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R ESUMEN
E
l acercamiento a determinadas cuestio- del propio estado de la ciencia. El hecho co-
nes de Parte General relacionadas con nocido de que a lo largo de muchos lustros el
el delito imprudente exige como míni- edificio de la dogmática penal se haya levan-
mo dos prevenciones. tado casi exclusivamente sobre los cimientos
Por un lado, ha de advertirse la condi- del delito doloso hace que el grado de clari-
ción necesariamente fragmentaria del conte- dad, solidez y coherencia en el tratamiento
nido del presente estudio, ajeno por razones de doctrinal de la imprudencia, y no digamos
extensión y naturaleza a cualquier pretensión jurisprudencial, esté muy lejos de alcanzar un
de abarcar los innumerables problemas que nivel comparable. En este sentido, Crespo
surgen en el estudio del delito imprudente3. Baquero no duda en afirmar que “el cuerpo
teórico de la imprudencia adolece todavía, al
1 Parte del contenido del presente documen- menos en España, de cierta inmadurez, inclu-
to fue expuesto en artículo “Estudio de la última so léxica y metodológica, de modo que es fá-
doctrina del Tribunal Supremo relativa a la impru- cil obtener cierta sensación de desconcierto
dencia punible en la construcción”, (en) El consul- al percibir la variedad de puntos de vista,
tor Inmobiliario. La Ley, núm. 11, marzo (2001).
métodos fines e incluso nomenclaturas con
No obstante, se han rectificado algunas de sus afir-
maciones, en especial, en la configuración de la que operan los diversos autores que se han
estructura del delito imprudente. La jurispruden- ocupado de la materia”4.
cia chilena citada en el presente artículo ha sido No obstante, el esfuerzo por dotar al
seleccionada por mi ayudante en el área de Dere- Derecho penal de respuestas que permitan
cho penal de la Facultad de Derecho de la Univer- administrar la frontera del riesgo asumible con
sidad Austral de Chile, Daniel Mercado Rilling.
2 Licenciado en Derecho U. Complutense de
Madrid. Profesor de Derecho Penal Facultad de
Ciencias Jurídicas y Sociales U. Austral de Chile. 4 Crespo Barquero, Pedro José, “Cuestiones
3 Véase, Bustos Ramírez, Juan, El delito de Parte General de los Delitos de Imprudencia.
culposo, Santiago de Chile: Editorial Jurídica de Problemas concursales”, (en) Estudios Jurídicos.
Chile, (2002). Ministerio Fiscal, Tomo V (1999), p. 558.
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el fin de salvaguardar intereses dignos de pro- llevado a que las recientes reformas penales
tección jurídico-penal, crece y se desarrolla. hayan introducido nuevos tipos imprudentes
El florecimiento de la dogmática relacionado que pretenden proteger bienes jurídicos como
con imprudencia se produce a partir de los el medio ambiente, la seguridad laboral o cier-
años sesenta de modo paralelo a una eclosión tos aspectos económicos. Normalmente, la
tecnológica capaz de acelerar la historia a un comisión, tanto de los tradicionales tipos im-
ritmo impensable5. Nos encontramos en una prudentes contra la vida y la integridad físi-
“sociedad del riesgo” para determinados bie- ca, como estos nuevos tipos penales, suele
nes jurídicos dignos de protección6. Esto ha realizarse en el seno de organizaciones con
una estructura y distribución de funciones. De
5 Crespo Barquero, Pedro José, “Cuestiones
esta manera, si relacionamos la anterior con-
sideración con una de las principales conclu-
de Parte General...”, cit., p. 558.
6 La protección de bienes jurídicos a través siones del presente artículo, como es la im-
del delito imprudente como el medio ambiente, for-
posibilidad de aplicar la participación en los
ma parte de una interesante polémica suscitada en- delitos imprudentes, podemos afirmar que el
tre aquellos que postulan un Derecho penal míni- establecimiento de unos criterios generales de
mo, y aquellos que, por el contrario, manifiestan imputación para determinar y comprobar, res-
que el Derecho penal debe proteger, bien nuevos pecto de cada uno de los intervinientes en el
bienes jurídicos, o bien nuevos ataques a bienes ju- seno de los grupos organizados, la falta de
rídicos penales ya existentes. Entendemos que debe cuidado exigido, supone en la actualidad uno
superarse la concepción de un Derecho penal que de los principales retos de la Teoría Jurídica
ha respondido a la protección de una determinada del Delito.
clase social, impune bien legalmente o de hecho, y
El presente artículo pretende ofrecer un
avanzar hacia un sistema punitivo más igualitario.
Respecto al tema que nos ocupa, no se puede man-
punto de partida en la doctrina penal chilena
tener a la vez la expulsión del Ordenamiento penal relativa a la elaboración de teoría general de
figuras como los delitos medioambientales o los imputación de la imprudencia en el seno de
delitos societarios, y mantener otras figuras delic- las organizaciones, por lo tanto, una crítica y
tivas como el hurto. Si queremos un Derecho penal posterior reflexión a lo que expondrá en las
mínimo, deberemos expulsar todos los delitos con- siguiente líneas, resulta imprescindible para
tra el patrimonio no violento. No obstante, la alar-
ma suscitada sobre la posible expansión indiscrimi-
nada del actual Derecho penal, no carece de sentido,
pero, más bien, no se centra sobre si una determi- so transformación, de un Derecho penal liberal a
nada conducta debe ser tipificada o no penalmente, un Derecho penal del Estado social. Sobre esta in-
sino cómo se ha tipificado. La reacción penal con- teresante cuestión véase: Hassemer, Winfried, Per-
tra el tráfico ilícito de drogas o el blanqueo de ca- sona, mundo y responsabilidad: bases para una
pitales, no ofrece dudas sobre su tipificación pe- teoría de la imputación en derecho penal, Muñoz
nal, la cuestión son sus respectivos ámbitos de Conde, Francisco y Díaz Pita, María del Mar (trad.),
aplicación. Creemos que la crítica a la expansión Valencia: Tirant lo Blanch (1999); Hassemer,
del Derecho penal debe dirigirse especialmente a Winfried y Muñoz Conde, Francisco, La responsa-
las actuales técnicas de tipificación contra el cri- bilidad por el producto en derecho penal, Valen-
men organizado, la delincuencia socioeconómica cia: Tirant lo Blanch (1995); Silva Sánchez, La ex-
y otras nuevas formas de criminalidad, que desde pansión del Derecho penal. Aspectos de política
una visión utilitarista y una deficiente comprensión criminal en las sociedades postindustriales (2ª ed.),
de estos fenómenos, han criminalizado conductas Madrid: Civitas (2001); Gracia Martín , Luis, “Qué
que, desde el concepto material del delito y la ratio es la modernización del Derecho penal. A la vez,
legis de los diferentes delitos, deberían quedar al una hipótesis de trabajo sobre el concepto de Dere-
margen del poder punitivo del Estado. Ha sido la cho penal moderno en materialismo histórico del
Escuela de Frankfurt dirigida por Hassemer la que orden del discurso de la criminalidad” (en) Libro
ha liderado la crítica contra la actual expansión homenaje al Prof. José Cerezo Mir (pendiente de
del Derecho penal. Esta posición ha sido mante- publicación); Henfendehl, Roland, “¿Debe ocupar-
nida en España por Silva Sánchez. Por el contra- se el Derecho penal de riesgos futuros?” (en) Re-
rio, Schünemann, y en nuestra doctrina, Gracia vista electrónica de Ciencia Penal y Criminología,
Martín postulan una necesaria ampliación, o inclu- núm. 4-14 (2002).
