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La competencia en razón del territorio es la atribuida por los Códigos Procesales y por
las leyes específicas. Significa el conocimiento de una causa o proceso a un juez que
ejerce su jurisdicción en el ámbito de una circunscripción judicial determinada.
EJEMPLOS:
CONSIDERANDO:
4. Recibida la anterior resolución por el Juez Civil de La Paz, Baja California Sur,
emitió nuevamente interlocutoria en la que insistió en seguir conociendo del juicio
ejecutivo mercantil, respecto de todos los demandados, argumentando que la
competencia era cuestión de orden público y de interés general y que no existe
disposición expresa que le otorgara competencia al Juez de Mazatlán Sinaloa, puesto
que del contrato base de la acción se desprendía que las demandadas se sometían a
la jurisdicción de los tribunales de La Paz, Baja California Sur, y que el lugar del
cumplimiento de las obligaciones lo fue dicha ciudad, además de que el domicilio
convencional se encuentra situado en la misma ciudad de La Paz, Baja California Sur.
Es así como ordenó remitir los autos a esta Primera Sala para la solución del conflicto
competencial.
En efecto, por cuanto hace al señor Luis Benjamín Peña Palacios resulta claro, sin que
amerite mayor razonamiento, que no se generó conflicto competencial alguno, pues su
pretensión fue satisfecha al declararse incompetente el Juez requerido.
La cuestión a dilucidar se reduce a establecer si respecto de los restantes
demandados, cuya competencia alega tener el Juez de La Paz, Baja California Sur,
para conocer del juicio entablado en contra de ellos, existe o no el conflicto
competencial.
Según se desprende de líneas precedentes los señores María Elena Peña Palacios y
Luis Benjamín Peña Palacios no promovieron incompetencia alguna.
Luego entonces, precisa establecer si puede o no establecerse de oficio la contienda
competencial.
Para ello debemos tomar en consideración que el presente asunto se genera a raíz de
un juicio ejecutivo mercantil; bajo tal hipótesis el ordenamiento que debe regir para
dirimir la contienda de competencia es el Código de Comercio.
Tal es el criterio que aparece en la tesis jurisprudencial número 145, localizable a foja
97 del Apéndice al Semanario Judicial de la Federación 1917-1995, Tomo IV, Materia
Civil, que dispone:
Bajo este contexto, conviene precisar que para la resolución de esta controversia
competencial resulta aplicable el Código de Comercio que regía hasta antes de sus
últimas reformas publicadas en el Diario Oficial de la Federación con fecha veinticuatro
de mayo de mil novecientos noventa y seis, porque en la especie se trata de créditos
contratados por las partes con anterioridad a la entrada en vigor de la reforma citada,
lo que obliga a estarse a las leyes del procedimiento de la época en que éstos tuvieron
verificativo, de conformidad con lo establecido en el artículo primero transitorio del
Decreto por el que se Reforman, Adicionan y Derogan Diversas Disposiciones del
Código de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal; de la Ley Orgánica de
Nacional Financiera; del Código de Comercio; de la Ley General de Títulos y
Operaciones de Crédito y del Código Civil para el Distrito Federal, en Materia Común y
para toda la República en Materia Federal, en cuyo artículo primero transitorio
textualmente se advierte:
"Primero. Las reformas previstas en los artículos 1o. y 3o. del presente decreto,
entrarán en vigor sesenta días después de su publicación en el Diario Oficial de la
Federación y no serán aplicables a persona alguna que tenga contratados créditos con
anterioridad a la entrada en vigor del presente decreto. Tampoco serán aplicables
tratándose de la novación o reestructuración de créditos contraídos con anterioridad a
la entrada en vigor de este decreto."
Pues bien, los artículos en los que ha de apoyarse esta Primera Sala para la solución
de la presente controversia, son los que estaban vigentes antes de la referida reforma.
Así, el artículo 1102 (cuyo texto sólo fue reformado para suprimir la vista al Ministerio
Público) disponía:
Lo anterior significa que ninguna competencia se puede generar de oficio, sino que es
indispensable que la parte interesada la promueva, ya sea por inhibitoria o por
declinatoria, según se desprende de artículo 1096 que disponía:
En este orden de ideas, podemos concluir que el espíritu del legislador al prever en el
artículo 1102 ya transcrito, el que sólo a instancia de parte podrían establecerse las
contiendas de competencia, encuentra su razón de ser en dar oportunidad a las partes
a controvertir o consentir, en su caso, la competencia del Juez ante el que se hubiera
promovido el juicio de que se trate; si se controvierte o no se está de acuerdo con la
misma, existe el planteamiento, ya sea de la inhibitoria o de la declinatoria, si se
consiente o se admite, simplemente no se promoverá cuestión de competencia alguna.
