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ÍNDICE.
- ANOTACIONES METODOLÓGICAS.
SESIÓN 1:
TALLER DE INDUCCIÓN: “LAS CAUSAS FAMILIARES DE LA AGRESIÓN EN LOS
NIÑOS”
a) Conceptualización.
b) Descripción de la sesión.
c) Esquema de ejecución del taller.
d) Bosquejo de aportes para el(la) tallerista.
SESIÓN 2:
ENTREVISTA FAMILIAR EN VISITA DOMICILIARIA
a) Descripción de la sesión 2.
b) Esquema de ejecución de la entrevista.
SESIÓN 3:
ENTREVISTA FAMILIAR ( EN CONSULTORIO )
a) Descripción de la sesión 3.
b) Esquema de ejecución de la entrevista.
3
SESIÓN 4:
TALLER: “LA AFECTIVIDAD EN LA FAMILIA”.
a) Conceptualización.
b) Descripción de la sesión.
c) Esquema de ejecución del taller.
d) Bosquejo de aportes para el(la) tallerista.
SESIÓN 5:
TALLER: “LA COMUNICACIÓN FAMILIAR”.
a) Conceptualización.
b) Descripción de la sesión.
c) Esquema de ejecución de la sesión.
d) Bosquejo de aportes para el(la) tallerista.
SESIÓN 6:
TALLER: “LA AUTORIDAD EN EL HOGAR”
a) Conceptualización.
b) Descripción de la sesión.
c) Esquema de ejecución de la sesión.
d) Bosquejo de aportes para el(la) tallerista.
.
.
4
SESIÓN 7:
ENTREVISTA FAMILIAR ( EN CONSULTORIO )
a) Descripción de la sesión:
b) Esquema de ejecución de la sesión.
SESIÓN 8:
TALLER: “LA ÉTICA FAMILIAR: LOS PRINCIPIOS, LOS VALORES Y EL
EJEMPLO”
a) Conceptualización.
¿Qué finalidad tiene reflexionar con los padres sobre la ética familiar?
La perspectiva de los demás y la empatía: ¿cómo las construye el niño(a)?
La formación del niño(a) en la tolerancia.
El “modelaje” o enseñanza por medio del ejemplo.
El cultivo de los valores en el hogar.
b) Descripción de la sesión.
c) Esquema de ejecución de la sesión.
d) Bosquejo de aportes para el(la) tallerista.
SESIÓN 9:
TALLER: “EL MANEJO DE LOS CONFLICTOS EN EL HOGAR”
Conceptualización.
b) Descripción de la sesión.
c) Esquema de ejecución de la sesión.
d) Bosquejo de aportes para el(la) tallerista.
SESIÓN 10:
ENTREVISTA FAMILIAR ( EN CONSULTORIO )
a) Descripción de la sesión.
b) Esquema de ejecución de la sesión.
5
Presentación
“Medellín ha sido una ciudad carente de solidaridad y de paz debido a los fenómenos
de la inseguridad y el conflicto ocasionados por: la crisis en la función socializadora de
la familia y la escuela, la inequitativa distribución del ingreso y de oportunidades de
progreso como la del empelo, las deficiencias en la administración de justicia, la
carencia de una normatividad adecuada para el tratamiento de menores contraventores,
la ausencia de una cultura generalizada de convivencia, no violencia, solución pacífica
de conflictos y participación, que se revelan claramente en el crimen organizado, el
sicariato, la conformación de milicias y bandas, el aumento de grupos armados de
justicia y seguridad privada, los altos índices de homicidio, robo, prostitución,
distribución de drogas, la violencia intrafamiliar, el maltrato a menores y mujeres, entre
otros.”
“La administración Municipal, encabezada por el Alcalde Juan Gómez Martínez, con el
apoyo del Gobierno Nacional y con una activa participación del empresariado
antioqueño, que a través de la iniciativa ENTRETODOS decidió enfrentar uno de los
problemas más severos de la ciudad y entregarles a sus habitantes una propuesta d
intervención en diversos campos, procedió a preparar y presentar ante la Nación y el
Banco Interamericano de Desarrollo, BID, un proyecto de promoción de la Seguridad y
Convivencia Ciudadanas con el fin de destinar recursos importantes de su presupuesto
y obtener cofinanciación de la banca multinacional para ello.”
“Tanto la nación como el BID aceptaron comprometerse con el país y con las tres
ciudades más grandes y más afectadas por la violencia en Colombia, las mismas donde
fue posible observar la disminución de los índices de inseguridad, a partir del desarrollo
de programas y acciones sistemáticas: Medellín, Cali y Bogotá. Este crédito del BID
incorporó, además del apoyo a las tres ciudades, un componente de coordinación y
modernización de las instituciones nacionales más directamente comprometidas en
superar la violencia, y un componente destinado a atender solicitudes de ciudades
intermedias interesadas en trabajar acciones dirigidas a fortalecer la convivencia
ciudadana.”
“Previa presentación del perfil del Programa para la ciudad de Medellín, se firmó en el
mes de diciembre de 1998 el contrato…”1
1
Documento “Municipio de Medellín, Programa de Convivencia Ciudadana, Contrato Medellín – BID
1088/OC-CO”, Proyecto Red de Jóvenes para la Prevención de la drogadicción, el alcoholismo, la
sexualidad insegura y la agresión – Secretaría de Salud de Medellín, pags. 1 y 2.
6
Este texto, “La promoción de la convivencia en los niños”, constituye el manual para
los asesores de familia y aporta elementos fundamentales para facilitarles su
intervención.
7
Hay otras formas de agresión aún más cercanas. A menudo, la agresión se produce en
nuestros propios hogares y nuestras relaciones personales. Cuando recurrimos a los
insultos, las descalificaciones, el resentimiento y la venganza en las interacciones con
los seres cercanos a nosotros estamos siendo violentos. En algunos casos, podemos
inclusive pasar a los golpes…
Las cifras sobre los fenómenos mencionados son alarmantes. Las estadísticas sobre
violencia intrafamiliar, lesiones y asesinatos a nivel social, agresión en las escuelas son
tan altas que el manejo de la violencia se ha convertido en una prioridad de salud
pública.
Como todos sabemos, hay muchas formas de agresión en la actualidad y éstas se deben
a causas muy diversas. Dentro de éstas pueden incluirse, por ejemplo, las producidas
por el crimen organizado y por los grupos alzados en armas, la violencia promovida
por los medios de comunicación, la violencia social y familiar entre otras.
Hay algunas formas de violencia que el ciudadano común y corriente no puede manejar.
No tiene incidencia directa en ellas. Pero hay otras expresiones de la violencia
sobre las cuales si podemos influir todos. Por ejemplo, cada persona en la ciudad puede
contribuir a que la vida cotidiana sea más amable, siendo respetuoso y tolerante en cada
lugar donde esté... Cada uno de nosotros puede ser “gestor de paz”.
8
Una de las causas de la agresión individual es, sin lugar a dudas, el tipo de educación
que los niños reciben en sus hogares, sus escuelas y sus barrios. Esta educación a
niveles formal e informal brinda a los niños patrones de comportamiento e interrelación
que progresivamente los convierten en replicadores de la cultura que han recibido.
Dichos patrones pueden orientarlos hacia lo convivencia armoniosa o hacia la
violencia. Por tal razón, cualquier trabajo sobre la violencia debe considerar una
prioridad el abordaje de los niños en edades tempranas y de su entorno familiar y
escolar.
-Por un lado, los docentes realizan una labor preventiva en sus escuelas, practicando y
promoviendo en los alumnos con edad preescolar y escolar (3 a 11 años de edad )
principios, valores y comportamientos de convivencia pacífica.
-Por otro lado, los asesores de familia realizan intervención con las familias de
niños(as)2 que están presentando conductas repetitivas de agresión en el aula; niños en
quienes la agresión se ha estado instalando como “su forma de relación con el mundo.”
En esta acción, los asesores de familia reflexionan con los padres o cuidadores los
patrones de crianza que utilizan y que sean “nocivos” para una convivencia armoniosa
y construyen con ellos nuevas alternativas para mejores relaciones familiares.
Las familias participantes en esta segunda acción son seleccionadas por medio de la
aplicación de varias pruebas o tests a sus hijos, los cuales permiten diagnosticar una
prevalencia considerable de conductas agresivas en ellos.
2
A través de todo el texto, nos referimos de manera implícita a ambos géneros. En algunos casos, se
explicita, por ejemplo: niño(a), alumnos(as). No se explicita siempre con el fin de no “sobrecargar” la
lectura.
9
Propiciar que los padres reflexionen sobre los patrones inadecuados de interacción con
sus hijos es fundamental por varias razones:
La determinación de abordar a los padres y familiares adultos del niño(a) que está
presentando conductas agresivas se debe a la significativa relación entre el contexto
familiar y los patrones de comportamiento violentos en el niño(a).
- Por otra parte, las formas de ejercer la autoridad son claves en relación con la
promoción o la prevención de la violencia: padres y adultos sobreprotectores,
indiferentes, autoritarios o tiránicos que no sustentan claramente las normas ni admiten
negociación propician que los niños asuman actitudes excesivamente pasivas o, por el
contrario, radicalmente rebeldes. Ambos polos constituyen terreno altamente fértil para
la instalación de la agresión en los niños.
3
Klevens, Joanne. Detección Precoz y tratamiento de la agresión e niños, documento borrador para la
discusión, Medellín, 1998, pag. 2
10
-En algunos casos, el niño no sólo es testigo de escenas de violencia sino que se
convierte el mismo en el receptor de ésta: a menudo, al aplicar “castigo físico” se
incurre en franca agresión al niño(a). Puede suceder que los padres no agredan de este
modo al niño(a), pero permitan que otros familiares lo violenten con el pretexto de
castigarlos o por relaciones familiares de poder ( hermano mayor o tío que golpean).
También pueden estarse dando situaciones de abuso físico o sexual de parte de alguno
de sus familiares. La experiencia terapéutica ha mostrado que, en general, el niño(a)
violentado tiende a identificarse progresivamente con quienes lo agreden,
convirtiéndose a su vez en agresor ( en su niñez y posterior adultez).
La labor de los asesores de familia apunta a intervenir sobre los factores anteriores, con
el fin aportarle a los padres y los familiares del niño(a) agresor elementos en las
direcciones señaladas.
Las experiencias previas con padres de familia han evidenciado que brindándoles
apoyo para adquirir nuevas formas de autoridad, de comunicación y de relación con sus
hijos la situación del niño agresor y de toda la familia mejora considerablemente. Tal
motivo hace pertinente la intervención familiar según se propone en este proyecto.
4
Rutler, M., Maughan, B., Mortimore, P., et.al. (1979) Fifteen Thousand Hours. Secondary Schools and
their effects on children. Cambridge: Harvard University Press. (Citado en: Detección Precoz y
tratamiento de la agresión en niños, Documento borrador para discusión, preparado por Joanne Klevens,
pag. 8.)
5
Slaby, Ronald G., Wendy C. Roedell, Diana Arezzo y Kate Hendrix, Early Violence Prevention, tools
for teachers of young children, Ed. National Association for the Education of Young Children,
Washington, D.C. , segunda edición, 1996, 199 pags.
6
Kreidler, William J., Creative Conflict Resolution, Ed. Scott, Foresman and Company, EE.UU., 1984,
216 pags.
7
Mc Ginnis, Ellen y Arnold Goldstein, Skill-streaming in early childhood, Research Press, Illinois, 1990,
189 pags.
12
- El asesor puede propiciar por medio de la reflexión que los diversos miembros de las
familias se hagan conscientes de aspectos de su convivencia cotidiana que inciden en las
conductas violentas del niño(a) y afectan la vida familiar. Por ejemplo, los padres
pueden darse cuenta de que a través de sus formas de castigo están haciendo daño a sus
hijos. Esta intervención se realiza especialmente en los talleres reflexivos a realizarse.
- El asesor puede facilitar que los mismos miembros de las familias propongan,
construyan y compartan alternativas ante dichos patrones generadores de conflictos.
Esto corresponde también de manera específica a los talleres grupales.
- El asesor puede asignar tareas que le faciliten a la familia reflexionar sobre los
patrones generadores de conflictos y construir nuevas alternativas de interrelación. Las
tareas tienen como objetivos promover motivación y permitir el seguimiento de los
participantes en torno a comportamientos que se busca transformar. Pueden proponerse
a cada familia individualmente, en las entrevistas familiares, o a varias familias
simultáneamente, en los talleres.
