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POLÍTICAS NACIONALES ALREDEDOR DE LA CIENCIA Y LA TECNOLOGÍA

La historia de la ciencia y la tecnología en Colombia tiene una muy larga tradición. Desde el siglo
XVIII se han encontrado valiosos antecedentes de expediciones científicas adelantadas en el país.
Unas de las más importantes, la Expedición Botánica, liderada por el sabio José Celestino Mutis,
durante el virreinato de la nueva granada. Desde septiembre de 1760 cuando zarpó al país se
interesó desde la medicina popular hasta los venenos animales, desde las propiedades
medicinales de las plantas hasta la utilización de las aguas, desde la explotación minera a las
lenguas vernáculas. Esta expedición resultó decisiva para el desarrollo de la cultura y la
investigación en Colombia, ya que no sólo estudió la flora, la fauna y la minería, sino además las
lenguas indígenas de su entorno. Impulsó el desarrollo de otras ciencias especialmente las
relacionadas con procesos industriales, como la minería de la plata y la destilación del ron, además
contribuyó al mejoramiento de la ciencia moderna, siendo muy notable su influencia sobre las
matemáticas, la física, la medicina y la historia natural.

Por otra parte, las políticas de ciencia y tecnología han pasado a ocupar un papel fundamental
dentro del diseño de estrategias para el desarrollo, al punto que en muchos países han
reemplazado a la formulación de política industrial. Esto, por cuanto se considera que la ciencia y
la tecnología son transversales a toda la economía y abarcan todos los sectores productivos de
bienes y servicios, en un modelo tecno-económico que se basa en la permanente innovación y el
avance del conocimiento como fuente de la competencia económica y la inserción exitosa de los
países en un mundo interconectado [Teubal 2002].

Y es que no cabe duda que las políticas en Colombia, frente al desarrollo de la ciencia y la
tecnología han sido cuestionadas durante los últimos años, a pesar de que hayan quedado en
manos de los gobiernos del momento, puesto que cada uno de ellos con un programa diferente y
en ocasiones dejando a medias proyectos o propuestas interesantes que no permiten que nuestro
país sea un abanderado en estos temas. Por ejemplo: El Plan Nacional de Desarrollo, puesto en
marcha durante el primer mandato del Dr. Álvaro Uribe (2002-2006), denominado “Hacia un Estado
comunitario”, es muy poco o casi nada lo que aparece sobre las propuestas en ciencia y
tecnología, y es que por ejemplo en el capítulo II: Impulsar el crecimiento económico sostenible y la
generación de empleo, solo se menciona que la reactivación económica en el corto plazo se
necesitará de esfuerzos focalizados , y la recuperación del crecimiento en el mediano plazo,
realizando ajustes organizados en los campos de infraestructura, servicios públicos, inversiones en
capital humano, ciencia y tecnología, y una política comercial coherente encaminada en la
transformación ordenada de la economía nacional en la economía mundial. ”Por ello, para volver a
crecer se requiere, ante todo, recuperar la seguridad jurídica y ajustar las finanzas del estado”,
pero pareciese que esta propuesta estuvo más encaminada a otros sectores como erradicar a los
grupos al margen de la ley, pero no al de la ciencia y la tecnología.

Para ese entonces la inversión en actividades de ciencia y tecnología se consideraba deficiente a


la luz de todas las comparaciones internacionales e incluso regionales; pero pensando en la
creación de instrumentos perspicaces e imaginativos para crear nuevos incentivos que permitieran
avanzar a grandes pasos, aunque la escasa apropiación gubernamental frente a la ciencia y la
tecnología ponía y pondrá serios obstáculos para la innovación, trascendiendo además en la
percepción que los empresarios asumían y asumen sobre el sistema, bajando, entre otros, los
índices de competitividad, en ese período del señor Álvaro Uribe Vélez se pensaba que se debía
continuar trabajando con esfuerzos para pensar que la ciencia y la tecnología fueran temas de
interés para toda la sociedad y que estuvieran presentes en el discurso y las acciones de la
sociedad en general, por lo que se trataba constantemente de comprometer con acciones para el
empoderamiento de estas áreas y corregir las deficiencias que ponían a nuestro país en
desventaja con otros países que cada vez van creciendo más, y corregir las deficiencias que lo
ponen en desventaja frente a competidores internacionales.

