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2002] FERNÁNDEZ: EL DELITO IMPRUDENTE: LA DETERMINACIÓN… 101

EL DELITO IMPRUDENTE: LA DETERMINACIÓN DE LA


DILIGENCIA DEBIDA EN EL SENO DE LAS ORGANIZACIONES1

José Ángel Fernández Cruz 2

R ESUMEN

La determinación de la responsabilidad penal imprudente en el seno de las organizaciones de


personas, como es el caso de los equipos médicos, constituye una de las cuestiones dogmáticas
y prácticas necesitadas de una mayor atención doctrinal. Nuestra propuesta parte de los princi-
pios de confianza y división del trabajo para establecer la omisión de la diligencia debida, y de
la teoría del dominio del hecho y de la ruptura de título de imputación para calificar penalmente
a cada uno de los que han contribuido culposamente en un resultado típico.

I. INTRODUCCIÓN Por otra parte, debemos dejar constan-


cia de la extremada confusión que se deriva

E
l acercamiento a determinadas cuestio- del propio estado de la ciencia. El hecho co-
nes de Parte General relacionadas con nocido de que a lo largo de muchos lustros el
el delito imprudente exige como míni- edificio de la dogmática penal se haya levan-
mo dos prevenciones. tado casi exclusivamente sobre los cimientos
Por un lado, ha de advertirse la condi- del delito doloso hace que el grado de clari-
ción necesariamente fragmentaria del conte- dad, solidez y coherencia en el tratamiento
nido del presente estudio, ajeno por razones de doctrinal de la imprudencia, y no digamos
extensión y naturaleza a cualquier pretensión jurisprudencial, esté muy lejos de alcanzar un
de abarcar los innumerables problemas que nivel comparable. En este sentido, Crespo
surgen en el estudio del delito imprudente3. Baquero no duda en afirmar que “el cuerpo
teórico de la imprudencia adolece todavía, al
1 Parte del contenido del presente documen- menos en España, de cierta inmadurez, inclu-
to fue expuesto en artículo “Estudio de la última so léxica y metodológica, de modo que es fá-
doctrina del Tribunal Supremo relativa a la impru- cil obtener cierta sensación de desconcierto
dencia punible en la construcción”, (en) El consul- al percibir la variedad de puntos de vista,
tor Inmobiliario. La Ley, núm. 11, marzo (2001).
métodos fines e incluso nomenclaturas con
No obstante, se han rectificado algunas de sus afir-
maciones, en especial, en la configuración de la que operan los diversos autores que se han
estructura del delito imprudente. La jurispruden- ocupado de la materia”4.
cia chilena citada en el presente artículo ha sido No obstante, el esfuerzo por dotar al
seleccionada por mi ayudante en el área de Dere- Derecho penal de respuestas que permitan
cho penal de la Facultad de Derecho de la Univer- administrar la frontera del riesgo asumible con
sidad Austral de Chile, Daniel Mercado Rilling.
2 Licenciado en Derecho U. Complutense de
Madrid. Profesor de Derecho Penal Facultad de
Ciencias Jurídicas y Sociales U. Austral de Chile. 4 Crespo Barquero, Pedro José, “Cuestiones
3 Véase, Bustos Ramírez, Juan, El delito de Parte General de los Delitos de Imprudencia.
culposo, Santiago de Chile: Editorial Jurídica de Problemas concursales”, (en) Estudios Jurídicos.
Chile, (2002). Ministerio Fiscal, Tomo V (1999), p. 558.
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el fin de salvaguardar intereses dignos de pro- llevado a que las recientes reformas penales
tección jurídico-penal, crece y se desarrolla. hayan introducido nuevos tipos imprudentes
El florecimiento de la dogmática relacionado que pretenden proteger bienes jurídicos como
con imprudencia se produce a partir de los el medio ambiente, la seguridad laboral o cier-
años sesenta de modo paralelo a una eclosión tos aspectos económicos. Normalmente, la
tecnológica capaz de acelerar la historia a un comisión, tanto de los tradicionales tipos im-
ritmo impensable5. Nos encontramos en una prudentes contra la vida y la integridad físi-
“sociedad del riesgo” para determinados bie- ca, como estos nuevos tipos penales, suele
nes jurídicos dignos de protección6. Esto ha realizarse en el seno de organizaciones con
una estructura y distribución de funciones. De
5 Crespo Barquero, Pedro José, “Cuestiones
esta manera, si relacionamos la anterior con-
sideración con una de las principales conclu-
de Parte General...”, cit., p. 558.
6 La protección de bienes jurídicos a través siones del presente artículo, como es la im-
del delito imprudente como el medio ambiente, for-
posibilidad de aplicar la participación en los
ma parte de una interesante polémica suscitada en- delitos imprudentes, podemos afirmar que el
tre aquellos que postulan un Derecho penal míni- establecimiento de unos criterios generales de
mo, y aquellos que, por el contrario, manifiestan imputación para determinar y comprobar, res-
que el Derecho penal debe proteger, bien nuevos pecto de cada uno de los intervinientes en el
bienes jurídicos, o bien nuevos ataques a bienes ju- seno de los grupos organizados, la falta de
rídicos penales ya existentes. Entendemos que debe cuidado exigido, supone en la actualidad uno
superarse la concepción de un Derecho penal que de los principales retos de la Teoría Jurídica
ha respondido a la protección de una determinada del Delito.
clase social, impune bien legalmente o de hecho, y
El presente artículo pretende ofrecer un
avanzar hacia un sistema punitivo más igualitario.
Respecto al tema que nos ocupa, no se puede man-
punto de partida en la doctrina penal chilena
tener a la vez la expulsión del Ordenamiento penal relativa a la elaboración de teoría general de
figuras como los delitos medioambientales o los imputación de la imprudencia en el seno de
delitos societarios, y mantener otras figuras delic- las organizaciones, por lo tanto, una crítica y
tivas como el hurto. Si queremos un Derecho penal posterior reflexión a lo que expondrá en las
mínimo, deberemos expulsar todos los delitos con- siguiente líneas, resulta imprescindible para
tra el patrimonio no violento. No obstante, la alar-
ma suscitada sobre la posible expansión indiscrimi-
nada del actual Derecho penal, no carece de sentido,
pero, más bien, no se centra sobre si una determi- so transformación, de un Derecho penal liberal a
nada conducta debe ser tipificada o no penalmente, un Derecho penal del Estado social. Sobre esta in-
sino cómo se ha tipificado. La reacción penal con- teresante cuestión véase: Hassemer, Winfried, Per-
tra el tráfico ilícito de drogas o el blanqueo de ca- sona, mundo y responsabilidad: bases para una
pitales, no ofrece dudas sobre su tipificación pe- teoría de la imputación en derecho penal, Muñoz
nal, la cuestión son sus respectivos ámbitos de Conde, Francisco y Díaz Pita, María del Mar (trad.),
aplicación. Creemos que la crítica a la expansión Valencia: Tirant lo Blanch (1999); Hassemer,
del Derecho penal debe dirigirse especialmente a Winfried y Muñoz Conde, Francisco, La responsa-
las actuales técnicas de tipificación contra el cri- bilidad por el producto en derecho penal, Valen-
men organizado, la delincuencia socioeconómica cia: Tirant lo Blanch (1995); Silva Sánchez, La ex-
y otras nuevas formas de criminalidad, que desde pansión del Derecho penal. Aspectos de política
una visión utilitarista y una deficiente comprensión criminal en las sociedades postindustriales (2ª ed.),
de estos fenómenos, han criminalizado conductas Madrid: Civitas (2001); Gracia Martín , Luis, “Qué
que, desde el concepto material del delito y la ratio es la modernización del Derecho penal. A la vez,
legis de los diferentes delitos, deberían quedar al una hipótesis de trabajo sobre el concepto de Dere-
margen del poder punitivo del Estado. Ha sido la cho penal moderno en materialismo histórico del
Escuela de Frankfurt dirigida por Hassemer la que orden del discurso de la criminalidad” (en) Libro
ha liderado la crítica contra la actual expansión homenaje al Prof. José Cerezo Mir (pendiente de
del Derecho penal. Esta posición ha sido mante- publicación); Henfendehl, Roland, “¿Debe ocupar-
nida en España por Silva Sánchez. Por el contra- se el Derecho penal de riesgos futuros?” (en) Re-
rio, Schünemann, y en nuestra doctrina, Gracia vista electrónica de Ciencia Penal y Criminología,
Martín postulan una necesaria ampliación, o inclu- núm. 4-14 (2002).
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su consecución. Pero previamente resulta ne- poderes, donde el legislador debe poseer el
cesario realizar una breve aproximación al tra- monopolio en la creación de delitos.
tamiento actual de la imprudencia que nos sir- A fin de evitar un abuso de este sistema
va de punto de partida en el tema específico por parte del legislador penal 8, dos requisitos
del presente trabajo.
8 Podemos ver un ejemplo de la falta de una

