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Enfermedad del sistema inmunitario causada por la infección por el VIH. Este virus
destruye los linfocitos (las células) T CD4 del sistema inmunitario y deja el cuerpo
vulnerable a varias infecciones y clases de cáncer potencialmente mortales. El síndrome
de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) es la etapa más avanzada de la infección por el
VIH. Para que se le emita un diagnóstico de SIDA, una persona con el VIH debe tener una
afección característica del SIDA o un recuento de linfocitos CD4 inferior a 200/mm3
(independientemente de que tenga una afección característica del SIDA).
SIDA Y VIH
Virus de inmunodeficiencia humana y síndrome de inmunodeficiencia adquirida El SIDA
es el VIH-1, aunque una pequeña minoría de pacientes, principalmente en África
occidental, están infectados con el VIH-2. Si no se tratan, las personas infectadas con
VIH-1 están sujetas a una variedad de defectos inmunológicos, el más devastador de los
cuales es la pérdida eventual de la inmunidad celular prácticamente completa que
conduce a infecciones oportunistas catastróficas. El implacable progresión de la infección
por VIH ahora se reconoce como un continuo que se extiende desde un estado
asintomático inicial hasta el agotamiento inmune que caracteriza a los pacientes con SIDA
manifiesto y el espectro completo de la infección a menudo se refiere a un VIH / SIDA. La
lesión básica es la infección de los linfocitos T CD4 (auxiliares) por el VIH, lo que conduce
al agotamiento de esta población celular y, como consecuencia, al deterioro de la función
inmune y la disminución de la regulación. Como resultado, los pacientes con SIDA
generalmente mueren de infecciones oportunistas o de otro tipo. También hay una alta
incidencia de tumores malignos, principalmente linfomas de células B y sarcoma de
Kaposi. Finalmente, la infección del SNC con VIH a menudo conduce a una serie de
síndromes que van desde trastornos cognitivos o neuronales menores a demencia franca.
Etiología:
El SIDA se describió por primera vez en los Estados Unidos en 1981, en un informe de
neumonía por P. carinii (ahora denominado P. jiroveci) en hombres homosexuales. El
inicio de esta epidemia humana es incierto, aunque se han encontrado anticuerpos contra
el VIH en la sangre almacenada de la República del Congo desde 1959, los casos
esporádicos de enfermedades que pueden atribuirse retrospectivamente al VIH ocurrieron
en África durante los años sesenta. A fines de la década de 1970, se reconoce que los
racimos de enfermedades infecciosas extrañas en Nueva York y Miami entre hombres
homosexuales, usuarios de drogas intravenosas y haitianos han sido causados por el VIH.
En 1982, estas infecciones inusuales estaban asociadas con el sarcoma de Kaposi y se
consideraba que reflejaban una deficiencia inmunitaria subyacente. Así, se acuñó el
acrónimo "SIDA". Al mismo tiempo, quedó claro que el SIDA se contagiaba por contacto
con sangre de personas sospechosas de portar un agente infeccioso. Además de los
hombres homosexuales y los usuarios de drogas intravenosas que compartían agujas, las
personas en riesgo fueron identificadas.
Hay dos principales subtipos del virus, VIH-1 y VIH-2, siendo este último el más difícil de
transmitir y de acción más lenta. Ambos se originan a partir del virus de inmunodeficiencia
de simios (SIV) que viven en África. La fuente del VIH-1 fue un chimpancé en África
Central y el VIH-2 proviene de África Occidental. Cómo y cuándo el virus cruzó la barrera
de las especies sigue siendo un tema de hipótesis. La explicación actual consiste en que
la epidemia tuvo su origen en un chimpancé que tenía el virus y la sangre de este tuvo
contacto con las personas, posiblemente durante la cacería de monos en los años 1930.
Cuando el VIH infecta a las células para reproducirse, libera su material genético (ARN)
dentro de la célula huésped y convierte su ARN a ADN usando una enzima viral llamada
Transcriptasa Reversa (ver figura 1, punto 2, Transcripción Inversa). El nuevo ADN viral
entra al núcleo de la célula infectada y pasa a formar parte del ADN de la célula huésped
utilizando otra enzima viral llamada Integrasa . El ADN del VIH integrado se llama
provirus. El provirus puede permanecer inactivo por varios años sin producir o
produciendo muy pocas nuevas copias del VIH.
