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11 Reconocimientos
13 Introducción
21 Capítulo 1
Disciplina
43 Capítulo 2
Dignidad y responsabilidad en el salón de clases
57 Capítulo 3
La Disciplina Tridimensional
75 Capítulo 4
El contrato social
97 Capítulo 5
Consecuencias
131 Capítulo 6
Pasar a la acción
153 Capítulo 7
Estrés y disciplina
179 Capítulo 8
Disciplina creativa para alumnos
fuera de control
207 Capítulo 9
La disciplina y el proceso de la enseñanza
235 Capítulo 10
Problemas especiales
287 Capítulo 11
Veinte preguntas
305 Conclusión
307 Apéndice A
Inventario de manejo del comportamiento
313 Apéndice B
Encuesta de disciplina en la escuela
Ahora más que nunca debemos analizar con cuidado las cosas que ense-
ñamos a nuestros niños por medio de la manera como los tratamos. Sen-
cillamente no basta con controlar su comportamiento. Debemos ayu-
darlos a convertirse en personas que deciden y en pensadores críticos.
Debemos ayudarlos a sentir que ellos pueden contribuir con la sociedad,
y fomentar su dicha de aprender. Disciplina con dignidad se escribió para
lograr estos objetivos.
Deseamos agradecer a las siguientes personas por su asistencia, apo-
yo, lecturas analíticas y ánimo: Ron Brandt, Raymond Wlodkowski,
Millie Ness, Marian Leibowitz, Alan Fibish, Bernard Palmer, Betty Osta,
Pat Bourcy, Jake Clockedile, los maestros y administradores de la Tam
High School en Mill Valley, California, la Jefferson High School y la
Westmoor High School en Daly City, California, la Oceana High School
y la Terra Nova High School en Pacifica, California, Nancy Modrak,
René Townsley y el personal de la ASDC, y a los muchos participantes en
conferencias de la ASDC y NCSI, quienes han planteado preguntas difíciles
y han agregado diversas sugerencias, afinaciones y pruebas de campo.
También deseamos agradecer a Mark Goldberg y a Nancy Modrak
por sus estupendas correcciones, apoyo y amistad. Deseamos reconocer
a los varios miles de lectores de la ASDC que han leído Disciplina con digni-
dad y han aplicado tantos de sus principios en nuestras escuelas.
R 13
INTRODUCCIÓN
1. En la sociedad estadunidense, los sectores más pudientes de la clase media habitan los
suburbios de las grandes ciudades (NT).
Introducción R 19
REFERENCIAS
CAPÍTULO 1
DISCIPLINA
Callado desafío
Por lo menos durante las ocho décadas que hay entre los escritos de
Bagley y los de Heather, maestros y alumnos han necesitado valentía para
enfrentarse. La escuela es un campo de batalla para demasiados partici-
pantes, un entorno donde cada día tienen lugar grandes confrontaciones
y pequeñas escaramuzas. ¿Por qué tiene que ser así? Maestros y alumnos
comparten el mismo espacio, tiempo, metas y necesidades. Pasan la ma-
yor parte del día comunicándose entre ellos, pensando uno en el otro,
fraguando planes uno contra el otro y juzgándose uno al otro. Cuando
hay antagonismo entre ellos, dedican la misma cantidad (si no es que
más) de tiempo y energía a intentar ser más listo uno que otro y ganar o,
por lo menos, sacar un empate. Si las cosas se ponen lo suficientemente
mal, tienen el poder para arruinar uno la vida del otro. Cuando las cosas
salen bien, comparten momentos tiernos, triunfos significativos y amor
y respeto genuinos. Sin importar cómo les vaya, maestros y alumnos
nunca olvidan uno al otro.
Nosotros afirmamos que es esencial remplazar las metáforas competi-
tivas en las escuelas con nuevas imágenes de cooperación, respeto mutuo
y compromiso con metas comunes que beneficien a todos en el salón de
clases. La valentía siempre debe ser parte del proceso de aprendizaje pero
Disciplina R 23
Hoy los maestros trabajan con una clase diferente de alumno [...] Los
padres admiten cada vez con más frecuencia que no pueden controlar
a sus hijos. Muchos incluso los abandonan. Muchos alumnos actúan
como agentes libres. No viven en casa y no tienen responsabilidades
hacia nadie. Tienen pocos límites personales [...] Está aumentando el
número de alumnos a quienes se pone en suspensión permanente de
la escuela por mala conducta o por desadaptación. La edad de quie-
nes son suspendidos está disminuyendo. Números cada vez mayores
de alumnos de primaria están sin escuela porque trastornan el proce-
so enseñanza–aprendizaje. La creciente claridad de los derechos de
los estudiantes y de un juicio justo ha acabado con las estrategias
tradicionales de disciplina, con las que muchos maestros se sentían
seguros, y muchos maestros se ven sin las habilidades para remplazarlas
(en United States Department of Health, Education, and Welfare,
1978).
esta información, pero es raro que la use para llevar a cabo acciones espe-
cíficas y concretas. El maestro, aunque lleno de empatía, con frecuencia
se siente incapaz de responder de otra manera porque no le parece que
estas recomendaciones sean viables para un entorno normal de clases.
Pero no quiere que parezca que es rígido e indiferente, así que sólo asien-
te con su cabeza, de conformidad con las recomendaciones, y procede a
hacer lo que pueda.
Los sicólogos o trabajadores sociales, bien capacitados para dar ase-
soría, con frecuencia no están disponibles cuando se necesita su interven-
ción, por sus limitaciones de tiempo y la carga excesiva de casos en la
mayoría de las escuelas. En lugar de eso se reúnen con los padres del
niño, sugieren la necesidad de asesoría individual o familiar en la clínica
local de orientación infantil y escriben sus reportes; tal vez nueve de cada
diez veces nada pase después de esto. El administrador, con el deseo de
apoyar al maestro, se pone a su disposición en las crisis, las que se presen-
tan con frecuencia, y suele obtener del alumno una serie de promesas
temporales de esforzarse más y comportarse mejor. Los efectos finales de
este proceso: ¡Mucho entendimiento y muy poco cambio!
Gran parte de este libro trata de lo que puede hacerse acerca de los
problemas de disciplina, pero primero es necesario considerar que esos
factores son responsables de la enajenación que demasiados jóvenes expe-
rimentan en las escuelas. Las causas de los problemas de disciplina se
discuten con brevedad porque tenemos la creencia de que las escuelas pier-
den demasiado tiempo y energía tratando de entender por qué los alum-
nos se comportan mal, cuando deberían estar intentando cambiar sus
patrones de mal comportamiento.
Las escuelas no existen como instituciones aisladas, intocadas por los
sucesos sociales a su alrededor. Las escuelas son, al mismo tiempo, un
espejo de lo que permea a sus comunidades y una fuerza que busca tras-
mitir y dar forma a los valores, las creencias y las actitudes de los alum-
nos. Por ser tanto un espejo como una fuerza dinámica, es esencial que
entendamos cómo unos factores que se presentan dentro y fuera de los
límites de las escuelas actúan para generar problemas de disciplina. Una
vez que se ha entendido el contexto, los maestros pueden aprender a
actuar sobre los factores que quedan dentro de su control y a vivir con
aquellos que no lo están.
26 Disciplina con dignidad
Violencia en la sociedad
Sin machacar acerca de los males sociales de nuestro mundo, es un hecho
que vivimos en una sociedad donde es ya lugar común resolver los pro-
blemas a balazos, cuchillazos, puñetazos, con extorsiones y amenazas de
lesión. Cada día tomamos el periódico y nos enteramos de otra muerte
violenta. La inhumanidad entre las personas ya no es noticia. Los niños
están expuestos a la violencia de forma constante y se han vuelto insensi-
bles a ella. Poco después del intento de asesinato del presidente Ronald
Reagan, entrevistamos a niños en edad escolar para conocer sus reaccio-
nes. Nos dejó sorprendidos la casi ausencia de sentimientos hacia el evento.
Esa ausencia de impacto es un triste comentario acerca de con cuánta
facilidad parecemos aceptar la violencia como una forma natural de vida.
Sus estudios muestran que las personas se agitan cuando se les confronta
con estos mensajes, los que en realidad venden sexo, muerte y violencia.
con dos padres que trabajan y familias con uno o dos hijos, todas son
comunes. La tasa de divorcios ha subido de manera constante, al grado
de que en algunos lugares de Estados Unidos hay más divorcios que
matrimonios. Todos esos cambios, aunque en sí mismos no son buenos
ni malos, han hecho que sea cada vez más difícil criar a los hijos de las
maneras tradicionales. Y, puesto que no hemos tenido el mismo éxito al
desarrollar sistemas familiares que concuerden con estas cambiantes for-
mas de vida, muchos padres se ven sin opciones nuevas para brindar una
estructura familiar segura.
Varias investigaciones muestran que el modo como los padres res-
ponden al mal comportamiento de sus hijos tiene enormes consecuen-
cias para el desarrollo futuro del niño. Por ejemplo, Holmes y Robins
(1987) descubrieron que una disciplina injusta, inconsistente y dura por
parte de los padres predecía que después se darían desórdenes de alcohol
y de depresión. Los conceptos acerca de uno mismo se desarrollan pri-
mero y reciben sus influencias más fuertes en el hogar, y los padres nece-
sitan aprender más habilidades para ayudar a los niños a desarrollarse en
medio de patrones familiares que cambian de manera constante.
Temperamento difícil
Algunos estudios (Maziade et al, en 1986) han descubierto que los tempe-
ramentos de los niños son más “moldeables” de lo que antes se creía, en
especial en los extremos del espectro: es probable que los niños que son
muy fáciles o muy difíciles de tratar permanezcan así por años. Queda
claro que hay niños que son difíciles de manejar a pesar de una crianza
adecuada y de una ausencia relativa de todos los factores sicosociales que
ya se mencionaron. Pero los padres pueden tener influencia sobre esos
niños, para hacer que cambien de maneras “deseables”, cuando se ofrece
un enfoque de la disciplina firme, consistente y amoroso.
Falta de poder
La falta de poder es otro factor en los problemas de disciplina en la
escuela y en el salón. Algunos alumnos se rebelan como una manera de
hacer oir su insatisfacción ante su falta de poder. En la mayoría de las
escuelas se dice a los alumnos, durante seis horas cada día, a dónde ir, a
qué hora llegar, cuánto tiempo tomar para sus necesidades biológicas,
cuál aprendizaje es el importante, qué aprender y cómo se evaluará su
aprendizaje. Con frecuencia el consejo escolar local o la administración
de la escuela toman estas decisiones, tras consultar a miembros de la
comunidad escolar. Con frecuencia se excluye la participación de los alum-
nos en la toma de decisiones. El resultado es que un grupo desarrolla
reglas y procedimientos que definen las normas de comportamiento para
otro grupo, el que tuvo poca o ninguna voz en el proceso. Más de alguna
revolución se ha precipitado por una división similar del poder. Las es-
cuelas que excluyen a los alumnos de los comités que definen las políti-
cas para la escuela y el salón corren un serio riesgo de que exista una
30 Disciplina con dignidad
Ataques a la dignidad
Por último, y lo más significativo: la mayoría de los alumnos con pro-
blemas crónicos de comportamiento creen que ellos no pueden tener
32 Disciplina con dignidad
Pasar una proporción alta (de 65% a 85%) del tiempo de tema en
cada lección en trabajo con todo el salón en lugar de trabajar con
individuos (cuando se usa un enfoque de enseñanza formal, con base
en el grupo) se relacionaba de manera positiva con un buen compor-
tamiento de los alumnos.
Los hallazgos de Rutter son una razón para ser optimistas, en contraste
con investigaciones anteriores de Coleman, Jenks y Plowden. Es claro
que Rutter sugiere que, aunque existan tantas causas para los problemas
de disciplina, las escuelas pueden y sí tienen que ver, al afectar el compor-
tamiento y los logros de los alumnos.
PÓNGASE A PRUEBA
DISCIPLINA TRIDIMENSIONAL
La necesidad de planeación
La planeación es una oportunidad de tener influencia en lo que pasará.
Recomendamos con firmeza que se enseñe a los alumnos a planear, como
una forma de modificar su comportamiento. Con la misma firmeza sen-
timos que la planeación es esencial para manejar algo tan complejo como
el comportamiento de los alumnos. Un buen plan para la disciplina in-
cluye reglas claras y múltiples intervenciones cuando se rompen las re-
glas. Un plan efectivo minimizará el “efecto sistema” (véase el capítulo 2)
y llevará al máximo la interacción personal entre el maestro y el alumno.
La planeación también estimula unas expectativas claras tanto para maes-
tros como para alumnos e incrementa las oportunidades para que los
alumnos se involucren en el desarrollo de procedimientos de disciplina
en el salón. Unas investigaciones de Emmer, Evertson, Anderson (en
1980) y Evertson y Emmer (en 1982) indican que los maestros efectivos
enseñan las reglas y los procedimientos del salón, vigilan que se cumplan
las reglas, dan seguimiento a las consecuencias de manera rápida y consis-
tente, establecen un sistema de responsabilidad por el trabajo, comuni-
can con claridad la información y organizan actividades instructivas. Es-
tos resultados son sinónimos de planeación, que es la mejor metodología
para asegurar estas conductas.
PARA EL ADMINISTRADOR
40 Disciplina con dignidad
tación en las escuelas, siempre pedimos que levanten la mano los maes-
tros que tienen problemas de disciplina. Lo normal es que sólo se levan-
ten una o dos manos. Pero cuando preguntamos: “¿Cuántos de ustedes
conocen a otro maestro en esta escuela que tenga problemas de discipli-
na?”, se levantan todas las manos. Una vez que se tiene una atmósfera
abierta, pueden comenzar a suceder cosas positivas.
Hemos encontrado que la mayoría de los profesorados de las escuelas
representan una amplia gama de sentimientos, creencias y actitudes en lo
que se refiere a la disciplina. Algunos apoyan que haya muchísimas re-
glas, que se hagan cumplir estrictamente y que la administración sea dura
en todos los casos de alumnos infractores. Otros maestros sienten que lo
mejor es tener pocas reglas y que los alumnos deben resolver sus propios
problemas. Una de sus primeras tareas será generar una discusión abierta
entre los miembros de su profesorado, tanto en entornos formales, por
ejemplo las juntas de departamento y de profesores, como en entornos
informales, para que todos los maestros sepan dónde está su postura
respecto de la de los demás. El objetivo es que se acepten puntos de vista
diferentes y que también haya claridad acerca de los acuerdos que existen.
Construya un sentido de unidad a partir de los acuerdos y a la vez permita
que existan diferencias individuales. Desarrollar esta clase de comunica-
ción abierta y una toma compartida de decisiones permitirá grandes avances
para ayudar a los miembros del profesorado a sentirse apoyados y listos para
hacer cambios específicos en la forma como disciplinan a sus alumnos.
Para ayudar a dar un enfoque a las discusiones, puede comenzar con
la lista de causas en la escuela para los problemas de disciplina, aquí
presentada. Establezca grupos de trabajo o comandos de tarea para cada
una de las siguientes causas: aburrimiento de los alumnos, falta de poder,
límites poco claros, falta de escapes aceptables para expresar los senti-
mientos y conceptos negativos de sí mismos. Cada grupo debe incluir a
maestros, administradores, padres y alumnos. Cada grupo puede desarro-
llar un plan específico para su escuela, a fin de minimizar la causa especí-
fica de mal comportamiento que eligieron.
Un grupo en una escuela suburbana se hizo cargo del asunto de dar a
los alumnos un mayor sentido de poder en su escuela. Entre sus reco-
mendaciones estaban:
Disciplina R 41
puede dar ayuda directa al personal al observar, sin afán de juzgar, clases
en las que los maestros batallan y ofrecer opiniones constructivas.
Nótese la diferencia entre las siguientes declaraciones, tomadas de
observaciones en el salón de clases.
CAPÍTULO 2
DIGNIDAD Y RESPONSABILIDAD
EN EL SALÓN DE CLASES
lo mejor del pensamiento de los últimos cien años. Evitamos los enfo-
ques truculentos, seguidores de modas, simplistas, que detienen el mal
comportamiento y a la vez reducen el deseo y el amor del alumno por el
aprendizaje.
MODELOS DE DISCIPLINA
De una forma u otra, todos los programas de disciplina tienen los siguien-
tes elementos: metas, principios, reglas, procedimientos de aplicación o
intervención y un proceso de evaluación, implícito o explícito. Además,
cada proceso brinda a los alumnos un aprendizaje incidental o secunda-
rio, acerca de la autoestima, el manejo de la responsabilidad, la solución
de problemas, el control en sus vidas y cómo afectar las consecuencias de
su comportamiento. El cuadro 2.1 es un modelo genérico de disciplina
que ilustra cómo funcionan la mayoría de los modelos de manejo del
comportamiento.
Reglas
Las reglas son un elemento central en todos los programas de disciplina,
pero puede ser que se haga demasiado hincapié en ellas por razones tanto
conceptuales como prácticas. Las consecuencias y los principios tienen
más influencia para lograr un cambio de conducta a largo plazo. Las
reglas mantienen el orden durante el momento presente; funcionan me-
jor cuando tienen que ver con el comportamiento y se plantean sin me-
dias tintas. Debe ser fácil para los alumnos y para el maestro ver si un
comportamiento específico viola una regla (ejemplos de reglas: para ha-
Principios
Debido a que los principios no pueden hacerse cumplir, con frecuencia
son pasados por alto o ignorados en los programas integrados de disci-
plina (los principios definen actitudes y expectativas para el desarrollo
del comportamiento en el largo plazo; parecen reglas vagas: sé respetuo-
so, interésate en los demás, llega preparado). Si el maestro intenta hacer
que se cumplan los principios, los alumnos suelen culparlo o concen-
trarse en la parte del área gris que les da la razón. Sin embargo, el enten-
dimiento y la observación de los principios correctos es un fundamento
crucial para unas buenas reglas. Cuando las reglas no se desarrollan de
manera natural a partir de unos principios, puede ser que los alumnos
aprendan una acción específica sin ver o entender su valor. Por ejemplo,
los alumnos pueden aprender a estar en su asiento cuando suene la cam-
pana, sin saber o entender que esto es parte de un tema más amplio:
hábitos responsables de trabajo. Los programas efectivos de disciplina
proporcionan reglas claras y específicas junto con lineamientos para su
aplicación, sin sacrificar los mayores niveles de aprendizaje que brindan
los principios.
Consecuencias
En términos prácticos, para que un programa tenga éxito son mucho
menos importantes las reglas que las consecuencias, y por esto los pro-
gramas con base en el castigo y en el poder del maestro pueden ser
riesgosos. Se les promueve como fáciles de aprender, fáciles de poner en
marcha y con resultados rápidos, pero su mayor atractivo es también su
mayor debilidad. Para lograr sus generosas afirmaciones, los programas
punitivos deben recurrir a métodos con base en el poder. Creen en un
modelo de obediencia para la disciplina (cuadro 2.2) porque “decir a los
alumnos qué hacer” requiere la menor cantidad de trabajo o de cambio
para el maestro. Los modelos de obediencia tienen como metas: las mí-
nimas violaciones a las reglas, o ninguna, y que los alumnos sigan órdenes.
46 Disciplina con dignidad
Ejemplos:
1. Amenazas.
2. Regaños.
3. Escribir 500 veces “No volveré a ___________”
4. Arrestos escolares.
5. Escribir el nombre del alumno en el pizarrón.
El alumno aprende:
1. No te dejes atrapar.
2. No es mi responsabilidad.
EL MODELO DE OBEDIENCIA
La obediencia se define como seguir las reglas sin cuestionarlas, sin que
importen las creencias filosóficas, las ideas de lo correcto y lo incorrecto,
los instintos y las experiencias o los valores. Un alumno “lo hace” porque
se le dice que lo haga. En el corto plazo, la obediencia ofrece un alivio a
los maestros, un sentimiento de poder y control y un oasis ante el cons-
tante bombardeo del desafío. Sin embargo, en el largo plazo la obedien-
cia lleva a inmadurez en los alumnos, falta de responsabilidad, incapaci-
dad para pensar de manera clara y crítica y un sentimiento de indefensión
que se manifiesta con aislamiento, agresividad o luchas de poder. Nunca
afirmaríamos que los alumnos deben ser desobedientes, aunque la inves-
tigación nos ha enseñado a esperar los “terribles dos años”, los “cuatro
sin límites”, los “diezañeros susceptibles” y la adolescencia rebelde como
momentos cuando portarse mal y poner a prueba los límites es una señal
de crecimiento e independencia. Creemos con firmeza que el entrena-
miento para la obediencia en las escuelas es un riesgo personal y social
con funestas consecuencias potenciales para todos. La obediencia, inclu-
so cuando “funciona”, no es defendible en lo filosófico, en lo sicológico
ni en lo sociológico. Los modelos de obediencia están mucho más intere-
sados en mantener en orden a los alumnos que en mantener su dignidad.
El cuadro 2.2 muestra que el modelo de obediencia usa el castigo
como su principal forma de intervención. William Chandler Bagley sa-
bía en 1907 que los castigos debían reservarse para los casos en los que
nada más parecía funcionar.
48 Disciplina con dignidad
EL MODELO DE RESPONSABILIDAD
Consecuencias:
1. Locus interno.
2. Lo hace el alumno.
3. Lógico o natural.
Ejemplos:
1. Desarrollar un plan que describa cómo se comportará usted, sin romper la regla,
cuando se encuentre en una situación similar.
2. Practicar el comportamiento correcto en una reunión privada con el maestro.
El alumno aprende:
1. Soy la causa de mis resultados.
2. Tengo más de una alternativa de comportamiento en cada situación.
3. Tengo poder para elegir la mejor alternativa.
PRINCIPIOS
EL PRINCIPIO 80–15–5
80%. Estos alumnos rara vez rompen las reglas o violan los princi-
pios. Vienen a la escuela con motivación para aprender, preparados
para trabajar y aceptan las restricciones de un entorno de salón de
clases. En términos amplios, estos alumnos han sido suficientemente
exitosos, según estándares formales e informales, para poder esperar
éxito en el futuro. La mayoría de los planes de disciplina son inecesa-
rios o invasivos para estos alumnos.
15%. Estos alumnos rompen las reglas con cierta regularidad. No
aceptan a ciegas los principios del salón y se resisten a las restriccio-
nes. Su motivación va de totalmente activa a totalmente inactiva, de-
pendiendo de lo que pasó en su casa esa mañana o de cómo perciben
ellos las actividades diarias en el salón. Sus logros pueden ir de altos
Dignidad y responsabilidad en el salón de clases R 53
LOCUS DE CONTROL
Lo que sigue son principios del locus de control según se relacionan con
la disciplina:
EN CONCLUSIÓN
CAPÍTULO 3
LA DISCIPLINA TRIDIMENSIONAL
Dimensión de la prevención
Lo que puede hacerse para prevenir los problemas de disciplina:
1. Ser consciente de uno mismo (maestro).
2. Ser consciente de los alumnos.
3. Expresar los sentimientos auténticos.
4. Familiarizarse con teorías alternativas.
5. Motivar a los alumnos a aprender.
6. Establecer contratos sociales.
7. Poner en operación los contratos sociales.
8. Reducir el estrés.
Dimensión de la acción
Qué hacer cuando se presentan problemas de disciplina:
1. Elegir la mejor consecuencia alternativa.
2. Aplicar la consecuencia.
3. Recopilar datos.
4. Evitar luchas de poder.
Dimensión de la resolución
Replantear la negociación de contratos con un alumno individual:
1. Averiguar lo que se necesita para evitar otro problema.
2. Desarrollar un plan de mutuo acuerdo.
3. Poner el plan en marcha.
4. Supervisar el plan, corregir si es necesario.
5. Usar enfoques creativos cuando sea necesario.
LA DIMENSIÓN DE LA PREVENCIÓN
Lea las siguientes declaraciones y decida de cuál usted hace la cantidad justa, cuál
quisiera aumentar y cuál quisiera disminuir. Señale con un círculo la letra indicada.