II. BREVE REFERENCIA A LA TEORÍA DEL orientación político criminal a la hora de seleccio-
DELITO IMPRUDENTE
nar las conductas merecedoras de un reproche pe-
nal a título de imprudencia en el CP español de
1995. Así, los dos requisitos mencionados no han
El CP Chileno, como viene siendo una sido tenidos en cuenta por el legislador español,
característica tradicional de los Códigos es- castigando conductas imprudentes que a juicio de
pañoles desde 18487, no ofrece definición ni la doctrina no merecían un reproche penal. En esta
dato alguno sobre lo que hay que entender por línea en el art. 391 CP se tipifican las falsedades
imprudencia o imputación a título de impru- documentales imprudentes; se castigan delitos im-
dencia, ni siquiera hace referencia a algunos prudentes de peligro abstracto, como el descrito en
sus signos distintivos o a su estructura. Por lo el art. 367 en relación con los arts. 359 y ss. CP
(sustancias nocivas para la salud pública); o, por
tanto, determinar el contenido y requisitos del
último, se configuran como delitos comunes, su-
tipo imprudente, se convierten en temas cen- puestos como el delito imprudente de blanqueo de
trales a desarrollar por la jurisprudencia y la capitales del art. 301 CP, exigiendo a los ciudada-
teoría jurídica del delito. nos un especial cuidado en un ámbito tan complejo
como son las transacciones monetarias o el siste-
1) El sistema de “numerus clausus” ma financiero. Pero a la vez, y en sentido contra-
rio, también se ha criticado “la irrelevancia penal
La práctica unanimidad de la doctrina se de la imprudencia en ámbitos como la insolvencia
punible, donde se le debe exigir un especial cuida-
decanta por este sistema, ya que se asocia a
do al deudor cuya solicitud de quiebra, concurso o
un mejor cumplimiento de la exigencia de suspensión de pagos, o en las relaciones sexuales
taxatividad en la construcción de los tipos donde se protege un bien tan importante como la
penales, es decir, a una rigurosa aplicación del libertad sexual” 8. También podría añadirse ciertos
principio de legalidad. silencios legislativos como la posibilidad de incri-
También, es considerado como un siste- minar la denegación de auxilio o la omisión del
ma que cumple en mayor medida con el prin- deber de socorro imprudente. Por último, somos
cipio de mínima intervención y subsidiariedad partícipes de la incomprensible destipificación de
la malversación imprudente de caudales públicos,
del derecho penal. No obstante, necesariamen-
cometidas por funcionarios públicos, que deja fue-
te esta afirmación no puede extenderse a to- ra del marco penal a quienes tienen como misión
dos los sistemas penales, ya que el legislador fundamental velar por dichos caudales, de manera
tiene libertad para tipificar todas las conduc- que al descuidarlos y perderlos infringen el más
tas imprudentes que considere políticamente importante deber objetivo de cuidado exigibles a
necesaria, sin verse limitado por las restric- autoridades y funcionarios de la Administración.
ciones que los tribunales y la dogmática pue- Si a ello se suma –en palabras de Crespo Barque-
den realizar en la aplicación del sistema abier- ro– “la despenalización paralela de la prevaricación
culposa cometida por autoridades y funcionarios
to de incriminación de la imprudencia. En
públicos de la Administración, pero no la de los
todo caso, este sistema resulta más respetuo- Jueces y Magistrados (art. 447 CP) o incluso la de
so con el mandato de determinación o Abogados y Procuradores (art. 467 CP), no es nada
taxatividad y con el principio de división de fácil entender el criterio que se ha seguido, salvo
que se caiga en la poderosa tentación que se en-
tiende demasiado bien”. Crespo Barquero, Pedro
7 El CP español de 1812 ofrecía en su art. 2 José, “Cuestiones de Parte General...”, cit., p. 578.
la siguiente definición: “Comete culpa el que li- El legislador de 1995 tal vez no hiló con de-
bremente, pero sin malicia, infringe la ley por al- masiada finura la selección de conductas mere-
guna causa que puede y debe evitar”. cedoras de ser tipificadas como imprudentes, y,
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deben concurrir para tipificar expresamente razones por las que se escogió este sistema9,
un tipo imprudente: “a) Su referencia a un sin duda, es de elogiar que, en una política
hecho especialmente grave. Así, tradicional- criminal del siglo XIX adoptara este sistema,
mente la imprudencia ha sido vinculada a ho- mucho más respetuoso, a priori, con los prin-
micidios, lesiones o incendios. En el mismo cipios de subsidiariedad y mínima interven-
sentido, no se suele tipificar la comisión im- ción. Incluso esta nota de excepcionalidad se
prudente de delitos de peligro abstracto o de manifiesta a la hora de su calificación penal,
delitos que no encierran al menos una peli- ya que propiamente su comisión no da lugar a
grosidad concreta. b) Que el sujeto activo un delito sino a un cuasidelito, siguiendo en
tenga un especial deber de cuidado en fun- ello la vieja tradición de los juristas italianos.
ción de su profesión, oficio, cargo o posi- No obstante, el sistema de incriminación
ción jurídica. de la imprudencia debemos calificarlo como
El CP chileno de 1847 en su art. 10 núm. de “numerus clausus imperfecto”: los arts.
13 estableció ya un sistema de incriminación 490, 491 y 492 CP contemplan reglas genera-
cerrado de la imprudencia. Aunque no cons- les de tipificación imprudente que afectan a
tan en las Actas de la Comisión Redactora las varios artículos. De esta manera, siguen apa-
reciendo dudas sobre si ciertos tipos penales
aceptan la posibilidad de comisión impruden-
como hemos señalado, no sólo por exceso, sino tam- te 10. Es decir, en los supuestos más graves y
bién por defecto. Lo cual es preocupante, porque más frecuentes persisten los problemas de in-
pone al descubierto que, más que una tendencia seguridad jurídica y quiebra arbitraria del
escorada en demasía hacia posiciones bien represi- principio de mínima intervención.
vas, bien laxas, podríamos encontrarnos sencilla- Por lo que respecta a los efectos negati-
mente ante una palmaria falta de criterio. vos que pueden causar la instauración del sis-
Así, este criterio político criminal –si es que tema de numerus clausus, uno de los princi-
se puede calificar como criterio– en el que se in-
pales temores radica en la posibilidad de que
cluyen figuras de lo más variopinto, que afecta en
ocasiones a bienes jurídicos instrumentales, o a bie- los jueces extiendan el ámbito del dolo más
nes jurídicos difusos, al tiempo que olvida otros allá de lo admisible, para no dejar sin casti-
supuestos que parecen clamorosamente necesitados
de cobertura. Quizá, la solución estribe –conforme
con la tendencia doctrinal más extendida, sobre todo 9 Politoff Lifschitz, Sergio, Derecho penal,
en el norte de Europa– en reservar la sanción penal (T. I), Santiago de Chile: Editorial Jurídica ConoSur
a aquellas conductas descuidadas que afectan a los (1997), p. 497.
bienes jurídicos más sensibles (vida, integridad fí- 10 La interpretación de la doctrina y jurispru-
sica...), y en la medida en que tales conductas des- dencia nacionales ha reducido el alcance de esa
emboquen en lesiones serias o graves riesgos para regulación de entre los delitos previstos en el Títu-
la indemnidad de tales intereses. El resto, en apli- lo VIII del Libro II, únicamente al homicidio y le-
cación del principio de mínima intervención y ulti- siones, quedando excluidas otras figuras de ese tí-
ma ratio, debería relegarse a la capacidad repara- tulo, como el duelo y los delitos contra el honor. El
dora del Derecho civil o al ámbito sancionador duelo culposo es conceptualmente imposible y res-
administrativo. Crespo Barquero, Pedro José, pecto de los delitos de injuria y calumnia, su ex-
“Cuestiones de Parte General...”, cit., p. 581. En clusión radica en la necesidad de que concurra un
conclusión, y a pesar de las críticas que hemos re- elemento subjetivo del injusto, como es la inten-
señado, la implantación de este sistema al nuevo ción de ofender. También se excluyen, conforme
CP se adecua con mayor rigor a las exigencias téc- con la doctrina y jurisprudencia chilenas, aquellos
nico-jurídicas y de garantía de la norma penal. Pero, delitos que incorporan expresamente una mención
sin embargo, resulta dudoso que haya limitado de al dolo (de propósito, maliciosamente o con cono-
modo efectivo la incriminación a título de impru- cimiento de las relaciones que los ligan, etc.). En
dencia, en virtud del principio de mínima interven- estos casos, no sólo se excluye la culpa sino tam-
ción penal, pareciendo por el contrario al examinar bién el dolo eventual. De ahí que no sean admisi-
la Parte Especial que la imprudencia ha extendido bles las hipótesis culposas de parricidio, ni las de
sus dominios a sectores que le estaban tradicional- castración o de mutilación (arts. 395 y 396). Politoff
mente vedados o cuya presencia era controvertida. Lifschitz, Sergio, Derecho..., cit., p. 517.
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gar ciertas conductas imprudentes que consi- menor cobertura legal que ofrece el NCP para
deren especialmente reprochables11. Así, po- el castigo de los supuestos de error de tipo
dría darse un efecto perverso en contra de la evitable, así este sistema específico determi-
opción político-criminal de aplicar el princi- nará que algunos supuestos de error evitable
pio de mínima intervención en los delitos im- queden impunes 13 . A este respecto, la posi-
prudentes. Respecto a esta posición, entende- bilidad de que queden impunes algunos su-
mos que no es admisible que el legislador puestos de error de tipo evitable no debe ser
renuncie a implantar principios informadores criticada a priori: la crítica no reside en la apli-
básicos del Derecho, como son los principios cación de este sistema, sino en si una determi-
de seguridad jurídica, mínima intervención y na omisión de una diligencia debida debe o no
ultima ratio, debido a la sospecha de que en el tipificarse conforme con el concepto material
futuro los jueces no respetarán las decisiones de delito.
del legislador o pervertirán las reglas genera-
les de imputación. Si los órganos judiciales 2) Concepto y estructura del tipo
imputan a título de dolo hechos no conocidos imprudente
por el autor, sencillamente se estará infringien-
do el principio de legalidad. Superada la denominada teoría psicoló-
No obstante, y a este respecto, parte de la gica de la culpabilidad auspiciada por los
doctrina, en función de las nuevas teorías rela- autores clásicos como consecuencia de la con-
tivas al contenido del tipo imprudente –que cepción positivista del Derecho penal, resu-
fundamentan el título de imputación en el ele- mible en la idea de que lo objetivo pertenece
mento intelectivo– postulan que no se trata de al tipo penal, y lo subjetivo a la culpabilidad,
censurar que los tribunales conviertan en mostró con prontitud su insuficiencia al en-
dolosas conductas imprudentes atípicas, sino frentarse con la necesidad de explicar el deli-
que en muchas ocasiones se tratará de averi- to imprudente. La dificultad para perseguir
guar si en rigor son verdaderamente impru- penalmente la culpa –sobre todo la culpa cons-
dentes o dolosas, sin perjuicio de propugnar ciente– desde postulados que anudaban el
la correspondiente graduación punitiva entre concepto de culpabilidad al nexo psíquico
los diferentes tipos dolosos12. entre acción y resultado, cuando precisamen-
Otra cuestión que también se ha critica- te se trataba de acciones ciegas que por esen-
do a raíz del nuevo CP español, se refiere a la cia incorporaban un error sobre el nexo cau-
sal, exigió forzosamente la reelaboración del
11 Esta posible tendencia de los tribunales de
concepto de imprudencia desde otra óptica.
Tarea que, como es sabido, desembocó –a
evitar ese margen de impunidad, mediante el re-
curso de convertir tales conductas en dolosas, es partir de las formulaciones de Engich y Mez-
también consciente Tribunal Supremo español, que guer, y desarrollado por la Escuela Finalista–
en su sentencia de 15-3-1997, no duda en afirmar en la inclusión de los conceptos de dolo e
que: “el sistema de incriminación específica puede imprudencia al ámbito de la tipicidad. Ade-
provocar efectos indeseados; en particular, puede más, se formuló la idea clave del deber obje-
dar lugar a un desarrollo interpretativo, en clave tivo de cuidado que pasó a constituir la base
ampliadora, del dolo eventual, en detrimento de las y el fundamento de la imputación criminal a
construcciones culposas fronterizas con esta for-
título de imprudencia14.
ma de dolo, la denominada culpa consciente o con
representación mental, por parte de los tribunales Como hemos manifestado anteriormen-
(...) en supuestos en que el juzgador se ve abocado te, no existe una definición auténtica o legal
a optar entre la absolución del sujeto (...) y la con-
dena por dolo eventual. Feijoo Sánchez, B., “La
imprudencia en el Código Penal de 1995 (cuestio- 13 Morales Prat, Fermín, Comentarios al nue-
