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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del poder popular para la educación

Universidad Nacional Experimental de los Llanos Occidentales

“Ezequiel Zamora”

Barinas- Estado Barinas.

MODULO IV
Profesor: Bachiller:

Freddy Castillo Yulianny Bolaños C.I: 26890583

Yennys Pacheco C.I: 26370749

Jesus Rivas C.I: 24789176

Manuel Castillo C.I: 26229306

Sección: M01

Carrera: Ing. Producción animal.

Barinas, Noviembre del 2018


INDICE

Cuáles son los principales factores a considerar en la determinación de los


requerimientos de riego en los cultivos y en la selección y el diseño de los
métodos de riego por superficie.

Definir:

Método de riego por superficie.

Infiltración básica.

Diseño de riego por surco.

Longitud optima del surco.

Curvas de avance e infiltración en surcos.

Diseño de riego por melgas rectas a nivel de entorno.

Curvas de avance y recesión en melgas.


INTRODUCCIÓN.

El riego por superficie es el método de riego más antiguo. Agricultores de


Egipto, China, India y países de Oriente Medio se sabe que regaban sus
tierras, mediante riego por superficie, hace más de 4.000 años. La civilización
de Mesopotamia vivió y prosperó en el valle del Tigris y del Eufrates hace más
de 6.000 años y posteriormente despareció a consecuencia de la salinización
del suelo por inadecuadas prácticas de riego y ausencia de drenaje.

Aunque la tendencia actual es el proyecto de sistemas de riego a presión con


un mayor control de las condiciones de aplicación (aspersión y goteo), el riego
por superficie sigue siendo actualmente el más extendido en nuestro país. En
la actualidad se riega aproximadamente el 14,5 % de la superficie agrícola útil
en España, alrededor de 3.500.000 ha, representando el 60 % del área regada
(Plan Nacional de Regadíos, 2001). En Andalucía se riega algo más de
800.000 ha de las que aproximadamente el 40 % lo son con sistemas de riego
por superficie.

Si se cumplen una serie de condiciones favorables y con un diseño y manejo


racional, el riego por superficie puede ser una buena alternativa para el
proyecto de nuevos regadíos.

El riego por superficie es un sistema de riego donde el agua fluye por


gravedad, utilizándose la superficie del suelo agrícola como parte del sistema
de distribución del agua. El caudal disminuye a medida que el agua avanza por
la parcela regada, debido a su infiltración en el suelo. Para que la lámina de
agua infiltrada se distribuya lo más uniformemente posible a lo largo de la
parcela es preciso diseñar y manejar el riego de tal forma que haya un
equilibrio entre los procesos de avance en infiltración del agua. Las pérdidas de
agua se pueden producir por:

• Escorrentía superficial: está condicionada por la geometría de la superficie del


suelo, la forma, tamaño de las parcelas, pendientes, rugosidad, pudiendo
ocasionar problemas de erosión.
• Percolación profunda: está condicionada por las características físicas del
suelo como la textura, estructura y porosidad, las cuales afectan a la
infiltración. La percolación profunda produce lixiviación de nutrientes y sales del
suelo, lo que provoca un deterioro de las aguas de drenaje cuando éstas
retornan al regadío.

Los riegos por superficie tienen la ventaja de su simplicidad en sus


instalaciones e infraestructura y su fácil mantenimiento. No requieren de mano
de obra altamente especializada y al emplear la energía gravitatoria, es escasa
las necesidades energéticas, factor definitivo en el análisis económico previo a
la puesta de riego y quizás ayuda a entender por qué otros sistemas de riego
más modernos no han logrado desplazarlos. El aspecto negativo de los riegos
por superficie es que generalmente presentan menores rendimientos de
aplicación que los riegos por aspersión y goteo. Puesto que muchos están
situados en tierras bajas, los sistemas por superficie tienden a estar afectados
por inundación y salinidad si no se ha previsto un adecuado drenaje. Como
hemos comentado antes pueden provocar importantes pérdidas de nutrientes
por lixiviación y pérdidas de suelos por erosión. Además el hecho de necesitar
la superficie del terreno como sistema de conducción y distribución requiere
que la parcela esté nivelada. Los costes de nivelación son altos si hay gran
cantidad de movimiento de tierras por lo que el riego por superficie tiende a
estar limitado a tierras que tienen ya pequeñas pendientes. La nivelación puede
conducir, además, a una pérdida en la capa más fértil de suelo y dejar al
descubierto capas del subsuelo poco fértiles. Otra limitación de este sistema de
riego es la dificultad de aplicar dosis bajas, necesarias en ocasiones, como por
ejemplo, para favorecer la nacencia en caso de que haya costra superficial, o
en el caso de cultivos sensibles al encharcamiento. Los sistemas de riego por
superficie son difíciles de automatizar.

