femenina voz
entrecortada mientras ella también le refregaba su culo
contra la obesa cintura de su macho, --Mmmmmfff…!!
Diosss!!! Diosssss!!!! Diossssssssssss!!! .

Ahora se movían cada vez más rápido, Gabriela empezó a


mover su trasero en círculos, de solo imaginarse ella misma
los destrozos que estaría haciendo esa monstruosa verga en
sus entrañas, sufrió un silencioso orgasmo anal que ni
siquiera le dio tiempo para ponerse a gritar, solo lo disfruto
amparada en que otros aún más placenteros que este ya se
le estaban comenzando a anunciar en su sistema nervioso y
neuronal.

--Jajajaja…que caliente que eres puta estúpida… acaso crees


que no me di cuenta que te acabas de correr por el
orto…!!!!, Plaffffffff!!!!!!, el viejo con sus dos manazas le
asesto una doble y feroz nalgada en el culo…

--Siiiiii… mi Donnnn… me acabo de correr por el culooo…


pero sigaaaa… sigaaaaaa encajándomela más fuerteeee, aún
me la puedo para seguir corriéndome con Ustedddd…
Terminando de decir esto último la rubia como pudo
levanto una de sus manos y se mandó ella misma tres
fuertes nalgadas como queriendo darle a entender a su
macho que ella estaba hecha para que la encularan de
aquella forma, --Plafff…! Plafffff…!! Plaffffff!!!, sonaron las
flagelaciones que hacía la misma casada en contra de su
cuerpo…

--Jajajajaja… quien lo iba a decir culonaaa!!??, al parecer te


gusta que te nalgueen cuando estas enculadaaaa!!???, el
viejo manteniéndola bien agarrada de su cintura ahora se
movía más fuerte que antes, estaba empeñado en hacer
que la hembra se volviera a correr por el culo en una forma
más magistral que la anterior

--Me encantaaaaaa!!!, Ufffffff, Donnnnn… sígame clavando


por el hoyoooo que me vuelve locaaaa!!!!, Gabriela también
se movía de la misma forma en que lo hacía su macho, era
increíble ver lo sincronizados que eran ambos para follar sin
perder el ritmo.

--Tú lo pediste zorraaaaa!!! To…maaaaaaaa!!!, el viejo


sudaba como un verdadero animal, se movía como una
bestia metiendo y sacando su verga desde el ya dormido
culo de Gabriela, quien solo se concentraba en la placentera
sensación de tener toda esa gruesa circunferencia de carne
rompiéndole su esfínter…

--Di que me amasssss!!!!!, le exigía el vejete al son de sus


movimientos…

--Siiiiii… Donnnn… yo solo lo amo a Usteddddddd!!!!


--Jajajajaja Gracias yeguaaaaa…!!!, don Cipriano sin dejar de
clavarla y tomando fuerzas con una de sus manos se dio a
agradecerle asestándole una fuertes y sonaras nalgadas por
ambos lados del culo, estas fueron interminables, la rubia ya
era inconsciente que hasta se babeaba sintiendo el inmenso
placer que le causaban los dolorosos palmetazos en que
estaban lacerándole sus hermosas y brillantes nalgas,

--Esto es lo que te mereces por ser tan puta para tus cosas,
--Plafffffff…!! Plafffffff…!!! Plafffffff…!!!! Plafffffff…!!!!!!
Plafffffff…!!!!!!, retumbaban las manazas del mecánico en el
suave y tibio culo de Gabriela, quien las recibía casi en
forma emocionada de saber que era su real y único macho
quien la castigaba de esa bestial forma…, --Jajajaja… te
gusta que te nalgueen putaaaaa!!???

--Si Neneeeee…sigue nalgueandomeeeee… me lo


merescoooooo por ser tan putaaaaaa para mis
cosasssssss…Ohhhhhh Diossssss Donnnnnnn…pégueme
más fuerteeee… más recioooooo… que me lo
merescooooooo!!!,

--Si tú lo pides ahí te voy nalgonaaaa, --Plafffffff…!!


Plafffffff…!!! –Tomaaaa!!, le gritaba el mecánico, redoblando
las fuerzas e ímpetus en que se la estaba nalgueando y
castigando en forma cruel e inmisericordiosa, sin parar de
ensartarla por el culo en forma animal y profunda, --
Tomaaaaa… Plafffffff…!!!! Plafffffff…!!!!!! Plafffffff…!!!!!!

--Ufffffff…! Uffffff…!! Ufffffffff…!!! Mas fuerteee…!!!! Mas


fuerteeeee…!!!!! Pégueme más fuerteeeeee Donnnnn!!!!!!,
Usted puede pegarme todas las veces que quieraaaaaa!!!!!!!,
se quejaba y le pedía la rubia quien ya sentía que se
desmayaba de tanto dolor en el culo, y en su desequilibrada
mente más se calentaba y enardecía recordando las fuerzas
con que el viejo le había puesto el fuerte puñete en su
rostro.

--Si pendejaaaa… y no te preocupes que desde hoy te


pegareee todo lo que yo quieraaaa, jajajaja!!! Por algo eres
mi yeguaaaaa!!!!

--Siiiiiii…yo soy la yeguaaaaa… soy su yeguaaaaaaaa!!!!,


gritaba la caliente mujer, -- Y Usted es el único con derecho
a pegarme cuando se le ocurraaaaa!!!!!!, la rubia en
agradecimiento por tan salvaje culiada que le estaban
poniendo, cada vez que el Viejo se la metía profundamente
en el culo ella lo recompensaba con una serie de
contracciones anales, haciendo que el mecánico se sintiera
que él y su verga se encontraran en un verdadero paraíso
de placer rectal.

Don Cipriano al escuchar las palabras de la caliente casada,


se preguntaba cómo era posible que esa mujer se calentara
tanto con su verga, a la misma vez que recordó la
oportunidad en que en ese mismo catre en el cual estaban
follando, la había hecho mugir de calentura y se le ocurrió
la genial idea de retractarse y ahora si hacerla y escucharla
relinchar como solo lo hace una verdadera yegua bajo sus
órdenes…

--Vamos putaaaaa… ahora quiero que relinches para mi…


tal como lo hacen las yeguas cuando están calientessss…!!!
Vamos hazlo… relincha para mi Yeguaaaaaaa!!!!!!, le gritaba
a la vez que le dejaba caer su trance lo más adentro que
podía.
Gabriela quien al escuchar la rara solicitud que ahora le
hacia el hombre que la había cambiado también recordó la
vez en que él la había hecho mugir como una verdadera
Vaca, y lo bien que se había sentido en aquella oportunidad
al sentirse meramente un animal, no lo pensó más y
simplemente relincho,

--Ñiiiiiijijiji…! Ñijijijjiiiiiiii…!!, su cara era la de una verdadera


depravada…

--Mas fuerte culonaaa…! vamos relincha como si de verdad


fueses una Yeguaaaaa!!! Jajajajaja!!!!!, el viejo estaba
encantado con todo lo que le estaba haciendo hacer a su
mujer, por lo que redoblo la velocidad en que le metía y la
sacaba la verga de su ano…

--Ñiiiiiijijiji…!! Ñijijijjiiiiiiii…!!!!!

--Mas fuerteeeee mierdaaaaaaaa!!, Plaffffffff…!!!


plaffffffffff…!!!! Plaffffffffffffffff!!!!!..., le asesto otras no
menores nalgadas en el soberbio culazo de Gaby, para que
supiera quien era el jinete y quien era el que mandaba,

--Ñiiiiiijijijiiiiiiiiii…!!!! Ñijijijjiiiiiiii…!!!!!!! --Ñiiiiiijijijiiiiiiiiiiiii…!!!!!!!!


Ñijijijjiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii…!!!!!!!!!!!!

Mientras la rubia totalmente ajena a lo que estaba haciendo


seguía relinchando audiblemente de verdadera calentura
por lo que estaba haciendo, sintiendo las profundas
estocadas de carne y dura y caliente que le metían por el
culo, las dolorosas laceraciones que estaba recibiendo en
sus carnes y el saberse a ella misma relinchando como una
yegua para agradar a un detestable vejete que la había
hecho abandonar a su esposo y a su familia para el poder
follarsela todas las veces que él lo quisiera, todo esto fue
mucho para ya su desequilibrado temperamento de hembra
complaciente, y en el momento en que iba a relinchar con
más fuerzas para agradar a su macho sintió que su cuerpo
ya no daba para más…

--Ñiiiiiijjijijijijiiiiiiiiiiiiiiii…, una verdadera bomba nuclear a


base de DHEA, feromonas, oxitocina, endorfina, y muchas
hormonas más explotaron en el ardiente cerebro de
Gabriela, expandiéndose por todo su sistema nervioso para
luego solo en fracciones de segundos concentrársele en lo
más profundo de su recto y volver a explotar en este
haciendo que la casada perdiera todo sentido de la razón a
causa del tremendo orgasmo que su macho la había hecho
alcanzar, --Ohhhhhhh… Diossssss…!! Qué es esto Dios
miooooooo…!! Donnnnnn… me corrrrrroooooooo por el
culooooooooooo!!!!, la rubia comenzó a mover sus caderas
sin despegarse ni un ápice de la cintura y pelvis del vejete,
con sus ojos bien cerrados se dio a sentir como su cuerpo
se desintegraba, vistosas cantidades de saliva caían de su
boquita abierta, sin parar de menear el culo en formo
circular y haciendo fuerzas hacia atrás, la pobre no se dio ni
cuenta que también acompañando a su orgasmo a la par se
estaba meando a causa de la tremenda y genuina excitación
que estaba sufriendo.

--Esoooooo mueveteeeee yegua de mierdaaaaa!!!!,


Correteeeee, si hasta te estas miandoooo de calentura
putaaaaaa de mierdaaa jajajajaja!!!!!! Clávate el culo en mi
trancaaaaaa potra de mierdaaaa!!!!!,
Meateeeeeeeeeeeee!!!!!, jajajajajaja!!!!!, Don Cipriano la
mantenía agarrada firmemente de sus caderas mientras la
veía retorcerse y corcovear como nunca antes la había visto,
eso sí que era auténtica calentura se decía para el mismo
mientras no se perdía detalles de cómo se meaba y se
retorcía, a la vez que aprovechaba para bombearla
implacablemente una y otra vez con su miembro totalmente
ensartado en el interior de su cuerpo, sus testículos se
bamboleaban hasta chocar ruidosamente contra la dorados
chorros de orina que salían con fuerzas de la misma vagina
de nuestra casada que nuevamente estaba chorreando
líquidos en forma continua y a veces intermitente, a medida
que su vejiga se vaciaba al ritmo de los sendos corrientosos
de placer que Gabriela enloquecedoramente estaba
sintiendo y que poco a poco ya comenzaban a menguar.

Luego de aquel animal orgasmo sufrido por la casada, el


vejete por nada del mundo quiso dejar de espolonearla, así
pasaron unos buenos minutos del bestial enculamiento al
cual estaba siendo sometida la rubia, el catre estaba todo
mojado y goteaba por distintos lados de los líquidos
emanados por la hembra, por lo que el viejo decidió
cambiar de lugar y posición, retiro lentamente su aceitosa
verga desde el orificio anal de de Gaby, y sin que él dijera
una sola palabra y sin que ella pusiera resistencia alguna el
mecánico la fue retirando de la cama, la rubia con su cara
llena de un serio placer solo acataba como la hembra que
era,

--Tírate de espaldas en el suelo y ábrete de patas… te voy


culiar tirada en el piso pero ahora por la zorraaaa!!!, el viejo
también de pie se pajeaba la verga mirándola y
comiéndosela con sus ojos enrojecidos de calentura aun no
saciada y con cara de ser un auténtico pervertido. Gabriela
quien aún seguía en estado de excitación y a sabiendas que
el catre había quedado inutilizable por culpa de ella, solo
obedeció, no importándole nada se acostó en el mugroso
suelo y se abrió de muslos todo lo que pudo para que su
hombre se le montara y tomara lo que ella tenía para él.

El mecánico con la enloquecedora visión que tenía solo a


sus pies se quedó casi sin aliento y sin palabras, no podía
dar crédito a lo que tenía a su disposición, sus ojos y su
mente se le llenaban de mujer, se atosigaba de tanta
hembra que tan solo de verla ahí tirada en el inmundo suelo
de cemento abierta de piernas y totalmente ofrecida se le
volvía más deleitosa y deseable que antes, caía en cuenta
que era la misma hembra rubia inalcanzable que había
conocido solo hace unos cuantos meses, con la diferencia
que ahora la tenía ofrendándosele como sagrado obsequio,
como un premio al que solo él tenía derecho.

La visión de tan tremenda hembra lo turbaban, toda la


situación nuevamente se le volvía deseo y lujuria, no
sintiendo otra cosa que solo unos inmensos deseos de
poseerla, de meterse dentro de ella, de culearla tan
salvajemente como solo a ella le gustaba, de hacerla suya, y
solamente suya, por lo que no pensándolo más se lanzó
como un desesperado a tomar lo que a él le pertenecía,
como pudo se recostó a un lado de ella, para luego
comenzar a acariciarla con ahínco por todas las curvas de su
cuerpo, como también darse a chuparle profundamente las
tetas, y sobajearla por todos los rincones de su cuerpo con
verdadera veneración.

La caliente e insaciable rubia al notar la calentura con que el


vejete le chupaba las tetas y la manoseaba, solo se fue
entregando voluptuosamente al roce de sus cuerpos y a
todo lo que el viejo quisiera hacer con ella, ya que ahora
este nuevamente se le había montado aprovechando que
ella se había mantenido con sus hermosas piernas abiertas
exponiéndole a su caliente mirada todo el esplendor de su
semi abierto tajito de carne rosada, húmedo y deseoso de
verga, mientras ahora sentía como la gruesa lanza de su
macho intentaba abrirse camino por este mismo, ese
pensamiento la calentaron aún más, y tal como lo había
hecho con Cesar solo hace algunos días metió su manita
por entre medio de sus cuerpos hasta lograr tocarla con las
puntas de sus dedos, para luego agarrársela a mano llena
por el tronco y comprobar una vez más que su mano no
alcanzaba a cerrarse alrededor de esa descomunal verga
que ahora tendría para ella solita todos los días y las veces
que ella lo quisiera, un nuevo eléctrico escalofrió la recorrió
por todo su cuerpo.

Fue la misma Gabriela que guiada por su caliente instinto


de hembra reproductora la poso en la misma entrada de su
ranura íntima, diciéndose para sus adentros que esa cosota
ni se le comparaba a la del hombre que ella acababa de
abandonar, esta era sencillamente enormeeeeee!!!

Don Cipriano notando las ganas que tenía su mujer de que


nuevamente se la follara dio un empuje rápido y poderoso
que efectuó haciendo que su herramienta pudiera entrar en
forma íntegra y sin gran esfuerzo, la rubia por su parte al
sentirse otra vez ensartada la hicieron ponerse tan loca de
caliente que le comenzaron a temblar las piernas
nuevamente, a la vez que intentaba abrirse más de lo que
ya estaba, el viejo le asesto otra estocada aún más profunda
e intensa que la anterior haciendo que Gabriela se sintiera
algo sofocada, nunca antes lo había hecho tirada en un
suelo tan mugriento como en el que en estos momentos la
tenían tendida recibiendo pico por la zorra, como así mismo
jamás se había sentido tan acoplada y dependiente de una
verga.

Gabriela se sentía totalmente empalada, y ni siquiera sentía


molestia o dolor alguno en sus espaldas al tener a
semejante animal encima de su cuerpo sin nada que la
protegiera, el cuerpo del mecánico como el de ella estaban
cubiertos de una transpiración resbaladiza, ambos sudaban
y ya se movían en forma enloquecedora, refregándose
mutuamente sin importarles nada, la rubia se azotaba en el
frio y duro suelo de cemento, pero su placer era aún mayor,
ellos habían nacido para coger entre sí, y así lo
demostraban su pene y vagina que se raspaban y
friccionaban haciendo eróticos círculos sin despagarse ni
siquiera un centímetro, el viejo la embestía como un
verdadero animal y a ella le encantaba.

Don Cipriano nuevamente la estaba haciendo suya, a la vez


que le susurraba en sus oídos verdaderas alabanzas hacia su
coño,

--Cómo te estoy gozando putaaaaaa... que delicioso y


cerradito lo tienes, y aun no me la creo que hasta te hayas
meado de calentura hace un rato!!, le murmuraba en uno
de sus oídos, a la misma vez que le metía la lengua en esta,
haciendo que nuevamente la traspirada y ensartada rubia se
calentara aún más de lo que ya estaba, ella solo lo
escuchaba aferrada con sus piernas y brazos a sus anchas
espaldas, moviéndose y meneándose con todas sus fuerzas
a esa colosal verga que no paraban de meterle, y al mismo
compas en que esta la empalaba sin misericordia.
La cacha que se estaban pegando Gabriela y don Cipriano
tirados en el suelo no tenía para cuando acabar, ellos
gozaban culiando de aquella forma que tanto les gustaba,
el viejo ahora se movía más salvajemente, las cuidadas uñas
de Gaby se clavaron en sus espaldas, creía que ahora sí que
la mataban ante esa extraña y deliciosa tortura a la cual la
sometía su mecánico predilecto, pero era eso mismo lo que
ella deseaba, sucumbir bajo esa magnífica verga que se
parecía más bien a la de un caballo que a la de un
hombre!!! Desde las veces anteriores en que ella se había
acostado con el viejo nunca había sentido esas ansias tan
fuertes como ahora, se sentía enloquecida de excitación y
calentura.

El bestial acoplamiento en el suelo seguía con ferocidad, los


amantes continuaban besándose y revolviendo sus lenguas
con frenesí y desesperación, la vagina de Gabriela se
deleitaba succionando y chupando una y otra toda esa
masa de nervios calientes y venosos que le tenían metidos,
todo su ser estaba colmado de esa deliciosa barra de carne,
sentía sus testículos comprimirse en su culo con furia
incontenible, mientras ella respondía meneándose
salvajemente en un continuo subir y bajar de su vagina
resbalándose por aquella gruesa verga de la cual estaba
enamorada, a la vez que también sentía ese indescriptible
vacío cuando el vejete sacaba casi toda su tranca desde el
interior de su zorra, y se sentía morir de placer por la brutal
compresión de carne embutida cuando este se la volvía a
empujar hacia adentro, metiéndosela sin parar hasta que los
labios de su vagina rozaban y sentían los abundantes y
gruesos pendejos negros que adornaban la parte baja de su
tremenda panza cervecera, que contrastaban con su rubio y
casi despoblado bosquecillo de pelitos dorados que
adornaban su pelvis, y que se enredaban endiabladamente
con los ensortijados pelos del hombre.

Consumida por la lujuria del momento y toda mojada por la


traspiración Gabriela estaba totalmente abandonada y sin
recato alguno, tendida en el suelo de espaldas, con las
piernas bien abiertas le ofrecía el camino del desahogo
carnal, su cofre de placeres carnales estaban dispuestos
solo para el hombre viejo y gordo que en esos momentos la
llenaba de verga, ella misma separa sus labios vaginales
para que la irrupción de su macho en su dorada hendidura
fuese más rica y aún más profunda de lo que ya ella lo
sentía.

La extraordinaria sensualidad de Gabriela la hacían ver


como si ella fuese la misma naturaleza hecha hembra para
entregarse a la satisfacción de los deseos lujuriosos de su
macho con increíble deleite, ya no quedaban lugar para
dudas ni nada parecido, ella era de él, le pertenecía en
forma completa, y los hechos hablaban por sí mismos, don
Cipriano la agasajaba con su verga por cada profunda
apuntalada que le metía al interior de su curvilíneo cuerpo,
este entraba triunfal al cálido recinto lubricado de su deseo,
deslizando su tranca por su vagina en forma más
que pasional, de un solo golpe llegaba al máximo que le
permiten los límites de ambos cuerpos, abrazados y
gimiendo se complementaban, las bocas de cada uno de
ellos se escondían en el cuello del otro, entre ellos ya no
habían palabras, solo se daban a sentir el fragor de la
calentura que los consumían a fuego vivo.

Las bellas y suaves piernas de Gabriela casi enlazadas en la


obesa cintura del mecánico le permitían elevar su pelvis,
colaborándole a su macho en una penetración más
profunda e intensa, los movimientos convulsivos, intensos y
caóticos los perdían en los vericuetos de la calentura,
ambos deambulaban en un mundo de la sensualidad y de la
lujuria, perdidos en la nebulosa de la intensidad y de un
estrepitoso bombeo continuado, uno metiendo y la otra
recibiendo, ambos ya se acercaban juntos al momento de la
gloria.

La urgencia de la carne ya se imponía en forma apremiante


y les exigía calmar el fuego que los consumía, Gabriela a
pesar de estar culiando en forma tan ardiente como el
mismo vejete, y que ya mas o menos conocía los
movimientos de su macho presintió que le está llegando el
momento supremo, sabía que estaba solo a segundos de
volver a irse cortada como una verdadera hembra,

--No pareeee… Deleeee… Mas fuerteeeeee… hágamelo


mas firmeeee Donnnnnn… Sigaaa… sigaaa mas
firmeeeeee…!!!!! Acabe adentrooooo…!!!!!! acabaaaa
adentro mío Ciprianoooo… mi amorrrrrr!!!!!

Para el viejo escuchar las apasionadas palabras de su


adorable mujer casada le sonaron como a trompetas de
gloria, era el más maravilloso sonido para sus oídos, era
como entrar al séptimo cielo y tocarlo con sus ennegrecidas
manos de mecánico, y ya no pudo aguantarse más,

--AAAAAArrrgggggggggggggggghhhhhhhhh!!!!!...
Arrrrrrrrrrgggggghhh!!!!!!!!!!, tomaaaaa mi semennnnn
Culonaaaaaa… es todo tuyoooooooooo…!!!!!
Arrrrrgggggghhhhh!!!!!!!, rugía el mecánico cuando sintió
las torrentes cantidades de semen que venían corriendo por
los conductos de su uretra, hasta que salieron disparados
por la punta de esta inundando copiosamente el estómago
de Gaby, ya que la herramienta carnal del vejete le llagaba
hasta la misma altura de su ombligo. La verga escupió 7
chorreadas de semen condensado, espeso e hirviente. La
abundante cantidad de esperma parecía estar en relación
con la proporción de los 14 días de abstinencia del vejete,
había sido una acabada prolongada y efusiva.

La rubia quien sintió el fuerte chorro de líquido caliente que


le estaban depositando con fuerzas y vigor en su útero, solo
dejo caer sus manos a un lado de su cuerpo, abrió todo lo
que pudo sus muslos y enarco su espalda, elevando su
vagina hacia arriba, para que la penetración fuese más
profunda en el momento de la eyaculación, y así se
mantuvo hasta que noto que le habían dado la última gota,
y no contenta con esto cerro sus ojos, se concentró y
contrajo con fuerzas todos sus músculos vaginales,
apretándole la verga con esta para ella ir bajándola y
exprimiéndosela con el fin de retirar ella misma hasta la
última gota de semen que haya podido haber quedado
atrapada adentro del grueso tronco venoso de la tranca que
la hacían sentirse como una verdadera mujer, plena y feliz.

Hasta que una vez ya desclavada quedo tirada y abierta de


piernas con una pequeña sonrisilla de viciosa satisfacción en
su rostro, había quedado rendida y satisfecha sexualmente.

El viejo pasado unos minutos, como pudo se paró y de


detrás de un mueble saco varias cajas de cartón que
estaban desarmadas y las puso en el suelo, en donde invito
a su mujer a que se recostara en ellos, Gabriela quien se
sintió agasajada por la atención de su macho tomo
ubicación en estos, la pobre estaba molida y ahora contaba
con varios moretones en su cuerpo producto de la colosal
cacha que le habían pegado tirada en el suelo de cemento,
el vejete una vez también recostado aun lado de ella la
abrazo contra su pecho y se besaron, lo hacían tal cual
como si ellos estuviesen de luna de miel en la mejor suite
de un lujoso hotel.

Luego de haber descansado por espacio de una hora


aproximadamente, la pareja aun reposaba en silencio, una
innata tranquilidad los embargaba a ambos, al viejo por
saber que ya tenía para el solo a su Diosa, y ella por saberse
y sentirse propiedad única de él. Desnudos y abrazados
tirados sobre unos cartones cada cual pensaba en lo suyo,
don Cipriano acostado de espaldas y con las manos detrás
de su cabeza, con su hembra tirada a un costado de él, las
tetas se comprimían en los pelos canosos del pecho del
vejete, con uno de sus suaves muslos posado sobre la aun
húmeda verga, haciéndole cariño con la yema de sus dedos
en una de sus fofas tetillas, esto a ella le encantaba. Hasta
que fue el vejete quien rompió el silencio,

--Aun estas preocupada nalgona?,

--No Nene… ya no…,

--Porque querías quedarte con el… si ese pendejo no te


llega ni a los talones?

--Solo estaba confundida… yo solo lo amo a Usted?, pero


acuérdese que me prometió que me ayudaría a recuperar a
mi hijo… lo recuerda?

--Si pendeja… no te preocupes se lo quitaremos igual, si no


es por las buenas será por las malas, tú no te preocupes por
eso, déjame esa parte a mi… Gabriela solo lo quedo
mirando con ternura, --Que atento era don Cipriano con
ella, pensaba para sí misma, --Y una cosa más culona!!, no
me hagas nunca más una mamada parecida a la de esta
mañana, yo soy celoso… y si te pillo en algo con tu marido
o con quien sea soy capaz de matarte a palos y a patadas…
escuchasteee?!!!

--No se preocupe Donnn, nunca le haría algo así a Usted…


desde hoy le prometo incondicionalmente serle fiel en
cuerpo y alma… para siempre!!..

Don Cipriano al escuchar a tan hermoso ejemplar de


hembra declararle completa fidelidad con tanto amor y
respeto no se lo podía creer, hasta hace unos meses atrás
que iba a pensar que el destino le escogería a esa bella
mujer casada como su pareja ideal, con la cual compartiría
el resto de su vida y a su vez formaría por primera vez una
real familia.

Ya se imaginaba los rostros estupefactos y de asombro de


las personas que lo conocían cuando vieran a tan hermoso
prototipo femenino caminando a su lado tomada de su
tosca mano, todos aquellos que no le creían cuando él les
contaba de su primera culeada en aquel sucio y burdo hotel
con la bella Gabriela, se tendrían que tragar sus burlas e
ironías y quedarían como unos verdaderos estúpidos.

Del otro lado Gabriela aun respiraba agitada a causa del ya


lejano orgasmo suspirando al vaticinar su nueva vida al lado
de aquel rudo, prepotente y autoritario macho que se había
adueñado de su vida y de su corazón, como le encantaba
esa idílica sensación de mariposas en su vientre cuando el
vejete la miraba directamente a sus azulados ojos, no
recuerda haber sentido esa misma intensidad cuando se
enamoró de Cesar, se sentía completamente débil,
obediente y sumisa ante él.

Pero en ese justo momento al sentir esas acostumbradas


sensaciones en su vientre recordó que hasta ahora no le
había contado a su macho que ya estaba gestando dentro
de ella el fruto de su pecaminoso y adultero amor, con una
hermosa y angelical sonrisa que hizo casi derretirse al
calculador Don Cipriano se propuso a contarle aquella tan
maravillosa noticia que su Don tantas veces le había pedido,
pero fue interrumpida por una expresión que hasta ahora
nunca había escuchado o esperado por parte de él...

--Te amo mi yegua!!! La despampanante rubia no podía


creer lo que su nuevo hombre le acababa de decir, con la
boca abierta y llena de sorprendente felicidad se quedó
mirando a don Cipriano como queriendo creer que no
estaba en un sueño.

--Que me acá...ba de decir?!!!.. Le preguntaba


completamente emocionada esperando volver a oír aquella
romántica frase, en cambio el vejete se sintió un poco
incómodo, era la primera vez en su vida que le decía a una
mujer que la amaba y no quería de ninguna manera perder
la imagen de macho rudo y dominante ante su nueva mujer.

--Pues lo que oíste culona o acaso estas sorda!!! La rubia


con el corazón latiéndole a más de 2000 por hora se
abalanzo hacia su macho para llenarlo de besos y caricias,
se sentía dentro de un hermoso sueño y aun no podía creer
que ese hombre tan rudo y salvaje para sus cosas le había
dicho que la amaba..
--Yo… yo también lo amo Don, eres lo mejor que me ha
pasado en la vida y le agradezco al destino por haberte
chocado el coche cuando nos conocimos... Te amo... Te amo
mi Don...

Don Cipriano estaba que volaba de felicidad al escuchar a


su mujer declararle tanto amor, pero desde ese momento
quería cambiar algunas cosas que ya no le gustaban...

--Mira nalgona ya sé que me amas... Pero desde ahora


quiero que dejes de decirme "mi Don", a partir de ahora soy
tu marido así que me llamaras por mi nombre o lo que más
te guste, pero menos lo que te acabo de decir...
ENTENDIDO!!! Le dijo enérgicamente a la rubia como
tratando de recordarle que él era el que mandaba.

--Si mi amor!, mi bebe!!, mi nene!!, mi tesoro...!!! Los besos


no dejaban de llover en la arrugada y pervertida cara del
vejete quien ocultaba su felicidad y dicha por dentro, pero
en estos momentos quería terminar con aquel romántico
momento e ir a arreglar los asuntos que lo tenían muy
preocupado así que cargando a Gabriela como cual pareja
de recién casados y así desnudos como estaban comenzó a
sacarla de aquella oficina ante la nerviosa rubia que le
preguntaba a donde se dirigían.

--Mira muñeca primero nos daremos una relajante ducha y


luego te dejare para que descanses que yo tengo unos
pequeños asuntos importantísimos que arreglar...

--Pero mi amor, tengo una noticia que darte y te va a


encantar... le decía la rubia muy ilusionada de ver la
expresión de sorpresa en el frio rostro de su macho cuando
se entere de que estaba preñada de él, pero el vejete iba un
poco apurado.

--Eso será para después tetona, porque regresando nos


iremos a tu casa a recoger toda tu ropa y de paso a
Jacobito... NUESTRO HIJO!!! Le enfatizo fuertemente
llenando de ilusión a Gabriela al notar que el vejete también
tenía interés en su vástago y no solo pensaba en ella como
objeto solo para el sexo.

Los incrédulos ojos del Chango y María, no daban crédito a


lo que estaban viendo, solo a unos 10 metros de ellos
vieron salir a don Cipriano completamente desnudo y con
Gabriela también en las mismas condiciones, observaron
que ambos iban sonrientes conversando de algo, no les
importaba que ellos los estuvieran observando, como si
ellos fuesen la viva imagen de Adán y Eva en el jardín del
Edén los vieron desaparecer hacia el sector de los baños en
donde los mecánicos se bañaban antes de salir de su
trabajo,

--Lo veo… y no lo creo, musitaba María observando el


colgajo de carne de su tío, y al desnudo cuerpo de
Gabriela…

--Qué mujer… que mujer…!! Replicaba el chango una y otra


vez, aun sin creer lo que veía, en su estómago sintió el
fuerte codazo que le puso María…

Una vez ya de vuelta en la oficina con cama, el viejo se


vestía ante los azules ojos de su mujer que no podía dejar
de mirarlo y admirar esa tremenda verga ya en estado de
relajo, Gabriela quiso saber adónde se dirigía su macho, al
perecer de ella estaba un poco apurado,
--Y adonde se supone que vas Nene, le consulto la rubia un
poco preocupada, se sentía un poco rara al estar en esas
condiciones al interior del taller de su macho, aún se
encontraba descalza y desnuda apoyada en uno de los
muros de la inmunda habitación…

--Eso a ti no te importa culona, y yo no tengo que porque


darte explicaciones de lo que yo hago, jajaja, pero no te
preocupes solo serán un par de horas, tu espérame aquí
encerrada en nuestro nidito de amor, y no te vistas que
apenas llegue te llenare de verga nuevamente, jajajaja!!!

--Como a qué hora cree Usted que va a estar de regreso…?

--Son recién las 4 de la tarde… estaré de vuelta antes de las


6, solo iré a cerrar un negocio con mi hermano, y con un
amigo… se me había olvidado que teníamos ese acuerdo
para hoy…

--Y qué clase de negocio es ese?, la rubia sentía curiosidad


por los asuntos de su hombre…

--Ya te dije que eso a ti no te importa!!, le bufo el viejo


mirándola con cara de enojado, para luego ir acercándose a
ella para darle conocimiento de cómo era la cosa desde
ahora, --Escúchame bien Yegua… regla número 1 desde hoy
en adelante…”Prohibido andarme preguntando webadas
que a ti no te incumben”… te queda claro putaaa!?

--Jijiji… me queda claro Bebe…pero no tienes que ser tan


enojón para decirme las cosas, prometo no hacer más
preguntas que te incomoden, solo le pido que no me deje
tanto rato sola…
--Así está mejor nalgona, afuera van a estar la María con el
Chango, así que estarás bien, yo voy y vuelvo, si quieres
aprovecha de ordenar un poco, en ese mueble hay ropa de
cama para que la arregles acuérdate que solo hace un rato
te measte, jajajaja. Fue lo último que le dijo el mecánico a
su mujer en el momento que abandono la habitación.

Mientras el vejete ya se ponía en dirección al tugurio de


Felipe, lugar en que se encontraría con don Pedro para
ambos ofrecerle un fin de semana completo con los
pecaminosos cuerpos de 2 hermosas adolescentes de 18
añitos recién cumplidos al viejo asqueroso y amigo de
ambos, recordemos que el viejo Felipe era un poco más
ancho que Don Cipriano, de su misma estatura, pero a
diferencia de él quien pasaba como el típico mexicano con
su tez morena, Don Felipe podía pasar como un auténtico
Africano, con su tez completamente negra, con unos labios
asquerosamente gruesos y aquebrajados y con las cicatrices
en su rostro hechas por un cuchillo, le daban un aspecto
terrorífico.

Gabriela una vez sola en la oficina con cama y después de


haberse duchado junto a su macho, se sentía totalmente
renovada, a minutos le llegaban las aterradoras imágenes
de su abandonado marido, y la de su nenuco, pero estas
eran aplacadas por saberse ya en completa posesión de su
amachado mecánico, se decía que ya no había vuelta atrás,
por lo que decidió poner un poco de orden en la inmunda
habitación en la cual seguramente se la volverían a follar en
un par de horas.

Se vistió con su vestido azul, por alguna extraña razón opto


por no ponerse su ropa interior, está la guardo adentro de
un cajón con herramientas, --total, pensaba para ella sola, --
Apenas llegara su Don se volverían a acostar, se terminaba
diciendo.

Detrás de un mueble encontró una colchoneta aún más


mugrienta como la misma que ella ya había retirado al estar
empapada con su propia orina, se sentido avergonzada de
la forma brutal en que aquel hombre lograba excitarla al
punto de que ella se llegara a mear de calentura casi sin
darse cuenta, estando en estas cavilaciones se dio cuenta
que el nuevo y mugroso colchón tan delgado como el
primero tenía un gran mancha roja oscura al medio de este,
eso parecía ser sangre seca, pensó que quizás alguien había
podido tener una especie de accidente sobre este,
sencillamente lo dio vuelta y asunto terminado, luego les
puso unas desgastadas sabana tiesas y amarillentas, hasta
que el catre nuevamente parecía estar en condiciones
normales.

Estuvo sentada más de una hora a la espera de su macho,


sabía que afuera de aquella tosca oficina con cama estaban
María con el chango, pero le daba vergüenza salir de ella y
que la vieran, sentía una gran necesidad de que su don
Cipriano llegara lo antes posible para ya no sentirse tan
sola.

Hasta que por fin vio abrirse la puerta y que su Don entraba
a la habitación con su grotesca humanidad, el viejo venia de
buen humor, su reunión con don Pedro y don Felipe había
sido un éxito y a pesar de las continuas invitaciones que le
hicieron para que él se quedara bebiendo y parrandeando
con ellos, el prefirió retirarse, lo único que quería al menos
por ahora era estar con su Diosa.
Gabriela lo salió a recibir con deseosa devoción, sin que el
vejete alcanzara a decirle nada se le arrojo a sus brazos para
comenzar a besarlo en forma apasionada,

--Como te fue en tus asuntos bebe?, le consulto la rubia a


su macho con cara de hembra deseosa de verga…

--Excelente pendejaaa!!! Jajaja… el cliente acepto unos


nuevos repuestos que le vamos a proporcionar con mi
hermano, jajajaja!!!! --De verdad, y son de buena calidad
esos repuestos?…, la incauta e inocente rubia estaba
convencida que su macho le hablaba de repuestos
automotrices, además que ella sabía que su Don era un
experto en su negocio…
--Son de lo mejor nalgona, jejeje… pero hemos decidido
con Pedro no llevárselos hasta no pegarles una buena
probada nosotros mismos, jajajaja!!!! A su vez el vejete
sacaba algunas cosas que traía, para ellos, había pasado al
almacén,

--Mi reina aquí traigo unas cositas para que te sirvas, jejeje,
mira galletitas y harta agüita mineral de la que a ti te gusta,
jejeje, te traje de la más heladita para que te me vayas a
recalentar cuando ya estemos cogiendo, jajajaja…

--Ayyy mi nene de verdad graciassss… no tubo para que


molestarse, Gabriela ya no daba más de gozo por lo atento
que se comportaba el mecánico con ella…

--No es molestia cosita rica, jajajaja!!! No sabes de lo


desesperado que estaba por venirme de mi reunión para
pegarte otro par de buenas cogidotas, jajajaja!!! El mecánico
a la misma vez que le decía todo esto otra vez su lujuriosa
mirada se le clavaba en las tetas, y hasta ya se saboreaba el
sabor de aquellas carnes que nuevamente deseaba
paladear, sumado a lo caliente que venía después de tan
extravagante reunión de negocios, en donde el con su
hermano y otro Viejo aún más detestable que ellos
acordaron violar a un par de chamacas de 18 años.

Así hablando de eso y de otros tipos de cosas la nueva


pareja de convivientes se recostó en la cama que la ex
casada había preparado para ellos, decidieron que dejarían
para el siguiente día la visita que juntos le harían a Cesar
para que la rubia sacara sus efectos personales y su ropa, y
ver con quien se quedaría el hijo de la mujer, ya que aquella
tarde y encerrados en la oficina con cama era solo para
ellos dos.
La temperatura poco a poco iba subiendo nuevamente al
interior de aquella inmunda habitación, que en esos
momentos para Gabriela era de lo más romántica, fue ella
quien al darse cuenta que su macho aun tenia fuerzas para
rato y seguir metiéndole verga, fue bajando lentamente
hasta la altura de su verga, con mucha delicadeza le
desabotono el pantalón de mezclilla como así mismo bajo
el cierre de este, y aun estando con su vestido azul puesto
comenzó a lamerle la verga desde los testículos hasta la
punta aceitosa de esta, para darse a pegarle una buena
mamada de verga como solo él se lo merecía, a los pocos
minutos ya se la chupaba como desesperada, y ya
queriendo darle más acción al asunto se arrodillo como
pudo en el catre y comenzó a desabotonar su vestido para
sacárselo, pero apenas estaba comenzando a hacerlo, una
fuerte discusión que venía desde el exterior de la oficina la
interrumpió en la tarea.
Don Cipriano y Gabriela en un momento no supieron de
qué se trataba la situación que acontecía afuera, pero luego
de un rato entendieron los motivos, la fuerte voz de Cesar
exigía que lo llevaran a donde estaba su esposa.

--Es Cesar Donnn!!!, y que vamos a hacer ahora, decía la


muy exaltada rubia intentando de alguna forma
recomponer su vestido…

--Ese pendejo ya me está aburriendo…! ahorita mismo


vamos a zanjar este asunto!!, el viejo como pudo se paró de
la cama, a la vez que tomaba una gruesa llave francesa y se
la echaba al bolsillo trasero de su pantalón, estaba muy
enojado…

--Neneeee… por favor no le vayas a hacer nada malooo…!,


le dijo Gaby a su macho desde el catre en donde se quedó
recostada y temblando de nerviosismo,

--Tu espérame aquí acostada nalgonaaa… este es un asunto


que solo yo debo solucionar, jajajaja!!, y no te preocupes…
solo le daré un escarmiento para que nunca más se le
ocurra poner un solo pie en este taller…en tuuu taller…!!!

La rubia se sentía orgullosa de como su macho se proponía


de poner en su lugar al insistente de Cesar, pero temía que
fuese capaz de hasta matarlo, pero más espantada se puso
cuando recordó que Cesar a pesar de tener la verga chica,
este tenía mejor estado físico que su viejo, y que además
era mucho más joven, eso podrían poner en desventaja a su
verdadero hombre, totalmente nerviosa lo vio salir de la
habitación en forma decidida.

(10 minutos antes)


Armando y Cesar estacionaron en la misma vereda en que
se encontraba ubicado el pie grande, una extraña ansiedad
de querer saber si su esposa realmente se había fugado con
su amante embargaban al esposo, una vez que ya
estuvieron al frente del pesado portón del taller, se dieron
cuenta que este ya estaba cerrado, solo vieron que detrás
de una pequeña reja que la hacía de puerta chica estaba
parada una joven con minifalda, Cesar quiso acercarse a ver
si le podía rescatar algún tipo de información.

Mientras María esperaba al chango que había salido a


comprar cigarrillos, vio que dos hombres de buena
apariencia y bien vestidos se venían acercando al portón,
supuso al instante que una de ellos era el cliente que venía
a buscar la Santa Fe blanca.

Cesar se extrañó que la joven solo al mirarlo le abrió la


puerta del taller,

--Hola soy María, su camioneta ya está lista… pasemos a la


oficina para que me cancelen y para que retire su
comprobante,

A Cesar la situación lo tomo por sorpresa, pero rápidamente


determino que si él quería saber algo de Gabriela lo más
conveniente para él era seguirle la corriente a la
desprevenida joven.

Ingresaron a la oficina, Armando se había quedado en el


pasillo, solo a unos 3 metros de la puerta de la oficina con
cama, claro que esto él no lo sabía.
Cesar veía como la chica ya estaba escribiendo algunos
datos en un libro, sin saber qué hacer y sintiéndose muy
raro solo atino a mirar por la ventana, hasta que sus ojos
observaron que era la misma camioneta de Gabriela la que
estaba estacionada en un rincón del taller, sintió como le
comenzaban a temblar las piernas, y trago saliva, hasta que
por fin pudo pronunciar algunas palabras,

--Necesito hablar con el dueño…

María al escucharlo le contesto algo despreocupada,

--Él no puede atenderlo… está algo ocupado en estos


momentos…

--De quien es esa camioneta que esta al fondo?, le consulto


el nervioso hombre a la joven,

--Cual camioneta?, dijo María levantando su vista


intentando ver a que vehículo se refería el cliente,

--Ahh si, esa camioneta es de una amiga de mi tío… de


hecho él está con ella en estos momentos, la imprudente
chica no teniendo ni la más mínima idea lo que sus palabras
estaban produciendo en el interior del hombre que estaba
parado al frente de ella, continuo… --Ellos están…bueno Ud.
Ya sabe lo que podrían estar haciendo, jijiji…

--Y donde están ellos ahora…!?, Cesar creyó captar al


instante lo que podrían estar haciendo ellos según eran las
palabras de la chica,

--Aquí al ladito… pero no creo que mi tío quiera entregarle


la camioneta personalmente… Ud. Comprenderá…
--Dime… en que parte precisamente están ellos ahora!!??

María noto el brusco cambio en el tono de voz del cliente, y


de pronto en su mente se contestó la razón por la cual
aquel apuesto hombre preguntaba precisamente por la
camioneta de Gabriela, al subir su vista desde donde ella
estaba sentada sus ojos dieron con la brillante argolla de
casado en la mano de Cesar, y al mirarlo a los ojos,
simplemente dijo a forma de pregunta,

--Tu… eres Ce… sar…!!??, Cesar solo afirmo positivamente, --


Ay nooo!!, mira tu esposa no está aquí en estos
momentos…

--Por favor niña… no me mientas, Gabriela tiene una familia,


no seas cómplice de algo que ni ella misma a sabido
dimensionar… tú me dijiste que estaba aquí al lado…

--Noooo…!! no señor me equivoque, ellosss salieron…


además que el taller ya está cerrando…lo mejor es que
Usted se valla ahoritaaaa…

--Nooo!!, no me iré sin mi esposa, y si tu no me quieres


ayudar yo mismo la buscare.

En el momento en que Cesar salía de la oficina el chango


conversaba de vehículos animadamente con Armando,
vieron que el marido engañado se paraba en el pasillo
mirando en todas direcciones intentando adivinar en qué
lugar de aquel sucio taller se podría encontrar su esposa, el
chango fue a consultarle a María que era lo que estaba
pasando, si se suponía que aquel hombre se debía llevar la
Santa Fe,
--Ay chango creo que la cagueeee… ese hombre es Cesar el
marido de Gabriela…, hasta el chango sintió que se cagaba
en los mismos pantalones, al escuchar a María de quien se
trataba esa extraña visita,

--Díganme donde estaaaa!!!, le volvía a preguntar un


eufórico Cesar.

--Chango dile que se vaya…! dile que ya está cerrado y que


nosotros nos tenemos que ir, le decía una angustiada María
a Pablo…

--Señor su esposa no está aquí, además que el taller ya


cerro desde hace ratooo, jejeje, reía en forma nerviosa el
joven mecánico,

--Pero su camioneta está ahí!!!!, les decía Cesar apuntando


al vehículo de su mujer, yo no me iré de aquí hasta que me
digan donde diablos esta mi esposa.

Armando veía con pesadumbre como su amigo


enceguecido por sus celos y por su ego se rebajaba y se
humillaba de esa manera por una mujer la cual ya con toda
seguridad había perdido.

--Ya le dije que ella no está aquí, déjenos su teléfono y le


llamaremos si sabemos algo de ella, volvía a repetir el
chango intentando de alguna forma ese hombre
despechado se fuera del taller, María al ver lo alterado que
estaba Cesar solo se mantenía detrás de las espaldas del
peludo muchacho que la había violado, ella al siguiente día
había terminado su relación con Francisco.

--Ya les dije…!!!, exclamaba Cesar casi desesperado,--Que


de aquí no me mueve nadie hasta que no me digan ad…
--Hasta que te digan queeeee pendejooooo!!!!, fue lo
primero que dijo don Cipriano una vez que abrió la puerta
de la oficina con cama a la misma vez que se subía el cierre
del pantalón demostrándole a todos los presentes lo que él
podría haber estado haciendo al interior de la habitación
antes de salir de ella, Cesar fue el que más puso atención a
esto, otra imagen que difícilmente borraría de su mente.

--Donde esta Gabrielaaaa!!??, le pregunto Cesar al vejete


una vez superada la conmocionante imagen…

--Esta ahí adentro acostada y esperándome… así que si


tienes algo que decirle dímelo a mí… porque ella no quiere
salir, jajajaja estábamos algo ocupados cuando tu llegaste a
armar todo este berrinche, jajajaja!!!!

Cesar no creía nada de lo que ese viejo desgraciado le


decía,

--Yo no tengo nada que decirle a Usted!!, extrañamente


Cesar también se dirigía con respeto a la ordinaria figura de
aquel desalmado viejo, --Así que déjeme pasar para yo
mismo decirle que su familia la espera en casa…

--No pasaras idiotaaaa…! ya te dije que ella no quiere saber


nada de ti, o crees que la tengo raptadaaaa…!?, el vejete
continuo aclarándoles las cosas al infortunado marido, --Tú
fuiste el que no supo atenderla como a una verdadera
mujer se le debe tratar pedazo de idiota, y ya es tarde…!!
hagas lo que hagas ella no se ira de aquí, y sabes porque!?...

La rubia en forma milagrosa hiso su aparición desde


adentro de la habitación para ser ella misma la que le diría a
Cesar cual era la situación del momento…
--Es verdad Cesar… yo no me iré de aquí…!!, le dijo la ex
casada en forma determinante una vez que estuvo afuera
de la oficina con cama.

Su esposo solo se dio a contemplarla, la veía igual de


hermosa cuando la vio salir aquella mañana desde su
departamento, solo que ahora notaba más demacrada por
la expresión de su cara, acompañado que sus rubios
cabellos estaban totalmente desordenados,

--Gabriela… le dijo Cesar con voz suplicante, --Tu deber es


estar junto a tu familia… Cariño sé que toda esta situación
te tiene confundida pero estoy seguro…

--Cesar como no lo entiendessss…!? le decía la rubia


intentando que su ex marido abriera los ojos de una buena
vez por todas…--De verdad que lo intente… pero no
pudeeee…entiéndelo por Diossss!!!

Todos los presentes estaban con la boca abierta por ser


testigos de cómo ese matrimonio se despedazaba antes sus
presencias, el mecánico solamente miraba a Cesar con una
sus más cínicas sonrisas de burla.

El dolido marido cuando se acercó un paso más hacia


donde estaba su esposa claramente noto el pómulo de ella
que se encontraba un poco hinchado y visiblemente
amoratado, la ira le fue subiendo desde los pies hasta su
exaltada mente, rápidamente concluyo que el miserable
hombre se había dado el lujo de hasta pegarle, esto sí que
no se lo aguantaría se dijo para el mismo, automáticamente
cerro unos de sus puños y viendo como el viejo seguía con
su risa sarcástica quiso propinarle el mejor de los puñetes,
pero en el momento en que levanto su puño y ya se
proponía a hacerlo, fue Gabriela quien al notarlo se
interpuso como una fiera entre los dos hombres,
claramente era una autentica hembra defendiendo a su
macho, a la vez que casi le bufo en las narices de Cesar,

--Ni te atrevas a tocarlooo!!!, le gritó en su misma cara,


Cesar quien quedó perplejo ante la fiera reacción de su
esposa para defender ella al hombre con el cual se acostaba
a sus espaldas, solo pudo decirle,

--Pero Gaby…!, si este tipo hasta se atrevió a golpearte…!!


Mira nada mas como te dejo tu ojo!!!, Cesar estaba salido
con todo lo que le estaba ocurriendo…

--Siiii, me pegooo!!!, pero yo tuve la culpaaaa!!!, además


que me lo mereciaaa!!!, él no tiene la culpa de nadaaaa!!!!,
termino aclarándole la rubia su esposo,

--Gabriela tu estas mal…si quieres podemos… En eso estaba


Cesar, intentando aclarar sus ideas y también las de su
esposa, cuando vio que ese tal don Cipriano, hacia a un
lado de ellos a Gabriela con un fuerte manotazo, para el
nuevamente aclararle la situación…

--Como puedes ser tan imbécil pedazo de idiotaaa!!??...,


acaso no te das cuenta que es la misma puta de tu mujer
quien te está mandando a la verga y tú le sigues rogando
como los maricones!!!!, la expresión del vejete era el de ser
un verdadero demonio…

Cesar ya no aguantando más tanta humillación en forma


innata le asesto el mejor de sus puñetes en plena boca de
aquel ordinario mecánico, lamentablemente para Cesar este
ultimo casi ni se inmuto con su golpe, el viejo solo se tocó
la parte de su cara en donde recibió el puñete, para luego
lanzar un escupo con sangre delante de los pies del
alterado marido,

--Jajajaja!!!, Ni para eso tienes fuerzas pendejo… eso era


todo lo que tienes para dar…!?, don Cipriano lentamente se
metió la mano detrás de su pantalón y empuño la llave de
fierro que se había guardado antes de salir, ahora Gabriela
sintiendo una profunda lastima por Cesar y por lo que le
estaba a punto de suceder intercedió por el ante su macho,

--Neneee…! por favor no lo hagas, le pidió arrojándose al


pecho del hombre…

--Es que este pendejo ya me tiene aburridooo…!!!, los ojos


con los que el vejete miraba a Cesar eran de una
endemoniada cólera,

--Hágalo por mi Donnn…!! Pero por favor no le


pegueeee…!!!, le seguía rogando la rubia para que allí no
fuese a suceder alguna desgracia…

--Está bien…!! Pero me lo despachas ahorita mismo…!!!


Accedió el mecánico al ver la forma en que su hembra se lo
solicitaba…

Gabriela girando su cuerpo se dirigió hacia la persona de


Cesar,

--Cesar… por favor solo vete… nuestra relación ya no tiene


sentido…, Gabriela deseaba con todo su ser que Cesar de
una buena vez se marchara, ella aun lo estimaba, y por nada
del mundo quería que su Don se lo fuera a zurrar o hasta
despachar,
--No me iré si tú no te vas conmigo Gabriela… tu eres mi
esposa… y nosotros tenemos una familia que proteger…,
continuaba el porfiado de Cesar,

--No Cesar!!! Yo no me iré contigo, yo ya no tengo una


familia junto a ti… entiéndelo por Diosss!!!

Cesar estaba que se largaba a llorar delante de todos los


presentes, no entendía las salidas palabras de su esposa si
se suponía que todo había mejorado entre ellos, él la había
perdonado, y ella se había comprometido, por más que
buscaba la explicación a todo eso que estaba ocurriendo no
se lo explicaba…

--Pero Gabriela…!, le dijo de un momento a otro y con algo


de fuerzas que logro reunir, --Tú me dijiste que todo esto
había sido un error además que…

--Cesar…, le corto nuevamente Gabriela, --Entiéndelo de


una vez, la rubia ya se estaba comenzando a enojar con el
pesado de su marido, --Yo ya no te amooo!!!, como no lo
vez!!??... yo estoy enamorada de don Ciprianooo!!!, y el
también me amaaa!!!!, lo entiendes o no!!??, Gaby respiraba
aceleradamente intentando que su marido entendiera cual
era la situación.

El marido escuchaba esas extrañas palabras de la dulce


boca de la mujer que había sido su esposa pero aún no se
convencía que todo esto estuviera realmente ocurriendo,

--Nooo… Gabyyy eso no es verdad… tu solo estas


confundidaaa…!
--No estoy confundidaaa!!, yo solo lo amo a él…
entiendelooo Cesar por el amor de Diossss!!!, le volvía a
gritar la rubia…

En el taller solo se escuchaban y retumbaban las palabras


de Gabriela y de Cesar, el chango, María y Armando solo se
daban a escuchar el trágico desenlace de aquella sórdida
situación… la pelea en el matrimonio Guillen continuaba,

--Pero… pero… si hasta habíamos quedado en tener un


hijooo… tú lo dijiste…, Cesar poco a poco sentía que
comenzaba a perder la batalla,

Gabriela se la pensó por unos segundos pero ya no había


más remedio…

--Cesar… ya estoy embarazada…!!, le dijo con seguridad y


mirándolo directamente a sus ojos, para que no le cupieran
dudas a él ni tampoco a los que escuchaban sobre todo a
su macho,

--Que dicesss!?, Cesar cada vez se sentía más débil, ya


sentía unas tremendas ganas de vomitar,

--Lo que acabas de escuchar… ya estoy esperando un hijo…


y lamento decirte que no es hijo tuyo…!! Es hijo de don
Cipriano…!!!, al decir esto la rubia puso atención en la cara
del vejete, que en vez de tener el brillo de la dicha ante tal
mágica noticia, daban la impresión de querer agarrarla y
cogérsela delante de todos los presentes en señal de
felicidad y celebración,

--No… eso no es verdad…, respondió Cesar con voz


quebrada y con sus ojos bañados en lágrimas,
--Si Cesar es verdad, hace por lo menos un mes y medio
que con mi nene estuvimos haciéndole empeño y hasta que
lo logramos… así que entiéndelo de una buena vez… ya no
tienes nada más que hacer aquí… solo vete…

Cesar cayó en un lamentoso estado de angustia, casi


llorando se preguntaba a gritos y recriminaba a Gabriela
con palabras soeces que era lo que había hecho mal,

--Que es lo que hice tan mal puta de mierda… para que me


hayas hecho esto con este hombre tan ordinario… solo
míralo por Diosss!!! Es totalmente vulgar… no nos llega ni a
los talones y tú te atreviste a…

--Cesar te lo digo por última vez…! solo vete…!!, Gabriela ya


estaba más que molesta por las palabras que estaba
usando Cesar para referirse a ella y a su nene…

--Pero dime zorraaaa!!! Que tiene el que no pueda darte


yooo!!??

--De verdad quieres saberlo!!??, le exclamo la rubia quien a


la misma vez lo increpaba, --Pues bien te lo diré… él la tiene
más grandeeee!!!, le soltó la rubia de una y con seguridad,
claramente se refería al tamaño de la verga de ambos
varones…

--Que me estas diciendooo!!??, le preguntaba el


consternado marido,

--Lo que ya te dije, Don Cipriano tiene la verga mucho más


grande que la tuya, y con eso para mí ya es más que
suficiente… te queda claro chiquitoooo, y me ha hecho
sentir como toda una mujer, algo que nunca sentí a tu
lado... eso querías escucharrr??, pues ya lo escuchaste… no
te lo quería decir pero me obligaste… así que por favor ya
veteeee!!!!

Cesar quien se quedó gesticulando y mirando en todas


direcciones pensando en aquellas frías y humillantes
palabras que había escuchado desde los mismos labios de
Gabriela, quien fuera hasta hace poco rato su compañera
para toda la vida, sintió como un fraternal abrazo de su
amigo Armando lo tomaba en clara señal de hacer
abandono de aquel terrible taller mecánico en donde lo
acababan de mandar a la mismísima verga. Destrozado y
humillado solo se dejó llevar, ya estando en la salida del
taller una vez más quiso mirar y convencerse que todo esto
no era verdad, pero sus doloridos ojos vieron nuevamente
la cruda realidad, vio como una mimosa Gabriela ya se
encontraba en los brazos de aquel miserable sujeto, ella le
devolvió la mirada a Cesar con sus azules ojos, y siempre
mirándolo llevó sus labios a los del mecánico, para luego
simplemente cerrarlos y comenzar a besarlo con verdadera
pasión. Cesar se fue destruido.

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Los sucesos que ocurrieron a los meses siguientes


terminaron por confirmar el término total de la relación
conyugal del que había sido un feliz matrimonio.

Gabriela termino por perder definitivamente la custodia de


su pequeño hijo, el cual quedo bajo la responsabilidad de
su abuela paterna, penas para la rubia que se vieron
aplacadas por las tremendas folladas que le ponía el vejete
por las noches para sacarla de su tristeza. De su embarazo
nació un robusto niño moreno, de ojos negros y de rostro
mofletudo, don Cipriano no daba más de gozo, con el
hermoso niño que le había dado su Diosa, ella lo había
parido en la forma normal, nada de operaciones ni cosas
raras, tal como lo había sentenciado el mecánico en su
momento.

Increíblemente los estragos del parto normal ni se notaron


y no dejaron huellas en el curvilíneo cuerpo de Gabriela,
como ya se ha dicho una infinidad de veces, ella era toda
una Diosa, y así lo demostraba después de haber tenido a
su segundo hijo, quedando aún más apetecible que antes.

Cesar después de lo sucedido en el taller tardo meses en


reconocer que la había perdido para siempre, estaba
obsesionado que de alguna forma la podría aun recuperar,
anduvo meses enteros rondando el pie grande en donde
pudo comprobar que la pareja no tenía grandes problemas,
y que poco a poco el taller fructificaba obviamente con la
nueva participación de la rubia en la parte administrativa,
también puso atención que en el primer mes cuando a
Gaby aún no se le notaba su pancita trabajo de edecán
junto a María en donde hubieron ocasiones en que ambas
mujeres tuvieron que usar minúsculos y escandalosos trajes
de baños para atraer a la clientela, el pobre no se explicaba
cómo era que su Gabriela se comportaba en forma tan
desvergonzada en un lugar que solo era rondado por
hombres de baja calaña, y que en su mayoría eran viejos y
ordinarios.

En innumerables ocasiones se negó a firmar el divorcio,


hasta que poco a poco y al haber sido testigo el mismo de
como el cuerpo de su ex esposa soporto el embarazo y el
saber que había dado a luz un hijo varón sano y fuerte,
termino por acceder en firmar los papeles, fue el mismo
quien como al año y medio de su separación hiso los
últimos papeleos para liberarla de una vez por todas y que
ella hiciera lo que quisiera con la nueva vida que llevaba
junto al hombre que aparte de haberle robado a su esposa
se había llevado todos los ahorros económicos de su vida.

Es importante aclarar una extraña situación que se vivió en


el periodo en que Cesar ya tubo los papeles listos y que lo
único que faltaba era la firma de la rubia, queriendo dar por
superada esa sufrida etapa de su vida quiso ser el mismo
quien llevaría los documentos a su ex mujer para que los
firmara, y a la vez desearle que fuera feliz en el destino que
ella había escogido.

Ya hacían meses que Cesar había dejado de rondar el taller,


caminaba nervioso por la vereda en donde estaba aquel
sórdido local de vehículos en donde trabaja Gabriela en
compañía de su nueva pareja, los documentos los llevaba
dentro de una carpeta, quería ver la reacción de Gaby
cuando él le dijera que ya estaba todo en orden y que lo
único que faltaba era su firma, como también pensaba en
conversar con ella, ver si estaba bien, quizás para todo eso
ella no era lo que pensaba al haber optado por ese destino,
y si le daba una mínima luz de esperanza el aún seguía
dispuesto a olvidar todo y llevársela de la ciudad tal cual
como ella se lo había propuesto en la oportunidad en que
la había sorprendido acostada con aquel horrendo
personaje.

Estuvo parado como 10 minutos al frente del taller sin


atreverse a entrar, hasta que sus ojos dieron con el joven
muchacho que trabajaba con el viejo y que había sido
testigo de su desgracia, en forma determinante cruzo la
calle dispuesto a preguntarle por Gabriela.

--Hola… te acuerdas de mí, fue lo primero que le pregunto


Cesar al chango en el momento que este se aprontaba para
subirse a la grúa.

