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UNIVERSIDAD ANDINA DEL CUSCO

ACREDITADA INTERNACIONALMENTE

SEMINARIO TALLER DE TECNOLOGIAS


DE INFORMACION Y COMUNICACIÓN

PROYECTO: Reciclaje y manualidades de


electrodomésticos en desuso
SEMESTRE: 2018-I
DOCENTE: Vivian de la Vega Bellido
INTEGRANTES:
 Achahui Chipana, Pedro Eduardo
 Flores Loaiza, Mabelynn Romyna
 Lechuga Silva, Edwin
 Lucana Carrillo, Luis Andre
 Rojas Venero, Enma
CUSCO-PERÙ
2018
INTRODUCCION

En la actualidad, la vida cotidiana se ha vuelto más accesible a la tecnología ya que en el día a día colabora o
ayuda en las tareas diarias para acelerar el largo trabajo exigente y eficaz en ocasiones específicas. Gracias
a la tecnología se ha conseguido el trabajo rápido de muchas tareas y productivas, lejos de incrementar un
desperdicio a la contaminación ambiental haciendo que nuestro medio se deteriore, realizaremos o
implementaremos medios para reciclar y de esta manera reusar electrodomésticos que ya no cumplen su
función determinada.

Para evitar que simplemente sean un desperdicio o basura se le puede asignar nuevas tareas o funcione, en
este caso, designaremos funciones para que puedan resaltar en un ambiente.

Los electrodomésticos o simplemente aparatos electrónicos que ya no sirven pueden servir para el
deleite de la vista y uso cotidiano.
RESIDUOS TECNOLOGICOS

El tiempo de vida de los dispositivos tecnológicos se reduce notablemente a medida que


pasa el tiempo. Esto no se produce sólo porque los aparatos dejan de funcionar, sino
que se vuelven obsoletos por las mismas exigencias impuestas por el mercado. Así, la
obsolescencia programada se refiere a que algunos productores, pese a disponer de la
capacidad tecnológica de fabricar productos duraderos, a la hora de crear un producto
estudia cual es el tiempo óptimo para que el producto deje de funcionar y necesite
reparaciones o sustitución sin que el consumidor pierda confianza en la marca, y se
implementa dicha obsolescencia en la fabricación. Este resulta ser el motor de la actual
economía lineal de crecimiento infinito, la cual es incompatible con los recursos
naturales limitados del planeta. Por su parte, la obsolescencia percibida se refiere a la
sensación del consumidor de tener un aparato de diseño anticuado que debe ser
renovado aunque le funcione a la perfección. Más específicamente, la obsolescencia
tecnológica se ve representada en los equipos de informática y comunicaciones, los
cuales generan la necesidad de recambio por el hecho de que aparece una nueva
versión del mismo, incluso aunque los cambios no sean significativos. El desarrollo del
software también afecta, a medida que se desarrollan y publican nuevas versiones de los
sistemas operativos o de las aplicaciones que tienden a dejar máquinas obsoletas,
aunque su hardware siga funcionando.

Los Residuos de Artefactos Eléctricos y Electrónicos (RAEE), también llamados Basura


Electrónica, incluyen grandes electrodomésticos (heladeras, aires acondicionados,
calefactores eléctricos, lavavajillas, cocinas, lavarropas, secarropas), pequeños
electrodomésticos (aspiradoras, tostadoras, batidoras, cafeteras, etc.), electrónicos de
consumo (radios, televisores, videos, equipos de música, instrumentos musicales, etc.),
equipos informáticos y de telecomunicaciones (computadoras, notebooks, celulares,
impresoras, teclados, escáneres, copiadoras, proyectores, etc.), pilas y baterías, y
aparatos de iluminación.

El recambio constante de electrónicos genera grandes cantidades de RAEE. Según un


informe reciente de la UNU-IAS [1], América Latina generó en el año 2014 unas 3,9
millones de toneladas de RAEE, el 9% de los generados a nivel mundial. Argentina está
en el tercer lugar, después de Brasil y México, con una generación de 292 kilotoneladas.
Esto significa 6,9 kg de RAEE por habitante, superior a la media de Latinoamérica de 6,6
kg y la media mundial de 5,6 kg.

