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Introducción a la Psicología
de la motivación
y la emoción
Enrique C Fernández-Abasca!
Frúncete Palmeya
Francisco Mariinez-Sánchcz
I. IN T R O D U C C IÓ N
nes y pensam iento. Y Jam es con sid era q u e la voluntad proporciona la fuerza necesaria
para iniciar una determ in ad a ten d en cia de co n d u cta, para m antenerla, y para m odificarla
por una nueva, d ep en d ien d o del resultado q u e se obtenga en esa situación. W oodw orth,
a quien se debe la d istin ció n e n tre fu e r z a s (p o r q u é ocu rre la co nducta) y m ecanism os
(cóm o ocurre la condu cta), utiliza el term in o « im p u lso » para tratar d e ex p licar la M oti
vación '. El térm ino im pulso p arecía co n g ru en te con la perspectiva científica que se in
tentaba conferir a la Psicología. E ste asp ecto es d e interés, pues se enfatiza la im portan
cia de la en erg ía a c u m u la d a en el o rg a n ism o para im p u lsa r la conducta, con claras
influencias de los planteam ientos de Frcud, aunque con características diferenciales, puesto
que, para Frvud. la en erg ía p o see co n n o tacio n es psíq u icas, m ientras que. para W ood
worth. así co m o para H ull, q u e será q u ien d esarro lle d ich o s p rincipios, la energía posee
connotaciones tísicas. L os té rm in o s « im pulso» c «instinto» parecían ajustarse m ejor a la
explicación de las co n d u ctas m otivadas, ya q ue, si bien no apresaban la significación
com pleta de lo que es la M otivación, si que p o sib ilitab an salir del m m ovilism o que su
ponía el térm ino volu n tad , a la v ez q u e se iba en contra d e su defensor por excelencia:
W ílliam Jam es. T olm an. con el én fasis e n las expectativas, en la existencia de m apas
cognitivos en a n im ales d a esp ecies in ferio res, y la relevancia de la conducta prepositiva.
I>c hecho, a p artir d e la d écad a de los setenta del pasado siglo, aunque todavía se m an
tiene una u tilizació n p articu larizad a del in stin to y del im pulso, aplicada a los procesos
que explican la con d u cta en individuos d e esp ecies inferiores, los científicos rechazan la
utilidad de am b o s térm in o s p a ra e x p lic a r la m otivación hum ana, ya que el ser hum ano es
considerado co m o m ucho m ás co g n itiv o y com plejo que los individuos de especies infe
riores. D e hecho, com o indica D rcikurs (2 0 0 0 ), el in stin to no p arece ser el térm ino más
apropiado para ex p licar la « p lasticid ad » q u e se aprecia en las conductas m otivadas, ta n
to en el ser hu m an o , co m o en las e sp ecies in feriores. El instinto, co n sus características
esen ciales de te n d e n c ia b io ló g ic a m e n te p re p ro g ram a d a, no en caja con la posibilidad
constatada de m odificar su m anifestació n a p a rtir de la influencia de los distintos proce
sos d e ap ren d izaje y de la ex p erien cia q u e posee un d eterm in ad o individuo.
Por lo q u e respecta a la P sicología de la E m oción, es im prescindible considerar las
clásicas ap o rtacio n es de D a rw in . que han serv id o de referencia para gran parte de las
posteriores in v estigaciones. La im p o rtan cia d e las variab les biológicas, asi com o la uni
versalidad d e las características ex p resiv as típ ic as de d istin tas em ociones, son el punto
de partida de las im p o rtan tes ap o rtacio n es que ha venido realizando E k m a n en los últi
mos años. Sus trab ajo s sig u en sien d o de los m ás citad o s en nuestros dias. En este tipo de
aportaciones se su b ray a de fo rm a p rio ritaria la relevancia de las funciones de la em o
ción, p o r tan to las co n n o tacio n es adap tativ as de d ichos procesos. Esa adaptación va más
allá de la d im en sió n vid a -m u erte, ya que el papel q u e ju e g an las em ociones en la com u
nicación p erm ite a lu d ir a sus fu n cio n es so ciales. También es necesario c o n sid erar las
aportaciones de J a m e s en el ám bito d e la E m oción. Q uizá, la relevancia de la teoría de
Jam es e strib a en su in tención de lo calizar un perfil p sicofisiológico particular para cada
em oción. Si b ien este h ech o p arecía una q u im era, pues era difícil dilucidar si una deter
m inada reacció n — p o r ejem p lo , d e l sistem a cardiovascular— form aba parte de la em o
ció n de m ie d o , de \ a d e ira . o de \a ex citació n sex u al. si que es te\evan\c reseñar que. de
form a p ro g resiv a, y co n la ap arició n de te c n o lo g ía sofisticad a, cada vez p arece m ás pro-
’ C om o verem os m is adelante, quien p arece que prim ero se había referido a l im pulso e n térm ino» de
tuerza que activa un* conducta hab ía sido F rcud (1 9 1 V IW )).
6 Psicología de la mothxtción y la emoción
bable llegar a una delim itació n particu lar en ca d a em oción. A dem ás, en Jam e s se e n
cuentra el inicio del estu d io de la em oción desd e un p u n to d e v ista procesal, con lo cual,
desde el ám bito de la P sicología B ásica, los trab ajo s de Jam es parecen u n o de los asp ec
tos im prescindibles. O tro salto cu alitativ o en el estu d io de la E m oción lo protagoniza
A rn o ld , autora que, retom ando las ap o rtacio n es de los oríg en es de la E m oción, propone
la necesaria existencia de un p ro ceso co g n itiv o p revio a la ocu rren cia d e una em ocion.
Es necesario valorar la situ ació n , ya qu e. d ep en d ien d o de d ic h o p ro ceso de valoración,
un individuo experim entará una em o ció n , u o tra, o ninguna.
2. LA M OTIVA CIÓ N
Existe un acu erd o bastante g en eralizad o en la actu alid ad resp ecto a la relevancia de la
obra de D arw in O n ¡he O rig in o f S p e c ie s b y m e a n s o f N a tu ra l S e le c tio n , publicada en
1859, para estab lecer el devenir de la M otivación e n el ám b ito de la Psicología. En efec
to. la aparición del citad o trab ajo puede se r co n sid erad a c o m o un hito insoslayable que
servirá de referencia para en ten d er la evolución d e la M otivación. En el d esarro llo p o s
terior, focalizado m ás particu larm en te en el estu d io de los m otivos, se d istin g u irán dos
m om entos: antes y desp u és de la p u b licació n de la obra reseñada, de tal su erte q u e el
trabajo de D arw in p erm ite el estu d io c ie n tífic o de los m otivos. Si b ien es c ie rto que
desde ese m om ento han sido m uchas las persp ectiv as que se han llevado a cabo, p rácti
cam ente todas surgen del tronco co m ú n del E volucionism o. Si bien es cierto q u e la apa
rición de tantas y tan v ariad as ap ro x im acio n es al estudio de los m otivos ha dad o lugar a
una cierta controversia en cuanto a la u tilizació n d e térm inos y co n ceptos, no e s m enos
cierto que en la gran m ayoría de las d istin tas persp ectivas se tien e en cuenta el den o m i
nador com ún ev o lucionista de la ad ap tació n y la supervivencia.
O tro de los asp ecto s im p o rtan tes en el estu d io de los m otivos se refiere a la propues
ta que estableciera M adsen (1 9 8 0 ) en su m o m en to para proponér la ex isten cia de dos
tipos de m otivos: m otivos p rim ario s o b ásico s y m otivos se cu n d a rio s o so ciales. Los
m otivos p rim arios, co n c a ra c terístic a s in n atas, son im p rescin d ib le s para g a ran tiz ar la
supervivencia de un organism o. L os m otivos secu n darios, ad q u irid o s m ediante procesos
de aprendizaje a lo largo de la vida de un individuo, son im portantes para increm entar la
probabilidad de crecim ien to social y personal de d ich o individuo en la so ciedad a la que
pertenece.
