Sunteți pe pagina 1din 5

UNIVERSIDAD CIENTÍFICA DEL PERÚ

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS

ASIGNATURA

DERECHO PROCESAL DEL TRABAJO Y LITIGACION ORAL

DOCENTE

Abog. MERCADO ARBIETO, Wilmer

CICLO ACADEMICO

EXPOSITORES

ANDREA VELA

SAN JUAN – PERÚ


2018
EL DEBIDO PROCVESO Y LA TUTELA EFECTIVA JURISDICCIONAL

Trataremos el artículo III del Título Preliminar de la Nueva Ley Procesal del
Trabajo 29497 (en adelante NLPT), publicada el 15 de enero de 2010 y vigente
de forma progresiva desde el mes de julio del mismo año. Este artículo se refiere
a los fundamentos del proceso laboral1. Y, como sabemos, son importantes en
tanto actúen como líneas directrices y soporte para el ejercicio justo y correcto
de las leyes laborales. Entonces, se trata de conocer cuáles son los alcances de los
fundamentos en la NLPT, en tanto que “desarrollar los fundamentos del Derecho
Procesal del Trabajo implica, en buena cuenta, justifi car su autonomía, su razón
de ser1”.

Pero, no pretendemos más que exponer algunos de los más evidentes


elementos reconocidos y señalados en el artículo III del Título Preliminar de la
ley mencionada. Veamos.

1. El Debido proceso

El proceso, en su sentido etimológico, viene de procesus, que significa


‘avance y progreso encaminados a algo’. Procesalmente, podemos traducir la
noción de avance y progreso como vocablos en estructura de reglas y actos
encaminados a la consecuencia de algo: la sentencia. Y en todo proceso laboral
intervienen dos partes, y tienen esa calidad quien es actor o demandado y su
situación se circunscribe al sometimiento de los dispositivos que rigen los actos
procesales. El trabajador como actor pide la protección de un derecho subjetivo
por los órganos jurisdiccionales2.

1 PASCO COSMÓPOLIS, Mario. Fundamentos del Derecho Procesal del Trabajo, Revista Análisis
Laboral, junio 1997, p. LIX.
2 También pueden participar los terceros, como personas distintas de las partes pero con interés

y/o relación que pueda ser propio, no se confunde con las partes; puede ser opuesto, con alguna
de las partes; o coadyuvante. Por ello, la intervención del tercero puede ser voluntaria (tercería)
o provocada (coactiva).
Es decir, el proceso en general vendría a ser un conjunto de reglas, formas y
actos para la consecución de ciertos fines, fundamentalmente la solución de un
conflicto a través del Derecho como categoría de la mediación social3.

En general, “la actividad mediante la cual se desarrolla en concreto la


función jurisdiccional se llama proceso”4. Por ello, hay que diferenciar entre
proceso y procedimiento: el proceso es el todo organizado de actos, el
procedimiento constituye tan solo la forma externa del fenómeno procesal, los
modos con los cuales deben ser realizados y ordenados los actos que
corresponden al proceso. Los actos procesales constituyen el procedimiento,
cuyo conjunto recibe el nombre de proceso, que tiene como fi n resolver el
conflicto sometido a la decisión del órgano jurisdiccional mediante un fallo5. Y el
debido proceso es la garantía de la tutela jurisdiccional efectiva.

Este fundamento de índole procesal se encuentra reconocido en la


Constitución como parte integrante de los principios y derechos de la función
jurisdiccional6.

Es decir, en el ordenamiento peruano se reconoce, como garantía


constitucional, el derecho de todo ciudadano de obtener de los órganos
jurisdiccionales, no tan solo una resolución judicial que ponga fi n al conflicto de
intereses que originó la activación del sistema judicial, sino una resolución que se
encuentre debidamente sustentada en debido proceso.

3 Se trata de la regulación normativa de las interacciones, que es lo que convierte al Derecho en


una categoría de la mediación social en la perspectiva de Jürgen Habermas, puesto que a los
justiciables y a toda la sociedad les interesa que se solucionen los conflictos
4 LIEBMAN, Enrico Tuliio. Manual de Derecho Procesal Civil, Ed. Jurídicas Europa - América, p.