2002] FERNÁNDEZ: EL DELITO IMPRUDENTE: LA DETERMINACIÓN… 103
su consecución. Pero previamente resulta ne- poderes, donde el legislador debe poseer el
cesario realizar una breve aproximación al tra- monopolio en la creación de delitos.
tamiento actual de la imprudencia que nos sir- A fin de evitar un abuso de este sistema
va de punto de partida en el tema específico por parte del legislador penal 8, dos requisitos
del presente trabajo.
8 Podemos ver un ejemplo de la falta de una
II. BREVE REFERENCIA A LA TEORÍA DEL orientación político criminal a la hora de seleccio-
DELITO IMPRUDENTE
nar las conductas merecedoras de un reproche pe-
nal a título de imprudencia en el CP español de
1995. Así, los dos requisitos mencionados no han
El CP Chileno, como viene siendo una sido tenidos en cuenta por el legislador español,
característica tradicional de los Códigos es- castigando conductas imprudentes que a juicio de
pañoles desde 18487, no ofrece definición ni la doctrina no merecían un reproche penal. En esta
dato alguno sobre lo que hay que entender por línea en el art. 391 CP se tipifican las falsedades
imprudencia o imputación a título de impru- documentales imprudentes; se castigan delitos im-
dencia, ni siquiera hace referencia a algunos prudentes de peligro abstracto, como el descrito en
sus signos distintivos o a su estructura. Por lo el art. 367 en relación con los arts. 359 y ss. CP
(sustancias nocivas para la salud pública); o, por
tanto, determinar el contenido y requisitos del
último, se configuran como delitos comunes, su-
tipo imprudente, se convierten en temas cen- puestos como el delito imprudente de blanqueo de
trales a desarrollar por la jurisprudencia y la capitales del art. 301 CP, exigiendo a los ciudada-
teoría jurídica del delito. nos un especial cuidado en un ámbito tan complejo
como son las transacciones monetarias o el siste-
1) El sistema de “numerus clausus” ma financiero. Pero a la vez, y en sentido contra-
rio, también se ha criticado “la irrelevancia penal
La práctica unanimidad de la doctrina se de la imprudencia en ámbitos como la insolvencia
punible, donde se le debe exigir un especial cuida-
decanta por este sistema, ya que se asocia a
do al deudor cuya solicitud de quiebra, concurso o
un mejor cumplimiento de la exigencia de suspensión de pagos, o en las relaciones sexuales
taxatividad en la construcción de los tipos donde se protege un bien tan importante como la
penales, es decir, a una rigurosa aplicación del libertad sexual” 8. También podría añadirse ciertos
principio de legalidad. silencios legislativos como la posibilidad de incri-
También, es considerado como un siste- minar la denegación de auxilio o la omisión del
ma que cumple en mayor medida con el prin- deber de socorro imprudente. Por último, somos
cipio de mínima intervención y subsidiariedad partícipes de la incomprensible destipificación de
la malversación imprudente de caudales públicos,
del derecho penal. No obstante, necesariamen-
cometidas por funcionarios públicos, que deja fue-
te esta afirmación no puede extenderse a to- ra del marco penal a quienes tienen como misión
dos los sistemas penales, ya que el legislador fundamental velar por dichos caudales, de manera
tiene libertad para tipificar todas las conduc- que al descuidarlos y perderlos infringen el más
tas imprudentes que considere políticamente importante deber objetivo de cuidado exigibles a
necesaria, sin verse limitado por las restric- autoridades y funcionarios de la Administración.
ciones que los tribunales y la dogmática pue- Si a ello se suma –en palabras de Crespo Barque-
den realizar en la aplicación del sistema abier- ro– “la despenalización paralela de la prevaricación
culposa cometida por autoridades y funcionarios
to de incriminación de la imprudencia. En
públicos de la Administración, pero no la de los
todo caso, este sistema resulta más respetuo- Jueces y Magistrados (art. 447 CP) o incluso la de
so con el mandato de determinación o Abogados y Procuradores (art. 467 CP), no es nada
taxatividad y con el principio de división de fácil entender el criterio que se ha seguido, salvo
que se caiga en la poderosa tentación que se en-
tiende demasiado bien”. Crespo Barquero, Pedro
7 El CP español de 1812 ofrecía en su art. 2 José, “Cuestiones de Parte General...”, cit., p. 578.
la siguiente definición: “Comete culpa el que li- El legislador de 1995 tal vez no hiló con de-
bremente, pero sin malicia, infringe la ley por al- masiada finura la selección de conductas mere-
guna causa que puede y debe evitar”. cedoras de ser tipificadas como imprudentes, y,
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deben concurrir para tipificar expresamente razones por las que se escogió este sistema9,
un tipo imprudente: “a) Su referencia a un sin duda, es de elogiar que, en una política
hecho especialmente grave. Así, tradicional- criminal del siglo XIX adoptara este sistema,
mente la imprudencia ha sido vinculada a ho- mucho más respetuoso, a priori, con los prin-
micidios, lesiones o incendios. En el mismo cipios de subsidiariedad y mínima interven-
sentido, no se suele tipificar la comisión im- ción. Incluso esta nota de excepcionalidad se
prudente de delitos de peligro abstracto o de manifiesta a la hora de su calificación penal,
delitos que no encierran al menos una peli- ya que propiamente su comisión no da lugar a
grosidad concreta. b) Que el sujeto activo un delito sino a un cuasidelito, siguiendo en
tenga un especial deber de cuidado en fun- ello la vieja tradición de los juristas italianos.
ción de su profesión, oficio, cargo o posi- No obstante, el sistema de incriminación
ción jurídica. de la imprudencia debemos calificarlo como
El CP chileno de 1847 en su art. 10 núm. de “numerus clausus imperfecto”: los arts.
13 estableció ya un sistema de incriminación 490, 491 y 492 CP contemplan reglas genera-
cerrado de la imprudencia. Aunque no cons- les de tipificación imprudente que afectan a
tan en las Actas de la Comisión Redactora las varios artículos. De esta manera, siguen apa-
reciendo dudas sobre si ciertos tipos penales
aceptan la posibilidad de comisión impruden-
como hemos señalado, no sólo por exceso, sino tam- te 10. Es decir, en los supuestos más graves y
bién por defecto. Lo cual es preocupante, porque más frecuentes persisten los problemas de in-
pone al descubierto que, más que una tendencia seguridad jurídica y quiebra arbitraria del
escorada en demasía hacia posiciones bien represi- principio de mínima intervención.
vas, bien laxas, podríamos encontrarnos sencilla- Por lo que respecta a los efectos negati-
mente ante una palmaria falta de criterio. vos que pueden causar la instauración del sis-
Así, este criterio político criminal –si es que tema de numerus clausus, uno de los princi-
se puede calificar como criterio– en el que se in-
pales temores radica en la posibilidad de que
cluyen figuras de lo más variopinto, que afecta en
ocasiones a bienes jurídicos instrumentales, o a bie- los jueces extiendan el ámbito del dolo más
nes jurídicos difusos, al tiempo que olvida otros allá de lo admisible, para no dejar sin casti-
supuestos que parecen clamorosamente necesitados
de cobertura. Quizá, la solución estribe –conforme
con la tendencia doctrinal más extendida, sobre todo 9 Politoff Lifschitz, Sergio, Derecho penal,
en el norte de Europa– en reservar la sanción penal (T. I), Santiago de Chile: Editorial Jurídica ConoSur
a aquellas conductas descuidadas que afectan a los (1997), p. 497.
