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El cielo azul, el sol brillante y un vestigio de calor, las flores brotando en la cúspide

de los arboles renacientes de vida y colores, indicaban la llegada de la primavera. En el


aire se sentía un aroma a rosas, margaritas, cerezos y duraznos. Dando vida a un nuevo
día de septiembre.
Hace poco habíamos llegado de Santiago, ciudad totalmente distinta a Chillán. En
la capital, solo había ruido, humo de los transportes públicos, gente caminando
excesivamente rápido sin mirar a su alrededor ni observar los días que a pesar de la
cantidad de smog, se podía sentir una tarde de armonía.
Eran las 11:00 de la mañana, nuestra casa quedaba a las afueras de esta ciudad,
una parcela con arboles frutales, que florecían en esta época, verdes prados y la vivienda
tipo colonial contemporáneo. Mis padres y yo, ayudábamos al camión de la mudanza,
ordenado mesas, sillas y algunos cachureos que a mi madre le gustaban y no quería dejar
en la otra ciudad.
Deje al camión de mudanza y me sucumbí en la hilera de arboles de cerezos,
admirando sus flores rosas y blancas. A lo lejos pude distinguir una silueta, que bailaba
con las hojas y al compas del viento. Poco a poco fui acercándome, hasta que pude
observar a una chica, con pelo largo, color marrón, no muy alta. Cantaba y miraba sin que
se diera cuenta de mi presencia.
La verdad, ella era bastante bonita, por lo menos para mi, un tipo, de piel trigueña,
ojos marrones y desgraciadamente, falta de estatura.
--Hola... dije. –soy Gustavo
Miro extrañada, como si hubiese visto un fantasma. Al cabo de unos minutos
salieron palabras de su boca.
-Hola.. soy Florencia... Eres nuevo por aquí?
- Si, llegamos hace un par de horas con mi familia
- Ahhh mira que bien y.... ¿de donde eres?
-De Santiago
Sus ojos azules inundaban una mezcla de adrenalina y tranquilidad. Sus rasgos no
eran muy agraciados, sin embargo, algo tenía su personalidad, un total misterio. Me dije,
habrá que descubrir mas de mi pequeña Florencia.
- Y tu Florencia de donde eres.
La verdad quería preguntarle porque andaba en terrenos nuestros, sin embargo no
me importaba mucho, como llego hasta aquí.
- Vivo, en la casa de al lado, disculpa Gustavo se que esto es parte de ustedes, pero
estos arboles son los mas hermosos que he visto. Me resguardo del sol intenso de
esta época.
- No te preocupes, tu secreto esta a salvo conmigo. Le dije y una pequeña sonrisa
salió de su rostro, Una sonrisa picara y llena de ternura al mismo tiempo.
- Nos vemos luego Gustavo, que bueno es tener personas cercanas, cuídate.
- Nos vemos Flo.
Mi Flo, mi pequeña Flor.

Esa noche no podía esperar, el amanecer para poder verla otra vez. Su rostro, ese
rostro colmado de secretos, misterio.
-Gustavo, el desayuno esta listo, despierta que debes ir al centro con tu padre.

Escuchaba como mi madre me habla desde la escalera, solo que mi mente aun quería
soñar con esos ojos azules como el cielo, esa sonrisa cautivadora y llena de inocencia.
- Ya voy Ma.. Dame un segundo bajo enseguida
- Apura Gustavo Hijo que tu padre te espera
- Bueno...
El desayuno estaba listo como siempre en la mesa de diario de una cocina enorme. El olor
a café recién hecho se podía sentir desde el rincón mas oculto de nuestra casa, junto con
el pan recién tostado.

