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Hay que considerar que estos indicadores utilizan los promedios en cada país
(que no evidencian desigualdades internas); además, Amartya Sen (quién
apoyó en la creación de este índice), ha expresado en la introducción del
Informe de Desarrollo Humano de 2010 que, pese a su utilidad, el IDH tiene
limitaciones para entender la complejidad del desarrollo humano, pues está
restringido solo a los tres factores clave (indicadores) señalados.
José Pineda (JP): El índice de desarrollo humano surge como una respuesta a
una visión netamente economicista del desarrollo. Básicamente lo que dice es que
el desarrollo es multidimensional y no sólo es el ingreso, que es muy importante y
es uno de los componentes de nuestro índice de desarrollo humano, sino que
también hay otros elementos y factores muy importantes, como la educación y la
salud. El índice de desarrollo humano trata de capturar esa visión multidimensional
del desarrollo y está compuesto por tres subcomponentes: ingreso, salud y
educación, que juntos dan una información que a nosotros nos parece mucho más
rica de lo que tendríamos si solamente miráramos el ingreso.
JP: Más de 40 países del grupo de países del sur han tenido un ascenso
significativo en su desarrollo humano, el Perú está dentro de esos 40 países. Hay
16 países de América Latina que forman parte de ese grupo. Lo interesante del
caso del Perú, cuando uno lo compara, es que no sólo ha mejorado en su
desarrollo humano, sino que ha mejorado en términos relativos mucho más de lo
que lo ha hecho el grupo de países que empezaron, en los años ‘90, con
características similares al Perú.
JP: Lo más importante aquí es entender que no nos podemos conformar con lo
que nos dicen los promedios. La desigualdad es un elemento muy importante.
Nosotros concebimos la desigualdad como mala no solamente para los más
pobres, sino como mala para todo el mundo, porque nuestros estudios nos
muestran que aquellos países que tienen mayores niveles de desigualdad tienden
a tener un progreso más limitado, con menos avances. Para nosotros el tema de la
desigualdad es uno de los retos más importantes, no sólo por principio, sino
porque países con menos desigualdad tienen un tejido social que les permite
avanzar más en su desarrollo humano.
JP: Hay diversidad de casos, y en muchos países, por ejemplo en China, hemos
visto que su reciente auge y mejoras en el desarrollo humano han ido
acompañados con incrementos en la desigualdad. Lo interesante, cuando uno mira
América Latina, es que esta región ha podido combinar crecimiento y expansión
económica con mejoras a nivel social que la han llevado a reducir sus niveles de
desigualdad, que aunque siguen siendo altos son más bajos que antes. Pero
América Latina todavía tiene tareas pendientes en el proceso de reducción de su
desigualdad. Lo interesante para el caso de América Latina es su capacidad de
entender la complementariedad entre la política económica y la política social, la
que ya no se percibe como un residuo sino como un elemento importante de la
política de desarrollo, y tener programas específicos en la política social. De
hecho, América Latina aparece en este informe como una región innovadora en
materia de programas sociales.
¿Cómo ven los programas sociales que se están aplicando en el Perú, están
en la dirección correcta para una real inclusión social, o tienen, como dicen
algunos, un carácter fundamentalmente asistencialista?
RA: Estas políticas sociales que se han adoptado en el Perú se han venido
implementando en otros países. Cuando hay importantes sectores de la población
excluidos es importante que haya políticas dirigidas específicamente a esas
poblaciones, y en el caso del Perú es importante que el gobierno actual haya
adoptado como eje central de sus políticas la inclusión social y que haya creado un
Ministerio de Inclusión y Desarrollo Social, porque de esa manera se privilegian el
desarrollo y la implementación de políticas que están dirigidas especialmente a
sacar de la exclusión a las poblaciones que todavía no se han beneficiado del
desarrollo en el país. Nos parece que las políticas sociales del gobierno peruano
están bien enfocadas, por supuesto todo es perfectible, todo es mejorable. Son
importantes estas políticas de inclusión social, pero también son importantes
políticas económicas que contribuyan a que la población tenga capacidades y
oportunidades, para que pueda poner en práctica esas capacidades a través de la
generación de empleo, ingreso, de manera que su salida de la pobreza sea
sostenible y no algo temporal.
JP: Hay países donde ese canal entre crecimiento económico y reducción de las
desigualdades es mucho más directo. Creo que hay una serie de condicionantes
estructurales en los países de América Latina, en general, y en el Perú, en
particular, que hacen que bajar la desigualdad uno a uno con el crecimiento
económico no sea automático.