nes de lege data y de lege ferenda)”, Cuadernos de vo Código Penal (Dir.) Quintero Olivares, Gonza-
Política Criminal, núm. 62/1997, p. 318. lo, Madrid: Aranzadi (1996), p. 93-94.
12 Crespo Barquero, Pedro José, “Cuestiones 14 Chaclón Montalvo, José Antonio, “Sobre
de Parte General...”, cit., p. 586. la evolución dogmática...”, cit., p. 237.
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de la imprudencia, por lo que conserva plena mento en un deber de evitación mediato o in-
validez el concepto y elementos desarrolla- directo.
dos durante décadas por la doctrina y juris- En este mismo sentido, Luzón Peña, si-
prudencia. Como aproximación al concepto guiendo a la doctrina alemana, afirma que en
de imprudencia, de las innumerables defini- toda conducta dolosa existe, al igual que en
ciones que la doctrina ha aportado, destaca- la imprudente, una infracción de un deber ob-
mos la ofrecida por Cerezo Mir: “un delito jetivo de cuidado, ya que la mayor y más cla-
imprudente es aquél que como consecuencia ra infracción del cuidado debido para no le-
de la inobservancia del cuidado debido se sionar bienes jurídicos es lesionarlos
produce un resultado material, externo o pe- voluntariamente. Así, podemos concluir que
ligro concreto de un bien jurídico, o concu- la relación entre ambas clases de tipos subje-
rre una determinada cualidad de acción, no tivos no es de recíproca exclusión, sino de
queridos”15. concurso de leyes, concretamente una relación
Partimos del presupuesto dogmático que de subsidiariedad17.
la imprudencia, al igual que el dolo, no cons- Lo que difiere en el delito imprudente
tituyen conceptos ontológicos o psicológicos, radica en que no se infringe el deber de evitar
sino términos normativos que deben ser in- un determinado hecho tipificado en la parte
terpretados por la jurisprudencia, y la dogmá- especial, sino de “tener cuidado” con ese mis-
tica16. Ambos tienen su fundamento en la in- mo hecho. Por esta razón la doctrina mayori-
fracción de un deber como concreción de la taria menciona el deber de cuidado como fun-
norma de conducta. No constituye un elemen- damento del tipo imprudente18. Esta relación
to exclusivo de la imputación imprudente; en mediata entre el tipo objetivo y los deberes
realidad, lo que sucede es que la infracción impuestos justifica no sólo la menor penali-
del deber es tan palmaria en el dolo que no dad establecida en general para el tipo impru-
hace falta detenerse o insistir sobre este as- dente, sino también el sistema de numerus
pecto normativo del delito doloso. clausus establecido en el CP.
Así, tenemos que señalar desde el inicio La doctrina tampoco ofrece una estruc-
que el estudio de la omisión de una diligencia tura homogénea de la imprudencia. Como
debida no constituye un elemento exclusivo ejemplo veamos las diferentes concepciones
del delito imprudente. Tanto los tipos dolosos de dos de los más importantes penalistas es-
como imprudentes se infringen un deber. La pañoles. Mir Puig ofrece la siguiente estruc-
diferencia estriba en que si se conoce este tura: una parte objetiva, que a la vez incluye
deber, y a pesar de ello se realiza el hecho la infracción de la norma de cuidado como
tipificado como delito sin querer evitarlo, se desvalor de la acción, y el resultado que vie-
incurre en un tipo doloso; en cambio, la res- ne establecido en el tipo doloso (desvalor del
ponsabilidad por imprudencia tiene su funda- resultado); una parte subjetiva que requiere
el elemento positivo de haber querido la con-
ducta descuidada, ya sea con conocimiento del
15 Cerezo Mir, José, Curso de Derecho..., cit.,
peligro que en general entraña, o sin él, y un
p. 151. Mir Puig define la imprudencia como el elemento negativo de no haber querido el au-
hecho en que un “sujeto no quiere cometer el he- tor cometer el hecho resultante19.
cho previsto en el tipo doloso, pero lo realiza por
Por otra parte, Cerezo Mir entiende que
la infracción de una norma de cuidado, es decir,
por la inobservancia del cuidado debido. Mir Puig, la imprudencia tiene, como elementos funda-
Santiago, Derecho Penal..., cit., p. 268.
16 En contra Mir Puig, quien mantiene que la
17 Luzón Peña, Diego-Manuel, Curso ..., cit.,
diferencia entre el dolo y la imprudencia estriban
en que el primero es un fenómeno de contenido fun- p. 497.
18 Feijoo Sánchez, Bernardo “La impruden-
damentalmente psicológico, mientras que la impru-
dencia es un fenómeno básicamente normativo. Por cia...”, cit., p. 302.
19 Mir Puig , Santiago, Derecho Penal..., cit.,
todos, Mir Puig, Santiago, Derecho Penal..., cit.,
p. 272. p. 274.
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mentales, dos psicológicos –uno negativo re- putación objetiva, en especial, la creación de
ferido a la ausencia de intención o dolo, y otro un riesgo no permitido o el aumento ilícito de
positivo concretado en la previsibilidad o un riesgo permitido. Esta situación, si bien
evitabilidad del resultado medida con crite- concurrirá en la mayoría de las ocasiones, en
rios objetivos de normalidad o referencia al algunos supuestos no es así. Veamos el si-
hombre medio, aunque no faltan alusiones a guiente supuesto fallado en la Corte de Ape-
la previsibilidad subjetiva conformada por las laciones de Santiago, donde se planteó si un
circunstancias personales del autor– y otro posible error de diagnóstico ocasionó la muer-
normativo que se reconoce al deber objetivo te de un paciente. La sentencia concluye, ci-
de cuidado dimanante del ordenamiento jurí- tando a la doctrina21, “que no se infringe el
dico o de normas socioculturales20. deber de cuidado cuando en la situación con-
Como hemos manifestado la omisión de creta su obedecimiento no hubiere evitado el
una diligencia debida constituye un elemento resultado acaecido. Si, en el evento de una
común tanto en tipo doloso como el tipo im- acción técnicamente correcta, el desenlace
prudente. Esta omisión de la diligencia debida fuese el mismo [si la acción hubiese sido téc-
en el ámbito del tipo doloso está relacionada nicamente incorrecta], entonces el error
directamente con los criterios de imputación o fallo cometido no ha sido jurídicamente
objetiva en los tipos dolosos de resultado, en irrelevante frente al mismo, y la ley requiere
especial, en la creación de un riesgo no permi- que el daño se produzca por negligencia cul-
tido o aumento ilícito de un riesgo permitido. pable”.
La omisión de la diligencia debida, al Si bien resulta correcto el fallo de la
menos en el tipo imprudente, posee un ámbi- Corte de Apelaciones, en el sentido de que los
to de aplicación autónomo que circunscribe a hechos no son típicos, entendemos que su ar-
la acción típica, y no debe confundirse con gumentación es un claro ejemplo de la confu-
los criterios normativos de la imputación ob- sión entre el acción típica y la imputación
jetiva que opera en el ámbito de resultado objetiva del resultado en el ámbito del delito
típico. Para establecer la tipicidad objetiva del imprudente. Si existió un error en el diagnós-
delito imprudente, será necesario, en primer tico del paciente debido a una vulneración de
lugar, determinar si se ha producido una omi- su lex arti, es decir, evitable o vencible, de-
sión de la diligencia debida, en caso afirmati- beremos afirma que ha existido una omisión
vo, no significa que se pueda imputar el re- de una diligencia debida, ya que esta omisión
sultado, para esto es necesario realizar un no constituye un elemento exclusivamente pe-
segundo juicio, que coincide, como no puede nal, sino que su naturaleza es extrapenal, en
ser de otra manera, con los criterios de impu- este caso administrativa. La determinación de
tación objetiva del resultado en el tipo dolo- la omisión de la diligencia debida no depen-
so. Así, será necesario establecer relación de del resultado típico, sino de la exigencia,
causalidad natural entre la omisión de la dili- en este caso, de un diagnóstico adecuado. Si
gencia debida y resultado, para posteriormente al médico se le podía exigir un diagnóstico
determinar que el resultado ha sido la expre- adecuado, existió una omisión de una diligen-
sión del riesgo implícito en la omisión de la cia debida: estamos ante un hecho que no se
diligencia debida. Esta propuesta sobre la es- puede obviar.
tructura del delito imprudente parece deno- Por lo tanto, este caso debe resolverse
tar una tautología, ya que, si previamente se en el seno de la relación de causalidad. Así,
ha determinado la omisión de la diligencia nuestra posición toma como presupuesto la
debida, no resulta necesario establecer con teoría de la imputación objetiva donde es
posterioridad los criterios normativos de im-
21 Sentencia de la Corte de Apelaciones de
20 Cerezo Mir, José, Curso de Derecho..., cit., Santiago de 4 de mayo de 1993. Kunsemüller, Car-
p. 166; Mir Puig , Santiago, Derecho Penal..., cit., los, “Responsabilidad penal del acto médico” (en)
p. 273. Revista de Derecho, Vol. 13, núm. 2.
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necesario realizar una doble valoración: una demostró Roxin, el principio de incremento del
relación de causalidad natural entre la acción riesgo resulta especialmente valioso para re-
y el resultado; y una constatación de que el solver los problemas de cursos causales hipo-
resultado es expresión del riesgo implícito en téticos, sobre todo en el marco de los delitos
la acción, o bien de los que pretende evitar la imprudentes. Estos supuestos se caracterizan
norma penal. porque puede afirmarse que el resultado ha-
Teniendo presente la anterior afirmación, bría acaecido con la más alta probabilidad
en primer lugar, establecida la omisión de la aunque el sujeto no hubiese actuado como lo
diligencia debida, debería comprobarse la re- hizo23: es decir, a pesar de la infracción del
lación de causalidad natural entre acción y el deber de cuidado, y la relación de causalidad
resultado. Si el paciente falleció a consecuen- natural, no existiría un incremento del riesgo
cia de otras acciones o factores, deberíamos no permitido, o, de forma más ilustrativa, una
concluir que si bien existió una omisión de la “omisión de la diligencia típica”, término que
diligencia debida –que puede ser depurada en se contrapone con la “omisión de la diligen-
el orden disciplinario– la acción que se reali- cia debida extrapenal”. Así, en el caso del
zó no fue la causa natural del resultado. Esto ejemplo que nos ocupa, imaginemos que a raíz
parece fue lo que sucedió en el ejemplo que del diagnóstico erróneo se realiza un trata-
estamos comentando: se produjo un error en miento u otro tipo de operación que le produ-
el diagnóstico pero la muerte se produjo a ce la muerte al paciente, pero que el fatal re-
consecuencia de la “agresividad de los gér- sultado hubiera acaecido con la más alta
menes que provocó la peritonitis que se de- probabilidad debido a la verdadera enferme-
tectó en la operación”. dad que éste padecía, y con independencia del
En segundo lugar, el caso de que concu- tratamiento médico correcto. No obstante,
rriera la relación de causalidad natural, toda- como hemos manifestado, estos supuestos re-
vía nos quedaría por comprobar si el resulta- sultan excepcionales, pues una infracción del
do es expresión del riesgo creado, o en otras deber de cuidado conlleva en la mayoría de las
palabras, que exista una posibilidad de con- ocasiones un incremento del riesgo típico.
trol del curso causal, en caso contrario, cuan- Otro supuesto donde se equipara la omi-
do no sea posible producir o evitar finalmen- sión de la diligencia a la relación de causalidad
te el resultado, éste aparecerá simplemente se puede apreciar en el fallo de la Corte Su-
como un resultado causado por la acción de prema, donde se demostró la omisión de una
una persona, pero no imputable objetivamen- diligencia médica pero no quedó demostrado
te a dicha acción22. que ésta fuese la causa de la muerte. La sen-
Llegado a este punto, la cuestión que tencia declara como hechos probados una se-
debemos plantearnos es si resulta necesario rie de omisiones por parte del médico, como
comprobar este requisito en el delito impru- son el examen superficial del paciente y su
dente, o por el contrario resulta suficiente para no-hospitalización. El certificado médico de
imputar objetivamente un resultado a una de- defunción señaló como causa de la muerte una
terminada acción, la omisión de la diligencia bronconeumonía. A pesar de los indicios de
debida y la constatación de la relación de criminalidad que presentó este caso, no se
causalidad natural. A este respecto, mantene- practicó la autopsia por indicación de la fa-
mos que, si bien en la mayoría de las ocasio- milia. Así, no pudo demostrarse con certeza
nes el riesgo emanado de la omisión de la di- la relación de causalidad natural entre la omi-
ligencia debida, establecida la relación de sión de la diligencia debida y el resultado pro-
causalidad natural, se reproducirá en la im- ducido. El Tribunal omitió probar uno de los
putación objetiva del resultado, en algunos elementos objetivos del tipo penal como es la
supuestos no ocurrirá así. En este sentido, como relación de causalidad, elemento que segura-