- Buen día papa


- Hola hijo, como estuvo tu primera noche en la casa, te gusto?
- Todo bien, es una casa hermosa
- Que bueno. Gustavo hijo apura que tenemos que ir al centro a comprar
- Esta bien papá
Partimos a eso de las diez, al centro de la ciudad, donde nos dirigimos al mercado. Lugar
donde podemos encontrar cantidad de frutas verduras y lo que tu cabeza pida.
Caminamos con mi padre comprando lo que mama nos había encargado.
- Gustavo..
Mi corazón se paro en un segundo, Florencia mi pequeña Florencia.
- Hola como estas?
- Bien y tu?.. Te gusto por aquí?
- Emmm si, me reí. Mas me había gustado encontrarme con ella.
- Aquí puedes pillar de lo que tu quieras. Mas allá venden flores hay una pérgola
donde están las mas hermosas flores de todas.
Desplego una sonrisa de ternura, como queriendo decir hay están las mas hermosas
por si algún día me quieres regalar una.
- SI? Que bueno saberlo quizás para algún momento especial podre comprar
algunas.
- Si tu lo dices. Yo solo te comentaba
No quería dejarla, mil pensamientos se vinieron a mi cabeza
-Gustavo hijo vamos
- Si papá
- Florencia, nos vemos en nuestro lugar secreto’?
- 5:30 Gustavo
Volvió a mostrar su sonrisa misteriosa
- Ok, Nos vemos cuídate
Pensativo me fui, mi padre me miraba con cara de intriga, era obvio que esperaba que
yo le contara todo sobre Florencia. Solo que no quería hablar, no podía esperar hasta
las 5:30. Los arboles de cerezos se habían vuelto nuestro lugar secreto era maravilloso.
Mi padre no aguanto
- Gsutavo?... y una sonrisa picara salió de su rostro
- Hay papá es una niña que conocí ayer, cerca de casa
- Cerca de casa hijo?. Si la casa mas próxima esta a un par de kilómetros
- Si, pero andaba cerca
- Cuéntame como se llama?, donde vive? Quizás podamos visitar a sus padres
llevarles algo como muestra de bienvenida
- No tendría que ser al revés papa ellos traernos algo de bienvenida
- Solo lo decía... volvió esa sonrisa picara que lo caracterizaba cuando algo le
intrigaba.
- Papá tu quieres conocerla eso quieres, pues ya llegara el momento
- Esta bien hijo no hare mas preguntas
- Se llama Florencia. Y no sabia que trabaja en el mercado
- Que bien hijo. Solo que a tu madre es mejor no contarle que trabaja ahí, tu sabes
como es con esas cosas
- Si tienes razón papa.

A mama le importaba mucho el estatus social de las personas y papá tenia razón, si
ella se enteraba que Florencia trabaja en un puesto del mercado, no aprobaría ningún
tipo de relación alguna con ella. Era un gran defecto de ella, su superficialidad, le
importaba bastante el que dirán las otras personas. Si mi madre sabia algo, lo
desaprobaría.
A escondidas prepare una canasta con picadillos, y una botella de vino de la
despensa de mi padre. Saque dos copas y un par de servilletas. Tape todo eso con un
mantel de cuadros para poner sobre el césped y darle la mejor sorpresa a mi pequeña
Florencia. Quería, sentía que se merecía un poco de amor, un poco de romance en su
vida. Se veía fría pero en el fondo de mi, sabia que estragándole un poco de ternura
descubriría a la mujer mas hermosa que pueda existir.
Llegue 30 minutos antes para preparar todo. Mantel, había guardado unas uvas
que daban un ambiente mas romántico. La botella de vino junto a las dos copas y los
demás picadillos. Todo ordenado y decorado con nuestros arboles de flores blancas y
rosas, eran el escenario perfecto para una plena conversación.
Sentado, esperando empiezo a distinguir su silueta, que caminaba entremedio de
los arboles, acercándose a paso lento y seguro.
- Y esto ?. Que es?
- Hola Florencia.. solo una pequeña sorpresa, para que conversemos un poco mas
cómodos
- Que hermoso, de verdad te esperaste en esto
- Si.. la verdad por ti lo vale
Me miro y por primera vez pude distinguir un vestigio de rugosidad en su carita.
- Ven siéntate te ayudo
- Gracias Gustavo.
Me miro y puso su palma de la mano en mi cara, como mostrando agradecimiento por
lo que había hecho. Su mirada se volvió mas tierna, más dulce de lo de costumbre.
- Te sirvo vino?
- Bueno, gracias
- Florencia, le dije mientras servía vino en su copa. Cuéntame de ti, se que nos
conocimos ayer, pero hay algo en ti que me provoca hacer estas cosas.
- Gustavo, es hermoso lo que hiciste, pero querrás hacerlo después?

Un relámpago de inseguridad, nació de ella que no había imaginado, sabia, sentía que
algo no estaba bien.

