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Esto representó una herida narcisista para la época (y continúa siéndolo), ya que el
hombre creía que la conciencia y que el yo eran lo más fuerte, y descubre que hay
fuerzas ocultas en la mente que tienen un inmenso poder y están reprimidas.
En psicoanálisis, le pedimos al paciente que diga todo lo que se le cruce por la mente,
sin censuras, superando el temor y la vergüenza; y encontramos palabras e ideas que
se repiten, y deseos también. Pero hay que escuchar con un oído muy atento (a esto
Freud lo llamó “atención parejamente flotante”) el hilo conductor de la palabra que nos
conduce a lo reprimido profundo.
No se puede forzar el tiempo de elaboración del paciente, por eso los análisis suelen
ser de larga duración.
Esto es tan sólo una aproximación al enorme descubrimiento freudiano, que hasta
cambió los cimientos de la Filosofía contemporánea.
De acuerdo con Sigmund Freud, la sexualidad rodea todo lo que somos, es por esto
que la sexualidad no es una “cosa” que aparece de pronto en las personas
adolescentes, jóvenes o adultas. La crianza y la educación, así como la edad, la
cultura, la región geográfica, la familia y la época histórica inciden directamente en la
forma en que cada persona vive su sexualidad.
Sucede con frecuencia que el concepto de sexualidad se confunda con los conceptos
de sexo o relaciones sexuales, lo cual limita la vivencia de la sexualidad únicamente al
contacto genital, pero, además del placer, el sexo y las relaciones sexuales, la
sexualidad comprende aspectos como el afecto y las relaciones humanas.
Debemos tener en cuenta que la visión que tiene Sigmund Freud sobre la sexualidad
es mucho más amplia de la que se suele creer usualmente. Sexualidad, según Freud,
será todo aquello que tiene que ver con el placer y sus fuentes. Por eso diferenciará
claramente entre sexualidad y genitalidad (lo que nosotros llamaríamos pulsión
sexual). Una de las novedades más destacadas de la teoría del Psicoanálisis de Freud
es la afirmación de la existencia de instintos sexuales en la infancia siguiendo las
siguientes fases o etapas de desarrollo.
Los sueños
El tema de los sueños ha sido interesante para la humanidad en todos los tiempos; a
través de su historia se han elaborado fantasías y teorías de lo más variadas. Hay
sueños bíblicos, sueños cabalísticos y obras literarias acerca de ellos. Todos tenemos
la experiencia permanente del soñar. Hay quienes recuerdan mejor sus sueños y
quienes afirman no recordarlos nunca. Para algunas personas los sueños son
generalmente placenteros, para otras suelen estar cargados de angustia.
Para Freud los sueños fueron el elemento más apropiado para llegar al conocimiento
del inconsciente, les llamó la VÍA REGIA del inconsciente. En su obra La interpretación
de los sueños demuestra cómo, de acuerdo con su teoría, los sueños son realización
de deseos y llamó a esto el retorno de lo reprimido.
¿Cómo se explica entonces que muchas veces se produzcan sueños desagradables?
Esto se debe a que los deseos que se realizan en los sueños son deseos
inconscientes y éstos no siempre son coincidentes con lo que se desea en forma
consciente. Esos deseos aparecen disfrazados en el sueño, no es fácil por lo tanto
conocerlos. En el sueño se distingue entre un contenido manifiesto, que es el relato de
lo que soñamos, y un contenido latente que se refiere al real significado que tiene ese
sueño.
"Un señor, conversando una noche con una joven viuda sobre los grandes
preparativos que se hacían en Berlín para la celebración de las fiestas de Pascua,
preguntó a su interlocutora:' ¿Ha visto Ud. hoy el escaparate de Wertheim? Está muy
bien descotado' . No habiendo podido expresar en voz alta su admiración ante el
descote (escote) de la bella señora. su pensamiento retenido se había abierto paso
aprovechando la semejanza de las palabras descotado y decorado y transformando la
decoración del escaparate de una tienda en un descote. La palabra escaparate fue
también empleada en la frase con un inconsciente doble sentido”.
Chistes
Existen algunos mecanismos básicos que utilizamos en los chistes verbales para
construirlos:
• Consciencia: es un momento fugaz, donde las representaciones o ideas, una vez que
acceden voluntariamente a ella, dejan inmediatamente su lugar a otros contenidos.
Esto permite un orden y una discriminación en el pensamiento consciente del sujeto.
Cumple la función de diferenciar las percepciones internas y externas dentro del
conjunto de los fenómenos mentales. Es un “lugar de percepción anímica” con
respecto a pensamientos, recuerdos, sentimientos, sensaciones placenteras y
displacenteras.
• Yo: es aquella parte del Ello que fue modificada por la proximidad y la influencia del
mundo exterior, recibiendo los estímulos y siendo también una protección hacia ellos.
El Yo ha destronado al principio de placer que rige ilimitadamente el poder en el Ello, y
lo ha sustituido por el principio de realidad que promete mayor seguridad y mejor éxito.
