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exclusivo para
E $ A C = ~docencia,

Eduardo Bericat

de los m"eodos
cuantitativo
y cualitativo
en la
investigación M -

social
Significado y medida
Diseño cubierta: Nacho Soriano

1 .' edición: diciembre 1998

O 1998: Eduardo Bericat Alastuey

Derechos exclusivos de edición en español


reservados para todo el mundo:
O 1998: Editorial Ariel, S. A. A Carmen Alastuey, nuestra madre
Córcega, 270 - 08008 Barcelona

ISBN: 84-344-1693-X

Depósito legal: B. 50.548 - 1998

Impreso en España

1998 -Romanya/Valls,
Verdaguer, 1. Capellades (Barcelona)

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en manera alguna ni por ningún medio. ya sea eltctrico,
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sin permiso previo del editor.
LA DOBLE PIRÁMIDE
DE LA INVESTIGACI~NSOCIAL

En este primer capítulo se exponen algunas considera-


ciones previas al discurso de la integración de métodos. En
el momento actual, todo planteamiento integrador ha de
partir de una peculiar situación metodológica surgida his-
tóricamente en el ya largo proceso de formación y consoli-
dación de la ciencia social. Ha de tener en cuenta, como
ineludible punto de partida, la existencia de dos sólidas tra-
diciones de investigación, la cuantitativa y la cualitativa,
que aparecen a los ojos del investigador social como dos
grandes pirámides, dos distantes pirámides, enfrentadas la
una a la otra, con escasos canales de comunicación entre
ambas, e impermeables tanto a la discusión como a la coo-
.,
pe1 ac1v11.
Existen importantes razones, tanto teóricas como prác-
ticas, que pueden explicar esta dual construcción metodo-
lógica de la ciencia social. Sin embargo, cada vez es más
evidente que la separación entre ambas, su mantenimiento
en compartimentos estancos y la imposibilidad de rebasar
las fronteras establecidas, limitan seriamente las posibili-
dades de la ciencia para alcanzar descripciones o cuantifi-
caciones, comprensiones o explicaciones, cvíticas o legitima-
ciones, válidas, precisas y fiables de la realidad social. Esta
neta separación entre las metodologías cualitativa y cuanti-
tativa aporta, como se verá en el texto, importantes ventajas
al posibilitar tanto la profesionalización o especialización
de los investigadores, como la coherencia de las metodolo-
18 MÉTODOS EN INVESTIGACI~NSOCIAL

gías. Pero un uso rígido y convencional de esta dicotomía La complejidad propia del objeto de la sociología, la va-
n~etodológicaempobrece la investigación social al impedir riedad posible de perspectivas e instrumentos con los que
la aplicación de cuantos instrumentos sean necesarios, en puede ser abordado, y la inexcusable coherencia metodoló-
cada concreto proceso investigador, al objeto de alcanzar gica inherente a todo proceso investigador) explican la for-
conocimientos más veraces. niación de la doble pirámide de la investigación social, pun-
En la medida en que los elenzeiztos que constituyen la es- to de partida ineludible de cualquier discurso y práctica in-
tructura metodológica de cada una de las pirámides se con- teyr-adora.
sideren iiidisolrrbles, y en la medida en que los resultados La ciencia social es hoy y ha sido desde su origen, una
que pueden obtenerse de su respectiva aplicación se consi- cieiicia ~~z~rltiparadig~zática (García Fel-rando, 1978). Esto
deren iizco~zitzerzsurables,las posibilidades de la integración significa que existen múltiples modos globales de contem-
de métodos quedan completamente cercenadas desde el plar, conceptualizar y de acceder a la realidad social, mul-
principio. Debido a la dificultad que encuentra el investi- tiplicidad que afecta no sólo a las posiciones oiztológicas,
gador actual para prescindir de esta dicotomía heredada lnetateóricas y episte~nológicas(qué es; ctjmo puede com-
.'
del pasado, es preciso llevar a cabo una sensible y sensata prenderse; bajo qué condiciones podemos conocer la reali-
labor de de-co~zstuuccióizde la disyuntiva que abra las puer- dad social), o a los e~~uizciados científicos, sean teóricos o
tas a la integración. Análisis deconstructor que ha de en- aplicados (cómo funciona; cómo podemos modificar la rea-
frentarse al indudable peso de la tradición, que tomó cuer- lidad social), sino también a las técnicas empíricas (cómo
po en el propio origen de la ciencia social, esquemática- extraemos; y cómo analizamos información de la realidad
mente en el desdoblamiento entre las aproximaciones social).
explicativa y comprensiva, así como el subsecuente desa- Si se entiende por método la lógica de investigación que
rrollo histórico, donde se observan claras alternancias en la legitima y estructura un conjunto de decisiones y activida-
legitimidad de las dos metodologías. En unos períodos des planificadas con objeto de establecer enunciados ver-
la metodología cualitativa se estimaba como la más apta daderos sobre la realidad social, es obvio que en la deter-
para el acceso de la realidad social, mientras que en otros minación del método, clave del diseño investigador, han de
períodos era despreciada en beneficio de la legitimidad de influir las posiciones metateóricas; las preguntas y proble-
la metodología cuantitativa. mas a contestar o resolver, esto es, el objeto de la investi-
En la situación actual, es importante para todo investi- gación; las orientaciones teóricas con las que se pretende
gador social reflexionar sobre el valor respectivo de cada modelizar y representar el objeto; así como las técnicas de
una de las metodologías, así como hacer explícitas, esto es, c n i l c i ~ ~ i úyi idt:ililálisis de ios datos que vayan a utilizarse.
racionales, las actitudes que mantiene con respecto a cada Dado que el método de una investigación social ha de
una de las pirámides. Por este motivo se presenta al lector integrar los tres niveles señalados del quehacer sociológico,
un esquema de actitudes posibles, esquema sobre el que po- el metateórico, el teórico y el empírico, el investigador so-
drá reflexionar a lo largo de las páginas de este volumen. cial se enh-enta no sólo a la variedad de opciones existentes
Por último, al final del capítulo, se muestra cómo las acti- en cada uno de los niveles, sino también a las presiones de
tudes de integración metodológica participan de una co- la coherefzcia. La selección de opciones metateóricas, teóri-
rriente general de integración que afecta tanto a las meta- cas y empíricas en el marco de una investigación social
teorías sociológicas como a las técnicas de investigación. El concreta no sólo deben ser válidas en sí mismas, sino que
lector debe saber que la ciencia social contemporánea ademjs deben constituir un cuerpo integrado, un sistema
apuesta claramente por la superación de las dúalidades, su- de acción coherente.
peración que también en el campo metodológico, como En primer término, el multiparadigmatismo presenta al
puede comprobarse a lo largo de este libro, aportará evi- investigador social enfrentado a un objeto una rica conste-
dentes beneficios a la futura investigación social. lación de metateorías sociológicas entre las que debe optar.
20 MÉTODOS E N INVESTIGACI~N SOCIAL LA DOBLE PIRÁMIDE 21

Bien sea entre paradigmas de primer orden, como la teoría segmentación, discriminante, de series temporales, de clus-
sistémica o la teoría del conflicto (Friedrichs, 1970), como ter, de regresión lineal, de redes, Q-análisis, factorial, de es-
la teoría de la acción o de la estructura social (Fielding, calamiento multidimensional, de correspondencias, etc.,
1988), como el paradigma de los hechos sociales, de la de- etc. En el plano empírico, por similares aunque no idénti-
finición social o de la conducta social (Ritzer, 1980), bien cas razones, los investigadores también muestran elevados
sea entre metateorías o paradigmas de segundo orden, grados de adscripcion a determinadas técnicas que cono-
como la teoría del intercambio, la fenomenología, el es- cen, dominan o estiman de un modo general más conve-
tructuralismo, el funcionalisrno, el interaccionismo sirnbó- nientes.
lico, el marxismo o la teoría crítica, el hecho cierto es que A la inabordable pluralidad de opciones tanto metateó-
los investigadores sociales se enfrentan a un complejo pro- ricas como empíricas, que desazona a cualquier honesto
ceso de elección. aprendiz de investigador social que desee obtener siquiera
Tanto es así que los investigadores suelen eludir en lo un somero dominio del abanico de posibilidades, se añade
posible las complejidades asociadas al proceso de elección la complejidad procedente de la variedad temática que
-
mediante la adscripción a priori a una u otra de estas pers- abarca la sociología. Dado que esta ciencia presenta una
pectivas metateóricas de la realidad social, aplicando de cierta indefinición de su objeto específico, pero cuenta al
forma más o menos consciente, con mayor o menor grado mismo tiempo con una clara perspectiva aplicable a multi-
de coherencia, sus presupuestos axiomáticos a cuantas in- tud de objetos, el investigador social ha de seleccionar op-
vestigaciones realizan. Las causas de esta adscripción no ciones metodológicas de investigación en un amplio y di-
son claras y difieren para cada investigador. Presupuestos verso campo temático. Por citar algunas áreas, piénsese a
ideológicos, orientaciones transmitidas en el proceso de modo de ejemplo en sociología política, de la educación, de
aprendizaje, influencias de escuelas y maestros, climas de la desviación social, económica, urbana, del cambio social,
las comunidades científicas donde desarrollan la labor, etc. de la ciencia, de la estratificación, de las organizaciones, de
En suma, los investigadores, o aplican su particular orien- la población, del género, del conflicto, de la vida cotidiana,
tación metateórica a cualquier objeto de estudio, o selec- de la cultura, de la comunicación, etc., etc.
cionan el objeto en función de su adaptabilidad a la pers- No ha de parecer extraño, dada esta variedad, y dado
pectiva con la que suelen trabajar. que el método ha de integrar de modo coherente los tres
Pero el multiparadigmatismo también se presenta en el niveles citados, que havan operado intensas füerzas de
nivel empírico con una amplia gama de posibles técnicas de simplificación, estableciéndose a lo largo de la historia
V

observación entre las que el investigador tiene que optar. de ia Uiscipiina una básica áicotoinza metodológica me-
Cualquier manual comprensivo de métodos y técnicas de diante la cual se ha distinguido entre las orientaciones
investigación muestra esta pluralidad básica, dedicando ca- cuantitativa y cualitativa en la investigación social. Esta re-
pítulos a las diversas técnicas disponibles, encuesta, grupo ducción, si bien no del todo legítima, tal y como se sostie-
de discusión, entrevista en profundidad, observación parti- ne en este libro, opera sobre unas bases pragmáticas no
cipante o no participante, análisis de contenido, experi- exentas de justificación teórica. Primero, al segmentar el
mentación, técnicas no reactivas, historias de vida, análisis posible universo metodológico de la investigación social,
de datos secundarios, etc. (García Ferrando, Ibáñez, Alvira, queda reducido a la mitad el campo del saber hacer, favo-
1994). También en cualquier manual comprensivo de aná- reciendo así una mayor especialización y cualificación pro-
lisis de datos (García Ferrando, 1984), se presentan un fesional. Segundo, se logra orientar de modo convencional
todavía mayor número de diferentes técnicas de análisis. la coherencia metodológica entre los tres niveles, dispo-
Desde las más simples, como el análisis descriptivo univa- niendo a cada lado de la dicotomía elementos metateóri-
riable, hasta las más complejas, como los análisis multiva- cos, teóricos y empíricos que presentan mayor sintonía y
riables. Diferencia de proporciones, análisis de varianza, de grado de integración.
MÉTODOS EN I N V E S T I G A C I ~ NSOCIAL

Esta estructuración dicotómica de la complejidad, que feras entre elementos provenientes de ambos lados de la
presenta opciones como si fueran una especie de cajas ne- frontera establecida en el proceso del desarrollo histórico-
Pras o paquetes cerrados listos para operar, tiene sin duda, metodológico de las ciencias sociales, en general, y de la so-
L,

como hemos visto, no sólo una justificación pragmática, ciología en particular.


