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Derecho al idioma

Manuel Bermúdez Tapia (*)

1. EL IDIOMA EN EL PERÚ.

Delimitando conceptualmente nuestro mapa lingüístico


podemos afirmar que el Perú es un país bilingüe o
multilingüe mediano (por sus características geográficas y
socioculturales) cuyo efecto lingüístico en la población
será dinámico, porque cada día hay más vernáculo hablantes
que se convierten en bilingües (evidentemente la segunda
lengua es el castellano) generando como consecuencia un
problema de diglosia1, conflicto y superposición entre los
idiomas en contacto.

Existen por lo menos catorce grupos idiomáticos2, que


comprenden varios idiomas; once grupos idiomáticos
comprenden sólo idiomas zonales y se ubican en la amazonía
(de manera casi exclusiva), dos grupos idiomáticos
comprenden idiomas regionales (una de ellas nacional) y se
ubican en la región andina (sobre todo) y el tercer grupo
idiomático que comprende sólo un idioma que también es
nacional, tiene como radio de difusión sobre todo zonas
urbanas. De todo este conjunto de idiomas y dialectos
llegamos a una cifra calculada en 108, doce de ellas sin
referencias de su vigencia o extinción. 3

Sobre este punto es necesario indicar la condición de


nuestra sociedad respecto del idioma hablado; nuestra
sociedad presenta características que se relacionan con el
medio ambiente donde habitan. Si se sigue con atención los
resultados del último censo de la Nación, se puede llegar a
una confusión sobre la característica zonal de diglosia o
poliglosía, para lo cual es necesario indicar que las
siguientes referencias no implican que las ciudades tengan
como condición exclusiva una característica asignada. Así
se puede señalar que las zonas urbanas presentan índices

1 Diglosia significa que en toda situación de coexistencia de dos


idiomas se produce un desequilibrio a favor de una de ellas, lo que
permite calificar a una de cómo “lengua fuerte” y a la otra como
“lengua débil”
2 Según Juan Carlos Godenzzi, Elizabeth Flores y Eliana Ramírez
tomando como base a Inés Pozzi-Escot existen 18 grupos lingüísticos,
16 están en la amazonía, 2 en la sierra y el 19 es el castellano. En:
Quiero Tomar la Palabra. Documento Base. II Conferencia Nacional de
Educación de las niñas rurales. Lima 28-29 Setiembre del 2000. Pp 45-
48
3 Lenguas en el Perú.
http://wwww.sil.org/ethnologue/countries/Perú.html.
elevados de unilingüalidad, como ocurre en los
departamentos de Piura, La Libertad, e Ica en caso de la
costa y Cajamarca, Loreto (Iquitos) y San Martín
(Moyobamba) en zonas andinas y amazónicas.4 Frente a los
casos de bilingüismo (Cuzco y Tacna) y multilinguismo.
(Puno) 5

2. LOS DERECHOS LINGÜÍSTICOS EN EL PERÚ.

Frente a este mapa descrito, debemos partir por una


interrogante: Si tenemos más de 100 idiomas y dialectos
¿existe alguna vinculación y/o relación entre el Derecho y
el Idioma en nuestro país?. La pregunta tiene dos
respuestas; una de ellas conduce a una legislación
pertinente que tiene antecedentes históricos que vienen
desde la época del General Velasco Alvarado seguido por las
Constituciones de 1979 y 1993. Y en la otra cara de la
moneda se observa un abandono material de parte del Derecho
y del Sistema Jurídico peruano sobre el tema idiomático. Y
estas dos respuestas no deben desconcertarnos, si no ha
existido una política sociocultural coherente en nuestra
historia republicana, ¿porque a los legisladores actuales
entonces les interesaría tal tema?

Craso error. Entre tantos errores de los legisladores


y políticos en general respecto del Tema idiomático en el
Perú, debemos partir por comprender primero que los
Derechos Culturales se encuentran inmersos en estos temas,
y por consiguiente algunos Derechos Sociales, Económicos y
Políticos se encuentran directamente ligados. Entonces si
analizamos observaremos una madeja que a nuestro criterio
tiene varios hilos y uno de ellos es materia de este
artículo.

Dada esta perspectiva comenzaremos a desarrollar el


tema de los Derechos Lingüísticos en el Perú, para ello es
útil darle al lector unas pautas necesarias para encontrar
eco en la lectura.

2.1. Naturaleza Jurídica.

La naturaleza jurídica de los Derechos Lingüísticos


debe ser clasificada de acuerdo a las características

4 El castellano tiene estos índices en dichos departamentos según el


Censo de 1993: 99.6%, 99.3%, 93.0%, 98.7%,94.4% y 96.8%
respectivamente.
5 En Cuzco la proporción por idioma es: 35% Castellano hablante, 63.7%
quechua hablante, en Tacna el 75.4% es castellano hablante, el 21%
habla el aymará. El multilingüismo al grado máximo lo encontramos en
Puno, donde el 23.5% habla el castellano, el 43.5% el quechua y el 33%
habla el aymará.
naturales de la misma, es decir tomando en consideración
que el idioma actúa tanto como un medio de expresión como
un medio de comunicación.

