Cuando escuchamos la palabra motivación en el mundo jurídico, pareciese que todos
sabemos su definición y de cierta manera se pensaría que su aplicación es común a todos.
Pero existe un problema de fondo, cuando dicha palabra se lleva a su sentido práctico, en donde los jueces, frente a cada uno de sus dictámenes y sentencias que emiten con regularidad deberían ser manejados con una sutileza y precisión de alto nivel en razón de cuan motivadas sean las mismas. Pues si bien es cierto que el sentido o existencia de la obligatoriedad de motivar cada uno de los fallos es de convencer a las partes sobre la justicia de la decisión, mostrar el alcance de la sentencia y de la misma manera facilitar los recursos correspondientes. Por otro lado la obligatoriedad de motivar aduce un precepto constitucional, y va mas allá de un control institucional, se orienta al poder que el pueblo confirió a todos los jueces y tribunales, y en base a este poder jurisdiccional es que los jueces mediante la motivación le rinden cuentas de cada una de las decisiones al origen o fuente que les confirió esta investidura. Y es muy importante tomar la filosofía del contrato social la misma que manifiesta que el ser humano para vivir en sociedad se despojo de esta soberanía o poder que le era inherente y se lo otorgó al estado (Rousseau, 2004), y es ahí en donde la motivación halla su principal fundamento, en cuanto y tanto habíamos mencionado que es esta potestad de juzgar siempre y cuando el juzgador argumente el por qué de su accionar o decisión tomada. En el proceder y desarrollo de este articulo se evidenciará la importancia del manejo y aplicación de requisitos fundamentales para una correcta motivación como los son; la publicidad, la inteligibilidad y la autosuficiencia. Partiendo de la discrecionalidad que en el ámbito administrativo faculta al funcionario a elegir una opción entre otras válidas supone su contrario sensu el de la arbitrariedad que supone una falta de motivación del uso de las facultades discrecionales. Y la exigencia de motivar es imperativa y de icerta forma paralela a la magnitud de la potestad discrecional por ende; a mayor discrecionalidad mayor motivación, pues la necesidad de motivar es proporcional a la infinitud de probabilidades de elegir y de decidir (Salavarria, 2009). La obligación de motivar presupone dos factores muy importantes que por un lado evidencia la función burocratica o técnico-juridica, para facilitar el control de instancias superiores y por otro lado la democrática o generalmente llamada social que permite el control de la denominada opinión publica. Es así que ambos factores determinan el fin de la motivación. Malamente podrá desempeñar esas funciones un discurso que solamente su finalidad fuese la de informar los motivos que han impulsado al tribunal a decidir esto y lo otro, porque como se mencionado, la motivación fue creada para otros menesteres como controlar la justicia de las decisiones, y hacer practica la tutela judicial efectiva para con cada uno de los individuos frente al Estado, finalmente facilitar o permitir la censura popular sobre arbitrariedades de los poderes públicos (Hernandez, 2003).
En el siguiente fallo jurisprudencial de la Corte Constitucional se puede evidenciar los
lineamientos y preceptos que dicha corte reafirma sobre el ámbito de la motivación, es materia principal en cuanto a garantizar la tutela judicial efectiva. La sentencia N° 019- 16-SEP-CC, trata sobre un caso donde se vulnera el derecho al debido proceso en la garantía de la motivación por cuanto los jueces de forma arbitraria, en sentencia condenaron a pagar una indemnizacion sin que existiese fundamento, o base en la cual se sirvan edificar los argumentos par tal decisión. Es por ello que para la Corte Constitucional la motivación constituye un condicionamiento sustancial de todas las decisiones judiciales adoptadas, el mismo que asegura que las personas conozcan los motivos o justificaciones que llevaron o motivaron al juez a tomar o dicatar determinada decisión. Si bien es cierto el pronunciamiento de la corte sobre la motivación no es nuevo ya que en reiteradas ocasiones como se ejemplifica también en la sentencia N°202-14- SEP-CC, se concibe que una decisión razonable es aquella fundada en los principios contitucionales. La decisión de carácter lógico, por su un lado, nos inmiscuye entre las premisas y la conlusion que se lleva a cabo, de esta manera entre ésta y la decisión. Se enfoca en una decisión comprensible, finalmente debe gozar de claridad en el uso del lenguaje, con el norte certero para su fiscalización y apuntar a que del otro lado existe un gran auditorio social, que trasciende las partes del conflicto. Para la mencionada corte es imperativo los requisitos que debe contener toda sentencia o dictamen que lo son los de; lógica, razonabilidad y comprensibilidad. En el tema de la lógica aduce que las sentencias deben ir de la mano con una finalidad causa efecto, y que se desarrolen dentro de las pruebas presentadas por cada una de las partes y no se extralimiten a inferir fuera del marco que aduce la misma. La razonabilidad para la corte se evidencia como la aplicación de las disposiciones jurídicas procesales cuando se haya viciado el procedo o sea notoria la indefensión, es por ello que dictamen jamás debe contradecir el ordenamiento jurídico. Finalmente la corte hace inncapie en el modo en que debe usarse el lenguaje y este no debe ser oscuro y que tampoco debe sustentarse en ideas inconclusas, que no permiten entender las razones por las cuales se toma la decisión correspondiente, siendo esta carencia como tal el motivo de que una sentencia se torne incomprensible. En definitiva, por todo lo mencionado, podemos concluir que en el Ecuador las juezas y los jueces, en la mayoria de los casos, no gozan de legitimidad y confianza de sus ciudadanos al momento de expedir sus fallos, por lo que es de vital importancia que expliquen las causas, razones o fundamentos que los llevó a tomar una determinada decisión; caso contrario, se generaría incertidumbre y arbitrariedad. En lo personal, considero que las sentencias en el Ecuador deben ser motivadas, no solo por su alta significación y alcance constitucional, sino también por la necesidad de guiar el ejercicio de una de las manifestaciones de soberanía más importantes, como es la acción de administrar justicia, en función de la cual el ciudadano debe, obligatoriamente, aceptar la resolución emitida por el órgano judicial. Por esta razón, resulta imprescindible que estos órganos resuelvan sus sentencias de una manera fundamentada y motivada, como requisito de legitimidad, y éstas se convaliden frente a los administrados. (Maslow, 2015)
Bibliografía Hernandez, C. (2003). La motivación de sentencias. Paris: Tirant lo Blanch.
Maslow, A. &. (2015). La motivacion. Londres: Morin.
Rousseau, J. J. (2004). El contrato social. Madrid: Ediciones AKAL.
Salavarria, J. I. (2009). El razonamiento en las resoluciones judiciales. Lima: Temis.