La fabricación desmedida representa por un lado un consumo excesivo de energía y


recursos no renovables, así como la producción de gases de efecto invernadero al
utilizarse combustibles fósiles. Según el referido estudio de la UNU-IAS, para fabricar
una computadora estándar con monitor se necesitan 240 kilos de energías fósiles, 22
kilos de productos químicos y 1.500 litros de agua. Además, son conocidos los
problemas sociales generados por la extracción de algunas materias primas. En
particular, la extracción de coltán, un mineral utilizado en casi la totalidad de los
dispositivos electrónicos, es motivo de conflictos geopolíticos, sobre todo en el Congo.
El principal problema de los electrónicos radica en que se componen de metales
pesados y sustancias tóxicas como plomo, cromo, selenio, cadmio, litio, mercurio,
arsénico, etc. El problema se origina cuando estos aparatos dejan de sernos útiles y se
disponen de forma incorrecta: se arrojan a basureros, se queman, o se desarman
utilizando procesos insalubres para recuperar ciertas componentes. Estas situaciones
causan que se liberen al ambiente los componentes químicos con los que fueron
construidos contaminando el suelo, las aguas subterráneas y el aire, lo cual causa
daños directos o indirectos a la salud de los seres vivos.

Los RAEE presentan un peligro para el ambiente y por esto deben ser tratados
adecuadamente. Además la falta de tratamiento de los RAEE representa una gran
pérdida de recursos económicos. Si bien el 90 % de los materiales presentes en una
computadora pueden ser reciclados, los procesos no son simples debido a la
complejidad con los que fueron construidos estos productos. Entre los materiales
reciclables que poseen los dispositivos electrónicos se encuentran sustancias de muy
alto valor económico en el mercado como el oro, plata, platino, cobre, aluminio, etc. En
países del primer mundo existe la denominada minería urbana consistente en la
extracción de los metales valiosos que tienen los RAEE. Esta recuperación de metales
puede reducir procesos que generan un gran impacto ambiental como la minería a cielo
abierto.

La Unión Europea (UE) establece medidas destinadas a prevenir la formación de


residuos eléctricos y electrónicos y a fomentar su reutilización y reciclaje. Además, la UE
también establece medidas sobre la limitación del uso de sustancias peligrosas en
dichos aparatos para contribuir a la valorización y a la eliminación de los residuos de
aparatos eléctricos y electrónicos, así como a la protección de la salud humana. En
Argentina, existió un proyecto de Ley de Basura Electrónica cuyo expediente caducó en
abril de 2015. El objetivo era impulsar un sistema de gestión a nivel nacional de la basura
electrónica que permita a los consumidores deshacerse de manera segura de sus
aparatos una vez finalizada su vida útil. A la vez, incentivar a los productores de
aparatos electrónicos y eléctricos a producir aparatos cada vez más fáciles de reciclar,
reutilizar, libres de sustancias tóxicas y con una mayor durabilidad. Además establecía
la “Responsabilidad Individual del Productor”, lo que significa que los productores
(fabricantes, importadores, comercializadores, etc.) son responsables legal y
financieramente del ciclo completo de sus propios productos, incluyendo el reciclado y
reutilización de los residuos de sus aparatos una vez que el consumidor los desecha.

En base a buscar opciones más sostenibles para el tratamiento de RAEE, existen dos
pasos previos al reciclaje que resultan fundamentales: la reducción y
la reutilización. Estos dos pasos contribuyen a reducir considerablemente la generación
de residuos tecnológicos y el consumo de materias primas y combustibles fósiles
utilizados en su producción. La reducciónapunta a un consumidor consciente que ajuste
su consumo a sus necesidades reales, ignorando las tentaciones de un mercado que
actualmente lo guía al constante descarte y renovación. El consumidor debe entonces
informarse para comprar adecuadamente el producto más amigable con el medio
ambiente que satisfaga su necesidad real, extendiendo su vida útil y reparándolo cuando
sea posible. Por su parte, la reutilización del hardware que ha sido descartado por
considerarse tecnológicamente obsoleto en cierto contexto, consiste en recuperarlo y
adecuarlo para que sea útil en otros contextos diferentes. Por ejemplo, las
computadoras que renueva una empresa bien pueden servir para una escuela u otra
institución.