M otivos básicos
Para hablar de los m otivos p rim arios, hay que te n e r en m ente los m ecanism os de adapta
ción que cada organism o posee y que pone en fu ncionam iento para garantizar su vida
Las variables que perm iten la su pervivencia d e cu alq u ier ser deben o scila r en tre unos
valores de confianza, con una clara tendencia al punto m edio, m oderado, óptim o. E s im
prescindible que las variables que co n stitu y en el m edio am biente interno en un organis
mo se encuentren en una relativa constancia, ya qu e, d e ese m odo, se pueden llevar a cabo
satisfactoriam ente las funciones necesarias para g arantizar la supervivencia de ese orga
nism o. E s evidente que. a m edida que ascendem os en la escala filogcnética. se observa
cóm o los individuos van p rogresivam ente in crem en tan d o su co m p lejid ad y, por tanto,
van necesitando sistem as que desem peñen funciones específicas, tales com o la de resp i
Introducción a la Psicología de la motivación y la emoción 7
rar — que p erm ite el ingreso de o xígeno y la expulsión d e dióxido de carbono, procesos
éstos im prescindibles para q u e las células puedan funcionar— , la d e digerir —q u e tiene
como m isión d esco m p o n er y asim ilar adecuadam ente el contenido de lo que se ha ingeri
do. perm itiendo que las células puedan ap ro v ech ar los elem entos ingresados— . la de ha
cer circular los nutrientes — q u e p o sibilita la distribución de los elem entos ingresados por
todas las parles del organism o— . la de ex cretar los desechos — q u e es un proceso im pres
cindible para m antener lim pio y en buenas condiciones el organism o, perm itiendo la rea
lización de todos los p rocesos q u e habitualm ente realiza. Es decir, a m edida que ascende
mos en la escala filogenética, se hace m ás evid en te la relevancia de la hom eostasis. proceso
mediante el cual el o rganism o tiende a m antenerse siem pre en su nivel óptim o.
Claro que la h o m eo stasis n o im plica el eq u ilib rio en un sentido estático — si lo fuera,
en el m om ento e n el que un o rg an ism o alcan zase ese equ ilib rio , no tendría que preocu
parse p o r nada m ás, d esap arecería cu alq u ier im pulso para con seg u ir o elim inar algo— .
sino una form a de d eseq u ilib rio p erm an en te con tendencia al equilibrio. Podríam os de
cir que la h o m eo stasis es un p ro ceso m ed ian te el cual el organism o se autorregula. de tal
suerte que: 1) los d istin to s elem en to s q u e co nform an el m edio am biente interno de un
organism o tien d en al p u n to ó p tim o , o a u n o s v alores próxim os al m ism o: 2) com o el
organism o se en cu en tra e n un co n tin u o intercam bio con su m edio am biente externo, no
es posible la estab ilizació n en el p u n to ó p tim o , con lo cual los niveles de los elem entos
que conform an el m ed io am b ien te interno siem p re son su p erio res o inferiores a dicho
punto óptim o; 3) ésa es, precisam en te, la fuente de la au torregulación, pues, cuando los
valores son sup erio res, los m ecan ism o s de au to rreg u lació n tienden a reducirlos, m ien
tras que. cu an d o los valores son in ferio res, los m ecanism os de autorregulación tienden a
increm entarlos, y 4 ) e n am b o s caso s, e s n ecesaria la ex isten cia de un m ecanism o de
retroacción negativa, que p odría ser co n sid erad o com o el factor que determ ina cuándo
se detiene el p ro ceso iniciado para restab lecer el equilibrio. Este aspecto ha sido gráfica
m ente e x p u esto p o r R o sen zw eíg y L cim an (1 9 9 2 ), para q u ie n es los m ecanism os ho-
m costáticos im plicados en este tip o de m otivos se fundam entan e n la retroalim entación
negativa, d e un m odo sim ilar al que se observa en un term ostato: hay un punto óptim o y
unos m árgenes de aju ste uno su p erio r y uno inferior— , de tal suerte que. m ientras los
valores de la v ariable en cu estió n se en cu en tran entre eso s m árgenes de confianza, no
hay actividad, pero, cu a n d o se so b rep asan é sto s, se activa el sistem a para que los valores
de la variable re to m en a la banda de confianza.
Asi pues, la expresión « m otivos b ásico s» se utiliza para referirse a los m otivos que
son com uncs a p rácticam en te todos los seres h um anos, porque han evolucionado a partir
del com ponente g en ético , y p orque se m an ifiestan independientem ente de las influen
cias sociales y cu ltu rales. En efecto , ése es el crite rio fundam ental: para que un m otivo
sea considerado universal, tien e q u e e sta r p resen te en todos los pueblos y en todas las
culturas, au n q u e se ex p re se d e form a d iferen cial. C om o quiera q u e las culturas difieren
aprcciablem ente, tam bién lo harán los objetivos o m etas q u e perm iten satisfacer las ne
cesidades relacio n ad as con esto s m otivos universales. Pero los m otivos y las conductas a
ellos asociadas son los m ism os. H ace añ o s, el an tropólogo B ronislaw M alinow ski (1941)
propuso un listad o d e n ecesid ad es b ásicas u n iv ersales, así com o los procedim ientos y
estrategias cu ltu rales p ara satisfacer d ich as n ecesidades, Todas las culturas pro p o rcio
nan los m ecanism os p ara satisfacer ¿---.as n ecesidades, aunque los m ecanism os m ediante
' alistarán i»an esp ecífico s d e c a d a so ciedad y cultura, lin el C u ad ro 1.1 se
me ’ ' >wski I Io * ’ *. rccicnt- • - n te adaptada por D o k e n (2001).
Introducción a la Psicología de la motivación y la emoción 7
rar —que p erm ite el ingreso de o xígeno y la expulsión d e dióxido de carbono, procesos
éstos im prescindibles para q u e las células puedan funcionar— , la d e digerir —q u e tiene
como m isión d escom poner y asim ilar adecuadam ente el contenido de lo que se ha ingeri
do. perm itiendo que las células puedan ap ro v ech ar los elem entos ingresados— . la de ha
cer circular los nutrientes — q u e p o sibilita la distribución de los elem entos ingresados por
todas las parles del organism o— . la de ex cretar los desechos — q u e es un proceso im pres
cindible para m an ten er lim pio y en buenas condiciones el organism o, perm itiendo la rea
lización de todos los p rocesos q u e habitualm entc realiza. E s decir, a m edida que ascende
mos en la escala filogenética, se hace m ás evid en te la relevancia de la hom eostasis. proceso
mediante el cual el o rganism o tiende a m antenerse siem pre en su nivel óptim o.
Claro que la h o m eo stasis n o im plica el eq u ilib rio en un sentido estático — si lo fuera,
en el m om ento en el que un o rg an ism o alcan zase ese equilibrio, no tendría que preocu
parse p o r nada m ás, d esap arecería cu alq u ier im pulso para con seg u ir o elim inar algo— ,
sino una form a de d eseq u ilib rio p erm an en te con tendencia al equilibrio. Podríam os de
cir que la h o m eo stasis es un p ro ceso m ed ian te el cual el organism o se autorregula, de tal
suerte que: 1) los d istin to s elem en to s q u e co nform an el m edio am biente interno de un
organism o tien d en al p u n to ó p tim o , o a u n o s v alores próxim os al m ism o: 2) com o el
organism o se en cu en tra en un co n tin u o in tercam b io con su m edio am biente externo, no
es posible la estab ilizació n en el pun to ó p tim o , con lo cual los niveles de los elem entos
que conform an el m ed io am b ien te interno siem p re son su p erio res o inferiores a dicho
punto óptim o; 3) ésa es, precisam en te, la fuente de la au torregulación, pues, cuando los
valores son sup erio res, los m ecan ism o s de au to rreg u lació n tienden a reducirlos, m ien
tras que. cu an d o los valores son in feriores, los m ecanism os de autorregulación tienden a
increm entarlos, y 4 ) e n am b o s caso s, e s n ecesaria la ex isten cia de un m ecanism o de
retroacción negativa, que p odría ser co n sid erad o com o el factor que determ ina cuándo
se detiene el p ro ceso iniciado para restab lecer el equilibrio. Kste aspecto ha sido gráfica
m ente e x p u esto p o r R o sen zw cig y L cim an (1 9 9 2 ), para q u ie n es los m ecanism os ho-
m eostáticos im plicados en este tip o d e m otivos se fundam entan e n la retroalim entación
negativa, de un m o d o sim ilar al que se observa en un term ostato: hay un punto óptim o y
unos m árgenes de aju ste uno su p erio r y uno inferior— , de tal suerte que, m ientras los
valores de la v ariable en cu estió n se en cu en tran entre eso s m árgenes de confianza, no
hay actividad, pero, cu a n d o se so b rep asan ésto s, se activa el sistem a para que los valores
de la variable re to m en a la banda de confianza.