\
sino también una sólida legitimidad teórica. Sin embargo, La deconstrucción que se propone no significa, empero,
no podemos decir que de esta estructuración sólo se deri- un rechazo al monumental trabajo de producción histórica
ven ventajas, sin apenas ningún inconveniente. En primer que ha dado lugar a lo que denon~inan~os metafóricamente
lugar, la dicotomía muestra uno de sus efectos perversos en como la doble pivú~lzidede la i~zvestigaciólzsocial. Implica,
la ocultación de otras posibilidades metodológicas. Por antes al contrario, un absoluto reconocimiento de la tarea
ejemplo, M. Beltrán refiere cinco vías de acceso a la rea- realizada, pero un reconocimiento dual de la robustez y ca-
lidad social, que son los métodos Izistórico, co~nparativo, lidad alcanzada por ambas pirámides. Los científicos so-
critico-raciotzal, cuantitativo y cualitativo (Beltrán, 1994). ciales no pueden, a nuestro entender, seguir admirando una
J. Ibáñez, por su parte, señala tres diferentes perspectivas sola de las construcciones, mientras desprecian la otra. No
pueden seguir observando el mundo mientras ascienden
en la investigación social, distributiva, estructural y dialécti- 1 por una de las pirámides, al mismo tiempo que ignoran el
ca (Ibáñez, 1986). En segundo lugar, otro de sus más im-
portantes efectos perversos se manifiesta en la aplicación horizonte que se divisa desde la otra. No pueden, por últi-
convencional y acrítica de las metodologías por parte de los mo, seguir pensando que las pirámides están asentadas y se
investigadores, que toman las opciones convencionales han construido con una arena diferente. Desde nuestra
como si se tratase de opciones «reales»,generando una se- perspectiva han crecido sobre un mismo desierto, sobre
guridad y confortabilidad metodológica que cercena la apli- una misma ignorancia. Sus bases son muy amplias y están
cación creativa e impide el perfeccionamiento futuro. muy próximas, aunque preciso es reconocer que sus cimas
Respecto a la temática de este volumen, más allá de la son muy estrechas y distantes entre sí. De ahí que su com-
ocultación de otros métodos, y más allá del convenciona- pleta integración, dada la solidez y el tamaño de las pirá-
lismo que fomenta, la dicotomía cuantitativo-cualitativo mides, no sólo sea prácticamente imposible, sino también
muestra sus efectos al inhibir o impedir aquellos desarro- dudosamente útil. Sin embargo, lo que sí parece tanto útil
llos que pretenden, traspasando las barreras establecidas, como posible es servirnos de esta doble construcción para
abordar el acceso a la realidad con el concurso de una plu- llegar más alto y para ver más lejos.
ralidad de orientaciones metodológicas. La dicotomía no Aun imaginando ambas metodologías como dos pirámi-
sólo ha operado en la comunidad científica ofreciendo sen- ilcs ulliilas por- urio de ios iados de sus respectivas bases,
dos paquetes, sino que los presenta como ofertas excluyen- queda por resolver el problema de cómo fundir sus distan-
tes, separando en compartimentos estancos, opuestos, lo tes cúspides. La cúspide, en nuestra metáfora, equivale al
que no es sino el producto de un agrupamiento científica- componente metateórico, mientras que las bases equivalen
mente legítimo pero, según hemos dicho, en alguna medi- al componente empírico. A la parte alta de la pirámide, que
da 'convencional. Una adecuada fundamentación de los en el extremo o cúspide queda reducida a un solo punto,
diseños de ilzvestigaciórz ~zuíti~nétodo, en tanto pretenden corresponde el máximo de coherencia discursiva (ontológi-
desarrollar investigaciones que combinan e integran las ca, epistemológica y metateórica) de una perspectiva de
orientaciones cuantitativa y el cualitativa en el marco de un investigación social. Sin embargo, también a esas partes co-
estudio único, requiere necesariamente de una previa de- rresponde una gran altura, esto es, un máximo distancia-
construcció~z1~zetodológicade ambas aproximaciones, así miento respecto de la realidad social y, por ende, un riesgo
como también de la estructura de relaciones excluyentes de proyección de la mirada del observador sobre el mundo
que sostiene y legitima la propia dicotomía (Hammersley, empírico, un evidente riesgo de lo que podríamos denomi-
1992). De este modo pueden llevarse a cabo ósmosis fructí- nar espejis~tzoideaciolzal. La partes bajas de la pirámide, en
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el límite la base que toma contacto con la realidad, por ser naturales; tercero, que la ciencia social debe tener un ca-
más amplias son de por sí más plurales e incoherentes rácter puramente instrumental, para lo cual se debe des-
pero, al mismo tiempo, y ésta es su gran virtud, más recal- prender de toda influencia valorativa o normativa (Gid-
citrantes. A cada grano de la base corresponde un grano del dens, 1974: 3-4).
desierto, y ya la mirada no puede vagar libre, está someti- A esta orientación explicativa suele oponerse la orieízta-
da por el pesado vínculo de proximidad que se establece. El ciótz colizpre~ílsivade la sociología weberiana (Weber, 1979;
problema, en este caso, es que los vínculos o conexiones Platt, 1985). Su propuesta de que el objeto de la ciencia so-
empíricas, en su atomística individualidad y aislamiento cial ha de ser la acción social, y de que toda acción para ser
son incapaces por sí mismos de producir conocimiento y social ha de contener un sentido o significado, subraya la
derivar sentido de la observación. importancia del momento comprensivo de la subjetividad
Los problemas que plantea esta doble pirámide de la in- del actor o verstehen. Aunque, como es sabido, Weber no
vestigación social son graves, pero son grandes las ventajas renunció por ello a la orientación explicativa, presenta un
que aporta. Históricamente, en el proceso de construcción, marco de análisis que difiere sensiblemente de la propues-
unas veces se ha orientado el esfuerzo a perfilar las cúspi- ta durkheimiana. Esta necesidad de interpretación, que no-
des, otras a desarrollar las bases. En unas épocas se ha puede llevarse a cabo sin la mediación del lenguaje y sin la
avanzado en la construcción de la pirámide cuantitativa, consideración de los estados internos del sujeto, ha dado
abandonando los trabajos de la cualitativa. En otras, a la lugar a que se calificase de cualitativa e incluso de huma-
inversa, se trabaja intensamente en la cualitativa, olvidan- nista a esta perspectiva. En el fondo, subyace un repudio
do la cuantitativa. Ahora, por primera vez en la historia de manifestado ya desde el principio por historicistas, ideo-
las ciencias sociales, comenzamos a valorar positiva y si- gráfos y defensores decimonónicos de las ciencias del espí-
multáneamente esta doble construcción, siendo ya incapa- ritu, como Wilhem Dilthey, a aplicar idéntica metodología
ces de despreciar ninguna de las pirámides. Por tanto, des- al mundo natural y al hombre. El mundo natural se expli-
de esta valoración equiparable, surge también por vez pri- ca, el mundo social se comprende (Wright, 1979).
mera la posibilidad de afrontar una adecuada integración. La disputa, esquemáticamente representada por los po-
Integración que resulta difícil llevar a cabo porque esta los explicativos y comprensivos de la realidad social, nunca
doble pirámide cuenta ya con una larga historia de enfien- ha desaparecido, sino que, antes bien, aparece y reaparece
,
tamiento que se remonta al origen de la sociología. Las en ondas históricas presentando diversos aspectos y estados
orientaciones explicativa y comprensiva, de las que por co- del debate, así como diferentes hegemonías entre las posi-
nocidas sólo se hará aquí una somera mención, constituyen ciolleb. Ti1 corilo seriala Francisco Hivira, «tomando como
una referencia teórica fundamental de la disputa. La meto- ejemplar -en el sentido kuhniano de la palabra- la obra
dología cuantitativa suele asociarse al positivis~zosubya- El campesino polaco, puede afirmarse que durante el pre-
cente a la concepción durkheimiana de la sociología, según dominio de la escuela de Chicago -básicamente 1915-
la cual esta disciplina tiene por objeto el estudio de los he- 1935- la perspectiva dominante era la humanistaIcualita-
chos sociales analizados en tanto cosas, es decir, objetiva- tiva» (Alvira, 1983: 54). Esta escuela hizo uso de la orien-
mente y de un modo similar a como los científicos natura- tación cualitativa, aplicada con las técnicas de la observa-
les realizan sus pesquisas (Durkheim, 1988). A. Giddens, si- ción participante y las historias de vida, bajo el supuesto de
guiendo el positivismo filosófico clásico establecido por * ser la orientación idónea para el estudio de la realidad so-
A. Comte, señala tres aspectos básicos de su incorporación cial. Según Hammersley, en Estados Unidos, durante las dé-
a la sociología. Primero, el ya mencionado monismo meto- cadas de los años veinte y treinta, hubo una disputa entre
dológico entre ciencias naturales y sociales; segundo, que los defensores de los estudios de casos y los defensores de
los resultados sociológicos han de formularse en términos los métodos estadísticos que puede considerarse el origen
de leyes o generalizaciones similares a las de las ciencias de los debates actuales (Harnmersley, 1989).
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Tras la Segunda Guerra Mundial, en torno a las décadas más su uso, así en el período 1936-49 el 48,2 % de los ar-
de los años cuarenta y cincuenta, la hegemonía de la orien- tíciilos emplean la encuesta, este por-centqe pasa a ser del
tación cuantitativa, auspiciada por el desarrollo de la téc- 70,s Oh para el período 19.50-64 y del 80,3 O h en 1965-78,
nica de encuesta en sociología y de la experimentación en mientras que los métodos de interpretación descienden del
psicología social, así como en otros campos afines, comen- 50,4 % al 27 % y al 17,l %, respectivamente)> (Latiesa,
zó a ser evidente. «Sucesivos autores van configurando a lo 1991b). Sin confundir frecuencia de uso y relevancia cien-
largo de los años treinta una idea clave: los datos y análisis tífica, el debate auspiciado por los defensores de la meto-
cualitativos son importantes e interesantes en las fases pre- dología cualitativa contra la cuantitativa ha sido observado
paratorias de las investigaciones y en las investigaciones a distancia, casi con indiferencia, por los defensores de esta
exploratorias o pilotos, pero no sirven para la contrastación última. Seguros de sí mismos, siguieron realizando su la-
y justificación de hipótesis teóricas» (Alvira, 1983: 56). Sin bor, perfeccionando sus técnicas, sin apenas levantar la ca-
contar con estas últimas posibilidades, ninguna actividad beza, e incluso hasta muy recientemente, sin apenas volver
podía merecer el calificativo de científica. la vista con la intención de asimilar los beneficios que la*
La hegemonía cuantitativa coincidió con la hegemonía emergencia del cualitativismo pudiera reportarles.
del estructural-funcionalismo parsoniano (Parsons, 1988), Esta actitud no ha impedido la expansión y renovada le-
metateoría que pronto, en la década de los sesenta, empe- gitimidad de la metodología cualitativa, como así se mues-
zó a recibir la primeras críticas frontales. El proyecto de tra en la abrumadora cantidad de publicaciones que dedi-
Schutz, interesado en extender la noción de verstehen we- cadas a esta orientación han aparecido en la última déca-
beriana haciendo uso de la fenomenología de Husserl da. En este contexto, es preciso señalar la importancia del
(Schutz, 1972), realimentó junto al interaccionismo simbó- papel desempeñado por una ((nueva))técnica como es el
lico y la etnometodología la legitimidad de fuentes meta- grupo de discusión o focus group. Esta técnica está adqui-
teóricas que sustentan la perspectiva cualitativa. Por otra riendo, en el ámbito de la sociología cualitativa, similar es-
parte, en esta misma década, el positivismo clásico o inge- tatuto al que tiene la encuesta en el ámbito de la sociología
nuo comenzó a perder predicamento entre los filósofos de cuantitativa. Presenta también similares ventajas prácticas,
las ciencias. Según comenta Alvira, en primer lugar, «la por ejemplo respecto a la escasa implicación del investiga-
idea de verificación o prueba de hipótesis teóricas ha en- dor principal en la recogida de datos, y respecto al equi-
trado en crisis a raíz de las críticas de Popper, Lakatos y librado balance entre coste econ6rnicv y resultados cienti-
Kuhn a las tesis del Círculo de Viena» y, en segundo lugar, ficos. Podríamos anticipar, en este sentido, que si en la
«la perspectiva cientifista/euantitativista ha impulsado ei actualidad el sociólogo es popularmente reconocido y aso-
desarrollo de un sinnúmero de avances técnicos para hacer ciado casi con exclusividad a la técnica de encuesta, en el
frente al problema de los datos cualitativos» (Alvira, 1983: futuro próximo será reconocido por su dominio y práctica
56-57). simultánea de las técnicas de encuesta y grupo de discu-
El renacimiento y revalorización de la perspectiva y me- sión. La contribución de Jesús Ibáñez, figura señera que in-
todología cualitativa (Sarabia y Zarco, 1997), no viene trodujo y desarrolló el grupo de discusión en el ámbito aca-
acompañado, curiosamente, por una pérdida paralela de la démico, elaborando al mismo tiempo una excelentísima y
legitimidad, vigor y uso de la cuantitativa. Los datos mues- sólida obra epistemológica y metodológica en torno al uso
tran que una técnica asociada a esta orientación, la en- y fundamentación de la por él denominada perspectiva es-
cuesta estadística, siguió siendo la más utilizada en las in- tructural (Ibáñez, 1979), ha sido determinante en el con-
vestigaciones sociales. Wells y Picou (1981) realizaron un texto de la sociología española.
estudio de los artículos publicados en The American Socio- Tanto el uso como la demanda de esta técnica se está
logica2 Review desde 1936 hasta 1978, y concluyeron que hoy incrementando a fuerte ritmo, pero el grupo de discu-
«en cuanto a la utilización de la encuesta aumenta cada vez sión tiene ya su historia. Aquí sólo destacaremos una im-
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portante aportación germinal. Pese a haber estado durante coízviveízcia. Desde la lógica de la distinción se sostiene una
algunos años circunscrita, tanto en Estados Unidos como actitud de diferenciación jerárquica, esto es, se sostiene,
en España, al ámbito del marketing y de los estudios de bien que sólo una de las metodologías es válida para el aná-
mercado, donde en efecto 'Jesús Ibáñez realizó su trabajo lisis de la realidad social, bien que tiene un mayor valor y
profesional, tiene un evidente origen intelectual en la prác- que, por tanto, la otra sólo puede ser un instrumento au-
tica desarrollada por Merton en torno a los efectos de la co- xiliar. Así, los cuantitativistas puros piensan que sólo su
municación de masas. Tras su experiencia adquirida en la metodología es científicamente legítima para el estudio de
práctica investigadora, Merton publicó inicialmente un ar- cualquier fenómeno de la realidad social. A la inversa, los
tículo en The Alnerican Joumal of Sociology (Merton y Ken- cualitativistas puros creen que sólo la suya puede aprehen-
dall, 1946), y posteriormente un breviario (Merton et al., der verazmente la realidad social. En las respectivas ver-
1956), recientemente reeditado (Merton, 1990), donde ex- siones atemperadas, los defensores de una orientación
ponía los principios metodológicos de la por él llamada fo- aceptan la otra, pero otorgándole Siempre y en todo caso un
cussed irzterviezv, que contemplaba dos variantes, una de en- estatuto subsidiario y una función meramente auxiliar.
trevistas individuales y otra de entrevistas en grupo. Aun- Desde la lógica de la convivencia, por el contrario, se va-
que la orientación metodológica de Merton y del moderno loran igualmente las posibilidades de cada metodología,
grupo de discusión no es exactamente la misma, sin duda respetando sus respectivas aportaciones. Esto no significa,
el substrato germina1 puede considerarse muy similar, lo normalmente, que se les otorgue a ambas un valor univer-
que ha llevado a Merton a reclamar la continuidad intelec- sal, sino que suele circunscribirse a ámbitos que le son pro-
tual entre la focussed intewiew y el hoy tan extendido como pios, es decir, al estudio de fenómenos sociales específicos
apreciado grupo de discusión (Merton, 1987). La diferencia y especialmente adaptados a sus peculiares características.
principal entre ambos, como puede verse en el ejemplo 3, Ésta es la posición mantenida claramente por Miguel Bel-
es que Merton utiliza la entrevista, sea individual o grupal, trán, quien vincula el uso de las cinco vías de acceso ante-
en combinación con un minucioso análisis de la situación riormente citadas a las diferentes dimensiones de los obje-
que ha dado lugar a la respuesta de los sujetos, análisis de tos de la realidad social que puedan investigarse. «Si a la
donde se derivan las hipótesis que habrán de contrastarse complejidad del objeto corresponde necesariamente un
y clarificarse con la subsecuente investigación cualitativa. planteimiento epistemológico he venido calificando de
Es justo considerar a Merton no sólo precursor intelectual pluralismo cognitivo, ello impone corzo correlato necesario
del grupo de discusión, sino también uno de los pioneros un pluralismo metodológico que permita acceder a la con-
de la integracion y de los diseños multimétodo. creta dimensión del objeto a la que en cada caso haya de
Según hemos comentado, el investigador actual se en- hacerse frente. La propuesta, pues, aquí formulada es la
cuentra ante dos pirámides de similar magnitud, robustez, adecuación del método a la dimensión considerada en el
tradición y calidad, dos pirámides ante las que cada cientí- objeto, y ello no de manera arbitraria o intercambiable,
.fico social puede mostrar diferentes actitudes. Es impor- sino con el rigor que el propio objeto demanda para que su
tante, en este momento, saber cuáles son las actitudes po- tratamiento pueda calificarse de científico» (Beltrán, 1994).
sibles, como asimismo es importante que cada investigador Con este último párrafo, Beltrán rechaza oportunamente
defina su posición ante esta realidad metodológica. Este vo- cualquier tipo de escepticismo o eclecticismo.
lumen pretende, entre otros objetivos fundamentales, fo- Sosteniendo idéntica posición, es ya clásica la cita de un
mentar una clara conciencia de la posición a la que cada párrafo de Trow donde el autor arremete, acusándolos de
científico social se adscribe. provincianos, contra aquellos investigadores sociales que,
El mapa básico de actitudes puede perfilarse atendien- comportándose como zapateros, creen que lo único que
do a distintas lógicas. En primer término, el investigador existe es el cuero. Trou: en un comentario escrito en 1957,
puede optar entre una lógica de distinción o una lógica de comparando las técnicas de observación participante y de
30 MÉTODOS E N INVESTIGACI~NSOCIAL LA DOBLE P I ~ M I D E 31

entrevista, dejó sentada claramente la posición de que ((el 1-esultados.En suma, el integracionismo, en cualquiera de
problema a investigar determina propiamente el método de sus dos versiones, avanza un paso más allá de la legítima y
investigación)), abriendo así la puerta al uso de múltiples reconocida convivencia, preguntándose acerca d e la pnsihi-
métodos en la investigación social. ((Cada zapatero piensa lidad, legitimidad y utilidad de integrar en una sola inves-
que el cuero es lo único que importa. La mayoría de los tigación las orientaciones cualitativa y cuantitativa.
científicos sociales, incluyendo quien esto escribe, tienen Una interesante clasificación de actitudes frente a la di-
sus métodos favoritos de investigación con los que están cotomía paradigmática entre cualidad y cantidad es la que
familiarizados y en cuya utilización poseen cierta destreza. presenta Gareth Morgan en su libro Beyond Metlzod. El au-
Y sospecho que fundamentalmente decidimos investigar tor distingue cinco posiciones (G. Morgan, 1983):
aquellos problemas que parecen vulnerables a través de ta-
les métodos. Pero deberíamos, por lo menos, tratar de ser a ) Supvel~zacía: pretende establecer una perspectiva
menos localistas que los zapateros. Prescindamos ya de las como la mejor, por encima de todas las demás.
argumentaciones de la "observación participante" frente a b ) Síntesis: intenta buscar modos de combinación que
la entrevista -como ya hemos renunciado en buena medi- maximicen las fortalezas de ambas perspectivas y minimi-
da a las discusiones de la psicología kente a la sociología- cen sus debilidades.
y prosigamos con la tarea de abordar nuestros problemas c ) Contingencia: el investigador analiza las circunstan-
con el más amplio despliegue de instrumentos conceptua- cias e idiosincrasias del contexto y del fenómeno bajo estu-
les y metodológicos que poseemos y que tales problemas dio para seleccionar entonces la perspectiva que mejor se
exigen. Esto no excluye la discusión y el debate respecto de adapte.
la utilidad relativa de los diferentes métodos para el estu- d ) Dialéctica: trata de aprovechar las diferencias en
dio de problemas o tipos específicos de problemas. Pero tanto estímulo para construir en el futuro nuevos modos de
resulta algo muy distinto de la afirmación de una superio- aprehensión de la realidad social.
ridad general e inherente de un método sobre otro, basán- e ) Todo vale: corresponde a la posición sostenida por
dose en algunas cualidades intrínsecas que supuestamente Feyerabend, quien defiende que no hay idea, por trasno-
posee» (Trow, 1957: 35). chada o absurda que sea, que no sea capaz de arrojar cier-
En el marco de la actitud convivencia1 entre metodolo- ta luz sobre nuestro conocimiento de la realidad social.
gías, caben dos diferentes opciones, inspirada la una por la
lógica segregacionista y la otra por la lógica de integración. En este marco de opciones, o en el anteriormente des-
La lógica segregacionista, aun aceptando ambos métodos. crito, cada Investigador puede kijar específicamente su po-
circunscribe su operatividad a determinados problemas de sición. Nuestra particular actitud integradora se nutre de
investigación que le son propios, y no contempla como po- las posiciones de síntesis, contingencia y dialéctica referi-
sible ningún tipo de fusión, esto es, tanto los métodos como das por C. Morgan, desechando tanto la de supremacía, por
los resultados se consideran valiosos pero inconmensura- su parcialidad, como la del todo vale, por su evidente falta
bles. La lógica de integración, ejemplificada en el caso de de rigor, si bien no carece absolutamente de sentido. De
Merton, no sólo reconoce el mérito de cada método en su contingencia porque creemos que el investigador social
respectivo ámbito, sino que cree posible y fructífera debe estar siempre abierto a la aplicación en cada caso del
su combinación complementaria para el estudio de muchos método y de las técnicas más idóneas, procedan del campo
fenómenos sociales. En su versión atemperada, el integra- que procedan. De síntesis porque creemos que no existe
cionismo reconoce que, al menos en algunos casos, la inte- método ni técnica perfecta, de ahí que en muchas ocasio-
gración es útil y posible. En su versión radical, el integra- nes una adecuada combinación sea imprescindible para
cionismo cree que para toda pregunta o problema de in- responder a las preguntas o resolver los problemas que el
vestigación un diseño multimétodo conducirá a más válidos investigador se plantea. Dialéctica porque la integración de
32 METODOS EN I N V E S T I G A C I ~ NSOCIAL LA DOBLE P ~ ~ A I ~ D E 33

métodos no es una nueva receta, sino un nuevo impulso mente, y con la ncciórz, sea instr-umental o normativa (Ale-
que ha de servir, desde las diferencias existentes en el pun- xander-, 1982). En este caso, pese a su afirmación de fun-
to de partida, al pefeccionamiento de la investigación so- damentar una sociología multidimensional, Alexander no
cial. Impulso dialéctico que anima el amplio e intenso flu- sostiene un equilibrio entre los componentes, sino que con-
jo de integración que existe en la ciencia social contempo- cede supremacía al componente colectivo-~zorr~zatizio del
ránea, afectando a todos y cada uno de los componentes de análisis.
su quehacer: metateórico, científico teórico, científico apli- Entre los teóricos españoles, también pueden citarse
cado 5 7 técnico. obras orientadas a la integración. El énfasis sostenido por
En el plano metateórico, los esfuerzos integradores se Salvador Giner en la lógica situacioi2al (Giner, 1978 y 1996),
orientan no sólo al reconocimiento convivencia1 entre pa- puede interpretarse como un esfuerzo por diluir los dilemas
radigma~,sino a la superación del multiparadigmatismo. El e integrar paradigmas asociados al holismo, por un lado, y
éxito que los diversos autores obtienen en el cumplimiento al iizdividualisr~zo~zetodo~ógico, por otro. Las reflexiones
de esta meta, esto es, las soluciones que alcanzan, es obvio acerca de las consecuencias inesperadas de las acciones so-
que distan de ser óptimas, dejando amplios márgenes para ciales, y los cori-espondientes conceptos de acto, acción y re- *

la crítica, pero aquí lo importante es señalar, a título de sttltantes, elaborados por Emilio Lamo de Espinosa al ob-
ejemplo, cómo importantes sociólogos vienen trabajando jeto de establecer conexiones entre las teorías de la acción
en pos de este objetivo. social y las teorías del hecho social (Lamo, 1990). También
Así, todo el esfuerzo teórico de G. Ritzer se ha orienta- la relevancia metateórica otorgada por Juan del Pino Arta-
do casi exclusivamente al análisis de la integración meta- cho a los sistemas de personalidad, cultuva y sociedad indu-
teórica (Ritzer, 1993), así como a la búsqueda de un para- cen a la búsqueda de adecuadas propuestas integradoras
digma integrado, paradigma que concibe incluyendo en (Pino, 1990). Rodríguez Ibáñez, por su parte, se opone a
una única perspectiva diversas dimensiones del análisis de una consideración dualista de las relaciones entre los nive-
la realidad social, micm y macm por un lado, y objetividad les micro y macro, apostando por una perspectiva grada-
y subjetividad por otro, así como incluyendo los tres para- cional (Rodríguez, 1997).
d i g m a ~básicos, el de los hechos sociales, el de la definición Junto a estos, y otros muchos no mencionados, intentos
social, y el de la conducta social. Pese a todo, el paradigma integradores en el plano metateórico, también se puede
integrado es más bien un esquema clasificatorio de las me- constatar el fuerte flujo intr-rarlor rn ~1 c a m p de las in-
tateorías sociológicas contemporáneas que una verdadera y vestigaciones sociales. Muchísimos son ya los estudios con-
genuina integración metateorica. Otro intento de integra- cretos que inciuyen muitipies técnicas de investigación.
ción en el nivel paradigmático fue desarrollado por A. Gid- Ejemplos de este tipo de investigaciones se ofrecen en la se-
dens en su conocida teoría de la estructuración (Giddens, gunda parte del presente volumen, por lo que no citaremos
1984). El autor, debatiendo con las teorías de la acción y de aquí ninguno. Sin embargo, sí parece importante avanzar
la estructura, avanza una necesaria consideración dual dos comentarios. Primero, que las investigaciones multi-
de acción y de estructura que se manifiesta en las prácticas método se enfrentan a problemas y dificultades similares a
recurrentes de los hombres, a medio camino entre la libre las que han de enfrentarse los metateóricos, por lo que no
acción individual y las constricciones estructurales. Sin em- siempre las integraciones obtienen resultados coherentes.
bargo, desde este reconocimiento convivencial no constru- En segundo lugar, interesa señalar que las investigaciones
ye un paradigma integrado, sino que más bien fundamenta se ubican en el ámbito humano del hacer, lo que no siem-
un escepticismo dialéctico. Otro importante intento inte- pre exige la explicitud discursiva asociada al ámbito del de-
grador es el llevado a cabo por Jeffrey Alexander, que esta- cir propio de los metateóricos. Esto es, los investigadores
blece una combinación de los dilemas vinculados con el sociales integran orientaciones metodológicas mucho antes
problema del orden social, generado colectiva o individual- de que haya aparecido un discurso explícito sobre la inte-
LA DOBLE PIRÁMIDE 35