Ahora tome una declaración de la que quiera hacer más y mencione tres pasos especí-
ficos que pueda dar para hacer más de eso.
Preguntas
¿Acerca de cuál alumno supo más?
¿Con cuál alumno pasa usted más tiempo?
¿Qué sucedería si usted pasara más tiempo hablando con el alumno de quien menos
supo?
¿Qué pasos específicos puede usted dar para conocer a todos sus alumnos, sin importar
si son sus favoritos o sus menos favoritos?
1. Voy a
2. Voy a
3. Voy a
Siga el mismo proceso para una declaración de algo que quiera hacer menos:
1. Voy a
2. Voy a
3. Voy a
Lleve un registro de la frecuencia con la que hace su lista de seis “voy a” durante una
semana.Vea si ha cambiado lo suficiente para estar satisfecho. Escriba los cambios que se
dieron como resultado de sus experiencias:
Cambio inesperado
Positivo Negativo
La Disciplina Tridimensional R 65
Lunes
Mañana: En este momento me siento (complete con las cuatro pala-
bras que quiera).
1) 2) 3) 4)
Señale con un círculo el sentimiento más fuerte.
Escriba un enunciado acerca del sentimiento más fuerte.
Mediodía: (Repita el formato)
Fin del día: (Repita el formato)
Martes:
(Repita el formato)
Viernes:
¿Qué métodos usa para expresar, reconocer o lidiar con sus senti-
mientos positivos acerca de su enseñanza? Sea específico.
¿Qué métodos usa para expresar, reconocer o lidiar con sus senti-
mientos negativos acerca de su enseñanza? Sea específico.
¿Está satisfecho con su patrón de sentimientos?
Si no, ¿qué puede hacer para cambiarlo por uno que prefiera?
LA DIMENSIÓN DE LA ACCIÓN
A pesar de todos los esfuerzos de usted (y los de sus alumnos) por evitar
que sucedan problemas de disciplina, los conflictos se presentarán, de
manera inevitable, en cualquier situación en la que se espere que 20 o 30
personas estén juntas por un largo periodo de tiempo. El propósito de la
dimensión de la acción tiene dos vertientes. Cuando se presenta un pro-
blema de disciplina, es necesario que alguien (suele ser el maestro) haga
algo para detener el problema lo más pronto posible. Para esto se requie-
re la acción. El primer paso es aplicar la consecuencia ligada a una viola-
ción de la regla, según se estipula en el contrato social. Sin embargo,
aplicar consecuencias es más que sólo decir “Nancy, en este salón no se
masca chicle y, como estás mascando, tendrás que quedarte después de
clases y limpiar todos los escritorios. ¡No discutas! Estuviste de acuerdo
con esta regla y su consecuencia en septiembre”. El método de aplica-
ción es, por lo menos, tan importante como la consecuencia misma. El
tono de voz, la distancia física del alumno, la postura corporal, el uso del
contacto ocular y otros gestos no verbales determinan la efectividad de
una consecuencia igual o más que el propio contenido de la consecuencia.
Sin embargo, simplemente aplicar las consecuencias a medida que se
rompen las reglas puede volverse mecánico y deshumanizar todo el enfo-
que tridimensional. Cuando hay simples violaciones de las reglas, las
consecuencias se pueden aplicar con rapidez y sin hacer mucho escánda-
lo. Aun así, las violaciones a las reglas brindan al maestro y a los alumnos
una oportunidad de interactuar de manera positiva. Al cerrar el conflicto
usando las consecuencias y la interacción positiva, su grupo puede apro-
vechar toda su energía y vitalidad.
70 Disciplina con dignidad
LA DIMENSIÓN DE LA RESOLUCIÓN
PARA EL ADMINISTRADOR
72 Disciplina con dignidad
La Disciplina Tridimensional R 73
CAPÍTULO 4
EL CONTRATO SOCIAL
Debido a que los contratos sociales son una herramienta genérica, pue-
den marcar una diferencia positiva para los maestros en entornos urba-
nos, suburbanos y rurales; para los dotados y los talentosos; para los
problemas empedernidos de comportamiento y para maestros nuevos y
veteranos, en escuelas grandes o chicas. Más que ningún otro aspecto de
la Disciplina Tridimensional, el contrato social personifica los principios
del modelo de responsabilidad.
El contrato social se desarrolla con base en la toma democrática de
decisiones. Los estudios de White y Lippitt (1960) con niños de diez y
11 años de edad mostraron que un enfoque autoritario del maestro lleva-
ba a una alta producción de trabajo de parte de los niños pero se veía
acompañado de agresiones dirigidas al maestro. Los niños en grupos
democráticos, los que eran guiados por el maestro pero tenían también
una clara participación en la toma de decisiones, mostraban una produc-
ción de trabajo casi igual de alta, se llevaban “de lo mejor” con el maestro
y trabajaban ligeramente mejor que el grupo autoritario cuando el maes-
tro no estaba en el salón. Los niños con maestros que dejan hacer tuvie-
ron los peores resultados en todos los criterios (White y Lippitt, 1960).
EL EFECTO SISTEMA
día e incluso ofrece una muestra de algo nuevo. Cuando el cliente termi-
na de hacer sus compras, el tendero de la esquina dice “Vuelva pronto”, y
lo dice de corazón. Tanto el gran supermercado como la tienda del ve-
cindario tienen un sistema. Las diferencias son:
No hay una sola manera correcta de crear un contrato social. Los maes-
tros nos impresionan de manera continua con la creatividad y flexibili-
El contrato social R 79
dad que han empleado al adaptar el contrato social, para ajustarlo a sus
propios estilos y situaciones. En los contratos más exitosos son típicas
las siguientes características:
Buenos principios
Unos buenos principios, con base en el sistema de valores del maestro,
proporcionan lineamientos para el comportamiento en el salón. Los prin-
cipios ponen a las reglas en un contexto más amplio, el que ayuda a los
alumnos a entender por qué se elige y se necesita cada regla. Los princi-
pios no están diseñados para hacerse cumplir, porque son demasiado
generales. Sin embargo, es posible alentarlos, apoyarlos, valorarlos, dis-
cutirlos o sugerirlos. Los siguientes son ejemplos de principios:
Sé respetuoso.
Sé cortés.
Llega preparado.
Trata a otros como deseas que se te trate.
Siempre trata de hacer las cosas lo mejor que puedas.
Reglas efectivas
Las reglas son la expresión de los principios en el comportamiento. De-
finen con claridad lo que es aceptable en el salón de clases y lo que no.
Las reglas funcionan mejor cuando describen comportamientos es-
pecíficos. Entre más específicas sean sus reglas, más reglas tendrá, así que
trate de limitar su número: comience sólo con las que necesita más. Des-
pués podrá agregar otras si se necesitan, y no se molestará en hacerlo si
no se necesitan.
80 Disciplina con dignidad
Sea breve
El contrato social no es la carta magna ni un breviario legal. Deshágase
de las palabras inecesarias o confusas. Evite la palabra “intentar”.
Consecuencias lógicas
Las consecuencias son la parte esencial y más difícil de desarrollar del
contrato social. Los siguientes criterios para unas buenas consecuencias
son breves, porque el siguiente capítulo está dedicado por completo a las
consecuencias.
Las buenas consecuencias:
El contrato social R 81
Recordatorio.
Advertencia.
Practicar el cumplimiento de la regla.
Plan escrito.
Las amenazas son un tipo de castigo que con frecuencia acorrala a quien
las profiere, en especial cuando la amenaza es más severa de lo que se
quiere. Otro tipo de castigo, hacer que los alumnos escriban algo un
cierto número de veces, sólo enseña a los alumnos a odiar la escritura.
Cuando a los alumnos se les hace quedarse después de clases, aprenden
que la escuela es un mal lugar para estar, porque si son “malos” tendrán
que quedarse más tiempo. Al final, este castigo erosiona sutilmente la
motivación.
maestros pueden encontrar una o dos, de las reglas que los alumnos
hacen para ellos, que pueden seguir. Ejemplos típicos son:
La tarea se devuelve en tres días.
Si no podemos comer en clases, usted no puede tomar café.
No llegue tarde por quedarse en el corredor hablando con al-
guien después del timbre.
No llame a mi casa sin avisarme primero.
Si se usa este método, el maestro puede romper una regla y ser
atrapado por los alumnos. Entonces el maestro tiene la oportunidad
para poner un ejemplo de cómo deben responder los alumnos cuan-
do se les atrapa rompiendo una regla.
Los alumnos desarrollan reglas unos para otros. Deje que los alumnos
desarrollen reglas (y posiblemente consecuencias) unos para otros.
Estas reglas funcionan mejor cuando son de conformidad con las
normas ya mencionadas para las buenas reglas. No acepte ninguna
regla o consecuencia con la que no se sienta cómodo al hacerla cum-
plir.
Los alumnos votan acerca de las reglas negociables. Piense en algunas (no
todas) reglas que pueda permitir que los alumnos elijan por vota-
ción. Recomendamos que sea necesario 70% de la votación para que
una regla negociable pase. Tenga cuidado de no someter a votación
de los alumnos una regla que le resulte imprescindible. Si somete
una regla a votación, tendrá que seguir adelante con la decisión de los
alumnos.
Tiempo invertido
Algunos maestros, en especial en los niveles de secundaria y preparatoria,
consideran que el proceso para el contrato social quita demasiado tiem-
po. “Después de todo”, alegan, “tengo cinco clases al día, con 150 alum-
nos, y mucho material por cubrir. No tengo tiempo para hacer contratos
sociales”. Nuestra respuesta es que el contrato social completo se lleva un
promedio de tres periodos por grupo para terminarlo. Para sentir que su
tiempo se ha empleado bien, necesita responder: “Si contara los minutos
y las horas que paso manejando el comportamiento problemático du-
rante todo un semestre o trimestre, ¿sumaría al menos el equivalente de
tres periodos de clase?” Nuestra experiencia, al observar a muchos maes-
El contrato social R 83
los tres primeros pasos no le exigirán más esfuerzo para todos los grupos
que para uno. También hemos visto que las reglas de los alumnos se
parecen mucho unas a otras.
Una vez que se ha desarrollado el contrato para cada grupo, no es
más difícil para usted ponerlo en marcha de lo que es tener de dos a
cuatro planes de clase diferentes. De hecho es más fácil, porque no se
necesita tiempo de preparación. De la misma manera en la que usted
cambia de velocidades para cada clase, puede cambiar sus contratos so-
ciales para cada periodo. La mayoría de los maestros simplemente tienen
una gran hoja de papel imprenta que contiene el contrato, y pegan el
nuevo contrato a la pared cada vez que suena la campana. Otros dan un
ejemplar a cada alumno, para que lo mantengan en el cuaderno de la
materia.
Para los niños chicos y otros con habilidades de lenguaje limitadas,
suele ser útil dar más estructura. El lenguaje que usted emplee para pre-
sentar sus reglas y consecuencias debe corresponder de manera natural al
entendimiento del niño. Cuando sea el turno de ellos para crear reglas y
consecuencias para usted, enseñe el proceso con el uso de ejemplos. Pue-
de decir a los alumnos:
Pruebas
Para evitar que los alumnos aleguen ignorancia de las reglas y las conse-
cuencias, hágales una prueba acerca del contrato social (el cuadro 4.1 es
un ejemplo de esta prueba). Los alumnos requieren todos los aciertos
para pasar. Si un alumno no logra 100%, nada pasa, y el alumno puede
El contrato social R 85
NOMBRE ______________________________________
Salud 301
1. Además de un cuaderno o carpeta y papel limpio, de raya, ¿qué más debes traer a la
clase de salud cada día?
2. ¿Qué debes traer a la clase de salud cada viernes?
3. ¿A qué hora comienza tu clase de salud?
4. Si entregas tu tarea con sólo un día de retraso, ¿qué pasa con tu calificación?
5. No puedes pedir permiso de ir al baño los primeros ____ minutos de clase.
6. ¿Cuál es el límite de tiempo para ir al baño?
7. ¿Cuándo puedes escribir o dibujar en un libro de salud?
8. Se vale escribir o dibujar sobre un escritorio en clase de salud. V F F F
9. Si llegas con sombrero a la clase, ¿qué debes hacer con él?
10. Es posible obtener un asiento asignado en esta clase para el resto del año. V F F F
11. ¿Cuándo se valen las peleas físicas en la clase de salud?
12. Por juguetear en esta clase, se te pueden llegar a restringir los permisos. V F F F
13. En la clase de salud, los alumnos no deben destruir o dañar la propiedad de los
demás. V F F F
14. ¿Cuándo pueden los alumnos jugar un juego silencioso en la clase de salud?
15. El tiempo libre los miércoles es para jugar y platicar.
16. ¿Cuándo puede la maestra cambiar una regla?
17. ¿Cuándo no puede la maestra dejar tarea?
18. ¿Con cuánta anticipación se debe avisar de exámenes y pruebas?
19. ¿Cuándo puede la maestra dejar tarea como castigo?
20. Si dos alumnos tienen un problema en la clase de salud, la maestra sólo tiene que
escuchar a una de las partes. V F F F
21. La maestra puede dejar tarea en los días de examen o prueba.
22. ¿Cuándo puede llegar tarde la maestra?
23. La maestra puede dejar tarea ________ veces por semana.
24. La maestra debe devolver los exámenes y pruebas en los siguientes ___ días.
25. Cuando unos pocos alumnos se portan mal, ¿a quién puede castigar la maestra?
26. Está bien que la maestra lea las notas de los alumnos en silencio. V F F F
27. La maestra puede leer las calificaciones de los alumnos frente a todo el
grupo. V F F F
28. Se necesitan _____ puntos extra seguidos para obtener un cupón de día libre.
29. Si tienes seis puntos extra seguidos y luego un punto menos, los puntos extra
vuelven a contarse desde cero. V F F F
hacer la prueba todas las veces que quiera, hasta obtener una calificación
aprobatoria. Sin embargo, todos los privilegios en el salón de clases se
ganan con una calificación aprobatoria.
Para solucionar el problema de los alumnos que tratan de no pasar la
prueba y para ayudar a promover la responsabilidad entre sus alumnos,
creemos que todos los privilegios en el salón de clases deben ganarse, no
otorgarse. Este proceso ayuda a que los niños aprecien los privilegios
porque son ganados, y los motiva para pasar la prueba. Algunos ejem-
plos de privilegios son:
Salir de excursión.
Ser vigilante del corredor.
Entregar los materiales.
Ir a llevar un mensaje a la oficina del director.
Ganar tiempo libre.
Elegir las asignaciones.
Ser líder de la fila.
Limpiar el pizarrón.
Trabajar en la biblioteca.
Ser vigilante en el patio de recreo.
tuo. Si se necesita a los padres para cumplir con una consecuencia, las
posibilidades de que cooperen se verán reforzadas si ellos tienen un en-
tendimiento previo de sus responsabilidades.
Administradores. Los administradores, como los padres, deben estar
informados de su contrato social a medida que se desarrolle. Esto tiene
una importancia especial si usted incluye a los administradores como
parte de sus consecuencias. Usted debe llegar a un acuerdo completo con
los administradores acerca de cualquier consecuencia que los incluya.
Incluso si no están directamente involucrados en sus consecuencias, será
de ayuda para usted informarlos de su plan de disciplina. Hemos visto que
la claridad entre maestros y administradores en cuanto al tema de la dis-
ciplina ayuda a contrarrestar el estrés asociado a los sentimientos de aisla-
miento y falta de apoyo administrativo que se describen en el capítulo 3.
Maestros sustitutos. Con frecuencia a los alumnos se les iluminan los
ojos cuando un sustituto entra en lugar de un maestro ausente. Armados
con planes de clase que el maestro dejó y con un deseo de “buena suerte”
de parte de la administración, los sustitutos deben confiar en la pacien-
cia, el buen humor y una alta tolerancia para la ambigüedad así como, en
muchos casos, un ligero caos. Hemos visto una mejora significativa cuando
se da a los sustitutos una copia del contrato social, con lo que el sustitu-
to sabrá exactamente lo que se espera de sus alumnos y lo que puede
hacerse si los alumnos rompen las reglas. La mayoría de los sustitutos se
dan cuenta de que pasan más tiempo tratando los asuntos de comporta-
miento que los académicos. Usted puede hacerles la vida más fácil si les
da lineamientos para el aula. Si se informó a los sustitutos de su contrato
social, el administrador podrá apoyar al sustituto si un alumno o dos se
ponen difíciles durante su ausencia. También ayuda incluir en su contra-
to una regla que estipule que todas las demás reglas siguen en efecto si
está presente un sustituto.
Otros maestros. Puede ser que otros maestros estén teniendo proble-
mas similares con un alumno. Compartir el contrato social y su efectivi-
dad con ese alumno puede servir para encontrar maneras de trabajar en
equipo para resolver el problema. Puede ser que otros maestros quieran
probar el proceso de contrato social o que adquieran ideas para modifi-
car el que tienen.
El contrato social R 89
1. Deseamos agradecer a Jeanne McGlynn, de Sussex, Nueva Jersey, por compartir sus
ideas.
90 Disciplina con dignidad
1. Cada grupo de mesa tendrá un supervisor, quien estará a cargo de ir por los materia-
les, distribuirlos, supervisar que el comportamiento se dé según las reglas del salón de
clases, recoger los materiales y limpiar.
2. Los miembros del grupo votarán por el supervisor, con base en sus cualidades como
líder, confiabilidad o cualesquiera otras cualidades que el grupo considere que constitu-
yen a un buen líder.
3.Todos los miembros del grupo deben cooperar con el supervisor.
4. El supervisor debe cumplir los deberes y las responsabilidades de su cargo.
5. Nadie más en el grupo puede dejar su asiento, a menos que se lo indique el supervisor
o el maestro.
mesa recibe un punto extra, cada individuo de ese grupo recibe un crédi-
to extra, el que se sumará a su calificación al final del ciclo. Esto resulta
particularmente atractivo para el alumno que no siente que pueda lograr
el éxito sólo con su trabajo de arte.
El grupo que rompa el contrato en cualquier manera recibirá un punto
menos. Los puntos menos no se dan todos los días. Se dan como el
último paso en la secuencia de consecuencias empleadas para desalentar
el comportamiento poco cooperativo en el grupo. Rara vez se llega a la
etapa del punto menos. Lo usual es que los problemas se arreglen antes
de que el grupo llegue a este punto (véase el cuadro 4.3).
Antes de comenzar el Desarrolle sus reglas insignia y las negociables, así como
curso: las consecuencias.
Día uno (puede darse al Explique al grupo el proceso que empleará para desa-
principio de clases, o du- rrollar el contrato. Comparta con ellos cómo se hacen
rante el año): buenas reglas y consecuencias. Deje de tarea que cada
alumno desarrolle una regla y una consecuencia para
usted y para los demás alumnos. Sus reglas “insignia” ya
están en vigor (tiempo aproximado: de diez a 15 minu-
tos).
Día dos: Recoja las tareas. Después de clases, organice las reglas
de los alumnos y elimine las que se repitan.
Día tres: Comparta todas las reglas y consecuencias (incluyendo
sus reglas insignia), y las reglas negociables. Discuta,
dramatice o defina las reglas que sean poco claras (tiem-
po aproximado: toda la clase).
Día cuatro: Use el proceso de toma de decisiones para determinar
cuáles de las reglas y consecuencias que quedan serán
parte del contrato (tiempo aproximado: de 20 a 25 mi-
nutos).
Día cinco: Administre una prueba del contrato social (tiempo
aproximado: 15 minutos). Después de clases, corrija la
prueba. Envíe cartas a los padres e informe a su adminis-
tración de su contrato. Fije una junta con los admi-
nistradores para discutir las consecuencias en las que
ellos tienen que ver.
Día seis: Devuelva las pruebas, vuélvalas a administrar a los alum-
nos que no hayan obtenido 100%. Ponga el contrato a la
vista en el salón.
Una semana después: Renegocie cualquier regla y consecuencia que no esté
funcionando. Agregue nuevas reglas y consecuencias se-
gún se necesite.
Una vez al mes durante Sostenga con el grupo una junta de revisión del contra-
los siguientes meses: to social. Hablen de cómo está funcionando el contrato
social. En estas juntas usted puede agregar o eliminar
reglas y consecuencias. Sus alumnos deben tener la mis-
ma oportunidad de opinar que durante la junta de
desarrollo inicial del contrato, el día cuatro.
92 Disciplina con dignidad
Los cuadros 4.5 y 4.6 son contratos sociales desarrollados por maestros
con sus alumnos. Hemos descubierto que la mayor parte del poder del
contrato social reside en el proceso, no en el contenido (las reglas y con-
secuencias). Con esto queremos decir que la participación de los alum-
nos con el maestro para definir normas aceptables para el salón de clases
y el proceso de llegar a un acuerdo acerca de estas normas son más im-
portantes que el contenido de las normas. Los cuadros 4.5 y 4.6 se pre-
REGLA
Nos sentaremos juntos sobre la alfombra para oir cuentos. Las piernas deben estar cruza-
das, los brazos cruzados y no estaremos moviéndonos cuando nos hayamos sentado.
Consecuencias:
1. El maestro te pone sobre la alfombra.
2. Debes sentarte en tu mesabanco.
3. Se te retirará del salón.
REGLA
Los niños no deberán pelear, empujar o gritar en el patio de recreo.
Consecuencias:
1. Sentarse en la banca.
2. Todo el grupo entra al salón antes de tiempo.
3. No salimos a recreo.
El contrato social R 93
sentan sólo como ejemplos del punto final al que llegaron varios grupos
al desarrollar sus reglas y consecuencias. Bien puede ser que el contenido
del contrato de usted sea muy diferente.
Los maestros que han empleado contratos sociales nos dicen, enfáti-
cos, que marcan una diferencia positiva. Descubren que los alumnos rom-
pen menos las reglas y que ellos pueden pasar más tiempo haciendo lo
que se les paga por hacer: enseñar. Le invitamos a probar tanto del pro-
ceso como le sea posible y a juzgar por usted mismo el poder de este
proceso. Al final, el proceso se vuelve más fácil cada vez que usted y sus
alumnos lo viven. Y entre más lo internalice como parte de su estilo de
enseñanza, más efectivo será usted como dirigente del salón de clases.
PARA EL ADMINISTRADOR
Los contratos sociales son parte integral del proceso tridimensional. Como
administrador en su escuela o distrito, usted puede ser un recurso útil
para los maestros que desean desarrollar contratos sociales en sus salones.
Puede ayudar a los maestros revisando sus propuestas de reglas y conse-
cuencias antes de que las presenten a los alumnos. Ayude a hacer más
claras las reglas que no estén claras, vea que la lista esté completa y revise
que realmente se trate de consecuencias (véase el capítulo 5) y no de
castigos.
Deje en claro cuál será su papel cuando un alumno rompa una regla.
Especifique con claridad lo que hará si le envían a un alumno y bajo qué
circunstancias atenderá a un alumno que se comporte mal. Puede usar el
modelo de contrato social para desarrollar un contrato entre usted y sus
maestros, en relación con sus responsabilidades en cuanto a la disciplina.
Cuando se hayan establecido los contratos sociales, usted puede ofrecer
apoyo revisando cómo va el proceso o formando equipos con los maes-
tros que han probado el contrato social y los que están listos para pro-
barlo por primera vez. Puede fijar visitas al aula para que otros maestros
en la escuela o el distrito puedan observar el contrato social en funciona-
El contrato social R 95
96 Disciplina con dignidad
CAPÍTULO 5
CONSECUENCIAS
1 Recordatorio.
2 Advertencia.
3 El alumno deberá entregar su tarea ese día antes de que la escuela
cierre.
