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Levine y Molina – Calidad de la democracia

A medida en que la democracias en AL han sido más duraderas, el foco de las investigaciones se ha
movido desde la “transición” y la “consolidación” hacia el interés por la calidad democrática.

La calidad democrática no tiene que ver con los resultados o la efectividad del gobierno, sino que
tiene que ver con la forma en que se llega al poder. Un gobierno democrático puede producir malos
resultados y no dejar de ser democrático. La calidad de la democracia depende del funcionamiento de
los procesos mediante los cuales la población selecciona y controla a sus gobernantes.

La legitimidad democrática es el piso mínimo sobre el que opera el análisis de calidad de la


democracia. Ésta descansa en un pacto tácito entre ciudadanos y gobernantes.

Los autores establecen una conceptualización procedimental de la democracia.

Cinco dimensiones de la calidad democrática:

1. Decisión electoral informada

La calidad de la democracia viene dada por la medida en que los ciudadanos participan
informadamente en procesos de votación libres, imparciales y frecuentes; influyen en la toma de
decisiones políticas; y exigen responsabilidad a los gobernantes, y por la medida en que éstos últimos
son quienes efectivamente toman las decisiones y lo hacen respondiendo a la voluntad popular.

La calidad de la democracia depende directamente de la medida en que los ciudadanos alcancen el


mayor y más igualitario nivel de información posible, lo que Dahl denomina enlightened
understanding (comprensión ilustrada) → Aspecto de igualdad que va más allá de los requisitos
procesales mínimos.

2. Participación

A mayor participación, mayor probabilidad de que el gobierno y sus decisiones representen la voluntad
de los ciudadanos. La calidad de la democracia se ve influida por el nivel de participación ciudadana en
la vida política, tanto en toma de decisiones, como en las organizaciones partidarias y sociales.
También son importantes las instancias que existan de participación.

3. Responsabilidad (Accountability)

Esta dimensión dirige la atención hacia mecanismos sociales e institucionales que someten a los
funcionarios públicos (elegidos o no) a rendición de cuentas y posible sanción. La responsabilidad
puede ser:
 Formal: Se encuentra institucionalizada en leyes y normas administrativas.
 Informal (o responsabilidad social, societal accountability): Se entiende en términos
de la acción de los movimientos sociales dirigida a movilizar la opinión para ejercer
presión pública para que se juzgue y sanciones a funcionarios, que puede o no llevar
finalmente a exigir responsabilidad política por medio del voto, pero que forma parte, al
menos indirectamente, del proceso que lleva a la responsabilidad política electoral, y a
sanciones políticas o legales.
 Accountablity horizontal
 Accountability vertical

4. Respuesta a la voluntad popular (Responsiveness)

Esta dimensión se refiere al grado en que los gobernantes, los políticos y los líderes actúan de acuerdo
con las preferencias de los ciudadanos. Aquí se distingue al liderazgo democrático de quienes actúan
como caudillos, o caciques, y también de quienes durante la campaña hacen promesas que la población
quiere escuchar, para luego tomar una dirección diferente. Respuesta a la voluntad popular se refiere a
las políticas, no a los resultados. Tampoco es idéntico a cumplir las promesas de campaña, se pueden
tomar decisiones contrarias convenciendo a los ciudadanos de que son buenas, lo que seguiría la
voluntad popular, más no las promesas electorales.

5. Soberanía

Se refiere a la medida en que los funcionarios elegidos son quienes efectivamente deciden sobre
políticas públicas, libres de control directo o indirecto por fuerzas que no son responsables ante el
electorado (organizaciones internacionales, potencias extranjeras, poderes religiosos o militares, etc)

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