Cuando la célula infectada recibe una señal para ser activa (podría ser alguna infección o
deterioramiento del sistema inmune), el provirus utiliza enzimas del huésped para crear
nuevas copias del material genético del VIH y otros segmentos más cortos conocidos
como ARN mensajeros (ARNm). Este ARNm se utiliza como modelo para la formación de
nuevas proteínas del VIH (ver figura 1, punto 4, Transcripción).
Las nuevas proteínas sintetizadas se unen a nuevas copias del material genético, ARN,
ensamblándose nuevas partículas del virus (ver figura 1, punto 5, Ensamblaje).
Finalmente, el nuevo virus ensamblado es liberado, destruyendo a la célula huésped y
tomando parte de su envoltura exterior que le servirá como recubrimiento y adicionándole
proteínas y azúcares, conocidas como glicoproteínas del VIH. Estas glicoproteínas del
VIH son necesarias para que el virus reconozca e infecte a otras células CD4+ (ver figura
1, punto 6, Gemación).
Durante el cambio desde ARN viral a ADN (Transcripción Inversa) y luego de ADN a ARN
(Transcripción), el proceso no es de alta calidad produciéndose errores y el virus muta.
Esto se debe a que la enzima viral, Transcriptasa reversa, carece de corrección, lo cual es
significativamente importante, porque el virus mutado comienza a ser resistente a las
drogas usadas para el tratamiento, aumentando la dificultad de combatir el VIH.
Como el virus del VIH daña en forma progresiva al sistema inmunológico, el cuerpo se
vuelve más vulnerable a todo tipo de infecciones, las cuales son más difíciles de combatir.
Se dice que una persona tiene SIDA cuando la infección por VIH está en un nivel muy
avanzado. Pueden pasar años antes de que el VIH haya producido suficiente daño en el
sistema inmunológico y que el SIDA se desarrolle.
En general, se tarda un período promedio de 10 años para que alguien infectado con el
virus del VIH desarrolle SIDA (Ver figura 2). No obstante, este promedio se basa en que la
persona infectada se alimente en forma adecuada, es decir, alguien que presenta
problemas de desnutrición puede desarrollar SIDA con mayor rapidez. El SIDA se
manifiesta cuando los niveles de linfocitos T CD4 descienden por debajo de 200 células
por mililitro de sangre (Ver figura 2, línea azul), aumentando la replicación del virus (Ver
figura 2, línea roja), lo que conlleva a la aparición de las enfermedades oportunistas.
El tratamiento antirretroviral puede prolongar el tiempo transcurrido entre la infección por
VIH y la manifestación del SIDA. Las politerapias o terapias combinadas modernas
consisten en la combinación de tres o más medicamentos evitando: la fusión del virus a la
célula; la transcripción inversa del material genético del virus, es decir la conversión de
ARN a ADN; y la etapa de integración y replicación del virus. En conjunto, la terapia
combinada reduce que el virus del VIH se multiplique en el organismo y las células del
sistema inmunitario pueden vivir más tiempo y proteger al organismo de las infecciones.
Estas terapias son altamente eficaces y una persona infectada con VIH que está
recibiendo tratamiento podría vivir toda la vida sin desarrollar SIDA.
Hay varias formas en las cuales una persona puede infectarse con VIH: mediante
relaciones sexuales (vaginales o anales) o contacto bucogenital con una persona
infectada sin protección, tener contacto con la sangre de una persona infectada o
transfusiones de sangre contaminada, el intercambio de agujas, jeringas u otros objetos
punzocortantes contaminados (esto se aplica principalmente en el caso de consumidores
de drogas), a través de la transmisión de la madre al hijo durante el embarazo, el parto o
el amamantamiento.
Infecciones oportunistas:
Son las responsables de la mayoría de las muertes de los pacientes con SIDA no
tratados.Muchas de esas inecciones representan una reactivación de infecciones latentes,
que normalmente se mantienen controladas gracias a un sistema inmunitario robusto,
pero que no se han erradicado completamente por que los microorganismos infecciosos
han evolucionado para coexistir con sus anfitriones.
