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Historia de la antropología, esquemas

Etnografía. Descubrimiento de América. Bernardino de Sahagún, el inca Garcilaso, etc. S. XVI

Los esquemas evolucionistas (períodos de salvajismo, barbarie y civilización, terna actualizada


en 1843 por G. Klemm, filósofo, para el evolucionismo naciente) se discutían desde el siglo XVI.
La idea de progreso humano es propia de la Ilustración, siglo XVIII, cuando se producen los
primeros intentos de sistematización de lo que se sabía sobre culturas extrañas (Diderot, Adam
Smith, Turgot, Montesquieu, el propio Rousseau, etc.) En este siglo François Péron, aventurero
en Tasmania, acuñó el término “antropología”. Hegel también divide el desarrollo histórico en
etapas. Todos estos aportes suponen prefiguraciones. La antropología en sentido estricto no se
configura hasta la segunda mitad del siglo XIX.

Evolucionismo. El evolucionismo era una idea que se venía discutiendo durante todo el siglo XIX
en la alta sociedad (sobre todo inglesa). Su formulación científica (en biología) no se produjo
hasta Darwin (1859). De este año es la “Antropología de los pueblos de la naturaleza”, del
antropólogo, de formación psicológica, Theodor Weitz, tal vez la primera aplicación
evolucionista a las comunidades humanas (aunque su evolucionismo no es “clásico”, sino que
postula diferencias en los desarrollos particulares de cada grupo humano). Los dos
evolucionistas considerados “padres” de la antropología son Tylor (obras importantes entre
1861 y 1881) y Morgan (éste último evolucionista más estricto por considerar el evolucionismo
unilineal -obras importantes: Ancient Society (1881) y su primer trabajo etnográfico, La liga de
los iroqueses, data de 1851). El esquema evolucionista de Morgan fue reabsorbido por Engels
en 1884 (evolucionismo marxista). Par esta sistematización también fueron importantes las
obras de Bachofen (Mutterrecht, 1861) y MacLennan (El matrimonio primitivo, 1865, 1876).
Westermarck también contribuyó a la crítica de los sistemas de parentesco, que es un tema
fundamental en esta tradición. Importa también el concepto de supervivencias, formas
culturales desfasadas que perviven. Hay que señalar que la aplicación del darwinismo a las
comunidades humanas (el llamado darwinismo social) no es producto de Darwin, como parece
colegirse por su nombre, sino que sus teorías son anteriores al darwinismo: Malthus y Spencer.
En la década de los 30-40 Boucher de Perthes fue, en Francia, el primero que propuso la
evolución de las sociedades en su conjunto.

Aunque la segunda mitad del siglo XIX está dominada por el evolucionismo en sus diversas
formas, también hubo investigadores que se declararon antievolucionistas. Destaquemos el
caso del gran viajero y explorador Adolf Bastian (y de su maestro, Rudolf Virchow).

La siguiente generación, la de los boasianos, que funda la antropología estadounidense de


cuatro campos, se enfrenta al evolucionismo fundamentalmente en lo referente a la disputa por
la generalización de los rasgos culturales. Los evolucionistas creían en la invención
independiente (en la medida en que iban entrando en diferentes etapas, los grupos humanos
inventaban independientemente los mismos contenidos culturales, y por eso aparecían
generalizados). Los boasianos, aunque no negaban la invención independiente, recalcaron la
posibilidad del difusionismo, o el préstamo de una cultura a otras de características culturales
(aunque también hubo difusionistas entre los evolucionistas más deterministas, como el caso
de Ratzel, fundador de la antropología geográfica, 1891, o, en cierto modo, el propio Tylor). La
labor de Boas fue ingente desde la última década del siglo XIX hasta la primera mitad del XX (de
1940 data su Race, Language and Culture; de 1911 es su The mind of the primitive man -también
conocido por Cuestiones fundamentales de antropología cultural). Entre los discípulos de Boas
están Margaret Mead, Ruth Benedict (estas dos últimas desarrollaron el enfoque conocido
habitualmente como “cultura y personalidad”, que tiende a relacionar las prácticas culturales
con la psicología de los individuos), Kroeber, Wissler, Herskovits, Radin, Sapir. A Mead y Benedict
a veces también se las engloba dentro de la denominación de “configuracionistas”.