- Florencia, ya veremos que podemos hacer después, ahora cuéntame. Que haces?
- Bueno, Estudio en un instituto, cerca de aquí, Ingeniería. Y como pudiste ver
trabajo en el puesto de mi tía los fines de semana para poder pagar lo que me
queda de colegiatura. Me gusta el arte, escribir, pintar. El romance (otra vez su
sonrisa inocente).
- Que bien ¡.. Yo soy Constructor, trabajo con mi padre, de echo nos trasladamos a
esta ciudad por lo mismo por trabajo. Nos salió la remodelación de unas casa cerca
de la comuna de pinto.
- Que entretenido!
- Si quieres puedes venir con nosotros para que veas como se trabaja en esto
- De verdad Gustavo ¡!!!
- Si obvio.. encantado de enseñarte
- Gracias muchas gracias. Tu me dices cuando
- Cuando tu tengas libre, vamos no tengo problema
- Mmmm, Déjame ver cuando tengo libre porque estudio durante la mañana, pero
algún tiempo tendré.

Seguimos conversando, hasta que la noche nos alcanzó, menos mal había llevado un
pequeño farol, que nos alumbró un rato más. Ella reía de mis bromas, y su sonrisa era
cada vez mas hermosa. Sin embargo dentro de su alegría, se veía miedo un miedo, a
que no se eso tendré que averiguarlo.
- Gustavo, ya es tarde debo irme, mis padres deben estar preocupado y mi camino a
casa no es muy corto.
- Florencia voy a dejarte?
- No, ya hiciste suficiente, otro día mejor, déjame caminar a mi casa me gusta tomar
el aire de la noche, por aquí es tranquilo no pasa nada.
- Esta bien pero solo una cosa, avísame cuando llegues bueno?
- Si no hay problema.

Veo desaparecer, la silueta de mi pequeña Florencia. Mientras ordeno copas, manteles y


servilletas. Entro a la casa y lo primero que veo es el rostro de mi madre, mirándome con
cara de sospecha.

- Donde estabas Gustavo, Mira la hora que es, mañana debes juntarte con Don
Felipe y tu padre.
- Si lo se, mamá , solo andaba dando una vuelta cerca de los arboles de cerezo
- Gustavo es irresponsable de tu parte no decirme donde estas, Hijo entiende esto
es nuevo para todos
- Madre, lo se solo quería pensar y respirar el aire puro de esta ciudad
- Hijo tu me ocultas algo, te conozco, dime donde andabas
Tenía esa mirada de saber que pasaba, sin embargo esperaba que yo se lo contara.
- Cecilia, deja a tu hijo tranquilo, si dijo que andaba dando una vuelta así debe ser,
ya tiene edad suficiente para saber lo que hace
- Hay ¡!! Tu como siempre ocultadme las cosas
- Amor, no es eso solo déjalo en paz, esta ciudad no es igual que Santiago
- Esta bien Pablo me iré a dormir ya es tarde, te espero arriba
- Voy en seguida amor

La mirada de papa, ya me decía que debía contarle mañana a primera hora donde andaba,
sabia que iba a reunirme con Florencia. Nos había escuchado en el mercado.

- Gustavo....
- Si papa mañana te cuento todo con detalles.
- Esta bien hijo, solo anda con cuidado. Lo digo por experiencia
- Gracias papa, solo te diré que ella es diferente
- Descansa, mañana conversamos
- Buenas noches pa..
- Buenas noches hijo

Lunes, partimos al trabajo a eso de las 8:00 de la mañana, nos subimos a la camioneta
para ir a ver las casas de remodelaciones que se encontraban a las afueras de Chillán.
- Buenos días Don Felipe, el es mi hijo Gustavo trabaja conmigo
- Buenos días Pablo, Gustavo, es un placer conocerlos. Bueno como sabrán aquí
debemos mejorar todas estas casas que son de personas de bajos recursos
- Si no se preocupe Don Felipe, sabemos el trabajo que tenemos que hacer

Al terminar la Jornada laboral, partimos a la casa, donde mi madre nos esperaba, para
contarle lo que había pasado la noche anterior. Una abundancia de amor y exagerada
preocupación la invadían.

- Hola mis muchachos. Como estuvo ese primer día de trabajo?