Estas pueden ser:
Enfermedades bacterianas, como la tuberculosis (causada por Mycobacterium
tuberculosis), las infecciones por el complejo Mycobacterium avium (CMA), la
neumonía bacteriana y la septicemia («envenenamiento de la sangre»).
Enfermedades protozoarias, como la neumonía por Pneumocystis carinii (NPC),
la toxoplasmosis, la microsporidiosis, la criptosporidiosis, la isosporiasis y la
leishmaniasis.
Enfermedades micóticas, como la candidiasis, la criptococosis (meningitis
criptococócica) y la peniciliosis.
Enfermedades víricas, como las causadas por el citomegalovirus (CMV) y los
virus del herpes simple y del herpes zoster.
Neoplasias asociadas al VIH, como el sarcoma de Kaposi, el linfoma y el
carcinoma de células escamosas.
Pneumocystis jirovecii
Candidiasis.-
En cavidad bucal afecta con mayor frecuencia la lengua, seguido de la mucosa yugal y la
encía, existen diferentes formas clínicas de la candidiasis bucal (CB) como son la
pseudomembranosa y eritematosa, estas son las más frecuentes, pero también se
presentan la forma hiperplásica, la queilitis angular y la multifocal que es cuando se
presentan dos o más formas clínicas en un mismo paciente.
Mycobacterium avium
HERPES SIMPLE:
PATOGÉNESIS
CRIPTOSPORIDIOSIS:
PATOGENIA:
TOXOPLASMOSIS:
PATOGENIA:
Los taquizoítos tienen escasa capacidad para vencer la barrera gástrica, no así los
ooquistes esporulados o los quistes tisulares. Los esporozoítos y los bradizoítos
liberados por la digestión pasan la barrera de la mucosa y penetran en alguna
célula nucleada, en forma activa o mediante fagocitosis, para formar la vacuola
parasitófora. La secreción de lípidos especiales de las roptrias impide la actuación
del sistema endocítico celular, y facilita la multiplicación por endogemación
múltiple, con la formación de nuevos taquizoítos en un proceso vertiginoso que
coincide con la fase aguda de la infección. Durante la destrucción celular se
producen lesiones tisulares observándose áreas de necrosis rodeadas de
linfocitos, monocitos y células plasmáticas.
PATOGENESIS:
Se ha planteado que hay especificidad de los tipos virales por las diferentes
partes del cuello uterino, lo que podría contribuir a las diferencias en el potencial
carcinogénico, así como también hay diferente distribución de los tipos virales en
diferentes regiones del mundo.
La infección por el VIH y el SIDA se asocian con una serie de enfermedades, algunas de
las cuales se desarrollan debido a la falta de protección adecuada una vez que el sistema
inmunitario se debilita lo suficiente, mientras que otras enfermedades surgen por razones
aún desconocidas. El cáncer es una de estas condiciones que es probable que ocurra en
una persona con VIH / SIDA. Algunos de estos cánceres se deben a infecciones con
ciertos agentes. La razón por la cual surgen otros cánceres, sin embargo, no está clara.
Sarcoma de Kaposi
Linfoma no Hodgkin (LNH)
Cáncer cervical invasivo
Es importante tener en cuenta que estos cánceres también pueden ocurrir en una persona
que no está infectada con el VIH. Esta incidencia de estos cánceres en personas VIH
positivas disminuye significativamente con el uso de TARGA (terapia antitretroviral
altamente activa).
Cáncer anal
Razones y causas:
Cáncer e Infecciones
Una de las razones conocidas de por qué ciertos cánceres ocurren en el VIH / SIDA es el
resultado del debilitamiento del sistema inmune. Esto hace que el cuerpo sea más
propenso a las infecciones. Algunos de estos patógenos son fácilmente combatidos por el
sistema inmune saludable y no reciben mucha atención sin la infección del VIH. El más
significativo de ellos es el sarcoma de Kaposi, que es causado por el herpesvirus humano
8 (HHV-8). Otro cáncer definitorio del SIDA que se asocia con una infección es el cáncer
de cuello uterino, que casi siempre se debe al virus del papiloma humano (VPH).
Deterioro del sistema inmune en la detección de células cancerosas y su destrucción.
Perturbación en el equilibrio entre la proliferación y la diferenciación de las células.
Problemas para controlar el daño o las mutaciones en la estructura genética.