Asi pues, la expresión « m otivos b ásico s» se utiliza para referirse a los m otivos que
son com unes a p rácticam en te todos los seres h um anos, porque han evolucionado a partir
del com ponente g en ético , y p orque se m anifiestan independientem ente de las influen
cias sociales y cu ltu rales. En efecto , esc es el crite rio fundam ental: para que un motivo
sea considerado universal, tien e q u e e sta r p resen te en todos los pueblos y en todas las
culturas, au n q u e se ex p rese d e form a d iferen cial. C om o quiera q u e las culturas difieren
aprcciablem ente, tam bién lo harán los objetivos o m etas q u e perm iten satisfacer las ne
cesidades relacio n ad as con esto s m otivos u niversales. Pero los m otivos y las conductas a
ellos asociadas son los m ism os. H ace añ o s, el an tropólogo B ronislaw M alinow ski (1941)
propuso un listad o d e n ecesid ad es b ásicas u n iv ersales, así com o los procedim ientos y
estrategias cu ltu rales p ara satisfacer d ich as necesidades. T odas las cu ltu ras proporcio
nan los m ecanism os p ara satisfacer .-.-.as necesid ades, aunque los m ecanism os m ediante
i,-.» • satisfarán can esp ecífico s d e c a d a sociedad y u iltu ra . En el C uadro 1.1 se
hic ! 1 ■ >wski ( l ° ¿ ! \ rccient* :i«ote adaptada p o r D -o k ers (2001).
8 Psicología de la m otivación y la emoción
Cuadro 1.1. Propuesta de necesidades básicas universales y respuestas culturales para satisfacer
las. formulada por Malinowskl (1941) y adaptada por Deckors (2001)
puedan fun cio n ar las célu las del organism o. Sin em bargo, en estas dos conductas m oti
vadas se p roduce la co n flu en cia o in teracció n en tre los factores biológicos y los factores
sociales, am b ien tales en general. D e hecho, e s posible hablar de dos form as esenciales
de co m er y d e beber. A si. se h ab la de cond u cta prim aria cuando la activ id ad com porta-
m ental se p ro d u ce c o m o co n secu en cia de una d eficiencia real en el organism o, sea ésta
del nivel d e energ ía — c o m id a prim aria— o del nivel de líquidos — bebida prim aria. Sin
em bargo, tam bién cabe la p o sib ilid ad de h ab lar de actividad com portam ental que ocurre
en au sencia d e señ ales de d eficien cia real, ni d el nivel de energía — com ida secunda
ria— , ni del nivel de líquidos — b eb id a secu n d aria. En esta segunda posibilidad, se apre
cia có m o las in flu en cias sociales p u ed en d esen cad en ar la m otivación para com er o para
beber. 1-n au sen cia d e señ ales d e ham b re, d escu b rir que e s la hora de co m er puede des
encad en ar la ex p erien cia de ap etito . Lo m ism o ocu rre con la bebida. C om o indican re
cientem ente M artins y P lin er (1 9 9 8 ), en la m otivación para las conductas de com er y de-
b eber interv ien en facto res de m uy d iv ersa ín d o le, entre los q u e m erecen se r reseñados
los siguientes: la fam iliaridad, el hum or, la salu d, la conveniencia, el precio, la cualidad
sensorial, la novedad, y el control en la preparación.
El o tro m otivo in eju id o en e ste ám b ito del m antenim iento de la energía, esto e s, el
sueño, sig u e p arecien d o m ás co m p lejo . A p esar de llevar casi un sig lo de estudio cientí
fic o 2, el su eñ o sigue sin s e r co m p le ta m e n te co n o cid o . S abem os q u e el sueño - o el
descanso, en térm inos g en erales e s una n ecesidad básica, ya que, la no satisfacción de
dicha n ecesid ad lleva a la m u erte (S fo rza. M ontagna, Tinuper, C ortelli, Avoni, Perrillo,
P ctersen. G am betti y L agarcsi, 1995). Sin em bargo, seguim os sin sab er a cien cia cierta
p or qué d o rm im o s.
F.n cu a n to a la p rotección , tam b ién tien e co n notaciones básicas, relacionadas con
la supervivencia. Es n ecesario p rotegerse de los depredadores, de las m últiples enferm e
d ades. de las inclem en cias am b ien tales, etc. D esde un punto de vista m otivacional. la
cond u cta d irectam en te aso ciad a co n la p ro tección tien e que ver con la clásica propuesta
de C'annon (1 9 2 9 , 1935). referid a a la respuesta de lucha huida. La respuesta de huida
se asocia a una em o ció n b ásica — el m iedo— , q u e probablem ente es la m ás prim itiva de
cu an tas em o cio n es existen, y se en cu en tra íntim am ente relacionada con el principal ob
je tiv o de cu alq u ier se r vivo: la su p e rv iv e n c ia 1. P or su parte, la respuesta de lucha hace
referencia a la co n d u cta d e ag resió n , e n tan to q u e perm ite con seg u ir objetivos y m ante
nerlos d e las ev en tu ales am en azas que p u ed an acontecer. P or otra parte, si consideram os
la d im en sió n básica de la supervivencia, la con ducta de agresión es im prescindible para
con seg u ir un territo rio seguro, para lograr el ap arcam ien to , para d efender las crias, etc.
En la esp ecie hum ana, tal co m o apun tan W 'agncr (1999) y W ong (2000). la conducta de
agresió n tien e las m ism as fu n cio n es, lo que o curre es q u e el se r hum ano posee muchos
m ás recu rso s, e stra te g ia s y h ab ilid ad es para no m anifestar la conducta de agresión de
form a ab ierta, tratan d o de co n se g u ir sus o bjetivos por o tras vías.
En cu a n to a las preferen cias sex u a les, B uss (1989) propone que, al final, el objeti
vo e s in crem en tar la calid ad d e la esp ecie. El autor, d esarrollando una teoría básicam en
3 Lo* investigadores silúan el inicio del estudio científico del suefto, y en general del ciclo suefto-
vigilia. en los trabajo* pioneros de Bremer (1935). cuando realiza m is famosos experimentos con las tran
secciones de «cerebro aislado* y "encéfalo aislado».
1 La emoción de miedo se abordará en el «panado correspondiente a la* Emocione* básica*, incluyen
do en dicha exposición la dimensión montadora relacionada con la supervivencia.
10 Psicología d e la m otivación y la emoción
En cuanto a los m otivos secu n d ario s o so ciales, representan necesidades que son apren
didas, y se encuentran consid erab lem en te d eterm inadas por el m edio am biente y p o r la
cultura im perante en esc m edio am b ien te. D ependen d e la interacción q u e los sujetos
establecen con los m iem bros del g ru p o al q u e p ertenecen.
I.os m otivos sociales im plican activ id ad es q u e afectan a las in teracciones entre orga
nism os d e la m ism a esp ecie, asi c o m o co n o rg an ism os d e distinta especie. En el caso del
ser hum ano, e s obvio que su cond u cta s e en cu en tra im pregnada, im plícita o e x p lícita
m ente. p o r las características de una estru ctu ra social (C ohén. 1974). La conducta hu
m ana se encuentra enorm em ente influ en ciad a p o r los factores sociales, pudiendo ap re
ciar tam bién que la p ropia interacción q u e se p ro d u ce en el gru p o al que pertenece un
individuo proporciona fuentes de m otivación para ese individuo. La interacción social
es un aspecto fu n d am en tal, m ás si ca b e cu an d o c o n sid e ra m o s que el se r hum ano, al
igual que o curre en m uchos de los individuos de o tras especies, es un ser social. N ace en
el seno de un grupo, se d esarro lla y vive con o tro s individuos, y m ucre en un ám bito
social. Es lógico pensar que gran parte d e sus d eseo s, necesidades, objetivos, m etas, etc.,
se gestan en el seno de una interacción social m ás o m enos fluida. En o p inión de Fiske y
llaslam (1998), existen c u atro p rerreq u isito s para q u e los m otivos so ciales se d esarro
llen de form a adecuada: 1) cap acid ad co gnitiva social. 2) c ap acid ad rclacional. 3) ca p a
cidad de integración, y 4 ) cap acid ad para m an tener una interdependencia entre las d is
tintas relaciones. Asi pues, desd e el n acim iento, cu alq u ier individuo, y de form a especial
el ser hum ano, va increm entando el núm ero de relaciones e interacciones. A hora bien, al
m enos en el caso del ser hum ano, esta pro g resió n no es indefinida, ya que llega un m o
m ento en el que com ien za a estab lecerse una esp ecie d e filtro q u e restringe considera
blem ente dicho increm ento. Incluso, co m o señala C arstensen (1998), cabo la posibilidad
de que el con tacto social vaya d eclin an d o d u ran te la edad ad u lta. Es lo q u e la autora
denom ina Teoría d e la se le c tiv id a d so cio em o cio n a l, para referirse al proceso voluntario
m ediante el cual una persona reduce sus puntos socioem ocional de referencia, considera
Introducción a la Psicología de ¡a motivación y la emoción 11
baja la saliencia de las m etas so ciales, etc. E ntre o tras circunstancias, el hecho de que en
los m otivos secu n d ario s o so ciales se alu d a con tanta frecuencia a la im portancia de los
procesos co g n itiv o s e s lo q u e ha llevado a q u e los teó rico s c investigadores en el ámbito
de la M otivación se cen tren de form a expresa en la esp ecie hum ana, ya que representa
uno de los m ejo res ám b ito s para co n o cer en toda su expresión la verdadera significación
de la m otivación social.