bienes jurídicos más sensibles (vida, integridad fí- 10 La interpretación de la doctrina y jurispru-
sica...), y en la medida en que tales conductas des- dencia nacionales ha reducido el alcance de esa
emboquen en lesiones serias o graves riesgos para regulación de entre los delitos previstos en el Títu-
la indemnidad de tales intereses. El resto, en apli- lo VIII del Libro II, únicamente al homicidio y le-
cación del principio de mínima intervención y ulti- siones, quedando excluidas otras figuras de ese tí-
ma ratio, debería relegarse a la capacidad repara- tulo, como el duelo y los delitos contra el honor. El
dora del Derecho civil o al ámbito sancionador duelo culposo es conceptualmente imposible y res-
administrativo. Crespo Barquero, Pedro José, pecto de los delitos de injuria y calumnia, su ex-
“Cuestiones de Parte General...”, cit., p. 581. En clusión radica en la necesidad de que concurra un
conclusión, y a pesar de las críticas que hemos re- elemento subjetivo del injusto, como es la inten-
señado, la implantación de este sistema al nuevo ción de ofender. También se excluyen, conforme
CP se adecua con mayor rigor a las exigencias téc- con la doctrina y jurisprudencia chilenas, aquellos
nico-jurídicas y de garantía de la norma penal. Pero, delitos que incorporan expresamente una mención
sin embargo, resulta dudoso que haya limitado de al dolo (de propósito, maliciosamente o con cono-
modo efectivo la incriminación a título de impru- cimiento de las relaciones que los ligan, etc.). En
dencia, en virtud del principio de mínima interven- estos casos, no sólo se excluye la culpa sino tam-
ción penal, pareciendo por el contrario al examinar bién el dolo eventual. De ahí que no sean admisi-
la Parte Especial que la imprudencia ha extendido bles las hipótesis culposas de parricidio, ni las de
sus dominios a sectores que le estaban tradicional- castración o de mutilación (arts. 395 y 396). Politoff
mente vedados o cuya presencia era controvertida. Lifschitz, Sergio, Derecho..., cit., p. 517.
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gar ciertas conductas imprudentes que consi- menor cobertura legal que ofrece el NCP para
deren especialmente reprochables11. Así, po- el castigo de los supuestos de error de tipo
dría darse un efecto perverso en contra de la evitable, así este sistema específico determi-
opción político-criminal de aplicar el princi- nará que algunos supuestos de error evitable
pio de mínima intervención en los delitos im- queden impunes 13 . A este respecto, la posi-
prudentes. Respecto a esta posición, entende- bilidad de que queden impunes algunos su-
mos que no es admisible que el legislador puestos de error de tipo evitable no debe ser
renuncie a implantar principios informadores criticada a priori: la crítica no reside en la apli-
básicos del Derecho, como son los principios cación de este sistema, sino en si una determi-
de seguridad jurídica, mínima intervención y na omisión de una diligencia debida debe o no
ultima ratio, debido a la sospecha de que en el tipificarse conforme con el concepto material
futuro los jueces no respetarán las decisiones de delito.
del legislador o pervertirán las reglas genera-
les de imputación. Si los órganos judiciales 2) Concepto y estructura del tipo
imputan a título de dolo hechos no conocidos imprudente
por el autor, sencillamente se estará infringien-
do el principio de legalidad. Superada la denominada teoría psicoló-
No obstante, y a este respecto, parte de la gica de la culpabilidad auspiciada por los
doctrina, en función de las nuevas teorías rela- autores clásicos como consecuencia de la con-
tivas al contenido del tipo imprudente –que cepción positivista del Derecho penal, resu-
fundamentan el título de imputación en el ele- mible en la idea de que lo objetivo pertenece
mento intelectivo– postulan que no se trata de al tipo penal, y lo subjetivo a la culpabilidad,
censurar que los tribunales conviertan en mostró con prontitud su insuficiencia al en-
dolosas conductas imprudentes atípicas, sino frentarse con la necesidad de explicar el deli-
que en muchas ocasiones se tratará de averi- to imprudente. La dificultad para perseguir
guar si en rigor son verdaderamente impru- penalmente la culpa –sobre todo la culpa cons-
dentes o dolosas, sin perjuicio de propugnar ciente– desde postulados que anudaban el
la correspondiente graduación punitiva entre concepto de culpabilidad al nexo psíquico
los diferentes tipos dolosos12. entre acción y resultado, cuando precisamen-
Otra cuestión que también se ha critica- te se trataba de acciones ciegas que por esen-
do a raíz del nuevo CP español, se refiere a la cia incorporaban un error sobre el nexo cau-
sal, exigió forzosamente la reelaboración del
11 Esta posible tendencia de los tribunales de
concepto de imprudencia desde otra óptica.
Tarea que, como es sabido, desembocó –a
evitar ese margen de impunidad, mediante el re-
curso de convertir tales conductas en dolosas, es partir de las formulaciones de Engich y Mez-
también consciente Tribunal Supremo español, que guer, y desarrollado por la Escuela Finalista–
en su sentencia de 15-3-1997, no duda en afirmar en la inclusión de los conceptos de dolo e
que: “el sistema de incriminación específica puede imprudencia al ámbito de la tipicidad. Ade-
provocar efectos indeseados; en particular, puede más, se formuló la idea clave del deber obje-
dar lugar a un desarrollo interpretativo, en clave tivo de cuidado que pasó a constituir la base
ampliadora, del dolo eventual, en detrimento de las y el fundamento de la imputación criminal a
construcciones culposas fronterizas con esta for-
título de imprudencia14.
ma de dolo, la denominada culpa consciente o con
representación mental, por parte de los tribunales Como hemos manifestado anteriormen-
(...) en supuestos en que el juzgador se ve abocado te, no existe una definición auténtica o legal
a optar entre la absolución del sujeto (...) y la con-
dena por dolo eventual. Feijoo Sánchez, B., “La
imprudencia en el Código Penal de 1995 (cuestio- 13 Morales Prat, Fermín, Comentarios al nue-
nes de lege data y de lege ferenda)”, Cuadernos de vo Código Penal (Dir.) Quintero Olivares, Gonza-
Política Criminal, núm. 62/1997, p. 318. lo, Madrid: Aranzadi (1996), p. 93-94.
12 Crespo Barquero, Pedro José, “Cuestiones 14 Chaclón Montalvo, José Antonio, “Sobre
de Parte General...”, cit., p. 586. la evolución dogmática...”, cit., p. 237.