22 Gómez Benítez, José Manuel, Teoría Jurí- 23 Gómez Benítez, José Manuel, Teoría Jurí-
dica..., cit., p. 186. dica..., cit., p. 188.
2002] FERNÁNDEZ: EL DELITO IMPRUDENTE: LA DETERMINACIÓN… 109

mente si se hubiera realizado la autopsia ha- 1. Tipicidad


bría concurrido24.
Respecto a la previsibilidad objetiva, A) Un tipo objetivo compuesto:
entendemos que constituye en el elemento
diferenciador respecto al tipo doloso. La vo- a) Por la omisión de la diligencia debida
luntad, al menos eventual, de la tipicidad como desvalor de la acción.
dolosa, hace necesario incluir un criterio de b) En el caso de que estemos ante un delito
imputación subjetiva en el tipo imprudente. de resultado: a) una relación de causa-
Es decir, si el sujeto no quería realizar el tipo lidad entre la omisión de la diligencia
doloso, se deberá comprobar que, al menos, debida y el resultado acaecido25; y la
pudo prever, o mejor dicho, pudo exigírsele constatación de que el resultado sea ex-
prever los riesgos que implicó la omisión de presión del riesgo implícito en la ac-
su diligencia debida. Si el dolo típico es con- ción26.
siderado como un dolo general, con indepen-
dencia de la culpabilidad, reprochabilidad o B) Un tipo subjetivo compuesto por dos ele-
responsabilidad del sujeto, la previsibilidad mentos positivos y uno negativo
objetiva debe considerarse como la impruden-
cia general en los tipos imprudentes. a) El de haber querido realizar la conducta
Relacionado con la anterior afirmación, descuidada.
la denominada previsibilidad o evitabilidad b) La previsibilidad objetiva de los elemen-
subjetiva en los delitos imprudentes debe ubi- tos del tipo objetivo.
carse en el seno de la imputación personal del c) El no haber querido el autor cometer el
sujeto. hecho resultante el desvalor del resul-
Teniendo presente las sistematizaciones tado 27 .
ofrecidas por la doctrina, y las anteriores con-
sideraciones, podemos extraer la siguiente 25 La no-concurrencia del resultado en los
propuesta sobre la estructura del delito im- tipos imprudentes de lesión hace impune penal-
prudente: mente la conducta. Así, el concreto curso causal
hace que una omisión de una diligencia debida de-
termina que la sea o no atípica (y normalmente
24 No obstante, una reciente corriente doctri- constitutiva de una infracción administrativa). La
nal, Jakobs y Choclan Montalvo, entre otros, re- falta de dolo respecto del curso causal ha llevado a
chazan la infracción del deber de cuidado como parte de la doctrina alemana (Radbruch, Mayer) a
elemento autónomo de delito culposo; el elemento afirmar que realmente en los tipos imprudentes de
objetivo en el delito culposo no se define de forma resultado se produce una “vergonzante responsa-
diferente del delito doloso, se requiere en ambos bilidad por el resultado”. Pero como manifiesta
casos una acción que realice un peligro jurídica- acertadamente Jakobs, el curso causal resulta cog-
mente desaprobado. Desde este punto de vista, la noscible por el autor, y por ello, evitable. Más bien,
infracción del deber de cuidado no es otra cosa que como afirma el citado autor, “el que no se acaezca
la creación de un riesgo ya no permitido. Una de el resultado supone una causalidad en función de
las principales consecuencias de esta posición doc- un actuar imprudente”. Jakobs, Günther, Derecho
trinal reside en entender la imprudencia como un penal..., cit., p. 395.
26 Recuérdese que gran parte de la doctrina,
caso de imputación objetiva del resultado con au-
sencia de dolo, esto es, que la imprudencia y el error conforme con los principios de mínima interven-
de tipo responden a una misma situación fáctica. ción y de subsidiariedad, el legislador penal sólo
Por otra parte, la nueva redacción del art. 14 CP debería castigar resultados cometidos imprudente-
parece implícitamente recoger esta postura doctri- mente, relegando al ámbito civil y administrativo
nal. Jakobs, Günter, Derecho penal. Parte general. las imprudencias sin resultado.
27Debemos realizar una somera mención a la
Fundamentos y teoría de la imputación (2ª ed.),
Madrid: Marcial Pons (1997), cit., p. 391; Choclan diferencia entre el error de prohibición y la impru-
Montalvo, José Antonio, “Sobre la evolución dog- dencia, como supuestos que tienen en común que
mática de la imprudencia (en) AP, núm. 48, p. 986- el sujeto no quiere realizar el tipo penal. Ambos
989. son supuestos de error, pero en la imprudencia el
110 REVISTA DE DERECHO [VOLUMEN XIII

2. La responsabilidad o reprochabilidad 3) La omisión de la diligencia debida como


fundamento de la imprudencia
a) La previsibilidad o evitabilidad subjeti-
va del tipo penal28 . De entre los elementos necesarios que
configuran la estructura del tipo imprudente,
nos detendremos exclusivamente en el estu-
autor puede tener un conocimiento genérico de la dio de la omisión de la diligencia debida,
ley, pero no en concreto del hecho, por el contrario puesto que la inobservancia del cuidado ob-
en los supuestos de error de prohibición conoce su jetivamente debido, o mejor dicho, la realiza-
hecho, pero no que está prohibido u obligado.
28 No obstante, para afirmar la tipicidad del ción de una acción que no responda al cuida-
delito imprudente, tenemos que recordar que es do objetivamente debido constituye el eje
necesario –no sólo incumplimiento de las reglas central de los delitos imprudentes29.
generales de cuidado, conforme con la normativa
extrapenal y la lex arti– sino también, y en virtud A) El carácter objetivo de la omisión de la
del principio de culpabilidad, una individualización diligencia debida
del riesgo o previsibilidad subjetiva de la omisión
de la diligencia debida. Choclan Montalvo, J. An- El deber cuidado, se trata del cuidado
tonio, Deber de cuidado..., cit., p. 99. Jorge Mera
necesario para el desarrollo de una actividad
ha puesto de relieve, desde el punto de vista de los
derechos humanos, la necesidad de que la culpabi- determinada; una persona que no pueda ob-
lidad –o en nuestro caso, la imputación subjetiva– servarlo está obligada a abstenerse de su rea-
se vincule “a la capacidad de respuesta real del su- lización, es por tanto un deber objetivo. No
jeto” para “comportarse de acuerdo con la norma”. es posible que su contenido se determine en
Por otra parte, la determinación de la responsabili- función de la capacidad individual. Si cada
dad trae a discusión la ubicación de los denomina- persona estuviera obligada únicamente a pres-
dos “conocimientos especiales del sujeto” y sus tar el cuidado o diligencia que le fuera posi-
“específicas particularidades”. Entendemos en este
ble, según su capacidad y facultades persona-
sentido que, si queremos realizar la determinación
de la diligencia debida a través de juicio que con- les para realizar cualquier tipo de actividad
sista en ponerse en la situación ex ante del sujeto, en la vida social, se produciría el caos más
deberemos tener presente sus especiales cualida- absoluto30.
des y conocimientos. Pero en todo caso, deberá rea- Por lo tanto, desde que la doctrina ma-
lizarse desde una prima objetivo, es decir, si un yoritaria considera la imprudencia como una
médico cirujano posee una especial destreza para forma de desvalor de la acción y por lo tanto
realizar cierto tipo de operaciones, la sociedad en perteneciente al injusto típico, la infracción
general tenderá a reconocerle esa capacidad a tra-
de una diligencia o cuidado debe tener una
vés, por ejemplo, de un puesto de mayor responsa-
bilidad profesional. Así, el juicio de imputación naturaleza objetiva y general31. Esto supone
objetiva deberá realizarse desde el prisma, en este que se impone a todos los ciudadanos en esta
caso, de un cirujano jefe de un hospital. Sobre esta situación una diligencia atribuible a todo su-
cuestión, véase Bustos Ramírez, Juan, El delito jeto inteligente y cuidadoso, conforme con las
culposo, Santiago de Chile: Editorial Jurídica de formas del “hombre medio ideal” o el bonus
Chile (2002), pp. 38 a 44. Como manifiesta acerta-
damente el autor citado, la previsibilidad debida o
exigida debe realizarse “conforme a la acción de-
sarrollada de acuerdo con las circunstancias fácticas 29 Por todos, Cerezo Mir, José, Curso de De-
y personales”, otro juicio diferente es la capacidad recho..., cit., p. 163.
de respuesta del sujeto que pertenece a la teoría del 30 Cerezo Mir, José, Curso de Derecho..., cit.,
sujeto responsable. Por lo tanto, y como conclu- p. 155. El autor mantiene que es un deber objetivo
sión, la previsibilidad subjetiva comprendería: el que no se incluye dentro del tipo del injusto como
juicio de imputabilidad o como lo define el autor hacen otros autores, puesto que supondría que de-
citado “exigibilidad sistémica”, exigibilidad de la bería haberse previsto la posibilidad de la produc-
conciencia del injusto y exigibilidad de otra con- ción del resultado.
ducta. Bustos Ramírez, Juan, El delito culposo..., 31 Luzón Peña, Diego-Manuel, Curso..., cit.,
cit., p. 44 y pp. 99 a 106. p. 500.
2002] FERNÁNDEZ: EL DELITO IMPRUDENTE: LA DETERMINACIÓN… 111

pater familias del Derecho romano. Además, B) Fuentes de la omisión de la diligencia