- Hola ma... Bien bastante bien
- Bien amor.. cansados no mas
- Bueno les preparé los que mas les gusta. Pueden lavarse las manos y sentarse a
la mesa
- La verdad , yo iré directo a la cama mama estoy muy cansado
- Pero Gustavo me tienes que decir algunas cosas sobre ayer
- AJAAA.... Yo sabia que algo pasaba... Viste papa que no es era costumbre esto,
Me reí
- Cecilia por Dios!... deja a Gustavo tranquilo.
- PUfffff ustedes... siempre con sus cosas
- Cecilia comamos nosotros, déjalo si?.. ya te contara

Me fui a mi cuarto, para pensar y escribirle a mi pequeña Florencia.

- Hola... nena..

Nena?, no pude escribir algo mejor que eso. Mi Florencia

- Hola, Nena? , creo que te confundes Gustavo, No soy nena soy Florencia
- Disculpa ... se quien eres Florencia, solo fue de cariño
- Esta bien pero prefiero cuando me dices Florencia
Me imagine esa sonrisa inocente y picara que tiene cuando algo le parece gracioso y
tierno al mismo tiempo.
- Como estuvo tu día?
- Bien, bastante bien, estudio muchos trabajos para la universidad
- Si necesitas ayuda, aquí estoy.
- Gracias
- De verdad aquí estoy
- Gracias Gustavo, cuando necesite algo te lo haré saber
- Florencia.. podemos vernos mañana?
- Te aviso durante la mañana salgo a las 5 de la U
- Yo solo trabajo medio día podemos vernos en nuestro lugar secreto a eso de
las 6:30?
- Te aviso, pero para serte franca hoy te extrañe

Mi corazón en dos segundos se paro, he imagino esa carita ruborizada diciendo “te
extrañe”.
- Florencia.. La verdad yo también.
- Gustavo, necesito decirte algo pero no por aquí es demasiado personal para
comentarlo por el celular
- Si, no te preocupes mañana me cuentas si nos vemos
- Esta bien, me iré a dormir ya es tarde y mañana debo levantarme temprano
- Bueno, nos vemos mañana descansa
- Buenas noches

No podía dormir pensando en que quería decir Florencia, quizás que cosas pasaron
por su mente. ¿Me habré adelantado con los del vino y las uvas?. Dios ¡ estoy tan
nervioso. No puedo cerrar mis ojos, la duda e incertidumbre abruman mis pensamientos.
Poco a poco el sueño fue ganando a mi subconsciente.

Martes, otro día de trabajo, en las casas de Don Felipe, si no me equivoco hoy también
conoceré a su hijo. Espero que nos llevemos bien, que tenga bajo perfil.
- Buenos días señores. Les presento a Cristóbal, mi hijo menor
- Buenos días Cristóbal. Dijo mi Padre. Tu vienes ayudar a mi hijo Gustavo
- Si Don Pablo
Un tipo alto ojos claros, delgado bien parecido para ser sincero. Se acerco y observaba el
terreno.
- Hola Gustavo, como estas, soy Cristóbal
- Hola, bien gracias y tu?
- Bien, mira vamos te mostrare lo que hay que hacer por estos lugares.
- Esta bien...
Su aire de superioridad, me impedía explicarle las cosas con mas detalles. Por un
momento pensé que las cosas no iban a funcionar.
- Que hora es? Cristóbal
- Son cerca de las dos por?
- No solo preguntaba deje mi celular en la oficina
- Tienes algún compromiso
- Nooo, para nada, solo tengo algunas cosas que hacer en casa
Con su rostro desconfiado, solo asintió.

Pasada las dos de la tarde ya iba rumbo a casa, esperando poder encontrarme con
Florencia en nuestro lugar secreto. Que sorpresa podría llevarle hoy?

Como era temprano, me subí en la camioneta dirigiéndome al mercado de la


ciudad. Mi objetivo comprar esas hermosas flores que a ella le gustaban. Habían de todo
tipo rosas, claveles, tulipanes, margaritas, no sabia cual elegir. Lo clásico, siempre
funciona; Aunque ella no era muy clásica, y si no le gustaban, uffff... ya se mejor tulipanes
son delicados como ella.
A la entrada de mi casa, veo una camioneta roja, para mi sorpresa estaba Cristóbal
en la puerta.
- Hola Gustavo, pase a saludar y quizás ayudarte con las cosas que me dijiste en
la mañana
- No te hubieses molestado, pero gracias
- No, no te preocupes
- Gracias
Mi madre asomándose a la puerta, me indica con un gesto que haga pasar a Cristóbal
- Quieres entrar un rato?
- Si claro me encantaría, solo un rato ya que a las seis, tengo un comprimiso con
la niña mas hermosa de por aquí.
- AHH, bueno esta bien
Eso me daba tiempo pata preparar las cosas para Florencia, Las flores las había dejado en
la camioneta, para no levantar sospecha alguna.