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de la imprudencia, por lo que conserva plena mento en un deber de evitación mediato o in-
validez el concepto y elementos desarrolla- directo.
dos durante décadas por la doctrina y juris- En este mismo sentido, Luzón Peña, si-
prudencia. Como aproximación al concepto guiendo a la doctrina alemana, afirma que en
de imprudencia, de las innumerables defini- toda conducta dolosa existe, al igual que en
ciones que la doctrina ha aportado, destaca- la imprudente, una infracción de un deber ob-
mos la ofrecida por Cerezo Mir: “un delito jetivo de cuidado, ya que la mayor y más cla-
imprudente es aquél que como consecuencia ra infracción del cuidado debido para no le-
de la inobservancia del cuidado debido se sionar bienes jurídicos es lesionarlos
produce un resultado material, externo o pe- voluntariamente. Así, podemos concluir que
ligro concreto de un bien jurídico, o concu- la relación entre ambas clases de tipos subje-
rre una determinada cualidad de acción, no tivos no es de recíproca exclusión, sino de
queridos”15. concurso de leyes, concretamente una relación
Partimos del presupuesto dogmático que de subsidiariedad17.
la imprudencia, al igual que el dolo, no cons- Lo que difiere en el delito imprudente
tituyen conceptos ontológicos o psicológicos, radica en que no se infringe el deber de evitar
sino términos normativos que deben ser in- un determinado hecho tipificado en la parte
terpretados por la jurisprudencia, y la dogmá- especial, sino de “tener cuidado” con ese mis-
tica16. Ambos tienen su fundamento en la in- mo hecho. Por esta razón la doctrina mayori-
fracción de un deber como concreción de la taria menciona el deber de cuidado como fun-
norma de conducta. No constituye un elemen- damento del tipo imprudente18. Esta relación
to exclusivo de la imputación imprudente; en mediata entre el tipo objetivo y los deberes
realidad, lo que sucede es que la infracción impuestos justifica no sólo la menor penali-
del deber es tan palmaria en el dolo que no dad establecida en general para el tipo impru-
hace falta detenerse o insistir sobre este as- dente, sino también el sistema de numerus
pecto normativo del delito doloso. clausus establecido en el CP.
Así, tenemos que señalar desde el inicio La doctrina tampoco ofrece una estruc-
que el estudio de la omisión de una diligencia tura homogénea de la imprudencia. Como
debida no constituye un elemento exclusivo ejemplo veamos las diferentes concepciones
del delito imprudente. Tanto los tipos dolosos de dos de los más importantes penalistas es-
como imprudentes se infringen un deber. La pañoles. Mir Puig ofrece la siguiente estruc-
diferencia estriba en que si se conoce este tura: una parte objetiva, que a la vez incluye
deber, y a pesar de ello se realiza el hecho la infracción de la norma de cuidado como
tipificado como delito sin querer evitarlo, se desvalor de la acción, y el resultado que vie-
incurre en un tipo doloso; en cambio, la res- ne establecido en el tipo doloso (desvalor del
ponsabilidad por imprudencia tiene su funda- resultado); una parte subjetiva que requiere
el elemento positivo de haber querido la con-
ducta descuidada, ya sea con conocimiento del
15 Cerezo Mir, José, Curso de Derecho..., cit.,
peligro que en general entraña, o sin él, y un
p. 151. Mir Puig define la imprudencia como el elemento negativo de no haber querido el au-
hecho en que un “sujeto no quiere cometer el he- tor cometer el hecho resultante19.
cho previsto en el tipo doloso, pero lo realiza por
Por otra parte, Cerezo Mir entiende que
la infracción de una norma de cuidado, es decir,
por la inobservancia del cuidado debido. Mir Puig, la imprudencia tiene, como elementos funda-
Santiago, Derecho Penal..., cit., p. 268.
16 En contra Mir Puig, quien mantiene que la
17 Luzón Peña, Diego-Manuel, Curso ..., cit.,
diferencia entre el dolo y la imprudencia estriban
en que el primero es un fenómeno de contenido fun- p. 497.
18 Feijoo Sánchez, Bernardo “La impruden-
damentalmente psicológico, mientras que la impru-
dencia es un fenómeno básicamente normativo. Por cia...”, cit., p. 302.
19 Mir Puig , Santiago, Derecho Penal..., cit.,
todos, Mir Puig, Santiago, Derecho Penal..., cit.,
p. 272. p. 274.
2002] FERNÁNDEZ: EL DELITO IMPRUDENTE: LA DETERMINACIÓN… 107
mentales, dos psicológicos –uno negativo re- putación objetiva, en especial, la creación de
ferido a la ausencia de intención o dolo, y otro un riesgo no permitido o el aumento ilícito de
positivo concretado en la previsibilidad o un riesgo permitido. Esta situación, si bien
evitabilidad del resultado medida con crite- concurrirá en la mayoría de las ocasiones, en
rios objetivos de normalidad o referencia al algunos supuestos no es así. Veamos el si-
hombre medio, aunque no faltan alusiones a guiente supuesto fallado en la Corte de Ape-
la previsibilidad subjetiva conformada por las laciones de Santiago, donde se planteó si un
circunstancias personales del autor– y otro posible error de diagnóstico ocasionó la muer-
normativo que se reconoce al deber objetivo te de un paciente. La sentencia concluye, ci-
de cuidado dimanante del ordenamiento jurí- tando a la doctrina21, “que no se infringe el
dico o de normas socioculturales20. deber de cuidado cuando en la situación con-
Como hemos manifestado la omisión de creta su obedecimiento no hubiere evitado el
una diligencia debida constituye un elemento resultado acaecido. Si, en el evento de una
común tanto en tipo doloso como el tipo im- acción técnicamente correcta, el desenlace
prudente. Esta omisión de la diligencia debida fuese el mismo [si la acción hubiese sido téc-
en el ámbito del tipo doloso está relacionada nicamente incorrecta], entonces el error
directamente con los criterios de imputación o fallo cometido no ha sido jurídicamente
objetiva en los tipos dolosos de resultado, en irrelevante frente al mismo, y la ley requiere
especial, en la creación de un riesgo no permi- que el daño se produzca por negligencia cul-
tido o aumento ilícito de un riesgo permitido. pable”.
La omisión de la diligencia debida, al Si bien resulta correcto el fallo de la
menos en el tipo imprudente, posee un ámbi- Corte de Apelaciones, en el sentido de que los
to de aplicación autónomo que circunscribe a hechos no son típicos, entendemos que su ar-
la acción típica, y no debe confundirse con gumentación es un claro ejemplo de la confu-
los criterios normativos de la imputación ob- sión entre el acción típica y la imputación
jetiva que opera en el ámbito de resultado objetiva del resultado en el ámbito del delito
típico. Para establecer la tipicidad objetiva del imprudente. Si existió un error en el diagnós-
delito imprudente, será necesario, en primer tico del paciente debido a una vulneración de
lugar, determinar si se ha producido una omi- su lex arti, es decir, evitable o vencible, de-
sión de la diligencia debida, en caso afirmati- beremos afirma que ha existido una omisión
vo, no significa que se pueda imputar el re- de una diligencia debida, ya que esta omisión
sultado, para esto es necesario realizar un no constituye un elemento exclusivamente pe-
segundo juicio, que coincide, como no puede nal, sino que su naturaleza es extrapenal, en
ser de otra manera, con los criterios de impu- este caso administrativa. La determinación de
tación objetiva del resultado en el tipo dolo- la omisión de la diligencia debida no depen-
so. Así, será necesario establecer relación de del resultado típico, sino de la exigencia,
causalidad natural entre la omisión de la dili- en este caso, de un diagnóstico adecuado. Si
gencia debida y resultado, para posteriormente al médico se le podía exigir un diagnóstico
determinar que el resultado ha sido la expre- adecuado, existió una omisión de una diligen-
sión del riesgo implícito en la omisión de la cia debida: estamos ante un hecho que no se
diligencia debida. Esta propuesta sobre la es- puede obviar.
tructura del delito imprudente parece deno- Por lo tanto, este caso debe resolverse
tar una tautología, ya que, si previamente se en el seno de la relación de causalidad. Así,
ha determinado la omisión de la diligencia nuestra posición toma como presupuesto la
debida, no resulta necesario establecer con teoría de la imputación objetiva donde es
posterioridad los criterios normativos de im-
21 Sentencia de la Corte de Apelaciones de
20 Cerezo Mir, José, Curso de Derecho..., cit., Santiago de 4 de mayo de 1993. Kunsemüller, Car-
p. 166; Mir Puig , Santiago, Derecho Penal..., cit., los, “Responsabilidad penal del acto médico” (en)
p. 273. Revista de Derecho, Vol. 13, núm. 2.