Disfunción y estimulación crónica de células B.
Regulación desordenada de productos químicos secretados por células inmunes
(citoquinas) y hormonas como la hormona del crecimiento (GH).
Neoplasias:
es una neoplasia maligna, multicéntrica y, por lo demás, rara. Se caracteriza por nódulos
cutáneos y (con menos frecuencia) viscerales, en los que los canales revestidos de
endotelio y los espacios vasculares se mezclan con células en forma de huso (véase el
Capítulo 24). Los pacientes con SIDA, especialmente los hombres homosexuales en lugar
de los usuarios de drogas intravenosas, tienen un riesgo muy alto de KS. De hecho, la
aparición de KS en una persona sana por debajo de los 60 años es una fuerte evidencia
de SIDA. A diferencia de la variedad indolente clásica de KS, el tumor en el SIDA suele
ser agresivo y suele afectar a vísceras, como el tracto gastrointestinal o los pulmones. La
afectación pulmonar frecuentemente conduce a la muerte. Una cepa del virus del herpes
humano Herpesvirus 8 (HHVS- está implicado en todas las formas de KS, incluida la
asociada con el SIDA. También se cree que el HHV8 es la causa de un linfoma peculiar
asociado con el SIDA (linfoma de derrame primario) y del SIDA Enfermedad de
Castleman asociada. El virus se ha detectado tanto en células fusiformes KS como en
células endoteliales.
Linfoma no HODGKIN.
Afectaba al 2-6% de los pacientes con infección VIH, y en algunas series de autopsias
alcanzaba el 10%. También puede ocurrir de forma secundaria por extensión al SNC de
un linfoma sistémico. La histología más frecuente es linfoma B de células grandes difuso
(inmunoblástico), relacionado con el virus de Epstein-Barr (EBV).
En muy pocas ocasiones LPSNC es la enfermedad de debut del SIDA, y aparece en
estadios muy avanzados de la enfermedad (CD4<50/mm3). La clínica de presentación
puede tener síntomas focales, letargia, estado confusional, convulsiones y síntomas
constitucionales. La citología de LCR puede ser positiva hasta un 25% y hasta un 80%
tienen positiva la PCR-DNA-EBV en LCR. El tratamiento se realiza con radioterapia
holocraneal y corticoides, pero la supervivencia era de 3-55 meses.
El cáncer de cuello uterino es una manifestación clínica del sida, ya que las mujeres que
viven con el VIH y contraen el virus del papiloma humano tienen más probabilidades de
desarrollar lesiones preinvasivas que, si no se tratan, pueden convertirse rápidamente en
cáncer invasivo. Las mujeres que viven con el VIH tienen de cuatro a cinco veces más
probabilidades de desarrollar cáncer de cuello uterino invasivo. Se ha apreciado que la
infección por virus del papiloma humano incrementa significativamente el riesgo de
transmisión del VIH tanto en los hombres como en las mujeres.
Son las manifestaciones ginecológicas más importantes y comunes en las mujeres que
viven con VIH. Se presentan en forma de las llamadas lesiones escamosas intraepiteliales
de cerviz o neoplasia intraepitelial cervical (CIN, en sus siglas en inglés). Estas lesiones
se dividen en CIN de bajo grado o (CIN-I) o CIN de alto grado (CIN-II o III). El grado de
la displasia se define a partir del grosor de las células anómalas dentro de la pared
cervical.
Las lesiones precancerosas de cerviz también se denominan displasia cervical y consiste
en la presencia de células anómalas en el cuello del útero.
En las mujeres seronegativas, las lesiones precancerosas de cerviz se curan en la gran
mayoría de los casos tras su tratamiento. No obstante, las mujeres que viven con VIH
presentan resultados menos satisfactorios y sobre todo altos índices de recurrencia de
estas lesiones. La recurrencia o la persistencia de las lesiones cervicales precancerosas
están íntimamente relacionadas con el grado de inmunosupresión.
No todas las mujeres que presentan lesiones precancerosas de cuello uterino van a
desarrollar cáncer cervical. Muchas de las lesiones CIN de bajo grado (CIN I) remiten
espontáneamente y no necesitan tratamiento.
