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PRUEBA DIGITAL
Cómo
VALIDA COMO PRUEBA DE COLOR
EXCEPTO TINTAS DIRECTAS, STAMPINGS, ETC.
OTROS TÍTULOS PUBLICADOS ¿Qué hace que los niños daneses –y sus padres–
criar
Lucha por alcanzar tus metas Este libro, pionero en su género, muestra seis pautas
básicas que cualquier padre y madre pueden
Miguel Ángel Vergara y José María Bea, poner en práctica con sus hijos y que se encierran
Consigue una memoria de elefante bajo las letras de E-D-U-C-A-R:
SELLO ESPASA
COLECCIÓN
FORMATO 15 X 23mm
Fernando Alberca, Cómo entrenar Iben Dissing Sandahl es coacher, escritora
Enseñarles a jugar RUSTICA SOLAPAS
niños
a su dragón interior y psicoterapeuta, con su propio consultorio
Definir la autenticidad privado en las afueras de Copenhague. SERVICIO
Miguel Delibes de Castro Utilizar la redefinición para mejorar Se especializa en el asesoramiento de familias
y Adolfo Gómez Papí, Pequeño mamífero y niños. Originalmente formada como profesora,
Crear empatía trabajó durante diez años en el sistema escolar CARACTERÍSTICAS
felices
narrativa. Apasionada por su trabajo, colabora IMPRESIÓN 4/0 pantone 801 (azul)+pantone
para potenciar la inteligencia
Reforzar la unión y el hygge 805+pantone 7500 (beige)+negro
regularmente en revistas, periódicos y la radio -
nacional danesa para dar su opinión experta.
Carlos González, Creciendo juntos La psicoterapeuta danesa Iben D. Sandahl y la columnista Está casada y es madre de Ida y Julie.
estadounidense Jessica J. Alexander nos revelan el secreto PAPEL -
El método danés
para desarrollar la autoestima
y el talento de nuestros hijos
Preimpresión: Safekat, S. L.
El papel utilizado para la impresión de este libro es cien por cien libro de
cloro y está clasificado como papel ecológico.
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Prólogo a la edición actualizada . . . . . . . . . . . . . . . .11
Agradecimientos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 203
Notas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 205
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Reconociendo nuestra
configuración de fábrica
27
Examinando nuestra
configuración de fábrica
El otro día, Jessica estaba en la ciudad con su hijo de
casi tres años. Él iba montado en una bicicleta sin peda-
les y empezó a empujarse hacia una calle, a pesar de que
ella le pedía a gritos que se detuviera. Corrió detrás
de él frenéticamente, lo tomó con fuerza del brazo y lo
sacudió; estaba furiosa, asustada y a punto de gritarle:
«¡Más vale que te detengas la próxima vez que te lo
pida!». Jessica pudo ver cómo el niño estaba a punto
de llorar de miedo; entonces tuvo que reunir todas
sus fuerzas para observar el momento desde fuera y
darse cuenta de lo que estaba haciendo. Buscó en su
mente otra manera de lidiar con la situación y, mi-
lagrosamente, ahí se encontraba la respuesta. Se de-
tuvo, respiró profundamente y se arrodilló para estar
a la altura de su hijo. Con voz preocupada pero tran-
quila, le dijo: «¿Quieres sentir auuu? ¡Mamá no quiere
que sientas auuu! ¿Ves esos coches?». Ella señaló los
coches y él asintió. «¡Los coches hacen que Sebastián
sienta auuu!». Él asintió, la escuchó y después repitió:
«Coches. ¡Auuu!».