108 REVISTA DE DERECHO [VOLUMEN XIII
necesario realizar una doble valoración: una demostró Roxin, el principio de incremento del
relación de causalidad natural entre la acción riesgo resulta especialmente valioso para re-
y el resultado; y una constatación de que el solver los problemas de cursos causales hipo-
resultado es expresión del riesgo implícito en téticos, sobre todo en el marco de los delitos
la acción, o bien de los que pretende evitar la imprudentes. Estos supuestos se caracterizan
norma penal. porque puede afirmarse que el resultado ha-
Teniendo presente la anterior afirmación, bría acaecido con la más alta probabilidad
en primer lugar, establecida la omisión de la aunque el sujeto no hubiese actuado como lo
diligencia debida, debería comprobarse la re- hizo23: es decir, a pesar de la infracción del
lación de causalidad natural entre acción y el deber de cuidado, y la relación de causalidad
resultado. Si el paciente falleció a consecuen- natural, no existiría un incremento del riesgo
cia de otras acciones o factores, deberíamos no permitido, o, de forma más ilustrativa, una
concluir que si bien existió una omisión de la “omisión de la diligencia típica”, término que
diligencia debida –que puede ser depurada en se contrapone con la “omisión de la diligen-
el orden disciplinario– la acción que se reali- cia debida extrapenal”. Así, en el caso del
zó no fue la causa natural del resultado. Esto ejemplo que nos ocupa, imaginemos que a raíz
parece fue lo que sucedió en el ejemplo que del diagnóstico erróneo se realiza un trata-
estamos comentando: se produjo un error en miento u otro tipo de operación que le produ-
el diagnóstico pero la muerte se produjo a ce la muerte al paciente, pero que el fatal re-
consecuencia de la “agresividad de los gér- sultado hubiera acaecido con la más alta
menes que provocó la peritonitis que se de- probabilidad debido a la verdadera enferme-
tectó en la operación”. dad que éste padecía, y con independencia del
En segundo lugar, el caso de que concu- tratamiento médico correcto. No obstante,
rriera la relación de causalidad natural, toda- como hemos manifestado, estos supuestos re-
vía nos quedaría por comprobar si el resulta- sultan excepcionales, pues una infracción del
do es expresión del riesgo creado, o en otras deber de cuidado conlleva en la mayoría de las
palabras, que exista una posibilidad de con- ocasiones un incremento del riesgo típico.
trol del curso causal, en caso contrario, cuan- Otro supuesto donde se equipara la omi-
do no sea posible producir o evitar finalmen- sión de la diligencia a la relación de causalidad
te el resultado, éste aparecerá simplemente se puede apreciar en el fallo de la Corte Su-
como un resultado causado por la acción de prema, donde se demostró la omisión de una
una persona, pero no imputable objetivamen- diligencia médica pero no quedó demostrado
te a dicha acción22. que ésta fuese la causa de la muerte. La sen-
Llegado a este punto, la cuestión que tencia declara como hechos probados una se-
debemos plantearnos es si resulta necesario rie de omisiones por parte del médico, como
comprobar este requisito en el delito impru- son el examen superficial del paciente y su
dente, o por el contrario resulta suficiente para no-hospitalización. El certificado médico de
imputar objetivamente un resultado a una de- defunción señaló como causa de la muerte una
terminada acción, la omisión de la diligencia bronconeumonía. A pesar de los indicios de
debida y la constatación de la relación de criminalidad que presentó este caso, no se
causalidad natural. A este respecto, mantene- practicó la autopsia por indicación de la fa-
mos que, si bien en la mayoría de las ocasio- milia. Así, no pudo demostrarse con certeza
nes el riesgo emanado de la omisión de la di- la relación de causalidad natural entre la omi-
ligencia debida, establecida la relación de sión de la diligencia debida y el resultado pro-
causalidad natural, se reproducirá en la im- ducido. El Tribunal omitió probar uno de los
putación objetiva del resultado, en algunos elementos objetivos del tipo penal como es la
supuestos no ocurrirá así. En este sentido, como relación de causalidad, elemento que segura-
22 Gómez Benítez, José Manuel, Teoría Jurí- 23 Gómez Benítez, José Manuel, Teoría Jurí-
dica..., cit., p. 186. dica..., cit., p. 188.
2002] FERNÁNDEZ: EL DELITO IMPRUDENTE: LA DETERMINACIÓN… 109
c) Y por último, en los casos en que la di- que admiten determinados grados de riesgo
námica social no haya establecido o de- permitido.
sarrollado normas de cuidado o una de- El CP en sus arts. 490 y ss. clasifica cua-
terminada lex arti, mediante el criterio tro tipos de imprudencia; la imprudencia te-
de la conducta que observaría en esa si- meraria, la imprudencia simple profesional
tuación concreta una persona inteligente médica, la imprudencia simple en la custodia
y sensata de la misma profesión o círcu- de animales feroces, la imprudencia simple
lo social. de infracción de reglamentos. No obstante,
materialmente, estamos ante dos formas de
En sentido inverso, la adecuación de la manifestarse una conducta negligente: a) la
acción a los parámetros establecidos en cual- “imprudencia temeraria” o “negligencia inex-
quiera de estas fuentes determinará la falta de cusable” (arts.. 490 CP, 244, Nº 1, 225, 288
una conducta típica. inc.2, 229, 324 y 289 inc. 2º CP); y la impru-
dencia simple o leve que es definida con ex-
4. La gravedad de las conductas presiones tales como “descuido culpable”
imprudentes (arts. 302, 337 inc. 2º, 491 inc. 2º CP), “igno-
rancia culpable” (art. 329), “negligencia cul-
En gran parte de los ordenamientos jurí- pable” (arts. 491, 494 Nº 10 y 495 Nº 21
dicos penales se establecen distintas clases de CP)35.
imprudencia atendiendo a su gravedad, que Respecto a la mera imprudencia o im-
suele expresarse con los términos impruden- prudencia leve el CP exige en su art. 492 una
cia temeraria o grave e imprudencia simple o infracción de reglamentos. Realmente en es-
leve. tos casos no se deriva un mayor grado de cul-
Silvela definió la imprudencia grave como pa cuando el tipo penal requiere una “infrac-
“aquel cuidado y diligencia, aquella atención ción de reglamentos”36, sino que delimita las
que puede exigirse al hombre menos cuida- fuentes de la omisión de una diligencia debi-
doso, atento o diligente”, baremo que es uti- da. Además, la configuración del art. 492 CP
lizado de manera general por los tribunales como un tipo penal en blanco no debe enten-
de justicia34. derse como una merma del principio de lega-
Para establecer la gravedad de inobser- lidad, sino, como manifiesta acertadamente
vancia de la norma de cuidado se debe tener Bustos Ramírez, refuerza más aún los princi-
presente tanto la peligrosidad de la conducta pios garantistas del Derecho penal 37, ya que,
como la valoración social del riesgo. A la vez, en caso de omitirse, el ámbito de aplicación
para determinar la peligrosidad de la conduc- sería mucho más amplio, abarcando como
ta deben combinarse dos variables funda- fuente de la omisión de la diligencia debida
mentales: por una parte, el grado mayor o la lex arti.