-Los aportes educativos que el asesor de familia puede hacer a los padres o adultos
responsables por el niño cubren múltiples áreas, como las siguientes:
Con el fin de permitir a los asesores familiares el logro de las alternativas disponibles
que hemos mencionado, el programa de “Asesorías Familiares” tiene un diseño que se
ajusta de manera concreta a sus objetivos. Consta de 10 sesiones en las cuales se
combinan dos tipos de intervención: (a) sesiones de entrevista familiar, es decir con
cada familia y con una duración aproximada de 45 minutos. (b) sesiones de taller
reflexivo con grupos conformados por miembros de 4 ó 5 familias y con una duración
aproximada de dos horas. Cada grupo se conserva a través de todas las sesiones con el
fin de garantizar mejores vínculos grupales, lo cual contribuye favorablemente al
proceso. Las 10 sesiones se distribuyen de la manera siguiente:
Este texto brinda herramientas diversas a los asesores de familia para la realización de
sus intervenciones. Con tal fin, incluye los siguientes componentes:
ANOTACIONES METODOLÓGICAS
Sin embargo, el entrevistador debe evitar irse hasta el extremo de instalar un proceso
terapéutico. Puede hacer intervenciones que apuntan en esta dirección, pero
calculándolas de modo que no produzcan la “intensa movilización” que realiza la
terapia. En otras palabras, el asesor de familia puede hacer intervenciones que “toquen”
los síntomas de la familia y les ayuden a superarlos, pero sin “desencadenar crisis”
como sucede en los procesos terapéuticos.
Hay otro aspecto que diferencia de manera específica la entrevista familiar del ámbito
educativo: en ésta se hacen intervenciones que apuntan directamente a “la
responsabilización” o “autogestión” de los entrevistados. Es decir, en algunos casos el
asesor induce a la familia a que construya sus propios interrogantes, alternativas y
soluciones en lugar de el aportarlas. Al intervenir de esta manera, el entrevistador se está
situando en un lugar diferente al educativo. Allí no actúa como “el maestro” que posee
una verdad para transmitirle a los otros.
Hay otro aspecto de gran importancia a señalar sobre el concepto de definición de las
problemáticas o conflictos: éste es una herramienta para el entrevistador, algo así como
una guía para él. En ningún momento se trata de elementos para ser comunicados a la
familia o a alguno de sus miembros.
Hay múltiples recomendaciones que pueden hacerse al asesor de familia en relación con
la labor a realizar. Veamos algunas de ellas:
El encuadre tiene una importancia de tal magnitud que es el que determina la diferencia
entre un tipo de entrevista familiar y otro. Por ejemplo, una entrevista familiar para la
clasificación socio-económica de una familia tendría un encuadre muy diferente al que
corresponde a la entrevista de asesoría familiar.
a) Objetivos de la entrevista.
b) Encuadre de la entrevista: definición del encuentro, metodología y normas.
c) Esquema de direcciones probables a explorar.
d) Distribución del tiempo.
e) Áreas probables de intervención educativa o de orientación terapéutica.
f) Tareas probables a ser asignadas.
h) Es importante calcular las intervenciones con serenidad y sin afán. Dentro de las
opciones disponibles en la asesoría familiar están la intervención educativa y la de
orientación terapéutica. En caso de considerar estas opciones, es conveniente que el
asesor las calcule metódicamente: ¿qué información requiere realmente la familia? ...
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- ¿Qué es la androgogia?
todos son Sr. o Sra. o todos se llaman por su primer nombre), ubicando las sillas en
círculo para que ninguno quede como cabeza y dando a cada uno la bienvenida (aún los
que llegan tarde) de manera que cada uno se siente reconocido.
El tercer elemento citado por Knowles es la inmediatez del conocimiento. Los adultos
aprenden con mayor facilidad las cosas que tienen un efecto inmediato en sus vidas.
Estos tres principios son también esbozados en los aportes de Paulo Freire. En sus
importantes trabajos alrededor de la alfabetización de adultos, nos señaló la importante
relación entre los sentimientos, la conciencia y la motivación para actuar y planteó un
método efectivo para vencer la apatía. Se basa en la identificación de códigos o ‘temas
generadores’ (problemas que despiertan sentimientos fuertes en los participantes - ira,
esperanza, miedo, ansiedad, etc.)
Se utilizan estos códigos para plantear problemas alrededor de los cuales las personas
analizan sus causas y posibles soluciones con la confianza de que los adultos son
personas pensantes y creativas. Los códigos (en forma de dibujo, fotografía, canción,
proverbio, o sketch teatral) deben abordar un sólo tópico, ser breve y plantear pero no
resolver el problema.
Alrededor del código se plantea una discusión grupal sobre (1) qué está sucediendo
allí?, (2) sucede esto en su propia vida? (3) por qué sucede esto?, (4) qué problemas
causa esto o cuáles son sus consecuencias, (5) qué podemos hacer juntos al respecto?
Mediante la reflexión, el diálogo y la praxis, el adulto logra construir opciones de vida.
Estas ideas han sido aplicadas exitosamente en los programas de salud comunitaria con
base en el libro de métodos de Werner y Bower. En vez de pasar por alto o menospreciar
las costumbres de las personas dándoles instrucciones sobre ‘el deber ser’, Werner y
Bower proponen ayudarle a las personas a examinar cuidadosa y críticamente tanto las
viejas como nuevas costumbres y creencias, para evitar lo que es dañino y conservar lo
que es mejor de cada uno.”
22
Los objetivos del taller reflexivo son afines a los de la androgogia. Podríamos definirlos
de la manera siguiente:
Los aportes le implican al tallerista asumir también una posición activa ante la reflexión
y la construcción de saberes en el taller. Sin embargo, debe intervenir de manera
moderada y respetuosa de lo aportado por el grupo con el fin de no lesionar su trabajo.
Los aportes del tallerista se presentan al final del taller, precisamente para no
contaminar la producción del grupo en las fases anteriores del evento.
Con el fin de lograr los objetivos propuestos, el taller tiene una estructura que propicia
el desarrollo secuencial de las metas implicadas. Veamos cuál es esa estructura.
A continuación presentamos las partes del taller reflexivo con su respectiva definición y
duración aproximada.
a) El encuadre.
Fase en la que se plantea al grupo el acuerdo de trabajo que regirá dentro del taller. Se
definen aquí las reglas del juego. ( 5 - 15 minutos )
Etapa en la que se le asigna al grupo, a nivel individual o en subgrupos, una breve labor
para realizar allí mismo. Se utilizan las técnicas típicas del taller como la reflexión
individual, la reflexión en subgrupos, el sociodrama, etc. Esta construcción es solo una
preparación para la plenaria, de allí su nombre de “inicial” o “preliminar” ( 15 - 35
minutos ).
d) La plenaria.
Fase de “reflexión grupal” y debate con el grupo en pleno. Para esta etapa se tienen en
cuenta los aportes brindados por los participantes hasta el momento. Es la parte más
significativa y voluminosa del taller. (45 - 90 minutos. En condiciones particulares
puede ser más extensa, preferiblemente con cortes de descanso.)
e) La devolución.
f) Los aportes.
Aquí, el tallerista anexa sus aportes, unas anotaciones breves sobre el tema a modo de
“microconferencia” ( 10 -20 minutos ).
g) El reencuadre.
El bosquejo del encuadre presenta la síntesis de los elementos mencionados, con el fin
de que el tallerista no omita ninguno al exponerlo.
SESIÓN 1:
TALLER DE INDUCCIÓN:
“LAS CAUSAS FAMILIARES DE LA AGRESIÓN EN LOS NIÑOS”
a) Conceptualización.
Esto, no solo es una utopía, sino que no es deseable en absoluto. Las diferencias y los
conflictos son inherentes a las relaciones humanas. De hecho, estos aspectos enriquecen
las relaciones entre las personas y le introducen creatividad y dinamismo a las
interacciones.
-Igualmente, tienen influencia sobre el niño(a) las condiciones que halle en su entorno.
Por ejemplo, en los barrios en los cuales hay pandillas juveniles, bandas expendedoras
de droga o grupos criminales, el niño(a) se acostumbra a percibir la delincuencia como
una forma de vida aceptable.
27
- El ejemplo que los padres y adultos brindan a los niños – su “modelaje” - es otro
factor clave en la promoción de la agresión. En su proceso de formación y
socialización, los niños asimilan gran cantidad de elementos con base en el “modelaje”
de los mayores hacen. En consecuencia, cuando los niños perciben en los mayores
patrones de agresión física ( golpear a otros ), agresión verbal ( gritar o insultar ) o
agresión psicológica ( intimidar, excluir, estigmatizar, etc.), pueden integrar tales
patrones en su propio comportamiento.
- En algunos casos, puede haber una predisposición individual en el niño a optar por la
agresión como forma de relacionarse con los demás. (Así como hay niños predispuestos
a la música, los deportes, etc.) Esta orientación subjetiva hace que cualquier patrón
agresivo sea fácilmente asimilado por el niño(a). Sin embargo, debe enfatizarse que
factores educativos y familiares adecuados pueden “canalizar” la agresividad del niño
en direcciones creativas y constructivas. Se trataría, entonces, de brindarle al niño
agresivo “herramientas” para invertir positivamente su potencial energético.
- La etapa evolutiva del niño(a) también influye. En ciertos momentos del desarrollo el
niño(a) está descubriendo y explorando su propia agresividad y los efectos de ésta en
las relaciones con los demás. Durante estos períodos, es normal que el niño(a) recurra a
la expresión de palabras obscenas o frase agresivas. También puede presentar fantasías
e imaginación violentas. Si esta transición es tomada con moderación de parte de los
padres y adultos, es decir, sin “saltar a reprimirla” ni estimularla, en general, las
conductas mencionadas desaparecen y el niño(a) aprende de esta transición.
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- ¿Qué pueden hacer los padres para prevenir la agresión en los niños(as)?
Los padres o adultos responsables por el niño(a) pueden contribuir de manera activa a la
prevención de la violencia en sus hijos y en la promoción de patrones de sana
convivencia. Hay diversas formas en las cuales pueden hacerlo:
b) Los padres pueden cultivar en la familia una buena comunicación. De este modo
estarán evitando que se repriman sentimientos hostiles, hasta que estallan. Al mismo
tiempo, la buena comunicación propicia un ambiente hogareño amable y es clave para
el desarrollo de la autoestima en el niño(a).
e) Los padres pueden diseñar adecuadamente los espacios, los materiales y las
rutinas hogareñas para promover la cooperación y evitar la agresión. Los
comportamientos y los valores que los padres cultivan en sus hijos deben ser coherentes
con los aspectos materiales del hogar. Hay elementos de gran sencillez que contribuyen
a que éstos eviten la agresión y, por el contrario, estimulen la convivencia pacífica.
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h) Pueden aportarle a sus hijos elementos para el manejo de conflictos fuera del
hogar. Los niños(as) y los jóvenes tienen que enfrentarse, inevitablemente, a la presión
social en su escuela y en su barrio. Dicha presión de los pares constituye un factor
poderoso en la instalación de comportamientos agresivos en el niño(a). Por tal razón, un
elemento preventivo clave es la formación del menor en el manejo de los conflictos a
nivel social. Esto involucra la resolución pacífica de conflictos, la respuesta apropiada
ante la provocación y la evitación de propuestas de carácter destructivo o delincuencial.
b) Descripción de la sesión 1.
- Objetivos de la sesión:
Presentar a los miembros del grupo para los talleres y promover integración
entre ellos.
Reflexionar con los padres y/o adultos responsables sobre las causas familiares
de la agresión que los niños presentan.
TALLER DE INDUCCIÓN:
“LAS CAUSAS FAMILIARES DE LA AGRESIÓN EN LOS NIÑOS”.
75 – 100 min. -- Plenaria. ( Debate sobre las causas propuestas por el grupo )
32
- Se han visto diversos aspectos familiares que inciden en las conductas agresivas del
niño(a). Vale la pena plantear interrogante:
- ¿Qué pueden hacer los padres para prevenir la agresión en los niños(as)?
b) Los padres pueden cultivar en la familia una buena comunicación. Así evitan la
acumulación de sentimientos hostiles. Al mismo tiempo, propician un ambiente
hogareño amable y el desarrollo de la autoestima en el niño(a).
SESIÓN 2:
a) Descripción de la sesión:
- Objetivos de la sesión:
Aplicar las pruebas ( tests ) del proyecto correspondientes a los padres o adultos
responsables.
- Áreas a explorar:
- Sugerencias:
b)
SESIÓN 2 - ESQUEMA DE EJECUCIÓN
ENTREVISTA FAMILIAR
EN VISITA DOMICILIARIA.
Metodología:
Normas:
a) Agradecimiento.
b) Invitación a la próxima entrevista familiar.
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SESIÓN 3:
a) Descripción de la sesión:
- Objetivos de la sesión:
Conocer la percepción que los padres o adultos responsables tienen del niño.
