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EL HEDONISMO Jorge Himitian

Quiero referirme al hedonismo ¿Qué es el hedonismo?


Es aquella filosofía, muy antigua, que hoy con el
materialismo y el humanismo, resurge con fuerza. Dice
que: “El placer es el valor supremo de la vida”.
Hedonismo, lo más importante es que yo sea feliz. Y lo
que me hace feliz es el placer. Hedon significa placer en
griego. Y está en la Biblia esa palabra, en 2 Timoteo cap.3,
cuando dice Pablo: “Algunos, en los postreros días, serán
amadores de sí mismos, amadores de los deleites más
que de Dios”. Filohedon, amadores de los deleites, en
griego. Es una palabra compuesta filohedon. Filos es amar
y hedon es placer. Ama más el placer que a Dios. Y en ese
tiempo existía el hedonismo, como corriente filosófica.

Hoy, aunque muchos no conozcan la palabra


hedonismo, han abrazado el hedonismo como filosofía
de vida, donde lo más importante para ellos es el placer.

El hedonismo necesita del materialismo para alimentarse.


Lo que me produce placer, y muchas de las cosas que
según el mundo producen placer, necesitan plata.

Clases de hedonismo

Ahora, hay dos clases de hedonismo. Uno es el


hedonismo inmoral, y el otro es el hedonismo moral.
El hedonismo inmoral es aquel que dice: “Lo importante
es el placer, no importa como...”. Si hay que pecar, hay
que adulterar, homosexualidad, droga, asesinato, crímen,
robo, engaño ¡No importa! Lo importante es el placer
¡como sea! Ese es el hedonismo inmoral.
Gracias a Dios, los cristianos estamos libres del
hedonismo inmoral, aunque hay algunas deshonrosas
excepciones. Pero el problema más cercano a nosotros es
el hedonismo moral. ¿Cómo es el hedonismo moral? Es
aquel que tiene el placer como el valor supremo, “sin
pecar”. No va a cometer adulterio, no va a cometer
fornicación, no va a robar, no va a mentir, todo lo va a
hacer bien. Pero en su corazón, lo máximo para él, es el
placer, ser feliz. Y muchos dicen: “Tengo derecho a ser
feliz”.
Y así, casado con el materialismo y el humanismo, el
hedonismo va llevando a la sociedad, y tantas veces a la
Iglesia, a ser personas egoístas, donde lo que me importa
es mi comodidad, es mi confort, mi placer, mi bienestar,
mi tranquilidad. Y hemos leído hoy que Pablo habla de
sacrificio: “presenteis vuestros cuerpos...”¿en qué?
Sacrificio vivo, un sacrificio continuo. No hay nada malo
en el bienestar, en el placer.
El problema es cuando el placer es el valor supremo de
nuestra vida, cuando el valor supremo de nuestra vida
tiene que ser hacer la voluntad de Dios. “El hacer tu
voluntad, oh Dios, me ha agradado”, dijo Jesús. Él amaba
hacer la voluntad de Dios: “Mi comida es que haga la
voluntad del que me envió”. Para que experimentéis la
buena voluntad de Dios, dice Pablo, que es agradable y
perfecta.

El verdadero placer
Hermanos, vivimos en la cultura del confort,, de la
comodidad. Y Jesús, a sus seguidores, les dijo: “el que
quiere venir en pos de mí... ¿Qué tiene que hacer?
Niéguese a sí mismo. Tenés que salir del centro ¿Y tomar
qué...? La cruz. No ofreció un sofá, ofreció la cruz
¡Niéguese a sí mismo, tome la cruz, y sígame! Sígame
para ser como yo, para vivir como yo, para servir a otros,
para dar su vida en rescate de los demás ¡Este es el
Evangelio del Reino! No tiene nada que ver con el
hedonismo que hoy, muchas veces, se predica. Niéguese,
tome su cruz, sígame, renuncien a todo lo que tienen.
Sean como yo, el Hijo del Hombre, que vino no para ser
servido, sino para servir y dar la vida en rescate por tener
una misión en la vida, el hedonismo solamente piensa en
sí mismo, no tiene una misión para con los demás. “Ama
a tu prójimo como a ti mismo”. No está mal buscar el
descanso y el bienestar nuestro, si es que igual que
buscamos nuestro bienestar, paralelamente, igualmente,
buscamos el bienestar del otro. “Ama a tu prójimo como
a ti mismo”, ese es el principal mandamiento en nuestras
relaciones humanas ¿Amén? ¿Todavía querés seguir con
Cristo? ¿Todavía podés decir que estás con el aro en la
oreja? ¿O ya te lo
sacaste? No te lo podés sacar, eh... ¡Yo quiero seguir a
Cristo! ¡Bendito sea su nombre!. ¿Está claro que es el
hedonismo? Ahora, no somos masoquistas ¿Qué es el
masoquismo? Aquellos que adjudican al dolor un valor en
sí. Y les gusta sufrir, y sacrificarse por el dolor, y el
sacrificio en sí. Nosotros no somos masoquistas, yo
tampoco ni tu tampoco.
Queremos descansar, queremos el bienestar, pero igual
que el nuestro, el de los demás ¿Amén? Y también
conocemos el verdadero bienestar y el verdadero placer
que es hacer la voluntad de Dios. Aunque para eso
tengamos que ser crucificados ¡Bendito sea el Señor!

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