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1 Cfr. ROXIN, Zur Kritik der finale Handlungslehre, ZStW 74 (1962), p. 515 ss
2Cfr. últimamente ALCÁCER, Facticidad y normatividad, Notas sobre la relación entre ciencias
sociales y Derecho penal, en Actualidad Penal, 2001, p. 251 ss.
En la elaboración teórica del derecho penal no solo importa lo jurídico-
positivo, a su vez influyen valoraciones culturales metajurídicas, como
también las diferentes perspectivas de la normativa y a su vez la fáctica.
De esta manera y bajo un extenso análisis Santiago Mir Puig tuvo como objetivo
principal recalcar en su tesis de que el planteamiento normativista radical, que era
defendido por Jakobs, no era sabiamente necesario debido a que este priva de
límites al poder punitivo del Estado. A partir de una exhibición en el que se resumen
las fases de la evolución histórica de la dogmática penal en la que llevaron al
ontologismo de Welzel y a la fuerza normativista posterior, Mir Puig argumenta su
opinión en las que los límites que el normativismo debe tener en un Derecho penal
es que debe estar a disposición de intereses reales de las personas, y desviarse de
la persecución de objetivos simbólicos.