Revisar las reacciones que los mayores presentan ante los síntomas supuestos o
reales del niño(a).
- Áreas a explorar:
Recolección de la historia del niño, según sus padres o los adultos responsables.
Revisión de los sentimientos y reacciones de los padres ante los síntomas del
niño(a).
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- Sugerencias:
b)
SESIÓN 3 - ESQUEMA DE EJECUCIÓN
ENTREVISTA FAMILIAR
(EN CONSULTORIO)
Metodología:
Normas:
SESIÓN 4:
TALLER:
“LA AFECTIVIDAD EN LA FAMILIA”
a) Conceptualización.
El niño(a) requiere sentir que sus padres (lo) la aman, independientemente de lo que
haga. No importa si él (ella) les brinda cosas ó regalos. No importa si hace todo bien o si
comete errores…Ellos simplemente lo(la) aman.
39
Este aspecto “incondicional” del amor de los padres es esencial para que el niño(a) se
sienta seguro afectivamente. Cuando se presenta tal manifestación del amor, el niño(a)
siente que no tiene que hacer “malabares y trucos” para ser amada, basta con que sea él
(ella) mismo(a).
Dicha expresión del amor parental le facilita al niño(a) desarrollar una buena
autovaloración (autoestima) y le permite convertirse en un adulto seguro, que no
necesita “luchar irracionalmente” para que los demás lo acepten.
Hay diversas maneras en las que los padres pueden expresar este amor “incondicional”:
es de utilidad explicitarle a el niño(a) que la aman a través de palabras que así lo
demuestran. Entonces, pueden decirle cosas como, “que alegría verte!”; “te quiero
mucho!”; “te extrañamos mucho!”. También puede mostrarse este amor a través de
acciones que lo evidencian como el traerle a la niña pequeños regalos sin que haya
ningún motivo especial de celebración, solo el amor…
Para vivenciarse seguro afectivamente, el niño(a) necesita sentir que sus padres, esos
“adultos sabios y poderosos”, le brindarán la protección que requiere. Necesita sentir
que ellos siempre están pendientes de su ser y se preocupan por salud y su bienestar.
Hay un aspecto de la protección los padres que con relativa frecuencia es desapercibido
por ellos o subvalorado. La satisfacción de las necesidades básicas no es suficiente para
que el niño se sienta “protegido”. Requiere, además, de la “presencia” activa de los
padres o adultos en su vida cotidiana. En otros términos, el niño(a) necesita sentirse
intensamente acompañado(a).
40
Es esencial, entonces, que los padres y mayores compartan cotidianamente con los niños
y les expresen su cariño. Es indispensable crear en la familia espacios en los que este
acompañamiento se presente día a día. Por ejemplo, estar siempre (o a menudo) juntos
en alguna de las comidas, acompañar siempre (o casi siempre) al niño(a) niña al colegio
y conversar mientras tanto, dedicar siempre una parte del fin de semana a compartir en
familia, entre otros.
En los casos en los que el error sea efecto de la negligencia o sea intencional, debe
sancionarse. Pero, aún en estos casos, debe tomarse como la opción de crecer. Sin
embargo, deben aplicarse las sanciones con amor, no con intimidación o “chantaje”
afectivo. (Por ejemplo, diciéndole al niño: “si te manejas mal, no te quiero”.)
Se requiere, entonces, que los padres tengan paciencia con los niños y sean conscientes
de su proceso. Esto implica tener en cuenta sus errores y sus faltas y corregirlos, pero
con serenidad, con moderación y con amor; comprendiendo que ellos van creciendo y
madurando poco a poco.
41
Esta virtud constituye un requisito esencial para expresarnos ante los demás tal como
somos, sin tener que manipularlos, presionarlos o atropellarlos. De otra parte, es
también indispensable para defender los propios derechos. Cuando una persona carece
de asertividad, puede someterse ante demandas de los otros que no se atreve a
cuestionar, o puede recurrir a la agresión (cuando estalla) como un intento equivocado y
excesivo de reclamar lo que le corresponde.
Cabría aquí plantear un interrogante: ¿cómo pueden los padres promover la asertividad
en el hogar?
En primer lugar, para lograr tal fin es importante que ellos mismos desarrollen su
asertividad en el ámbito familiar. Esto implica, que se esmeren por expresar sus
sentimientos positivos: la alegría, el entusiasmo, el amor, la ternura, etc.. Pero también
es necesario manifestar de manera adecuada sus sentimientos negativos. Deben expresar
el enojo, la tristeza, la decepción, los reclamos y otros sin incurrir en la destructividad o
la violencia.
De otra parte, la asertividad en los niños(as) le exige a los padres soportar tambien los
cuestionamientos, las protestas, las anotaciones y preguntas aparentemente
“impertinentes” de los niños(as). Es esencial, entonces, que los padres desarrollen una
gran capacidad para soportar dichas anotaciones y críticas de sus hijos con serenidad y
brindando la retroalimentación adecuada según el caso: enfrentarse a niños asertivos
implica mucha paciencia, humor, argumentación y afecto.
Después de haber detectado con el niño(a) sus sentimientos, se puede propiciar que se
desahogue sobre éstos y, finalmente, se le puede ayudar a enfrentarse con ellos y a
construir alternativas para superar los eventos causantes. Por ejemplo, se evidencia que
el niño(a) está enojado porque se le perdió un objeto que valoraba mucho. Se le puede
escuchar el dolor que siente por esto y señalarle que tiene razón para sentir ese dolor.
También se le puede solicitar que puede hacer ante esa pérdida: ¿qué aprende de ella? ...
¿el objeto puede ser reemplazado?...etc.
La formación del niño(a) para las interacciones y negociaciones debe cumplir tres
objetivos fundamentales:
10
Numeral basado en el texto “Early Violence Prevention”, capítulo 10, “Teaching Assertiveness Skills”,
Slaby et al, pags. 125 –145.
43
Cabría aquí un interrogante fundamental: ¿Cómo aportar a los niños(as) esta formación
en la resolución de conflictos? ...
-Para empoderar al niño que está siendo agredido por otro, es conveniente mostrarle que
puede ponerle límite a tal acto por medio de su palabra. En tal caso, los padres o adultos
le pueden ayudar a la víctima exhortándola a defenderse por medio de la palabra. Por
ejemplo, se le pueden expresar frases como, “dile que tu estás jugando con ese carro...
que busque otro”, ó, “dile que no te empuje... que tu estás en la fila y él debe hacerla
también.”
- Otro aspecto que ayuda en este sentido es solicitarle a la víctima que le exprese al
agresor los sentimientos que su invasión produce. Por ejemplo, se le puede manifestar:
“dile como te sientes cuando el te arrebata los juguetes.”
- Finalmente, ante conflictos entre los niños es importante calcular hasta donde están en
condiciones de solucionarlos por su propia cuenta en un momento determinado. Si es
así, se les debe permitir hacerlo. Inclusive si alguno de ellos se acercara a buscar apoyo
de los mayores, se le puede sugerir que intente solucionar el problema por sí mismo.
- En caso de que los niños(as) no estén logrando resolver las diferencias por su cuenta,
los padres o mayores pueden entrar como mediadores, para empoderar a la víctima y
contener al agresor, si así se requiere; o para propiciar que los niños(as) lleguen a un
acuerdo allí donde se presenta una discusión que está escalando hacia la agresión.
11
Slaby, Ronald G. Et al, Early Violence Prevention, tools for teachers of young children, Ed. National
Association for the Education of Young Children, Washington D.C., segunda edición, 1996, pags. 125-
145.
44
En esta última instancia, el adulto puede escuchar neutralmente a cada uno de los niños
a su turno y propiciar que lleguen a una conciliación favorable para ambos.
Podemos decir esto en otros términos: las personas con una baja autoestima son
extremadamente propensas a ser victimizadas por donde vayan.
En algunos casos, en lugar de asumir este rol, las personas que no se han sentido
valoradas ni queridas se van hacia el polo contrario. En consecuencia, se convierten en
agresores en un intento de “defenderse” de la sensación de ser subvalorados o
discriminados por los demás.
Por estas razones, los padres deben prestarle mucha atención a valorar a sus hijos y
tratarlos con afecto y respeto: cuando los niños se sienten amados, estimulados y
apoyados tienden a desarrollar una autoestima fuerte ante los obstáculos externos.
De igual modo, deben transmitirse a los niños la convicción en la familia de que deben
creer en ellos mismos y amarse, aunque puedan encontrar personas que no los apoyan
plenamente.
12
Posteriormente revisaremos las alternativas sugeridas ante el niño(a) agresor, cuando nos refiramos a
las sanciones o “consecuencias” y a la resolución de crisis y conflictos en el hogar.
45
b) Descripción de la sesión 4.
- Objetivos de la sesión:
Debatir con los participantes acerca de las necesidades afectivas del niño(a).
Definición de afectividad.
Importancia de la afectividad en la familia.
Necesidades afectivas del niño(a): amor, acompañamiento, tolerancia.
Cultivo de la asertividad en la familia: expresión de sentimientos positivos y
negativos.
La autoestima como factor de prevención de la agresión en el niño(a).
Estrategias para la interacción y la negociación de los niños(as).
46
c)
SESIÓN 4 - ESQUEMA DE EJECUCIÓN
TALLER:
“LA AFECTIVIDAD EN LA FAMILIA”
- Metodología:
construir juntos ( propuestas, alternativas, respuestas e inquietudes
- sobre el tema)
- Normas:
a) Respetar orden de la palabra ( escuchar )
b) Respetar opiniones de los otros ( no hay que llegar a un acuerdo )
Grupos 1 y 2:
a) “Reflexionar sobre las necesidades psicológicas o afectivas del niño(a) en
el hogar”. (Se les dan 5 minutos para esto.)
b) “Con base en lo reflexionado, hacer un dibujo en el que representan “las
necesidades afectivas o psicológicas del niño.”
Grupos 3 y 4:
a) “Reflexionar sobre forma en que se expresan los afectos o sentimientos en
- las familias.
b) “Con base en los reflexionado, hacer un dibujo en el que representan “las
- formas en que se expresan los afectos o sentimientos en las familias”.
d)
BOSQUEJO DE APORTES PARA EL(LA) TALLERISTA
-El niño(a) necesita tolerancia y margen para crecer poco a poco. Necesita margen
para ir aprendiendo progresivamente y para equivocarse y crecer a partir de sus errores.
SESIÓN 5:
TALLER:
“LA COMUNICACIÓN FAMILIAR”
a) Conceptualización.
13
Dinkmeyer, Don y Gary D. Mckay. The parent´s handbook. Capítulo 4, “Communication: how to listen
to your child.”, Ed. American Guidace Service, tercera edición, 1989, pag. 47.
49
De otra parte, este tipo de comunicación descalificadora constituye una forma sutil o
manifiesta de violencia. Su efecto es promover en el niño(a) una actitud sumisa y
temerosa, crear personas que no se atreven a ser ellas mismas ni a disfrutar, o por el
contrario, forma seres prevenidos y rebeldes extremadamente propensos a convertirse
en agresores.
¡Esto tampoco es comunicación! …Es un monólogo que el niño(a) tiene que escuchar.
En este caso, la comunicación se ha convertido en gran medida en “informarle” al niño.
Esta es una comunicación fragmentaria e incompleta, una forma de comunicación que
ha excluido los aportes del niño(a).
Desde esta perspectiva, el receptor mencionado en la fórmula inicial deja de ser pasivo
para convertirse en un agente activo dentro del proceso comunicacional: él niño(a) deja
de ser pensado como alguien que sólo recibe los mensajes de los mayores para situarse
como verdadero interlocutor: él (ella) también tiene cosas que expresar e influir por
medio de éstas en la relación.
Veamos un ejemplo: el niño(a) puede expresarle a los padres que “necesita que se le
explique algo con mayor claridad” o que “su punto de vista es diferente al de los
padres.” Si éstos tienen disposición para escuchar, pueden cambiar sus “mensajes” hacia
el niño o sus variar sus opiniones con base en esta retroalimentación.
El concepto de escucha es tan relevante que amerita que lo revisemos con mayor
profundidad:
Podemos plantear que escuchar es brindar un espacio para que el otro ( o los otros )
exprese(n) lo que desean expresar: sus ideas, sus deseos, sus sentimientos. Pero, esto no
es suficiente. Para que haya escucha, debe haber una “recepción” de estas
14
Dinkmeyer, Don y Gary D. Mckay, op. Cit.,pag. 14.
50
manifestaciones del otro, es decir, la escucha implica “recibir” aquello que nuestro
interlocutor está expresando. Finalmente, no puede ser una recepción pasiva: la escucha
exige interpretar y comprender el sentido de lo que el otro nos está expresando.