El chango lo reconoció al instante,

--Ehhh si mi jefe claro que lo recuerdo… en que puedo


atenderlo…?. Le consulto el joven con las más buenas
intenciones,

--Necesito hablar con Gaby… sé que ella trabaja aquí con su


nueva pareja… la podrías llamar?, Cesar estaba algo
nervioso, de pronto pensó que había sido una mala idea el
traer el mismo los documentos del divorcio…

El chango por su parte le contesto con la verdad,

--Ella no vino hoy día… llamo que se sentía enferma y que


prefería quedarse en casa…

--No me mientas muchacho, no vengo a encararle ni darle


problemas, solo necesito hacerle entrega de estos
documentos, para que los firme…

--Es que es verdad mi jefe la señora no pudo venir hoy…, le


decía el chango notando que el hombre no le creía, --Mire
aunque no me la crea… pus Ud. Siempre me cayó bien… y
lamento mucho todo lo que le sucedió, pero créame ella
dijo estar enferma y que hoy no venía…

Cesar tras pensarlo por un momento determino que el


muchacho no le mentía, y no tenía sentido que él quisiera
entregarles los papeles en persona, pero no podía llegar y
pasárselos a cualquiera, y como dentro de el ya estaba todo
superado, consulto por el hombre causante de sus
desgracias,

--Y estará don Cipriano?, deseo dejarle esta documentación


con él, son papeles muy importantes…

Cesar ya había dado por superado su traumática


experiencia además que el mismo había constatado muy a
su pesar que a su ex mujer le estaba yendo muy bien en su
nueva vida,

--Pus lamento decirle que él tampoco se encuentra… tuvo


que viajar fuera de la ciudad por dos días, ya que en poco
tiempo abrirán otro taller en asociación con su hermano…

--Ufff…que mal… no tuve suerte en el día que escogí para


venir… crees que tú los podrás guardar y pasárselos a
Gabriela cuando la veas?, Cesar ya pensaba que esa era la
mejor opción, el destino se negaba a que el pudiera tener
un acercamiento con su ex mujer…

--Claro que si mi jefe, yo mismito se los puedo entregar. El


chango se la quedo pensando por un minuto hasta que le
volvió a decir, --Pero si quiere se los puede entregar usted
mismo, ellos solo viven a tres cuadras de aquí, mi jefe se
compró una casa por aquí cerquita, así tiene más control
sobre la chamba…

--De verdad…y me dices que ella está sola…?

--Pus si, si yo mismito fui a dejar esta mañana a mi jefe a la


terminal, y cuando llegue me encontré con la novedad de
que ella estaba enferma y que no vendría, mire aquí está la
dirección, es bastante cerca, en 5 minutos puede llegar y así
le entrega los papeles que le trae, le dijo Pablo una vez que
le entrego la dirección de Gabriela anotada en un papel.

Cesar le dio las gracias al chamaco y ahora más nervioso


que antes se puso en camino a la casa de Gabriela, ansiaba
verla, aunque sea solo para conversar, y si tenía suerte hasta
un café se podría tomar con la rubia sí es que ella se lo
ofrecía.

La vivienda en que vivía la rubia con don Cipriano, no era


modesta como él lo había pensado, tampoco tenía grandes
lujos, pero si se veía bastante cómoda, vio que en su
antejardín estaba estacionada la camioneta de su Gaby, y
que aun lado de esta había estacionada una antigua y
cacharrienta camioneta Ford c-10, supuso que esta era la de
don Cipriano.

Armándose de valor Cesar abrió el mismo la puerta de la


reja del antejardín y se encamino hacia la puerta principal
de la casa, y justo en el momento en que se aprontaba a
tocar el timbre, escucho lo último que en su vida pensó que
iba a escuchar nuevamente, eran gemidos, gemidos
femeninos de placer y de calentura, con los típicos, slaps!
slaps!! slaps!! slaps!!!, típicos sonidos de cuerpos que
chocaban uno contra el otro. Su corazón nuevamente
estaba latiendo a mil, tal cual como la vez en que encontró
a Gabriela con otro hombre.

Pensó que el vejete había tenido algún tipo de problemas y


había postergado su viaje, según le había dicho el
muchacho del taller, vio que la cortina estaba un poco
corrida, con su respiración muy pesada se dispuso a mirar
hacia el interior, por alguna extraña razón quería comprobar
que sus primeras impresiones no estaban equivocadas, y en
efecto sus ojos vieron a Gabriela puesta en 4 patas y
desnuda sobre una raída y rotosa alfombra que adornaba la
sala de estar de su vivienda, mientras que el asqueroso
vejete estaba puesto detrás de su trasero manteniéndola
firmemente agarrada desde sus caderas, y dándole verga
como un mal nacido, los gemidos y gritos que ella hacía ya
los escuchaba claramente:

--Así Donnnn… deme más fuerteee… más firmeeeeee…!!!, o


Diossss! Diosssss!!!

--Te gusta que den por el culo pendejaaaa!!???

--Me encantaaaaa!!!,

--Jajajajaja… ya lo sabía zorraaaaa…! desde la primera vez


que te vi me di cuenta de lo muy buena para la verga que
eras…, jajajajaja!!!!

--Si Donnnn me encanta la vergaaaaa!!!

--Pus apróntate putaaaa…!! Porque luego y muy pronto te


hare putear por las callesss y por las esquinas… jajajaja…!!!
Me harás ganar mucho dinero junto a las otras putas que ya
tengo trabajando para mí, jajajajaja!!!, volvía a reírse antes
las salidas palabrotas en que le ponía en conocimiento de
cómo serían las cosas desde ahora, para luego decirle, --Di
que me amassss putaaaaaa!!!!!, le consultaba el vejete a su
mujer,

--Siiii don Pedrooooo!!!!, yo también lo amo a Ustedddd!!


Ohhhhh Dios… Diosss!!! Que rico como me enculas
Neneeee y que grande la tienessssssss!!!!
Cesar quedo aún más traumado por lo que se estaba
viviendo al interior de la casa de la que había sido su
esposa, se la estaban enculando, algo que él nunca en sus
años de matrimonio había logrado alcanzar, hasta que puso
atención en el nombre del vejete que se la estaba sirviendo
por el culo, no era don Cipriano!!!, como supuso en un
principio, era un tal don Pedro!!!!. Bajo su vista para poder
cerciorarse el mismo a través del ventanal y hasta que lo
vio, este era un viejo aún más ordinario que el primero, que
en su boca no se vislumbraban ningún tipo de dentadura,
era más canoso que el otro y no tan corpulento, y con una
cara de pellejos desgastados, de vicioso y del mal viviente
que no se la ganaba nadie, también tenía una prominente
panza que se le caía y la dejaba descansar en las brillosas
carnes de Gabriela, que en esos momentos recibió una serie
de feroces nalgadas que este le puso al tener semejante
culo a su disposición: Plafff!!, plafffffff!!!, plafffffffffff!!!!,
retumbaban una y otra vez.

Cesar nuevamente con sus ojos llorosos se retiraba


derrotado, pensó que cual sería el significado de aquellos
documentos para Gabriela si se encontraba viviendo en
aquellas condiciones, simplemente se largó y que su
abogado se encargara del trámite.

GABRIELA 10 – 2ª TEMPORADA

Cesar quien se quedó gesticulando y mirando en todas


direcciones pensando y repasando aquellas frías y
humillantes palabras que escuchó desde los mismos labios
de Gabriela, quien fuera hasta hace poco rato su compañera
para toda la vida, sintió como un fraternal abrazo de su
amigo Armando lo tomaba en clara señal de hacer
abandono de aquel terrible taller mecánico en donde lo
acababan de mandar a la mismísima verga.

Destrozado y humillado solo se dejó llevar, ya estando en la


salida del taller una vez más quiso mirar y convencerse que
todo esto no era verdad, pero sus doloridos ojos vieron
nuevamente la cruda realidad, vio como una mimosa
Gabriela ya se encontraba en los brazos de aquel miserable
sujeto, ella le devolvió la mirada a Cesar con sus azules ojos,
y siempre mirándolo llevó sus labios a los del mecánico,
para luego simplemente cerrarlos y comenzar a besarlo con
verdadera pasión.

Cesar se fue destruido.

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Preámbulo

Era viernes y el siniestro de don Pedro tenía su día libre,


para esa misma tarde pensaba darle conocimiento a su
mujer, así se refería el vejete cuando pensaba en la colegiala
que se había encontrado, le diría a ella que para esa noche
debía llevarle a la feria a su amiga, la pendeja rubia y con
cara de viciosa que él había visto aquella lejana noche en
que el abordó a la escultural colegiala detrás del toro
mecánico.

Mientras pensaba en todo esto estacionaba su cacharriento


automóvil a media cuadra del Pie Grande, ya que debía
coordinar también con su hermano tan delicioso asunto a
pesar de ya haberlo hablado telefónicamente.

Aun no era medio día, y el viejo ni se imaginaba la


traumática experiencia que estaba solo a segundos de vivir.
Una vez fuera del carro se encamino por la angosta vereda
de la calle en dirección al taller, y cuando ya solo estaba a
pocos metros de llegar a los gruesos portones de este casi
se fue de culo por la fantástica visión con la que se topo su
lujuriosa y perversa mirada.

Ante él y a solo tres metros de donde estaban ellas se


quedo estático, boquiabierto y casi babeando. Vio que
estaba María con un bikini color blanco y con zapatillas con
taco, al lado de ella había un equipo musical en el cual unos
grandes parlantes negros retumbaba una alegre música
reggaetón.

Su sobrina política meneaba sugestivamente sus caderas al


ritmo de aquella perversa música, pero lo que lo dejo casi al
punto del ataque cardiaco y de la insania fue ver con sus
propios ojos a una tremenda mujer rubia de pelo alisado
hacia un lado de su cara y de ojos azules que también
acompañaba a María vestida solo con un minúsculo
conjunto de dos piezas.

Era una hembra soberbia y con un cuerpazo imponente,


según decretaba el lujurioso viejo que no sabía quién era
esa hembra, y menos imaginaba que aquella nórdica Diosa
estaba en real estado de embarazo, en su plano vientre aun
no se apreciaba ningún vestigio de la reciente concepción.

El exaltado y caliente vejete solo veía que aquella


despampanante rubia aparte de estar endemoniadamente
buena tenía también una mirada transparente, se decía en
forma alterada y para sus adentros, de esas mismas miradas
que a él le gustaba envilecer.
Mientras don Pedro se encontraba en tal estado de
impúdica abstracción libidinosa y calenturienta, Gabriela
solamente movía sus hermosas rodillas muy levemente
siguiendo el ritmo del alegre tema reggetonero, aun no se
daba cuenta de la presencia de tan vulgar sujeto.

El viejo no atinaba a nada solo se quedo mirando a aquella


impresionante mujer de cabellos dorados que también
vestía un traje de baño de dos piezas color rojo, y que este
era de por si pequeñísimo, mucho más que el de su sobrina,
y que se gastaba unas tetas de infarto, la parte inferior de
aquel endiablado traje de baño apenas alcanzaba a tapar el
tajo de carne que poseía aquella celestial criatura con un
cuerpazo de hembra hecha y derecha se decía el viejo para
sus adentros y en forma escandalizada. Sus ya
resquebrajados ojos que no se cansaban de examinar cada
centímetro de sus curvas notoriamente se le iban
inyectando en sangre a medida que recorrían y se
devoraban las líneas de tan impresionante hembra.

Don Pedro secándose las babas de su boca con la manga


de su percudida camisa y tras haberse recuperado del
primer impacto, se fue acercando para comprobar el mismo
que lo que estaban viendo sus ojos no fuese una ilusión
óptica mientras no paraba de comerse con la mirada a
semejante monumento de mujer. Su verga había
reaccionado al instante y sentía como esta se le iba parando
mientras él no paraba ni se cansaba de devorársela.

Esa hembra era toda una Diosa se decía ahora relamiéndose


con la lengua sus resecos labios a medida que avanzaba
hacia ella recorriendo cada parte de aquel soberbio
cuerpazo que se gastaba la muy desgraciada se decía y se
volvía a repetir.

--Pero que es lo que tenemos aquí...?, fue lo único que


atino a decir, claramente dirigiéndose a su sobrina tras
escupir hacia un lado de donde estaban las edecanes, pero
sin quitar su caliente mirada del cuerpo de la atrayente
rubia mirándola de pies a cabeza una y otra vez.

Gabriela cuando se sintió observada por don Pedro


desconociendo que él era su cuñado, sintió miedo por la
atrevida y desvergonzada forma en que este la miraba, ese
tipo tenía cara de delincuente o de psicópata, se decía,
además que notaba como este no paraba de observarla en
forma lasciva y lujuriosa según ella misma lo sentía.

La avergonzada hembra se sintió intimidada ante la


presencia del tan descarado viejo, aquella extraña forma en
que este no paraba de comérsela una y otra vez la estaban
poniendo más que nerviosa. Lo vio todo traspirado como
venia, el tipejo aquel también era mecánico pudo dilucidar
al caer en cuenta que este traía puesto un overol de trabajo
pero la parte superior del engrasado mameluco lo traía
amarrado a su cintura, y por encima una mugrienta camisa
toda gastada y percudida, unas oscuras manchas de sudor
pegadas en esta así lo demostraban, además que no
combinaba para nada con su atuendo de trabajo.

A pesar de no ser tan corpulento, la rubia veía que este


tenía una prominente panza caída, y los pellejos sueltos de
su cara lo hacían ver si como ese hombre estuviera
deshidratado, con una barba sin afeitar de unos buenos
días más lo asemejaban con un viejo drogadicto, o un ex
carcelario, que con un buen hombre de trabajo.
La casada al estar mirando a tan asqueroso sujeto creyó ver
en su mirada un brillo extraño pero que de alguna parte le
era conocido o familiar, ahora este le sonreía burlonamente,
sonrisa que también ya creía haberla visto en otro lugar,
mostrándole unas encías casi despobladas de dientes, solo
se veía una que otra pieza dental en pésimo estado y de
color café bien oscuro, aparte de lo anterior además este
mugriento tipejo tenía en una parte de sus encías una masa
ennegrecida como si aquella parte de su boca estuviese en
total estado de pudrición.

Y justo cuando María, que sabía muy bien de quien se


trataba este personaje, y en el mismo momento en que le
iba a explicar la situación a Gabriela y al vejete quien este
último no se cansaba de comerse a la ya exasperada rubia,
un automovilista toco la bocina de su carro para que le
llevaran uno de los folletos con los precios del Pie Grande
así que la chica se tuvo que alejar para ir a intentar captar
un futuro cliente para el taller, por lo que la dorada edecán
se tuvo que calmar para intentar ser ella la dueña de la
situación, después de todo este hombre era otro de los
tantos que se le acercaban para hacerle preguntas de
repuestos y precios, así que luego de tragar saliva le dijo,

--Buenas tardes señor... reciba un folleto con nuestros


precios, son muy económicos y contamos con los mejores
mecánicos de la ciudad..., le dijo la casada con su blanca y
encantadora sonrisa de siempre, confundiendo a su casi
cuñado con un cliente. (Ojo que a estas alturas de la
historia, Gabriela aun es la mujer legítima de Cesar, aunque
separada de hecho)
El viejo que tampoco la conocía se quedo sin habla, pero de
donde había sacado su hermano a semejante pedazo de
hembra para que zorreara en su taller!?, se preguntaba una
y otra vez, y ya no respetando ningún signo de civilidad, el
viejo le contesto tal cual como él era, en la forma más
vulgar y pelada de como él estaba acostumbrado a tratar
mujeres de aquel calibre,

--Cuanto me cobras por dejar esta chingadera de folletos y


mamadas de repuestos para que nos vayamos a acostar
ahorita mismo pendeja...?, jejejeje... le decía y reía sin parar
de recorrerla en forma calentona de pies a cabeza.

Gabriela quedando casi en estado de shock por semejantes


peladeces, solo se dio a gesticular con su boquita pensando
en aquella infame propuesta que le hacia ese horrendo
viejo. O sea, desde que trabajaba de edecán en el Pie
Grande por solicitud del hombre que le había enseñado a
conocer el significado del amor verdadero según ella,
habían sido mucho los hombres que la cortejaban con
palabras halagadoras, unas mas subidas de tono que otras,
pero ninguno le había dicho abiertamente que se fueran a
acostar por dinero, ni siquiera don Cipriano fue tan pelado y
ordinario cuando recién la conoció, pensaba una y otra vez.

--Señor no me mal entienda... yo solo le estoy ofrec...

--Yo no mal entiendo nada zorraaaa...!!!, le bufo el vejete no


dejándola terminar de decir lo que pensaba la rubia de todo
aquello, para luego continuar, --Por lo general ustedes las
edecanes siempre se van a acostar a escondidas de todo el
mundo con los clientes por un buen dinero, pero si mira
nada mas... esos trapitos apenas te tapan la
concha...jajajaja!, si casi estas encueradaa...! y ahora te
vienes a dártelas de decentita putaaaa… anda… dime…
cuanto me cobras por la hora??!!!, y diciendole esto último
con total propiedad poso una de sus descascaradas
manazas en el soberbio culo que se gastaba aquella
exquisita Diosa.

Gabriela al sentir esa grasienta y caliente mano en una de


sus nalgas se separo en el acto diciendole,

--Noooo...! que haceeee...? no me toqueeeee...!!, le exclamo


la rubia cuando en forma totalmente escandalizada le retiro
bruscamente la mano de su cuerpo retrocediendo un par de
pasos para ponerse a salvo, y justo en el momento en que
el salvaje viejo que ya estaba caliente hasta la locura con el
solo hecho de estar ante tan soberbia yegua, y cuando este
ya se iba a abalanzar para abofetearla por quisquillosa llego
junto a ellos María quien camino rápidamente al lugar en
donde estaban una vez que había visto y escuchado como
su tío Pedro intentaba propasarse con su amiga.

--Déjela tranquilaaaa...! como se atreve a tratarla de esa


forma... acaso no sabe quién es!?, le pregunto casi gritando
la aleonada chamaca al animal de su tío una vez que se
interpuso entre este y Gabriela,

El viejo mirando a su sobrina en forma bestial solo le


contesto...

--Jajajajaja...! es solo una puta...! igual que tu encuincla de


mierda...!!, y no te metas en mis asuntos zorraaaa...!, esta
hembra necesita que le metan la vergaaa…! si así cómo
anda vestida lo anda pidiendo a gritos, jajajaja!!!
--Ella es la pareja de su hermano... su cuñada, como es que
no lo sabe...!?, María sabia que el viejo ese era bravo y
caliente, y que si no lograba contenerlo lo más seguro era
que este sería capaz hasta de violarse a Gabriela en algún
momento igual como lo había pensado su otro tío al
principio.

El viejo una vez que escucho lo que decía su sobrina se


quedo mirando a esa extraña mujer rubia que aun respiraba
aceleradamente producto del impacto emocional en que
este la había dejado. Así que esta era la hembrita por la cual
su hermano se había separado?, se preguntaba a la vez que
le daba toda la razón ya que la otra mujer que había tenido
por cuñada era bastante fea, además que desde hace rato
que estaba pasada en años. Tenía muy buen gusto el muy
desgraciado reía pensando para sus adentros sin dejar de
mirar burlonamente a la rubia y a su sobrina, como también
se preguntaba que como la había hecho el muy hijo de puta
para dejarse aquel tremendo pedazo de mujeron para él
solo, y mientras más pensaba en el asunto la situación más
lo calentaba, decidiendo que el también quería culearsela,
total… si la rubia esa había sido capaz de coger con su
hermano a espaldas de su marido tal como le habían
contado, porque no podría hacerlo ahora también con él?,
pensaba y se preguntaba don Pedro en forma desquiciada,
así que desde ya se dio a trazar su plan para ver si podía
lograr algo con la nueva vieja de su hermano, sería un
trabajo difícil pero no imposible se dijo finalmente, hasta
que se dio a contestar,

--Jajajajajaja...!! Si claro ya me habían llegado los rumores,


jejejeje, pero por lo que yo sé mi verdadera cuñada está en
su casa tranquila, esta es solo una zorra mas de las que se
ha pisado el buen Cipriano, tarde o temprano la
abandonara y volverá con su verdadera mujer, o sea, con su
esposa legal. Dijo esto último siempre mirando a la rubia
esperando ver cuales serian sus reacciones.

--No le hable así viejo desgraciado...!!, mi tío Cipriano se


separó y ahora vive con Gabriela...

María quien ya estaba acostumbrada a tratar con viejos


pelados se daba a defender a su amiga ya que por mucha
personalidad, educación y carácter que ella tuviera no
estaba acostumbrada a que la tratasen tan vulgarmente
como lo estaba haciendo su otro tío.

--Jajajaja... Gabriela?, así se llama esta peuca!? con solo


escuchar su nombre más se me para la verga, jajajaja!!!!, se
burlaba el viejo quien al decir lo último mencionando el
nombre de la rubia este en la forma de lo más vulgar se
agarro el paquete con una mano moviéndola con firmeza
para que ambas mujeres lo vieran, para luego continuar con
sus salidas apreciaciones, --Tal vez este pendejo por ahora
la tenga como su zorra oficial... pero no será por mucho
tiempo sobrina... mi hermano tarde o temprano volverá con
tu tía, y esta ramera tendrá que buscarse otro lugar en
donde ir a hacer sus puteadas, jajajaja...

--Le digo que se calle...!!!, le decía María mirando al vejete y


a Gabriela quien esta ultima ahora estaba con sus manos en
la cara perceptiblemente llorando debido a todas esas
palabras que salían de la boca de aquel ordinario sujeto que
recién se enteraba que era el hermano de su macho,
además por la conmoción de haber sido manoseada por
este mismo.
--Ya... ya... no tengo tiempo para ustedes par de zorras,
donde esta Cipriano?, tenemos un negocio para esta noche
y vengo a confirmar con él.

Don Pedro había determinado que por ahora con eso ya era
suficiente, se había encargado de dejarle bien claro a la
rubia que para él y su hermano ella era simplemente "la
otra".

--Está en su oficina..., le contesto María, --Pásele... pásele,


que aquí solo está gastando aire...

--Cállate pendeja atrevida...!, recuerda que fui yo quien te


enseño a ponerte las toallas higiénicas en la concha,
jajajaja...!!!, y tráele agua a esa puta que está llorando solo
porque uno le dice unas cuantas verdades, jajajaja...!!!

El vejete una vez de haber terminado su bombardeo de


leperadas simplemente se fue a encerrar a la oficina de su
hermano a beber cervezas con él mientras se ponían de
acuerdo para la agitada noche que les esperaba.

--Tranquila amiga... no le hagas caso y tampoco le tengas


miedo, el es mi tío Pedro... siempre es así, pero en el fondo
no es tan malo, veras que solo te trato así porque aun no
está acostumbrado a verte.

--Gracias María... tú has sido una muy buena amiga...


siempre estás ahí para ayudarme..., le decía la rubia
secándose las lagrimas con un pañuelo desechable, --
Además que la culpa es mía, yo ni siquiera debería estar
trabajando de edecán en mi estado.

--Ahhhh... no seas tonta Gabriela, si ni siquiera tienes el mes


y medio, no se te nota nada aun, si eres preciosa!!!, le decía
la chica intentando levantarle el ánimo, --Mira vete a la
casa... yo me encargo sola este día de repartir los folletos, y
ya para el lunes estarás más tranquila.

--Crees que deba decirle de lo sucedido a Cipriano...?, le


consulto una confundida Gabriela a María,

--Mmmmm... Creo que no es buena idea, ellos son


hermanos y siempre se han llevado muy bien, para que
crear un escándalo si en el fondo no te hiso nada?, así que
tranquila... veras que desde ahorita que sabe quién eres ya
no te molestara mas.

--Bueno... creo que tienes razón, e intenta no comentarlo


con nadie, entonces me voy a cambiar ropa, tú explícale a
tu tío que me retiré por haberme sentido mal...

--No te preocupes yo me encargo.

Y así fue como la rubia aunque en forma inconsciente ya


comenzaba a ocultarle cosas al hombre con el cual no
debería existir este tipo de situaciones ¿Habría sido esta
omisión de información otras de sus estupideces?.

Gabriela... una adorable mujer ex-casada 10

(A un par de semanas de cuando a Cesar lo mandaron a la


mera verga)

--Que es eso que me dices pendejo...!? Como es eso que no


puedo intimar con mi mujer...!!??, -le gritaba como un
energúmeno el viejo Cipriano al joven médico que atendía a
Gabriela de su embarazo.
--Se... señor por favor cálmese, yo no he dicho que no
puedan hacerlo… simplemente no es recomendable debido
al resultado de los últimos exámenes que le hemos tomado
a su pareja.

El feroz mecánico pareció enardecerse aun mas al escuchar


como ese imberbe medicucho se refería hacia su hembra,
por lo que en forma aun más encolerizada se dio a
contestarle,

--A mi mujer pendejooooo…!, lo oyes…!? A mi


mujerrrrrrr…!!!, le aclaraba el vejete, rugiéndole como un
verdadero animal haciendo con esto que el profesional
quedara casi enterrado en su asiento de doctor.

--Bueno… como Usted diga…!, el caso es que los resultados


que le tomamos a su mujer no salieron muy buenos que
digamos, no es nada grave… pero lo mejor es tomar ciertas
precauciones, -el ginecólogo estaba muy asustado por la
reacción del esposo de su atrayente paciente.

--Pus tómaselos de nuevo idiota...!, y has bien tu trabajo


hijo de la chingadaaa…!, hijo de la gran putaaaaa...!!!!, -
bufaba el mecánico inclinando su cuerpo en el escritorio del
galeno al reaccionar negativamente ante el diagnostico e
instrucciones medicas.

Nuestra rubia quien estaba sentada a un lado de él temía


que en cualquier momento su macho fuese a degollar o
desollar vivo al asustado y joven profesional de la salud, así
que se dio a intentar calmar a su hombre hasta que logro
sacarlo de la consulta médica.
Una vez que ya estuvieron arriba de la camioneta una muy
complacida Gabriela se daba a calmar las aguas. Para ella
era muy halagador para su ego femenino que su macho se
pusiera en tal estado de furia al enterarse que no podría
cogérsela quizás en cuanto tiempo de la forma como a él le
gustaba tanto.

--Es que ese desgraciado no sabe hacer su trabajo...!!!

--Cipriano... tranquilízate, jijiji, a mí tampoco me gusta


mucho la idea de que no podamos hacer el amor de aquí a
que me mejore, pero tú sabes que es por el bien de
nosotros tres, le dijo la rubia claramente también
refiriéndose a su mas que embarazoso estado.

--La mera… es que no sé si me podré aguantar a estar sin


culear por tanto tiempo nalgona...!, si recién tienes poco
más del mes y medio, además que ni siquiera se te nota el
abultamiento en la panza, que hay de malo que te
revuelques conmigo hasta un tiempito más!?

--Ajaaa...! no, no, no... Eso sí que no...! Usted ya escucho al


médico y fue clarito, podrían surgir complicaciones si no
tenemos cuidado, pero cuando ya salgamos de esto podrás
tenerme todo lo que quieras, jijiji, -le decía Gaby
abrazándose a su ancho pecho en forma mimosa. (La
casada aun no se acostumbraba a tutearlo y había
ocasiones en que aun lo trataba de Usted o de Don)

--Tienes razón culona, pero me cuesta conformarme con


eso, y ahora como le haré para remojar la verga!?, jajajaja,
dijo finalmente el viejo conformándose a medias y a la
misma vez que echaba a andar el motor de la camioneta
pensando ahora en María y en las colegialas esas que a las
semanas de haberlas violado entre él y su hermano las
habían llevado a hacerle una candente visita al negro Felipe
dejando así saldada para siempre la deuda contraída con el
delincuente de su amigo.

(2 meses después)

Desde aquel día del fatídico diagnostico medico la rubia se


vio obligada a disminuir sus visitas al taller, aunque este
poco a poco comenzaba a levantarse debido a la nueva
administración que se llevaba con la inclusión de Gabriela
en la parte administrativa. Lo malo del asunto era que su
odioso cuñado desde ese tiempo y de cuando la había
tocado a las afueras del Pie Grande extrañamente comenzó
a dejarse caer en este en forma más seguida.

Claramente ella se daba cuenta de la lujuriosa forma en que


este viejo miserable y recién aparecido se la devoraba en
cada oportunidad que se lo encontraba, ya que fueron
muchas las situaciones en que este abiertamente la
desnudaba con solo mirarla con sus aborrecibles ojos y con
esa asquerosa sonrisa desdentada que se le dibujaba en los
pellejos de su cara cuando ella deambulaba por el taller
atendiendo tareas administrativas o en lo que fuera,
sumado a las continuas peladeces de grueso calibre que
este le murmuraba por lo bajo cada vez que tenía la
oportunidad.

Don Pedro por esos días en su ansioso afán de querer llegar


a beneficiársela bajo cualquier costo se vio en la obligación
de buscar aliados en la causa, ya que debido a las
reacciones de su casi cuñada estaba por adivinar que ella
podría hablar con su hermano sobre los acosos por parte
de él, y si eso ocurría hasta ahí no más le llegaría su plan,
aunque desde luego tenía varios, pero no quería empezar
desde cero más de dos veces, a lo que también se sumaba
que la mujer de su hermano no le daba cabida para el
acercarse más a ella, o en otras palabras, Gabriela desde el
día en que el asqueroso de don Pedro le había tocado el
trasero a la mala, se encargo de tenerlo a la raya, para que
el viejo no se acercara a ella más de lo debido.

Pero don Pedro ya casi estaba enloquecido de calentura


contenida por los tremendos deseos que tenía por
acostarse con la hembra de su hermano, por lo que decidió
ya ir entrando a tierra derecha, quería cogérsela ya!.

En una oportunidad en que Gabriela lucía un exquisito


vestido negro de similares características al que ocupo en la
última fiesta que hiso en su departamento de casada, claro
que este era un poquitín más holgado que el otro debido a
su estado, fue el momento preciso que escogió el vejete
para abordarla, ya era más de medio día y los mecánicos de
un momento a otro se irían a almorzar.

La rubia venia llegando al taller con su natural y femenino


caminar mejor que el de una modelo de pasarela pero con
un fajo de facturas entre sus delicados brazos las cuales
serían llevadas a la contaduría, y estando el lujurioso de don
Pedro reparando un motor de los juegos de la feria, (ahora
extrañamente los llevaba al taller de su hermano para
repararlos) este sin importarle su ya más notorio estado,
como tampoco le importó la gran cantidad de mecánicos
que a esa hora trabajaban al interior del taller, aun así
estaba presto a soltarle otra de sus tantas partidas de
peladeces.
El lujurioso viejo estando casi embobado mirándola como
ella se acercaba cadenciosamente meneando sus caderas, y
poniendo una pierna delante de la otra por cada paso que
daba se preguntaba que como esa yegua estando con más
de tres meses de embarazo aun conservara su cuerpo
totalmente antojable a pesar de que ya su vientre
comenzaba a pronunciarse visiblemente, hasta sus tetas
parecían haber crecido más de lo debido, si hasta daban el
aspecto a estas alturas de ya encontrarse desbordantes de
leche, se decía para sus adentros y en forma lujuriosa. Hasta
que ya deseando estar él en el lugar del afortunado de su
hermano no se aguanto más así que le soltó lo que su
desequilibrada mente le dictaminaba en aquellos deliciosos
momentos:

--Ufff que buena estas zorra… como haces que se me pare


la vergaaaa…! Y qué rica te ves con esa mamada de vestido
negro…!!, fue lo primero que le soltó el viejo mientras se
pasaba la lengua por sus labios no cansándose de admirarla
en forma calentona y para luego continuar, --Estas tan rica
mamacita que te comería todita, así tal como estas… no me
importaría después estar cagando tela negra por todo un
mes, jejejeje…, le dijo mientras llevaba su lujuriosa mirada
en todo su cuerpo a medida que iba pasando aquella
hembra que con su exuberante belleza llamaba a cualquiera
a cometer cualquier tipo de locura sin importar
consecuencias.

La atractiva rubia que no había tenido idea que en el


trayecto en que se dirigía desde su casa a la oficina de su
macho se iba a encontrar con el ordinario de su casi
cuñado, solo se dio a apurar su cadencioso caminar
mientras que a sus oídos llegaban las vulgaridades que don
Pedro le decía, por lo que cuando ya casi había pasado por
al frente del mesón en que estaba trabajando el ordinario
vejete se dio a contestarle en forma aireada,

--Viejo pelado… Es Usted un asqueroso…! Fue lo único que


atino a decir la enfurecida hembra a la vez que a raíz de
semejante abanico de leperadas que venía soportando
desde hace algún tiempo decidía hablar lo antes posible
con don Cipriano de lo desagradable que se comportaba su
hermano cada vez que hacía su aparición para el taller,
mientras a sus espaldas escuchaba los últimos piropos que
le regalaba su vulgar admirador mientras este le miraba
aquellas paradas y redondas nalgas que la rubia le
enseñaba con su femenino caminar,

--Ay rubia… que suertudo es mi hermano, como meneas


esas nalgotas para que te las vean… con ese culazo que te
cargas de seguro que debes cagar bombones de los más
finos..., jajajaja…!!!

En ese momento fueron varios los mecánicos que ya se


habían percatado del advenimiento de la mujer del jefe, aun
así no pudieron evitar reírse de las salidas palabrotas del
familiar de este ultimo que le valía una verga que aquella
atrayente mujer embarazada fuese la hembra de su
hermano.

Una más que irritada Gabriela como pudo llego hasta la


oficina interior del taller, pero al ingresar a esta vio que solo
se encontraba María revisando una documentación que
también sería llevada para la contabilidad,

--Que hay Gaby… buscas a mi tío?, le consulto la nerviosa


chamaca a su amiga una vez que la vio cerrar la puerta,
--Si… la verdad que le traía estas facturas que ya están
revisadas… sabes donde esta Cipriano?... necesito hablar
con él en forma urgente.

María se dio cuenta en el acto que Gabriela estaba de mal


humor por algo, ya que el tono de su voz no era el mismo
de siempre, y recordando la conversación que esa misma
mañana había tenido con su tío Pedro se dio a calmar a la
rubia para que ella no le dijera nada a su otro tío, el viejo
había sido claro y enfático con ella y por lo mismo ya creía
saber el porqué del estado de ánimo de la rubia.

(Dos horas antes en la misma oficina donde se encuentra


María y Gabriela)

--Pues debes convencerla que sería una idiotez decirle a


Cipriano que yo la molesto, jejejeje…

--Pero entonces ya no la moleste mas, y asunto arreglado,


no entiendo su afán de querer indisponerla cada vez que la
ve, -María le hablaba al vejete sin despreocuparse de
ordenar la documentación de la oficina.

--No lo entiendes…!?, entonces te lo diré de una para que


me entiendas mejor, jejejeje, la verdad sobrina es que
quiero meterle la verga…! Jajajaja…!!, Lo entiendes
ahorita…!?, -don Pedro le soltaba crudamente a María las
calientes intenciones que tenia con su casi cuñada.

--Pero tío… como se atrevería a hacerle algo así, si es su


cuñada… y como no respeta su estado…!?.

--Pus no está muerta… ella cogió con Cipriano estando


casada, no veo porque no podría hacerlo conmigo también,
no crees!?, jejejeje… Vamos, me ayudaras con lo que te
estoy pidiendo…!?

--No lo creo… yo no podría hacerle eso a Gabriela… ella…


e… ella… es mi amigaaa…!, -la edecán aun no se convencía
que su tío Pedro tuviese tal atrevimiento,

--Me vale que seas amiga de esa yegua…!, pero bien… si no


quieres ayudarme… ahorita mismo le contare a esa adultera
zorra que tú te has acostado con su hombre por dinero,
jajajaja…!!!

--Como se le ocurre chantajearme de esa forma viejo


desgraciado…!, -María junto con ponerse de pie casi le grito
al despreciable de su tío ante tan descaradas solicitudes y
amenazas, --Además… además… que eso fue antes de que
ella estuviera con el…

--No me importa pendeja estúpida…! ahí le veremos a


quien le cree… jajaja…!!! además debes pensar en tu
reputación sobrinita, no piensas acaso en el escándalo en la
familia cuando tu buena tía se entere de que su sobrina
favorita, la misma que ella hace un tiempo se encargo de
hacerle su fiesta de graduación de la prepa se ha acostado
con su marido en el tiempo en que todavía estaban
juntos!?, jajajaja…!!!, yo creo que no vale la pena tanta
lealtad con esa peuca, -el viejo se la estaba jugando por
completo por poner a María de su parte, en su feo rostro la
lascivia ya estaba remarcada por cada palabrota que
soltaba, --Solo es una puta María, como no lo entiendes…!?,
tu al menos lo has hecho con el Cipriano por un buen
dinerito para comprarte cosas, ella simplemente lo hace por
amor a la verga…! por calenturaaaaa!!!, y yo te lo
demostrare que es así, jejejejeje…!, vamos ayúdame a
cogérmela, solo te pido que intercedas para que no le
cuente cosas a Cipriano, eso es todo… jejejeje…

La chamaca totalmente escandalizada por las nefastas


consecuencias para su imagen, y en lo que ocurriría en su
familia si a su tío se le llegaba ocurrir abrir su hedionda
bocota muy en contra de su voluntad accedió a la que este
le solicitaba. Se daba cuenta que una vez más atentaría
contra Gabriela y que lo más lamentable de todo era que
ahora ni siquiera podría contar con la ayuda del chango,
como había ocurrido en la oportunidad en que su tío
Cipriano había urdido una situación similar para poder
cogerse a la rubia por aquellos tiempos, así que a sabiendas
que ya no tenía más alternativa le dio su respuesta a su tío
Pedro,

--Está bien… le ayudaré en lo que pueda, pero no me pida


nada más porque no lo haré… me escuchó!?

--Sale y vale pendeja…! Y no te preocupes, solo conténmela,


de lo de más me ocupo yo…!, verás que esa yegua en un
tiempo más terminará feliz de la vida puteando para mí en
la esquina más vulgar de este sector, tu mismita la veras en
las noches saliendo toda culeada de cualquiera de los
callejones cuando te retires del trabajo y te vayas para la
casa, jejejeje… la emputeceré sobrina, jajajaja…!!! Tal como
lo hice con tu amiga la pelirroja, te acuerdas!?, lástima que
la hayan matado en un ajuste de cuentas por un poco de
droga, jejejeje…

--Ya tío… ya cállese y por favor déjeme sola… le ayudare en


lo que me está pidiendo… pero solo déjeme tranquila… -Le
dijo la chamaca tapándose los oídos con sus codos
apoyados en el escritorio para ya no escuchar todas esas
atrocidades que la entristecían a más no poder.

María recordaba claramente como su tío se había


encargado de envilecer a su mejor amiga de la infancia
cuando esta había cumplido los 18 años, y como por culpa
de este a ella se la habían despachado en un confuso
incidente nocturno en que las autoridades declararon que
se debió a un ajuste de cuentas entre putas de baja calaña.

(Nuevamente en la oficina pero ahora con Gaby y María)

--Ehhhmmm… mi tío Cipriano salió a terreno con el chango,


llegarán después de la hora del almuerzo.

--Bueno aquí te dejo las facturas que estaban esperando.


Por ahora esperare a tu tío acá en la oficina, -dijo
finalmente la rubia a la misma vez que acomodaba una silla
y que por su actitud daba a entender que de ahí no la
movían ni a palos hasta que no llegara su macho para
hablar con él.

María muy a su pesar aprovechó ese momento para ver si


podía hacer algo por su otro tío.

--Gabriela a ti te pasa algo… no quieres que hablemos…?

--No es nada María, no te preocupes… no quiero que te


distraigas por mi culpa, sigue en lo que estabas que yo no
te molestaré, solo son cosas personales…

--Mi tío Pedro te ha seguido molestando verdad?, -La


chamaca buscaba de alguna forma que su amiga se
sincerara con ella.
Por su parte la rubia solo se quedo pensativa, lo cierto era
que ella necesitaba hablar de la situación con alguien pero
no estaba segura si sería lo más apropiado tratarlo con su
joven amiga, ya bastantes preocupaciones le había causado
a ella en los primeros meses de los que llevaba viviendo con
don Cipriano, y a estas alturas en que los acosos y las
palabrotas por parte de su cuñado habían ido poco a poco
subiendo de tono sabia que ya era hora de ponerle un freno
y que debía tratarlo con el hombre con el cual convivía.

--Si María…, -le contesto luego de un rato, --Se trata de eso


mismo, pero creo que ya es hora de que Cipriano tome
cartas en el asunto, don Pedro ya se está excediendo con
sus groserías y yo no estoy dispuesta a seguir tolerándolo,
así que apenas llegue tu tío la pondré al tanto.

--Mmmm… ya veo, pero crees que hablándolo con él la


situación cambiará en algo?,

--Es su hermano no?, algo tendrá que decirle, el me debe


respetar, además que yo no le dado cabida para que él se
tome tanta confianza. En un principio no quise enemistarlos
porque era yo la recién llegada, y porque ellos son
hermanos, pero ya la gota a rebalsado el vaso, así que no
tengo más alternativa.

--Pero Gabriela… yo creo que estas agrandando las cosas, a


lo mejor no es para tanto, como te dije la otra vez, para que
hacer un escándalo si al final no te ha hecho nada… no
crees!?

--Nadaaaa!?, pero si me dice vulgaridades a penas me ve


llegar, si ahorita mismo debe estar esperando ahí afuera
para decirme quizás que tipos de cosas… Acaso lo estas
defendiendo!?

--No…! como se te ocurre algo así…!? yo soy tu amiga, no lo


olvides…

--Pues creo que lo estas defendiendo, o al menos así lo


parece con lo que me dices…, nuestra casada miraba
seriamente a la joven edecán, de verdad que le parecía si
como la chica estuviese de parte del asqueroso vejete, hasta
que finalmente le confirmaba sus dichos, --Lo siento María
yo sé que es tu tío, y que ustedes entre todos son familia…
pero ya lo he pensado y debo hablarlo con Cipriano, y no
me importan las consecuencias… -terminó diciendo la rubia
en forma tajante.

--Ay Gaby… insisto en que no creo que sea la mejor idea,


como es que no lo entiendes!?, la joven buscaba
tozudamente hacer cambiar de opinión a la rubia sin que se
notara su pequeña confabulación con su odioso tío.

--Entender que María…!? Si don Pedro vez que puede me


mira en una forma extraña, si hasta a veces me da la
impresión que en cualquier momento me fuese a violar… yo
quiero estar tranquila y su presencia aquí en el taller me
pone mal. –Pero y que es eso que yo debo entender…?
aquí no hay que entender nada, así que hablare con tu tío y
punto…!

--Mira Gabriela yo soy tu amiga, y no quiero que te pase


nada malo, pero has pensado en cómo se podría defender
mi tío Pedro si tu hablaras con mi tío Cipriano!?,
--Y que me importa a mí lo que él le pueda decir…!?, la
embarazada cada vez más le extrañaba la forma en que
María parecía estar interesada en que ella no hablara con su
macho.

--Pus le dirá que él una vez te manoseo el trasero, y que tu


no le dijiste nada, y ahí que le dirás tu a mi tío Cipriano?

--Le diré que el solo me toco y que ambas lo pusimos en su


lugar, tú me apoyarías no?...

--Claro que si tonta… pero mi tío Cipri sabe que somos


amigas y pensará que te estoy solapando… Gabriela no lo
hables con el… no le digas nada… mi tío Cipriano es celoso
y machista, y no hará responsable a mi otro tío, recuerda
que ellos son hombres y hermanos al fin y al cabo, lo más
seguro es que la cargara contra ti, acaso no te da miedo
que te vuelva a pegar…!?, -con esto último la chamaca
esperaba que por fin su amiga desistiera de sus ganas de
hablar con su tío Cipriano.

--Ehhh…? Eh… El no haría eso…!, -a pesar de su respuesta


nuestra casada igual pensaba en lo que le decía la chica,
pero no quería reconocerlo, se negaba a recordar que su
hombre, el amor de su vida, en dos ocasiones ya se la había
zurrado, una vez en la asquerosa cabaña de don Pedro en
donde estando ella desnuda hasta la arrastró de sus
cabellos para que se dejara coger, y la segunda y más brutal
fue cuando de un solo puñete en la cara le hicieron
entender de que ella debía dejar a Cesar.

--Pus que yo sepa una vez ya lo hizo…! y lo hizo por


celos…!!, quien te asegura que no volverá a pegarte…!?, con
estas aclaraciones la joven edecán seguía intentando hacer
entender a Gabriela que no debía hablarlo con su tío. Así la
brecha entre don Pedro y la rubia seguiría acortándose,
según el plan trazado por el maligno vejestorio.

--Tu crees que me pegue…!?, le contesto la rubia mirando


fijamente a María con sus azules ojos.

--Claro que lo haría… y mi tío es rencoroso no te la dejaría


pasar… lo más probable sería que te botara… quieres eso?

--Nooooo…!!!, exclamo en el acto la exaltada hembra con


solo imaginar terminar su relación con don Cipriano.

--Entonces olvida eso de decirle tonterías, ya verás que mi


tío Pedro luego se aburrirá de molestarte y esto quedará en
el olvido,

--Pero tu tío Pedro tiene aspecto de salvaje… me pone


nerviosa y ahora ultimo a redoblado sus acosos hacia mí, y
no respeta mi estado, -Gaby aun no estaba muy segura de
ocultarle este tipo de cosas a su macho.

--Pus déjalo que te diga cosas… acaso no te has visto al


espejo…?, eres una mujer hermosa y aun así como estas de
embarazada mantienes a todos los viejos del taller
babeando, como no te das cuenta de eso?

--Pero esa no es mi intención… y que cosas me dices


María…!?, yo solo vivo para tu tío Cipriano…!!

--Yo sé que es así… solo te hago ver las razones del porque
mi tío Pedro te molesta tanto… acaso no te has dado cuenta
que tu le gustas…!?
Gabriela se quedo mirando a María ya no con una mirada
de amiga, sino que se puso como una energúmena con la
chica, ella no era una quinceañera para tener este tipo de
conversación con una pendeja de 18 años que más encima
se daba el lujo de decirle que un viejo realmente asqueroso
tenía pretensiones amorosas con ella.

--María creo que esta conversación esta des focalizada… yo


soy la pareja de tu “otro” tío, y ni siquiera debería estar
teniendo esta plática contigo,

--Pero es la purita verdad… no sé porque te enojas tanto, -


Continuaba diciendo la joven ahora ordenando las facturas
con sus dos manitas contra la superficie del escritorio. La
chica por dentro estaba destrozada ya que ella encontraba
que Gabriela tenía toda la razón del mundo pero si no
evitaba que la rubia hablara con su tío Cipriano, su otro tío
haría algo aun mas descabellado en contra de ella (de
María).

--No me hables así…!, pensé… p… pensé que éramos


amigas, decía la desconcertada embarazada mirando en
distintas direcciones e intentando buscar una explicación a
las extravagancias de las que le estaba hablando María.

--Y lo somos… eres tú la que esta agrandando las cosas…, -


La edecán ahora miraba fijamente a Gabriela intentando
adivinar cual serian sus reacciones, claramente la
conversación había ido subiendo de tono.

--María sal de esta oficina… quiero estar sola…!, -le dijo


Gabriela finalmente a su joven amiga, por primera vez
desde que la hermosa rubia las hacía de mujer titular del
mandamás del taller hacía gala de sus atribuciones
jerárquicas que le otorgaban tal posición en el Pie Grande.

María quien de pronto la miro de pies a cabeza por la forma


en que Gabriela la estaba abiertamente echando de la
oficina finalmente le dijo,

--Solo me iré porque eres la mujer de mi tío, y te respeto


por ello, pero recuerda que yo me críe en este taller, mi
intención no era hacerte ver que mi tío Pedro tiene
intenciones contigo, solo quiero que no te vuelvan a pegar
y que no te vayan a dejar otro ojo morado con la soberana
pateadura que arriesgas a que te den, pero tú sabes lo que
haces, ya eres adulta.

La chica una vez que le dijo eso ultimo salió destrozada de


la oficina por lo que acababa de hacer ya que estaba segura
que con todo lo que le había dicho a su amiga esta no se
atrevería a andar hablando cosas indebidas que podrían
poner en riesgo su integridad física.

Mientras tanto afuera de la oficina don Pedro que había


estado escuchando a medias la conversación que se había
llevado a cabo en esta veía salir a su sobrina, por lo que no
dudo en abordarla e interrogarla al respecto.

--Jejejejeje, veo que al parecer ya hiciste el trabajo no es así


zorrita!?, -le consultó don Pedro a su sobrina una vez que la
vio salir de la oficina, --Que fue lo que te dijo?

--No se preocupe… estoy casi segura que Gabriela no abrirá


la boca, así que puede estar tranquilo,

--Jajajaja claro que la abrirá sobrina… pero para cuando la


abra será para comerse mi verga, a propósito… tu ya estás
bien buena, pero no estás a la altura de la rubia, quizás para
más adelante también te daré a probar de mi verga a
cambio de que yo no hable con tu tía, jejejeje…

--Es Usted un desgraciado…, le contesto la chica con cara


de asco.

--Jajajjaja…! todas las putas me dicen lo mismo y cosas


peores, pero luego todas andan colgadas de mi verga y
prestándole la zorra a tipos desconocidos para darme
dinero, jejejeje tu solo te estás salvando porque eres mi
familiar así que puedes estar tranquila putilla porque no te
hare putear como a las demás, ahora lárgate, mas adelante
te meteré la verga, mis mocos por ahora están reservados
para la yegua de tu amiga, jajajajaja…!!!!

--Ni lo piense, ahora déjeme pasar que necesito un


cigarrillo... ya es casi hora de almuerzo y los mecánicos se
irán a almorzar, y debo estar de vuelta para cuando ellos se
vayan.

El vejete luego de hacerse a un lado se quedo mirando


como la orgullosa joven se alejaba meneando su trasero en
un ajustado jeans azul que llevaba puesto.

Cuando la rubia por fin se quedo sola en la oficina, poso sus


dos manitas en su vientre, y cayó en cuenta nuevamente de
su estado, a la vez que pensaba que las últimas palabras de
María habían sido terminantes:

“…solo quiero que no te vuelvan a pegar y que no te vayan


a dejar otro ojo morado con la soberana pateadura que
arriesgas a que te den, pero tú sabes lo que haces ya eres
adulta.”
A la vez que recordó las mismas palabras que le dijo su
macho el día en que ella decidió abandonar a su familia y
rehacer su vida en torno a él:

“...yo soy celoso… y si te pillo en algo con tu marido o con


quien sea soy capaz de matarte a palos y a patadas…
escuchasteee?!!!”

Fue en el mismo momento en que evoco este ultimo


recuerdo cuando se le vino a su mente el fuerte puñetazo
en la cara que una vez le puso su macho por haberse
puesto altanera con él, y pensó en cómo se pondría este si
se enteraba que otro hombre le había agarrado el culo
estando ella en traje de baños y el habérselo ocultado?, con
toda seguridad se la zurrarían y quizás que otros tipos de
cosas más, se respondió en el acto.

Hasta que por fin entendió que María tenía toda la razón
del mundo, y que ella había sido injusta siendo que la chica
lo único que quería era protegerla de la bestia de don
Cipriano cuando se ponía celoso, por lo que decidió casi en
el acto que por nada del mundo le comentaría a don
Cipriano “lo de ella con don Pedro”, como a la misma vez se
preguntaba que era lo que estaba pensando?, si ella con
ese hombre asqueroso no tenía nada, solo había sido un
ligero agarrón que este le puso en una nalga, pero su nene
le creería a ella?, o le daría la razón a su hermano?.

La cosa fue que la conversación pendiente con su macho


por ahora estaba terminantemente suspendida hasta nuevo
aviso, y lo primero que iba a hacer sería ir a hablar con
María para pedirle las disculpas del caso.
Al salir de la oficina la imponente rubia embarazada de casi
4 meses, se percató que el mal hablado vejete de don Pedro
aun se encontraba en el mesón de fierro haciéndose el que
trabajaba en un motor, la rubia toda nerviosa al sentir en su
cuerpo la ardiente mirada del odioso sexagenario como
pudo cerró a la oficina y se propuso a salir lo mas altiva
posible para aguantar el bombardeo de peladeces que con
toda seguridad le iban a mandar.

No obstante la embarazada creyó desmayarse al momento


de ir pasando por el lugar en que estaba don Pedro porque
vio que este mismo bordeando el mesón en el cual había
estado trabajando se interponía en su camino para
quedarse plantado justo al frente de ella impidiéndole el
paso, ambos ahora estaban solos en el taller, ya que los
viejos se había marchado para ir a almorzar.

--Hola cuñada, jejejeje… para dónde vas tan apuradita…!?,


jejejeje… -el viejo la miraba con su aborrecible sonrisa a la
misma vez que se rascaba su panza caída. La rubia por su
parte estando a menos de dos metros del viejo sintió desde
su lugar el hediondo olor a cebolla en descomposición que
emanaba desde el cuerpo del vejete, sobre todo de sus
peludos sobacos, y que se combinaba con ese fétido aliento
a cerveza y cigarro que le llegaba a su respingona naricita
muy parecida a la de Nicole Kidman.

--Yo solo voy donde María, seguro que está en la entrada


repartiendo folletos, -Gabriela se quedo de piedra ante la
presencia del horrible viejo, que era algo parecido a su
macho pero mucho más horrendo, sucio y bellaco.

--Jejejeje… mi sobrina dijo que iba a comprar cigarrillos y


que ya volvía… quisiera hablar una palabrita contigo,
jejejeje… me permites…!?, el viejo a pesar de ser pelado a la
legua intentaba que Gabriela se sintiera en confianza para
que no se le fuese a escurrir.

--Dígame… pero que sea rápido, yo ya me iba a casa…?, le


autorizó finalmente la ex casada, algo sorprendida al notar
que el ordinario vejestorio ahora actuaba en forma más
civilizada.

--Solo quería pedirte disculpas por todas las chingaderas


que te digo cuando vas pasando, la verdad rubia es que
aunque lo intento no me puedo aguantar, jejejeje…

--Don Pedro…!, así se llama Usted verdad…?, si realmente


quiere que nos llevemos bien solo le pido que me respete,
yo soy la mujer de su hermano, además que por si no se ha
dado cuenta estoy embarazada, y no merezco que Usted se
tome tanta confianza conmigo porque yo no se la he dado,
-le dijo Gabriela con firmeza, aunque el vejete sabia que a la
hembra la tenía más que nerviosa y asustada ante su
siniestra presencia.

--Como te dije lindura… es que no me puedo aguantar, y


sobre tu estado…?, Mmm… pues igual te vez
endiabladamente tentadora para hacerte cualquier cosa,
jejejeje…

--D… Don Pedro…! ya le dije que me respetara, si realmente


Usted quiere que nos llevemos bien empiece por eso, -La
rubia estaba muy alterada, pero se esforzaba en sacar
fuerzas, además que le daba la impresión que el pelado de
su cuñado estaba intentando llegar a ella por las vías
diplomáticas.
--Si, si… claro que me quiero llevar bien contigo… y como te
dije antes, vez?, aunque me lo propongo no logro
contenerme, jejejeje… eres toda una Diosa, y no te enojes
por eso, pero es la purita verdad, solo que aun estoy
esperando a que te decidas a eso que te propuse la otra
vez, jejejeje.

Gabriela ahora sí que estaba que se desvanecía para irse a


tierra, ya que recordó claramente la indecente propuesta
que este le había hecho hace ya un poco más de dos meses,
además que notaba como el vejete comenzaba a respirar
mas pesadamente, y que en los resecos pellejos de su cara
empezaba a predominar la lascivia, o al menos así lo veía
ella.

--No sé a qué se refiere…! -ella sabía muy bien a que se


refería el caliente tipejo pero ni tonta le iba a dar pie para
que este comenzara con sus vulgaridades.

--Pus bien… yo mismo te lo diré…!, quiero saber cuánto


dinero me cobras por acostarte conmigo a espaldas de mi
hermano…!, jejejeje…!!

La hembra totalmente horrorizada por lo que nuevamente


le estaban proponiendo se quedo sin habla, y para
rematarla el asqueroso de don Pedro ahora se estaba
sobando la verga descaradamente delante de ella mientras
seguía con sus leperadas,

--No sabes las tremendas ganas que tengo de probarte la


concha desde que te sobe el culo la otra vez, jejejeje…! Lo
recuerdas…?, y sé que una vez que tu también te comas mi
verga por el coño no te harás ningún tipo de problemas
para seguir revolcándote conmigo cuando al fin ya la hayas
probado, jejejeje, si hasta me rogaras que también te dé por
el culo…!! jajajaja…!!!!.

La casada al estar escuchando semejantes ordinarieces y


disparates de grueso calibre por parte de tan vulgar tipejo
lo único que deseaba en esos momentos era salir corriendo,
ya que si bien los mecánicos estaban todos almorzando no
faltaría el que llegara de pronto y la encontraran a ella
hablando a solas con su horrendo cuñado.

--U… Usted… esta locooo…!, Como se atreve a decirme


todas esas locuras...!?, yo por nada del mundo haría una
cosa así… por favor déjeme pasar que me quiero ir para mi
casa…

--Tu no te vas para ningún lado zorraaaa…!!! Hasta que no


lleguemos a un acuerdo… jejejeje…

--Yo no llegare a ningún acuerdo con Usted…!, y menos de


ese tipo…! que se cree…!?.

--Yo no me creo nada zorraaa, y si lo harás… jajajaja…!!!, y lo


harás porque tú solo eres una perra lujuriosa que te gusta
acostarte con tipos desconocidos para saciar la calentura
que llevas entre medio de tus piernotas, o en otras palabras,
en ese exquisito tajo que te cargas ahí al medio de tu
cuerpo, jajajaja…!, o si no como me explicas de lo que le
hiciste a tu marido con mi hermano…?, jejejeje…

--E… so… Esoooo es distinto yo a Cipriano lo amoooo…! me


e… e… enamore de él…!. Y por eso me separe de mi
marido… además que yo no tengo que porque explicarle
nada a Usted… así que por favor déjeme pasar…!
--Espera so puta…!!! Que aun no he terminado contigo…!, -
le dijo el vejete otra vez interponiéndose en su camino
cuando la rubia en un momento quiso avanzar para salir de
aquella nefasta situación… --Te voy a aclarar una cosita,
jejejeje, tú no estás enamorada de mi hermano, tu solo
estas enamorada de la verga, jajajaja…!!, acaso no fue eso lo
que le dijiste a tu maridito cuando el pobrecito te vino a
buscar al taller!?

--Y quien le dijo eso a Usted…!, -le consulto la exasperada


hembra en forma escandalizada. La rubia no hallaba donde
meterse al darse cuenta que ese asqueroso hombre sabia
intimidades de ella.

--Eso a ti no te importa, pero si quieres saberlo te lo diré,


fue el mismo Cipriano quien me lo conto, jajajajaja…!!!, me
dijo que tu encaraste al maricón de tu marido diciéndole
que su verga era muy pequeñita para ti, jajajajaja…!!! No
sabes cómo me mate de la risa con solo imaginármelo, no
tenías para que haberlo dejado llorando como un pendejo
al aclararle con lujos de detalles tus puteadas… jajajaja…!!!,
vez…!?, por eso te trato de zorra, es lo que eres, jajajaja…!!!,
una pobre y vulgar zorra asquerosa que le gusta andar
parando vergas grandotas por dónde vas pasando,
jajajaja…!!!

El viejo aparte de estar atacado de la risa y muy divertido


humillando a nuestra casada que en aquellos momentos no
hallaba donde meterse, ya que en parte ese miserable
hombre le estaba diciendo unas cuantas verdades.

A la vez el aprovechado y astuto mecánico notaba como la


mujer se sentía intimidada ante su presencia y que las
palabras que ocupaba para dirigirse a él, aunque estas
fueran para exigirle no ser tan pelado, estas eran de respeto
hacia su persona, pero con esto que se proponía a hacer
ahora pretendía prácticamente hacer capitular a la rubia.

Gabriela en forma totalmente escandalizada vio como el


viejo abiertamente se comenzaba a sacar la verga delante
de ella.

--Así que te quería mostrar esto preciosura para que


pienses en mi propuesta… miralaaaa…!!!, -termino
diciéndole don Pedro a Gabriela a la vez que de entre
medio de su engrasado overol de trabajo se sacaba la
verga totalmente parada y reluciente de prolíficas
exudaciones enseñándosela en toda su magnificencia,
grosor y longitud, el instrumento viril estaba reluciente. --
No es una maravilla…!?, -se dio a preguntarle con sonrisa
guasonesca, --Desde chamacos siempre nuestros amigos
han dicho que yo me la gasto mas grande, jejejeje, pero
aquí tu eres la experta, vamos que me dices!?, quien la tiene
más grande y tentadora para ti…!?, la del buen Cipriano o la
mía?, jejejejee --Dime si no te la comerías tal como lo
hiciste con la de mi hermano, jejejeje.

La horrorizada embarazada al estar frente a frente con un


horrendo viejo que le estaba mostrando crudamente su
verga, rápidamente llevo su vista hacia un lado, pero aun así
bastaron esos tres segundos de visión para ver una
tremenda verga de burro muy similar a la que se gastaba su
macho, pero en su mente calibraba inconscientemente los
dimensiones vergales de ambos hermanos, y por un
instante pensó que a pesar de todo lo humillante que
estaba viviendo efectivamente la verga de don Pedro era
más grandota que la de su nene, o tal vez de igual tamaño,
--Pero la tenía tan tiesa y parada, -se decía la rubia para sus
adentros, maldiciéndose por estar haciendo tal
comparación aunque fuese en forma casi involuntaria.

