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HISTORIA?
ERICH KAHLER
e n ___________ BREVIARIOS
Traducción de
JUAN ALMELA
¿Qué es la historia?
por
E R IC H K A H L E R
F O N D O D E C U L T U R A E C O N Ó M IC A
MEXICO
L ’allure principale entraine avec elle tous les
accidents particuliers. (La corriente principal
tle los acontecimientos arrastra consigo tocios los
acontecimientos especiales.)
M ontesquieu
Grandeur et décadence des Romains
M ari : B loch
Apologie pour l’Histoire
I
E L S IG N IF IC A D O D E L S IG N IF IC A D O
1
jo Timeo 22(i.
11 Cf. KarI Reinhardt, Parmenides and die Geschichle
der g riech isclicn P liilo s o p h ie (Bonn. ■ ■ )■ (>) . pp. 211(15.
12 Cf. B crn h ard Sticker, Weltzeitallei and astronomisehe
Perioden, Sacculum , ív 3, pp. 2 ]1-tj.
-2 I \ H I S T O R I A DK I \ H I S T O R I \
(les humanas de Hesiodo están, como es bien sabido,
representadas por sucesivas generaciones caracterizad*
por metales. Su antropología mítica continúa su m
gonía en línea descendente, desde una edad de qio
paradisíaca, a una de plata y otra de bronce, hasta Ilegal
a la de-hieno durante la cual vivía el poeta \ que, por
guerras intestinas y corrupción general se ha hundido
en miseria irremediable.
Esta antropogenia parece rellejar una experiencia
común entre los pueblos primitivos: la caída desde una
mítico estado de armonía de la tribu —de hecho, de la
vida— a uno de discordia, ruptura de la paz. o sea
individuación incipiente. El mito de Hesiodo acera
del humano descenso desde una edad de oro de gentil
mortalidad —“como irse a dormir"—, edad “exenta de
esfuerzo y durezas” , a una edad de violencia y congoja,
corresponde al mito bíblico de la expulsión del hom
bre del Paraíso para caer en la mortalidad y el afán.
Para los griegos esta noción de la decadenc ia era un
tanto aliviada por la creencia en una recurrenc ia cíclica.
I.os judíos, cuya carrera terrena empezó efectivamente
en la miseria, introdujeron con sus profecías un des
plazamiento de hincapié del descenso al ascenso. Per
sistían aún huellas del punto de vista cíclico en la es
pera de un retorno al estado paradisiaco original,13
pero el lapso prolongado de sucesivas visitaciones con
virtió este retorno en suceso único, tanto más singular
cuanto que había que traerlo merced a los esfuerzos
conscientes de los rectos.
En el Libro de Daniel, judeo-helenístico (siglo n
a. c .), el más antiguo apocalipsis que sobrevive, la visión
cíclica se vuelve instrumento del mensaje del adveni
miento del Salvador mediante la periodización de la
13 M ¡Cj. IV, 3-4; Ezeq. xxxiv. 25-31: Oseas 11. 18; Isa. 1
4; xi, 6-8. Sem ejante identificación del estado final con el
Edén original con tin ú a en los apocalipsis jud ío s posteriores.
I.A H I S T O R I A IlE LA H I S T O R I A 53
decadencia. Las c u n tió edades míticas son m etafórica
mente identificadas con las cuatro potencias históricas
que sucesivamente subyu g a ro n a los judíos. El libro
nos ofrece dos variantes de esta com binación, u n a en
el segundo capítulo, o tra en el séptim o y el octavo; la
primera escrita p ro b a b le m e n te antes y la segunda des
pués del rein ad o del seléucida A ntioco Epifanes, o d u
rante él .14 Arnicas son profecías a posteriori y se fu n
den a la escatologíu de la época.
El segundo c a p ítu lo relata u n su eñ o del rey babilo
nio N abucodonosor, y su interp re tació n p or Daniel. El
rey había visto u n a im agen: "L a cabeza de la estatua
era de oro p uro ; su pecho v sus brazos, de plata; su
vientre y sus caderas, d e bronce; sus piernas, de hierro,
y sus pies, p arte de hierro, p a rte d e barro . . . hasta q u e
una piedra d espren did a, n o lanzada por m ano, hirió
a la estatua e n los p ie s tic h ie rro y barro, destrozándola.
Entonces el hierro, el barro, el bronce, la plata y el
oro se desm enu zaro n ju n t a m e n t e y. . . se los llevó el
viento, sin epie de ellos q u e d a ra traza alguna, mientras
que la piedra <¡uc liahia h e rid o a la estatua se hizo
una gran m o n ta ñ a , q u e llenó toda la tie rra . ” 15
En la in terp re tació n de D aniel, las edades d e c lin a n
tes del h o m bre se veían como cuad ro sincrónico de cu a
tro graneles reinos d e g e n e ra n d o desde la cabeza d e oro.
que era el rey babilonio, iiasta el últim o rein o —evi
dentemente el helenístico, d iv id id o —, cuyo sustento ele
hierro estaba mezclado con barro: "es epte este reino
será en parte fuerte y en parte f r á g i l . . . En tiem po ele
esos reyes, el Dios ele los cielos suscitará un reino que
r>r>
I \ 1IIS I O R ¡ .\ 1) 1. I A MIS 1 O R I A
to la prolongada cualidad de víctima de Israel. La
era un proceso, la Pasión de Jesús
éHB&fSMyrntacirnirrifb.