Ilustremos esto con un ejemplo: el niño(a) le está expresando a sus padres que se siente
muy feliz por una celebración que tuvo en el colegio. Si los padres realmente están
escuchándolo, van a propiciar que exponga en detalle sobre esta experiencia.
Probablemente, le hagan preguntas en esta dirección: ¿cómo fue la celebración? ... ¿qué
le impresionó de esta? ...¿qué significa la celebración para él (ella)? ... De este modo, la
escucha genera un proceso de retroalimentación que permite que la comunicación
avance.
Los elementos planteados nos permiten delimitar la escucha con cierta claridad:
escuchar es diferente de “callar”. Podemos estar callados sin estar percibiendo los
sonidos y las palabras que el otro está expresando. De manera análoga, escuchar es
diferente de “oír”. En este caso, podríamos estar oyendo las palabras de quien nos habla
(e, inclusive, repetirlas de memoria) pero sin conectarnos con el significado de lo que
quiere decirnos.
Lo que estamos exponiendo implica un gran reto para los padres y mayores en la
relación con el niño: frecuentemente, en la educación (escolar y familiar) le prestamos
mucha más atención a que los menores nos escuchen, Nos hemos entrenado para decir
cosas “bonitas y claras” y hemos descuidado este énfasis en los aportes de los otros…
Indudablemente, se requiere que revaluemos este paradigma.
Como podemos ver, la comunicación de los padres con el niño(a) involucra diversos
aspectos. Implica un proceso mucho más amplio que sólo “enviarle mensajes”: (a) debe
incluir sus cuestionamientos y planteamientos y tenerlos en cuenta, (b) debe conllevar a
un proceso de retroalimentación en el que aparecen nuevas anotaciones, comentarios y
sentimientos, (c) debe ser una escucha marcada por interés y curiosidad auténticos de
los padres y, finalmente, (d) debe ser brindada con la atención requerida para “conectar”
con el significado de los mensajes del niño(a).
La comunicación interactiva con el niño(a) tiene otra gran ventaja, además de las
anteriores: propicia que el niño avance en sus construcciones sobre el mundo que lo
rodea, sobre sus “constructos personales”15. Este aspecto es tan relevante que vale la
pena que lo revisemos en detalle.
La información que los mayores le brindan al niño(a) (sus mensajes) no son en absoluto
suficientes para él. Él (ella) necesita también interpretar dicha información y
“construir” a partir de ella sus propias elaboraciones. Además, debe combinar aquello
que escucha de los adultos con sus propias experiencias.
Hay una distancia enorme entre lo que le decimos a los niños y lo que ellos “tomarán”
de nuestras palabras. Para Neymeyer es evidente el papel activo que el niño(a) asume
en su proceso de aprendizaje: “el niño y el adulto son investigadores natos de sus
propios comportamientos y eligen aquellos que les representan mayores ganancias
psíquicas y sociales de acuerdo a las condiciones y a los factores psicosociales con los
que se enfrentan…”16
La escucha hacia niño(a) desempeña un papel primordial en este proceso debido a que
al involucrar el trabajo mental del propio niño implicado en solicitarle “expresar,
sustentar, explicar, exponer” en sus propias palabras se agiliza el proceso de
construcción.
Podríamos expresar esto en otros términos: cuando el niño simplemente recibe los
mensajes de los mayores, tiende a tomarlos por verdades acabadas y no realiza ningún
esfuerzo propio. En cambio, cuando el adulto lo escucha y le solicita que produzca sus
propios mensajes, el niño(a) debe esforzarse en pensar, en descifrar sus emociones y
ponerlas en palabras, en explicar, en sustentar. A través de tales esfuerzos, tiene que
hacer sus propias construcciones personales (definir sus percepciones, ideas y criterios).
madre combina su exposición del cuento con hacerle preguntas y escuchar sus
emociones y opiniones respecto a la narración que si se limita simplemente a contarle el
cuento.
Podemos sintetizar este especto tan relevante de la manera siguiente: las habilidades
del niño (incluidas las sociales) se desarrollan mucho más cuando se involucran su
propio pensar y hablar. Por esta razón, es recomendable que los mayores le
propongamos y le exijamos “interlocución”, es decir, le solicitemos que ponga allí en
juego sus puntos de vista.
Hay otra gran ventaja en la interlocución de los padres con su hijo(a): cuando ellos lo
escuchan pueden percibir en que punto de su desarrollo están sus construcciones
personales, es decir, que interpretaciones está haciendo el niño de la realidad. De esta
forma, los padres pueden confirmar cuales son los verdaderos sentimientos e ideas de
su hijo(a) en lugar de suponerlos.
Podemos sintetizar esto en otros términos: la interlocución con el niño(a) nos permite
comprender en que lugar está, que está pensando, cómo se está sintiendo. Esto nos
posibilita ajustar de manera precisa nuestras intervenciones de modo que sean
pertinentes, actualizadas y adaptadas a sus requerimientos.
- La comunicación no verbal
Los seres humanos no solamente nos comunicamos por medio de las palabras. También
nos transmitimos mensajes a través de nuestros gestos, nuestras miradas, nuestras
actitudes y nuestros comportamientos. Estos elementos constituyen lo que se denomina
“comunicación no-verbal”.
Las implicaciones de la comunicación no verbal son muy significativas: cada vez que
nos relacionamos con alguien nos estamos comunicando, ya sea por medio de nuestras
palabras o de nuestras conductas, inclusive por medio de nuestro silencio. Algunos
53
teóricos han enfatizado este aspecto con un postulado ampliamente reconocido: “es
imposible no comunicar.”17
Cuando los padres juegan y comparten alegremente con el niño(a) le están comunicando
cosas, como su interés en él (ella) y su afecto. Pero también le están comunicando
cuando pasan muy poco tiempo con él (ella), o cuando son excesivamente impacientes e
intolerantes. Los padres están comunicando diversos elementos al niño(a) cuando
pelean ferozmente entre sí ante él, golpeándose o insultándose. También le comunican
cuando tienen una relación amable entre ellos, aunque no le estén hablando
directamente al niño(a) sobre esto.
orientada en estas direcciones. Esto significa que se esmeren por construir en el hogar
una buena comunicación tanto a través de las palabras como las acciones.
Frecuentemente, se considera que las buenas intenciones son suficientes para que haya
dicha adecuada comunicación intencional en la familia. El concepto es algo así como,
“si nos queremos, entonces, nos tenemos que comunicar bien”.
- Es importante tener espacios en la rutina diaria para dialogar y compartir los padres y
el niño(a). Para esto se pueden aprovechar las mismas situaciones cotidianas. Por
ejemplo, si los padres tienen que acompañar al niño(a) al colegio caminando, se puede
conversar mientras se realiza esta acción. De igual manera, los padres pueden fijarse el
propósito de compartir todos los días “un ratico” con el niño(a) antes de que él (ella) se
vaya a dormir. (No tiene que ser un tiempo prolongado. Lo importante es que se haga
con verdadero interés. De otra parte, sería ideal aprovechar varios de estos espacios
durante el día para comunicarse.)
-Otro aspecto de gran valor para la comunicación es realizar “programas” con cierta
regularidad los padres y el niño(a): ir a un parque cerca de la casa y disfrutar allí juntos
por un tiempo, salir de caminata un fin de semana, ir a visitar a familiares, organizar
juegos en el hogar con la participación de todos, etc.
- Finalmente, para cultivar una buena comunicación intencional entre los padres y el
niño(a) es recomendable que ellos sean conscientes de que en cada momento se están
comunicando con su hijo(a) y aprovechen esto: cada instante y cada situación pueden
ser la oportunidad para dialogar, compartir, escucharse y disfrutar con el niño(a)... ¡El
escenario para construir la comunicación familiar es cada día!
b) Descripción de la sesión 5.
55
- Objetivos de la sesión:
Debatir con los participantes sobre sus formas de comunicación con los
niños(as) y la incidencia de este aspecto en los sus comportamientos violentos.
c)
SESIÓN 5 - ESQUEMA DE EJECUCIÓN
56
TALLER:
“LA COMUNICACIÓN FAMILIAR”
- Metodología:
construir juntos ( propuestas, alternativas, respuestas e inquietudes
- sobre el tema)
- Normas:
a) Respetar orden de la palabra ( escuchar )
b) Respetar opiniones de los otros ( no hay que llegar a un acuerdo )
50 -- 100 min. -- Plenaria (Debate). Ver “bosquejo de focos probables”, pag. anterior.
d)
BOSQUEJO DE APORTES PARA EL(LA) TALLERISTA
57
-Requisitos de la comunicación:
- La escucha tiene efecto sobre las construcciones que el niño(a) hace sobre el
mundo. Las habilidades del niño se desarrollan mucho más cuando se involucran su
propio pensar y hablar. Por esta razón, hay que proponerle y le exigirle “interlocución”.
SESIÓN 6:
TALLER:
“LA AUTORIDAD EN EL HOGAR”
a) Conceptualización.
Por otro lado, la autoridad tiene una función ética esencial para la formación del
niño(a): debe proporcionarle un sistema de principios, valores y conductas de
crecimiento personal y sana convivencia. En este sentido, la autoridad cumple también
un papel primordial en la prevención de la agresión.
A través de los últimos años, nos hemos estado orientando en nuestro medio hacia una
autoridad muy distante de la antigua: hemos descubierto que las formas restrictivas y
punitivas de relación con los niños tienden a crear seres temerosos, inhibidos y
traumatizados. Nos hemos dado cuenta de que se requiere otra forma de autoridad: una
autoridad que promueva las capacidades de los menores en vez de reprimirlas, una
autoridad que cultive en ellos sus deseos y sus sueños en lugar de prohibiciones.
Necesitamos una autoridad constructiva y positiva, es decir, (a) una autoridad que en
vez de reprimir las capacidades de los niños(as) las promueva y las desarrolle y (b) una
autoridad que, en lugar de basarse en la negación, se fundamente en brindar
oportunidades. Podríamos llamarla la autoridad del “si”.
59
Para poder los padres aportarle valoración al niño(a), se requiere primero que todo que
ellos mismos sean conscientes de su valor, que sean conscientes de que todos los
miembros de la familia son parte imprescindible de ésta. Tal valoración se expresa a
través del lenguaje afectivo. Mensajes como, “te quiero”, “te extrañe”, “que bueno que
estás aquí conmigo”, dichos con sinceridad y combinados con caricias y afectividad le
muestran al niño(a) que es importante para sus padres. (Algunos teóricos denominan
“elogio” a este tipo de procedimiento.)
Una herramienta de utilidad para los padres hacerse conscientes de su valoración hacia
el niño consiste en evaluar aquellos aspectos en los cuales se destaca ( sin caer en la
sobrevaloración ): es inteligente, es afectuoso, es tierno, es ágil, es colaborador...
Obviamente, vale la pena que le expresen las virtudes que encuentran el él (ella).
El reconocimiento implica que los padres estén atentos a las acciones valiosas del
niño(a) y se las resalten. Esto conlleva a que los padres le expresen con frecuencia al
niño(a) mensajes como, “vi que organizaste tu pieza...¡te quedó muy bien!”, “¡muy
linda la tarea que hiciste para el colegio!”, “gracias por ir a la tienda a comprar esas
cosas !” y otros.
El reconocimiento que los padres brinden al niño(a) debe ser proporcional a su esfuerzo.
Por un lado, habría momentos de “pequeños reconocimientos” en la vida diaria, como
los ya mencionados. Por otro lado, es particularmente importante aportarle al niño(a)
una valoración considerable ante actividades como participar por dos o tres semanas en
la preparación de una celebración escolar o mejorar significativamente el desempeño
escolar después de un período en el que el niño(a) iba mal.
Por otro lado, es esencial resaltarle a los niños(as) sus labores cuando contribuyen al
bienestar común. Por ejemplo, el niño(a) se esforzó notoriamente preparando unos
arreglos de navidad. Vale la pena expresarle ( y expresar ante otros ) que él (ella )
contribuyó con los demás a que la decoración navideña quedara tan hermosa.
De este modo, se está creando en él niño(a) conciencia social. Ésta le permite darse
cuenta de su importancia como miembro de la sociedad y, al mismo tiempo, le va
señalando que él (ella), como todos, tiene la responsabilidad de contribuir a la
comunidad.