O seria que debido a los dos meses de abstinencia sexual


prescrita por los médicos estaban causando estragos en la
mente de nuestra embarazada?. Mejor sigamos.

El asunto fue que a pesar de todo lo espeluznante de la


situación ella en esos momentos se la vio tan poderosa
como la que ya ella bien conocía. El vejete seguía con sus
desvergonzadas peladeces:

--Vamos putita no seas tímida, gira tu carita de zorra y


míramela bien, a lo mejor así se te hace agua la concha y te
dan ganas de metértela, jejejeje…

--Gu… guárdese su cosa…! es Usted un degenerado…! como


se le ocurre hacerme algo así… yo soy la mujer de su
hermano…! como no lo entiende…?

--Estas equivocada zorra…!, tu solo eres su puta… su


yeguaaa…!!, y siempre será así, o crees que Cipriano alguna
vez se casara contigo?, jajajajaja…!!! Ya déjate de webadas y
ven a mamármela, yo sé que tú lo deseas, y tu instinto de
perra en celo ya te lo debe estar pidiendo jajajaja…!!!

--Cállese…! ya le dije… guárdese su cosa y déjeme pasar…!!!,


repetía una angustiada Gabriela con su vista girada hacia un
lado y tapándose sus ojos con una de sus manitas.

--Está bien me la guardare, jejejeje al menos ya sabes del


porte que la tengo, piénsalo rubia, lo pasaríamos muy rico
los dos acostados en una cama, jejejeje, -le dijo finalmente
el viejo mientras volvió a esconder su tiesa anaconda dentro
de su overol y mirando en todas direcciones asegurándose
que nadie los haya visto, mientras nuestra asustada
embarazada de soslayo veía como este ya se la había
guardado.

--Viejo desgraciadoooo…!! Es Usted un miserableee…!!,


refunfuñaba la rubia con sus puños apretados y golpeando
con uno de sus tacos el suelo en cementado del taller una
vez que pudo voltear su cara y mirar en forma desafiante a
aquel ordinario tipejo que le acababa de enseñar su verga.

--Callate estúpida…! tú en este taller no eres nadie, jajajaja,


y mira la cámara de seguridad que está a tu izquierda, que
crees que pensara mi hermano si le digo que revise sus
grabaciones y vea como te enseño mi verga y que tu no
haces nada por arrancar, si te quedaste estática tal cual
como lo hiciste cuando te agarre el culo, jajajaja…!!

--Como me voy a arrancar viejo asqueroso, si Usted no me


permite la salida…!?

--Jajajaja…! no me hagas reír tonta hueona, mira hacia atrás


de ti… si tienes todo el espacio del mundo para darte la
vuelta y salir de la situación, pero tu solita te quedaste, y
sabes porque te quedaste…? porque tu instinto de puta te
lo ordeno, tu amor por la verga no tiene límites…
jajajaja…!!!! Así que nada de andarle hablando webadas a mi
hermano mira que yo mismo le digo que le eche una
miradita a las cámaras y ahí sí que ahora con toda
seguridad te desfiguran la cara, jajajajaja…!!!

La hembra ahora sí que estaba totalmente asustada ya que


el vejete parecía estar calentándose aun mas con toda
aquella lujuriosa situación y nuevamente había comenzado
a sobarse la verga y justo en el momento en que a ella le
pareció que este nuevamente tenía intenciones de sacar al
aire su imponente virilidad según ella misma había visto
retrocedió tal como le había dicho el viejo e intento salir del
taller con paso apresurado bordeando el mesón que estaba
a su costado, pero el viejo nuevamente se interpuso en su
camino impidiendo que se le escapara.

--Tranquila yeguaaa…!, por ahora me conformo que me


hayas mirado la verga, para que pienses en ella cuando ya
estés tranquila en tu casa, jejejeje.

--Solo déjeme pasar… se lo pido por favor…, -le contesto


una muy indignada Gabriela, que su estado se combinaba
con un extraño nerviosismo, ese viejo sí que la asustaba, la
hembra pensaba que aquel degenerado tenía algo mal en
su cabeza que no le trabajaba bien. La pobrecita ni se
acordaba que su macho había actuado casi de la misma
forma al comienzo de toda esta chingada.

--Claro que te dejare ir rubia, o acaso piensas que te quiero


violar?, Pus estas equivocada zorrita el día que nos
acostemos será por tu propia voluntad, y será para que lo
pasemos rico ambos, jejejeje.

--Ya le dije que eso no sucederá…!!! Así que déjeme pasar…

--Yo te iré a dejar afuerita del taller no vaya a ser cosa de


que te ocurra algo malo, jejejeje…

--Como se le ocurre...?, Usted no me va a dejar a ningún


lado… y que me va a pasar si solo son unos cuantos
metros…, déjese de sus ocurrencias y deje retirarme.
--Solo si sales conmigo…!, jejejej como si fuésemos grandes
amigos, además no te olvides que somos casi familiares.

--Ya le dije que Usted no me va a dejar a ningún lado…


menos ahora que me ha dicho todas esas estupideces…
hágase a un lado y déjeme pasar.

--Pus de aquí no me corro mami… prefiero que lleguen los


mecánicos de su hora de almuerzo y que nos vean discutir,
así pensaran que tenemos algún enredo e irán a contarle
chismes a Cipriano, jejejeje, te quiero ver explicándole que
yo no te dejaba salir porque te quiero chingar, jajajajaja!!!

La rubia notando en el acto que el viejo se estaba


comportando de lo mas odioso y que difícilmente la dejaría
en paz, se dio a aceptar ya que por nada del mundo quería
que el personal que trabajaba para su macho la vieran
hablando con aquel ordinario sujeto, además que cosas
podrían pensar de ella estos viejos?, si casi la gran mayoría
eran tan salidos y pelados como este mismo, si no habían
sido atrevidos con ella hasta este momento era por el gran
respeto que le tenían a su jefe.

--Ok… me irá a dejar a la salida del taller, pero le aseguro


que yo ya no le daré pie para que me siga molestando, me
escuchó!?, la rubia lo miraba con sus ojos llorosos al haber
estado aguantando leperadas de las más vulgares, según el
viejo le había dicho.

--Eso lo veremos zorraa…! eso lo veremos, jejejeje…, -le


contesto don Pedro haciéndose a un lado mientras ambos
comenzaban a caminar hacia la salida del taller.
En el momento en que la muy nerviosa hembra iba saliendo
del Pie Grande acompañada de un lujurioso don Pedro
justo venia llegando María. La chica venía fumándose un
cigarrillo y a penas vio a Gabriela que salía del taller
apurada y con los ojos llorosos, y que su tío Pedro la venía
acompañando le dirigió una acusadora mirada como si con
esta la estuviese encarando de que adonde quedaba la
conversación que habían tenido en la oficina solo hace
algunos minutos si al parecer algo acababa de ocurrir entre
ellos, por lo menos la rubia así percibió que su amiga
pensaba, pero se tranquilizo a medias cuando vio que María
le dirigió una leve sonrisa para luego dirigirse hacia el
interior del taller perdiéndose de su vista.

--Bien don Pedro, ahora yo me retiro, gracias por haberme


venido a dejar aquí afuerita… espero que desd…

La embarazada no alcanzo a terminar lo que estaba


diciendo ya que el viejo sorprendiéndola poso una de sus
callosas manos en la aun marcada cadera de la rubia
diciéndole palabras de despedida y estampándole un beso
en la cara el cual se lo dio peligrosamente muy cerca de sus
labios, no en estos ni casi topándoselos, pero si muy debajo
de su cutis.

Muachsss…!!

--Nos veremos pronto zorrita… jejejeje, yo también ya me


voy pero por la otra dirección, jejejeje, -que bien huele la
desgraciada, se decía el vejete mientras se pasaba la lengua
por los labios intentando absorber con estos hasta el último
gramo de sabor que quedo en sus resecos labios luego del
furtivo beso en la mejilla que le robo a su tentadora casi
cuñada.
--Ehhhh… ni lo pienseee…! Adiós…!!, -dijo finalmente la ex
casada echándose a caminar hacia su casa y limpiándose
una y otra vez la parte húmeda de su rostro en donde el
atrevido de don Pedro había osado a estamparle ese
asqueroso y húmedo ósculo sin darle tiempo de reacción y
dejándole la cara ensalivadamente mojada, de sus ojos
azules corrían copiosos riachuelos de lagrimas, mientras sus
oídos escuchaban las ultimas leperadas de aquel horrendo
hombre, que se había dado el lujo de humillarla como él
quiso y de hasta mostrarle la verga.

--Adiós pendeja culona…!!, jajajaja…!!!, --Y dile a ese


pendejo de Cipriano que me devuelva el cassette de Los
Temerarios que le preste, jajajajaja…!!!!, le gritó cuando la
rubia ya había avanzado unos cuantos metros.

La semana transcurrió lentamente y monótona para nuestra


separada. De las pocas veces que había ido al taller para ver
a su macho no hubo ninguna ocasión en que se salvara de
las calentonas miradas que le plantaba don Pedro, la rubia
extrañamente se sentía desnuda y nerviosa con solo saberse
con la enrojecida mirada de aquel vejete sobre su cuerpo,
en los momentos en que era observada por el asqueroso
hermano de su macho la atractiva embarazada era invadida
por un extraño estado de alteración al sentirse culpable con
ella misma, si como aquel lejano manoseo en su trasero, la
salida y pelada conversación mantenida con él, la mostrada
de verga y aquel furtivo beso en su cara la uniera en forma
cómplice con aquel descascarado vejestorio.

Pero lo bueno de todo esto según pensaba Gabriela era


saber que tenia al viejo controlado. Desde el día aquel en
que según ella le había dejado bien en claro que ella por
nada del mundo se iba a acostar con él, este no la
molestaba diciéndole sus ordinarieces, aun así su lujuriosa
mirada seguía violándola cada vez que ella se dirigía al
taller.

Ya para el viernes de la semana sub siguiente y estando la


rubia mirando revistas de ropa maternal con la única
intención de distraerse a medias de todo lo que le venía
ocurriendo con su odioso cuñado; también para no pensar
en lo pesado que se había puesto Cesar con todo lo
referente al divorcio; y por ultimo para no pensar en su
Jacobo, que desde hacía más de 2 meses que no la dejaban
verlo.

Estando en estas nostálgicas cavilaciones sintió que alguien


llamaba a la puerta de su nueva casa, pensó que
obviamente no era su macho ya que el entraba con sus
llaves, además que era común que Cipriano, desde que no
podían coger, los días viernes y sábados llegaba a altas
horas de la madrugada porque se largaba a beber con sus
amigotes.

La rubia al mirar el reloj de la sala vio que este marcaba las


6 de la tarde en punto. En forma extrañada se dirigió a ver
quien tocaba a esas horas, y una vez que abrió la puerta se
encontró cara a cara con María, las amigas no se hablaban
desde el día en que habían discutido en la oficina interior
del taller.

--Hola Gabriela…!, venimos a buscarte por solicitud de mi


tío Cipriano, -la ex casada vio que en la calle estaba
estacionado Pablo quien desde el interior del vehículo la
saludaba levantándole una mano,
--Ehhh… hola María… pásale, pásale…!, y cómo es eso que
me vienes a buscar, y para donde iremos?, Cipriano no me
ha dicho nada…

--Claro que no te lo iba a decir, es que es una sorpresa que


te tienen preparada… dijo que te vistieras bien buena y que
te lleváramos, jijiji…

--Eeeehhh, bien buena?, jijiji no entiendo mucho, Gabriela


sabía que esas eran las palabras de su hombre.

--Ahhh tú ya sabes como es mi tío para expresarse, en otras


palabras quiere que te pongas linda para él, jijiji…

--Es que necesitaré algo de tiempo para arreglarme…, -


respondió la azorada rubia quien ya había dado por
superado la traumática conversación con el salvaje e
incivilizado de don Pedro.

--No te preocupes y tomate tu tiempo, yo te espero, y que


el chango espere en el auto…, -le contesto finalmente la
chica a su amiga.

--Ahhh claro, solo dame unos minutos, sírvete algo, en el


refrigerador hay refresco. –Gabriela notaba lo relajada que
estaba María al hablar con ella, pensó que este sería el
momento ideal para tratar con ella el impase que habían
tenido solo hace algún tiempo.

--Gracias amiga… y como has estado…!?, te he visto poco


por el taller, -le dijo la joven a la misma vez que abría el
refrigerador para servirse un vaso de jugo, la embarazada
aprovecho para abordar el tema en ese mismo momento.
--María que bueno que hayas venido… quería hablar
contigo…

--Pues dime… soy todo oídos, jijiji.

--Solo quería pedirte disculpas por lo que paso la semana


antes pasada, la verdad es que me encontraba un poco
alterada y no debí hablarte de esa forma, menos haberte
pedido que salieras de la oficina… me perdonas…?, -le
pregunto la casada asomando su rostro y rubios cabellos
desde la puerta de su habitación.

--No hay nada que perdonar tonta, si tu eres como la


segunda dueña del taller, todos sabemos que de tu bolsillo
salió una fuerte inversión que mi tío hiso en el Pie Grande,
así que no hay dramas, jijiji.

--Aunque sea así… nada me da el derecho de haberte


pedido que te fueras, así que por favor acepta mis
disculpas…

--Bueno… disculpas aceptadas entonces… si eso te hace


sentir bien, pero apúrate… que de verdad te tienen
preparada una sorpresa, jijiji…

--Sale amiga…! dame solo unos minutos y nos vamos a


donde tú quieras.

Luego de pasados 30 minutos que la embarazada necesito


para ducharse, alisar sus dorados cabellos, y acicalarse tal
como le habían pedido por parte de su Don, la rubia salía
de su habitación lista para irse con María.

La chamaca desde que la conocía, y más ahora que la vio


salir de la habitación no se cansaba de admirar a su amiga
con una sana envidia, se decía para ella misma que por algo
todos los viejos del taller, incluyendo a su tío Pedro, todos
ellos andaban más que calientes con aquella hembra que a
la legua se notaba que no pertenecía a aquel ambiente,
como a su vez también se preguntaba que había visto
Gabriela en su tío Cipriano al grado de haber dejado a un
hombre meramente atractivo por venirse con él, pero al
recordar que fue la misma rubia quien le había aclarado la
situación a su ex marido de los motivos que tenia ella para
abandonarlo… -> “Don Cipriano tiene la verga mucho más
grande que la tuya, y con eso para mí ya es más que
suficiente… te queda claro chiquitoooo!?”, -solo con
recordar aquellas lujuriosas palabras que ocupo su amiga
para poner en su lugar a su marido la chica se sintió
extrañamente excitada encontrándole un poco de razón a
su amiga.

--María… nos vamos entonces…?

La joven estando en esas lejanas ensoñaciones se dio a


admirarla, Gabriela había recogido sus rubios cabellos con
un pañuelo dejando totalmente despejada su cara, sus finas
facciones eran de cómo si ella viniese del este de Europa y
sus ojos azules la hacían ver como un verdadero ángel en
cuerpo de hembra. Se había puesto un ajustado vestido
color beige que marcaba todas las curvas que aquella ninfa
poseía en su endiablado cuerpo, y aunque no me lo crean
amigos míos tanto María como yo reconocemos que
nuestra Diosa aquel día preñada y todo igual se veía como
una verdadera Reina, además que recién tenía un poco más
de tres meses, o casi 4… ni yo mismo sé cuanto tenia
exactamente, pero por ahí andaba.
--María…! María…!! Que me miras tanto… te estoy
hablandooo…!, jijiji en que piensas tanto mujer…

--Ehh ehhhh…! Nada… en nada…! solo que eres muy bonita


Gaby…! como me hubiera gustado ser como tú, la mera…

--No digas esas cosas María… tu eres una chica muy


linda, -le dijo la rubia tomándola de su cara y
depositándole un beso en la frente para levantarle el ánimo,
ya que en su rictus le vio algo extraño, algo así como de
tristeza.

--Bueno mejor vámonos que te están esperando… -le


contesto finalmente la chica, --Pero mira nada más… si te
ves hermosa con ese vestido… como toda una actriz de
Hollywood.

El viaje no fue por más de dos minutos y la rubia una vez


que llegaron al taller de don Cipriano se extraño de ver
varios autos estacionados a las afueras de este, solo se dio a
seguir a ambos chamacos que caminaron hacia el interior
risueños y algo emocionados.

La rubia embarazada no dio más de alegría cuando cayó en


cuenta que su macho como todo un padre de familia le
había organizado una fiesta sorpresa para celebrar su
estado.

En forma aun sorprendida vio que todo el centro del taller


se encontraba despejado de vehículos y motores. En este
céntrico espacio habían puesto mesas adornadas con
manteles blancos y con flores en jarras. Las mesas ya
estaban atiborradas con comestibles y bebidas por doquier,
sumado a que al unísono de su ingreso comenzaron
fuertemente a sonar cumbias y corridos mexicanos para
alegrar el ambiente.

Vio también que los invitados a tan importante reunión


eran los mecánicos del taller y otros pocos de los talleres
aledaños, todos junto a sus familiares con chamacos
incluidos, ya que en esos momentos andaban una jauría de
mocosos corriendo por todos los rincones del taller
persiguiéndose y agarrándose a patadas, y como también
en una de las mesas estaba uno de los trabajadores más
antiguos del Pie Grande vestido de chaqueta y corbata
junto a su mujer, la cual vestía en forma muy decorosa, y
junto a ellos sus 6 críos todos bien peinados para el lado y
vestidos con la tenida dominguera, estaban sentados en
escala real según su estatura, y con los zapatos bien
lustrados.

Casi la totalidad de los machos que habían sido invitados


junto a sus familias quedaron embobados ante la soberbia
presencia de aquella Diosa que era portadora de una
belleza arrolladora y mas que criminal: Su pelo
naturalmente rubio lo traía tomado con un pañuelo,
mientras preciosos mechones dorados caían tímidamente
adornando el marco de su carita de princesa elfa en medio
de esa jauría de orcos, sus hermosas y fibrosas piernotas
con muslos incluidos venían enfundados en medias color
café oscuro, su semi ajustado vestido beige le dibujaba el
tremendo cuerpo que se gastaba, y como ya lo he dicho en
reiteradas ocasiones, hasta en su estado de embarazo que
ya se comenzaba a notar la hembra se veía meramente
tentadora, y así lo confirmaban la totalidad de los viejos
mecánicos que ya casi se la comían al estar desnudándola
mientras ahora le contemplaban sus poderosas nalgotas,
firmes y bien levantadas, y con sus enormes pero realmente
preciosas tetas que parecían a punto de estallar sobre los
tirantes de su vestido.

Sin dudas la imagen de aquella imponente hembra era un


verdadero monumento de mujer, su aspecto físico así se lo
demostraba a todos los presentes, ya que ese voluptuoso
cuerpo de 26 años acaparaba en ese momento las miradas
de todos los hombres presentes que al estar hechizados
ante tan fantástica visión, estos aun permanecían
estupefactos observando a semejante Diosa.

Y no era para menos, ya que apenas Gabriela puso un pie


en la losa interior del taller, todas las miradas se posaron en
ella, la de los mecánicos, sus esposas, y hasta los chamacos
mas creciditos observaron aquella figura tan atractiva sin
poder decir una palabra, solo tragaban salivas, algunas de
las mujeres en cambio, hicieron una mueca de desprecio
ante ella debido a los celos y la envidia, como otras ya de
mas avanzada edad quedaran perplejas ante la belleza y
delicadeza de esa extraña mujer rubia que en tantas
ocasiones habían oído hablar de ella.

Por su parte Gabriela estaba encantada con tanta algarabía,


también vio como en otro rincón del taller se encontraba
una improvisada cocina en donde algunas de las esposas de
los mecánicos preparaban la cena con las ensaladas que se
servirían mas tarde.

En eso estaba la rubia cuando vio aparecer de entre un


grupo de hombres a su macho quien venía a recibirla con
una lata de cerveza en sus manos,
--Jajajaja… como la vez mi reina…? Te gusta la sorpresita
que te tenía preparada…?

Gabriela sintiéndose la mujer más enamorada de este


mundo se arrojo a su pecho en señal de amor y
agradecimiento para luego levantar su cara despejada de
mechones rubios y decirle,

--Claro que me gusta nene… me ha encantado… no debiste


haberte molestado…

--Tranquila nalgona, jajajaja solo disfrútalo… mira que aun


hay más sorpresas para esta noche, jejejeje…

--Mas sorpresas…!?

--Si nalgona… como la escuchas, aun hay más sorpresas,


mira por ahora ve a platicar con las viejas de los mecánicos,
que yo estaré un rato con los muchachos… y luego nos
pegamos una bailadita jejejeje… supongo que podremos
bailar un ratito no?, le consultaba el vejete a su hembra
claramente refiriéndose a eso de que ellos por ahora no
podían revolcarse juntos como tanto les gustaba según le
habían dicho los médicos.

--Jijiji claro que bailaremos, aunque sea un ratito bebe…


descuida que no nos pasara nada malo con un simple baile,
jijiji, solo déjame entrar en ambiente jijiji…

Y así fue pasando la noche, con una muy entretenida


Gabriela quien conoció un poco más a las esposas de los
mecánicos que trabajaban para su macho, y lo que más la
tranquilizó fue que mientras platicaba con las viejas, con sus
azules ojos recorrió cada rincón del taller hasta que gracias
a Dios se convencía que el odioso de don Pedro no se
encontraba en la fiesta, la música y canciones de Javier Solís
retumbaba a diestra y siniestra por todo el galpón.

Paso el momento de la cena en donde la rubia como


siempre se dio más a las ensaladas que mas aportes de
vitaminas le brindaban para su estado, mientras que ya
varios hombres se encontraban algo bebidos y bailaban con
sus esposas después de haber ido a acostar a sus críos
pequeños aprovechando que casi todos ellos vivían en las
cercanías del taller.

Como también la rubia noto que el chango con María no se


despegaban ni por un solo segundo, y que Francisco en
ningún momento se apareció por el jolgorio, eso le daba
solo una respuesta y esta era que a Francisco al parecer
también la habían mandado a la mismísima verga, después
de lo que había ocurrido en su ex departamento de casada.

Ya eran casi las 12 de la noche cuando en el momento en


que la rubia estaba platicando animadamente con dos de
las mujeres de los mecánicos, un muy enfiestado Cipriano
ya algo bebido fue en busca de su mujer, su intención era
una sola, quería bailar con ella y que todos vieran el lujo de
hembra que se gastaba, aunque ya todos lo sabían pero a él
le gustaba lucirla delante de todas sus amistades.

Gabriela acepto encantada bailar con su macho delante de


todas esas personas, estirando su manita para dársela a la
de su hombre se encamino hacia el centro del taller que era
la pista de baile, bajo las enfiestadas y sonrientes miradas
de todos los comensales, y tal cual como si ellos estuviesen
bailando el vals de los novios fueron rodeados por todos
los presentes, dejándoles el espacio suficiente ya que el
baile que comenzó a sonar por los parlantes no era de
cumbia, ni de reggaetón, sino que era otro tipo de danza
aun mas diabólica, excitante y escandalosa que los ya
mencionados.

No fue salsa ni merengue, la cosa fue que la rubia al caer en


cuenta en el acto el tipo de baile que tronaba por los
parlantes rápidamente con una de sus manitas se retiró sus
zapatillas con taco, sabía que de esa forma bailaría más
cómoda y que se podría desplazar con más facilidad por la
pista de baile, así que una vez que ya estuvo descalza volvió
a posar su manita en el hombro de su macho y seguir
tomada con la otra de la mano de este, y así comenzó a
danzar rítmicamente al son de aquella excitante y mas que
lujuriosa música, que le exigía hacer morbosos movimientos
anatómicos, sobre todo con su cintura y caderas.

Con sus cuerpos muy pegados uno del otro y entrelazados


con sus manos la pareja daba rápidas vueltas por distintos
sectores de la redondela de gentes en que estaban. Las
piernas de la casada se movían rápidamente
entrecruzándose entre ellas y de a veces quedando justo en
la entre pierna de su mecánico que también le ponía
empeño para llevar el rápido ritmo de su hembra, en donde
retrocedían dos pasos para luego avanzar tres mas, siempre
mirándose uno al otro, para luego de salir volando la rubia
girando alucinantemente según todos veían, y quien sabe
como luego ambos nuevamente estaban entrelazados
avanzando y retrocediendo pasos, en diabólicos y
calentones movimientos.

El viejo con su manaza puesta en la espalda de Gabriela


bailaba orgulloso ya que sabía que todas las miradas
masculinas estaban puestas en los lujuriosos movimientos
que hacia el cuerpo de su mujer al ritmo de la Lambada.

De pronto se separaban y la rubia quedaba con sus manos


sensualmente levantadas contoneándose con su cuerpo sin
perder por ningún momento el excitante ritmo de la
canción “Llorando se fue…” del grupo Kaoma, para luego
como si fuese por instinto quedar nuevamente muy pegada
al cuerpo de don Cipriano, en donde nuevamente
entrelazados y abrazados comenzaban a avanzar y
retroceder; como así mismo dar vueltas por la pista con
eróticos movimientos de cintura y trasero por parte de
nuestra suculenta casada al son de aquel enajenante y
facineroso bailoteo que se estaban mandando.

Los viejos estaban babeando con cara de perros en leva


mirando como esa atrayente rubia se meneaba
morbosamente para ellos, según como lo pensaban, la
veían danzar alegremente al regazo de su jefe, como en un
momento vieron que solo quedaba prendida de la grotesca
cintura del viejo, para con su otra mano levantarla siempre
contoneándose y meter su manita por entre medio de sus
dorados cabellos y quitarse el pañuelo que llevaba puesto
para luego sacudir exquisita y felinamente su alisada
melena rubia, y para nuevamente asirse de este y comenzar
con esas calentonas vueltas y avances donde uno de sus
poderosos muslos quedaba puesto justo en la verga del
viejo, por lo que más de uno de estos pobres hombres de
trabajo ya tenían una paja asegurada para esa misma
noche, como habían otros que ya fantaseaban con agarrarla
y violársela ahí mismo donde estaba bailando.
Pero el más caliente de todos y que ya estaba que mandaba
sus lecherasos dentro de sus propios pantalones por lo
perturbado que estaba al mirar de muy cerca como Gabriela
meneaba el culo endiabladamente rápido era nuestro
grotesco y siniestro de don Pedro, que había llegado a la
fiesta justo en el momento en que don Cipriano estaba
sacando a bailar a la rubia, por lo tanto no se había perdido
ningún detalle de aquel sensual y erótico baile que la
hembra de sus más oscuros sueños se estaba pegando con
su hermano.

--Que manera de menear el culo de esta zorraaaaa…!!!


Miren nada mas esas piernotas como se entrecruzan entre
ellas… --Pero que puteadas son esas…!?, -y muchas cosas
más eran las que don Pedro se decía para el solo mientras
veía como la rubia de sus sueños preñada y todo no se
quedaba chica a la hora de bailotear.

Don Pedro literalmente estaba más que caliente, y mientras


sus enrojecidos ojos veían como el vestido de Gabriela se
había subido peligrosamente por su cuerpo debido a los
endiablados movimientos que ella hacía, este ya se estaba
imaginando tenerla con esas bellas piernas abiertas
esperándolo para que él le metiera su verga para que ella
una vez de haberse comido su gruesa herramienta carnal
comenzara a mover su cintura tal como lo hacía en aquellos
deliciosos y enajenantes momentos.

Los aplausos sacaron al caliente vejete de aquella idílica


ensoñación, su corazón latía a mil cuando cayó en cuenta
que aquel escandaloso baile ya se había terminado, por lo
que un oscuro pensamiento a base de sus ardientes deseos,
se fue instalando en su perversa mente, y todo por culpa de
aquella escandalosa Lambada.

Don Cipriano estaba con su ego subido en el mismísimo


Olimpo, al ver la cara de sus compañeros de labores, pero
cuando observo que entre medio de todos ellos estaba su
hermano Pedro tomándose un ponche para nivelar el
azúcar, tomo de la mano a su hembra para dirigirse con ella
hacia donde habían ubicado un micrófono.

La rubia al percatarse que su macho algo más tenía


preparado para esta noche se atrevió a preguntarle a este
de que se trataba todo aquello.

--De que se trata todo esto nene… que vas a hacer ahora…?
jijiji…,

--Ya verás nalgona es una sorpresa, jejejeje…

La rubia mientras sonreía al ver como el viejo le daba


golpecitos al micrófono para probar si este estaba en buen
estado y funcionando, vio desde su ubicación como los
invitados se ubicaban al frente de donde estaban ellos fue
ahí que cayó en cuenta de la presencia del odioso de su
cuñado.

Lo vio con su misma aborrecida sonrisa de siempre, sus ojos


negros la miraban lujuriosamente, como agradeciéndole el
sabroso baile que ella les acababa de regalar, se fijo que el
viejo andaba con una camisa blanca y que esta al parecer
estaba limpia, pero su cuello estaba todo carcomido y
gastado, con unos pantalones de tela negros también
raidos pero sin llegar a estar rotos y que sus zapatos eran
de color café y muy viejos, llamativamente se le veían sus
calcetines que a todas luces eran calcetas deportivas
blancas y que estas ya estaban percudidas por el uso, en fin
ese era el traje de fiesta de tan asqueroso sujeto, se decía la
escandalizada hembra.

Y la verdad que la pinta de don Cipriano no estaba muy


alejada de la de su hermano, pero Gabriela se sentía tan
enamorada de él que no se daba cuenta de estos detalles.

--Atención…! atención…!!, rugía don Cipriano quien se había


subido sobre una silla.

La áspera voz de su macho la sacó de la mugrienta imagen


de don Pedro quien se daba cuenta que la rubia lo estaba
mirando, este pensó que la suculenta hembra lo estaba
tasando con ojos de mujer, por lo que se envalentonaba
aun mas para poner en marcha la segunda parte de su plan
para cogérsela lo antes posible.

--Jejejeje… se les agradece a todas la damas presentes estar


acompañándonos en esta noche a mí y a mi mujer, jejejeje,
y a ustedes tropa de inútiles, jajajaja hijos de la gran
putaaaaa…!!!, -les dijo refiriéndose a los mecánicos, --…
también se les está agradecido, y para seguir celebrando y
pasándolo tan bien como hasta ahora les pido un aplauso a
mi carnal, a mi cuate, al que se puso con todos los recursos
para hacer esta fonda, jejejejje ya que desde hoy también va
a ser mi compadre y que mi mujer aquí presente pasara a
ser también su comadre, jejejeje, les pido que le den un
fuerte aplauso a mi hermano Pedrooo…!!!! Jajajajaja…!!!!!!!

La rubia quedo impactada con semejante ocurrencia de su


macho, como era eso que don Pedro iba a ser su compadre,
en eso inconscientemente llevó su azulada mirada a los
ardientes ojos negros del asqueroso tipejo que pretendía
ser desde aquel día el padrino de su futuro hijo, este la
miraba con una triunfante sonrisa de burla, como diciéndole
telepáticamente que por cada situación que pasaba el
estaba más cerca de ella.

Una vez que don Cipriano se bajo de la silla entre medio de


los aplausos, el feliz y sin vergüenza de don Pedro ya estaba
junto a ellos, con varios de los mecánicos con sus esposas,
mientras de fondo ya tronaba la banda sonora de los más
conocidos y mejores corridos de todo México, como de
Antonio Aguilar por ejemplo.

--Jajajajaja…! bienvenido a la fiesta pendejo, jajajaja…!, -


saludaba don Cipriano a su hermano entre medio de dadas
de manos y fuertes palmadas en la espalda que se daban
entre ambos, alrededor de ellos estaban varios de los
invitados con vasos de vino y fruta picada en sus manos, --
Ustedes ya deben conocerlo, este es mi hermano Pedro, el
segundo mejor mecánico de todo el DF, jajajjaaaa…!!!,
terminaba don Cipri su presentación en sociedad,
concediéndole la palabra al recién llegado de don Pedro.

--Jejeje…!, así es y para que sepan todos ustedes… soy muy


buen mecánico, pero como me hubiese gustado también
ser ginecólogo… jajajajaja…!!!!, dijo esto último mirando de
pies a cabeza al atrayente cuerpo de su casi cuñada, pero
posando fijamente su caliente mirada a la altura de su
vagina.

--Jajajajaja…!!!, pero que chingadas estás diciendo pinche


Pedro… más respeto con mi mujer pendejooo…!!!, jajajaja…,
comiste algo!?
Gabriela totalmente desencajada veía como su macho no
hacía nada por poner en su lugar al pelado de su hermano,
que se había atrevido a burlarse de ella y de su estado
delante de una buena parte de los trabajadores, que
también rieron disimuladamente ante la osada salida de
don Pedro, y que mas encima estaba más preocupado por
atenderlo que otra cosa, por lo que recordó las palabras de
María, el siempre le daría la razón al que lleva su sangre y
no a ella.

--Jejejeje… no te preocupes mi buen… solo vine a saludar,


aunque me hubiese gustado quedarme un ratito, jejejeje, te
darás cuenta que ahorita ando acompañado con mi mujer y
ya nos largamos a cul… perdón a nuestros asuntos, jejejeje.

Todos los presentes miraron en dirección hacia donde don


Pedro apunto cuando se refirió a “su mujer”, y todos incluso
Gabriela llevaron la mirada hacia el lugar donde estaba de
pie una hermosa jovencita de belleza inigualable, ella
estaba de pie contra la muralla que daba a la oficina de don
Cipriano, llevaba puesto un ajustado vestido tipo minifalda
de color azul oscuro, sus hermosos ojos verdes denotaban
algo de nostalgia según veían, y tenía una de sus manitas
puesta en sus rojos labios de frambuesa, con sus deditos
doblados en señal de nerviosismo ya que en esos
momentos eran varios lo vejetes que la acosaban
intentando sacarla a bailar.

--Jejejeje ya veo mi buen, pero si la sigues dejando solita, te


la saldrán levantando, jejejeje, le contesto don Cipriano a su
hermano a la vez que le daba una repasadita a Evelin
evocando las cogidotas que el también ya le había puesto a
ese tremendo cuerpazo de Diosa que se gastaba la
chamaca al igual que su otra Diosa. Gabriela se dio cuenta
de la forma en que su macho miraba a la hermosa
mocosita.

--No te preocupes pinche Cipriano…!, jejejeje, ella sabe que


debe comportarse cuando la saco a dar una vueltita antes
de ir a hacer eso que tanto le gusta a ella, jejejeje. –El vejete
hablaba sacando pecho al darse cuenta como una
extrañada Gabriela tomaba conocimiento que él también se
gastaba una hembra del calibre de ella misma.

--Entonces no se hable más pendejo, ve a buscar a la Evelin


y pasa a la mesa para que coman algo, mira que mi mujer
les atenderá, jejejeje…

El siniestro de don Pedro pasándose la lengua por sus


labios, se dio a contestarle en el acto,

--La pendeja esa siempre se niega a comer cuando salimos,


pareciera que hay una sola caso que la llena por completo,
jejejeje…

--Ok… entonces que te espere, Gabriela podrías llevar a mi


hermano a la mesa y atenderle, jejejeje…

Don Pedro quedo mirando con cara de cordero degollado a


la rubia, ella por su parte ya estaba buscando en su mente
alguna justificación para no tener que ser en ella quien
atendiera a don Pedro, este último no daba más de gozo
por lo pendejo que estaba siendo su hermano, así que se
dio a decir,

--Jajajajaja…!!! Será un honor que mi comadre me atienda,


jajajaja…, entonces esperaré sentado en la mesa… jejejee.
Una vez que don Pedro salió caminando triunfalmente a
sentarse y esperar a ser atendido, la rubia se dio a intentar
de no ser ella quien atendiera al vejete.

--Cipriano… estoy algo cansada porque no lo atiende


alguna de las señoras de los mecánicos?, le dijo con cara de
preocupación, así lo demostraban sus rubias cejas
enarcadas hacia arriba cuando miraba a su macho.

--No lo creo pendeja, nosotros somos familia, y por


tradición en mi familia nuestras mujeres son las que
atiendes a los hombres, jejejeje…

--Pero podría hacerlo María, ella también es de la familia…

--No pues…!, aquí los anfitriones somos nosotros, así que


vamos meneando ese par de nalgotas y atienda a su
compadre, jajajaja…!

La rubia quedó mirando al viejo que estaba solitario


sentado en la mesa jugando con una servilleta mientras
esperaba a que lo atendieran, a la vez que miro a la chica
que lo esperaba en la misma parte en donde él la había
dejado, al parecer ya se había sacado de encima a los
lujuriosos mecánicos que habían estado acosándola. La
rubia no se dio cuenta que fue el mismo don Pedro quien
se los espanto antes de ir a sentarse a la mesa.

--Está bien lo atenderé, -dijo la rubia siempre mirando a la


mocosa que acompañaba a su odioso cuñado, --Pero como
es eso que tu también le sabes el nombre a esa nena si yo
nunca la había visto…?

El viejo Cipriano cuando escucho que el tono de voz de su


mujer cambio para consultarle sobre la pendeja que
acompañaba a su hermano, creyó saber del estado en que
se encontraba su mujer, por lo que se dio a contestarle,

--No me vas a decir que estas poniéndote celosa…?,


jejejeje..., ella es la hembra de Pedro, no tiene nada que ver
conmigo, solo la conozco de nombre, jajajaja…!

--No entiendo… si solo es una chiquilla… tu hermano podría


ser hasta su abuelo…, -le contesto Gaby sin quitar sus ojos
de la atractiva chica.

--Pus eso a ti no tiene que porque importante, acaso no te


acuerdas de la diferencia de edad que hay entre
nosotros…?, además que a él le gustan jovencitas, jajajaja…
así que ya déjate de estupideces y ve a servirle la cena.

--Nene…! Y a ti… a ti te gustan así de jovencitas…?, Gabriela


con algo de celos le preguntaba recordando la forma en
que su macho había mirado a esa nena solo hace un rato.

--Jajajajajaja…!!, ya déjate de estupideces Gabriela… ya te


dije que a esa pendeja ni la conozco, además que yo te
tengo a ti ricura, recuerda que eres mi Diosa…!, como
podría yo andar por ahí mirando crías…?, jejejeje…

La rubia de pronto cayó en cuenta de las estupideces que


estaba pensando, ella estaba segura que su macho la
prefería a ella, si incluso se había atrevido de dejar a su
esposa legal, una señora gorda y fea, por estar con ella,
ambos se amaban se dijo mientras inconscientemente
camino hacia la improvisada cocina para servirle la cena a
su casi cuñado, pensó que este no se atrevería a molestarla
delante de don Cipriano y los amigos de este.
Mientras la fiesta estaba que ardía, nuestra exquisita rubia
llego a ponerle los cubiertos al lugar en que se encontraba
don Pedro, mientras lo hacía en la forma más seria posible
hasta sus oídos llego esa aguardentosa voz que le
recordaba a los primeros días en que había conocido a don
Cipriano,

--Hola zorrita… jejejeje… has pensado en mi propuesta…!?,

Gabriela totalmente escandalizada miro en todas


direcciones para asegurarse que nadie los escuchaba,

--Ya basta…! ya le dije que eso no ocurrirá nunca…!, ahora


déjeme ir a buscarle su cena…

--No es necesario rubia… yo ya me retiro, si no te has dado


cuenta mi mujer me está esperando, solo vine hasta aquí
para preguntarte lo anterior, jejjejeje…

--Entonces lárguese…!

--Claro que me largare preciosa, jejejeje la primera cogida


que le ponga a esa potranca esta noche lo haré pensando
que lo hago contigo… jejejeje…

--Es Usted un degenerado, acaso no se da cuenta que es


solo una niña?,

--Seeeee… una niña de 18 años que desde hace rato le


crecieron las tetas, tiene algo de pelos en la zorra, y que
culea como los Dioses… jajajaja…!!!

--Viejo cochino… búsquese una mujer de su edad… como se


le ocurre hac…
--Pus eso mismito deberías decírselo también a Cipriano
pendeja, jajajaja…!, le corto don Pedro de una y esperando
la reacción de la rubia.

Gabriela se quedo de piedra mirando a ese viejo que la


miraba con una de sus más asquerosas sonrisas de burla,

--Que me está diciendo…?, le pudo decir finalmente, su


corazón ya estaba comenzando a latir más acelerado de lo
normal.

--Pus lo que escuchas princesita, ya es hora de que salgas


de tu burbuja de amor, eso que me dices también deberías
decírselo al buen Cipriano, que es tan caliente y
degenerado como yo mismo, jejejeje…

--Usted miente… el… el no es así…, le contesto la rubia con


toda la seguridad del mundo.

--Lo puedes asegurar…?, le dijo el vejete poniendo en jaque


a nuestra casada, ya que por el tono de su voz le estaba
diciendo abiertamente que el macho que ella tenía por
pareja no era de los trigos muy limpios.

--Claro que lo aseguro…! yo lo conozco bien, le dijo


finalmente Gaby a don Pedro.

La embarazada vio como el viejo con cara de aburrido


sacaba su celular y pensaba a deslizar sus dedos por este…

--Gracias a Dios que ahora existen estas mamadas, jejejeje,


escúchame zorraaaa…!!, te mostrare algo solo porque te
tengo buena, si te has dado cuenta este último tiempo no
te he molestado, y quiero que sepas que a mí no me gusta
que te estén viendo la cara de mensa, jejejeje.
Gabriela escuchaba esas extrañas palabras como si el viejo
le diese a entender que entre ellos dos ya existiera una muy
buena amistad, y como este buscaba algo en su teléfono
para mostrar algo que ella no sabía por qué motivos ya
necesitaba ver, para convencerse o para desestimar lo que
aquel horrendo vejete le estaba diciendo.

--Escúchame rubia, esto es algo así como un secreto de


estado, solo actúa normal y saca tus propias conclusiones,
ahora mira y convéncete tu misma jejejeje, -le dijo
finalmente extendiéndole el celular.

Gabriela, en el momento que con sus ojos azules vio la foto


en que salía una rubia jovencita muy sonriente con un oso
de peluche en su ante brazo, y que la otra joven era la
misma que en aquellos momentos acompañaba a don
Pedro y que lo esperaba casi a la salida del taller, además
de ver nítidamente que a un lado de ellas estaban su
cuñado y su macho, se dio cuenta que estaban en una feria,
en el acto intento buscar una explicación a todo aquello,
claramente era una selfie de no hace mucho tiempo,
levemente llevó su mirada a los enrojecidos ojos del viejo,
hasta que por fin pudo articular palabra,

--Eso debe haber ocurrido hace tiempo… e… él… él era libre


de hacer lo que quisiera, aun no estábamos juntos, le dijo a
la vez que se dejaba caer en una silla y le devolvía el celular
al vejete,

--Te equivocas rubia… jejeje solo fue hace un par de meses


o algo, así, pero en todo caso ustedes ya estaban juntos…

--Noooo… no, eso no es verdad…!, Usted me está


mintiendo para ponerme mal con él…
“-No mami como voy a quererte ponerte mal con él, solo
deseo que por las buenas me prestes a mi también el culo y
la zorra…-”, pensaba el ardiente de don Pedro.

--Mira Gabyta… jejejeje yo ya te dije que tú me caes re bien


y no me gusta que mi hermano te este haciendo esta
pendejada después de todo lo que tú has dejado de lado
por él, jejejeje… -don Pedro por todos los medios posibles
ahora quería ganarse la confianza de la rubia, sabía que
después de eso, sumando los celos y con el resentimiento
en que la dejaría habría un estrecho eslabón para llegar a lo
que él ya daba por casi un hecho, solo era cuestión de un
tiempito mas, se decía, ya que acababa de activar una
verdadera bomba de tiempo en la conciencia de la atractiva
mujer, --Si te quieres convencer tu misma, saca el chip del
Gps de tu camioneta y ve a que te lo revisen, jejejeje, ahí te
darás cuenta que en la misma fecha que está en la
fotografía la camioneta estuvo estacionada a las afueras de
la feria en que yo trabajo, fue ahí donde nos tomamos la
foto, y uf… lo pasamos de lujo, mira ten… aquí está la fecha
en un papelito para que no se te olvide y puedas estar
segura que yo no te miento, si lo haces también podrás ver
para donde nos fuimos con esas bellezas, jajajajaja, te lo
repito yo no te miento, jejejeje…

Gabriela solo se quedo mirando a un punto no definido


pensando en lo objetivo que era todo lo que le decía aquel
horrendo viejo.

--No le creo nada…, le dijo finalmente con un hilillo de voz,

--Pus entonces me voy, estás en tu derecho a no creerme ya


que sabes que tú me gustas mucho pendeja, jejejeje…, pero
échale una miradita al Gps, incluso tengo más fotografías y
hasta un video de lo que hicimos con esas viejas, Ehmmm
alguna vez te has preguntado si mi buen hermano sería
capaz de cambiarte por una rubia mas jovencita…!?,
jajajaja… yo tengo los medios para darte esa respuesta te
guste o no, como te dije antes poseo mas material, y te lo
puedo enseñar cuando tú lo quieras. Claro que si te animas
a echarle una miradita, ahí eso ya tendría un valor
agregado, jejejeje, y tu sabes cuál será el precio de la tarifa,
me entiendes no!?, Por ahora me retiro, sé que nos veremos
luego, atrás del papel con la fecha está mi numero, cuando
te decidas solo tienes que llamar lindura, jejejeje…

Sin más el vejete se puso de pie y simplemente se largo, la


casada desde su silla vio como ese viejo desgraciado se
alejaba hacia la salida del taller junto a la joven con la que
había venido, le pareció que ella no estaba muy contenta de
andar paseando con aquel vulgar vejete.

Luego de verlos desaparecer llevo su azulada mirada hacia


la grotesca persona de su macho que en aquellos
momentos se divertía conversando en grupo en el cual
también estaban el chango con María, lentamente tomo
con una de sus manitas el papel que le había dejado don
Pedro y quien sabe por qué motivos lo dobló y se lo
guardó.

La chica al ver desde su ubicación que Gabriela estaba


pensativa después de haber hablado por uno minutos con
el pelado de su tío, esta con algo de remordimientos de
conciencia fue a ver como estaba su amiga.

--Como estas Gaby, mi tío te molesto otra vez…!?


--No…! no es eso… solo hablamos un rato… y me dijo
algunas cosas,

--Te humilló nuevamente…!?

--No María, no lo hizo, sabes?, me siento mal, quisiera irme


a casa, le puedes decir a Pablo que me vayan a dejar.

--Claro, no te muevas de aquí le avisaremos a mi tío Cipri y


te vamos a dejar, ya es algo tarde, seguro que él se quedara
bebiendo con los demás viejos, mañana es sábado y solo
vendré yo con el chango a entregar unos vehículos.

Una vez que el chango con María dejaron a la rubia en su


casa, la edecán se vino pensativa, recordó el día en que
discutió con Gabriela y como ella había salido con su cara
descongestionada y llorando seguida por don Pedro, y
ahora como había cambiado de genio tan abruptamente
después de haber conversado con su tío solo por algunos
minutos siendo que antes de eso la había estado pasando
tan bien. Gabriela le había confidenciado al interior de la
casa que su reacción se debía a que no le había gustado
que solo don Cipriano hubiese escogido al padrino del hijo
de ambos sin preguntárselo a ella, pero María sabía que eso
solo eran patrañas, a su amiga le pasaba algo mas
espinudo, acaso su tío Pedro sería tan bellaco de cogérsela
en su estado tal como le había confidenciado a ella misma?,
pero Gaby podría negarse, se contestaba al instante, la cosa
fue que se prometió estar atenta a la situación.

Al siguiente día y al son de los ronquidos de don Cipriano


que solo había llegado hace algunas horas, la rubia quien ya
se había levantado se tomaba un vaso de leche pensando
en todas las cosas que le había dicho don Pedro la noche
anterior, al estar recién bañadita sus rubios cabellos aun
estaban húmedos y los había peinado hacia atrás
tomándoselo con cole, toda su carita estaba despejada,
pero la imagen más espeluznante y que no podía quitarse
de su mente era esa fotografía en donde su macho salía con
su hermano acompañado por dos jovencitas, se preguntaba
como esa chamaquita que vio la noche anterior y que
también aparecía retratada en esta se podía prestar para
esas cosas si se notaba a lo lejos de que ella no era de la
misma calaña de don Pedro, y a raíz de la pregunta que le
había hecho ese horrendo hombre alusiva a que su macho
podría tener debilidades con rubias mas jovencitas que ella,
solo con esto se sentía más que indispuesta con esa
pendeja rubia y con cara de viciosa que salía también en la
selfie.

En fin, extrañamente nuestra embarazada en su mente solo


hacia culpable de todo aquello a la persona de su cuñado y
tal vez a la pendeja rubia, aun pensaba que su macho era
una inocente victima de las circunstancias, que él era
distinto a toda la demás gente que los rodeaba, y todo por
culpa de aquel tosco ambiente en vivían, se volvía a decir.
Pero aun así en forma serena y pensativa decidió que solo
para alejar las dudas iría a que le revisaran el Gps de la
camioneta, aun no eran las 9 de la mañana y sabia que su
don Cipriano cuando se pegaba esas borracheras no se
despertaba hasta las 3 de la tarde como mínimo, así que
tendría tiempo de sobra para ir y volver.

--Está seguro que la fecha es la misma que le di…


--Si señora, ese día su vehículo estuvo estacionado desde
las 10 de la noche en esa dirección, luego se traslado a una
zona rural sin número, aquí está el nombre y numero de la
ruta que tomo el vehículo, además de los trayectos, vasta
que tome esta calle que es la más cercana y luego puede
seguirla Usted misma, mire… y como puede ver luego se
puso nuevamente en movimiento para después de una hora
volver al mismo lugar, y ahí estuvo estacionada hasta las 7
de la mañana, en ese momento fue cuando su vehículo
nuevamente se puso en movimiento y retorno a su
domicilio.

--Gracias… me puedo llevar el mapa con los trayectos…!?

--Claro que si, así lo contempla nuestro servicio, y gracias


por preferirnos, le dijo el hombre que no se cansaba de
admirar las finas facciones de aquella rubia que en aquel
delicioso momento lo miraba con sus penetrantes ojazos
azules, y con su cara totalmente despejada debido al
informal peinado que llevaba.

--No gracias a Usted, -le dijo la tentadora hembra.

El hombre que atendió a Gabriela aunque este era de muy


buena presencia no pudo evitar de tasar lujuriosamente a
aquella Diosa que acababa de atender. La rubia iba vestida
con unos ajustados jeans azules que le hacían resaltar las
líneas de sus muslos y caderas, sus sandalias con taco la
hacían ver aun más imponente de lo que ya era, iba
también con una blusa blanca algo holgada a su cuerpo y
arremangada en sus delineados antebrazos, ni siquiera se le
notaba que estaba embarazada.
El pobre hombre una vez que ella se retiro, le puso llave a la
puerta para ir al baño a pegarse una paja en su honor.

Gabriela que ya daba por hecho que el despreciable de su


cuñado no le había mentido, igual y para asegurarse se dio
a realizar el trayecto que su camioneta había hecho la
noche en cuestión, y que efectivamente la fecha
concordaba en que ella ya estaba viviendo con Cipriano.

Su primera parada fue en una población más que ordinaria,


era una barrio miserable y delictivo y que al parecer por ahí
no se paseaba ni la policía, pero el lugar exacto que
marcaba el Gps era una cancha en donde estaba ubicada
una feria de entretenciones a estas alturas la rubia sabía de
sobra que el pelado de don Pedro era el mecánico de esta,
por lo tanto una mentira menos, se dijo, el odioso viejo no
le había mentido.

Un poco asustada aseguró las 4 puertas del vehículo, y


estuvo mirando por un espacio de 5 minutos, intentando
hacer memoria para recordar la fotografía y poder ver cuál
fue el lugar exacto en donde se la habían tomado.

No muy convencida se dijo que podría haber sido cerca de


la montaña rusa, que en esos momentos solo era un
armazón de fierros al sol y en detenimiento.

Tomando aire puso el motor en marcha, ahora iría por el


camino rural que le habían dicho.

En un principio nuestra rubia manejaba relajada, con una


mano en el volante y la otra puesta un lado de su cara, con
el pulgar en su pómulo y tres deditos en su frente, su mente
era un torbellino de situaciones, si bien estaba haciendo
todo aquello para sacarse las dudas, aun pensaba que todo
esto era una treta del miserable de don Pedro con el único
afán de querer lograr algo con ella, pero sabía que no lo
lograría, ella estaba muy clara con sus sentimientos, si le
había sido infiel a su ex marido había sido solo porque él la
había descuidado, y don Cipriano si sabia cuidar a una
mujer como ella, además que por nada del mundo ella…
Gabriela Ramos a secas, nuevamente se prestaría para hacer
alguna estupidez o algo similar, se iba repitiendo una y otra
vez.

Pero ese singular e incomodo estado de expectación en que


se encontraba la rubia y en que ella misma se daba ánimos
y creaba explicaciones lógicas para no convencerse de lo
que don Pedro le decía era cierto, todo esto se fue a la
mismísima verga, ya que al tomar el camino de tierra que
indicaba el mapa creyó recordar hacia donde conducía este
mismo, no fueron más de 5 minutos de trayecto hasta que
llego hasta la miserable vivienda en donde ella ya hace casi
más de medio año había estado yaciendo con don Cipriano,
y que fue en esa oportunidad en que ella por sus propios
ojos lo había aprendido a ver de la forma en que solo una
mujer mira a un hombre.

Con su corazón latiéndole a mil por hora se bajo del


vehículo, lentamente camino hacia la entrada de la
desastrosa casucha de campo, todo en ella rechinaba una
vez que puso sus pies en la entrada, así que dándose
fuerzas de coraje empujo con su manita la destartalada
puerta, una vez que esta estuvo abierta simplemente
avanzo hacia su interior.
Su primera reacción fue la misma que sintió cuando don
Cipriano la arrastro hacia el interior de esta, unas inmensas
ganas de vomitar le atacaron su estomago, pero la ahora si
dolida hembra quería ver si había algún indicio que
sustentara las palabras de don Pedro.

La rubia vio el mismo destartalado colchón donde a ella


misma se la habían cogido, pero ahora al lado de este había
un viejo catre de campaña con una delgada colchoneta de
espuma, todo aquello no le decía nada, pero el corazón casi
se le sale por la boca cuando vio botados en un rincón un
llamativo oso de peluche y al lado de este un corazón rojo,
con palabras en ingles.

Nuestra integra Gabriela solamente llevo una de sus


manitas a su boca para con la otra tomarse el codo, dolida y
pensativa giro su cuerpo y camino en dirección a la salida
de esa espantosa y miserable vivienda. A pesar de las
tremendas dudas que la atacaban, y de los lujuriosos
pensamientos de lo que pudo haber ocurrido al interior de
aquella casa habitación, aun así su lento caminar era el de
una verdadera Diosa.

Una vez que la rubia ya estuvo sentada al volante de su


camioneta, se dio a analizar la situación: lo dicho por su
miserable cuñado, la fotografía con dos chamacas, el mapa
del Gps, los peluches que aun estaban ahí tirados y que
también aparecían retratados en la fotografía que le habían
mostrado y que incriminaban a su don Cipriano. Habría sido
este tan desleal con ella y haberse revolcado con esa joven
y rubia puta que aparecía en la fotografía?, o era todo un
siniestro plan de don Pedro para poder acostarse con ella?.
Pensando en esto último, puso en marcha el motor del
vehículo para regresar a su casa y comprobar ella misma si
realmente su Cipriano andaba metido en cosas raras.

El vejete dormía a raja suelta mientras era observado desde


el marco de la puerta por nuestra angustiada ex casada, su
mente era un torbellino de emociones, ella creía conocer al
hombre que ahí yacía, además de pensar en todo lo que
ella había hecho por el, tal como se lo había dicho don
Pedro, pero a pesar de que todas las pruebas lo
condenaban aun existía la posibilidad de que todo eso
fuese una maquinación de su cuñado para que ocurriera
eso que ya todos sabemos, sin más la acongojada rubia se
dio a preparar algo para comer, sabía que su macho se
despertaría en un par de horas y cuando este lo hacía
después de una juerga de las características de la recién
pasada noche este era capaz de comerse una vaca entera y
recién faenada.

Mientras cocinaba intentaba de ordenar sus ideas, pero


todo aquello era tan confuso que no sabía si seguir
creyendo que todo entre ella y su don estaba de las mil
maravillas, o sencillamente creerle a don Pedro. Hasta que
cuando Gaby ya ponía una de las ollas al fuego recordó el
ofrecimiento del vejete:

“… yo tengo los medios para darte esa respuesta te guste o


no. Como te dije antes poseo mas material, y te lo puedo
enseñar cuando tú lo quieras. Claro que si te animas a
echarle una miradita, ahí eso ya tendría un valor agregado,
jejejeje, y tu sabes cuál será el precio de la tarifa, me
entiendes no!?”.

Claro que ella entendía cual era el precio si se animaba a


solicitarle que le mostrara el material que según el poseía,
pero ella no estaba dispuesta a acostarse con su cuñado y
menos en su estado, se decía para sus adentros, pero ella…
ella necesitaba poner a ese viejo contra la espada y la pared
y pedirle que le mostrara lo que él decía tener, lo más
seguro era que este no tendría nada más para mostrar y ahí
podría al fin recuperar esa tranquilidad que ella ahora más
que nunca deseaba tener. Pero luego se decía: -si este viejo
tuviera otras fotos que incriminaran sexualmente a su
macho apareándose con una hembra rubia y más joven que
ella, si eso sucediera cual sería su reacción se preguntaba,
además de tener que pagarle la tarifa que don Pedro le
exigiría y esta sabia que tendría que ser con su cuerpo.

--No, no, no, no…!!!, -se decía una y otra vez la casada, ella
no iba a hacer eso, además que toda era una maquinación
de don Pedro para ponerla mal con su macho y él así tal vez
poder sacar provecho de la situación pero no lo lograría, se
repetía una y otra vez.

La supuestamente feliz pareja de convivientes ya habían


almorzado aquel día sábado, el viejo Cipriano veía un
partido de futbol bebiendo cerveza mientras la rubia lo
miraba con sus intensos ojos azules desde el sillón en que
ella se encontraba.

--Que me miras tanto tetona, que te pasa… estas enferma!?,


jejejeje…

--No me pasa nada solo lo miro, acaso no puedo!?, -pero la


verdad es que en la mente de la rubia estaba pasando de
todo, la endiablada foto que le habían mostrado la noche
anterior había quedado grabada en su mente, sobre todo la
cara de la rubia con cara de putilla. Como también habían
momentos en que la dolorida hembra pensaba que tal vez
la pendeja esa que tenía cara de ser la reina de las furcias
era la culpable de que su macho no le haya hecho tantos
problemas cuando los médicos dijeron que no se la podría
coger como a él le hubiese gustado, --Claro…! si ahora ya
todo encajaba, lo más probable era que el infeliz y caliente
de su nene al no poder cogérsela a ella había sucumbido a
los encantos de esa joven ramera, -se decía una y otra vez
presa por unos enloquecedores celos, y para luego re
criminarse que no podía culpar al viejo de algo tan atroz sin
tener pruebas contundentes de ello, fue en eso que la ronca
voz del vejete la sacaba de sus incriminatorias
especulaciones,

--Si puedes mirarme pendeja, pero desde que me levante


que no me hablas… jejejeje…!

Gabriela aun creía algo en su macho, pero sus recientes


conclusiones, mas el recuerdo de aquella asquerosa
fotografía, y todo esto sumado a las palabras de la
conversación que tuvo con don Pedro no la dejaban
tranquila:

“--Viejo cochino… búsquese una mujer de su edad… como


se le ocurre hac…

--Pus eso mismito deberías decírselo también a Cipriano


pendeja, jajajaja…!,”; “pero échale una miradita al Gps,
incluso tengo más fotografías y hasta un video de lo que
hicimos con esas viejas, Ehmmm alguna vez te has
preguntado si mi buen hermano sería capaz de cambiarte
por una rubia mas jovencita…!?”.

Por lo mismo pensó que si su macho no le estaba


mintiendo, según ella aun creía, no correría peligro alguno
si se animaba a pedirle a don Pedro que le enseñara el
material que él decía poseer, así que como toda una
estratega militar se propuso a sacarle información a
Cipriano, solo para estar segura con lo que ya en su mente
se había instalado,

--Nene… qué opinas de eso que tu hermano ande enredado


con una nena mucho más joven que él…

--Daaaaaaa… no me interesa hablar de esas mamadas, y tú


desde cuándo que estas tan preocupada por las cosas que
hace o deja de hacer mi hermano…!?

--No me interesa en absoluto, -le contesto sinceramente la


rubia, --Es solo que encuentro que esa joven que lo
acompañaba anoche, es solo una niña para andar con él,
aunque ya tenga 18 años… ella… ella podría ser hasta su
nieta…

--Pero eso es problema de ella, tú no tienes de que


preocuparte nalgona, jajaja…!!!

La rubia se quedo mirando fijamente al viejo que no


quitaba su vista del televisor, así que se lo pregunto de una,
ella solo quería estar tranquila:

--Cipriano… y si tu tuvieras la oportunidad de estar con una


nena como ella… que harías…?

--Ja…!, ya empezaste con tus webadas… ayer te dije que a


mí no me gustan las crías…, le mentía el vejete mirando el
partido fijamente.

--Pero la chica era realmente hermosa… cualquier hombre


no se haría muchos problemas para tener algun tipo de
enredo con una chamaquita tan atractiva como la que yo vi
anoche,

--Si… la pendeja esa estaba buena, pero meterse con


chamacas es para puros problemas, yo no me la cogería si
es eso lo que quieres saber… ni a ella ni a ninguna… ahora
déjame ver el partido, que me desconcentras con tus
chingaderas y celos baratos, jejejejeje…

--De verdad…?, me lo juras por lo más sagrado…?, -la rubia


se mordía el labio inferior esperando la respuesta de su
macho.