Podemos resumir cuatro ejes necesarios en relación a los Residuos de Artefactos


Eléctricos y Electrónicos:

 Productores que apuesten al eco diseño con productos libres de tóxicos y productos
con larga vida útil.
 Legislación destinada a prevenir la formación de RAEE y a fomentar su reutilización y
reciclaje.
 Tecnología para reciclaje local de todos los RAEE.
 Consumidores conscientes y responsables, desde la compra del producto hasta la
disposición del residuo.

Eco consejos:

Al comprar: Analizar tus necesidades reales antes de realizar la compra de un producto.


Comprar productos de buena calidad y durables.

Al usar: Si se rompe, intentar arreglarlo. Si aún funciona pero dejó de serte útil, regalar a
quien lo necesite, explicando el correcto destino cuando se convierta en residuo.

Al desechar: No tirar nunca a la basura un RAEE. En Tandil puedes disponer algunos de


los RAEE en los Puntos Limpios Municipales

Sobre la iluminación: evitar comprar lámparas de bajo consumo y fluorescentes ya que


contienen mercurio y no hay actualmente un sistema de disposición segura en Tandil.
Reemplazarlas por iluminación LED que si bien es aparentemente más cara resulta
altamente eficiente y no contiene mercurio. Cuidar de no romper las lámparas de bajo
consumo y fluorescentes que tengas en tu poder. Almacenarlos de forma segura hasta
tanto se puedan disponer adecuadamente.
Gestión de residuos electrónicos

Cada año va creciendo de forma considerable la presencia de productos electrónicos en


nuestras casas y oficinas. Esto se debe al avance tecnológico en cualquier tipo de
aparato electrónico y eléctrico, lo que hace que en poco tiempo se queden obsoletos los
que tenemos y queramos sustituirlos por otros más modernos. Los equipos que
desechamos se convierten en residuos de composición complicada. Según la Comisión
Europea, cada persona produce una media de 14 kilogramos de basura tecnológica.

Esta situación ha creado una gestión de residuos electrónicos, también llamada RAEE,
en donde el tratamiento, el transporte y el manejo de este material, se realiza de forma
controlada para proteger el medio ambiente.

El control de este material se hace muy necesario debido a que muchos de ellos,
contienen residuos muy peligrosos como es el caso del plomo, cromo, mercurio, etc...
También es importante el reciclaje de estos materiales para evitar que los vertederos se
acumulen grandes cantidades de esta materia, traduciéndose en contaminación en la
tierra. Otro motivo de peso, es que algunos aparatos están compuestos de materiales
valiosos como el oro, plata, silicio, cobre... que cada vez escasean más y su obtención
supone un impacto sobre el medio ambiente. Por ello, se intenta recuperar el máximo
posible y así evitar la sobre explotación de las materias primas en el suelo.

El reciclaje y gestión de los residuos electrónicos, se realiza en plantas de tratamientos


homologadas y autorizadas para tal efecto. En ellas, los residuos de aparatos eléctricos
y electrónicos se procesan en tres etapas diferentes para reciclar completamente los
materiales. En la primera se recibe y pesa los residuos entrantes. En una segunda fase,
se retiran de los aparatos los materiales contaminantes. Finalmente, en una tercera etapa
se separan y trituran los residuos, recuperándose materias primas como plástico y,
metales.

Si queremos deshacernos de algún aparato doméstico, podemos llevarlos a alguna


instalación municipal como eco parques o puntos limpios. Si en cambio, queremos
renovar un aparato antiguo por otro, debemos entregar el viejo en la tienda o al
proveedor; acabando finalmente en una planta de reciclaje.