En este m arco de referencia, seria relativam ente fácil enum erar una gran cantidad de
m otivos secu n d ario s o so ciales, relació n q u e variaría e n función de las condiciones ca
racterísticas del am biente en el q u e se estudian. N o o b stan te, com o ha señalado reciente
mente W agncr (1 9 9 9 ), lo m ás p ru d en te es cen trarse en aquellos que. aun siendo sociales,
han dem ostrado te n e r una c la ra v in cu lació n co n la pro p ia evolución de la especie hum a
na. Al respecto, existen algunos m o tiv o s so ciales que parecen com unes a gran parte de
las sociedades y g ru po s, siendo, ló gicam ente, los q u e m ay o r cantidad de investigación
han recibido p o r p arte d e los au to res interesados. E ntre e llo s se encuentran el m otivo de
logro, el m otivo d e poder, el m otivo d e afiliación y el m otivo para la conducta de ayuda.
Así p u es, en un sen tid o p arecido al que d efen d em os para exponer los m otivos prim a
rios. en los m otivos se c u n d a rio s cabe h ab lar de los siguientes pasos: 1) existe un motivo
o im pulso que lleva al su jeto a actuar, a realizar alguna co nducta, para conseguir algo
que no se posee, c in clu so p ara m an ten er alg o que ya se posee; 2) existe, por supuesto,
la propia con d u cta m otivada o in stru m en tal, q u e se co n vierte en el m edio para conseguir
el objetivo plan tead o , y 3 ) c o m o co n secu en cia del paso anterior, se produce la reducción
del im pulso, asociada a las co n secu en cias positivas derivadas, por una parte, de la su
presión de las co n n o tacio n es negativas q u e con lleva la pulsión o necesidad y. por otra
parte, de las co n n o ta c io n e s p o sitiv as, d e reco m p ensa, q u e im plica la consecución del
objetivo.
En ú ltim a in stan cia, los m otivos so ciales, q u e , com o h em os señalado, no parecen
tener una v in cu lació n im p rescin d ib le con la su pervivencia d e un individuo, encuentran
su especial justificación en el se n o de un grupo. Se d esarrollan, se m antienen, se fortale
cen y se ex p resan en el co n tacto con los d em ás m iem bros d e ese grupo.
Parece evid en te que. al m enos d esde un p u n to d e vista g enético, todo ser vivo se siente
m otivado p ara conseguir el o b jetiv o m ás esen cial: la supervivencia. En condiciones nor
m ales, prácticam en te todas las co n d u ctas que lleva a c ab o un individuo se encuentran
relacionadas con el increm en to en la p ro b ab ilid ad de supervivencia, aunque en nuestros
dias. al m enos en el se r hum ano, d ich a supervivencia no tenga las connotaciones de vida
o m uerte. C o m o consecu en cia, y p o r d efinición, la M otivación se encuentra presente en
los organism os de to d as las esp e c ie s, ind ep en d ientem ente del lugar q u e ocupen en la
escala lilogcnetica.
Si la M otivación se en cuentra relacio n ad a con el afán por sobrevivir, todo ser vivo se
encuentra m otivado p ara so brevivir, co n los m atices d iferenciales q u e se quiera conside
rar. E s evid en te que las form as m ás com p lejas d e M otivación se dan en el ser hum ano, y
este es el ám b ito en el qu e. de form a p rcfcrcn cial. h em os de centram os, sin descuidar el
análisis de las esp ecies in feriores, qu e. co m o es bien sabido, aportan inform ación rele
vante para co m p ren d er c ó m o funciona el ser h um ano en según que circunstancias.
12 Psicología de la m ol n a c ió n y ¡a emoción
ción negativa. La retroacción negativa p odría ser co n sid erad a com o un sistem a de d eten
ción fisiológica que pone fin a una pulsión. U na pulsión inicia una conducta m otivada y
un sistem a de retroacción negativa la d etiene. A g randes rasgos, el proceso es el sig u ien
te: 1) a p artir de una situación relativam ente eq u ilibrada, co m ien za a producirse el des
gaste; 2) com o co nsecuencia de esc d esg aste, se p roduce una d eficiencia en alguna va
riable; 3) esa deficiencia, con co n n o tacio n es de necesidad, genera la pulsión especifica a
la necesidad producida; 4 ) la pulsió n hace que el su jeto se sienta m otivado para buscar
cóm o solucionar su «problem a»; 5) se inicia la fase de ap roxim ación o búsqueda, prim e
ra p a n e d e la conducta m otivada; 6 ) tras lo calizar aq u e llo que puede satisfacer la n e
cesidad. el su jeto lleva a cabo la fase co n su m ato ria, segunda p arte d e la conducta m o ti
vada; 7) se p ro d u ce la red u cció n d e la p u lsió n , la sa tisfa c c ió n d e la n ec esid ad y la
recuperación del eq u ilib rio u h o m eo stasis. y 8) d e nuevo, co m en zará a p ro d u cirse el
desgaste, que llevará a otra situ ació n d eficitaria, etc., y así sucesivam ente.
E xpectativa es lo que espera o b ten er un individuo. D enom inada tam bién pro b ab ili
dad subjetiva de éxito, o d istan cia psico ló g ica, se fundam enta en el resu ltad o de la inte
racción existente en tre la estim ación de la d ificu ltad de la tarca a realizar y la estim ación
de las habilidades y recu rso s disponibles en e s e m om ento. Al final, el individuo co n clu
ye cuán probable o factible es la consecu ció n de un d eterm in ad o objetivo. C reem os o p o r
tuno en este m om ento estab lecer una d istin ció n entre el n ivel d e aspiración, que e s lo
que un individuo desea conseguir, y el n iv e l d e expectativa, q u e es lo que un individuo
estim a que podrá conseguir. El d eseo referid o al nivel de aspiración posee una m ayor
valencia, pero una m enor p ro b ab ilid ad d e logro, q u e el que se refiere al nivel d e ex p e c
tativa. A m bos niveles, que reflejan la d im en sió n co gm tiva de las co n d u ctas m otivadas,
se encuentran d irectam ente relacio n ad o s con el rendim iento de un individuo cuando n a
ta de conseguir la m eta en cuestión, p udiéndose a p re ciar q u e los niveles de aspiración y
de expectativa se increm entan cu an d o la actu ació n y el rendim iento de un individuo son
buenos, y d ism inuyen cu an d o dichos p arám etro s de actu ació n son deficientes, l as c o n
secuencias de la actuación de un ind iv id u o son d eterm in an tes para q u e dicho individuo
estim e si el resultado se ap ro x im a o n o a la expectativa q u e tenia. En esto s caso s, lo
im porlante e s constatar la ex isten cia o no de d iscrep an cia en tre expectativa y ren d im ien
to. Si la expectativa se cum plió, en una próxim a o casión e s m uy p robable que la ex p ec
tativa se increm ente. Por el co n trario , si la expectativa n o se cum plió, es m uy probable
que, en el futuro, el individuo m odifique d ich a expectativa — d ism inuyendo la m ism a—
o que m odifique su esfu erzo — increm entándolo. E ste m ecan ism o de fe ed b a ck entre ex
pectativa y rendim iento es el n ú cleo esencial d e la Teoría d e control, m ediante la cual se
puede explicar có m o los individuos responden d ifcrcn cialm en te según sean los re su lta
d o s de su actuación, esto e s, según sea el ren d im iento co n seg u id o con su conducta.