--Claro que lo juro pendeja, así que quédate tranquila…!!!, -


al vejete le valía una verga jurar en vano, por ahora lo único
que quería era ver tele tranquilo, si hubiese sabido los
planes que tenía en mente su celosa hembra no se lo
hubiese jurado tan suelto de cuerpo, y tal vez hasta le
habría dicho la verdad con tal que Gabriela no fuese a
cometer una pendejada.

La feliz embarazada se puso de pie y se fue a sentar junto al


viejo para darle una serie de besitos en la cara diciéndole lo
que sentía por él en aquellos momentos,

--Ahh mi don no sabe cuánto lo amo, yo también se que


Usted nunca me haría algo así, -le dijo una vez ya con sus
rubios cabellos puestos en el pecho de su hombre, pensaba
en la cara que pondría don Pedro cuando ella lo encarara
exigiéndole que le mostrara el material que no existía, si
don Cipriano le acababa de jurar que él nunca le seria infiel,
menos con una dulce y rubia jovencita de 18 años, a él le
gustaban hembras de verdad como ella misma se decía
para sus adentros, así que ya no había nada que temer. –
Nene iré a descansar al dormitorio, creo que dormiré un
rato así tu vez el partido tranquilo…

--Jejejejej… gracias tetona, duerme todo lo que quieras que


yo no me arrancare para ningún lado, jejejeje.

--Lo sé mi amor… Ahhh ahora que me acuerdo este lunes


ocupare la camioneta, iré a ver al abogado, ha insistido que
revise la ultima documentación sobre el divorcio. –Nuestra
rubia nuevamente estaba comenzando a mentir y a realizar
pendejadas que no debía hacer, pero los celos le tenían la
mente nublada.

--Ok… cuanto te demorarás en el tramite?.

--Mmmmm no lo sé mi vida, ya que luego de eso pretendo


ir a ver si me dejan visitar a Jacobo aunque sea solo por un
rato, -la rubia sabia que el tramite con don Pedro seria solo
por unos minutos ya que había sido su mismo macho quien
indirectamente le había dicho que su hermano no poseía
ningún material, así que luego de eso aprovecharía de
intentar visitar a su hijo, --Creo que estaré de vuelta al
mediodía para que almorcemos juntos… te parece?.

--Ja… ir al abogado sí que es una mera pendejada así que ni


pienses que te acompañaré, y por otro lado no creo que te
dejen ver a tu chamaco sin una orden judicial, pero está
bien… ve tranquila, yo almorzaré en el taller con el chango
así que no hay dramas, jjejejeje.

--Gracias nene, eres muy comprensivo, entonces para esa


misma noche te preparare algo rico para cenar…

--Como quieras… solo ve a descansar lindura que yo estaré


viendo mi partido, jejejeje.
Y así paso el resto de aquella jornada. Al siguiente día
nuestra rubia paso la mañana en completa tranquilidad,
pensaba que ya no había nada por qué temer, y cuando ya
en la tarde estando a solas después de que don Cipriano le
dio conocimiento que se iba a jugar pool con sus amigos, la
despreocupada pero algo ansiosa casada saco el famoso
papelito con el numero de don Pedro, le daría aviso que
para el lunes temprano iría a donde él le dijera para que le
mostrara las famosas fotografías que él decía tener, quería
verle la cara que pondría cuando el viejo forzadamente
admitiera sus falacias, con esto por fin ya se lo sacaría de
encima, y tal vez también le daría fin aquellas vulgares
leperadas con la que este se daba el lujo de tratarla cada
vez que la veía.

Así llego el día en cuestión. Gabriela ya iba casi llegando al


lugar donde estaba ubicada la feria, eran pasadas las 9 de la
mañana, y se había puesto uno de sus más ajustados y
mejores vestidos, este era de color blanco con tirantes en
sus hombros, además de dejar ver un poco lo pronunciado
de su pancita, pero con las medias y los zapatos con taco la
hembrota no dejaba de verse tentadoramente antojadiza.

Una vez estacionada y después de hacerse los últimos


retoques en su cara y sobre todo con el brillo en sus labios
bajó de la camioneta con mucho cuidado ya que el suelo
era de tierra y eran numerosas las piedras que había en el
suelo.

Con mucha meticulosidad en su andar caminó hacia la reja


principal de aquella silenciosa feria de entretenciones, había
quedado con don Pedro de juntarse a la entrada de esta,
pero cuando ella ya estuvo en el lugar se dio cuenta que no
habían ni luces del vejete.

Por la calle de tierra que estaba al borde de aquel miserable


parque de diversiones vio que pasaron unos cuantos
cartoneros que casi se la violaron con solo mirarla de cómo
andaba ella vestida por aquellas barriadas, pensó que no
había sido buena idea ir vestida de esa forma, pero ella a
modo de venganza se había esforzado en verse de lo mas
buena posible, como decía su macho, para darle una lección
al miserable de don Pedro, y dejarlo hirviendo de calentura,
además de hacerle ver que con una mujer como ella no se
jugaba, y cuando ya estaba a punto de marcharse
totalmente convencida de que su cuñado no aparecería
para no quedar humillado ante sus mentiras, vio como este
venía caminando desde el interior de la feria con su típica
sonrisa de burla, su vestimenta era la misma de cuando lo
vio la primera vez, con un overol de mecánico en
deplorables condiciones debido a las tremendas manchas
de grasas y aceites siempre amarrado a su cintura la parte
superior de este, y con una camiseta sin mangas
impregnada de sudor seco, además de venir ennegrecido
en una buena parte de su cara y en sus brazos.

El viejo una vez que estuvo a un lado de aquella alba e


inmaculada imagen de Diosa, se dio a devorársela desde
sus pantorrillas hasta sus azules ojos que lo miraban
seriamente y con un dejo de molestia antes sus
desvergonzadas miradas, aun así don Pedro se daba cuenta
que la rubia tenía un semblante de como si estuviese
totalmente segura de ella misma.
--Jejejejeje… veo que te preocupaste de venir lo más
buenota posible pendeja, jejejeje…!, eso es bueno… muy
bueno…!, lo que es yo estaba adelantando trabajo ya que
sabía que venías, Je…!, . –terminó diciendo el deseoso viejo
mientras nuevamente se daba a devorársela.

Gabriela quien se daba cuenta como aquel asqueroso


hombre otra vez se daba a comérsela con su aborrecible y a
la vez descarada mirada se decía para sus adentros, --Mira
todo lo que quieras viejo desgraciado, ya que no tienes
nada que mostrarme…

--Muéstreme las fotografías que dijo que poseía, -dijo la


rubia una vez que se cansó la sesión de lujuriosas miradas
que le estaban pegando,

--Acompáñame rubia, deje el teléfono en mi casillero, -le


invitó el vejete al momento que con una llave abrió el
candado del portón para luego darle espacio para que la
atractiva mujer ingresara a sus dominios.

La bella Gabriela quedo estática ante la invitación del vejete,


sabía del riesgo que corría si se dejaba arrastrar por el viejo
quizás a que parte de aquella siniestra feria, pero el astuto
de don Pedro nuevamente se mostraba más diplomático
para no espantar a la rubia, sabía que todo le sería más fácil
al momento de meterle mano si lograba llevársela hasta el
camper que él había habilitado una vez que le mostrara las
pruebas que el tenía.

--Creo que lo mejor será que vaya a buscar su teléfono, yo


lo espero aquí…, -le dijo la hembra finalmente, en el tono
de su voz daba a demostrar lo segura que estaba de sí
misma.
--Jejejejeje… veo que me tienes miedo… acaso no confías en
tu cuñado?, Jejeje… acuérdate que somos casi familia y no
hay nada que temer… -el vejete la miraba como aquella
esplendida mujer se negaba a acompañarlo hacia el interior
de la feria así que siguió, --Vamos… no te comportes como
pendeja, si estas tan segura de que yo no tengo nada que
mostrarte tal como me dijiste ayer cuando me llamaste,
entonces no hay nada de que temer, no crees?.

--Yo a Usted no le tengo miedo…, es solo que no creo


prudente que una mujer comprometida venga al lugar de
trabajo del hermano de su pareja.

--Pues tú fuiste la que llamaste zorra, y ya estás aquí así que


ahora me acompañarás…!

El vejete no le dio tiempo de reacción a la embarazada ya


que de un solo movimiento la tomo del brazo y la jalo hacia
al otro lado de la reja, la atemorizada rubia vio como este
nuevamente le ponía el candado a la reja de entrada,

--Y porque cierra con candado…!?. -le pregunto con un


evidente tono de preocupación en su voz,

--Tranquila rubia…, no te asustes ya te dije que yo no


pretendo violarte, tú te acostarás por las buenas conmigo
porque tenemos un trato, además que no debes porque
temer, no estás tan segura de que yo no tengo nada que
incrimine al caliente de mi hermano…?, Jejejeje.

--Claro que estoy segura…!, es solo que estar aquí es


incorrecto, solo accedí a venir para que Usted deje de
molestarme.
--Bien, si es así vamos a mi casillero, te mostraré mi celular y
tú misma lo revisarás, luego de ya estar convencida de que
ahí no hay nada, te puedes marchar, yo mismo te vengo a
dejar a la salida, jejejeje.

--Está bien, vamos, pero que sea rápido… tengo cosas que
hacer…!, -le contesto Gabriela ya bastante fastidiada por lo
odioso que era su cuñado.

El viejo solo se dio a caminar hacia el sector de los camper a


sabiendas del calibre de mujer que lo acompañaba, su
verga de a poco se iba poniendo tiesa por cada paso que su
dueño daba hacia el catre que los esperaba.

La casada solo lo seguía pensando en llegar lo antes


posible, revisaría el endemoniado celular y una vez de
comprobar que el viejo ese no tenía nada que
comprometiera a su don por fin se podría largar tranquila.
Aunque en otra parte de su mente se preguntaba que
mierda haría si el vejete ese estaba diciéndole la verdad, y le
mostraba fotos comprometedoras de Cipriano… se tendría
que acostar con él?.

Por primera vez en la mañana y desde que había hablado


con don Pedro la rubia pensó en la necedad que estaba
cometiendo al andar haciendo ese tipo de tratos, ahora solo
le rogaba a Dios que ese miserable hombre no tuviera nada
que mostrarle, pero don Cipriano se lo había jurado, le
había dado su palabra de que él nunca le fallaría. Con estos
pensamientos la preciosa mujer embarazada se dejo llevar a
lo desconocido por el miserable de su casi cuñado.

Con su conciencia llena de dudas y también con algo de


remordimientos, la muy nerviosa y antojable Gabriela notó
que se estaban demorando mucho para llegar al casillero
del viejo, mientras más se adentraban en la feria, la rubia no
se cansaba de mirar todo a su alrededor, habían viejos que
aparte de tener una presentación personal más que
deplorable también daban la impresión de estar
alcoholizados realizándoles mantención a los diversos
juegos de la feria, y que estos con solo verla detenían sus
labores para poder admirarla a su total antojo.

--Cuanto falta para llegar a su casillero?..., esos hombres me


ponen nerviosa, le dijo Gabriela a don Pedro por lo bajo,

--Tranquila lindura… ya casi llegamos, además que no te


pasara nada, esos pendejos son todos trabajadores míos,
jejejeje aquí yo soy el jefe, jejejeje…

La rubia noto como ya habían llegado al otro extremo de la


feria, y que en ese sector había una gran cantidad de
tráileres ennegrecidos por la mugre, grasas y otras
sustancias enmohecidas que ella no sabía definir. Luego y
atrás de estos vio que habían estacionados unos
destartalados campers que no eran otra cosa que un
armazón de latas oxidadas que poseían dos ruedas, una por
cada lado a través de un eje y que se mantenían nivelados
por un madero puesto verticalmente en la punta del gancho
de arrastre, estos calculó que debían medir no mas 4
metros de largo y 2 de ancho.

Una vez que llegaron al que estaba más alejado de todos


los demás Gabriela vio como el vejete escaló 4 peldaños y
junto con abrir la puerta de este le dijo,

--Ven…!, mi casillero está adentro de mi camper así puedes


revisar las fotografías sentada y tranquila, jejejeje…
--Usted está loco…!, yo no ingresare a esa cosa…!, le
contesto Gabriela a la misma vez que miraba todo a su
alrededor, comprobando que no hubiese nadie que
escuchara semejante invitación que le hacía su cuñado.

--No seas estúpida rubia, si no te pasara nada malo, como


piensas que te voy a hacer algo indebido si esta feria está
llena de trabajadores, cualquiera llamaría a la policía si
notaran que algo estuviese ocurriendo, así que entra, solo
revisas mi celu, te convences de que ahí no hay nada y
luego te largas, jejejeje…

Una muy nerviosa Gabriela echó una última mirada hacia


sus alrededores y viendo que no muy lejos de ellos había un
grupo de hombres levantando una armazón de fierros y
que por muy sucios que estos estuvieran no dejaban de ser
trabajadores de la feria, o sea personas de esfuerzo y
honestas, eso la tranquilizo un poco así que se dio a subir
los 4 peldaños que daban hacia el interior de aquel
vehicular cubículo.

El vejete que ya estaba casi babeando cuando vio que la


suculenta rubia se acercaba a la escalerilla de su
destartalado camper, vio como los muslos enfundados en
medias de la atractiva mujer que se acostaba con su
hermano se doblaban para subir hacia su mugriento
espacio, también escucho la firme voz de la rubia quien le
dijo una vez que ya estuvo en la misma entrada del camper,

--Ni se le ocurra cerrar la puerta…!, acerque una silla o algo


para sentarme, -le pidió la casada una vez que estuvo en el
umbral del carromato.
--Jejejejej… pus no tengo sillas, solo está mi catre… jejejeje…
puedes pasar y sentarte en el… si es que quieres claro,
jejejeje…

--Solo muéstreme las fotos que dice tener en su teléfono, -


contestó la exasperada hembra ya casi adivinando según
ella que ese viejo se estaba dando muchos rodeos con el
asuntito, así que todo apuntaba que este no tenía nada que
mostrar.

--Ahhhh claro las fotos… jejejeje ya casi lo había olvidado…


espera y si quieres ya puedes comenzar a sacarte la ropa,
jajajaja…!!!

--No sea pelado… si Usted no tiene nada que enseñarme,


Cipriano ya me juró que él nunca caería en algo tan bajo…

--Cállate rubia, y no hables mamadas que llega a dar rabia


de ver lo pendeja que eres…!, ya te dije que tú me caías re
bien, en eso no te miento, me gustan las mujeres seguras
de sí mismas, pero te están viendo la cara de mensa,
jejejeje, échale una miradita a esas fotos, jejejeje, aun esta la
invitación a sentarte en mi catre, de verdad que lo
necesitarás ricura, jejejeje…, -le dijo finalmente el vejete a la
vez que le pasaba su celular con la galería de fotos ya
seleccionadas en la pantalla…

Las piernas de Gabriela comenzaron a temblar en el acto


una vez que sus azulados ojos vieron el desnudo cuerpo de
su nene con la rubia con cara de viciosilla, la misma que
salía en la selfie, esta estaba clavada a su verga con los ojos
cerrados, como si de verdad la lanza de su macho le
estuviera perforando muy profundo al interior de su cuerpo,
y si…! era la misma pendeja… se decía una y otra vez, su
macho… su amado macho aparecía en aquella foto con una
rubia evidentemente más joven que ella y con un coqueto
piercing de cadena en su ombligo.

Con su tembloroso dedo de la mano derecha deslizo la foto


para ver la siguiente, fue otra patada que recibió en la nuca,
ahora la putilla esa había bajado su cuerpo y don Cipriano
aparecía comiéndole las tetas, que de por si eran mucho
más pequeñas en comparación a las de ella; en la siguiente
foto la parejita aparecía besándose mientras evidentemente
lo estaban haciendo.

Ríos de lágrimas ya corrían por la cara de nuestra infeliz


casada quien por un momento recordó su feliz
departamento de casada y todo lo que dejo por estar al
lado de ese miserable de mierda que a la primera no había
dudado en encamarse con la primera puta que se le había
cruzado por su camino.

--Vamos rubia… jejejeje… no llores por webadas que no


valen la pena, ven siéntate aquí en el catre, jejejeje. –Don
Pedro quien estaba atento a toda la jugada aprovechó ese
mismo momento para meter a una llorosa Gabriela al fondo
del camper y dejarla sentada en su catre con el celular aun
en sus manitas, para luego una vez regresar a la entrada de
este y luego de observar y verificar que afuera todo estaba
en orden y que nadie lo molestaría en el transcurso de toda
la mañana, con una maliciosa y lujuriosa sonrisa echó una
última mirada en todas direcciones y sencillamente cerró la
puerta del cubículo de latón.

Gabriela recién caía en cuenta de donde estaba, con


teléfono en mano y con sus ojos nublados en lagrimas vio
como el viejo le ponía el picaporte a la puerta de aquel
destartalado y mugriento cuartucho con ruedas que crujía
entero por cada paso que daba don Pedro cuando se
desplazaba al interior de este, sabía que el asqueroso viejo
ahora le pediría el pago de lo pactado ya que le cavaba de
demostrar la infidelidad de su macho con una hembra mas
jovencita que ella.

El vejete por su parte ya estaba más que caliente, había


esperado tanto por este momento que en cualquier
momento se abalanzaría sobre el tonificado cuerpo de
Gabriela para hacerle todo lo que él quisiera. La vio sentada
en su catre que al ser bastante bajo hacía que la rubia
tuviera sus muslos bien levantados y totalmente expuestos
a su ardiente y deseosa mirada, pero el viejo iría con calma,
eso de que no quería violársela era verdad, él quería
cogérsela con ella poniendo de su parte, además que sabía
que echándole un poco mas de leña al fuego esto debería
suceder con toda seguridad.

--Tranquila mijita…!, solo cerré para que estés tranquilita,


aquí nadie te molestará, jejejejeje… --Quieres algo para
beber!?, tengo cervezas…

--Snifss…!, no don Pedro…! se lo agradezco, es solo que en


mi estado no es conveniente que beba alcohol,

--Pero la cerveza tiene poco grados alcohólicos, anda rubia


mandate una lata de cerveza conmigo, te hará bien, además
que solo será una… para que pases el trago amargo,
jejejeje…

--Usted cree…?, contesto la rubia ya con la lata de cerveza


en una de sus manitas, y con la otra limpiándose las
lagrimas a medias ya que aun mantenía el celular agarrado
con esta.

--Clarooo…!, jejejeje solo será una… vamos bébela…

--Está bien…!, -le dijo finalmente, --Solo será una…, don


Pedro porque no abre la puerta… aquí está muy oscuro y el
aire se me hace muy pesado.

--Ahhh… eso, tranquila mi Reina, dame un minuto, el vejete


sacó del bolsillo de su overol un encendedor y se dio a
encender una vieja lámpara a gas que se encontraba
embutida en un cilindro del combustible.

La débil y amarillenta luz iluminó los 4 costados de aquella


asquerosa habitación móvil, en donde la rubia por fin pudo
ver en la inmundicia en que la tenían metida, los latones
interiores estaba descascarados y roídos, y el ambiente se
puso nauseabundo al estar en el más completo encierro. En
cada rincón del camper habían platos con desechos de
comida, a la rubia le dio la impresión que era ahí donde don
Pedro almorzaba y cenaba en sus horarios de descanso, ya
que el olor a comida en descomposición y avinagrada
imperaba en todo aquel pequeño espacio, por suerte el
vejete abrió un pequeño ventanuco que había en un rincón
del camper entrando un poco de aire, algo era algo se dijo
la rubia.

Pero el lugar en donde estaba por muy asqueroso que fuera


no le importo en lo más mínimo a nuestra adorable rubia,
ya que al recordar las crudas imágenes en las cuales su
macho salía cogiéndose a una atractiva y joven hembrita,
con solo eso y sin pensar en nada mas solo se llevo la lata
de cerveza a sus labios y no paro de tragar hasta por lo
menos dejarla en la mitad de su alcohólico contenido.

El vejete estaba feliz por los logros de su cometido, tenía en


su camper a la mujer de su hermano, una tremenda y
exquisita rubia, una verdadera Diosa que hasta hace poco
había estado casada, y que al parecer no estaba dando
muestras de estar incomoda al estar encerrada con él en su
miserable aposento laboral, claro que él estaba consciente
del estado emocional de la hembra, quien en ese mismito
momento se bajaba al seco la otra mitad de la cerveza.

--Deme otra Don…! que la necesito…, -le pidió Gaby. En su


cara ya se habían secado las infames lágrimas que aquellas
viles imágenes le habían hecho derramar.

--Pus no faltaba más mi reina… claro que si, jejejeje… -El


viejo metió la mano por debajo de un mueble que tenia al
frente del catre y saco otra cerveza para la rubia, quien una
vez que ya la tuvo en su manita se la mando de dos sorbos,
igual que la primera.

Don Pedro con sus encías desdentadas miraba sonriente y


encantado su magnánima obra de arte, la casada estaba
dando muestras de querer embriagarse junto con el
adentro del sucucho. A pesar del intenso calor que ya
estaba comenzando a reinar adentro del camper, el vejete
no dudo en encender un cigarrillo, estaba tan nervioso
como un imberbe colegial en su primer momento de
apareamiento, y ya queriendo rematar sicológicamente a la
hembra fue cuando el mismo tomo el celular para luego
decirle,
--Y mira este video… para que no te queden dudas de lo
que hace Cipriano a tus espaldas, jejejeje…

La rubia miro con asco como su macho se besuqueaba al


ritmo de una veloz cabalgada que le estaba pegando a su
tranca su joven amante, ella entre besos ahogados dejaba
salir de sus labios sonoros gemidos de calentura, según
entendía una muy dolida Gabriela.

Nuestra casada ya no quiso saber más, simplemente deja la


lata vacía en el suelo y llevo una de sus manos a su cara,
mientras la otra la dejaba caer en su rodilla. Don Pedro con
solo verla en esas condiciones ya no sabía hasta cuando se
aguantaría las ganas de manosearla, lo que si hiso fue
ponerle en su manita otra lata de cerveza a la despechada
hembra, que no haciendo ningún tipo de remilgo se la
recibió para también comenzar a bebérsela en el acto.

--Jejejejeje… me crees ahora lindura…!?, le dijo el vejete


sentándose peligrosamente muy cerca de ella.

--Nunca pensé que Cipriano fuese a ser capaz de hacerme


algo así… de verdad se lo digo don Pedro… snifsss…!, -
comenzaba nuevamente a quebrarse y a llorar la herida
hembra al haber visto con sus propios ojos como su
hombre se revolcaba con una rubia que era solo una
chamaca, y para rematarla solo el día anterior él le había
jurado que nunca haría una cosa como tal.

--Yo pienso lo mismo, jejejeje, por eso no dude en avisarte


de lo que esos dos te estaban haciendo, jejejeje…

Gabriela solo pensaba en la traición, no le importaba que


todo estuviese quedando apestado a tabaco debido al
encierro de aquel cachambroso cubículo de hojalata en que
la tenían metida, como tampoco ponía atención en las
palabras del vejete que obviamente al estar haciéndose el
comprensivo y el simpático con ella, este solo estaba
preparando el camino para lo que quería que la rubia
hiciera con él a modo de vengarse de los dos traidores.

--Don Pedro no sé cómo pude haber estado tan ciega al


venirme a vivir con don Cipriano si hasta deje de lado a mi
hijo por estar con él… además de permitir que me dejara
embarazada, pude haberlo evitado y no lo hice, sniffssss…!!!

--Es que ese vato no te merece lindura…!!!, si ni siquiera


está preocupado de donde tu estás ahora, acaso te hiso
algún problema porque tu ibas a salir…?

--No… no lo hizo…!

--Ves…!?, porque crees que no lo hiso…!?, seguramente hoy


mismo se va a acostar con esa putilla que sale en el video,
jejejeje.

--Usted cree…!? Snifsss, y que puedo hacer yo para que eso


no suceda…!?

--Nada mi reina, lamentablemente no puedes hacer nada…


él solo te mentiría y tarde a temprano se volverá a acostar
con otra, jejejeje lo conozco si es mi hermano, pero yo no
estoy de acuerdo con esas cosas, jejejeje.

Gabriela en otro momento más normal claramente se


habría dado cuenta que las palabras del vejete eran solo
patrañas para poder cogérsela, y aunque increíblemente en
este momento en un pequeño porcentaje también lo veía
así, algo en su temperamento le decía que por ahora
necesitaba escuchar esas palabras, se sentía sola, muy sola,
y necesitaba escuchar las palabras de alguien que estuviese
de su lado, y ese alguien que en aquellos momentos la
animaba era el siniestro mecánico de don Pedro.

--Ayyyy… de verdad no se qué hacer Don Pedro… esto…


esto me ha tomado por sorpresa…!

--Pus podrías pagarle con la misma moneda, jejejeje…

La rubia que no era tonta y que a pesar de encontrarse algo


mareada con las tres latas de cervezas que se había bebido,
sabía que la conversación en cualquier momento iba a
tomar el giro que ahora le estaba dando don Pedro, el
momento había llegado y ella algo confundida por la
situación intentaría sosegar al viejo para que no lograra
nada con ella, además que en su estado no podía acostarse
con nadie, aun que lo quisiera se decía para ella misma.
Decidió que lo mejor por el momento seria hacerse la
mensa sobre aquel lujurioso asunto que estaba abordando
su desdentado cuñado.

--No le entiendo… no se a que se refiere, le dijo secándose


las lagrimas con un pañuelo que busco en su cartera.

--Pus si él se acuesta con otras mujeres… tu deberías hacer


lo mismo no crees…?,

La rubia lo quedo mirando intentando hacer la


desentendida, pero no pudo dejar salir una sonrisa al ver la
desencajada cara de calentura que tenía su salido cuñado al
estar intentando confundirla para el lograr acostarse con
ella.
--No lo creo Don… Como me voy a acostar con alguien solo
por despecho!?, además que Usted ve que en mi estado no
puedo permitirme ese tipo de cosas…

--Por despecho no lindura… como se te ocurre…, mira está


comprobado científicamente que cuando uno tiene ese tipo
de problemas no hay nada mejor que pegarse una buena
cacha para liberar las tensiones y así poder sobre llevar la
situación de la mejor manera posible. –Otra cerveza…?.

El viejo al notar que la rubia lo miraba poniéndole atención


a todas las pendejadas que él le iba inventando a medida
que se le ocurrían le ofreció otra lata a la hembra que por
cada minuto que pasaba mas tentadora se iba poniendo
para él.

--Está bien pero que sea la última, -Gaby cuando vio a su


casi cuñado ponerse de pie para acercarse al mueble de las
chelas, creyó notar la tremenda protuberancia que don
Pedro tenia a la altura de la verga, lo que le hizo recordar el
día aquel que este simplemente y en forma descarada se la
mostro a plena luz del día y en el mismo taller.

La recordó tal como era: larga, gruesa y tan reluciente por


sus propias y prolíficas exudaciones que la hacían ver como
si esta hubiese estado bañada en almíbar, según había
quedado en su mente, en un instante se pregunto si en este
momento el viejo la tendría en las mismas condiciones a
causa de ella y de todo lo que le estaba ocurriendo, pero
cuando vio que el vejete volvía a sentarse a su lado con la
cuarta cerveza de la mañana y en menos de una hora
decidió que debía sacar de su mente lo antes posible
aquellas endemoniadas evocaciones, ya que una acelerada
pulsación en su pecho de mujer mal herida tal vez la
podrían hacer que cometiera otra de sus estupideces.

El vejete una vez que estuvo sentado al lado de aquella


atractiva hembra le extendió la lata, y cuando vio que ella ya
la estaba bebiendo con su mirada puesta en algún punto de
la habitación, sin esperar ya nada mas poso una de sus
descascaradas manos en una de las potentes rodillas que se
gastaba la muy desgraciada para continuar con sus
lujuriosas intenciones,

--Y bien Gabita, jejejeje, y ahora qué me dices de toda esta


situación…?, yo creo que no es justo que te estén jodiendo
de esa manera y que tu no hagas nada al respecto, jejejeje,
-don Pedro sentía hasta dolor en su verga por lo tan parada
y tiesa que la tenia, sumándole a que ahora la estaba
tocando en sus piernas y la mujer solo se daba a seguir
bebiendo.

--Pues no creo que si yo hiciera algo indebido eso vaya a


mejorar las cosas con Cipriano…

--No las mejorará ni en lo más absoluto mi reina, pero ya


no se estarían riendo en tu cara, además que el muy
pendejo de mi hermano se la busco, jejejeje… --Imagínate
como se deben reír de ti cuando lo están haciendo… pues
ahora que tu ya lo sabes todo tienes al toro tomado por las
astas, págales con la misma moneda, mira si aquí mismito
tenemos un catre a nuestras disposición que tal si nos
acostamos ahorita mismo… así ya no volverás derrotada a
tu casa, sino que bien cogida y por lo mismo ya no todo
será tan terrible para ti mi reina…! jejejeje…!!
Gabriela de reojo miraba como ese viejo asqueroso y
caliente le sobajeaba ahora un poco más arriba de la rodilla,
además de ver que en su mirada solo habían lascivia y unas
tremendas ganas de sexo.

Si otro hubiese sido el momento desde hace rato que le


hubiera sacado su mano y lo hubiese puesto en su lugar,
además de largarse de aquel hediondo cuchitril, sin
embargo debido a lo que reciencito se había enterado su
conciencia era un tornado de confusiones y dudas, no sabía
el porqué, pero la cosa era que en estos momentos ella se
lo permitía sin tener ganas de irse, y como que le
encontraba un poco de razón al viejo en todo lo que decía.

Don Pedro por su parte seguía atacando, sabía que la


hembra ya se la estaba pensando de verdad si acostarse o
no con él, por lo que envalentonándose aun mas pasó su
brazo alrededor de la aun estrecha cintura de Gabriela y le
susurró al oído,

--Vamos pendeja… de verdad que tú no te mereces lo que


te están haciendo, además que yo ya cumplí con lo
prometido, es hora que tu cumplas con tu palabra, verás
que después de que lo hagamos ya no te vas a sentir tan
mal, piensa… que mejor venganza que te acuestes con su
propio hermano a sus espaldas, jejejeje… -el viejo ya
literalmente quería comérsela.

Gabriela al tener al viejo muy cerca de su cuerpo sintió su


aliento a alcohol y a cigarro, por lo que en un momento de
cordura quiso hablarle cualquier cosa para tranquilizarlo ya
que notaba el nivel de calentura en que este se encontraba,
pero cuando trató de hacerlo fue asaltada por un bestial
beso en la boca que este le planto aprovechándose de la
situación.

La rubia sintió la apestosa lengua del vejete invadiéndole


toda su cavidad oral, por lo que en el acto dejo caer la lata
de cerveza la cual se desparramo en el piso impregnando
aun más de este pasoso líquido el poco aire que había al
interior del reducido espacio del camper, a la vez que
llevaba sus manitas al pecho de don Pedro intentando
separarlo de su cuerpo, pero el viejo estaba como poseído
por algún tipo de fuerza maligna ya que en el acto comenzó
a recostarla sobre el catre que al ser tan viejo como su
mismo dueño rechinaba por cada mínimo movimiento que
hacían los dos cuerpos sobre su superficie.

Los espantados ojos azules de la embarazada estaban


completamente abiertos mientras era besuqueada, no
obstante la asustada hembra se rehusaba a recostarse por
completo sobre ese mugriento lecho, hasta que su mirada
tras recorrer distintos puntos de la habitación fue a dar con
el celular del viejo que estaba tirado en la cama con el antes
mencionado video en pausa y con la imagen de su macho
ensartando a una rubia mas jovencita que ella, basto solo
esa situación para que nuestra casada lentamente fuera
cerrando sus ojos, terminara de ser ella misma quien se
recostaba en el catre y para que comenzara a buscar la
lengua de don Pedro con la suya.

En un instante se hiso un silencio casi sepulcral al interior


del camper, solo se escuchaban leves rechinidos de las
huinchas del catre que se combinaban con el sonido de
lenguas enredándose, salivas que se entremezclaban, y
bocas que se comían, acompañados de apasionados
sobajeos en todo el cuerpo de la casada, sobre todo en sus
muslos, ya varios puntos de sus medias se habían corrido
con los duros cayos de las manos del vejete.

Luego de intensos y morbosos minutos de besuqueos el


viejo se fue acomodando de costado dejando a la rubia
frente a él, Gabriela por su parte algo preocupada por lo
que pudiera ocurrirle desde ahora como pudo se separó del
beso con su cuñado para intentar salir de tal situación,

--Don Pedro… creo que esto no está bien… no debí permitir


que me besara… es solo que estoy algo confundida con
todo lo que me está ocurriendo… nunca pensé que su
hermano me haría algo tan feo, -aunque en su voz y en su
cara se notaba que la hembra hablaba con sinceridad esta
tampoco hacía nada por levantarse de la cama,
simplemente se lo hablaba en la misma posición en que se
había separado del infiel beso, y con sus manitas aun
puestas en el pecho del vejete.

--Jejejeje, tranquila lindura… no todos somos iguales.

--Es que no se si pueda continuar con esto… la verdad que


no se qué hacer Don…

--A ver, por si no te has dado cuenta estas acostada con tu


cuñado en su mismo trabajo, y a espaldas de tu pareja,
jejejeje, creo que ya no hay vuelta atrás primor, la verdad es
que siempre supe que este momento iba a llegar algún día,
jejejeje…

En el mismo momento en que Gabriela quiso decirle al viejo


que ella solo se había dejado besar por despecho contra su
hermano, el viejo nuevamente la asalto con otro ardiente y
efusivo besuqueo en la boca y ella otra vez no supo porque
mierda le correspondió en el acto.

El vejete aprovechando que la rubia estaba en un estado en


que no podría decir “No” a nada, nuevamente se separo de
su boca para con sus dos manos despejarle la cara de sus
rubios cabellos y decirle,

--Solo disfrútalo mamacita rica, en algún momento pensé


que hasta me rasguñarías la cara cuando intentara comerte
tu boquita que a todo esto es muy dulcecita, jejejeje, pero
veo que en realidad te dejas besar como toda una putita
vestida de señora bien portada, eso sí que bien sedienta de
verga, Jejeje, -y diciéndole esto último volvió al ataque con
otro delirante beso en donde su lengua intentaba
traspasarle hasta las amígdalas.

Gabriela con todos sus prejuicios en la mente debido a


semejantes peladeces que le acababan de decir solo se
dejaba hacer y también besaba al ordinario mecánico, ese
asqueroso aliento a viejo la hicieron recordar sus primeras
incursiones amorosas que ella tubo con don Cipriano.

Su fresca legua ya se enredaba con la caliente y áspera


lengua de él, hasta que su juguetona lengüita se encontró
con aquellas suaves y desdentadas encías, y cuando quiso
separarse al recordar la parte ennegrecidas que el vejete
tenía en estas, sintió como este tomaba una de sus piernas
para hacer que ella la subiera y la cruzara contra su cintura
(la de don Pedro), una vez que lo hiso sintió como el
vejestorio deslizaba su pelada manaza por toda la textura
de sus medias que protegían sus muslos, dibujando con la
palma de su mano toda la línea de este y de donde
comenzaba la redonda curva de su nalga superior, otra vez
quiso detenerlo pero al tener esa tremenda dureza vergal
incrustada en uno de sus muslos, nuevamente la llevaron a
rememorar aquella bestial tranca carnal que el vejete le
había mostrado solo hace algunas semanas olvidándose por
un buen rato de las putrefactas encías que ella misma
prácticamente se estaba comiendo.

El viejo la manoseaba como un verdadero pulpo, lo hiso


una y otra vez, al mismo tiempo que con su verga bien
parada por debajo de su overol ya se encargaba de
puntearla en la vagina con esta, punteos que Gabriela sentía
y ya casi disfrutaba demostrándoselo al vejete besándose
más efusivamente con él, sin embargo a pesar de ya
sentirse de lo más caliente debido a los ya casi tres meses
de ausencia de sexo según la prescripción médica, detuvo
en el acto a don Pedro cuando este quiso arrastrar hacia
abajo sus medias y calzones con la finalidad de despojarla
de estos para dar el siguiente paso.

--Noooo…!, don Pedro yo creo que ya es suficiente… debo


irme…!!, le dijo una vez que pudo separarse de aquel
excitante besuqueo que se estaba mandando con un viejo
horripilante y carente de dientes, todo alrededor de su boca
y labios estaba ensalivado.

--Oye cabrona…! que webadas estás hablando…!?, de aquí


no sales si no lo haces bien cogida, jejejeje, tienes un culo
de lo más que exquisito, todo respingón y bien paradito,
jejejeje, eso fue lo que me mas gustó de ti ese día que te vi
casi encuerada en la entrada del taller, jejejeje, pero más
linda aun debe ser esa zorrita que tienes entre medio de
estas piernotas, jejejeje, vamos enséñamela, quiero verla
orita mismo, jejejeje…
--Pero… pero don Pedroooo…!, espere yo no soy así como
Usted lo cree, además que ni sé que es lo que hago aquí, -le
decía la rubia aun con su manita puesta sobre la manaza del
viejo que aun le tenía agarradas las medias y los calzones
para bajárselos, --Don Pedro por favor no lo haga…! esto…
esto… está mal, yo soy su cuñada, no sé como deje que me
trajera hasta aquí?.

--Mira zorraaaa…!, no te preocupes, yo te diré porque


dejaste que yo te trajera hasta aquí, pues bien putita, tú te
dejaste arrastrar a esta situación por la autentica calentura
que te traes encima desde que te mostré mi verga en el
taller de mi hermano, jajajaja…!, se te nota en la cara que
hace tiempo no estás con un verdadero macho como yo,
además que la idea de acostarte conmigo a las espaldas de
Cipriano te pone jugosa la panocha no es así…?

--E… e… sooo… eso que Usted dice no es verdad…!, creo


que ya me voy de aquí…!, -en eso la preocupada rubia
comenzó a realizar movimientos de cómo querer levantarse
del catre para irse, entonces el viejo que no estaba
dispuesto a dejar que la ya mas despejada hembra se le
escurriera de sus garras se le tiró encima de su cuerpo y la
apretó contra el destartalado lecho para decirle en forma
amenazante y despacito al oído,

--Espera…!, a dónde crees que vas zorraaaa?, acaso no te


vas a vengar del pendejo de mi hermano?. Siente como
tengo mi verga gracias a ti desgraciada, no te gustaría que
te la metiera para hacerte gozar como a una verdadera
perra?.

La rubia ya comenzaba a sentirse tan asustada como


asfixiada por lo muy apretada que la tenia Don Pedro,
--Déjeme por favor, no puedo hacerlo…! los médicos
dijeron que era peligroso en mi estado…!,

El vejete notando casi en el acto que la hembra solo se


negaba por lo dicho por un matasano y no por respeto a su
hermano se dio a seguir presionándola para que ella solita
se pusiera a culear con el sin tener la necesidad de
violársela.

--Esos hijos de puta no saben lo que dicen rubia, además


que hay de malo que también pruebes mi palo, ya probaste
el de Cipriano ahora te toca degustar el mío, jejejeje, lo
quieres?, junto con decir esto último el viejo caliente de don
Pedro comenzó a bajarle las medias, le dejo los calzones
para no asustarla demasiado.

--Noooo…! don Pedro… por favorrrrr…!, -la embarazada


ahora sí que creía que se la iban a hacer a la fuerza, --Don…
por favor no me vaya a violarrrrr…!!!

--Jajajajaja, claro que no pienso hacerte eso preciosura,


como voy a violar a una putita como tú y que mas encima
es mi cuñada, lo que vamos a hacer los dos juntos es
ponernos a culear como dos perros calientes dulzura, yo sé
que eso es lo que te gusta putita, si se ve que la calentura
hasta te corre por las venas… -Gabriela miraba asustada
como don Pedro le mandaba tal bombardeo de peladeces,
el mismo repertorio de leperadas que le mandaba a cada
hembra que el consideraba digna de ellos, y Gabriela no se
quedaba al margen de este, por lo que el viejo continuaba,
--Ya le pusiste los cuernos a tu maridito desgraciada, así
que ahorita se los pondrás a Cipriano, pero esta vez será
por una causa más noble, jajajajaja, te voy a culear tetona,
te hare depender de mi verga, haré que hasta me supliques
porque te la meta, en poco tiempo más serás mi puta, mi
perraaaaa, jajajaja…!!!, cogerás en callejones y moteles de
mala muerte, culearas a escondidas de Cipriano conmigo y
con todos mis amigos, jajajajaja, orita si que te voy a
enyeguecer pedazo de zorra mal paridaaaaa, jajajaja…!!!!

La escandalizada rubia ya estaba con su vestido subido casi


hasta la cintura y el vejete ya paseaba una de sus manazas
por su abultado vientre de 4 meses.

Increíblemente para nuestra casada las crudas palabras del


mecánico en vez de asustarla estas estaban terminando de
enardecerla aun más de lo que ya estaba. Todas esas
guarrerías que le decía el viejo la asustaban como también
la calentaban exquisitamente, pero lo que la estaba
haciendo perder los sentidos era que literalmente ella ya
estar pensándosela en acostarse con su cuñado y a espaldas
de don Cipriano, pero el tenia la culpa se decía para ella
misma en alguna parte de su mente.

Con el solo hecho de imaginar que él en esos momentos


estaba en el taller trabajando y ella quizás estar a solo
minutos de ponerse a culear con don Pedro en venganza de
la recién descubierta infidelidad casi ya la estaban haciendo
perder los sentidos (o habría sido el efecto de las 4 cervezas
al hilo que se había mandado?, bueno quien sabe.
Recuerdan la estupidez que hiso cuando vio que Cesar
visitaba secretamente a Lidia?).

--Por favor don Pedro no me lo hagaaaa…!!, yo no sé de


estas cosas…!!!, le decía la rubia quien se mantenía
quietecita en el catre sintiendo las manoseadas que le
daban a sus piernas ya desnudas, y esperando también ver
cuál sería el siguiente paso que daría su excitado cuñado, lo
más extraño de todo era que no quería tener relaciones
sexuales con un viejo tan asqueroso como su cuñado, pero
el deseo de desquite sexual en contra de don Cipriano la
enardecían, y mas con solo recordar las animalescas
dimensiones vergales que se gastaba su mugriento casi
familiar.

El viejo por su parte al estar recostado a un lado de aquel


soberbio cuerpo femenino solo se daba a manosearla con
lascivia a la vez que babeaba y bufaba como una verdadera
bestia, por otro lado Gabriela sentía sus callosas manos
sobajearla fuerte desde sus piernas hasta sus caderas, luego
lo sentía tratando de meter con total descaro esas manos
llenas de durezas resecas por detrás de su cintura
intentando retirarle de una buena vez por todas sus
diminutos calzoncitos blancos que eran tan albos como la
nieve, este al notar que la rubia no estaba cooperando en la
tarea y al tenerla con su vestido subido hasta la cintura no
dudo en perder su manaza por el vientre de la hembra y
sumirla por debajo de la diminuta prenda triangular que
protegía su vagina,

--Ahhhhyyyyy…! Mmmmm… Noooo…!, por favor don


Pedroooo no lo hagaaaa…!!, -exclamó Gabriela poco antes
de sentir un largo y grueso dedo penetrándola por la parte
más intima de su persona, o sea por su vagina.

El bestial mecánico que babeaba como una hambrienta


hiena al acecho de su presa al estar metiendo su dedo
medio al interior de la vagina de la rubia, sentía como al
interior de esta todo era un mar de líquidos tibios tirando
para calientes, además de estar palpando con el resto de su
mano esa pélvica curvatura comprobando así que esta se
encontraba casi exenta de pelos,

--Ohhhhh… pero que mojadita estas cuñadita mía, esto


quiere decir solo una cosa guachita, jejejeje, y eso es que
esta casi depilada concha que te cargas está deseosa de
una buena verga, jajajaja…!!!!, al parecer no te han cogido
como te mereces rubia… tienes el sapo más que jugoso,
jejejeje…!!!.

El vejete con solo decirle esto último y sin pensárselo mas


de dos veces con su otra mano le tomó un extremo de los
elásticos de su prenda interior blanca y se los arrancó de un
salvaje tirón rompiéndoselos y dejando su mano que se
encontraba perdida en su vagina a la vista de ambos.

Gabriela no tuvo tiempo de reaccionar, de un momento a


otro se vio desprovista de su baja ropa intima, a la vez que
sentía como su asqueroso cuñado enroscaba su dedo al
interior de su femenina intimidad intentando masturbarla,
desde su posición en el catre veía como este le sonreía con
su rostro descongestionado por la calentura y mostrándole
sus rosadas encías despobladas de dientes y solo con ese
cacho café oscuro que tenía como única pieza dental y que
se le veía en un lado, mientras su dedo se movía
encharcadamente al interior de su vagina gatillándola y ya
haciéndole sentir muy rico, por lo que la perdida y más o
menos borracha hembra dejando sus contradicciones de
lado no se aguanto de ir llevando una de sus manitas en
forma disimulada hacia la cadera del vejete, su intención era
una sola, nuestra rubia ya quería de una buena vez por
todas palparle la verga a su asqueroso cuñado.
Don Pedro quien estaba atento a la mas mínima reacción
de la rubia se dio cuenta en el acto de cuál era su intención,
por lo que sin mas fue el mismo quien le tomo su manita
para después de ponerla en su verga y decirle,

--Siente la verga zorraaaa…!, jajajaja…! me la tienes dura


como una piedra putaaaaa…!! Jajajajaja…!! Cuando te la
meta te hare gozar como una verdadera yeguaaa…!!!, -una
vez que termino de decirle esto último el lujurioso vejete
que se estaba tomando todo el tiempo del mundo antes de
cogérsela comenzó abiertamente a restregarle su tranca en
la cadera de la también caliente hembra que solo se
mantenía quietecita y con su manita moviéndola y
girándola entre sus ancas y la verga del vejete sintiendo y
experimentando lo dura que el vejete la tenia mientras la
punteaba.

Gabriela en estos momentos ya casi no pensaba en don


Cipriano y la rubia con la que el cogía. Su mente ahora solo
se concentraba en los lujuriosos sonidos que hacían los
resortes del catre debido a los movimientos de punteo que
hacían sobre él, se sabía al interior del camper de su
cuñado, el calor imperante de la mañana hacia que en este
hubieran por lo menos 40 grados de temperatura, así lo
demostraba la parte superior de su vestido ya que lo sentía
pegado a su piel y a sus tetas, mientras que su desnuda
cadera ya estaba humedecida con los prolíficos líquidos que
botaba la verga del vejete y que habían traspasado la tela
del overol, si hasta a su naricita ya le llegaba el fuerte aroma
de esta viril y taurina esencia masculina, sus ganas de haber
querido salir corriendo de aquel lujurioso tráiler ya se le
habían esfumado, ahora solo deseaba dejarse hacer de todo
lo que el viejo quisiera, mientras sentía como ese dedo aun
la masturbaba exquisita y despaciosamente.

--Ahhhhhhhh don Pedrooooo…! que ricooooo se


sienteeeee…!, dejo salir de sus labios cuando ya no pudo
mas con tanta calentura que estaba sintiendo por la
morbosa situación en la cual se encontraba.

--Jajaja, siempre lo supe…! solo eres una puta sedienta de


vergas ajenas, jajajaja…!! Quieres probar ya mi verga…!?, o
quieres que te siga pajeando un rato mas…!?, jejejeje…!! Ah
putitaaa que sabrosa concha es la que tienes… en un rato
mas te la comeré toditaaaa, jejejeje…

--Siiii… don…!!! Peroooo… p… pa… pajeemeee… un ratitooo


más… se siente muy ricooooo…!!!, -le pedía la perdida
embarazada a su cuñado entre susurros.

--Está bien, jejejeje, te pajearé otro rato pero no te me


vayas a ir cortada todavía, quiero que cuando eso ocurra
sea con mi verga metida en tu zorra, jejejeje…!! Ohhhhh te
la siento apretadita y chiquitita cómo es posible que te
gusten las vergas gruesas y grandotas…!?, jajajajaja…!!!, le
decía don Pedro con la verdad ya que era un hecho que el
viejo intentaba dimensionar aquella rubia vagina y
realmente se la encontraba ajustadísima.

Gabriela con sus ojos cerrados se daba a sentir la


masturbada que le estaban dando en su almeja, a la vez que
mientras movía su vagina lentamente de arriba y hacia
abajo sintiendo el dedo de don Pedro, con sus dos manitas
fue subiendo su vestido hasta pasarlo por sobre sus tetas,
para comenzar a masajeárselas por sobre el sujetador, el
viejo al ser único testigo de lo que estaba sucediendo sobre
su viejo catre, sin pensársela mas retiro su dedo de la
acuosa hendidura de la hembra para chupárselo y para
luego arrodillarse rápidamente a un lado de ella, y como un
verdadero poseído se sacó la verga al frente de los ojos
azules de Gabriela que en un principio no entendió muy
bien la reacción del vejete.

La casada vio como el viejo sacaba su descomunal


herramienta de carne que mediría como unos 25
centímetros como mínimo, según ella la veía en aquellos
momentos que había quedado bamboleándose
orgullosamente muy cerca de su cara.

Gabriela veía que su cuñado ya la tenía bien parada, era una


herramienta gruesa y poderosa llena de pelos crespos en su
base, -se decía para ella sola, -y con unos testículos grandes
que colgaban debajo de esta, vio que en su bolsa las bolas
subían y bajaban despaciosamente, a veces una más arriba
que la otra para luego cambiar de posición, como si
realmente estuvieran sincronizadas para que así fuera,
luego regreso su azulada mirada a esa descomunal tranca
que estaba tan lustrosa y brillante como cuando se la miró
en el Pie Grande, y cuando ella ya coincidía con los amigos
de los hermanos en admitir que la de don Pedro era más
grandota, sintió como este se la comenzó a refregar
alrededor de la boca y en sus labios, desde su posición veía
como aquella gruesa manguera llena de venas entre
verdosas y azuladas se doblaba y se la dejaban caer una y
otra vez en distintas partes de su cara, sobre todo en sus
labios.

Gabriela un poco asustada al tener posada en su rostro


semejante herramienta masculina y sentirla también en su
boca, se dio cuenta de cómo el vejete con la otra mano le
comenzó a bajar los tirantes del vestido para luego hacer lo
mismo con el cierre de este que se encontraba en la
espalda de ella, la hembra al saberse ya en las mismas
condiciones de su macho y como su calentura ya era más
fuerte que el miedo se envalentono por lo lujurioso de lo
que era todo aquello, así que luego de retirarle sus negras
manos de su cuerpo, fue ella misma quien terminó por
desnudarse por completo, retirando de su cuerpo su vestido
y sujetador para lanzarlos hacia cualquier parte de aquel
destartalado camper.

Don Pedro una vez que la tuvo nuevamente tendida de


espaldas y completamente desnuda por fin se dio mirar a su
total antojo las curvilíneas y femeninas formas de la
embarazada hembra de su hermano, por lo que comenzó a
recorrerla centímetro a centímetro:

Vio unas piernotas que estaban para comérselas, sus


pantorrillas muy bien formadas daban paso a unos gruesos
y firmes muslos de ensueño que eran interminables y bien
delineados, sus caderas eran potentes y pronunciadas, y al
medio de estas recién reparaba en esa atractiva vagina casi
despoblada de pelos, solo eran unos pocos bellitos dorados
lo que la rubia tenía en la parte más hermosa de su
persona, para luego toparse con su ya abultado vientre el
cual se debía a su natural estado de embarazo, y para ya
casi terminar subió su viciosa mirada para toparse con esas
colosales tetasas al desnudo, que se notaban bien erguidas
y firmes, hasta que nuevamente se topo con esos azules
ojos que lo miraban como esperando la orden de que era lo
que se venía ahora.
--Bien zorraaaa…! Jejejeje, -le dijo el vejete aprovechando
de tomar un poco de aire ante tan sublime momento, --Así
encuerada te vez como toda una reina, jejejeje… ahora
agarra mi tranca y métetela en tu boquita… mámame la
verga tal como se la chupas a mi hermano, jejejejete,
enséñame lo buena que eres para andar parando y
deslechando vergotas, jajajaja…!!!!

Gabriela que con las palabrotas de su cuñado ya tenía su


vagina hecha un mar de caldos calientes, y que por dentro
la tenían como una loca, ya sin esperar nada mas levanto
una de sus manitas para agarrarla desde sus misma base,
tomando a su misma vez una gran cantidad de gruesos
pendejos negros que fueron aplastados contra su palma y
la circunferencia vergal, luego de acostumbrase a ella y a
sus fuertes palpitaciones la rubia comprobaba que su
manita quedaba como una “C”, ya que no pudo circundarla
por completo, la verga era muy gruesa, se decía sin ni
siquiera pestañear al estarla mirando como una verdadera
hipnotizada, así que ya no esperando nada mas la fue
dirigiendo hacia su boca a la misma vez que la iba abriendo
la más grande que podía y una vez que ya sintió todo el
morado glande circundar sus labios se dio a lamerlo con
desesperación, para luego de cerrar sus ojos comenzar a
mamar casi como por instinto, por cada chupeteada que le
mandaba con sus quijadas la vergota se le iba metiendo
cada vez más adentro, hasta que termino literalmente
succionándosela fuerte y tragándose los líquidos que salían
desde el interior de esta si como de caramelo se tratara.

Así estuvieron por espacio de unos buenos minutos, don


Pedro no se la creía, una llamativa hembra dorada y
que era su cuñada postiza le estaba mamando la verga
como solo una Diosa debía hacerlo, babeando y con sus
ojos en blanco se daba a animarla para que ella no parase
en tan deliciosa tarea a la cual estaba entregada.

--Arrrrrgggghhhh…! Mmmmmm…!! Putaaaaa…!! que rico lo


hacessssss…!!! Mas despaciooooo zorraaaa que vas a
mandar cortado antes de tiempoooo…!!!
Argghhhhhhhh…!!!! Ohhhhh siiiiiii…!! Chupaaaaa…!!
Chupaaaaaaaa…!!!!, rugía don Pedro quien se mantenía de
rodillas al lado del cuerpo de la rubia y aun con su overol
bajado hasta sus rodillas.

--Le g… gu… gustaaaaa…?, -se atrevió a preguntar la rubia


desde abajo y mientras se sacaba la verga de la boca,

--Ahhhh putitaaaa…! claro que me gustaaaaa…! Daleee…!!


Daleeee… no te la saquessss…!! no paresssss…!!!

Gabriela otra vez se metió la vergota entre medio de sus


labios y luego de apretarlos contra la vergal circunferencia
de don Pedro, y de comprobar con ellos la dureza de esta,
se dio a mover aceleradamente su cabeza de arriba y abajo
haciendo bufar de calentura al feliz mecánico, a la misma
vez que ahora con sus dos manitas se la agarraba y lo
masturbaba convulsivamente.

--Argghhhhhh…!!! Maldita perraaaaa…!!! eres tan buena


como la otra puta que me cojoooo… Argghhhhhhh…!!!

Gabriela mientras se la mamaba escuchaba las palabras del


vejete, lo que la llevo a recordar a la atractiva chamaca de
ojos verdes que ella había visto que lo acompañaba en el
taller solo hace un par de noches, y el solo hecho de
imaginar a semejante jovencita chupándole la verga como
ella se lo estaba haciendo a su asqueroso cuñado, la
elevaron a un estado de calentura casi sin precedentes, si
hubiese podido se la hubiera mordido hasta arrancársela de
la misma base para luego masticarla, degustarla y tragársela
con la finalidad de que sea para ella sola y para siempre,
pero sabía que si lo hacia el vejete sería capaz de hasta
matarla a palos debido al dolor que le causaría, así que se
conformo con solo deslecharla lo antes posible.

En esos desquiciados pensamientos estaba nuestra casada


cuando un enloquecido don Pedro le descorchaba la boca
de verga para rápidamente ponerse de pie, dejar caer su
overol de trabajo, a la misma vez que se sacaba su camiseta
para arrojarse sobre el desnudo cuerpo de su rubia cuñada,
para comenzar en el acto a chuparle las tetas con verdadera
devoción y locura.

Gabriela lo vio todo fofo y desgarbado, tenía una panza


caída y arrugada, y una tremenda mata de pelos
engreñecidos debajo de sus axilas, estaba en estas
espeluznantes apreciaciones cuando sintió el peso del
cuerpo del vejete sobre el suyo, a la vez que casi en el acto
le mandaba unas fuertes succiones a sus ya más que
hinchadas chichotas producto de su estado.

--Ahhhyyy…! D… do… donnnn P… Pe… Pedrooooo…!!! Mas


d… de… despacioooo… Shhhht…! que me dueleeeee…!!!
Mmmmm… p… por f… fa… faavorrr d… de… ten… ga… seeee
que me lastimaaaa…!! Mmmmm…!! Aahhhhyyyy…!!
Shhhhhhtttthhh…!!!, -se quejaba y gemia la rubia antes las
bestiales succiones que le estaban dando en las tetas.

Pero al enloquecido y caliente vejete no le importaba nada,


solo se daba a lo suyo que era mamar, chupar, lamer y
luego seguir chupando como si de verdad quisiera beberse
toda la leche que la rubia quizás a estas alturas ya podría
almacenar en sus soberbias tetasas, a la vez que con una de
sus descascaradas y mugrientas manos se daba a sobajear
su pronunciada pancita, combinando estos manoseos con
salvajes sobajeos en su encharcada e intima hendidura que
ya estaba pidiendo verga a gritos por lo acuosa que se
encontraba.

Gabriela por su parte solo se daba a sentir esos intensos y


atrevidos magreos que profanaban aquellas sagradas partes
de su femenina anatomía, a la vez que al oler ese pasoso
halito alcohólico casi en sus narices que emanaban de la
desdentada boca del viejo cuando este imperativamente se
cambiaba de teta, y que se combinaban con el fuerte hedor
a cuerpo sin asear de varios días, muy parecido al de una
pasosa cebolla en descomposición que también se
sumaban al hediondo olor del tabaco, con todo esto la
hembra increíblemente y sin poder darse una respuesta
lógica admitía que todos esas hediondeces y suciedades la
tenían vuelta loca de excitación, lo que hacía que su dorada
vagina se fuera encharcando cada vez más, Gabriela no fue
consciente cual fue el momento en que ya se encontraba
con sus soberbias piernotas abiertas de par en par
esperando con ansiedad que el viejo que le mamaba las
tetas en esos momentos de una buena vez por todas se
decidiera y se le subiera para que le metiera la verga todo
lo que él quisiera.

Don Pedro cuando al fin fue consciente de que por más que
se esforzaba no lograba sacarle ni siquiera una sola gota de
leche a la embarazada, se percato también del estado en
que tenia a la rubia, se dio a contemplarla por un instante,
la vio completamente desnuda y con sus muslos abiertos y
recogidos, lista y dispuesta para el apareamiento, con esa
barriga no tan pronunciada y ese cuerpo esbelto y tan
perfecto que continuaba manteniendo, como si el
embarazo no afectara a esa escultural y delineada figura
que siempre había tenido desde que la vio por primera vez.

Por su parte la rubia al haber tenido ante su vista e incluso


hasta ya haberle chupado la descomunal vergota a don
Pedro, inconscientemente ya se estaba comportando como
una verdadera puta, le mostraba su cuerpo con total
naturalidad, seduciéndolo con sus tremendas tetas y ahora
tocándoselas sensualmente de modo que le provocaba un
deseo brutal y casi demencial a su pobre cuñado.

El vejete ya no esperando nada más se propuso a tomar lo


que aquella lujuriosa Diosa le estaba ofreciendo,
controlándose al máximo para no desparramarse antes de
la penetración el viejo se fue acomodando sobre los
abiertos muslos de la ex casada, su verga ya estaba sedienta
de sexo y la adorable Gabriela iba a ser la amante perfecta
para hacerla disfrutar.

La caliente embarazada al sentir el tieso miembro de su


cuñado ya en la entrada de su hendidura fue ella quien
comenzó a tocar el pene con esta misma suavidad vaginal,
masturbándolo y punteándolo lentamente con su vagina
mientras lo miraba directamente a los ojos de su víctima.

El pobre de don Pedro que siempre se había caracterizado


por ser el macho caliente en todas sus letras en estos
momentos también había sucumbido al hechizo de
Gabriela, ahora solo se mantenía ubicado sobre ella con sus
ojos cerrados y babeando de calentura sin ser consciente
de esto, ya que misteriosamente los pellejos del prepucio
de su verga estaban cubriendo el glande en aquellos
mágicos momentos en que era la rubia quien se estaba
encargando de hacer la caliente y excitante tarea.

Una vez que ella ubico los tiernos labios de su vagina en


ambos costados del tapado y ancho glande, fue ella quien
le fue descubriendo el forro de arrugada piel poco a poco a
la pulsante y aceitosa cabeza de la verga, ya que a medida
en que lentamente iba levantando sus ancas también se la
iba comiendo esta misma con su encharcado coño.

El viejo quien sentía aquel místico y erótico ritual que lo


sometía aquella soberbia ninfa embarazada, sentía en su
verga como esa ardiente vagina se la iba succionando hacia
los calientes interiores de esta, chupándola y tragándosela
lenta y exquisitamente, primero fue su glande quien sintió
la tibia suavidad de las carnes intimas de la rubia, luego fue
su tronco el que experimentó la caliente fricción con las
paredes vaginales, y así la caliente rubia no se conformo
hasta que no la tuvo ensartada hasta su misma raíz y en lo
más profundo de su femenina y vaginal gruta amatoria.