Hay que decir que la boasiana o norteamericana no es la única escuela del período que va entre
el evolucionismo y el funcionalismo (finales del XIX y primeras décadas del XX), período que
suele llamarse de “historia cultural”. La escuela histórico-cultural alemana posterior a Graebner
tiene en Wissler, influido por el particularismo histórico de Boas, a una de sus principales figuras.
Destaca en Gran Bretaña (donde los principales investigadores del cambio de siglo habían sido
Haddon, Seligman y Rivers, fundador este último del difusionismo británico) la escuela
“hiperdifusionista” de Elliot Smith. Y en Francia se impone la tendencia de antropología
sociológica de Durkheim y su importante sucesor Marcel Mauss.

A los antropólogos decimonónicos anteriores a Malinowski se les suele llamar antropólogos de


salón o arm-chair anthropologists (antropólogos de poltrona) por ser meros teóricos que no
realizaban trabajos de campo (etnografía). Esto no es del todo cierto porque Morgan estudió en
profundidad a los iroqueses, Tylor a los indios puebla, Sumner Maine, otro evolucionista
(aunque no estricto), a los hindúes, Boas a los nativos americanos, etc. Es cierto, sin embargo,
que fue Malinowski quien hizo el primer estudio en profundidad de calado científico entre los
trobriandeses (Los argonautas del Pacífico occidental, 1922), fundando la escuela funcionalista
(aunque Malinowski atribuía a Émile Durkheim, iniciador de la escuela sociológica francesa, la
fundación del funcionalismo). Los pioneros trabajos de campo de Thurnwald también son
prefiguración del funcionalismo.

Se puede citar a figuras como Brown, Hutt o Meek como representantes de una “antropología
de la acción” que floreció en las últimas dos décadas del siglo XIX como requerimiento de las
potencias coloniales para la administración de sus gobiernos, sobre todo en África. Estos
investigadores estaban orientados a la solución de problemas de carácter práctico e inmediato.

El funcionalismo no busca tanto el origen o la causalidad de los rasgos sino su propia estructura
y, sobre todo, su función dentro de todo cultural. Se denomina funcionalismo estructural a los
antropólogos que, como Radcliffe Brown y Evans Pritchard (fundador, a partir de 1940, de la
antropología política), aportaron una visión más sistemática, “estructural”, al todo cultural. La
importancia de la noción de función dentro de un sistema parece dar a esta escuela
(funcionalismo llamado “panglosiano”) un cierto tono armonista que la llamada Escuela de
Manchester, con Victor Turner y Max Gluckman a la cabeza, rechazó, postulando más bien el
conflicto y los desajustes como nota común de todas las sociedades humanas. Con todo, puede
decirse que es con el funcionalismo cuando, en los años 20 y 30, la etnografía y la etnología
alcanzan su mayoría de edad y consolidan su estatus científico propio.

El funcionalismo de Malinowski suele denominarse, en contraposición al estructural-


funcionalismo, psicobiológico.

Robert Lowie es un evolucionista que recuperó el evolucionismo no unilineal a principios del XX.
El neoevolucionismo es la tendencia que retoman los antropólogos una vez finalizada la Segunda
Guerra Mundial, como reacción a la falta de interés por el desarrollo histórico y las causas de los
rasgos culturales que habían mostrado los investigadores de la primera mitad de siglo. Se
retoman los postulados decimonónicos evolucionistas del tipo de Morgan, aunque sea en su
vertiente no “unilineal” (sino “multilineal”). Leslie White (La evolución de la cultura) y Julien
Steward (Teoría del cambio cultural) son los más importantes. Igual que pasó con el
evolucionismo clásico y Engels, también estos autores tomaron un cierto compromiso con el
materialismo dialéctico y los postulados marxistas sobre la historia en sus obras teóricas. White
propuso una culturología como ciencia que estudia la cultura en sentido amplio y Steward acuñó
el término ecología cultural, hoy llamada antropología ecológica, que tiene en consideración las
variables ambientales en relación a las culturas humanas.

Teorías procesuales y de la toma de decisión. Individualismo metodológico.

