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ESTRUCTURAS
Como las ondas secundarias se transmiten por esfuerzos de corte, al enfrentarse a un medio
liquido su velocidad de propagación es nula, ya que este medio no es capaz de transmitir
esfuerzos de corte.
Realizando el cuociente entre las ecuaciones (1.1) y (1.2), se obtiene la siguiente relación:
La velocidad de propagación de las ondas aumenta con la profundidad, por ejemplo para las
ondas primarias su velocidad de propagación, en el interior de la tierra, es del orden de 13.6
(Km./s.), mientras que en la superficie es tan solo de 5.5 (Km./s.) ó menor.
Por otro lado, las ondas de cuerpo viajan más rápido que las ondas de superficie, y de estas
últimas las ondas Love son más veloces que las ondas Rayleigh, por lo que a medida que las
ondas se alejan del foco, los distintos tipos de ondas se van separando, permitiendo ser
diferenciados claramente en el registro de un sismógrafo, en cambio, cerca del foco todos los
tipos de onda pueden estar mezclados, obteniendo un registro muy complejo y difícil de
interpretar.
Figura 1.23. Esquema de un sismograma, en ella se muestra una gráfica de las ondas sísmicas, y además se indica la llegada de las
ondas primarias y secundarias.
En el sismograma, la máxima altura del trazo de oscilación, con respecto a la posición o línea
cero, se denomina Amplitud de Onda (A), ver figura (1.23), y el tiempo que dura un ciclo de
oscilación se denomina Periodo de Onda (T).
Si a un péndulo se le imprime un movimiento con la mano, éste continúa oscilando aún después de haber cesado la fuerza
que lo produjo. El movimiento libre del péndulo no tiene relación con la sacudida del terreno, por lo que debe ser
amortiguado por medios mecánicos o eléctricos. En definitiva, todos los sismógrafos contienen dispositivos de
amortiguamiento y filtros para eliminar las vibraciones y el ruido de fondo, respectivamente.
Una estación sísmica generalmente, aparte de incluir sismógrafos que registren una o tres componentes del movimiento del
terreno (dos horizontales y una vertical), debe de estar constituida por dos conjuntos de instrumentos: uno capaz de
registrar las ondas de sismos lejanos, es decir, con periodos de onda entre 15 (seg.) a 30 (seg.); y otro capaz de registrar las
ondas de sismos cercanos o intermedios, es decir, con periodos de onda de hasta 5 (seg.).
Los centros sismológicos modernos operan mediante redes sismográficas telemétricas, en donde la señal sísmica es captada
por varios sismógrafos ubicados en sitios lejanos, que cubren una región extensa o todo un país, y transmitida a través de
ondas de radio de alta frecuencia (VHF) a un centro de registro sísmico. Hoy en día la señal es transmitida a través de
satélites artificiales.
Para el registro de ondas con periodo largo, producidas por sismos muy lejanos, se diseñaron instrumentos tan sensibles que
detectan movimientos muy pequeños, del orden de unos pocos micrones, por lo que su señal debe de ser amplifica miles de
veces para poder ser registrada y visualizada. Sin embargo, su utilización no es recomendable para el registro de ondas
producidas por sismos cercanos, ya que el péndulo del sismómetro y consecuentemente el registro de la señal son
dislocados por la violenta sacudida del terreno.
Otros instrumentos son diseñados para registrar una amplia gama de vibraciones, que van desde una baja a una alta
frecuencia. En cambio, otros se diseñan para registrar el movimiento sólo en el área epicentral, conocidos como sismógrafos
de movimiento fuerte. De estos últimos, el instrumento más ampliamente difundido y de gran importancia en Ingeniería es
el acelerógrafo.
En Ingeniería antisísmica, los sismos de mayor interés son los que ocurren a una distancia epicentral menor a 200 (Km.), sin
embargo sus registros presentan una apariencia muy compleja, debido a la superposición de los diferentes tipos de ondas y
características de la geología local. Este último factor, presenta un efecto de filtro sobre las ondas sísmicas, ya que permite
amplificar o reducir sus amplitudes según su frecuencia, por ejemplo en suelos blandos (arcillosos) la amplitud de las ondas
sísmicas es amplificada para frecuencias bajas, del orden de un ciclo por segundo, y reducida para frecuencias altas, del
orden de tres ciclos por segundo.
v.- INSTRUMENTOS DE MEDICIÓN. (Sauter, 1989)
Los instrumentos utilizados en la medición de movimientos sísmicos, son muy simples en su concepto, pero muy
complejos en su funcionamiento. Como se ha visto, los sismógrafos consisten en un péndulo que oscila libremente
al ser excitado por un sismo, y al oscilar inscribe un registro del movimiento del terreno en una cinta de papel que
se desplaza uniformemente frente al inscriptor.