Para lograr esto, los padres deben transmitir a los niños(as) mensajes positivos en la
cotidianidad como, “eres capaz”, “haces las cosas bien”, “tienes mucha habilidad para
esto.” Por el contrario, deben excluirse los mensajes descalificadores. Planteamientos
61
como, “eres tonto”, “nunca haces nada bien”, pueden inhibir y desestimular de manera
permanente al niño(a)
De otra parte, es los padres deben percibir las habilidades y capacidades del niño(a) y
brindarle oportunidades de desarrollarlas. Esto implica reconocer sus deseos, aptitudes y
aspiraciones y cultivarlos. Por ejemplo, hay niños(as) que desde edades muy tempranas
muestran una clara orientación artística. Otros manifiestan una notoria sensibilidad
musical. Otros niños se muestran extremadamente sociables.
Es estímulo de parte de los padres apunta a propiciar espacios en los cuales estas
aptitudes específicas del niño(a) puedan fructificar. Por ejemplo, conseguirle materiales
de pintura al que disfruta del arte y hacer dibujos con él (ella) en el hogar, investigar la
opción de clases de música para el niño(a) con esta inclinación.
Para propiciar esto, los padres deben permitirle progresivamente al niño(a) que asuma
las actividades y responsabilidades que corresponden a su edad. Esto implica solicitarle
que haga lo que es capaz de hacer, aún desde edades muy tempranas. Por ejemplo, si
estuvo jugando con un rompecabezas y ya terminó debe recoger las piezas ( a ayudar a
recogerlas ). Sí la mamá llegó del mercado con paquetes, debe ayudar a entrarlos.
De otra parte, es conveniente que los padres le permitan al niño(a) tomar libremente las
decisiones que puede tomar, según su edad. Por ejemplo, puede escoger ella misma
parte de la ropa que usa. Puede decorar parte de su cuarto según sus propios gustos.
Podría, en algunos casos, definir sus horarios de estudio y descanso.
18
Recordemos que la violencia se articula como una escena que requiere de la participación de varios
actores: el agresor, la víctima y los espectadores. Para prevenir la agresión es necesario evitar que el
niño(a) opte por cualquiera de estos roles. (Ver el numeral: “Estrategias para el niño resolver sus
conflictos con sus pares”, conceptualización de la sesión 4.)
62
Podríamos resumir esto en otras palabras: una autoridad constructiva debe preparar al
niño(a) para pensar independientemente y para ejercer adecuadamente su libertad.
Para que la autoridad familiar cumpla esta función, es necesario que los niños
incorporen progresivamente las conductas, los principios y los valores que se les
proponen, es decir, que los adopten como algo propio e interno; no como las normas de
otra persona que se obedecen por temor o por conveniencia. En otras palabras, la
autoridad debe estar diseñada para permitirle a los niños convertirse poco a poco en su
propia autoridad y actuar por convicción.
Para lograr tal fin, es indispensable sustentar con claridad las normas, los principios, los
valores familiares. De la misma manera, se requiere que se le brinde al niño(a)
argumentación sobre las conductas que se esperan de él (ella), es decir, plantearle
razonamientos que les permitan comprender el por qué de lo esperado.
Por ejemplo, los padres le pueden decir al niño(a): “debes hacer las tareas porque de esa
manera aprendes cosas que necesitas para ti y así te estás preparando para tu futuro”;
“debes respetar a tus primos (o tu hermano) porque todas las personas merecemos
respeto, como tu... a ti no te gustaría que nadie te pegara.”
En algunos casos, con los niños de menor edad es necesario repetir la explicación un
número considerable de veces para que comprendan. Esto se debe a que, asuntos que
son obvios para los adultos, constituyen planteamientos muy extraños y abstractos para
el niño(a). También se puede hacer alusión a personajes de cuentos o de la televisión
con el fin de sustentarles; por ejemplo, (a un niño de 3 años ): “Barney ( personaje
televisivo ) se lava los dientes todos los días... ¡mira como los tiene de bien!”
63
Aquí hay un elemento de gran importancia a señalar: hay que recordar que la
asimilación de las normas, principios y valores es progresiva, es decir, se trata de un
proceso que tiene su propio ritmo y tiempo para cada niño. En consecuencia, es
necesario tener paciencia y comprender que no basta con decir las normas una sola vez,
llamar la atención o sancionar. A menudo, se requieren múltiples intervenciones en una
misma dirección y por períodos de tiempo prolongados para lograr los objetivos.
Utilizar postulados que se repiten una y otra vez, a modo de refranes, es una
herramienta de gran utilidad para propiciar la introyección de los valores y normas. Por
ejemplo, decirle a los niños insistentemente, “niños, recordemos: ¡compartir es
justicia!”. Se puede también repetir con ellos el postulado, o solicitarles que lo aporten.
Por ejemplo, “niños, ¿qué es lo que hemos dicho de compartir?... ¿Qué compartir es
que...?!”.
Para finalizar este numeral, podemos resumir lo planteado en algunos de los párrafos
anteriores. La autoridad positiva enfatiza varios aspectos: (a) la argumentación en lugar
de la represión; (b) la claridad y la sencillez del lenguaje en la argumentación; (c) el
respeto por el proceso de asimilación de las normas de parte del niño y (d) la definición
precisa y anticipada de las normas y de las sanciones.
Tal virtud les permitirá cada vez más enfrentar la presión de otras personas o del grupo
para realizar diferentes acciones. Cuando el niño (y luego, el adolescente) ha
desarrollado suficientes criterios, tiene la capacidad de rehusarse a invitaciones a las que
no desea acogerse o que las considera contrarias a sus principios. Este constituye un
elemento clave para la prevención de la violencia a nivel familiar y social.
Una forma óptima de promover en los niños el espíritu crítico es brindarles la palabra y
exigirles reflexionar acerca de temáticas diversas. En la medida en que los mayores les
dan participación y los convocan a cuestionarse, a pensar, a debatir, los niños se verán
presionados a realizar sus propias construcciones, es decir, sus propias opiniones e
ideas acerca de los temas.
El debate y la discusión en la familia son sanos. Sería valioso que los padres lo toleraran
desde la misma infancia del niño(a). Si los padres le responden a sus interrogantes u
objeciones con argumentos y explicaciones estarán aprovechando la oportunidad para
cultivar su pensamiento analítico. Además, le estarán mostrando que puede ser diferente
y expresar sus ideas sin ningún peligro.
Es esencial que los padres no propicien accidentes o infracciones de parte del niño(a).
Obviamente, esto contribuye a una vida familiar armoniosa. Con tal fin, los padres
deben estar siempre atentos al “contexto” en el cual se encuentra: ¿Con quien está
65
Un elemento que ayuda a evitar esos “imprevistos” riesgosos para el niño(a) o que
atentan contra las normas, es el diseño de rutinas y espacios que se ajusten a sus
condiciones y necesidades. Deben evitarse espacios atiborrados de cosas que propician
los choques o los golpes contra ellas. Igualmente, deben excluirse en el hogar zonas de
juego o de interacción para los niños(as) en las cuales ellos queden excesivamente
estrechos, pues, esto estimula conductas agresivas.
Si en la casa hay un lugar designado para los juegos y los padres han confirmado que es
seguro, se le está facilitando al niño(a) el cumplimiento de las normas. Si se ha llegado
con él (ella) a acuerdos apropiados sobre la distribución del tiempo después del colegio,
el niño(a) sabe que durante la tarde, hace sus tareas y que no debe postergarlas hasta las
10 de la noche, cuando no estará en condiciones de hacerlas… Sabe que acogerse a sus
horarios le permitirá cumplir con sus deberes y evitar conflictos con sus padres.
- Autoridad y límite.
Hay varias sugerencias que pueden brindarse a los padres para la administración del
“límite” en el hogar:
-Deben tener claridad sobre cuáles normas familiares son negociables y cuáles no.
Obviamente, no deben ceder respecto a las no-negociables.
- En relación con la cotidianidad, es esencial que los padres tengan claro en que
momentos se agotan las negociaciones y las sustentaciones con el niño(a) y se pasa a las
determinaciones y las acciones. En este punto, ellos deben imponer sus decisiones con
serenidad, con respeto y firmeza. Esto implica que haya casos los que los padres le
exijan al niño(a) que realice ciertas actividades o que le digan que “no” ante algunas
solicitudes.
-Deben comprender en que momento el niño(a) ha cometido una infracción que amerita
sanción y no simplemente argumentación adicional.
La administración del límite es una de las funciones primordiales de los padres. Sin éste,
la autoridad termina fácilmente “diluyéndose” y “borrándose”... Se queda en palabras
bonitas, negociaciones hábiles con el niño (quien puede tener una habilidad
66
Cuando no hay administración del límite en el hogar, el niño(a) desarrolla una gran
propensión a no respetar normas en ningún contexto. Con base en el ambiente familiar,
tiende a sentir que cualquier norma es negociable o que si comete cualquier infracción,
no habrá sanción o esta será “vencida” con su astuta persuasión.
De otra parte, las deficiencias de límites en el hogar propician que el niño(a) no asuma
responsabilidades: no lo hace en relación con sus sentimientos, pues siente que puede
expresar sus emociones “sin límite” ( su enojo, su tristeza, su pereza...) y que puede
postergar el cumplimiento de sus deberes ( o negociarlos ) sin restricción. Estos factores
permiten que se vaya convirtiendo poco a poco en un auténtico invasor, tanto en el
hogar como en los espacios externos a éste. Así, se está promoviendo que se sitúe con
facilidad en el lugar de la agresión: tiende a agredir a sus pares en tanto no respeta sus
espacios y tiende a ser agredido por ellos como respuesta a sus actitudes abusivas.
b) Descripción de la sesión 6.
- Objetivos de la sesión:
c)
SESIÓN 6 - ESQUEMA DE EJECUCIÓN
TALLER:
“LA AUTORIDAD EN EL HOGAR”
- Metodología:
construir juntos ( propuestas, alternativas, respuestas e inquietudes
- sobre el tema)
- Normas:
a) Respetar orden de la palabra ( escuchar )
b) Respetar opiniones de los otros ( no hay que llegar a un acuerdo )
Grupos 1 y 2 : “Narrar una pequeña historia sobre una familia en la que los
padres o mayores tienen dificultades para ejercer la autoridad con un niño de 4 años y
una niña de 5. (Puede ser una historia inventada por ellos con base en sus experiencias o
una historia real que ellos conocen, con los nombres cambiados.). Mencionen como
manejan la situación en esta familia.”
68
Grupos 3 y 4 : “Narrar una pequeña historia sobre una familia en la que los
padres o mayores tienen dificultades para ejercer la autoridad con un niño de 8 años y
una niña de 9. (Puede ser una historia inventada por ellos con base en sus experiencias o
una historia real que ellos conocen, con los nombres cambiados.). Mencionen como
manejan la situación en esta familia.”
50 -- 100 min. -- Plenaria (Debate). Ver “bosquejo de focos probables”, pag. anterior.
d)
BOSQUEJO DE APORTES PARA EL(LA) TALLERISTA
- Las rutinas y espacios deben diseñarse para propiciar que el niño(a) se acoja a la
autoridad y se eviten los accidentes. Tener en cuenta las necesidades, los ritmos y la
percepción del niño(a): él tiene una percepción puntual, solo capta lo inmediato.
a) Descripción de la sesión:
- Objetivos de la sesión:
Explorar en torno al proceso del niño a través de las palabras de sus padres o de
los adultos responsables.
- Áreas a explorar:
70
- Sugerencias:
Se puede asignar tarea sobre el aspecto de estos que se considere más relevante.
71
b)
SESIÓN 7 - ESQUEMA DE EJECUCIÓN
ENTREVISTA FAMILIAR
(EN CONSULTORIO)
Metodología:
Normas:
SESIÓN 8:
TALLER:
“LA ÉTICA FAMILIAR:
LOS PRINCIPIOS, LOS VALORES Y EL EJEMPLO”
a) Conceptualización.
- ¿Qué finalidad tiene reflexionar con los padres sobre la ética familiar?
Las ideas, los comportamientos, las palabras, las normas y las acciones que se adoptan y
se permiten en el hogar no se presentan al azar. Se ajustan a patrones específicos que se
repiten una y otra vez. Tales patrones están determinados por los principios y valores de
la familia, por su ética. Con frecuencia, dicha ética no es consciente ni manifiesta. En
ningún momento los miembros de la familia han debatido sobre cuáles van a ser sus
parámetros filosóficos o ideológicos o no perciben los valores que aplican día a día.
Puede también suceder que lo que se practica en una familia sea inaceptable para otro
grupo. Por ejemplo, en un hogar se puede permitir que sus miembros se insulten pero no
que se golpeen. Consideran que “insultarse” es hablar de manera franca y espontánea.
Para otra familia esto podría ser absolutamente inadmisible. En este sentido, al hablar de
una ética familiar no nos estaríamos refiriendo a una propuesta universal. Sin embargo,
cada familia tiene necesariamente su propia formulación.