menor de la probabilidad de la lesión; y por El CP equipara la negligencia leve pro-
otra, la mayor o menor importancia del bien fesional con la imprudencia temeraria. Esta
jurídico afectado. La valoración social del presunción legal supone una quiebra directa
riesgo depende de si se produce en ámbitos del principio de culpabilidad. El carácter pro-
fesional, sin duda, puede suponer un indicio
de temeridad, pero no resulta menos cierto Con relación a la distinción del dolo
que, conforme con la regulación extrapenal eventual y la imprudencia consciente, nos va-
y, en especial, con la lex arti, un profesional mos a centrar en el estudio de las nuevas pos-
puede realizar tanto una imprudencia grave turas doctrinales que bien establecen como
como leve. En otras palabras, la gravedad de único elemento diferenciador el elemento in-
la pena en el delito imprudente sólo se puede telectivo, o bien le dan una primacía respecto
determinar, valga la redundancia, conforme a del elemento volitivo, y que están cobrando
la gravedad de la imprudencia. En conclusión, cada vez más fuerza en detrimento de las clá-
estamos ante una manifestación de la imputa- sicas teorías volitivas.
ción penal por responsabilidad objetiva en la La propuesta más radical es la ofrecida
determinación de imprudencia temeraria: el por Jakobs –consecuente con su visión de que
paso de la negligencia leve a la grave se reali- el reproche de culpabilidad se basa en una
za objetivamente a través de una presunción falta de fidelidad al ordenamiento jurídico, y
legal. con su teoría intelectual del dolo– considera
Así, el art. 491 CP lleva a los tribunales que la ceguera ante los hechos no se merece
de justicia penal a comprobar la existencia de un tratamiento como imprudencia, cuando el
una negligencia leve o simple en el ejercicio desconocimiento de la realidad es fruto de una
de una determinada profesión, y la cualidad posición de enemistad o indiferencia frente al
profesional del autor para imponer una pena Derecho. Es la denominada imprudencia pro-
equivalente a una imprudencia temeraria38. vocada o inducida39.
Por otra parte, el CP no hace ninguna
5. La distinción entre el tipo doloso y el referencia al elemento volitivo del dolo como
tipo imprudente. La determinación elemento característico, como sí ocurre res-
del dolo eventual pecto al elemento intelectivo, al menos par-
cialmente, con la regulación del error de tipo
La línea divisoria entre el tipo doloso y en el art. 1 CP, lo que obliga a plantearse su
el tipo imprudente, si bien desde una perspec- relevancia como criterio determinante para
tiva teórica ofrece una multitud de solucio- diferenciar entre el tipo dolo y el tipo impru-
nes, en la práctica judicial constituye una de dente.
las situaciones donde se manifiesta una ma- Schünemann añade que “las teorías de
yor inseguridad jurídica. Esta problemática se la voluntad conducen a privilegiar de forma
agudiza en los denominados delitos económi- injustificada al autor especialmente temera-
cos, ya que normalmente en la determinación rio frente a otros más prudentes. El Derecho
de la tipicidad subjetiva tienen como referen- sólo puede asumir racionalmente como rele-
te una conducta que ha operado dentro de un vante la confianza en la ausencia de resultado
riesgo permitido, es decir, a través de conduc- cuando el autor emprende unas medidas mí-
tas que aisladamente no ofrecen per se un nimas, y carece de formación suficiente so-
desvalor objetivo. bre la lesividad de su comportamiento, pero
no cuando, a pesar de saber que se va a crear
un riesgo, se limita a confiar en el azar o que
38 La Sentencia de la Corte Suprema de 15 el resultado se producirá por razones que ya
de diciembre de1997, donde no se determina la gra- no tienen que ver con su actuación”40.
vedad de la imprudencia, sino exclusivamente, la
negligencia simple y la cualidad de profesional del
sujeto. En cambio otras resoluciones, si bien re- 39 Jakobs, Günther, Derecho penal. Parte Ge-
cordemos no lo exige el art. 491 CP, expresamente neral. Fundamentos y teoría de la imputación, Cue-
declaran la gravedad del quebrantamiento de la lex llo Contreras, Joaquín y Serrano Conzález Murillo,
arti. La Sentencia de la Corte de Apelaciones de José Luis (2ª ed.), Madrid: Marcial Pons, (1997),
Santiago de 22 de agosto de 1983 utiliza la expre- p. 104.
sión de “negligencia ostensible que debe atribuirse 40 Feijoo Sánchez, Bernardo, “La distinción
al procesado”. entre dolo e imprudencia en los delitos de resulta-
114 REVISTA DE DERECHO [VOLUMEN XIII
Otra corriente doctrinal entiende que rechaza la posibilidad del dolo eventual en los
–sin renunciar al elemento volitivo como ele- tipos con elementos subjetivos del injusto o
mento necesario para que exista una infrac- con la inclusión expresa del dolo en la confi-
ción de la norma de conducta– resalta el de- guración del tipo penal43.
cisivo papel del elemento intelectual para Con independencia de si entendemos
delimitar entre una imputación de un resulta- doctrinalmente correcta la anterior afirmación,
do lesivo a título de dolo y una imputación de desde una posición de lege data no resuelve
un resultado lesivo a título de imprudencia 41. uno de los escollos más importantes que se
Para imputar un tipo de resultado a título de han creado a raíz de la instauración del siste-
dolo basta con que una persona tenga infor- ma de numerus clausus en la tipificación de
mación de que va a realizar lo suficiente para los tipos imprudentes. Nos referimos a los
poder explicar un resultado de muerte, lesio- casos en que la descripción típica dolosa apa-
nes o daños, etc., y por lo tanto, que prevea el rezcan términos como “a sabiendas”, u otros
resultado como consecuencia de su riesgo. Es elementos subjetivos del injusto, y expresa-
decir, que abarque intelectualmente el riesgo mente se haya tipificado la forma impruden-
que permite explicar el posterior resultado o te. Resultaría una palpable contradicción que
el riesgo idóneo, adecuado o suficiente para no se permitiera castigar por dolo eventual y
producir el resultado. sí por imprudencia44.
Esta posición doctrinal, al menos en el Fruto de esta indeterminación a la hora
plano teórico, admite que el fundamento del de establecer las fronteras entre el dolo even-
desvalor se encuentra en la decisión de reali- tual y la imprudencia, parte de la doctrina ha
zar algo o de omitir una conducta a pesar de venido postulando una clasificación tripartita
que se conoce. En el delito de dolo eventual de la responsabilidad subjetiva que consiste
ya hay una decisión de realizar el tipo aunque la creación de un nivel de imputación inter-
sea de forma eventual o de realización inse- medio, aglutinador del dolo eventual y de
gura, decisión que no existe en los supuestos imprudencia consciente, al estilo de la figura
de imprudencia, donde sólo se decide reali- del recklessness propia del Derecho anglo-
zar un hecho típico de forma descuidada42. americano45.