4 Quedarse después de clases a terminar la tarea.
5 Una conferencia entre el maestro, el alumno y uno de los padres,
con el fin de desarrollar un plan de acción para terminar la tarea a
tiempo.
La mayoría de los alumnos eligen dar casi todo o todo el dinero al se-
gundo hijo. Esto es perfecto para llegar al concepto de que ser justo
significa dar a la gente lo que necesita y, cuando personas diferentes tie-
nen diferentes necesidades, se les dan diferentes cantidades. Esto es justo.
No es igual. Otro ejemplo de justo y desigual que usted puede compar-
tir con sus alumnos se desarrolla en la sala de espera de un doctor. Pida a
sus alumnos que imaginen a diez pacientes que esperan su turno para ver
al doctor. Uno está resfriado, otro tiene un brazo roto, otro tiene neu-
monía, otro se quemó con hiedra venenosa, otro tiene un tirón en un
tobillo, otro tiene diarrea, otro tiene alergias, otro tiene varicela, otro se
encajó una astilla y otro vino a su revisión anual. De repente, sale el
doctor y anuncia a los pacientes que hoy es día de aspirinas. Se tratará
igual a todos los pacientes y se les dará aspirina para aliviar sus problemas.
Consecuencias R101
Regla
Toda la basura debe tirarse al basurero.
Consecuencia Castigo
Recoge tu basura del piso. Pide disculpas al maestro frente a
todo el grupo.
Regla
Cada uno debe hacer sus exámenes y sus tareas, a menos que se asigne
trabajo de equipo. No se debe copiar el trabajo de otros alumnos.
Consecuencia Castigo
Haz la prueba o la tarea otra vez, bajo Escribe cien veces: “No copiaré el
supervisión. trabajo de mis compañeros”.
Regla
No se habla cuando alguien más está hablando. Si quieres hablar, espera
a que termine quien está hablando.
Consecuencia Castigo
Espera cinco minutos para hablar. Sentarse en el corredor toda la
clase.
Regla
Debes estar en tu lugar, a más tardar, cinco minutos después del timbre.
Consecuencia Castigo
Es tu responsabilidad obtener la Perderte toda la clase sentado en
información que perdiste o reponer la oficina del director, luego repo-
el trabajo que perdiste por tu retraso. ner el trabajo.
Estas cuatro consecuencias pueden ser efectivas para cualquier regla. To-
das concuerdan con la descripción que dimos para que sean efectivas.
me escribas cómo piensas dejar de romper esta regla. Anota con mucha
claridad lo que harás cuando quieras decir algo a María”.
4. Practicar el comportamiento. Con frecuencia los alumnos rompen las
reglas porque no tienen las habilidades emocionales o de comportamiento
que concuerden con su entendimiento cognitivo de las reglas. En otras
palabras, a veces los alumnos no saben cómo comportarse de manera
correcta incluso cuando saben cuál es la regla. Aun para los alumnos que
sí saben seguir reglas, la práctica con el maestro puede ser una conse-
cuencia útil y efectiva si el maestro no es sarcástico o condescendiente.
Hemos visto que esta consecuencia se usa con efectividad para enseñar el
comportamiento correcto en el comedor, para enseñar estrategias efecti-
vas y no violentas para expresar la ira y para enseñar maneras efectivas y
apropiadas de llamar la atención. Para aplicar esta consecuencia, el maes-
tro debe seguir esta secuencia:
Sin importar qué tan buenas sean sus consecuencias, deben aplicarse de
manera consistente para que tengan efecto. Eso significa que cada vez
que usted ignora una violación a la regla o amenaza en lugar de dar, en
efecto, una consecuencia, está enviando el mensaje de que no toma en serio
su contrato. También dice a los alumnos que tienen por lo menos alguna
oportunidad de romper el contrato sin consecuencias. Eso los impulsará
a romper reglas, así sea sólo para definir por sí mismos cuáles son sus
verdaderos límites. Sin embargo, existen muchas razones por las que los
maestros no aplican las consecuencias, incluso cuando ya se tomaron la
molestia de desarrollarlas y de llegar a un acuerdo con el grupo acerca de
ellas. Estas son cuatro de las principales causas de que no se apliquen las
consecuencias.
Continuamente los maestros nos piden que los ayudemos a pensar en con-
secuencias buenas. Se necesita paciencia y práctica para desarrollar conse-
cuencias efectivas, que no sean castigos y tengan una gama de alternati-
vas. Para desarrollar consecuencias efectivas se necesitan dos habilidades
importantes: creatividad y la habilidad para ver la extensión lógica de la
violación a la regla. También es útil conocer bien a sus alumnos y saber
lo que funciona con ellos.
La creatividad es una parte importante del desarrollo de consecuen-
cias. Sabemos de una maestra para quien era difícil evitar que sus alum-
nos de quinto grado corrieran en los pasillos. Probó con esta consecuen-
cia creativa: “Cualquier alumno que corra en los pasillos recibirá un beso
mío”. Para el nivel de ese grado esta era una consecuencia de lo más
efectiva, aunque pudo no haber funcionado con niños más chicos, a quie-
nes encantan los besos de su maestra, o alumnos de secundaria, a quienes
también pueden encantar los besos de su maestra, por otras razones. El
aspecto natural y lógico de esta consecuencia se forzó un poco; ella dijo
que la razón por la que no quería que los alumnos corrieran era que los
quería demasiado para verlos lastimarse, y por eso les dirigiría una expre-
sión de amor cuando los descubriera corriendo. La consecuencia era
creativa, no punitiva, incómoda de una manera humorística y, sobre todo,
funcionó.
Un maestro de ciencias de secundaria estaba cansado del uso frecuen-
te de los insultos (por ejemplo, “tu madre es una _____”), que se daba
cada día. Su solución fue anunciar que, a partir de ese momento, cual-
quiera que dijera cosas poco halagadoras acerca de alguien de la familia
de otro alumno tendría que llamar a esa persona. Tendrían que decir a
esa persona lo que dijeron y pedir una disculpa. Un alumno puso la regla
a prueba, se aplicó la consecuencia y los insultos en el salón se detuvieron
abruptamente. Cuando se preguntó al maestro por qué había decidido
hacer esto, dijo: “Creí que sería útil que los alumnos aprendieran que es
otra persona, no una cosa, quien está del lado que recibe un insulto”.
Las siguientes son cinco estrategias para ayudarle a crear buenas conse-
cuencias.
112 Disciplina con dignidad
de ser que otros maestros tengan una o dos buenas consecuencias para
usted, si usted les pregunta por su sistema. Una o dos buenas consecuen-
cias de cada maestro de su escuela pueden proporcionarle de 50 a 100
consecuencias, según el tamaño de su escuela. Sugerimos que haga una
lista con algunas de las reglas para las que más difícil le resulte pensar
buenas consecuencias, y ponga cada una en la parte superior de un esténcil
en blanco para mimeógrafo. Luego envíela por su sistema de mensajería,
con una carta donde pida a cada maestro que escriba su consecuencia
favorita para esa regla, la que mejor les funciona. Para agradecer su esfuer-
zo, dígales que usted imprimirá los esténciles y enviará una copia a cada
uno. Incluya a los administradores, las secretarias, las enfermeras, las bi-
bliotecarias, los maestros sustitutos y cualquiera en su escuela que traba-
je con los alumnos. Puede ser que obtenga mejores resultados si las res-
puestas son anónimas. No tiene que usar las consecuencias de la lista,
pero suele haber unas cuantas joyas y muchas otras, que son efectivas,
para elegir. También puede probar a modificar algunas de las que recha-
ce, para que queden más a tono con su filosofía de la educación y puedan
volverse útiles para usted.
Si usted fue un alumno quien nunca rompía las reglas (algunos maestros
fueron así), remóntese hasta el momento cuando tenía la misma edad
que los alumnos a quienes ahora enseña. Visualice a un alumno de esa
época que causara problemas. Luego imagine que usted es este alumno
difícil y realice el proceso descrito. Cuando se imagine rompiendo las
reglas, ya sea como usted mismo o como otro alumno, sea lo más gráfico
Consecuencias R115
que pueda. Recuerde el salón real, el maestro, los demás alumnos y las
reglas específicas que se rompían. Pregúntese: “¿Qué necesito hacer en
este momento para que se acabe el mal comportamiento?”
Una variación de este procedimiento es imaginarse como un alumno
de la misma edad que aquellos a quienes enseña. Luego imagínese como
un alumno en su propio salón, violando una de sus propias reglas. De
nuevo, vea esto de la manera más visual y directa que le sea posible y evite
racionalizar el proceso. Luego piense en qué consecuencias serían efecti-
vas para usted.
Regla
No se debe arrojar aviones de papel durante el tiempo de clase.
Consecuencia
Por cada semana en la que no se lancen aviones de papel, el grupo
tendrá un concurso de lanzamiento de aviones de papel. Cada alum-
no usará su mejor avión y tendrá tres oportunidades para lanzarlo a
través del salón. Los lanzamientos más largos ganarán puntos. El
puntaje más alto ganará un libro gratis. Cualquier avión de papel no
Consecuencias R117
refuerzos positivos sólo para el uso “correcto” del lenguaje por parte
del niño. Al decidir por la gente, el elogio limita la oportunidad de
que desarrollen su propia capacidad para tomar decisiones y su dis-
posición para probar comportamientos nuevos y únicos.
El elogio se da en forma de juicios, no de hechos. El elogio es una
interpretación positiva de datos que surgen de hechos. Los juicios
reducen la capacidad del alumno para la autoevaluación y, en algún
momento, para tomar decisiones. Es mejor decir qué criterios usar
para emitir un juicio que hacer el juicio propiamente dicho. Por ejem-
plo, usted puede decir a su alumno de matemáticas: “Los problemas
deben estar en limpio, mostrar todo el trabajo e indicar la respuesta
con claridad. ¿Cómo crees que lo hiciste?”
El elogio efectivo
Se hace cuando se necesita.
Especifica los detalles del logro.
Muestra espontaneidad, variedad y otras señales de credibilidad;
sugiere que se puso atención al logro del alumno.
Recompensa la obtención de criterios de desempeño especificados
(los que pueden incluir criterios de esfuerzo).
Brinda a los alumnos información acerca de su competencia o del
valor de sus logros.
Orienta a los alumnos a una mejor apreciación de su propio compor-
tamiento en lo relacionado con el trabajo y a pensar en soluciones
para los problemas.
Usa los propios logros anteriores del alumno como contexto para
describir los logros presentes.
Se da como reconocimiento por un esfuerzo digno de mención o
por tener éxito en labores difíciles (para este alumno).
Atribuye el éxito al esfuerzo y la habilidad, implicando que cabe
esperar éxitos similares en el futuro.
Fomenta las atribuciones endógenas (los alumnos creen que invier-
ten esfuerzo en una tarea porque la disfrutan o quieren desarrollar
habilidades relevantes para esa tarea).
Centra la atención del alumno en su propio comportamiento en
relación con la tarea.
Fomenta la apreciación del comportamiento relacionado con el
trabajo y las atribuciones deseables para el mismo, una vez que el
proceso termina (Brophy, 1981).
Puede llegar a ser obvio que las declaraciones–yo son apropiadas no sólo
para compartir la apreciación sino también como una alternativa efectiva
para los gritos, los regaños, los sermones y las amenazas cada vez que los
alumnos hacen cosas que nos ponen tristes, molestos, enojados, tensos o
decepcionados.
Sugerimos que piense acerca del uso de elogios en el salón de clases y
vea si se siente a gusto ofreciendo apreciaciones y el uso de declaraciones–
yo en lugar de elogios. De ser así, puede probar a disminuir su uso del
elogio en general y reservarlo para situaciones que en verdad lo ameriten.
El uso indiscriminado del elogio no sólo aumenta la dependencia sino
que también llega a convertirlo en un mensaje sin sentido.
Otras alternativas al elogio verbal incluyen señales no verbales, tocar
o pedir que se hagan autoevaluaciones, como: “Esteban, ¿qué te gustó
de la manera como has estado cumpliendo el contrato social?”
Es importante entender la delicada diferencia entre el elogio como
un medio para la manipulación y como una consecuencia positiva, una
declaración de que se aprecia el esfuerzo que los alumnos muestran en
Consecuencias R123
UN ESTUDIO DE CASO
Reglas de la cafetería
1. Los alumnos levantarán la mano y esperarán el permiso de los
supervisores de la cafetería para poder dejar sus asientos.
2. La cafetería es un lugar para hablar en voz normal, no para gritar,
silbar ni alzar la voz.
3. La comida es para comerla, no para lanzarla.
4. No se permiten las peleas bajo ninguna condición ni por razón
alguna.
5. Cada grupo tendrá asignada una mesa en la cafetería. Los alumnos
deben limpiar su área cuando hayan terminado de comer.
6. En la cafetería los alumnos deben caminar, no correr.
7. Los alumnos sólo pueden recorrer la fila de la comida una vez, con
su grupo.
Consecuencias
1. La violación de cualquiera de las reglas anteriores dará por resulta-
do una marca de “palomita”, junto al nombre del alumno, en una
124 Disciplina con dignidad
Antes de que este plan pudiera ponerse en marcha, se esperaba que cada
maestro tuviera una extensa discusión con su grupo. Después de esta
discusión, se administraba una prueba de comprensión para garantizar
que cada alumno supiera cuáles eran las reglas y las consecuencias. El
juego al que más juegan los alumnos que se portan mal es decir que no
estaban enterados de las reglas. Dado que la calificación aprobatoria es
100%, los alumnos que pasaron la prueba ya no podían alegar falta de
conocimientos.
Los privilegios de clase iban unidos a la aprobación de la prueba y los
alumnos que no pasaban podían volver a tomarla cuantas veces fuera
necesario.
La lista de reglas y consecuencias se puso en exhibición en la cafetería
y en cada salón, y se envió a los padres por correo. Aunque los problemas
Consecuencias R125
13. _____ Podemos subir a las mesas y a las sillas a la hora del almuer-
zo.
14. _____ Quienes sean sorprendidos peleando en la cafetería auto-
máticamente tendrán que sentarse en la mesa puesta aparte.
15. _____ Sólo tu propio maestro puede decirte qué hacer en la cafe-
tería.
16. ¿Cómo obtienen los alumnos permiso para abandonar sus asien-
tos?
17. Menciona tres reglas de la cafetería que todos los alumnos deben
seguir.
18. ¿Qué sucede a los alumnos que siguen portándose mal en la cafe-
tería?
19. ¿Hay algún tipo de reconocimiento para el grupo que muestre el
mejor comportamiento en la cafetería?
20. ¿Cómo puedo mejorar mi comportamiento en la cafetería?
CONCLUSIÓN
PARA EL ADMINISTRADOR
128 Disciplina con dignidad
dejar caer al alumno desde el tercer piso. Cuando usted habla con el
alumno y lo envía de regreso al salón, algunos maestros piensan que
esto es “blando” y “sin efecto”. Por eso es esencial que entienda la
frustración que experimentan los maestros como respuesta al com-
portamiento problemático de los alumnos. Necesitan saber que en-
tiende, que contarán con su apoyo y que usted también tiene límites,
igual que ellos, lo que hará que no siempre sea posible que haga lo
que ellos desean. Con frecuencia un envío al director es una respuesta
más emocional que racional. Actúe en consecuencia.
Pida al alumno enviado un plan de acción. Cuando le haya queda-
do claro cuáles fueron los hechos que llevaron al envío del alumno a
la dirección, asegúrese de hacer que el alumno escriba lo que se pro-
pone hacer la próxima vez que se presente una situación similar en el
salón de clases, para que no haya problemas. Comparta este plan con
el maestro y, de ser posible, incluya al alumno en este proceso.
Cuando se envía alumnos a la administración, es importante ani-
mar al maestro y al alumno para que resuelvan sus propios proble-
mas. Actúe como un recurso o un facilitador para ayudar a cada parte
a desarrollar los planes descritos. No es útil rescatar ya sea al maestro
o al alumno. Deje que hagan su propio trabajo. Por otra parte, usted
puede ser de mucha ayuda si permite al maestro que retire a un alum-
no que ya no pueda estar en clase en condiciones de seguridad. Si un
alumno no permite que un maestro enseñe o que otros alumnos apren-
dan, entonces debe retirársele del salón hasta que esté dispuesto a
cooperar.
No fuerce a los maestros a usar consecuencias que no encajan con
su personalidad o con la situación en la que enseñan. Cuando los
maestros usan consecuencias en las que no creen, se les nota insince-
ros y envían un doble mensaje a los alumnos. Los alumnos se con-
funden y comienzan a ver al maestro como un hipócrita. Es mejor
ayudar al maestro a encontrar consecuencias que sean aceptables para
ambos.
Desarrolle un “Banco de consecuencias”. Registre las consecuen-
cias que usan diferentes maestros, junto con una breve declaración
Consecuencias R129
PASAR A LA ACCIÓN
Maestro: Rogelio, la regla en este salón es que sólo una persona puede
hablar a la vez. La consecuencia es cinco minutos sin hablar.
Rogelio: Pero no fue mi culpa, Susi comenzó.
Maestro: La regla en este salón es que sólo una persona puede hablar
a la vez. La consecuencia es cinco minutos sin hablar (el maestro se
aleja, sin perder el control ocular). Ahora, grupo, ¿quién puede de-
cirme la raíz cuadrada de 16?
Puede ser que los alumnos más chicos gimoteen cuando se les aplique
una consecuencia. Se permite a los alumnos gimotear el tiempo que quie-
ran pero no de una manera que moleste al grupo. Pida a quien gimotee
que vaya a su área de aislamiento, donde podrá gimotear hasta que se
haya desahogado por completo. La mayoría de los alumnos sólo pueden
gimotear durante unos cinco minutos, en general menos si no reciben
refuerzos. Los alumnos mayores pueden desafiar su tenacidad, y usted
deberá permanecer calmado y firme ante este reto.
No es su edad.
No es su sexo.
Ni siquiera es el simple hecho de caminar a solas en un área de alta
criminalidad lo que hace que algunas personas parezcan más “asalta-
bles” que otras.
Es la forma de caminar, según una investigación de una profesora de
mercadotecnia de Nueva York y un grupo de analistas de danza, lo
138 Disciplina con dignidad
Los maestros, como los peatones que se describen en este artículo, pue-
den trasmitir asaltabilidad y no asaltabilidad. En el salón de clases, esto
significa que un porte y unos gestos afirmativos comunican confianza,
control y sentimientos positivos de estima. Cuando usted se comporta
de esta manera, está diciendo a sus alumnos que se siente bien consigo
mismo y que está a su gusto en el salón de clases. Si no está seguro de lo
que su lenguaje corporal comunica a sus alumnos, pida que lo graben en
video durante 20 minutos, mientras da clase. Si el sistema de su escuela
no tiene el equipo necesario, lo usual es que se pueda llegar a un arreglo
con el departamento de enseñanza de su escuela normal local.
140 Disciplina con dignidad
Mire la cinta y vea cómo camina, los gestos que hace y los mensajes
que envía a sus alumnos. Si siente que sus pistas no verbales comunican
asaltabilidad, cambie poco a poco. Si está a gusto consigo mismo le será
más fácil estar a gusto con la manera como camina. Practique la respira-
ción y la relajación muscular, como se describe en el capítulo 7. También
puede usar libros de capacitación para la expresión afirmativa.
Cuando haya aprendido a relajarse, deje que su forma de caminar
surja de manera natural, a partir de una postura de relajación y confianza.
Practique este estilo relajado de caminar en su salón de clases, cuando
nadie más esté presente. Imagínese enseñando, trabajando con los alum-
nos, aplicando consecuencias. Siéntase a cargo de su salón de clases. Sienta
el poder de tener el control. Es un poder que se demuestra con una
confianza relajada, no con la fuerza. Puede ser útil trabajar con algún
colega que quiera practicar la misma habilidad. Pueden observarse uno al
otro mientras enseñan y dar sus opiniones, para ver si han trasferido las
habilidades de la práctica a las situaciones reales de la enseñanza.
Uno de los problemas más complicados a los que se enfrentan los maes-
tros es la “lucha de poder”. La típica lucha de poder se da cuando el
maestro aplica una consecuencia y el alumno se resiste a cumplirla. El
ciclo continúa cuando el maestro, en un tono más inflexible, exige que el
alumno cumpla y el alumno, una vez más, se niega o hace algún comen-
tario sarcástico. El siguiente ejemplo ilustra el típico comienzo de una
lucha de poder.
Maestro (ahora tiene mucha presión. Siente que debe ganar): Vas a
estar aquí o te va a ir mal.
Beto (consciente de que todo el grupo lo está viendo): No voy a venir
y se acabó.
Para cuando el maestro y Beto llegan a este punto, ambos han apostado
su orgullo al resultado de esta lucha de poder ante un público entero de
alumnos. Hay mucho por perder y, aunque ninguno quiere fracasar, es
imposible que alguno gane. Si el maestro obliga a Beto a venir después
de clases, Beto hará que el maestro se las pague después. Si Beto no viene,
el maestro se sentirá ridiculizado y después castigará a Beto.
El artículo de Jeffrey Z. Rubin en Psychology Today describe una activi-
dad que muestra cómo una lucha de poder puede convertirse en una
trampa:
Los principios sicológicos por los que la gente se entrampa son muy
similares a los que emplean los timadores para enganchar a los de-
más.
Un ejemplo diabólicamente simple y efectivo de estas trampas es un
juego conocido como la Subasta de a Dólar, inventado hace unos
diez años por Martin Shubik, un economista de Yale. Se dice que,
como campo de pruebas, Shubik utilizó el circuito de fiestas de la
Universidad de Yale. Cualquiera puede ganar algún dinero (aunque
tal vez pierda algunos amigos) si hace la prueba en una fiesta.
Saque de su bolsillo un billete de un dólar y anuncie que va a subas-
tarlo al mejor postor. Se invitará a la gente a hacer sus pujas en
múltiplos de cinco centavos hasta que nadie esté pujando, punto
donde el mejor postor pagará la cantidad y ganará el dólar. La única
característica que distingue a esta subasta de las subastas tradiciona-
les, señala usted, es la regla de que al segundo mejor postor también
se le pedirá que pague su oferta, aunque obviamente no ganará el
dólar. Por ejemplo: Susana ha ofrecido 30 centavos y Beto ha ofreci-
do 25 centavos; si en este punto se detiene la puja, usted pagará a
Susana 70 centavos (un dólar menos la cantidad que ofreció) y Beto,
el segundo mejor postor, le tendrá que pagar a usted 25 centavos. La
subasta termina cuando haya pasado un minuto sin que haya más
pujas.
142 Disciplina con dignidad
Maestro (camina hacia Rafa con lentitud): Rafa, la regla en este salón
es que a las personas no se les golpea. La consecuencia es que te
quedes hoy después de clases y practiques otras maneras de mostrar
tu ira.
Rafa: No fue mi culpa y usted no puede obligarme a venir después de
clases.
Maestro (mantiene el contacto ocular con Rafa durante unos segun-
dos y vuelve al frente del salón): Ahora, todos, ¿quién puede decirme
quién fue el único presidente que renunció a su cargo?
Maestro (camina hacia Rafa con lentitud): Rafa, la regla en este salón
es que a las personas no se les golpea. La consecuencia es que te
quedes hoy después de clases y practiques otras maneras de mostrar
tu ira.
Rafa: No fue culpa mía, y no voy a volver después de clases.
Pasar a la acción R145
Maestro: Sara, la regla en este salón es que sólo puede hablar una
persona a la vez. Has elegido pasar cinco minutos en Siberia (el área
de aislamiento).
Sara: Sólo estaba preguntando cuál era la tarea. No es justo. Puedo
hablar si quiero.
