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Cuaderno: Principal
Escrito: Nº 1
Sumilla: Demanda de Amparo
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III. FUNDAMENTOS DE HECHO: ANTECEDENTES Y AFECTACIÓN DE
LOS DERECHOS CONSTITUCIONALES DEL RECURRENTE
3.1.- ANTECEDENTES
SOBRE LAS CAUSALES DE PROCEDENCIA DEL PROCESO DE
AMPARO : RESIDUALIDAD URGENCIA EN LA DEMORA Y LA
TUTELA JURIDICA
Aun cuando, stricto sensu, toda amenaza supone un estado de peligro sobre
determinados bienes o derechos que nuestro ordenamiento reconoce, para
que tal estado lesivo pueda considerarse efectivamente inconstitucional y, a la
vez, condicionante en la prosecución de un proceso constitucional, requiere
necesariamente de dos características comunes; la probabilidad o
certeza y la inminencia. Mientras que la primera de las señaladas supone la
posibilidad fáctica de que el acto violatorio se pueda concretizar en la práctica;
la segunda implica la proximidad o cercanía en la producción del
acontecimiento lesivo. Ambas características resultan consustanciales a la
existencia de una amenaza, por lo que la única forma de justificar la
interposición de un proceso dentro de supuestos como el presente,
inevitablemente pasa por la presencia concurrente o alternativa de alguna de
las señaladas y la merituación realizada que deba hacer su despacho en
torno de la intensidad que pueda, o no, tener sobre los derechos susceptibles
del presente reclamo.
Debido a la naturaleza de nuestra pretensión
Referencia de la residualidad
la cual como usted podrá apreciar requiere un tratamiento preferente y
con la debida celeridad del caso razón por la cual debería resolverse
en el proceso de amparo constitucional y no en el contencioso
administrativo dando cumplimiento a la causal de procedencia
contenida en el artículo 5 del Código `Procesal Constitucional que
precisa que El amparo constitucional es ineficaz cuando existan vías
previas igualmente satisfactoria, en el presente caso nuestra
pretensión implica urgencia y celeridad situación que esta de
alguna manera vedada en la vía ordinaria.
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que el resultado de dicho proceso incida definitivamente en los derechos de
terceros, situación que denunciamos
Referencia a la inminencia
Desde el momento en que existe acreditación en torno del perjuicio del
derecho de propiedad, resulta evidente que puede considerarse la sola
existencia de un proceso de amparo como un estado de peligro
realmente cierto. puede considerarse que pueda desencadenar un
resultado cercano o inminente incida en los derechos reclamados por
tanto damos cumplimiento en acreditar el requisito de
procedibilidad a que hace referencia el inciso 1 del articulo 5 del
Código Procesal Constitucional que señala
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reivindicación (recuperar la cosa de quien la tiene sin derecho). Entendido
de esta manera el derecho de propiedad es un derecho perpetuo y
exclusivo, porque el propietario, y sólo él, puede hacer uso de las
facultades inherentes al ejercicio de este derecho, que es exclusivo y
excluyente, otorgándole a su titular la suma de las facultades que pueda
reconocerle la ley.
3.2.4 Nuestra Constitución reconoce a la propiedad no sólo como un derecho
subjetivo, conforme a los incisos 8) y 16) del artículo 2º de la Constitución,
sino como una garantía institucional, a tenor del artículo 70º, según el
cual el Estado garantiza la inviolabilidad de la propiedad. Dicho artículo es
acorde con las finalidades del Estado Social y Democrático de Derecho,
que reconoce la función social que el ordenamiento reserva a la
propiedad, la cual es inherente al derecho mismo, por lo que el Estado
tiene el deber de garantizar la propiedad privada (Exp. 0048-2004-AI/TC).
3.2.5 En armonía con el Art. 70º de la Constitución Política del Estado, el Art.
923º del Código Civil establece: “que la propiedad es el poder jurídico que
permite usar, disfrutar, disponer y reivindicar un bien”, lo que denota los
verdaderos alcances del derecho de propiedad, los mismos que no
pueden ser limitados, ya que ello, conllevaría a que se incurra en un serio
resquebrajamiento del orden constitucional imperante. Es en este mismo
sentido, que el Art. 882º del Código Civil dispone que no se puede
establecer contractualmente la prohibición de enajenar o gravar, salvo
que la ley lo permita, con lo cual, queda claro, que ni las partes, ni el
Juez, pueden limitar el derecho de propiedad y sus atribuciones que le
son inherentes, salvo que exista una ley que así lo permita.
3.2.6 La posibilidad de disponer de los propios intereses en el ámbito de las
relaciones sociales y económicas representa un elemento esencial de la
libertad, y constituye hoy un valor irrenunciable de la civilización. Por ello,
no llama la atención que desde el primer constitucionalismo se haya
reconocido a la propiedad como un derecho fundamental de la persona.