Una vez que don Pedro fue consciente que Gabriela había
terminado de comerse su verga ella solita volvió en si
abriendo sus ojos con pupilas enrojecidas a causa de una
intensa calentura en que lo tenían, y viéndola con sus ojitos
cerrados y sus sensuales labios semi abiertos y temblorosos
al estar sintiendo toda la compresión de su verga, sin más
se dejo caer sobre ella con fuerzas desmedidas haciendo
que su casi cuñada quedara con los ojos abiertos como
platos debido a la profunda estocada que le mandó una vez
que ella había terminado de ensartarsela sola, y que fue
secundada por un delirante gemido de autentico placer
causado por la pasión que le generaba sentirse otra vez y
después de casi tres meses llena de una buena verga dura,
caliente y bien grande.

--Mmmmmmfffftssss…!!!, fue el femenino gemido de


aguante y disfrute.

El vejete ya más despejado pero excitado hasta la locura se


la quedo mirando y vio como el rostro de la rubia estaba
con un exquisito rictus de resistencia y placer al mismo
tiempo.

--Ohhhhhh putitaaaaa…! que rico que te comiste mi


vergaaaa…!! Tú sí que eres una zorra de cuidado
putaaaaa…!!! Y que rico que te siento mi amorrrrrr, no sabes
cómo me calientas yeguaaa…!!! Desde que te vi por primera
vez me dije que tendría que cogerte y mira como estamos,
jejejejeje… ahora aguanta perra que voy a comenzar a
menearme, Ja…!!!!

Gabriela no le contestaba nada solo se mantenía bien


abierta de muslos aguantando el adentramiento de verga y
a la espera que su asqueroso cuñado comenzara a
culearsela tanto como ella ya lo deseaba.

--Jejejeje… veo que te quedas callada pedazo de yegua y


eso que te tengo toda abierta y ofrecida como una vulgar
puta barata y con esta conchita que ya está reclamando que
mi verga se mueva dentro de ella, pero tranquilita… ya no te
haré esperar más… ahí te voy pendejaaaaa...!!!

Y diciéndole esto último metió sus arrugados brazos por


debajo de los desnudos y suaves hombros de nuestra
casada para afianzársela como todo un macho se acapara a
su hembra, para luego estando literalmente montado y
clavado en el cuerpo de la rubia simplemente empezar a
empujar hacia adelante sin sacarle la verga ni siquiera una
cuarta parte, con lo que Gabriela solo sentía unas
placenteras y ricas compresiones de carne vergal bien
embutidas adentro de su vagina.

La cogida adentro del camper por cada momento que


pasaba esta era cada vez más acelerada, don Pedro culeaba,
ensartaba, y empellía como un verdadero animal siempre
mirando a la rubia con su burlona sonrisa desdentada,
mientras ella aguantaba cada una de las estocadas
recibiéndolas con sus doradas cejas fruncidas hacia arriba,
con sus ojos bien cerrados y ahora con su boquita
totalmente abierta, por la cual y desde sus rojos labios ya
salían genuinos y sonoros gemidos de autentico placer.

--Ahhhhhhhhhyyy…! Mmmmmm…! Uffffffff…! Ahhhyyyyy…!


Siiiiiiii…! Ohhhh…!! Dios…!! Diossss…!!! Diossssss…!!!, -ya
gritaba audiblemente la hembra por cada feroz espolonazo
que le metian por el sapo.

--Diooooossss…! que bien culias zorraaaaaaaa…!!, por algo


mi hermano te robo a ese maricon que tenias por marido,
jajajajaja…!!!, ricura desde hoy tu también culiaras conmigo
todas las veces que yo te lo pida… te queda claro
putaaaaa…!!!?

Luego de decirle lo último el viejo le mando una bestial


acometida que dejaron a la ex casada viendo las estrellas,

--Contéstame perraaaaa…!!! Vendrás a culear a mi camper


cada vez que yo te lo pidaaa!?, -el viejo le mando otra feroz
puñalada de carne haciendo que la gozosa hembra saliera
de su excitado estado y le contestara su pregunta,

--S… Ssssssiiiiii… d don… P… pe… pe… droooo… yo v… ven…


ven… dreeeee… v… vendreeeee… a cu… cu… learrrr… c… ca…
cada v… vez que U… us… us… ted me lo p… pi…
daaaaaa…!!!! Ohhhhh… Diosssssssss…!!!!

La excitada hembra contestaba entrecortadamente y al


mismo ritmo en que le metían la verga.

--Jajajajaja…!!! Así me gusta yeguaaaaa…!!!, que sepas quien


es tu verdadero macho desde hoy, jajajajaja…!!!, te voy a
reventar rubiaaaa… te voy a destrozar la zorra a vergazos,
jajajajaja…!!! Mmmmmm… Argghhhhhhhh…!!!, como me la
aprietas la verga putaaaaa…!!!, se nota que esta panochita
rica que te cargas necesitaba un buen macho desde hace
rato, así que tomaaaaa…!!!.

Con estos últimos lujuriosos e infieles acuerdos entre la


parejita, el macho en cuestión comenzó un brutal mete y
saca, que la jugosa concha de Gabriela aguantaba deleitosa
y estoicamente quien no dudo en alentar al machote ese
para que le diera verga todo lo que quisiera y con todas las
energías que ella pretendía comerse por la zorra.

--Siiiiii…! don Pedroooo…!! Métamela todaaaa…!!!,


póngamela enteraaaaa…!!!! Muévase así Donnnnn…!!!! r…
ri… ricoooooo…!!!! r… ri… ricoooooo…!!!!.

--Toma zorraaaa…!!! tomaaaa…!!!! que puta más grande es


la que se esconde detrás de esa cara de muñequitaaaa…!!!!,
jajajajaja…!!!! solo eres una perra caliente y sedienta de
vergaaaa…!!!! así que tomaaaaa…!!!!.
--Ricoooo…! Ricoooo…!! Ricoooooo…!!! Ricoooooo…!!!!,
gritaba la excitada Gabriela por cada apuntalada con que le
abrían sus ajustados labios vaginales.

--Vamos admite que eres buena para la vergaaa…!!!, tu no


amas a nadieee…!!!, jajajaja…!!! solo te gusta meterte la
vergota de hombres extraños, jajajajaja…!!! dilo zorraaaa…
yo sé que eso es lo que te gusta, se te nota en la
miradaaa…!!!, jajajajaja...!! diloooooo…!!!!

La ya bien traspirada rubia quien escuchaba semejantes


palabrotas y que a si mismo caía en cuenta de cómo a ese
hombre también le gustaban los juegos de palabras al igual
que su hermano, con sus ojos cerrados y aguantando las
estocadas que la hacían estremecer su cuerpo intentaba
pensar en lo que este decía, eso de que ella no amara a
nadie y que estuviera solo enamorada de una verga la
descolocaban ya que creyó caer en cuenta que si estaba
siendo cogida tan bestialmente en esos momentos, el
recuerdo de la verga del viejo había contribuido mucho
para ello, pensamientos que hicieron explotar a la perdida
hembra en un fabuloso orgasmo, dejando salir de sus
sensuales labios lo que ella pensaba de todo eso por lo
menos en ese momento,

--Siiii…! siiiii…!! siiiiii…!!! me gusta la vergaaaa…!!! la


amoooo…!!!! la amooooooo…!!!!, me encantaaaa que me
metannnnn la vergaaa hombres extrañossss…!!!! Ohhhh
Diossss…!!!! Diossssss…!!!!!, me corro Donnnnn… me voy
cortadaaaaa…!!!!!

Don Pedro estaba encantado y extasiado hasta la locura,


pero por ahora solo seguía arremetiendo y con un mete y
saca acelerado y brutal, se la enterraba hasta el fondo,
aprovechando que esa tremenda rubia se estaba corriendo
de una forma más que exquisita ya que creía sentir en su
verga como ella se la exprimía con cada contracción que le
daba con su muy mojada vagina.

Siguieron cogiendo en la misma posición por espacio de


unos buenos minutos, hasta que el viejo comenzó a
escuchar unos sollozos, por lo que se dio cuenta que
literalmente tenia llorando de calentura a su casi cuñada.

El vejete con fuerzas desmedidas metió sus manazas por


debajo de las duras nalgas de Gabriela y la fue levantando
junto a su fofo pecho para dejarla sentada y clavada a su
mástil cara a cara con él, la rubia en el acto paso sus
delineados brazos por sus hombros y siguió meneándose
exquisitamente bien clavada en su erecto apéndice viril,
mientras que sus sudadas chichotas saltaban, se
comprimían y a veces hasta se resbalaban en el peludo y
grasiento pecho del mecánico, como a la misma vez el
caliente viejo la tomo de su rostro con ambas manos
ennegrecidas limpiándoles las lagrimas con sus dedos
pulgares, para después de despejarle la cara de sus
mechones rubios con la única intención de comenzar a
devorársela por la boca, situación que la excitada
embarazada correspondió con entusiasmo y
apasionadamente, ya que era consciente que le estaban
pegando una culeada de antología al interior de una
precaria casa rodante de una vulgar feria de entretenciones.

Estuvieron cogiendo y besándose en esa posición por un


espacio de 10 minutos por lo menos, los resortes del catre
ya casi tocaban el suelo del camper por la desmesurada
fuerza que hacían loa amantes en su movimientos
copulatorios, todos los latones del armazón del
destartalado tráiler crujían debido a como se movían los
amantes en su interior, hasta que don Pedro ya queriendo
ver y probar una buena galopada por parte de su rubia
cuñada fue poniéndose ahora él de espaldas en el catre,
para dejársela ensartada a su verga y meneándose como
toda una reina, hasta que le dijo:

--Bien cosita rica… ahora quiero sentir como me meneas el


culo tal como lo movías el día en que te vi bailando esa
mamada que bailaste con Cipriano, jejejeje, la única
diferencia será que ahora bailaras con mi verga metida en
tu panocha, jejejee… vamos empieza…!, el viejo creía ver
que por cada minuto que pasaba a su hembra mas se le
hinchaban las tetas, por lo que aprovechaba de
manoseárselas a su total antojo, se las sentía tan duras
como suaves y resbalosas.

La rubia desde las alturas vio el desencajado rostro de su


mugriento y asqueroso cuñado que ella recordaba haberlo
asemejado con un ex carcelario la primera vez que lo vio
parado en el taller el día aquel en que este descaradamente
le había agarrado el trasero, y pensar que ahora era ella
quien estaba culeandoselo a el por la posición en que se
encontraban, se decía para ella misma sintiendo como
ahora el vejete le manoseaba sus muslos, no supo porque
motivos, pero el evocar esos recuerdos y por lo muy bien
que la estaban haciendo sentir con esa gruesa vergota que
le tenían metida en su vagina, tomo con sus dos manitas las
dos manazas del viejo y las llevo a sus nalgas, para que el
vejete se las manoseara todo y cuanto el quisiera.
--Ohhhh mami… que suavecita que eres… como toda una
bebitaaa…! E… e… e… res toda una Diosaaaaa… ye…
guaaaaaa…!!!!, le dijo el vejete a la misma vez que le
manoseaba a su regalado antojo todas las redondeces de
aquellas soberbias y duras nalgotas.

La casada lo miraba con sus ojos azules semi cerrados, su


cara estaba sonrosada producto del excitado estado en que
se encontraba, su cuerpo brillaba antes la amarillenta luz de
la lámpara producto de la transpiración de su cuerpo
debido a la maratónica sesión de sexo en la cual ella era
participe, ahora solo se meneaba suavecito de atrás y hacia
adelante comiéndose con su encharcada vagina toda la
gruesa verga de don Pedro y sintiendo como este mismo le
clavaba sus negras uñas en las suaves carnes de sus nalgas.

--Vamos yeguaaa…! ve agarrando velocidad y cabálgame


como solo tú debes saber hacerlo…!, jejejeje…!!

Gabriela obediente como una colegiala, luego de pasar sus


mechones rubios por detrás de sus orejas, empezó a
acelerar los meneos pélvicos, ahora los combinaba con unas
desquiciantes ondulaciones de cintura en donde
prácticamente intentaba exprimirle la verga al vejete para
dejarlo meramente seco.

--Ufffff… que bien que te mueves mamitaaaa… vamos


sigueeee…!!!, le decía el viejo a la vez que nuevamente se
apoderaba de sus endurecidas tetas y se daba a
apretárselas como si de verdad estuviera dispuesto a
ordeñarla al ritmo de la cogida, para Gaby todo aquello era
más que excitante.
--Le gustaaa…!? le g… gustaaaa como me meneoooo…!!!?
Mmmmm… Dios… Diossss…!!! esto se siente muy
ricoooooo…!!! ahhhhh que rico Don Pedrooooo…!!!, la rubia
en esos momentos se mantenía con su tronco inclinado
hacia adelante mientras le movía el culo alucinantemente
de arriba y hacia abajo deslizándoselo por aquel aceitado y
nudoso tronco que el mecánico se gastaba por verga.

--Plafff…! Plaffff…!! Plaffff…!!! Plafffff…!!!! Plafffff…!!!!!,


retumbaban los continuos y acelerados saltos que daba la
embarazada con sus caderas ante la brutal cabalgada que
ella le estaba otorgando a ese macho que había sabido
calentarla hasta la insania.

--Ahhhh perraaaa…!!! Mmmm… eso es lo que eres para mi


desde hoy día, solo una perra desesperada por una
vergaaaa…!!!, Ahhhh…!!! Ahhhhh…!!! Ahhhhh…!!!, eres una
verdadera yegua en celoooo…!!!.

--Ahhhh…!!! Siiiiii yo soy una yeguaaaaa…!!! massss…!!!


empuje más hacia arriba Don…!!!! Métamela mas
fuerteeeee…!!! Mmmmm…!!! que ricoooooo Don
Pedrooooo…!!!!, bufaba Gabriela sin menguar en la veloz
galopada, sus hinchadas chichotas producto de la calentura
saltaban circularmente, el desesperado vejete luchaba por
agarrárselas para chuparlas pero se le resbalaban, todo al
interior del mugriento camper era placer carnal, ahí no
cabían sentimientos ni mamadas parecidas todo era disfrute
mundano y del mas animal imaginable.

--Con que quieres más ehhhhh yeguaaa…?!!, pus tomaaaaa


pedazo de furciaaaa…!!!, tomaaaa…!!! tomaaaaa…!!!!, el
vejete arremetía hacia arriba clavando a la rubia con fuerzas
desmedidas, como si de verdad quisiera enterrársela para
nunca más volver a sacarla desde aquella exquisita concha
que se gastaba la muy desvergonzada.

--Siiiii…!! Así…!!! Así…!!!! Así…!!!! Don Pedrooooo…!!!! dele


con ganassss…!!!! más adentroooo…!!!!, revientemeeeeeee
la zorra si así lo quiereeee…!!!!, Dios…!!!! Diossssss…!!!! creo
que otra vez me voy a ir cortadaaaaa…!!!!!, la rubia ya
estaba sintiendo más que rico y sabía también que se le
venía un orgasmo que debería quedar registrado en los
libros de historia.

--Mmmmm puta puta yo también me voy a correrrrrr…!!!!

--Si…!! Si…!!! Si…!!!! si…!!!!! Ricoooo…!!!! Ricoooo…!!!!


ricoooooo…!!!! ricoooooo…!!!!, Gabriela se concentraba en
todas esas sensaciones que ya estaban a punto de tomar
posesión sobre sus 5 sentidos.

--Maldita putaaaaaaaaaaa…!!! te voy a soltar todos mis


mocossss…!!!! Mmmmm… arrrrrrggggg…!!!!

--Demelosssss…!!! los quiero adentrooooo…!!! Don


Pedrooooo…!!!, quiero sentir su semen dentro de mi
vaginaaaaa…!!!, por favor Mmmmm… sigaaaa…!!! s… si…
sigaaaaa…!!! Mas f… fu… fuerteeeee…!!! que yo también me
vooooooooooyyyyyyyyyyyy…!!!!!

Don Pedro sin aguantarse más la agarro desde sus caderas


y se la clavo empujándola hacia su verga con brutalidad,
quedándose estático y temblando por al menos 5
segundos hasta que por fin le mando un bestial cañonazo
de espesa leche caliente muy al interior de su vagina,

--Ahhhhhhhhhhh me corrooooo en tu coño


zorraaaaaaaa…!!! tomaaaaaaa…!!!!
El primer y blanco cordón de semen espeso salió escupido
desde la verga con energías desmesuradas, extrañamente
esta viril esencia taurina salió mezclada con sangre del
vejete, nada peligroso para este, pero habían sido tantas las
ganas que el viejo le había traído a la rubia en todo este
tiempo que quizás porque tipo de motivos fisiológicos se
había producido este inusual fenómeno, la cosa era que en
esos momentos el mecánico con su cara desfigurada por el
placer terminaba de mandarle otras 5 fuertes descargas de
semen mezclado con sangre, para terminar de inyectarle
otras 4 descargas de menor intensidad pero que le
causaban sensaciones indescriptibles para él y su verga.

Mientras esto le ocurría a don Pedro, Gabriela por su parte


dio un femenino grito de gozo anticipado al sentir como el
vejete tan caliente como ella le estaba descargando
intensas chorreadas de semen al interior de su cuerpo.

El viejo estando disfrutando de un apoteósico clímax sexual


igual la vio detener sus movimientos, para él observar en
primera fila como la rubia al haber enderezado su curvilíneo
cuerpo empezaba a hacer extraños movimientos con sus
extremidades, con sus manitas hacia extraños movimientos
como si estuviera jugando a saltar con el cordel, claro que
este no estaba ahí, los ligamentos de sus muslos se
tensaban y estiraban como si estos en cualquier momento
se fueran a cortar, y su doradamente jaspeada pelvis la
meneaba como queriendo enterrarse más de lo permitido
en su herramienta, mientras esta estaba siendo deslechada
por su vagina, hasta que la vio poner sus ojos en blanco,
enarcar su espalda y soltar un ronco y gutural grito de
éxtasis total, a la vez que sintió en su verga como la rubia se
la bañaba con calientes oleadas de líquidos íntimos y
vaginales que se mezclaron con el espeso semen del viejo, a
la misma vez que sus tetas parecieron inflarse aun más de
lo que ya estaban para de pronto soltar sendas cantidades
de leche materna y amarillenta que salpicaron al feliz vejete
en la cara y todo lo que había alrededor, así estuvo la rubia
corriéndose por la concha y por las tetas por espacio de
unos 30 segundos por lo menos, don Pedro quien ya había
terminado de correrse veía encantado como desde las
chichotas de Gabriela salían disparadas sendas cantidades
de leche que el trataba de alcanzar con su lengua y boca.

Luego de tan exquisitos momentos para nuestra casada y


cuando las delicias del tan exquisito orgasmo femenino
fueron menguando en el cuerpazo de la rubia, ella con el
coño desbordante de semen caliente y también de sus
propios caldos se dejo caer sobre el fofo pecho del que
ahora también era su macho.

Y así fue como los dos amantes terminaron juntos y a la


misma vez, don Pedro la había inundado con un verdadero
aluvión de semen caliente dentro de su vagina, que fue
admitido y muy bien recepcionado por el rubio cuerpo de
Gabriela que después de haberle bañado la verga con un
verdadero tsunami de sus propios jugos íntimos, la hembra
aun jadeaba y temblaba todavía ensartada en la ya mas
blanda herramienta del vejete, hasta que cayó rendida
sobre el peludo pecho de su cuñado quien la abrazo en el
acto posando sus descascaradas manos en la suave piel de
la espalda de tan atractiva Diosa, ella también lo abrazó ya
que el viejo giro con ella para quedar recostados de lado,
ambos aun respiraban agitadamente, hasta que fue la
hembra quien hablo primero,
--Diossss… que hicimos don Pedro…, si Cipriano se entera
me va a matar, -claro que en su rostro todavía no habían
rastros de culpabilidad, su cara era de mujer satisfecha
sexualmente,

--No te preocupes pendeja, -le dijo Don Pedro que la


manoseaba por todo su cuerpo y ya con su verga lacia y
posada en el abdomen de la embarazada, --No pienses en
eso, aun no es ni medio día, tenemos para rato en seguir
pasándolo bien, Jejeje…

--No lo creo Don… ya hicimos lo que Usted quería, y yo soy


la mujer de su hermano… Lo mejor es que me vista y me
vaya a dejar a mi camioneta, -le decía la rubia quien ahora
misteriosamente hablaba todo esto manteniéndose
desnuda y abrazada al cuerpo del vejete sin ánimos de
levantarse.

--No putita… o sea… ahora también eres mi mujer, hoy te


quedaras conmigo hasta que ya no se me pare la verga, aun
tengo más semen del cual tú te debes encargar, jejejeje…

Gabriela viendo lo sosegado que estaba el vejete se dio


fuerzas para irse, sabía que lo había pasado
condenadamente bien con su cuñado, pero el solo pensar
de que don Cipriano notara algo raro en ella cuando ya
estuviera de regreso le hacían sentir miedo.

--Me debo ir don Pedro…, -diciendo esto levantó con


dificultad su cuerpo, sentía como si recién se la hubieran
zurrado despiadadamente y a palos, sentada en el catre
buscó con sus ojos su vestido, hasta que lo vio al fondo del
camper y sobre unos platos con comida avinagrada, y que
sus albos calzoncitos blancos estaban tirados en el
mugriento suelo ya inservibles producto de que se
rompieron con el brutal tirón que le dio Don Pedro cuando
se los arranco.

--Ven rubia recuéstate otro rato antes de que nos


peguemos otra cogidota, ya te dije que por ahora no
saldrás de aquí, me encanta que estés así totalmente
encuerada conmigo, jejejeje. Gabriela que si bien tenía
deseos de irse para no tener problemas con Cipriano con
solo recordar las fotos y el video, solo se dejaba hacer por
el hediondo de su cuñado así que otra vez se vio acostada y
abrazada junto a él. –Eres una zorra exquisita pendeja, mira
como me tienes la verga, creo que nuevamente quiere
gozar un ratito de ti, no sabes cuánto me había aguantado
las ganas de acostarme contigo y cogerte tal como lo
hicimos hace un rato, jejejeje, si hasta ya te tengo ganas
nuevamente.

--Espere don Pedroooo… quede algo cansada… no sé si


pueda hacerlo nuevamente, recuerde mi e… estado…, e…
estoy embarazadaaa… recuerdelooo…, -le dijo entre
cortadamente la desgastada rubia cuando vio ante sus ojos
que el vejete nuevamente la tenia terriblemente parada.

--Claro que estas agotada putita, si nos pegamos la


tremenda culeada, jajajaja…, y tu eres una Diosa, así que en
tu estado igual te la puedes para otra cacha así que vamos
empezando con tus puteadas zorraaaaa!!!

El siniestro mecánico que no respetaba nada de lo que le


decía la ex casada, le tomo su manita para llevársela su
verga en donde la hembra la comenzó a pajear
despaciosamente, mientras el vejete se dio a sobarle
aquellas tremendas tetas que ahora las tenía sensibles por
tanto que se las había sobajeado hace un rato y como estas
habían explotado en sendas cantidades de leche materna
en el momento del orgasmo.

Gabriela sabia que todo eso estaba mal, pero por algún
motivo no rechazaba a Don Pedro, mientras observaba
como este le sobajeaba las tetas, se daba a masturbarlo
cada vez mas deliciosamente ya que la verga estaba
endurecida al máximo, y ella se daba a sentirla en toda su
extensión y grosor, a la vez que sintió que desde su vagina
que aun habían rastros de semen coagulado, esta igual ya
comenzaba a darle muestras de lo excitada que comenzaba
a sentirse, ya que las pulsaciones que hacía esta eran más
que febriles con ese gustillo rico que le otorgaba a su
sistema nervioso por cada pulsación que esta daba.

En eso fue que el viejo nuevamente la acomodó en el catre


y simplemente buscó con su boca las tetas de la
complaciente y exquisita Gabriela que aun no se explicaba
de cómo ella se dejaba a que ese viejo le hiciera de todo lo
que él quisiera, este ya había comenzado a chupárselas
fuerte lo que le hacía sentir algo de dolor y de placer al
mismo tiempo, sin darse cuenta la rubia nuevamente ya
estaba comenzando a gemir y a quejarse

--Shhhhhhhtttt…! Mmmmm…! Ahhhhhh…!! más despacio


don Pedro que me duelen…

--Silencio zorraaaa…!, solo hace un rato tus chichotas


reventaron en leche, ahora seré yo quien te ordeñe pedazo
de puta, yo también quiero beber de tu leche, jajajaja,
diciéndole esto último el viejo abrió su bocota y
nuevamente empezó a succionar el pezón de la rubia,
mientras masajeaba su otra teta de la misma forma en que
los lecheros ordeñan a las vacas cuando realizan la misma
tarea a la cual el ahora estaba entregado.

--Ahhhhhh don Pedrooooo…, chúpelas mas suave que me


duelen, no sea tan brutoooo…!

El vejete por lo más que se esforzaba chupando y mamando


las tetas de la rubia, estas se negaban a darle ni siquiera
una sola gota del tan preciado líquido.

--Jajajaja pero mira nada mas… tus chichotas se niegan a


amamantarme…!, claro si con la vaciada que te pegaste
hace un rato, ya no te debe quedar ni una sola gota de
leche, bien no importa, para la próxima que vengas a coger
conmigo no haremos nada sin antes que me amamantes,
jajajaja.

Con eso ultimo el feroz mecánico subió su asqueroso


hocico desdentado y comenzó nuevamente a comérsela por
la boca, Gabriela con tal de no sentir ese dolor en sus tetas
le correspondió el beso en el acto, el viejo sabia que aun era
temprano y ya quería pegarle otra cogida a la rubia, pero
ahora sencillamente le quería dar por el culo.

--Te gusto lo que hicimos hace un rato putita?, le consulto


el vejete separándose de los rojos labios de Gabriela y
mirándola con deseo.

--S… Si… c… cr… creo que me gusto un po…cooo…, pero


solo lo hice por lo que Usted me mostró, le dijo la rubia
algo asustada al ver la cara de calentura que tenía el vejete
en esos momentos, por lo que se atrevió a solicitar, --Don
Pedro, si me lo va a hacer de nuevo… por favor hágalo con
cuidado, recuerde mi estado…!
--Tranquila zorraaaa… ya pasaste la prueba de fuego y no te
paso nada, jejejeje, si eras tú la que se movía como
desesperada arriba de mi verga, jajajaja…!!! Con solo eso
que hiciste ya pasaste a ser mi putaaaa…!!! mi
mujerrrrrrr…!!!!!, -le decía mientras ahora le metía dos dedos
en el dorado coño ya encharcado. –Mira nada mas como ya
estas de mojada pedazo de yegua, jajajaja… creo que ya
estas lista para la vergaaaa…!!! Vamos ponte en 4 patas que
ahora me toca darte por el culo, jajajaja…!!!

--Mmmmm…! Ahhhh…! Nooooo…!! don Pedro…!!! que


haceee…!? por ahí me va a doler…!! Usted la tiene más
grande que Ciprianooooo…!!!!, reclamaba la rubia cuando
se sintió tomada por el mecánico de la feria para ser este
mismo quien la ponía en la animalesca posición para
perforarla por su orificio posterior.

--Ja…!, no mames pendeja…! no te dolerá nadita, si ya las


has probado con anterioridad, solo será la primera estocada
y luego rogaras para que no pare de metértela por el culo,
jajajajaja…!!!

Gabriela aun no muy convencida se quedo quieta y


temblando por lo que se venía.

--Abre mas los muslos zorraaa, y parame mas el culo, -


demandaba el vejete quien ya se había ubicado detrás de la
rubia, su cara era la de un verdadero degenerado al tener
en aquella humillante posición a tan soberbia mujer.

La embarazada hiso lo que el vejete quería, abrió sus


muslos lo más que pudo y espero a que don Pedro hiciera
lo que quisiera con ella.
El viejo poso una de sus manos en toda la brillosa cadera
de la hembra, tomo su verga con mucho cuidado y apunto
su glande en el pequeño orificio rosado para que después
de tenerlo posado justo al medio de este, simplemente
empezó a accionar con fuerzas hacia el interior de los
intestinos de la mujer, que en esos momentos sentía con
sus ojos cerrados y con su cara de Diosa nórdica
desfigurada por el dolor, como la herramienta de su cuñado
empezaba a perforarla analmente.

Don Pedro al sentir la punta de su miembro entrando en el


apretado y femenino esfínter de Gabriela, no aguantó el
gusto y las ganes de metérsela toda para adentro, así que
ahora con sus dos manazas la agarró firmemente de las
caderas y la ensartó por el culo limpiamente y de un solo
golpe.

--Ahhhhhyyyyyyyyyy…!!!! Diossssss…!!!! Diossssss…!!!! me


dueleeeee…!!!! Suéltemeeeee!!!! Suéltemeeeee…!!!!, me está
partiendo en dos viejo de mierdaaaaaaaaa…!!!!
Aayyyyyyyyyy…!!!!!

Gabriela acababa de comérsela entera por el culo, y hasta la


misma raíz, su cuerpo hacia bruscos meneos de escapatoria
pero el vejete la tenia bien agarrada de sus caderas, los
movimientos que hacán ambos eran los mismos que hace
un jinete cuando doma por primera vez a su yegua, o al
menos así se veía la escena.

--Arrrrrrgggghhhhhh…!!! que apretado tienes el culo


mamacita ricaaaaa, que calentito tienes el hoyoooooo…!!!!
Mmmmmm…!!!! Sí que eres muy buena hembraaaaa…!!!
una de las mejoressss…!!! Mmmmm… Ahhhh…!!! que
ricoooooo yeguaaaaa…!!!!!.
--E… es… espereeeee un momento Donnnnn…! No se
mueva por favor no se mueva Mmmmmm… Ahhhh deje
que se me acostumbre un poco por favorrrrr…!!!, - le pedía
la rubia mirándolo hacia atrás y respirando
convulsivamente.

--Jajajajaja…!!!, tienes un culazo exquisito cabrona… me lo


aprietas tan ricoooooo… que no puedo estar sin moverme,
jajajajaja…!!!!

El vejete se comenzó a mover salvajemente no dándole


tiempo a la rubia para que su ano se acostumbrara al grosor
de su verga, la embarazada sentía que en cualquier
momento era su último momento, el viejo ese era un salvaje
a la hora de culear pensaba en alguna parte de su mente
mientras sentía las firmes estocadas vergales que le ponían
por el culo.

En estos pensamientos estaba Gabriela cuando sintió que


era tomada fuertemente de sus rubios cabellos delanteros y
la hacían quebrar su espalda e inclinarse hacia atrás hasta
donde estaba la hedionda bocota de su cuñado quien la
comenzó a besar asquerosamente introduciéndole en la
boquita de ella su lengua, salivas viscosas y sucias, pero a
pesar de las lacerantes estocadas con las que la castigaban
analmente, la poderosa hembra estaba ya tan caliente que
no le molestó para nada que la besaran tan impúdicamente,
sino que le correspondía y ella también sacaba su lengüita
rosada para entrelazarla con la de su asqueroso cuñado.

--Ayyyy pinche putaaaaaaaaaaa…!! ya no me aguantooo…!!


muévete mamacitaaaa…!! menéame el culo bien
ricoooooo…!!! que ya no aguantoooo…!!! Mmmmmmmm…
quiero sentir como tu orto se come mi vergaaaa…!!!
Gabriela le hiso caso en el acto, después de dejarse caer
nuevamente en el catre para quedar puesta en 4 patas
comenzó a moverse su cuerpo como una verdadera
enajenada, penetrándose ella sola analmente y con mucha
rapidez la verga de Don Pedro, mientras este hundía su
bocota por debajo de la nuca y el cuello de tan soberbia
mujer, mordiéndoselo en distintas partes del puro gusto
que se estaba dando con ella.

--Así pendejaaaaa muévete así…! solo eres una


putaaaaaa…!! Una puta que sirve solo para coger y para
nada massss…!!! Jajajajaja…!!! culea rubiaaaa…!!!,
culeaaaaaa…!!!, -la animaba el vejete.

--Ahhhhh…!! Ahhhh…!!! ahhhhh…!!!! Ahhhh…!!!! Diossss…!!!!,


esto es el cieloooo… Ahhhyyyyy me gustaaaa...!!! Don
Pedrooooo…!!! Ayyyy…!!! Ayyyy…!!! yo soy su mujerrrr…!!!
soy su putaaaaa…!!!!

--Mmmmmm… Ohhhhhh…!!!, si pendeja, eres mi mujer y


también eres mi yeguaaaaa, lo oyes…!?, desde que te vi en
el taller y con la cara de puta que te paseabas por el supe
que terminaríamos cogiendo como animales… tal como lo
hacemos ahoraaaa…!!!, jajajajaja…!!!, sigue
moviendoteeee…!!! sigueeeeee…!!!!

--Ahhhh…!! Ahhhhh…!!! Ahhhh…!!! Dios Míoooo…!!! Asi mi


rey…!!! es tan rico que a una se la enculennnnn…!!!!
Ahhhhh…!!!! me va a reventar con su verga Donnnnn…!!!!, la
tiene enormeeeeee...!!!!

--Ufff mamita esta verga es tuyaaaa…!!! a mí también me


darás un hijoooo lo oyesssss…!!!?
Gabriela con solo imaginar que ella también estaba
destinada a darle hijos a don Pedro no dio más de calentura
y simplemente comenzó a correrse como una verdadera
fulana.

--Siiiiiiii…!!! siiiiiii…!!! Siiiiii…!!!, don Pedroooo…!!! yo le daré


un hijoooo…!!! así como Usted lo quiereeeee…!!!
Uffffffffffffff…!!!

--Jajajajajaja…! eso es zorraaaaaaaaa…!!! me darás hijos…


serás mi putaaaa…!!! culearas con todos los que yo te diga y
también le darás hijos a ellossss…!!!, y todo a espaldas de
Ciprianooooo… Jajajajaja…!!!

Con semejante estupides que le estab diciendo don Pedro a


Gabriela, la rubia ya no dio mas y junto con estar a punto
de correse por el culo, se dio a responderle con otra desus
estupideces,

--Joooooooo…!!! Siiiiiiiiiii…!!!! Yo tendre hijos a todos lo que


Usted me digaaaaa!!!!!, Ufffffff,…!!! Ufffffff…!!!!! Wuaaaaa…!!!!
no me lo saque que me corrrooooooo!!!!!, Aayyyyyy que
ricoooooo Donnnnn…!!!! me corro por el culooooooo…!!!!!.

--Ahhhhh maldita putaaaaa…!!!! que bien me contraes la


verga con tu culazo…, -el vejete no aguantándose más de
ver esas redondas nalgotas estremecerse al ritmo en que le
comían la verga y de la forma en que se contraían al estar la
hembra orgasmeandose analmente, no se aguanto de
propinarle unas lacerantes y dolorosas nalgadas --
Plafffff…!!!! Plafffff…!!!! Plafffff…!!!! Plafffff…!!!!, retumbaban
las fuertes y dolorosas palmadas en las suaves carnes
traseras de Gabriela.
Cuando el viejo noto que la rubia ya se había relajado,
simplemente se la desclavo para luego de eso bajarse
rápidamente del catre tomado a la rubia fuertemente de sus
cabellos y sacarla con brutalidad para hacerla que se
arrodillara ante él, Gabriela capto al instante cual era la idea
del vejete, le iban a dar semen directamente a la boca, así
que ella rápidamente poso sus manitas en sus muslos y con
sus mandíbulas bien abiertas saco su lengua para afuera a
la espera del nutritivo alimento que su cuñado tenia para
ella al fondo de sus testículos.

Don Pedro al verla en aquella sumisa posición a la espera


de su acabada, apunto con su verga directamente a la
campanilla de su garganta y simplemente se corrió, fueron
6 copiosos disparos de nutritivo y denso semen que
escurrieron por todo el paladar y los dientes de la casada
que poco a poco fueron inundando su boquita, hasta que
esta queda casi rebalsada de la blanca esencia masculina,
solo la punta de su lengüita se veía al medio de ese albo
mar espermatozoides, para luego de ver que su cuñado ya
no tenía nada más para darle simplemente se lo trago todo.

Una vez que Gabriela, arrodillada como estaba, sintió como


todo ese manjar fuerte y masculino bajaba por su garganta
para ir a depositarse en alguna parte de su estomago, vio
como el vejete con cara de satisfacción se echaba en catre y
le decía,

--Bien puta esto ha estado realmente bueno, jejejeje, ahora


si quieres te largas, que yo debo descansar. Recuerda… para
la próxima vez que nos juntemos para coger será en tu
propia casa, pero antes me amamantaras, es justo no!?, yo
lo acabo de hacer reciencito, te has bebido toda mi lechita,
así que para la próxima vez serás tu quien me la debe dar,
jejejeje, mira a un lado de la puerta hay una llave colgada,
es la del candado de afuera, déjatela para cuando me
vengas a ver, ahora vístete y desaparécete, jajajaja…!!!

Mientras la ahora humillada hembra se vestía claro que


solamente con su sujetador y vestido, ya que sus calzones
quedaron inutilizables, Gabriela nuevamente comenzó a
sentir ese fétido olor a cuerpo sin asear de varios días del
vejete, en tanto este mismo solo la miraba burlonamente y
en forma orgullosa al ver el portento de mujer que se había
cogido, enculado y que mas encima ella le había comido
todos sus mocos.

La rubia ya siendo ella misma y estando ya vestida le dio


una última mirada de odio a ese asqueroso hombre con el
cual acababa de revolcarse en su tráiler, y simplemente
abrió la puerta de este y se retiró, a la misma vez que en su
mente ya comenzaban a aparecer los primeros
remordimientos de conciencia y sensaciones de
arrepentimiento, hasta que cuando ya casi iba llegando a
su camioneta se dijo para sí misma –Ohhhh Dios que he
hecho…!?, la pobre ni se imaginaba los cambios que se
venían para su vida desde ahora en adelante, ya eran casi
las tres de la tarde.

“La rubia ya siendo ella misma y estando vestida le dio una


última mirada de odio a ese asqueroso hombre con el cual
acababa de revolcarse en su tráiler, para luego simplemente
abrir la puerta y retirarse de este, a la misma vez que en su
mente ya comenzaban a aparecer los primeros
remordimientos de conciencia y sensaciones de
arrepentimiento, hasta que cuando ya casi iba llegando a
su camioneta se dijo para sí misma –Ohhhh Dios que he
hecho…!?, la pobre ni se imaginaba los cambios que se
venían para su vida desde ahora en adelante, ya eran casi
las tres de la tarde.”

Gabriela… una adorable mujer casada 11 (versión RD)

Don Pedro se había quedado de lo más satisfecho tirado en


su catre cuando decidió beberse una muy merecida cerveza
luego de las dos antológicas cogidas que le acababa de
poner la soberbia mujer de su hermano, además que el
tener en cuenta que ella encontrándose en el real estado de
embarazo y que de igual forma se había dejado coger, esta
particular razón lo mantenían en un placentero estado de
morbosidad absoluta con solo recordarlo.

Al interior del camper hacía un calor de los mil demonios


pero el vejete estaba feliz de la vida con su lata de cerveza
recién abierta, repasando todos los detalles de la reciente
incursión sexual, además de estar claro que recientito no
más le habían deslechado la verga por partida doble.

Pero no alcanzaron a ser mas de 10 minutos los que el


asqueroso mecánico pudo estar en tan gratificante estado,
porque una vez que Gabriela cerró la puerta del camper por
fuera, después de que este le dijera que simplemente se
largara porque el ya la había ocupado, solo al rato de esto
unos fuertes gritos de mujer vinieron a sacar al vejete del
estado antes señalado. Los lamentosos gritos se
escuchaban justo a un lado de su camper.

(Algunos minutos antes)


Un rato antes la bella Gabriela en condiciones sicológicas
lamentables caminaba hacia su camioneta. De forma
contrita se daba a maldecirse a ella misma por haberse
acostado prácticamente por las buenas con su asqueroso
cuñado, coronándolo más encima que en todo momento
ella estuvo gozando y disfrutando de la verga que una vez
él le había mostrado descaradamente en el Pie Grande.

Y una vez que ya estaba solo a metros de llegar al portón


en donde a un ladito de este estaba estacionada su
camioneta fue cuando lo sintió por primera vez:

Su vientre poco a poco lo había ido sintiendo tirante como


nunca antes, de tal forma que automáticamente dejó de
lados sus pesares quedándose estática y mirando su
pequeña pancita con sus manitas puestas en ella, en
seguida una alarmante sucesión de calambres en su
abdomen comenzaron a atacarla sin darle a tiempo a nada,
además que el dolor en su espalda fue casi fulminante para
nuestra alarmada rubia quien casi de inmediato recordó las
palabras del joven galeno solo hacía un tiempo:

“…el caso es que los resultados que le tomamos a su mujer


no salieron muy buenos que digamos, no es nada grave…
pero lo mejor es tomar ciertas precauciones…”, con esto la
embarazada recién tomó en serio las indicaciones medicas,
ella no podía ponerse a mantener relaciones sexuales y aun
así hizo caso omiso a esto, luego recordó parte de su
reciente incursión apareatorea en los momentos en que el
vejete se la estaba cogiendo:

“--Con que quieres más ehhhhh yeguaaa…?!!, pus tomaaaaa


pedazo de furciaaaa…!!!, tomaaaa…!!! Tomaaaaa…!!!!,” -la
asustada rubia casi veía la cara de su cuñado cuando este le
había estado arremetiendo hacia arriba y clavándola por su
interior con fuerzas desmesuradas.

Y más espantada se iba poniendo al comprobar en su


cuerpo que los dolores no menguaban sino que estos cada
vez eran más fuertes e intensos que anteriormente a la vez
que recordaba cuáles eran sus palabras en el momento en
que el viejo se la cogía:

“--Siiiii…!! Así…!!! Así…!!!! Así…!!!! Don Pedrooooo…!!!! Dele


con ganassss…!!!! Más adentroooo…!!!!, revientemeeeeeee
la zorra si así lo quiereeee…!!!!, Dios…!!!! Diossssss…!!!! Creo
que otra vez me voy a ir cortadaaaaa…!!!!!”…

La asustada rubia quien ahora estaba escandalizada por lo


muy puta que se había comportado no respetando su
estado ya comenzaba a quejarse de los dolores, intentaba
pensar en cuál sería su mejor opción ante lo que le estaba
ocurriendo, por lo que consideró en llamar a su nene, pero
que explicación le daría del porque ella estaba metida en la
feria donde trabajaba su hermano…!?, no, imposible…!, se
dijo de pronto sintiendo que los dolores ya se estaban
haciendo casi insoportables, y debido a esto último fue que
de un momento a otro se vio en la necesidad de acudir al
hombre culpable de este nuevo y alarmante estado, su
deber era ayudarla se iba diciendo en cuanto comenzó su
dolorosa caminata de regreso hacia el camper donde se la
habían estado cogiendo.

Mientras Gabriela apenas caminaba retorciéndose de


dolores tanto en la espalda como en su vientre y bajo
abdomen, fueron varios mecánicos, viejos ordinarios y
mugrientos que escondiéndose detrás de los fierros de las
atracciones que estaban detenidas a todo sol la iban
siguiendo intentando adivinar que era lo que le ocurría a
tan atractiva mujer, aunque ya varios de ellos suponían que
la rubia embarazada había estado cogiendo con el jefe
adentro de uno de los camper.

Y fue cuando Gaby ya estaba a solo 2 metros del tarro con


ruedas en donde estaba el hombre que su deber era
asistirla, según ella, fue cuando ya no se aguanto más y
mandó un gutural grito de dolor y desesperación por lo
que le estaba ocurriendo, a la misma vez en que se veía en
la obligación de irse agachando.

Un mal humorado don Pedro que no tenía ni la más mínima


idea de lo que le estaba ocurriendo a la rubia, se levantó
muy enojado para ir a ver qué pasaba afuera, y justo en el
momento en que abrió la puerta del camper para vociferar
que debido a que tipo de chingaderas se debía tanto
griterío, vio a la rubia a solo dos metros de distancia, estaba
agachada y con sus desnudos muslos bien separados uno
del otro, de la misma forma en que se agachan las mujeres
cuando van a mear a escondidas detrás de los arbustos.

El vejete no se la quería creer, este veía como Gabriela


estando con su cara bañada en lagrimas se mantenía con
sus piernotas bien abiertas y con su vestido que se lo había
subido ella misma hasta la cintura manteniéndolo
empuñado fuertemente con sus manitas, mientras ríos de
sangre que nacían desde su vagina corrían por sus dos
muslos abiertos.

--Mire lo que me pasó por su culpaaaa…!! Sniffssss…!!!, -le


dijo por fin la rubia al asqueroso de su cuñado moviendo su
carita para ambos lados mientras le hablaba, esta estaba
desfigurada por el dolor.
El viejo con ganas de reírse al principio, pero luego con
estupefacción vio como desde el casi depilado y expuesto
coño de la ex casada chorreaba todavía una gran cantidad
de sangre roja y bien oscura. La dorada panocha goteaba a
cantaros sobre ya una gran posa roja escarlata, la sangre
seguía saliendo expulsada desde su fisura de carne, por lo
que don Pedro quien poco a poco caía en cuenta de lo que
le estaba ocurriendo a su recién cogida cuñada, al levantar
su vista recién puso atención a la gran cantidad de viejos
que muy entretenidos miraban la trágica escena en donde
casi todos ellos se reían maliciosamente y cuchicheaban
entre ellos.

--Y que hacen ahí todos Ustedes tropa de inútiles, que


alguien vaya a buscar un cacharro que esta yegua se esto
desangrando por la zorraaaaa…!!!!, -vociferó el vejete en
forma aireada al ver que sus ayudantes al estar
alcoholizados no atinaban a hacer nada, los muy
desequilibrados al haber tomado ubicación por las laterales
de donde estaba agachada la rubia con sus bellos muslos
abiertos solo se daban a masajearse la verga mirando con
cara de degenerados semejante espectáculo, pero a don
Pedro lo que más le preocupaba era que a su cuñada se le
ocurriera irse despachada para el otro mundo en su mismo
trabajo, ya que ahí sí que iba a tener problemas con la
administración y nunca más le permitirían meter putas a la
feria en los momentos del ocio.

Una vez que uno de los más incondicionales trabajadores


de don Pedro llegó a un lado del camper en una
cachambrienta camioneta cerrada que en su techo tenía un
megáfono ya que esta aparte de estar toda pintarrajeada de
múltiples colores y de tener su pintura toda roída por el sol,
sumándole a que en todo su contorno tenía amarrada una
hilera de coloridos banderines, este singular vehículo era el
que usaban para hacerle publicidad a la feria en las distintas
callejuelas de los barrios en donde se instalaban, pero ahora
esta pasaba a ser el improvisado vehículo de emergencias y
rescates que el grupo de mecánicos en forma improvisada y
unánime habían asignado.

Entre 4 viejos hicieron la operación, siendo dirigidos por el


mismo don Pedro que con su grasiento overol amarrado en
su cintura y con su mugrienta camisa toda rotosa y
percudida le ponía el mismo empeño tal cual como cuando
dirigía el arme o desarme de una de las atracciones
mecánicas, así que sus ayudantes con mucho cuidado
tomaron a Gabriela y la pusieron arriba del destartalado
vehículo de Marketing panfletario, y una vez que ya la
tuvieron ubicada en suelo del pick Up ellos mismos también
se subieron y se ubicaron alrededor de ella que aun se
mantenía forzadamente con sus bellos muslos abiertos
mostrándoles a todos su crudo espectáculo, en tanto don
Pedro que ya estaba sentado al volante y encendiendo el
motor este fue y les dijo:

--No mamennn…!!, Y que hacen ahí ustedes… cuarteto de


pervertidos…!!??, bájense orita mismo antes que me baje yo
y me los despache por ser tan tarados, jajajajaja…!!!!, -así
que a los viejos, algo decepcionados, no les quedo más
remedio que descender del vehículo y ver como el jefe se
llevaba al hospital a semejante hembra enferma.

Una vez que don Pedro con Gabriela iniciaron el veloz


recorrido en dirección al hospital más cercano en el
cacharro publicitario, el viejo gritándole hacia atrás le
consultaba a la rubia:

--Como vas cuñada…!?, que es lo que te ocurrió…!!??, -le


consultaba don Pedro a Gabriela mirándola por el espejo
retrovisor y no perdiendo concentración en la conducción,
el vejete lo único que podía ver desde su ubicación y en el
espejo eran sus dos bellas rodillas y parte de sus piernas,
estas estaban bien separadas una de la otra.

--No se don Pedroooo…!! Auschhh…!!, dueleeee…!!!, es que


cuando ya me iba me vinieron unos fuertes dolores en el
estomago, en la espalda y también en la vaginaaaa…
Ufffff…!!!! Ya no aguanto más… apureseeeee…!!!, -la rubia
decía todo lo anterior con su cara descongestionada por los
fuertes dolores.

--Ahhhhh…???!!!, -fue lo único que pudo expresar el vejete


intentando imaginar la situación, además que al ir a gran
velocidad no respetando semáforos ni señalizaciones, y
mandando a chingar a su madre a todos los automovilistas
que le recriminaban por no acatar las normas mas mínimas
de conducción, sabía que debía llegar lo antes posible a un
centro hospitalario.

Una vez que el ordinario mecánico llegó con el cacharro


que venía humeando por todos lados y lo estacionó en la
zona de Urgencias, vio como aparecían dos veloces zorritos
tan rápidos como el rayo, estos tenían cara de pendejos
según el viejo, y vestían inmaculadamente de blanco
trayendo con ellos una camilla, aparte que sabían muy bien
lo que estaban haciendo seguía meditando don Pedro ya
que los veía serios y muy concentrados en como tomaban a
la rubia y la ponían sobre la camilla para luego ingresarla al
centro asistencial. Mientras el viejo Pedro caminaba
rápidamente tras ellos en los momentos en que se
adentraban empujando la camilla por un pasillo lleno de
gente quejándose por distintos motivos, uno de estos le
preguntó al mecánico:

--Que le ocurrió a la señora…?, -esto el joven enfermero lo


consultó sin dejar de mirar el pasillo por el cual avanzaban
rápidamente.

Don Pedro por su parte y no queriendo meterse en


problemas contestó lo primero que se le vino a la mente:

--Ps… ps… no sé…!, Yo no le estaba haciendo nada cuando


de pronto le vinieron unos dolores “zorreo-estomacales”,
según me dijo, así que me la traje rapidito donde Ustedes
para que me la revisen, jejejeje…!

El joven asistente de la salud solo volteó su cara hacia el


viejo debido a tan singular explicación, pero con solo verle
la facha y una mirada de lo más aborrecible cayó en cuenta
que la respuesta se acondicionaba con aquella clase de
gente, por lo que simplemente le contestó:

--Entiendo…!, espere en la sala de estar, una vez que la


atienda el médico, él hablara con Usted…!, -tras escuchar
esto último el ordinario mecánico vio como la rubia se
perdía tras la doble puerta que tenía un vistoso aviso que
decía NO ENTRAR.

El preocupado vejete estando sentado en la sala de espera


pensaba y pensaba en como la iba a ser ahora si a la
condenada rubia le pasaba algo malo, llevaba casi una hora
y media esperando desde que a Gabriela la habían
ingresado, así que su primera opción fue avisarle a alguien
para que se viniera a hacer cargo de su cuñada y quien
mejor que María, pero luego desestimó esa idea porque a la
muy pendeja de su sobrina se le podía ocurrir abrir la
bocota, así que por ahora él prefería mantener ese secreto
solo con él y con la rubia.

Y cuando el viejo ya estaba que se largaba para dejar a


Gabriela sola y que se salvara como pudiera vio que un
gordo y bonachón galeno de pelo canoso llamaba al señor
Pedro Ventura, para dirigirlo a la sala en donde tenían a la
rubia.

--Solo podrá hablar por un par de minutos con su esposa,


ella ya esta recuperada y me dijo que Usted la estaba
acompañando, así que hablaremos de lo ocurrido y luego la
dejaremos descansar, ya para mañana le daremos el alta.

El mecánico con el médico ambos ya se encontraban


platicando a un lado de la cama en donde estaba una muy
seria y triste Gabriela con su azulada mirada solo puesta en
los ventanales de la fría sala hospitalaria, el vejete por su
parte ya encontraba hasta rico que la descarada rubia le
haya dicho al médico que él era su esposo, aun no entendía
semejante zorrería de su parte.

--Pero y que le ocurrió…?, -le consultó el asqueroso


mecánico intentando hacerse el menso con el facultativo.

--Verá… lo más complicado de todo es que ella ha sufrido


una perdida espontanea…, lógicamente esto ocurrió por no
haber mantenido la abstinencia sexual que se les sugirió
según revisamos en línea, y que ella nos ha confirmado.
--Ehhh... es que yoooo…!, -el asustado vejete en el acto se
dio a intentar descartarse sobre el asunto, pero fue el
anciano medico quien lo tranquilizó:

--No se preocupe…!, esto no es nuevo para nosotros,


habían posibilidades de que ocurriera y de que no ocurriera,
además que el saludable cuerpo de su esposa ayudó mucho
para que esto no pasara a mayores, también ya le dije a ella
que solo en tres semanas mas podrá sin problemas retomar
su vida afectiva y sexual en forma normal, ella recién tiene
26 años así que podrá quedar embarazada todas las veces
que quiera, -hablaba sin ninguna mala intención el viejito, --
Bueno todo lo que hablamos está escrito en estos
documentos, lo que si es que deberá estar extrayéndose la
leche de las mamas por lo menos un mes entero, lo normal
podría ser una semana o un poco más, pero como ya le dije,
viendo la vitalidad que posee su mujer según mi experiencia
esto tardará mucho tiempo, y después la producción de
leche comenzará a disminuir, aquí también va una pequeña
medicación por un par de semanas, ahora los dejo solos
para que hablen, yo ya estoy entregando mi turno, y
recuerden solo 5 minutos.

Una vez que el sexagenario galeno le pasó a don Pedro los


informes médicos salió de la sala, entonces este después de
echarle un ligero vistazo poniendo atención en ciertos
detalles ahí escritos un muy risueño mecánico se acercó aun
mas a la cama donde estaba Gabriela para decirle:

--Jejejeje… suerte que salió todo bien lindura… ahora ya te


sientes mejor?

La rubia mientras escuchaba lo que su aborrecible cuñado


le decía lentamente fue girando su mirada con su cabeza
apoyada en las blancas almohadas, para una vez que se lo
quedó mirando llena de ira le dijo:

--Como se le ocurre decirme eso…!?, Quien le dijo a


Usted que yo estaba bien…!?, -la por lo general apacible
carita de nuestra casada infiel ahora estaba
descongestionada debido a todas esas dolorosas
emociones que le partían el alma, ya que por su culpa y por
su propia culpa (la de ella) acababa de perder al hijo de don
Cipriano.

--Pus… yo te noto tranquila putinga…!, y no me levantes la


voz ni me mires así… mira que soy capaz de abofetearte ahí
mismo acostada por insolente…!. –Acaso no fuiste tú la
zorra que le dijo a ese medicucho que yo era tu marido
cuando me salió a buscar?,

--Y que quería que les dijera…!?, -fue la automática


respuesta de Gabriela, para luego continuar: --Si un
momento antes me vi en la obligación de decirles que había
mantenido relaciones para que ellos pudieran realizar lo
que realmente yo necesitaba, --Que me acosté con mi
cuñado mientras mi marido está trabajando…!? Eso quería
que les dijera…!?, -terminó preguntándole con más odio
que antes.

El ordinario mecánico que su mugriento y ennegrecido


atuendo contrastaba en un 100% con el aséptico color
blanco de todo lo que lo rodeaba en aquella limpia sala de
hospital, solo se la quedó mirando con su aborrecida
sonrisa de siempre y con su fofa guata caída:

--Jjejejeje…!, Tu si que eres la reina de las zorras perra mal


parida, porque efectivamente así fue, además que deberías
haberles dicho y aclarado que con quien te acostaste
realmente fue con el hermano de tu amante, porque a tu
verdadero marido lo abandonaste por tener la verga
demasiado chica para ti, acaso no fue así?

La casada y separada Gabriela cada vez miraba con más ira


al odioso de su cuñado debido a los últimos dichos de este.

--Es Usted un desgraciadooo…!!! Ni viéndome así es capaz


de dejarme tranquila…!, -Gaby le contestó cualquier cosa,
porque lamentablemente el viejo Pedro le estaba diciendo
algo que aunque sonara demencial así era, y ella lo sabía.

--Claro que soy todo un desgraciado pendeja culona,


además que yo nunca te respetaré porque para mí solo eres
una simple zorra lujuriosa que abandonó a su familia por el
amor a la verga, así que ahora déjate de estupideces y
debemos planear como la haremos con Cipriano… la hora
está pasando y el ya debe haber llegado al taller, y quizás
hasta se esté preguntando donde andas metida, Jejeje…

--Yo no tengo nada que planear con Usted…!, lo anterior


eso de que Usted supuestamente era mi marido lo dije solo
para salir del paso, así que ahora por favor retírese… yo
llamaré a Cipriano y le diré cualquier cosa…

--Ahhh…!, pero mira que bien…!, así me alivianas el


trabajo…!, -le decía en forma odiosa y claramente riéndose
de ella y de su situación.

--Solo váyase don Pedro…!, solo váyase y no se aparezca


nunca más en mi vida…!

--Aja…!, te equivocas zorrita… porque aquí en estos


documentitos que me paso el doctorcito aparece clarito
que lo que te ocurrió fue por haberte acostado con tu
cónyuge, que dirá Cipriano cuando lea esto a sabiendas que
él no te ha tocado…?, yo creo que se enojaría mucho,
Jejeje…

--Y que pretende ahora? Acaso me está diciendo que para


rematarla me va a chantajear…!?, -la respiración de la rubia
iba en franco aceleramiento.

--Eso mismito cosita rica…!, si no quieres que Cipriano vea


esto te doy vacaciones las tres semanas que dijo el
medicucho para que descanses, obviamente te estaré yendo
a ver para saber que tal sigues… además que alguien se
debe encargar de beberse todo esa leche que estas
produciendo en tus tetas, no? Si yo mismito escuche decir
al matasano que tu estas mejor que una verdadera vaca
holandesa en lo que a producción de leche se refiere,
jajajaja…!!!

--Es Usted un pervertido…! Un pelado…!!! Un


desgraciado…!!!, su deber era prestarme asistencia después
de lo que me hizooooo…!!!!, -Gabriela estaba llena de ira y
de rencor contra don Pedro, como a su mismo tiempo de
alguna forma y en un principio había intentado tocar el lado
humano del asqueroso de su cuñado, pero el muy
descarado ahora le estaba diciendo abiertamente que bajo
chantaje se la pensaba seguir cogiendo en las mismas
narices de su macho aparte de beberse toda la leche que
ella pudiera producir con esas tremendas chichotas que se
cargaba.

--Cállate pinche pendeja…!!!, -le cortó don Pedro de una y


con cara de enojado, --Tú aquí no tienes derecho a decir
nada, nadie te mandó a andar prestando la concha para
confirmar mamadas porque solo estabas celosa, fuiste tú
solita quien me llamó y llegó a la feria para que nos
acostáramos si Cipriano andaba enredado en algo…,
además de aclararte de que lo que pasó en mi trabajo lo H-
I-C-I-M-O-S J-U-N-T-O-S, -le dijo don Pedro recargando su
voz en sus dos últimas palabras, --Así que te guste o no te
guste, nosotros dos ya tenemos algo… qué opinas orita
primor?

--Cállese, por favor cállese…!!!. –Gabriela ya no quería


escuchar más, pero el vejete continuaba con sus salidas
aclaraciones:

--Además que deberías estar agradecida que te traje en el


cacharro de la feria, porque con lo puta que eres con todo
el mundo debería haberte dejado desangrando como a una
perraaaa…!!!, -la rubia ahora solo gesticulaba mirando en
todas la direcciones de la sala sin poder articular palabras
ante ese vendaval de verdades que le estaban diciendo en
su propia cara, en tanto el vejete proseguía, --Y para que le
vayas sabiendo yo mismito fui a la ventanilla y pagué al
tirante para que te tuvieran en esta sala a ti solita, y no
rodeada de viejas lloriqueando por dolor de concha o
quizás que otro tipo de mamadas.

--Yo… yo… a Usted no le he pedido nadaaa…!, -se defendió


la rubia por lo que el mecánico le estaba sacando en cara.

--Si, lo sé…!, por lo mismo no te preocupes, que este gasto


lo tengo anotado en mi agenda, ya llegará el momento para
que me devuelvas este dinerito, así que ya sabes rubia… tres
semanas… una vez que estas pasen deberás ir pensando en
cómo le harás para salir de tu casa de noche, porque deseo
tenerte como mi mujer por una noche completa…, o más
bien dicho muchas noches enteras, además de que te
pienso ocupar para que ambos ganemos dinero fácil,
jejejeje.

--Usted esta locooo…!!! Yo solo lo hice en su trabajo porque


Cipriano me engañó…!, así que si piensa…

--Si lo harás putaaaaa…!!!, ahorita me dices eso porque


estas afectada por lo que ocurrió, pero recuerda… no
olvides que Cipriano también hace lo mismo a tus
espaldas… y lo principal de todo zorrona… reconoce qué a ti
solo te gusta la verga, y si estas son de hombres extraños
que no tienen nada que ver contigo, mas te gustan todavía,
jejejeje…

Gabriela ahora se quedó respirando y haciendo ademanes


de asombro sin saber que mierda decirle a su asqueroso
cuñado, de dónde sacaba este viejo desgraciado que ella
era buena para la verga y sobre todo si esta eran de tipos
desconocidos que no tuvieran nada que ver con ella?, se
preguntaba, hasta que fue el mismo vejete quien la sacaba
del apuro.