Maestro: Sara, me parece que no podemos ganar los dos. Tú quieres
decirme que puedes hablar si así lo quieres, y yo quiero que dejes de
hablar durante cinco minutos para ayudarte a aprender a seguir la
regla. Creo que si los dos tratamos de demostrar quién va a ganar, eso
no sería del agrado de ninguno de los dos y al final ambos saldríamos
perdiendo. Vamos a calmarnos y a hablar de eso después, cuando
ninguno de los dos se sienta molesto como estamos ahora.
fuerte que si hubiera tratado de ganar una discusión verbal con Rafa en el
salón.
Si se suspende temporalmente de su clase a un alumno, dele la “bien-
venida a casa” en privado cuando regrese. Cuando se suspende a los alum-
nos, no se sienten seguros de lo que el maestro y los demás alumnos
sienten hacia ellos. No es raro que se sientan estúpidos, resentidos o
marginados. Salude al alumno en la puerta y diga en privado algo como:
“Me alegro de que hayas vuelto. Sé que ayer tuvimos un problema, pero
ya lo resolvimos. Para mí ya terminó. Espero que para ti también. Co-
mencemos de cero y pasemos bien la clase juntos”.
Existe otra estrategia útil para evitar las luchas de poder. Hemos visto
que si usted puede identificar a los alumnos con tendencia a iniciar lu-
chas de poder, puede desarrollar un plan mutuo para tratar el problema
por medio de la prevención. Reúnase con el alumno en algún momento
en el que puedan estar a solas y no haya problema entre ustedes. Diga al
alumno que usted sabe que a veces le cuesta trabajo aceptar una conse-
cuencia. Pregunte qué puede hacer usted, cuando esto suceda, para que
al alumno le sea más fácil aceptarla. Lo usual es que esos alumnos quie-
ran que el maestro sea menos público y con frecuencia están dispuestos a
aceptar una señal no verbal, como un gesto con la cabeza, de manera que
él lo sepa pero no los demás alumnos. Haga junto con él una lluvia de
ideas con tres o cuatro estrategias que ayuden a que ambos eviten las
luchas de poder en el futuro. Cuando deba aplicar una consecuencia con
el alumno, asegúrese de seguir los lineamientos acordados.
cia eso basta para que todos dejen de portarse mal. Si tiene a dos alum-
nos influyentes portándose mal al mismo tiempo, elija primero al más
prominente y detenga con él el mal comportamiento; luego vaya con el
segundo y repita el mismo proceso.
En ocasiones le será posible lidiar con un grupo completo de manera
efectiva. El mejor momento para hacerlo es cuando están muy próximos
uno al otro, tal vez trabajando juntos en una mesa. Camine hacia el
grupo con calma y lentitud. Haga contacto ocular con cada alumno an-
tes de hablar. Luego diga la regla y la consecuencia, pasando sus ojos
lentamente por el grupo. Mantenga el contacto ocular. Cuando haya
terminado, vuelva a pasar sus ojos por el grupo para cerciorarse de que
sepan que habla en serio.
En general no surte efecto gritar al grupo completo. Esto sólo genera
más confusión y ruido. Si sigue teniendo problemas con grupos de alum-
nos, puede valer la pena tener una reunión del grupo y ver si usted y sus
alumnos pueden pensar estrategias para reducir el problema al mínimo.
Cuando varios alumnos de un grupo se están portando mal, es nece-
sario que usted reconozca que hay una disparidad entre las necesidades
de sus alumnos y lo que usted hace o deja de hacer. A veces la solución es
tan fácil como caminar por todo el salón de clases mientras presenta una
lección, para mantener una cercanía ocasional con todos los alumnos.
En otras ocasiones puede ser que usted tenga que hacer modificaciones
sustanciales en su currículo o en su método de presentación para que
haya cambios. Cuando se enfrente a un problema de disciplina en el aula
generado por un grupo grande, debe mantener una actitud serena, con-
fianza en usted mismo y voluntad para explorar el cambio.
PARA EL ADMINISTRADOR
150 Disciplina con dignidad
Pasar a la acción R151
152 Disciplina con dignidad
CAPÍTULO 7
ESTRÉS Y DISCIPLINA
Hace poco llevamos a cabo un estudio que se conformó con una serie de
entrevistas con maestros, quienes representaban un amplio espectro de
experiencias, tipos de escuela y grados escolares en los que enseñaban.
Les pedimos que describieran los generadores de estrés que encontraban
Estrés y disciplina R155
Es probable que lidiar con estos alumnos de una manera efectiva sea la
tarea más difícil para el maestro de hoy. Para muchos maestros es difícil
lidiar con el comportamiento problemático de los alumnos porque con
frecuencia el maestro debe caminar sobre la cuerda floja para ser firme sin
156 Disciplina con dignidad
Hubo cinco entradas que fueron mencionadas por 50% o más de los
maestros:
Mano dura
Los maestros de mano dura adoptan una actitud de “No me importa si
me quieren o no, más les vale que hagan lo que les digo o les va a ir mal”.
Con frecuencia recurren a métodos con base en la fuerza, incluso a la confron-
tación abierta, que invitan a la resistencia, el contrataque y la rebelión.
Estos maestros no lo piensan mucho antes de enviar a los alumnos a la
administración, a la que inevitablemente acusan de ser demasiado blan-
da. Si estos maestros no cuentan con un sistema de apoyo cálido y cari-
ñoso fuera de la escuela, es probable que reciban tan pocas respuestas
positivas en el trabajo que el resultado sea la pérdida de entusiasmo y el
consumo prematuro.
160 Disciplina con dignidad
Chantajista
La actitud del chantajista es: “¿No ves lo mal que me siento cuando te
portas mal? Quisiera que dejaras de hacerlo”, o “Mira todo lo que hago
por ti, y lo malagradecido que eres”. Estos maestros carecen de confianza
en sí mismos y recurren a los lloriqueos y las quejas, en la esperanza de
que los alumnos recuperen la cordura. Estos maestros se sienten lastima-
dos y molestos en lo personal cuando los alumnos se portan mal pero
son incapaces de expresar su ira. Así, los límites se fijan apelando a la
culpa de los alumnos, lo cual no tiene ningún efecto en los alumnos que
no se sientan culpables. A estos maestros con frecuencia se les ve con las
mandíbulas trabadas y los puños cerrados, acompañados con un tono de
voz suave y sumiso. Los alumnos oyen el mensaje de que tienen el poder
de hacer enojar a su maestro y la peor consecuencia serán las quejas y los
lloriqueos. Es probable que estos maestros tengan numerosas dificulta-
des personales debidas a los sentimientos suprimidos, lo que lleva a altos
niveles de estrés y consumo.
Sargento
Aquí la idea es ser duro y justo. La actitud que prevalece es “Aquí a todos
se trata igual y no hay excepciones a las reglas”. Debido a la rigidez inhe-
rente a esta concepción, con frecuencia el orgullo estorba al maestro para
lidiar con los alumnos difíciles de alcanzar, quienes ven la rigidez como
una invitación a portarse mal. Es probable que estos maestros sean vícti-
mas del miedo y la ansiedad cuando los alumnos problemáticos logran
amenazar su control.
Resumen
Nosotros afirmamos que estos tipos de maestros representan los candi-
datos más probables para el consumo prematuro. Responden sin efecti-
vidad al mal comportamiento, lo que lleva a la continuación o a una
regresión en el comportamiento del alumno. En vista de que no sabe
qué hacer, el maestro retiene la tensión o se entrega a desplantes explosi-
vos. Si este patrón continúa, se presenta el consumo del maestro.
El cuadro 7.1 ilustra el ciclo “disciplina–consumo”. Comienza cuan-
do un alumno actúa de una manera que interfiere con el proceso de
enseñanza–aprendizaje. El maestro responde sin efectividad, ya sea ne-
Estrés y disciplina R161
Las siguientes actividades son técnicas de manejo del estrés que constitu-
yen maneras rápidas y efectivas de aprender a relajarse, tanto antes de que
se presenten los problemas como cuando los alumnos no responden de
manera favorable a sus esfuerzos para detener su mal comportamiento.
Brindan un alivio no destructivo para la tensión, la que puede sentirse
como frustración, ira o tristeza, cuando la respuesta correctiva del maes-
tro se topa con que no hay mejoras en el comportamiento. Existen va-
rios libros de autoayuda que describen con más detalle diversas metodo-
logías de relajación que puede convenir que investigue. Las actividades
de la siguiente sección le ofrecen un muestrario de estrategias y no deben
ser vistas como una guía completa, aunque confiamos en que le brinda-
rán el alivio que necesita para el estrés.
Queremos señalar que el fin de estas actividades no es sustituir al
ejercicio o a la nutrición, los que han sido identificados como factores
importantes para una vida con un bajo índice de estrés. Su propósito es
brindar un alivio rápido durante un receso de cinco minutos entre las
clases y pueden hacerse en su cuarto, en el baño o en cualquier otra
ubicación relativamente libre de distracciones. Los alumnos pueden apren-
der muchas de estas estrategias. Un factor que contribuye al comporta-
miento problemático es un alto nivel de estrés en los alumnos. Estas
164 Disciplina con dignidad
RESPIRACIÓN
Actividad de respiración 1
1 Siéntese en una silla cómoda.
2 Ponga atención a la forma como respira. La respiración relajada es
lenta y profunda.
3 Cierre los ojos e inhale con lentitud por la nariz, enviando todo el
aire a lo profundo de sus pulmones y su estómago.
4 Exhale lentamente por su nariz y boca y, mientras lo hace, permita
que toda la tensión (dureza en los músculos, mariposas en el estóma-
go) abandone su cuerpo con el aliento que sale.
5 Haga esto durante cinco minutos.
Actividad de respiración 2
1 Cierre los ojos, sentado en un lugar cómodo. Mientras inhala por
la nariz, cuente en silencio del uno al cinco.
2 Cuando llegue al cinco, retenga el aliento mientras cuenta hasta cinco.
3 Ahora exhale con lentitud mientras cuenta en silencio hasta cinco.
4 Cuando haya llegado al cinco y todo el aire haya sido exhalado,
cuente en silencio del uno al cinco antes de volver a inhalar.
5 Siga haciendo esto por lo menos durante cinco minutos.
Actividad de respiración 3
En su libro The relaxation response (1976), Herbert Benson descubrió que
cuando los adultos hacían un ejercicio de meditación sugerido en su
libro se sentían más relajados y mostraban un mejor funcionamiento
cardiovascular. Benson recomienda, para obtener los mejores resultados,
Estrés y disciplina R165
que la actividad se haga dos veces al día, durante diez minutos cada vez.
Lo que sigue es la esencia de este enfoque.
Retiro privado
Esta actividad (Howard, en Brown, 1977: 257) la hace usted mismo; re-
quiere entre cinco y diez minutos y tiene mayor efectividad cuando se
hace antes de una situación estresante (antes de su turno en la cafetería,
en la sala de estudio, la llegada de un grupo particularmente difícil, el final
del receso y otros momentos tensos y fáciles de prever durante el día). El
“retiro privado” ha sido diseñado para ayudarlo a retirarse mentalmente
de estas realidades para que, cuando regrese, se sienta fresco, alerta, carga-
do de energía y capacitado para lidiar con la situación difícil. Lea todos
los pasos antes de hacer la actividad.
1 Mire al espejo y ponga en su cara una sonrisa feliz. Puede serle útil
pensar en algo gracioso que haya sucedido en el pasado y que lo haya
hecho sonreir de pies a cabeza.
1. Esta actividad nos la presentó Edith Saiki durante un taller patrocinado por el Drug
and Alcohol Council, en Rochester, Nueva Jersey.
Estrés y disciplina R167
REIR
Una de las mejores cosas que usted puede hacer para sentirse bien es reir,
desde lo profundo de su estómago, pasando por su pecho y saliendo por
su boca. El libro Anatomy of an illness (1979), de Norman Cousins, descri-
be cómo el autor se deshizo de una seria enfermedad riéndose después de
que los doctores le dijeron que ya no había más tratamientos disponibles
para hacer que su enfermedad crónica mejorase. Cousins, probablemen-
te por accidente, descubrió que al ver muchas películas de risa comenza-
ba a sentirse mejor y su condición médica mostraba una mejoría notable.
Claro que nadie sugiere que usted pase el día viendo películas de risa,
pero sí necesita un momento divertido cada día. Se trata de un momento en
el que usted sólo hace cosas que le hacen sentir bien. Tal vez sea contar
chistes con un amigo, escuchar una cinta chistosa o simplemente hacer el
gracioso. ¿Quiénes son las personas que le hacen reir? Tal vez le convenga
168 Disciplina con dignidad
pasar más tiempo con ellas. ¿Qué es chistoso para usted? ¿Qué le hace
reir? ¿Hace un poco de esto cada día?
¿Le gusta la idea de pasar un momento divertido cada día? Si se
siente de verdad bloqueado, observe a algunas personas despreocupadas
y mire cómo se divierten. Algunos de nosotros necesitamos aprender a
divertirnos y podemos hacerlo, si miramos con atención a quienes tienen
habilidad para ello.
A veces es útil mezclar situaciones improbables para reirse. Por ejem-
plo, imagine a su cónyuge sirviendo la cena mientras camina de cabeza.
Gratifíquese
Piense en todas las cosas que hace y que disfruta o le hacen sentir bien.
Algunas posibilidades son: ver sus programas de televisión favoritos, ir al
cine, dar un paseo en bicicleta o a pie, planear un viaje, practicar depor-
tes, hacer el amor, ir a un concierto, construir un proyecto, comprar
ropa nueva o decirse lo orgulloso que está de usted mismo.
Estas son sus gratificaciones. Consiéntase con, por lo menos, una
recompensa cada día después de terminar el trabajo, sin juzgar si la mere-
ce o no. Tal vez pueda hacer algo muy especial después de recordar algo
que hizo que lo dejó particularmente complacido.
¿Qué dice o hace usted por sus amigos cuando cometen errores o se
enojan con ellos mismos? ¿Cómo reacciona con ellos cuando las cosas
no están saliendo muy bien en sus vidas? La mayoría de los amigos dirán
cosas como: no te preocupes, no es para tanto. Olvídalo. La próxima vez
te irá mejor. Mira, hiciste lo que pudiste. Piensa en todo el bien que has
hecho. Hablemos de ello. No puede ser tan malo como piensas. Vamos
por una pizza.
Puede ser que algunos amigos compren un regalo para un amigo que
se siente algo deprimido. ¿Qué otras cosas puede usted hacer por un
amigo cuando las cosas no marchan bien? ¿Qué tal si dice o hace algunas
de estas cosas para o por usted cuando las cosas no le van muy bien?
Usted es la persona más importante que hay, y merece ser al menos tan
bueno con usted como lo puede ser con otros. Igual que diría o haría
cosas para alegrar a un amigo, haga lo mismo por usted.
Estrés y disciplina R169
Imagine que ha leído todos los libros acerca de la disciplina, que conoce
a fondo todos los enfoques y está al tanto de lo que, según los expertos,
cambiará de manera efectiva el comportamiento de un alumno. Es claro
que un maestro así tendrá a su disposición más estrategias y técnicas y, en
teoría, manejará mejor a los alumnos problemáticos. Sin embargo, in-
cluso nuestro maestro, ideal en teoría, sin duda se encontrará con al
menos uno o dos alumnos cada año, quienes desafíen incluso a las estra-
tegias más avanzadas y persistan a toda costa en su comportamiento en
contra de la autoridad. A esos alumnos se les puede castigar, elogiar,
apenar verbalmente, confrontar o retirárseles todos los privilegios, y eso
no marca ninguna diferencia. Aunque al final el maestro es impotente
para generar un cambio, es de importancia crítica que reconozca y expre-
se de manera segura la tensión que ese alumno genera.
Las dos siguientes actividades de “liberación rápida” pueden hacerse
mejor en la intimidad de su hogar, oficina, auto u otro lugar donde
usted no piense ni se preocupe acerca de los juicios ajenos.
Liberación de almohada
(Cinco minutos) Tome una almohada y póngala frente a usted. Imagine
que la almohada es en realidad el alumno “fuera de control”. Ahora diga
a este alumno lo que le molesta (Samuel, me molesta _________). Vea si
su cuerpo quiere decir o hacer algo contra Samuel. Si le gustaría partir la
cabeza de Samuel, ¡dele duro! No se limite, recuerde que él no está ahí en
realidad. Permítase alzar la voz, gritar, pegar o apretar hasta que sienta
que la tensión se redujo.
Actividad Uno
1 Imagine a un alumno difícil mientras dice o hace algo que suele
molestarle.
2 Siga mirando al alumno pero comience a oir música de circo en el
entorno. Escuche la música de circo hasta el final (si la música de
circo no funciona, pruebe otra cosa).
3 Ponga en contraste sus sentimientos hacia el alumno difícil en pre-
sencia o en ausencia de la música. ¿Qué efecto tiene la música en sus
sentimientos de tensión o frustración?
Estrés y disciplina R171
Actividad Dos
1 Imagine a un alumno difícil mientras dice o hace algo que suele
molestarle.
2 Primero imagine esa escena sobre una pantalla de cine, en color,
con mucho sonido y un gran público. Ahora mírela de nuevo pero
esta vez en un televisor a color que está en una tienda de aparatos
domésticos, sin sonido. Por último, véalo en una pantalla blanco y
negro de dos pulgadas.
3 Compare y contraste como en la actividad Uno.
4 Comience a poner experiencias, incidentes y recuerdos más positi-
vos en la pantalla de cine en su mente cada vez que quiera.
Conciencia de la tensión
Muchos maestros sienten los efectos de la tensión a través de los sínto-
mas sicológicos y físicos que ya se describieron en este capítulo, pero
tienen poca noción de lo que causa la tensión, con cuánta frecuencia
durante el día están en situaciones de estrés y cuáles eventos son los que
tienen mayores probabilidades de generar estrés. De la misma manera,
muchos maestros no están enterados de las muchas actividades que pue-
den aliviar el estrés y darles energía positiva.
El primer paso de esta actividad es planear cuatro momentos especí-
ficos durante el día para consignar en una “bitácora” sus sentimientos y
sus actividades. Uno debe ser justo antes del comienzo de una clase o
actividad, uno justo después de que termine una clase o actividad, uno
antes de un momento en el que usted sepa que se verá involucrado con
uno o más alumnos difíciles y el último al terminar el día de clases.
Tómese unos minutos en estos momentos para responder a las siguien-
tes preguntas:
Fecha_______________________ Hora_________________________
Actividad anterior a la entrada en bitácora _______________________
Actividad siguiente (en los próximos minutos) ___________________
Mis dos sentimientos (energía) más positivos son: ________________
Mis dos sentimientos (energía) más negativos son: ________________
Lleve la bitácora durante dos semanas por lo menos, es preferible tres
semanas, y luego revísela contestando las siguientes preguntas:
172 Disciplina con dignidad
PARA EL ADMINISTRADOR
176 Disciplina con dignidad
escuela y en el aula. Pida a sus maestros que hagan una lista (anónima) de
las principales causas de estrés en un día típico, o use cualquiera de las
encuestas estandarizadas de estrés que se mencionan en este capítulo. Si
descubre que hay un acuerdo general acerca de las causas de estrés, puede
usar las reuniones de maestros o equipos de trabajo para generar maneras
ya sea de eliminar o reducir al mínimo las causas. Puede encontrar mane-
ras logísticas y organizacionales de resolver algunos de sus problemas de
estrés con un gasto mínimo de recursos. La actividad de solución de pro-
blemas en grupo se presta muy bien para que su facilitador sea un admi-
nistrador de la escuela.
Una escuela redujo el estrés enseñando a sus alumnos a usar de mane-
ra efectiva los espacios abiertos. La instrucción bastó para reducir las
interrupciones por alumnos que gritaban y corrían por los pasillos du-
rante las horas de clases, lo que el personal había identificado como una
gran causa de estrés.
Otra manera en la que usted puede ayudar a lidiar con el asunto del
estrés de los maestros es mostrar una sensibilidad especial hacia los maes-
tros que parecen abrumados. Use como guía las descripciones de este
capítulo y ponga atención a la manera como sus maestros caminan, ha-
blan y se comportan en la escuela. Si identifica a maestros con alto nivel
de estrés, tómese un tiempo para ofrecer consejo y consuelo. Bríndeles
apoyo y vea si hay maneras en las que usted, como administrador, pueda
ayudar. Si la principal causa de consumo para un maestro en particular es
la disciplina, como sucede en tantos casos, ofrezca ideas para mejorar la
disciplina, usando las muchas sugerencias que hay en este libro. Para
estos maestros puede ser beneficiosa una reducción de responsabilidades
hasta que su situación mejore y deben ser los primeros en la lista para las
asignaciones de “mejores” grupos y otras responsabilidades.
Si bien todos sus maestros se sentirán bien si los recibe con una son-
risa, sus maestros más estresados lo agradecerán de manera especial. Ofréz-
case a enseñar o a hacerse cargo de un grupo difícil de vez en cuando y,
tras la experiencia, reconozca las dificultades de motivación y disciplina
que estos chicos plantean, antes de ofrecer consejos o sugerencias.
Estrés y disciplina R177
178 Disciplina con dignidad
CAPÍTULO 8
DISCIPLINA CREATIVA
PARA ALUMNOS FUERA DE CONTROL
Parece que cada año hay, para la mayoría de los maestros, unos cuantos
alumnos quienes no se convertirán en miembros constructivos del gru-
po. En lugar de eso, estos alumnos parecen disfrutar cuando organizan
una lucha de poder tras otra, al tiempo que alteran el proceso de apren-
dizaje. Estos alumnos se quejan en voz alta de lo injusto que es el maes-
tro, siempre están haciendo una variedad de ruidos y voces, llegan a clase
sin estar preparados y sencillamente se niegan a hacerse responsables de
sus actos. Su comportamiento siempre es culpa de alguien más. Al maes-
tro se le acaban las ideas con estos alumnos y con frecuencia exclama:
“¡Alguien tiene que hacer algo con ese chico!” Es probable que se envíe a
estos alumnos a servicios de diagnóstico y con frecuencia, aunque no
siempre, resulten venir de hogares donde la norma es el conflicto entre
los padres. Suelen creer que son inferiores, que no encajan ni tienen valor
pero, para ocultarlo de sí mismos y de los demás, utilizan comporta-
mientos destructivos que les dan una sensación de control. Lo típico es
encontrar a estos alumnos con un rendimiento muy inferior a su nivel
escolar, a pesar de tener el potencial intelectual requerido. Se les ha iden-
tificado como fracasos, creen que esto es cierto y tratan de satisfacer esas
expectativas. Se consuelan haciéndose rodear de otras personas que con-
funden la falta de adaptación con el poder.
Aunque con frecuencia estos problemas tienen su fundamento en cau-
sas ajenas a la escuela, por lo general estos alumnos sienten que el am-
180 Disciplina con dignidad
El árbitro debe estar consciente de que es usual que cada parte llegue con
una lista de quejas que alimenta su frustración. En estos casos es impor-
tante que el árbitro pida a cada uno que enumere sólo las tres o cuatro
cosas que más desean ver cambiar. De esta manera las cosas son más ma-
nejables y, si las dos partes tienen éxito en llegar a un acuerdo para hacer
cambios pequeños pero claros durante una sesión, ese éxito puede usarse
como un elemento útil para negociar, en el futuro, los asuntos restantes.
una riña pero en lugar de eso elige pelear). Decida cuál problema
atacar primero.
3 Fije una meta concreta que sea medible y pueda alcanzarse en el
corto plazo (por ejemplo estar en clase a la hora, hacer la tarea, pasar
tres días sin pelear).
4 Establezca consecuencias positivas y negativas. Las consecuencias
positivas son lo que el alumno quiere a cambio de alcanzar la meta
(por ejemplo atención personal, privilegios, actividades preferidas,
posiblemente recompensas materiales, aunque sólo como último re-
curso). Las consecuencias negativas definen lo que al alumno no le
gusta perder.
