Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
La huella de carbono se conoce como «la totalidad de GEI emitidos por efecto
directo o indirecto de un individuo, organización, evento o producto». Para medir
este impacto ambiental se lleva a cabo un inventario de emisiones de GEI o
un análisis de ciclo de vida según la tipología de huella, siguiendo normativas
internacionales reconocidas. Una vez conocida huella, es posible implementar
una estrategia de reducción y/o compensación de emisiones, a través de
diferentes actuaciones.
El concreto es el material de construcción más empleado en el mundo, y tras el
agua, es el producto más consumido del planeta. Cada año, la industria del
hormigón emplea 1.6 billones de toneladas de cemento, 10 billones de toneladas
de roca y arena y un billón de toneladas de agua. Cada tonelada de cemento,
requiere 1.5 toneladas de roca caliza, así como del consumo de combustibles
fósiles, con un coste ambiental de 1 toneladas de CO2 emitida por cada tonelada
de cemento producida. Debido a este alto coste ambiental, las cementeras están
ajustando los procesos de fabricación para reducir y compensar las emisiones,
instalando superficies de carbonatación en las chimeneas, o mediante algas que
se alimentan de humos ricos en Dióxido de Carbono.