El Art. 2º, inciso 16, de nuestra Constitución Política de 1993 consagra
que toda persona tiene derecho a la propiedad, entendiendo como tal uno
de los instrumentos que posibilitan la libertad de actuación del individuo
en la vida económica; en este caso especifico, se trata de garantizarle al
propietario una amplia libertad de acceder a la propiedad; pero una vez
alcanzado ese objetivo se garantiza la libertad de ejercicio de su
derecho. De esta manera queda proscrita toda interferencia Estatal cuyo
fin sea despojar al individuo. El derecho a la propiedad, en su versión
clásica y vigente todavía hoy, es un ámbito de libertad del ciudadano
frente al Estado.
3.2.7 Los efectos de estos derechos consisten en crear un ámbito exento para
el individuo titular, donde nadie está autorizado para realizar una
intervención, o en su caso sólo puede hacerlo a través de un
procedimiento lleno de garantías. Los grandes valores informan a estos
derechos son la libertad y la seguridad jurídica principalmente. El Inciso
16) del Art. 16º de la Constitución Política del Estado debe concordarse
con su Art. 70º, en el que se ratifica que la propiedad en su vertiente
constitucional es un derecho de libertad, de “no-interferencia” en la
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terminología de PECES-BARBA. En efecto, la Constitución no define el
derecho de propiedad, pero si indica que es inviolable, lo cual es una
clara muestra de la garantía que el Estado ofrece al ciudadano; por lo que
estamos claramente en presencia de un “derecho-libertad”: “La propiedad
es una prolongación de la libertad del individuo, pero referida a los bienes
que adquiere”.
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competencia asignada a cada Juez no puede ser delegada. Esta
disposición se genera de un principio constitucional que establece dicha
indelegabilidad. Es por ello, que nuestra Corte Suprema ha establecido
que: “En cualquier estado del juicio, antes de la sentencia, el juez de
oficio o a pedido de parte puede declarar su incompetencia territorial
no prorrogable” (Casación Nro. 950-97 - Piura, de fecha 16/09/1998).
3.3.8 No obstante, lo antes expresado, el juez denu8cniado enj un
proceso distinto al regular de manera temeraria y dolosa ha
usurpado una competencia que corresponde a otro proceso dando
cabida a la pretensión propuesta para enrevar lso efectos quien se
ha valido de insubstanciales artificios legales para desconocer no
solo mi legitimo derecho de propiedad, sino además el
procedimiento de desalojo tatalmente irregular
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La tutela judicial efectiva es un derecho constitucional de naturaleza
procesal en virtud del cual toda persona o sujeto justiciable puede
acceder a los órganos jurisdiccionales, independientemente del tipo de
pretensión formulada, acompañarle a su petitorio. En un sentido
extensivo, la tutela judicial efectiva permite también que lo que ha sido
decidido judicialmente mediante una sentencia, resulte eficazmente
cumplido. En otras palabras, con la tutela judicial efectiva no solo se
persigue asegurar la participación o acceso del justiciable a los diversos
mecanismos que habilita el ordenamiento dentro de los supuestos
establecidos para cada tipo de pretensión, sino que se busca garantizar
que, tras el resultado obtenido, pueda verse este último materializado con
una mínima y sensata dosis de eficacia.
La tutela judicial efectiva no significa, pues, la obligación del órgano
jurisdiccional de admitir a trámite toda demanda, ni que, admitida a
trámite, tenga necesariamente que declararse fundada dicha demanda.
Cabe también puntualizar que, para la admisión a trámite, el juez solo
puede verificar la satisfacción de los requisitos formales de admisibilidad y
procedencia señalados en la ley procesal; exigencias relacionadas con la
validez de la relación procesal que, como sabemos, se asientan en los
presupuestos procesales y en las condiciones de la acción; es decir,
exigencias que tienen que ver con la competencia absoluta del juez
las resoluciones judiciales no solo pueden considerarse legítimas por el
hecho de derivar de un proceso tramitado respetando las formas (debido
proceso formal), sino, y sobre todo, por el hecho de respetar los principios
de razonabilidad y proporcionalidad como elementos o componentes
sustantivos del proceso debido
conforme se ha establecido en jurisprudencia vinculante, “(...) a diferencia
de los jueces ordinarios, quienes en la mayoría de los casos mantienen una
vinculación rígida con la ley, el deber de suplir los actos defectuosos es exigible
ineludiblemente en el caso del juez constitucional, debido al deber especial de
protección de los derechos fundamentales que informa los procesos
constitucionales”. (Exp. N.° 0569-2003-AC/TC, FJ.3).
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En concreto, a partir de una interpretación de la limitación contenida en el
segundo párrafo del inciso 2) del artículo 200 de la Constitución, cuyo texto
reproduce con algunas variantes lo que en su momento preveía el inciso 3) del
artículo 6 de la Ley Nº. 23506, ahora derogado, según el cual el amparo
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3.5 ORIGEN CONSTITUCIONAL INMEDIATO DE LOS DERECHOS
AFECTADOS.