--Ahórrate tus palabras yegua desvergonzada…!, ya te dije…


en tres semanas nos volveremos a acostar, para después ir
diciéndote cuales serán tus nuevas obligaciones…
jajajaja…!!!, ahorita me voy para la feria para traerte tu
camioneta a los estacionamientos de abajo, no vaya a ser
cosa que cuando lleguen los del taller se imaginen cosas
que no son, Jejeje…

Gabriela se quedó de una sola pieza con las últimas


palabras dichas por don Pedro antes de retirarse, sin
embargo su principal preocupación y su más grande
aflicción era lo de la perdida y lo recientemente ocurrido
con su cuerpo.

A pesar de toda su amargura y del tremendo


arrepentimiento que sentía al haberse acostado con su
cuñado, no podía dejar de pensar en que su macho se
revolcaba con pendejas más jovencitas que ella. La rubia no
era consiente (o no quería reconocer) que la falta más
grande por ellos cometida la llevaba ella, sin embargo a eso
y muy en el fondo de su corazón ella estaba dispuesta a
dejársela pasar, además que sea como sea ella también ya
se había vengado. Lo que no sabía Gabriela era que esa
espinita que ahora llevaba clavada en el alma y que era con
forma de una rubia más jovencita y de ojos verdes
difícilmente se la podría sacar desde ahora en adelante.

Tras pensar y recapacitar con todo lo anterior una muy


compungida Gabriela como pudo estiró su manita hacia el
mueble que estaba a un lado de la camilla para tomar de su
bolso el teléfono celular, así que después de unos breves
segundos en donde se armó de todo el valor del mundo e
intentando no pensar en las imágenes de la traición de su
hombre fue tecleando con sus temblorosos deditos el
mismo numero celular que le había dado el vejete en los
tiempos de Cesar.

--Queeeeeeee…!!??, -el viejo Cipriano escuchaba en forma


incrédula lo que su mujer le estaba diciendo.

--Lo que escuchas bebe… estoy… e… estoy en el hospital


público, Cipriano he perdido a nuestro hijo… Sniffssss…!!!!, -
le soltó finalmente la rubia a su macho. Las imágenes de ver
a la rubia más joven clavada a la verga de Cipriano, se
entremezclaban con sus penosos sentimientos de culpa por
la perdida, como a su vez en forma de eco le venían las
palabrotas de don Pedro cuando se la estaba cogiendo al
haberse entregado ella por venganza: --Quieres mas
yeguaaa…!!!??? Tomaaa…!!! Tomaaa…!!!. Su mente era un
verdadero caos.

--No mames Gabrielaaaa…!, -el mecánico del Pie Grande,


aparte de haberla sacado de las nebulosas de la
culpabilidad, el también de verdad que estaba sorprendido
tras la palabras de su mujer, este solo se daba a pensar en
eso de que ya no habría chamaco.

--De verdad Don… no supe cuidarlo… snifsss…! snifssss…!!,


de verdad que lo siento don…!!!, -esto si era verdadero por
parte de nuestra casada.

--Pero y como…? Te caíste…? Que ocurrioooo…?, -ahora el


sorprendido viejo le preguntaba con cara de enojado.

--Fue una perdida espontanea… Sniffsss…!, al menos eso


fue lo que me dijeron… Sniifffsss… Snifssss…!!!, -la rubia en
el fondo de su ser se sabía podrida al estar mintiendo en
tan importantes circunstancias, y todo por tapar las
estupideces de las cuales ella sola era causante, incluso
hasta le daba gracias a Dios que por lo menos en este
momento haya sido don Pedro quien había hablado con los
médicos y no don Cipriano (otra estupidez más grande
todavía), pero extrañamente pensaba que lo más seguro
para ella por ahora es que su cuñado fuese quien tuviera en
su poder el informe médico.

--Mmmm… ya veo… y entonces…!?, -la seca y rasposa voz


de su macho devolvieron a la rubia a la realidad.
Gabriela en el acto notó que don Cipriano aparte de la
primera sorpresa, ahora le hablaba un poco frio, como si la
noticia no le afectara mucho.

--Nene necesito que vengas… estoy sola…!, -y la verdad era


esa, la ex casada lo que más le había gustado del viejo
después que lo conoció era esa sensación de seguridad que
este le daba.

Fue un extraño silencio que quedó en el teléfono por un


rato, hasta que la gruesa voz del vejete otra vez se hacía
notar para la rubia:

--Ya… ya… culona, si no es para tanto, mira te voy a decir


algo, la verdad es que yo no sirvo mucho para esas
mamadas de hospitales y todas esas chingaderas, pero
ahorita mismo te mando al chango y a la María para que le
pidas a ellos todo lo que necesites, jejejeje…

--O sea… tu no vas a venir…?, -le consultaba una muy


apenada Gabriela que ya mas o menos sospechaba la
respuesta de su macho.

--Ya te dije que me dan cosa los hospitales…, por algo te


estoy enviando en estos precisos momentos a mi sobrina
con el chango. -Ambos jóvenes aludidos escuchaban a
medias de lo que recién se estaban enterando, mirándose
incrédulos cuando el viejo había hecho mención a lo de la
pérdida de Gabriela.

En tanto otro silencio más penoso había en la comunicación


de la pareja, pero ahora era la rubia quien lo rompía para
hablarle a su Don:
--Está bien nene… si te entiendo…!, pero dile a Pablo y a
María que no vengan, no es necesario ya que mañana me
dan el alta…

--Yap…! entonces mañana tempranito tendré a ese par de


aturdidos en el hospital para que te traigan a la casa, y acá
hablamos… jejejje

--Como tú digas nene…!

La pobre Gabriela estaba totalmente deshecha, y los


factores de este traumático estado eran muchos: Cipriano la
engañaba con chamacas mucho más jóvenes que ella; ella
estúpidamente otra vez había caído en la infidelidad tal
como lo hizo con su marido legal, pero ahora acostándose
con el hermano de su amante tal como le había dicho este
mismo, añadiéndole que producto de este nuevo y desleal
engaño acababa de perder al hijo que esperaba, pero lo
que terminó con ya fusilarla fue ver lo frío en que se
comportó su mecánico favorito cuando le dio la triste
noticia. Ni mencionar lo que se escondía en alguna parte de
la mente de la ex casada que era el saber que su
aprovechador cuñado se había retirado jurándole y
prometiéndole que se la volvería a coger apenas pudiera. Lo
del dinero fácil que había mencionado este no quiso ni
pensarlo.

(A los días posteriores de todo este drama)

Efectivamente el chango con María se apersonaron en el


hospital, saliendo de este con una muy triste Gabriela a
quien y aunque podía caminar la llevaron hasta su vehículo
en una silla de ruedas.
María fue quien se apoderó de las recetas médicas y de uno
que otro papel que dejo don Pedro. La rubia en todo el
trayecto no sabía con qué cara iba a poder mirar a su
macho después de la tremenda canallada que le había
hecho, y sobre todo por las nefastas consecuencias de esta,
luego recordaba que el también le era infiel y esto en algo
le ayudaba a palear los muchos remordimientos que le
atacaban la conciencia, como si aquella infidelidad con su
propio hermano le diera fuerzas para poder sobre llevar el
asunto.

Lo bueno de todo para la pobre Gaby fue que el viejo la


llamó tres veces a distintas horas de la noche para saber
cómo estaba y para contarle chistes cochinos, ya que el
sabía que esto era una muy buena terapia para tratar estos
casos, lo que nunca se imaginó Gabriela fue que por cada
llamada que el buen don Cipriano le hizo este había estado
recién deslechado por la descocada Claudia que mientras el
vejete hablaba con su mujer era la rubia estudiante quien se
mantenía limpiándole la verga y los testículos con su fresca
lengua, Claudia había recibido un buen dinerito por parte
de don Pedro para ir a acostarse con su hermano en un
mugriento hotelucho de mala muerte ya que este estaba
pasando por momentos difíciles según le dijo cuando le
pidió tan singular favor.

Había sido el mismo Cipriano que una vez que cortó la


llamada de Gabriela en la oportunidad que ella lo llamó
desde el hospital, este había llamado en el acto a su
hermano para que le consiguiera a cualquiera de las dos
chamacas que se estaban beneficiando ya que iba a tener
toda la noche libre, según le dijo, y a don Pedro que le
calentaban en demasía todo este tipo de situaciones
guarras rápidamente le consiguió a la que mas tenía a la
mano, pero como a él solo en la tarde la habían dejado los
testículos secos, no quiso unirse a la fiesta, diciéndole a su
hermano que él por esta vez pasaba ya que se acababa de
culear a una puta de lo más exquisita.

La recuperación de la rubia al menos físicamente fue rápida


ya que en tan solo dos semanas su cuerpo volvía ser el
mismo que ya todos conocemos, si bien Gabriela intentaba
vestirse lo más sobrio posible en señal de doloroso luto por
la pérdida recientemente acontecida, su voluptuosa figura
de hembra hecha para el pecado ya lucía en la forma de lo
mas demencialmente antojable, solamente era la gran
producción de leche en sus tetas lo que alteraban si
normalización fisiológica obligándola a cambiarse de ropa
por lo menos tres veces al día, ya que la leche manaba
constante y perennemente de sus chiches de la misma
forma en que lo hace el mejor de los manantiales perdido
en las alturas de las montañas vírgenes.

Y para que todos sepan nuestra casada a pesar de sus


aflicciones y su profunda pena estaba muy clara de esto,
ella por nada del mundo había querido aparecerse por el
Pie Grande a sabiendas que su cuñado ahora se lo pasaba
metido en este lógicamente por haberse ido poco a poco
asociando con su macho en lo que a repuestos y motores
se refiere.

Pasó la crucial tercera semana señalada por el viejo galeno,


y don Pedro ya echaba espumarajos de calentura por volver
a cogerse a su exquisita y (según él) caliente cuñada, en su
desequilibrada mente ya graficaba los perversos planes que
le tenía a tan soberbia yegua, como a su misma vez y
estando al interior de su tráiler de descanso en donde se la
había logrado servir no se cansaba de mirar sus trofeos
obtenidos que le otorgaban ardientes sesiones de sexo con
hembras de primera categoría, mujeres jóvenes y deseables
que él ni en lo mas mínimo hubiese podido obtener por las
buenas salvo que estuviera soñando. Ahí estaba también
dentro de su casillero el famoso parte policial por
prostitución de una bella chamaca que se la beneficiaba
cada vez que le daban ganas y que gracias a ella había
conocido a una rubiecita tan descocada para sus cosas que
ya le estaba haciendo pequeños trabajitos a cambio de
dinero, y también dándole a él todo el sexo que quisiera.

Pero por ahora lo que el mas ansiaba era hacerse de la


persona de su cuñada, esa rubia era toda una amazona se
decía, imaginándola ahora completamente desnuda y con
su tremendo cuerpo revitalizado, deseaba volver a
cogérsela ya!, y beber toda esa leche que ella estaba
produciendo en sus tetotas según recordaba en las palabras
del médico, como así mismo y esto sí que lo calentaban
hasta la insania era soñar con todo el dinero que podría
obtener de ella y de su delineado cuerpo cuando la pusiera
a prostituirse en la delictiva callejuela que le había
concedido el negro Felipe.

El Narco delincuente después de una ardiente y satisfactoria


noche de sexo lujurioso y sin restricciones en que estuvo
acostado con las dos esculturales colegialas que don Pedro
le había llevado para saldar una deuda contraída por su
hermano, este en forma totalmente complacida por el favor
otorgado le ofreció al mecánico su ayuda en el negocio que
él quisiera establecer dentro de sus dominios, en donde el
futuro traficante de féminas le solicitó en forma automática
la concesión de una cuadra entera en uno de los barrios
más delictivos que se encontraban en las cercanías del Pie
Grande, a lo cual el negro Felipe accedió sin ningún tipo de
problemas, la única condición fue que de los ingresos por
noche que obtuviera de la puta que él iba a explotar en
aquella cuadra, se le debía cancelar el 10% de estos al chulo
que deambulaba por las noches cuidando a las prostitutas y
arreglándoselas con la poli para que ellas pudieran trabajar
tranquilas, don Pedro lo aceptó a regañadientes, pero sabía
que esto era parte del negocio, algo así como los costos
fijos.

El desequilibrado mecánico bien recordaba que en los


metros de la extensión de la desolada calle solicitada existía
un deteriorado y largo murallón que daba a un sitio
descampado el cual solo se ocupaba en el día para ir a
botar todo tipo de desperdicios en forma clandestina, en
este murallón y en su parte media de la cuadra le faltaban 2
pastelones de concreto en donde el astuto mecánico
pensaba que Gabriela fácilmente podría trabajar en la
oscuridad que daba el sitio eriazo si es que el casual cliente
de turno no andaba con mucho dinero, de caso contrario en
la misma cuadra concesionada también existía un miserable
callejón en donde ella podría hacerlo simplemente tirada de
espaldas sobre cartones o similares. Ahora si el que llegaba
a contratar los servicios de la rubia ya era de clase mas
acomodada y si estaba dispuesto en arrendar a semejante
hembra por la noche completa llevándosela para donde él
lo quisiera y pagando en efectivo la elevada tarifa tampoco
habrían problemas, o lo otro también, pensaba el muy
miserable, justo al frente de la callejuela existía un motel de
la mala muerte, o también podrían hacerlo al interior de los
vehículos aprovechando la oscuridad imperante en dicha
cuadra ya que esta solo contaba con una débil laminaria
amarillenta en cada esquina por lo que su parte media y en
donde se ubicaba la entrada al callejón quedaba en la más
completa oscuridad y convertida en una verdadera boca de
lobo, quedando el ambiente propicio para que la rubia
pudiera trabajar tranquila, ya que era ahí mismo donde el
vicioso mecánico pensaba y se imaginaba en ubicar a Gaby
para que ella ofreciera sus servicios sexuales, si hasta ya la
imaginaba parada solo en portaligas bajo cualquiera de los
dos luces amarillentas acercándose a cualquier tipo de
vehículo para ofrecer sus servicios y sus módicos precios.

En resumen aquella tenebrosa y mugrienta callejuela


elegida por don Pedro para la rubia era que esta era muy
concurrida y conocida por todo tipo de hombres y de
distintas clases sociales que en busca de sexo rápido y sin
compromisos se dejaban caer en forma constante todas las
noches de la semana. Total, él pensaba hacer un tarifario
distinto según se diera la situación y el cliente.

El vejete aun mirando los documentos médicos que


condenaban a la ex casada pensaba en todo lo anterior con
su verga tiesamente parada debido a lo que esto causaba
en su salido y ardiente temperamento, así que sacando
cuentas que su ex casi cuñada ya llevaba las tres semanas
de haber sufrido la pérdida determinaba que ya era tiempo
de actuar, debía envilecer a la rubia lo antes posible
aprovechándose de que ella aun debía estar despechada
por la infidelidades de su hermano.

Y así fue que por uno de esos días el caliente mecánico de


don Pedro Ventura se dio a ser él quien abordaría a la rubia
ya que esta desde aquel día del incidente no se le veía ni un
pelo por el Pie Grande.

En primera instancia no sabía de qué forma hacerla pero


luego siendo tan calculador como observador dio con la
fórmula perfecta para hacer que Gabriela nuevamente
perdiera los sentidos cegada por los celos. Esto ocurrió en
una de las tantas conversaciones que mantenía con su
hermano al interior de la oficina:

--Y dime pendejo como esta las cosas con la rubia, jejejeje…
-don Pedro intentaba parecer lo más normal posible ante su
hermano.

--Naaaa…!, se la pasa lloriqueando por los rincones de la


casa y dice que no está bien sicológicamente para ponerse
a coger…, y así a mi no me gusta…!, -mientras don Cipriano
abría una lata de cerveza se daba a sincerarse con su
hermano.

--Jajajaja…! Como puedes ser tan maricon pinche Cipriano,


con ese forro de mujer que tienes y no te atreves a agarrarla
y meterle la verga a la fuerza…!?, jajajaja…!!!!, -reía
escandalosamente don Pedro en tanto se terminaba una
lata de cerveza, a la vez que pensaba que la rubia detrás de
sus lloriqueos debía andar desesperada porque le metieran
un buen trozo de carne caliente para adentro de cualquiera
de sus orificios.

Don Cipriano por su parte y tras pasarle la segunda lata de


cerveza a su hermano, se dio a explicarle los motivos del
porque le estaba dando tiempo a su rubia.
--No tengo para que forzarla pendejo, si bien ella es mi
mujer y me la puedo coger cuando se me venga en gana he
decidido darle su tiempito, a mi me gusta cuando ella culea
poniéndole empeño, además que por ahora estoy muy
entretenido con la pendeja rubia los viernes en la noche, y
en la semana le voy día por medio a la María, jejejeje, la
sobrina de mi ex mujer ya se la puede toda mi buen, creo
que tu también ya deberías probarla, jejejeje… El asunto, y
como te decía, es que le estoy dando un tiempo a mi mujer
para que se deje de sus pendejadas y se ponga a coger
como es debido, jejejeje

--Mmmm…?, -ahora don Pedro miraba a su hermano con


cara de sorprendido, --Tú si que eres sorprendente
Cipriano…!, y como le haces para que tu hembra no se dé
cuenta de lo que haces a sus espaldas.

--Jejejejeje, no hago nada, es que ella simplemente confía


en mí, te das cuenta de esas mamadas, la muy estúpida se
cree que los viernes me voy al pool con los otros viejos,
siendo que me voy hasta la madrugada con la putilla esa al
primer motelucho que pillamos disponible, además que
ahora me cobra re barato… Emmmm…, también le digo que
en la semana me quedo hasta más tarde aquí en el taller
para entregar cualquier vehículo al siguiente día, y la verdad
es que ni se imagina que con la María nos quedamos
cogiendo hasta casi la media noche en la misma bodega
con cama en que su maridito la vio salir recién cogida el día
en que ella lo mando a la verga… te das cuenta mi buen?

--Uffff…!!!, no quiero ni pensar que es lo que haría esa


hembra si te llegara a sorprender mi buen Cipriano…, -Don
Pedro quería saber a ciencia cierta cómo estaba el terreno
que el ya pensaba en comenzar a pisotear.

--No lo hará wey, ella ya no quiere venir al taller y menos a


esa oficina con cama ya que según sus cuentas fue en ese
mismito catre en donde se quedó preñada, y con lo que le
ocurrió dice que no soportaría la pena, jajajaja…!!!

--Oye we…!, y que pasaría si ella te descubriera en tus


andanzas y decidiera ponerte los cuernos…!?, -don Pedro
moderaba bien sus palabras para que su hermano no fuese
a sospechar del enredo de Gabriela con él hace un tiempo.

--Me estas intentando decir algo pinche Pedro…?, -el viejo


Cipriano le preguntaba a su hermano en forma amistosa
echado hacia atrás en su desarrapado sillón de Jefe de
Taller ya que entre ambos y tal como lo había dicho María
existía mucha confianza.

--No seas pendejo wey… Jejeje…!, si solo estamos


conversando además que conociéndola no creo que haga
una mamada parecida, solo te preguntaba.

De pronto don Cipriano adoptó una actitud seria ante la


situación, por lo que luego de volver a inclinarse hacia
adelante para dejar su cerveza en el escritorio apoyándose
con ambos brazos sobre la superficie de este y con su vista
puesta fijamente en algún punto imaginario al interior de su
oficina se daba a pensar en la complicada pregunta de su
hermano, por lo que luego de un rato se dio a contestarle
con la verdad, don Pedro lo miraba engullendo su cerveza:

--Ps… si eso sucediera… si ella se atreviera a enredarse de la


forma que fuese con cualquier otro tipo… me la despacho
mi buen…!!, te juro que me la despacho…!!!, La neta…!!!, -
terminó diciéndole con profunda convicción.

Don Pedro, que si bien conocía a su hermano sabía que


este era capaz hasta de mandar hospitalizada a una hembra
o a cualquiera después de unas de sus pateaduras, pero de
ahí a matarla como que no le creía mucho, así que decidió
llevar la conversación por otro rumbo:

--Jajajaja…!! No te pongas tan saltón Cipriano, mejor


hablemos de negocios… que tal va el asunto del nuevo
taller fuera del DF?

--Ahhhh…! Claro…!, este fin de semana viajo a esa localidad


a cerrar ese asunto…

--Mmmm… mira que bien, entonces esa será tu pequeña


luna de miel con la rubia verdad? Ahora que recuerdo allá
hay unas playas rebuenas…

--Jjejejeje…! no pinche Pedro…!, el otro día le dije a mi


culona que fuéramos pero no me hizo caso, así que ya
tengo todo preparado, me llevó por los tres días a la María,
jejejeje… Además que una vez que empecemos con ese
taller pienso enviar de forma permanente al chango para
que se haga cargo ya es hora de que ese chamaco gane un
poco mas de lana, así tendré a mi sobrina de tiempo
completo, no sabes las ganas que tengo de preñármela y
que se lo cargue a ese inútil, luego de eso se la enviaré
panzona para que él se haga cargo de mi hijo y hagan su
vida por allá como ellos quieran, jejejeje…
--Jajajaja si que eres culero con ese pobre pendejo… o sea a
aparte de estarle cogiendo a su novia, se la mandarás de
vuelta con el trabajo hecho…, jejejeje…!!!

--Y tú en que andas mi buen… te noto demasiado


parlanchín y desde hace rato que andas callado de bulla…
dime como le andan las putas…?

--Jejejejje se nota que somos hermanos, yo ando en mis


propios asuntos mi buen Cipriano, te echaré esta ultima
manito en lo referente a mecánica y luego me retiro, me
dedicaré a otro negocio que ya tengo en mente y que estoy
a punto de poner en marcha, solo me falta conseguir la
materia prima, jejejeje, además que mi parte de las
ganancias me las puedes depositar, tu siempre has sabido
llevar mejor que yo un taller, y la feria de verdad que ya me
tiene aburrido, así que lo mejor es que sigas haciéndolo tú
mismo, yo ya me instalaré con mi propio negocio.

--Pues me importa una verga lo que pretendas hacer con tu


vida pendejo… entonces para celebrar tu retirada que tal si
para este fin de semana me acompañas en el viaje y te traes
a ese par de potrancas que andan colgadas de tu verga, te
imaginas juntarlas con la María?

--Estas loco Cipriano…! esas pendejas son muy superiores a


nuestra sobrina, aunque pensándola bien no estaría nada
de mal verlas a las tres lamiéndose sus cositas…jejejejje…
para luego ir cogiéndolas por turnos… la calentura a veces
me supera mi buen… pero la verdad tengo que ver un
asuntillo que me tiene mal desde hace rato, pero se te
agradecen las buenas intenciones.
--Como quieras…, el asunto es que este viernes me llevo a
la María por tres días, en estos iremos a ver las instalaciones
y todo lo que hay comprar para poner en marcha ese taller,
pero por las noches nos desarmaremos cogiendo mi buen
Pedro, esta putinga ya ni siquiera me cobra como lo hacía
antes.

--Ps… felicitaciones wey, y salud por eso…!!, jejejeje…!!!, -


terminó diciéndole don Pedro a su hermano a la misma vez
que estiraba con su mano la lata de cerveza
reverenciándolo antes de terminársela.

Luego de esto último don Pedro disimuladamente le dio al


botón parar del grabador de voz instalado en su celular,
cada día que pasaba se preguntaba porque esas mamadas
de teléfonos inteligentes no las habían inventado antes,
hubieran sido muchas las zorras lujuriosas que habrían
caído bajo las garras de su verga, pensaba en forma
abstracta, ya que nadie de nosotros habrá visto una verga
con garras verdad?

Ya con el tipo de material disponible con el que pensaba


otra vez confundir a la soberbia rubia desaparecida para
que esta nuevamente se acostara con más ganas que la vez
anterior con él, el siniestro don Pedro se dio a planear como
le haría ahora para abordarla. Sabía que su hermano se la
pasaba todo el día en el Pie Grande, y que día por medio
este no llegaba a su casa hasta pasada la media noche, ni
que decir los días viernes que casi se amanecía cogiendo
con la rubia mas jovencita que el mismo inconscientemente
le había proporcionado y que ahora le servía para sus
abominables y ardientes intenciones.
Así que sabiendo cuales eran los horarios en que Gabriela
se quedaba sola en la casa se dio a merodear por los
alrededores de esta para ver cuál era la rutina de la rubia
para así poder evaluar cual sería el mejor momento para
acometerla con sus salidos propósitos.

Por su parte la rubia y muy lejana a los perversos planes


que tenía su asqueroso cuñado para ella en todo este
tiempo y para superar los traumas vividos se había
dedicado cabalmente a su nuevo hogar haciendo cambios
de muebles, preocupándose ella misma de hacer las labores
del jardín, esperando a su macho con comida caliente y de
su gusto para darle a demostrar que ella era mejor que la
putilla esa con la cual aun debía andar enredado. Y también
por esto último la bella Gabriela se había preocupado más
todavía de tonificar su cuerpo y de devolverlo a su estado
natural, cosa que innatamente había logrado sin apenas ella
hacer nada, en definitiva la rubia lo único que buscaba por
ahora era estar siempre deseable para él.

A pesar del todo el esfuerzo que le ponía la casada para


volver a llamarle la atención a su macho notaba con
alarmante angustia que este actuaba como si ella no
existiera.

Solo llegaba por las noches muy dicharachero, a veces con


cosas no comunes en el, hasta le llevaba un ramito de flores
de esos que le compraba a los chamacos que se ponían
vender en los semáforos, pero la rubia quería otra cosa, ella
ya estaba deseando que el viejo la agarrara y se la cogiera
tal como lo había hecho en los viejos tiempos, pero ya era
casi un ritual, el Don llegaba y cenaba, hablaban de
cualquier cosa, del taller sobre todo, luego veía las noticias
y se acostaba quedándose dormido rápidamente mientras
que Gabriela ya totalmente repuesta y mas buenota que
nunca se quedaba con las tremendas ganas de ser atendida.

Ahora la rubia tampoco era estúpida, ella sabía que su


macho le estaba poniendo los cuernos con alevosía, pero
ella en forma estoica sobre llevaba el asunto por el simple
motivo del cual ya todos sabemos, los sentimientos de
culpa le daban fuerzas para aguantar los inmensos ataques
de celos que desde hace rato le hubiera hecho si lo
anteriormente narrado no hubiese ocurrido. Lo que a veces
si la ponían aun mas mal era que en su mente aun tenía el
claro recuerdo de las amenazas de su cuñado el día aquel
en que hacía abandono de la fría sala hospitalaria, pero ella
se juramentó que nunca más lo volvería a hacer con él
fueran las circunstancias como fueran.

En eso estaba Gabriela en los días que don Pedro se había


propuesto a nuevamente pasar al asalto para enterrar su
bandera de carne vergal en el pélvico y femenino objetivo
vaginal de la soberbia ex casada.

El gran día escogido por el caliente vejete había llegado,


este estaba sentado en el banco de una pequeña plazoleta
cercana a la casa de la rubia, por las laterales de las calles
habían numerosos puestos de vendedores de frutas y
verduras variadas, ya que a esa hora era la favorita de las
dueñas de casa para realizar las compras antes de preparar
el almuerzo, y nuestra voluptuosa rubia no quedaba exenta
de ello.

El ordinario sujeto había llegado temprano a hacerle la


guardia a la hembra de su hermano, pero esta no daba
señales de querer salir de su casa, calculaba que ya llevaba
más de 1 hora esperando verla aparecer, inclusive ya estaba
por levantarse para ir el mismo hasta la casa de Gabriela y
hacerla escuchar de una vez por todas las grabaciones que
el poseía en las cuales su mismo hermano reconocía que
continuaba poniéndole la ornamenta.

Con esto el juraba de guata que la rubia se le abriría de


patas ella solita en señal de venganza, y justo en el
momento en que ya pensaba ponerse de pie fue cuando
casi por milagro la vio venir caminando rápidamente pero
siempre en forma cadenciosa, este disimuladamente tapó
su rostro con el periódico que había comprado para leer
haciendo la hora, pretendía estudiar cuales serían sus
movimientos para abordarla de una buena vez y llevársela
para la casa con claras intenciones de cogérsela todo lo que
él quisiera.

Gabriela esa mañana traía puesto un holgado y sencillo


vestido color crema con tonalidades floreadas que por muy
sobrio que fuera este de igual forma dejaba ver a quien
quisiera que ella era toda una hembra, y así quedaba de
manifiesto ante las salidas miradas masculinas de los
diversos vendedores que pululaban alrededor de ella
mientras se abría paso entre ellos, estos le recorrían
haciendo ademanes de calentura en sus rostros mientras no
se cansaban de comérsela una y otra vez, y por detrás de
ella movían sus manazas dibujando su encomiable figura
como si de verdad estuvieran midiéndole sus curvas con
admirada fascinación sobre todo en la parte un poco mas
debajo de sus caderas.

En sus rubios cabellos, la más soberana de las hembras vista


por aquellos pobres desgraciados, traía puesto un casual
pañuelo con el cual se los tomaba despejando su cara para
que todos quienes quisieran pudieran ver la lozanía de su
cutis escandinavo.

Sus tremendas chichotas que según don Pedro estas venían


rebosantes de leche materna por lo infladas que se le veían,
solo se mecían despaciosamente al mismo ritmo de su
caminar, extrañamente el vejete veía que la rubia amazona
venía moviendo exquisitamente todas sus formas
directamente hacia él y por mas que se tapaba con el diario
la penetrante mirada azulada de aquella Diosa mas se
clavaba en su miserable persona.

Minutos antes nuestra rubia de ensueño, ex casada,


nuevamente infiel pero si muy arrepentida, se había dado a
salir de compras para otra vez intentar sorprender a su
macho con una rica cena para ver si así podía lograr
llamarle la atención, estaba decidida en una férrea cruzada
por hacerlo que se deje de andar mirando chamacas mas
jóvenes, pero Gaby quería un combate limpio, nada de
escenas de celos o amenazas sin sentido, ni menos de ella
andarse acostando con tipejos de baja calaña solo por
venganza, ella lo recuperaría limpiamente, así se lo había
prometido a ella misma y así lo lograría.

Mientras Gabriela avanzaba soportando las ardientes


miradas de los diversos vendedores de frutas y hortalizas, la
deslumbrante hembra se llevó una impactante sorpresa al
ver a lo lejos y en el momento justo que su odioso cuñado
estaba sentado al otro lado de la calle y que este se tapaba
el rostro con un periódico haciéndose el menso después de
verla, ella ya no estaba para ese tipo de jueguitos se dijo
inmediatamente así que en el acto se encaminó para ir a
enfrentarlo y ver qué era lo que este ahora se traía entre
manos, esta situación era la que ella había estado
esperando desde hace días.

--Don Pedro…! -le habló la rubia una vez que estuvo parada
imponentemente justo al frente de él, --No es necesario
que se tape la cara como un idiota, si tiene que decirme
algo bastaba con que fuera para mi casa o me llamara por
teléfono…

El vejete se sorprendió con la seguridad en que le hablaba


la mujer de su hermano, incluso hasta se sintió levemente
cohibido e intimidado por ella.

--Ahhh…! Si, Jejeje, si, si es que justo iba pasando por aquí
cuan…

--Déjese de estupideces y dígame de una buena vez que es


lo que pretende?, -la rubia lo atacó en el acto no dándole
tiempo de reacción al ordinario hombre.

--Ahhh… bueno… si es así la cosa quería enseñarte una


grabación que tengo de Cipriano, jejejeje…

--A ver…!- Gabriela le hablaba con una seguridad en ella


misma que desde hacía mucho tiempo no imperaba en su
persona, --Intentaré ser lo más clara posible con Usted, para
que a ninguno de los dos nos quede alguna duda para
cuando por fin se vaya a su ordinaria feria. –El viejo la
miraba sorprendido, ahora la rubia se había cruzado de
brazos para hablarle. --Si Usted me trae una grabación en
donde Cipriano sale teniendo sexo con 10 chamacas juntas
puede guardárselo y metérselo por donde Usted prefiera, le
queda claro…!? Cipriano es hombre y puede cogerse a
quien le de la regalada gana, y no por eso yo voy a ir a
acostarme con Usted… que se cree?, -termino diciéndole
con sus doradas cejas arrugadas en señal de fastidio por lo
que su cuñado pretendía al traerle mas grabaciones.

--Es que esta conversación que poseo…

--Le dije que no me interesaaaa…!!!, -le volvió a exclamar la


rubia ahora más fuerte que antes llamando la atención de
varias personas que estaban por los alrededores, --Y si me
va a amenazar con mostrarle los informes médicos a
Cipriano ps… vamosle orita mismo…!!!, yo misma lo
acompaño al Taller, el asunto aquí es que yo no pienso
acostarme con Usted nunca más…!!! Lo escucho…!!??,
prefiero mil veces que Cipriano me dé una paliza a volver a
traicionarlo, incluso hasta creo que me lo merezco por
haberme revolcado con un vulgar tipejo como lo es Usted,
le queda claro…!!??, -a la rubia le valía una verga que
hubieran viejas escuchándola hablar todo tipo de
improperios guarrerezcos con un desalineado viejo, incluso
reconociendo a viva voz que ella ya se había acostado con
él, ella sabía que por esos lares nadie la conocía, pero las
murmuraciones ya se hacían notar entre medio de los
muchos comensales que ya se juntaban para escuchar la
discusión, pero la rubia no le daba tregua al ordinario de su
cuñado, --Pues vamos ahora mismito al taller, y así salimos
de una de este pequeño problemita, no cree?, --Ya pues lo
estoy esperando… dígame… que es lo que decide…!?

El asqueroso mecánico por primera vez en su vida se sentía


perdedor ante una hembra, y menos ante una de
características corporales tan sublimes como lo era aquella
que lo estaba encarando decidida a todo justo parada al
frente de él, este le miraba sus hermosas pantorrillas, la
altanera rubia en esos momentos andaba con unas
sandalias de mediano taco haciéndola ver aun mas como la
hembra imponente que era ella por causas naturales, su
porte y figura lo tenían casi enterrado como un imbécil en
aquel publico escaño, sus femeninas y marcadas formas se
dibujaban a la perfección debajo de aquel exquisito vestido
primaveral, pero lamentablemente para él ya sabía que por
ahora no habrían cogidotas de esas que a él tanto le
gustaban y que últimamente tan fáciles se les habían estado
dando, su boca estaba seca, y no tenía palabras ni
argumentos para enfrentar a esa bella amazona enfurecida.

--Veo que no tiene las pelotas suficientes para enfrentar la


situación con su propio hermano… y así pretendía volver a
acostarse conmigo…!?, para que Usted sepa yo solo me
acuesto con hombres de verdad, lo del otro día fue un error
de mi parte y no volverá a suceder.

--A ver rubia calmemos las pasiones… mira lo que yo…, -


don Pedro le hablaba sonriendo nerviosamente mirando de
reojo a todas las personas que se habían detenido a
escuchar y ver en que terminaba la pelea, el vejete ya sabía
que Gabriela lo estaba dejando como un verdadero idiota
delante de todas aquellas gentes.

--Yo no tengo que porque calmar nada…!, -le cortó


nuevamente la rubia en forma automática, --Vamos al taller
o no vamos…!? simple…!

Ahora el calculador vejete no hallaba que decirle y ya casi


reconocía que la yegua de Gabriela le acababa de ganar la
batalla.
--Jejejeje, me da risa ver lo estúpida que eres ricura, o sea a
ti te encanta que te vean la cara?. –esto solo se lo decía
para ver si salía del paso y se le ocurría algo para hacerla
decaer.

--Si…!, Usted mismo lo ha dicho…!! me encanta que me


vean la cara de pendeja, algún problema con eso…?, -
Gabriela también le ponía de su propia cosecha, el asunto
era que al vejete ese le quedara bien clarito que ella nunca
más se volvería a acostar con él.

Hasta que al final de todo Gabriela en forma triunfante vio


como el asqueroso de su cuñado luego de tragar
numerosos cúmulos de saliva y de mirar en distintas
direcciones, como si de verdad temiera que algún amigo de
él lo viera en una situación tan humillante con una mujer,
vio como este finalmente se paraba de su asiento para huir
de ella tal cual como lo hace una vulgar y sucia rata de
alcantarilla cuando un barco se está hundiendo, lo vio una
vez parado con su guata caída y su cuerpo fláccido y fofo, le
extraño ver la forma en que este se ubicaba del otro lado
del escaño como buscando protección detrás de este, o sea
don Pedro había sentido miedo?

--Esto no se quedará así pinche puta estúpida…!!! -le dijo de


pronto el vejete en forma amenazante y a viva voz para que
todos escucharan y vieran que él no era tan pendejo como
les estaba haciendo ver aquella zorra de cabellos rubios,
pero claramente no había la misma convicción que antes en
sus palabras, aun así el viejo seguía con sus amenazas --Por
ahorita me voy, pero no te darás ni cuenta cuando
volvamos a estar culeando en pelotas, y como a mí me
gusta, o sea por las buenas, jejejeje…
Esas fueron las últimas palabras del intimidado vejestorio
hasta que la integra rubia lo vio desparecer con cara de
apurado entre la horda de gentes que a esa hora compraba
en aquel sector, luego de tomar aire con una pequeña
sonrisa de triunfo nuestra Gabriela que se sintió tan segura
de sí misma tal como lo había sido siempre siguió en sus
compras como así mismo todos los que habían estado
escuchando siguieron en lo suyo comentando lo visto y
escuchado.

En horas de la tarde don Pedro ya en su camper habitación


bebía cervezas como desaforado maldiciendo y escupiendo
a esa maldita zorra asquerosa que se había atrevido a
burlarse de él en su propia cara, le daban ganas de salir en
ese mismo momento en dirección a su casa para apalearla
hasta dejarla inconsciente y después violársela todas las
veces que él lo quisiera no importándole consecuencias,
pero luego meditaba que si realmente él deseaba que esa
soberbia hembra fuera de su propiedad tenía que hacer las
cosas con cuidado, además que claramente la rubia no era
tan pendeja como él lo había pensado.

Una vez que pudo calmarse pero siempre con su ego


masculino mal herido se dio en ir a cambiar el motor de los
patitos mecánicos para que estos estuvieran operacionales
para la hora en que abriera la feria, mientras se dirigía no
podía sacar de su mente esa imagen de hembra altiva y
soberbia en que se había mostrado su cuñada solamente
esa mañana, sin embargo a ello él creía saber cuál era su
punto débil, y esto era que él estaba más que seguro que
esa hembra era buena para la verga independiente quien
fuera su dueño, y si sabía atacar en este punto daba casi por
sentado que ella igual terminaría acostada con él y
haciéndolo de todas las formas imaginables.

Horas más tarde y en otro punto del DF Gabriela estaba


feliz por el logro obtenido, por fin se había sacado de
encima al comemierda de su cuñado, con la fiera regañiza
que la pegó esa misma mañana calculaba que al viejo ya no
le quedarían ganas de otra vez ir a molestarla y menos
hacerle proposiciones indecorosas.

Pensando en eso estaba la rubia cuando ya tenía la cena


lista, y siendo ya casi las 9 de la noche ahora muy tranquila
esperaba la hora de llegada de su macho, hasta que
recordó que al ser día martes este no llegaba hasta pasada
la media noche por quedarse adelantando trabajo, de un
momento a otro decidió que iría a ayudarle en lo que fuera,
nunca estaba demás una ayudita aunque sea
acompañándolo, además que ya no tenía motivos de sentir
temor en aparecerse por el taller, ahora era ella la dueña de
la situación.

Tras mirarse al espejo una infinidad de veces y de verificar


que sus semi rizados cabellos rubios estuvieran ordenados,
tomó las llaves de la reja del taller a sabiendas que a esta
hora el Pie Grande ya estaba cerrado, hasta que salió de su
casa para hacerle una grata visita a su Don. Tras caminar las
pocas cuadras que separaban su casa con el taller la
desprevenida rubia ya estaba abriendo el candado exterior
de la reja llamándole mucho la atención la imperante
oscuridad y el silencio que reinaba en este.

Mientras tanto al interior del taller mecánico, y más


precisamente al interior de la oficina con cama una desnuda
María soportaba las demenciales aserruchadas que le ponía
su tío Cipriano justo encima de su cuerpo, la morena
chamaca gozaba tanto como su casi sexagenario familiar
con la tremenda cacha que este le estaba poniendo.

La imagen de ver a ese tremendo y obeso animal dándole


brutal caña al menudo pero bien formado cuerpo de la
hembrita de 18 años era de leyenda. Y la parte más épica de
toda esa situación se la llevaba la jovencita, ya que ella
menuda y todo si se la podía con esa tremenda vergota que
ajustadamente entraba y salía de su intima fisura carnal
mientras se lo expresaba a él con su cara llena de
placentero gozo en aquellos ardientes momentos en que
ella sencillamente se la estaba comiendo toda.

Fue en el momento en que la prohibida pareja de amantes


secretos se comenzaban a dar más bestialmente al estar
ambos al borde del orgasmo cuando una incrédula Gabriela
los observaba en forma atónita desde la oscuridad de la
puerta semi abierta.

(Minutos antes en el mismo taller)

La ex casada caminó despreocupadamente por el frío


pasillo de cemento que daba hacia las bodegas, oficina y al
mismo taller, y al ver que dentro de este ultimo estaba todo
apagado supuso que su macho debería estar al interior de
su oficina bebiendo cervezas con el chango o con su
cuñado, la cosa era que a este último ya no le tenía miedo,
hasta que al ir acercándose a las viejas dependencias se fijó
que la puerta de la oficina con cama en donde a ella se la
cogían en otros tiempos estaba semi abierta y que en su
interior también había luz.
El no sé que del temor la hicieron ir caminando con más
cuidado que nunca, era su mismo fuero interno quien
automáticamente le decía que su Cipriano estaba encerrado
cogiéndose a una hembra, y ahora ella misma al escuchar
los fuertes resoplidos de masculinos entre mezclados con
femeninos gemidos tanto de aguante como de placer, se
dijo que por fin le iba a ver la cara a esa rubia putilla
entrometida, y que no se la iba a pensar para sacarla
agarrada de sus cabellos y en pelotas hasta botarla en la
calle.

La bella Gabriela que en un principio se dio fuerzas para


afrontar de la mejor forma que pudiera aquella demencial
situación se quedó paralizada ante la cruda imagen de
saber esta otra nueva verdad, la joven mujer con quien se
estaba revolcando su macho no era rubia como ella lo había
pensado, además que era morena se iba diciendo de la
forma más angustiante que uno se pueda imaginar, pero lo
que le pusieron los pelos de punta y que inevitablemente le
formó un grave nudo tanto en el estomago como en la
garganta fue creer conocer esa bonita cara de marcados
rasgos latinos que ahora estaba desfigurada por el placer ya
que claramente su Don Cipriano justo en ese momento
estaba corriéndose dentro de ella.

La rubia se quedó inmóvil y sin saber qué hacer, ya que


María una vez desclavada se había abrazado fervientemente
al ancho pecho de su familiar quien también la abrazaba
posándole su gran manaza en una nalga.

--Te gustó sobrina!?, -le consultó don Cipriano con su mejor


cara de recién deslechado.
--Usted sabe que si tío, si por algo me he seguido
acostando con Usted en todo este tiempo, pero me da pena
por Gabriela…

--Ja…! Que no te de pena pendeja, si ella está re bien en la


casa, Jejeje…

--Si, pero todos saben que somos amigas, además que no


creo que a Usted le gustaría que ella le hiciera algo
parecido verdad?

--Jajajaja…!!!. Ella nunca hará eso que dices sobrina, y sabes


por qué?, porque a la culona esa la tengo aquí… en la palma
de mi mano…, -le preguntaba y le contestaba el mismo
Cipriano a su sobrina poniendo su dedo índice en su otra
mano mientras le decía “la tengo aquí”, para luego seguir
con su tanda de verdades, --O acaso ya se te olvidó que la
muy fresca abandonó a su familia porque mi verga era más
grandota que la de su marido, jejejeje…, si hasta me regaló
los ahorros de toda una vida solo por amor a mi verga,
jajajaja…!!!.

--Tío no sea mal hablado… ella a Usted lo quiere mucho, ya


se lo he dicho varias veces…, -María ahora se había semi
montado de lado del cuerpo del mecánico poniendo uno
de sus morenos muslos sobre la dormida vergota de don
Cipriano que al notar la suavidad de este ya casi comenzaba
a enderezarse nuevamente.

--Si no es ser mal hablado sobrina, si es la purita verdad,


además que solo le estoy dando un tiempito para que se
recupere, una vez que ya esté en condiciones me la
comenzaré a coger a diario tal como lo hacíamos antes de
que el médico nos lo prohibiera, además que ella a mí
también me calienta mucho… Jejeje.

--Mmmmm…!, ok…!, pero igual pienso que Usted no


debería dejarla tanto tiempo sola, Gabriela es una mujer
muy bella y aquí en el mismo taller hay viejos que la miran
más de lo debido.

El viejo mientras la iba tomando por sus negros cabellos


hasta empuñarlos en una de sus manazas también le iba
diciendo:

--Ya te dije pendeja, esa yegua solo tiene ojos para mi, para
mi verga y para nadie más…!!!, así que vamos comienza a
chupármela… que tu conversación me ha calentado, jejejeje.

El vejete le dijo este último llevando el mismo la cabeza de


su sobrina hasta su nuevamente parado aparato, la morena
chamaca comenzó a mamársela al instante, ninguno de los
dos sabría jamás que la rubia ex casada los había visto
haciéndolo y corriéndose juntos, como también los escuchó
hablar de ella, y que ahora al mismo tiempo en que María le
mamaba la verga a su macho para luego seguramente
volver a aparearse la muy destruida Gabriela comenzaba
también la retirada con su corazón despedazado.

Tras haber retrocedido unos 5 pasos por lo menos, la


devastada hembra justo en el momento de dar la media
vuelta para emprender la retirada se encontró frente a
frente con don Pedro que venía todo negro y bañado en
traspiración al estar cargando en sus brazos un considerable
motor lleno de grasa y tan ennegrecido como el mismo, en
tales condiciones don Pedro más que mecánico, mas se
parecía un ennegrecido fogonero de los viejos barcos a
carbón.

Don Pedro y Gabriela ambos estaban parados uno al frente


del otro en donde a solo dos metros de ellos estaba la
viciosa entrada a la oficina con cama de donde se
escuchaban eróticos sonidos bucales de saliva mesclada
con carne salada, acompañados de roncos quejidos de
placer.

Ante el silencio que existía en aquellos momentos al interior


del pasillo de cemento, a los oídos de ambos llegaban los
enloquecedores sonidos recientemente descritos y a los
que se sumaban los que ya estaba emitiendo el oxidado y
cochino catre que tantos combates sexuales ya llevaba en
sus resortes.

Don Pedro quien la mirada con una aborrecida sonrisa de


triunfo se percató en el acto de los ríos de lagrimas que
corrían por las suaves mejillas de la hembra mal herida, así
que aprovechando la ocasión lentamente y sin hacer el
menor ruido fue bajando el motor hasta dejarlo en el suelo
para luego y notando el lamentable estado emocional en
que por caprichos del destino nuevamente se la encontraba
este día la tomó firmemente del brazo y la comenzó a sacar
del taller con ella solamente dejándose llevar.

Una vez que ya estuvieron en la calle el vejete por fin la


liberaba de los fuertes jaloneos en que la había arrastrado:

--Veo que por fin te sacas la venda de los ojos nalgona


presumida, vamosle y que me dices orita lindura?, -el viejo
claramente se refería a lo sucedido esa misma mañana.
La rubia que no hallaba que contestarle solo le preguntó
por lo que ella había visto allá adentro:

--Si Usted ya lo sabía… porque no me lo dijo…!?, -le


consultó finalmente y haciéndole ver que ella ya estaba
enterada de la relación de su macho con María su sobrina.

--Pues en la mañana intente hacerlo, pero tú estabas tan


creída y altanera que no me diste tiempo para nada, -el
nuevamente excitado mecánico miraba alternadamente a la
rubia y hacia la oficina en donde estaban cogiendo.

La dolida ex casada solamente se daba a pensar en la cruda


imagen de ver a su nene con cara de satisfacción acabando
dentro del joven cuerpo de María, mientras ella casi en las
mismas condiciones que las de su macho le recibía el
semen al interior de su matriz con cara de placentera
satisfacción.

--Ok, no hay problema…, -dijo de pronto la atormentada


hembra con un hilillo de voz, a la misma vez que se
limpiaba las lagrimas femeninamente con un pequeño
pañuelo blanco que saco de su bolso, --Ya fue suficiente
por hoy día… creo que lo mejor será que me vaya…

--Y entonces rubia…, no te vengarás de esos dos desleales?,


jejejeje, -al viejo ya se le había parado la verga con solo
imaginarse a la rubia con las ganas que cogería al estar
despechada.

Pero por muy dolida que estuviera Gabriela en esos


momentos ella ya tenía los puntos más que claros, así que
se dio a contestarle:
--Don Pedro, creo que fui bien clara esta mañana con
Usted, además… además… que Cipriano es hombre, el
puede meterse con quien quiera, yo no le haré problemas…

El ennegrecido mecánico que al ya ser de noche se le veían


solamente los ojos se quedó boquiabierto con semejante
respuesta que le estaba dando la muy zorra de Gabriela: --
Mmm… veo que pretendes seguir con las misma puteadas
de esta mañana, pues ya verás pinche perra asquerosa, ni te
darás ni cuenta cuando nuevamente ya estemos acostados
y contigo poniéndole empeño en gozar de la calentura,
jejejeje, -pensaba para sus adentros el desalmado hombre,
no obstante a ello igual se dio a intentar convencerla,
además que estaba claro que con las indiscretas pendejadas
en que estaba cayendo su hermano con esa mujer, sabía
que esto lentamente iban separando a la rubia de él.

--Pus… no se te nota en la cara que estés muy convencida


de eso que me estás diciendo reinita, en la mañana estabas
toda una campeona, y ahora te veo toda destruida y con
cara de estúpida, jejejeje, -le dijo finalmente para ver cómo
reaccionaba la hembra.

--Us… Uste… Ustedes los hombres no entienden nada…, -


fue todo lo que dijo Gabriela entrecortadamente y con la
voz quebrada, a la misma vez que echaba a caminar por la
vereda que daba a su casa, claramente no le importaba ir en
compañía de su cuñado quien entendió que la rubia no se
hacía problemas en que él la acompañara un ratito.

--Ya… ya lindura, mira si yo en estos momentos te entiendo,


solo te digo cosas porque me da rabia verte tan mensa
siendo que podríamos estar cogiendo de lo lindo mientras
ellos creen que no te das cuenta de nada, dime que no te
gustaría realizar ese tipo de venganza, Cipriano se siente
muy seguro de ti dulzura imagínate a ti prestando la zorra a
sus espaldas mientras él le asegura a todo el mundo que él
hace lo que quiere contigo, di que eso no te calienta con
solo pensarlo mi vida… te imaginas como se pondría si
llegara a saberlo…? Jejeje…!.

El viejo le decía esto ultimo caminando lentamente al lado


de ella con sus manos atrás, mientras Gaby aun algo
temblorosa por el impacto seguía limpiando algunas
lagrimas de su cara con el blanco pañuelo. Claro que
escuchando tales barbaridades que insistentemente le decía
su cuñado solo se dio a contestarle:

--Don Pedro… mejor cállese…!, -extrañamente para todos


nosotros la rubia ya no lloraba pero si en su rostro se
notaba el cabreo que le causaba esta otra nueva verdad:
Cipriano también se acostaba con María.

--Bueno me callo entonces, jejejeje, (--Todo lo que tu digas


con tal de emputecerte mijita rica, -se decía el vil vejestorio
para sus adentros) --Me dejas acompañarte hasta tu casa?, -
don Pedro no se cansaba de tentar la suerte.

--No… no lo creo…!, -lo raro de eso era que ella a pesar de


su respuesta caminaba con el viejo a un lado de ella y en
dirección a su casa como si estuvieran paseando por el
parque.

--Si no te haré nada ricura…, ya te dije que yo no te la voy a


meter hasta que no seas tú misma quien me lo pida,
jejejeje, o acaso es que no confías en ti misma, o
sencillamente no estás segura de todo lo que me dijiste en
la mañana?, -don Pedro a pesar de lo excitado en que lo
tenía la situación intentaba por todos los medios no perder
la compostura, sabía que esa hembra en cualquier
momento bajaría la guardia, era solo cuestión de esperar.

--Claro que estoy segura… así que si quiere ya se puede


comenzar a devolver, hasta aquí ya es suficiente, -
claramente la rubia se refería a eso de que el vejete la había
venido acompañando desde que salieron del Pie Grande.

--Ps… si ya estamos a mitad de camino, ándale déjame


acompañarte, si no pasara nada…

Gabriela estaba tan segura de que ella no le iba a dar


cabida al vejete para que este se confundiera accedió a que
este la fuera a dejar hasta su casa:

--Está bien, pero solo me acompañara hasta la puerta…, ni


se imagine que lo invitaré a pasar hacia el interior de la casa
porque eso no ocurrirá, le queda claro?

--Como tu digas primor, jejejeje…!

La caminata se hizo en silencio, ya que lo menos que


deseaba hacer la rubia en estos momentos era hablar con
alguien y menos con el asqueroso de su cuñado que
ennegrecido y todo no dejaba de hacerle ver las ganas que
tenía de volvérsela a coger.

Por su parte don Pedro iba sacando sus conclusiones, sabía


que si al llegar a la casa él la forzaba y se la violaba ella iba
a terminar cogiendo con ganas debido a que ella le gustaba
la verga, según él tenía más que entendido. Pero si eso
ocurría su hermano llegaría en un plazo de una hora más o
menos, y ahí sí que a la puta esa si se la zurrarían hasta casi
matarla, y a él le boicotearían la cogida que le pensaba dar
no dejándolo satisfecho, además que él pretendía que
ambos se acostaran por una noche entera, y no quería
violársela, él la deseaba con ella entregada como si fuera su
mujer, pero lo traía tan caliente se decía luego, que optó
por no violarla, pero si le exigiría un pequeño adelantito de
lo que ella inconscientemente le tenía reservado. Pero
aprovecharía lo que quedaba de trayecto para seguir
metiéndole cizaña y ver de lo que era capaz de hacer la
rubia en pos de su ego femenino.

--Sabías que Cipriano se ausentará este fin de semana por 5


días consecutivos?

--Si me lo dijo, así que si piensa…

--Yo no pienso nada estúpida, solo quiero que sepas que


Cipriano al haberte dicho a ti y al ver que tú estabas aun tan
afectada por lo ocurrido se decidió por llevar consigo a la
María y ya sabrás que en donde se queden no pedirán
habitaciones por separado verdad?… Jejeje…

--Él… él no me ha dicho nada al respecto…, -le dijo Gabriela


a don Pedro mientras seguía caminando y con cara de
asombro, por lo que le decían.

--Pues apenas puedas pregúntale tu misma, yo no sé cómo


puedes ser tan pendeja para tus cosas… así te darás cuenta
que aquí el único que te dice las cosas claras soy yo…!

Gabriela en forma automática comenzó a tragar saliva y


esto era por dos sencillas razones, la primera era que ya
estaban a solo una cuadra de su casa, y ahora ya no estaba
tan segura si el viejo asqueroso de su cuñado realmente no
iba a pretender hacer algo con ella, a pesar de sus
reiteradas negativas. Y la segunda era que ya tenía en su
mente las enloquecedoras imágenes de ver a su nene
acostado con María por cinco noches seguidas como si
ellos fueran marido y mujer.

En eso estaba la rubia cuando por fin se vio en el mismo


umbral de su puerta, así que procedió en la forma más
diplomáticamente posible a despachar al engendro de
hombre que la había estado acompañando en tan
dolorosos momentos.

--Ok don Pedro, ya hemos llegado, y Usted dijo que solo


me acompañaría…

--Jejejeje… no tienes para que recordármelo dulzura, yo sé


muy bien lo que dije…

--Entonces…!?, -Obviamente Gaby estaba esperando que el


vejete de una vez por todas diera media vuelta y se
marchara

--Estoy esperando a que te metas para adentro, debo


asegurarme de dejar sana y salva a mi cuñada, no crees?

Gabriela ahora más preocupada de su propia situación que


de la cacha que debía estarle pegando don Cipriano a
María, con sus manos temblorosas sacó el juego de llaves
para abrir la puerta de la casa, don Pedro debía estar por lo
menos a un metro de donde estaba ella parada.

Una vez que abrió, a modo de despedida le dirigió una


pequeña y nerviosa sonrisa, a lo que el vejete todo un
Gentleman con su cara ennegrecida por el humo de los
motores le devolvió una teatral reverencia de despedida.
Gabriela ya le estaba dando gracias a los Dioses que el
tipejo ese que tenía por cuñado y que ya se había
aprovechado de ella en una ocasión esta vez no se había
puesto pesado ya que estaba casi por cerrar la puerta, pero
cuando se suponía que solo debía bastar con un leve
empujoncito vio con su azulada y a la vez espantada mirada
que en la parte baja de la puerta estaba puesto el pie de su
miserable cuñado no dejándola cerrar.

Con desesperación llevó su mirada justo al frente de ella, a


esa altura de la puerta el horrendo hombre ya había puesto
su mugrienta mano claramente haciendo presión para no
dejarla cerrar, y muy al contrario de ello este la estaba
abriendo (la puerta, no se me adelanten), por lo que la
desesperada rubia determinó que si no oponía resistencia
iba a terminar siendo violada por su cuñado, porque ella ni
con todo lo ocurrido y sabido hasta ese momento igual no
pensaba entregarse por las buenas.

--Don Pedro… Usted me dio su palabraaaa…!!!, -le


exclamaba Gaby mientras forcejeaba por cerrar la puerta de
su casa, a su misma vez con uno de sus suaves y dorados
muslos intentaba hacer presión contra las maderas de esta
para ganársela a don Pedro.

Fue un fuerte empujón en donde la puerta se abrió a tope y


en donde Gabriela fue a parar casi a dos metros de
distancia casi cayéndose, don Pedro ya estaba con su guata
y pellejos caídos triunfalmente parado al interior de la casa
en donde cohabitaban su hermano con su deliciosa cuñada.

--No te asustes mijita rica, no pretendo violarte si es eso lo


que estas pensando… -le aclaraba el desequilibrado
mecánico recorriéndola de pies a cabeza con cara de ser un
verdadero desquiciado a la misma vez que comenzaba a
caminar hacia ella sobajeándose la verga, que a todo esto la
tenía muy parada.

La rubia asustada y todo no entendía entonces porqué el


viejo se daba a entrar de esa forma a su hogar si el mismo
le estaba diciendo que no pretendía hacer nada con ella, en
parte le daba gracias a Dios, y por otra se asustaba aun mas
por estar en la incertidumbre.

--Entonces que es lo que quiere…!?, -a la misma vez que


Gabriela retrocedía, el viejo caminaba hacia ella con cara de
lujuria demoniaca.

--Verás rubita, debes saber que estas tan buenota ahora


que te encuentras en estado normal que no me la pensaría
para violarte aquí mismito, pero ya te lo he dicho, yo quiero
que cuando nos acostemos tu solita seas quien se quite la
ropa y se abra de patas sin forcejeos de por medio…

--Eso… eso no ocurrirá…!!!

--S, si ocurrirá putita, pero eso lo podemos discutir en otra


ocasión, orita debes saber que tú tienes otra cosa que yo
quiero desde hace rato, y no me refiero a ninguno de tus
orificios… Jejeje…

--Nooo… no le entiendoooo…!

De pronto la asustada Gabriela se vio acorralada contra la


mesa del comedor, al centro de esta había un pequeño
mantelito en donde estaba ubicada una fuente con distintas
frutas y 6 vasos dados vuelta que la entornaban en forma
de adorno.
Don Pedro aprovechando esa instancia no lo dudo para
abalanzarse sobre ella atracándola contra la mesa a la
misma vez que la tomaba fuertemente del cuello y con su
otra mano empuñándole los cabellos jalándoselos hacia un
lado de sus hombros, para luego notificarle:

--Yo mismito te lo haré saber que es lo que tú tienes para


mi maldita zorraaaa…!!!, pero primero te daré algo por lo
altanera en que te comportaste conmigo esta mañana… --
Tomaaaaa…!!!! Plaffffff…!!!!!

La rubia no supo en qué momento se vio semi inclinada y


con sus dos manitas puesta en una de sus mejillas la cual
sentía en llamas, automáticamente copiosas lagrimas
afloraron de sus ojos y justo en el momento en que con
algo de coraje iba a poner en su lugar al asqueroso tipejo
que le estaba pegando nuevamente se vio tomada
brutalmente de sus dorados cabellos con el ennegrecido
rostro de pellejos caídos de su cuñado solo a centímetros
de su suave cutis y con este arrugando solo un lado de su
nariz producto de la profunda esnifada y casi en el acto
Puajjjjjj…!!!! Puajjjjjj…!!!! Puajjjjjj…!!!!.

Fueron tres amarillentos escupos que impactaron en forma


impecable en su bello rostro de rasgos escandinavos, el
primero justo al medio de su cara, embadurnándole la nariz
y cayendo lentamente hacia ambos lados de la comisura de
sus labios, el segundo le dio en uno de sus ojos haciendo
un rio torrentoso que bajaba cruzando toda su cara hasta la
barbilla, y el tercero en su frente, que debido a su
copiosidad resbaló lentamente hacia sus ojos nublándole la
visión, su espeses le adornaban ordinariamente sus
pestañas en los momentos en que la recién escupida rubia
intentaba abrir o cerrar sus ojos, y con ella recién
entendiendo que su cuñado acababa de escupirla sintió
otra fuerte cachetada en su rostro dejándola otra vez vuelta
para un costado con varios colgajos de escupos colgando
en su barbilla.