En este período (2002-2006), y basado en las políticas del presidente de la época, el Dr. Álvaro
Uribe Vélez, La inversión del Gobierno Nacional en ciencia y tecnología llegó al 0,8 por ciento del
Producto Interno Bruto del país, con lo cual sobrepasó la meta del 0,6 por ciento que se había
propuesto para el cuatrienio. Así lo indicó el presidente Álvaro Uribe Vélez, en su momento el
mandatario dijo que Colombia venía con muchas dificultades en ciencia y tecnología, ya que
mientras los países desarrollados invierten el 2 por ciento o más de su PIB en investigación y
desarrollo, Colombia había caído a invertir el 0,2 por ciento.

Claro que parece que tanta maravilla no puede ser cierta, pues el periodista Adolfo León Atehortúa
Cruz en su artículo de opinión publicado el 23 de febrero de 2017, “Álvaro Uribe Vélez, como
candidato, prometió en su campaña de 2002 dedicar el 1% del Producto Interno Bruto (PIB) a la
investigación. No lo cumplió como presidente. En su Plan de desarrollo se propuso alcanzar el
0,6%, pero tampoco lo logró. Por el contrario, durante su primer gobierno, los recursos para
Colciencias se recortaron en más de la tercera parte, y se pasó de 81 mil a 52 mil millones de
pesos por año. En valores constantes, la caída superó el 40% y se destinó más dinero a los
casinos militares que a la investigación científica”. ¿Será posible que estos gobernantes engañen
tan infamemente al pueblo haciéndole creer que la inversión que realizan es suficiente?, Mientras
países como Estados Unidos y Corea destinaban recursos equivalentes al 3 y 4% de su PIB, en
Colombia se destinó el 0,23% del PIB a ciencia y tecnología, es irrisorio, injusto y vergonzoso que
nuestro país no invierta realmente sus recursos en proyectos y recursos sostenibles que nos
generen grandes ingresos y mejor calidad de vida.
Por otra parte, en los cuatro años de la primera administración del presidente Juan Manuel Santos,
la economía es una de las mejores cartas para mostrar. “Por supuesto, falta mucho. Los retos y los
problemas subsisten y por eso continuaremos trabajando con el mismo empeño en el nuevo
cuatrienio”, dijo el presidente Juan Manuel Santos, quien plantea que en su gobierno pretenderá un
crecimiento sostenido basado en una economía más competitiva, con igualdad de oportunidades,
que conlleven a la consolidación de la paz, a través de una política integral de competitividad y
mejoramiento de la productividad, con formalización del primer Hacia la prosperidad democrática:
visión 2010-2014 empleo, pertinencia de la educación, infraestructura, e inversión, a través de una
locomotora, al cual se le ha denominado “la locomotora de la innovación”.

Con base en lo anterior, el representante de ese entonces del Partido de la U y Ex rector de la


Universidad de Antioquia, Jaime Restrepo Cuartas, presentó unas consideraciones centrales sobre
la inversión en la educación, durante el gobierno del presidente electo Juan Manuel Santos:

“Colombia, en América Latina, y muy particularmente en los últimos ocho años ha puesto un
énfasis fundamental en la educación. A ella dedica un poco más del 5% del Producto Interno Bruto
(PIB). Haberle dado continuidad durante el Gobierno del Presidente Álvaro Uribe Vélez a un
Ministro de Educación, sin antecedentes en la historia del país, ha permitido obtener logros
significativos y trazar metas a mediano y más largo plazo, como se presentó en la propuesta de
revolución educativa en el año 20021. Existe en la actualidad un ambicioso plan para el año 2016 y
se diseñó una propuesta de Plan Decenal de Educación Superior con la participación ciudadana y
de los sectores educativos. Esta propuesta tiene diez estrategias a las cuales se les debe dar
continuidad, por el esfuerzo realizado. Allí se contemplan los siguientes puntos: fines y calidad de
la educación desde la globalización y la autonomía; educación para la paz, la convivencia y la
ciudadanía; renovación pedagógica desde el uso de las TIC; ciencia y tecnología integrada a la
educación; más y mejor inversión en educación; desarrollo infantil y educación inicial; acceso,
permanencia y equidad; liderazgo, gestión, trasparencia y rendición de cuentas; desarrollo
profesional, dignificación y formación de docentes y directivos; y relación con otros actores más allá
del sistema educativo”.

¿Cómo es posible que a los colombianos se nos enrede con estos sofismas? ¿Somos un pueblo
tan ignorante que se deja seducir y enredar por unas cifras que no cumple el mínimo de
expectativas en un sector tan importante como la educación, y para ser más específico en ciencia y
tecnología? Se pueden presentar unos porcentajes y operaciones matemáticas, pero los
colombianos no somos ciegos a la realidad que vivimos y hemos vivido a través de la historia. Por
ejemplo, según cifras presentadas por el contralor de la república Edgardo Maya, la ‘Locomotora
de la Innovación’ “la meta definida por el gobierno en materia de inversión en Ciencia, Tecnología e
Innovación era del 0,7% del PIB para 2014, tomando como línea base la cifra de 0,41%. El logro a
2013 fue del 0,5% y según las cifras del Observatorio colombiano de Ciencia y Tecnología la línea
base era 0,501%. Es decir, se retrocedió”. Esto demuestra cuál es realmente la realidad y no la
que se nos quiere hacer creer, y quiero ser reiterativo en las cifras pues si la idea era invertir 0,7%
y solo se llegó a 0,5% del PIB, donde el mismo presidente Santos expone que fue un error pensar
que la investigación debe ser promovida fundamentalmente por el estado, unos días antes de la
segunda vuelta, puede ser que el señor presidente no se haya dado cuenta que la ciencia y
tecnología son factores importantes en la determinación del desarrollo económico sostenible, y es
que hoy en día, la competitividad depende fundamentalmente de la habilidad para crear
conocimiento permitiendo mejorar los niveles de bienestar social.

Con base en lo mencionado en todo el escrito se ve reflejado que los gobiernos de turno han sido
tradicionalmente indolentes e insensibles hacia el conocimiento, la educación, la investigación, y su
ignorancia sobre políticas de ciencia y tecnología es amplia y profunda. Consideran como base
para el desarrollo el afán por la guerra, las políticas de corto plazo, la entrega del país a los
capitales internacionales, en fin, la corrupción, pública y privada, enmarcada y reiterativa durante la
historia de nuestro país.

Da tristeza la ausencia de políticas de ciencia y tecnología, es decir, estrategias a largo plazo en


conocimiento e innovación, pues incide directa o indirectamente en la disminución de la calidad de
vida de los ciudadanos, en atraso y sometimiento a grandes potencias internacionales, pero lo que
nuestros dirigentes no piensan es que a mayores políticas de ciencia y tecnología, habrá mayor
desarrollo de la industria nacional, más y mejores condiciones de vida con calidad y dignidad para
los ciudadanos.

Ahora bien, El Plan Nacional de Desarrollo (PND) del segundo mandato del Presidente Santos se
inscribe en la lógica que ha tenido el discurso económico de los gobiernos colombianos durante las
últimas décadas: énfasis en el aumento de la competitividad para profundizar la inserción
internacional, en una estrategia de crecimiento jalonado por el ahorro externo y las actividades
extractivas que permitan explotar las “ventajas comparativas” que da el ser un país rico en recursos
naturales. Se abandona así en la práctica cualquier intento por ampliar el mercado interno
mediante el desarrollo industrial que pueda servir como motor del crecimiento en virtud de sus
interacciones con el resto de sectores de la economía, como ha sido mostrado en la literatura
económica (Young, 2009; Chang, 2002).