si se trata de una actuación profesional se debe debida
añadir el cuidado que debe y puede cumplir
el buen profesional. Con esa infracción del Como es sabido, el Derecho penal no
cuidado objetivamente debido existe una con- genera obligaciones sino que exclusivamente
ducta objetivamente imprudente, un indicio de establece penas a unas determinadas conduc-
antijuridicidad, con independencia de si el su- tas que tienen como presupuesto, precisamen-
jeto concreto, debido a una capacidad o fa- te, el incumplimiento de un deber-obligación.
cultades anímicas deficientes o perturbadas o Esta situación es especialmente palpable en
por una peculiar situación individual, no esté el caso del delito imprudente.
en condiciones de comprender o de cumplir La determinación de una conducta im-
el deber objetivo de cuidado. De esta forma prudente puede realizarse a través de tres vías,
la imprudencia corresponde ubicarlo en la que pueden concurrir bien individualmente o
tipicidad como un elemento objetivo. El suje- cumulativamente:
to que no ha infringido la norma de cuidado,
que ha mantenido la diligencia exigida, aun- a) En la infracción de disposiciones de nor-
que pueda lesionar un bien jurídico protegi- mas extrapenales. Los límites de riesgo
do, no realiza un acto típico. tolerados son con frecuencia estableci-
El contenido y estructura que propone- dos por normas primarias extrapenales
mos del estudio de la principal doctrina que se que comportan una serie de medidas pre-
ha ocupado de esta materia, es el siguiente: ventivas destinadas a evitar el resulta-
do establecido en el propio delito im-
1. La infracción del deber de cuidado, que prudente.
b) En ciertas reglas técnicas (lex arti) que
en el seno de las sociedades modernas
fijan el cuidado objetivamente debido en
altamente tecnificadas normalmente se
el desempeño de la profesión. Las reglas
manifestará en la superación de un ries-
del arte o técnicas, basadas en la expe-
go no permitido. Los límites a un riesgo
riencia y aceptadas por la generalidad de
permitido varían de una actividad a otra
la comunidad profesional donde ejerzan
en función de una ponderación de inte-
su ámbito, y donde sólo es predicable
reses, como son, por una parte, el valor
una función indiciaria.
de los bienes jurídicos amenazados, el
Interesante es el caso en que la norma
grado de peligro que corren y las posi-
primaria extrapenal ha quedado obsoleta
bilidades de control; y por otra, la im- en atención a la evolución de la ciencia
portancia, necesidad social y beneficios o la técnica. Es decir, se produce un con-
de la conducta peligrosa. flicto entre la norma extrapenal y la lex
arti. En estos casos, el profesional o
2. Una infracción mínimamente importante científico debe conocer el estado de la
del deber de cuidado. Derivado el princi- ciencia, y en principio adecuar su con-
pio de mínima intervención y ultima ratio ducta a ésta33.
queda excluida la imprudencia mínima o
levessima, aunque de ésta se pueda deri-
var un resultado grave. La misma conduc- 33Este conflicto acaeció en España con las
ta podrá constituir simplemente un ilíci-
transfusiones de sangre infectadas con el virus del
to civil o administrativo32. Sida. Hasta la Orden de 10 de octubre de la Conse-
jería de Sanidad de Cataluña, y hasta la Orden del
Ministerio de Sanidad y Consumo de 18 de febrero
de 1987, para el resto del Estado, no se exigió
32 Por todos, 31Luzón Peña, D. M., Curso de reglamentariamente la aplicación de las reglas
Derecho penal. Parte General, Madrid, (1996), serológicas para la detección de anticuerpos anti
p. 505. VIH. Sin embargo, la evolución de la ciencia, ex-
112 REVISTA DE DERECHO [VOLUMEN XIII

c) Y por último, en los casos en que la di- que admiten determinados grados de riesgo
námica social no haya establecido o de- permitido.
sarrollado normas de cuidado o una de- El CP en sus arts. 490 y ss. clasifica cua-
terminada lex arti, mediante el criterio tro tipos de imprudencia; la imprudencia te-
de la conducta que observaría en esa si- meraria, la imprudencia simple profesional
tuación concreta una persona inteligente médica, la imprudencia simple en la custodia
y sensata de la misma profesión o círcu- de animales feroces, la imprudencia simple
lo social. de infracción de reglamentos. No obstante,
materialmente, estamos ante dos formas de
En sentido inverso, la adecuación de la manifestarse una conducta negligente: a) la
acción a los parámetros establecidos en cual- “imprudencia temeraria” o “negligencia inex-
quiera de estas fuentes determinará la falta de cusable” (arts.. 490 CP, 244, Nº 1, 225, 288
una conducta típica. inc.2, 229, 324 y 289 inc. 2º CP); y la impru-
dencia simple o leve que es definida con ex-
4. La gravedad de las conductas presiones tales como “descuido culpable”
imprudentes (arts. 302, 337 inc. 2º, 491 inc. 2º CP), “igno-
rancia culpable” (art. 329), “negligencia cul-
En gran parte de los ordenamientos jurí- pable” (arts. 491, 494 Nº 10 y 495 Nº 21
dicos penales se establecen distintas clases de CP)35.
imprudencia atendiendo a su gravedad, que Respecto a la mera imprudencia o im-
suele expresarse con los términos impruden- prudencia leve el CP exige en su art. 492 una
cia temeraria o grave e imprudencia simple o infracción de reglamentos. Realmente en es-
leve. tos casos no se deriva un mayor grado de cul-
Silvela definió la imprudencia grave como pa cuando el tipo penal requiere una “infrac-
“aquel cuidado y diligencia, aquella atención ción de reglamentos”36, sino que delimita las
que puede exigirse al hombre menos cuida- fuentes de la omisión de una diligencia debi-
doso, atento o diligente”, baremo que es uti- da. Además, la configuración del art. 492 CP
lizado de manera general por los tribunales como un tipo penal en blanco no debe enten-
de justicia34. derse como una merma del principio de lega-
Para establecer la gravedad de inobser- lidad, sino, como manifiesta acertadamente
vancia de la norma de cuidado se debe tener Bustos Ramírez, refuerza más aún los princi-
presente tanto la peligrosidad de la conducta pios garantistas del Derecho penal 37, ya que,
como la valoración social del riesgo. A la vez, en caso de omitirse, el ámbito de aplicación
para determinar la peligrosidad de la conduc- sería mucho más amplio, abarcando como
ta deben combinarse dos variables funda- fuente de la omisión de la diligencia debida
mentales: por una parte, el grado mayor o la lex arti.
menor de la probabilidad de la lesión; y por El CP equipara la negligencia leve pro-
otra, la mayor o menor importancia del bien fesional con la imprudencia temeraria. Esta
jurídico afectado. La valoración social del presunción legal supone una quiebra directa
riesgo depende de si se produce en ámbitos del principio de culpabilidad. El carácter pro-
fesional, sin duda, puede suponer un indicio

presada en numerosas publicaciones científicas, ya


determinaba la necesidad de aquellas pruebas con 35 En contra, Politoff Lifschitz, que consi-
anterioridad a aquella reglamentación. Así, la vul- dera que estas últimas expresiones exigen “un cierto
neración de la lex arti fundamenta la creación de mayor grado o intensidad que el mero descuido o
un riesgo permitido. Véase la STS de 18 de noviem- que la simple ignorancia o negligencia”. Politoff
bre de 1991; Choclan Montalvo, J. Antonio, Deber Lifschitz, Derecho ..., cit., p. 511.
de cuidado, cit., p. 97. 36 Politoff Lifschitz, Derecho ..., cit., p. 511.
34 Mir Puig, Santiago, Derecho Penal..., cit., 37 Bustos Ramírez, Juan, El delito culposo...,
p. 271. cit., p. 52.
2002] FERNÁNDEZ: EL DELITO IMPRUDENTE: LA DETERMINACIÓN… 113

de temeridad, pero no resulta menos cierto Con relación a la distinción del dolo
que, conforme con la regulación extrapenal eventual y la imprudencia consciente, nos va-
y, en especial, con la lex arti, un profesional mos a centrar en el estudio de las nuevas pos-
puede realizar tanto una imprudencia grave turas doctrinales que bien establecen como
como leve. En otras palabras, la gravedad de único elemento diferenciador el elemento in-
la pena en el delito imprudente sólo se puede telectivo, o bien le dan una primacía respecto
determinar, valga la redundancia, conforme a del elemento volitivo, y que están cobrando
la gravedad de la imprudencia. En conclusión, cada vez más fuerza en detrimento de las clá-
estamos ante una manifestación de la imputa- sicas teorías volitivas.
ción penal por responsabilidad objetiva en la La propuesta más radical es la ofrecida
determinación de imprudencia temeraria: el por Jakobs –consecuente con su visión de que
paso de la negligencia leve a la grave se reali- el reproche de culpabilidad se basa en una
za objetivamente a través de una presunción falta de fidelidad al ordenamiento jurídico, y
legal. con su teoría intelectual del dolo– considera
Así, el art. 491 CP lleva a los tribunales que la ceguera ante los hechos no se merece
de justicia penal a comprobar la existencia de un tratamiento como imprudencia, cuando el
una negligencia leve o simple en el ejercicio desconocimiento de la realidad es fruto de una
de una determinada profesión, y la cualidad posición de enemistad o indiferencia frente al
profesional del autor para imponer una pena Derecho. Es la denominada imprudencia pro-
equivalente a una imprudencia temeraria38. vocada o inducida39.
Por otra parte, el CP no hace ninguna
5. La distinción entre el tipo doloso y el referencia al elemento volitivo del dolo como
tipo imprudente. La determinación elemento característico, como sí ocurre res-
del dolo eventual pecto al elemento intelectivo, al menos par-
cialmente, con la regulación del error de tipo
La línea divisoria entre el tipo doloso y en el art. 1 CP, lo que obliga a plantearse su
el tipo imprudente, si bien desde una perspec- relevancia como criterio determinante para
tiva teórica ofrece una multitud de solucio- diferenciar entre el tipo dolo y el tipo impru-
nes, en la práctica judicial constituye una de dente.
las situaciones donde se manifiesta una ma- Schünemann añade que “las teorías de
yor inseguridad jurídica. Esta problemática se la voluntad conducen a privilegiar de forma
agudiza en los denominados delitos económi- injustificada al autor especialmente temera-
cos, ya que normalmente en la determinación rio frente a otros más prudentes. El Derecho
de la tipicidad subjetiva tienen como referen- sólo puede asumir racionalmente como rele-
te una conducta que ha operado dentro de un vante la confianza en la ausencia de resultado
riesgo permitido, es decir, a través de conduc- cuando el autor emprende unas medidas mí-
tas que aisladamente no ofrecen per se un nimas, y carece de formación suficiente so-
desvalor objetivo. bre la lesividad de su comportamiento, pero
no cuando, a pesar de saber que se va a crear
un riesgo, se limita a confiar en el azar o que
38 La Sentencia de la Corte Suprema de 15 el resultado se producirá por razones que ya
de diciembre de1997, donde no se determina la gra- no tienen que ver con su actuación”40.
vedad de la imprudencia, sino exclusivamente, la
negligencia simple y la cualidad de profesional del
sujeto. En cambio otras resoluciones, si bien re- 39 Jakobs, Günther, Derecho penal. Parte Ge-
cordemos no lo exige el art. 491 CP, expresamente neral. Fundamentos y teoría de la imputación, Cue-
declaran la gravedad del quebrantamiento de la lex llo Contreras, Joaquín y Serrano Conzález Murillo,
arti. La Sentencia de la Corte de Apelaciones de José Luis (2ª ed.), Madrid: Marcial Pons, (1997),
Santiago de 22 de agosto de 1983 utiliza la expre- p. 104.
sión de “negligencia ostensible que debe atribuirse 40 Feijoo Sánchez, Bernardo, “La distinción
al procesado”. entre dolo e imprudencia en los delitos de resulta-
114 REVISTA DE DERECHO [VOLUMEN XIII