5 Considere convertir el plan en un contrato escrito donde el alum-
no diga lo que está de acuerdo en hacer, lo que recibirá si tiene éxito
y lo que perderá si no lo tiene.
6 Decida cómo va a supervisar el progreso del alumno y qué clase de
seguimiento se llevará a cabo (enviar a casa reportes diarios o semana-
les, fijar una fecha para la próxima reunión).
PERIODOS DE CLASE
Área Materias Comentarios
1 2 3 4 5
Participación
Trabajo en clase
Tarea entregada
Interacción con los demás
Iniciales del maestro
1 2 3 4 5
25 puntos 15 puntos 5 puntos -15 puntos -25 puntos
Los padres brindarán el refuerzo. Los padres llevan la libreta de puntos y valor en
privilegios (recompensas).
MÉTODOS INSTRUCTIVOS
________________
Administrador del grupo
todo más efectivo pero es raro que funcione de inmediato. Algunos ejem-
plos de refuerzos positivos son: enviar recados positivos a casa, llamar a
casa por teléfono cuando el niño se haya portado “bien”, enviar notas de
agradecimiento directamente al alumno, otorgar cupones o prendas por
comportamiento deseable, que puedan cambiarse por recompensas o
privilegios que el alumno aprecie, y hacer fiestas de pizza para todo el
grupo por cumplir con el comportamiento que se buscaba. Incluso se
puede decidir reforzar la ausencia del comportamiento no deseado (por
ejemplo, por cada 15 minutos sin gritar ni hablar cuando no es su turno
se obtiene algo positivo).
El castigo puede ser de dos tipos. Uno de ellos tiene que ver con
retirar un refuerzo positivo. Algunos ejemplos son: el aislamiento, el cas-
tigo después de clases y la suspensión dentro o fuera de la escuela. Desa-
fortunadamente, a veces con esto se refuerza, sin quererlo, un comporta-
miento que se busca eliminar. Por ejemplo, si se quiere que el aislamiento
sea efectivo, en el salón debe haber los suficientes refuerzos para que el
niño extrañe estar ahí. Las áreas para aislamiento deben carecer de activi-
dades atractivas y de distracciones, y los alumnos de primaria rara vez
deben permanecer ahí por más de diez minutos, si es que alguna vez se
quedan ese tiempo. Si el niño detesta la clase, el aislamiento le brinda un
escape que difícilmente será un castigo.
Los programas de respuesta–costo son variantes del castigo. En un
programa de respuesta–costo los alumnos podrían, por ejemplo, perder
puntos que hayan ganado si muestran un comportamiento negativo.
El refuerzo negativo implica poner fin a una situación desagradable
cuando se haya presentado el comportamiento deseado. Por ejemplo, si
un alumno detesta las matemáticas, puede decírsele que si termina con
éxito los primeros tres programas de su hoja de trabajo (comportamien-
to buscado) no tendrá que hacer el resto de la hoja (escape de la situación
desagradable).
La extinción es la eliminación del comportamiento cuando, de mane-
ra sistemática, se deja de reforzar ese comportamiento. Ignorarlo es el
método que se usa con más frecuencia y puede ser efectivo con chicos
que por lo general se portan bien y en ocasiones muestran comporta-
mientos no deseables. Casi nunca es efectivo con los niños difíciles por-
que, incluso si usted los ignora, los demás lo notarán y el comporta-
miento se verá reforzado. Si lo que busca es la atención de usted, el
192 Disciplina con dignidad
Estrategias de autocontrol
Algunos alumnos a quienes es difícil llegar han experimentado fracasos
que, como una bola de nieve, han llegado al punto en el que ellos creen
que son incapaces de cambiar su derrotero. En vista de esto, portarse mal
se convierte en una opción viable. Seligman (1981) y Dweck (1975) han
mostrado que el éxito futuro de los niños no depende de sus éxitos o
fracasos anteriores sino de lo que ellos les atribuyen como causa. Los
niños que atribuyen su fracaso a la falta de capacidad se sienten incapaces
de mejorar porque la capacidad es relativamente resistente al cambio. En
contraste, los niños que atribuyen el fracaso a la falta de esfuerzo ven que
pueden mejorar su desempeño si entregan un mayor esfuerzo. Cuando
los problemas tienen solución (como es el caso de muchos problemas
académicos), se debe enseñar a los niños a que atribuyan sus fracasos a
causas internas (soy el responsable y tengo el control), inestables (el esfuer-
zo es algo que puede cambiar cada día y yo puedo controlar eso) y especí-
ficas (hoy no trabajé lo suficiente y mañana puedo trabajar más).
Meichenbaum (1977) y otros han descrito intervenciones que ahora
se conocen como modificación cognitiva del comportamiento. En ellas
se hace hincapié en enseñarse a usar, de manera sistemática, verbalizaciones,
con el fin de que la charla con uno mismo sirva para mediar el compor-
tamiento impulsivo. Parece ser que los alumnos quienes por lo general
tienen éxito aprenden a verbalizar acerca de sus procesos cognitivos y
usan estas verbalizaciones como guía para sus comportamientos acadé-
micos y sociales. En contraste, puede ser que el niño que suele meterse
Disciplina creativa para alumnos fuera de control R193
Pensar en voz alta (Camp et al, 1977). Se entrena a los niños para
que, cuando encuentren un problema, se hagan las siguientes pre-
guntas y den una respuesta antes de pasar a la siguiente pregunta:
1 ¿Cuál es mi problema?
2 ¿Cuál es mi plan para resolver mi problema?
3 ¿Estoy usando mi plan?
4 ¿Cómo lo hice?
Técnicas de firmeza
Si se enseña a los alumnos a sustituir un comportamiento agresivo con
un comportamiento firme, esto puede ser un parteaguas en la construc-
ción de sus sentimientos de control y poder. Muchos chicos agresivos
piensan que uno debe arreglar las cosas con pleitos y demostrar que es
duro, o poner la otra mejilla, lo que en su opinión sólo anima a los otros
a agredirlos. Feindler y Ecton (1986) ofrecen una serie gradual de res-
puestas con firmeza, la que puede enseñarse a los niños.
Disco rayado (descrita también por Mendler y Curwin, 1983): “Por
favor, devuélveme mi libro” (se repite tres veces). Si no hay resultados,
firmeza con empatía: “Sé que te gusta ese libro, y tal vez sea muy divertido
darme una lección, pero el libro es mío y quiero que me lo des”. Si aún
no hay éxito, firmeza ascendente: aumento progresivo de la firmeza.
Graffiti
El gobierno de Nueva York puso en marcha una nueva manera de afron-
tar el problema del graffiti en el tren subterráneo, con resultados que
sobrepasaron las expectativas de todos. En la creencia de que la motiva-
ción primaria de los grafiteros es obtener atención, los trenes se lavan, se
pintan y luego se relavan y repintan varias veces, de manera que cada acto
Disciplina creativa para alumnos fuera de control R197
El Instituto de la Disciplina
Imagine que usted es el dirigente del famoso Instituto de la Disciplina,
un instituto creativo que se dedica a solucionar los problemas de disci-
plina más difíciles. De hecho, usted sólo acepta casos severos y envía los
problemas más comunes y fáciles de resolver al experto local en discipli-
na. Usted se especializa en los casos más difíciles que el instituto acepta y
la prioridad número uno entre sus casos es su mayor problema en su
propio salón de clases. Escríbalo de manera impersonal, como si fuera de
alguien más. Reúna a sus colegas del instituto (amigos o miembros del
personal) en un equipo o una reunión de profesores y escenifiquen su
reunión de personal del instituto. Use esta reunión de personal para
pensar en tantas ideas excéntricas, que puedan parecer alocadas, como le
sea posible. Mantengan el papel de miembros del Instituto de la Disci-
plina a lo largo de la escenificación.
Cuando haya generado una lista de soluciones, imagine que usted es
el maestro cliente y haga una lista con todas sus objeciones a las ideas
198 Disciplina con dignidad
Cambio de lugares
Muchos maestros han usado la técnica de permitir a un alumno que sea
el maestro por corto tiempo. Esta estrategia se diseñó para llevar ese
concepto un paso adelante. Dé al alumno la responsabilidad de enseñar
su clase durante un periodo significativo. Los alumnos más jóvenes pue-
den tener 15 minutos, los de grados intermedios una hora o dos y los
mayores medio día o un día completo (es mucho tiempo el que se otor-
ga, pero sentimos que bien puede valer la pena si hay mejora con los
alumnos fuera de control). Usted toma el lugar del alumno y se compor-
ta como el alumno suele hacerlo. Tras la experiencia, reúnase en privado
con el alumno para tratar de resolver sus conflictos de manera creativa,
pero permanezcan con los lugares cambiados. En otras palabras, usted
sigue en el papel del alumno y el alumno en el papel de maestro, mien-
tras buscan, con creatividad, maneras en las que ambos puedan resolver
el conflicto. Cuando se haya llegado a un acuerdo, cúmplanlo en sus
papeles verdaderos.
Comportamiento paradójico
El comportamiento paradójico puede ser un método muy efectivo con
los alumnos que se oponen a la autoridad. Su base es una técnica de
sicoterapia desarrollada por Victor Frankl (1963). Frankl descubrió que
hay personas quienes se resisten al cambio incluso cuando desean cam-
biar. Puesto que se resisten al cambio, su respuesta a las sugerencias para
cambiar es seguir comportándose de manera indebida. Descubrió que se
puede ayudar a muchas personas si se pide a alguien que sugiera con
insistencia que la persona se siga comportando exactamente como lo ha
200 Disciplina con dignidad
Es probable que le resulte obvio el contraste entre los estilos. Las res-
puestas típicas funcionarán con la mayoría de los alumnos que tengan
respeto por la voz de la autoridad. No funcionan con los chicos que
están contra la autoridad. El mensaje paradójico plantea un reto para el
alumno, cuya manera de funcionar, en términos de comportamiento, es
contradictoria respecto del mensaje. Si un alumno hace su tarea por de-
safiar las instrucciones que usted le dio de que la olvidara, usted lo habrá
motivado a hacer un trabajo escolar muy valorado. Si la olvida, se habrá
comportado de manera adecuada, según los deseos de usted. Puede re-
Disciplina creativa para alumnos fuera de control R201
La rabieta a la antigua
De vez en cuando, tal vez no más de tres o cuatro veces por año, una
rabieta en el momento oportuno, en la que usted pueda alzar la voz,
gritar, pararse en las sillas o incluso voltear una mesa o dos, puede tener
un maravilloso efecto refrescante y renovador. Recuerda a los chicos que
usted, como todos los humanos, tiene sus límites y que en ocasiones
rebasar esos límites lleva a despliegues emocionales crudos, viscerales, sin
violencia pero con fuerza, purgativos. Ellos lo notarán a menos que se
convierta en un hábito. Como es natural, una cantidad excesiva de com-
portamiento de este tipo hará que los chicos lo vean como una persona
sin control, y se divertirán oprimiendo sus botones para ver el espectáculo.
Audición de grabaciones
Lamentablemente algunos alumnos insisten en negar cualquier respon-
sabilidad por alterar el orden. Lo que es más, una llamada a casa puede
encontrarse con un padre que defiende los actos de su hijo. Cuando se
vea enfrentado a esta situación, puede ser útil decir al alumno “A partir
de hoy, mantendré la grabadora en ‘grabar’. Como creo que es impor-
tante que tanto tú como tus papás entiendan los problemas que tenemos
aquí, pondré la cinta a disposición de tus padres cuando nos reunamos
para hablar de cómo vas en la escuela. ¡Buena suerte!” Este método ha
Disciplina creativa para alumnos fuera de control R203
sido muy efectivo para poner cota a una amplia gama de comportamientos
incorrectos (en especial las agresiones verbales, los insultos y las groserías).
LIMITACIONES CREATIVAS
Creemos que debe haber límites, incluso con los enfoques “creativos”.
Como ya se mencionó, creemos que todos los alumnos tienen derecho a
asistir a una escuela donde su seguridad y su confianza se vean garantiza-
204 Disciplina con dignidad
COMENZAR DE NUEVO
PARA EL ADMINISTRADOR
Disciplina creativa para alumnos fuera de control R205
206 Disciplina con dignidad
se oye. Sea visible. Esté en lugares que sean probables puntos proble-
máticos, para que su presencia pueda evitar que sucedan problemas y
para que sus profesores vean que usted está ahí.
Si existen problemas que involucren a varios niños en un mismo
salón y que puedan tener un tono racial o pandilleril, usted necesita
apelar directamente a las familias para que ayuden con la solución. Si
es necesario vaya a tocar puertas para hacer que los padres vengan a la
escuela. Cuando estén reunidos, hábleles de los problemas en el sa-
lón de clases. Hágales saber, sin lugar a dudas, que usted no permitirá
que estos problemas continúen. Dígales lo que piensa hacer (que puede
incluir involucrar a otras autoridades o dependencias) y, lo más im-
portante, obtenga de ellos opiniones y propuestas de solución. Por
último, cuando cuente con su apoyo, invite a los chicos a participar
en la reunión, para que escuchen a sus padres decir que los problemas
terminarán.
Dé libertad a sus maestros para lidiar con los problemas crónicos.
Recuerde que, durante mucho tiempo, nada ha funcionado con estos
alumnos. Los maestros nada tienen por perder si buscan estrategias
creativas, pero con frecuencia no las prueban porque temen la falta de
apoyo o la reprobación administrativa. Haga saber a todos sus maes-
tros que apoyará la mayoría de sus planes que no sean punitivos,
siempre y cuando el maestro se los haga saber a usted por adelantado.
Permanezca atento a todo el seguimiento que se dé a un problema
con un alumno problemático. Mantenga informados de todas sus
acciones a maestros, padres y alumnos.
¡Es frustrante trabajar con alumnos difíciles! Usted debe entender
que cuando un maestro insulta a un alumno, exige que usted tome
medidas inmediatas o se comporta de alguna otra manera “poco pro-
fesional”, es un momento para dar apoyo, no para debatir. Usted
puede ayudar a que sus maestros se sientan menos frustrados si com-
parte información acerca del alumno y se convierte en un buen escu-
cha, quien sabe expresar su empatía.
R207
CAPÍTULO 9
LA DISCIPLINA Y EL PROCESO
DE LA ENSEÑANZA
Principio
Las prioridades de motivación al principio de la instrucción son las acti-
tudes y las necesidades.
Mitad
Las prioridades de motivación a la mitad de la instrucción son la estimu-
lación y el afecto.
Final
Las prioridades de motivación al final de la instrucción son la capacidad
y el refuerzo.
Una meta por la que luchábamos con nuestro trabajo era ayudar a
los alumnos a ser más libres y más responsables. Creímos que esto po-
dría lograrse si se aumentaba en el alumno el sentido de su propio
poder para hacerse responsable de su comportamiento. Lo que es
más, al proporcionar experiencias que ponían a su disposición mane-
ras de hacerse libres, seguidas de la auténtica experiencia de aumentar
la libertad, podríamos ayudar al alumno a obtener la satisfacción per-
sonal única de sentirse libre (Brown, 1971: 228).
DISCIPLINA Y ENSEÑANZA
fija. Para ser más específicos, si usted pasa más de diez minutos (con
niños de escuela primaria) o de 15 minutos (alumnos de secundaria y
preparatoria) en la misma modalidad, puede contar con que un número
significativo de alumnos dejará de poner atención. Las siguientes moda-
lidades de instrucción para maestros, cuando se varían, generan en los
alumnos una experiencia de aprendizaje enriquecida y menos problemas
con la disciplina:
EMOCIÓN Y ENTUSIASMO
Es difícil negar que algunos alumnos se portan mal debido a una discor-
dancia entre el contenido de un curso y las necesidades individuales de
aprendizaje. Sin embargo, la manera en la que el maestro presenta el
material es más importante que el contenido mismo. El trabajo del maestro
no consiste en entretener a los alumnos, a la manera de los profesores de
la televisión o los personajes de Plaza Sésamo, pero es esencial que el
maestro emane energía positiva. Si un maestro está aburrido con su ma-
teria, entonces hará poco más que los movimientos necesarios para pre-
sentarla. Es usual que los maestros que están aburridos hablen con mo-
notonía, usen pocos gestos no verbales con sus manos o cuerpo y rara vez
sonrían. Con frecuencia se resisten a reflexionar acerca de sí mismos y se
niegan a considerar que su aburrida manera de ser pueda tener influencia
para generar aprendedores sin interés. Tal vez lo más triste sea que llegan
a entender las prestaciones laborales de la enseñanza como la razón prin-
cipal para seguir en el salón de clases y sienten poco interés en ir tras las
experiencias que les brinden crecimiento profesional.
Escapa al alcance de este libro solucionar el problema del aburri-
miento en los maestros. Pero existe una relación entre el aburrimiento en
los alumnos y el aburrimiento en los maestros. ¡El aburrimiento, como
el entusiasmo, es contagioso! Un maestro que sonríe, gusta mucho de su
materia y comunica a los alumnos su emoción, crea un ambiente estimu-
lante, donde se vuelve inecesario portarse mal para contrarrestar el aburri-
miento.
La disciplina y el proceso de la enseñanza R219
Hay muchas razones por las que falta emoción en el salón de clases.
Art Combs (1965: 36) presenta una lista de diez características del salón
de clases moderno que limitan el aprendizaje:
ser creativa” (Savary y Ehlen–Miller, 1979: 84). Ellas creen que la creativi-
dad puede aprenderse: “El aprendizaje creativo no sólo involucra al he-
misferio derecho del cerebro, que es intuitivo sino también al analítico
hemisferio izquierdo [...] El aprendizaje creativo, donde sea que se pre-
sente, anima al uso de la mente completa. Lo más probable es que pensar
con su mente completa le lleve a un nuevo mundo de creatividad” (Savary
y Ehlen–Miller, 1979: 84).
Las actividades en el salón de clases que fomentan la creatividad ge-
neran mucha motivación. Muchas unidades se dedican en especial al de-
sarrollo de la creatividad, como son la solución de problemas, las artes
dramáticas y la composición escrita. Otra manera, tal vez más efectiva, es
integrar al “currículo normal” actividades que enciendan la chispa de la
creatividad. Esto da validez al proceso creativo para su uso cotidiano en
los problemas y en la expresión, en lugar de que sea en ocasiones especia-
les y para quienes tienen talento artístico. Para saber si una lección fo-
menta la creatividad, puede repasarse con el siguiente cuestionario:
1 ¿En qué punto se pidió a los alumnos que respondieran a algo que
no tenía sólo una respuesta correcta?
2 ¿En qué circunstancias se requirió que los alumnos lidiaran con
más de una posibilidad?
3 ¿Qué actividades requerían que los alumnos difirieran sus juicios?
4 ¿Con qué frecuencia se alentó la suposición y las hipótesis?
5 ¿En cuáles situaciones se animó a los alumnos a probar lo desco-
nocido y correr riesgos razonables?
6 ¿En qué maneras se animó a los alumnos a pensar en ideas nuevas?
7 ¿Qué experiencias nuevas se les brindaron?
8 ¿En qué maneras se emplearon todos los sentidos en la lección?
9 ¿Qué hizo el maestro para ser un ejemplo de creatividad?
10 ¿Cómo se hace visible en el salón de clases la creatividad de los
alumnos?
EVALUACIÓN Y CALIFICACIÓN
preguntas para sí mismos, que evalúen los exámenes propios y los de sus
compañeros, usar proyectos en equipo al igual que exámenes y una canti-
dad de métodos de evaluación. La clave para tener un método de evalua-
ción que ayude a llevar al mínimo los problemas de disciplina en el aula
es que otorgue a los alumnos toda la responsabilidad que sea posible, y
que todos los alumnos tengan una oportunidad razonable de tener éxito.
COMPETENCIA
1. Para una discusión más detallada acerca de los factores de competencia, véase Curwin
y DeMarte (1976: 14–19).
La disciplina y el proceso de la enseñanza R225
Tiempo en labor
Aumentar el tiempo en labor de los alumnos puede ser muy útil para
mejorar la disciplina en el salón de clases. Los alumnos no pueden traba-
jar en una labor de la escuela y alterar el orden al mismo tiempo. Entre
más tiempo pasen los alumnos en su labor, más probable será que tengan
éxito y menos probable que se porten mal para proteger su dignidad.
Sin embargo, Art Combs plantea la pregunta: ¿Tiempo en cuál la-
bor? Si la labor es carente de sentido, tediosa, sin retos, demasiado difí-
cil, aburrida o irrelevante, entonces el alumno no obtiene un beneficio
por dedicar tiempo a hacerla. Llegado el momento, aumentar el tiempo
en labor de un alumno será contraproducente y causará mal comporta-
miento si la labor es inadecuada o sin sentido. La manera más beneficio-
sa de aumentar el tiempo en labor es aumentar el deseo del alumno de
participar. Medir el tiempo en labor sin considerar el valor de la labor es
insuficiente y puede servir para ocultar una enseñanza poco efectiva.
La tarea
En el documento “A nation at risk” (NCEE, 1983) se critica a las escuelas
por no dejar suficiente tarea. En la mayoría de los demás países, en espe-
cial entre los líderes tecnológicos e industriales, como Japón y Alemania,
226 Disciplina con dignidad
los alumnos tienen mucha más tarea que en Estados Unidos. Por otra
parte, los maestros ya se quejan de que los alumnos no hacen la tarea que
se les deja; más tarea sólo dará como resultado más tarea sin hacer.
La tarea sin hacer es una de las áreas que usualmente se manejan con
alguna técnica de disciplina: “Si no haces tu tarea, tendrás una conse-
cuencia”. En la superficie esto parece apropiado. Los maestros tienen el
derecho y la responsabilidad de dejar tarea, y los alumnos la responsabi-
lidad de hacerla.
Sin embargo, con frecuencia el problema se relaciona más con la falta
de motivación que con el deseo de romper una regla. Los alumnos tie-
nen derecho a que se les dejen tareas que fomenten su aprendizaje, y los
maestros tienen la responsabilidad de dejarles esas tareas. La tarea fun-
ciona mejor cuando:
Aprendizaje en cooperación
Las estrategias de aprendizaje en cooperación se están volviendo más
populares a medida que los maestros ven el potencial del trabajo en gru-
po. Cuando se hace bien, el aprendizaje en cooperación es altamente
motivador, produce resultados orientados a los logros y reduce al míni-
mo la necesidad de los alumnos de portarse mal.
La investigación indica que las estrategias de aprendizaje en coopera-
ción incrementan la autoestima, el gusto por la escuela y los logros obte-
nidos (Slavin, 1983; Johnson et al, 1981: 47–62). James Leming y John
Hollifield examinaron cientos de estudios acerca del aprendizaje en co-
operación y concluyen lo siguiente:
Usando estos procesos, los maestros hacen que los alumnos trabajen
juntos en grupos pequeños en el salón de clases, para que obtengan
dominio del material académico. Los grupos pequeños están estruc-
turados con cuidado, para que incluyan a alumnos con alto y bajo
desempeño, blancos y minorías, hombres y mujeres. Trabajan juntos
para recibir una recompensa, como equipo, por lo que logren, pero
228 Disciplina con dignidad
Tecnología
La revolución tecnológica que, según las predicciones de muchos, cam-
biaría la trama de la educación en Estados Unidos no se ha presentado.
La tecnología ha tenido un impacto mayor en los negocios que en las
escuelas. Sin embargo, se han abierto muchos senderos y, si esa tendencia
continúa, las predicciones de una revolución pueden no estar lejos de
hacerse realidad. A partir de 1984, 85% de las escuelas públicas de Esta-
dos Unidos estaban usando microcomputadoras. Los cinco primeros
lugares fueron Minnesota, Colorado, Utah, Oregon y Arkansas, en ese
orden (“USA Today Poll”, 1985).