En cuanto al segundo mandato del presidente Juan Manuel Santos, a la ciencia y la tecnología le
dan un énfasis especial: La Innovación, y se pronostica como un mecanismo óptimo para
garantizar la sostenibilidad del crecimiento y la competitividad del país a largo plazo, en su primer
mandato, o como un medio para sofisticar y diversificar el aparato productivo en el segundo
mandato, pero tanta maravilla no podía ser cierta, pues a finales de agosto de 2017 los
colombianos conocimos la decisión del gobierno de disminuir en más del 41% el presupuesto para
la ciencia y la tecnología, dejando a esta área tan solo con $222.000 millones (75,13 millones de
dólares) para nuevos proyectos en este año, utilizando como justificación una frase del ministro
Mauricio Cárdenas: “Austeridad inteligente”, ¿Sería aplicada esta frase en todos los campos?

Es por eso que, considero de gran importancia de que tanto el gobierno como el sector privado se
den cuenta de lo trascendental que resulta el que los países generen su propio conocimiento, que
es el que, finalmente va a aportar al desarrollo económico, porque esto genera independencia de
otras naciones en varios sentidos, y es que la tecnología por ejemplo puede transformar las
materias primas, como lo es el mármol y el granito, llevándolos a las más diversas formas y
tamaños que una persona pueda llegar a imaginar, pero además porque esto permitiría un mayor
crecimiento económico a nuestro país, pero además porque mejorará nuestra calidad de vida.

Para finalizar, considero necesario presentar la declaración del presidente de la Academia


Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales a comienzo de este año.

“El presupuesto para ciencia y tecnología debe convertirse en política de estado y debe ser
establecido en forma responsable dentro del presupuesto general de la nación, hasta alcanzar en
el corto plazo el 1% o, en el mejor de los casos, el 2% del PIB, y no puede seguir dependiendo de
una fuente tan volátil como son las regalías. No hay que olvidar que el promedio de inversión en
ciencia y tecnología de los países miembros de la OCDE (Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económico) es del 2.4% del PIB”.

De acuerdo con lo anterior es necesario que el gobierno nacional entienda que las inversiones en
ciencia y tecnología son fundamentales para lograr resolver los problemas y desafíos a los que se
debe enfrentar día a día nuestra sociedad, por lo que si se desea generar soluciones a nuestras
necesidades debería pensarse en una estrategia a mediano y largo plazo con inversiones
constantes para resolver los problemas en diferentes contextos y además lograr mayores ingresos
en por las ventas de productos científicos y tecnológicos que sean potencialmente competentes y
con los que se puedan realizar inversiones constantes que generen múltiples oportunidades para
el sector productivo, permitiendo que nuestro país sea

Otro punto importante es que si se fortalece la ciencia y tecnología de nuestro país, se logrará dar
soluciones a problemas como: la salud, la energía, el agua potable, medio ambiente, producción
agrícola entre otros, esto implica invertir más, producir más y mejor de lo que tengan los mercados
dinámicos a nivel local e internacional, y producir nuevos bienes y servicios de mayor valor
agregado y sofisticación científica y tecnológica. ¿Cuánto más deberíamos haber progresados
luego de la expedición de Mutis?.

BIBLIOGRAFÍA
Teubal, Morris. 2002. "Technology policy (ITP) and how can we apply it to developing and newly
industrialized economies?", Journal of Evolutionary Economics, v. 12, n. 1-2, marzo.

https://www.elespectador.com/opinion/ciencia-o-carreteras-columna-681548

http://www.portafolio.co/economia/finanzas/avances-pendientes-primer-periodo-santos-61478

https://www.mineducacion.gov.co/observatorio/1722/article-238212.html

https://www.elespectador.com/noticias/politica/cumplio-santos-el-plan-de-desarrollo-2010-2014-
articulo-519879

https://www.semana.com/educacion/articulo/columna-de-enrique-forero-colciencias/554814

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