Otra corriente doctrinal entiende que rechaza la posibilidad del dolo eventual en los
–sin renunciar al elemento volitivo como ele- tipos con elementos subjetivos del injusto o
mento necesario para que exista una infrac- con la inclusión expresa del dolo en la confi-
ción de la norma de conducta– resalta el de- guración del tipo penal43.
cisivo papel del elemento intelectual para Con independencia de si entendemos
delimitar entre una imputación de un resulta- doctrinalmente correcta la anterior afirmación,
do lesivo a título de dolo y una imputación de desde una posición de lege data no resuelve
un resultado lesivo a título de imprudencia 41. uno de los escollos más importantes que se
Para imputar un tipo de resultado a título de han creado a raíz de la instauración del siste-
dolo basta con que una persona tenga infor- ma de numerus clausus en la tipificación de
mación de que va a realizar lo suficiente para los tipos imprudentes. Nos referimos a los
poder explicar un resultado de muerte, lesio- casos en que la descripción típica dolosa apa-
nes o daños, etc., y por lo tanto, que prevea el rezcan términos como “a sabiendas”, u otros
resultado como consecuencia de su riesgo. Es elementos subjetivos del injusto, y expresa-
decir, que abarque intelectualmente el riesgo mente se haya tipificado la forma impruden-
que permite explicar el posterior resultado o te. Resultaría una palpable contradicción que
el riesgo idóneo, adecuado o suficiente para no se permitiera castigar por dolo eventual y
producir el resultado. sí por imprudencia44.
Esta posición doctrinal, al menos en el Fruto de esta indeterminación a la hora
plano teórico, admite que el fundamento del de establecer las fronteras entre el dolo even-
desvalor se encuentra en la decisión de reali- tual y la imprudencia, parte de la doctrina ha
zar algo o de omitir una conducta a pesar de venido postulando una clasificación tripartita
que se conoce. En el delito de dolo eventual de la responsabilidad subjetiva que consiste
ya hay una decisión de realizar el tipo aunque la creación de un nivel de imputación inter-
sea de forma eventual o de realización inse- medio, aglutinador del dolo eventual y de
gura, decisión que no existe en los supuestos imprudencia consciente, al estilo de la figura
de imprudencia, donde sólo se decide reali- del recklessness propia del Derecho anglo-
zar un hecho típico de forma descuidada42. americano45.
Otra cuestión relacionada con el dolo Como principal conclusión de este apar-
eventual radica en su ámbito de aplicación, tado, habría que señalar que siendo los lími-
es decir, qué delitos de los recogidos en la tes entre dolo e imprudencia tan indetermina-
parte especial permiten esta forma de impu- dos, es difícil reprocharle a cualquier teoría
tación subjetiva. En general la doctrina penal que no respeta los límites del dolo e invade el
ámbito de la imprudencia, o viceversa46. De

do lesivo. Sobre la normativización del dolo” (en)


CPC, Nº 64 (1997), p. 283. 43 Vargas Cabrera, Bartolomé, “Consideracio-
41 Feijoo Sánchez, Bernardo, “La distinción
nes sobre el Régimen General de la Imprudencia.
entre..., cit., p. 269. Estructura y clases. El dolo eventual y la culpa con
42 Parece ser por fin la posición de Feijoo
previsión. Singularidades típicas. Casuística Juris-
Sánchez: “En este trabajo me oriento, dentro del prudencial” (en) Estudios Jurídicos. Ministerio Fis-
marco de las dos grandes teorías que han marcado cal, Tomo V (1999), p. 502.
la vieja discusión doctrinal sobre la distinción en- 44 Así, ha sucedido con la inclusión del deli-
tre dolo eventual e imprudencia consciente, la “teo- to imprudente de blanqueo de capitales en el CP
ría de la voluntad” y la “teoría de la representa- español, (art. 301 CP) donde en su tipo doloso apa-
ción”, a favor de esta última, pero admitiendo que recen elementos subjetivos del tipo.
nos les falta razón a las “teorías de la voluntad”: 45 La mayoría de la doctrina española se ha
las “teorías de la representación” no pueden ofre- mostrado en contra de trasladar esta sistematiza-
cer un fundamento válido para la imputación a tí- ción al ordenamiento penal español, véase por to-
tulo de dolo si consideran que el dolo sólo está cons- dos; Feijoo Sánchez, Bernardo, “La impruden-
tituido por un elemento intelectual o cognitivo. cia...”, cit., pp. 348-351.
Feijoo Sánchez, Bernardo, “La distinción entre..., 46 Feijoo Sánchez, Bernardo, “La distinción
cit., pp. 303-304. entre..., cit., p. 324.
2002] FERNÁNDEZ: EL DELITO IMPRUDENTE: LA DETERMINACIÓN… 115

los estudios que se han realizado con profun- 1. Los principios de confianza y de
didad, todos coinciden que las fronteras entre división del trabajo
dolo e imprudencia son más difusas que lo que
puede aparentar un mero acercamiento super- El principio de confianza parte de la idea
ficial a esta cuestión. Ello es debido en gran de que no constituye una obligación del ciu-
medida a que cuando un dogmático intenta dadano controlar de manera permanente a to-
determinar los límites del conocimiento se dos los demás, ya que, en el caso contrario, la
muestra inseguro, ya que se trata de un tema idea de responsabilidad quedaría destruida si
perteneciente a disciplinas como la psicolo- los demás ciudadanos fuesen concebidos de
gía, la psiquiatría, la filosofía del lenguaje o modo exclusivamente cognitivo, y no también
la medicina que no domina. Se trata además, como sujetos responsables48. Este principio
como hemos afirmado, de una discusión abier- –desarrollado por la jurisprudencia del TS ale-
ta ya que el Código Penal no ofrece ningún mán, en relación con el tráfico motorizado, y
tipo de información al respecto. Sólo se pue- que ha hallado también acogida TS español–
de reconocer que no se puede ofertar una so- se presenta con especial intensidad en sec-
lución general al problema de los límites del tores compuestos por organizaciones de per-
delito doloso con el delito imprudente; esta- sonas.
mos ante un problema de prueba o determi- El escollo que plantea la aplicación prác-
nación fáctica con respecto a la presencia o tica de este principio radica en determinar el
ausencia de un conocimiento actual 47 . En- límite tolerado de confianza en el comporta-
tendemos que desde la teoría jurídica del deli- miento cuidadoso de otros. Así, como presu-
to poco se puede aportar para solucionar esta puestos para su aplicación; en primer lugar,
cuestión, más que manifestar que el sujeto debe conocerse la cualificación de cada uno
aceptó el posible resultado o puesta en peligro de los miembros de la organización; y en se-
del bien jurídico protegido. Debe ser desde una gundo lugar, distribuir el trabajo adecuada-
teoría sobre la interpretación de los hechos la mente a las capacidades de cada uno. En el
que determine la presencia del dolo eventual, caso de que la delegación de funciones se haya
es decir, la inseguridad jurídica se produce por verificado en una persona sin la cualificación
falta de una teoría sobre cómo deben inter- necesaria, el correspondiente dominio del ries-
pretarse unos hechos como prueba de una ca- go no se habrá transmitido 49. Además, este
tegoría jurídica, en este caso, penal. principio encontrará limitaciones cuando las
circunstancias especiales (distracción, ebrie-
dad, etc..) hacen probable, en el caso concre-
III) LA DETERMINACIÓN DE LA OMISIÓN to, la lesión del deber de cuidado por parte de
DE LA DILIGENCIA DEBIDA EN otro50.
ORGANIZACIONES Este principio, en el caso de actividades
realizadas por un equipo de personas se en-
Varios son los parámetros que son utili- cuentra estrechamente relacionado el princi-
zados por la doctrina para delimitar una omi- pio de división del trabajo. Sin duda, la divi-
sión de una diligencia debida, destacamos los sión del trabajo, la atribución y delegación de
siguientes en atención a su relación con gru- funciones, y la confianza que necesariamente
pos organizados. debe existir entre los diferentes estamentos

48 Choclan Montalvo, J. Antonio, Deber de


47 Así,
la determinación del dolo eventual se cuidado..., cit., pp. 113-114.
encuadra dentro de la problemática sobre la inter- 49 Roxin, Claus, Derecho penal..., cit.,
pretación judicial de los hechos, sobre la coheren- pp. 1005-1006; Choclan Montalvo, J. Antonio, De-
cia narrativa de los hechos; véase, Maccormick, N., ber de cuidado..., cit., pp. 116.
Coherence in legal justification, Boston: Theory 50 Choclan Montalvo, J. Antonio, Deber de
Legal Science (1984). cuidado..., cit., p. 115.
116 REVISTA DE DERECHO [VOLUMEN XIII

jerárquicos, constituyen la base organizativa los elementos fundamentales para establecer


de las modernas estructuras empresariales. la capacitación de cada uno de los miembros
La teoría ha distinguido una división del de la organización, resulta sin duda la pose-
trabajo de carácter horizontal, cuando se da sión del adecuado título profesional. Sin bien
igualdad de jerarquía competencial entre dos a priori, no ofrece una especial complejidad
o más sujetos integrantes de la organización; determinar el título profesional de cada miem-
y una división de carácter vertical, cuando los bro de la organización, en la práctica suele
distintos sujetos se encuentran vinculados en plantearse la distinción entre el título general
relación de subordinación jerárquica. Ello y la especialidad para ejercer la profesión:
permite distinguir a su vez entre deberes de véase los casos de un médico general que ad-
diligencia primarios y deberes de diligencia ministra una anestesia, o el caso de una en-
secundarios, esto es, lo que el delegante con- fermera que, sin poseer el título profesional
serva tras la delegación, en el sentido de deber de Enfermera Matrona, desempeña el cargo
de control y vigilancia respecto del cumpli- de Jefa de Sala de Lactantes de la Unidad
miento del deber de diligencia de sus colabo- Intermedia del Servicio de Pediatría.
radores51. En este último caso, la Corte de Apela-
En el supuesto de una delegación verti- ciones de Santiago en su sentencia de 11 de
cal, y en especial, cuando el control en origen marzo de 1998, donde por indicación médica
está asignado a otras personas distintas de las se ordenó el ingreso de un paciente en la Uni-
que ponen el producto peligroso en circula- dad de Cuidados Intensivos y uso de un mo-
ción, el título de imputación penal de los en- nitor, posteriormente sufrió un paro cardio-
cargados de adoptar las medidas de precau- rrespiratorio, constatándose que el sistema de
ción será el de comisión por omisión52, y esta alarma del monitor se encontraba sin funcio-
posibilidad concurrirá en mayor medida, si el nar, quedando el menor en un estado vegetal
control que se impone preceptivamente cons- con evidente daño neurológico y cerebral, fa-
tituye la principal función del órgano de vigi- lleciendo con posterioridad. La Sala entendió
lancia. que concurrió una omisión de una diligencia
Cuando un grupo de personas participe debida profesional por parte de la enfermera,
a la vez en una determinada actividad peli- ya que a pesar de no poseer el específico títu-
grosa, deberá establecer la capacitación de lo profesional “estaba contratada por el Hos-
cada uno de ellos, y si nos encontramos en pital Clínico de la Universidad Católica de
una organización vertical, deberá prestarse Chile para desempeñar funciones vinculadas
especial atención a las indicaciones y vigilan- a su especialidad, en cargo de responsa-
cia respecto de sus subordinados53. Uno de bilidad y Jefatura, entre las que se contaban
–precisamente– el dirigir la mencionada Sala
y supervigilar [sic] que los menores internos
51 Choclan Montalvo, J. Antonio, Deber de recibieran una adecuada y oportuna atención
cuidado..., cit., p. 106 hospitalaria...”. La Sentencia aplica tácita-
52 Gimbernat Ordeig, Enrique, “Causalidad,
mente la doctrina de la culpa por asunción,
omisión e imprudencia” (en) ADPCP (1994), pp. 45 pero obvia la posible responsabilidad por
y ss.; Choclan Montalvo, J. Antonio, Deber de cui-
parte del responsable del hospital de contra-
dado..., cit., pp. 100 y ss.
53 Véase la sentencia de la Corte Suprema de tar a una persona sin el título profesional
15 de noviembre de 1997 (Fallo del Mes Nº 469), especializado 54.
que resolvió un caso en que a una paciente se le
practicó una serie de endoscopias seguidas –hecho
que no es recomendado en la praxis médica– que responsabilidad exclusivamente al médico tutor, ya
le produjeron la muerte, y donde concurrieron, ade- que el médico becado sólo colaboró en la opera-
más del médico especialista o tutor, un médico en ción pues “estaba comenzando su beca”.
calidad de becado en un programa de especializa- 54 A este respecto, y aplicando la estructura
ción en gastroenterología. El fallo consideró que del delito imprudente anteriormente señalada, de-
no existió coautoría culposa, sino que atribuyó la bemos recordar que para poder atribuir una res-
2002] FERNÁNDEZ: EL DELITO IMPRUDENTE: LA DETERMINACIÓN… 117