gración, disctii-so por otra parte clave a la hora de sinteti- convencionalmente categóricos, nominales o cualitativos),
zar tanto sus problen~asconlo sus hallazgos. Aunque desde implica una medición, burda si quiere, pero medición al fin
este texto se recomienda e intenta fomentar una explícita y al cabo del fenómeno que se considera. Decir bello im-
conciencia metodológica en los investigadores sociales, es plica reconocer ((algo))de belleza en el objeto, aunque no se
justo reconocer que buena parte de las soluciones humanas tengan los instrumentos apropiados para precisar o cuanti-
se alcanzan en el ámbito del hacer, cuyos éxitos sólo poste- ficar la medida. Cualidad y cantidad se reclaman lógica-
riormente son explicitados y formalizados en el ámbito del mente si 1-10 quieren perder su sentido. El significado se
decir. diluye sin la medida; la medida carente de significado re-
También matemáticos y analistas de datos sociales, par- sulta mero guarismo. En el marco del análisis de los siste-
tiendo de dos premisa, están desarrollando una callada la- mas sociales cualquier valor de una variable cuantitativa,
bor de integración. La primera se basa en el reconocimien- como puede ser la edad o los años de formación, sólo co-
to de que gran parte de la información con la que trabajan bra significado y sentido a la luz de los procesos estructu-
los investigadores sociales es de naturaleza cualitativa y, rantes de una determinada sociedad. Por citar un simple
por tanto, opera en el sentido de impulsar el desarrollo de ejemplo, pasar de 63 a 66 años constituye un cambio de po- -
idóneos modelos matemáticos de análisis. Según Alvira, sición social cuya naturaleza va más allá de la diferencia
esto se ha intentado resolver en tres frentes: primero, métrica existente entre ambos valores.
creando posibilidades de transformar lo cualitativo en La necesidad de cuantificar la cualidad explica, por ú1-
cuantitativo mediante nuevos desarrollos en la teoría de la timo, la intensa corriente de penetración de lo cuantitativo
medición; segundo, concibiendo nuevas técnicas estadísti- que puede detectarse en las investigaciones de orientación
cas que utilizan datos cualitativos; y, tercero, creando len- cualitativa. Este interés por la medición ha cobrado nuevo
guajes formales no necesariamente numéricos que permi- impulso merced al reciente desarrollo de programas infor-
tan el tratamiento de datos (Alvira, 1983). Entre estos de- máticos orientados al análisis de la información con la que
sarrollos podemos citar, a modo de ejemplo, el análisis de trabajan y de los datos que se obtienen mediante la aplica-
coruespo~zdencias,el logit y el probit (Eye y Clogg, 1996; ción de técnicas cualitativas (Weitzman y Miles, 1995; Fiel-
Kennedy, 1992), el análisis cualitativo comparativo o QCA ding y Lee, 1991). También se detecta un reconocimiento
(Ragin, 1987), o la matemática no numérica como la teoría por parte de los propios cualitativistas de que la cantidad,
de grafos. hasta cierto pi~rato:ha e5tado ciempre presente en ciic estu-
La segunda premisa de integración, más radical, se so- dios y consideraciones. La medida expresada lingüística-
porta sobre la idea de que no puede postulal-se una canti- mente, por ejempio en categorias nominaies de frecuencia,
dad sino de una predeterminada calidad y, a la inversa, que forma parte esencial en muchos casos de las conclusiones
no se puede postular cualidad sino en una cantidad prede- de los estudios de orientación cualitativa. La distancia si-
terminada (Bericat, 1994: 35-37). Toda cuantificación mé- gue siendo insalvable, pero el hecho es que se observa una
trica exige el aislamiento de una cualidad pura, de lo que se reducción de los complejos asociados a ambas orientacio-
derivan las grandes dificultades de la ciencia social para nes metodológicas, así como corrientes subterráneas de
aplicar el número, y los modelos matemáticos que en él se aproximación de las que ya pueden observarse consecuen-
basan, a cualidades que en general ni están suficientemen- cias manifiestas.
te definidas ni pueden extraerse u observarse en estado Hemos visto en este capítulo cómo, desde la gran varia-
puro en la realidad social. A la inversa, hablar de calidad bilidad existente en las opciones que tienen los investiga-
implica siempre hablar de cantidad, aunque en formas más dores para realizar sus estudios, fue operado un proceso
o menos exactas, más o menos implícitas. Por ejemplo, atri- básico de simplificación y reducción de la complejidad, en
buir belleza a un objeto, cuando lo comparamos con otro alguna medida convencional, hasta concentrar la oferta
objeto al que atribuimos fealdad (atributos considerados en dos únicas opciones, los métodos cuantitativo y cualita-
36 MÉTODOS EN INVESTIGACI~NSOCIAL

tivo, que se presentan como paradigmas alternativos y ex-


cluyente~.Hemos visto cómo esta dicotomía aparece en el
mismo origen de la sociología científica, y cómo diver-
sos períodos de su historia muestran una hegemonía de
la orientación cualitativa seguida de una hegemonía de la
orientación cuantitativa. Tras repasar las posibles actitudes
de los investigadores ante la disyuntiva metodológica, he-
mos finalmente puesto de manifiesto que la lógica de la dis-
tinción está siendo sustituida, por primera vez, por una
nueva lógica de convivencia y que, tras la naturalización de
esta convivencia, se detectan intensos flujos de integración
tanto en el plano metateórico como en el empírico. Es, por LA LEGITIMIDAD CIENTIFICA
tanto, en este contexto donde se plantean las posibilidades DE LA INTEGRACIÓN
de integración metodológica. Posibilidades que no sólo de-
ben ser fácticas, sino también científicamente legítimas,
tema de reflexión al que se dedica el siguiente capítulo.
Existen tres razones fundamentales que pueden motivar
el diseño multimétodo de una investigación social, razones
que dan lugar- a los tres subtipos de estrategias de i~zte-
gración, tal y como se indica en la figura 2.1: complemen-
tación, combinación y triangulación.
Existe COMPLEMENTACI~Ncuando, en el marco de un mis-
mo estudio, se obtienen dos imágenes, una procedente de
"b métodos de orientación cualitativa y otra de métodos
de orientación cuantitativa. Así, obteniendo esta doble y di-
ferenciada visión de los hechos completamos nuestro co-
nocimiento sobre los mismos. El producto final de ecte tipo
de diseños multimétodo es normalmente un informe con
dos partes bien diferenciadas, cada una de las cuales expo-
ne los resultados alcanzados por la aplicación del respecti-
vo método. Dado que dos perspectivas diferentes iluminan
diferentes dimensiones de la realidad, no existe o no se pre-
tende solapamiento alguno. En la complementación el gra-
do de integración metodológica es mínimo, y su legitimidad
se soporta sobre la creencia de que cada orientación es ca-
paz de revelar diferentes e interesantes zonas de la realidad
social, así como que es necesario contar con esta doble vi-
sión para un mejor entendimiento del fenómeno. Una for-
ma más elemental de complementación se lleva a cabo
cuando comparamos dos estudios, uno cuantitativo y otro
cualitativo, que versan sobre la misma materia, pero obser-
vada desde una perspectiva distinta.
MÉTODOS EN INVESTIGACI~NSOCIAL LEGITIMIDAD DE LA I N T E G R A C I ~ N 39

Método A Método B es posible. En la medida que pensemos que conducen a vi-


siones inconmensurables de la realidad, entonces estaría-
mos en el caso de la complementación.
La estrategia de la C O M B I N A C I ~ Nno se basa en la inde-
pendencia de métodos y resultados, como en la comple-
b) Combinación
0 mentación, ni en la independencia de métodos pero en la
convergencia de resiiltados, como en la estrategia de la con-
vergencia. En este caso se trata de integrar subsidiaria-
mente un método, sea el cualitativo o el cuantitativo, en el
c) Triangulación
otro método, con el objeto de fortalecer la validez de este
último coinpensando sus propias debilidades mediante la
FIG. 2.1. Estrategias básicas de integración. incorporación de informaciones que proceden de la aplica-
ción del otro método, a tenor de sus fortalezas metodológi-
cas. Por tanto, en la estrategia de combinación se busca, no -
En la estrategia de convergencia, o de TRIANGULACI~N, el la convergencia de resultados, que finalmente procederán
motivo es bien diferente. No se trata de completar nuestra de un solo método, sino una adecuada combinación meto-
visión de la realidad con dos miradas, sino de utilizar am- dológica. Así se opera cuando empleamos, por ejemplo, los
bas orientaciones para el reconocimiento de un mismo e grupos de discilsión para mejorar la confección de un cues-
idéntico aspecto de la realidad social. En esta estrategia, tionario, o cuando empleamos una encuesta para generali-
por tanto, se pretende un solapamiento o convergencia de zar los resultados obtenidos por un proceso investigador
los resultados. Los métodos son implementados de forma l
basado en grupos de discusión. Este tercer tipo de integra-
independiente, pero se enfocan hacia una misma parcela de l ción presenta, como es obvio, diferentes problemas de legi-
la realidad, parcela que quiere ser observada o medida con timidad científica.
dos instrumentos diferentes. En la triangulación, por tanto, l
Aunque en la segunda parte del libro se retornan y am-
el grado de integración aumenta, y la legitimidad de la es- I
plían en el marco de la práctica investigadora estas tres es-
trategia está condicionada por la posibilidad de que dos ¡ trategias, era necesario citarlas aquí porque su particular
metodologías diferentes, como la cuantitativa y cualitativa. legitimidad científica, como es obvio, está diferentemente
puedan captar, en parte o totalmente, un mismo hecho. ¡ condicionada. Por tanto, pese a que en el resto del capítu-
Esta estratregia de búsqueda de resultados convergentes iu se cu~isidere ia iegiiimidad cieriíílica de la integración en
puede tener dos usos posibles. Uno refiere problemas de I sentido general, es importante que el lector valore cada ar-
medición, y pretende validar una medida utilizando dos : gumento con referencia a cada subtipo de integración.
diferentes instrumentos que, en relación a este objetivo, La legitimidad de la integración de métodos depende de
presentan características peculiares. En caso de que ambos
'
la respuesta a dos diferentes pero interrelacionadas cues-
instrumentos conduzcan a idéntica medida, se supone, in- 1
tiones (Cook y Reichardt, 1982). En primer lugar, depende
crementaremos nuestra confianza en los resultados. El se- 1 de la intensidad del vínculo que se establezca entre para-
1 digma~o metateorías y técnicas de investigación. Esto es,
gundo uso se refiere a la contrastación de hipótesis. Si una
misma hipótesis puede ser contrastada con metodologías 1 de un lado se puede sostener que, dada la selección de un
independientes, por ejemplo, cuantitativa y cualitativamen- paradigma, se está obligado a usar unas determinadas téc-
te, también podremos aumentar nuestra confianza en su nicas de observación, con una determinada orientación me-
veracidad. La legitimidad de esta estrategia depende de si l
todológica, y viceversa. De otro, puede pensarse que el nexo
creemos que ambas metodologías realmente pueden captar 1 entre paradigma y técnica de investigación no es rígido, y
idéntico aspecto de la realidad, esto es, si el solapamiento ¡ que por tanto la selección de uno no compromete necesa-
40 MÉTODOS EN TNVESTIGACI~NSOCIAL LEGITIMIDAD DE L.4 I N T E G R ~ C I ~ N 41

riamente la selección de las otras ni de sus correspondien- tos dos extremos, aquí se sostiene la tesis de que, en senti-
tes orientaciones metodológicas. Por ejemplo, para quienes do estricto, las posibilidades de integración sólo pueden ser
defienden una necesaria vinculación, un compromiso con resueltas en el plano metodológico, evitando así tanto el
el intel-accionismo simbólico o con metateorías fenomeno- riesgo de un discursivo fundamentalismo paradigmático,
lógicas, obligaría a utilizar exclusivamente técnicas de como el de un pragmático relativismo técnico. Metafórica-
orientación cualitativa. A la inversa, el uso de una técnica mente expresada, la defensa metodológica de la integración
de orientación cualitativa, como puede ser la observación, acepta la posibilidad de construir diseños utilizando ele-
determinaría la imposibilidad de aplicar paradigmas positi- mentos de ambas pirámides, pero siempre y cuando la nue-
vistas. Siguiendo la metáfora de la pirámide, denominamos va construcción sea en sí misma coherente, es decir, dis-
a este tipo de vínculo entre la cúspide y la base coherencia ponga de una estructura propia que otorgue al edificio su-
vertical del método. En consecuencia, los métodos cualita- ficiente estabilidad y funcionalidad. Al objeto de ir perfi-
tivos de investigación, por ejemplo, sólo podrían utilizar lando la perspectiva metodológica de la integración, y de
epistemologías, técnicas de observación y técnicas de aná- hacerla comprensible a todo investigador social, en el resto
lisis de orientación cualitativa. del capítulo se presentan los argumentos básicos que pue-
En segundo lugar, la legitimidad de la integración de den encontrarse en la literatura. En primer lugar se pre-
orientaciones metodológicas está determinada por el grado sentan los autores que sostienen posiciones epistemológi-
en que se considere necesario mantener la coherencia hori- cas. Posteriormente se avanza hasta presentar a aquellos
zontal de la pirámide. Es decir, depende de si se mantiene más próximos a posiciones puramente técnicas.
una concepción analítica o sintética de cada uno de los tres Entre los diversos autores que mantienen una posición
niveles verticales, esto es, de los paradigmas, de los méto- epistemológica mencionaremos en primer lugar a Egon G.
dos y de las técnicas. Si los rasgos definitorios de un para- Guba, cuya posición es absolutamente clara. Refiriéndose a
l
digma se consideran indisolubles, y no pueden ser tomados la posiblidad de integración paradigmática, indica al inicio
unos independientemente de otros sin riesgo de desnatura- de su artículo que ((también intentaré refutar la afirmación
lizar el paradigma, entonces la legitimidad de la integración
habrá de ponerse en duda. Por otra parte, si desde una con-
~ de que el positivismo y el naturalismo pueden alcanzar un
compromiso en alguna especie de gran síntesis postpositi-
cepción analítica se sostiene que el conglomerado de rasgos I vista que reoriente las creencias básicas de ambos sistemas
I
que caracterizan a una metateoría, a un método o a una 1 hacia la compatibilidad, llegando a la conclusión de que en
técnica de investigación pueden descomponerse, y aplicar-
se en mayor o menor grado independientemente a cada in-
1 este caso nos encontramos ante una proposición disyunti-
va, en ia que se debe jurar fideiiciaci a uno u a otro para-
vestigación concreta, entonces tanto las posibilidades de l
digma; el compromiso no existen (Guba, 1985: 80). Pese a
1
integración como su legitimidad se incrementan. 1 que en alguna ocasión señala que ambas orientaciones,
El debate de la integración se presenta entre dos postu- cualitativa o cuantitativa, pueden ser usadas en cada uno
ras opuestas (Bryman, 1984). la epistetnológica, que defien- de los paradigmas, lo cierto es que los rasgos que aplica a
de lo que hemos denominado coherencia vertical y hori- I
los cuatro paradigmas que el autor considera básicos, a sa-
zontal, y la técnica, en la que se relajan ambos criterios de
coherencia. Metafóricamente expresada, la postura episte-
1 ber, positivismo, postpositivismo, teoría crítica y constructi-
vismo, y sobre todo al primero y al último, al que él se
mológica sostiene que cada pirámide de investigación so- adhiere, corresponden bastante bien con las metodologías
cial ha de utilizarse como una mole única e indivisible, l
1
cuantitativa y cualitativa. Dicho esto, desarrolla una aguda
mientras que los defensores de la postura técnica creen que 1 crítica contra el positivismo, al mismo tiempo que afirma,
se pueden construir nuevos diseños de investigación to- junto a Y. Lincoln, que «las cuestiones de método son se-
1
mando como material, con mayores o menores grados de cundarias respecto de las cuestiones paradigmáticas, las
libertad, bloques o partes de ambas pirámides. Frente a es- I cuales definimos como el sistema básico de creencias o
42 MÉTODOS EN INVESTIGACI~NSOCIAL LEGITIMIDAD DE LA I N T E G K A C ~ ~ N 43

concepción acerca del mundo que guía al investigador, no Expuesta su concepción, parece claro que se concibe la
sólo en elecciones de método, sino también en sus posicio- vinculación vertical entre paradigma y método de una for-
nes ontológicas y epistemológicas» (Guba y Lincoln, 1994: ma rígida, dado que unas respuestas condicionan a las
105). Esta cita expresa con claridad el tono general de su otras, teniendo en este sentido, como se ha dicho, preemi-
argumentación. nencia el paradigma sobre el método. «Nosotros mantene-
Guba y Lincoln entienden los paradigmas como un sis- mos que ningún investigador debe emprender una investi-
tema básico de creencias basado en asunciones ontológi- gación sin haber clarificado precisamente qué paradigma
cas, epistemológicas y metodológicas, lo que señala de por informa y g~iíasu modo de abordar el problema. (Guba y
sí la fuerza del vínculo vertical a la que antes nos hemos Lincoln, 1994: 116). Guba nos explica su posición median-
referido. Un paradigma debe responder, según los autores, te una interesante metáfora tomada de Hofstadter (Hofs-
a la cuestión olztológica de la forma y naturaleza de la rea- tadter, 1979), con la que este autor intenta explicar el teo-
lidad, lo que determina qué debe y puede ser conocido. El rema matemático de Godel, que afirma que ninguna teoría
positivismo, con su realismo ingenuo, cree que puede lle- puede ser al mismo tiempo internamente consistente, en el
gar a conocerse cómo son realmente las cosas y cómo sentido que todos sus enunciados sean demostrables, y
realmente funcionan. El constructivismo, al contrario, par- completa, en el sentido de que contenga todos los enuncia-
te de una creencia relativista de la realidad, así como de dos verdaderos y demostrables. Sugiere para ello que ima-
una creencia constructivista de la verdad, considerada ginemos un árbol con muchas ramas apoyadas contra un
siempre como una construcción mental, experimental y so- fondo que representa todo el conocimiento posible. Si tre-
cialmente sustentada. En segundo lugar, el paradigma debe pamos a ese árbol, las ramas nos pueden conducir a mu-
responder a la pregunta episte~nológica,que refiere la na- chos escondrijos y grietas de ese fondo que es la realidad,
turaleza entre el sujeto cognoscente y lo que pueda ser co- pero siempre habrá partes del fondo que no podrán ser al-
nocido. Aquí Guba advierte que una vez contestada la pre- canzadas desde ninguna posición a la que accedemos por
gunta ontológica, no puede aceptarse cualquier respuesta sus ramas. Alcanzar esos otros lugares exigirá trepar a otros
epistemológica. El positivismo toma como posición propia árboles. Pero al igual que los paradigmas, esos otros árbo-
el dualismo y el objetivismo, es decir, asume que sujeto y les tendrán sus raíces en otros axiomas, no necesariamente
objeto son entidades independientes. El constructivismo, al consistentes con los axiomas del primer árbol. ((Trepara un
contrario, adopta una posición transaccional y subjetivista, irbol particular abre muchas opciones al escalador, pero
sujeto y objeto están interactivamente vinculados, así que también cierra otras. Cuando elijamos subir a un árbol par-
los descubrimientos son literaliilente creados en ei proceso ticular debemos primero estar tan seguros como podamos
de investigación. En tercer lugar debe responder a la pre- de que sus ramas alcanzarán el lugar al que deseemos lle-
gunta ~zetodológica,que refiere el modo en que el investi- gar)) (Guba, 1985: 101). Aunque con esta metáfora del ár-
gador se ocupa de descubrir aquello que cada cual crea que bol podría legitimarse la integración de métodos en su es-
puede ser descubierto. Según Guba, la respuesta que pue- trategia de complementación, Guba señala al paradigma
da ofrecerse a esta pregunta vendrá determinada por las naturalista y constructivista como el único árbol al que me- 1
respuestas ya dadas a las dos anteriores preguntas. Así, el rece la pena subirse, por lo que incluso esta estrategia es
positivismo adopta una metodología experimental y mani- negada.
pulativa, con el uso de hipótesis sujetas a la verificación Entre los metodólogos españoles, Jesús Ibáñez tambikn 1
empírica. El constructivismo, de otra parte, adopta una mantiene una posición donde aspectos paradigmáticos y
metodología hermenéutica y dialéctica, basando sus ha- técnicos están íntimamente relacionados. Al igual que otros
llazgos en la interpretación consensual que dialécticamen- sociólogos que han contribuido al nuevo reconocimiento de
te alcanzan investigador e investigado (Guba y Lincoln, las técnicas cualitativas, su obra tiende a magnificar las di-
1994). ferencias entre lo cualitativo y cuantitativo, tendencia que
44 MÉTODOS EN INVESTIGACI~N SOCIAL LEGITIMIDAD DE LA I N T E G R A C I ~ N 45