A tribución d e cau sas es un m ecanism o im p rescindible para establecer asociaciones
entre conductas y resultados. D e h echo, la atrib u ció n causal a las distintas conductas y a
los resultados con e lla s o btenidos se co n v ierte en un o de los tenias fundam entales en
Psicología de la M otivación. E stas cau sas pueden se r factores co n sistentes de perso n ali
dad. o disposiciones, y factores am b ien tales, o siluacionaies. L as teorías basadas en la
atribución com binan las características p erso n ales y a m b ien tales para ex p licar la c o n
ducta de un sujeto. Las prem isas so b re las q u e se argum entan las teorías de la atribución
son las siguientes: a ) un sujeto intenta av erig u ar las ca u sas de su conducta y las de la
conducta de los dem ás; l>) la asig n ació n de cau sas a una conducta no es aleato ria, sino
que sigue unas reglas; c ) las causas atrib u id as a una conducta pueden desen cad en ar otras
Introducción a la Psicología de la motivación y la emoción 15
conductas- En d efin itiv a, la m o tiv ació n que im pulsa a un su je to a h acer este tipo de
atrib u cio n es tiene q u e v e r con la n ecesidad de c o n tro lar el am biente. A unque ha habido
diversas ap ro x im acio n es teó ricas al estu d io de la atrib u ció n (v éase el cap itu lo corres
pondiente a las te o ría s m otiv acio n ales), en este m om ento nos parece pertinente reseñar
que el proceso de atrib u ció n de cau sas a u n a co n d u cta m otivada, así com o al resultado
de dicha co n d u cta, se realiza a p a rtir del m o m en to en el q u e se desencadena la conducta;
110 es n ecesario q u e co n clu y a un d e term in ad o proceso m otivacional para que un indivi
du o realice procesos de atrib u ció n cau sal acerca d e la bondad y pertinencia de la c o n
ducta q u e e stá llevando a cab o . S i. tra s llevar a cabo una serie de conductas instrum enta
les d irig id as a la aproxim ación y co n se c u c ió n de un determ inado objetivo, el individuo
constata que su d istan cia resp ecto al m ism o e s sim ilar o superior a la que existía en el
m om ento en e l que inició la c o n d u cta, p arece n ecesario introducir algún tipo de cam bio
sea éste en la con d u cta instru m en tal de ap ro x im ació n , en la m eta elegida, o en atnba
variables.
de m etas, las que son im p o rtan tes para e l, y a ignorar o tra s m etas potenciales, aquellas
que son irrelevantes e n su sistem a d e p rio rid ad es. Tam bién se puede establecer la exis
tencia de p la n ific a c ió n e in te n c io n a lid a d e n la s m etas, pues, en la m edida en la que
cada m eta su e le se r eleg id a p o r un individuo, éste organiza cóm o y con cuánto esfuerzo
tratará de co n seg u ir esa m eta. En este m arco d e referencia, hay algunos aspectos rele
vantes en la teo ría de las m etas co m o m otivos.
A nuestro ju ic io , lo m ás p ru d en te e s esg rim ir una interacción entre los factores b io
lógicos y los c u ltu ra le s, ya q ue. al final, la co n d u cta de cu alq u ier ser vivo, asum iendo
q u e éste vive en el seno de un gru p o . e s el resultado de su configuración biológica y de
las ex p erien cias q u e ha acu m u lad o c in terio rizad o a lo largo de su existencia.
Hl tem a de la in teracción e n tre los asp ecto s b iológicos y cu ltu rales ha llevado a que
algunos au to res (M unro, 1997) sugieran q u e e s la perspectiva m ás atractiva en el ám bito
d e la N ueva E tologia. En efecto , d ice el au to r q ue, desde la orientación psicológica, el
estu d io d e la M otivación se ha llevado a c ab o desde las perspectivas biológica, conduc-
tual o cognitivista. D esde cu alq u iera de d ich as perspectivas se ha asum ido que la orien
tación m ás cien tífica e s aq u ella que se fundam enta en parám etros biológicos; esto es,
aquella q u e trata d e en ten d er la co n d u cta m otivada de un individuo, desde la perspectiva
de las necesidades q u e el o rg an ism o req u iere satisfacer para sobrevivir. En el otro extre
m o del h ip o tético contin u o , sig u e arg u m en tan d o M unro, se encuentra la orientación cu l
tu ral. aq u ella que p ro p o n e la im p o sib ilid ad de e n te n d er la conducta m otivada del ser
hum ano sin re c u rrir a las variab les so ciales, y fu n dam entalm ente a las variables cultura
les: la m otivación e s el resu ltad o de las influencias culturales. En esta segunda perspec
tiva. el indiv id u o co m o tal n o e s im p o rtan te, ya que lo q u e cuen ta es el grupo en su
conjunto, co n sus in flu en cias in elu d ib les so b re todos y cada uno de los m iem bros que lo
conform an . E stas o rien tacio n es teó ricas han sid o v erificadas em píricam ente en el cam po
aplicado, particu larm en te en el ám bito laboral (E rez. 1997), poniéndose d e relieve cóm o
parece im prescindible c o n sid e ra r los factores cu ltu rales para entender la dim ensión mo-
tivacional de la co n d u cta de los em p le a d o s y de los jefes. Incluso, com o han señalado
recientem en te (¡cary. H am son, C h c n , Liu y H oard (1998), la influencia cultural e s inelu
dible cu an d o se quiere en ten d er có m o se producen los sesg o s en el funcionam iento cog-
nitivo, referid o s é sto s a las p referen cias m o tiv acio nalcs, a la elección de objetivos atrac
tivos, etc. La in teracció n e n tre los facto res ev o lu cionistas y los cu ltu rales está presente y
e je rce su im pacto desde los p rim ero s m om entos e n los q u e un individuo intcractúa con
los dem ás. N o o b stan te, los e fe c to s de tal influencia com ienzan a hacerse patentes cuan
do esc ind iv id u o inicia su form ación y ap ren d izaje en el ám b ito escolar.
3. LA S E M O C I O N E S
Q ue las em o cio n es form en parte d e lo m ás constitutivam ente hum ano, que necesaria c
irrem ed iab lem en te el afecto c o lo ree n u estra conducta determ inando el ajuste social, el
bien estar y la salu d , no im plica q u e pod am o s resp onder fácilm ente a la pregunta ¿qué es
una em o ció n ? D e hecho, la investigación básica so b re las em ociones aún dista m ucho de
proveer una b ase firm e d o n d e a p o y ar m u ch o s de los resultados parciales que continua
m ente provee la investigación (W atts, 1992).
P or so rp ren d en te que parezca, actu alm en te carecem o s de una definición, y hasta de
un con cep to , de em oción co n sen su ad o s p o r todos los investigadores. Fn lo que sí existe
18 Psicología de la motivación y la emoción
cio n ales, ele. listo s au to res d efin en la em oción com o: «U n com plejo conjunto de inte
racciones en tre facto res subjetiv o s y objetivos, m ediadas por sistem as ncuronales y hor
m on ales que: a ) pueden d a r lugar a ex p erien cias afectivas com o sentim ientos de activa
ción, ag rad o -d esag rad o ; h ) g e n e ra r p ro ceso s co g nitivos tales com o efectos perceptuales
relevantes, valo racio n es, y p ro ceso s de etiq u etado; c ) gen erar ajustes fisiológicos..., y d)
d ar lu g a r a una con d u cta que e s frecuentem ente, pero no siem pre, expresiva, dirigida
hacia una m eta y adaptativa» (K lein g in n a y K lcinginna. 1981. p. 355).
C o m o vem os, la defin ició n de em o ció n e s una cuestión abierta, aún no resuelta satis
factoriam ente (R eevc, 1992), p u esto que cada una de las categorías y definiciones está
su sten tad a p o r el m arco teó rico desd e el q u e se form ula. Sin em bargo, m ás recientem en
te. la m ayoría de los au to res su scrib en d efin icio n es o p eracionales q u e incluyen explícita
o im p lícitam en te el co n cep to d e m ultid im cn sio nalidad propuesto p o r L ang (1968» quien
en tien d e la em oción co m p u esta p o r tres sistem as d e respuesta claram ente diferenciados:
1) el neu ro fisio ló g ico -b io q u ím ico , 2 ) el m o to r o conductual expresivo, y 3) el cognitivo
o ex p crien cial-su b jetiv o . Para d efin irlas y co m p ren d erlas se han de estudiar conjunta
m ente los tre s sistem as d e resp u esta, ya que cada com ponente sólo refleja una dim en
sión parcial de la em oción.
A nuestro ju ic io las em o cio n es son p rocesos ep isó d ico s que. elicitados por la presen
c ia de a lg ú n e stím u lo o situ ació n in tern a o ex tern a, que ha sido evaluada y valorada
com o p o tcn cialm en tc cap a z de p ro d u cir un d eseq uilibrio en el organism o, dan lugar a
una s e n e de cam b io s o resp u estas subjetivas, cognitivas, fisiológicas y m otor expresi
vas; c am b io s que están intim am en te relacio n ados con el m antenim iento del equilibrio,
esto es: co n la ad ap tació n de un o rg an ism o a las condiciones especificas del m edio am
bien te e n co n tin u o cam bio.