- Buenas tardes Señora, es muy bonita su casa


- Hola, muchas gracias, tu nombre cual es?
- Soy Cristóbal, vivo un poco mas allá con mi familia. Por un tiempo estoy
ayudando a Gustavo con el trabajo de remodelación de casas.
- Que bueno, a mi hijo le falta salir un poco mas y tener amigos, donde venimos
recién llegando de Santiago.
- Mamá no es necesario que digas eso, se muy bien lo que tengo que hacer
- Solo te ayudo un poco hijo, no te molestes
- Quieren algo chico, acabo de hacer unas magdalenas
- Si claro, gracias

No sentamos en la sala de estar, de la casa. Cristóbal me miraba como queriendo


preguntar algo, sin embargo empecé yo esta vez, así tenia menos que preguntar.

- Y...quien es la chica misteriosa?, con la que te verás mas tarde?


Un sonrisa un poco perversa salió de su rostro.
- Ella, es una mujer muy inteligente, esforzada, en la familia la quieren bastante
llevamos un tiempo saliendo, unos once meses.
- Y se puede saber el nombre de esa chica tan especial
Me reír de manera burlesca, sin saber lo que venia.
- Florencia
Me quede helado, petrificado, no sabia que decir, ere Florencia? Mi Florencia, la
chica que me vería en un par de hora mas. No podía ser tenía que solo un alcance de
nombre, sin embargo me atreví a preguntar
- Florencia? Y ella donde vive?
- La Flo, cerca de aquí a un par de kilómetros, pero nos juntaremos en mi casa,
dijo que tenía que decir cosas importantes. Pero tu sabes como son las mujeres
para ella todo es importante, lo mas probable es que quiera estar conmigo, tu
me entiendes.
Sin escuchar lo que me estaba diciendo solo asentí.
- Te quedaste mudo, la has visto sabes quien es?
- La verdad Cristóbal, no, no se soy nuevo por aquí
- Tiene varias amigas podría decirle que viniéramos a verte con una de ellas asi
salimos los cuatro, una cita doble.
No se porque creo que este tipo, lo tenía planeado todo esto. Mi cabeza solo decía
Lárgate ¡!!!

- Sabes, te lo confirmo mañana en el trabajo, ahora debo hacer unas cosas te


parece que sigamos conversando otro día
- Si claro, si ya es tarde son cerca de las 6, debo ir a preparar todo para esperar a
mi mujer.
Su mujer, su mujer. Florencia no era un objeto para que hablara así de ella. Tiene
sentimientos y muy frágiles. No ve lo que yo veo en ella.

- Si claro anda, nos vemos mañana


- Adiós señora, muy rico todo
- Tan luego te vas?
- Si tengo compromisos
- Espero verte muy pronto por aquí, Cristóbal
- Me verá señora, me verá
Cerré la puerta y me fui a mi cuarto, no sabía que pensar iba a verla, la esperaba en
nuestro lugar secreto, quizás eso quería hablar conmigo. Tome rápidamente la canasta
que había preparado las flores y corrí a los arboles de cerezos, quería que me hablara que
me contara que todo lo que dijo ese patán, era mentira.
Sentado bajo los arboles, espere que dieran las 18:30, pasaban los minutos y no veía su
silueta. Por favor Florencia aparece gritaba mi cabeza.
Cerca de las 19:00, veo a alguien caminar por los árboles, era ella, - Florencia, dije, -- eres
tu?. No hubo respuesta. – Florencia, volví a decir – eres tu?. Un shhh me cayo – No grites
Gustavo ya llego. Mi corazón volvió a latir, era ella había venido, quizás que le hizo ese
patán. Ahora con mas fuerza la protegeré , la cuidare.