MÉTODO DE RIEGO POR SUPERFICIE.

Las unidades de operación en riego, objeto de diseño, se denominan tablas y


se trata de una parcela más o menos regular dividida en canteros, sobre los
que se aplica el riego. Si el suelo tiene pendiente tenemos los riegos por
escurrimiento y si no tiene, riegos por inundación. Esta es la clasificación más
simple del riego por superficie.

Se podría clasificar los métodos de riego por superficie atendiendo además de


la pendiente, por el grado de cubrimiento del agua en la parcela, de esta
manera tenemos las siguientes modalidades de riego: De todas estas
modalidades estudiaremos con mayor detalle los tres tipos de riegos que son
más representativos, como son: riego por surco, riego por fajas y riego por
canteros o tablares.

Riego por surco El riego por surco es el habitual de los cultivos en línea, en el
surco el agua discurre por su parte inferior y las plantas generalmente ocupan
los lomos del mismo.

Forma de los surcos El número de surcos que se riegan simultáneamente


puede ser ajustado al caudal disponible. El coste de inversión es muy bajo y la
construcción del surco puede realizarla el propio agricultor. Esta modalidad de
riego por superficie tiene limitaciones en cuanto al riesgo de erosión, alta
escorrentía al final del surco y alta infiltración en suelos arenosos. Los surcos
lineales son los más frecuentes pero cuando hay fuerte pendiente, ésta se evita
mediante los surcos de contorno como se muestra en la figura. En
determinadas ocasiones para aumentar la longitud de los surcos se pueden
diseñar estos en forma de zigzag.

Riego por fajas En este tipo de riego, el terreno se divide en franjas


rectangulares estrechas, llamadas fajas o melgas, separadas unas de otras
mediante caballones dispuestos longitudinalmente. Suelen realizarse acequias
de abastecimiento en el exterior superior de las fajas, y canales de desagüe en
el extremo inferior. El agua discurre a lo largo de las fajas formando una lámina
delgada que se va infiltrando poco a poco al tiempo que avanza

Las dimensiones (anchura y longitud) y pendiente de las fajas estarán


condicionadas por el tipo de suelo y la disponibilidad de caudal, con el fin de
que el avance del agua no dure demasiado y evitar pérdidas excesivas por
infiltración profunda en cabecera, y conseguir una buena uniformidad. Este tipo
de riego suele utilizarse en cultivos extensivos tales como la alfalfa, pastos,
cereales, así como los cultivos arbóreos.

Riego por canteros: En este sistema de riego el terreno se divide en


compartimentos cerrados por medio de diques o caballones de unos 50 cm de
altura. Estos canteros son de forma cuadrada o rectangular, dentro de ellos se
vierte un volumen de agua que queda estancada y se va infiltrando en el suelo.

Los caudales empleados al igual que en el riego por fajas ha de ser elevado
aunque su magnitud dependerá de las dimensiones del tablar y el riesgo de
erosión.

Lo ideal es que el terreno esté completamente nivelado, estando condicionadas


las dimensiones del tablar dependiendo del caudal de agua disponible y el tipo
de suelo.

En este tipo de riego no hay escorrentía. Esta modalidad de riego por superficie
se aconseja para cultivos que resisten encharcamientos temporales.

La eficiencia y uniformidad de este riego junto con el riego por faja, suele ser
alta si se maneja de forma adecuada, pudiendo superar el 90 %.

INFILTRACIÓN BÁSICA.

Es el proceso a través del cual el riego o agua de lluvia, ingresa al suelo a


través de la superficie, hacia sus capas inferiores, en forma vertical y
horizontal.