25.
5 El proceso como “el medio acordado por todos para mantener o restaurar el equilibrio social,

resulta indispensable que jueces, abogados, litigantes, auxiliares de justicia, estudiantes de


Derecho, se percaten de que detrás de todo expediente existe un proceso y detrás de todo
proceso, hay un drama humano (...)” (Carlos Parodi Remón, El Debido Proceso, Ponencia del I
Congreso Nacional de Derecho Procesal, Pontificia Universidad Católica del Perú, 7- 9 de agosto
1996, p. 40).
6 “Artículo 139°.- Son principios y derechos de la función jurisdiccional (…): 5. La motivación

escrita de las resoluciones judiciales en todas las instancias, excepto los decretos de mero trámite,
con mención expresa de la ley aplicable y los fundamentos de hecho en que se sustentan”
2. Tutela efectiva jurisdiccional

El derecho de acceso a tutela judicial efectiva apareció originalmente como


una garantía fundamental en los procesos penales. En ese orden, se constituye en
uno de los derechos que han sido considerados integrantes del jus cogens; es
decir, integrativo del orden público internacional, por su amplia aceptación
universal positiva y doctrinaria. Su contenido comprende la abolición de la
tortura, la desaparición forzada de personas, las ejecuciones sumarias y
extralegales y otras prácticas naturalmente denegatorias de la tutela judicial. Así
pues, este derecho es una garantía del hombre como tal, sin importar
nacionalidad, y como es natural, comprende también a los trabajadores en su
vinculación contractual dependiente.

Este derecho humano se extiende al acceso a un juez imparcial; la publicidad


de los procesos; la asistencia letrada o asesoramiento técnico; la inexistencia de
dilaciones indebidas o plazo razonable en los procesos; la posibilidad de
incorporación de prueba; su aseguramiento; la ejecución de las resoluciones, y un
proceso laboral sin demora excesiva. El concepto llega al derecho a la tutela
administrativa efectiva como integrativo del mismo rango de protección
jurídica7.

El acceso libre e, incluso, protegido a la justicia, así como la efectividad del


derecho; esto es, que no quede desvirtuado por los vaivenes, restricciones y
demoras del proceso, hace a la existencia misma y efectividad del derecho de
fondo. Entre los mecanismos o técnicas destinadas a garantizar la acción judicial
en lo social se encuentra la obligación de proveer servicios de asistencia jurídica
gratuita, evitar los costos del proceso y las facilidades para acceder al servicio de
justicia8.

La incorporación del trabajador a una estructura empresaria cuya


organización, regulación y control ejerce el principal en la vinculación, obligan a

7 Muñoz, Ricardo Alberto, “La tutela administrativa efectiva (la Ley 29/03/12, 1)”, y Abramovich,
Víctor y Courtis, Christian, Los derechos sociales como derechos exigibles, Madrid, Trotta, 2004,
p. 192
8 Ejemplos del cumplimiento de esa directiva son la gratuidad de los procesos prevista en el

artículo 20 de la Ley de Contrato de Trabajo de Argentina o los sistemas de presunciones legales


de los artículos 55 y 57 del mismo plexo legal.
atender especialmente la posibilidad de que pueda ejercer el amparo de sus
derechos negados, vulnerados o alterados de manera eficaz. Si bien los derechos
de fondo aparecen reconocidos por la legislación, pueden resultar limitados, por
la imposibilidad de acceder a la tutela procesal adjetiva, plena, oportuna y
eficaz. El reconocimiento y la ejecución de derechos laborales son tan
importantes como la existencia misma del derecho.

Una primera hipótesis sobre el tema es que si existe un reconocimiento de


derechos humanos, debe haber una acción idónea para protegerlos. Un
paralelismo entre las garantías penales integrativas del jus cogens general y las
garantías ligadas a los derechos humanos laborales reconocidos en diversos de
instrumentos universales, interamericanos y constitucionales, permite pensar lo
siguiente: el derecho de acceso a tutela judicial efectiva laboral se integra,
igualmente, a la categoría —aún en debate— de jus cogens laboral.

En cualquier caso, no puede discutirse la esencialidad o fundamentalidad del


derecho a efectivizar y hacer ejecutivo el derecho de fondo mediante las
garantías reclamacionales, individuales y colectivas, directas, administrativas y
judiciales. Aquí se trata solamente el aspecto judicial, sin olvidar que el derecho o
garantía de acceso a tutela judicial efectiva se debe desplegar en los ámbitos
empresario, administrativo y judicial, e inclusive los dos primeros son
plataformas de entrada al tercero.

S-ar putea să vă placă și