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1. Definición De Huella Ecológica
La HE es definida como “la superficie de tierra productiva o ecosistema acuático necesario para
mantener el consumo de recursos y energía, así como para absorber los residuos producidos por
una determinada población humana o economía, considerando la tecnología existente,
independientemente de en qué parte del planeta está situada esa superficie” Su punto de partida
es la asunción de que, tanto el consumo de recursos, como la generación de residuos pueden ser
convertidos en la superficie productiva necesaria para mantener estos niveles de consumo, o, en
otros términos, en la HE. La HE es comparada con la superficie disponible, asumiendo que las
poblaciones con una huella superior a la superficie de la que disponen son insostenibles
(Lenzen et al., 2003), existiendo lo que se denomina déficit ecológico.
Igualmente, suelen distinguirse distintas categorías de consumo, de modo que, para cada una de
ellas, se establecen las distintas necesidades de superficie. Concretamente, la propuesta inicial
de los autores establece 5 categorías de consumo: alimentación, hogar, transporte, bienes de
consumo, servicios, que a su vez pueden ser divididas en las subcategorías que se consideren
oportunas.
Uniendo las categorías de consumo con las categorías del uso de la Tierra, se obtiene una
matriz consumo-superficies, donde cada fila muestra la apropiación de superficie de una
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categoría de consumo concreta, y cada columna la distribución de la apropiación de un tipo de
superficie entre los distintos tipos de consumo.
Cada terreno, en cada lugar del mundo, tiene una productividad diferente, por ello, para poder
comparar la huella de diferentes países, se usa la llamada hectárea global (hag), que es una
hectárea de tierra con la productividad media en el mundo.
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El Ministerio del Ambiente a través de la Dirección de Información, Seguimiento y
Evaluación, ejecuta desde el año 2011 el Proyecto “Identificación, cálculo y mitigación de la
Huella Ecológica del Sector Público y Productivo del Ecuador”; cuyo objetivo es propender al
consumo sostenible con el ambiente.
Asistencia técnica,
Capacitación para internalizar la metodología de cálculo
Retroalimentación sobre el cálculo y mitigación de la Huella Ecológica.
En una época en la que se está planteando la urgencia de tomar medidas en relación con la
sostenibilidad, la huella ecológica (HE) es un instrumento que tiene un gran potencial como
indicador para analizar y evaluar las iniciativas en esos campos, ya que:
Presenta de forma sintética y comprensible por todos (no sólo por técnicos) valores sobre el
impacto de los sistemas en el medio ambiente.
Permite una aplicación a todas las escalas: individuos, municipios, países, humanidad...
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Hace visibles los factores que influyen en el medio ambiente permitiendo evaluar el
impacto que produce cada uno de ellos: se ven importantes desigualdades entre los países,
entre sectores de la economía, etc.
Además del interés que tiene como herramienta en las políticas medioambientales, tiene un
importante valor didáctico ya que refleja la influencia de cada individuo en los problemas
medioambientales y evidencia la dependencia de la naturaleza y los inconvenientes del
actual concepto de desarrollo.
Los modelos de cálculo que se usan no tienen todavía el refinamiento necesario para valorar y
medir los impactos de la actividad humana. A la falta de experiencia y de información se suman
las discrepancias conceptuales en los valores a tener en cuenta. Todo esto hace que los números
que actualmente se manejan tengan un valor meramente didáctico. Queda todavía mucho por
avanzar para que este indicador pueda desarrollar todo su potencial como herramienta en la
política hacia un desarrollo más sostenible.
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políticamente factible» (Ibáñez, s.f.). Es por tanto importante señalar que con los cálculos
actuales se está subestimando el impacto del hombre sobre el planeta.
6. Una Huella Ecológica Media Mundial Superior A La Capacidad De Carga Disponible Por
Habitante
Tierra ecológicamente productiva per cápita: 0,25 ha de cultivos + 0,6 ha de pastos + 0,6 ha de
bosque + 0,003 ha de superficie construida = 1,5 ha de terreno por habitante + 0,5 ha de
espacio marino = 2 ha por habitante
Este valor es el número de referencia para comparar las huellas ecológicas. La huella media
debería ser reducida a este valor. Sin embargo actualmente la huella media mundial es 2,3
ha/hab, es decir que la humanidad consume más de lo que la naturaleza puede regenerar: se está
sobreexplotando el capital natural.
Sin embargo, frente a este dato preocupante las tendencias actuales muestran una evolución en
el sentido contrario a la reducción de la huella:
Esto se debe a varias causas: crecimiento demográfico y pérdida de recursos como, por
ejemplo, la erosión de los suelos y la desertificación. Según Ibáñez (s.f.), suponiendo que no
haya más degradación ecológica, la cantidad de espacio ecológicamente productivo disponible
caerá a 1 ha/hab cuando la población llegue a los 10.000 millones de personas. Con las
tendencias actuales de crecimiento esto ocurrirá antes del año 2050.