Desde mediados del siglo XIX, estos instrumentos han sufrido una constante evolución, buscando diversas
maneras de simular el efecto del péndulo y traducir su movimiento en un registro que represente el movimiento
del terreno. Hoy en día, existen instrumentos de gran sensibilidad que pueden detectar movimientos del orden de
una billonésima de milímetro, haciendo de la sismología la rama de la geofísica que más ha contribuido al
conocimiento cuantitativo del interior de la tierra.
En Ingeniería antisísmica, interesa especialmente la medición de los terremotos que causan destrucciones sobre
las estructuras, por lo que es necesario disponer de instrumentos capaces de registrar con suficiente precisión las
oscilaciones más violentas que ocurran en la vecindad del epicentro. Por otro lado, existen instrumentos que son
sumamente sensibles a las vibraciones del terreno, que permiten detectar sismos de pequeñas magnitudes
ocurridos en lugares muy distantes, estos delicados instrumentos son utilizados por los sismólogos, y su
sensibilidad es tal que suelen soltarse de sus soportes y salirse de sus escalas durante sismos muy violentos.
Considerando que el movimiento vibratorio del terreno se manifiesta en las estructuras como fuerzas de inercia,
las que están directamente relacionadas con la aceleración del terreno, se han diseñados instrumentos especiales
llamados acelerógrafos que permiten registrar las aceleraciones del terreno durante un terremoto, y su registro se
conoce como acelerograma. A diferencia de los sismógrafos estos instrumentos no están en funcionamiento
continuo, sino que disponen de un dispositivo especial o gatillo que los pone en funcionamiento cuando la
aceleración del suelo excede cierto umbral, de manera que se logra registrar la porción más importante del
movimiento sísmico.
En la práctica, los sismógrafos están destinados a medir las propiedades del interior de la tierra y suelen instalarse
en roca firme para evitar la influencia local del terreno de fundación. En cambio, los acelerógrafos son destinados
a la medición de la excitación sísmica aplicada sobre las estructuras y el comportamiento que estas sufren durante
los terremotos, para ello suelen instalarse en rellenos fluviales o en terrenos típicos para la fundación de
estructuras.
Debido a lo altamente aleatorio de la ocurrencia de los sismos en cuanto a tiempo y lugar, es necesario disponer
de instrumentos capaces de registrar el movimiento sísmico sin importar la dirección en que lleguen las ondas, por
lo que es útil descomponer el movimiento del terreno en tres componentes ortogonales, en dos componentes
horizontales perpendiculares entre sí y una componente vertical. Con esto, el movimiento total y altamente
complejo del sismo se puede simplificar mediante una superposición o suma de las tres componentes.
Usualmente, los instrumentos instalados en la actualidad permiten registrar simultáneamente estas tres
componentes.
vi.- DETERMINACIÓN DE LA DISTANCIA EPICENTRAL. (Sauter, 1989)
El análisis de los sismogramas ha permitido estudiar con bastante acuciosidad las
características físicas de la tierra y determinar las velocidades de propagación de los distintos
tipos de ondas. Esta información es muy útil para localizar el epicentro de un evento sísmico,
analizando la diferencia entre los tiempos de llegada de las ondas sísmicas para distintas
estaciones sismográficas cercanas al área epicentral. A continuación se describe el
procedimiento para determinar la distancia epicentral (Sauter, 1989).
Del registro de las ondas sísmicas dado por el sismograma, ver figura (1.21), se mide tiempo
transcurrido en el arribo de las ondas primarias (Tp) y las ondas secundarias (Ts). Luego, la
distancia desde la estación sísmica al epicentro del terremoto (R) para ambas ondas, esta
dado por:
R = Vp Tp (1.5)
R= Vs Ts (1.6)
Para distancias moderadas, con un epicentro cercano a la estación sísmica, se puede asumir
velocidades constantes con valores iguales a la velocidad de transmisión de las ondas a través
de un medio granítico, es decir:
Como la distancia de ambas ondas es la misma, se igualan las expresiones (1.5) y (1.6), es
decir:
Vp Tp = Vs Ts (1.9)
Vp Tp – Vs Tp = Vs Ts – Vs Tp (1.10)
K es una constante conocida, la que se obtiene usando los valores de las expresiones
(1.7) y (1.8).