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Sentencia del TC. Exp. Nº 3179-2004-AA/TC del 18 de febrero del 2005
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así como el derecho a la pluralidad de instancia (Artículo 139º numeral 6
de la Constitución).
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la Constitución, sino como una garantía institucional, a tenor del
artículo 70º, según el cual el Estado garantiza la inviolabilidad de la
propiedad. Dicho artículo coincide con las finalidades del Estado Social y
Democrático de Derecho, que reconoce la función social que el
ordenamiento reserva a la propiedad, la cual es inherente al derecho
mismo, por lo que el Estado tiene el deber de garantizar la propiedad
privada.3
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versión clásica y vigente todavía hoy, es un ámbito de libertad del
ciudadano frente al Estado.
3.5.12 Los efectos de estos derechos consisten en crear un ámbito exento para
el individuo titular, donde nadie está autorizado para realizar una
intervención, o en su caso sólo puede hacerlo a través de un
procedimiento que otorgue las debidas garantías. Los grandes valores
informan a estos derechos son la libertad y la seguridad jurídica
principalmente. El Inciso 16) del artículo 2º de la Constitución Política del
Estado debe concordarse con su artículo 70º, en el que se ratifica que la
propiedad en su vertiente constitucional es un derecho de libertad, de “no-
interferencia”. En efecto, la Constitución no define el derecho de
propiedad, pero si indica que es inviolable, lo cual es una clara muestra
de la garantía que el Estado ofrece al ciudadano; por lo que estamos
claramente en presencia de un “derecho-libertad”: “La propiedad es una
prolongación de la libertad del individuo, pero referida a los bienes que
adquiere”.
3.5.14 Por ello la tesis según la cual el amparo contra resoluciones judiciales
procede únicamente por violación del derecho al debido proceso o a la
tutela jurisdiccional, confirma la vinculatoriedad de dichos derechos en
relación con los órganos que forman parte del Poder Judicial. Pero
constituye una negación inaceptable en el marco de un Estado
constitucional de derecho, sobre la vinculatoriedad de los “otros”
derechos fundamentales, así como la exigencia de respeto, tutela y
promoción insitos en cada uno de ellos. En efecto, en el ejercicio de la
función jurisdiccional, los jueces del Poder Judicial no solo tienen la
obligación de cuidar porque se hayan respetado los derechos
fundamentales en las relaciones jurídicas cuya controversia se haya
sometido a su conocimiento, sino también la obligación –ellos
mismos- de respetar y proteger todos los derechos fundamentales al
dirimir tales conflictos y controversias 4. (El subrayado y resaltado es
nuestro)
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STC. Exp. 5374-2005-PA/TC del 17 de octubre del 2005.
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Expediente 030-90-AA/TC.
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proceso judicial ordinario a fin de poder llegar a la conclusión de que las
resoluciones emitidas afectan los derechos fundamentales que se vienen
demandando.
IV.
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ayuden a su mejor desarrollo. En defecto de las normas supletorias
citadas, el Juez podrá recurrir a la jurisprudencia, a los principios
generales del derecho procesal y a la doctrina”
PRESICIONES SOBRE UN PARTICULAR PRONUNCIAMENTO
JUDICIAL
Como su honorable Sala conoce existe al menos a nivel
jurisprudencial el amparo arbitral como una figura novísima este no
tiene reglas o disposiciones constitucionales sobre la competencia
igualmente para el caso del amparo electoral tampoco existía
normas de competencia, la competencia de un tribunal de justicia por
razón de la materia debe encontrarse fijada en la ley, ante la
inexistencia de una norma legal que fije las reglas de competencia
judicial del amparo arbitral, o del amparo electoral el Tribunal
Constitucional no puede menos que establecer un tratamiento
igualitario lo que queremos decir es el tc ha comenzado habilitar
instancias y procedimientos no contemplados en la ley procesal pero
que de hecho los admite y los permite para que no se encuentren
en una situación de indefensión frente a otros procedimientos que si
tienen claro las reglas de competencia conforme esta en la
sentencia recaída en el exp. N. 6149-2006-PA/TC y 6662-2006-
PA/TC (acumulados) Minera Sulliden Shahuindo S.A.C. y Compañía
de Exploraciones Algamarca S.A
V. VÍA PROCEDIMENTAL
La presente demanda debe tramitarse en la Vía del Procedimiento de
Amparo, de conformidad con lo establecido en los artículos 39º y
siguientes del Código Procesal Constitucional.
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que la resolución dos de fecha trece de abril del año dos mil siete han quedado
firme, ocasionando un manifiesto agravio y una falta de tutela procesal efectiva
en contra del recurrente, tal y como lo prescribe el artículo 4º del Código
Procesal Constitucional.
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