3 .2 .1 . El afecto
El afecto tien e que v er con la v alo ració n q u e hace la persona de las distintas situaciones
a las q u e se e n fre n ta ; se co n sid era que ex iste una tendencia innata hacia el afecto positi
vo. d e tal m an era que la m eta de to d a p erso n a e s generalm ente el hedonism o, esto es.
o b te n e r placer.
20 Psicología d e la motivación y la emoción
Humor o estad»
Afecto de ánimo Emoción Seniiinicnlo
El hum or o estado de án im o es una form a esp ecifica de estad o afectivo, que im plica la
existencia de un conjunto de creen cias acerca de la probabilidad que tiene el su jeto de
experim entar p lacer o d o lo r en el futuro, e sto es. de ex perim entar el afecto positivo o
negativo; se estim a que tiene una duración d e hasta varios d ias, originado norm alm ente
por una causa que ap arece relativam ente rem ota en el tiem po.
El hum or se d istin g u e usualm entc de las em ociones so b re la base de tres criterios:
por poseer una m ayor duración, m e n o r in ten sid ad, asi com o por po seer un carácter d ifu
so o global (Isen. 1984; M orris, 1989). En e sto s té rm in o s define Frijda (1994) el estado
Introducción a la Psicología de ¡a motivación y la emoción 21
Agradable
de ánim o, co m o un estad o afectivo no in ten cio n al, esto es. que no tien e por q u é existir
un objeto q u e lo elicite co m o en la em oción.
Fl crite rio de g lo b alíd ad ha sido señ alad o p o r varios autores com o el m ás caracterís
ticam ente d efin ito rio del h u m o r (Iscn , 1984). en el sentido de que el hum or carece de
objeto o no tien e un o b jeto e sp e c ific o , d e tal m odo q u e una em oción puede tam bién
convertirse en h u m o r cu a n d o d e ja de fo c a liz a rse la aten ció n en el o b jeto em ocional,
quedándose sin o b jeto o sien d o éste incspecifico.
La función prim aria del h u m o r es la de m o d u lar o in flu ir en la cognición (D avidson,
1993). su brayando su papel co m o m ecan ism o prim ario q u e altera las prioridades y cam
bia las form as de p ro cesam ien to de la inform ación, acen tu an d o o atenuando la accesibi
lidad de co n ten id o s co g m tiv o s y red es sem ánticas; así, m ientras que el estado de ánim o
produce co n secu en cias p rio ritariam en te co g n itiv as, la em oción tiene consecuencias m oti
vacionales, de acció n in m ediatas. P or ejem p lo , los sujetos bajo un estado de ánim o de
presivo ven increm entada su accesib ilid ad al pro cesam iento de los estím ulos congruen
tes con ese estad o , m ientras que ven d ificu ltad o su p rocesam iento ante estím ulos opuestos
(p o r ejem p lo , a reco rd ar a co n tecim ien to s felices).
El estad o d e á n im o se ve tam bién influ id o p o r una gran variedad de factores, princi
palm ente; a ) ex ó g en o s (situ acio n ales); h ) endógenos (ritm os circadianos, ctc.), y c) ras
g os d e p erso n alid ad y el tem p eram en to (W atson y C lark , 1994).
El h u m o r y la em oción in teractú an d in ám icam ente; las em ociones pueden conducir a
un h um o r d ete rm in a d o , y a su vez. el h u m o r p u ede altera r la p robabilidad de que se
d esencad en e una em oción p articu lar; sin em b arg o , carecem os de datos sistem áticos so
bre la fom ia en q u e s e p roducen esto s cam bios. Del m ism o m odo, el hum or puede ser
producid o p o r cam b io s h o rm o n ales, o bien p o r una experiencia em ocional de m uy alta
intensidad c u y a ex p re sió n em ocional se ha inhibido, por lo que la probabilidad de gene
rar un hum or esp ecífico aum enta.
22 Psicología de ¡a m otivación y la emoción
Se lian señalado o tras características d iferen ciales, ta les com o q u e la em oción tiene
una expresión facial, m ientras que en el estad o de ánim o no. así com o que bajo un deter
m inado estado de án im o una persona se ve condicionada a la hora de regular un ep iso d io
em ocional. P or ejem plo, b ajo un estad o d e ánim o irritado, una situación capaz d e provo
car la em oción de ira, ésta será m ás intensa y m enos controlada, e s decir, el estad o de
ánim o puede hacer d ism in u ir el um bral para sentir ciertas em ociones co ngruentes con
esc estado de ánim o: es m ás. em o cio n es m uy repelidas e intensas pueden propiciar un
estado de ánim o, o bien, si se inh ib e una em oción p u ede m an ten erse o propiciarse un
estado de án im o (p o r ejem p lo , si se reprim e la ira. es p ro bable la ap arición d e un estado
de irritabilidad).
Em oción y estado de án im o se diferen cian tam bién en el g rad o de activación fisio ló
gica y cortical que provocan. A sí. m ien tras q u e en la em oción acaecen intensos estados
de activación cortical que conducen al o rg anism o hacia una acción inm ediata — activ a
ción fásica— , en el estad o de á n im o se da un estado m ás so stenido, a la v e z que m enos
intenso, m an teniéndolo m ás responsivo a la estim ulación — activación tónica (Pank-
sepp. 1994).
3 .2 .3 . La em oción
El con cep to de em oción se utiliza en la p sic o lo g ía teó rica de al m enos tres m aneras
diferentes, a saber: 1) sín d ro m e em o cio n al, 2) estad o em o cio n al, y 3) reacción em o c io
nal. Un síndrom e em ocional e s lo q u e co m ú n m en te se experim enta durante una e m o
ción: ira. tristeza, m iedo, etc.
Este d escrip to r tiene un sen tid o ta n to d escriptivo com o prescriptivo. P or ejem plo, el
síndrom e de ira d escrib e y p rescribe qué persona puede o d eb e experim entarla cuando
está airada o disgustada. C u an d o nos referim o s a un e sta d o , h acem os referencia a una
form a breve, reversible (ep isó d ica) e n la que ap arece u n a d isp o sició n a responder d e una
m anera representativa q u e se co rresp o n d e al síndrom e de ira. P or últim o, una reacción
em ocional es el co n ju n to actu al (y altam en te variable) de resp u estas m an ifestadas por
un individuo en un estad o em ocional; esas resp uestas pueden in cluir expresiones facia
les. cam bios fisiológicos, co n d u ctas m an ifiestas y ex p erien cias subjetivas.
La em oción es una form a con creta de afecto , que incluye entre su s co m ponentes el
sentim iento, tiene una m enor d u ració n q u e el hum or, sie n d o el fru to d e la relación c o n
creta d e la persona con el am biente; en o tra s palabras, so n fenóm enos q u e pueden carac
terizarse co m o « intencionales», p u e sto q u e suponen una relación su jeto-objeto (Fridja.
1993). 1.a cau sa de la em oción está, p o r tan to , m ás cercana en el tiem po, al con trario de
lo que o curre con el hum or, p o r lo que d escrib e la relació n concreta del su jeto co n su
m edio am biente en el m o m en to presente.
El sentim iento co n stitu y e la ex p erien cia sub jetiva d e la em oción, se refiere a la evalu a
ción que un sujeto realiza tras un ev en to em ocional. L o s térm inos sentim iento y e m o
ción se utilizan frecuentem ente de m anera indistinta; por ejem plo, se dice «m e siento
triste» , d e la m ism a m anera que se afirm a « esto y triste».
Los sentim ientos, tam bién llam ad o s « actitu d es em ocionales» (F rijda, 1994), son las
d isposiciones a responder afectiv am en te an te c ie rto s tip o s específicos de eventos; dicho
Introducción a ¡a Psicología de la motivación y la emoción 23
de otro m o d o , es la d isp o sició n a h acer atrib u cio nes afectivas y su propensión a respon
der afectivam ente.
Un sen tim ien to p ro p ic ia la em oción de d o s m aneras: 1) un sentim iento consiste en
una disposición co g n itiv a a v alo rar un objeto de una m anera particular, de m odo que la
valoración se p roduce de m an era sim ilar a co m o se hace durante una em oción; un sen ti
m iento p u ed e en ten d erse co m o un co n ju n to d e esqu em as cogm tivos en lorno a inform a
ción so b re valoracio n es, e sto s esq u em as se actualizan continuam ente reflejando un sen
tim iento. y 2) los sen tim ien to s son d isp o sicio n es q u e favorecen que un objeto se canalice
de m anera rápida d urante una em o ció n , co n stitu yen m otivaciones latentes que pueden,
por ejem p lo , m o strarse m ediante la evitación an ticip ato ria de un objeto. El am or, por
ejem plo, se ha d efin id o co m o el deseo de increm entar el bienestar incorporando un o b
je to o un sujeto.
