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Evolucionismo. El evolucionismo era una idea que se venía discutiendo durante todo el siglo XIX
en la alta sociedad (sobre todo inglesa). Su formulación científica (en biología) no se produjo
hasta Darwin (1859). De este año es la “Antropología de los pueblos de la naturaleza”, del
antropólogo, de formación psicológica, Theodor Weitz, tal vez la primera aplicación
evolucionista a las comunidades humanas (aunque su evolucionismo no es “clásico”, sino que
postula diferencias en los desarrollos particulares de cada grupo humano). Los dos
evolucionistas considerados “padres” de la antropología son Tylor (obras importantes entre
1861 y 1881) y Morgan (éste último evolucionista más estricto por considerar el evolucionismo
unilineal -obras importantes: Ancient Society (1881) y su primer trabajo etnográfico, La liga de
los iroqueses, data de 1851). El esquema evolucionista de Morgan fue reabsorbido por Engels
en 1884 (evolucionismo marxista). Par esta sistematización también fueron importantes las
obras de Bachofen (Mutterrecht, 1861) y MacLennan (El matrimonio primitivo, 1865, 1876).
Westermarck también contribuyó a la crítica de los sistemas de parentesco, que es un tema
fundamental en esta tradición. Importa también el concepto de supervivencias, formas
culturales desfasadas que perviven. Hay que señalar que la aplicación del darwinismo a las
comunidades humanas (el llamado darwinismo social) no es producto de Darwin, como parece
colegirse por su nombre, sino que sus teorías son anteriores al darwinismo: Malthus y Spencer.
En la década de los 30-40 Boucher de Perthes fue, en Francia, el primero que propuso la
evolución de las sociedades en su conjunto.
Aunque la segunda mitad del siglo XIX está dominada por el evolucionismo en sus diversas
formas, también hubo investigadores que se declararon antievolucionistas. Destaquemos el
caso del gran viajero y explorador Adolf Bastian (y de su maestro, Rudolf Virchow).
Hay que decir que la boasiana o norteamericana no es la única escuela del período que va entre
el evolucionismo y el funcionalismo (finales del XIX y primeras décadas del XX), período que
suele llamarse de “historia cultural”. La escuela histórico-cultural alemana posterior a Graebner
tiene en Wissler, influido por el particularismo histórico de Boas, a una de sus principales figuras.
Destaca en Gran Bretaña (donde los principales investigadores del cambio de siglo habían sido
Haddon, Seligman y Rivers, fundador este último del difusionismo británico) la escuela
“hiperdifusionista” de Elliot Smith. Y en Francia se impone la tendencia de antropología
sociológica de Durkheim y su importante sucesor Marcel Mauss.
Se puede citar a figuras como Brown, Hutt o Meek como representantes de una “antropología
de la acción” que floreció en las últimas dos décadas del siglo XIX como requerimiento de las
potencias coloniales para la administración de sus gobiernos, sobre todo en África. Estos
investigadores estaban orientados a la solución de problemas de carácter práctico e inmediato.
El funcionalismo no busca tanto el origen o la causalidad de los rasgos sino su propia estructura
y, sobre todo, su función dentro de todo cultural. Se denomina funcionalismo estructural a los
antropólogos que, como Radcliffe Brown y Evans Pritchard (fundador, a partir de 1940, de la
antropología política), aportaron una visión más sistemática, “estructural”, al todo cultural. La
importancia de la noción de función dentro de un sistema parece dar a esta escuela
(funcionalismo llamado “panglosiano”) un cierto tono armonista que la llamada Escuela de
Manchester, con Victor Turner y Max Gluckman a la cabeza, rechazó, postulando más bien el
conflicto y los desajustes como nota común de todas las sociedades humanas. Con todo, puede
decirse que es con el funcionalismo cuando, en los años 20 y 30, la etnografía y la etnología
alcanzan su mayoría de edad y consolidan su estatus científico propio.
Robert Lowie es un evolucionista que recuperó el evolucionismo no unilineal a principios del XX.
El neoevolucionismo es la tendencia que retoman los antropólogos una vez finalizada la Segunda
Guerra Mundial, como reacción a la falta de interés por el desarrollo histórico y las causas de los
rasgos culturales que habían mostrado los investigadores de la primera mitad de siglo. Se
retoman los postulados decimonónicos evolucionistas del tipo de Morgan, aunque sea en su
vertiente no “unilineal” (sino “multilineal”). Leslie White (La evolución de la cultura) y Julien
Steward (Teoría del cambio cultural) son los más importantes. Igual que pasó con el
evolucionismo clásico y Engels, también estos autores tomaron un cierto compromiso con el
materialismo dialéctico y los postulados marxistas sobre la historia en sus obras teóricas. White
propuso una culturología como ciencia que estudia la cultura en sentido amplio y Steward acuñó
el término ecología cultural, hoy llamada antropología ecológica, que tiene en consideración las
variables ambientales en relación a las culturas humanas.
Hay que estudiar los capítulos 1 (¿Qué es la antropología?), 2 (Cultura), 6 (Etnicidad y raza), 7
(Ganarse la vida) y 12 (Religión).
El capítulo 1 se complementa con la lectura del campus de 58 páginas “Pequeña historia del
nacimiento de una disciplina”. Los capítulos 2 y 6 se complementan con las lecturas del
campus virtual correspondientes al tema 3. El capítulo 7 se complementa con las lecturas del
campus virtual, tema 4. El capítulo 12 se complementa con la lectura del campus “Creencias,
valores y fiestas” (Tema 7 del campus).
Los temas sobre antropología política y colonialismo, que en nuestro libro de Kottak equivalen
a los capítulos 8 (Sistemas políticos) y 14 (El sistema mundial y el colonialismo), solamente hay
que estudiarlos de las lecturas del campus virtual, y corresponden al tema 6 (Antropología
política) y al tema 8 (Globalización y cultura).
Ecología cultural
Antropología política
La antropología política tiene varios precedentes en los estudios de los evolucionistas del XIX,
así como en las teorías del estado del antropólogo Robert Lowie en los años 20 y 30. Pero no
se puede hablar de antropología política propiamente dicha hasta la publicación de Meyer
Fortes y Evans-Pritchard de 1940 en que se enfocaban las sociedades africanas desde un punto
de vista estructural-funcionalista. Elman Service idea cuatro tipologías básicas para caracterizar
las sociedades preindustriales: bandas, tribus, jefaturas y estados. Los dos primeros son no
centralizados, los dos últimos centralizados. Las bandas son la ordenación general de las
sociedades paleolíticas y no muestran apreciación por la propiedad privada. Son nómadas y
forrajeros. Las tribus se diferencian de las bandas por su organización en “sodalidades
pantribales”, cuyos subgrupos se relacionaban entre sí por relaciones de parentesco u otras
formas de asociación. Jefeturas carismáticas fragmentadas y temporales. Las jefaturas cuentan
con un jefe carismático, generalmente fruto de la acumulación y redistribución de excedentes
económicos. Mayor complejidad y densidad demográfica. Jefe transitorio. El estado tiene un
gobierno totalmente legitimado (por la fuerza y por un orden legal) y está estratificado en
clases. No tiene subdivisiones políticas.
Ejemplos: Bosquimanos ¡kung (bandas), nuer (tribus), Dahomey (jefaturas), sumerios (estado).