Revisar con los padres los valores y principios que rigen su vida familiar es esencial
para la prevención de la agresión en los niños(as), por varias razones:
- En primer lugar, a través de tal reflexión se pueden hacer conscientes de los valores y
principios que han estado aplicando en su vida familiar. Así, pueden determina cuáles
consideran convenientes y cuáles no. De este modo, pueden introducir transformaciones
en el hogar. Por ejemplo, la familia que había admitido insultos en su casa, puede tomar
73
- En segundo lugar, es primordial debatir con los padres acerca de los principios y
valores necesarios para una convivencia armoniosa y civilizada. Estos apuntan a evitar
la agresión en la familia.
- En tercer lugar, es de gran utilidad aportar a los padres algunos elementos para la
formación del niño(a) en la convivencia desde la perspectiva de la psicología.
- Finalmente, es importante reflexionar con los padres acerca de las estrategias para
transmitir principios y valores a los niños(as) y propiciar en ellos construcciones sobre
este aspecto... Profundicemos un poco en las direcciones planteadas.
Uno de los hechos más obvios y supuestamente “naturales” para los seres humanos es
que somos diferentes: cada uno de nosotros tiene su propia personalidad, sus propios
gustos, sus características e historia… Cada uno es único e irrepetible.
Este aprendizaje sobre la existencia de los demás es indispensable para que el niño, a
medida que crece, pueda convivir sanamente con sus congéneres. Tal adquisición, le
exige al niño(a) dos procesos psicológicos específicos:
(a) El niño(a) debe comprender que cada persona tiene un lugar en el mundo diferente al
suyo, que cada uno tiene su propia visión. Slaby y otros denominan a este proceso
“asumir perspectiva”20.
19
Numeral basado en el texto “Prevención Temprana de la Violencia”, capítulo 11, “Resaltando la toma
de perspectiva y la empatía,” escrito por Ronald Slaby y otros. (Pags. 145 – 155 )
20
(Cfr.) Slaby, Ronald y otros, Prevención Temprana de la Violencia, Ed. National Association for the
Education of young children, segunda edición, Washington, D.C. pag. 145.
74
El tomar perspectiva de los demás no garantiza que “sintonicemos” con sus afectos y
sentimientos. Una persona puede visualizar que sus acciones producen sufrimiento en
alguien sin presentar una respuesta afectiva a esto: no “conecta” con su tristeza o dolor.
(b) Por tal motivo, el niño(a) debe desarrollar la capacidad de compartir con los otros
respuestas afectivas. Debe estar en condiciones de identificarse en alguna medida (no
totalmente ) con sus sentimientos y emociones. En otras palabras debe lograr “empatía”.
Para Piaget, el niño requiere hacer todo un recorrido con miras a lograr estos avances:
“la conciencia social de los niños se desarrolla desde una perspectiva egocéntrica a la
habilidad de comprender, predecir, y responder a los sentimientos y puntos de vista de
otros”21. Este recorrido pasa por varias etapas claramente diferenciadas. Slaby y otros
las señalan de la manera siguiente:
-“Los niños no consideran los puntos de vista de las otras personas; piensan que a todo
el mundo le gusta lo que a ellos.
-Los niños empiezan a darse cuenta de que las otras personas pueden pensar de manera
diferente a la de ellos.
-Los niños se hacen conscientes de que los demás tienen diferentes pensamientos y
sentimientos pero todavía no pueden pensar simultáneamente acerca de su propia
perspectiva y la de alguien más.
-Los niños pueden a menudo predecir como reaccionarán las otras personas en
situaciones familiares para ellos.
-Los niños reconocen cuando otra persona está sufriendo, pero puede que todavía no
comprendan que causó el malestar o sepan las necesidades de la otra persona.
-Los niños pueden juzgar lo que podría necesitar una persona que sufre y responder
apropiadamente.
-Los niños pueden “cambiar de lugar” con la otra persona y verse ellos mismos desde el
punto de vista del otro.
-Los niños pueden ver simultáneamente todas las perspectivas en una situación.”22
El paso entre la fase egocéntrica y la fase de perspectiva del otro y empatía es variable
en cada niño. Sin embargo, en la gran mayoría de los casos todo el proceso de desarrolla
entre los 2 y los 5 años. Por tal motivo, es básico que los padres tengan paciencia con
su hijo(a), cuando presente el tipo de comportamiento egocéntrico señalado y le
permitan la margen suficiente mientras va logrando construir estos conceptos que para
él (ella) son arduos y abstractos. De otra parte, es particularmente importante que los
21
Slaby, Ronald y otros, op. Cit. Pag. 146.
22
Slaby, Ronald y otros, op. Cit. Pag. 147.
75
Hay varias estrategias que pueden sugerirse para cultivar en los niños su perspectiva de
los demás y su empatía. (Éstas son aplicables a niños de todas las edades, ajustando el
lenguaje, las preguntas, los ejemplos y las situaciones al desarrollo de cada niño):
- Los padres pueden hablarle al niño(a) y compartir con él sobre las emociones e ideas
de los demás. Por ejemplo, ¿Cómo se sienten cuando alguien los molesta o les pega? ...
¿cómo se sienten cuando comparten alegremente con sus compañeros? ...¿Cómo
quisieran los niños que los trataran? ...¿Qué sienten las personas cuando las tratan bien?
- Pueden reflexionar con el niño(a) sobre las formas en que reaccionan los otros si ellos
los tratan bien o mal: ¿qué puede suceder si uno es agresivo con sus amiguitos? ...
¿Cómo podría actuar un compañero si uno lo insulta porque está enojado? ...¿Qué
puede suceder si somos amables con las personas?
- Es de particular importancia que los padres reflexionen con el niño(a) sobre otros
niños que pasan por dificultades y requieren del apoyo y la solidaridad social. A hacer
esto, es recomendable que eviten caer en el “dramatismo”. En los casos en que sea
posible, es de gran valor involucrar al niño(a) en acciones de colaboración hacia otros.
Por ejemplo, si es el día de la colecta de la Cruz Roja, se le puede pedir al niño(a) que
aporte una pequeña donación de su propio dinero y se conversa con él sobre este asunto.
Si uno de sus amiguitos o sus primos se cayó y está llorando, se le invita a ayudarle a
levantarse y averiguar que le sucedió.
- Slaby y otros proponen también señalarle a los niños las similitudes entre las
personas. De esta forma se está propiciando la identificación con sus sentimientos e
ideas: “Cuando los niños ven a los otros como similares a ellos mismos en diversas
formas, pueden ser más propensos a predecir a las necesidades y las respuestas de los
otros”23. Señalan además las múltiples semejanzas que los mayores pueden mostrar a
sus hijos. “Los niños tienen muchas cosas en común: juegan, se sienten felices y tristes,
viven con familias, y así sucesivamente.”24...
construir proyectos con los demás y tenemos responsabilidades hacia ellos. De esta
forma, el niño(a) va logrando la capacidad de buscar no solamente lo que le satisface
sino también lo que aporta a bien común.
En consecuencia, el niño(a) requiere también comprender que los otros pueden tener
ideales, opiniones, puntos de vista y creencias diferentes a los suyos… y esto no los
hace peligrosos para él, ni justifica su discriminación. En otras palabras, el niño(a) debe
recibir “formación en la tolerancia”.
- Es conveniente que los padres reflexionen con el niño(a) sobre las diferencias entre
las personas y sobre la manera sana de enfrentarlas. Los padres deben, entonces, debatir
y construir con el niño(a) sobre el respeto hacia los géneros, las razas y grupos étnicos,
las religiones, las formas de vestir, de hablar, etc.
25
Numeral basado en el texto “La prevención temprana de la violencia”, capítulo 12: “Proporcionando
modelos de roles”, escrito por Ronald Slaby y otros, citado anteriormente, páginas 155 –163.
78
Por razones obvias, los padres constituyen modelos particularmente fuertes para sus
hijos. Esto se debe a que “los niños tienden a imitar a aquellos que perciben como
exitosos y a quienes tienen dominio sobre cosas que ellos desean”. La autoridad de los
padres sobre los hijos los hace ver como seres “poderosos” a quienes vale la pena
imitar.
Hay dos maneras muy específicas en las cuales los padres se convierten en modelos,
aún a su pesar:
Por un lado, los niños perciben constantemente sus actitudes, es decir, aquellos
comportamientos que repiten una y otra vez como un patrón. Por ejemplo, los padres se
pueden presentar como personas calmadas y optimistas día tras día o, por el contrario,
pueden actuar de manera malhumorada e impaciente. Se convierten, entonces, en
modelo de calma o de impaciencia.
Por otro lado, los niños encuentran en sus padres un ejemplo de valores o principios
que consideran dignos de seguir. Estos se manifiestan más claramente en sus palabras,
en sus afirmaciones y postulados. Por ejemplo, cuando los padres les explican que
deben esforzarse en hacer sus tareas y no hacer trampa en los exámenes, les están
transmitiendo los valores de la responsabilidad y la honestidad.
Desde esta perspectiva, es fundamental que los padres sean conscientes de la gran
influencia de su ejemplo y sus principios sobre los hijos. A partir del modelaje que los
niños perciben en sus padres pueden desarrollar actitudes de dos tipos:
En primer lugar, los niños pueden asimilar conductas agresivas de sus padres,
impartidas de manera no intencional o consciente por ellos. Por ejemplo, si el niño(a)
ve a sus padres regañando y gritándole a otros niños que se comportan mal, ellos son
propensos a ensayar modos similares de relacionarse con sus compañeros y amigos.
Algo análogo sucede cuando los padres utilizan de alguna manera el castigo físico: si
los niños lo ven estrujar, empujar o golpear a uno de sus hermanos o a ellos mismos con
el fin de someterlos, en algún momento pueden recurrir a las mismas estrategias cuando
deseen algo de sus pares. Consideran que si tal herramienta le funcionó a sus padres,
también les debe funcionar a ellos.
Algunos niños pequeños evidencian esta actitud ante el modelaje de los mayores de
manera muy clara: cuando se enojan con los adultos porque no acceden a sus
solicitudes, les repiten las expresiones o gritos que han escuchado en ellos, por ejemplo,
el niño(a) le dice a la mamá: “¡eres una grosera!”; “¡te voy a pelar!”
79
En segundo lugar, los niños pueden aprenden de sus padres actitudes sociales a partir
del ejemplo que les brindan: cuando ellos les hablan con calma, los escuchan con
serenidad y respeto y asumen una actitud amable en la cotidianidad, con sus actos les
están transmitiendo tales patrones de comportamiento.
Es esencial que los padres tengan esto en cuenta estos elementos, para evitar el
modelaje de actitudes agresivas ante el niño(a) y, por el contrario, cultivar el ejemplo
orientado a la convivencia pacífica y armoniosa.
En tercer lugar, los niños como grandes estrategas, “constantemente están mirando a los
otros en búsqueda de ejemplos de formas nuevas y mejoradas para manejar las
situaciones.26” En este sentido, aprenden de los demás cuales comportamientos son
exitosos en la relación con los otros y cuales no… y aplican los que encuentran
efectivos. Las implicaciones de esto son grandes:
“Cuando los niños observan que el comportamiento agresivo a menudo se permite que
ocurra y tiene éxito, ellos son propensos a incrementar su propio nivel de agresión o a
intentar la agresión por primera vez. De otra parte, cuando los niños observan que los
comportamientos asertivos y prosociales son usados regularmente y de manera exitosa
y que los comportamientos agresivos no, son más propensos a usar esos
comportamientos deseables al relacionarse con sus pares.”27
En otras palabras, si los niños perciben que en el hogar se utilizan conductas violentas
exitosamente para lograr algún objetivo, es altamente probable que progresivamente
asimilen este tipo de comportamientos también como su forma de vida.
Para los niños(as) el ejemplo de sus pares también tiene un gran impacto, debido a la
facilidad de identificarse con ellos y a la percepción de ellos como sus “iguales”. Por
tales razones, cuando el niño(a) presencia el comportamiento de sus contemporáneos
considera que este es viable y, según el contexto deseable. Por ejemplo, si un
compañero logra resultados por medio de la agresión, tal conducta se puede tornar
“digna de imitación” para el niño(a). Igualmente puede suceder si el contexto favorece
los comportamientos sociales, como la colaboración y la solidaridad.
Podemos enfatizar este importante aspecto en otros términos: los padres deben estar
alerta para no permitir que en su hogar sean aceptadas o premiadas formas de
comportamiento violentas entre los hermanos, o entre su hijo y sus amigos o primos.
Por el contrario, deben estar atentos a resaltar los modos de interacción sociales.