Hay que estudiar los capítulos 1 (¿Qué es la antropología?), 2 (Cultura), 6 (Etnicidad y raza), 7
(Ganarse la vida) y 12 (Religión).

El capítulo 1 se complementa con la lectura del campus de 58 páginas “Pequeña historia del
nacimiento de una disciplina”. Los capítulos 2 y 6 se complementan con las lecturas del
campus virtual correspondientes al tema 3. El capítulo 7 se complementa con las lecturas del
campus virtual, tema 4. El capítulo 12 se complementa con la lectura del campus “Creencias,
valores y fiestas” (Tema 7 del campus).

Los temas sobre antropología política y colonialismo, que en nuestro libro de Kottak equivalen
a los capítulos 8 (Sistemas políticos) y 14 (El sistema mundial y el colonialismo), solamente hay
que estudiarlos de las lecturas del campus virtual, y corresponden al tema 6 (Antropología
política) y al tema 8 (Globalización y cultura).
Ecología cultural

La ecología cultural o antropología ecológica es una subdisciplina de la antropología fundada


por J. Steward en los años 30 y 40. Se ocupa de las formas en que las diferentes culturas
humanas se adaptan, transforman y son transformadas por el medio ambiente. Esta
adaptación fue caracterizada por Gould y Lewontin de tres formas: genotípica o darwiniana
(selección natural), fenotípica o fisiológica (cambios físicos que no afectan en el genotipo), y
cultural (aprendizaje, conducta). Se pueden asimismo destacar tres grandes enfoques: el
funcionalista, el del materialismo cultural, y los enfoques procesuales o de toma de decisiones
propios del individualismo metodológico. Es reseñable la teoría del forrajeo óptimo como
ejemplo de enfoque de la ecología cultural para comprender los comportamientos de
determinadas culturas forrajeras que tienden a optimizar sus recursos para ser más eficientes.
En este sentido, la ecología cultural está relacionada con la economía, aunque se trata de una
economía “ecológica”, diferenciándose de la economía clásica en su enfoque “ecológico”: se
defienden la preservación de los recursos naturales y los desastres que a largo plazo puede
acarrear la explotación de la naturaleza. La economía clásica se coordinaría con lo que
Aristóteles denominaba crematística (técnicas para aumentar las ganancias y conseguir
dinero), mientras que el enfoque económico-ecológico tendría más que ver con lo que
Aristóteles llamaba economía (administración de los bienes). Interesan desde esta perspectiva
los llamados “bienes comunales”, como bosques, ríos, dehesas, etc., que en realidad no son
comunales, porque una cosa son los bienes en sí y otra el régimen de derecho de propiedad
sobre ellos, que no suele ser comunal en sociedades desarrolladas.

Antropología política

La antropología política tiene varios precedentes en los estudios de los evolucionistas del XIX,
así como en las teorías del estado del antropólogo Robert Lowie en los años 20 y 30. Pero no
se puede hablar de antropología política propiamente dicha hasta la publicación de Meyer
Fortes y Evans-Pritchard de 1940 en que se enfocaban las sociedades africanas desde un punto
de vista estructural-funcionalista. Elman Service idea cuatro tipologías básicas para caracterizar
las sociedades preindustriales: bandas, tribus, jefaturas y estados. Los dos primeros son no
centralizados, los dos últimos centralizados. Las bandas son la ordenación general de las
sociedades paleolíticas y no muestran apreciación por la propiedad privada. Son nómadas y
forrajeros. Las tribus se diferencian de las bandas por su organización en “sodalidades
pantribales”, cuyos subgrupos se relacionaban entre sí por relaciones de parentesco u otras
formas de asociación. Jefeturas carismáticas fragmentadas y temporales. Las jefaturas cuentan
con un jefe carismático, generalmente fruto de la acumulación y redistribución de excedentes
económicos. Mayor complejidad y densidad demográfica. Jefe transitorio. El estado tiene un
gobierno totalmente legitimado (por la fuerza y por un orden legal) y está estratificado en
clases. No tiene subdivisiones políticas.

Ejemplos: Bosquimanos ¡kung (bandas), nuer (tribus), Dahomey (jefaturas), sumerios (estado).

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