Por inundación temporal: Se aplica una cantidad de agua equivalente a la


dosis de riego y se deja en la superficie hasta que se infiltra totalmente.
Cuando el contenido de humedad del suelo se reduce a la fracción fácilmente
disponible por el cultivo, se procede a dar un nuevo riego. El compartimento se
encuentra inundado durante un tiempo relativamente pequeño, que depende de
la velocidad de infiltración.

El riego por inundación temporal se aplica en cultivos que toleran bien el


terreno encharcado durante algún tiempo, tales como: forrajeras, algodón,
maíz, frutales, chopos, etc. Se puede aplicar a cualquier tipo de suelo, aunque
en los suelos arenosos, con menor capacidad de almacenamiento de agua, el
tamaño de los compartimentos puede resultar tan pequeño que llegue a ser un
inconveniente serio para las prácticas de cultivo; sólo en explotaciones
intensivas de huerta, donde se emplea gran cantidad de mano de obra, podrá
ser económico emplear el riego por inundación en suelos arenosos.

Por inundación permanente: Este tipo de riego es el que se utiliza


habitualmente para el cultivo del arroz. Los compartimentos se llenan de agua
hasta el nivel deseado, y una vez alcanzado ese nivel se continúa el aporte de
agua, pero con un caudal inferior, evacuando el exceso por medio de
vertederos. Este exceso de agua puede verter a otro compartimiento situado a
nivel inferior o a un canal de desagüe.

La inundación permanente requiere suelos arcillosos, con baja velocidad de


infiltración, o terrenos donde la capa freática esté próxima a la superficie, pues
en caso contrario las pérdidas de agua por infiltración profunda disminuyen la
eficiencia del riego hasta niveles no económicos. Cuando hay una superficie
extensa cultivada por este sistema es necesaria la reutilización del agua
evacuada de los compartimentos, con el fin de aumentar la eficiencia del riego.

FACTORES QUE AFECTAN A LA INFILTRACION.

Sellamiento superficial: La formación de una fina y compacta capa sobre la


superficie del suelo, afecta negativamente la infiltración, al reducir rápidamente
la penetración de agua a través de la superficie.

Compactación del suelo: El laboreo del suelo con implementos, facilita la


infiltración. Sin embargo araduras y rastrojes permanentes hasta una
profundidad similar en suelos húmedos con ciertas características de textura,
pueden producir una compactación y formación de una capa impermeable
denominada pie de arado, que afecta negativamente la infiltración.

Sales del suelo y agua: Las sales que puede contener el agua de riego se van
acumulando en el perfil del suelo; algunas pueden ser benéficas al cultivo, sin
embargo hay otras como el sodio que altera la estructura del suelo y tiene un
efecto negativo sobre la infiltración.

Sedimentos en el agua de riego: En algunos lugares las partículas de limo y


arcilla que se mantienen en suspensión en el agua de riego, provocan un
encostramiento el cual disminuye en forma notoria la infiltración del agua.

Materia orgánica y rotación de cultivos: La materia orgánica mantiene la


porosidad del suelo durante períodos largos, dependiendo del estado de
descomposición en que se encuentre. Esto hace que la velocidad de infiltración
no se altere y, más aún, que aumente.

Textura del suelo: La textura o combinación de partículas de arena, limo y


arcilla tienen gran impacto en las características del suelo con respecto a la
infiltración. Texturas más gruesas, la infiltración será más rápida y texturas más
finas tendrán infiltración más lenta.

Su importancia es conocer la velocidad de infiltración o cantidad del agua que


entra por unidad de superficie y de tiempo. Ello permite, a través de un modelo
matemático, llegar a predecir el tiempo de riego que se necesita para reponer
una cantidad de agua en el suelo (Infiltración Acumulada, IA) para satisfacer las
necesidades de mi cultivo.

DISEÑO DEL RIEGO POR SURCOS

El riego por surcos es aconsejable para cultivos sensibles al exceso de


humedad en el pie de los tallos y para aquellos otros que se cultivan en hileras,
tales como maíz, patata, girasol, algodón, remolacha, etc.

