Sunteți pe pagina 1din 5

Cómo la inmigración

ha cambiado y
mejorado el mundo

¿La inmigración es buena o mala? Algunas personas dicen que los


inmigrantes atraviesan las fronteras, dejan a otros sin trabajo, son una
carga para los contribuyentes y una amenaza para la cultura local. Otras
personas opinan lo contrario: la inmigración estimula el crecimiento
económico, satisface la escasez de talento y ayuda a crear una sociedad
más dinámica.

La evidencia comprueba claramente que los inmigrantes proporcionan


beneficios económicos significativos. No obstante, existen costos
económicos y sociales a corto plazo para el ámbito local. De la misma
manera que ocurre con los debates sobre el comercio, donde el instinto
proteccionista tiende a superar la necesidad a largo plazo para alcanzar
sociedades más abiertas, el papel fundamental que los inmigrantes
desempeñan en el desarrollo económico a menudo es superado por las
medidas defensivas diseñadas para prohibir la entrada de los
inmigrantes. Debe encontrarse una solución por medio de políticas que
permitan que los beneficios puedan compensar las pérdidas.
En todo el mundo hay aproximadamente 230 millones de migrantes, lo
cual equivale a alrededor del 3% de la población mundial. Esta cifra no
ha cambiado mucho en los últimos 100 años. Pero debido a que la
población mundial se ha cuadriplicado, lo mismo ha ocurrido con el
número de migrantes. Y desde el inicio de la década de 1900, el número
de países ha aumentado de 50 a más de 200. Una mayor cantidad de
fronteras implica una mayor cantidad de migrantes.

Del flujo global anual de aproximadamente 15 millones de migrantes, la


mayoría pertenece a una de cuatro categorías: económica (6 millones),
estudiantil (4 millones), familiar (2 millones) y refugiados/asilados (3
millones). Hay alrededor de 20 millones de refugiados oficialmente
reconocidos en todo el mundo, y 86% de ellos han sido acogidos en
países cercanos a los suyos, a diferencia del 70% de hace 10 años.

En Estados Unidos, más de un tercio de los inmigrantes documentados


son personas con mano de obra calificada. En Europa existen tendencias
similares. Estos porcentajes reflejan las necesidades de esas economías.
Los gobiernos que están abiertos a la inmigración ayudan a las empresas
nacionales, las cuales se vuelven más ágiles, adaptables y lucrativas en
la lucha por el talento. Por su parte, los gobiernos reciben ingresos y los
ciudadanos prosperan con el dinamismo que los migrantes altamente
calificados traen consigo.

No obstante, no sólo los migrantes con mano de obra calificada son


vitales. En Estados Unidos y en otros lugares, los trabajadores migrantes
con mano de obra no calificada son una parte esencial de la
construcción, la agricultura y los sectores de servicio.
Si los inmigrantes desempeñan un papel tan vital, ¿por qué existe
entonces tanta preocupación?

Algunas personas creen que los inmigrantes les quitan los trabajos a
otros y destruyen las economías. La evidencia comprueba que esa es
una opinión errónea. En Estados Unidos, los inmigrantes han sido
fundadores de compañías como Google, Intel, PayPal, eBay y Yahoo! De
hecho, los inmigrantes de mano de obra calificada constituyen más de la
mitad de fundadores de los start-ups en Silicon Valley y de más de la
mitad de los patentes, incluso cuando constituyen menos del 15% de la
población. La cantidad de inmigrantes que han ganado premios como el
Nobel, que han llegado a ser miembros de la Academia Nacional de
Ciencias y directores de cine galardonados con el premio Óscar ha sido
tres veces mayor de lo que podría predecirse en base al total de la
población que componen. Investigaciones del Banco de la Reserva
Federal de San Francisco han concluido que “los inmigrantes expanden
la capacidad productiva de la economía al estimular la inversión y
promover la especialización, lo cual produce un aumento en la eficacia y
aumenta los ingresos por trabajador”.

Investigaciones acerca del impacto neto fiscal de la inmigración


demuestran que los inmigrantes contribuyen significativamente más en
impuestos que los beneficios y servicios que reciben. De acuerdo con el
Banco Mundial, aumentar la inmigración por un margen igual al 3% de la
fuerza laboral en los países desarrollados generaría ganancias
económicas globales de 356 mil millones de dólares. Algunos
economistas predicen que si las fronteras se abrieran por completo y a
los trabajadores se les permitiera ir a donde quisieran, esto generaría
ganancias de hasta 39 billones de dólares para la economía mundial en
un lapso de 25 años.
Se busca empleo

En el futuro será todavía más imperativo garantizar una fuerte oferta


laboral aumentada por los trabajadores extranjeros. En términos
globales, la población está envejeciendo. En la década de 1950, había
sólo 14 millones de personas mayores de 80 años de edad. En la
actualidad hay más de 100 millones y las predicciones actuales indican
que habrá casi 400 millones de personas mayores de 80 años para el
año 2050. Con la fertilidad descendiendo por debajo del nivel de
reemplazo en todas las regiones excepto en África, los expertos predicen
tasas de dependencia rápidamente crecientes y un declive en la fuerza
laboral de la OCDE de aproximadamente 800 millones a cerca de 600
millones para el 2050. Este problema es particularmente agudo en
Norteamérica, Europa y Japón.

No obstante, existen preocupaciones legítimas acerca de la migración a


gran escala. La posibilidad de la dislocación social es real. De la misma
manera que la globalización –una gran fuerza para el bien del mundo–
los aspectos positivos son difusos y a menudo intangibles, mientras que
los aspectos negativos son difíciles para un pequeño grupo de personas.

Sí, esos aspectos negativos deben controlarse. Pero ese control debe
llegar aunado al reconocimiento de que la migración siempre ha sido uno
de los impulsores más importantes en el progreso y dinamismo humanos.
La inmigración es buena. Y, en la era de la globalización, las barreras
que frenan la migración representan una amenaza al crecimiento
económico y la sustentabilidad. La migración libre, como el comercio
completamente libre, sigue siendo un plan utópico, incluso cuando dentro
de ciertas regiones (como Europa) se ha comprobado que esto funciona.

Como John Stuart Mill lo dijo enfáticamente, debemos garantizar que los
costos locales y a corto plazo de la inmigración no menoscaben su papel
“como una de las primarias fuentes del progreso”.

S-ar putea să vă placă și