El uso de las computadoras no se limita a las ciencias y las matemáti-
cas. Existen cursos de arte, inglés, ciencias sociales, música y artes indus-
triales que han hecho uso de la tecnología de la computación. La tecno-
logía no se limita a las computadoras. La videocasetera ha remplazado a
las películas y los proyectores de cine.
La fusión entre las microcomputadoras y el video está a la vuelta de la
esquina. “Hipermedios” es la etiqueta que se ha asignado al video
interactivo, que permite al participante el acceso a cientos de imágenes
de video almacenadas en discos láser. El video interactivo permite a los
alumnos seguir progresiones con base en sus elecciones, hasta un resulta-
do final. Se han desarrollado prototipos para la medicina, los que permi-
230 Disciplina con dignidad
ten a los estudiantes diagnosticar, dar tratamiento y ver los resultados sin
poner en peligro a sus compañeros ni a animales de laboratorio. Patricia
Hanlon, una maestra de literatura, y el bibliotecario Robert Cambell, de
la preparatoria Lowell, en San Francisco, desarrollaron un programa
interactivo para enseñar Las uvas de la ira, de John Steinbeck:
CONCLUSIÓN
En tanto los alumnos crean que existe una esperanza real de que tengan
éxito, los planes de disciplina pueden tener éxito. Sin embargo, cuando
se pierde la esperanza se pierde también a los alumnos. Cuando los alum-
nos aceptan etiquetas negativas, cuando creen que el currículo es imposi-
ble de aprender, cuando creen que se meterán en problemas sin importar
cuánto se empeñen en evitarlos, ningún plan de disciplina puede com-
pensar las cosas. Alimentar la esperanza de los alumnos debe ser un as-
pecto central para que la enseñanza sea realmente efectiva.
PARA EL ADMINISTRADOR
Usted puede ser un recurso valioso para los maestros si ofrece, con sensi-
bilidad, su sabiduría y su experiencia, su conocimiento del currículo y su
visión panorámica del programa educativo de su escuela. La mayoría de
los maestros se sienten más atrapados en las exigencias del currículo de lo
que debieran. Si usted los anima a experimentar e innovar y los apoya para
hacer cambios en el currículo con el fin de satisfacer las necesidades de los
alumnos, sus maestros no sólo reducirán al mínimo los problemas de disci-
plina sino que también mejorarán todos los aspectos de su enseñanza.
Usted puede proporcionar el liderazgo necesario para hacer reformas al
currículo.
Si bien es de importancia crítica que los maestros se sientan apoya-
dos por la administración para que se presenten las innovaciones, no
basta con sólo dar apoyo. Los maestros necesitan ejemplos de lo que
puede hacerse, en términos concretos. Necesitan tiempo libre para de-
sarrollar sus ideas y, lo que es más importante, necesitan sentirse seguros,
para que puedan aprender de sus fracasos tanto como de sus éxitos, sin
sufrir penalidades. Al igual que muchos alumnos problemáticos, con fre-
cuencia los maestros se sienten amenazados por la administración, sin
necesidad. Demuestre, más allá de las palabras, que los estilos alternati-
vos de enseñanza son aceptables y deseables.
La disciplina y el proceso de la enseñanza R233
PROBLEMAS ESPECIALES
En Estados Unidos, la ley federal PL94–142 ordenó que los niños con
condiciones de desventaja reciban “la educación más apropiada” en “el
ambiente menos restrictivo”. Esa ley está diseñada para evitar que se “bote”
a los niños, de manera indiscriminada, a grupos o escuelas especiales. En
la mayoría de los distritos escolares se está volviendo común la práctica
de llevar a cabo extensas evaluaciones de diagnóstico que identifican a los
alumnos para que se les coloque en programas especiales y establecen
planes de educación individualizados. Muchos distritos escolares requie-
ren que se planteen rigurosos argumentos para apoyar los servicios espe-
ciales, por temor a violar la cláusula que exige el “ambiente menos res-
trictivo”. Todo esto significa que es más difícil y lleva más tiempo obtener
una colocación especial y que es más probable que los alumnos “con
discapacidad” quienes hayan recibido, con anterioridad, instrucción en
clases especiales, vuelvan al grupo convencional, ya sea una parte del tiempo
o tiempo completo. Esté usted listo o no, capacitado o no capacitado,
puede esperar que haya más de estos alumnos en su grupo.
Existen una variedad de razones por las que se envía a algunos alum-
nos a clases especiales: discapacidades físicas, emocionales, de comporta-
miento y de aprendizaje. Debido a que las necesidades educativas y emo-
cionales de los alumnos con “desventajas” o con discapacidades varían
tanto, es imposible discutir cómo establecer un programa efectivo de
Problemas especiales R237
jas, necesita sentirse importante, así sea por portarse mal en clase, por ser
el mejor nadador del equipo, por ser un buen músico o por ser un as de
las matemáticas.
Puesto que estamos centrando nuestra discusión en los alumnos con
discapacidad que muestran un comportamiento inaceptable, es necesa-
rio que cambiar ese comportamiento sea uno de los puntos focales prin-
cipales para planear la integración del niño a un entorno normal. Si us-
ted trabaja en una escuela que tenga la buena fortuna de contar con
extensos servicios de apoyo y terapia, entonces la principal responsabili-
dad de preparar a un alumno para una vida insertada en la sociedad con-
vencional recaerá en el especialista. Pero si no es así, y usted es un maes-
tro de aula normal, entonces la carga de la responsabilidad descansa por
completo en sus hombros. Le guste o no, el alumno está en su grupo.
Sus opciones son seguir enseñando como si el alumno no estuviera ahí,
en cuyo caso hay una alta probabilidad de que se presente (o empeore)
un comportamiento incorrecto, o usted puede adaptar su programa para
ajustarse a las necesidades especiales de ese niño.
Si usted da clases a un grupo de educación especial o si tiene a alum-
nos con discapacidades en un grupo convencional, sugerimos que esta-
blezca un contrato social con sus alumnos y que siga los demás linea-
mientos señalados en este libro. Además, ofrecemos las siguientes
sugerencias, que le ayudarán tanto a evitar los problemas de disciplina
con los alumnos especiales como a resolverlos con mayor facilidad cuan-
do se presenten.
Cuídese
El primer paso para trabajar con alumnos especiales que tienen proble-
mas de comportamiento es hacer un poco de trabajo con usted mismo.
Necesita estar en contacto con sus sentimientos; necesita reconocerlos,
aceptarlos y encontrarles salidas. Los maestros de niños con discapacidades
de aprendizaje o con problemas emocionales deben estar dispuestos a
dar y dar y dar y recibir, a cambio, frustración, crítica, derrota y fracaso.
A pesar de muchas horas de planeación extra y de una cantidad abruma-
dora de tiempo de instrucción, abundan las quejas del tipo de “Usted
nunca trabaja conmigo como con los demás”. Un buen día, en el que el
niño se comporte bien, puede venir seguido de dos o tres días de com-
portamiento estrafalario. Una experiencia de “eureka”, en la que Samuel
Problemas especiales R239
por fin “entiende” la resta, viene seguida de una mirada vacía al día si-
guiente, que le indica que ha vuelto al primer paso. La falta de atención,
la grosería, el desorden y los frecuentes olvidos pueden ser el estándar en
un niño así. Algunos de los mejores maestros recurren a los insultos, a
actuar como sargentos de la marina, a rogar, a lloriquear o a aislarse,
como medios para lidiar con estos alumnos. En pocas palabras, estos
alumnos pueden ser una sangría constante que acabe con sus reservas de
energía. Si tiene a niños así en su clase, necesita un grupo de apoyo de
colegas, quienes entiendan sus sentimientos y le brinden apoyo positivo.
Otorgue responsabilidad
Una queja común entre los maestros de alumnos mayores con desventa-
jas es que los maestros anteriores, con frecuencia en clases especiales o en
escuelas–guardería o residenciales, hicieron por ellos más de lo que a la
larga se necesitaría. Trataron de compensar su discapacidad, cerciorándo-
se de que el alumno llegara a tiempo a clases, terminara su trabajo y
estuviera correctamente vestido y aseado. En general, se encargaron de
que los alumnos no experimentaran ningún fracaso, incluso si el fracaso
era una consecuencia natural de una elección que ellos habían tomado.
Es comprensible que muchos maestros de educación especial traten de
ser sobreprotectores. Sus alumnos necesitan un impulso para su autoestima
y necesitan vivir y aprender en un entorno positivo, que les dé respaldo.
Lo que es más, los maestros de educación especial, por un simple proce-
so de selección natural, tienden a ser pacientes y humanistas, y están
entrenados para entender que el niño es más importante que la materia y
que incluso los pequeños avances en los logros obtenidos son dignos de
orgullo.
Sin embargo, estas cualidades y estos valores pueden verse minados
cuando llevan al maestro a hacerse responsable del comportamiento del
niño. Hacerse responsable significa que los maestros (o los administra-
dores o los padres) aceptan excusas que no son válidas. Hallan soluciones
para los problemas del niño. Ofrecen salidas fáciles para situaciones difí-
ciles que el niño ha creado. Fijan expectativas demasiado bajas, tanto
para el comportamiento como para la capacidad de aprendizaje, lo que
con frecuencia limita el potencial del niño. Por ejemplo, algunos maes-
tros no dan seguimiento a consecuencias acordadas o previamente men-
cionadas, porque el niño usa una condición de desventaja como razón
240 Disciplina con dignidad
Para los niños que no pueden tomar con facilidad decisiones de opción
abierta, use decisiones de opción cerrada: ¿Quieres leer tu libro o revisar
tus problemas de matemáticas? ¿Quieres jugar damas o ajedrez? Poco a
poco vaya avanzando a más decisiones de opción abierta, pero nunca
deje de dar todas las opciones posibles.
La segunda parte de enseñar la responsabilidad tiene que ver con el
mismo principio sobre el que basamos toda la noción del contrato so-
cial. Fije límites claros y espere que los niños los sigan. En algunos casos
usted puede necesitar límites diferentes con los alumnos con dis-
capacidades, pero una vez que estén establecidos y sean de entendimien-
to mutuo, sígalos siempre. Ni las excusas ni las explicaciones son razones
aceptables para que se dejen de cumplir las expectativas realistas y previa-
mente entendidas. Usar la desventaja como una razón o una excusa para
dejar de cumplir con las expectativas es una de las ideas que más van en
contra de uno mismo. La diferencia entre una desventaja y una dis-
capacidad es que una discapacidad es un impedimento físico, emocional
o de comportamiento, en tanto que una desventaja es la respuesta de las
demás personas a ese impedimento. Por ejemplo, la sordera es una
discapacidad, pero la dificultad para comunicarse es una desventaja. Sea
“amable y comprensivo” al fijar expectativas realistas, que desafíen pero
no abrumen al alumno. Cuando llegue el momento de asegurarse de que
esas expectativas se cumplan, es hora de que su parte más exigente se haga
cargo.
El tercer aspecto de la enseñanza de la responsabilidad es dar aliento
y apoyo a la solución de problemas y a la planeación de parte de sus
alumnos. Cuando acudan a usted con un problema o una excusa, use esa
oportunidad para ayudarlos a reunir información, identificar alternati-
vas, tomar decisiones y analizar la consecuencia de esas decisiones. Cuan-
do se comporten de una manera incorrecta, pídales un plan de acción
para cambiar su comportamiento. Una vez que hayan pensado en solu-
ciones posibles y hayan desarrollado sus planes, pídales cuentas de su
cumplimiento. En ocasiones los alumnos no se comportarán de acuerdo
con el plan. Cuando esto sucede, a veces necesitan experimentar una
consecuencia desagradable pero no punitiva y que se les redirija para el
desarrollo de un nuevo plan. Usted puede evaluar el plan para verificar
que el alumno haya cumplido su parte. Luego dé al alumno una oportu-
nidad para reflexionar acerca de sí mismo, animándolo a evaluar qué tan-
242 Disciplina con dignidad
Por lo general este enfoque es mucho más efectivo para hacer contacto
con el alumno con problemas que hacer preguntas de “por qué”. Aun-
que sus suposiciones puedan no dar en el blanco, permiten que el alum-
no se dé cuenta de que usted tiene un conocimiento profundo de la
gente joven, lo que hace más probable que usted vea evidencias de com-
portamientos de colaboración. Es más probable que los alumnos consi-
deren las necesidades de los demás cuando se sienten entendidos. Como
una manera de concluir su charla con Memo, dígale: “Memo, no sé si
alguna de estas cosas sea cierta en tu caso, y lo que quiero que hagas es
considerar lo que dije, las opciones que te ofrecí, y que me hagas saber,
ya sea con tus palabras o con tus actos, lo que planeas hacer para cumplir
con tu trabajo”.
Adopte a un “amigo”
Correr riesgos para explorar nuevas habilidades es, a la vez, intimidante y
esencial para el crecimiento personal. Es todavía más difícil para el alum-
no que se ha acostumbrado al fracaso. Pero cualquiera, sin importar sus
limitaciones, puede destacar de ciertas maneras. Los más afortunados
tienen una variedad de mentores, quienes a lo largo del camino los ayu-
dan a identificar sus puntos fuertes y les brindan apoyo para que em-
prendan nuevos y difíciles aprendizajes relacionados con estas fortalezas.
Esto les da confianza y los alienta a correr riesgos.
Muchos educadores están en una posición que les permite ser
mentores, pero suele darse el caso de que seleccionan a alumnos quienes
ya han demostrado sus habilidades. Pocos quieren involucrarse con ni-
ños de quienes (en la superficie) no parece que se pueda esperar gran cosa.
Aconsejamos que cada uno de ustedes adopte a un “amigo” por un
año y que se comprometa a involucrarse de verdad con ese alumno para
Problemas especiales R245
hacer que aflore un talento especial. Debe esperar más decepciones de las
que le tocan cuando su adoptado se retire a sus territorios conocidos,
como son la falta de motivación o el comportamiento antagónico.
La relación entre el señor McKane y Joe ilustra las inmensas posibili-
dades de gratificación. Joe era un alumno que estaba repitiendo el primer
año de secundaria y a quien se había diagnosticado con discapacidades
de aprendizaje. El señor McKane era un maestro de artes industriales. Al
principio del año escolar, el señor McKane se llevó aparte a Joe y le dijo
que debido a que ya había terminado el programa de taller de primero de
secundaria, se le permitiría trabajar en proyectos especiales de artes indus-
triales. Joe, quien había demostrado algo de talento (aunque nada extraor-
dinario), hizo una lista de proyectos que quería hacer, y el señor McKane
ofreció algo de su tiempo y de su ayuda para participar en ellos con Joe.
Para la mitad del año, Joe había hecho una mesa de juegos para ni-
ños, una silla y un pequeño banco, y su trabajo se puso en exhibición en
el aparador de la biblioteca escolar. El señor McKane y Joe se volvieron
amigos cercanos, lo que permitió al señor McKane hablar de diversos
problemas que Joe tenía en otras clases e hizo que Joe fuera más receptivo
para considerar otros medios de comportamiento. El progreso en el com-
portamiento de Joe se convirtió en la historia de éxito de la escuela. El
señor McKane se sintió a la vez triste y dichoso cuando vio a su adoptado
seguir adelante.
Autolesión/agresión física
Muchas de las estrategias que este libro ofrece carecen de efectividad cuando
se trabaja con niños quienes padecen retraso de severo a profundo, quienes
manifiestan comportamientos autolesivos o agresivos, y niños autistas.
La mayoría de las estrategias que hemos descrito requieren entendimiento
del lenguaje, así como la capacidad de usar o procesar el lenguaje de ma-
nera tal que los problemas se resuelvan. Los niños con severas limitaciones
intelectuales o con deficiencias en los sentidos por lo general carecen de las
habilidades lingüísticas para que estos conceptos les resulten útiles. Las
técnicas de modificación del comportamiento que se combinan con pro-
gramas individualizados específicos han sido el conjunto de métodos que
con más frecuencia se ha empleado, con los mejores resultados en general.
La mayoría de los programas de comportamiento para la agresión
física o la autolesión incluyen una identificación de refuerzos positivos
para emplearlos ya sea cuando se presente un comportamiento más apro-
piado o cuando el comportamiento que se buscaba atacar permanezca
ausente por un plazo temporal predefinido. Algunos programas contie-
nen consecuencias desagradables (castigos como la restricción física, un
chorro de jugo de limón en la boca, ligeras descargas eléctricas) cuando
se presenta el comportamiento que se busca atacar. Prácticamente siem-
pre existen consideraciones morales y éticas en el desarrollo de esos pro-
gramas. Debido a que se dan frecuencias muy altas de dichos comporta-
mientos en los casos más severos, existe la necesidad de una cuidadosa
medición, con gráficas que muestren los cambios.
Existen muchas hipótesis acerca de las razones para la autolesión y la
agresión física sin “motivo” aparente. Una es que el comportamiento
250 Disciplina con dignidad
Resumen
Los alumnos con discapacidades que tienden a dar problemas de com-
portamiento pueden minar su energía, generarle más trabajo y provocar
sentimientos de incapacidad y frustración. Los alumnos exigirán, de
manera implícita o explícita, que usted emplee habilidades para las que
no ha sido capacitado y que diseñe estrategias de aprendizaje y de com-
portamiento que tal vez no hayan sido creadas. Usted puede mejorar su
efectividad si reduce el alcance general del problema a objetivos más pe-
queños, de más fácil obtención.
Fije límites claros para estos alumnos y espere que los sigan. Propor-
cione consecuencias claras y aplíquelas de manera consistente. Proporcione
situaciones donde se tomen decisiones, con opciones claras y com-
prensibles. Aprecie a los alumnos como seres humanos en plenas funcio-
nes, capaces de la alegría y el éxito. Sobre todo, recuerde que tanto usted
como sus alumnos especiales tienen sentimientos, y que estos sentimientos
son los motivadores más poderosos para el comportamiento. Aprenda a
expresar sus sentimientos de maneras útiles: las alegrías y las frustracio-
nes. Enseñe a sus alumnos a sentir sus propios sentimientos y propor-
cióneles salidas aceptables para que los expresen.
EL BARRIO URBANO
Las escuelas en barrios urbanos suelen carecer de muchos de los lujos que
sus vecinos más adinerados consideran necesidades. Con frecuencia, las
escuelas en barrios urbanos son más viejas y muestran las cicatrices de
las batallas de 75 a 150 años de atender alumnos. Muchas escuelas están
sobrepobladas, con poco del espacio que alumnos y maestros necesitan
para sentirse cómodos. En algunos casos, las escuelas se encuentran en
vecindarios amenazantes y hostiles para los niños que asisten a ellas. Una
1. Reportado por Barbara Herman, miembro del Brian Research Center at Children’s
Hospital, en Washington, durante la reunión de la Society for Neuroscience, en 1987.
252 Disciplina con dignidad
recursos que los suburbios no pueden igualar. Las artes, negocios e in-
dustria, parques, museos y una multitud de personas, están todos al al-
cance del maestro creativo en el barrio urbano. Por cada “alumno de la
calle” desanimado, hay docenas de jóvenes ansiosos que quieren apren-
der. Si bien las reformas en Estados Unidos para la igualdad de oportu-
nidades y educación no han producido los resultados que sus creadores
esperaban, más y más alumnos en el barrio urbano creen que pueden
hacer realidad su potencial, así sea con esfuerzo.
Nos conmovió un grupo de segundo de secundaria en un curso de
relaciones humanas, en una escuela sobrepoblada en un vecindario pobre
del Bronx. Una alumna contó que su familia escondía su dinero extra
bajo la alfombra de la sala de su casa. Un compañero preguntó a esta
chica por qué revelaba información tan confidencial. Ella contestó: “Pero
en este grupo todos ustedes son mis amigos; les tengo confianza”. El
suspiro de todos sus compañeros indicó la cercanía del momento.
Furst, 1973) ha dejado en claro las muchas nociones erradas de los maes-
tros acerca de los niños en los barrios urbanos. Hawkes y Koff conduje-
ron un estudio en una gran ciudad del Medio Oeste, comparando las
respuestas, en escalas de ansiedad, de 249 niños de quinto y sexto grados
en una escuela primaria de un barrio urbano, con las respuestas de 211
niños que asisten a quinto y sexto grados en una escuela–laboratorio
conectada a una gran universidad urbana. Se hizo un análisis de conteni-
dos con las respuestas a un cuestionario de ansiedad. Se concluyó que la
diferencia en la manifestación de la ansiedad era significativa, sin impor-
tar el tipo de ansiedad de que se tratara. El niño del barrio urbano mos-
traba más preocupación que sus iguales en las escuelas suburbanas acerca
de asuntos relacionados con temores objetivos, ansiedad, preocupación
en general, preocupación acerca del trabajo escolar y preocupaciones acerca
de la propia capacidad. Hawkes y Furst (1971) reprodujeron estos descu-
brimientos usando como muestra a 704 alumnos negros de quinto y
sexto grados, en su mayoría de barrios urbanos, y 495 niños blancos de
los suburbios, de escuelas públicas y privadas. Este estudio se hizo en la
costa Este.
Hawkes y Furst (1973) estudiaron las respuestas de 628 maestros en
preparación y en servicio, a quienes se pidió que respondieran a un cues-
tionario de 16 puntos que se había usado en los dos estudios previamen-
te citados. El hallazgo fue que los maestros subestiman, de manera signi-
ficativa, los niveles de ansiedad de los alumnos de los barrios urbanos y
exageran la ansiedad de los alumnos de la clase media alta. Los autores
concluyen que muchos maestros creen en el siguiente estereotipo impreciso:
Estas investigaciones hicieron notar que los maestros con tres o más años
de experiencia en la enseñanza en escuelas de barrios urbanos o de subur-
bios hacían predicciones más precisas, aunque aún no podían predecir la
realidad de la situación. Este estudio sugiere la posibilidad de que por lo
menos algunos problemas de disciplina en el salón de clases sean resulta-
do de la falta de capacidad del maestro para reconocer y tratar con la
ansiedad de los alumnos. El maestro, pensando que sus alumnos carecen
de motivación, de preocupaciones y que no dan importancia a su trabajo
escolar, no trabaja en estas áreas emotivas de preocupación por los alum-
nos. Debido a que en el salón de clases no se trabaja con la ansiedad de
los alumnos, se vuelven desordenados y problemáticos en respuesta a su
ansiedad. El maestro, ante la posibilidad de perder el control del salón
de clases, puede volverse dogmático e inflexible, en respuesta a su cre-
ciente experiencia de estrés. Una causa real de los problemas de disciplina
(alta ansiedad en los alumnos y preocupación acerca del desempeño esco-
lar) se deja sin atender.
que iba a un jardín botánico, otro corredor hacia una biblioteca y áreas
de aislamiento en cinco salones. La experiencia fue enriquecedora tanto
para la escuela como para los estudiantes universitarios.
Muchos negocios e industrias en los barrios urbanos están adoptan-
do escuelas. Los patrocinadores proporcionan recursos en una variedad
de maneras, incluyendo prácticas para los alumnos, materiales, conoci-
mientos que pueden aplicarse a las escuelas, obtención de fondos, gru-
pos de consejería, programas de intercambio entre maestros y emplea-
dos, excursiones y patrocinios para actos especiales. La preparatoria
Oceana, en Pacifica, California, Estados Unidos, tenía una relación con
un centro comercial. Los alumnos producían para el centro comercial
trabajos artísticos, los que al final salieron en una gira nacional que ter-
minó en Washington DC. El orgullo de esos alumnos se sintió en toda la
comunidad escolar.