En todo caso, en ámbitos profesionales del dominio fáctico del riesgo derivado de la
como la práctica de la medicina, se puede in- actividad56.
currir en el error de atribuir automáticamente No obstante, el delegado incompetente
la responsabilidad penal al superior jerárqui- para la función delegada puede responder por
co. Así, por ejemplo, en los supuestos de es- la llamada culpa por asunción; cuando el su-
pecialización médica si el médico especia- jeto incapaz para cumplir la función que se le
lista ha obrado diligentemente, tanto en la ha encomendado con el cuidado necesario
determinación de la capacidad profesional del para salvaguardar la integridad de los bienes
médico que realiza la especialización, como jurídicos, debe observar un deber objetivo de
en sus funciones de vigilancia, deberá enten- cuidado consistente en abstenerse de aceptar
derse que se ha transmitido el riesgo. La de- el encargo para cuyo cumplimiento no está
terminación de la diligencia, en estos casos, capacitado57. La concurrencia de esta posibi-
debe tener presente que la formación de nue- lidad resulta especialmente aplicable en los
vos médicos supone un riesgo permitido por supuestos de división del trabajo horizontal,
la sociedad, y sería absurdo que su formación donde el delegado posee la formación, prepa-
se le exigiera la misma preparación que a un ración y una posición jerárquica para recha-
médico especializado. En estos casos, concu- zar la tarea o trabajo que le ha propuesto el
rrirá una diligencia debida si el médico esta- delegante. Así, campos profesionales como la
ba objetivamente capacitado para realizar la medicina en centros hospitalarios, puede dar-
acción, y el médico tutor realizó sus funcio- se con cierta frecuencia estos supuestos58.
nes de vigilancia, pero no se podrá exigir a
aquél la misma diligencia debida.
De esta forma, lo esencial para la válida 56 Choclan Montalvo, J. Antonio, Deber de
traslación del deber de garantía es que se lle- cuidado..., cit., p.110; Véase Jakobs, Derecho pe-
ve a cabo determinadas condiciones que per- nal, cit., p. 989.
57 Gracia Martin, Luis, El actuar en lugar de
mitan afirmar un dominio o control del ries-
go por parte del delegado, y en este sentido otro en Derecho Penal, Universidad de Zaragoza:
desde antiguo se ha pronunciado la jurispru- Zaragoza (1986), p. 222; Choclan Montalvo, J.
Antonio, Deber de cuidado. , cit., p. 109.
dencia española55. En otras palabras, es ne- 58 Un caso interesante es el conocido por la
cesario además que el sujeto delegado tenga Corte Suprema en su sentencia de 28 de enero de
1986. Una paciente que recuperó el conocimiento
después de una operación, manteniéndose con sig-
nos vitales estables y normales, el médico que la
ponsabilidad penal a los representantes del hospi- operó procedió a desintubarla sin extraerle previa-
tal debemos recordar que no basta con la compro- mente la gasa que servía de sello, lo que le produjo
bación de la omisión de una diligencia debida, sino, un paro respiratorio seguido de uno cardiaco, per-
además, debe establecerse una relación de diendo el conocimiento, y, tras sucesivos intentos
causalidad con el resultado producido. En este sen- de recuperar a la paciente, ésta falleció. La aneste-
sista que realizó la intubación pidió al médico ci-
tido, a pesar de existir una relación de causalidad
rujano que retirara el tubo, ya que ella no iba a po-
natural, no se aumentó ilícitamente el riesgo per-
der hacerlo. La Sentencia en el motivo 17 determina
mitido, ya que el control de un monitor hospitala-
si responden penalmente ambos médicos: “Pues
rio resulta exigible a cualquier enfermera con in-
bien, si se considera –atendiendo únicamente a la
dependencia de su especialidad. En cambio, si la versión del procesado– que la anestesista, al térmi-
muerte se hubiera producido por hecho relaciona- no de la operación quirúrgica, le solicitó que
do con la especialidad de pediatría, sí hubiera exis- extubara a la paciente porque ella no iba a poder
tido un aumento ilícito del riesgo permitido por hacerlo y él aceptó realizar esa acción, que quizás
parte del Hospital al contratar a un profesional sin es la más importante del último período del proce-
la debida especialización. so de anestesia, resulta que, de hecho y voluntaria-
55 Choclan Montalvo, J. Antonio, Deber de
mente, asumió la responsabilidad de lo que pudie-
cuidado..., cit., p. 107. El autor cita, entre otras, la ra suceder en esa fase del proceso. La actuación de
STS de 26 de marzo de 1994. la doctora [anestesista] podrá ser criticable desde
118 REVISTA DE DERECHO [VOLUMEN XIII

En los supuestos de relación horizontal que, debido a la especial formación pro-


en ámbitos profesionales como la medicina a fesional de éste, si se le pudo exigir que
la hora de imputar el resultado imprudente rechazara la acción propuesta. En caso
deben tenerse presente las siguientes consi- afirmativo, concurrirá una culpa por
deraciones: asunción.

a) En primer lugar debe determinarse si el La delegación eficaz requiere, además,


sujeto delegado está capacitado, tanto que el delegado tenga a su disposición los
objetiva como subjetivamente para asu- medios necesarios, esto es, los recursos ma-
mir la responsabilidad que se le enco- teriales y potestades de dirección para poder
mienda. En caso afirmativo la responsa- ejercer eficazmente la función de vigilancia
bilidad se transmite a éste, quedando el y seguridad59.
delegante exonerado. A modo de conclusión, a la hora de va-
b) En segundo lugar, si no se ha transmitido lorar la aplicación de este principio, resultará
la responsabilidad por falta de capacidad esencial que el directivo o coordinador haya
del sujeto delegado, se debe considerar observado el cuidado objetivamente debido al
distribuir las tareas, coordinar la labor de equi-
po, seleccionar al personal auxiliar, y super-
diversos puntos de vista –aun éticos– pero la res- visar sus primeras actuaciones. Así, cuando
ponsabilidad por la operación de desintubación que menor sea la preparación real y la experien-
en el curso del proceso de anestesia realizó el en- cia de sus colaboradores mayor será el deber
causado fue de su cargo desde el momento mismo de supervisión del directivo, y menor el cam-
en que relevó de ella a la anestesista asumiendo po de aplicación del principio de confianza60.
entonces el deber jurídico de asistencia terapéutica
de la paciente, también bajo este aspecto...”. Pare-
2. La contribución plural a un
ce que la doctrina de la Corte Suprema se decanta
por entender que los médicos, con independencia
hecho culposo
de su especialización, en concreto los cirujanos y
los médicos generales, están capacitados para ad- La concurrencia de varios sujetos en he-
ministrar una anestesia. En este sentido la senten- cho tipificado como un delito imprudente pue-
cia de 2 de julio de 1998 declara expresamente como de manifestarse de dos maneras: a) cuando
una conducta atípica por existir una negligencia la intervienen sucesivamente varios sujetos, b) o
intervención como anestesista de un médico gene- en los casos de organización en común.
ral, que no contaba con la debida preparación para
La determinación de la responsabilidad
ello, no significa que, “con una preparación básica,
no pueda administrar la anestesia, tanto por la ca-
penal imprudente en el seno de las organiza-
rencia de especialistas cuanto porque la experien- ciones conforme con los criterios que hemos
cia indica que, ante la necesidad de la práctica de señalado con anterioridad, tiene su reflejo
la disciplina médica, se ha debido preparar incluso dogmático penal en el tratamiento de la de-
a alumnos regulares de la carrera de medicina con nominada “participación imprudente” o más
el objeto señalado, necesidad que resulta evidente correctamente “contribución plural a un he-
en lugares apartados, como Puerto Natales”. Si bien cho culposo”.
esta resolución declara atípica la conducta por fal-
En la actualidad se discute si es posible
ta de una omisión de una negligencia debida, debe-
mos plantearnos si no estamos ante la concurren-
aplicar todas las formas de autoría y partici-
cia de una causa de justificación, es decir, concurrió pación en el delito imprudente.
una omisión de una diligencia debida, como es la Luzón Peña se manifiesta en contra de
práctica de una anestesia por un médico no espe- la tipificación de la participación impruden-
cializado, pero debido a un estado de necesidad la
conducta estaba justificada. En el momento en que
en el ámbito de la medicina se entiende necesario 59 Choclan Montalvo, J. Antonio, Deber de
que existan médicos especialmente capacitados en cuidado..., cit., p. 109.
anestesiología, debe entenderse que jurídicamente 60 Cerezo Mir, José, Curso de Derecho..., cit.,
existe una diligencia objetiva en este sentido. p. 162.
2002] FERNÁNDEZ: EL DELITO IMPRUDENTE: LA DETERMINACIÓN… 119