Cáncer anal:
Existe un gran paralelismo entre la neoplasia intraepitelial anal (AIN por anal intraepithelial
neoplasia) y las neoplasias intraepitelial vulvar (VIN por vulvar intraepithelial neoplasia) e
intraepitelial cervical (CIN por cervical intraepithelial neoplasia). La AIN consiste en una
serie de cambios celulares displásicos y, usualmente, precede al desarrollo de un CEsA
invasivo20. Puede afectar tanto al canal anal como a la piel perianal y, de la misma
manera, no solamente al ano sino también a parte o a todo el aparato genital. Los
pacientes pueden presentar prurito anal o un manchado en forma de líquido seroso o
sero-purulento. A la exploración se puede observar únicamente una lesión ezcematosa en
el contexto de la piel o de la mucosa normal, o pueden aparecer placas eritematosas,
blancas, pigmentadas o fi suradas. Se puede observar una AIN en entre el 28 y el 35% de
los condilomas anales resecados21. Es importante hacer una historia clínica completa y,
en especial, una investigación de la existencia de antecedentes de los factores de riesgo
para AIN y para CEsA que contemple los condilomas anales, las enfermedades de
transmisión sexual (incluyendo VIH), la vida sexual y la existencia o no de RT previa.
También, se debe realizar a los 8 pacientes una exploración anal, ginecológica e inguinal
completa, para descartar una posible afectación múltiple o la presencia de un carcinoma
invasivo. Cualquier zona sospechosa deberá de ser biopsiada y se recomienda realizar
dicha biopsia en el contexto de una anuscopia de alta resolución. Si se diagnóstica una
lesión invasiva, se procederá a su estadiaje completo. En caso de establecer un
diagnóstico de AIN es importante realizar una descripción detallada de la localización de
las lesiones, para poder objetivar el desarrollo de las mismas después de su tratamiento.
La AIN se estratifi ca en tres grados: I, II y III, que indican el grado de displasia (leve,
moderada o grave, respectivamente). En cuanto a la enfermedad de Bowen, es
importante reconocer dicha entidad como un carcinoma intraepitelial de células
escamosas in situ y representa el final del espectro de los cambios displásicos de la
AIN22. Antiguamente, la AIN se refería generalmente a los cambios displásicos del
epitelio del canal anal, mientras que el uso del término “enfermedad de Bowen” implicaba
la involucración de la piel perianal. Sin embargo, en la actualidad, se recomienda no
utilizar este término de “enfermedad de Bowen” para evitar confusiones; en su lugar,
hablaremos de AIN en sus diferentes grados o, mejor aún, de HGAIN (AIN de alto grado-
high-) o de LGAIN (AIN de bajo grado-low-) que se corresponden con AIN III y AIN I/II,
respectivamente. En base a varios estudios en los que se observó una recidiva alta
después de los procedimientos quirúrgicos y un índice bajo de transformación maligna de
la AIN en los pacientes inmunocompetentes o una progresión más agresiva en los
pacientes VIH positivos, se considera que el tratamiento de la AIN depende de dos
factores principales: el grado de displasia y el estado inmunitario del paciente23. Así, en
los casos de una AIN III, el tratamiento más utilizado en los pacientes VIH negativos es la
escisión local amplia y el mapeo anal en las lesiones menores del 30% de la
circunferencia anal, y el mapeo y la escisión de las lesiones peores cuando la afectación
es superior al 30%24. En los pacientes VIH positivos con las lesiones localizadas se
recomienda la resección local, mientras que en los casos en que existe multifocalidad o
afectación superior al 30% se recomienda el tratamiento con imiquimod o con 5-fl
uorouracilo (5-FU) tópico25. 9 Módulo 1. Cáncer de ano y neoplasias anorrectales poco
frecuentes Respecto a la vacunación contra el VPH serotipos 16/18, si bien ha
demostrado resultados prometedores en los ensayos fase II y III, todavía hay muchos
puntos de discusión sobre su papel actual. Se recomienda especialmente en grupos de
alto riesgo como los pacientes VIH positivos y los varones homosexuales sexualmente
activos.
Artículo:
Revista argentina. dermatol. vol.95 no.2 Ciudad Autónoma de Buenos Aires jun. 2014
RESUMEN
INTRODUCCIÓN
CASO CLÍNICO
DISCUSIÓN
CONCLUSIÓN
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