Según William Rees, el 20% de la población que vive en ciudades ricas consume más del 60%
del producto económico mundial y genera el 60% del total de los desechos (aunque no
necesariamente en sus propios territorios). Comparando las huellas ecológicas de las regiones
se confirma esta gran diferencia: América del Norte, por ejemplo, tiene una huella de 9 ha
globales por persona frente a la de África que es inferior a 2 ha (WWF, 2002). [3] Por tanto «es
el sobreconsumo, y no la pobreza, la verdadera amenaza para el desarrollo sostenible».
Para cualquier tipo de uso de la tierra, la Huella Ecológica EF de un país, en Ha globales, está
dada por:
𝑷
𝑬𝑭 ∗ 𝒀𝑭 ∗ 𝑬𝑸𝑭
𝒀𝑵
Dónde:
P: cantidad de un producto cosechado o desecho generado
YN: promedio nacional de productividad para P
YF: factor de productividad y
EQF: factor de equivalencia para el tipo de uso de la tierra en cuestión
Productos secundarios
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A veces es necesario conocer la Huella Ecológica de los productos derivados de los flujos
primarios de productos del ecosistema. Los productos primarios y derivados ser relacionan por
tasas de extracción de un producto específico. La tasa de extracción para un producto derivado,
EXTRD, se utiliza para calcular su productividad efectiva así:
𝒀𝑫 = 𝒀𝑷 ∗ 𝑬𝑿𝑻𝑹𝑫
Dónde:
YP: productividad para el producto primario
YD: productividad para el producto secundario
𝑻𝑪𝑭𝑫
𝑬𝑿𝑻𝑹𝑫
𝑭𝑨𝑭𝑫
Dónde:
FAFD: factor de reparto de la Huella.
𝑻𝑪𝑭𝑫 𝑽𝑫
𝑭𝑨𝑭𝑫
∑ 𝑻𝑪𝑭𝒊 𝑽𝒊
Dónde:
Vi: precio del mercado de cada producto derivado simultáneo
Permite la comparación entre las Huellas Ecológicas de varios países y los cálculos de
biocapacidad.
Los factores de productividad miden las áreas de terreno de acuerdo a sus productividades
relativas. Por ejemplo, la hectárea promedio de pastizales en Nueva Zelanda produce más pasto
que una hectárea promedio mundial de pastizal.
Así pues, en términos de productividad, una hectárea de pasto en Nueva Zelanda equivale a más
de una hectárea promedio mundial de pastizal; es potencialmente capaz de soportar mayor
producción de carne. La tabla A indica los factores de productividad calculados para varios
países en la edición 2008 de las Cuentas de Huella Nacional de Global Footprint Network.
Factores de Equivalencia
Este es el segundo factor de escala utilizado para combinar las Huellas Ecológicas o
biocapacidades de diferentes tipos de usos de la tierra.
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Convierten las áreas reales en Ha de diferentes tipos de uso de la tierra a sus equivalentes en Ha
globales. Los factores de equivalencia y productividad se aplican a los cálculos de la Huella y
de la Biocapacidad para obtener resultados en unidades consistentes, es decir, comparables.
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El cálculo de los factores de equivalencia supone que a la tierra más productiva se le da el uso
más productivo: la tierra disponible más conveniente se destinará a la agricultura; la siguiente
tierra más conveniente será para bosques; y la menos conveniente se destinará a pastizales. Los
factores de equivalencia se calculan como la relación del índice promedio de conveniencia para
un determinado tipo de uso de la tierra dividido para el índice promedio de conveniencia para
todos.
Es por esto que el MAE ha pedido a la ONG Global Footprint Network, para que se realice un
estudio acerca de la huella ecológica de los ecuatorianos para identificar estrategias de
intervención que nos lleven a un ambiente de desarrollo sustentable
El siguiente análisis se basa en el informe de cuentas nacionales del 2009 y arroja los siguientes
resultados.
En 2006, Ecuador tuvo una Huella Ecológica de 25.2 millones de hectáreas globales (1.9 gha
per cápita), y una biocapacidad de 30.5 millones de hectáreas globales (2.3 gha per cápita). Sin
embargo, las series de tiempo muestran que la biocapacidad en el 2006 era sólo 21% mayor que
la Huella, una dramática reducción en relación al superávit de más del 300 por ciento en 1961.
Si la Huella y la biocapacidad continúan en sus caminos históricos, para el 2010 Ecuador estará
colocando una mayor demanda en la biosfera de la que podría ser sostenida domésticamente.