Otra cuestión relacionada con el dolo Como principal conclusión de este apar-
eventual radica en su ámbito de aplicación, tado, habría que señalar que siendo los lími-
es decir, qué delitos de los recogidos en la tes entre dolo e imprudencia tan indetermina-
parte especial permiten esta forma de impu- dos, es difícil reprocharle a cualquier teoría
tación subjetiva. En general la doctrina penal que no respeta los límites del dolo e invade el
ámbito de la imprudencia, o viceversa46. De
los estudios que se han realizado con profun- 1. Los principios de confianza y de
didad, todos coinciden que las fronteras entre división del trabajo
dolo e imprudencia son más difusas que lo que
puede aparentar un mero acercamiento super- El principio de confianza parte de la idea
ficial a esta cuestión. Ello es debido en gran de que no constituye una obligación del ciu-
medida a que cuando un dogmático intenta dadano controlar de manera permanente a to-
determinar los límites del conocimiento se dos los demás, ya que, en el caso contrario, la
muestra inseguro, ya que se trata de un tema idea de responsabilidad quedaría destruida si
perteneciente a disciplinas como la psicolo- los demás ciudadanos fuesen concebidos de
gía, la psiquiatría, la filosofía del lenguaje o modo exclusivamente cognitivo, y no también
la medicina que no domina. Se trata además, como sujetos responsables48. Este principio
como hemos afirmado, de una discusión abier- –desarrollado por la jurisprudencia del TS ale-
ta ya que el Código Penal no ofrece ningún mán, en relación con el tráfico motorizado, y
tipo de información al respecto. Sólo se pue- que ha hallado también acogida TS español–
de reconocer que no se puede ofertar una so- se presenta con especial intensidad en sec-
lución general al problema de los límites del tores compuestos por organizaciones de per-
delito doloso con el delito imprudente; esta- sonas.
mos ante un problema de prueba o determi- El escollo que plantea la aplicación prác-
nación fáctica con respecto a la presencia o tica de este principio radica en determinar el
ausencia de un conocimiento actual 47 . En- límite tolerado de confianza en el comporta-
tendemos que desde la teoría jurídica del deli- miento cuidadoso de otros. Así, como presu-
to poco se puede aportar para solucionar esta puestos para su aplicación; en primer lugar,
cuestión, más que manifestar que el sujeto debe conocerse la cualificación de cada uno
aceptó el posible resultado o puesta en peligro de los miembros de la organización; y en se-
del bien jurídico protegido. Debe ser desde una gundo lugar, distribuir el trabajo adecuada-
teoría sobre la interpretación de los hechos la mente a las capacidades de cada uno. En el
que determine la presencia del dolo eventual, caso de que la delegación de funciones se haya
es decir, la inseguridad jurídica se produce por verificado en una persona sin la cualificación
falta de una teoría sobre cómo deben inter- necesaria, el correspondiente dominio del ries-
pretarse unos hechos como prueba de una ca- go no se habrá transmitido 49. Además, este
tegoría jurídica, en este caso, penal. principio encontrará limitaciones cuando las
circunstancias especiales (distracción, ebrie-
dad, etc..) hacen probable, en el caso concre-
III) LA DETERMINACIÓN DE LA OMISIÓN to, la lesión del deber de cuidado por parte de
DE LA DILIGENCIA DEBIDA EN otro50.
ORGANIZACIONES Este principio, en el caso de actividades
realizadas por un equipo de personas se en-
Varios son los parámetros que son utili- cuentra estrechamente relacionado el princi-
zados por la doctrina para delimitar una omi- pio de división del trabajo. Sin duda, la divi-
sión de una diligencia debida, destacamos los sión del trabajo, la atribución y delegación de
siguientes en atención a su relación con gru- funciones, y la confianza que necesariamente
pos organizados. debe existir entre los diferentes estamentos
En todo caso, en ámbitos profesionales del dominio fáctico del riesgo derivado de la
como la práctica de la medicina, se puede in- actividad56.
currir en el error de atribuir automáticamente No obstante, el delegado incompetente
la responsabilidad penal al superior jerárqui- para la función delegada puede responder por
co. Así, por ejemplo, en los supuestos de es- la llamada culpa por asunción; cuando el su-
pecialización médica si el médico especia- jeto incapaz para cumplir la función que se le
lista ha obrado diligentemente, tanto en la ha encomendado con el cuidado necesario
determinación de la capacidad profesional del para salvaguardar la integridad de los bienes
médico que realiza la especialización, como jurídicos, debe observar un deber objetivo de
en sus funciones de vigilancia, deberá enten- cuidado consistente en abstenerse de aceptar
derse que se ha transmitido el riesgo. La de- el encargo para cuyo cumplimiento no está
terminación de la diligencia, en estos casos, capacitado57. La concurrencia de esta posibi-
debe tener presente que la formación de nue- lidad resulta especialmente aplicable en los
vos médicos supone un riesgo permitido por supuestos de división del trabajo horizontal,
la sociedad, y sería absurdo que su formación donde el delegado posee la formación, prepa-
se le exigiera la misma preparación que a un ración y una posición jerárquica para recha-
médico especializado. En estos casos, concu- zar la tarea o trabajo que le ha propuesto el
rrirá una diligencia debida si el médico esta- delegante. Así, campos profesionales como la
ba objetivamente capacitado para realizar la medicina en centros hospitalarios, puede dar-
acción, y el médico tutor realizó sus funcio- se con cierta frecuencia estos supuestos58.
nes de vigilancia, pero no se podrá exigir a
aquél la misma diligencia debida.
De esta forma, lo esencial para la válida 56 Choclan Montalvo, J. Antonio, Deber de
traslación del deber de garantía es que se lle- cuidado..., cit., p.110; Véase Jakobs, Derecho pe-
ve a cabo determinadas condiciones que per- nal, cit., p. 989.
57 Gracia Martin, Luis, El actuar en lugar de
mitan afirmar un dominio o control del ries-
go por parte del delegado, y en este sentido otro en Derecho Penal, Universidad de Zaragoza:
desde antiguo se ha pronunciado la jurispru- Zaragoza (1986), p. 222; Choclan Montalvo, J.
Antonio, Deber de cuidado. , cit., p. 109.