Su constitución será a partir de lo que del otro humano toma como modelo, por medio
de identificaciones. Se constituye a partir de las primeras relaciones objetales con
aquellas personas que cumplieron la función parental, agregándose posteriormente a
la conflictiva edípica otras figuras conflictivas. El termino Yo designa aquello que el
sujeto designa como propio. Resumiendo, el Yo es lo que está en contacto con la
realidad, sería como la parte consciente del Ello, o al menos, una parte más exterior
que se ha modificado por estar en contacto con la realidad.
Por ejemplo, en la llamada primera tópica Freud, dice que la mente se compone de un
consiente, Preconsciente e Inconsciente y así los define:
Consiente: Son los sucesos inmediatos con los cuales vivimos, es decir la vigilia.
Preconsciente: Estructura de la cual podemos acceder con más facilidad que el
inconsciente. También son recuerdos y podemos acceder a este a través de los
sueños.
En la segunda Tópica, Freud plantea que la mente se compone por el “Yo”, el cual
opera en el consiente y es un principio de realidad, el “Ello”, que opera en el
inconsciente y es un principio de placer, y estas son las acciones que se guían por el
placer, y quiere satisfacer los impulsos, es instintivo; Y el “Súper Yo” que se
contrapone a los deseos del “ello”, tiene restricciones morales, y busca la perfección,
este apela más a la búsqueda de la perfección.
A su vez describe las "partes" que se superponen del aparato psíquico, ubicando
partes del Yo en las tres instancias y también del Súper Yo. Solo el ello, permanece en
el inconsciente. O sea que más que un cambio, es una nueva formulación, más
completa y dinámica.
FASE ORAL
La primera etapa del desarrollo psicosexual es la fase oral, la cual dura desde el
comienzo de la vida hasta el primer año. Durante la misma, el foco de la satisfacción
está en la boca y el placer se obtiene por los cuidados, pero también a través de la
exploración del entorno (los pequeños tienden a llevarse objetos nuevos a la boca). La
experiencia clave en esta fase es el destete, durante el cual el niño pierde mucho del
contacto íntimo con su madre y esto da lugar al primer sentimiento de pérdida. El
destete también le provee al bebé conciencia de sí mismo, desde que aprende que no
todo está bajo su control, y tampoco la satisfacción es siempre inmediata.
FASE ANAL
En la etapa anal del desarrollo psicosexual, la zona erógena se mueve desde el tracto
digestivo superior al final inferior y el ano. De acuerdo a la teoría, la experiencia más
importante durante esta etapa es el entrenamiento en la higiene personal. Éste ocurre
alrededor de los dos años (pueden haber diferencias con respecto a la edad según la
sociedad que corresponda), y da como resultado un conflicto entre el Ello, que
demanda satisfacción inmediata de las pulsiones que involucran la evacuación y las
actividades relacionadas con ella (como el manipular las heces) y las demandas de los
padres. La resolución de este conflicto puede ser gradual y no traumático, o intenso y
tormentoso, dependiendo de los métodos que los padres usen para manejar la
situación.
FASE FALICA
La tercera etapa del desarrollo psicosexual es la etapa fálica, que abarca desde los
tres a seis años, en los cuales los genitales del niño son su principal zona erógena. Es
en esta tercera etapa de desarrollo infantil que los niños se vuelven conscientes de su
propio cuerpo, los cuerpos de los otros niños, y los cuerpos de sus padres, y
satisfacen la curiosidad física por desnudarse y explorarse entre sí y los genitales, y
así aprender la física (sexual), las diferencias entre lo "masculino" y lo "femenino" y las
diferencias de género entre el "niño" y la "niña".
PERIODO DE LATENCIA
FASE GENITAL
La quinta etapa del desarrollo psicosexual es la etapa genital, que abarca la pubertad
y la edad adulta, por lo que ocupa la mayor parte de la vida de un hombre y de una
mujer, cuyo propósito es el desprendimiento de la psicología cognitiva y la
independencia de los padres. La etapa genital brinda a la persona la capacidad de
enfrentar y resolver sus restantes conflictos infantiles psicosexuales.
Para Freud la realidad se construye por “el rodeo que tiene que dar el deseo para
alcanzar su satisfacción”. Pero el llamado cumplimiento de deseo, es la alucinación, el
camino hacia atrás.
Para Lacan el deseo es deseo del deseo del otro, no solo deseo de un objeto, sino
desear el deseo del otro, y también, como en Hegel, deseo de reconocimiento: esto en
dos sentidos, deseo de que el otro reconozca el propio deseo y deseo de hacerse
reconocer. Otra definición que da Lacan es que el deseo humano “es el deseo del
Otro”, en particular, de ese primer Otro que es la madre.
Para Freud los primeros deseos, los infantiles son indestructibles, los seguimos
teniendo toda la vida y pujan por hacerse reconocer y por realizarse. Pero, como
vimos, ésta realización es imposible, el deseo va a ser siempre “deseo de otra cosa”
porque lo que se tiene, ya no se desea.
A modo de conclusión, esto significa que en el reino de este mundo, el paraíso está
perdido para siempre y queda su nostalgia, engañosa, porque es la nostalgia de algo
que nunca existió: nunca hubo un goce perfecto.