Es tan relevante dicha razón de ser, que el propio legislador previno que, aun iniciada
la competencia, los litigantes pueden desistirse de la misma y dicho desistimiento hace
cesar la contienda, lo que significa que aun cuando sea de orden público la cuestión
competencial, sólo por voluntad expresa de la parte interesada podrá iniciarse y
sustanciarse, en su caso, el conflicto, por lo que su desistimiento, en los supuestos
que prevé el propio precepto, genera concomitantemente el cese de la contienda, lo
que significa que ni aun iniciada ésta podrá seguirse de oficio si llegare a desistirse de
la misma.
Tal es el texto del artículo 1103 del Código de Comercio que establece:
En este orden de ideas, se puede concluir que para tener por configurado un conflicto
competencial no basta que dos Jueces sostengan competencia respecto del mismo
negocio, o bien, que los dos Jueces se nieguen a conocer del mismo, sino que es
requisito sine qua non que, tratándose del primer supuesto, el conflicto competencial
se hubiere generado a virtud de petición de la parte interesada y más aún, que la
misma se ajuste a los términos previstos para su promoción, pues si no se interpuso
en tiempo, la misma se considera extemporánea y, por ende, no daría lugar a conflicto
alguno, declarándose que deberá seguir conociendo del negocio el Juez que previno.
Por estos razonamientos que anteceden, podemos concluir válidamente que si el Juez
de La Paz, Baja California Sur, insiste en sostener su competencia respecto de las
partes que no promovieron la incompetencia del Juez de Mazatlán, Sinaloa, es
inconcuso que aquel Juez actuó de oficio, contraviniendo la disposición expresa
contenida en el artículo 1102 ya transcrito, sustituyéndose en la voluntad de los
señores María Elena Peña Palacios y Luis Benjamín Peña Palacios, respecto de los
cuales no podría afirmarse válidamente si efectivamente quisieron o no sujetarse a su
jurisdicción, tanto más si se considera que el supuesto conflicto versa sobre un
planteamiento de incompetencia por territorio, la cual es susceptible de prórroga.
Por tanto, es evidente que en el caso a estudio debe declararse inexistente el conflicto
competencial, ante la ausencia de los requisitos de procedibilidad para que llegare a
producirse.
No obsta para arribar a la conclusión ya citada, las circunstancias en las que se apoyó
el Juez de La Paz, Baja California Sur, para insistir en su competencia, relativas, la
primera, a que esta última es de orden público y de que en el juicio ejecutivo mercantil
se genera la figura de litisconsorcio pasivo necesario.
Bajo este contexto, contrario a lo sostenido por el Juez de la Paz, Baja California Sur,
no se genera la figura de litisconsorcio pasivo necesario, sino voluntario, pues el actor
pudo haber demandado a todos los firmantes del contrato o sólo a uno, con la
consecuencia de que cualquiera de ellos tiene el deber de responder por la totalidad
de la obligación.
Así las cosas, la incompetencia hecha valer por uno de los demandados sólo le
beneficia a quien la formula y no a los demás integrantes de la relación jurídica, aun
cuando en ella exista litisconsorcio pasivo voluntario, precisamente en razón de la
autonomía procesal que cada litisconsorte tiene en la relación jurídica, en los términos
ya señalados con anterioridad, resultando aplicables al caso las tesis invocadas por el
Juez Segundo de Primera Instancia del Ramo Civil de Mazatlán, Sinaloa, por lo que es
de concluirse, y se reitera, que no existe conflicto competencial.
EJEMPLOS:
OPINIÓN Nº 094-2011/DTN
1. ANTECEDENTES
2. CONSULTA Y ANÁLISIS
3. CONCLUSIONES
1 En el Informe Nº 019-2009/DTN.
declarados desiertos, estará a cargo del funcionario que aprobó
el expediente de contratación y las Bases del proceso declarado
desierto, ya sea el Titular de la Entidad o el funcionario delegado,
según corresponda.