De hecho, dejando de lado su significación religiosa
y reveladora, y considerándola simplemente como un fe
nómeno histórico, es difícil no reconocerla como un
acontecimiento epoeal, un suceso puesto en su momento
decisivamente apropiado, su verdadero knirós, prepara
do como estada no sola m ente por el climax ilc una vie
jísima espera judía sino por todas las múltiples tenden
cias convergentes de la época, espirituales y actuales:
la mezcla helenística de pueblos e ideas estimulaba la
imaginación popular, frenética ya. e incrementaba la tra
dición escatológica judía con toda suerte de materiales
mitológicos y especulativos. Los misterios sincretistas,
celebraciones dinámicas de muerte y resurrección de dei
dades crónicas, empezaron por doquier a tener ventaja
sobre los viejos ritos estáticos. La deificación de los
emperadores romanos —meros individuos, sin ascenden
cia mítica o siquiera nativa— redujo la distancia entre
las esferas terrestre y divina. La filosofía estoica, de
mentalidad universal, producto ella misma de la mezcla
helenística, creó un clima general que favorecía actitu
des y valores próximos a los del cristianismo original:
compostura c imperturbabilidad (ataraxia), concepto
neumático de la deidad,2 incrementado sentimiento de
culpa, cosmopolitismo e igualdad humana, amor a los
semejantes, hasta el punto de auxiliar a los enemigos
(opem farra et 'mm inimicis) a1 Para el estoico Orisipo,
el destino y el predicamento coinciden con la divina
4 Contra Sxminachum.
5 Octavias.
I A H I S T O R I A I)K I A HIS T O RIA r,9
tico cíe la historia humana.6 La confluencia cíe agen
tes condición;mies p ro d u cto res del suceso decisivo. IV
nómeno cíe importancia ejemplar para comprender el
funcionamiento y el sentido de la historia, no se ha
considerado lo suficiente en su significación estricta
mente histórica en virtud de la habitual interferencia
de la preocupación teológica. En la ceguera ante este
fenómeno histórico concurren, de manera no poco es
traña, el pagano ro m a n o y el teólogo protestante mo
derno. Escribe Celso, platónico latino de la segunda
centuria d. c:.: “Judíos y cristianos me parecen una mu
chedumbre de hormigas o de murciélagos saliendo de
sus guaridas, o ranas sentadas junto a un estanque, o
gusanos que se reúnen en el extremo de un estercolero
y se dicen: A nosotros D ios nos revela todo'. S o se
cuida del resto del mundo. Somos los únicos con los
que conversa... Como resulta que algunos ele entre
nosotros han pecado. Dios mismo vendrá, o enviará a su
hijo, para abrasar a estos p eca d o res r hacernos rom
partirh ud;i eterm. "7 Fj )mt (jw m rnrmo
no convertido, en el segundó siglo de ., trufe m mo
vimiento subversivo molesto como un a su m o local ri-
9 II Cor. v, 17.
19 C ullm ann, o p . c it ., p. 18.
6
a e t e r n it a s , s i e r g o p r a e s e n s , u t t e m p u s s it, id e o fit, q u ia
in p r a e t e r i t u m tr a n s it, q u o m o d o e t h o c e s s e d i c i m u s , c u i 10
E n e sta o b r a , E r ic h K a h le r se e n f r e n t a a l p r o
b le m a d e la n a t u r a le z a d e la h is to r ia . E n l e n
g u a je c la r o y a c c e s ib le o f r e c e , a n t e t o d o , u n a n á
lisis d e la n o c ió n d e s ig n if ic a d o , p r e lim in a r in d is
p e n s a b le p a r a la in v e s t ig a c ió n e m p r e n d id a . E n la
s e g u n d a p a r te p a sa r e v ista a la s d iv e r s a s c o n c e p
c io n e s d e la h is to r ia q u e h a n t e n id o lo s p u e b lo s y
los p e n s a d o r e s , d e s d e lo s g r ie g o s h a s ta la é p o c a
a c tu a l. F in a lm e n t e s o n a b o r d a d o s e l p r o b le m a
b á s ic o d e l s ig n if ic a d o d e la h is to r ia y la c r ític a d e
las o p in io n e s c o n t e m p o r á n e a s s o b r e e l p a r tic u la r .
P o r la o r ig in a lid a d d e lo s p u n t o s d e v ista q u e
e x p o n e , la r iq u e z a d e d a t o s q u e in c lu y e y la p r o
fu n d id a d d e l p r o b le m a q u e r e s u e lv e , la p r e s e n te
o b r a v i e n e a l l e n a r u n s e n s i b l e v a c í o e n la
b ib lio g r a fía d e le n g u a c a s t e lla n a y e s tá lla m a d a a
d e sp e r ta r el in te r é s n o s ó lo d e l e s p e c ia lis t a sin o
d e l p ú b lic o e n g e n e r a l.