- Hola Gustavo, disculpa la demora, pero tenía que hacer algo antes de venir
- Florencia, Conocí a Cristóbal
- Su rostro se puso pálido y la respiración paro un instante
- Gustavo, eso es lo que tenía que decir, lo siento
- Tranquila, cuéntame
- Cristóbal , es un ex que tuve hace unos meses atrás, termine con el por ser un
tipo posesivo, controlador y obsesivo. Yo no podía hacer mucho estando con el,
perdí a mi mejor amiga por su culpa, no quise entender que el era malo para
mi vida. Y ella se fue. Gustavo, le tengo miedo, es capaz e todo de verdad que
es capaz de todo.
- Florencia tranquila, lo conocí y tiene una personalidad absorbente, pero aquí
estoy yo te cuidare de verdad lo hare.
- Quiere a toda costa Gustavo que vuelva con el, yo no quiero pero como conoce
a mi familia y se llevan bien va a verlos y ahí es cuando empieza a decirme
cosas que no quiero escuchar.
- Gustavo, discúlpame por no haber contado esto antes, yo sabia que Él iría a
trabajar contigo, ayer lo dijo. Discúlpame por favor.
- No te preocupes, entiendo de verdad
Florencia me abrazo, y con toda ternura me dio un beso en la mejilla. La mire le
tome su rostro, ruborizado por caminar tan rápido, ayude a que se sentara le ofrecí
un poco de jugo y le entregue sus flores.
- Y esto Gustavo?, Siempre te las arreglas para sorprenderme
- Por ti lo que fuera
Volví a tomar si cara y una leve caricia por su pelo, me acerque despacio con un suave
beso en sus labios.

- Gustavo, por favor no ahora no


- Florencia, me gustas, de verdad y quiero protegerte, no quiero que te hagan
daño y menos un patán como Cristóbal.
- Gracias, pero de verdad estoy confundida, me cuesta mucho confiar en las
personas.
- No soy igual
- No lo se, siempre dicen lo mismo
- Florencia, no soy igual y te lo demostrare
- Esta bien, pero vamos con calma
Nos tendimos en el mantel de cuadros que había llegado, ella puso su cabeza en mi
hombro, mientras yo acariciaba su pelo, hubo un momento que nos quedamos dormidos.
Despertamos cuando ya era tarde se había oscurecido en un abrir y cerrar de ojos.

- Gustavo, nos dormimos, es tarde mis papás


- Voy a dejarte
- Esta bien esta vez te diré que si, ya que es demasiado tarde y deben andar
buscándome.
- Vamos la camioneta la tengo a la entrada
- Gracias
Corrimos a la entrada de la casa, sin darme cuenta mis padres también estaban
preocupado por mi, no había visto la hora realmente. Ellos habían llamado a los vecinos y
para mi desgracias a Cristóbal y su padre. Todos ahí mirándonos de donde veníamos, con
preguntas en sus caras de no saber que pasa.

- Así que por el quieres dejarme, Florencia.


- Cristóbal, déjame ya no somos nada desde hace mucho tiempo
- Tu, escúchame bien tu, Florencia eres mía y yo decido todo sobre ti, entiéndelo
de una vez, no podrás estar con nadie mas que no sea conmigo, me perteneces
- Cristóbal déjame, por favor
Se acerco a Florencia y la tomo de un brazo, forcejeando para llevarla con el.
- Suéltala, déjala en paz, no escuchas cuando te dijo que ya no quería nada
- Gustavo, no hagas nada déjame nos vemos mañana tu sabes donde
- No, el no puede llevarte con el Florencia
- Déjalo por favor, después me costara mas a mi por favor
- La escúchate, decidió venir conmigo
- SI, solo por que te teme, eres un patán Cristóbal suéltala ya ¡
No alcance a ir a buscarla ya la había subido a la camioneta, de un tirón. Mis
padres miraban extrañados, no sabían que pasaba. Mi madre con cara de desaprobación.
Ya sabia que venia, ella desaprobaría mi relación con Florencia, por do cosas una su
estatus social, y para no tener problemas en el trabajo con Don Felipe y mi Padre.
Volví a mi cuarto, pensando y buscando una solución, para estar con ella, no la iba
a dejar no iba esperar que ese patán de Cristóbal, la tratará de esa manera. Es mi
Florencia, mi pequeña Florencia. No puedo resignar a perderla de esa manera. Luchare
por ella, se merece algo mejor. Merece amor, respeto, ternura y romance. No te dejare,
mi Pequeña Florencia, lo prometo.

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