A verill (1 9 9 4 ) sostiene q u e los sen tim ien to s en la em oción son alg o com parable a
cuando « oím os» voces, sin la c e rte z a del quién o q u é dice, esta experiencia no puede
consid erarse real sin q u e se haya prod u cid o un estim u lo real que provoque la em oción.
A si, p o r ejem p lo , u n a persona b ajo un estad o d e hiponiania puede sentirse (sentim iento)
feliz, sin em bargo, ese estad o no es sino u n co m ponente de la tristeza (o al m enos de lo
que clín icam en te d en o m in am o s trasto rn o afectivo).
I. L os p e río d o s de latcn cia que m edian en tre la evaluación de los estím ulos y la
reacció n (u n im po rtan te avance resp ecto a los prim itivos reflejos y a los patro-
24 Psicología d e la motivación y la emoción
nes fijos de acción). U n asp ecto im portante e s la relación inversa entre la inten
sidad de una em o ció n y la lo n g itu d del tiem p o de latericia, éste es uno d e los
m ecanism os q u e m ás p otentem ente contribuyen a la adaptación, lo que provoca
que se actúe con im pulsividad b ajo condiciones em ocionales m uy intensas; tal
vez p o r ello se d ig a que las em o cio n es son alg o «irracional». N o obstante, la
conducta em ocional p u ed e se r co n sid erada, paradójicam ente, racional en situa
ciones de em ergencia.
2. U na respuesta ap ro p iad a al estim u lo está preparada y ejecutada co n extrem a ra
pidez, p erm itien d o p reserv ar las v en tajas d e la velocidad aso ciad as a las re s
puestas au to m áticas de e sp ecies filo g enéticam cnte prim itivas. E ste proceso per
m ite co m u n icar al o rg an ism o las señ ales d e las evaluaciones de las reacciones y
conductas de los otros.
A dem ás, las em o cio n es cum plen d iv ersas funciones, entre las que destacam os:
C om únm ente se acepta q u e los facto res so c io c u ltu ra les afe cta n a la form a en q u e se
experim entan las em ociones. I.os a n tro p ó lo g o s han señ ala d o que la v alo ració n de un
evento puede explicarse en un alto grad o alu d iendo a las d iferencias cultu rales, y hasta
históricas, en los patro n es de valoración. Los p ro cesos educativos y de socialización, las
norm as sociales, las estru ctu ras d e valores y p rescripciones m orales, a la vez que cons
tituyen p rocesos que unifican so cialm cn tc las em ociones, perm iten — para e sta s teorías
a su vez explicar las d iferencias in dividuales en los patro n es de respuesta em ocional, su
expresión y su regulación. Al con trario que en las posiciones anteriorm ente revisadas,
las em o cio n es son co n stru ccio n es sociales que se vivencian dentro d e un e sp a cio inter-
personal <Parkinson, 1995).
Un aspecto en el cual la cu ltu ra ha m o strad o eje rc e r u n a im portante función m odula-
dora sobre las em o cio n es e s en el co n tro l o regulación de su expresión. C ada cultura
posee norm as y reg las so b re có m o y cu án d o se d eben co n tro lar o ex p resar abiertam ente
las em ociones. Posiblem ente, sea en el asp ecto expresivo en donde se observan las p rin
cipales d iferen cias en tre las cu ltu ras iP á e z y C asullo, 2000).
A lgunas sociedades no poseen d escrip to res verbales para referirse a ciertas em ocio
nes (p o r ejem plo, para la triste z a en c ie rta s c u ltu ra s del P acífico), por lo que cuando
éstos experim entan una pérd id a, la ex p resan y sienten com o estad o físico d escrito, por
ejem plo, en térm inos de cansan cio . O tra s cu ltu ras poseen, por el contrario, un lenguaje
m uy sofisticado, en el que abundan los d escrip to res em ocionales.
La variable de género ha sid o esp ecialm en te e stu d iad a por esta o rientación, m o strán
dose la existencia de d iferen cias en la m anera e n q u e se experim entan y expresan las
Introducción a ¡a Psicología d e la motivación y la emoción 27
emociones. A sí. p o r ejem plo, d en tro del área de investigación relativa a las alteraciones
en la capacidad para ex p re sa r sen tim ien to s, la b ib lio g rafía so bre el tem a, sugiere dos
claras respuestas p rcdictivas y o p u e sta s para h om bres y m ujeres. A sí, en lo referente a la
dificultad para d istin g u ir en tre sen tim ien to s y sen sac io n es corporales, los autores afir
man que las m ujeres presen tan un d éficit im p o rtante, m ientras q u e los hom bres detecta
rían los c am b io s fisio ló g ico s de form a m ás acertad a q u e las m ujeres, y utilizan los sín to
mas fisiológicos internos para d ete rm in a r có m o se sienten (R oberts y Pcnncbaker. 1995).
Con respecto a la d ificu ltad para d e sc rib ir los sentim ientos, la literatura sobre el tema
sugiere que los h om bres presen tan un m ay o r déficit. L as evaluaciones narrativas confir
man que la m u jer es m ás exp resiv a p ú b licam en te que el hom bre (p o r ejem plo, las m uje
res presen tan una m ayor ten d en cia para c o m u n ica r se n tim ien to s y revelarlos) (R im é,
Philippot, B oca y M esquita, 1992; M arlínez.-Sánchez. Páez. Pcnncbaker y Rim é, 2001).
Se sab e tam bién q u e las m u jeres co m u n ican o revelan m ás. expresan m ás sentim ien
tos y presen tan un m ay o r so p o rte em o cio n al, m ien tras que el hom bre tiende a evitar
hablar so b re sí m ism o (D india y A lien. 1992).
3.5. La d in á m ic a de la r e s p u e s ta em ocional
Las em o cio n es n o deben ser co n sid erad as co m o fenóm enos discretos, sino continuos,
por lo que en su estu d io d eb e se r tenida en cu en ta la dim ensión relativa a su duración.
Fridja, O rtony. S onncm ans y C lo re (1 9 9 2 ) an alizan la estru ctu ra tem poral so bre la base
de tres parám etros:
I T iem p o d e increm ento: p e rio d o de tie m p o tran scu rrid o e n tre el d esencadena
m ien to de la em o ció n y el m o m en to e n q u e ésta alcanza su m áxim o nivel de
intensidad.
2. D uración: tiem po tran scu rrid o d esd e que se alcanza el punto m áxim o de intensi
dad . hasta que se p roduce e l re to rn o a la línea base
3. R um iación: p erio d o d urante el cual el su jeto valora el su c e so que ha provocado
la em oción, asi co m o su s con secu en cias.
em ocional, y los recu rso s aten cio n ales q u e im plican, hacen que el episodio sea m ás d u
radero en el tiem po.
E xisten notables d iferen cias in d iv id u ales en los patrones tem porales d e respuesta en
función de la valencia de la em oción. S e e stim a q u e los p rocesos rum iativos son m ucho
m ás d u raderos en las em o cio n es negativas que en las p o sitivas, las cuales se desvanecen
antes en el tiem po.
4. R E L A C IÓ N E N T R E M O T IV A C IÓ N Y E M O C IÓ N
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Introducción a la Psicología de la motivación y la emoción 33
El proceso motivacional
Francesc Palmero
Francisco M artinez-Sánchcz
Enrique C!. FernúnJez-A bascal
1. IN T R O D U C C IÓ N
' Com o poede apreciara?. se trata d e la c lá sica aportación d e W ixidworih (1918), referida a la distin
ción entre mecanismos y fuerzas, que Iva n u re n d » consideraN em enle el devenir de la disciplina m otivacio-
nal l a cuestión d e kw m ecanism os tiene que ver con el cómo se producen las conductas; la cuestión de las
fuer/as. o im pulso, tiene que ver con e l pon/u,- d e las conducías: o. 14 q ue e s lo rm u n o . n e n e que ver con la
m otivación de las conduelas.