En surcos largos con desagüe libre la lámina infiltrada disminuye


progresivamente desde la cabecera hasta la cola. Además es muy probable
que se produzcan pérdidas por escorrentía al final de los surcos, por lo que se
recomienda la reutilización de esta agua utilizando alguna técnica de recorte de
caudal. En términos generales se suele empezar el riego con caudales
relativamente grandes, y se termina con caudales pequeños, con lo cual se
logra un avance rápido (y en consecuencia, una mayor uniformidad en la
distribución) y se reduce la escorrentía al final de los surcos.
El riego suele realizarse en dos operaciones: mojado del surco y riego
propiamente dicho. El mojado se hará lo más rápidamente posible, para que la
diferencia de agua infiltrada en los extremos del surco sea lo menor posible, y
ello requiere que se aporte el mayor caudal posible sin producir erosión del
suelo.

Cuando el agua llega al final del surco empieza el riego propiamente dicho,
haciendo modificación del caudal de acuerdo con la intensidad de absorción del
suelo. Hay que tener en cuenta que la velocidad de infiltración disminuye con
rapidez cuando el suelo se va saturando de agua y, por consiguiente, en esta
segunda etapa el agua discurre más en los primeros tramos y se infiltra más en
los últimos. En el diseño de riego por surcos se han de combinar todos los
condicionantes que intervienen en la infiltración (forma, anchura, pendiente y
longitud del surco y caudal preciso) para que la distribución del agua sea lo
más uniforme posible.

SECCIÓN DE LOS SURCOS.

La sección transversal del surco ha de ser suficientemente amplia para


conducir el caudal necesario.

La forma más corriente es la sección en "V" abierta, con una altura que varía,
sobre todo, con el tipo de cultivo: para cultivos en una sola fila por surco y
marco reducido se suele dar una altura de 20 cm, mientras que en cultivos a
mayor marco, con una o dos filas de plantas por surco, se puede llegar hasta
una altura de 80 cm.

En suelos arcillosos, con baja velocidad de infiltración, se puede aumentar el


perímetro mojado haciendo los surcos en forma de "U", con una anchura del
fondeo de 20-40 cm en hortalizas y hasta 60 cm en frutales. En estos suelos,
los surcos de sección en "U" tienen la ventaja sobre los de sección en "V" de
que el perímetro mojado varía poco con la altura del agua y, por tanto, la
infiltración es más uniforme.
SEPARACIÓN DE LOS SURCOS

La distancia entre el eje de los surcos depende de los siguientes factores: tipo
de suelo, tipo de cultivo y maquinaria que se pretende utilizar.

El objetivo principal al determinar la separación de los surcos es asegurar que


el movimiento lateral de agua entre dos surcos consecutivos moje la totalidad
de la zona radical de la planta, antes de que alcance profundidades superiores
a las previstas en el riego y existan pérdidas de agua por percolación profunda.
El movimiento horizontal y vertical del agua en el suelo depende,
fundamentalmente, de su textura.

En suelos arenosos el agua penetra más en profundidad que lateralmente. En


estos suelos la separación máxima de los surcos será de 50 cm.

En los suelos de textura media se produce una infiltración compensada en


sentido vertical y en sentido horizontal. Los surcos pueden tener una
separación de 50 a 100 cm.

En suelos arcillosos, el agua penetra con más rapidez en sentido horizontal


que en sentido vertical, con lo cual los surcos pueden tener una separación de
hasta 1,50 m.

Pendiente de los surcos

La uniformidad de riego se consigue, aparte de otras consideraciones, cuando


los surcos tienen la misma pendiente en toda su longitud, pues en caso
contrario se originan zonas con falta de agua y otras con exceso, pudiendo
llegar a encharcamientos y desbordamientos de agua de un surco a otro.
Además, en las zonas de mayor pendiente se puede originar erosión.

La velocidad del agua en el surco está en razón directa con el caudal y con la
pendiente, y en razón inversa de la rugosidad del surco.

Al aumentar la pendiente de los surcos aumenta la velocidad del agua y existe


más peligro de erosión. Son más erosionables los suelos arenosos que los
arcillosos. La pendiente óptima está comprendida entre 0,2 y 0,5 %, pudiendo
llegar hasta un máximo del 2 %.
LONGITUD DE LOS SURCOS.

La longitud de los surcos viene condicionada por los siguientes factores.

• Economía: a medida que disminuye la longitud de los surcos aumentan las


necesidades de mano de obra y los costes de la instalación.