Como medio de expresión vemos que los derechos a opinar


y el derecho al idioma forman parte de los Derechos
Humanos fundamentales de la persona, al igual que el
derecho a la libertad de conciencia, religión, creencia u
opinión, ya que éstos se consideran atributos naturales de
todo individuo. Cuando se refieren a la función de
comunicación que tiene el idioma, los Derechos Lingüísticos
pierden su carácter absoluto, de Derechos Fundamentales y
se asocian más bien con la categoría de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales, que tienen que ser
creados por iniciativa del Estado.6

Desarrollando el concepto de los Derechos Lingüísticos,


observamos una clasificación:

a. El derecho a utilizar la lengua materna en las


actividades de la administración, en las actividades
sociales tanto a nivel oficial como informal, a
utilizarlo en el centro de trabajo, en el centro de
estudio, etc.

b. El derecho a no ser discriminado por el empleo de


una lengua diferente a la oficial u otra nacional y a no
ser discriminado por el desconocimiento del idioma
oficial más extendido.

Conceptos que desarrollados bajo una perspectiva


7
rawlsiana sobre los principios de justicia (aplicados en
nuestro caso con relación al idioma), se puede llegar a la
conclusión:

1. Que cada persona debe tener un derecho igual al


más extenso sistema total de libertades básicas
compatibles con un sistema similar de libertad para
todos, que le permitirá emplear en la medida de sus
posibilidades su propio idioma.

2. Que la existencia de una desigualdad entre niveles


de oficialidad entre los idiomas en el Perú, debe
resolverse estructurando un sistema que permita:

6 Hamel, Rainer Enrique. Derechos lingüísticos como Derechos Humanos:


debates y perspectivas. Pp 14-15. En: Alteridades. Año 5, Vol. 10,
1995.
7 Hernando Nieto, Eduardo. Pensando peligrosamente: El pensamiento
reaccionario y los dilemas de la democracia deliberativa. Lima: PUCP,
2000. Pp 208
a. La concesión y aplicación de mayores beneficios a
favor de las lenguas vernáculas, materializadas en
programas educativos y políticas lingüísticas.

b. El mayor acceso posible a los vernáculo hablantes


monolingües a los servicios brindados por el Estado,
permitiendo mejores condiciones de equiparación de
derechos y deberes entre todos los ciudadanos peruanos.

3. EL DERECHO A LA EDUCACIÓN Y EL IDIOMA.

Por Derecho a la Educación, debemos entender que este


es un derecho natural, refiriéndonos aquí al derecho
emergente de mandato de poder publico como expresión de
fuerza social, procurando dejar establecido que el Estado
efectivamente reconoce un derecho individual al ciudadano.
Ante tal concepción, algunos investigadores señalan que se
debe valorar la importancia que tiene un proceso educativo
para un grupo humano, razón suficiente para considerar el
derecho a la Educación como un Derecho Humano o un
empowerment right, un derecho que da acceso a los otros
derechos.8 Francisco Eguiguren tienen una opinión contraria
al señalar que este derecho no está en una igualdad
material respecto de otros derechos, por ejemplo con el
derecho a la vida; porque este derecho ha surgido
respondiendo a contextos históricos diferentes y a
concepciones ideo-políticas diversas9.

Sobre este tema el autor considera que se puede hacer


una nueva interpretación de los Derechos Humanos sobre la
base de desligar la identificación de estos derechos a los
valores occidentales y de la clasificación en generaciones,
de donde se puede indicar que el derecho a la educación, el
derecho al idioma (en particular el poder hablar la lengua
materna), el derecho a mantener una identidad cultural, a
gozar de un ambiente socio-político que respete las
diferentes manifestaciones culturales pueden formar parte
de un derecho singular como lo es el “derecho al
desarrollo”10 descrito por Jorge Santisteban de Noriega y
Juan Alvarez Vita dentro de una tercera generación de
Derechos Humanos por ser elementos necesarios para la
culminación de este.

8 Fernández, Alfred. Educación, cultura y libertad. Pp 109. En:


Política Internacional. Revista de la Academia Diplomática del Perú.
N° 54. Octubre-Diciembre 1998. Pp 259
9 Razón tiene Francisco Eguiguren al hacer estas afirmaciones y el
mejor ejemplo es que en la Constitución Política de 1993, no esta
expresamente incluido el derecho a la Educación
10 Santisteban de Noriega, Jorge. Ideales y realidades de la
Declaración Universal de los Derechos Humanos. Pp 161. En: Cátedra.
Mayo 1999. Año III, N° 4.
En tal sentido la sola condición de ser un individuo
sujeto de derechos, le otorga a este la calidad de ser
beneficiario de un conjunto de derechos que puedan hacer
efectivo un “nuevo derecho”11, lo que implicará una
igualdad material y no simbólica de derechos para todos los
ciudadanos de un Estado.