¿Cómo hacer para que el crecimiento económico tenga una mayor incidencia
en la reducción de las desigualdades?
JP: Hay que mantener la importancia de la política social dentro del desarrollo de
la política económica, avanzar en el crecimiento económico como un elemento
fundamental que nos permita superar los problemas de pobreza y tener programas
sociales que permitan dos cosas: cortar la transmisión intergeneracional de la
pobreza y generar un capital humano que sea lo suficientemente sólido para que
las personas puedan tener empleo de calidad y productivo. No podemos esperar
que el desarrollo humano nos llegue por accidente, que los problemas de
desigualdad se solucionen solos, porque la experiencia nos muestra que no es así.
Tenemos que buscar un crecimiento que sea acorde con el desarrollo humano, y
cuando hagamos políticas tenemos que pensar que el fin último es que los frutos
del desarrollo alcancen a la mayor cantidad de ciudadanos posibles y poco a poco
ir cerrando las brechas que existen y las deudas que tiene la sociedad con los
sectores más excluidos.
RA: Creemos que es muy importante que las políticas tengan el enfoque de
dedicar mayor inversión a la primera infancia, porque sabemos que cuando la
población infantil no es atendida en esta etapa de la vida, no tiene la nutrición
adecuada, la salud adecuada, eso afecta su desarrollo. El daño que se ocasiona a
los niños cuando sufren de desnutrición crónica es muy grande y para que se
recuperen en los siguientes años es mucho más difícil. Por eso es fundamental la
inversión en la primera infancia, en nutrición, en atención en salud y en educación
de calidad. En ese sentido, nos parecen importantes los programas que se están
impulsando en el Perú orientados a reducir la desnutrición crónica infantil y mejorar
la calidad de la educación y de los servicios de salud para la infancia, sobre todo
en las zonas rurales. Además, es importante la equidad de género, por el impacto
que tiene la educación de la mujer en la familia. También es importante en el Perú
adoptar en las políticas sociales un enfoque de interculturalidad, porque si no será
muy difícil que se reduzcan las desigualdades, porque no están en el mismo nivel
los niños de las zonas urbanas y los de las zonas rurales, de las etnias cuyo
idioma no es el español.
JP: Invertir en los niños de ahora nos permite sembrar las bases para un
desarrollo que no sólo será más sostenible, sino también intrínsecamente más
justo. Para nosotros son fundamentales las políticas que se hagan en edad
temprana, porque van a sembrar las bases de la sostenibilidad del desarrollo a
futuro.
¿Cuáles son los factores comunes que tienen los países pobres del sur que,
según el informe del PNUD, han tenido un importante avance en desarrollo
humano?
JP: El análisis de estas experiencias del “ascenso del sur” nos ha llevado a
reconocer un primer elemento: no existe una política única, hay muchas
especificidades, hay muchas características que son específicas de cada contexto.
También hemos logrado detectar algunos elementos comunes en estos países,
tres grandes impulsores de este ascenso: el primero, la presencia de un Estado
fuerte, que responde a las necesidades de los individuos, su fortaleza no radica en
el tamaño de ese Estado sino en su capacidad de liderazgo y de convocar al
sector privado en la generación de empleo, de oportunidades, para responder a las
necesidades de la población, un Estado que es capaz de tener un compromiso
más pragmático con el desarrollo; el segundo elemento es una inserción a los
mercados internacionales y aprovechar las oportunidades que presenta la
globalización, haciéndolo de una manera estratégica, secuencial, y tomando en
cuenta las especificidades de cada país; el último motor común es un énfasis en la
política social y sobre todo el romper esa falsa dicotomía donde creces o
distribuyes, romper esa visión donde la política social era el residuo, donde yo
crecía y hacia todo para crecer y después veía qué hacía con lo que quedaba,
para cambiarla por una visión de un crecimiento económico incluyente, donde el
diseño de la política económica tiene que tomar en cuenta una política social
responsable, que además genera el capital humano que necesita la economía para
ser más productiva y crecer.
http://www.desenvolupamentsostenible.org/index.php?option=com_content&vie
w=article&id=231&Itemid=264&lang=es
http://inversionenlainfancia.net/blog/entrada/entrevista/220
*Documento adaptado de las fuentes, con fines docentes por: Héctor Pereyra Zaldívar