se explica no sólo por la necesidad de transmitir claramen- versacionales. Nada mejor que el grupo de discusión para
te la alternativa, sino también por su enfoque crítico de la investigar la opinión pública. Las movilizaciones -huelgas,
orientación y de las técnicas cuantitativas, necesario para manifestaciones- tienen la misma forma (dialéctica) que
compensar su hegemónica legitimidad precedente. La gue- la asamblea: de hecho, la asamblea es una pieza central de
rra de paradigmas tiende a presentar los métodos como ex- ambos dispositivos (el de información y el de acción). Nada
cluyente~(Ibáñez, 1979). mejor que el socioanálisis para investigar las movilizacio-
Pese a que el tono general de su obra corresponde con nes» (Ibáñez, 1990: 190).
el expresado en el párrafo anterior, lo cual ha dejado una Pese a este reconocimiento de las tres técnicas, es claro
impronta clara en sus seguidores, lo cierto es que Jesús Ibá- para él la superioridaad del socioanálisis. <<Todaslas técni-
ñez, aun otorgando mayor validez científica a una perspec- cas de investigación pueden producirse por degeneración
tiva metodológica sobre otra, reconoce, como veremos a (en sentido matemático de pérdida de dimensiones) C.. ] En
continuación, la legitimidad de las tres siempre que se el socioanálisis (juego de lenguaje tipo asamblea) juegan
orienten al estudio de fenómenos para los que son aptas. iodo el contexto situacional y todo el contexto lingüístico.
Tampoco desecha su integración, pero sólo en el marco de En el grupo de discusión, el contexto lingüístico degenera:
las estrategias de complementación y de combinación (Ibá- pierde el componente semiótico (en otras técnicas, dentro
ñez, 1994: 68-69), y esto con enormes dudas acerca de la va- de la perspectiva estructural, degenera también el contexto
lidez epistemológica de los resultados que se obtengan me- situacional: en la entrevista abierta a una simple relación
l diante algunos métodos. entrevistadorientrevistado, el análisis de textos desaparece).
El planteamiento de Ibáñez se estructura sobre el análi- En la entrevista con cuestionario, el contexto situacional
, sis de tres perspectivas de investigación y la consideración degenera a una relación entrevistadorientrevistado, el con-
de tres niveles. Las perspectivas son: la distributiva, la es- texto lingüístico a un juego de preguntairespuesta (en otras
1
tructural y la dialéctica. A cada una le hace corresponder técnicas, dentro de la perspectiva distributiva, degenera
l
una técnica de investigación: la encuesta estadística, el gru- más: en el análisis estadístico de datos secundarios el con-
po de discusión y el socioanálisis. Los niveles son el técni- texto situacional desaparece)» (Ibáñez, 1990: 190).
co, el metodológico y el epistemológico. «A lo largo de los La contradicción aparente de esta posición dual, de dis-
años -nos dice- he diseñado un paradigma complejo para tinción y de convivencia, de supremacía junto a reconoci-
la investigación social. El paradigma clásico (acorde con la miento, se disuelve en parte si atendernos al hecho de que
vieja o primera cibernética) incluye sólo un nivel (el tecno- la realidad social no presenta una única naturaleza, siem-
lógico) y una perspectiva (la distributiva). El nuevo para- pre subjetivamente liberadora y completa, o siempre cons-
digma (acorde con la nueva o segunda cibernética) incluye: trictiva y reduccionista del sujeto. Así, Herbert Blumer, que
en vertical, tres niveles (tecnológico, metodológico y episte- desarrolló metodológicamente el interaccionismo simbóli-
mológico); en horizontal tres perspectivas (distributiva, es- co, partiendo de una posición similar de supremacía de los
tructural y dialéctica)» (Ibáñez, 1990: 188). métodos cualitativos sobre los cuantitativos, deja patente,
Ibáñez reconoce explícitamente el valor de cada técnica en una conferencia pronunciada en 1956 donde critica ra-
para el estudio de determinados fenómenos sociales homó- dicalmente el análisis cuantitativo, titulada «El análisis
logos a su naturaleza. <<Elvoto tiene la misma forma (dis- sociológico y la variable)), que también existen realidades
tributiva) que la entrevista: hay que elegir uno entre un sociales que congelan los cursos de acción e institucionali- l
I
conjunto cerrado de candidatos, una entre un conjunto zan las situaciones. Afirma que <<elanálisis de variables es
cerrado de respuestas. Nada mejor que la encuesta para es- un proceso adecuado para aquellas áreas de la formación y
tudiar el comportamiento electoral. La formación y la ex- de la vida social no mediatizadas por un proceso interprz-
presión de la opinión pública tiene la misma forma (es- tativo. Además, en el área de la vida interpretativa, el aná-
tructural) que la discusión de grupo: son dispositivos con- lisis de variables puede constituir un medio eficaz de des-
46 MÉTODOS EN INVESTIGACI~N SOCIAL LEGITIMIDAD DE LA INTEGRACIÓN 47

cubrir modelos estabilizados de interpretación que no en su supuesta coherencia vertical, argumentando hasta
suelen detectarse mediante un estudio directo de la expe- cierto punto paradójicamente que las realidades sociales a
riencia de las personas. El conocimiento de dichos modelos las que se orienta cada paradigma no pueden ser idónea-
o, más bien, de las relaciones entre variables que los refle- mente captadas por sus correspondientes técnicas. Al para-
jan, es de gran valor para la comprensión de la vida del gru- digma de los 1zeclzo.s sociales correspondería el uso de la en-
po en su carácter de "aquí y ahora", y de hecho pueden al- cuesta estadística, al de la definición social el uso de la téc-
canzar un valor práctico relevante. Todos estos usos ade- nica de obse~vación,y al de la couducta social las técnicas
cuados del análisis de variables confieren a éste el status expei-imentales (Ritzer, 1980).
meritorio que ocupa en nuestra especialidad» (Blumer, Con respecto a la relación entre el paradigma de los he-
1982: 106). chos sociales y la técnica de encuesta, Ritzer argumenta con-
Estas opiniones de Ibáñez y Blumer son importantes vincentemente que los hechos sociales tienen un carácter ho-
porque algunos defensores de las metodologías cualitativas lista que difícilmente puede se captado por una técnica que
muestran actitudes inflexibles de distinción que ni siquiera obtiene su información de respuestas individuales, que debe
están presentes en los autores de donde las tomaron. El hu- agregar a postenori. ((Lainteresante, irónica característica de *

manismo del individuo creador, el hombre como construc- los métodos usados por los defensores del paradigma del he-
tor de realidad presenta, incluso en el plano metodológico, cho social es que realmente no sirven para recoger informa-
un mayor atractivo ideológico que el famoso «pelele» del ción sobre hechos sociales, sino sobre individuos. Después
sistema social parsoniano, como gustaba decir a Harold de todo, la entrevista o el cuestionario es respondido por un
Garfinkel. Sin embargo, cuál sea la naturaleza de la reali- individuo. Las respuestas individuales pueden ser sumadas,
dad social y humana no puede ser a mi entender, para las pero esta "suma de partes" no produce un hecho social en el
ciencias sociales, un axioma ni ideológico ni paradigmáti- sentido que los defensores de este paradigma lo entienden.
co, sino un importantísimo problema de investigación. Alternativamente, se le puede solicitar al individuo que
En suma, estos dos últimos autores, desde una posición ofrezca información acerca de un hecho social, pero la in-
dual, dejan un espacio abierto a la convivencia de las orien- formación estará determinada por su forma de ver las cosas;
taciones cuantitativa y cualitativa, si bien desde una neta por este motivo, aportará su definición de lo que el hecho so-
superioridad epistemológica y paradigmática de la perspec- cial sea, no necesariamente lo que realmente es» (Ritzer,
tiva cualitativa. La ambigüedad reside, siguiendo la metá- 1980. 6 8 ) Pece a qtie @ros arltwes, c ~ m oT. Cc'leman en su
fora de Hofstadter, en que aceptan la posibilidad de subir a libro Relational Aízalysis: The study of Social Organizatión
los dos árboles para ver cosas, pero al mismo tiempo in- ~vzthSurvey Methods, siendo conscientes de esta limitación,
forman de que sólo desde uno de ellos parecen verse las co- establecen estrategias para diseñar cuestionarios capaces de
sas reales. Más allá de esta ambigüedad, sin embargo, pa- captar aspectos relacionales de la realidad social, Ritzer cree
rece claro que al menos habría lugar para integrar métodos más oportuno utilizar metodologías comparativas e históri-
según la estrategia de complementación, pero sólo si acer- cas si realmente 10 que se pretende es el registro de hechos
tamos a trepar, para cada objeto específico de investiga- sociales en el estricto sentido del término. Pese a esta opi-
ción, al árbol adecuado. Tender puentes entre los distintos nión, como ha mostrado F. Requena, se pueden desvelar es-
árboles no se contempla como probable, e integrar sus raí- tructuras reticulares de relación social mediante el uso de
ces es sin lugar a dudas, para estos autores, una operación cuestionarios (Requena, 1997).
imposible. Por lo que respecta al uso de la técnica de observación
El vínculo o coherencia entre paradigmas metateóricos por parte de los defensores del paradigma de la definición
y técnicas de investigación es también reconocido por social, y a su correspondencia, los argumentos de Ritzer no
George Ritzer, pero este autor también muestra, tal y como son menos convincentes. «¿Nos dice algo la observación de
se expone en los siguientes párrafos, graves inconsistencias la gente en sus contextos naturales acerca de las definicio-
48 MÉTODOS EN I N V E S T I G A C I ~ NSOCIAL

nes sociales que orientan sus acciones? Me parece que lo mente que si bien algunos objetos de investigación socio-
más que poden~oshacer con el método de obse~vaciónes lógica no requieren para su comprensión la aplicación del
"deducir" la inti-a o intersubjetiva definición social que lle- paradigma integrado, ni la consideración del hecho desde
va a las acciones que hemos observado. Después de todo, varias aproximaciones nietodológicas, algunos al menos si
no podemos ver las definiciones sociales dado que existen (Ritzer, 1980: 241). Ahora bien, según el autor, en cada caso
dentro o entre las mentes de la gente que observamos. No- habrá de determinarse la respectiva relevancia a otorgar a
sotros también poden~ospreguntar acerca de las definicio- cada paradigma y a cada aproximación metodológica (Rit-
nes sociales con las que opera un individuo, pero ¿con qué zer, 1980: 255). Finalmente, señala que el carácter interre-
probabilidad obtendremos una respuesta veraz? ¿Puede un lacionado de esta perspectiva nos permite obtener informa-
respondente darnos una precisa descripción de su defini- ción por cualquiera de todas las técnicas disponibles, esto
ción social? ¿Estará falseado bien consciente o inconscien- es, cuestionarios, entrevistas, experimentos, observación,
temente lo que nos cuente? Creo que la deformación es pro- etc. (Ritzer, 1980: 256). Como argumento de autoridad, tras
bable porque la mayor parte de la gente no es consciente un análisis metodológico de su obra, señala que práctica-
de, o deforma, la verdadera definición social que subyace a mente todos los grandes teóricos de la sociología, entre -
sus acciones. Las definiciones sociales son en gran parte in- ellos E. Durkheim, M. Weber, K. Marx o T. Parsons, tendie-
conscientes; así, no podemos confiar en cómo son descritas ron puentes entre paradigmas y técnicas, oscilando cómo-
por los respondentes>)(Ritzer, 1980: 125-26). damente cada uno de ellos al menos entre dos paradigmas
Considerando ahora el paradigma conductista, proclive (Ritzer, 1980: 212).
al uso de la experimentación como su técnica base, el pro- Bryman, el siguiente autor a considerar, sostiene que
blema aparece en la incapacidad para captar patrones de existen diferencias entre las orientaciones cualitativa y
conductas. Estos patrones han de ser necesariamente infe- cuantitativa, pero también sostiene que su presentación ex-
ridos de pequeñas conductas analizadas en el experimento, cluyente es el resultado de una convención. A continuación
esto es, de conductas que han sido desgajadas de la cadena
I

se muestran sus argumentos en los dos aspectos esenciales


conductual propia que caracteriza al comportamiento hu- del debate, el vínculo entre epistemología y técnica o cohe-
mano, y que han sido observadas en situaciones difícil- rencia vertical, y el grado de cohesión intraparadigmática o
mente extrapolables a la realidad social tal y como opera en coherencia horizontal. Respecto del primer aspecto, Bry-
sus contextos naturales. Así, es difícil que el experimento man señala que obtenemos una diferente respuesta según
logre un análisis realista de la conducta, que es precisa- sostengamos que entre paradigma y técnica ((debe>> haber
mente lo que se proponía. viricuiaciúii, u si lu que susieiieiiius rs que normalmente en
En suma, los argumentos de Ritzer señalan dos hechos la práctica investigadora ((hay>> vinculación efectiva entre
fundamentales. Primero, la en todo caso imperfecta corres- ambos planos. Si sostenemos esto último, Bryman advierte
pondencia que existe entre cada técnica de observación y su que nos encontraremos ante dificultades, pues tras un so-
correspondiente paradigma. Segundo, y más esencial, las mero análisis metodológico de investigaciones sociales, po-
graves limitaciones inherentes a todas y cada una de dremos comprobar que tal vínculo apenas existe en la prác-
las técnicas de investigación, limitaciones que van más allá tica. Muchos investigadores, como por ejemplo Lupton
de la seducción discursiva de veracidad que pretenden pro- (1963), Gans (1962) y Skolnick (1966), han sido capaces de
porcionar las metateorías. De ahí que, reconociendo la de- producir estudios etnográficos altamente considerados sin
bilidad del vínculo vertical, primero, y las limitaciones de el recurso a afirmaciones programáticas que rodean la in-
cada técnica, segundo, Ritzer abra las puertas a mayores vestigación cualitativa. Las técnicas utilizadas, como la ob-
posibilidades de integración. servación participante y la entrevista no estructurada, fue-
En coherencia con sus postulados metateóricos, de bús- ron seleccionadas sobre bases técnicas antes que epistemo-
queda de un paradigma integrado, Ritzer señala abierta- lógicas (Bryman, 1988: 124).
50 S INVESTIGACI~NSOCIAL
~ ~ É T O D O EN

Willian Snizek intentó comprobar empíricamente la vin- eación social. Con objeto de resaltar algunas similitudes
L-

culación existente en la práctica investigadora, según el entre ambas, B~ymancita tres problemas técnicos que les
modelo de tres paradigma desari-ollado por Ritzer, anali- afectan, considerando que una visión menos excluyente fa-
zando 1.433 artículos publicados en revistas sociológicas vorecería la necesaria colaboración entre los investigadores
entre 1950 y 1970. La conclusión a la que llegó fue que no de ambas orillas con objeto de encontrar soluciones comu-
existía una clara asociación entre el compromiso paradig- nes a sus problemas. Así, por ejemplo, primero, es claro que
mático y el tipo de técnicas de investigación utilizadas, el problema de la reactividad entre el instrumento y la rea-
siendo la encuesta la técnica más utilizada en los tres pa- lidad, el hecho de que su aplicación modifica la observa-
radigma~.Ritzer, replica, que quizás el uso dominante de la ción, es común tanto a las técnicas de recogida de datos
encuesta se deba a su eficiencia práctica y a su coste eco- cuantitativas como cualitativas. Segundo, muchos de los
nómico y que, concedido esto, podría probarse que cada problemas asociados con las entrevistas son aplicables tan-
paradigma tiende a usar relativamente en mayor grado su to a las entrevistas estructuradas de las encuestas como a las
correspondiente tipo de técnica (Ritzer, 1980: 237). Este no estmcturadas, que se asocian normalmente a la orienta- *

matiz, sin embargo, no invalida el argumento clave de que ción cualitativa. Tercero, se pueden citar los problemas de
muchos investigadores han utilizado la encuesta tanto en el muestreo, claves para la perspectiva distributiva en función
marco del paradigma de la definición social, como en el de de su interés por generalizar los resultados, pero no ausen-
la conducta. Esto es, sin vinculación vertical en su método. tes en la perspectiva estructural, como por ejemplo se reve-
Si se defiende la posición normativa, es decir, que la en los sesgos que pueden afectar a un trabajo de campo
<(debe)>haber vinculación, aunque en efecto no la haya en observacional a la hora de elegir correctamente tanto el in-
la práctica, entonces, dice Bryman, tendríamos que con- troductor nativo como los informantes, dado que cada es-
cluir que aquellos que estudian los puntos de vista de los pecífico individuo ocupa una específica posición social en la
actores sociales mediante una encuesta, por ejemplo Gold- comunidad objeto de estudio (Bryman, 1988: 112-18). 1

thorpe (Goldthorpe, 1968), están equivocados, y debieran Bryman, manteniendo una posición equilibrada, huye
haber elegido otros métodos como la entrevista no estruc- tanto del exceso epistemológico como de la indiferencia
turada. «El problema con el punto de vista normativo, o técnica, encuentra legítimo y útil tanto el diálogo entre I

'(deber ser", es que falla al no reconocer que un completo orientaciones como su integración. Igual que el resto de au- 1

conjunto de consideraciones afectan a las decisiones acer- toreq partidarios de la integracihn, e1 a r z i ~ m r n t ohaic c.;tri-
ca de los métodos de recogida de datos. L...] Los métodos ba en que cada método tiene un conjunto de debilidades y
son probablemerite mucho más autóiiorrios de lo que gran de fortalezas diferentes, siendo posible diseñar investigacio-
parte de los debatientes (especialmente aquellos que se ads- nes que compensen unas y otras. Zelditch plantea el pro-
criben a las posiciones epistemológicas del debate) recono- blema en los siguientes términos: <<Losdatos cuantitativos
cen. Pueden ser usados en una variedad de contextos y con suelen concebirse como datos sólidos y los cualitativos
una variada gama de propósitos en mente. [...] La tenden- como reales y prohndos; así, si prefieres datos sólidos es-
cia a asociar métodos concretos con concretas posiciones tás por la cuantificación, y si prefieres datos reales y pro-
epistemológicas es poco más -termina diciendo Bryman- fundos estás por la observación participante. Pero qué
que una convención» (Brynlan, 1988: 125). hacer si prefieres datos reales, prohndos y sólidos no es in-
Este posicionamiento enlaza, por otra parte, con la mediatamente evidente» (Zelditch, 1962: 567). El autor se-
creencia del autor en que, si bien no se deben ni se pueden ñala, entonces, que las distintas técnicas de observación,
ininusvalorar las diferencias entre la metodología cuantita- asociadas a orientaciones metodológicas específicas, esto
tiva y la cualitativa, hasta ahora más bien lo que se ha he- es, a) encuesta, b) observación participante y c) entrevista
cho es exagerar sus diferencias presentándolas como para- individual, presentan peculiares relaciones de adecuación
digma~aiititéticos, como modelos excluyentes de investi- informacio~zaly de eficiencia de coste con los diferentes ti-
52 MÉTODOS EN INVESTIGACI~N SOCIAL LEGITIMIDAD DE LA INTEGRACIÓN 53

pos de información que el investigador necesita, a ) distri- un ntrevo estilo de investigación social (Sieber, 1973). Euge-
buciones de frecuencias, b) acontecimientos e historias y ne J. Web et al., refiriéndose al inultiopeuacioizalis~~zo, o
C ) normas institucionalizadas y estatus sociales, y que, por triangtrlación de la medida, expresan perfectamente este
tanto, deberá seleccionar cada técnica, o un conjunto de punto de vista cuando señalan que la pregunta tradicional
ellas, de acuerdo a sus necesidades informativas y a los dos de los investigadores a la hora de elegir el procedimiento
criterios anteriormente señalados. es, jcuál de entre las distintas técnicas disponibles de reco-
La actitud de Francisco Alvira ante la integración queda lección de datos será la mejor para mi problema de inves-
expresada con claridad en el siguiente párrafo: ((Las dos tigación?, sugiriendo por el contrario esta pregunta al-
perspectivas se presentan hoy de una manera más comple- ternativa, ¿qué conjunto de técnicas será la mejor? (Webb
ja a como se presentaban en 1930 y realmente se han acer- et al., 1966: 175).
cado mucho, a la vez que se han vuelto complementarias. Webb et al. aceptan, en su libro sobre las técnicas no
Frente a las tesis que a veces se oyen de la inconmensura- reactivas de investigación social, que en general los cues-
bilidad de las dos perspectivas, o sea, de la imposibilidad tionarios y las entrevistas son los más flexibles y general- -
de comparación entre ambas o de su mutuo apoyo, mante- mente útiles instrumentos que tenemos para recoger infor-
nida por autores que de alguna manera siguen las tesis de mación, pero alegan que estas técnicas no se ajustan a
Kuhn, yo quiero afirmar su complementariedad y necesa- todas las necesidades de observación que se le pueden plan-
riedad)) (Alvira, 1983: 58). Según Jesús Ibáñez: ((Elgrupo de tear al investigador social. Cada técnica tiene unas fuentes
discusión no se presenta como alternativa, sino como com- típicas de error, error que puede ejemplificarse para cues-
plemento, a otras técnicas de investigación social. Como tionarios y entrevistas en el problema de la reactividad. Las
complemento excluyente, pues hay objetos de investigación medidas que se obtienen a través de estos útiles son pro-
para los que no vale otra técnica. Como complemento in- ducto, en parte, de la realidad, y en parte de los diversos
cluyente, pues hay objetos de investigación para los que efectos que genera el instrumento sobre la realidad. No hay
esta técnica debe conjugarse con otras. Por ejemplo: no se pues instrumento perfecto, todos ellos presentan sesgos in-
puede diseñar el cuestionario de una encuesta de opinión manentes a su naturaleza, afirmación que es válida tam-
sin grupos de discusión previos)) (Ibáñez, 1991: 53). En bién para las ciencias físicas.
palabras de Latiesa: <(Frenteal sectarismo pasado, que su- La posición de la aguja de un galvanómetro pretende in-
pone la defensa a ultranza de una perspectiva teórica, el dicar con la máxima exactitiid povihle la cantidad de vol-
eclecticismo permite la tolerancia y la vigencia de muchas tios de una determinada corriente eléctrica. Pero la indica-
aproximaciones a la realidad social. En último termino, la ción okrecida por la aguja de cualquier gaivanometro no de-
admisión de la pluralidad)) (Latiesa, 1991b: 105). riva sólo de la cantidad de voltios que pasa por el circuito _
Ya no se trata, tan sólo, según la opinión mantenida por eléctrico. La indicación final también viene determinada
Trow, de que la naturaleza del problema determina el mé- por la gravitación, la inercia y la fricción que afectan a la
todo a aplicar, sino del valor que tiene una completa inte- aguja que señala el voltaje. Su posición es, por tanto, un
gración. Se trata de emplear en el marco de un mismo es- complejo resultado en el que concurren diversas fuerzas y
tudio ambas orientaciones, la cualitativa y la cuantitativa, leyes. Perfeccionar el galvanómetro implica lograr que el
de cuya integración, como mostró Sam D. Sieber en un ar- aparato mida exclusivamente una sola dimensión de la
tículo pionero acerca del uso combinado del trabajo de realidad, en este caso el voltaje, por lo que la construcción
campo observacional y de la encuesta, se pueden derivar de un buen galvanómetro exige una aguja de masa reduci-
importantes beneficios en el diseño, en la recogida de da- da, una adecuada orientación de la misma, unos adecuados
tos y el análisis. Si bien reconoce que, al objeto de aprove- contrapesos, etc., que reduzcan al mínimo los efectos de
char al máximo las ventajas de la integración, es necesario aquellas fuerzas colaterales a la dimensión que se pretende
llevar a cabo ajustes en los procesos tradicionales, creando medir. En los instrumentos utilizados para medir dimen-

7
LEGITIMIDAD DE LA I N T E G R A C I ~ N 55

siones de la realidad social, lograr esta reducción es una ta- Una última aportación argumental, que representa una
rea prácticamente imposible, dada la dificultad que tene- posición extrema, o en términos de Bryman, puramente
mos para compensar los efectos colaterales de una medida, técnica, procede de T. D. Cook y Ch. S. Reichardt. En pri-
así que, según los autores, sólo queda una estrategia, y ésta mer lugar no creen en la coherencia vertical, es decir, no
no es otra-que la ti.ia~zgrcíació~zde técnicas de medida, el creen que exista vinculación entre los rasgos propios de
multioperacionalismo. Es decir, la aplicación de varios ins- cada paradigma, el cualitativo y el cuantitativo, y sus res-
trumentos, en sí mismos imperfectos, aunque con diferen- pectivos métodos. Los propios autores avanzan la ~conclu-
tes imperfecciones, con la esperanza de que se compensen sión de que los atributos de un paradigma no se hallan
sus respectivos sesgos y podamos obtener una medida más inherentemente ligados ni al método cuantitativo ni al cua-
válida y fiable de fenómeno bajo estudio. litativo. Cabe asociar los dos tipos de métodos tanto con los
Pese a que los autores admiten que a veces la confirma- atributos del paradigma cualitativo como con los del cuan-
ción múltiple produce resultados inconsistentes y decep- titativo. Esto no significa que, a la hora de elegir un méto-
cionantes, estos mismos resultados ccconfiman la gravedad do, carezca de importancia la posición paradigmática; ni
-
del problema y el riesgo de una engañosa confianza que se tampoco equivale a negar que ciertos métodos se hallan por
deriva de la dependencia en un solo método)) (Webb et al., lo común unidos a paradigmas específicos. Lo principal es
1966: 5). La principal objeción de los autores es al uso de que los paradigmas no constituyen el determinante único
sólo una técnica de medida. Así que unas técnicas deben de la elección de los métodos)) (Cook y Reichardt, 19826:
ser usadas junto con otras, siempre que tengan diferentes 37). Los autores sostienen básicamente la autonomía entre
debilidades metodológicas, tanto para validar las medidas técnica y paradigma, atendiendo a las múltiples razones o
como para confirmar las hipótesis. En suma, una vez que factores que pueden condicionar la elección de una técnica
una proposición ha sido confirmada por dos o más proce- en el marco de una determinada investigación.
sos de medida independientes, la incertidumbre de su in- En segundo lugar, no creen en la coherencia horizontal,
terpretación queda grandemente reducida. En concreto, es decir, no creen que todos los atributos de un determina-
dado que los autores dedican su obra al problema de la do paradigma estén indisolublemente unidos. Los autores
reactividad, quizás el más acuciante de los problemas me- adoptan al respecto una actitud analítica, frente a la sinté-
todológicos que afectan a cuestionarios y entrevistas, seña- tica u holista. Cada rasgo o atributo tiene valor por sí mis-
lan cómo sus resultados pueden ser mejorados mediante mo. «El hecho de que alguien realice una investigación de
una confirmación independiente obtenida mediante técni- un modo holista y naturalista, por ejemplo, no significa que
cas que no presentan esta debilidad, técnicas no reactivas renga que aciiieriiae a l o s cirrriás aii i l u i u s del par-adigrna
como los registros públicos o privados, los rastros físicos o cualitativo como el de ser exploratorio y hallarse orientado
la observación abierta o encubierta. hacia el proceso. [...] Del mismo modo que los métodos no
En este punto, sin embargo, es importante hacer notar, se hayan ligados lógicamente a ninguno de los atributos de
como lo hace Sieber, que la triangulación defendida por los paradigmas, los propios atributos no se encuentran
Webb et al. implica asumir que las diversas técnicas son in- lógicamente ligados entre sí. [...] Baste con decir que no
tercambiables, puesto que tratan, como dijimos al princi- existe nada, excepto quizás la tradición, que impidri b1 in-
pio, de medir exactamente el mismo fenómeno, requisito vestigador mezclar y acomodar los atributos de 10s dos pa-
imprescindible para multivalidar los resultados. Ésta sería radigma~para lograr la combinación que resulte más ade-
la posición más extrema entre quienes aceptan la legitimi- cuada al problema de la investigación y a los medios cor
dad de la integración, posición que se enfrenta en muchos que se cuenta) (Cook y Reichardt, 19882b: 40). Tras arep-
casos, cuando es aplicada a la integración inter-metodológi- tar plenamente la legitimidad de la integración, terminan
ca de técnicas cualitativas y cuantitativas, tanto a graves señalando que «existen al menos tres razones que respaldan
problemas epistemológicos como técnicos. la idea según la cual, cuando se abordan los problemas de
56 EN I N V E S T I G A C ~ ~ N
A~ÉTODOS SOCIAL

evaluación con los instrumentos más apropiados que resul- esas dimensiones en un diseño coherente, atendiendo al
ten accesibles, se empleará una combinación de los méto- singular estatuto que ha de otorgarse al método en todo
dos cuantitativo y cualitativo. En primer lugar, la investiga- proceso de investigación social. En el capítulo 4 de la par-
cibn evaluativa tiene por lo común propósitos múltiples que te primera se perfila el estatuto del método en la investi-
han de ser atendidos bajo las condiciones más exigentes. gación social.
Tal variedad de condiciones a menudo exige una variedad
de métodos. En segundo lugar, empleados en conjunto y
con el mismo propósito, los dos tipos de métodos pueden
vigorizarse mutuamente para brindarnos percepciones que
ninguno de los dos podría conseguir por separado. Y en ter-
cer lugar, como ningún método está libre de sesgos, sólo
cabe llegar a la verdad subyacente mediante el empleo
de múltiples técnicas con las que el investigador efectuará
las correspondientes triangulaciones>>(Cook y Reichardt,
1982b: 43).
Frente a esta posición puramente técnica, que descuida
los problemas epistemológicos asociados, y frente a la po-
sición puramente epistemológica, que restringe metateóri-
camente las posibilidades de integración, la actitud defen-
dida en este volumen, según se ha dicho, es estrictamente
metodológica. La posición metodológica acepta la legitimi-
dad científica de la integración de las orientaciones cuali-
tativa y cuantitativa en diseños multimétodo, pero siempre
que sea posible integrar, en el diseño de la investigación, las
orientaciones metateóricas y los atributos de las técnicas
que piensen utilizarse. Por este motivo, sostenemos como
esencial una actitud de prudencia metodológica a la hora de
integrar métodos, sin la cual no tendría sentido hablar
de verdaderos diseños multimétodo, sino más bien de me-
ras yuxtaposiciones desordenadas o absurdos agrupamien-
tos técnicos. Complementariamente al principio de pruden-
cia, sostenemos con idéntica convicción el principio de uti-
lidad, dado que muchos resultados falaces obtenidos en las
investigaciones sociales hubieran podido corregirse me-
diante una oportuna y coherente integración.
Nuestra posición implica, por tanto, dos momentos ne-
cesarios. Uno previo, que afecta a la DE-CONSTRUCCI~N de
las dimensiones básicas tradicional o convencionalmente
ascciadas a los métodos cualitativo y cuantitativo, proceso
y conciencia de deconstrucción al que se dedica ínte-
grarnente el capítulo tercero. Y otro momento posterior,
igualmente necesario, que obliga a una RE-CONSTRUCCI~N de
LAS DIMENSIONES METODOLÓGICAS 59

investigación social que se presenta en este capítulo. Por


nuestra parte, consideramos esta estructura como la clave
aizalítica que faculta para diseñar estrategias de integración
metodológicamente funcionales.
Una primera debilidad común a todas las clasificaciones
referidas es que presentan los rasgos diferenciales en el rí-
gido molde de una dicotomía excluyente, es decir, las clasi-
ficaciones se estructuran sobre la base de confrontar un do-
ble y paralelo listado de rasgos opuestos, unos propios del
método cualitativo y otros del método cuantitativo. Ope-
LAS DIMENSIONES METODOLÓGICAS rando de este modo las clasificaciones ganan en simplici-
dad lo que pierden en precisión, presentando así evidentes
flancos a la crítica.
Resulta bastante sencillo encontrar investigaciones *

Al objeto de diseñar investigaciones multimétodo que cuantitativas que incorporan en mayor o menor medida
cumplan tanto con el principio de prudencia como con el alguno de los rasgos o dimensiones que caracterizan típi-
de utilidad, es necesario ser muy conscientes de las dife- camente a la perspectiva cualitativa, y viceversa. Por ejem-
rencias que existen entre los atributos o dimensiones que plo, muchas investigaciones realizadas mediante la técnica
caracterizan la peculiar naturaleza de las perspectivas de encuesta se ordenan metodológicamente para capturar
cuantitativa y cualitativa. Si toda integración de métodos se procesos o diacronías sociales. Por otra parte, también pue-
basa, en último término, en el diseño de investigaciones
de demostrarse fácilmente que no todas las investigaciones
donde se compensen adecuada y coherentemente sus res-
cualitativas se caracterizan por operar metodológicamente
, #, pectivas fortalezas y debilidades, es obvia la importancia de con todos y cada uno de los rasgos adscritos a esta pers-
determinar con precisión la naturaleza de estas dimensio- pectiva, y viceversa. Por ejemplo, una investigación basada
l
nes. La fortaleza o debilidad de un método en orden a al- en grupos de discusión puede pretender desvelar el univer-
canzar conocimiento veraz depende de la naturaleza de es-
so ideológico de unos sujetos en un momento determinado
tas dimensiones, por lo que su conocimiento explícito y del tiempo, sin atender e~pecialmentea los procesos socia-
consciente es imprescindible para establecer óptimas estra-
les vinculados a su genealogía. En cualquier caso, esta for-
tegias de integración de acuerdo con las específicas metas
ma de presentación coniieva ei presupuesto implícito, de
de cada proceso integrador. naturaleza paradigmática, de que toda investigación conce-
~ u c h o autores
s han establecido explícitamente los atri-
bible debe pertenecer a uno u otro lado de la clasificación,
butos o dimensiones diferenciales de las perspectivas cuan-
esto es, debe ser cualitativa o cuantitativa. Pero este encor-
titativa y cualitativa de la investigación social. Entre ellos
setamiento dificulta, si no impide, la enorme cantidad de
podríamos citar los siguientes: A. Kaplan (1964), S. Bruyn
posibles diseños que combinan en mayor o menor medida
(1972). P. Halfpenny (1979). T. D. Cook y Ch. S. Reichardt
rasgos asociados tradicionalmente a una u otra orientación
(1986b). W. J. Filstead (1982). F. Alvira (1983), A. Bryman
metodológica.
(1988). M. Hammersley (1992). J. Brannen (1992). Otros
Otra debilidad de algunas de estas clasificaciones es
muchos autores también se han referido a ellas, si bien de
que no distinguen si los rasgos pertenecen en sentido es-
un modo más parcial o menos sistemático. Sin embargo,
tricto al plano epistemológico o metateórico, al plano me-
todas estas utilísimas clasificaciones presentan en general,
todológico, o al plano de las técnicas de investigación y
a nuestro juicio, algunas debilidades que intentamos sub-
análisis de datos. Como ya se ha dicho en el capítulo an-
sanar con la estructura de dimensiones metodológicas de la
terior, existen investigaciones que metateóricamente están
60 MÉTODOS E N INVESTIGACI~N SOCIAL

inspiradas en el paradigma cualitativo, por ejemplo en el Para llevar a cabo esta deco1zstn4cciótz telat ti va hemos
interaccionismo simbólico, pero que aplican técnicas de operado del siguiente modo. En primer lugar, se han selec-
investigación tradicionalmente asociadas a la perspectiva cionado aquellos rasgos que corresponden exclusivamente
cuantitativa, por ejemplo la encuesta. Es obvio que algunos al plaizo inetodológico. Dado que se trata de diseñar investi-
de los rasgos, atributos o dimensiones pueden ser aplica- gaciones multiniétodo, parece importante centrarse en este
dos a los tres planos, aunque otros, como por ejemplo el plano, así como evitar confusiones tanto con el plano para-
que distingue {(idealismo))frente a <(realismo))en la clasifi- digmático como con el técnico. En segundo lugar, se ha in-
cación de Hammersley, distinción estrictamente epistemo- tentado que estos rasgos seleccionados constituyan dirnen-
lógica, sólo afectan a uno de ellos. Esto es, entre los rasgos sioizes puras. Estas dimensiones puras, que operan como ti-
citados en las clasificaciones existe una cierta confusión pos ideales, presentan las siguientes características: a ) de
t
por el hecho de incluir en idéntico listado rasgos que sólo ii
ellas pueden derivarse por combinación algunos rasgos
pueden atribuirse a la metateoría, rasgos que han de atri- compuestos o complejos que la literatura suele atribuir a
buirse exclusivamente a la metodología, y rasgos que sólo una o a otra perspectiva, de ahí que en este sentido puedan .
pueden atribuirse a la naturaleza de las distintas técnicas considerarse dimensiones básicas; b) inspiran todos los po-
de investigación. sibles diseños de investigación, por lo que sirven para defi-
Una tercera debilidad de estas clasificaciones es que, o 1
nir la naturaleza metodológica de cualquier investigación
bien presentan como atributos distintos lo que en realidad concreta; y c) no son dimensiones dicotómicas, sino gra-
no son sino rasgos similares que derivan o expresan una dientes que admiten múltiples posicionamientos.
misma dimensión subyacente, estableciendo así redundan- Un conjunto de seis dimensiones que incluyen las deci-
cias o duplicaciones innecesarias, o bien presentan atribu- siones más importantes a la hora de definir la orientación
tos o rasgos compuestos que pueden deducirse o definirse metodológica de una investigación so'cial. La perspectiva de
por la agregación de dos o más dimensiones metodológicas tiempo, según se oriente a la captación estática o dinámica
puras, incumpliendo así el principio de la parsimonia cien- del fenómeno objeto de estudio (sincroníaldiacronía). La
tífica. perspectiva de espacio, o acotación del objeto, por la que se
Al objeto de evitar algunas de estas inconsistencias o de- opta entre una consideración extensiva del fenómeno so-
bilidades hemos optado, tras un detenido análisis de las cial, o entre una consideración intensiva o profunda (ex-
clasificaciones de los autores antes referidos, por una dis- tensiónlintensión). El punto de vista desde el que el inves-
tinta aproximación al problema clasificatorio. En síntesis. tigador observa, que puede ser interno o externo al lugar
se propone una deconstrucción velativa de la divisoria cttali- que ocupan los sujetos observados (subjetividadlobjetivi-
tativo-cuantitativo en base a estrictas dimensiones metodoló- dad). El modo de conceptualizar la naturaleza del objeto,
gicas puras. Esta deconstrucción no implica, sin embargo, bien en tanto conjunto de partes que pueden ser estudiadas
como en Hammersley, una total indiferenciación de las dos por separado, bien en tanto unidad indisoluble y relaciona1
orientaciones, ni tampoco implica, como en Cook y Rei- %
de componentes (análisislsíntesis). El sentido del proceso
chardt, una atomización o radical separación de los rasgos de construcción teórica, iniciada desde el extremo ideacio-
que se atribuyen a cada una de ellas. Acepta las diferencias nal, metateórico o hipotético, o desde el extremo empírico
entre ambas, pero en ningún caso se consideran como ab- u observacional (deducciónlinducción). El grado y tipo de
solutas. Acepta los polos extremos de la dicotomía, pero no interafectación existente entre la técnica a utilizar y el fe-
los considera en ningún caso como únicas alternativas po- nómeno social que se investiga (reactividadlneutralidad).
sibles. Mantiene opciones metodológicas, pero no prohíbe Tomando como base estas seis dimensiones, se puede
ni la ósmosis, ni la hibridación, ni la combinación de ele- caracterizar la orientación metodológica de las investiga-
mentos siempre que den como resultados diseños metodo- l ciones sociales. Una investigación social concreta, por
lógicamente legítimos. 1
1
ejemplo, puede estar caracterizada por la subjetividad del
1
62 MÉTODOS E N INVESTIGACI~NSOCIAL L 4 S DIMENSIONES ~IETODOLÓGICAS 63

CUADRO
3.1. Diffze~zsiotles de Zn i~zt~estigación
~~zetodológicns social nes. Se consideran investigaciones m ciy aptas para captar
las estructuras estaticas de la reaiidad, así cm10 para ob-
1. Sincronía - Diacronía
2. Extensión - Intensión servar rasgos de extensos conjuntos sociales con una repre-
3. Objetividad - Subjetividad sentritividad estimada, son objetivas por cuanto se ajustan
4. Análisis - Síntesis a protocolos establecidos y uniformes para evitai- la subje-
5. Deducción - Inducción tividad del investigador, operan observacionalmente por
6. Reacti\.idad - Neutralidad análisis recogiendo aspectos de la realidad establecidos en
tanto variables, son hipotético-deductivas, siendo su meta
fundamental la contrastación de hipótesis con la que se
punto de observación, en tanto capta los datos tal y como pretende corroborar teorías, y tratan de operar en condi-
son percibidos desde el punto de vista de los actores socia- ciones controladas para garantizar la fiabilidad de los re-
les. Puede tener como objetivo la descripción o explicación sultados.
de un fenómeno en tanto proceso social dinámicamente Esta descripción somera de la imagen asociada a ambas *

considerado, antes que pretender una representación está- orientaciones, así como cualquier otra que pudiera hacer-
tica de la realidad. Puede optar por conocer un aspecto del se, más extensa, rigurosa y exacta, no puede satisfacer del
objeto de estudio tal y como se presenta en una vasta ex- todo a ningún científico social que caracterice, más allá de
tensión de la realidad social, o bien profundizar en uno sólo las convenciones establecidas, las investigaciones concretas
de sus elementos. Puede haber partido de una hipótesis tal y como efectivamente se realizan. Si con este conjunto
teórica, que se pretende contrastar mediante la obtención de seis dimensiones se analizan investigaciones sociales
de datos derivados de una previa conceptualización opera- concretas, se puede comprobar cómo la adscripción fija de
tiva elaborada para este fin, o puede tener un carácter ex- unos rasgos a los estudios de orientación cualitativa y
ploratorio, observando la realidad sin hipótesis preestable- de los otros a los estudios de orientación cuantitativa no co-
cidas con la explícita intención de generar hipótesis emer- rresponde a la realidad. Analizando algunos estudios cali-
gentes. Puede estar orientada a captar la naturaleza de un ficados de cualitativos se puede ver, por ejemplo, que en
objeto social en su múltiple manifestación sintética, o por muchas ocasiones su supuesta profundidad o su supuesta
el contrario estudiar analíticamente aspectos del objeto en neutralidad resulta ser mera retórica. Muchos estudios
relación a otros aspecios de otros objetos socialei. cuantitativos están orientados desde una impronta sin tktj-
A la investigación de orientación cualitativa le suelen ser ca ausente en otros estudios denominados cualitativos. Lo
atribuidos los polos derechos de la lista de dimensiones, irnporre, a ia iuz ae ias seis ciimensiones expuestas, y de sus
esto es, se las considera investigaciones que atienden a los respectivos polos, no es el rótulo genérico al que se asocie
procesos o diacronías de los fenómenos sociales; que anali- la investigación, sino la orientación metodológica con la
zan en profundidad el fenómeno de estudio; que observan que realmente se han producido los resultados. A la inver-
desde el punto de vista de la subjetividad de los sujetos in- sa, a la hora de diseiíar el estudio se deben pensar, más allá
vestigados; que no descomponen la realidad social de un de la simple dicotomía cualitativo-cuantitativo, en la exac-
objeto en sus partes componentes, sino que buscan su iden- ta orientación metodológica que debería inspirar el estudio
tidad en la peculiar estructura de relaciones que mantienen para obtener unos mejores resultados de acuerdo con la
sus elementos; que operan por inducción, otorgando im- pregunta o problema de investigación que nos ocupa.
portancia clave al contacto vivo con el medio social; y que El valor o utilidad de la seis dilr~ensionesque se pre-
estudian la realidad en su espontánea constitución, sin ins- sentan en este capítulo estriba en el hecho de que ofrecen
trumentos que modifican esa misma realidad o la desnatu- una guía para caractsi-izar; de forma más precisa a como
ralizan. A la investigación de orientación cuantitativa se le hasta ahora se viene haciendo, el perfil metodológico de
suelen atribuir los polos izquierdos de la lista de dimensio- una determinada investigación. Desde este punto de vista,
63 MÉTOBOS EN INVESTIGACI~N SOCIAL LAS DIMENSTONES !\IESODOL~GICAS 65

el método de una investigación no puede definirse o carac- cualitativas y c~iantitativases menos clara de lo que la con-
terizarse por- la posición que ocupa en un único eje, con sus ~rerici6n pi-es~iporie.Una vez coii~prendidi~\ la\ dinienqio-
polos cualitativo y cuantitativo, sino por la posición qiie nes, así como asimilada la drc(oii5ti-ucción,e1 lecior- podrá
ocupa en un conjunto de seis ejes que constituyen un espa- formarse niris claramente la iiiiagen del espacio nietodoló-
cio ~~zetodológico 11-di~~ze~zsional,
en este caso de seis dimen- b
pico dirnensioiirtl, lo que le ayudará a diseñar consciente y
siones. En el listado podrían haberse incluido otras di- explícitamente sus diseños ~liultiniétodo.
niensiones, pero la pai-simonia científica obliga a realizar Así, considerando la dimensión reactividad-neutralidad,
5íntesi.; eficientes que supogrin mejoras sustanciales en 13 podremos comprobar que algunas técnicas denominadas
conceptualización. Dado que cada dimensión se considera cualitativas, como la observación encubierta, son más neu-
como un gradiente, la orientación metodológica de un es- trales que otras cuantitativas, como la encuesta o el experi-
tudio puede ubicarse en cualquier punto de cada uno de los mento. Sin embargo, técnicas como el estudio de rastros fí-
seis ejes, no necesariamente en alguno de sus dos extremos sicos, por ejemplo el análisis de desperdicios o basuras, y
polares. Definida la posición lineal de un estudio en cada otras técnicas cuantitativas, presentan altos grados de neu-
una de las seis dimensiones, se obtiene una posición espa- tralidad. A la inversa, un grupo de discusión, considerado
cial (u-dimensional) que define la orientación metodológi- técnica cualitativa, tiene grados de reactividad y artificiali-
ca del diseño de esa investigación. Del mismo modo que en dad mucho mayores que la observación encubierta, depen-
un espacio de dos dimensiones la posición de un objeto vie- diendo también del grado en que se estructure la guía de la
ne determinada por el valor en abscisas y en ordenadas, entrevista de grupo. En suma, cada técnica, y cada realiza-
ejes X e Y, en un espacio de seis dimensiones la posición ción concreta de esta técnica, se ubica en una específica
metodológica del estudio vendrá determinada por los valo- posición de cada gradiente dimensional, no coincidiendo
res en los seis ejes correspondientes. Pese a que un espacio siempre, por otra parte, esta posición y su asignación a la
de seis dimensiones no puede representarse en una super- divisoria cualitativo-cuantitativo. De ahí que la denomina-
ficie plana, caracterizar la orientación metodológica de un ción « técnica cualitativa» o « técnica cuantitativa» no sea
estudio en base a su posición en este espacio n-dimensio- una denominación metodológicamente exacta. Será siem-
nal puede servir de adecuada guía a la hora de diseñar in- pre más preciso definir la orientación metodológica que
vestigaciones. De este modo el investigador se enfrenta a un inspira la concreta aplicación de una determinada técnica
proceso de decisión, más complejo pero explícito, que re- atendiendo a Iac ceic din?ensionis de! rxadro 3.1.
dundará en una mayor conciencia y precisión metodológica Se ha dicho también que estas dimensiones metodológi-
y, en último término, en una mayor calidad de las investi- cas son puras, así como que algunos de los atributos habi-
gaciones sociales. Es inadecuado restringir convencional- tualmente asociados a la perspectiva cualitativa y cuantita-
mente las posibles posiciones con las que puede definirse el tiva eran rasgos coinpuestos por estas dimensiones subya-
método de un estudio. El límite sólo puede establecerse a centes. Por ejemplo, la explicación, asociada a métodos
tenor de la legitimidad de cada diseño, sea o no integrador, cuantitativos, estaría relacionada con una específica com-
en el marco de una investigación concreta y de los objeti- binación de las dimensiones 3, 4 y 5, esto es, objetividad,
vos que persiga. análisis y deducción, mientras que la colnprensión combi-
Antes de comentar sucintamente el contenido de cada naría subjetividad, síntesis e inducción. De la misma forma,
una de las dimensiones, a lo que se destina el resto del ca- el rasgo de cualidad (significado) resulta básicamente de
pítulo, parece oportuno mostrar algunos ejemplos ilustrati- una combinación de 3 y 4, subjetividad y síntesis, mientras
vos de la deconstrucción que proponemos, deconstrucción que el rasgo de cantidad (medida), se nutre de objetividad
que se muestra claramente al analizar las distintas técnicas y análisis. Por tanto, para diseñar investigaciones con estos
en el plano metodológico revelado por las dimensiones. De rasgos, basta con asumir sus dimensiones subyacentes, no
este modo puede verse cómo la divisoria entre las técnicas siendo siempre necesario el compromiso con el resto de di-
66 MÉTODOS EN INVESTIGACI~N SOCIAL LAS DIMENSIONES ~ I E T O D O L ~ G I C A S 67

rnensiones en idéntico lado de la polaridad. De ahí, por dado del tiempo, en un supuesto e imposible momento pre-
ejemplo, que existan investigaciones explicativas tanto en el sente. Ahora bien, esto no tiene por qué significar que la
ámbito cualitativo como en el cuantitativo, del mismo realidad representada sea estática en su naturaleza, caren-
tnodo que existen investigaciones descriptivas en ambos te de niovilidad. Tan sólo es el resultado de una especifica
ámbitos. mirada. El problema reside, sin embargo, en que los as-
El paradigma constructivista de Guba y Lincoln, por pectos de la realidad que pueden ser- obsei-vados mediante
e~jemplo,desde una posición metateórica, sostiene y refleja una congelación del tiempo, son radicalmente diferentes a
la indisolubilidad polarizada de las seis dimensiones (Guba los aspectos qrie priednn obsei-vai-se desde una perspectiva
y Lincoln, 1989). Sin embargo, la imagen de la investiga- diiiámica. Podemos producir, por tanto, dos imágenes radi-
ción que nos ofrece N. K. Denzin, elaborada desde el inte- calmente distintas que refieren una única realidad, al igual
1-accionismosimbólico, se basa en siete principios metodo- que sucecie con la teoría de la acción social y con la teoría
lógicos que combinan elementos polares de varias de las di- de los hechos sociales.
mensiones puras aquí señaladas (Denzin, 1970). Por ejemplo, de los análisis estáticos ha de quedar ex-
cluida cualquier atribución de causalidad, pues radical-
mente considerada, toda causa ha de preceder temporal-
Sincronía y diacronía mente a su efecto. Así, tanto los métodos cuantitativos
como los cualitativos que describen estáticamente la reali-
En el plano ontológico no albergo la menor duda de que dad, han de basar sus análisis en modelos cuasi causales,
la realidad social es una realidad dinámica y cambiante, un sea la correlación estadística, que en sentido estricto no de-
continuo fluyo heraclitiano que no conoce el reposo, una muestra causas, sea la correlación lingüístico-estructural o
cadena de acontecimientos que se suceden en el tiempo. sociofuricional, que sólo demuestra conexiones.
Así, estamos en absoluto acuerdo con M. Beltrán cuando Pese a que la experimentación, una técnica cuantitativa,
concibe la sociología en tanto sociología histórica, una so- opera con estímulos que preceden temporalmente a las
ciología sin embargo no orientada al estudio del pasado, reacciones esperadas, lo cierto es que se suele atribuir a la
sino al estudio de la ineluctable historicidad de un presen- metodología cualitativa un mayor compromiso tanto con
te que sólo puede ser real en el límite entre lo que ha su- la dinamicidad intrínseca de los fenómenos sociales, como
cedido en el pasado y lo que sucederá en el futuro (Beltrán, con el análisis dp los procesns de 11 re3lidad social. En pri-
1994). mer lugar, el positivismo se enfrentó al historicismo, al
El presente no existe, es iaii sólo la aporia lógica del comprometerse con la búsqueda de leyes universales en cla-
tiempo. Y esto porque el tiempo no está dado en la reali- ro contraste con la perspectiva ideográfica que defendía la
dad. En la realidad hay movimiento, y tanto el concepto singularidad de todo acontecimiento. Así también, la pers-
como la medida del tiempo emergen únicamente de la com- pectiva crítico-dialéctica, frente al positivismo, no reifica el
paración de movimientos. Por esto s'e dice que para medir stutu quo de la realidad social, sino que la concibe como un
el tiempo hacen falta dos relojes, esto es, la comparación producto históricamente contingente.
de dos procesos. Y si el tiempo es una categoría de la Algunas perspectivas como el interaccionismo simbóli-
aprehensión huniana, podemos, más allá de la inmanente co, usualmente asociadas a las orientaciones microsocioló-
dinamicidad de todo lo real, congelar el tiempo, percibir los gica y cualitativa, al concebir la realidad social interaccio-
fenómenos desde una doble perspectiva metodológica, está- nalmente, en tanto juego sintético de acciones y reacciones
tica y d i l ~ á ~ ~ z isincrónica
ca, y diacrónica. que se suceden en el tiempo, han focalizado muchos de sus
Del inisrno modo que congelarnos el tiempo en una fo- análisis en el proceso de construcción social, y no tanto en
tografía o en un cuadro, también los sociólogos pueden op- supuestos resultados finales. De hecho, una de las más só-
tar por representar los fenómenos sociales en un momento lidas críticas lanzadas contra el estructi~ral-funcionalismo
68 MÉTODOS EN INVESTIGACI~N SOCIAL LAS DIMENSIONES METODOL~GICAS 69

parsoniano estribaba en la estaticidad de su modelo, frente tructurada que busque perfilar el estado de opinión en un
a la dinamicidad implícita en la concepción del hombre y momento dado del tiempo, pese a ser técnicas considera-
de la sociedad defendida por fenomenólogos y etnometo- das cualitativas. De hecho, muchas encuestas se diseñan en
dólogos. La teoría microsociológica radical de R. Collins, tanto instrumentos de observación recurrente, por lo que
basada en las cadenas rituales de interacción, muestra tam- sus datos permiten realizar análisis longitudinales de se-
bién la intrínseca dinamicidad de los fenómenos sociales ries temporales. Si bien, como se ha comentado antes, es-
(Collins, 198 1). tos datos constituyen un conjunto de sucesivas visiones
En el diseño de investigaciones sociales, resulta siempre sincrónicas, tampoco puede olvidarse la posibilidad, utili-
clave para la metodología definir si el objetivo es obtener zada en otras investigaciones de encuesta, de dedicar y or-
una visión estática, que reflejará el estado en un tiempo denar el contenido informativo del propio cuestionario a la
dado, el resultado de procesos sociales precedentes, o si el observación de procesos sociales, como es el caso de las
objetivo consiste en conocer los procesos mismos, es decir, encuestas de movilidad social o espacial o, en sentido am-
los hechos sociales en el marco de sus conexiones tempo- plio, los calendarios de historias de vida (Freedman et al., .
rales. A este respecto, es preciso tener en cuenta que en el 1988). El event Izistory alzalysis se puede citar, finalmente,
análisis del cambio social existen dos opciones básicas. En como ejemplo de análisis de datos desde una perspectiva
la primera se analiza el cambio social estudiando las dife- procesual.
rencias de estada observadas en un fenómeno en dos dife-
rentes momentos del tiempo. Así operamos al comparar,
por ejemplo, dos fotografías de un mismo individuo toma- Extensión e intensión
das a los veinte y a los cuarenta años de edad. Sin embar-
go, este análisis del cambio, producto de la comparación La segunda de las dimensiones metodológicas puras de-
sincrónica, revela sólo el estado inicial y final del fenóme- riva de la naturaleza espacial de la realidad. Cada investi-
no, dejando fuera del foco de observación el propio proce- gación social se orienta a objetos de diferente tamaño o vo-
so, esto es, el conjunto de estados intermedios entre el ini- lumen, y cada objeto de la realidad social puede ser obser-
cial y el final, así como las conexiones causales que llevan vado desde diferentes distancias. La investigación social,
de unos estados a otros. por tanto, no escapa a su peculiar geometría. El tamaño o
En el plano técnico, interesa recordar también cómo en volumen de un objeto s ü ~ i a vierle
l de~errriinadoen función
el ámbito de influencia de la escuela de Chicago se utili- de su amplitud Y de su intensidad. metodológicamente de su
zaron ampliamente las historias de vida, técnica que se extensión y de su intensión. El investigador social está obli-
adapta al objetivo de reconstruir el proceso vital de toda o gado a acotar espacialmente el objeto de estudio, y no sólo
parte de la vida de un individuo. El proceso es también el debido a la limitación de los recursos de que pueda dispo-
objeto propio de investigación cuando, por ejemplo, se pre- ner, limitación en tiempo, dinero, instrumentos o personal,
tende descubrir la carrera por la que una persona llega a sino debido también a una lógica imposibilidad de estudiar
convertirse en delincuente, en consumidor de marihuana, o la totalidad social. Esto es, cuanto más grande sea la ex-
en líder social. Es obvio, asimismo, que los trabajos etno- tensión de su objeto de estudio, menor ha de ser la inten-
gráficos, con sus largos períodos de estudio en una misma sión con la que podrá estudiarlo. A la inversa, el estudio
comunidad, pueden registrar y adaptarse más fácilmente a profundo de un objeto requiere una reducción paralela de
la observación de los procesos sociales. su amplitud. Combinando extensión e intensión definimos
Estas técnicas son en principio más apropiadas para el espacialmente el volumen del objeto a investigar. El con-
análisis de proceso que la encuesta, técnica cuantitativa cepto de intensión, tal y como es utilizado aquí, refiere la
tradicionalmente sincrónica, si bien 10 mismo puede afir- intensidad, pero también la profundidad y la densidad in-
marse de un grupo de discusión o de una entrevista no es- formativa con la que se aborda el objeto.
70 MÉTODOS E N INVESTIGACI~NSOCIAL
LAS DIMENSIONES METODOL~GICAS 71

La naturaleza espacial de la realidad impone también pectiva. Podremos, sin embargo, observar la panorámica,
elesir el lugar de la obsewación, es decir, determinar meto- determinar dónde está la manzana, qué posición relativa
dológicamente la distaucia entre el observador y el objeto ocupa respecto de otros objetos. En suma, veremos el obje-
observado. Todo conocimiento humano, como señala J. Or- to en el marco de una gran amplitud.
tega y Gasset, es perspectivista, observamos siempre desde Cuando en la investigación social se reduce la extensión,
un ((aquí»un ((allí)),porque el hombre y su mirada se ha- existen dos posibles e importantes compensaciones prácti-
llan indefectiblemente vinculados a una posición fija en el cas. La primera consiste en aumentar el coizftol, la segun-
espacio y en el tiempo, a un aquí y a un ahora (Ortega y da en aumentar la profirizdidad o riqueza de la observación.
Gasset. 1980). Lo mismo puede postularse del objeto, lo En el experimento se opta por la primera de las opciones,
que determina la distancia metodológica de observación. increii~entandsasí la validez interna de sus resultados.
Modificando esta distancia la realidad aparece en una Dado que se investiga una pequeña porción de la realidad
multitud de formas. B. Mandelbrot, creador de la matemá- social, se puede controlar artificialmente el contexto, así
tica fractal, refiere algunos sencillos ejemplos. Cuando ob- como las variables y estímulos que participan en la experi-
servamos el litoral en la distancia o en un mapa veremos mentación. Manteniendo un complejo constante de varia- '

una línea curva continua de la que se puede determinar su bles, y una única variación en el estímulo, se investigan las
tangente, pero si nos aproximamos al litoral la continuidad consecuencias debidas exclusivamente a la variación del es-
desaparece, aparecen en cambio las múltiples y complejas tímulo.
irregularidades y discontinuidades que se producen en el Pero la red~icciónde la extensión se puede aprovechar
contacto entre la tierra y el mar. Ahora ya no existe modo también para un incremento de la profundidad. En la ob-
de determinar la tangente. Si observamos un ovillo de lana servación o, en sentido general, en el estudio de casos, más
desde la distancia veremos inicialmente un punto; si nos allá de un control estricto, lo que se persigue es una obser-
aproximamos un poco un círculo; aproximándonos más vación múltiple tanto del objeto como de su contexto pró-
una esfera; si más, una superficie plana, al igual que vemos ximo. Así, pueden analizarse múltiples facetas de su natu-
la esfericidad del globo terráqueo; si nos introducimos en raleza y de la situación en la que se ubica. Pueden anali-
el ovillo una cúpula enmarañada por dentro; si seguimos zarse, también, la estructura de relaciones interna al obje-
acercándonos, los hilos de lana aparecerán como columnas to, la estructura de relaciones propia de la situación, así
cilíndricas, etc., etc. (Mandelbrot, 1987). En suma, las for- como la estructura de relaciones existente entre el objeto y
mas dependen de la distancia de observación, de la escala la situación contextual. Y esto posibilita una aprehensión
en la que sean representadas. cuiiceplua; iiiás válida UC la realidad social, una capacidad
Aproximándonos al objeto aparece la tercera dimensión, mejorada para registrar las esencias de los fenómenos,
el volumen, y si nos alejamos sólo percibiremos la superfi- esencias que están en la base del reclamo de los metodólo-
cie, algunas de sus múltiples caras. Si nos aproximamos al gos cualitativistas por el uso de conceptos sensibles a la na-
objeto, podremos observarlo en su compleja y disruptiva turaleza de la realidad social, lo que incrementa la validez
concreción, pero cuando nos alejamos las formas aparecen interna.
puras y perfectas en su gélida abstracción. Cuando obser- Sirve aquí el ejemplo del uso que hace Merton de la en-
vamos una manzana de cerca, pequeños cambios en el pun- trevista en profundidad. No se trata, tan sólo, de determi-
to de observación implican importantes cambios de pers- nar si el individuo ha reaccionado positivamente o negati-
pectiva. Podemos, con pequeños movimientos de nuestra vamente a un estímulo del mensaje publicitario, se trata,
cabeza, rodear la manzana, ver sus diversas caras, obser- sin abandonar esta pequeña porción de la realidad conduc-
varla desde arriba o desde abajo, etc. Pero cuando obser- tual del individuo, de investigar los contenidos y mecanis-
vamos la manzana en la distancia, cambios en el punto de mos de reacción. Así, propone que la entrevista ha de reco-
observación no implican cambios tan grandes en la pers- ,
ger en sentido amplio todo contenido que se relacione con
72 MÉTODOS E N INVESTIGACI~NSOCIAL

la reacción, ha de recabar informaciones suficientemente sión representativa de la cultura mundial, pero no puede
específicas, suficientemente profundas, y ha de recoger interpretar los valores en el específico contexto que deter-
también el contexto personal del individuo (Merton, 1990). minan su sentido (Inglehart, 1997). El segundo puede pos-
Siguiendo esta dirección, podemos ir hasta el extremo de la tular de todos en general, pero de ningún individuo en par-
sociología microscópica, que investiga pequeñísimos reta- ticular, mientras que el primero puede postular de alguien
zos de conducta social con una concreción y profundidad en particular, pero de nadie en general. Desde ambos, sin
que serían impensables en una encuesta. Por ejemplo, el embargo, se puede transitar por la extensión y la intensión
análisis profundo de los cinco primeros minutos de una del hombre, de la sociedad y de la cultura.
conversación terapéutica entre un paciente y un doctor
(Pittenger et al., 1960).
Más allá de lo concreto frente a lo abstracto, de lo pro- Objetividad y subjetividad
fundo frente a lo superficial, de la conexión o del ais-
lamiento del entorno, de la validez de contenido o de la El problema metodológico de la subjetividad y la objeti-
.
validez interna, la geometría de la investigación social está vidad en las ciencias sociales se despliega según dos crite-
relacionada con otro aspecto importante, esto es, con la ca- rios distintos: uno el criterio de realidad, otro el de verdad.
pacidad para generalizar los resultados que se obtienen en El problema radica fundamentalmente en la naturaleza del
una investigación concreta, también llamada validez exter- ser humano individual, aunque se extiende a cualquier otro
na o ecológica, así como con los problemas de muestreo, tipo de agente, sea grupo, organización, comunidad o sis-
sea representativo o teórico. tema societario, que haya de investigarse.
A la encuesta se le atribuye una alta validez externa, en El criterio de realidad alude al hecho, incontestable, de
la medida que trabaja con información correspondiente a que existe en el hombre una realidad interior, una con-
extensos ámbitos de la realidad social. De ahí que esta téc- ciencia de sí, en la que se incluyen tres componentes bási-
nica haya desarrollado mucho los modos distributivos de cos, cognitivos, evaluativos y emotivos, con los que se cons-
muestreo, única forma de asegurar la representatividad truye toda la argamasa de la subjetividad y de la cultura,
de sus resultados. A la inversa, tanto al experimento como que no es sino la objetivización de la intersubjetividad. De
a la observación y al estudio de casos, se les atribuye una los tres componentes citados, las emociones constituyen el
baja validez ecológica. A los experimentos fundamental- sustrato existencia1 del hombre, una realidad n o reductible
mente porque se desarrollan en unas condiciones inexis- ni conmensurable con ninguna otra. Los elementos cogni-
t e n t e ~en la realidad, en una situación incomparable que, tivos vincuian instrumentaímente eí yo trascendental con el
además, aísla la conducta humana de sus cadenas y con- mundo en tanto naturaleza cognoscible. Los valorativos,
textos naturales. A la observación y al estudio de casos por- puente entre la cognición y la emoción, establecen los prin-
que sus hallazgos se consideran idiosincrásicos del particu- cipios de la coexistencia social, natural y personal. Y dado
lar objeto en su particular situación. que la realidad subjetiva emerge, en gran parte, de la in-
Al estudiar detallada y específicamente la vida de algu- teracción social, nada puede impedir que la subjetividad,
nas pocas familias, 0. Lewis nos ofreció una visión vívida por sí y en sí misma, sea un objeto legítimo de la investi-
y concreta de su modo de existencia (Lewis, 1985). Sin ga- gación social.
rantizar la representatividad de los resultados, pretendía El criterio de verdad antes aludido remite a otro proble-
sin embargo poder extrapolar (Brannen, 1992) sus hallaz- ma distinto, no ya el legítimo estudio de la subjetividad,
gos sobre las condiciones vitales de la pobreza. 0. Lewis sino su influencia en la conducta humana y social. Dar
muestreó estratégica, estructural o teóricamente. Al estu- cuenta de la realidad social exige conocer la actividad de
diar con un único cuestionario los valores sociales en más los individuos, de los grupos y de las comunidades en cuan-
de cuarenta países, R. Inglehart es capaz de obtener una vi- to interactividad, así como conocer sus consecuencias, que-
74 MÉTODOS EN INVESTIGACI~N SOCIAL

ridas o no, manifiestas o latentes. Pero la actividad externa Parece así importante distinguir entre actividad o acto y
puede explicarse o comprenderse. A los biólogos que estu- acciólz (Lanlo, 1990). La actividad es la conducta en cuan-
dian la vida de los animales no les queda otro recurso que to qxistencin real externa más allá de la consideración del
la observación externa de su conducta, pero si un investi- agente, y su naturaleza se desenvuelve en las consecuencias
gador social ve sentado a un hombre triste o a un hombre y efectos que tiene sobre o junto con otras realidades ex-
que agrede, acaso decida preguntarle al primero por los ternas. La actividad, una vez realizada, es completamente
motivos de su tristeza y al segundo por los motivos de su autónoma del sujeto que la realizó, pertenece al mundo por
enfado. Es evidente que el hombre, mediante el lenguaje, derecho propio. La acción, por otro lado, es la conducta vis-
origen de la reflexividad, podrá comunicar su particular ta por el propio sujeto, dotada del significado y sentido per-
versión explicativa de la conducta, ahorrando así mucho es- 1 sonal y particular que éste le otorga.
fuerzo al investigador, que de otra manera hubiera debido También es importante distinguir entre el análisis de la
diseñar una costosa estrategia de observación de la con- conducta que se realiza desde la propia perspectiva del su-
ducta externa. Lo que deja de ser evidente, sin embargo, es jeto, expresada por el principio de la metodología cualitati-
que esta versión pueda tomarse por verdadera. I
va de que es preciso ver a través de los ojos del propio agen-
Primero, porque el mundo personal es al menos tan te, y el análisis que observa desde una perspectiva exterior
complejo como el natural o como el social, y no siempre es al sujeto, sea ésta la del investigador, sea la de otro sujeto
seguro que el sujeto disponga de una versión veraz. Somos, distinto. Desde fuera, se puede extraer la subjetividad hu-
para nosotros mismos, unos grandes desconocidos. Segun-
do, porque nada puede garantizarnos en qué casos el suje-
, mana, bien motivando un discurso libre, bien ordenando
previamente las preguntas y sus posibles respuestas. Aquí.
I

to se expresa auténticamente, ni tampoco en qué casos el se trata de ver a través de las palabras. Desde fuera, sin e?-
sujeto está dispuesto a expresarse. Y tercero, porque en mu- bargo, también se observa la actividad humana y sus con-
chas ocasiones, el punto de observación localizado en la in-
terioridad no es el punto de observación idóneo para expli- 1
,
secuencias. En este caso se trata de ver los hechos.
Con la encuesta solemos investigar a través de las pala-

¡
car ciertas conductas. bras con un diálogo estructurado por la perspectiva de y
Lo que sí parece indudable es que, dada la subjetividad, desde el punto vista del investigador. Pero esto no significa,
sus componentes influyen en la actividad del hombre. La l en ningún caso, que la encuesta no estudie la subjetividad,
conducta no puede ser considerada como una mera res- como miiectran siis rníiltiples investiyarinnes actitiidinaler
puesta mecánica a estímulos externos o internos. Entre el
estímulo y la respuesta siempre esta presente el influjo me-
1 y de opinión. Más allá de la perspectiva externa al sujeto
que adopta, y que le lleva a cometer ¡a denominada falacia
I
diador de la específica definición del sujeto agente. Según 1
del objetivisrno, o imposición de preconcepciones y sentido
el famoso dicttlm de Thomas, <<silos hombres definen las 1 ajenos al sujeto, su otro carácter más destacado es que, al
situaciones como reales, serán reales en sus consecuen- l
, igual que otras técnicas cualitativas, como el grupo de dis-
ciasn. Y este hecho justifica, por sí mismo, desde el criterio cusión, se investiga mediante la palabra, dejando en sus-
de verdad, el estudio de la subjetividad humana y social.
Poner en suspensión cuál sea la naturaleza de la realidad
externa, y atender, al modo fenomenológico, a cómo es per-
cibida, categorizada y definida esa realidad por los sujetos
1'
1
penso cuáles sean los significados auténticos, las experien-
cias reales y los hechos objetivos.
La técnica de la observación sí muestra una diferencia
notable, pues desde una perspectiva exterior registra las pa-
individuales y sociales, constituye un inexcusable modo de labras y las conductas en tanto hechos externos, observa la
1
aprehensión. Sin embargo, por mucho que pueda contri- actividad del sujeto así como las reacciones que esta activi-
buir a comprender la conducta social, y por mucho valor I
dad provoca en otros sujetos. Algunas versiones del experi-
que en sí misma tenga, la subjetividad no puede ser consi- , mento analizan también conductas externamente observa-
derada como el único objeto de investigación social. l
bles. Otras técnicas no reactivas, y paradigmáticamente el
76 MÉTODOS EN INVESTIGACI~N SOCIAL LAS DIMENSIONES METODOL~GICAS 77

análisis histórico, al enfrentarse con los acontecimientos, naturaleza en virtud de la íntima integración en el todo,
también pretenden inquirir sobre la naturaleza humana ob- que así les otorga su sentido y esencia.
servando, no tanto o no sólo lo que el hombre dice, sino La perspectiva cualitativa suele asociarse a una orienta-
también y fundamentalmente lo que el hombre hace, y asi- ción sintética, mientras que la cuantitativa suele conside-
mismo las consecuencias de su hacer. rarse estrictamente analítica. Sin embargo, aquí no pode-
De la dificultad de separar los dos polos de la dimensión mos dejar de resaltar la gran ironía (Bryman, 1988: 40)
dan buena cuenta la obra de M. Weber y E. Durkheim. Este revelada en el contraste entre el plano metateórico y el me-
íiltimo, pese a concebir la sociología como la ciencia que todológico, ironía que bien puede simbolizar el ejercicio de
habría de estudiar los hechos sociales en tanto cosas, no deconstrucción metodológica que pretende realizarse en
pudo siquiera evitar la subjetividad en la definición del sui- este capítulo. Las metateorías asociadas al método utiliza-
cidio, objeto central de la investigación empírica que habría do por los cuantitativistas son criticadas por los cualitati-
de servir de modelo. Weber, que concibió la sociología vistas debido a que sostienen una visión próxima a la teo-
como el estudio de la acción social, entendiendo que sólo ría de los hechos sociales, hechos que constriñen a los in-
podía ser social si era una acción dotada de sentido subje- dividuos determinando su conducta social. Los cualitativis-
tivo, más allá de la necesaria comprensión e interpretación tas, por otra parte, defienden una visión constructivista de
de la acciones, defendió el uso de métodos de imputación la sociedad, o teoría de la acción social, lo que supone con-
causal (Brown, 1987). ceder prioridad a la agencia y considerar los hechos socia-
En el estudio de los fenómenos sociales, donde obser- les en tanto resultado dinámico de la interacción.
vador y observado comparten un lenguaje común, donde Aunque los defensores del método cuantitativo dan prio-
el sujeto observado también se observa a sí mismo en tan- ridad metateórica a los hechos sociales, al todo social, sue-
to ser reflexivo que es, la dicotomía objetividad-subjetivi- len operar bajo los principios del individualismo metodoló-
dad es ineludible. «Una diferencia entre los sistemas natu- gico. Por ejemplo, en el caso de aplicar la técnica de en-
rales y artificiales es que, para conocer los primeros hay cuesta, recogiendo información de los individuos aislados,
que utilizar la observación o la experimentación, en tanto esto es, de las partes o átomos de la realidad social. Al con-
que, para los segundos, se puede interrogar al artífice. Sin trario, los defensores del método cualitativo, pese a de-
embargo, hay artefactos muy complejos, en los que han fender la creatividad y libertad del individuo, de la parte o
concurrido tantas intenciones, y de un modo tan incon- átomo social, inspiran sus estudios en lo que pudiera con-
trolable, que el resultado acaba siendo, por lo menos en siderarse holismo metodológico. El holismo determina sus
parte, un ob~etode observación» (Mandelbrot, 1987: 23). temas prefreridos de estudio, por ejemplo, una institución,
En estos casos, siguiendo la estela metodológica de Dur- una comunidad social, las ideologías, etc., objetos en los
kheim, parece legítimo tratar los hechos sociales en tanto que casi siempre está implicado un fenómeno social en tan-
«cosasD. to totalidad. Pero, quizás más importante aún, el holismo
declara que toda descomposición de los fenómenos sociales
arruina la posibilidad de captar las esencias, pues éstas úni-
Análisis y síntesis camente se configuran y pueden descubrirse en el todo,
comprensión del todo sin el cual las partes carecen de sen-
El análisis, desde el punto de vista metodológico, puede tido.
definirse como un modo de aprehensión de la realidad que La concepción lzolista de la realidad se presenta, en
opera por medio de una previa descomposición y por el coherencia con la dualidad implicada en la anterior di-
subsecuente estudio de las partes que de ella resultan. A la mensión metodológica, en dos versiones. Vinculada a la ob-
inversa, las metodologías sintéticas operan por composi- jetividad, y por tanto a la actividad social externa y a sus
ción de partes, relacionando éstas entre sí, y estudiando su consecuencias, el holismo adopta básicamente la forma de
78 MÉTODOS EN I N V E S T I G A C I ~ NSOCIAL LAS DIR4ENSIONES ~ I I E T O D O L ~ G I C ~ ~ S 79

un funcionalismo organicista, versión tradicional, o la for- que han de extraerse las observaciones empíricas. Este se-
ma de las distintas teorías de sistemas, versión moderna. El gundo rasgo permite la replicahilidad y la coniparabilidad
holismo vinculado a la subjetividad, así como a sus objeti- de resultados obtenidos por la aplicación de un idéntico
vaciones sociales, se sustenta sobre el carácter estructural proceso obsen~acionala personas, grupos o comunidades
del lenguaje, y de cualquier otro instrumento de comunica- dilerentes, pern~itiendotambién la replicabilidad de la me-
ción simbólica, o sobre una concepción más amplia, y epis- dida por parte de otros investigadores. Así, la extracción
ternológicamente más extrema, acerca de la conformación operativanlente explícita y replicable del dato se orienta al
simbólico-estr~icti~i-alde toda realidad social, sea objetiva 0 incremento de la fiabilidad v también permite contabilizar
subjetiva, posición inspirada en la obra de Lévi-Strauss. ii.rciiencias. La búsqueda de esta posible replicación, por
Acorde con la metodología analítica, el investigador des- ejemplo eri la encuesta, diseñando un conjunto de idénticas
compone los fenómenos sociales buscando no su íntegra preguntas que contestarcin todos los individuos de la mues-
esencia, sino específicas cualidades o características puras tra, obliga a una necesaria y previa estructuración del ins-
que se le puedan atribuir. La pregunta que interroga sobre trumento observacional. Estructuración que, en mayor o
.
la naturaleza de un simple palo no tiene respuesta científi- menor grado, igualmente puede aplicarse al análisis de con-
ca, tan sólo podemos hablar de su longitud, de su peso, de tenido, a la entrevista, a los giupos de discusión y a las téc-
su flexibilidad, etc. No se puede, tampoco, saber qué es el nicas observacionales. De hecho, estas técnicas intentan
hombre o qué sea la sociedad, por caras que nos sean estas buscar un óptimo entre apertura y cierre para lograr cierto
cuestiones. Pero sí podemos conocer, con mayor o menor grado de replicabilidad, como suele suceder en investiga-
precisión, algunos de sus atributos. Desde la perspectiva ciones que utilizan muchas entrevistas, varios grupos de
analítica la definición de un palo, o de un grupo social, se discusión, o múltiples estudios de caso.
realiza mediante la agregación de sus atributos, por ejem- Pese al empeño de los cuantitativistas por aislar la va-
plo mediante la construcción de perfiles. Pero esta agrega- riable, obteniendo medición de la intensidad, y por siste-
ción no constituye una verdadera síntesis, aunque tiende a matizar la observación, obteniendo comparabilidad y me-
ello. De hecho, la matemática social ha desarrollado y sigue dición de frecuencias, los cualitativistas, como por ejemplo
desarrollando modos de recomponer la totalidad quebrada A. V. Cicourel, siguen negando la posibilidad de obtener
en el análisis. medidas precisas de los fenómenos sociales. Y esto no sólo
Pese a sus limitaciones, el análisis presenta varias ven- porque al aislamiento de variables debe corresponder una
tajas incomparables, entre ellas la posibilidad de medir. Ya precisión teórica y conceptual de la que habitualmente ca-
se comentó anteriormente que la cantidad sólo puede pos- iecwi Lts ~it-iiciassuciales, birlo ~aiiibiinporque gran parte
tularse de una cualidad pura, es decir, que sólo observando de los instrunienios de observación que utiliza la ciencia
atributos, características aisladas de los fenómenos, pode- social son instrumentos lingüísticos y, por tanto, no pode-
mos establzcer isomorfismos entre la cantidad, expresada mos asegurar el hecho de que investigador e investigado
numéricamente, y la cualidad o sustancia abstraída. De ahí compartan un idéntico sentido de los términos, por ejem-
la conocida metodología de P. Lazarsfeld, adaptada a la plo, incluidos en una pregunta. <<Untema continuo a través
construcción de cuestionarios, que señala cuatro fases para de todo el libro -libro que Cicourel dedica a la medida en
la creación de variables. Se parte de una imagen general del sociología- ha sido el aserto implícito y explícito de que la
concepto, se fijan sus distintas dimensiones, se diseñan in- medida en sociología en el plano del proceso social no pue-
dicadores observables de estas dimensiones, y se combinan de ser rigurosa sin resolver los problemas del sentido cul-
estos indicadores para construir un índice mensurable ca- tural. Comprender el problema del sentido exige una teoría
paz de reflejar cuantitativamente el concepto. del lenguaje y de la cultura)) (Cicourel, 1982: 228).
El análisis de variables se basa en el aislamiento de atri- Así, dada la ininanente estructuralidad de todo lengua-
butos de la realidad, por un lado, y en la sistematicidad con je, el sentido de un texto o de un discurso no puede obte-
80 MÉTODOS EN INVESTIGACIÓN SOCIAL

nerse contando frecuencias en su contenido manifiesto, grafos no rechazan de ningún modo el método hipotético-
previamente descompuesto y codificado en unidades autó- deductivo. Por-supuesto, n ~ parece
e que toda investigación
nonlas de significado o categorías, tal y como propuso implica dediicción e inducción en el amplio sentido de es-
B. Berelson como tarea propia del análisis de contenido tos térn~inos;en toda investigación nos movemos desde
(Berelson, 1932). Tomando un oportuno ejemplo de Burge- las ideas a los datos así como también desde los datos a las
1in (1972: 319), citado por M. S. Ball, es como si en una pe- ideas (Harnn1e1-sley,1992: 48). Como indica Hammei-sley,
))

lícula en la que un gánster comete docenas de acciones la dicotomía no es tan simple, ni en el plano de los princi-
malvadas, evaluásemos su maldad por la frecuencia, sin pios metodológicos, ni en el de la práctica investigadora.
considerar que todas estas malas acciones han podido ser Sin embargo, la dimensión sigue siendo necesaria y útil
redimidas, a los ojos de los espectadores, por un único, es- como criterio distintivo de cualquier investigación social
pléndido y heroico acto en la escena final. ((Una contabili- que se lleve a cabo. El problema estriba, primero, en que si
dad de los actos antisociales y prosociales no nos aproxi- bien toda investigación hace uso de ambos procesos, exis-
maría al significado de la conducta del gánster en la pelí- ten diversos tipos de inducción y de deducción; segundo, en
cula))(Ball et al., 1992: 28). El estructuralismo nos dice que que no en todas las investigaciones se les concede la mis- -
el sentido moral del personaje sólo puede derivarse del ma relevancia metodológica; y, tercero, en que la ordena-
mensaje transmitido por la película en tanto totalidad na- '
ción o secuencia temporal de ambas puede ser diferente.
rra tiva. El modelo clásico de metodología hipotético-deductiva
Además, como señala F. Alvira, ((no todo lo que estudia se justifica por la necesidad de contrastar con datos empí-
la sociología es conducta significativa o acción social)), y ricos teorías sociales preexistentes. Se trata, por tanto, de i
«las técnicas cualitativas radicales -como la etnometodo- deducir de la teoría proposiciones lógicamente conectadas
logía- indudablemente han contribuido y contribuyen al con ella, así como hipótesis operacionalizadas que deter-
avance de las teorías y técnicas de medición al plantear el minen la producción del dato, y puedan ser sometidas a
problema de los significados culturales diferenciales en las contrastación empírica. Una vez producidos y analizados
clasificaciones obtenidas)) (Alvira, 1983: 66-67). Significado los datos, corroboradas o no las hipótesis, es preciso un
y medida se requieren en la constitución de un ciencia so- proceso de inducción para que la teoría quede o no verifi-
cial válida y fiable, relevante y precisa. cada. Una característica esencial de este método de con-
trastación de teorías es que la extracción empírica se pro-
duce de acuerdo a los conceptos implicados en la teoría y t
DeducciGn e inducción yuc, PUL- iai~iü,IÜS 2~:;; GV~CIIUUS 533 reflejo de esos con- 18

ceptos. Existe deducción e inducción, pero se otorga priori-


El proceso metodológico de una investigación puede re- dad temporal al proceso de deducción, y prioridad concep- t

correrse en dos sentidos, bien partiendo de ideas que ha- tual a la teoría. En suma, una metodología que va desde la
brán de ser contrastadas con datos, bien observando reali- deducción a la inducción junto a una conceptualización ce- I
dades empíricas de las que se inferirán ideas. ((Es habitual rrada. l
entre los investigadores cualitativistas contrastar su propio Existen diversas alternativas que tienden a invertir tan- i
método inductivo con el deductivo, o hipotético-deductivo, to el orden temporal como la prioridad metodológica de la i
de los investigadores cuantitativistas. Aquí también, sin em-.
bargo, nos encontramos ante una sobresimplificación. No
deducción y de la inducción. Así, elegido un tema de estu-
dio en sentido amplio, y un contexto concreto donde rea-
4
toda investigación cuantitativa está interesada en la con- lizarlo, la alternativa posible se basa en sumergirnos en la
trastación de hipótesis. Muchas encuestas son meramente realidad empírica sin la intención de comprobar ninguna
descriptivas, y algunas investigaciones cuantitativas se teoría social explícita, sino tan sólo con la intención de ob-
orientan a la generación de teorías. Igualmente, los etnó- servar los hechos, la situación en sí tal cual se presenta ante
82 . , MÉTODOS EN INVESTIGACIÓN SOCIAL LAS DIMENSIONES M E T O D O L ~ G I C A S . 83