Es recomendable también debatir con el niño(a) sobre roles sociales que constituyen
modelos de convivencia civilizada, por ejemplo debatir sobre lo que hacen el cartero,
los trabajadores de un edificio en construcción, el conductor del bus, la enfermera y el
médico, etc. De este modo, se afianza la valoración de los modelos positivos.
Finalmente, es de utilidad que los padres enfaticen con sus palabras los ejemplos de los
niños válidos de imitación o situaciones ilustrativas, con el fin de potenciar las ventajas
del modelaje. Esto significa que los padres brinden expresiones como; “¡Mira! Susana
26
Slaby, Ronald y otros, op. Cit.pag. 155.
27
Slaby, Ronald y otros, op cit. Pag. 155.
80
En el numeral anterior, veíamos como los padres son “modelo” o ejemplo de conductas
y de valores para el niño(a). Sin embargo, el solo “modelaje” de los principios y
valores no es suficiente herramienta para cultivarlos en el hogar. Hay que combinar el
ejemplo con otra multiplicidad de estrategias para facilitar que el niño(a) los introyecte.
Recientemente, se ha vuelto moda en nuestro medio hablar sobre los valores y hacer
campañas para cultivarlos. Esto ha producido un efecto adverso: el tema se ha
devaluado en gran medida. Se ha agotado. El asunto se ha convertido en un concepto
un poco vacío. Sin embargo, vale la pena reivindicar este tópico. Tendríamos, entonces,
que preguntarnos: ¿Qué sentido tiene la enseñanza de los valores a los niños?
Los valores son una forma especialmente clara y accesible de construir con el niño(a)
esa formación ética: mientras hablar sobre la ética es percibido, en general, como algo
abstracto, reflexionar sobre los valores constituye algo concreto e íntimamente
relacionado con la cotidianidad.
Por otro lado, los padres pueden a través del cultivo de los valores proveer a sus hijos
de una ética integral, es decir, de un sistema de principios que les permita ubicarse
claramente no sólo respecto a la violencia, sino a la vida misma. Esto conllevaría a
reflexionar también sobre principios como la perseverancia, la fe en el futuro, el sentido
del estudio y del trabajo, etc.
Podríamos expresar esto en otras palabras: los padres tienen el potencial de construir
con sus hijos elementos para un “proyecto de vida”, es decir un sistema completo de
principios éticos. Éste, le permite al individuo reflexionar claramente acerca de sus
deseo, acerca de su futuro y comprometerse con la realización de sus aspiraciones. Por
ejemplo, si se logra concientizar al niño(a) del valor que del estudio para la realización
de sus sueños, ellos se van a comprometer con el estudio por voluntad propia.
81
Reflexionar sobre los principios, los valores y el proyecto de vida conduce a pensar
necesariamente sobre las consecuencias de nuestros actos actuales. Esto permite tener
conciencia de los efectos que podemos recoger eventualmente si nos comprometemos
en actividades destructivas.…o constructivas.
Hay varios elementos a tener en cuenta respecto al cultivo de los valores en el hogar:
-Es necesario hablar de ellos de manera explícita, es decir, nombrarlos de manera clara.
Según esto, es conveniente que los padres brinden expresiones concretas como; “la
solidaridad es necesaria. Solidaridad es apoyarnos cuando tenemos dificultades. Por
ejemplo, hoy cuando le ayudamos a Simón cuando se cayó fuimos solidarios”.
-Es importante crear escenarios para debatir sobre los valores y principios en el hogar.
Para ellos, se puede reflexionar sobre situaciones que se han presentado en el hogar, en
el colegio o a nivel social y revisar los valores practicados por las personas en tales
eventos. También puede igualmente debatirse sobre películas o cuentos analizando los
valores o antivalores de los personajes.
-Es imprescindible que los padres sean conscientes de que el cultivo de los valores es
un proceso: no puede esperar resultados inmediatos. A veces, el efecto de su labor se
percibe a las semanas, a veces a los meses o años.
b) Descripción de la sesión 8.
- Objetivos de la sesión:
Reflexionar con los participantes sobre la ética hogareña, sobre los principios y
valores, especialmente los orientados a la convivencia.
c)
SESIÓN 8 - ESQUEMA DE EJECUCIÓN
83
TALLER:
“LA ÉTICA FAMILIAR:
LOS PRINCIPIOS, LOS VALORES Y EL EJEMPLO”
- Metodología:
construir juntos ( propuestas, alternativas, respuestas e inquietudes
- sobre el tema)
- Normas:
a) Respetar orden de la palabra ( escuchar )
b) Respetar opiniones de los otros ( no hay que llegar a un acuerdo )
50 -- 100 min. -- Plenaria (Debate). Ver “bosquejo de focos probables”, pag. anterior.
- ¿Qué finalidad tiene reflexionar con los padres sobre la ética familiar?
84
- Los padres deben estar alerta para no permitir que en su hogar sean aceptadas o
premiadas formas de comportamiento violentas. Por el contrario, deben estar atentos
a resaltar los modos de interacción sociales.
- Reflexionar sobre los valores en el hogar aporta a las habilidades sociales, facilita
a los niños(as) construir una ética integral y definir un proyecto de vida.
SESIÓN 9:
TALLER:
“EL MANEJO DE LOS CONFLICTOS EN EL HOGAR”
a) Conceptualización.
Los padres tienen diversas alternativas para prevenir los conflictos en sus relaciones con
el niño(a). Nos hemos referido a algunas de ellas previamente, por ejemplo, el cultivo
de los valores de convivencia en la familia, la comunicación, un adecuado manejo de la
autoridad, una sana expresión de la afectividad y otras.
Los conflictos pueden desatarse por diversas razones: pueden ser el efecto de
diferencias de opinión, por ejemplo, el niño(a) quiere que se le permita compartir con
algún vecino que sus padres desaprueban. Pueden ser el resultado de divergencias sobre
la administración de bienes u objetos. Pueden ser causados por “explosiones afectivas”
producidas por alguna crisis en la familia. En tal caso, podría suceder que todos están
irascibles o susceptibles y ante cualquier evento insignificante, estalla el conflicto.
Vale la pena expresar esto en otros términos: los conflictos manejados adecuadamente
constituyen oportunidades para la familia avanzar en los valores de convivencia y
evolucionar hacia niveles de mayor desarrollo.
86
Por estas razones, es de gran relevancia reflexionar con los padres sobre estrategias para
el manejo de los conflictos.
Sin lugar a dudas, el efecto más notorio e inmediato de los conflictos es su potencial de
perturbación de los padres y el niño(a): éste produce inevitablemente emociones fuertes
y desbordadas. Ante tales sentimientos, se presenta la propensión a recurrir a la agresión
como forma de desahogarse o como alternativa de “presionar” hacia una resolución
forzada, tanto de parte del niño(a) como de los padres. Pensemos, por ejemplo, en los
padres o su hijo(a) claramente enojados ante una contrariedad, gritando o dando golpes.
Por este motivo, el primer paso ante los choques en el hogar tiene que ser “serenarse”.
La calma o la ira frecuentemente “circulan” y se retroalimentan en los momentos de
discusión acalorada. Por ejemplo, una persona enojada le grita a su interlocutor y éste le
responde con mayor enojo.
Si los padres reaccionan con serenidad ante el enojo del niño(a), ante sus discusiones o
reclamos, las posibilidades de que él (ella ) se comunique con calma se multiplican.
Esto, de entrada, facilita un abordaje amable y apacible del problema, lo cual propicia
una escucha ecuánime de ambas partes y la construcción de alternativas.
Hay varios elementos que los padres pueden tener en cuenta respecto a este punto:
Si el niño(a) es quien esta excesivamente perturbado ante el conflicto, los padres pueden
ayudarle a relajarse, compartiendo con el alguna de las técnicas propuestas u otras. De
esta manera, le estarán facilitando la construcción de opciones de manejo de su propia
afectividad.
A veces, el tiempo de enfriamiento es de gran utilidad para los padres dialogar acerca
del manejo probable que la van a dar al conflicto. Por ejemplo, pueden reflexionar
acerca de las causas de éste ( ¿por qué esta tan enojado el niño? ...¿Por qué les produce
tanta molestia la situación a ellos? ). O, pueden debatir acerca estrategias para manejar
el problema o aplicar sanciones ( ¿van a escuchar al niño primero? ...¿van a negociar? ...
¿qué sería negociable? ... ¿La sanción debe ser severa o moderada? ).
87
Es esencial que ante conflictos con el niño(a) los padres sean suficientemente pacientes
y tolerantes. Deben comprender que su desarrollo es un proceso y hay elementos que irá
integrando sólo de forma progresiva. En este sentido, deben modular sus expectativas a
la edad del menor.
De otra parte, es importante que los padres sean conscientes de que el niño(a) necesita la
oportunidad de equivocarse, sin ser reprimido ni estigmatizado por esta razón. Los
errores no constituyen una parte indeseable del proceso de formación. Por el contrario,
son inevitables y se pueden aprovechar como oportunidades de aprendizaje ( sin
promoverlos, obviamente). Parte importante del proceso de desarrollo del niño(a)
consiste en esto. Para lograrlo, los padres pueden “analizar” con el niño(a) sus errores y
observar “que lecciones aportan” para tener en cuenta en una próxima ocasión.
Finalmente, los padres deben estar atentos a revisar también sus propios planteamientos.
Podrían ser ellos quienes están errando por algún motivo y han estado atribuyendo al
niño(a) lo que no le pertenece. Por ejemplo, pueden haber estado cifrando en él (ella)
expectativas excesivas, pueden haber tomado decisiones que lo (la) afectan con
información insuficiente, pueden estar propiciando faltas debido a una administración
inadecuada del tiempo... ( Ver el numeral: “Autoridad, rutinas y espacio hogareño.” )
Además de serenarse, es primordial que ante el conflicto ambas partes hablen sobre lo
que les está sucediendo. La palabra tiene efectos de valor insuperable para el abordaje
de los conflictos: Por un lado, cuando las personas hablan sobre lo que las aqueja
(aquello que las enoja, las entristece, las confunde, etc. ), se desahogan. De esta manera,
se produce en ellas un alivio y se torna más fácil comunicarse y escucharse.
Por otro lado, cuando las personas hablan sobre lo que las inquieta, se logra mayor
claridad acerca de lo que está sucediendo. Por ejemplo, los padres se sienten
perturbados porque a el niño(a) le está yendo mal en la escuela. Si se sientan a hablar
sobre esto pueden dilucidar con mayor precisión lo que está pasando: ¿realmente le está
yendo mal en la escuela? ...¿Cómo se siente allí el niño(a)? ...¿Tiene algún problema
que no haya contado en su casa? ...
Hay que enfatizar aquí que cuando nos referimos al hablar no se trata de cualquier tipo
de palabras. Debe ser unas que conduzcan hacia la resolución de los conflictos, es decir,
palabras constructivas. Esto implica evitar las palabras violentas ( aquellas que hieren ),
o las que en lugar de facilitar la superación del conflicto lo recrudecen, como las ironías,
las indirectas, las cuentas pendientes que se recalcan una y otra vez.
88
Es importante en la familia hablar sobre los conflictos, sobre los aspectos negativos y
sobre lo que afecta a los padres y el niño(a) pero con miras a desahogarse sanamente y a
encontrar soluciones entre todos, no a quedarse “dándole vueltas al conflicto y al
resentimiento.”
Además de hablar de manera adecuada sobre los conflictos, se requiere que padres e
hijo(a) se escuchen. Para lograr este objetivo, pueden asumir turnos en los cuales cada
uno habla sin ser interrumpido por los otros. Además, debe ser una escucha sincera, es
decir, una escucha que tiene en cuenta los argumentos que los otros están expresando y
admite la posibilidad de que los otros tengan la razón, en mayor o menor medida.
A menudo, los padres sienten que el niño(a) no puede tener la razón, que son ellos
quienes portan el saber y la experiencia. En otros casos, piensan que si acceden a
solicitudes del niño(a) pierden autoridad. Ambas posturas son equivocadas. Por el
contrario, una autoridad que logra acuerdos y negociaciones con el niño(a) conservando
el límite adquiere mayor legitimidad, respeto y aceptación para él (ella).
Una estrategia que se sugiere para la escucha de los padres hacia el niño(a) en
momentos de conflicto se denomina “escucha reflectiva”28. Consiste en que los padres
estén repitiendo aquello que el niño(a) va diciendo a medida que lo expone, sin
rechazarlo ni censurarlo, como “reflejándolo”. Pueden ser las palabras literales o
interpretadas.
Este tipo de escucha le evidencia al niño(a) que está siendo realmente escuchado y
valorado, lo cual tiene efectos sobre el manejo de los conflictos. De otra parte, le facilita
al niño(a) percibir con mayor claridad sus argumentos y los padres evitan responder de
manera automática, sin calcular sus propios planteamientos.
