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ADMINISTRACIÓN DE JUSTCIA
Cada vez entendemos menos. Cada día que pasa se cometen más y más atropellos,
arbitrariedades, mentiras y dilaciones para incumplir con los derechos de los
trabajadores y acometer una escalada en contra de los trabajadores y sus representantes
legítimos. Se hace inentendible como se abandona la esencia de la construcción de una
sociedad más justa y se plantean problemas de contradicción ideológica, cada vez más
evidentes, entre el capital y el trabajo, entre la producción con métodos cada vez menos
socializados y la distribución de la ganancia cada vez más privada, excluyente, injusta y
desigual. La actual sociedad venezolana, especialmente la que destaca su fuerza de
trabajo en el poder judicial, los trabajadores que son el motor de la administración de
justicia venezolana, reciben proporcionalmente mucho menos de lo que aportan, por eso
el capitalismo y el socialismo son incompatibles. Esto último se observa en el poder
judicial; observamos como quienes efectúan algunos trabajos intelectuales de dirección
(cuando trabajan) se apropian de la mayor parte del producto bruto del trabajo.
Ahora bien, partiendo de esta idea general de socialismo tenemos que el socialismo se
construye con los trabajadores, es decir, que los trabajadores participen en la
planificación, en la definición de las prioridades o en el balance de la ejecución.
Seguimos sin entender como el poder judicial venezolano se inscribe en la política de
desarrollo y modernización que las nuevas realidades le imponen sin la participación de
los trabajadores en la realización de estas políticas. En efecto, la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela, plantea un poder judicial renovado e
independiente orientado fundamentalmente a garantizar el Estado de Derecho y abrir
espacios para la participación de los ciudadanos en el proceso de administración de
justicia, pero dentro de nuestra casa de “justicia” se vulneran los derechos de los
trabajadores y de sus representantes. No sabemos como es, que el fortalecimiento del
poder judicial constituye uno de los pilares fundamentales para el sostenimiento de la
democracia y por ende de la garantía y protección de los derechos de los ciudadanos, ni
como el impulso que se de al sector judicial, permitirá establecer la efectiva e idónea
administración de justicia sin que se fortalezcan hacia su interior sus organizaciones de
trabajadores, y por ende sus trabajadores.
Y para ser dramáticamente explícito apunto lo siguiente: Durante el año 2010 se han
continuado violando todo tipo de derechos laborales en sedes judiciales como despido
de trabajadores e incumplimiento de la Convención Colectiva del sector. Pero allí no se
detienen las vulneraciones a los derechos de los trabajadores, además de no haber
explicado la DEM los pagos realizados en diciembre del año 2008 y haber tenido que
cerrar las mesas de conciliación instaladas para tal fin e incumplir reiteradamente con el
contrato colectivo, siguen persiguiendo sin compasión alguna contra representantes
sindicales y curiosamente contra representantes sindicales del SUONTRAJ.
Aquí cabe resaltar que en la construcción del socialismo en el poder judicial el poder de
los trabajadores es reprimido con la destitución de sus representantes sindicales
CURIOSAMENTE DEL SUONTRAJ. La llamada CONTRALORÍA SOCIAL en
este poder judicial venezolano no surte efecto alguno porque el que se atreva a
ejecutarla corre el riesgo de ser DESTITUIDO.
Lo que denunciábamos hace algunos meses ya es una realidad. Vienen por nosotros, ahí
vienen los cancerberos. Depende de nuestra reacción que esto continúe o no.