Así como la Educación es entendida como un derecho por


parte de los ciudadanos exigible ante el Estado, por el
otro lado también recibe la calificación de servicio
público por parte del Estado en su relación con sus
ciudadanos. En tal sentido la Educación presenta dos
momentos históricos marcados en su prestación por parte del
Estado; en un principio este se sentía obligado a
impartirla debido a que era concebido dentro de sus
políticas sociales, para satisfacer el derecho a la
Educación de su población. En la actualidad pasa por un
segundo momento, al ser considerada un servicio social, que
puede ser brindado por particulares, sin excluir la labor
del Estado central. Las condiciones económicas de cada
Estado influyen en tal sentido en esta etapa.

En el fondo de la presente temática yace el principio


de que todo ser humano debe tener a la Educación como la
garantía social para poder realizarse como persona, de
lograr formarse una identidad personal, cultural, que en el
futuro se podrá traducir en el plano político al lograr el
pleno ejercicio de la ciudadanía. Y es este debería ser el
objetivo de las políticas sociales en materia de educación.

La Educación al igual que la cultura, no sólo


representa un interés individual, sino más allá de este
importa a la sociedad en general, constituyéndose en un
interés social sustancial para la organización política,
que lo convierte en interés público. Este equilibrio de
intereses es el que le corresponde al Derecho delimitar y
es fundamento de los diversos aspectos que abordaremos,
teniéndose en cuenta que:

"El debilitamiento generalizado de los


derechos (individuales y colectivos) en las
diversas sociedades del mundo tiene como base el
debilitamiento de sus titulares” 12

11 Alvarez Vita, Juan. De la Declaración Universal de Derechos Humanos


a la globalización. Medio siglo de camino. (1948-1998). Pp 178. En:
Cátedra. Mayo 1999. Año III, N° 4.
12 Perú: Enfrentando un mar de pobreza y exclusión social. Los
Derechos Económicos, Sociales y Culturales. Lima: CEDAL-APRODEH, 1998.
Pp 8
El individuo será el sujeto núcleo de la actividad
educativa, la sociedad asumirá el derecho de exigir que los
sistemas educativos respeten la pluralidad que emerge de
determinadas condiciones históricas, ecológicas y de
conciencia correspondiendo al Estado definir los modelos
educativos creando situaciones jurídicas concretas como la
asunción de tareas de realización educacional, de
promoción y de vigilancia, observando los derechos del
individuo y de la sociedad.

La Constitución peruana de 1993 recorta la declaración


del Derecho a la Educación y utiliza formulas recortadas
con respecto a la Constitución de 1979, la cual declara de
modo franco y abierto que el "derecho a la Educación y a la
cultura es inherente a la persona humana"(art. 21);
mientras que aquella, mutilando la primera parte del
articulo citado, se introduce con la declaración que "la
Educación tiene como finalidad el desarrollo integral de la
persona humana", recogiendo el derecho a la cultura en el
inc. 19 del art. 2°.

La Constitución de 1979 expresamente establecía el


derecho a la educación; en la Constitución de 1993, tal
afirmación no fue recogida, la conducta del legislador no
se comprende en este aspecto. Frente a tal hecho hay que
mencionar nuevamente a la ley N° 27337, donde en el art.
14° se supera la deficiencia acotada anteriormente: El
niño y el adolescente tienen derecho a la educación.
Asimismo el Derecho a la Educación está incorporado al
Derecho nacional, por cuanto el Estado Peruano es
signatario de diversos Convenios e Instrumentos
Internacionales.

El derecho a gozar de una identidad cultural en el


ámbito jurídico nacional también se encuentra protegido
constitucionalmente porque la Constitución establece que el
educando tiene derecho a una formación que respete la
pluralidad étnica y cultural de la Nación (Artículo 2°
inc.19)

De lo expuesto podemos concluir que el derecho de


Educación como un derecho individual esta incorporado en el
ordenamiento jurídico peruano, en toda su extensión, tanto
como el derecho a la educación, con carácter de derecho
social que sustenta al primero; pero en ambos extremos con
naturaleza de derechos fundamentales, apartándose de la
consideración de ser una simple prestación de un servicio
público.

El gran problema de estas normas imperativas para el


Estado es que la Educación ya no es un servicio en un orden
de preferencias prioritario, lo cual explica por qué son
concebidas desde un aspecto cuantitativo, sin tener en
cuenta los aspectos cualitativos de un Proceso Educativo de
un determinado Sistema Educativo.

Dado este análisis sobre la Educación, para nuestro


interés consideramos que siendo un derecho gozar del acceso
a los servicios educativos, es importante también la
calidad de este acceso, el cual debe estar diseñado de
acuerdo a las características del educando. Entonces la
Educación debe servir para garantizar los derechos
culturales del educando (idioma, identidad étnica,
cultural) así como servirle de instrumento para el acceso a
una mejor calidad de vida. Como paso primero entonces los
servicios educativos deben tener en consideración la
heterogeneidad del alumnado y a partir de este momento
diseñar estrategias para promover y fortalecer los
elementos culturales del alumnado, puesto de lo contrario a
nivel jurídico no se garantizarían ninguno de los derechos
mencionados y a nivel social, el problema cultural se
incrementará.

Entonces si un vernáculo hablante accede a los


servicios educativos, esta institución debe brindarle
primero una educación en su idioma, para luego inculcarle
sus métodos de enseñanza tradicional.

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