28
(Cfr.) Dinkmeyer, Don y Gary d. McKay, El libro de los padres, American Guidance Service, Tercera
Edicion, 1989, EE. UU. Pag. 48.
89
antes mencionado: “Debe ser que Susana pensó que tu no querías ir.” (El niño necesita
enfrentar sus verdades, pero de la manera adecuada y con el apoyo conveniente de sus
padres.)
Por otro lado, la escucha reflectiva le permite a los padres ir articulando interrogantes
cada vez más profundos con base en lo que escuchan del niño(a) y le retornan. De este
modo, se da un esclarecimiento cada vez mayor del conflicto en cuestión.
Los comportamientos de los seres humanos no se presentan al azar. Existen razones que
los motivan. Las conductas agresivas en el niño(a) no son la excepción a esta situación.
Por eso, cuando él (ella) se este comportando de manera irregular, es conveniente que
los padres se interroguen y exploren sobre que puede estar sucediendo: a menudo, con
sus conductas violentas, el niño(a) está expresando algo que no ha sido capaz de
manifestar en palabras.
Las situaciones que pueden estar produciendo los comportamientos del niño(a) son
múltiples: puede tener dificultades en su colegio con sus compañeros o sus profesores y
se siente frustrado o confundido. Puede haber presenciado una escena traumática ( en su
escuela, en la casa de algún amigo ) de la cual no se ha atrevido a hablar y la cual lo
tiene impactado. Puede estar pasando por una crisis personal debido a su edad o su
evolución y ésta le produce enojo y temor...
Para detectar que le pueda estar aconteciendo al niño(a), los padres pueden observarlo y
comparar su conducta actual con la de otros momentos. Pueden también dialogar con él
(ella) de manera sincera y explorar sobre los comportamientos indeseados. Pueden
dialogar con los profesores del niño(a) para obtener mayor información sobre sus
conductas y reacciones en los últimos días. Si es necesario, pueden recurrir a personas
que les brinden asesoría: los profesores, el psicólogo de la escuela, el sacerdote de la
parroquia u otras personas.
A menudo, las conductas agresivas del niño(a) se deben a que no están recibiendo
suficiente atención de parte de sus padres o de los adultos de su familia. Los niños
necesitan que se les brinde atención. Cuando no logran obtenerla a través de
comportamientos positivos, de todos modos la consiguen recurriendo a conductas
negativas. Por ejemplo, un menor que no está recibiendo suficiente afecto y apoyo de
parte de sus padres, puede percibir que cada vez que hace un daño en el hogar o comete
alguna falta en el colegio, ellos están pendientes de él: le echan cantaleta por varios
días, lo están observando para que no haga más daños o mejore en sus estudios, etc.
La agresión es una de las formas más típicas en los niños para obtener atención
negativa. Slaby y sus compañeros lo expresan de manera bastante clara:
Lo que hemos planteado tiene grandes implicaciones en el hogar: cada vez que los
padres regañan fuertemente a su hijo(a) o le gritan, cada vez que lo sancionan
severamente, cada vez que pierden la paciencia ante él (ella) y él los ve correr agitados,
pueden estar promoviendo en é (ella) un patrón de atención negativa.
El problema es que es mucho más fácil prestarle atención a los actos negativos que a
los positivos. Es más probable que los padres sean claramente consciente de los
momentos en que su niño ha estado “necio” ( y se lo señalen ) que de aquellos
momentos en los que su hijo ha estado totalmente juicioso desempeñando sus labores.
…
Es particularmente importante que los padres estén atentos a los casos en los que las
infracciones del niño(a) son repetitivas, a pesar de sus advertencias y amonestaciones.
Aquí podría sospecharle una intención inconsciente de ser tenido en cuenta de parte del
niño(a) a través de ellas.
Las alternativas para brindar atención positiva son múltiples. Dentro de ellas podemos
incluir la valoración, el reconocimiento, el estímulo, el apoyo y el acompañamiento
hacia el niño(a), la clara sustentación de las normas y otras. ( Ver el numeral:
“Características de la autoridad constructiva y positiva”.)
29
Slaby, Ronald G. Y otros, Early Violence Prevention, tools for teachers of young children, National
Association for the education of young children, Washington, D.C. segunda edicion, 1996, capitulo:
"Responding in effective ways", pags. 59 - 81.
91
Hay casos en los cuales los comportamientos agresivos del niño(a) no se deben a las
razones mencionadas: no hay situaciones problemáticas que estén produciendo
frustración o enojo en él (ella); no le falta atención positiva de parte de sus padres; no
está en crisis. A veces, las conductas agresivas del niño(a) se deben simplemente a que
desconoce ciertos elementos de cortesía y de relaciones sociales que hacen que
“parezca grosero y agresivo”, sin que realmente esa sea su intención. Por ejemplo, si el
niño(a) se acerca a su primo y le arrebata un juguete sin mediar ninguna palabra, él
podría interpretar esto como una agresión: no le preguntó si podía cogerlo, no le ofreció
nada a cambio, no le dio las gracias...
Este comportamiento social inadecuado que se puede confundir con la agresión, es muy
factible en los niños(as) más pequeños ( 3 a 5 años de edad ), que aún están en los
niveles más tempranos de su proceso de socialización.
Podríamos expresarlo de otra forma: los niños(as) menores con frecuencia ignoran “los
protocolos y los procedimientos” implicados en las interacciones con los otros y, en
consecuencia, pueden “atropellar” a sus pares sin que ese sea su propósito o no tienen
las herramientas para expresar adecuadamente sus sentimientos y sus necesidades.
Ante la agresión del niño(a), vale la pena que los padres observen si esta situación
puede estarse presentando: ¿tal vez el niño(a) no sabe que gritar ferozmente produce un
efecto molesto en los demás? ...¿Quizá no comprende que cuando utiliza palabras
insultantes u obscenas causa un impacto negativo en los otros? ...¿Tal vez no ha
aprendido todavía a “hacer trueque” de juguetes con sus amiguitos o sus primos?...
Varios autores proponen una gama de “habilidades sociales”30 que es esencial que los
padres o profesores enseñen al niño(a), especialmente en las edades mencionadas.
(Hemos abordado la mayoría a través del texto, debido a su gran relevancia). Veamos
las principales:
1. Escuchar.
2. Pedir la palabra.
3. Interpretar adecuadamente los accidentes.
4. Captar los sentimientos del otro (empatía)
5. Ofrecer ayuda.
6. Conocer los propios sentimientos.
7. Expresar los propios sentimientos.
8. Compartir.
9. Aceptar “no” por respuesta.
12. Resolver un conflicto con otros.
13. Mostrar afecto.
14. Recompensarse uno mismo.
10. El autocontrol.
11. Relajarse
30
(Cfr.)McGinnis, Ellen y Arnold P. Goldstein, Skillstreaming in early childhood, Research Press, Illinois,
1990, 189 pags.
92
Las habilidades sociales se pueden enseñar por medio de varias estrategias, como las
siguientes:
Hay casos en los que, a pesar de agotar los padres todos los recursos disponibles, el
niño(a) comete infracciones significativas. En consecuencia, se hace necesario aplicar
sanciones. No hacerlo cuando es requerido, desvalora y desvirtúa la autoridad. No
aplicar sanciones cuan el niño(a) lo amerita, transmite el mensaje implícito de que está
permitido hacer lo que se desee, inclusive agredir y violentar a los demás y no
aparecerán límite ni consecuencias adversas. Como resultado, la conducta agresiva
tiende a instalarse como una opción “aceptable”.
Las sanciones que los padres pueden utilizar son diversas. Slaby y sus colegas
proponen llamarlas más bien “consecuencias” y no administrarlas como si fueran
sanciones. Se les debe quitar el matiz punitivo y manejarlas con ecuanimidad y
neutralidad ante el niño(a). Simplemente, son efectos que van a obtener si cometen una
infracción.
a) En primer lugar están las relacionadas con la infracción. Implican privar al niño(a)
de un recurso al que está accediendo de manera inadecuada. Por ejemplo, si le está
quitando el turno a alguien, puede ser enviado al último lugar de la fila. Si le ha quitado
un juguete a otro niño(a), puede quedarse sin este juguete por un tiempo mayor al
correspondiente ( 5 ó 10 minutos más sin él).
31
Numeral basado en el texto "Prevencion temprana de la violencia, Ronald Slaby y otros, capitulo:
"Respondiendo de forma efectiva. (Obra citada previamente). Slaby, Ronald y otros, op. Cit. Pags. 59-81.
93
Hay varias sugerencias que pueden tener en cuenta los padres, en el momento de aplicar
sanciones o consecuencias:
- Las sanciones deben aplicarse con serenidad. De esta manera se está evitando dar
atención negativa al niño(a). Si él percibe que con su conducta armó un “alboroto
enorme” y perturbó intensamente a sus padres, puede instalarse un patrón de atención
negativa. Además, con la calma también se evita que los padres impongan una sanción
excesiva. En caso de que los padres estén alterados, es mejor que esperan a serenarse
para sancionar.
- La sanción debe ser proporcional a la infracción. Cuando los padres aplican sanciones
excesivas al niño(a) ante su agresión, paradójicamente, el termina siendo “violentado”
por la respuesta abusiva de sus padres.
Por esta razón, es conveniente dialogar con el niño(a) sobre las sanciones y la
justificación de su aplicación. Esto se puede hacer en el momento en que haya pasado el
conflicto y haya calma. El niño(a) debe entender por qué razón lo que hizo es
inadecuado, cuales son los efectos de sus actos, qué pasaría si el continúa con ese tipo
de conducta...
Al aplicar esta sanción, se le dice serenamente al niño(a), por ejemplo, “está prohibido
que le quites los juguetes a los otros. Debes retirarte por 5 minutos”. (Se le puede
explicar cuanto tiempo es esto). Si es necesario se acompaña al niño hasta la zona del
“time-out”. Esta puede ser a un lado del área donde se está jugando. Nunca se debe
administrar el tiempo de retirada en un cuarto solo o cerrado.
- Las consecuencias ante las infracciones deben combinarse con una gama de opciones
de atención positiva ante los comportamientos adecuados que presente el niño(a)
durante el mismo tiempo: reconocimiento, estímulo, valoración, afecto, premios. De
esta forma se establece un "sistema de sanciones" que el niño va a enfrentar si comete
infracciones, simultáneamente a un "sistema de consecuencias positivas" que va a
obtener si su comportamiento es aceptable y adecuado.
Como efecto de estas dos vías, el niño(a) percibe que las consecuencias no ocurren al
azar o como un patrón persecutorio de los padres o mayores hacia el (ella). Es un
asunto de su relación con la realidad: si opta por comportamientos destructivos y
agresivos, tendrá efectos negativos, si decide actuar de manera constructiva y social,
tendrá resultados favorables.
b) Descripción de la sesión 9.
- Objetivos de la sesión:
Reflexionar con los participantes sobre los conflictos que se presentan entre
padres e hijos y la manera de enfrentarlos adecuadamente.
Debatir con los participantes sobre los conflictos que se le pueden presentar al
niño fuera de su hogar ( especialmente en su barrio ) y la manera de prepararlo
para manejarlos de manera apropiada.
c)
SESIÓN 9 - ESQUEMA DE EJECUCIÓN
TALLER:
“EL MANEJO DE LOS CONFLICTOS EN EL HOGAR”
- Metodología:
construir juntos ( propuestas, alternativas, respuestas e inquietudes
- sobre el tema)
- Normas:
a) Respetar orden de la palabra ( escuchar )
b) Respetar opiniones de los otros ( no hay que llegar a un acuerdo )
40 – 50 min. --- Se presentan los productos de los subgrupos. A medida que se van
- presentando, se pegan en la pared juntos, a modo de “mural”.
50 -- 100 min. -- Plenaria (Debate). Ver “bosquejo de focos probables”, pag. anterior.
.
97
- El primer paso ante los conflictos: “serenarse”. Si los padres reaccionan con
serenidad, las posibilidades de una buena comunicación se multiplican. Sugerencias:
- Los padres deben estar atentos a revisar sus propios planteamientos. Podrían ser
ellos quienes están errando y han estado atribuyendo al niño(a) lo que no le pertenece.
SESIÓN 10
a) Descripción de la sesión:
- Objetivos de la sesión:
- Áreas a explorar:
Explorar las estrategias usadas por la familia para enfrentar dichas situaciones.
99
- Sugerencias:
b)
SESIÓN 10 - ESQUEMA DE EJECUCIÓN
ENTREVISTA FAMILIAR
(EN CONSULTORIO)
Normas: