Sunteți pe pagina 1din 15

Expediente: N°

Cuaderno: Principal
Escrito: Nº 1
Sumilla: Demanda de Amparo

SEÑOR JUEZ PRESIDENTE DE LA SALA CIVIL DE TURNO DE LA CORTE


SUPERIOR DE JUSTICIA DE
XXXXXXXXXXXXX, identificado con DNI N° , con domicilio real y
habitual en Luís Gonzáles N 1171 Provincia de Lambayeque señalando para
estos efectos como domicilio procesal , me apersono a la instancia a
fin de exponer lo siguiente:

I. Relación Jurídico Procesal


Que, de conformidad con lo establecido en el Art. II del Título Preliminar,
Art. 1º, 4º e incisos 12) y 16) del Art. 37º del Código Procesal Constitucional (Ley
Nro. 28237), en concordancia con lo establecido en el artículo 70° e inciso 3) de
nuestra Magna Constitución Política del Estado, interpongo Demanda de
Amparo contra:
a) , en su calidad de Juez del Sétimo Juzgado
Especializado en lo Civil a quien deberá notificársele en su Despacho
Judicial ubicado en Calle
II. Petitorio
Que, invocando interés y legitimidad para obrar, acudo a vuestro
Despacho a fin de que el emplazado arriba indicados cesen la violación a mis
derechos constitucionales y como consecuencia de ello, se declare:
2.1 La nulidad e inaplicación de la resolución número ochenta del 28 de
febrero de 2008, y la resolucio9n 85 de fecha 8 de septiembre de 2008
pronunciada por la Primera Sala Civil que declara que declara dejar sin
efecto el acuerdo celebrado entre Luz Ima Ado Vlerio Wilmewr maguiña
Pulitti respecto a al cesio del depsotio del inmueble y oficina que frorman
parte del inmueble N 1161 a FAVOR DE Foña Zoila y Maria Perrigo
fecha trece de abril del dos mil siete, expedida por Edgar Vizcarra
Pacheco (Juez) y Alejandra Rosario Ludeña Macuri (Especialista Legal)
en el expediente número doscientos treinta y uno del año dos mil siete, y,
la suspensión de sus efectos jurídicos.
2.2 Por ende la suspensión y posterior dejar sin efecto todos los actos
tendientes a vulnerar del derecho de propiedad de la recurrente por
medida judiciales y coactivas como desalojos y demás como
consecuencia de la declaración de nulidad de la resolución antes
citada cuya inaplicabilidad se solicita a través de la presente acción de
amparo.

1
III. FUNDAMENTOS DE HECHO: ANTECEDENTES Y AFECTACIÓN DE
LOS DERECHOS CONSTITUCIONALES DEL RECURRENTE
3.1.- ANTECEDENTES
SOBRE LAS CAUSALES DE PROCEDENCIA DEL PROCESO DE
AMPARO : RESIDUALIDAD URGENCIA EN LA DEMORA Y LA
TUTELA JURIDICA
Aun cuando, stricto sensu, toda amenaza supone un estado de peligro sobre
determinados bienes o derechos que nuestro ordenamiento reconoce, para
que tal estado lesivo pueda considerarse efectivamente inconstitucional y, a la
vez, condicionante en la prosecución de un proceso constitucional, requiere
necesariamente de dos características comunes; la probabilidad o
certeza y la inminencia. Mientras que la primera de las señaladas supone la
posibilidad fáctica de que el acto violatorio se pueda concretizar en la práctica;
la segunda implica la proximidad o cercanía en la producción del
acontecimiento lesivo. Ambas características resultan consustanciales a la
existencia de una amenaza, por lo que la única forma de justificar la
interposición de un proceso dentro de supuestos como el presente,
inevitablemente pasa por la presencia concurrente o alternativa de alguna de
las señaladas y la merituación realizada que deba hacer su despacho en
torno de la intensidad que pueda, o no, tener sobre los derechos susceptibles
del presente reclamo.
Debido a la naturaleza de nuestra pretensión

Referencia de la residualidad
la cual como usted podrá apreciar requiere un tratamiento preferente y
con la debida celeridad del caso razón por la cual debería resolverse
en el proceso de amparo constitucional y no en el contencioso
administrativo dando cumplimiento a la causal de procedencia
contenida en el artículo 5 del Código `Procesal Constitucional que
precisa que El amparo constitucional es ineficaz cuando existan vías
previas igualmente satisfactoria, en el presente caso nuestra
pretensión implica urgencia y celeridad situación que esta de
alguna manera vedada en la vía ordinaria.

De igual forma debemos manifestar que al ser el proceso de amparo


el idóneo no se requiere por tanto estación probatoria per se si no mas
bien una clara apreciación de los medios probatorios idóneos que
presentaremos con lo que desvirtuamos la posibilidad remota que el
presente pedio se ha visto por la otra vía

En el caso de autos, queda claro que, examinado el extremo del petitorio


concerniente a la existencia de una amenaza del derecho de propiedad, se
concluye que este esta justificado. En efecto, existe en autos el hecho de
que se haya tramitando un proceso utilizando una dirección que no
corresponde se considera no una anomalía procesal, cual es el que un
proceso sea conocido por otro juez vulnerando la jurisdicción
predeterminada por ley, como se esta desarrollado en el punto 3.3.4 de
la presente demanda sino exactamente un proceso irregular, claro está,

2
que el resultado de dicho proceso incida definitivamente en los derechos de
terceros, situación que denunciamos

Referencia a la inminencia
Desde el momento en que existe acreditación en torno del perjuicio del
derecho de propiedad, resulta evidente que puede considerarse la sola
existencia de un proceso de amparo como un estado de peligro
realmente cierto. puede considerarse que pueda desencadenar un
resultado cercano o inminente incida en los derechos reclamados por
tanto damos cumplimiento en acreditar el requisito de
procedibilidad a que hace referencia el inciso 1 del articulo 5 del
Código Procesal Constitucional que señala

“Que debe respetarse y demostrarse el contenido constitucionalmente


protegido del derecho fundamental en el caso de autos el derecho de
propiedad y en segundo termino el debido proceso en su faz o haz de
jurisdicción predeterminada por ley”

3.2 CERTIDUMBRE DEL DERECHO QUE SE BUSCA PROTEGER


3.2.1 Se deduce que la protección es el rasgo fundamental de la acción de
amparo y que conduce a tipificarlo al interior de la Teoría General del
Proceso, como un gran proceso cautelar de Derechos Constitucionales.
En este sentido, la función o finalidad PROCESO DE AMPARO es la
protección de los derechos constitucionales, quiere decir que para que un
mandato protector se extienda sobre ellos, es menester que se cumpla la
condición fundamental de su existencia previa al acto u omisión cuyos
efectos queremos anular. En otras palabras, se requiere que el justiciable
haya estado, previamente, gozando y ejerciendo en forma efectiva dichos
derechos o haya estado en la actitud de hacerlo con dicho carácter.

REFERENCIA AL CARÁCTER RESTITUTIVO

REITERADA JURISPRUDENCIA EL COLEGIADO


CONSTITUCIONAL HA SEAÑALADO ACERCA DE LA NATURALEZA
CONSTITUTIVA Y NO DECLARATIVA DEL PROCESO DE AMPARO,
ES DECIR DEBE QUEDAR CLARAMENTE ESTABLECIDO QUE EL
DERECHO FUNDAMENTAL DEBE PREEXISTIR A EFECTO DE SER
TUTELADO.
3.2.2 Asumiendo dicha premisa, debo manifestar señor Presidente, que la
recurrente le asiste el derecho de propiedad sobre el inmueble ubicado en
Calle Luis Gonzales N 1161 el mismo que se encuentra en
cuestionamiento y que objeto de herencia La propiedad es un
derecho real, esto es, un derecho del ser humano sobre las cosas
jurídicamente reconocidas. Es el que tiene reunidos en sí misma mas
poderes que ningún otro derecho sobre las cosas, pues puede ser
sucepctible de uso (servirse de la cosa), disfrute (percibir los frutos y
productos), disposición (ceder todo o parte de su derecho) y

3
reivindicación (recuperar la cosa de quien la tiene sin derecho). Entendido
de esta manera el derecho de propiedad es un derecho perpetuo y
exclusivo, porque el propietario, y sólo él, puede hacer uso de las
facultades inherentes al ejercicio de este derecho, que es exclusivo y
excluyente, otorgándole a su titular la suma de las facultades que pueda
reconocerle la ley.
3.2.4 Nuestra Constitución reconoce a la propiedad no sólo como un derecho
subjetivo, conforme a los incisos 8) y 16) del artículo 2º de la Constitución,
sino como una garantía institucional, a tenor del artículo 70º, según el
cual el Estado garantiza la inviolabilidad de la propiedad. Dicho artículo es
acorde con las finalidades del Estado Social y Democrático de Derecho,
que reconoce la función social que el ordenamiento reserva a la
propiedad, la cual es inherente al derecho mismo, por lo que el Estado
tiene el deber de garantizar la propiedad privada (Exp. 0048-2004-AI/TC).
3.2.5 En armonía con el Art. 70º de la Constitución Política del Estado, el Art.
923º del Código Civil establece: “que la propiedad es el poder jurídico que
permite usar, disfrutar, disponer y reivindicar un bien”, lo que denota los
verdaderos alcances del derecho de propiedad, los mismos que no
pueden ser limitados, ya que ello, conllevaría a que se incurra en un serio
resquebrajamiento del orden constitucional imperante. Es en este mismo
sentido, que el Art. 882º del Código Civil dispone que no se puede
establecer contractualmente la prohibición de enajenar o gravar, salvo
que la ley lo permita, con lo cual, queda claro, que ni las partes, ni el
Juez, pueden limitar el derecho de propiedad y sus atribuciones que le
son inherentes, salvo que exista una ley que así lo permita.
3.2.6 La posibilidad de disponer de los propios intereses en el ámbito de las
relaciones sociales y económicas representa un elemento esencial de la
libertad, y constituye hoy un valor irrenunciable de la civilización. Por ello,
no llama la atención que desde el primer constitucionalismo se haya
reconocido a la propiedad como un derecho fundamental de la persona.
El Art. 2º, inciso 16, de nuestra Constitución Política de 1993 consagra
que toda persona tiene derecho a la propiedad, entendiendo como tal uno
de los instrumentos que posibilitan la libertad de actuación del individuo
en la vida económica; en este caso especifico, se trata de garantizarle al
propietario una amplia libertad de acceder a la propiedad; pero una vez
alcanzado ese objetivo se garantiza la libertad de ejercicio de su
derecho. De esta manera queda proscrita toda interferencia Estatal cuyo
fin sea despojar al individuo. El derecho a la propiedad, en su versión
clásica y vigente todavía hoy, es un ámbito de libertad del ciudadano
frente al Estado.
3.2.7 Los efectos de estos derechos consisten en crear un ámbito exento para
el individuo titular, donde nadie está autorizado para realizar una
intervención, o en su caso sólo puede hacerlo a través de un
procedimiento lleno de garantías. Los grandes valores informan a estos
derechos son la libertad y la seguridad jurídica principalmente. El Inciso
16) del Art. 16º de la Constitución Política del Estado debe concordarse
con su Art. 70º, en el que se ratifica que la propiedad en su vertiente
constitucional es un derecho de libertad, de “no-interferencia” en la

4
terminología de PECES-BARBA. En efecto, la Constitución no define el
derecho de propiedad, pero si indica que es inviolable, lo cual es una
clara muestra de la garantía que el Estado ofrece al ciudadano; por lo que
estamos claramente en presencia de un “derecho-libertad”: “La propiedad
es una prolongación de la libertad del individuo, pero referida a los bienes
que adquiere”.

3.3 ACTUALIDAD DE LA CONDUCTA LESIVA.


3.3.1 No obstante lo expuesto en el ítem anterior, el derecho de propiedad y
atribuciones inherentes a esta, que legalmente y de buena fe han sido
adquiridos por el recurrente via un procedimiento herencia siendo
desconocidos lesivamente por el señor Juez del setimo juzgado Civil
quienes ilegalmente vienen amanzanado y vulnerando mi derecho a al
propiedad por que no es legal que via un proceso totalmente incidental
y no un proceso sumarismo se proceda al deesolojo de la propiedad
sin tomar en cuenta que como se aprecia dicho terreno constituye
una uni9dad y que la dilucidación 0 deberá hacerse vía un proceso
sumarismo de acuerdo a lo dispuesto en al articulo 585 del codigo
civil
3.3.6 Señor Presidente, apreciamos por tanto que existe una desviación de la
jurisdicción predertiminada por ley por tanto no es suficiente la
presentación de una demanda o pedido cautelar, ante órgano
jurisdiccional, cualquiera que sea éste, para que el derecho de acción se
ejercite regularmente y la obligación de la jurisdicción por parte del Estado
se cumpla eficazmente, dentro de un proceso, sino que es imprescindible
que se cumpla con determinadas condiciones o requisitos para que la
relación jurídica procesal nazca válida y se desarrolle eficazmente. A
estas condiciones Oskar Von Bûlow les llamó “presupuestos procesales”,
denominación que ha sido acogida casi unánimemente por la doctrina y
las legislaciones. Entre esos presupuestos tenemos la capacidad o
competencia del Juez para conocer de una causa o de un pedido, la falta
de este requisito conlleva a que toda actividad procesal se encuentre
viciada.
“La competencia civil sólo puede ser establecida
por ley y no puede cambiarse ni modificarse salvo
en los casos expresamente previstos en la ley o en
los convenios internacionales” (Exp. 964-96-Lima,
Sala Civil de la Corte Suprema. El Peruano,
24/02/98, Pág. 755).
3.3.7 Los principios rectores de la competencia son los de legalidad e
irrenunciabilidad. El primero establece la vigencia de aquélla únicamente
por disposición de la ley; el segundo determina que la competencia civil
no será materia de renuncia ni modificación alguna por decisión judicial,
excepto si la propia ley así lo dispone (Art. 6º del Código Procesal Civil).
Estos principios corroboran los principios procesales contenidos en el
Título Preliminar del C.P.C., ya que si la determinación de la competencia
se dejase al arbitrio de la voluntad de cualquier persona se crearía un
verdadero desorden en la administración de justicia. En este sentido, la

5
competencia asignada a cada Juez no puede ser delegada. Esta
disposición se genera de un principio constitucional que establece dicha
indelegabilidad. Es por ello, que nuestra Corte Suprema ha establecido
que: “En cualquier estado del juicio, antes de la sentencia, el juez de
oficio o a pedido de parte puede declarar su incompetencia territorial
no prorrogable” (Casación Nro. 950-97 - Piura, de fecha 16/09/1998).
3.3.8 No obstante, lo antes expresado, el juez denu8cniado enj un
proceso distinto al regular de manera temeraria y dolosa ha
usurpado una competencia que corresponde a otro proceso dando
cabida a la pretensión propuesta para enrevar lso efectos quien se
ha valido de insubstanciales artificios legales para desconocer no
solo mi legitimo derecho de propiedad, sino además el
procedimiento de desalojo tatalmente irregular

CARÁCTER MANIFIESTO DE LA ANTIJURICIDAD O ARBITRARIEDAD


DE LAPRIVACIOND E LA PROPIEDAD .
3.4.1 La prohibición de disponer supone una restricción a la facultad de
disposición normalmente atribuida a favor del titular de un derecho
subjetivo. La prohibición de disponer excluye la realización por parte del
titular de los llamados actos de disposición tales como: transmisión,
renuncia abdicativa o traslativa y constitución de derechos reales
limitados o gravámenes.
3.4.2 Las restricciones antes referidas han sido impuestas
arbitrariamente por la apócrifa Res. Nro. la misma que pretende
extenderse a desconocer el derecho de PROPIEDAD sobre el EL
TERRENO SITUADO EN CALLE luis gonzales N 1161
SOBRE LA AFECTACION AL DEBIDO PROCESO Y SUS
DIFERENTES MATICES EN EL CASO IN EXAMINE
Conforme lo ha señalado El TC En la sentencia recaída en el EXP
N.º 03741-2004-AA/TC

El derecho de acceder a la jurisdicción forma parte del contenido esencial


del derecho a la tutela jurisdiccional, por lo que cualquier impedimento o
mecanismo que dificulte su acceso, se convierte en un obstáculo
contrario al derecho constitucional de toda persona de acceder sin
condicionamientos a la tutela jurisdiccional (FJ 34).

Asimismo en la sentencia recaída en el Exp N.º 0763-2005-PA/TC el TC


señalo

El derecho al acceso de justicia garantiza el derecho de acceder a los


órganos jurisdiccionales para solicitar que se resuelva una situación
jurídica, conflicto de derechos o presentación de reclamos en un proceso
judicial. Sin embargo, esto no obliga al órgano jurisdiccional a estimar lo
pedido por el justiciable, sino, solamente, la obligación de que la
resolución que estime o no la pretensión sea razonada y ponderada. De
otro lado, ninguna actuación jurisdiccional puede conllevar a desalentar o
sancionar el ejercicio de este derecho (FJ 8 y 9).

6
La tutela judicial efectiva es un derecho constitucional de naturaleza
procesal en virtud del cual toda persona o sujeto justiciable puede
acceder a los órganos jurisdiccionales, independientemente del tipo de
pretensión formulada, acompañarle a su petitorio. En un sentido
extensivo, la tutela judicial efectiva permite también que lo que ha sido
decidido judicialmente mediante una sentencia, resulte eficazmente
cumplido. En otras palabras, con la tutela judicial efectiva no solo se
persigue asegurar la participación o acceso del justiciable a los diversos
mecanismos que habilita el ordenamiento dentro de los supuestos
establecidos para cada tipo de pretensión, sino que se busca garantizar
que, tras el resultado obtenido, pueda verse este último materializado con
una mínima y sensata dosis de eficacia.
La tutela judicial efectiva no significa, pues, la obligación del órgano
jurisdiccional de admitir a trámite toda demanda, ni que, admitida a
trámite, tenga necesariamente que declararse fundada dicha demanda.
Cabe también puntualizar que, para la admisión a trámite, el juez solo
puede verificar la satisfacción de los requisitos formales de admisibilidad y
procedencia señalados en la ley procesal; exigencias relacionadas con la
validez de la relación procesal que, como sabemos, se asientan en los
presupuestos procesales y en las condiciones de la acción; es decir,
exigencias que tienen que ver con la competencia absoluta del juez
las resoluciones judiciales no solo pueden considerarse legítimas por el
hecho de derivar de un proceso tramitado respetando las formas (debido
proceso formal), sino, y sobre todo, por el hecho de respetar los principios
de razonabilidad y proporcionalidad como elementos o componentes
sustantivos del proceso debido
conforme se ha establecido en jurisprudencia vinculante, “(...) a diferencia
de los jueces ordinarios, quienes en la mayoría de los casos mantienen una
vinculación rígida con la ley, el deber de suplir los actos defectuosos es exigible
ineludiblemente en el caso del juez constitucional, debido al deber especial de
protección de los derechos fundamentales que informa los procesos
constitucionales”. (Exp. N.° 0569-2003-AC/TC, FJ.3).

La finalidad de los procesos constitucionales no sólo es la defensa de


concretos derechos subjetivos, sino también la tutela de los valores
objetivos de la Constitución. Como antes lo ha señalado este Colegiado,
los derechos fundamentales no sólo tienen una dimensión subjetiva [esto
es, no valen sólo como derechos subjetivos], sino también una dimensión
objetiva, puesto que constituyen el orden material de valores en los
cuales se sustenta el ordenamiento constitucional
El derecho a un debido proceso, como condición previa para que la
administración puede incidir o intervenir en el derecho de propiedad del
administrado, constituye una garantía de éste sin cuya observancia se
produce una lesión tanto del derecho al debido proceso como, también,
en el plano sustantivo, del derecho de propiedad
El amparo contra resoluciones judiciales y el derecho a la tutela procesal

7
En concreto, a partir de una interpretación de la limitación contenida en el
segundo párrafo del inciso 2) del artículo 200 de la Constitución, cuyo texto
reproduce con algunas variantes lo que en su momento preveía el inciso 3) del
artículo 6 de la Ley Nº. 23506, ahora derogado, según el cual el amparo

(...) no procede contra (...) resoluciones judiciales


emanadas de procedimiento regular

Descartada una lectura de dicho precepto constitucional en el sentido de que no


cabía la interposición de un amparo contra resoluciones judiciales, existe
consenso en admitirse que, más que una prohibición, en realidad, dicho
precepto contiene una limitación, cuyo ámbito de actuación opera en aquellos
casos en los que la resolución judicial emana de un proceso “regular”, pero no
en aquellos otros donde ésta se expide en el seno de un proceso “irregular”.

En el presente caso la situación de irregularidad como se ha desarrollado se


refiere en la vulneración del debido proceso formal en tanto ha existido una
desviación d e la jurisdicción predeterminada por ley al conocer el presente
proceso un juzgado que no tenia competencia o mejor dicho que era
absolutamente incompetente lo cual vicia el proceso, no significa ello una
simple irregularidad sino una irregularidad manifiesta

El artículo 4° del Código Procesal Constitucional, establece: “(...) se entiende


por tutela procesal efectiva aquella situación jurídica de una persona en la que
se respetan, de modo enunciativo, sus derechos al libre acceso al órgano
jurisdiccional, a probar, de defensa, al contradictorio e igualdad sustancial en el
proceso, a no ser desviado de la jurisdicción predeterminada ni sometido a
procedimientos distintos de los previstos por la ley, a la obtención de una
resolución fundada en derecho, a acceder a los medios impugnatorios
regulados, a la imposibilidad de revivir procesos fenecidos, a la actuación
adecuada y temporalmente oportuna de las resoluciones judiciales y a la
observancia del principio de legalidad procesal penal”.

Evidentemente, el debido proceso y los derechos que conforman su contenido


esencial están garantizados no solo en el seno de un proceso judicial, sino en
toda circunstancia, el respeto –por parte de la administración pública o privada–
de todos los principios y derechos normalmente protegidos en el ámbito de la
jurisdicción común o especializada, a los cuales se refiere el artículo 139° de la
Constitución.
Bajo esa premisa, el derecho de defensa se ha vulnerado indirectamente al
haberse sometido el proceso judicial a otra jurisdicción, esta nueva faz
constituye un derecho fundamental de naturaleza procesal que conforma, a su
vez, el ámbito del debido proceso, y sin el cual no podría reconocerse la
garantía de este último. Por ello, en tanto derecho fundamental, se proyecta
como principio de interdicción para afrontar cualquier indefensión y como
principio de contradicción de los actos procesales que pudieran repercutir en la
situación jurídica de algunas de las partes, sea en un proceso o procedimiento,
o en el caso de un tercero con interés.

8
3.5 ORIGEN CONSTITUCIONAL INMEDIATO DE LOS DERECHOS
AFECTADOS.

PRESCISON SOBRE EL ORIGEN INMEDIATO DEL DERECHO


3.5.1 El artículo 25.1 de la Convención Interamericana de Derechos Humanos,
establece que toda persona tiene derecho a un recurso sencillo y rápido o
a cualquier otro recurso efectivo ante los Jueces o Tribunales
competentes, que lo ampare contra actos que violen sus derechos
fundamentales reconocidos por la Constitución, la ley o la presente
Convención… “tal recurso, en nuestra legislación es, entre otros, el
amparo, cuya idoneidad es determinante como requisito previo para
establecer si se ha incurrido en alguna violación de un derecho
constitucional (Exp. 127-2002 –AA/TC).
3.5.2 La acción de amparo procede contra las resoluciones expedidas en un
proceso irregular, vale decir, en el que se violan las reglas del debido
proceso constitucionalmente consagradas, tales como los derechos a la
jurisdicción predeterminada por la ley, al procedimiento preestablecido, a
la cosa juzgada, a la debida motivación de las resoluciones judiciales, a la
pluralidad de instancias, de defensa, Etc.
3.5.3 De conformidad con el Art. 8.1 de la Convención Interamericana de
Derechos Humanos, constituye un atributo integrante del debido proceso
también el derecho a ser juzgado por un tribunal competente, lo que no se
respeta tanto cuando se somete a una persona ante autoridad que no se
encuentra investido de las funciones jurisdictio como cuando
encontrándose investido de funciones jurisdiccionales, sin embargo, éste
carece de competencia legal para resolver la controversia, como sucede
en el caso de autos. (Exp. 818-00-AA/TC).
3.5.4 El Art. 8.1 de la Convención Interamericana de Derechos Humanos
textualmente establece: “Toda persona tiene derecho a ser oída, con las
debidas garantías y dentro de un plazo razonable, por un juez o tribunal
competente, independiente e imparcial, establecido con anterioridad por
la ley en la sustentación de cualquier acusación penal formulada contra
ella, o para la determinación de sus derechos y obligaciones de orden
civil, laboral, fiscal o de cualquier otro carácter.

3.5.5 Los derechos constitucionales de naturaleza procesal se encuentran


taxativamente reconocidos por nuestra Constitución, con el fin de
establecer y garantizar un proceso ágil, eficaz y garantista de la defensa
de los derechos de las personas. En este sentido, nuestra carta magna
ha consagrado el derecho al debido proceso y a la tutela jurisdiccional
con garantías procesales, entre los que destacan: los derechos
fundamentales al debido proceso y a la tutela jurisdiccional 1, tal como lo
establece el artículo 139º numeral 3, de la Constitución Política del Perú,

1
Sentencia del TC. Exp. Nº 3179-2004-AA/TC del 18 de febrero del 2005

9
así como el derecho a la pluralidad de instancia (Artículo 139º numeral 6
de la Constitución).

3.5.6 Como sabemos, la protección otorgada a los derechos fundamentales


cuenta con una estructura que se encuentra establecida por todo
ordenamiento jurídico. Ello se enmarca desde el aspecto objetivo y
subjetivo de los derechos fundamentales, y es en esta circunstancia que
nuestro sistema jurídico establece determinados mecanismos de tutela de
dichos derechos, estableciendo que los mencionados procesos
constitucionales no sólo protegen los derechos fundamentales entendidos
como atributos reconocidos a favor de los individuos, asegurando su
contenido y removiendo aquellos obstáculos que interfieran en su plena
efectividad, sino también, en cuanto se trata de los valores materiales del
ordenamiento jurídico2.

3.5.7 El proceso de amparo procede contra el hecho u omisión, por parte


de cualquier autoridad, funcionario o persona que vulnera o
amenaza los demás derechos reconocidos por la constitución (que
no son protegidos por el Habeas Corpus), asimismo no procede
dicho recurso contra normas legales ni contra resoluciones
judiciales emanadas de procedimiento regular. Al respecto el
Tribunal Constitucional ha señalado que la existencia de un
procedimiento regular se encuentra relacionada con la existencia de un
debido proceso en el que se hayan respetado garantías mínimas tales
como los derechos al libre acceso a la jurisdicción, de defensa, a la
prueba, motivación, a la obtención de una resolución fundada en
Derecho, la pluralidad de instancia, al plazo razonable, entre otros
derechos fundamentales, por lo que un proceso judicial que se haya
tramitado sin observar tales garantías se convierte en un proceso
irregular, que no sólo puede, sino debe de ser corregido por el juez
constitucional mediante el proceso de amparo.

3.5.8 La vulneración de mi derecho constitucional de propiedad, es


plausible de ser visto y protegido en esta vía, al ser un derecho humano
sobre las cosas jurídicamente reconocidas. Es el que tiene reunidos en sí
misma más poderes que ningún otro derecho sobre las cosas, pues
puede ser susceptible de uso (servirse de la cosa), disfrute (percibir los
frutos y productos), disposición (ceder todo o parte de su derecho) y
reivindicación (recuperar la cosa de quien la tiene sin derecho). En este
sentido, el derecho de propiedad es un derecho perpetuo y exclusivo,
porque el propietario, y sólo él, puede hacer uso de las facultades
inherentes al ejercicio de este derecho, que es exclusivo y excluyente,
otorgándole a su titular la suma de las facultades que pueda reconocerle
la ley.

3.5.9 Nuestra Constitución reconoce a la propiedad no sólo como un


derecho subjetivo, conforme a los incisos 8) y 16) del artículo 2º de
2
Ibid..

10
la Constitución, sino como una garantía institucional, a tenor del
artículo 70º, según el cual el Estado garantiza la inviolabilidad de la
propiedad. Dicho artículo coincide con las finalidades del Estado Social y
Democrático de Derecho, que reconoce la función social que el
ordenamiento reserva a la propiedad, la cual es inherente al derecho
mismo, por lo que el Estado tiene el deber de garantizar la propiedad
privada.3

PRECISION SOBRE LA ARGUMENTACION CONSTITUCIONAL

Así entendido el derecho fundamental a la propiedad, parece atribuir


a su titular un poder absoluto, lo cual no se condice con los
postulados esenciales de los derechos fundamentales que reconoce
un Estado social y democrático de Derecho como el nuestro. Por
ello, el derecho a la propiedad debe ser interpretado no sólo a partir
del artículo 2°, incisos 8 y 16, sino también a la luz del artículo 70° de
la Constitución, el cual establece que éste se ejerce en armonía con
el bien común y dentro de los límites de ley.
En efecto, desde la perspectiva constitucional, el derecho
fundamental a la propiedad, como los demás derechos, posee un
doble carácter: de derecho subjetivo y, a su vez, de institución
objetiva valorativa. Es decir, en nuestra Constitución se reconoce a
la propiedad no sólo como un derecho subjetivo o individual, sino
también como una institución objetiva portadora de valores y
funciones.

3.5.10 En armonía con el Artículo 70º de la Constitución Política del


Estado, el artículo 923º del Código Civil establece: “que la propiedad es el
poder jurídico que permite usar, disfrutar, disponer y reivindicar un bien”,
lo que denota los verdaderos alcances del derecho de propiedad, los
mismos que no pueden ser limitados, ya que ello, conllevaría a que se
incurra en un serio resquebrajamiento del orden constitucional imperante.
Es en este mismo sentido, que el Artículo 882º del Código Civil dispone
que no se puede establecer contractualmente la prohibición de enajenar o
gravar, salvo que la ley lo permita, con lo cual, queda claro, que ni las
partes, ni el Juez, pueden limitar el derecho de propiedad y sus
atribuciones que le son inherentes, salvo que exista una ley que así lo
permita.

3.5.11 El artículo 2º, inciso 16, de nuestra Constitución Política de 1993,


consagra que toda persona tiene derecho a la propiedad, entendiendo
como tal uno de los instrumentos que posibilitan la libertad de actuación
del individuo en la vida económica; en este caso específico, se trata de
garantizarle al propietario una amplia libertad de acceder a la propiedad;
pero una vez alcanzado ese objetivo se garantiza la libertad de ejercicio
de su derecho. De esta manera queda proscrita toda interferencia Estatal
cuyo fin sea despojar al individuo. El derecho a la propiedad, en su
3
Sentencia del TC. Exp. 3179-2004-AA/TC del 18 de febrero del 2005.

11
versión clásica y vigente todavía hoy, es un ámbito de libertad del
ciudadano frente al Estado.

3.5.12 Los efectos de estos derechos consisten en crear un ámbito exento para
el individuo titular, donde nadie está autorizado para realizar una
intervención, o en su caso sólo puede hacerlo a través de un
procedimiento que otorgue las debidas garantías. Los grandes valores
informan a estos derechos son la libertad y la seguridad jurídica
principalmente. El Inciso 16) del artículo 2º de la Constitución Política del
Estado debe concordarse con su artículo 70º, en el que se ratifica que la
propiedad en su vertiente constitucional es un derecho de libertad, de “no-
interferencia”. En efecto, la Constitución no define el derecho de
propiedad, pero si indica que es inviolable, lo cual es una clara muestra
de la garantía que el Estado ofrece al ciudadano; por lo que estamos
claramente en presencia de un “derecho-libertad”: “La propiedad es una
prolongación de la libertad del individuo, pero referida a los bienes que
adquiere”.

3.5.14 Por ello la tesis según la cual el amparo contra resoluciones judiciales
procede únicamente por violación del derecho al debido proceso o a la
tutela jurisdiccional, confirma la vinculatoriedad de dichos derechos en
relación con los órganos que forman parte del Poder Judicial. Pero
constituye una negación inaceptable en el marco de un Estado
constitucional de derecho, sobre la vinculatoriedad de los “otros”
derechos fundamentales, así como la exigencia de respeto, tutela y
promoción insitos en cada uno de ellos. En efecto, en el ejercicio de la
función jurisdiccional, los jueces del Poder Judicial no solo tienen la
obligación de cuidar porque se hayan respetado los derechos
fundamentales en las relaciones jurídicas cuya controversia se haya
sometido a su conocimiento, sino también la obligación –ellos
mismos- de respetar y proteger todos los derechos fundamentales al
dirimir tales conflictos y controversias 4. (El subrayado y resaltado es
nuestro)

3.5.15 Con el fin de que La Sala, proceda a interponer el control constitucional


que corresponde a los procesos judiciales ordinarios, dado que estos
afectan derechos constitucionales, pasamos a exponer los cánones
interpretativos, expuestos por el Tribunal Constitucional 5, para proceder al
examen de forma y fondo sobre el referido proceso, siendo los siguientes:

- Examen de Razonabilidad.- El Tribunal Constitucional, ha señalado


que por dicho examen, se debe de proceder a la revisión de todo el

4
STC. Exp. 5374-2005-PA/TC del 17 de octubre del 2005.

5
Expediente 030-90-AA/TC.

12
proceso judicial ordinario a fin de poder llegar a la conclusión de que las
resoluciones emitidas afectan los derechos fundamentales que se vienen
demandando.

- Examen de Coherencia.- Mediante dicho examen se va permitir la


precisión del acto lesivo del caso concreto demandado, tiene vinculación
directa con el proceso o la decisión judicial que se impugna.

- Examen de Suficiencia.- Es mediante dicho examen donde se


determina la intensidad del control constitucional a fin de que sea
necesario precisar el límite de la revisión del proceso judicial ordinario, a
fin de cautelar el derecho fundamental demandado

3.5.5 Consecuentemente, los emplazados vienen vulnerando el debido proceso


judicial previsto en el inciso 3) del Art. 139º de la Constitución Política del
Estado, con la única finalidad de lesionar y desconocer mi derecho de
propiedad, el mismo que se encuentra protegido como un derecho
fundamental en el Art. 70º de dicha Carta Magna.

IV.

SOBRE LA ADECUACION QUE DEBE REALIZAR LA SALA DE LOS


DERECHOS CONSTUTUCIONALES EN DILUCIDACION

Si bien es cierto la naturaleza de la pretensión puede resultar compleja


desenvolviéndose prima facie en el ámbito procesal civil la labor del
juzgador constitucional es quien debe asumir una interpretación de los
principios procesales de manera supletoria pero de conformidad con el
C.P.Const., “Son fines esenciales de los procesos constitucionales
garantizar la primacía de la Constitución y la vigencia de los derechos
constitucionales” (Art. II, Título Preliminar). Esta naturaleza instrumental del
derecho procesal constitucional respecto a estos principios tiene como
consecuencia que la aplicación del Código adquiera una particularidad tanto
en la interpretación de sus normas como en su integración: La interpretación
de las disposiciones del C.P.Const. debe efectuarse orientándose hacia una
optimización o realización de los citados principios constitucionales
materiales; en particular, cuando se está ante una pluralidad de
interpretaciones se debe preferir aquélla que los optimice de mejor forma.
Una medida cautelar, la inscripción de la demanda, el remate del bien, si
bien es cierto que son figuras de índole civil se vienen sustanciado en
el ámbito cosntitucioanl eN tanto forman parte de un proceso
constitucional el cual como vera señor Juez requerira un marco
interpretativo distinto
La integración de los vacíos del C.P.Const. está prevista en su Título Preliminar,
art. X, en los siguientes términos:
“En caso de vacío o defecto de la presente ley, serán de aplicación
supletoria los Códigos Procesales afines a la materia discutida, siempre
que no contradigan los fines de los procesos constitucionales y los

13
ayuden a su mejor desarrollo. En defecto de las normas supletorias
citadas, el Juez podrá recurrir a la jurisprudencia, a los principios
generales del derecho procesal y a la doctrina”
PRESICIONES SOBRE UN PARTICULAR PRONUNCIAMENTO
JUDICIAL
Como su honorable Sala conoce existe al menos a nivel
jurisprudencial el amparo arbitral como una figura novísima este no
tiene reglas o disposiciones constitucionales sobre la competencia
igualmente para el caso del amparo electoral tampoco existía
normas de competencia, la competencia de un tribunal de justicia por
razón de la materia debe encontrarse fijada en la ley, ante la
inexistencia de una norma legal que fije las reglas de competencia
judicial del amparo arbitral, o del amparo electoral el Tribunal
Constitucional no puede menos que establecer un tratamiento
igualitario lo que queremos decir es el tc ha comenzado habilitar
instancias y procedimientos no contemplados en la ley procesal pero
que de hecho los admite y los permite para que no se encuentren
en una situación de indefensión frente a otros procedimientos que si
tienen claro las reglas de competencia conforme esta en la
sentencia recaída en el exp. N. 6149-2006-PA/TC y 6662-2006-
PA/TC (acumulados) Minera Sulliden Shahuindo S.A.C. y Compañía
de Exploraciones Algamarca S.A

V. VÍA PROCEDIMENTAL
La presente demanda debe tramitarse en la Vía del Procedimiento de
Amparo, de conformidad con lo establecido en los artículos 39º y
siguientes del Código Procesal Constitucional.

VI. MONTO DEL PETITORIO.-


Por tratarse de una acción estrictamente declarativa mi pretensión es
inapreciable en dinero.

VII. MEDIOS PROBATORIOS:


Ofrezco como medios probatorios los siguientes:
1)
POR TANTO:
A Ud. señor Juez solicito admitir a trámite la demanda interpuesta y fecho
declararla fundada en su oportunidad.

PRIMER OTROSI DIGO.- Respecto a la procedibilidad es necesario tener en


cuenta que la mencionada medida cautelar innovativa, fue materia de recurso
impugnatorio, a fin de que la misma sea revocada o declarada nula por el
Superior Jerárquico, sin embargo debo de indicar que la Sétima Sala Civil de
Lima, mediante sentencia de vista de fecha veintiocho de abril del año dos mil
ocho, ha procedido a CONFIRMAR la resolución número ocho de fecha
veintisiete de junio del año dos mil siete, que resuelve declarar improcedente la
nulidad formulada contra la citada medida cautelar. Con ésta situación, ha
quedado acreditado la procedencia de la presente acción de amparo, puesto

14
que la resolución dos de fecha trece de abril del año dos mil siete han quedado
firme, ocasionando un manifiesto agravio y una falta de tutela procesal efectiva
en contra del recurrente, tal y como lo prescribe el artículo 4º del Código
Procesal Constitucional.

SEGUNDO OTROSI DIGO.- Que, de conformidad con lo estatuido en el Art. 80°


del Código Procesal Civil, otorgo poder general al letrado que suscribe, a fin de
que asuma mi representación judicial según los alcances previstos en los Arts.
74° y 75° del mismo cuerpo legal, manifestando estar debidamente enterado de
las facultades que otorgo.

TERCERO OTROSI DIGO.- De conformidad con lo dispuesto en la Resolución


Administrativa N° 033-2002-CE-PJ, cuya vigencia fue prorrogada en virtud del
Artículo Primero de la Resolución Administrativa N° 006-2003-CE-PJ, no se
adjunta tasa ni cédulas de notificación, debido a que la materia sub-litis se
encuentra exonerada del pago de dichos tributos.
Lima, 18 de julio de 2007.

15

S-ar putea să vă placă și