Don Pedro a sabiendas que no contaba con mucho tiempo


rápidamente se puso manos a la obra, violentamente la dio
vuelta dejándola cara a la mesa en donde la agarró por su
remarcada cintura ajustándola con fuerzas contra su verga.
Las sensaciones al estar punteándola con las telas del
vestido y de su propio overol de trabajo para el vejete igual
se le hacían indescriptibles.

Luego y no dándole tiempo de recuperación ubicó sus dos


ennegrecidas y huesudas manazas a la altura de sus tetas
empuñándole fuertemente el vestido justo en la parte del
escote en que se formaba la “V” al mismo tiempo que de un
solo tiempo abrió sus brazos con fuerzas, siempre con el
vestido de la hembra empuñado y… Frjjjjjjjjjjjjhhhhh…!!!!, se
lo rajó hasta la altura de su ombligo, para luego
simplemente bajárselo hasta su cintura.

Gabriela quien se mantenía con todo su rostro escupido y


sintiéndose ya semi desnuda aun no reaccionaba a todo lo
que le estaba haciendo su horrendo cuñado mientras la
movía y la zarandeaba desde atrás de su cuerpo para que
ella se quedara quieta, de pronto sintió como este le
destrababa el sostén el cual fue rápidamente arrancado y
lanzado hacia cualquier dirección de la casa liberándole
muy a su pesar sus dos colosales chichotas, que por lo
inflamadas que se habían notado por debajo del vestido
según el desequilibrado mecánico, estas debían estar
desbordantes de leche.

--Jajajaja…!!! Esto es lo que deseaba de ti pedazo de


putaaaa… ahora por fin voy a probar de este manjar que te
cargas adentro de tus tetasss… o sea que me amantarás…
Jajajaja…!!!!, -don Pedro le decía esto último justo en el
momento en que enderezándola la dejaba con su nuca
apoyada en se hombro como a su vez con sus rasposas
manos peladas se daba a sobajear casi con delicadeza las
redondeces de esas tremendas y tersas chiches que su
suavidad era insuperable, ni mencionar la dureza de estas
debido a su liquido contenido, el viejo por nada del mundo
quería apretárselas y desperdiciar el precioso y lácteo elixir
que con toda seguridad había al interior de estas y que el
pensaba beber hasta hartarse, ya que pensaba que al menor
apretón a estas la leche saltaría desde su interior y esta se
desperdiciaría.

Gabriela asustada y asqueada escuchaba las salidas y


hambrientas intenciones de su cuñado, lo que menos había
imaginado en todo este tiempo era que este estuviese
interesado en que ella lo amamantara. Y con solo graficar
en su mente lo asquerosa escena si es que esto sucedía
unas tremendas ganas de vomitar atacaron su estomago.

--Nooo, no don Pedrooo…!!!! Yo… yo no lo voy a


amamantar…!!!!, -la rubia lo miraba asustadamente de
soslayo, mientras le exclamaba escandalosamente.

--Si lo harás putaaaaa…!!!!, es mas… desde hoy día serás mi


vaca nodriza de uso exclusivo solamente para mi, jajajaja…
Las caras de ambos estaban muy cerca una de la otra,
recordemos que la rubia tiene su cabeza apoyada
forzadamente en el hombro del asqueroso vejete, y él le
habla mirándola solo a centímetros, su tufo a cerveza rancia
y a cigarro otra vez atacan al interior de las finas fosas
nasales de la escandalizada hembra.

--Noo… no lo hareeeee…!!!, -Gabriela se lo decía moviendo


su cuerpo con todas sus fuerzas para liberarse, pero el
vejete apretaba fuertemente sus codos en su estomago
para inmovilizarla, los movimientos de la rubia le frotaban
exquisitamente la verga por lo que el mecánico cada vez se
calentaba mas de lo que ya estaba.

De un rápido movimiento el caliente y sediento mecánico la


dio vuelta empujándola hacia atrás y dejándola con su
espalda arqueada en el ángulo de la mesa, sujetándola
fuertemente de las muñecas contra la superficie de esta,
mientras él se echaba sobre su cuerpo ubicando su bulto
sobre la deliciosa pelvis expuesta pero protegida por la tela
de vestido y de la propia ropa interior de la rubia.

Una espantada Gabriela solo veía el techo de su casa y


cuando a duras penas lograba levantar su cabeza para ver
ella misma que era lo que ahora se proponía el asqueroso
vejete veía solamente sus grandes tetasas que lo tapaban
todo, y al medio de estas la ajada cara de su asqueroso
cuñado que literalmente ya estaba babeando producto que
en ese preciso momento ya pensaba en echarse una teta a
la boca para ponerse a succionar todo ese néctar que la
mujer de su hermano le iba a proporcionar.

Un desesperado don Pedro como pudo ubicó a la rubia en


la misma posición recién descrita con la única diferencia es
que ahora juntó sus dos muñecas (las de ella) por sobre el
dorado cabello de la hembra, siempre por sobre la mesa y
las apretó con una de sus manazas, y con su otra mano libre
a modo de sondeo se dio a apretar muy levemente la teta
izquierda, y a penas lo hizo con tres de sus dedos y su
pulgar en el acto salió expulsado con fuerzas desde el
rosado pezón un largo y fino chorro de liquido tibio que fue
a dar a su cara, su verga ya estaba que explotaba y ya sin
pensárselo mas y ante los atónitos ojos azules de Gabriela
el horrendo mecánico fue abriendo su voraz bocota
desdentada y de un solo bocado se zampó una de las
chichotas de nuestra casada para comenzar en forma casi
instintiva a succionársela, como si nunca antes en su vida lo
hubieran amamantado.

Gabriela sintiéndose totalmente humillada al tener a


semejante tipejo usurpándole sus mamas, las cuales eran de
uso exclusivo para darle leche a sus hijos, o para que en
último caso fueran chupadas solo por don Cipriano, veía
muy de cerca la asquerosa escena de tener a su ordinario
cuñado chupándole una teta y succionándosela con fuerzas,
el solo ver como su propia leche se desbordaba de la boca
del vejete y que una gran cantidad de esta goteaba en su
tupida barba sin afeitar le dieron unas tremendas ganas de
ponerse a llorar por lo bajo en que otra vez había caído.

Pero el viejo por su parte estaba dándose el festín de su


vida, nunca jamás en la vida ni sus amigos ni nadie le
creería que él se había dado el lujo de mamar leche
directamente de las tetas de semejante hembra, pensaba
sin dejar de chupetear y sorber el delicioso nutriente que
Gabriela le estaba otorgando:
--Ahhhhh…!!!!, -le exclamó don Pedro a una muy vejada
Gabriela a solo centímetros de su cara mostrándole su
bocota llena de leche una vez que se pudo separar de la
chichota, a la misma vez que le decía, --Esto es un
verdadero manjar mi vaca holandesa, este nutritivo
alimento que me estas dando me dejaran renovado y con
mas fuerzas para el día en que volvamos a coger…!!!!
Chhrrrpppsssssss…!!!!, Chhrrrpppsssssss…!!!!, -volvía a
succionar el viejo después de su hambrienta tanda de
leperadas fortificadoras.

Don Pedro ahora alternaba de una teta a otra y estas no


dejaban de proporcionarle copiosas cantidades de leche
que increíblemente no paraban de manar de las grandiosas
tetas de Gabriela, pero el astuto hombre a sabiendas que ya
le quedaba poco tiempo y en pos de humillar aun mas a su
portentosa y bella nodriza, rápidamente la dio vuelta
dejándola apoyada en la mesa y con sus dos montañas de
carne que aun expulsaban por si solas sendos chorros del
vital alimento chorreando la mesa en distintos puntos de
esta pero sobre todo justo debajo de donde se mecían
alucinantemente aquellas dos preciosas campanas de carne
brillosa. El vejete quien se mantenía montado sobre la
espalda de la rubia como pudo estiró su mano hacia el
centro de la mesa para tomar uno de los vasos que la
adornaban acercándolo rápidamente y ubicándolo justo
debajo de una de las tetas para enseguida empezar
apretárselas tal cual como si estuviera ordeñando a una
vaca de verdad.

Gabriela que no atinaba a nada por lo desquiciado que era


todo el asunto que había montado ese ordinario tipejo que
tenía por cuñado solo se dejaba a que este la ordeñara
como él quisiera, para que se aburriera y se largara lo más
pronto posible de su casa antes de que llegara don
Cipriano.

Pero el feliz vejete estaba dado a lo suyo que por ahora era
solamente sobajear y apretar esas chichotas de fabula que
no deban muestra de disminuir las cantidades del
amarillento liquido proteínico que le exprimían, los dedos
del viejo apretaban al unísono los dos rosados pezones en
donde a la par salían expulsados sendos chorros de leche
que caían e iban al fondo y que comenzaban a llenar el vaso
en forma impecable, -Srrrrtttttttt…!!! -Srrrrtttttttt…!!!, se
escuchaba al interior del vaso cuando los intensos chorros
del mamario alimento impactaba después de cada
ordeñada que don Pedro les pegaba a las tetas, y así lo
escuchaban este mismo y Gabriela.

La rubia estaba excitada de pavor al caer en cuenta que su


horrendo cuñado ahora la estaba ordeñando tal cual como
si ella fuese una verdadera vaca lechera, y la sensación de
miedo a que en cualquier momento llegara su nene
extrañamente la estaban calentando, pero no era una
calentura de querer ponerse a coger, simplemente era el
mismo miedo de que la fueran a pillar en tan perversa
situación, incluso no dijo nada cuando el viejo al creer haber
sentido ciertos movimientos raros en las caderas de la rubia
contra su abultado y escondido miembro sin pensársela dos
veces había metido una de sus manos por debajo del
cuerpo de ella para metérsela en la vagina. Los dedos del
vejete salieron escurriendo ahora en otro tipo de líquidos, y
al ver que el vaso ya estaba casi rebalsado en leche otra vez
la dio vuelta para seguir burlándose de ella.
--Pero mira nada maldita zorra asquerosaaaa, se nota lo
sedienta de verga en que andas por estos diassss!!!, -le dijo
casi gritándole y mostrándole sus dedos goteantes en
líquidos vaginales, --Si hasta te calientas por el solo motivo
de saber que te están ordeñando, jajajajajaaaaa…!!!!, -junto
con lo último se dio a chuparse los dedos recién extraídos
de la dorada panocha de la casada que apoyada en la mesa
y tapándose con pudor sus chichotas al haberse visto
liberada solamente lo miraba sin saber que contestarle, ya
que ni ella misma se había dado cuenta de su extraño
estado de humillante excitación.

El vejete una vez de limpiarse sus dedos con su morada


lengua agarró otra vez a la rubia pero de frente para
nuevamente comenzar a chuparle las tetas con verdadera
devoción, estas seguían expulsando leche ya con un poco
menos de fuerzas pero si chorreaban por los pezones en
forma abundante, por lo que el desesperado de don Pedro
junto con succionar y beber todo lo que podía también se
pasaba las brillosas chichotas por toda la cara y por debajo
de su barba, para luego volver a succionarlas una y otra vez,
hasta que ya casi dándose por satisfecho la libero para casi
en el acto tomar el casi rebalsado vaso con leche materna y
se lo bebió de una y sin desperdiciar nada de su energético
contenido.

--Mmmm… delicioso mamitaaaa…!!!!, produces una leche


exquisitaaaaa…!!!!, -le dijo el asqueroso vejete luego de
haberse bebido hasta la última gota del precioso contenido
del vaso, para luego limpiarse el hocico con la percudida
manga de su camisa y seguir notificándole. --Por ahorita me
voy putaaa…, mira que el buen Cipriano ya debe estar por
regresar, jejejeje, y a la próxima vez que nos veamos quiero
que seas tú quien me amamante tal cual como si yo fuera
un bebito, jajajaja…!!!, así tendré mas fuerzas para cuando
por fin te decidas a ponerte a coger conmigo en venganza
de Cipriano, jajajajaja…!!!! Chao vacaaa…!!!! Digo
zorraaaa…!!!! Jajajaja…!!!!

La anonadada rubia se quedo mirando la puerta


entreabierta de su casa por donde había desaparecido
aquel asqueroso hombre, vio que sus chichotas estaban con
manchas negras de humo de motor, claro si con semejante
magreo al que habían estado expuestas en las mugrientas
manos de su asqueroso cuñado no podrían haber quedado
de otra forma, además que estas aun expulsaban
débilmente pequeños ríos de leche.

Gabriela sabia que ya casi no tenía tiempo para lloriqueos ni


ponerse a pensar en lo que había descubierto solo hace un
poco más de una hora, así que rápidamente corrió a cerrar
la puerta de su casa para luego de limpiar sus chichotas y
cambiarse rápidamente el vestido se dedicó a limpiar la
mesa que aun estaba toda salpicada de su propia leche.

Ya en la cocina en los momentos en que lavaba el famoso


vaso ocupado por don Pedro la rubia aun se sentía
atormentada por lo recientemente ocurrido. Solo se daba a
pensar de lo equivocada que había estado al pensar esa
misma mañana que su odioso y caliente cuñado iba a
dejarla de molestar, si el muy sinvergüenza se había
atrevido hasta a ordeñarla, de que otra cosa sería capaz este
horrendo hombre?, se preguntaba, pensando en que esto
último era lo más humillante que le había tocado vivir en
toda su vida, ni Cesar bebió de su leche en los tiempos en
que estuvieron casados, y su desleal nene si bien una vez
osó en solicitárselo, aun así hasta la fecha no lo había
hecho, --Claro, -se dijo de pronto, --Como se lo iba a
solicitar el caliente de Cipriano si andaba tan entretenido en
andar cogiéndose mocosas que ni su misma sobrina se
había salvado. Ni con estos pensamientos la rubia no
dejaba de sentirse nerviosa por aquel enloquecedor asunto
de la ordeñada a la cual recientemente la habían sometido,
y aunque la rabia la tenían presa y los celos la enloquecían,
aun así no estaba dispuesta a vengarse de Cipriano.

Aquel día la rubia no quiso verle la cara a su nene,


simplemente luego de limpiar y ordenar el pequeño
desastre que ella con don Pedro habían dejado en el
comedor de su casa, le dejó la cena servida en el mesa e
ingirió una fuerte pastilla para dormir, por ahora no quería
saber de nada y de nadie.

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Gabriela estaba celosa hasta más no poder, ahora no era


capaz de soportar las intensas horas en que Cipriano estaba
en el taller, obviamente no quería ver a María ni en
fotografías, pero ella ahora otra vez sentía temor de
aparecerse por el Pie Grande para no encontrarse con su
desequilibrado cuñado, ella por nada del mundo pensaba
amamantarlo como este le había solicitado el día en que
literalmente este se dio el lujo de ordeñarla como a una
verdadera vaca.

Ya siendo jueves y teniendo en claro que al siguiente día


Cipriano y María se irían hasta el día miércoles a una
localidad ubicada en el litoral fue cuando la atractiva rubia
quiso romper su silencio, tendría que convencerlo de que la
llevara a ella y no a María:
--Nene… tengo algo que hablar contigo…, -le dijo
seriamente mientras le servía la cena, aquel día don
Cipriano misteriosamente no se había quedado a trabajar
hasta tarde.

Al mecánico del Pie Grande le extrañó que la culona de


Gabriela quisiera hablar con él ya que en los últimos días
había andado somnolienta y casi muda, claro que el vejete
se lo atribuía al asunto ese de la perdida, o sea, para él
estaba toda la situación de lo más normal del mundo, así
que se dio a contestarle con toda naturalidad:

--Dime mi yegua… soy todo oídos… Jejeje…, -el viejo la


miraba mientras engullía la cena.

--Nene… mira, recuerdas ese ofrecimiento de que fuéramos


juntos a ese viaje de mañana?, -la rubia luego de servirle se
había sentado a la mesa y frente a él.

--Si lo recuerdo, que hay con eso, me acuerdo


perfectamente que cuando te dije no le diste importancia…

--Si, eso es verdad amor, pero… pero me la he estado


pensando y pienso que nos haría muy bien que fuéramos
juntos a ese viaje…

El viejo le contesto a la rubia muy suelto de cuerpo los


planes que tenia para aquel viaje:

--Ps…!, lo siento nalgona ya estoy comprometido con ir con


mi sobrina y ya está todo preparado, así que no podrá ser,
jejejeje…

Gabriela se quedó muda con la respuesta de su nene, o sea,


Cipriano prefería a María que a ella misma?, de pronto le
vinieron las imágenes de verlo acostado con la chica y
diciéndole abiertamente: “…a la culona esa la tengo aquí…
en la palma de mi mano…”, si hasta lo recordaba como
gesticulaba con sus manos, luego recordó lo otro: “--O
acaso ya se te olvidó que la muy fresca abandonó a su
familia porque mi verga era más grandota que la de su
marido, jejejeje…, si hasta me regaló los ahorros de toda
una vida solo por amor a mi verga, jajajaja…!!!.”

Acaso era eso lo que su Don pensaba de ella?, se preguntóó


de pronto la dolida y muy confundida hembra. De pronto a
su mente llego la voz de su asqueroso cuñado: “…me da
rabia verte tan mensa siendo que podríamos estar cogiendo
de lo lindo mientras ellos creen que no te das cuenta de
nada, dime que no te gustaría realizar ese tipo de venganza,
Cipriano se siente muy seguro de ti dulzura imagínate a ti
prestando la zorra a sus espaldas mientras él le asegura a
todo el mundo que él hace lo que quiere contigo, di que no
te calienta eso mi vida… Te imaginas la cara que pondría si
llegara a saberlo? Jejeje…!.”

La rubia después de semejantes pensamientos volvía a


medias a la realidad por lo que prosiguió con la
conversación:

--Ehhh… no, no te entiendo… no es necesario que vayas con


María, si yo también puedo ayudar en las comp…

--Es necesario que vaya con ella y punto…!!!, -le cortó el


Don terminantemente y con algo de prepotencia.

Aquella respuesta, más dándose cuenta del interés de


Cipriano por largarse con su sobrina y no con ella ya
sacaron a la rubia de sus cabales, los celos ya la carcomían,
y ella no permitiría que la putilla de María se fuera a
revolcar por 5 días seguidos con su nene:

--Cipriano…!, y porque tiene que ser María con quien


viajas!?, si no quieres ir conmigo porque entonces no llevas
a Pablo!?

--Porque ese inútil no sirve para nada…!!!, el solo sabe


reparar motores y mantener vehículos, y tú en los dos
últimos dos meses ni te has aparecido por el Taller, María es
la más indicada porque sabe del negocio, además que será
ella con el chango quienes se harán cargo de ese taller y me
rendirán cuentas, es por eso que debo ir con ella...!!!

--P…pe… pe… rooo… pero…, -la rubia no sabía que


contestar, ya que el viejo algo de razón tenía en sus
explicaciones, en eso don Cipriano volvía a rugir:

--Nada de peros…!!!, además que yo no tengo que porque


darte tantas explicaciones…

--Yo soy tu mujer Cipriano, y es conmigo con quien


deberías hacer ese viaje, si quieres podemos…

--Ps…!! Ya está decidido…!! Voy con María y que no se


hable más del asunto…!!!

--Cipriano si tú te vas para ese viaje con esa mujer… te juro


que a lo que vuelvas me habrás perdido…, -en la mente de
la rubia junto con decir lo ultimo estaba aquella frase de
oro: “…me da rabia verte tan mensa siendo que podríamos
estar cogiendo de lo lindo mientras ellos creen que no te
das cuenta de nada”, las risotadas del viejo la devolvieron a
medias a este mundo.
--Jajajajaja… estas celosa de la María…!!??, jajajjaaaa…!!!

Gabriela que poco a poco se iba atreviendo a todo fue y le


contestó:

--Y de que te ríes…!? Yo no lo encuentro gracioso…!!

--Es que de la forma en que te refieres a ella como “con esa


mujer” das a notar que estas celosa de esa chamaca.

--Ps… ps… ps… si…! estoy celosa y que!?, -el estado de


alienamiento de la rubia era tal que ya hasta estaba
dispuesta a salir por esa puerta, la de su casa, e ir a
acostarse otra vez con su cuñado.

El viejo que ni se imaginaba lo que había en la mente de la


rubia se dio a calmar la situación:

--Escúchame Gabriela… entiende que tu eres mi zorra…!, mi


yeguaa…!!, mi putaaaa…!!!, o sea mi mujerrrr…!!!!, y como tal
debes obedecerme en todas las decisiones que yo tome…

Dentro de su estado a la rubia igual le gustaron las palabras


del vejete olvidando sus insensatas reacciones.

--Bueno, si yo realmente soy todo eso que Usted dice


entonces despácheme a María de ese viaje y lléveme a mí. –
Gabriela de verdad que quería saber si ella verdaderamente
era o no era la zorra o la yegua de don Cipriano, tal como él
lo decía.

El viejo Cipriano ya algo aburrido con la actitud de la rubia


se propuso a darle un corte final al asunto del famoso viaje.

--Mira rubia, ya me estas aburriendo con este ataque de


celos baratos, eres tú la que se ha mantenido todo este
tiempo solo quejándote y sin querer ponerte a coger, yo
voy con mi sobrina porque ella sabe negociar y no por otra
cosa, si me crees bien, y si no me crees me da exactamente
lo mismo.

--Cipriano…por favor llévame a mí y no a ella…, -le volvía a


rogar la ex casada intentando hacer cambiar de parecer a su
don Cipriano, muy al fondo de su mente temía que si no
evitaba ese viaje de su macho con María ella volvería a
cometer otra de sus estupideces.

--Ya te dije que noooo…!!! Mira haremos lo siguiente… te


dejaré un dinerito para que te vayas a un centro comercial y
te compres unos trapitos que te hagan ver de lo mas
buenota para cuando yo llegue, haré este viaje con María y
ya de vuelta verás que cambiaran las cosas, pero tú también
debes poner de tu parte y dejarte de tanto lloriqueo.

La rubia percatándose que de nada servía seguir rogándole,


lentamente se paró de la mesa para ir a sentarse a uno de
los sillones a meditar de la situación, el viejo por su parte
prendió la TV y se puso a ver los mejores goles de la
semana.

Mientras la bella Gabriela en forma meditabunda se daba a


inconscientemente comerse un par de uñas femeninamente
bien cuidadas pensaba en lo del viaje de su nene con su
sobrina. Creía entender que Cipriano estaba dispuesto a
atenderla una vez que llegara del viaje, según sus propias
palabras, además que en parte pensaba que este era su
castigo por haberse imprudentemente estado revolcando
con su cuñado hace algún tiempo, y pero que haría ella
estando sola por 5 días?, lo más seguro era que don Pedro
de alguna forma se las arreglaría para meterse al interior de
su casa y cogérsela todas las veces que él lo quisiera, y
quizás que otro tipos de barbaridades más le haría,
recordando lo del ordeñamiento a sus tetas, así que ya una
vez de aceptar muy en su contra la situación tal como
estaba le habló a su macho.

--Nene… si, tienes razón, te prometo que nunca más te haré


problemas en las decisiones que tú tomes, -le dijo mirando
al suelo, además que le iba a hacer una solicitud con la
única finalidad de borrar de su mente esos inmensos
ánimos de venganza erótica que por unos momentos se
habían apoderado de su persona.

--Así es culona, así es… me alegra que entiendas cuál es tu


posición en esta casa.

--Pero solo te pediré un favor…!, -le dijo ahora mirándolo


con cara de mal humorada.

--Dime que mierda estas pensando ahora?, y que sea rápido


mira que ya vienen las mejores jugadas, jejejeje…

--Estos días que estaré sola los iré a pasar a la casa de mi


amiga Lidia, no me gusta estar sola y menos por tantos días,
que dices? Me dejas?.

--Ahhh…!, claro que recuerdo a esa otra yegua, Jejeje, pero


no se les ocurrirá al estar solas salir por ahí, mira que como
están los tiempos hoy en día no faltaran los pendejos que
se las querrán ir a chingar a las dos juntas, jajajaja…!!!!.

--Noooo…!!!, como piensas eso…!!!, mira te dejo el teléfono


de su casa para que me puedas llamar ahí o al celu a la hora
que tu lo quieras, solamente iremos al Mall a comprarnos
algo con ese dinero que me dejaras.
--Yo confío en ti mi yegua, así que por mi parte no hay
dramas, jejejeje…

------------------------------------------------------

El mismo día en que don Cipriano se largó con María,


Gabriela juntó las pocas cosas que iba a necesitar y también
se largó en su camioneta a la casa de Lidia antes de que su
odioso cuñado se dejara caer por su casa, porque
obviamente el sabía que la rubia estaría solita por 5 días
seguidos y ella estaba segura que este iría a molestarla,
pero lo principal de su rápida huída era de que el bicho de
la venganza, a pesar de que ella no quisiera hacerlo ya se
había instalado en alguna parte de su mente.

Lidia por su parte ya estaba enterada desde la noche


anterior de la visita de Gabriela, y la estaba esperando.

Las amigas se saludaron con un fuerte abrazo, ya era casi


medio año que no se veían, por lo tanto había mucho que
conversar.

Así que después de los primeros saludos de rigor las dos


hembras estaban sentadas en los cómodos sillones del
departamento de Lidia:

--Gabriela te ves realmente bien…!, y dime qué haces…!


estas trabajando…!?

--No, no es necesario, Cipriano tiene un pequeño tallercito,


y con eso nos alcanza para vivir sin apuros, ahora el anda
viendo la posibilidad de abrir otro taller fuera del DF, en una
localidad que hay mucha industria de transporte y en donde
hay muy pocos lugares que los reparen.
--Cipriano? Ahhh… verdad que así se llama tu… tu…. –Lidia
no estaba muy segura de que termino ocupar para referirse
al amante de su amiga. Fue Gabriela quien la sacó del
apuro.

--Dejémoslo en mi pareja, jijiji…, -Gaby se reía al notar la


complicada posición de su amiga.

--Si… eso, Cipriano, así se llama tu pareja…, jijiji…, --Y


porque no lo acompañaste, debe ser entretenido ir a
realizar ese tipo de viajes…

--Debía ir con un familiar, tú ya sabes, ellos se manejan muy


bien en el asunto de talleres y esas cosas…, -esto último la
ex casada lo decía en forma seria, ya que Lidia
involuntariamente le recordaba lo de su nene con María,
preguntándose qué hubiese pasado con ella y don Pedro si
hubiera decidido a quedarse en casa.

--Y mira que tienes suerte…, -le dijo Lidia seguidamente, --


Justo la semana que viene me voy al extranjero por trabajo,
por fin me contrataron en una empresa de prestigio y me
necesitan en una de sus sucursales para hacerme cargo de
las comunicaciones…

La rubia quedó asombrada con tremendo notición,


rápidamente se le olvidaron sus aflicciones por la alegría
que le causaba que a su amiga le estuviese yendo bien en la
vida.

--Que buena onda Lidia…!, -le respondió Gabriela con


sinceridad, --No sabes lo que me alegra de que te haya ido
bien, tu siempre quisiste tener un trabajo así.
Gabriela notó un extraño silencio en la sala, al instante supo
que Lidia le quería decir algo:

--Que pasa Lidia… porque te quedas callada?

La amiga de Gaby tras unos breves segundos se decidió a


comentarle del porque de su silencio:

--Es que hay un asunto que quiero que sepas…

Gabriela cada vez se extrañaba más por tanto misterio.

--Pues dime…

--Mira, es que si no te lo digo ahora después ya no habrá


tiempo y quizás ni te lo diga… es que hace una semana
estuvo Cesar aquí en mi departamento.

--Ay no Lidia, de lo menos que quiero hablar en estos


momentos es de Cesar…, -le contestó Gabriela en forma
automática y muy segura de lo que estaba diciendo.

--Sabes?, él aun usa su argolla de matrimonio…, -y no era


que Lidia las anduviera haciendo de Cupido ni mamadas
parecidas, era solamente que ella pensaba que ese tipo de
detalles había que sacarlos a la luz.

--Por favor Lidia… no quiero hablar de Cesar…, -le insistía


Gabriela a su amiga con cara de aburrida.

--Estuvo con Jacobo… era el cumpleaños de mi hijo… y…

--Jacobo…!!?? Y como está el…!?, -los ojos de la rubia se


bañaron en lagrimas al recordar a quien si era su verdadero
nenuco.
--Está bien…! y está sano… no tiene nada y jugó mucho con
los demás niños, se nota que Cesar lo cuida mucho… pero
tiene carita de pena, bueno solo quería que lo supieras.

--Pero dime mas Lidia…!, te… te preguntó por mi?, el sabía


que las dos éramos muy buenas amigas. -Desde que ella los
había abandonado esta era la primera vez que se sentía tan
cercana a su pequeño Jacobo.

--No…! no me preguntó, pero paso algo en esa ocasión y es


por eso que te hablé de Cesar…

--Pero que es lo que ocurrió…!?, -ahora Gabriela por alguna


extraña razón si quería saber lo que tenía Lidia para decirle.

--Cesar andaba acompañado, ya sabes, algo así como una


novia o algo parecido.

--Ehhhh… Cesar es libre de hacer lo que él quiera con su


vida, no sé porque me estás diciendo esas cosas, -le
hablaba la rubia con sinceridad ya que a ella no le
interesaba ni en lo más mínimo con quien podría estar
Cesar en su ausencia del hogar.

--Lo que pasó fue que ellos se quedaron hasta un poco más
tarde, y la chica no era pesada para nada, no era fea ni
bonita, era algo así como normalita… y tuve la oportunidad
de hablar mucho con ella.

--Ya… y?, -Gabriela algo de interés tenia por saber más,


además que el saber que la nueva pareja de Cesar no era
mejor que ella la hacían sentir bien. (Cosas de mujeres)

--Ella me dijo en secreto de lo muy interesada que estaba


en concretar algo más formal con Cesar, y que incluso le
había dicho ella misma que podría ser una madre perfecta
para Jacobo…

Una profunda ira se apodero de la conciencia de la rubia en


forma casi automática y poniéndose roja como un tomate,
hasta que finalmente explotó:

--Y que se cree esa yeguaaa…!?, aquí la única madre de


Jacobo soy yoooo…!!!, -le dijo a Lidia poniendo
enérgicamente su mano en el pecho, justo un poquito más
arriba de sus tetas, --Así que si Cesar cree que…

--Tranquila amiga… no te sulfures y déjame terminar…, -


Gabriela respiraba aceleradamente, --Ella me dijo que
cuando Cesar le escuchó su proposición se había vuelto
como loco y le prohibió que en su vida le volviera a decir
una cosa como tal, le dijo que Jacobo ya tenía a su madre,
que por ahora las cosas estaban difíciles con ella, o sea
contigo, pero que él nunca iba a buscarle una sustituta para
que ocupara ese lugar que tu habías dejado.

La rubia calmándose un poco con esto último, quiso saber


más:

--Eso le dijo Cesar?

--Si amiga eso le dijo, en todo caso eso había pasado hace
algún tiempo y ahora andaban como haciendo las paces, o
algo parecido.

--Bueno si eso que dice Cesar es cierto… porque existe una


prohibición judicial de que yo me acerque a Jacobo?

--Esas son cosas de la vieja Romina, tú ya sabes cómo era


ella de dominante con Cesar, el sigue siendo como un niño,
tiene asumida la ruptura, pero no sé, esto es solo cosa mía
Ehhh, pero yo creo que el aun está enamorado de ti.

--Bueno, no sé qué cosas sentirá Cesar todavía, pero para


mí eso ya es pasado, a mí solo me interesa Jacobo, además
que yo ya tengo a mi nueva familia. -Con solo decir eso
último las caras de don Cipriano, don Pedro, María y el
chango se vinieron a la mente de la rubia cuando dijo mi
familia, y todos riéndose de ella burlonamente.

--Lo sé, pero dime Gabriela…, cual es la razón verdadera del


porque lo abandonaste? Nunca lo pude entender, si ustedes
dos eran la pareja perfecta.

La rubia pensando en las explicaciones de esto tanto de


don Cipriano y don Pedro, como que ya se estaba
convenciendo de que la única razón que existía para ella
haber abandonado a su familia era el inmenso amor hacia la
verga de su Don. Así que dejando su seriedad de lado, le
dijo media seria y media sonriente:

--Bueno… las razones del porque lo hice solamente las sé


yo, jijiji…

--Jejeje… Ok, mejor cambiemos de tema, oye que tal si


bajamos a comprar unas cervezas y luego vemos una
película…

--------------------------------------------------

Ese mismo día y casi en el atardecer el siniestro de don


Pedro Ventura se había dejado caer por la casa de su
hermano teniendo claro que su portentosa cuñada se
encontraba sola, por lo tanto le sería fácil confundirla y
cogérsela, sabía que la rubia debía andar con la concha
hecha agua por vengarse a cacha limpia de lo que le
estaban haciendo Cipriano y María, y que lo harían por 5
noches seguidas.

Con estas extravagantes ideas y luego de estar golpeando y


casi pateando la puerta de entrada en donde nadie le abrió
por más de 20 minutos, se dio a merodear por las ventanas,
las revisó una por una en donde se percataba poco a poco
que ahí no había nadie. Pero él quería estar seguro, ya que
se estuvo preparando tanto para este día que no se
convencía que la muy zorra para sus cosas de Gabriela se le
haya escabullido así como así y nada más.

Luego de ir a su viejo automóvil a sacar un par de


herramientas rodeó la casa hasta llegar al patio trasero de
esta y sin mucho trabajo pudo forzar la puerta trasera que
daba a la cocina. Revisó con el mismo cuidado en que lo
hace un delincuente habitación por habitación, y en la que
ocupaba su hermano con Gabriela hasta creyó por unos
breves minutos que al momento de entrar a ella se la iba a
encontrar desnuda y acostada en la cama diciéndole: “--Por
fin llega don Pedro… lo estaba esperando para que se
acostara conmigo y proceder a la venganza esa que Usted
quiere que yo haga…”

--Zorra…!! Zorraa!!! Zorraaa!!! Zorraaaa…!!!!, --gritó en la


soledad de la habitación, --Esta me la vas a tener que pagar
hija de la gran putaaaaa…!!!!, -seguía bufando don Pedro en
la solitaria casa de Gabriela al percatarse que ella no estaba
por ningún lado, y que en uno de sus cajones se notaba que
la muy vivita había sacado algo de ropa, por lo tanto ya
sabía que la rubia estaría desaparecida por los 5 días en los
cuales el erróneamente había pensado que se la iba a estar
cogiendo y bebiéndole toda la leche que aun le quedara en
sus chichotas.

--Ya verás yegua mal parida, ahora serás tu solita quien


vendrá a mi…, -fue lo último que dijo y se prometía el mal
humorado mecánico antes de retirarse hacia su feria a
sabiendas que Gabriela le acababa de ganar esta otra nueva
batalla.

Los 5 días pasaron rápidos. Tanto Lidia como Gabriela


estuvieron muy entretenidas en los centros comerciales
comprándose ropa, Lidia por todo lo que iba a necesitar
para llevarse consigo hacia el extranjero y hacia su nueva
vida, y Gabriela probándose una y otra vez los vestidos más
tentadores para seducir a su nene una vez que este llegara
de su viaje, aunque cuando recordaba de con quién andaba
en este rápidamente los celos la invadían y tenia que hacer
cualquier cosa para sacar de su mente esas extrañas ideas
que ahora se le venían.

La rubia de a momentos y cuando intentaba pensar con


sensatez realmente creía que esa sería la última vez que el
vejete se enredaría con una hembra más joven que ella,
además que el mismo le había dicho que pensaba dejar al
chango con la putinga de María a cargo de ese taller, por lo
tanto la tendría bien lejos de ellos, ahora con lo sabido de
su macho hasta la otra joven guarrilla esa rubia y de ojos
verdes le caía de lo más simpática.

La llegada al hogar que compartían fue casi sincronizado,


ambos llegaron a mitad de la tarde, sus ánimos eran de los
más normales, el vejete a medida que se zampaba un bistec
con tomates le daba a conocer los pormenores de las
dependencias recién adquiridas; que el chango ahorita
mismo estaba acondicionando la vieja grúa para irse con
ella en menos de dos días al nuevo taller, y que la nueva y
moderna grúa que compraron para el Pie Grande ya debería
estar por llegar en estos días, y así muchas cosas más.
Mientras Gaby también le comentaba de todo lo que había
hecho con Lidia.

Aquella noche Gabriela la dejó pasar ya que sabía que el


viejo había manejado por casi 10 horas continuas,
decidiendo que el día D era el siguiente.

Ya al otro día nuestra ex casada mientras atendía su casa en


las tareas cotidianas pensaba en cómo iba a esperar a su
macho, la mañana fue de lo más larga, y parte de la tarde
también, hasta que cuando vio que la hora se aproximaba
por fin se dio a producirse, pero esta vez lo haría con
mucho más cuidado y meticulosidad de como lo había
hecho en los tiempos en que estaba empeñada a conquistar
a Cesar.

Ya eran casi las 5 de la tarde y el viejo había quedado de


llegar a las 6 para que cenaran juntos. Así que estando
recién bañadita y solamente paseándose con su desnudo
cuerpo envuelto solo en una toalla se dedicó a secar, alisar
y planchar sus rubios cabellos, (hace rato que no lo hacía),
luego se puso un erótico conjunto de ropa interior blanca,
el calzoncito escogido era de lo mas diminuto, ya que había
recordado las mismas palabras del viejo hace mucho
tiempo atrás: “--Me encantan las viejas que usan estas
tanguitas así de pequeñitas…”.

Luego vinieron las medias, estas eran transparentes y de


color carne, lo que realzaban esas soberbias piernotas de
tonalidades doradas que se gastaba la casada, para
finalmente embutir su soberano cuerpazo en un ajustado
vestido tipo mini de color azul rey que le llegaba hasta un
poquito mas arriba de sus dos pedazos de muslos,
solamente enseñando lo suficiente, para finalmente calzarse
unos femeninos y pequeños zapatos con taquito del mismo
color del vestido, pero es que estando vestida de aquella
forma nuestra casada se veía tan perfecta que bastaba con
solo mirarla un poco y hubiera hecho enloquecer de
calentura desmedida a cualquiera, ya que por lo ajustado y
estirado que se notaba el vestido en sus carnes este
realzaba aquellas exquisitas curvas muy bien puestas y sin
ningún signo de imperfección que ella criminalmente se
cargaba, pero lo que más hacían resaltar esta endemoniada
prenda femenina eran sus vistosas y bien formadas
caderotas que quien las viera no se aguantaría las ganas de
posar sus manos en ella sin importar que después de esto
tuviera que morir en la guillotina. El macho que osara a
hacerlo moriría feliz y tranquilamente, sin la necesidad de
plantar un árbol o leer un libro.

Una vez que semejante ejemplar de hembra hecha para


pecar con ella de las formas más carnales y mundanas
imaginables estando sentada al frente de su espejo se
dedicó a muy finamente maquillarse. En su cutis hizo
solamente lo necesario que no fue mucho, pero donde si
puso énfasis fue en sus ojos, con un lápiz de esos que se
usan para estos fines los dibujó casi a la perfección dejando
una leve rayita hacia atrás de sus lagrimales haciéndolos ver
casi hipnotizantes, luego le tocó turno a sus parpados
superiores los cuales los sombreo suavemente con un
exquisito color café claro no muy bien definido, y terminó
poniéndose en la forma de lo más delicada rímel en sus
pestañas. Amigos míos les juro que nuestra Diosa
nuevamente estaba de vuelta.

Una vez que hubo terminado se dio a mirarse una y otra vez
al espejo en forma vanidosa y de distintos perfiles,
retocando cualquier imperfección que se le pudiera haber
pasado, total aun faltaba para que su nene llegara del taller,
ella estaba casi segura de la reacción de este cuando la
viera en tales condiciones ya que hacía bastante tiempo en
que ella no lo había hecho de esa manera.

Fue en eso que su celular comenzó a sonar en forma


insistente, tuvo las verdaderas intenciones dejar que la
persona que la llamaba se aburriera y que la llamara otro
día, pero algo le indicó que esa llamada debía ser
contestada, así que una vez que tomó el celular se pudo
percatar que la llamada era de Pablo, en forma extrañada se
dio a contestarle:

--Hola…!, -Gabriela en un principio no entendía nada de lo


que le decía el chango. --Pablo… que…?, no te entiendo…
cálmate si?, -la rubia poco a poco se iba poniendo nerviosa,
algo no andaba bien ya que el chango estaba tan alterado
que ni siquiera podía hablar claramente y lo que lograba
hablar lo hacía casi a gritos. --Que me estas
diciendoooo…!?, pero que fue lo que ocurrioooo…!!?? --
Nooooo…!!! No cortes…!!! Dame la direcccionnnn…!!!

Luego de eso la rubia en las mismas condiciones antes


descritas y en un estado totalmente de desesperación y
alarma cogió su bolso, las llaves de su camioneta y salió
disparada de la casa. Solo a una cuadra de haber avanzado
rápidamente en su camioneta creyó ver a don Pedro
caminando cerca de su casa, pero esa situación por ahora
era lo que menos le importaba.

(Una hora antes, al interior del taller mecánico)

--Oye chamaca… y donde están todos, este taller parece


que estuviera muerto, -le consultaba don Pedro a María en
los momentos en que la chica se retiraba.

--Mi tío ya debe estar por llegar, anda con el chango


probando la grúa nueva que llegó hoy día, y los viejos ya se
fueron todos.

--Ahhh ya veo, creo que esperaré a Cipriano en su oficina, -


el vil mecánico notaba que todo estaba saliendo a la
perfección según había calculado.

--Bueno, yo ya me voy, si Usted se va y no han llegado no


olvide dejar bien cerrado.

--Descuida sobrina… descuida… jejejeje…

El asqueroso sujeto había estado esperando este momento,


él bien sabía que su hermano no estaba en el taller en esos
momentos, es por eso que una vez que vio salir a la chica
del taller rápidamente sacó de entremedio de su overol y su
camisa percudida la carpeta con el informe médico de
Gabriela en el cual decía los motivos de la perdida que ella
había tenido.

Sigilosamente abrió la puerta de la oficina y dejó el informe


en el mismo escritorio de su hermano preocupándose que
este quedara ubicado lo mas visiblemente posible para que
apenas Cipriano entrara lo viera y leyera lo que había
adentro.
Luego de eso el vejete entre nervioso y caliente se fue en
dirección a la casa de la rubia y se quedó merodeando por
el sector, estaba seguro que su hermano apenas se enterara
los motivos del aborto espontaneo de la rubia, se vendría a
la casa en el acto a darle la pateadura de su vida a la muy
sinvergüenza para luego botarla de la casa como a una
perra, y ahí estaría él para brindarle su ayuda, pensaba y se
sobaba las manos el miserable hombre mientras se
acercaba al hogar en donde se sucederían los
acontecimientos, ni siquiera le preocupaba andar vestido
con el mismo atuendo de siempre y todo traspirado y
hediondo tanto a cuerpo como a grasas y líquidos de
motores.

Justo en esos momentos a las afueras del Pie Grande don


Cipriano se bajaba de la nueva grúa adquirida, dándole sus
instrucciones al chango:

--Sácale todos los accesorios pendejo y luego la guardas


mira que mañana se va al seguro, y esos zorrillos se roban
todo lo que pueden del interior del vehículo.

--No se preocupe mi jefe… los dejaré bien guardados y


luego la entro al taller.

--Ok, cuando estés listo te pasas a la oficina para que nos


bebamos unas cervezas antes de irnos, Jejeje…

Don Cipriano venía llegando casi en las mismas condiciones


que su hermano, había sido un día agotador, así que luego
de sacar una corona heladita de su mini refrigerador se
echó como una bestia en su asiento.
En forma automática su enrojecida mirada dio con una
extraña carpeta color café cartón, que estaba puesta frente
de él como si quien la dejó ahí lo había hecho para que él la
leyera en el acto. Siempre bebiendo cerveza la tomo y la
abrió para ver de se trataba esa mamada.

Al principio no sabía de qué mierda se trataba, pero luego


cayó en cuenta que era un informe clínico, al ver en los
inicios el nombre de su mujer pensó que había sido ella
quien lo pudo dejar olvidado, pero como fue la curiosidad
quien mató al gato, el mecánico no pudo dejar de leer lo
que decía mas abajo:

“La señora Gabriela Ramos a reconocido haber mantenido


relaciones sexuales con su cónyuge estando embarazada a
pesar de las recomendaciones medicas prescritas
produciéndose por este efecto la perdida espontanea de…”

El vejete tras la primera leída comenzó a traspirar helado, ya


que eso no le cuadraba para nada, si él no la tocaba desde
que el médico con cara de maricon les había dicho que no
era recomendable.

En la segunda repasada ya estaba temblando entero


creyendo que la muy puta de Gabriela se había acostado
con un tipo que no era él, a la vez que se sentía como un
idiota por haber respetado en todo este tiempo las
indicaciones medicas, siendo que la muy conchesumadre se
andaba revolcando a diestras y siniestras con cuanto
pendejo se le pusiera por su camino, pensaba en forma más
o menos errónea.

Y al estar terminando la tercera leída ya comprendía todo lo


ahí escrito, su respiración era pesada y ahora resoplaba aun
más fuerte de cómo lo había hecho en los mejores
cogidotas de su vida, hasta que en una autentica reacción
de macho mal herido tomo la botella de cerveza lanzándola
con fuerzas contra la puerta de su oficina reventándose en
esta y saltando los vidrios en distintas direcciones, para
luego y junto con ir poniéndose de pie tras botar esa
carpeta al bote de la basura vociferar con toda la fuerza que
le permitían sus pulmones:

--Gabrielaaaa…!!!! Maldita zorra asquerosa te voy a


matarrrr… desgraciadaaaaaa…!!!!!!!!!!!!

Resoplando como un toro embravecido el viejo como pudo


buscó en los cajones de su escritorio la llave de su caja
secreta en donde tenía guardada una vieja pistola que hace
años le había comprado a un drogadicto solo por
precaución, el no estaba para explicaciones de poca monta
que seguramente le iba a dar esa inmunda puta barata que
tenía metida en su casa, se la iría a despachar orita mismo,
el no estaba para que se rieran en su cara, se decía una y
otra vez.

Pero el pobre Cipriano ni siquiera alcanzó a encontrar la


llave de su cajón secreto ya que un fuerte dolor en el pecho
lo hicieron doblar su obeso cuerpo quedando agachado y
con una rodilla puesta en el piso, luego de eso sintió que su
estomago se revolvía y que se iba a vomitar entero hasta
que simplemente se desplomó aun lado de su desordenado
escritorio. El viejo se estaba infartando.

El chango al sentir el atarzanado grito de su jefe


(“atarzanado”, de Tarzán de la selva), pensó que este lo
estaba llamando para otra vez ponerle una regañiza por
algo, así que corrió lo más veloz que pudo para ver qué era
lo que le pasaba a su jefe y al abrir la puerta de la oficina lo
encontró respirando en el suelo y agitadamente, el viejo
tenía los ojos en blanco y su larga y gruesa lengua afuera
mientras era víctima de espasmos incoherentes en su obeso
cuerpo.

El chango que no estaba acostumbrado a tomar decisiones


rápidas esta vez sí lo hizo, él no sabía que don Cipriano
estaba siendo víctima de un paro cardio-respiratorio, pero si
caía en cuenta que algo bueno no le estaba pasando, por lo
tanto acercó a la oficina lo más cerca que pudo uno de los
vehículos que estaban en reparación y como pudo lo
arrastró hasta subirlo llevándoselo lo más rápidamente
posible a un hospital.

Fue a un sorprendido Pablo a quien los doctores le


notificaron que don Cipriano Ventura había sufrido un
infarto cardiaco fulminante, y que debido a su gravedad era
necesario llamar a su familia más cercana, fue en ese
momento en que el chamaco atinó en llamar a Gabriela,
luego de eso le dio aviso a María.

--Donde está él…!! Donde lo tienen…!!!!, -fue lo primero que


le consultó Gabriela al chango una vez que llegó al hospital
después del aviso del chamaco, la casada venía con sus
azules ojos llorosos.

--Lo tienen aislado en esa sala, -le decía el chango a la


rubia, --Y está conectado a unas maquinas extrañas,
también le pusieron en su cara una cosa de esas que usan
los pilotos de avión a chorro…

--Que te dijeron los médicos…!!??, -Gabriela entendía


perfectamente lo que Pablo le explicaba con sus palabras.
--Que había sufrido un infarto fulminante y que su
condición está muy delicada, por eso la llamé a Usted de las
primeritas, sabe?

--Gra… Gracias… hiciste bien… de verdad que te lo


agradezco…!!, -la rubia estaba que se largaba a llorar.

--Señora Gabriela…, -le decía el chango a la misma vez que


tragaba saliva por tener tan cerca de él a la mujer de su jefe,
la misma que él una vez vio completamente desnuda
mientras cogía con el Don, claro que esto había sido por un
breve lapso de tiempo, 1 o 2 minutos quizás, pero que
fueron los suficientes para otorgarle las mejores pajas de su
vida, y ni que decir de cuando la vio acostada en su propio
departamento, cuando la espiaban con María, el chamaco
prefirió seguir diciéndole: --Yo ahorita me voy a cerrar el
taller, deje todo abierto antes de traérmelo… luego paso a
mi rancha a limpiarme un poco y me vengo enseguida.

--Ve tranquilo Pablo, yo me quedaré a estar con él…

En eso la exótica rubia con su ajustado vestido azul en el


acto se dirigió a la sala en donde tenían a su nene, mientras
el chango no pudo evitar quedarse mirando con la cara
descongestionada a ese tremendo cuerpazo de mujer que
iba moviendo todas sus curvas en un azulado atuendo que
sobresalía para el lugar en donde estaban.

Antes de entrar a la sala Gabriela fue interceptada por un


joven médico vestido completamente de verde, quien antes
de hablarle tampoco pudo dejar de comérsela antes de
hablarle:
--Señora… buenas tardes, es Usted algo del paciente?,
porque tiene prohibida las visitas, incluso ni el mismo chavo
que lo trajo pudo entrar a verlo.

--Soy… soy su esposa, -le dijo la quebrada rubia con un


hilillo de voz…

--Ahhh…! Perdón…! entonces si puede pasar… Usted es la


única que puede acompañarlo….

--Gracias…!

--Pase… pase…, -le decía el joven galeno abriendo la puerta


de la sala para que esa Diosa sin igual entrara a ver a ese
pobre desgraciado que según las palabras de la hembra era
su esposo.

--Ci… Ci… prianoooo…!!!, Snifsssss…!!!, -pudo gesticular a


medias la rubia antes de ponerse a llorar al ver a su macho
en tales condiciones. El viejo estaba lleno de sondas y con
un ventilador mecánico.

--El señor ha sufrido un paro cardio respiratorio, y su


situación es muy delicada…, -el galeno intentaba ser lo más
suave posible debido al grave estado del paciente.

--Q… que… que tan delicada es su situación Snifffssss…!, -le


consultó la rubia mientras se limpiaba las lagrimas con un
pañuelo.

--Muy delicada, aunque hay unas leves señales de mejora,


pero lo mejor es no hacerse ilusiones, lo mejor por ahora es
dejarlo descansar, solo acompáñelo y no le hable. Junto con
esto el atento doctor acercó una silla a la cama del enfermo
para que su mujer se sentara.
Antes de salir y aprovechándose del estado de la pobre
mujer, el caliente medicucho se dio a mirarla una y otra vez
sobre todo esas fabulosas piernotas enfundadas en medias
naturales que daban ganas de lanzarse a ellas y
mordérselas, por lo que prefirió salir de esa sala.

Después de unos cuantos minutos otra vez las lágrimas


corrían por el fino cutis de Gabriela mientras cariñosamente
le tomaba una de sus peludas manazas con sus dos
delicadas manitas.

--Ciprianooo…!, mi Don…!! No se me vaya a ir ahorita…!!


Sniffssss…!!

En su lamentable estado el vejete creyó conocer esa frágil


voz de puta arrepentida que le hablaba, y cuando a duras
penas logró abrir sus enrojecidos ojos con fuerzas empuñó
su mano corriéndola bruscamente de las suaves manos de
Gabriela.

La rubia notó al instante esta brusca reacción, pero pensó


que era producto de su delicado estado y cuando intentó
hacerlo por segunda vez nuevamente el embrutecido viejo
volvió a soltársela, la ex casada creía ver un extraño brillo de
odio en su mirada mientras sus ojos se miraban.

En eso estaba la ahora extrañada hembra cuando notó que


alguien estaba parada a un lado de ella, y al girar su azulada
mirada se encontró con María que estaba también con sus
ojos llorosos, pero a la vez muy seria.

--Gabriela… lo siento… de verdad que lo siento


muchoooo…!!!
--No te preocupes María… pero por favor déjanos solos,
después podremos hablar.

Luego de un breve e incomodo silencio fue la chica quien le


hablaba a Gabriela.

--Yo no tengo nada que hablar contigo Gabriela…, y la que


debe abandonar la habitación eres tú.

La casada fue girando poco a poco su cara para quedarse


mirando con rabia a María, pensando que la muy descarada
a parte de haberse acostado con su macho ahora la muy
guarrilla se figuraba que tenía más derechos que ella.

--Pero que cosas me dices…? no entiendes el momento en


que estamos…

--Claro que lo entiendo Gaby, -le cortó la morena chica, --


Pero qué prefieres?, que te saque yo con un poco de
dignidad, o prefieres que te saquen los guardias?

--Y porque me van a sacar los guardias!?, -Gabriela no


entendía a que se refería María.

--Gabriela… mira por favor hacia al otro lado de los


cristales… hazlo disimuladamente… sabes quién es ella no?.
-La rubia casi se desmayó al ver el gordo y bajo cuerpo de
la esposa legal del viejo, la sexagenaria señora venía toda
vestida de café oscuro, y con un tomate en sus cabellos
canosos. --Mi tía Ernestina le ha explicado a los médicos
que ella es su esposa y trajo el certificado de matrimonio,
les ha dicho que tu solo eres una puta, que solo te miraran
como andabas vestida, y fui yo quien se ofreció a pedirte
que salieras, ya que habían llamado a los guardias. –Por
favor Gaby despídete de mi tío y sale sin hacer escándalos,
si de verdad lo quieres no hagas algo indebido.

La rubia no entendía que mierda estaba pasando, todos


ellos estaban locos, si se suponía que era ella la mujer de
Cipriano, de reojo se daba cuenta que la vieja esposa del
hombre que estaba acostado en esa camilla venía
acompañada de un ejército de familiares y amigos del viejo
ese con quien ella se acostaba, ya que después de todo este
tiempo esta era la primera vez que se daba cuenta de la
verdad única y esta era que ella simplemente no era nadie
ante esa particular situación, gradualmente lo fue
comprendiendo con más claridad, ella simplemente era una
mujer de pocos principios que se había metido con un
hombre casado, incluso siendo capaz hasta de haber
abandonado a su propia familia con hijo incluido por llevar
a cabo sus propias zorrerías, ya que así se sentía nuestra
casada en aquellos momentos, se sentía como una
verdadera y pobre zorra sin escrúpulos.

Una quebrada Gabriela lentamente se fue parando de esa


silla que no le correspondía para cedérsela a quien con
documentos en manos reclamaba ese derecho, para luego
lentamente ir alejándose de esa camilla, momento en el cual
comenzaron a entrar todos los familiares del viejo con don
Pedro y el chango incluidos quedando ella al margen y
excluida contra un blanco muro y viendo con sus ojos
vidriosos como la vieja entraba con toda potestad
moviendo su regordete cuerpo hacia los lados mientras
avanzaba al frente de ella para terminar sentada a un lado
de su marido (el de la vieja), en la misma silla que ella antes
había ocupado.
La petrificada rubia sintió como su corazón se despedazaba
en mil pedazos cuando en forma desquiciante vio como la
gorda esposa de don Cipriano le tomaba una mano al
vejete, tal cual como lo había hecho ella, pero que esta vez
el viejo se la correspondía, y que para rematarla este mismo
sacando fuerzas no sé de donde, levantaba su otra mano y
la posaba sobre la mano de su mujer quedando ambos con
sus manos entre lazadas.

Gabriela ya no pudo aguantar más simplemente salió


caminando rápidamente de la sala para irse a llorar
audiblemente con sus manitas puestas en su cara al medio
del pasillo del centro hospitalario.

El joven doctor vestido de verde lamentaba toda esa


situación, y por un momento dejando su calentura de lado
se dio a ir a hablarle a aquella Diosa desterrada:

--Señora… mire, yo no sé muy bien de que se trata todo


esto, pero la otra señora trajo un certificado de matrimonio,
y ante eso yo no puedo hacer nada.

Por respuesta lo único que obtuvo el médico fueron los


sollozos de la hembra.

--Creo que lo mejor que podría hacer Usted es retirarse


para su casa, esa familia debe vivir este momento en
tranquilidad…

--No se preocupe…!, si yo entiendooo…!! Sniffssss…!!, -pudo


decir Gabriela entre sollozos.

--Si quiere puede venir mañana a pedir información, eso sí


podemos hacerlo…
--Gracias… y no se preocupe, yo ya me retiro, –le dijo
finalmente la humillada rubia.

Ya eran las más de las 9 de la noche, las horas habían


pasado rápidas, y Gabriela antes de irse para su camioneta
no supo porque motivos en forma neurótica pasó a
comprar una cajetilla de cigarros. Claro, la estaba pasando
tan mal la pobre que en evocación a sus recuerdos
estudiantiles sintió una tremenda ansiedad por sentir un
buen poco de nicotina en su loable cuerpazo, ya que el solo
hecho de no saber cómo se le darían las cosas en su vida a
partir de ahora la llevaron a sentir unas tremendas ganas de
fumar, un mal habito que ella ya había dejado hace 10 años,
o un poco menos a lo mejor.

Una vez que ya estuvo al interior de su camioneta la rubia


no sabía que mierda hacer, luego de haber encendido la
radio poniendo música suavecita solo se dedicó a fumar y
fumar esperando que pasaran las horas, con la ilusión de
ver salir del centro asistencial a toda esa gentes que la
habían humillado, y para así poder ella ir y estar un rato con
su nene. Claro que con solo recordar la forma en que este
se había aferrado a las manos de su vieja esposa y no a las
de ella le daban ganas de subir a la sala y desconectar ella
misma todas las maquinas que estaban conectadas a su
cuerpo no importándole hacerlo en las mismas narices de
toda esa gentuza.

En estas contradicciones estaba la rubia cuando ya eran casi


las 1 de la madrugada y ella en forma lucida seguía
vigilando la entrada del edificio en donde estaba
hospitalizado su don Cipriano, fue en eso que sintió que
alguien le tocaba el vidrio de su vehículo.
Gabriela rápidamente bajó el vidrio pensando que a lo
mejor era alguien del hospital para solicitarle que por la
avanzada hora que ya era le pediría que se retirara, pero sus
ojos dieron con la desalineada figura de su cuñado, este se
notaba tan mugriento como siempre pero con la única
diferencia que se había cambiado el overol por unos viejos
pantalones de vestir de color gris, estos estaban gastados y
percudidos, como también la camisa que traía puesta no
era muy diferente a la que usaba a diario.

El viejo estaba parado a un lado del vehículo de la rubia


mirándola con dos vasos de café humeando, y cuando vio
que ella bajó el vidrio fue cuando este le habló:

--Hola rubia… te traje un café, de verdad que lo siento por


lo que estas pasando y por lo que pasó allá adentro hace
algunas horas, Jejeje…

Gabriela en el acto sacó el seguro interior del vehículo y


bajó de este para preguntarle en forma tranquila, ya que a
estas alturas ya casi todo daba lo mismo:

--Que se ha sabido…? Como esta su hermano?, -le consultó


a la misma vez que le recibía el vaso con café, extrañamente
para Gabriela ella ya no podía referirse tan suelta de cuerpo
a la persona del viejo como: Cipriano, o su nene, o su
pareja, por fin caía en cuenta que ellos no eran nada, aun
así no es fácil para una hembra o para un macho
desentenderse así como así de una persona con la cual uno
ha tenido algo más que una simple relación, entienden
verdad?, por algo ella aun estaba ahí.

--Dicen que podrá mejorarse, pero no es seguro, la neta


que no se qué mierda va a pasar ahora rubia, -esta era una
de las muy pocas ocasiones en que el viejo Pedro le
hablaba con sinceridad, aunque detrás de ese dejo de
solidaridad aun estaban las ardientes intenciones del astuto
viejo, que la situación se le había ido de las manos, él nunca
pensó que al culero de Cipriano se le iba a ocurrir infartarse
al enterarse de la infidelidad de Gabriela, el solamente había
querido que la echaran de la casa.

--Pero esta consiente…?, -la casada con mucho cuidado


puso sus labios en el borde del vaso de café humeante para
probarlo, incluso estaba agradecida para la atención del
asqueroso vejete.

--De a ratos, luego vuelve a desmayarse o se queda


dormido, la verdad que no lo sé rubia, pero no te
preocupes, mi otra cuñada lo está cuidando muy bien,
jejejeje…

El muy miserable le decía esto para enardecerla, y ver si


bajaba la guardia, ya que pensaba que al estar todos en el
hospital con Cipriano, este sería el momento ideal para que
ellos se fueran a coger a la casa de su hermano, además
que al tenerla frente a él y apoyada en la camioneta con ese
ajustado vestido azul que le dibujaba todas las infernales
curvas de su cuerpo sentía como su verga se movía y
buscaba acomodarse mejor para seguir parándosele.

--Y como le harás de ahora en adelante rubia?, ya viste que


mi hermano no hizo ningún problema para que te botaran
de la sala, además que recibió de muy buena forma a su
mujer, te diste cuenta de eso verdad?, -el viejo junto con
decirle lo ultimo sacó de uno de sus bolsillos una pequeña
botella de aguardiente y le echó a su vaso, --Quieres un
poquito?, -ahora le ofreció a la rubia.
--Él… él tendrá sus motivos…, --Ehhhh… bueno échele un
poquito a mi vaso, está haciendo mucho frio.