te. La posición del autor aboga por un con- conocimiento y querer en un hecho princi-
cepto restrictivo de autor que niegue la rele- pal”63.
vancia típica de la participación imprudente Los autores partidarios de la teoría de
de todas aquellas que no se puedan calificar dominio del hecho impulsada por Roxin nie-
como autores. Toma como punto de partida gan la posibilidad técnica de la participación
que la participación tiene un carácter amplia- imprudente, pero por el contrario no abogan
torio de punibilidad, por lo que las formas de por su impunidad, sino que aporta un concep-
participación van referidas únicamente a los to, definido por sus detractores, extensivo de
delitos dolosos. Además, verbos como indu- autor en el delito imprudente, en el sentido
cir o cooperar a la ejecución del hecho con- que califica como autores aquellos supuestos
llevan en su significado únicamente la comi- que de concurrir dolo serían calificados como
sión dolosa61. partícipes. Mientras que en el delito doloso
Feijoo Sánchez se muestra en contra de establece un concepto restrictivo-final de au-
la anterior postura doctrinal, en el sentido de tor, en el ámbito del delito imprudente aboga
que esta propuesta se acerca más a una posi- por un concepto extensivo-causal de autor64.
ción de lega ferenda, ya que el CP español, Gómez Benítez, máximo exponente de
extrapolable al CP chileno, no ofrece ningún esta teoría en España, manifiesta que del pro-
dato para considerar esta postura. Además, pio desvalor de la participación se deduce la
supondría una quiebra sistemática, que el CP pretensión de favorecer el injusto penal, y por
permita la participación dolosa en las faltas lo tanto, “la participación tiene que ser dolosa,
que son infracciones que tienen contempla- y que el dolo se refiere tanto a la voluntad de
da una pena leve, pero no admitiera la parti- ser partícipe como a la propia naturaleza del
cipación imprudente en los delitos de homi- tipo a realizar por el autor. Continúa el citado
cidio imprudente. La posición en contra de la autor que los casos en que la jurisprudencia y
punibilidad de la participación imprudente, la doctrina han calificado como participación
continúa el autor, “es propia de una concep- imprudente, son realmente autoría de un tipo
ción subjetivista que es compartida por la imprudente65.
doctrina mayoritaria”. La gravedad del injus- Por lo tanto, esta última posición aboga
to depende tanto de aspectos subjetivos como por un concepto unitario de autor en el delito
de aspectos objetivos y, por ello, nuestro CP imprudente, de modo que la contribución im-
tiene contemplada una mayor pena para cier- prudente de varios sujetos en un hecho puni-
tos hechos cometidos imprudentemente que ble se considera en todo caso autoría impru-
para otros distintos que se realizan con dente. Por lo tanto, se manejan dos conceptos
dolo” 62. distintos: uno restrictivo para el delito dolo-
En la doctrina chilena, Bustos Ramírez so, construido sobre la base de la teoría del
mantiene que, debido a que la condición esen- dominio del hecho; y otro unitario para el
cial del delito imprudente es la falta de cui- delito imprudente por virtud del cual toda cau-
dado objetivo, “es imposible hablar de partí- sa del hecho por imprudencia fundamenta la
cipes, ya que ello requiere intervenir con autoría, por lo que basta con demostrar en el
proceso que una acción ha creado un riesgo
61 No obstante, admite una “segunda forma
de autoría”, en aquellos casos en que los tipos im-
prudentes que remitan a normas especiales de cui- 63 Bustos Ramírez, Juan, El delito culposo...,
dado para sujetos con deberes muy específicos, cit., p. 96. La Corte Suprema viene rechazando la
supuestos en que la conducta no determina objeti- posibilidad de coparticipación en un hecho culposo
va el hecho. Son las denominadas “autorías por in- (SSCS de 26-6-1989 y 16-3-2000).
fracción de un deber especial de supervisión, vigi- 64 Roxin, Claus, Autoría y dominio del hecho
lancia o control”. Luzón Peña, Diego-Luzón, en Derecho penal (7ª ed.), Madrid: Marcial Pons,
Derecho Penal..., cit., pp. 384 y ss, 392 y 507 y ss. (2000), p. 740.
62 Véase Feijoo Sánchez, Bernardo, “La im- 65 Gómez Benítez, José Manuel, Teoría Jurí-
prudencia...”, cit., nota (35), pp. 328-329. dica ..., cit., pp. 507-510.
120 REVISTA DE DERECHO [VOLUMEN XIII

jurídicamente desaprobado para calificarlo La posición que mantenemos se inclina


como autoría66. por los postulados que se derivan de la teoría
La doctrina penal más reciente ha criti- del dominio del hecho a la hora de tratar la
cado el tratamiento que se ofrece, a partir de participación de varias personas en un delito
los postulados de la teoría del dominio del imprudente. Siguiendo las objeciones que
hecho, a la participación imprudente, crítica hemos resumido anteriormente en contra de
que podemos resumir en las siguientes consi- esta teoría, podemos refutarlas a tenor de las
deraciones: a) No se puede admitir que sólo siguientes consideraciones.
si hay dolo cabe distinguir entre diversas for- En primer lugar, no se produce ninguna
mas de participación en el delito, ya que su- quiebra del principio de proporcionalidad de
pondría un concepto extensivo de autor67. En las penas porque se castigue la participación
palabras del Feijoo: “lo que realizado de for- en las faltas y no en la imprudencia. La cues-
ma dolosa supone cooperar a que otro mate tión es que no es posible concebir la partici-
no puede adquirir objetivamente el significa- pación imprudente, y en especial en un delito
do de matar a otro cuando se realiza de forma imprudente. La quiebra del principio de pro-
imprudente”. b) En segundo lugar, y relacio- porcionalidad de las penas quizá estribe en
nado con lo anterior, esta teoría supone un castigar la participación en las faltas. En otras
aumento injustificado de la penalidad68. c) Y palabras, esta crítica confunde el plano polí-
por último, “no debe afirmarse que toda con- tico criminal con el plano dogmático.
tribución causal es autoría sobre la base de En segundo lugar, tampoco nos aparece
una eventual impunidad de la participación acertado que esta teoría convierta en autoría
imprudente. Este punto de vista de la causa- cualquier contribución causal al hecho califi-
cado como imprudente. Lo que no se puede
lidad se contradice con los modernos plantea-
dudar de la teoría del dominio del hecho, está
mientos derivados de la teoría de la impu-
en una estrecha relación con la teoría de la
tación objetiva. Así, lo esencial es que el
imputación objetiva, y con los límites que esta
partícipe se comporte de modo contrario a
impone. Así, no toda contribución causal será
la norma, creando con su acción un riesgo ju-
considerada como autoría, sino sólo aquellas
rídicamente desaprobado, y que esa situación
que cumpla los requisitos establecidos por la
así creada sea la que se desarrolla en el com-
teoría de la imputación objetiva. Resulta cierto
portamiento ejecutivo del autor imprudente69.
que no todas las contribuciones causales de-
En conclusión, la opinión de la doctrina ben tener el mismo tratamiento penal, pero
mayoritaria y de la jurisprudencia española se entendemos que el camino no debe ser la crea-
opone a este criterio unitario en la participa- ción de una figura jurídica ficticia como es la
ción imprudente, y postula una diferenciación participación imprudente.
entre la autoría y la participación70, posición La solución puede llegar por dos vías, o
probablemente favorecida por la teoría obje- bien establecer una cláusula que disminuya
tivo-formal de la autoría. la pena, o bien, y esta sea quizá la más co-
rrecta, romper el título de imputación, es de-
66 cir, calificar de forma independiente cada con-
Choclan Montalvo, J. Antonio, Deber de
cuidado..., cit., p.120.
tribución al resultado imprudente. Pongamos
67 Esta conclusión es compartida por gran el ejemplo de que dos personas contribuyen
parte de la doctrina más cualificada, así el autor imprudentemente a la muerte de una persona,
cita entre otros a Rodríguez Muñoz, Luzón Peña y si la omisión del primero fue grave en princi-
Mir Puig. Feijoo Sánchez, Bernardo, “La impru- pio su conducta será calificable como impru-
dencia...”, cit. p. 320. dencia temeraria, en cambio si la contribución
68 Véase Feijoo Sánchez, Bernardo, “La im-
del segundo fue menor, su conducta debería
prudencia...”, cit., nota (35), p. 319-320. calificarse como imprudencia leve o simple,
69 Choclan Montalvo, J. Antonio, Deber de
claro está si está tipificado penalmente, por-
cuidado..., cit., p. 127.
70 Véase Feijoo Sánchez, Bernardo, “La im- que si no será impune. Así, en el caso de que
prudencia, nota (35), p. 319-320. el resultado sea la muerte de una persona, el
2002] FERNÁNDEZ: EL DELITO IMPRUDENTE: LA DETERMINACIÓN… 121

primero será castigado conforme con el art. ducir a éste a un “antro como el pool”, invi-
490 CP, y el segundo conforme con los arts. tarlo a beber alcohol y permitir que permane-
491 o 492 CP. En cambio, si estuviéramos ante ciera en ese lugar hasta altas horas de la ma-
malversación de caudales públicos, la negli- drugada71. En este caso, debió haberse roto
gencia inexcusable sería típica, pero en cam- el título de imputación, y al menos, castigar
bio la contribución por imprudencia simple esta última contribución como imprudencia
sería atípica. Véase que si entendiéramos que simple, o más considerarla atípica, simple-
es posible la participación imprudente, am- mente porque el llevar a un menor a un pool e
bas contribuciones serían típicas. invitarlo a beber alcohol no supone un riesgo
Realmente la aplicación de la participa- para que muera golpeado por terceros.
ción en el delito imprudente puede suponer Establecida la imposibilidad de la parti-
una quiebra al principio de proporcionalidad cipación en el delito imprudente, cabe pregun-
de las penas, como es el caso de la Sentencia tarse si resulta posible aplicar todas las for-
de la Corte Suprema de 16 de marzo de 2000, mas de autoría. Respecto a la autoría mediata
donde se castiga a varios partícipes por un y a la coautoría, Bustos Ramírez manifiesta
cuasidelito del art. 490, Nº 1 CP. La resolu- que, en el primer caso, la utilización de un
ción consideró que la omisión de la diligen- instrumento personal en un hecho culposo
cia debida de todos ellos fue imprudente, pero realmente significa un hecho doloso; y en el
si atendemos a cada una de sus contribucio- segundo caso, supone un dominio de todos los
nes esta imputación es errónea. El Alto Tri- autores sobre el hecho y una repartición fun-
bunal consideró igual de grave el golpear a cional de su realización, lo que presupone
un menor mientras se le violaba, que el con- también un delito doloso72.

71 Sentencia de la CS calificó esta conducta


como “imprudencia mayúscula”. Hubiera sido ma-
yúscula si como consecuencia de la ingestión de las
bebidas alcohólicas hubiera fallecido el menor, pero
en ningún caso para que fuese violado y golpeado
hasta producirle la muerte.
72 Bustos Ramírez, Juan, El delito culposo...,
cit., p. 96. No obstante, en los últimos años la posi-
bilidad de que concurra la coautoría imprudente vie-
ne siendo sustentada por un numeroso número de
autores, principalmente alemanes, en este sentido.
La razón estriba en resolver la problemática de los
acuerdos de los órganos colegiados, en concreto, en
aquellos casos en que existen más votos de los ne-
cesarios para aprobar un acuerdo que dará lugar a la
comisión de un delito imprudente. Si aplicáramos la
autoría, habría que determinar que los votos sobran-
tes no fueron causa del resultado; en cambio, con la
construcción de una coautoría imprudente se les
podría imputar el delito a todos los intervinientes.
En este sentido, Roxin declara que es posible su
construcción dogmática. Así, el citado autor y con-
forme con la posición de Weisser, establece como
requisitos: a) La cooperación voluntaria en realizar
una acción u omisión; b) que los intervinientes es-
tén sometidos objetivamente al mismo deber de cui-
dado; c) que cada uno de los intervinientes pudiera
y debiera darse cuenta de la peligrosidad del pro-
yecto conjunto. Roxin , Claus, Autoría y dominio
del hecho..., cit., pp. 740-442.

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