Para tener una buena conciencia medioambiental, sería recomendable alargar la vida útil
de los aparatos electrónicos que están por casa, antes de cambiarlos rápidamente por
otros sin motivo justificables. Esta simple acción evitaría en gran medida la acumulación
de residuos. Si fuese imprescindible el cambio, es aconsejable estudiar las
características del nuevo, comprobando que el fabricante cumple con las normativas.
Para ello, el nuevo producto debe de tener en la etiqueta el símbolo de un cubo tachado.
Este símbolo indica que el producto cumple con la legislación vigente en cuanto a
materia de reciclaje.

Sensibilización

Desde la producción El proceso de producción es determinante al momento de adoptar el


principio de REP para la gestión de los RE. En este modelo la figura del productor tendría que
ser clara y precisa, ya que ésta es la que se responsabiliza del proceso. Sin embargo, en
Latinoamérica hay diversas circunstancias para que esto no sea así y la figura del productor es
mas bien borrosa e imprecisa. El parque de los productos electrónicos, específicamente los
computadores, está compuesto en un volumen significativo por los equipos clonados, es decir
aparatos que han sido ensamblados y que no tienen un nombre o una marca de producción
asignada. Por consiguiente, el ‘productor’ no se hace responsable del destino final de su vida
útil. El estudio de Steubing (2007) señala que en el año 2006 cerca de un cuarto de
computadores nuevos vendidos estuvo compuesto por clones. Si bien en los últimos cuatro
años se ha notado una tendencia hacia la adquisición de equipos de marcas reconocidas, el
número acumulado de equipos clonados sigue siendo mayor. Al querer iniciar un sistema de
gestión integral basado en la figura del productor, una de los temas a resolver es quién se hace
cargo financieramente del costo del tratamiento final de los residuos de los computadores
clonados. También, en esta fase, se encuentra la figura del donante internacional. Como
hemos mencionado, con el fin de reducir la brecha digital se han transferido computadores
donados desde países industrializados. Si bien es cierto que el parque de PC donados por
actores internacionales es significativamente menor que el de los clonados, no es menos
relevante determinar quién se hace cargo de los equipos donados al final de su vida útil. Una
propuesta que ha mantenido nuestro proyecto para estos casos es que las instituciones
internacionales donantes traspasen el monto que pagan los consumido- 35 Los residuos
electrónicos (RE) en la Sociedad de la Información en Latinoamérica - Uca Silva res en el país de
origen para el tratamiento final del equipo comprado. Un ejemplo de buenas prácticas son
centros tales ‘Computadores para Educar’ de Colombia y ‘Chilenter’ que han extendido sus
proyectos de reacondicionamiento al proceso de reciclaje. De esta forma se hacen cargo de
todo el ciclo y el destino final de los computadores donados al final de su vida útil. En muchos
otros casos donde no existe una clara política de retorno, las donaciones internacionales
pueden causar daños medioambientales (Silva 2009). La etapa del diseño es otra de las
dimensiones en las cuales se puede intervenir con el objetivo de minimizar los componentes
tóxicos de los aparatos. Esto tiene un gran impacto para reducir la generación de residuos y
facilitar el tratamiento en su obsolescencia. La mayoría de las empresas que venden AEE en
países europeos, han tenido que adoptar esta valiosa medida, que restringe los componentes
tóxicos en el diseño de los aparatos y por lo tanto minimiza los volúmenes de estos elementos
a tratar en la etapa final. Latinoamérica, hasta el momento, es un receptor pasivo con pocas
posibilidades de intervenir en esta área. Las empresas de producción local no son numerosas
y, a excepción de algunos casos, mueven números marginales de equipos, si se los compara
con los volúmenes de productores reconocidos. Por otra parte, la mayoría de los productos
que se comercializan en el país, vienen sellados desde el país de origen hasta el consumidor. Si
bien es cierto que varias empresas de marca señalan que ellos cumplen estándares globales de
diseño y que en algunos casos estos son más altos que los requeridos por la normativa
europea, lo cierto es que Latinoamérica todavía no ha adoptado medidas en esta fase.

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