--No seas estúpida rubia…, -le decía el vejete a la misma vez


que le echaba aguardiente al vaso de Gabriela, --Mi
hermano no te quiere, solo te usa… ahora el está feliz de la
vida allá adentro con toda su familia y tu aquí sola y
esperando a ver como sigue y ni siquiera te dejan entrar…

--Eso lo veré yo con él una vez que ya esté un poco mas


recuperado…, -a pesar de sus palabras la casada entendía
que mucho de cierto tenían las odiosas palabras de su
cuñado por lo que no la pensó para mandarse un buen
sorbo de café con aguardiente para ver si así un poco
mareada podía sobre llevar mejor la situación.

--Ps… te volverá a poner los cuernos, como no se iba a


infartar después de todas las cogidas que le puso a la María
en su viaje, acaso no has pensado en eso?, -ahora el astuto
de don Pedro volvía a sacar su botellita milagrosa y le
echaba mas aguardiente al vaso de la hembra quien
inconscientemente se lo ponía para que el viejo le diera mas
alcohol.

--Don Pedro… por favor ya no le siga… e… estoy… muy…


muy sensible… Sniffssss…!!!, -la rubia tras beberse de un
solo trago todo el contenido del vaso se puso a sollozar con
una de sus manitas tapándose los ojos y en la otra con el
vaso vacío.

--Ya… ya… rubia no llores, solo te lo digo para que de una


vez por todas abras los ojos…, -el viejo con solo ver el
lamentable estado emocional de la hembra tiró su vaso al
suelo y la abrazó en forma de consuelo, intentando no
rosarla con su verga parada para no asustarla.

--Es… es que yo lo a… amaba Snifsssss… de verdad que yo


lo amabaaa Snifsss…!!! Snifsssss…!!!!

“—Yo lo amabaaaaaa…!!!!!!!”, -se gritó el viejo Pedro para


adentro, estas sí que eran buenas noticias se decía mientras
con sus ojos cerrados se daba a sentir las carnes de sus
caderas y cintura mientras la mantenía bien abrazada.

--Discúlpeme… pero de verdad que ya no sé ni que


pensar…, -le dijo Gaby a los pocos segundos
desenlazándose de ese pequeño y fraternal abrazo que
tanto había necesitado no importándole que este viniera de
tan horrendo y descarado hombre.

--No hay dramas ricura, tu ahora tienes que estar


tranquila… dime que harás…?

--Por ahora me quedaré aquí en el hospital… voy a esperar


por si pasa algo…, -junto con decir lo ultimo la rubia
retocaba sus mejillas, en las cuales ya habían notorios
riachuelos negros producto del rímel corrido por las
lagrimas.

--Mmm… bien yo te acompañare…! Si es que no te molesta


claro, Jejeje…

Gabriela llorosa y todo no pudo evitar reírse débilmente ya


que ella captaba porque lo decía el viejo, y en esos
momentos no dejó de sentirlo gracioso.

--Está bien…, -le dijo ya un poco mas recuperada, --Pero


por favor no confunda las cosas…
--Ni que se diga rubia, ni que se diga… ps… no faltaba
más… en estos momentos uno no puede andar pensando
ese tipo de mamadas… mas café?, -le consultó apuntándole
hacia el quiosco donde los vendían.

Gabriela con don Pedro esperaron al lado de la camioneta


bebiendo café con aguardiente para capear el frio de la
noche, ambos hablando de cosas sin importancia, pero el
viejo en cada momento la platicaba de las andanzas de
Cipriano con ciertas chamacas, mas la rubia solo lo
escuchaba tragando las buenas porciones de aguardiente
que su ex casi cuñado a cada momento le echaba en el
vaso, claro que ella estaba en guardia que el viejo quizás no
le estaba dando alcohol para capear el frio, así que se sentía
segura, ella estaba controlando la situación.

Fue en el momento en que el viejo ya venía de vuelta de


haber ido a comprar más café cuando Gabriela casi
enloquecida de una mal sana curiosidad se atrevió a
realizarle una sola pregunta.

--Don Pedro, necesito hacerle una pregunta…

--Pus dime lindura…!

--Eso niña de ojos verdes y de pelo negro que la


acompañaba cuando Cipriano dio una fiesta en el taller…, -
la rubia intentaba buscar las palabras para hacer la
pregunta

--Ahhh… tu me hablas de la Evelin…!, -intervino el viejo a la


vez que le pasaba el vaso.

--Si, de ella misma, recuerdo que Cipriano bien conocía su


nombre a pesar de que supuestamente esa era la primera
vez que Usted la llevaba…, --Ehhh no gracias… ya es
suficiente para mi, -le dijo Gaby cuando el viejo otra vez se
aprontaba para echarle más alcohol en su vaso.

--Que pasa con ella…?, -quiso saber el vejete.

Gabriela se la pensó por algunos segundos antes de


formular su pregunta, hasta que atacada por un extraño
nerviosismo en su estomago fue y se la soltó:

--E… E… Ella con C… Ci… Cipriano… t… ta… también lo


hicieron…?

El vejete encontró excelente semejante pregunta para sus


oscuros propósitos, se sentía muy bien al estar con su
hermano casi muriéndose y el manteniendo semejante
conversación con la buenota hembra que este tenía por
mujer y mas encima bebiendo aguardiente, aunque la rubia
ya le había frenado con lo ultimo por haberse sentido un
poco mareadita.

--Jejeje…!, no seas masoquista contigo misma rubia, y para


que quieres saber eso?, -el viejo encontraba lujurioso que la
rubia le soltara sus dudas.

--Solo quiero saberlo… di… dígame… ellos se a… cos…


acostaron?

-Ps…ps… lamento decirte que si… también se acostaron…!, -


desembuchó don Pedro de una y sin asco.

La rubia con sus temblorosas manos encendió otro


cigarrillo, el viejo por su parte se daba cuenta de su estado.
--Y tiene alguna foto de eso…?, -le preguntó a la misma vez
que expulsaba el humo de sus labios a un lado de donde
estaban ellos.

--Ps si mi reina… claro que si, estas mamadas son muy


útiles, -le iba diciendo el miserable hombre a la misma vez
que sacaba su celular para buscar un par de fotos que les
había sacado a ambos por el tiempo en que se las habían
llevado al negro Felipe.

--No…! no es necesario que me las muestre, solo quería


saber…--Don Pedro creo que lo llaman…!. -La rubia desde
su ubicación vio que en la iluminada salida del edificio
hospitalario estaba reunida toda la familia de don Cipriano,
y que eran unas 30 personas más o menos, y al medio de
ellos estaba doña Ernestina vestida de café mirando hacia
donde estaba Gabriela con don Pedro, era María quien le
hacía señas a don Pedro para que este se acercara a ellos.
La chica encontraba imprudente por ahora acercarse a
Gabriela.

--Espérame aquí rubia, no te me vayas, iré a ver de qué se


trata esa chingadera y vuelvo prontito.

Gabriela con desgana y encendiendo otro cigarrillo se


quedó mirando como el viejo se reunía con el grupo de
familiares en donde era la esposa de don Cipriano quien
más hablaba con el asqueroso de don Pedro claramente
hablando de ella ya que creía ver como la vieja gesticulaba
y apuntaba en su dirección.

(En el grupo de familiares)


Unos minutos antes la esposa de don Cipriano una vez que
estuvo afuera del pabellón de hospitalizados recién pudo
ver con quien estaba conversando su cuñado con tanto
entusiasmo, solo se dio a mover su cara hacia los lados en
forma negativa, aun así le pidió a María que lo llamara.

El viejo apenas llegó al grupo de familiares quiso saber que


pasaba:

--Que hay cuñada, como sigue mi hermano…?, jejejeje

--Lo han desahuciado…!, es para eso que te llamaba…!, -la


señora a pesar de tener sus ojos con lagrimas mantenía la
calma, incluso hablándole con serenidad.

--Quesee…?, pero que mamadas son esas Ernestina…?

--Lo que escuchas Pedro, se va a morir, su corazón está muy


agotado y ya no da para más, y como no sabemos para
cuándo ocurrirá… decidimos que nos lo llevamos para la
casa, si se va a morir que muera en su hogar donde le
corresponde y con su familia, no en un hospital…

--Pero y cuanto le queda a este pendejo!?,

--Dos o tres días como máximo… así que para esto te


llamaba…, -la pobre vieja regordeta le costaba pronunciar
las palabras que le iba a decir a su cuñado.

--Para qué cosa?. –insistía don Pedro con cara de enojado.

--Escúchame Pedro… Cipriano las dos últimas horas no ha


parado de llamar a esa mujer, -le dijo moviendo su cabeza
para donde estaba la rubia, --Así que como aun no llega el
chango con la ambulancia que arrendamos, necesito que
vayas y le digas lo que está ocurriendo, aparte de eso dile
también que tiene 15 minutos para ir a despedirse de él, y
que lo haga rápido, porque a mi casa no va a entrar.

El miserable mecánico se quedó pasmado con las noticias


que le estaba dando su verdadera cuñada, hasta que
reaccionando a la situación le contestó:

--Está bien… le iré a decir…!

Gabriela desde su ubicación ahora veía que su ex casi


cuñado ahora venía de vuelta con un semblante raro en su
cara, no sabía si este era de calentura o por algo terrible
que había sucedido, y apenas llegó a su lado le preguntó…

--Que querían?, ocurrió algo?, -la rubia estaba curiosa y


preocupada al ver a todos los familiares de Cipriano afuera
del pabellón.

--Es que la verdad rubia que no sé como decírtelo…, -el


vejete intentaba medir bien sus palabras, para que su nuevo
y fortuito plan resultara.

--Dígame, me di cuenta que esa señora hablaba de mi ya


que apuntaba para acá cuando le decía cosas…

--Mira, ese pinche Cipriano ya está mejor y ha mandado a


decirte que te vayas, -le dijo mirándola seriamente para ver
cómo reaccionaba la rubia ante esta nueva falacia
maquinada en su lujuriosa mente.

--Y porque iba a decir eso?, -le preguntó Gabriela más que
sorprendida.
--Ps… no lo sé… si quieres quédate a ver y te darás cuenta
que le han dado el alta y el ha preferido ir a pasar sus días
de reposo con su verdadera mujer, si ahorita están
esperando que llegue el vehículo para llevárselo, mi cuñada
me llamó para pedirme que te viniera a decir que te
largaras, que no eres bienvenida en ningún lugar donde
este Cipriano.

Ahora sí que la mente de la rubia era un verdadero caos: --


Ella, esperando afuera del hospital como las estúpidas
después de haber sido humillada y botada por toda esa
chusma, y ahora el muy fresco se largaba con esa vieja
gorda y fea que mas encima se daba el lujo de mandar a su
cuñado para que la echara. Ahora mirándola detenidamente
y con un profundo odio se dijo para sí misma: –Ps si querías
verme ir sola y derrotada después de que te quité a tu
marido estas equivocada vieja fea, -pensaba la rubia como
una verdadera desquiciada, su ego femenino y personal lo
sentía pisoteado por toda esa gentuza, y sin medir
consecuencias de ningún tipo y envalentonada a lo que
fuera le soltó la siguiente estupidez a su asqueroso cuñado:

--Don Pedro…, -le habló la rubia con seguridad al


desalineado y ahora pasmado mecánico, --Por favor vaya a
dejarme a la casa donde vivo con Cipriano…, -su azulada
mirada no la quitaba de la ancha figura de la que era la
esposa legal del hombre a quien había amado, la vieja
también la miraba a ella.

--Ps… ps…, no lo sé reinita….mi deber es quedarme con la


familia… tú ya sabes…, -el calculador tipejo solo lo decía
para asegurarse de que su plan sí que estaba resultando.
--Por favor don Pedro… vaya a dejarme… en la casa
podremos hablar más tranquilos, creo que hay una caja con
cervezas!, -Gabriela no estaba dispuesta a irse derrotada
delante de todas esas personas.

--De verdad?, -el viejo ya estaba que se lanzaba a violársela


ahí mismo donde estaban.

--De verdad… yo ya no tengo nada que hacer aquí, y bueno


pensé que Usted quería seguir platicando conmigo…!, -le
volvía a solicitar la herida hembra, que ya estaba temiendo
que hasta ese asqueroso hombre sintiera vergüenza de ella.

--O sea… ahorita si me dejarás entrar a tu casa para que


conversemos más cómodos…?, jejejeje…

--Si don Pedro… esta vez sí le dejare entrar a la casa…,


para… para que platiquemos…, -Gabriela sabía el riesgo que
estaba corriendo, pero aun así ella prefería correrlo a tener
que irse derrotada.

El viejo ni el mismo sabía de dónde sacaba fuerzas de


flaqueza para contenerse y no correrse ahí mismo, ya que él
a pesar de todo como que ya sabía para donde iba todo
eso.

--Don Pedro… por favor solo sáqueme de aquí, -le dijo a la


vez que le estiraba con su manita las llaves de su camioneta.

--Ps… entonces vamosle mi reina… no faltaba más…

Toda la familia de don Cipriano vio como don Pedro se


retiraba del lugar con la rubia y en su misma camioneta, la
señora Ernestina otra vez movió su cabeza en forma
negativa y se dirigió al mesón a realizar el papeleo para de
una vez por todas llevarse a su marido al hogar, ya eran más
de las 3 de la mañana.

Ya en trayecto a la casa de la rubia fue ella la primera en


romper el extraño silencio en que iban una vez que se
subieron a la camioneta:

--Don Pedro deme su botella de aguardiente…, -le solicitó


con su vista puesta hacia su ventana.

--Y para que la quieres?, -le consultó el vejete a la misma


vez que como podía la comenzaba a sacar de uno de sus
bolsillos del pantalón.

--Es solo que necesito un trago…!, -le dijo a la vez que le


recibía la botella y le daba un largo trago, y como no lo iba
a necesitar si ella ya creía saber que el único destino en que
iba con el horrendo de don Pedro era la cama de don
Cipriano, para luego recomponerse y decirse que solo
platicarían, unas cervezas y luego lo despacharía.

En eso ya habían llegado, en cuanto la rubia se bajó del


vehículo el vejete lo entró al antejardín, Gabriela
rápidamente cerró las rejas con candado.

Luego cuando ambos ya entraron a la casa la rubia pegó


una última mirada desde la puerta oteando y asegurándose
de que nadie la hubiese visto entrar con el hermano de su
amante, su expresión era de nerviosismo, hasta que por fin
cerró la puerta, acto seguido fue a dejar su bolso en el
velador de su dormitorio “matrimonial” para enseguida
ponerse a cerrar todas las cortinas de las ventanas con la
finalidad de que nadie pudiera ver desde afuera que ellos
solo iban a estar platicando, luego se dio a ponerle llave a
la cerradura y asegurarla con los tres picaportes que tenía
esta, una vez que lo hizo giró su deliciosa anatomía hacia el
horrendo hombre quedando apoyada su femenina
complexión en la puerta, el vejete ya estaba sentado en uno
de los sillones y ya babeando de calentura al ver todas las
medidas de seguridad que estaba tomando la despechada
hembra diciéndose para el mismo que esa yegua estaba
muy necesitada de verga, Gabriela finalmente le dijo:

--Una cerveza?

Don Pedro solo se dio a mirarla aborrecidamente ya que


sabía que lo que ocurriera desde aquí hasta que ya
estuvieran culeando en la misma cama de Cipriano era un
mero trámite que él por obligación debía realizar para no
cagarla, creía saber que la rubia ya estaba lista para
vengarse, según sus cálculos, y por todas esas señales que
ella le había enviado desde que se habían venido del
hospital:

1.- Se había zampado un largo trago de aguardiente pura


como dándose fuerzas para algo.

2.- Había cerrado con cadenas y candados las dos rejas de


la casa siendo que desde que vivía con su hermano ellos
nunca lo habían hecho, para que ahora?

3.- El vio con la cara de zorra que miraba hacia la calle


viendo y asegurándose que nadie los haya visto entrar
juntos a la casa.

4.- Luego vino el asunto de las cortinas bien cerradas, o sea


la rubia por algo necesitaba que nadie desde afuera pudiera
ver lo que iba a pasar ahí adentro.
5.- La puerta principal bien asegurada para que el que
tuviera llaves de esta le costara ingresar, incluso
necesitando ayuda de quien estuviera adentro de la casa,
situación que a este último le daría tiempo de parar de
hacer lo que estuviese haciendo.

--Mmmmm… debe haber sido una jornada muy agotadora


para ti dulzura, mejor siéntate y yo traeré las cervezas, -le
iba diciendo el astuto de don Pedro quien se había puesto
de pie y ya la traía al sofá de tres cuerpos. Él sabía muy bien
como se confundían las zorras cuando un macho bien
puesto las trataba con algo de atención.

La rubia aunque nerviosa se dejó llevar por el vejete y ya


estaba sentada y estirándose su vestido hacia abajo para no
mostrarle a este más de lo debido cuando el horrendo
mecánico ya venía a sentarse a un lado de ella con dos
botellas de cerveza heladas y traspiraditas.

--En que estábamos cuando nos interrumpieron esos


pendejos de allá del hospital?, jejejeje…

--Ehhh… en que Cipriano también se lo hizo a la nena


esa que sale con usted…

--Ahhh claro ella también es una de mis zorras, aunque en


este último tiempo no me la he atendido como se merece,
ya que he andado preocupado de otros asuntos, jejejeje.

--Y de que asuntos si se podría saber…, -le consulto


Gabriela intentando hacerse la mensa, ya que ella sabía muy
bien en que todo el último mes el mugriento mecánico
andaba desesperado por volver a cogérsela a ella.
--No te hagas la zorra conmigo pendeja tu sabes muy bien
cuáles son esos asuntos, -le contestó a la misma vez que se
bajaba la cerveza hasta la mitad.

Gabriela no supo porque motivos al ella entender lo que le


estaba diciendo el repulsivo hombre que tenía sentado a su
lado, enarcó lo que más pudo su espalda, a la misma vez
que juntaba sus dos rodillas y se lo quedó mirando con su
nórdico rostro girado hacia él, ella sabía los efectos que
esto causaba en la mente de cualquier macho ya que
prácticamente y sin decírselo lo estaba invitando a que el
mirara todas las curvas que ella poseía y que Cipriano se
estaba perdiendo.

El viejo que no sabía hasta qué punto se iba aguantar las


ganas de violársela, la veía con sus dorados cabellos
alisados cayendo hacia un lado de su cara, sus infladas tetas
que debían estar rebalsadas en leche lo invitaban a que se
lanzara a ellas a apretárselas hasta reventárselas, para
después poner atención en esa exquisita línea semi curva
que bajaba desde su nuca para ir dibujándole la forma de
su espalda hasta llegar a esas infernales caderotas que
gradualmente se iban transformando en un hermoso y
desquiciante culo que le prometían los placeres más
grandes que los de Sodoma y Gomorra, estos estaba debajo
de esa tela azul estirada en aquella zona del cuerpo de la
hembra, hasta que fue la misma Gabriela quien a sabiendas
que el vejete se la estaba devorando con su ardiente mirada
lo sacaba de tan exquisito estado:

--De verdad que no lo sé, dígame Usted cual es asunto del


cual ha andado tan preocupado este último tiempo, -una
vez que se lo dijo la rubia le daba un largo trago a su
cerveza. Es evidente para todos nosotros que el morbo y el
alcohol ingerido ya estaba causando estragos en la
sensualidad de la ex casada.

Por su parte el siniestro mecánico quien estaba


acostumbrado en tomar a la fuerza a la hembra que a él le
viniera en gana esta vez estaba empecinado a que fuera la
rubia quien se le entregara por sí sola, y sabía que estaba
por lograrlo, la rubia por su lado sabía que estaba jugando
con fuego y que estaba a punto de quemarse.

--Bien… entiendo que quieres seguir dándotelas de zorra,


pues te lo diré… en un principio cuando recién te conocí,
quería acostarme contigo y que tú me cobraras un dinerito,
lo recuerdas?, -el salido vejete ya no aguantándose más
poso una de sus desquebrajadas manos en una de las
piernas de Gabriela, llevándose varios puntos de las medias
en ella, la rubia solo quedó mirando esa mugrienta mano
como la usurpaba, mientras que con toda la pasividad del
mundo le contestaba.

--Claro que lo recuerdo… pero cómo tuvo esas ocurrencias?,


yo nunca haría eso…, -le contestó finalmente dándole otro
trago a su cerveza.

--Jejejeje… eso ya lo veremos, por ahora quiero que te des


cuenta de una cosita ricura, -esta vez el vejete se sentó mas
atracado a ella, a la misma vez que en forma temblorosa la
abrazaba con un brazo por detrás de sus hombros y con la
otra mano la dirigía desde su delicada barbilla para que lo
quedara mirando. La nerviosa rubia veía esa horripilante
cara de pellejos oscuros y caídos muy cerca de la de ella,
solo se daba a pensar que su don estaba con su esposa
legal en aquellos momentos, por lo tanto ella era libre de
hacer las cosas que ella quisiera, con esto ella se daba
fuerzas para avanzar y dejar a don Pedro para que le hiciera
todo lo que él quisiera.

--Q… Qué cosa…?, -le consultó poniendo una de sus


manitas en la descascarada y huesuda mano que la sujeta
de su mentón.

--Ps… mi hermano está por allá con la vieja fea de su


esposa, -el vejete ahora le hablaba oliendo parte de sus
cabellos muy cerca de sus oídos, tal como lo hace un perro
antes de lanzarse a roer su presa…

--Lo… lo… seee… p… pe… pero que tiene que ver eso con
los asuntos que lo han tenido tan ocupado?, -Gabriela ya
hasta había cerrado sus ojos, pues lo que le decía el vejete
mientras la olía avivaban sus ánimos de venganza, porque
para que estamos con cosas, ella sabía muy bien a lo que
venía con el asqueroso viejo a su casa en el momento que
ambos se subieron a la camioneta, desde ahí el inminente
acostamiento ya no tenía vuelta atrás.

--El te ha corneado como ha querido rubia, sin ir más lejos


te acaban de humillar y botar del hospital y yo siendo su
hermano he preferido estar aquí contigo, no crees acaso
que estas ya son muchas señales?, -en ese mismo momento
y apenas le dijo lo ultimo al aprovechador mecánico ni se la
pensó para meter su asquerosa lengua en el oído de la
rubia haciendo que ella sintiera un intenso escalofrío que la
recorrió entera haciéndole parar todos los bellitos de su
cuerpo, incluso aquellos que se cargaba bien abajo de su
estomago y justo al medio de donde se terminaban las
partes internas de sus muslos.
--Ahhhhh…! -gimió con sus ojos cerrados la ex casada tras
el exquisito escalofrío en su cuerpo, --S… Se… Señales de
qué don Pedroooo… no le entiendooo…!, -la rubia se
mantenía inmóvil y dejaba que don Pedro la usurpara todo
lo que quisiera.

--Ps… de que te olvides de mi hermano y seas mi mujer, yo


sé que en el fondo tu estas desesperada porque te meta mi
verga…, vamos rubia déjate de zorrerías y entrégate de una
vez, el viejo ya la tenía recostada sobre el respaldo del sofá,
manoseándola desde debajo de sus hinchadas chichotas
hacia abajo, ya que estas las estaba reservando para algo
especial, por ahora sabía que no debía apretárselas.

--De verdad quiere que yo sea su mujer?, -le preguntó Gaby


con esa agradable voz de Diosa que tanto la caracterizaban,
manteniéndose quietecita mientras el asqueroso mecánico
casi encima de ella le corría mano como desaforado.

Don Pedro ya sabía que esa pregunta más que pregunta era
un “SI” por lo tanto mientras la manoseaba tomó una de sus
suaves manitas ubicándola en su verga por sobre el
pantalón en donde Gabriela casi en el acto y de forma muy
sensual comenzó a frotarla y sobársela.

Recordemos que la pareja estaba ubicada en el sofá y


debido a esto la posición en que estaba sentada la rubia su
minivestido azul ya mostraba casi prácticamente todo el
esplendor de sus bellas y bien ponderadas piernas
enfundadas en medias.

--Vamos que dices mamacita, pongámonos a culear de una


buena vez por todas, estas muy buenaaa…!!, -le resoplaba el
vejete en su oído con su aguardentosa voz casi en encima
de sus oídos.

--Estoy buenaaa?, -le preguntaba Gaby casi en susurros y


aun con sus ojos cerrados al estar disfrutando de las
placenteras sensaciones que le otorgaban las zonas
erógenas ubicadas cerca de su sistema auditivo, mientras
estaba siendo lamido una y otra vez, ella simplemente se
daba a dimensionar la gruesa culebra con vida que don
Pedro le había puesto en una de sus manos y que ella no se
cansaba de medir y de tantear.

--Si... estas buenísima… y coges aun más exquisito estúpida,


aun me acuerdo de las cachas que nos pegamos en el
camper y como te comías por la concha mi gran
herramienta que ahorita te niegas a soltar, jejejeje, -con
esto último el vil mecánico perdió toda compostura y
literalmente le destrozó las medias bajándoselas, él quería
tocar piel, no esos trapos por muy suaves que fueran estos.

Pero lo más increíble de todo fue que cuando el viejo se las


comenzó a bajar fue la misma Gabriela quien recostada en
el sillón levantó sus caderas para que estas salieran sin
dificultad para el vejete, como a la misma vez fue ella
misma quien con la punta de sus pies se retiró los
pequeños zapatos azules que ese día y muchas horas antes
se había puesto para enaltecer su figura para don Cipriano,
junto con volver a sobarle la verga tal como lo había estado
haciendo.

En resumen a todo lo anterior la rubia poco a poco se había


ido calentando por lo perverso que era estar encerrada en
la casa con el hermano de su amante recién infartado, pero
es que ella estaba con todas las desventuras acaecidas en
este último tiempo en su mente, sumándole a que su
conciencia aun daba breves repasos a lo mas escalofriante
de aquella terrible jornada y que fue eso de ver a su macho
entrelazando su mano con la vieja Ernestina después de
haberla rechazado a ella.

Además que el mismo medico le había dicho a la rubia que


existían leves posibilidades de mejora (eso hacía menos
grave la estupidez que estaba a punto de cometer), además
que don Pedro le había dicho que él prefería irse con su fea
esposa que con ella para su periodo de recuperación, y
quizás cuantos días el estaría siendo atendido por eso
morsa que había osada a humillarla en el hospital haciendo
que la botaran de la sala como a una cualquiera, a lo mejor
ya no era tan mala la idea de la venganza, --
Venganzaaa…!!!, se dijo de pronto, mientras el horrendo de
don Pedro no se cansaba de recorrerla y manosearla con
desesperación, sumándole que esa palabrita revoloteaba
desde hace rato en su mente y paradójicamente llegó a esta
las proféticas palabras de su cuñado, más otras
escalofriantes situaciones:

“dime que no te gustaría realizar ese tipo de venganza,


Cipriano se siente muy seguro de ti dulzura imagínate a ti
prestando la zorra a sus espaldas mientras él le asegura a
todo el mundo que él hace lo que quiere contigo, di que
eso no te calienta con solo pensarlo mi vida… te imaginas
como se pondría si llegara a saberlo…?”, se podría vengar
ella acostándose con otro hombre por esa situación?, “la
tengo en la palma de mi mano…”, “…venganza…!”, “…me
regalo todo su dinero por amor a mi verga…”,
“…venganza…!!”, “…imágenes de manos entrelazadas…”,
“venganza…!!!”, “…Tío y sobrina acostados y culeando como
desesperados”, “venganza…!!!!”. Con toda esta bomba de
desgraciadas situaciones la mente de Gabriela simplemente
capituló ante su propia calentura y don Pedro, y le presentó
de una su rendición total e incondicional, el morbo de
vengarse escondida y encerrada en su propia casa la
llevaron a ello, y se lo demostró girando sus magistrales
curvas abalanzándose y subiéndose sobre su ajado cuerpo
de la misma forma en que lo haría una salvaje felina de esas
que andan sueltas por los cerros, automáticamente su
minivestido azul se subió hasta la altura de su cintura al
haber quedado ella a horcajadas sobre la bien parada
verga de su ex casi cuñado.

--Así que quiere culearme otra vez con su gran


herramienta…!?, -le decía Gabriela con una cara de guarrilla
que ni se las cuento, situación que don Pedro notó en el
acto, la hembra sintiendo en su vagina esa gruesa dureza
que solo hace un momento ella había sentido en sus manos
hizo el intento de ponerse de pie para ser ella misma quien
se sacaría la diminuta tanga, pero el mecánico quien casi
adivino sus intenciones se aferró a sus caderas impidiéndole
ponerse de pie.

--No, no te pongas de pie zorraaa…!, así te siento más que


buenota, jejejeje, -le decía el morboso mecánico que al
tenerla montada sobre él en el sofá aprovechaba para
recorrer toda su espalda, su cintura, sus caderas, y sus
muslos abiertos, mientras la rubia no podía disimular los
ligeros movimientos que ella solita hacía sobre la verga del
viejo.

Definitivamente esta era la mejor forma de vengarse para


Gabriela, según ella misma dictaminaba con sus ojos
cerrados y mordiéndose el lado derecho de su labio inferior,
ya que el nivel de su calentura iba en franco aumento.

Mientras tanto el asqueroso de don Pedro a sabiendas que


la hembra ya estaba más que caliente la tomó de sus dos
antebrazos haciéndola arquear su cuerpo para quedar con
su zona pélvica levemente expuesta hacia él, y en el acto
metió una de sus mugrientas manos en aquella idílica zona
femenina que tantos de nosotros deseamos. Lo hizo por
sobre la blanca tela del diminuto tanga de la rubia, la
humedad y el calor que había allí abajo inmediatamente
traspasó la tela de la minúscula prenda haciéndolo notar en
los partidos dedos del viejo que no se cansaba de hurgar y
sobar aquella mística parte con ellos.

Por su parte Gabriela estaba embelesada por la exquisita


forma en que el vejete la estaba masturbando, solo se daba
a menearse buscando la misma sincronización en que don
Pedro en forma enajenada la pajeaba con sus dedos.

La hembra ante los atribulados ojos negros del mugriento


viejo se esforzó con sus manos en su espalda y bajó el
cierre del vestido para acto seguido una vez de haberlo
logrado tomarlo de sus bordes inferiores y sacárselo, la
verga de don Pedro estaba que estallaba el lecherasos ante
semejante Strep Tease que le había otorgado esa furcia de
cabellos dorados mientras ella ahora solo con sus albas
prendas interiores puestas estaba apoyada con sus manitas
en el respaldo del sofá por lo que obligadamente le había
puesto sus inmensas chichotas casi en la cara al feliz
vejestorio.

Qué rica era la rubia pensaba el mecánico mientras no


paraba de mover su mano entre medio de los muslos de la
ex casada, y con la otra sujetándola por el costado de su
suave y tibia cadera, hasta que de un momento a otro ya no
se aguanto más y en un arranque genuino de lujuria tomó
los dos bordes del pequeño calzón y los estiró hasta
rasgárselos y retirarlos para dejarla con su vagina
desprotegida, el aroma a hembra que expelía la rubia por
todos sus poros prácticamente lo tenían vuelto loco así que
ya estando decidido a cogérsela, en su misma posición se
dio a desabrocharse el pantalón para luego bajárselos hasta
las rodillas junto a sus amarillentos calzoncillo que en algún
tiempo habían sido blancos.

La excitada rubia a sabiendas que el vejete acababa de


desenfundar su armatoste de carne, hincada como estaba
en el sofá y casi encajada sobre su fofo cuerpo, se acomodó
aun más con sus rodillas abiertas y hundidas en el sillón
para quedar lista para ser penetrada, pero fue el vejete
quien le daba sus salidas instrucciones:

--Ya esta putaaaa… ahí tienes la verga… ensártatela tu


misma…, -el vejete hacia sus profilácticas demandas
sosteniéndola de sus caderas.

La desesperada hembra quien estaba decidida en llevar a


cabo su insólita venganza ni se la pensó para meter su
mano por entre medio de ambos cuerpos y agarrar ese
grueso miembro masculino desde su misma base peluda,
sintiéndolo caliente, grueso, y muy duro, además sentía en
sus propia manita como este precioso instrumento pulsaba
constantemente como si con esto le estuviera rogando para
que ella se la metiera lo más pronto posible.

Gabriela antes de metérsela se dio el tiempo para sentirla y


apretarla una infinidad de veces ante los salidos ojos de don
Pedro quien la dejaba que ella se acostumbrara a su verga
mientras él se daba a manosearle las nalgotas,
sobándoselas y estrujándoselas y propinándole con ardor
sonoras y fuertes nalgadas, como si con esto animara a tan
escultural mujer a ensartársela lo más rápido posible.

Hasta que la rubia presa por deseos insanos y viciosos


ubicó el ancho glande justo a la entrada de su casi depilada
vagina, una vez logrado el objetivo rápidamente subió su
brazo para aferrarse con sus puños al respaldo del sofá, y
así una vez ya lista cerró sus ojos y comenzó a bajar sus
caderas, sintiendo como ese grueso puñal de carne la
ultimaba íntimamente internándose en ella abriéndola y
clavándola.

La gruesa y venosa verga de don Pedro aun recordaba tan


deliciosa ruta, esta por si sola se abría camino hacia las
profundas intimidades de la ex casada. El poderoso
transatlántico vergal avanzaba muy lentamente por
aquellos tibios y cristalinos mares aun casi desconocidos y
abriéndose paso por sus pliegues y acuosidades hasta que
por fin llegaba a destino quedándose incrustado hasta el
tope, la rubia se la había ensartado ella sola y hasta las
misma bolas.

--A… Ahhhhh…!!! O… Ohhhhhh…!!! Diosssss…!!! Queee Ri…


ri… cooooooo…!!!!, -exclamó Gabriela cuando por fin se
supo ensartada.

--Estas riquísima rubiaaaa…!! Que bien me comes la


vergaaaa!!!!, -le decía el viejo mirándola a su cara con los
ojos bien abiertos como si estuviera realmente desquiciado,
y no era para menos, las sensaciones en su verga al tenerla
metida adentro del cuerpo de semejante mujer eran
deliciosamente indescriptibles.

Gabriela quien se meneaba de atrás para adelante sin


sacársela profería gemidos incoherentes, la verga que tenía
clavada en el coño la estaba haciendo disfrutar en demasía,
fue en eso que al bajar su vista sus azules ojos dieron con la
horripilante cara de don Pedro que en esos momentos tenía
su nuca apoyada en el sillón, el viejo estaba con los ojos
cerrados y babeándose con la boca abierta en clara señal de
estar sintiendo tan rico como ella misma, por lo que la rubia
instintivamente bajó su rostro con desesperación para
comenzar a besarlo casi con devoción, el viejo volviendo en
si la abrazo con fuerzas desmedidas no importándole que
con esto la leche se le saliera de sus tetas, ya que así como
estaban realmente sentía que Gabriela se le estaba
entregando tal cual como el tanto lo había deseado, sin
esperar más le sacó el sostén dejándole las tetas
comprimidas contra su mugriento pecho de pelos canosos y
medios amarillentos debido a la escasa higiene personal.

En tanto allá abajo la vagina de Gabriela abrazaba y


chupaba con fuerzas la vergota del viejo mecánico hermano
del macho de quien se estaba vengando, la dorada panocha
desprendía fluidos a diestras y siniestras, lubricándose a ella
misma y bañando con sus tibios líquidos aquel grueso
ariete masculino que a estas alturas también se movía
aceleradamente intentando entrar más profundamente de
lo que ya estaba metido.

Con semejante tratamiento de mete y saca el viejo


mecánico ya estaba haciendo vibrar de calentura a una
enajenada Gabriela, quien separándose de su boca arqueo
su cuerpo para quedar mirando al techo, siempre moviendo
su pelvis de atrás para adelante, y emitiendo disparates
lujuriosos:

--D… Dios mi… miooooooo…!, e… e… es… esto… esto es el…


el… cieloooooooo…!!!, -gritaba la rubia como loca con sus
manitas aferradas y empuñando la mugrienta camisa del
vejete en la parte de sus hombros.

--Esooo…!! Esoooo pinche putaaaaa…!!! Mueveteeee mas


fuerteeeee…!!! Cómeme la vergaaaa…!!!, -el vejete bien
agarrado a sus caderas la animaba con el solo fin de verla
correrse ante sus enrojecidos y resquebrajados ojos.

En eso la rubia comenzó a realizar con su cuerpo rápidos


movimientos de cintura y caderas, su única finalidad era
exprimir esa vergota que la cogía tan deliciosamente, la
succionaba, se la comía con la concha una y otra vez, para
luego refregarse en ella en forma ondulatoria, el viejo sentía
como los fluidos íntimos de la casada escurrían en
abundancia por toda la extensión de la verga, esto
confirmaba que la muy puta se estaba corriendo quizás
desde hace cuanto rato:

--Así… así putaaaa…!!! Correteeeee…!!! Correteeeeeee con


mi verga bien metida en tu zorraaaaaaa…!!!! Jajajajaa…!!!!

--Diosssss…!!! Diosssssss…!!!! Siiiiiiiiiiiiiiii…!!!! Meee…


estoyyyyy… co… co… corri… corriendoooooo…!!!!!, -le
confirmaba la caliente hembra al asqueroso vejestorio, para
luego comenzar a aserrucharlo con todas sus fuerzas de
mujer en estado de calentura asaltando a su macho con
otra húmeda sesión de desesperados besos en la boca y
con mucha lengua.
Los movimientos de la hembra fueron menguando a la
misma medida que los espasmos de placer se diluían de su
sensualidad, hasta quedarse clavada e inmóvil sobre la aun
erecta verga de don Pedro quien solo se daba a recorrer
su pletórica desnudez con sus peladas manos en las cuales
sentía el sudor de la rubia producto del exultante empeño
en que se acababa de mandar la cogidota hasta
orgarmearse ella sola.

--Ya te lo dije hace un rato… culeas exquisito pinche Gaby….


–le dijo el vejete cuando la pudo ver ya más calmada, a
modo de respuesta lo único que tuvo por respuesta fue una
gratificante contracción vaginal que la rubia no pudo evitar
de mandarle en la verga aun incrustada ante las
halagadoras palabras de su ex casi cuñado.

--Ohhhhh putaaaaaa…, ni siquiera recién trabada te quedas


quietaaaa…!!!!

--Le g… gus… gustoooo…?, -la hembra le preguntaba con


su cabeza enterrada en el pringoso cuello de don Pedro ya
que ahí había quedado cuando terminó de irse cortada.

--Claro que me gusto lindura, pero ya aun tengo para rato,


si ni siquiera me he ido cortado, jejejeje, y tú… que me
dices?, que tal mi verga!? Te gusta…!?

La ex casada simplemente movió su cabeza en forma


afirmativa, sintiendo esa gruesa barra de carne como aun
palpitaba dentro de su cuerpo.

--Bien… al rato te daré mas verga, ahora quieto que te


estires en el sofá, Jejeje…
Gabriela lentamente fue moviendo su desnudo cuerpo
hacia un lado del sofá para irse desclavando de la verga del
vejete, este rápidamente se puso de pie para quitarse la
camisa y terminar de sacarse los pantalones con calzoncillos
incluidos, su hembra ya estaba estirada en el sofá tal como
él se lo había solicitado.

--Ok… Ok… cosita rica, así te ves como toda una Diosa, pero
quiero que te pongas de costado para que me hagas un
lado. –Le decía don Pedro a la rubia parado al frente de
donde estaba ella estirada con su escultural cuerpazo. El vil
mecánico se le mostraba con su guata caída y con los
canosos pelos amarillentos en sus fofas tetillas a la misma
vez que se masajeaba despaciosamente toda la extensión
de su verga poniendo cuidado en no correrse antes de
tiempo ante semejante imagen femenina que tenia ante él.

La rubia accedió a lo que el asqueroso hombre le estaba


pidiendo y estando ya en la posición solicitada lo vio venir a
recostarse al sofá un lado de su cuerpo:

--Bien mi vaca holandesa, ahora quiero que me amamantes


tal como te lo pedí el otro día, si lo haces bien luego te
pondré una cogidota que llegaras a llorar de calentura,
jejejeje, -le decía a la misma vez que él se acomodaba con
su cabeza a la altura de sus dos tremendas chichotas.

--Q… quiereee… que lo a… ma… man… teeee!?, -Gabriela


tartamudeaba por el puro morbo que esto le causaba, ella
nunca había imaginado que un hombre se excitara con este
tipo de cosas…
--Si rubia tu leche es de lo más exquisita, y por las fechas
que nos dieron en el hospital aun te debe quedar mucha,
jejejeje…

Y eso era efectivo ya que la rubia sabía que sus tetas


estaban llenas de leche por lo duras que las sentía, así que
sin pensársela mucho tomo una de sus chichotas y movió
su cuerpo para quedar en la mejor posición posible para
amamantar a don Pedro.

El viejo desde su posición vio como la rubia tomaba una de


sus grandes tetas con una de sus delicadas manitas
rodeando el pezón con sus dedos y la vio acercárselo a su
boca que él no dudo en abrirla para engullirlo y comenzar a
succionarlo, la leche no tardó en bajar materializándose
así el amamantamiento de don Pedro.

El infeliz mecánico chupaba y succionaba como un


verdadero ternerito necesitado de leche materna, y la rubia
con sus ojos cerrados se daba a sentir como el vegete le
producía una raras cosquillas con sus encías en los pezones,
mientras este mamaba de su leche bebiéndosela toda.

En eso estaba la pareja de desquiciados cuando en un


momento dado la vista de la rubia dio con la gran erección
que tenía el mugriento hombre, que ella si no hubiera
estado en tal estado de calentura ni loca se hubiera atrevido
a amamantarlo como lo estaba haciendo ahora.

--Mmmmm… tienes mucha leche en tus tetas mamacita


rica… slurpsssss…!!!, -le dijo en un momento el viejo
cambiándose de teta.
La rubia quien se mantenía con los ojos cerrados sintió
imperiosamente la necesidad de contestarle:

--Si be… bebé… t… tome toda la le… lechita que Usted


quiera, que aquí esta mami para darle…, -Gabriela ni ella
misma sabía de dónde sacaba semejantes guarrerías, el
asunto que eso de seguirle la corriente al viejo la estaban
poniendo a mil, mientras el viejo más le chupaba las tetas
ella mas se calentaba, incluso ahora mientras lo seguía
amamantando no lo había pensado para con su mano libre
agarrarle la verga y comenzar a masturbarlo rápidamente
con sus ojos cerrados.

La rubia se estaba sobrecalentando peligrosamente con ese


temita del amamantamiento, hasta que ya no aguantándose
más y en forma insana se paró rápidamente del sofá para
ubicarse frente a un sorprendido don Pedro que no
entendía lo que pasaba, si el aun no estaba satisfecho, pero
su cara casi se desfiguró de calentura ante la enajenante
solícitas de Gabriela.

--Don Pedroooo… ordeñemeeee…!!!, -le pidió con sus


doradas cejas fruncidas hacia arriba.

--Queeeeee…!!??, -el viejo estaba que vomitaba de


calentura.

--Deseo que me ordeñe tal cual como lo hizo la otra vez…, -


le volvía a solicitar descaradamente y totalmente desnuda
ante los viciosos ojos del salido mecánico.

--Ven rubia… acerquémonos a la mesa, -don Pedro ya se


había puesto de pie y ahora se la llevaba tomada de la
mano hasta la mesa del comedor. –Súbete a la mesa…
--Pero para qué?

--ps… te voy a ordeñar reinita, tal cual como se les hace a


las vacas como tu…

Con semejantes leperadas la rubia sintió como su vagina le


pulsaba, le encantaba sentirse como una vaca de verdad, así
que no pensándola mucho como pudo se subió a la mesa
que había compartido tantas veces con su otro nene.

Don Pedro la veía babeando, Gabriela se había subido a la


mesa y ahora esperaba puesta en 4 patas para ser ordeñada
por él, sus tetas aun tenían leche para llenar tres vasos por
lo menos.

Una vez de ubicado el vaso debajo de las chichotas el feliz y


nervios viejo comenzó a apretarle las tetas tal cual como si
la estuviese ordeñando, la leche otra vez caía y llenaba el
receptáculo de vidrio, en eso el ordinario hombre que había
sabido calentar a la rubia a limites casi abominables se daba
cuenta de cómo su vagina se chorreaba por el simple hecho
de que la estuvieran ordeñando, la hembra se dejaba
quietecita y con sus ojos cerrados, demás está decir que
respiraba agitadamente y solo por la boca.

--Muge para mi vacaaaa…!!!, -le ordenó don Pedro a la


rubia.

La mente de Gabriela rápidamente evocó los lejanos días en


que una vez le habían hecho semejante solicitud con la
diferencia que en esa oportunidad le estaban pidiendo que
mugiera como una yegua, pero esto… esto… sí que era
distinto, ahora se lo demandaban mientras la estaban
ordeñando como a una verdadera vaca lechera. Así que ya
no pensándola más y sintiendo como la leche llenaba el
vaso que estaba debajo de sus tetas se puso a mugir como
las vacas:

--Muuuuuuuuuu…!! Muuuuuuuuuuu…!!!
Muuuuuuuuuuuuuuuu…!!!!, -la rubia mugía con sus labios
fruncidos hacia adelante y con su cabeza inclinada hacia
arriba intentando parecerse lo mas posible a una vaca.

--Eso pendeja…!!! Daleeee…!!! Mas fuerteeee…!!! Muge mas


fuerteeee…!!!, -le animaba don Pedro mientras le exprimía
las tetas las cuales expulsaban leche en mas cantidad y con
mas fuerzas salían expulsadas.

--Muuuuuuuuuuuuuu…!!! Muuuuuuuuuuuuuuuu…!!!!
Muuuuuuuuuuuuuuuuuuu…!!!!!, -le daba en el gusto la
hembra al viejo que la ordeñaba, hasta que no supo porque
su cuerpo reaccionaba de tal forma pero la cosa era que
simplemente había comenzado a mearse.

--Ohhhh…!!!! Diossssss…!!!! Diosssssss…!!!! Don


Pedrooooooo…!!!! Me estoy meandoooooooo…!!!!! Me
estoy meando ricoooooooooooo…!!!!

--Jajajajajajaja…!!!! Meate todo lo que quieras zorraaaaa…!!!!


Ahhhh…!!!! esperaaaaa…!!!!, -el viejo se lanzó como
desaforado debajo de la vagina de la rubia con su sedienta
bocota abierta mientras la hembra aun se meaba con
fuertes y continuos chorros con ella puesta en 4 patas, don
Pedro no paro de tragar el amarillo liquido de la hembra
hasta que ella no paró de correrse y mearse de calentura,
por el solo hecho de haberse sentido y tratada como un
verdadero animal.
Una vez que el vejete se salió de entre medio de los muslos
de Gabriela, ella simplemente se desplomó en la mesa
quedando con su cuerpo aun afectado y preso de
innumerables tic nerviosos debido a los intensos orgasmos
que la inundaron en los momentos que se estaba meando y
corriendo en forma múltiple.

El viejo una vez parado al lado de la mesa de la forma más


tranquila se limpio la boca con el vestido azul de la rubia
que había quedado tirado en el piso para luego beberse los
dos vasos de leche que este alcanzo a llenar antes de que la
rubia se meara, desde hace rato que ya habia amanecido y
ninguno de los dos se inmutaba.

Pero el viejo estaba caliente el aun no se corría y no estaba


dispuesto a respetar las lamentables condiciones en que
había quedado Gabriela después de la demencial corrida de
la que fue presa, así que aprovechándose de su estado la
tomó en sus brazos y simplemente se la llevó a la
habitación que ella hasta hace muy poco había compartido
con Cipriano. Una vez que la arrojó sobre la cama le dio sus
nuevas instrucciones:

--En 4 patas rubia, que aun no hemos terminado.

Gabriela sintiéndose dominada por el siniestro vejete como


pudo se puso otra vez en la animalesca posición pero ahora
en la cama.

--Bien putita… ahorita te voy a encular en la misma cama en


que dormías con Cipriano, jejejeje…, -le dijo mientras la
miraba de lo muy rica que se veía puesta en 4 patas.
Don Pedro junto con decir lo último se sintió increíblemente
hipnotizado por ese imponente y rotundo culo muy bien
formado y de medidas perfectas, la casada al estar con su
tronco descansando sobre el lecho lo paraba más de lo
debido, ella estaba entregada a cualquier cosa que
pretendiera hacer don Pedro con ella.

Ya sin pensársela mas y antes de encularla el viejo como un


poseso se subió a la cama para junto con abrirle ese
majestuoso par de nalgas ponerse a lamer justo al medio de
ellas si como de verdad intentara sacarle manjar desde el
rosado anillo que la rubia poseía en esa zona de su cuerpo.

Gabriela quien poco a poco volvía en si sentía la lengua del


vejete repasarla una y otra vez en su orificio posterior,
literalmente don Pedro se lo estaba devorando, y los
escalofríos anales ya comenzaban a hacerse notar en
diferentes partes de su cuerpo, el viejo también lo notaba
ya que al tener ambas manos puestas una cada una en cada
nalgota de la rubia sentía como su suave piel se erizaba
producto de las lamidas, por lo que empezó a lengüetearla
mas rápidamente para ver si ahora su hembra era capaz de
correrse por el culo mientras él la lambía.

--Ohhhhh…!! Aahhh!!, -fueron los suaves gemidos de


Gabriela para notificarle a don Pedro que ella ya estaba lista
para el combate, a la misma vez que empezó a menear su
culo sobre la boca del viejo, con la sola intención de
acrecentar en su cuerpo aún más esas agradables
sensaciones que gradualmente otra vez se iban apoderando
de su propia voluntad y persona.

Bastaron solo unos minutos de lamidas en su agujero


posterior para que Gabriela nuevamente estuviera caliente,
lo que aprovechó don Pedro para acomodarse de rodillas
detrás de ella ya con erección apuntado hacia el rosado
orificio.

El vejete no pensaba darle tregua, así que junto con abrirle


sus nalgotas lo que más pudo ubicó la cabezota de su
miembro justo en la pequeña entrada a tan ajustado
reducto y sencillamente se la envainó hasta el fondo de su
ano,

--Ahhhhhhhhhh…!!!!, -la rubia quedó con los ojos salidos


para afuera por la brutal irrupción hacia su cuerpo, --N… No
tan fuerte don Pe… Pedrooooooo…!!!!, -pudo exigirle de
pronto y para luego casi implorarle mirándolo hacia atrás, --
Mejor saquelooooo!!!!!, -los fuertes gritos de Gabriela
retumbaban por toda la casa.

--Quieta putaaa…!!! Quietecita…!!!!, -le ordenaba don Pedro


a la misma vez que la tomaba brutalmente de sus alisados y
rubios cabellos enrollándolos en su mano para poder
tenerla lo más dominada posible en el momento en que el
comenzara a moverse.

--Don Pedrooo no me lo haga por detrás por favor…!!!, si


quiere hágamelo por delante…!!!, -le ofrecía la rubia
recordando lo doloroso que era el sexo anal en un principio,
ahora le dolía tanto que ni siquiera se daba cuenta que ya
estaba toda enculada.

--Silencio perra calienteeee…!!!, la otra vez lo mas bien que


la aguantaste así que no quiero problemas…!!!, --Y toma
esto para ver si se te pasa un poco: --Plaff…!!!!, Plafff…!!!!!,
Plaffff…!!!!!!!, fue una indeterminada secuencia de dolorosas
nalgadas al que fue sometido el adolorido culo de Gabriela,
y una vez terminados, el viejo comenzó a sacarla y meterla
con todas sus fuerzas.

--No don Pedroooooo me dueleeeeeeeee…!!!! Ya


bastaaaaaaaa…!!!!!, -le gritaba la rubia escandalosamente
hacia atrás.

--Suéltate perraaa…!!!! ya verás como luego te comenzará a


gustarrrrrrrr…!!! -Le decía el asqueroso hombre al lado de su
perfumada oreja, este se había echado sobre su espalda al
saberse bien trabado a ella, a la vez que le despejaba su
lindo rostro de sus ahora desordenados y dorados cabellos.

--Noooo…!!!! don Pedrooooo…!!!! Por favorrrrrrrr…!!!!


Noooooooo…!!!!!

El vejete como pudo se había enderezado, ya que la puta de


Gabriela ahora le estaba dando muchos problemas, así que
concentrándose se la volvió a meter con fuerzas
demenciales y hasta el fondo, una vez que se la trabó la
volvió a acomodar en cuatro patas.

--Ayyyyyyyyyyyyyyy…!!!!!!!!!!, -fue el grito de aguante de la


casada al sentir el feroz empalamiento.

--Ahí te voy yeguaaaaaaaaaa…!!!!, recuerda bien quien es el


que te culia desde ahora en adelante…!!!!, -y con fuerzas
descomunales empezó a meter y a sacar su verga con la
sola intención de que a la rubia de una vez por todas
comenzara a disfrutar del enculamiento.

De la bocota desdentada de don Pedro caían en


abundancia gruesos goterones de babas producto de sentir
como se la ensartaba totalmente.
La culeada que le estaban pegando a Gabriela era brutal, el
vejete se echaba hacia atrás casi sacándola por completo,
para luego incrustársela con todo lo que le permitían sus
fuerzas: --Plafff…!!!, Plafff…!!!, Plafff…!!!, Plafff…!!!, -sonaban
los cuerpos al chocar uno contra el otro, sonidos que entre
mezclaban con los dolorosos quejidos de Gabriela cuando
sentía entrar en su orto ese grueso palo caliente que le
metía el hermano de don Cipriano.

El tanto don Pedro por su parte se deleita mirando el


espectacular cuerpo del cual estaba gozando, a la vez que
escuchaba muy levemente los gemidos que salían de
aquellos exquisitos labios de ensueño.

Pasados unos buenos minutos el cuerpo de Gabriela ya


daba cuentas que ella estaba hecha para ser hembra, ya que
de tantas metidas y sacadas su sistema nervioso ya le
otorgaba ricas sensaciones al interior de su propio trasero,
además que con esa dura estaca que la seguía perforando
sin compasión aquellas sensaciones se multiplicaban y ya se
ramificaban en todas direcciones por dentro y por fuera de
su cuerpo.

La rubia ya estaba entregada, ahora era ella quien se


meneaba deliciosamente con su cintura y trasero en
eróticos desplazamientos de retroceso y avance con la única
decisión de comerse por detrás toda la longitud y grosor de
la gran verga de su nuevo macho.

La casada ya gemía de placer puro y autentico


reconociendo que le encantaba que se la encularan todas la
veces que quisieran.
Y el viejo mecánico se daba cuenta en el estado en que
tenia a la puta de Gabriela, por lo que se dio a darle una
acelerada sesión de bestiales apuntaladas por el culo con la
sola intención de despedazárselo para que nunca más se le
olvidara que él se la había enculado.

En eso estaba el vejete cuando se desconcentró al escuchar


un molesto ruido que venía del velador de la rubia, y ella
estaba tan caliente que ni siquiera se daba cuenta de esto,
el mecánico como pudo estiró su mano y tomó desde el
bolso el celular de Gabriela que no paraba de vibrar
dándose cuenta de que quien llamaba tan insistentemente
a esas horas era el chango, así que para que ese pendejo
viera en que estaba la rubia a esas horas ni se la pensó para
darle al botón contestar y simplemente lo arrojó en la cama
quedando este a la altura de las chichotas, ya imaginaba la
cara del chamaco cuando cayera en cuenta que era él quien
ahora se cogía a la rubia.

(Unos minutos antes en la casa de la señora Ernestina)

Toda la familia estaba ahí reunida viendo como seguía la


complicada salud de don Cipriano, había sido una noche
infernal desde que se lo habían traído del hospital, solo
entraban a su habitación de una sola persona, y el viejo
mecánico no paraba de llamar a Gabriela, ante la atónita
mirada de su esposa.

--Changooo…! donde está el chango…!!!, -bufaba la vieja


Ernestina en una oportunidad que venía saliendo de la
habitación de donde estaba el enfermo.

--Que pasa mi jefa aquí estoy, -le decía el chamaco que


apareció desde la cocina, la casa estaba repleta de gentes.
--Entra a la habitación, Cipriano ahora te está llamando a ti.

El chamaco ni se la pensó para ir a acompañar a su jefe de


toda la vida ante las miradas de todos los familiares que lo
vieron ingresar a su habitación.

Una vez ya estando a solas con su jefe el chamaco


lentamente se acercó al lecho del enfermo notando que
este lo miraba como si quisiera hablarle algo…

--Dígame mi jefe, que es lo que desea?, -le consultó con sus


ojos bañados en lagrimas.

--Chan… gooo… quie… rooo… ha… blarrrr… con Ga… brie…


laaaaa, -el viejo estaba con su garganta reseca y apenas
hablaba.

--Pero mi jefe eso es imposible, aquí nunca la dejaran


entrar…

--Tu… te…le… fonoooo… lla… ma… la… de… tu tele… fonooo


y… me… lo po… nes… al… oi… doooo… quie… ro ha…
blarle…, -insistía pesadamente el Don.

--Ay mi jefeeee… ps… claro no faltaba masssss…!!!

El chamaco nerviosamente saco su teléfono de su bolsillo,


buscó el numero de la rubia y le dio a la tecla de llamar,
este daba tono insistentemente pero nadie contestaba, y
justo en el momento en que ya pensaba colgar se dio
cuenta que la señora Gabriela por fin le contestaba, así que
apenas eso sucedió, le puso el teléfono al oído de su jefe
ajustándoselo en una almohada y el retirándose un poco
mas atrás para que él hablara más tranquilo con su mujer, el
chavo desconocía que quien le contestó el teléfono de la
rubia había sido don Pedro.

--A…loooo… Ga… brie…laaaaa…?, -lo único que pudo


escuchar el infartado viejo fueron unos difusos gemidos
femeninos que le sonaban conocidos.

Pero el teléfono estaba debajo de las tetas de la rubia


mientras se la estaban culeando infernalmente. En esos
momentos don Pedro que estaba caliente hasta la locura
con esa perra que ahora aullaba de puro placer, le preguntó
a viva voz para que el chango escuchara:

--Te gusta mi verga putaaaaaaa…????!!!!!

--Siiii…!!!!!, don Pedrooooooo me encanta su


vergaaaaaaa…!!!!!, -gritó Gabriela muy segura de su
respuesta y claramente,

--Te gusta que te den por el culooooooooo…!!!!

--Siiiiiii es rico que a una se la enculennnnn…!!!! esto es


ricooooo…!!!! ricooooo…!!!! ricoooooo…!!!!

Don Cipriano escuchaba atónito como su hermano se


estaba cogiendo a su mujer, aun en su estado él quiso
oponerse a lo que estaba sucediendo al otro lado de la
línea, asi que en forma desesperada para su estado se daba
a decirle:

--Ga… brie… laaaa… no… no… lo… ha…gasssss…, -


balbuceaba en voz baja el enfermo ahora con sus ojos
llenos de lágrimas.
Mientras tanto al otro lado de la línea la tremenda enculada
continuaba:

--Jajajajajaja…!!!!!, -reía escandalosamente don Pedro, --


Sabía por mi hermano que eras puta y perra a la hora de
culear… jajaja, pero nunca me imaginé que tantooo…!!!!!!,
realmente me sorprendes Gabrielaaaaa…!!!!

--Métamela don Pedrooooo…!!!! métamela con mas fuerzas


por el culoooooo…!!!!!

--Pues toma zorra asquerosaaaaa…!!!! Ahora quiero que me


digas quien te culea mejor, yo o Ciprianoooo…!!!!

--Por supuesto que Usted don Pedroooooo…!!!! Usted es


mas hombreee…!!!! Mas machooooo…!!!!, y lo mejor de
todoooo… Usted la tiene más grandeeeeee…!!!! Uffffff…!!!!!
Me corrooooo por el culooooo Donnnnnnnn…!!!!!

Por su parte el infeliz de don Cipriano escuchó todo eso


diciendo con un hilillo de voz desesperada:

--Noooo… Ga… by… Gaby… Ga… by… noooooooo…, -y


cuando por fin escuchó que la rubia estaba acabando por el
culo porque sencillamente Pedro la tenía más grande que la
de él en su conciencia se dijo:

--Así que esto… esto es lo que se sienteeee…, -para luego


pronunciar por última vez en su vida: --Ga… Ga… brie…
laaaaa…

Fue en ese mismo minuto siendo ya las 10:45 de la mañana


cuando se produjo el deceso de Cipriano Ventura. Según el
médico que certificó su muerte el paciente antes de morir
había sido atacado por una seguidilla de pre infartos, pero
el que terminó por reventarle el corazón fue el último, el
mismo que sufrió en el mismo minuto y a la par de cuando
Gabriela se estaba corriendo por el culo, claro que esto
último el médico no lo sabía.

En la casa del finado ya para ese mismo medio día estaba


todo preparado para los tres días de velatorio del mecánico
para después ir a dejarlo al campo santo, su féretro estaba
ubicado al medio de la casa lleno de velas, flores e
imágenes de santitos y vírgenes, ahora sí que no cabía
nadie en la casa debido a toda la gente que había llegado
despedir al difunto.

Mientras en la casa que había sido su hogar, la rubia ajena a


todo eso y sin tener ni la más mínima idea de que don
Cipriano había muerto ese día, ella desvergonzadamente se
mantenía completamente desnuda y sudada abajo del
cuerpo de don Pedro en la posición del misionero, su rostro
era de una seria calentura mientras la ensartaban, y sus
muslos se mantenían bien abiertos y se movían al mismo
ritmo en que el mugriento vejete la clavaba con ferocidad,
ya que este iba por la segunda cacha consecutiva que le
ponía por la zorra después de habérsela enculado.

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