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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD BICENTENARIA DE ARAGUA


VICERRECTORADO ACADÉMICO
ESCUELA DE DERECHO
DERECHO PROBATORIO I

Proposición y carga de la prueba desde el punto de


vista
Doctrinal y Filosófico

AUTOR;
HECTOR ANDREA
C.I.No. 9.677.979

San Joaquín, Noviembre del 2018


INTRODUCCIÓN
Proposición y carga de la prueba desde el punto de vista

Doctrinal y Filosófico

ENSAYO

Filosóficamente podemos definir que las proposiciones, no importa el


grado de abstracción que posean, son proposiciones interpretativas. Las
proposiciones interpretativas no son ni puramente descriptivas ni puramente
valorativas, constituyen una categoría intermedia que combina ambas
propiedades. En consecuencia, las “proposiciones” tampoco pueden ser
consideradas ni descriptivas ni valorativas. Esta caracterización ha generado
importantes críticas en el ámbito de la filosofía del derecho.

Llamaremos “proposiciones” a los diferentes enunciados y


afirmaciones que la gente realiza en relación con lo que el derecho les
permite, les prohíbe o les da derecho a hacer. En ambos casos el sentido es
el mismo, se trata de aquellos enunciados que expresan la forma en que el
derecho califica ciertas conductas.

DESARROLLO

Las proposiciones no pueden ser entendidas como si fueran


puramente descriptivas de ciertos hechos ni tampoco como si fueran
puramente valorativas, sean referidas a preferencias personales o a teorías
morales consideradas verdaderas. La alternativa que propone la Doctrina es
considerar que las proposiciones no son ni descriptivas ni valorativas, sino
que pertenecen a un género intermedio que comparte elementos de ambos
tipos de proposiciones pero que no puede identificarse exclusivamente con
ninguno de los dos, esto significa considerar a las proposiciones como
proposiciones “interpretativas” de la práctica jurídica
Era de esperar que esta forma de caracterizar la labor filosófica fuera
rechazada por los filósofos del derecho positivistas. Incluso que se
cuestionaran los fundamentos hermenéuticos sobre los que apoyan todas las
tesis a partir de la segunda mitad de la década de los ochenta Sin embargo,
existe otra crítica, bastante extendida entre los filósofos analíticos
hispanoamericanos (Bulygin 1982) e italianos (Guastini 1988), que está
dirigida a la forma en la que se utiliza la noción “proposición”

Con respecto a la carga de la prueba es una noción procesal que


contiene la regla de juicio, por medio de la cual se le indica al juez cómo
debe fallar cuando no encuentre en el proceso pruebas que, le den certeza
sobre los hechos que deben fundamentar su decisión, e indirectamente
establece a cuál de las partes le corresponde la prueba de tales hechos, para
evitarse las consecuencias desfavorables.

Filosóficamente la carga de la prueba es la obligación de una de las


partes de proporcionar justificación suficiente para su postura en un
desacuerdo. Cuando dos partes debaten y uno asevera una enunciación que
el otro pone en duda, el que asevera tiene una carga de la prueba
consistente en justificar o fundamentar esa enunciación. Un argumento ad
ignorantiam se produce cuando una proposición se supone verdadera porque
aún no se ha demostrado que sea falsa o una proposición se supone falsa
porque aún no se ha demostrado que sea verdadera. Esto conlleva que la
carga de la prueba le corresponda a la persona que critica la proposición.

La carga de la prueba es aquella que permite que mediante el debate


jurídico y allegamiento del acervo probatorio correcto, el juez sea llevado al
sano convencimiento para la decisión final. Solo así se podrá hablar del
derecho a la defensa, de la publicidad, de la contradicción y aplicación de las
correctas actuaciones procesales, para no convertirse por negligencia y
decidía, en los gestores de la sanción inerme del ciudadano.

Es pues por esto, la carga de la prueba, la vital capacidad para lograr


el convencimiento del juez basado en hechos y situaciones reales
soportadas como pruebas, legales y legitimas.

En determinadas situaciones ponderables, el viejo aforismo de que la


carga de prueba, es para quien dice (qui dicet, qui prueba), se rompe para
dar paso a la Doctrina del Probatorio, que no es otra cosa que entender que
si bien ambas partes deben llevar a la convicción del juzgador la verdad de
sus dichos, en mayor grado, ello corresponde a quien cuenta con más
elementos materiales para probar la veracidad de sus argumentos.

CONCLUSIÒN

Para culminar queremos resaltar el hecho que propone la Doctrina al


considerar que las proposiciones no son ni descriptivas ni valorativas, sino
que pertenecen a un género intermedio que comparte elementos de ambos
tipos de proposiciones pero que no puede identificarse exclusivamente con
ninguno de los dos, esto significa considerar a las proposiciones como
proposiciones “interpretativas” de la práctica jurídica.

La carga de la prueba es aquella que permite que mediante el debate


jurídico y allegamiento del acervo probatorio correcto, el juez sea llevado al
sano convencimiento para la decisión final

REFERENCIAS

Landaeta S. (2005) La prueba documental en el proceso. Ediciones


Columbia. Caracas. Venezuela

Temario II (2018-3) Derecho Probatorio II. Aula Virtual. Uba. San Joaquín.

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