• Textura del suelo: en suelos de textura arenosa hay que limitar la longitud de
los surcos, para evitar la larga permanencia del agua en los primeros tramos
del surco, con las consiguientes pérdidas por percolación profunda.

• Cultivo: las plantas de raíces profundas necesitan mayor dosis de riego que
las de raíces someras; por tanto, en aquellas se puede aumentar la longitud de
los surcos, con el fin de incrementar la permanencia del agua en los mismos. A
la vista de estas consideraciones habrá que buscar un equilibrio entre las
consecuencias que se derivan de los surcos largos (más económicos) o cortos
(mayor eficiencia de riego). Con pendientes suaves (inferiores al 0,3 %) la
longitud del surco puede al aumentar a medida que aumenta la pendiente, pero
a partir de esa cifra es preciso disminuir la longitud del surco a medida que
aumenta la pendiente, ya que debe reducirse el caudal de agua para evitar la
erosión.

CURVAS DE AVANCE E INFILTRACIÓN EN SURCOS.

Es este el método empleado en terrenos de fuerte pendiente, donde la


sistematización del terreno para otros métodos de riego por superficie, obliga a
la realización de fuertes movimientos de tierra; o en los casos en que aun
cuando existan posibilidades económicas de realización de trabajos de
nivelación, estos no pueden realizarse por falta de condiciones edificas
adecuadas para ello. Aun cuando el método se llama "en contorno" o "en
curvas de nivel" no se sigue estrictamente dichas curvas, sino que los surcos
se trazan con una pendiente determinada. Dicha pendiente tiene por fin evitar
el derrame del agua por sobre el borde en sentido de la máxima pendiente,
cuando por cualquier obstáculo interpuesto a la corriente se eleva
exageradamente el nivel del agua en el surco, o en caso de lluvias intensas. La
pendiente del surco es comúnmente leve, entre 0,2 y 0,3 %, o sea, lo suficiente
para mantener un adecuado escurrimiento del agua en los surcos.
Este sistema es una mezcla del riego por inundación y del riego por surcos, y
está destinado a conjugar las ventajas de ambos. Por un lado, el riego se
realiza desde una sola toma que vierte sobre un tablar de inundación de
tamaño generalmente grande. Por el otro, en el tablar se ha realizado
previamente una labor de asurcado. Al carecer el tablar de pendiente en
ninguna dirección, el agua se embalsa en una zona no asurcada en cabecera
que actúa como canal de distribución, repartiendo el agua entre los distintos
surcos

El riego por surcos inundados permite obtener dos beneficios importantes:


reduce significativamente la mano de obra necesaria para operar un sistema de
riego por surcos y a la vez permite aplicar una dosis de riego menor que la que
se conseguiría en un riego por inundación. Esto último es particularmente
importante cuando la capacidad de retención de agua del suelo es escasa. En
el sistema por surcos inundados se observan las mismas fases que en el riego
por inundación: avance y vaciado. El avance se completa cuando todos los
surcos de la parcela quedan cubiertos por el agua de riego.

Es el proceso por el cual el agua pasa de la superficie al perfil del suelo,


representando la facilidad de circulación del agua en el suelo.

La característica de infiltración del suelo en cada riego es importante


para el diseño debido a que variación el tiempo y el espacio.

La velocidad de la infiltración es la velocidad de penetración del agua en el


perfil del suelo cuando la superficie del terreno se cubre en láminas de agua.
Este interviene en la selección, diseño, operación y manejo de los sistemas de
riego, debido a que se define el ritmo de aplicación de agua en el suelo.

La velocidad de infiltración depende de las condiciones de las condiciones de


humedad que presente el suelo. Cuando el suelo se encuentra seco la
infiltración tiene sus maxim9os valores y luego, conforme se humedece, su
capacidad de admitir más agua es cada vez menor, hasta que las condiciones
de saturación total alcanza un valor constante.
La lamina infiltrada o infiltración acumulada representa la cantidad total de agua
que se ha infiltrado en la unidad de superficie de un suelo, en un determinado
tiempo, normalmente se mide en mm. Esta depende de las características del
suelo, tales como textura y estructura, contenido de materia organica,
uniformidad del perfil y pendiente del terreno.