6. Mejore las habilidades de lectura de los alumnos.
Todos los maestros, sin importar de qué materia, son maestros de
lectura, de escritura y de español. Adopte como meta mejorar la habili-
dad de cada alumno para la lectura, aunque enseñe matemáticas, ciencias
o educación física. La falta de habilidades para la lectura tiene una asocia-
ción directa con el bajo desempeño y el mal comportamiento. Descubra
cuáles son las habilidades de lectura de sus alumnos y proporcione prác-
ticas de lectura y escritura con un cierto nivel de dificultad para su grado
escolar. Esto debe ser una parte normal de cada clase. Recompense de
manera continua los esfuerzos y las mejoras en la lectura y la escritura,
aunque sean muy pequeños. Sus alumnos necesitan sentir que pueden
convertirse en mejores lectores, y que lo lograrán.
7. Concéntrese en lo positivo.
Aunque pueda sonar cursi, creemos que todos los maestros en las
escuelas en barrios urbanos deben concentrarse en lo positivo. Si un alum-
no obtiene dos aciertos de diez, dígale que obtuvo dos aciertos, no ocho
errores. Limite sus correcciones en las asignaciones escritas a una o dos
correcciones manejables. Cuando el alumno domine las correcciones que
le marcó, busque una o dos mejoras más para trabajar en ellas. Trabaje
siempre a partir del éxito. Los alumnos en escuelas urbanas necesitan
sentir que es posible tener éxito en la escuela. Necesitan sentir, de una
manera muy directa, que la recompensa al final del arco iris es, en poten-
Problemas especiales R261
cia, tan suya como de sus vecinos más adinerados. Todos los días deles
éxito como parte de su estilo de enseñanza.
Concéntrese en lo positivo con sus compañeros maestros. Busque
maneras de hacer que la escuela sea un lugar mejor y más seguro. Es
preferible sugerir una mejora que comentar los errores. Al incrementar la
energía positiva de los profesores y, lo que es más importante, la de usted,
reducirá su propio estrés en relación con el trabajo en el barrio urbano y hará
que la escuela sea un lugar mejor para que usted y sus alumnos vivan.
8. Desarrolle grupos de apoyo con otros maestros.
Comparta sus sentimientos de manera abierta. La tradición es que la
enseñanza se dé a solas, con el maestro aislado del resto de los profesores,
excepto por discusiones informales en el salón de maestros o en la cafete-
ría. Debido a la intensidad de los barrios urbanos, es importante reducir
el aislamiento a lo mínimo posible. Como ya dijimos, una de las razones
más importantes para el éxito de nuestros programas de capacitación en
el trabajo es el proceso de que los maestros compartan con otros maes-
tros lo que sienten, los problemas que tienen y lo que puede hacerse para
convertir a la escuela en un lugar mejor.
9. Desarrolle una sólida relación de trabajo con su director y demás adminis-
tradores.
El Estudio de Escuelas Seguras (United States Department of Health,
Education, and Welfare, 1978) indicó que las escuelas más seguras tenían
a un director fuerte. Reúnase con su director de manera regular y ofrezca
su apoyo. Pregunte qué puede hacer usted para que el trabajo de su
director sea más fácil. Dígale lo que necesita para tener éxito en el salón
de clases. Resuelvan problemas juntos. Entre más sienta su director que
es importante para usted y para sus alumnos, más apoyo podrá brindar a
sus esfuerzos.
10. Reclute a los líderes comunitarios.
Establezca contacto con tantos líderes comunitarios como le sea po-
sible y pida reunirse con ellos de manera periódica. En cada ciudad hay
grupos formales e informales que tratan de ayudar a la comunidad. Algu-
nos ejemplos pueden ser las asociaciones juveniles locales, las juntas de
vecinos, grupos de la iglesia o centros culturales. Estos líderes se hacen
responsables de mejorar las vidas de las personas a quienes sirven. Descu-
bra cuáles son sus programas, cómo pueden darle apoyo y cómo puede
262 Disciplina con dignidad
usted apoyarlos. Invítelos a su clase a hablar con los niños. Pídales que
revisen su contrato social y que ofrezcan sugerencias para mejorarlo. Uti-
lícelos para comprender mejor la subcultura de sus alumnos.
drogas por parte de niños en edad escolar y los problemas de las drogas
en la sociedad vista como un todo.
Las drogas afectan el comportamiento del alumno en la escuela. Al-
gunas drogas actúan como estimulantes; las más notables son las anfeta-
minas y la cocaína, las que incrementan de manera dramática la inquie-
tud, la excitabilidad y la hiperactividad. Otras actúan como depresores,
como los barbitúricos y el alcohol, los que vuelven letárgicos y apáticos
a los alumnos. El polvo de ángel y el crack hacen que el comportamiento
sea errático y con frecuencia peligroso, al llevar a estallidos esporádicos
de violencia. Sin importar de cuál droga se trate, una cosa es clara: el uso
de drogas en la escuela bloquea el aprendizaje y crea para el maestro
problemas de comportamiento, abiertos u ocultos.
El problema del abuso de drogas en la escuela es complicado, porque
está integrado con la confusión y el conflicto de la sociedad en general.
Los alumnos que consumen drogas lo hacen por una cantidad de razo-
nes, de las cuales sólo algunas están relacionadas con la escuela. En la
discusión siguiente, exploraremos primero la relación entre el uso de
drogas de los alumnos y las actitudes de la sociedad en general acerca
de las drogas, y luego discutiremos la relación entre el uso de drogas de
los alumnos y la escuela. Por último, exploraremos lo que usted, el maes-
tro, puede hacer en su escuela y en su salón de clases para lidiar con el
mal comportamiento asociado con el abuso de las drogas, y sugeriremos
estrategias preventivas para reducir al mínimo el uso de drogas entre sus
alumnos.
William B. Hansen anota las siguientes razones por las que los niños
experimentan con drogas:
Puesto que no es deseable ni posible evitar que los alumnos sueñen des-
piertos, tiene sentido legitimar este “mal comportamiento” poniéndole
atención. Usar preguntas de respuesta abierta, que no contengan repues-
tas acertadas o erróneas, o usar la imaginación de manera instructiva, por
ejemplo: “Si tú fueras Cristóbal Colón, Alicia en el país de las maravillas,
272 Disciplina con dignidad
etc., ¿cómo te habrías sentido, qué habrías hecho?”, son otros métodos
que, de manera indirecta y clara, validan las vidas de fantasía de las perso-
nas. La obra de George Brown (1971) acerca de la educación en con-
fluencia proporciona muchas maneras en las que el maestro puede inte-
grar, de manera efectiva, sus metas de educación con la experiencia personal
de cada niño.
Estrés. Con frecuencia olvidamos que la escuela, para muchos niños,
es una experiencia que lleva a la tensión y al estrés. Los niños que tienen
éxito académico suelen sentirse presionados para seguir con su desempe-
ño positivo, los alumnos ni buenos ni malos suelen estar luchando por
destacar de alguna manera y a los niños con bajo desempeño seguido se
les exhorta a trabajar o esforzarse más. El resultado es que la experiencia
escolar, para algunos niños, puede convertirse en una fuente clave de
estrés.
En cierta ocasión, la madre de un chico de 14 años estaba perpleja;
no entendía por qué su hijo, quien obtenía sólo “dieces” y era excepcio-
nalmente atlético, se había salido del equipo de lucha y sus calificaciones
bajaban en picada. Al hablar más, se hizo claro que él siempre se había
presionado demasiado para ser excelente en todo lo que hacía. Aunque
su madre no estaba segura, Andrés tenía los ojos rojos, una expresión
facial vacía, falta de motivación y un habla plana, sin expresión. Esto
confirmó que fumaba marihuana. Se había hartado de vivir para cumplir
las expectativas de perfección de los demás.
Las escuelas no hacen lo suficiente para dar atención al estrés de los
alumnos. Parece indisputable que el arte de la relajación es una habilidad
de importancia crítica para los jóvenes, y que no se ve reflejada en los
currículos de clase. Se afirma que las escuelas son expertas en trasmitir
información y capacitar para las habilidades intelectuales, pero en la ma-
yor parte hemos sido incapaces de reconocer la influencia que tienen la
tensión, la ansiedad y el estrés para cancelar esa capacitación. Si los niños
llegan a la escuela sintiéndose tensos acerca de incidentes en su casa o en
la calle o han desarrollado un conjunto de expectativas de sí mismos que
no deja lugar para el fracaso, o reciben, de manera crónica, una serie de
mensajes que refuerzan sus sentimientos de incompetencia, se disminuye
la energía y la motivación para aprender. Un programa preventivo para
las drogas debe enseñar a los maestros una variedad de métodos que
puedan emplear para llevar a la relajación y aliviar la tensión. Si se adop-
Problemas especiales R273
haga una lista, con todas las soluciones propuestas (incluso las tontas) en
el pizarrón y deje que Memo, ya sea de manera pública o privada, elija las
que mejor le acomoden. Nuestra experiencia ha sido que con frecuencia
el solo hecho de hacer público un problema es ayuda suficiente para los
alumnos. La empatía y la preocupación que reciben de sus compañeros
les ayudan a sentir que no están por completo solos con un problema y
que el salón de clases puede ser un lugar para recibir apoyo emocional. Si
este apoyo falta, esto puede indicar que es necesario que usted dedique
tiempo para ayudar a construir un espíritu comunitario más fuerte en el
salón de clases.
Apreciaciones
Es frecuente que los alumnos que tienden al uso de drogas padezcan una
falta de autoestima. Cuando un niño siente que a nadie interesa y que
nadie lo aprecia, aprende a no interesarse en sí mismo y a no apreciar a
los demás. En particular durante los primeros años de la escuela prima-
ria, es importante que todos los alumnos sientan que hay interés y apre-
cio hacia ellos, tanto de su maestro como de sus compañeros de grupo.
Los alumnos que no reciben suficiente calidez aprenderán a no darla y de
manera gradual se distanciarán de otros en lo emocional. Es bastante
probable que recurran a las drogas para reforzar su caparazón de protec-
ción. Las siguientes son algunas sugerencias para la apreciación.
Día de la apreciación. Ponga una foto de cada uno de sus alumnos,
junto con su nombre, en una hoja grande de papel imprenta. Explique a
sus alumnos que cada día habrá una foto de un niño colgada en el table-
ro de avisos. Dígales que en cualquier momento a lo largo del día (puede
ser preferible durante el tiempo libre o el tiempo de juego, para llevar las
distracciones al mínimo), cualquier alumno puede ir al cartel y escribir
una afirmación que comience con “Una cosa que me gusta de ti es...”, o
que haga un dibujo que exprese su cariño y apreciación hacia ese alum-
no. No se permiten declaraciones ofensivas. Antes de que terminen las
clases, tómese unos minutos para dejar que los alumnos desfilen por el
cartel y anímelos a leer cada declaración o a que describan el dibujo que
hicieron en el cartel. Cuando haya terminado de hacer esto, pregunte si
no hay más expresiones de apreciación. Cuando haya terminado el pro-
ceso, guarde el cartel de ese niño hasta que vuelva a ser su turno.
276 Disciplina con dignidad
Información precisa
Tenemos la obligación de proporcionar a los alumnos un paquete equi-
librado de información, de manera que entiendan los datos. En los es-
fuerzos por contener el uso de drogas, algunos currículos han hecho
demasiado hincapié en sus efectos extremos. Por ejemplo, sabemos que
Len Bias murió por inhalar cocaína la primera o segunda vez, pero pre-
sentar a la cocaína como una droga que mata al instante es ignorar el
hecho de que la mayoría de las personas que usan esta droga no mueren
de eso (por lo menos no de inmediato). Si queremos mantener nuestra
credibilidad, necesitamos presentar la imagen total. Hacer menos que
eso es hacer que los alumnos dejen de creer, en especial cuando conocen
a un compañero quien ha usado una droga y da una versión diferente de
sus efectos. Decir a los niños que la gente usa drogas porque los hacen
sentir bien es un mensaje honesto. Hacerles saber los efectos negativos,
así como maneras alternativas de sentirse bien sin drogas, nos da más
credibilidad y aumenta las posibilidades de que los alumnos no abusen
de las drogas. En muchas escuelas hay coordinadores de abusos de quí-
micos, quienes pueden ayudar a planear el currículo y a desarrollar la red
de apoyo, intervención y tratamiento, necesaria cuando los alumnos abu-
san de las drogas.
mas comunes de uso de drogas. Con frecuencia los alumnos que toman
drogas carecen de motivación y se vuelven pasivos en clase. Parecen tener
muchos secretos por contar a sus amigos y en ocasiones hacen bromas
acerca de las drogas en clase y sueltan risitas cuando se mencionan pala-
bras asociadas con las drogas. Las sugerencias que hemos hecho están
diseñadas para proporcionar opciones alternativas al uso de las drogas.
Pero si usted nota en algunos de sus alumnos síntomas que le indiquen
que esos alumnos ya están usando drogas, sugerimos que pruebe con las
siguientes opciones.
No acepte excusas
No acepte excusas ni promesas vacías cuando el trabajo no se termine.
Exija que todo el trabajo se haga a tiempo y bien. Al mismo tiempo, sea
sensible a las necesidades, que pueden estar presentes en los alumnos que
usan drogas, de evitar la presión y la tensión. Ofrezca sugerencias para
lidiar con la tensión y la presión, escuche con atención los sentimientos
de sus alumnos y ofrézcales una oportunidad de discutir sus necesidades.
Los alumnos necesitan aprender que el uso de drogas no se va a alejar
con explicaciones y que las promesas no son lo mismo que el desempe-
ño. La consecuencia más natural del abuso de drogas es la incapacidad
para terminar el trabajo, y esta consecuencia debe hacerse valer todo el
tiempo.
Lisa, he notado que no has hecho tu tarea en dos semanas y que has
estado soñando despierta en clase. Cuando te he señalado para que
respondas, me has pedido que repita la pregunta y aun así no estás
segura de lo que estamos hablando. La semana pasada tu habla sona-
ba arrastrada y te reiste en clase sin razón aparente. He estado pensan-
do que es posible que estés involucrada con drogas. No me toca exi-
girte que me digas si esto es cierto o no, pero estoy preocupado. Por
eso planeo decirte exactamente lo que necesito de ti en clase. Quiero
que hagas tu tarea, pongas atención, hables normal, tengas los ojos
limpios y respondas a las preguntas en clase. Si puedes hacer esto,
asumiré que mis sentimientos eran incorrectos, pero si sigues con tu
comportamiento actual, pensaré que estoy en lo correcto y será el
momento de que comparta mis sospechas con tus padres y trate de
trabajar con ellos para ayudarte.
Con esta declaración, el señor Cárdenas pudo haber causado una ruptura
con Lisa si ella estaba tomando drogas, pero él compartió sus sentimien-
tos con honestidad y señaló lo que necesitaba que Lisa cambiara. Dio a
Lisa una oportunidad de salir del asunto con dignidad y dejar de usar
drogas, al tiempo que le hizo saber que podría tomar más acciones. Las
cosas clave que hizo fueron: declaró sus observaciones, ofreció opciones,
declaró las consecuencias, mantuvo las exigencias en el campo del desem-
peño en el aula y no en el uso de drogas e hizo saber sus sospechas a la
alumna, sin acusarla.
CONCLUSIÓN
PARA EL ADMINISTRADOR
282 Disciplina con dignidad
administrador debe ver que las necesidades del alumno especial se vean
satisfechas. Esto requiere que se obtengan servicios de apoyo según sea
necesario, incluyendo intérpretes, anotadores, lectores, tutores, ayudan-
tes, apoyo sicológico y apoyo físico. Los maestros necesitan capacitación
para usar al personal de apoyo. Usted debe brindar información acerca
de las personas de apoyo y dejar en claro su función.
Además, los maestros necesitan capacitación en métodos de enseñan-
za para alumnos con discapacidades. Si en su localidad hay escuelas espe-
ciales que se concentren en una discapacidad en particular, pueden hacer-
se arreglos para hacer visitas, intercambios y compartir información. Las
organizaciones de profesionales, a escala local o nacional, también son
útiles.
Esté consciente de que enseñar a alumnos con discapacidad puede
generar estrés en el maestro y en los demás alumnos. Asegúrese de que
cada maestro que tenga ya sea una clase especial o una convencional ten-
ga descansos en lapsos regulares a lo largo del día. Proporcione un lugar
y una hora para practicar técnicas de reducción del estrés y haga que esta
práctica sea válida. Muchos alumnos y maestros pueden tener temores
irracionales acerca de interactuar con un alumno con discapacidades. Es
necesario reconocer y lidiar con estos temores para que pueda darse una
interacción positiva.
Cuando un niño con discapacidad o con problemas emocionales crea
un problema de disciplina, con frecuencia se requiere que el maestro se
reúna de manera regular con el alumno para que el problema se resuelva.
Usted puede ayudar, ya sea consiguiendo a un maestro sustituto durante
una hora o haciendo arreglos para que se cubra la clase del maestro en
tanto que él trabaja con el alumno de manera individual. Esta puede ser
también una buena oportunidad de enseñar para usted. Use la serie de
sugerencias mencionadas como lista de puntos para ayudar a los maes-
tros a lidiar con los problemas de disciplina relacionados con sus alum-
nos con discapacidad.
Sobre todo, esté preparado para escuchar y entender las presiones y
exigencias que se presentan al trabajar con niños especiales. Es difícil ver
Problemas especiales R283
El barrio urbano
Igual que con los maestros que enseñan en el barrio urbano, es de la
mayor importancia que los administradores conozcan bien a sus alum-
nos. Conocer a los alumnos significa entender su cultura, sus normas y
valores y conocer la historia familiar de cada alumno. Para los niños que
tienen una estructura familiar débil, con frecuencia el administrador esco-
lar sustituye al padre o a la madre y se convierte en una figura paternal.
Debe tomarse en cuenta esta responsabilidad cuando se trate con los
alumnos, en especial con quienes han roto las reglas. Cuando se establez-
ca una política escolar, es importante que los alumnos tengan voz para
determinar cómo será su escuela. Poseer las reglas y las consecuencias es
de especial importancia en el barrio urbano, donde la mayoría de los
alumnos se sienten impotentes. Sin embargo, cuando el contrato se ha
establecido, es de importancia crítica hacer valer, de manera consistente,
cada regla que se rompa. Los alumnos deben ver orden y aprender que
hay consecuencias para sus actos.
Una dificultad a la que se enfrentan los administradores al lidiar con
cualquier problema de disciplina (el que puede ser todavía más intenso
en el barrio urbano) es de qué lado ponerse cuando el maestro y el alum-
no no están de acuerdo. Usted puede ayudar tanto a los maestros como a
los alumnos al no tomar posturas cuando esto suceda sino actuar como
mediador y permitir que ellos dos solucionen sus propios problemas.
Deje en claro ante todos sus maestros cómo manejará a los alumnos
enviados a usted y qué papel cree usted que puede desempeñar cuando
una situación llegue más lejos de lo que el maestro pueda manejar. Tenga
un plan de emergencia para esas situaciones, raras pero posibles, en las
que un alumno comete un acto violento o amenaza con cometer un acto
violento en el salón de clases. Prepárese para situaciones en las que el
maestro exige que un alumno con riesgo potencial de explosión sea reti-
284 Disciplina con dignidad
rado de su clase pero el alumno se niega a salir. Su plan debe incluir las
ideas del profesorado como grupo, y todos los maestros deben saber
usarlo cuando sea necesario. Puede ser que este plan nunca se use, pero la
mayoría de los maestros se sienten mejor si saben que existe.
Incluya en su escuela todos los recursos comunitarios que sea posi-
ble. Invite a padres, personas de negocios, representantes de minorías
étnicas y otros, para que se vuelvan una parte regular de su comunidad
escolar.
Dé ánimo a los maestros que deseen usar estilos de enseñanza alter-
nativos y utilizar los recursos de la ciudad como entorno de aprendizaje.
Una de las cosas más útiles que puede hacer es establecer grupos de
apoyo y de discusión para que los maestros compartan sus preocupacio-
nes, sentimientos y conciencia acerca de sus empleos. En nuestro trabajo
en los barrios urbanos hemos descubierto que los maestros tienen mu-
cha más fuerza y recursos de los que están enterados, y que los descubren
cuando pueden hablar con sus colegas. Las sesiones de rollo no tienen
utilidad particular, tampoco las de chismes. La discusión debe involu-
crar a maestros quienes intercambian ideas y se hacen responsables de sus
propios sentimientos.
Abuso de drogas
Un buen programa para combatir el uso ilegal de drogas incluye dos
partes principales: prevención y acción. La parte de la prevención debe
conjuntar una variedad de actividades de reducción de estrés, con un
horario regular, para los alumnos, así como actividades divertidas. La
fantasía y la imaginación deben ser parte de cada clase, de una u otra
manera. Como administrador de la escuela, usted puede validar este tipo
de programas. Los alumnos que están desanimados, aburridos o estresados
deben recibir atención individual, antes de que se genere un problema
con drogas. La atención especial para los dotados, los brillantes y los
creativos debe ser parte regular de la programación escolar.
Cuando establezca un programa de información acerca de las drogas,
asegúrese de hacer hincapié en que las drogas son parte de la sociedad y
Problemas especiales R285
evite las tácticas de intimidación que con frecuencia empujan a los chicos
hacia las drogas. Sea racional y afirmativo. Reconozca la verdad acerca de
las drogas. Invite a ex usuarios de drogas para que hablen de sus experien-
cias. Ellos tienen más credibilidad entre los jóvenes que la policía, los
doctores o los farmacéuticos.
Cuando descubra a alumnos que usan drogas, envíelos con el contac-
to adecuado, dentro o fuera de la escuela. Se requieren intervenciones
terapéuticas y legales. Una presencia administrativa visible en los pasi-
llos, los corredores, el baño y los patios complicará el uso en los terrenos
de la escuela.
Si las drogas están causando problemas de comportamiento, fije lí-
mites y aplique consecuencias con base en el mal comportamiento. So-
bre todo, no acepte excusas ni promesas vacías como maneras de evitar
las consecuencias.
Recomendamos que hable con las agencias de la ley en su comunidad
y averigüe sus responsabilidades y sus restricciones legales en relación
con el uso de drogas. Trasmita esta información a sus profesores. Luego
use la información como base para establecer una política, para toda la
escuela, acerca de los alumnos a quienes se sorprenda con drogas.
También puede establecer una clase o un grupo de discusión para los
padres, donde les informe los síntomas del uso de drogas y lo que ellos
pueden hacer para ayudar a sus hijos. Haga hincapié en las maneras de
prevenir el uso de drogas y de ayudar al niño que ya ha comenzado a
experimentar con drogas.
CAPÍTULO 11
VEINTE PREGUNTAS
PREVENCIÓN
permiso”. Mientras fija este límite, haga contacto ocular y mantenga una
estrecha proximidad física con el niño de quien sospecha.
Es importante darse cuenta de que, en un momento u otro, práctica-
mente todos los niños roban. Puede ser que el niño tenga necesidad o
deseo de acumular, o que desee objetos o dinero que siente que le han
sido negados; puede ser que robe para demostrar su generosidad o su
valentía, regalando a otros el botín, o puede ser que quiera vengarse por
lo que él considera actos en su contra por parte de sus compañeros o de
los adultos. Sin importar las razones, la reputación y la integridad del
niño son cruciales y debe haber un equilibrio entre fijar los límites y
proteger el concepto que tiene de sí mismo.
Los robos pueden combatirse si se establecen en clase oportunidades en
las que el niño pueda tener responsabilidad. Entre estas posibilidades
están: ponerlo a cargo de la fila, hacerlo ayudante o nombrarlo vigilante
del grupo. Si sospecha que se trata de un niño con carencias, puede darle
papel o crayones para que los lleve a su casa. También puede ser que
usted desee alentar al grupo para que se den regalos entre sí, como una
manera de mostrar su cariño y su generosidad. Si después de estas accio-
nes los robos persisten, lo más acertado sería enviar al niño a una clínica
de asesoría para niños o al personal indicado de salud mental en la escue-
la para una evaluación más a fondo.