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9.1 Evolución histórica de la huella ecológica y biocapacidad del Ecuador
La mayor parte del consumo de recursos de Ecuador es el total de tierra forestada que se
necesitaría para almacenar las emisiones de carbono de Ecuador (la Huella de carbono);
comparativamente, la mayor parte de la biocapacidad de Ecuador proviene de los bosques de
Ecuador.
Estos datos también pueden ser expresados en términos de huella ecológica per cápita y se
presentan en la siguiente tabla
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Huella Ecológica de Ecuador (gha) por tipo de uso de la tierra y categoría de consumo final en
hectáreas globales por persona
Quito.
En el 2006, Ecuador tenía una huella ecológica de 25.2 millones de hectáreas globales y una
biocapacidad de 30.3 millones de hectáreas globales. La huella ecológica media de un
habitante de Quito era de 2,4 hectáreas globales, en tanto que la de un habitante del Ecuador, de
1,9 gha. La mayor disparidad entre la huella ecológica de un ecuatoriano promedio y un quiteño
promedio se da en términos de movilidad, puesto que Ecuador en su conjunto tiene una tasa de
63 vehículos por cada 1.000 personas, mientras que en Quito existen 174 vehículos por cada
1.000 personas.
Huella Ecológica de Quito (gha) por tipo de uso de la tierra y categoría de consumo final en
hectáreas globales por persona
Si bien la disparidad más grande en cuanto a la huella ecológica entre un habitante promedio
ecuatoriano y un Quiteño se da en la movilidad, esta también es superior en todos los ámbitos
que incurren en la huella ecológica la menor disparidad es en el caso de los alimentos donde un
habitante promedio de quito es muy similar a un ecuatoriano promedio.
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Ecuador
Quito
10.1 Alimentos.
En el caso de los alimentos se entiende la extensión de tierra para cultivar nuestros alimentos
y en el que habiten animales que formen parte de nuestra dieta, además incluye la extensión
de terreno que proveerá energía para para procesar los alimentos y su distribución, en el
caso de quito se pude reducir esta huella con el consumo de alimentos locales que no sean
muy procesados.
Asi mismo una opción que reduciría considerablemente la huella por este sector sería una
dieta vegetariana, sin embargo es una alternativa inviable ya que no podemos imponer una
cultura alimentaria tan radical en la población.
10.2 Energía.
Más de la mitad de energía eléctrica de Quito proviene de generación termoeléctrica, la
sustitución de energía termoeléctrica (aumenta la huella de carbono) por tecnologías más
limpias reduciría en 0,1 gha la huella ecológica de un habitante promedio de Quito.
10.3 Transporte.
Una alternativa que reduciría la huella per cápita en 0,1 gha es mejorar el transporte público
masivo, ya que en quito la tendencia a movilizarse en vehículos privados aumentó
significativamente a partir de los años noventa, y ahora solo en Quito una ciudad de 200000
de habitantes existen 297000 vehículos, a esto se suma que muchos de los buses en la ciudad
son de tecnología obsoleta usada previo al año de 1995, el transporte hace un uso intensivo
de combustibles fósiles por lo que un cambio en la calidad de los mismos disminuiría
bastante la huella ecológica de la ciudad.
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Como hemos visto, la huella ecológica nos sirve para comparar nuestros patrones de
consumo y producción con los de la población ecuatoriana y del resto del mundo, además
constituye un insumo clave para la formulación de políticas públicas para la adopción de
buenas prácticas ambientales.
Debido a que es en las ciudades donde se concentra la mayor parte de la población, es ahí
donde debe visualizarse el futuro de la sustentabilidad. Actualmente, debido a que la
capacidad de regeneración de la tierra es inferior a la utilización de sus recursos por parte de
los seres humanos, es cada vez más difícil garantizar una vida sostenible para las
generaciones futuras.
En el caso de Quito, las políticas públicas implementadas junto con las buenas prácticas
ambientales buscan:
11. Conclusiones.
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impactos humanos sobre el medio ambiente ya que sólo rastrea aquellos desechos que
pueden ser absorbidos por la biosfera, es decir que se excluyen de este rastreo a los
recursos no renovables.
Bibliografía.
David Moore, Meredith Stechbart, Global Footprint Network (GFN); Secretaría del
Ambiente del DMQ; Huella ecológica de Quito;
http://www.quitoambiente.gob.ec/index.php?option=com_docman&task=cat_view&gid=
11&Itemid=59&lang=es&limitstart=20
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Global Footprint Network; National Government Applications;
http://www.footprintnetwork.org/en/index.php/GFN/page/case_stories/#qui
PNUMA. (s.f.). Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente. Recuperado
el 24 de Octubre de 2013, de
http://www.pnuma.org/reeo/Documentos/REEO%20WEB%20FINAL.pdf
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