DISEÑO DE RIEGO POR MELGAS RECTAS A NIVEL DE ENTORNO.

En este método de riego el terreno se divide en porciones rectangulares,


estrechas, llamadas fajas, amelgas o tablares, separados unos de otros
mediante caballones dispuestos longitudinalmente.

Se hacen acequias de abastecimiento en el extremo superior de las fajas y


canales de desagüe en el extremo inferior. El agua discurre a lo largo de las
fajas formando una lámina delgada que se va infiltrando paulatinamente (figura
8.25); el caudal debe ser adecuado para que el avance sea completo y no se
produzcan elevadas pérdidas por percolación profunda.

Los caballones se construyen en sentido perpendicular a las curvas de nivel y


han de tener una altura suficiente para contener el agua dentro de las fajas sin
que se produzcan desbordamientos. Hay que tener en cuenta que al efectuar el
primer riego baja la altura de los caballones, por lo que inicialmente tendrán
una altura de 50 - 60 cm. La anchura de su base dependerá de la estabilidad
del suelo humedecido: en suelos arcillosos basta un anchura de 60 - 80 cm,
mientras que en suelos arenosos puede llegar a 100 - 120 cm.

Los caballones suelen tener una longitud menor que las fajas: en fajas largas
terminan 10 - 20 m antes de llegar al final, y en fajas cortas, 5 - 10 m antes del
final.

Este método de riego se utiliza, sobre todo, en cultivos extensivos, tales como
alfalfa, pastos y cereales. Los suelos más adecuados son los de textura media
con buena permeabilidad, pero también se puede utilizar en suelos arcillosos y
arenosos. En los arcillosos el agua ha de distribuirse con lentitud, para facilitar
su penetración en toda la profundidad de las raíces, mientras que en los suelos
arenosos la distribución del agua ha de ser rápida, para evitar la pérdida de
agua por percolación profunda.

La velocidad de distribución del agua en las fajas viene determinada por los
siguientes factores: longitud y anchura de la faja, pendiente del suelo y caudal
de agua.
CONCLUSIÓN.

El riego por superficie incluye una amplia gama de sistemas de riego que tienen la
característica común de que el agua fluye por la superficie del terreno por gravedad
hasta cubrir toda la superficie de la parcela. La característica principal del riego de
superficie es que el propio suelo es el sistema de distribución del agua. Es decir, no es
necesario disponer de complejas estructuras de distribución de agua (como las
tuberías de los sistemas de aspersión o goteo) cubriendo la parcela a regar. Por otro
lado, tampoco es necesario presurizar el agua para obtener una correcta y uniforme
distribución. Esto es una ventaja económica frente a los sistemas a presión ya que el
agricultor no ha de amortizar costosos equipos ni necesita bombear el agua por
encima del nivel de la parcela, con el consiguiente ahorro energético. Sin embargo,
cuando los sistemas de riego por superficie están mal diseñados o se manejan de una
forma no adecuada estas ventajas se ven anuladas por otros costes que pueden estar
ligados al sistema, como unas elevadas necesidades de mano de obra, disminuciones
en la producción o baja eficiencia en el uso del agua.

Un riego por superficie bien diseñado y bien manejado ha de tener un equilibrio entre
los procesos de avance del frente de agua e infiltración de agua en el suelo para que
la lámina infiltrada en cada punto del tablar o surco sea similar. Un riego eficiente
necesita que todas las plantas de la parcela reciban la misma cantidad de agua y
además esta cantidad ha de coincidir con sus necesidades a lo largo del ciclo del
cultivo. Para que el riego sea eficiente también es necesario que las pérdidas de agua
por escorrentía sean mínimas. Además hay que procurar que la calidad de ese
volumen de agua de retorno no se vea deteriorada por un exceso de sales, fertilizantes
y agroquímicos.
BIBLIOGRAFÍA

http://lan.inea.org:8010/web/materiales/web/riego/anuncios/trabajos/Nivela
cion%20por%20laser.pdf

https://previa.uclm.es/area/ing_rural/Hidraulica/PresentacionesPDF_STR/
RiegosAPie.pdf

https://www.mapa.gob.es/ministerio/pags/biblioteca/hojas/hd_1994_10-
11.pdf

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