Entonces el administrador debe juzgar cuáles envíos son los que más
requieren su tiempo.
Antes de enfrentar la siguiente situación difícil, anote las violaciones
a reglas que usted juzgue que ameritan un envío a la administración. Fije
una hora para reunirse con su administrador para discutir a fondo sus
lineamientos. Si usted estableció un contrato social con su grupo, puede
indicar cuál de sus reglas tiene una consecuencia de envío a la administra-
ción, en la que estuvieron de acuerdo sus grupos. También es útil com-
partir el contrato social completo, de manera que los administradores
puedan tener una imagen completa de todas las reglas y consecuencias en
el salón de clases. Asegúrese de que usted y su administración tengan una
buena idea de cuándo se usará el envío y de lo que usted probó antes de
enviar al niño. Llegue a acuerdos acerca de su plan, cediendo cuando sea
necesario. Mantenga una mentalidad abierta. Aquí lo importante es lle-
gar a un acuerdo, antes de un incidente en el que los sentimientos en
erupción hagan difícil que se resuelvan los problemas. Luego, siga su
plan. Si no funciona, discuta cualquier modificación antes de cambiar el
acuerdo por su propia cuenta.
Sugerimos que use el envío como una de sus últimas líneas defensi-
vas. Dé seguimiento al envío, comunicándose con el administrador y
preguntándole lo que decidió hacer con el alumno. Algunos alumnos
pueden ser muy convincentes al echar a usted la culpa y pueden obtener
la simpatía del administrador. Para prevenir esto, siempre que sea posible
trate de asistir a la reunión entre el administrador y el alumno, para que
sepa lo que sucedió y de hecho pueda aportar algo de sus opiniones a lo
que suceda. Si descubre que varios de sus colegas sienten lo mismo que
usted, saque el tema de la necesidad de un conjunto de lineamientos más
claros en lo que se refiere a los envíos disciplinarios. Puede hacer esto en
una junta de profesores, en sus objetivos anuales o de alguna otra manera
que le sea relativamente cómoda.
5. Pregunta: Creo que ser preventivo es una gran idea, pero no estoy
seguro de tener los suficientes problemas para que sea necesario hacer
tanto trabajo antes de que en realidad se presenten los problemas. ¿Pue-
den explicarme por qué se necesita tanto tiempo antes de los incidentes
de disciplina?
Respuesta: Creemos que la prevención es necesaria porque la mayoría
de los problemas son mucho más difíciles de resolver después de que han
ocurrido. Una lucha de poder, por ejemplo, casi nunca se resuelve de
manera adecuada sin incontables horas de trabajo, preocupación y buena
suerte. Sin embargo, si se practican algunos procedimientos relativamen-
te simples, pueden evitarse muchas luchas de poder. Muchos salones de
clase bien dirigidos se vuelven aún mejores y tienen aún menos proble-
mas de disciplina cuando el acento se pone en la prevención. Y los maes-
tros que invierten tiempo en la prevención son más felices y experimen-
tan menos estrés a lo largo del año escolar.
Las actividades de prevención se diseñaron con los objetivos conjun-
tos de prevenir el mal comportamiento y de establecer un tono para un
292 Disciplina con dignidad
ACCIÓN
trarles maneras en las que pueden interactuar, que sean más divertidas y
menos molestas que pelear. En cualquier caso, anímelos para que estén
conscientes de sus sentimientos y para que los compartan de maneras
más directas que pelear. Compartir los sentimientos es una maravillosa
habilidad para que la aprendan los alumnos de cualquier edad.
9. Pregunta: En mi grupo de segundo año tengo una alumna que cree que,
si lo intenta, sin importar los resultados, sus esfuerzos serán recompen-
sados. Cuando pido que me muestre su trabajo, siempre tiene una excusa
como “No sé cómo se hace”, “Hice lo mejor que pude” o “Le puse mu-
chas ganas pero no supe cómo hacerlo”. Creo que se comporta de forma
manipuladora pero no sé cómo responder ante ella. ¿Alguna sugerencia?
Respuesta: Deje de aceptar sus excusas. “Sólo intenta hacer lo mejor
que puedas” es un mensaje que persiste con buena aceptación, y algunos
niños lo malinterpretan: creen que significa que, siempre y cuando digan
a alguien que lo intentaron, les va a ir muy bien. Los niños que se habi-
túan a intentar y no hacer, con frecuencia encontraron un método efecti-
vo de manipulación, cuyo resultado suele ser que lo que se pone a prue-
ba son los nervios de quienes los rodean.
Suponiendo que su alumna tenga un desarrollo que la capacite para
hacer el trabajo asignado, usted puede terminar con sus excusas si se
niega a aceptar sus “ganas” como producto final. Dígale que quiere ver
exactamente cómo lo intentó y lo que logró con eso. Hágale saber que ya
no aceptará excusas y que, si no entiende cómo se hace algo, debe pedir
ayuda. Si ella no pide ayuda y el trabajo se queda en el intento y sin
hacer, dígale que tendrá que perderse el recreo o quedarse después de
clases para mostrar a usted exactamente cuántas ganas está poniendo.
Dreikurs ha señalado que algunos alumnos buscan atención por medio
de muestras de incapacidad. Usted puede enseñar a su alumna a sentirse
capaz si recompensa su esfuerzo verdadero, se niega de manera activa a
aceptar sus excusas y la confronta cuando muestra incapacidad.
10. Pregunta: Cuando hay alumnos que se portan mal en mi grupo, suelo
hacer que se disculpen de manera pública, ya sea conmigo o, cuando es
lo indicado, con otro alumno. Esta consecuencia parece tener poco efec-
to en su comportamiento. ¿Ustedes piensan que las disculpas públicas
sean consecuencias útiles?
Veinte preguntas R295
yo vea que eso pasa hablaré con el responsable y por el momento puedes
volver a tu escritorio”; asignar actividades en el aula que promuevan una
interacción positiva con los compañeros. Los acusones pueden estar pi-
diendo, en realidad, algo de orden y seguridad ante las molestias conti-
nuas de los alumnos problemáticos; puede ser que de alguna manera
estén tratando de hacer responsables del caos y del desorden a quienes
toca la responsabilidad: los niños que lo hacen y los maestros. Si las
acusaciones son abundantes en su grupo, puede tratarse de un mensaje
que le diga que debe brindar más seguridad y estabilidad a los niños.
13. Pregunta: A veces me parece necesario hacer saber al resto del grupo
cómo se resolvió un problema particular con un alumno en particular
para que entiendan que el alumno no se salió con la suya. ¿Es mejor
compartirlo con el resto del grupo o simplemente dejar que el incidente
quede entre el alumno y yo?
Respuesta: Cuando informa al grupo completo el resultado de su inci-
dente con este alumno, usted puede estar diciéndoles que usted “ganó”
pero también les estará diciendo que los usará a ellos como ejemplos
cuando sea necesario y que no pueden confiar en que usted mantendrá
en privado sus transacciones con ellos. Estos aprendizajes harán difícil
que el grupo se sienta seguro y tenga una interacción normal con usted.
También tenderán a mantener la guardia en alto.
298 Disciplina con dignidad
RESOLUCIÓN
16. Pregunta: Uno de mis niños me está causando problemas. Eric es hos-
til y resentido en clase, con muy poca tolerancia a la frustración. Altera a
los otros alumnos y parece que usa sus estallidos para manipularme. Sos-
pecho que su hostilidad se deriva de una vida familiar problemática. ¿Cómo
puedo llegar a este niño?
Respuesta: No debe permitirse que la hostilidad de Eric interfiera con
la habilidad de usted para enseñar y la de los otros niños para aprender.
Como es poco probable que Eric abandone con facilidad sus resenti-
mientos, sugerimos que usted se reúna con él cuando ambos estén a
solas, para equilibrar su comprensión de los problemas de él con una
declaración de límites, fuerte y clara. Durante esta reunión es importante
proporcionar alternativas más aceptables para que él pueda expresar su
hostilidad. Por ejemplo:
hogar (es preferible tenerlo), puede y con frecuencia logra detener el mal
comportamiento.
18. Pregunta: Pepe está en mi grupo de sexto grado; lanza cosas, pelea con
otros alumnos y no trabaja. Cada vez que le aplico medidas disciplina-
rias, sonrie, rie y se niega a obedecer mis instrucciones. Para ser franco,
temo que pueda ir contra mí y causarme una lesión física. ¿Algún consejo?
302 Disciplina con dignidad
Sea muy clara y firme con Pepe y dígale que ya no va a tolerar que
pelee y lance cosas.
Diga a Pepe exactamente lo que hará en el caso de que continúe
este comportamiento inaceptable.
Haga saber a Pepe cómo se le recompensará por cada día (usted
puede reducir esto a medio día o a cada hora) que pase sin incidentes.
Escriba a sus padres una carta donde se detalle, de manera específi-
ca: el mal comportamiento de Pepe, lo que usted hará si esto conti-
núa y qué recompensa recibirá Pepe si decide comportarse de una
manera más aceptable. Dé seguimiento a esta carta con una llamada
telefónica y haga arreglos para tener reuniones periódicas.
Atrape a Pepe portándose bien. Si se da cuenta de que ya pasaron
15 minutos o media hora y él no se ha hecho notar, tómese el tiempo
para notarlo y responda hacia él de manera positiva.
Envíe a casa reportes donde se especifique el progreso de Pepe. Al
principio, son preferibles los reportes diarios y tal vez después le con-
venga cambiar a reportes semanales. Vea si sus padres están dispues-
tos a instituir un sistema de recompensas en la casa, que se otorguen
según los reportes positivos que se reciban de la escuela.
Si no se nota ninguna mejora, acérquese a un colega o al director y
pídales ayuda. En esta etapa es aconsejable encontrar a alguien con
una presencia intimidante, quien no tenga problemas para usar pala-
bras duras. Usted necesita a alguien que no tenga problemas para
imponer con firmeza sus pensamientos y valores a este joven.
Cuando haya recorrido estos pasos tres o cuatro veces y todavía no
se presente ningún cambio en el comportamiento, envíe a Pepe con
especialistas de apoyo para que le hagan una evaluación y determinen
la clase de ayuda que necesita. Asegúrese de documentar sus esfuer-
zos, de manera que los demás tengan una imagen completa de los
problemas de Pepe en el salón de clases y de los pasos correctivos que
se han dado.
pecto. Con frecuencia es gritón y parece que sin darse cuenta provoca
reacciones negativas de sus compañeros. Se queja de que a nadie cae bien.
¿Qué puedo hacer para ayudarlo a sentirse involucrado con el grupo de
una manera más positiva?
Respuesta: Parece que su alumno necesita una opinión directa, y no
tenga miedo de dársela. Comience por concentrarse en su tema de “nadie
me quiere”, con habilidades reflexivas o de escucha activa (para un repaso
a fondo de este método sugerimos TET, teacher effectiveness training, 1974,
de Thomas Gordon). Cuando le haya dado oportunidad de compartir
sus sentimientos, pregúntele si está enterado de algo, entre las cosas que
él dice y hace, que pueda hacer que no caiga bien a los demás. Si lo está,
esto puede llevar a una buena discusión, donde se le sugieran algunas
nuevas formas de actuar o comportarse con sus compañeros. Si el alum-
no dice “No lo sé”, ofrézcale su opinión. Dígale de manera directa:
“Memo, he notado que a veces hablas en voz muy alta, y los demás alum-
nos no están acostumbrados a esto. Aunque no estoy seguro, creo que
esta puede ser una razón por la que no son más amigables contigo. ¿Es-
tarías dispuesto, durante unos cuantos días, a hablar más quedo y ver si
cambian sus reacciones hacia ti?” Luego, usted puede hacer una dramati-
zación o servir de modelo para él, para asegurarse de que entienda lo que
usted quiere decir. Esta también puede ser una buena ocasión de hacerle
saber que, para muchos alumnos, él es su primer contacto con alguien
con discapacidad, y puede ser que no estén seguros de cómo reaccionar
hacia él.
Dese la oportunidad de conocer cualquier necesidad especial o pro-
blema que el alumno experimente en su salón de clases. La mayoría de
los individuos con discapacidad prefieren que se les trate igual que a
todos los demás alumnos, siempre y cuando se atienda su discapacidad
única. Cuando haya hablado con este niño, tal vez sea conveniente que
se reúna con el grupo —cuando Memo no esté presente— para darles
información acerca de la discapacidad, calmar en algunos niños la ansie-
dad ante la idea de que la discapacidad se les pueda “pegar”, explicar que
los sentimientos de Memo se lastiman igual que los de cualquier persona
y responder a las preguntas que tengan. Usted podrá obtener mucho
apoyo si pide a algunos compañeros, quienes estén dispuestos, que pon-
gan cierta atención especial, durante un tiempo, al niño con necesidades
especiales. La mayoría de los niños y los adolescentes pueden ser amiga-
304 Disciplina con dignidad
bles, dispuestos a dar apoyo y ánimo, cuando sus propios temores han
sido puestos en la perspectiva indicada.
RESUMEN
CONCLUSIÓN
Creemos de corazón que las escuelas son para los niños. Los maestros
llevan ahí sus vidas y su trabajo, al igual que los administradores y el
personal de apoyo. Y todo lo que hacen es para los niños. Los alumnos
pasan aproximadamente 12 mil horas de sus vidas en la escuela. Mucho
de lo que aprenden acerca de la adultez se da en la escuela. Aprenden
mirando e interactuando con quienes les dan enseñanza y quienes les dan
disciplina. Aprenden a relacionarse con los demás y a resolver problemas
con la gente. Aprenden lo que sucede cuando estiran y a veces rompen los
límites. Aprenden acerca de su individualidad y de cómo los perciben
los demás. Aprenden acerca de la responsabilidad de ser parte de un gru-
po. Aprenden a expresar cómo se sienten y cómo piensan.
Estas son lecciones duraderas. Por eso no se puede ver de manera sim-
plista la forma en la que manejamos el comportamiento de los alumnos.
Hay demasiado en riesgo. Los métodos de disciplina, cuando se les ve desde
una perspectiva holística, tienen un papel importante en el desarrollo
del concepto de uno mismo, la habilidad para hacerse responsable de los
propios actos, la manera como los niños aprenden a comunicarse unos
con otros y cómo aprenden a trabajar en colaboración con los demás.
Nuestra esperanza es que los modelos, métodos y valores expresados
en este libro marcarán una diferencia positiva para los maestros, los ad-
ministradores y, en especial, los niños.
APÉNDICE A
INVENTARIO DE MANEJO
DEL COMPORTAMIENTO
INSTRUCCIONES
Situación Uno: Usted está pasando lista al principio de la clase y nota que
Alfredo entra a paso relajado, un minuto tarde. Con lentitud toma asiento
en la parte trasera y comienza a hablar con su amigo.
Situación Dos: Usted explica a Susana que la razón por la que le pidió
que se reuniera después con usted es que ella violó la regla de “no pasar
papeles durante la discusión”. Ella le mira durante un minuto y dice, sin
alterarse: “No es justo. Nunca oí hablar de esa regla”.
Situación Tres: Mateo nunca pone atención en su clase. Cuando le
pregunta por qué, encoge los hombros y dice: “No sé. Creo que me
aburro”.
Situación Cuatro: Usted está discutiendo con sus alumnos un punto
importante acerca de la lección de hoy. Dos niñas, quienes llevan todo el
año susurrándose una a la otra, comienzan a reir sin razón aparente.
Situación Cinco: Después de que le dice a Vicki que debe verse con
usted más tarde para hablar de una regla que acaba de romper, ella se
pone de pie y dice, en voz suficientemente alta para que la oiga todo el
grupo: “Vaya al diablo. ¡No voy a venir y usted no puede obligarme!”
Situación Seis: Más de la mitad de su grupo pregunta constantemente:
“¿Esto viene en el examen? ¿De cuántas páginas tiene que ser? ¿Puedo
usar lápiz? ¿Cuenta la presentación? ¿Hay que entregarlo al principio o
al final de la clase?” Usted pone una regla que prohíbe esas preguntas,
pero de todas maneras siguen surgiendo.
Situación Siete: Miguel no ha hecho sus tareas en más de seis semanas.
Usted lo ha hecho quedarse después de clases, ha hablado del asunto con
Miguel y el subdirector y se ha reunido con Miguel y sus padres. La tarea
sigue sin hacerse.
Situación Ocho: Rosita habla cuando no es su turno, constantemente
sueña despierta, saca punta a su lápiz sin permiso, llega tres minutos
(nunca más) tarde a dos de cada tres clases, se pone maquillaje durante la
discusión de grupo y por lo general muestra una “mala actitud” cuando
Inventario de manejo del comportamiento R309
Cuatro: La mejor respuesta es caminar con calma hasta donde están las
dos chicas y, hablando en voz baja de manera que sólo ellas le escuchen,
dígales la regla y la consecuencia que ha seleccionado para ellas de la lista.
No es necesario decir ni hacer algo más (capítulo 6).
Cinco: Vicki está tratando de atraparle en una lucha de poder. La úni-
ca manera de ganar es no jugar. Repítale con calma lo que la escuche
decir (escucha activa), sin escalar la situación ni excusarla de reunirse con
usted. Si persiste, use la técnica del “disco rayado” para hacerle saber que
este no es el momento de discutir. Más tarde, cuando ambos se hayan
calmado, hable con ella acerca de alguna posible consecuencia alternativa
si es que tenía un motivo razonable por el que no podía venir. Si simple-
mente no aparece, haga valer la regla de “insubordinación” (capítulo 6).
Siete: Este parece ser un buen caso para el método “paradójico”. Trate de
establecerlo durante un periodo de un mes y observe lo que sucede. Otra
buena estrategia es la “intervención de la familia”. Si los padres están
dispuestos a darle su apoyo y respetan el sistema, puede ser que haya
Inventario de manejo del comportamiento R311
cierto éxito. Pero recuerde siempre que no hay manera en la que pueda,
jamás, hacer que un niño haga algo que se niega a hacer (capítulo 8).
Ocho: Rosita le está mostrando, con claridad, que usted no le cae
bien. Lo que es más, ella obtiene mucha energía y atención al ser un
“actor malo”. Utilice la estrategia de “confrontación positiva del alumno”
para resolver la situación con Rosita de manera gradual. Recuerde elegir
una o dos cosas para trabajar en ellas a la vez. El éxito pequeño y firme es
mejor que las mejoras rápidas, muy grandes e inestables (capítulo 8).
Clara y específica.
Con una gama de alternativas.
En relación con la regla.
No es un castigo.
Es lógica o natural.
R313
APÉNDICE B
ENCUESTA DE DISCIPLINA
EN LA ESCUELA
INSTRUCCIONES
Ejemplos.
316 Disciplina con dignidad
Ejemplos.
Encuesta de disciplina en la escuela R317
ESCALA 4. PARTICIPACIÓN/INFLUENCIA
Ejemplos.
318 Disciplina con dignidad
ESCALA 5. COMPROMISO/COMPRENSIÓN
Ejemplos.
Encuesta de disciplina en la escuela R319
Ejemplos.
320 Disciplina con dignidad
ESCALA 7. RECONOCIMIENTO/PARTICIPACIÓN
Estilo de disciplina
Declaración I. Mi estilo de disciplina realmente me desanima. Parece que
a las personas no les importa ayudarse para hacer el trabajo. Cada uno
tira en direcciones opuestas; cada uno ve por sí mismo. Si uno trata de
hacer algo diferente, la gente se le echa encima por salirse de la línea o, si
se comete un error, nunca dejan de echártelo en cara.
Declaración II. Realmente me gusta mi estilo de disciplina, y me gusta
trabajar en esta escuela. El equipo te alienta para que tomes responsabi-
lidades. Te sientes realmente apreciado por los demás miembros del per-
sonal cuando haces un buen trabajo. Cuando las cosas no van bien, las
personas realmente se esfuerzan por ayudar unas a otras. Realmente jalamos
parejo en este equipo.
Ejemplos.
Encuesta de disciplina en la escuela R321
ESCALA 8. APOYO/CONGRUENCIA
Ejemplos.
322 Disciplina con dignidad
ESCALA 9. CONSISTENCIA/INCONSISTENCIA
Ejemplos.
Encuesta de disciplina en la escuela R323
Escalas
3. Conflicto de funciones. I II
a b c d e
4. Participación/Influencia. I II
a b c d e
5. Compromiso/Comprensión. I II
a b c d e
6. Manejo de conflictos. I II
a b c d e
7. Reconocimiento/Participación. I II
a b c d e
8. Apoyo/Congruencia. I II
a b c d e
9. Consistencia/Inconsistencia. I II
a b c d e
324 Disciplina con dignidad
Escalas
3. Conflicto de funciones. I II
a b c d e
4. Participación/Influencia. I II
a b c d e
5. Compromiso/Comprensión. I II
a b c d e
6. Manejo de conflictos. I II
a b c d e
7. Reconocimiento/Participación. I II
a b c d e
8. Apoyo/Congruencia. I II
a b c d e
9. Consistencia/Inconsistencia. I II
a b c d e
R325
BIBLIOGRAFÍA
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326 Disciplina con dignidad
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San Francisco.
Bibliografía R331
ÍNDICE ANALÍTICO
escuelas en barrios urbanos (continuación) frustración, baja tolerancia para la, 300–301
relaciones maestro/administrador en, 261
sentimientos en, 259 Generación del Yo, 27
escuelas libres, 213 gimoteos, 136–137
escuelas Gordon,Thomas, 303
privadas, en comparación con las escuelas grabación
públicas, 23–24 en audio, 202
públicas, en comparación con las escuelas en video, 202
privadas, 23–24 graffiti, en la disciplina creativa, 196–197
estilos de aprendizaje Grayson, Betty, 138–139
resumen de los, 215 grupos de apoyo
y estilos de enseñanza, 214–216 en escuelas en barrios urbanos, 261
estimulación, y motivación, 208–209 para la reducción de estrés, 172–173
estrés, 153–178 para los estudiantes, 217
alumnos problemáticos y el, 155–158 para maestros, 72, 261
causas de, en la escuela, 175–176 grupos de discusión de maestros, 72
de los administradores, 178
en el alumno, 272–273 Hanlon, Patricia, 230
en escuelas en barrios urbanos, 254–255 Hansen,William B, 263
opinión del maestro acerca del, 154–155 hipermedios, 229
reacciones al, 154–155 Hollifield, John, 227
uso de drogas y el, 272–273 hostilidad, 300–301
Estudio de Escuelas Seguras, 39, 261 humor
evaluación, 220–223, 233 efectividad del uso del, 37
Evans, Bill, 116 en la disciplina creativa, 198–199
ex alumnos, uso de, como recurso, 203
excusas, negativa a aceptar, 38, 136–137, 294 igualdad, de las consecuencias, 100–101
uso de drogas y las, 278 imaginación, para combatir el uso de drogas,
experiencias personales, consecuencias basadas 269–274
en, 114–115 Instituto de la Disciplina, en la disciplina
exposiciones, 217 creativa, 197–198
extinción, 191–192 interacción de grupo, 34
intervención de la familia, con alumnos fuera
falta de poder, de los alumnos, 29–30 de control, 185–186
fantasía. Véase imaginación inventario a escala escolar, 196
Fantasía Inventario del manejo de comportamiento, 307–312
del globo de los problemas, para la re-
ducción de, 174 juicios, y elogios, 118–119
del pizarrón, para la reducción de estrés,
173 Key,Wilson Bryan, 26–27
fantasía guiada, 270
Fifteen thousand hours (Rutter et al.), 32 Lasch, Christopher, 27
firmeza legitimación del mal comportamiento, 38
ascendente, 194 Leming, James, 227
con empatía, 194 lenguaje corporal, 61, 137–140, 201
Frankl,Viktor, 199 Levenson, Robert, 166
Freedom in meditation (Carrington), 273 límites, claridad en los, 30–31
Índice analítico R343