nuestra mirada ((ingenua)).Tras un período más o menos En la orientación metodológica de Agar, la diferencia
largo de inmersión obsei-vacional asistemática y concep- fundamental no estriba en el carácter deductivo o inducti-
tualmzn te deses tructurada, podremos fijarnos en algunos vo de los distintos métodos, es decir, en el sentido procesual
hechos especialmente interesantes por cuanto no corres- de la investigación desde la cúspide de la pirámide hacia su
,pondan a nuestras expectativas, por cuanto nos sorpren- base, de arriba abajo (ideas -t datos), o desde la base hacia
dan, o por cuanto no dispongamos de esquemas conocidos la cúspide. de abajo arriba (datos -+ ideas). Y esto porque
que nos expliquen o puedan hacernos comprender tales he- e$ tanto deducción c o m ~inducción se enmarcan en un siste-
chos. A partir de ahí, en el esfuerzo por llenar la distancia ma cerrado de conceptos con los que se aborda la realidad.
entre los hechos tal y como se nos presentan y los concep- La diferencia clave está entre estos dos procesos y la ab-
tos y esquemas con los que debemos aprehenderlos y com- dlrccióiz, término concebido originalmente por el filósofo
prenderlos, el investigador desarrolla nuevos conceptos y pragmatista Charles Peirce, que implica un continuo y rei-
esquemas adaptados estrechamente a la realidad observa- terativo ir de los datos a las ideas, y de las ideas a los da-
da. Tanto los conceptos como los esquemas teóricos se van tos (ideas ti datos, datos tt ideas, ideas u datos, ...), obte-
confrontando, en el curso de la investigación, con infor- niendo en cada paso del proceso mayor contrastación al
mación empírica adicional en un proceso de refinamiento tiempo que mayor abstracción y generalidad en los esque-
conceptual y teórico que, sin dejar de lado la referencia em- mas descubiertos para la comprensión de la realidad ob-
pírica, cada vez más completa y compleja, nos lleva a ma- servada. .La abducción es una lógica de investigación
yores grados de abstracción. Finalmente, al cabo de este caracterizada por el desarrollo de nuevas proposiciones
proceso, nuestras categorías y esquemas teóricos abstrac- teóricas que pueden dar cuenta de materiales que las viejas
tos, surgidos y sugeridos desde la observación, pueden for- proposiciones eran incapaces de explicar)) (Agar, 1996: 35).
mularse como teorías y, en tanto alcancen suficiente grado En suma, abducción como el proceso general de la inteli-
de abstracción, pueden extrapolarse a otras situaciones dis- gencia humana que requiere tanto inducción como deduc-
tintas de l'as investigadas (Agar, 1996: 1-55). ción, un rápido movimiento entre imaginación y obser-
Esta orientación metodológica, a diferencia de la ante- vacióii, entre teoria y datos, proceso que está en la base de
rior, concede prioridad temporal a la observación no es- las capacidades intuitivas del ser humano (Scheff, 1997).
tructurada por teorías previas, a la inducción conceptual y Más allá de la cuestión de si es posible observar la rea-
teórica, y a la generación o descubrimiento de teorías en el lidad sin categorías previas. de si puede existir una mirada
mismo proceso, concebido iterativamente, de su contrasta- ' verdaderamente ingenua, aspecto que no se adapta bien a
ción. En las dos orientaciones existe iriduicióii, pelo de uiia ios postuiados episiemoiiigicos cuaiiia~ivisias (Bulmer;
naturaleza diferente. En la primera se trata de una induc- 1979). la diferencia metodológica puede expresarse como
cióiz enumerativa, que trata de descubrir cuántos y qué diferencia de grado y fundamentalmente de actitud en la
tipos de unidades de investigación tienen unas ciertas ca- flexibilidad, estructuración y apertttua con la que nos en-
racterísticas, y trata de inferir relaciones empíricamente frentamos a los hecl~os.Incluso los supuestos análisis pu-
contrastables entre ellas. En segundo lugar, la induccióiz ramente descriptivos deben ser cuestionados, pues toda
atzalítica no está interesada en la incidencia o 12 frecuencia descripción implica una consciente o inconsciente concep-
de cici-las cualidades, sino en la generación de conceptos y 4 tualización. Queda tan sólo, a veces, tras el descriptivismo
categorías teóricas que se ajusten a la realidad. El primer cualitativista, una descripción que se nutre de los esquemas
tipo de inducción pretende abstraer, por ejemplo, relacio- de los propios sujetos investigados, lo que remite a otra di-
nes, mediante la generalización derivada del estudio de mu- mensión metodológica ya analizada.
chas unidades. El segundo tipo, al contrario, pretende ge- Según suele entenderse, la metodología cualitativa esta-
neralizar merced a la abstracción efectuada en el estudio de ría orientada a la generación o descub>-ir7zientode teorías,
uno o unos pocos casos (Branen, 1992). mientras que la cuantitativa a su verificación. Sin embargo,
84 MÉTODOS EN INVESTIGACI~N SOCIAL

como señalaba Hammerley en el párrafo inicial de este Reactividad y neutralidad


apartado, los cualitativistas, ni desarrollan sólo descripcio-
nes de la realidad social, ni se orientan exclusivamente al Re-actividad, en su más restrictivo sentido, remite a las
descubrimiento. Es cierto que siguen criticando el modelo modificaciones que los propios instrumentos de medida y
clásico, positivista, de contrastación de hipótesis, entendi- observación causan en los fenómenos medidos y observa-
das en tanto covariación entre variables, pero <(siquieres ir dos. La reactividad no es un problema exclusivo de las cien-
más allá de la mera existencia -advierte Agar- la falsa- cias sociales. Para ver un electrón también es necesario ilu-
ción y distribución de modelos son los siguientes pasos de minarlo, y esto supone un aporte adicional de energía. De
la lista)) (Agar, 1996: 43). Si consideramos hipótesis en su la misma manera, cuando el investigador social utiliza ins-
sentido general en tanto idea a validar mediante investiga- trumentos para investigar la conducta, el investigador ope-
ción, «la etnografía está llena de hipótesis en todas las fa- I ra sobre la realidad social que quiere observar, de lo que se
ses de la investigación)) (Agar, 1996: 219). Para introducir- I deriva una consecuente re-acción de la propia realidad. En
se en el camino de la validación, sin embargo, según este cualqiiier pesquisa, en tanto acción, está dada la interac-
autor, es necesario estar dispuesto a estrechar el foco, es de- l
tividad entre las partes, y esto añade serios problemas
cir, a delimitar el campo. metodológicos que dificultan la supuesta objetividad y neu-
El método de inducción analítica, desarrollado por
F. Znaniecki (Znaniecki, 1934), del mismo modo que algu- ' tralidad con la que debemos observar el mundo real. Sin
embargo, quisiera hacer notar, a la inversa, que sin esta in-
nas de sus más importantes variantes y aplicaciones, con- teractividad ningún conocimiento sería posible. Esta im-
tiene formulación de hipótesis y su posible falsación me- portantísima apreciación apenas se considera, pero en sí
diante casos, falsación que lleva en un proceso iterativo a misma constituye la clave del conocer, un conocer siempre
la reformulación de las hipótesis originales. Si bien la co- inseguro, por otra parte.
nocida grounded theory de B. Glasser y A. Strauss se orien- La reactividad es evidentísima cuando el investigador
ta a la formulación de teorías de mayor alcance, no sólo de opera activamente sobre la realidad, pero también existe
específicas hipótesis explicativas, busca formular categorías cuando el investigador observa la realidad. Pese a que la ob-
que queden suficientemente saturadas por múltiples casos, ,
servación aparece como una actividad meramente pasiva y
así como relaciones entre las categorías cuya validez debe recolectora, es casi siempre necesario entrar en el campo
t
ser testada en condiciones extremas al objeto de rechazar para recoger la fruta. La observacicín siempre implica, por
hipótesis alternativas. tanto, algún tipo de interactividad con el objeto de estudio.
A la inversa, puede afirmarse que la mayor parte de ia Pese a que puecia acusarse cie artificiaies a aquellos méto-
investigación cuantitativa, al menos de encuesta, es pura- dos que disponen conscientemente acciones sobre la 'reali-
mente descriptiva. Por otra parte, A. Strauss señala que la dad para observar sus reacciones, nadie podrá negar que de
4
grounded theory es una metodología general de descubri- este modo el sujeto adquiere algún conocimiento. Según la
miento aplicable tanto a los estudios cuantitativos como leyenda, parece que a Newton se le cayó la manzana, pero
cualitativos (Strauss et al., 1994). De hecho, Glasser y hubiera podido llegar a las mismas conclusiones si él mis-
Strauss ya habían expresado su creencia de que <<cadafor- mo hubiera cortado el pedúnculo que la mantenía unida al
ma de datos es útil tanto para la verificación como para la árbol. Si queremos saber de la dureza de una piedra, pode-
generación de teorías)) (Glasser y Strauss, 1967: 17). De mos machacarla con un martillo, o podemos esperar pa-
nuevo, contemplada con suficiente profundidad y rigor, la cientemente a que un objeto pesado, en condiciones ((natu-
línea divisoria entre los polos metodológicos aparece me- rales)),caiga sobre ella.
nos nítida y excluyente. La naturaleza de los fenómenos, su esencia, se expresa
en cualquier i~ztemctividadcon el resto del mundo, sea pro-
vocada o espontánea. Es obvio, sin embargo, que cada ac-
86 MÉTODOS EN INVESTIGACI~NSOCIAL

ción sobre un objeto y cada una de sus reacciones, lejos de y errores de muestreo. Los primeros muestran cambios de
mostrarnos su esencia, tan sólo nos ofrece un aspecto es- conducta de las personas por el mero hecho de saberse ob-
pecifico de la misma, aspecto que depende, y éste es el pro- servadas. Así la presencia de una cámara de televisión, la
blema de la reactividad, del tipo de acción que se ha ejer- participación en un experimento o en un grupo de discu-
cido sobre el fenómeno. Es obvio, también, que según sión o la respuesta a un cuestionario inducen cambios en
quién nos haga una pregunta, el jefe o un amigo, o según la conducta. La reacción, basada en la conocida presencia
el lugar donde nos encontremos, su despacho o un bar, la del otro, puede adquirir una riqueza de matices extraordi-
respuesta será diferente, pese a que estos lugares pueden naria. Así, piénsese por ejemplo en el efecto del lugar de
considerarse socialmente «naturales».No se trata, tan sólo, reunión elegido para celebrar el grupo de discusión, o en la
de la reacción provocada por el instrumento, sino también, escala de respuestas que se ofrece al entrevistado. Casi to-
lo que tiene ipplicaciones metodológicamente más profun- das las características de las técnicas de investigación tie-
das, de qué tipo de reacciones estamos investigando cuan- nen su particular efecto. Un aspecto importante es valorar
do investigamos una conducta. No puede olvidarse, a este si el sesgo introducido afecta sustancialmente o no a la in-
respecto. que toda conducta social es una reacción, un pro- formación que se persigue. Otro aspecto importante, más
ducto de la interactividad, por lo que la reactividad es in- allá de la reactividad, es si la información perseguida pue-
manente al comportamiento social, lo que instituye su ra- de obtenerse por la técnica propuesta. En este sentido, los
dical contingencia. autores señalan que las técnicas no reactivas son muy limi-
En el sentido restringido del término, sin embargo, nos tadas en cuanto a posibilidades de aplicación y al tipo de
encontramos ante técnicas en mayor o menor grado reacti- información que pueden ofrecer.
vas, reactividad que afecta tanto a las técnicas activas, o La mera presencia del observador opera en alguna me-
productovas de datos, como a las técnicas pasivas o recolec- dida y en alguna dirección sobre el sujeto observado, por lo
tovas. Puede afirmarse que toda reactividad afecta a la que la observación no ha de considerarse una técnica abso-
validez de la observación, pero también que no existe ob- lutamente no reactiva. Aunque, como sucede en los trabajos
servación completamente válida. Atendiendo al criterio res- etnográficos, la prolongación de la presencia del observador
tringido de la reactividad, J. Webb et al. expusieron en un incrementa la espontaneidad en el observado, también su-
libro un conjunto de modos no reactivos de investigación cede, al mismo tiempo, que el observador, en cuanto instru-
aplicables a las ciencias sociales (Webb et a l , 1966: 13-29). mento, es afectado por los fenómenos ~ j i ha
r estado ohser-
Entre ellos incluían el análisis de rastros físicos dejados por vando. Como es lógico, la interactividad funciona en los dos
la actividad humana, el análisis de documentos de archivos sentidos. Pero mas alía de estos probiemas, como la con-
públicos y privados, la simple observación de aspectos ex- fianza del observado o la identificación entre observador y
ternos de la conducta humana, así como la observación observado, es necesario señalar que toda observación, en el
oculta. En todos estos casos la observación se realiza sin sentido amplio del término, lejos de poder considerarse una
necesidad de operar o afectar al proceso de producción de actitud pasiva o recolectora, implica una intensa actividad
la realidad social, asegurando que los actores no son cons- en el sujeto observador. Si antes se le ha definido como re-
cientes de esta intromisión observacional. colectora es porque no opera sobre el sujeto observado, so-
Quizás sea más interesante, en el plano metodológico, bre el objeto externo, pero siempre constituye una concreta
referir algunos de los problemas que se derivan de la reac- y específica mirada, siempre se lleva a cabo con algún ins-
tividad de algunos instrumentos de la investigación social. trumento perceptivo y desde un punto de observación con-
Estas fuentes de invalidez, que los autores refieren a los creto. Basta aplicar las cinco dimensiones metodológicas ex-
procesos de medición, pueden clasificarse básicamente en puestas anteriormente a los procesos de observación para
tres. Errores que se derivan en cambios del sujeto observa- cerciorarnos de las múltiples orientaciones que pueden es-
do, errores atribuibles a las características del observador, tar implícitas en la más siniple e ingenua de las miradas.
88 MÉTODOS EN INVESTIGACI~N SOCIAL LAS DIMENSTONES METODOL~GICAS 89

Sería falso afirmar que sólo la veactividad operativa o ex- ción se redujo. El experimento de Hawthorne sirvió para
terna, en sentido estricto, explica la falta de concordancia, poner de manifiesto aspectos psicosociales del comporta-
congruencia o convergencia entre investigaciones dirigidas miento humano, desechando clásicas teorías de motiva-
a observar el mismo objeto. También esta reactividad iizter- ción, de carácter mecánico, que siniplificaban la imagen del
Iza u obsewacional determina las enormes disparidades de hombre activo en el trabajo.
resultados que pueden aparecer en este tipo de estudios. . Más allá de la reactividad provocada artificial o experi-
A este respecto, es clásica la disparidad de resultados que mentalmente, y más allá de la reactividad inmanente al
alcanzaron dos experimentados investigadores de campo, propio proceso de observación, ha de tenerse en cuenta la
'
reactividad asociada al propio proceso de representación.
>

O. Lewis y R. Redfield, al estudiar un mismo pueblo mexi-


cano. Redfield reflejó la vida del pueblo como armoniosa e Tanto la experimentación activa como la observación pasi-
integrada, sobre todo en comparación con la vida de la ciu- va nos ofrecen únicamente retazos de realidad, reflejos de
dad, mientras O. Lewis dibujó un panorama de hostili-
t
la esencia de las cosas, esencia por naturaleza incognosci- ,
*
dades, desequilibrio emocional, celos y codicia (Agar, ble. La realidad no es sólo percibida por un sujeto, sino que
1996: 60). sólo puede ser representación en un sujeto. Neutralidad, -
Este ejemplo, que por supuesto no es único entre los es- por tanto, constituye también en la investigación social una
tudios elaborados mediante observación participante, tam- palabra epistemológica, metodológica y empíricamente en
bién se encuentra en muchos resultados de orientación gran parte carente de sentido, casi una palabra vacía.
cuantitativa. Pese a su mayo! especificidad, sus medidas, a Como señala Schopenhauer: <(Elinundo es mi represen-
veces aparentemente simples, siempre dan resultados dis- tación: esta verdad es aplicable a todo ser que vive y cono-
cordante~cuando son obtenidos con diferentes técnicas. ce, aunque sólo al ser humano le sea dado tener conciencia
Piénsese, por ejemplo, en la medición de crímenes o delitos de ella; llegar a conocerla es poseer el sentido filosófico.
establecida según los registros policiales, una técnica en I Cuando el hombre conoce esta verdad estará para él clara-
términos de Webb supuestamente no reactiva, y el número mente demostrado que no conoce un sol ni una tierra, y sí
detectado mediante una encuesta de victimización. Cada únicamente un ojo que ve el sol y una mano que siente el
técnica da lugar a su propia medida. Así, un incremento del l' contacto de la tierra; que el mundo que le rodea no existe
crimen según los registros policiales puede ser debido a un i más que como representación, esto es, en relación con otro
incremento real, o a un mero incremento en la proporción 4 ser: aquel que le percibe, o sea él mismo. Si hay alguna ver-
de denuncias presentadas a la policía. De otra parte, igual dad a priori es ésta, pues expresa la forma general de la ex-
. .
que sucede con la medición del desempleo, el número de- ijii-iilicla, :a ~ i i gcielal
6~ Uc ~ G Y ~iíiclüiilas
s, las de tiempo,
espacio y causalidad, puesto que la suponen. Cada una de
l
tectado por la ehcuesta dependerá de la definición de cri- l
men o delito que opere en los respondentes (Brewer et al., 1 estas f o h a s , que son otros tantos modos diversos del prin-
J
1989: 15). 1 cipio de razón, no es aplicable más que a una clase de re-
\
En el campo de la experimentación, quizás uqo de los presentaciones, pero no sucede así con la división de suje-
ejemplos más conocidos de reactividad, conocido también l to y objeto, que es la forma común a todas aquellas clases
por sus afortunadas consecuencias científicas, fueron los 1
y la única bajo la cual es posible cualquier representación,
experimentos de Hawthorne, encargados a Elton Mayo y su l
ya sea abstracta o intuitiva, pura o empírica. No hay otra
equipo, tras unos resultados sorprendentes obtenidos por el verdad más cierta, más independiente ni que necesite me-
ingeniero A. Penock al realizar un experimento previo so- nos pruebas que la de que todo lo que puede ser conocido,
bre el posible efecto de la iluminación sobre el rendimien- es decir, el universo entero, no es objeto más que para un
to de los trabajadores. Lo sorprendente no fue que el ren- sujeto, percepción del que percibe; en una palabra: rep'i-e-
dimiento subiese al incrementar la iluminación, resultado sentación. Y esto es aplicable con toda verdad, tanto a lo
esperado, sino que también ascendió cuando la ilumina- presente como a 10 pasado y a lo porvenir, a lo remoto
90 MÉTODOS EN INVESTIGACI~N SOCIAL

como a lo próximo, puesto que es aplicable al tiempo y áL


espacio, en los cuales se dan separadas las cosas. Todo lo
que constituye parte del mundo tiene forzosamente por
condición un sujeto y no existe más que por el sujeto. El
mundo es representación)) (Schopenhauer, 1987).

EL ESTATUTO DEL MÉTODO


E N LA INVESTIGACIÓN SOCIAL

Definimos la sociología como el acervo de conocimien-


tos disponibles sobre las causas, la naturaleza y las conse-
cuencias de la interactividad social. La sociología no puede
prescindir del hombre ni como punto de partida ni como
punto de llegada. Pero sólo puede considerarse estricta-
mente social aquello que emerge de la interactividad entre
al menos dos individuos. El hombre es un ser activo, y toda
acción provoca siempre consecuencias que potencialmente
pueden alcanzar a un otro, también activo, cuyas conse-
cuencias a su vez podrían igualmente afectar al primero. De
la recíproca posibilidad de afectación, y del consecuente in-
terés recíproco por la conducta del otro, surge espontánea-
mente la sociabilidad humana, una realidad que hundien-
do su raíces en ei hombre, va mas allá de cualquier parti-
cular hombre, y configura la naturaleza de todo hombrd
(Bericat, 1996).
Podemos definir entonces la investigación social como
todo proceso de actividad orientado a la obtevición de cono-
cimiento empírico-racional sobre las causas, la naturaleza y
las consecuencias de la interactividad social. O dicho de otro
modo, ((lainvestigación social consiste en la observación y
registro sistemáticos del comportamiento humano en los
sistemas sociales con el fin de elaborar y comprobar teorías
sociales>)(Caplow, 1974: 43). Sin duda, la finalidad propia
y más importante de cualquier proceso investigador, aun-
que no necesariamente la única, ha de ser el descubri-
miento y la verificación de teorías. La ciencia avanza tan

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