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Esto ocurre cada año y es que más de 100 millones de animales sufren y mueren en
los laboratorios, las universidades y los centros de investigación de todo el mundo
según la ONG.
En chile el Instituto de Salud Pública (ISP) vendió más de 235.510 animales para
pruebas científicas, tanto a universidades como a organismos privados, durante el año
2016, un aumento del 52 por ciento respecto a 2015, donde fueron vendidos 155.246
animales.
Cada año mueren más de 100.000 personas y son ingresadas alrededor de 2.000.000
por el uso de fármacos experimentados en animales
Por estos motivos nosotros como grupo consideramos que la experimentación animal
es inaplicable debido a las diferencias bioquímicas, anatómicas y fisiológicas que
existen entre individuos de especies diferentes y es inmoral debido a su
responsabilidad en la tortura y muerte de millones de animales, seres vivos capaces
de sentir dolor
“En los últimos años se han realizado progresos muy importantes a la hora de modelar
enfermedades humanas en cultivos celulares”,. “Se han desarrollado modelos que
pueden reproducir el desarrollo del intestino o del cerebro o partes del riñón, y nos
acercamos cada vez más al estudio de órganos en cultivo”
Muchos de los test con animales están lejos de aportar resultados reales a la medicina
y generalmente sus objetivos se tratan de obtener fondos para seguir
investigando, o de satisfacer la curiosidad científica a costa del sufrimiento de
seres indefensos y de confirmar, una y otra vez, datos ya conocidos.
1. Estamos conscientes de que existen medidas protectoras muy estrictas hacia los
animales de experimentación, sabemos que, en la mayoría de los casos, estas
medidas no se cumplen. Sólo dentro de las fronteras de la Unión Europea, la
seguridad es fluctuante e incierta en muchos laboratorios, y no digamos fuera de
ellas. Esto es así, en gran medida, porque existe una concepción generalizada de
los animales como algo desechable y fácilmente sustituirle.
Los científicos afirman que son los primeros que quieren que los animales no hagan
falta en el laboratorio, pero aún no es posible prescindir de ellos”, explica el ex
investigador. “El comportamiento de una vacuna no se puede simular con un
ordenador. El sistema inmunitario es multifactorial y muy diverso”, reconoce. Las
ansiadas vacunas del ébola o del zika se han desarrollado en poco más de un año tras
su expansión mundial gracias al uso de animales.
Los investigadores están concientes de que existen métodos alternativos que deben
ser empleados cada vez que sea posible, hay interacciones entre moléculas, células,
tejidos, órganos, organismos y el ambiente que son demasiado complejas para que las
modelen incluso los computadores más sofisticados.
¿Sería ético permitir que humanos y animales sigan sufriendo de enfermedades que
podrían ser aliviadas o curadas a través de la experimentación animal?