dencia española55. En otras palabras, es ne- 58 Un caso interesante es el conocido por la
cesario además que el sujeto delegado tenga Corte Suprema en su sentencia de 28 de enero de
1986. Una paciente que recuperó el conocimiento
después de una operación, manteniéndose con sig-
nos vitales estables y normales, el médico que la
ponsabilidad penal a los representantes del hospi- operó procedió a desintubarla sin extraerle previa-
tal debemos recordar que no basta con la compro- mente la gasa que servía de sello, lo que le produjo
bación de la omisión de una diligencia debida, sino, un paro respiratorio seguido de uno cardiaco, per-
además, debe establecerse una relación de diendo el conocimiento, y, tras sucesivos intentos
causalidad con el resultado producido. En este sen- de recuperar a la paciente, ésta falleció. La aneste-
sista que realizó la intubación pidió al médico ci-
tido, a pesar de existir una relación de causalidad
rujano que retirara el tubo, ya que ella no iba a po-
natural, no se aumentó ilícitamente el riesgo per-
der hacerlo. La Sentencia en el motivo 17 determina
mitido, ya que el control de un monitor hospitala-
si responden penalmente ambos médicos: “Pues
rio resulta exigible a cualquier enfermera con in-
bien, si se considera –atendiendo únicamente a la
dependencia de su especialidad. En cambio, si la versión del procesado– que la anestesista, al térmi-
muerte se hubiera producido por hecho relaciona- no de la operación quirúrgica, le solicitó que
do con la especialidad de pediatría, sí hubiera exis- extubara a la paciente porque ella no iba a poder
tido un aumento ilícito del riesgo permitido por hacerlo y él aceptó realizar esa acción, que quizás
parte del Hospital al contratar a un profesional sin es la más importante del último período del proce-
la debida especialización. so de anestesia, resulta que, de hecho y voluntaria-
55 Choclan Montalvo, J. Antonio, Deber de
mente, asumió la responsabilidad de lo que pudie-
cuidado..., cit., p. 107. El autor cita, entre otras, la ra suceder en esa fase del proceso. La actuación de
STS de 26 de marzo de 1994. la doctora [anestesista] podrá ser criticable desde
118 REVISTA DE DERECHO [VOLUMEN XIII
te. La posición del autor aboga por un con- conocimiento y querer en un hecho princi-
cepto restrictivo de autor que niegue la rele- pal”63.
vancia típica de la participación imprudente Los autores partidarios de la teoría de
de todas aquellas que no se puedan calificar dominio del hecho impulsada por Roxin nie-
como autores. Toma como punto de partida gan la posibilidad técnica de la participación
que la participación tiene un carácter amplia- imprudente, pero por el contrario no abogan
torio de punibilidad, por lo que las formas de por su impunidad, sino que aporta un concep-
participación van referidas únicamente a los to, definido por sus detractores, extensivo de
delitos dolosos. Además, verbos como indu- autor en el delito imprudente, en el sentido
cir o cooperar a la ejecución del hecho con- que califica como autores aquellos supuestos
llevan en su significado únicamente la comi- que de concurrir dolo serían calificados como
sión dolosa61. partícipes. Mientras que en el delito doloso
Feijoo Sánchez se muestra en contra de establece un concepto restrictivo-final de au-
la anterior postura doctrinal, en el sentido de tor, en el ámbito del delito imprudente aboga
que esta propuesta se acerca más a una posi- por un concepto extensivo-causal de autor64.
ción de lega ferenda, ya que el CP español, Gómez Benítez, máximo exponente de
extrapolable al CP chileno, no ofrece ningún esta teoría en España, manifiesta que del pro-
dato para considerar esta postura. Además, pio desvalor de la participación se deduce la
supondría una quiebra sistemática, que el CP pretensión de favorecer el injusto penal, y por
permita la participación dolosa en las faltas lo tanto, “la participación tiene que ser dolosa,
que son infracciones que tienen contempla- y que el dolo se refiere tanto a la voluntad de
da una pena leve, pero no admitiera la parti- ser partícipe como a la propia naturaleza del
cipación imprudente en los delitos de homi- tipo a realizar por el autor. Continúa el citado
cidio imprudente. La posición en contra de la autor que los casos en que la jurisprudencia y
punibilidad de la participación imprudente, la doctrina han calificado como participación
continúa el autor, “es propia de una concep- imprudente, son realmente autoría de un tipo
ción subjetivista que es compartida por la imprudente65.
doctrina mayoritaria”. La gravedad del injus- Por lo tanto, esta última posición aboga
to depende tanto de aspectos subjetivos como por un concepto unitario de autor en el delito
de aspectos objetivos y, por ello, nuestro CP imprudente, de modo que la contribución im-
tiene contemplada una mayor pena para cier- prudente de varios sujetos en un hecho puni-
tos hechos cometidos imprudentemente que ble se considera en todo caso autoría impru-
para otros distintos que se realizan con dente. Por lo tanto, se manejan dos conceptos
dolo” 62. distintos: uno restrictivo para el delito dolo-
En la doctrina chilena, Bustos Ramírez so, construido sobre la base de la teoría del
mantiene que, debido a que la condición esen- dominio del hecho; y otro unitario para el
cial del delito imprudente es la falta de cui- delito imprudente por virtud del cual toda cau-
dado objetivo, “es imposible hablar de partí- sa del hecho por imprudencia fundamenta la
cipes, ya que ello requiere intervenir con autoría, por lo que basta con demostrar en el
proceso que una acción ha creado un riesgo
61 No obstante, admite una “segunda forma
de autoría”, en aquellos casos en que los tipos im-
prudentes que remitan a normas especiales de cui- 63 Bustos Ramírez, Juan, El delito culposo...,
dado para sujetos con deberes muy específicos, cit., p. 96. La Corte Suprema viene rechazando la
supuestos en que la conducta no determina objeti- posibilidad de coparticipación en un hecho culposo
va el hecho. Son las denominadas “autorías por in- (SSCS de 26-6-1989 y 16-3-2000).
fracción de un deber especial de supervisión, vigi- 64 Roxin, Claus, Autoría y dominio del hecho
lancia o control”. Luzón Peña, Diego-Luzón, en Derecho penal (7ª ed.), Madrid: Marcial Pons,
Derecho Penal..., cit., pp. 384 y ss, 392 y 507 y ss. (2000), p. 740.
62 Véase Feijoo Sánchez, Bernardo, “La im- 65 Gómez Benítez, José Manuel, Teoría Jurí-
prudencia...”, cit., nota (35), pp. 328-329. dica ..., cit., pp. 507-510.
120 REVISTA DE DERECHO [VOLUMEN XIII
primero será castigado conforme con el art. ducir a éste a un “antro como el pool”, invi-
490 CP, y el segundo conforme con los arts. tarlo a beber alcohol y permitir que permane-
491 o 492 CP. En cambio, si estuviéramos ante ciera en ese lugar hasta altas horas de la ma-
malversación de caudales públicos, la negli- drugada71. En este caso, debió haberse roto
gencia inexcusable sería típica, pero en cam- el título de imputación, y al menos, castigar
bio la contribución por imprudencia simple esta última contribución como imprudencia
sería atípica. Véase que si entendiéramos que simple, o más considerarla atípica, simple-
es posible la participación imprudente, am- mente porque el llevar a un menor a un pool e
bas contribuciones serían típicas. invitarlo a beber alcohol no supone un riesgo
Realmente la aplicación de la participa- para que muera golpeado por terceros.
ción en el delito imprudente puede suponer Establecida la imposibilidad de la parti-
una quiebra al principio de proporcionalidad cipación en el delito imprudente, cabe pregun-
de las penas, como es el caso de la Sentencia tarse si resulta posible aplicar todas las for-
de la Corte Suprema de 16 de marzo de 2000, mas de autoría. Respecto a la autoría mediata
donde se castiga a varios partícipes por un y a la coautoría, Bustos Ramírez manifiesta
cuasidelito del art. 490, Nº 1 CP. La resolu- que, en el primer caso, la utilización de un
ción consideró que la omisión de la diligen- instrumento personal en un hecho culposo
cia debida de todos ellos fue imprudente, pero realmente significa un hecho doloso; y en el
si atendemos a cada una de sus contribucio- segundo caso, supone un dominio de todos los
nes esta imputación es errónea. El Alto Tri- autores sobre el hecho y una repartición fun-
bunal consideró igual de grave el golpear a cional de su realización, lo que presupone
un menor mientras se le violaba, que el con- también un delito doloso72.