De la expresión (1.13) se observa que la distancia desde la estación sísmica al epicentro del
terremoto puede ser determinada directamente del sismograma, midiendo la diferencia de
tiempo en el arribo de las ondas secundarias y primarias.
Cabe señalar que, la distancia R se dice con respecto al epicentro y no al foco, ya que
depende de los valores de Vs y Ts, y en el caso de sismos profundos no es posible la
propagación de las ondas secundarias por el material líquido o plástico en el interior de la
tierra, tal como se estudio en el punto iii. Además, el intervalo de tiempo transcurrido entre
la llegada de las ondas primarias y secundarias aumenta con la distancia a la estación sísmica,
ver figura (24).
.
Figura 24. Representación esquemática en la obtención de la distancia epicentral (Sauter, 1989)
Si se cuenta únicamente con el registro de una sola estación, sólo se podrá determinar la
distancia al epicentro, pero no la orientación ni su posición geográfica, por lo que para
determinar la posición exacta del epicentro se requiere al menos los registros de tres
estaciones sísmicas para ubicar un punto en el espacio. Luego si se traza en un mapa los arcos
de círculo, con centro en la estación sísmica y de radio igual a la distancia al epicentro, se
puede observar que los tres arcos de círculo se interceptan aproximadamente en un mismo
punto, ver figura (25).
Figura 25. Representación gráfica para la posición exacta de la distancia epicentral.
1.6.- PARÁMETROS DE MAGNITUD E INTENSIDAD SÍSMICA.
Existen dos parámetros importantes para designar el tamaño y la fuerza de un sismo, estos son: la magnitud; y la intensidad
sísmica, respectivamente. A continuación se analiza detenidamente cada uno de estos parámetros.
1.6.1- INTENSIDAD SÍSMICA. (Sauter, 1989)
La intensidad es una medida cualitativa y subjetiva de la fuerza con que se siente el movimiento del terreno en una
determinada localidad, y de los efectos y daños causados por el terremoto. La intensidad es una variable que depende del
sitio de observación, generalmente es mayor en el área epicentral y disminuye a medida que se aumenta la distancia al
epicentro.
Cuando se investigan los efectos de un terremoto, es conveniente establecer relaciones entre las observaciones de los datos
registrados, definiendo áreas de igual intensidad sísmica, su objetivo es obtener una visión más general del efecto
destructivo de un terremoto y de la extensión de la zona afectada. Las líneas que limitan estas áreas se denominan isosistas,
generalmente estas curvas presentan una forma alargada en la dirección de la falla, estando fuertemente influenciadas por
la geología de la zona. En la figura (1.26) se muestra un ejemplo típico de isosistas del terremoto de La Ligua del 8 de Julio de
1971.
Figura 1.26. Isosistas del terremoto de La Ligua del 8 de Julio de 1971 (Monge, 1988).
1.6.1.1.- ESCALA MODIFICADA DE MERCALLI (M.M.). (Sauter, 1989)
Aunque las escalas de intensidad sísmica tienden a ser de uso general, desafortunadamente en su mayor parte se
refieren a los efectos causados por un terremoto en construcciones típicas de algunos lugares determinados, lo
que hace muy difícil su comparación con la intensidad de terremotos ocurridos en lugares diferentes, con normas
de diseños distintos, con sistemas constructivos y materiales distintos, suelos de fundación distintos y criterios de
observación bastante subjetivos.
Sin embargo, la escala de intensidad sísmica más ampliamente utilizada en la actualidad, es la escala Modificada
de Mercalli. Esta escala posee doce grados. A continuación se muestra un resumen de ella:
Donde:
I : es la intensidad sísmica definida en la escala de Mercalli Modificada
amáx : es la aceleración máxima del terreno, en (cm./ s2)
Sin embargo, está relación es sólo aproximada, ya que no es posible relacionar una
medida instrumental, como la aceleración máxima del terreno, con observaciones
cualitativas y subjetivas que dan origen a la asignación de la intensidad.
Para un sismo moderado de una intensidad igual a 7.5, resulta una aceleración
máxima del terreno igual a 100 (cm./s2), lo que equivale a 0.1 g, y una aceleración
máxima del terreno igual a 1 g corresponde a un sismo de intensidad igual a 10.5