CAPÍTULO
El proceso motivacional
¡■'róncete Palmen/
Francisco M artinez-Sánchez
Enrique G. Fernández-Abascal
1. IN T R O D U C C IÓ N
1 Como puede apreciarse, se trata de la clásica aportación de W oodwortli (19IS). referida a la distin
ción entre rntcuniimox y fuerzas, que ha marcado considerablemente el devenir d e la disciplina rootivacio-
cal. La cuestión de los mecanismos tiene que ver con el cómo se producen las conduelas, la cuestión de las
fuerzas, o impulso, tiene que ver con el purgué d e las conductas: o. 1®que e» lo m ism o, tiene que ver con la
motivación d e las conductas
36 Psicología de la motivación y la emoción
m ostradas p o r dos personas ante una m ism a situ ació n estim ular. P or o tra p arte, aquélla
referida a las d iferentes m an ifestacio n es c o n d u ctu ales m ostradas por una m ism a persona
ante una m ism a situación estim u lar en d os m om entos d iferen tes. Hn cu alquiera de los
casos, parece claro que ex iste una prem isa m otivacional b ásica en la conducía de c u a l
quier organism o: el h edonism o psico ló g ico . D esde un razo nam iento de este tipo, se p u e
de entender la tendencia a apro x im arse a lo q u e p ro d u c irá co n secuencias gratificantes y
la tendencia a evitar lo que pro d u cirá co n secu encias desagradables.
Tal com o parece evid en te cu an d o se o b serv a el volum en de pu b licacio n es al respec
to. la Psicología de la M otivación se ha d esa rro lla d o considerablem ente. En esta gran
diversificación, según M ankcliunas (1 9 8 7 ), se d istin g u en dos grandes m om entos: antes
y después de la o b ra de D arw in en 1859. o . lo q u e e s lo m ism o, etap a precientifica y
etapa científica. Estos h echos dificu ltan co n sid erab lem en te una conceptualización g en e
ralm ente aceptada de «M otivación», ya qu e, p o r una p arte, en la etapa científica se si
guen utilizando térm inos precien tífico s (G rau n iann, 1971), y, por otra parte, la in flu en
c ia de D arw in se re fle ja en d iv e rsa s c o rrie n te s, c a d a una de e lla s e m p le a n d o una
term inología particular.
D urante la etapa p recien tifica. la M otivación se red u cía a la activ id ad v oluntaria,
m ientras que, en la etap a cien tífica, h ab lar de M otivación im plica referirse a instintos,
tendencias c im pulsos, que p roporcionan la energía n ecesaria; p ero , adem ás, hay tam
bién claras referencias a las activ id ad es cognitivas. que d irig en la co n d u cta hacia deter
m inadas nielas. P or tanto, el con cep to de M otivación en la actu alid ad debe c o n sid erar la
coordinación del sujeto para activ ar y d irig ir su s co n d u ctas hacia m etas.
Una dificultad añadida tiene q u e v er con la gran can tid ad de n ecesid ad es descritas
por los distin to s autores. Al respecto, M ad sen (1980) ag ru p a 13S n ecesid ad es e n d o s c a
tegorías m otivos p rim ario s y m o tiv o s secu n d ario s. L os m o tiv o s p rim ario s, innalos y
biogénicos, son m otivaciones cen trales qu e. d esd e el n acim iento, están funcionalm enle
relacionadas con la su b sisten cia del individuo y de la especie L os m otivos secundarios,
adquiridos y p sicogénicos, son m o tiv acio n es c e n tra le s que, d e sp u és de un proceso de
aprendizaje, están relacio n ad as con el crecim ien to g en eral d el sujeto. E sta d iferen cia
ción es esencial p ara en ten d er la P sicología de la M otivación en toda su extensión, ya
que. si bien es cierto que los m otivos prim ario s son com unes a todas las esp ecies, los
m otivos secu n d ario s, au n q u e tam b ién p resen tes en m u c h as de las esp ecies inferiores,
parecen ser p atrim onio fundam ental de la e sp ecie hum ana. Por tanto, la P sicología de la
M otivación debe ser en tendida esen cialm en te en su dim ensión h um ana, au n q u e los e stu
dios e investigaciones con su jeto s de e sp ecies inferiores aportan d ato s relevantes para el
conocim iento, p o r lo m enos, de los m otivos prim arios.
En últim a instancia, y de form a g en eral, el term ino «M otivación» e s un concepto que
usam os cu an d o querem os d escrib ir las fuerzas que a c tú an sobre, o den tro d e, un orga
nism o. para in iciar y d irig ir la co n d u cta de éste. E s d ecir, son fuerzas que perm iten la
ejecución de conductas d e stin ad as a m o d ific a r o m an ten er el cu rso d e la vida de un
organism o, m ediante la obtención de objetivos q u e increm entan la p ro babilidad de su
pervivencia. tanto en el plano b io ló g ico , cu an to en el plano social.
A dem ás, com o señ ala Petri (1 9 9 1 ), tam bién se p u ede u tiliza r el térm ino «M otiva
ción» para explicar y en ten d er las d iferen cias en la intensidad de la conducta. Es decir,
las conductas m ás intensas pueden ser co n sid erad as com o el resultado de los m ás elev a
dos niveles de m otivación. Igualm ente, el térm in o «M otivación» pued e usarse para indi
car la dirección selectiva de una conducta.
E l proceso m m n a cional 37
Pero, la m otiv ació n e s una v ariab le in tan g ib le. In ferim o s su presencia a p artir de
ciertas m an ifestacio n es m ostrad as p o r un individuo. Si bien du ran te m ucho tiem po la
Motivación era considerada co m o un p ro ceso interno, ubicado en la variable «O » del
esquema S-()-l< p ro p u esto p o r W oodw orth (1918), las im portantes aportaciones de auto
res como Tolm an ( 19 3 2 ) y H ull ( 19 4 3 , 1951), p erm iten que se hable de variable intervi-
niente. Por tanto, no es so rp ren d en te q u e e n el an álisis de la m otivación, o del proceso
motivacional, haya q u e basarse e n el estu d io de la co n d u cta m otivada. L os patrones de
conducta m otivada son el p ro d u cto de la in teracció n entre un organism o y su am biente.
Se puede d ecir que el térm in o M otivación se refiere a un proceso interno que im pulsa al
individuo, y este im pulso se relaciona co n alg ú n evento externo. La M otivación posee
aspectos b io ló g ico s y culturales de los q u e es difícil prescindir. A sí. gran parte de los
desafíos adaptativos a los q u e se en fre n ta el se r h u m ano tienen connotaciones sociales,
pues es la socied ad , con el tin te cu ltu ral q u e en ella predom ina, la que va im poniendo
ciertas p eculiaridades que o rien tan las n ecesid ad es biológicas y las necesidades psicoló
gicas en un determ in ado sentido. L a finalidad es tratar de relacionar d e form a coherente
y adaptativa el m ed io am b ien te in tern o y el m edio am biente ex tern o de un determ inado
individuo (C acciopo y B ep itso n , 1992). L as m etas d irigen al individuo dependiendo de
las condiciones del estim u lo , y la m otivación m oviliza las acciones pertinentes
La M otivación se refiere a un p ro ceso d in ám ico interno. En cu alq u ier m om ento, com o
proceso que es. p u ed e im plicar cam b io o v ariabilidad. D reikurs (20<)C>) se refiere a la
Motivación p ro p o n ien d o q u e , cu an d o la m otivación es descrita com o un proceso d in á
mico m om entáneo, nos referim o s a un e sta d o m o tiva cio n a l, pero, cuando nos referim os
a una pred isp o sició n referid a a las ten d en cias de acció n , esta m o s hablando d e rasgo
motivacional. M ientras el estu d io d e las d isp o sicio n es m otivacionales enfatiza las d ife
rencias ínter individuales, el estu d io de los estad o s m otivacionales enfatiza las d iferen
cias en la d inám ica m o m entánea de la acción.
Hn un sentido m uy parecid o , D eckers (2 0 0 1 ) propone que, para estudiar la M otiva
ción. es n ecesario ten er en cu en ta los cam b io s e n los estad o s internos y en la conducta
abierta de los individuos. E sta variabilidad hace referencia a tres ám bitos o posibilida
des I) la co n sid eració n del cam b io en tre circu n stan cias - variación m om entánea y si-
tuacional en un individuo d eterm in ad o , que p erm ite localizar en qué m edida un objetivo
atrae a ese individuo— , 2 ) la co n sid eració n del cam b io en tre distin to s individuos de la
misma especie — v ariació n ín te r individual intra especifica, que perm ite localizar dife
rencias in dividuales . y 3) la c o n sid e ra c ió n del c am b io e n tre individuos de distinta
especie (que perm ite lo calizar la even tu al ex isten cia de patro n es de conducta específicos
de cada especie).
En últim a instancia, la v ariación o variabilidad m otivacional es evidente en dos posi
bles form as, a saber: en térm in o s de can tid ad o intensidad y en térm inos de cualidad o
tipo. Por lo q u e resp ecta a la variabilidad e n intensidad, im plica un cam bio — e n forma
de increm ento o d ecrcm ento— en la m ovilizació n d e energía, así com o en la cantidad de
esfuerzo que se dedica para la acción. Es dccir, la intensidad se refiere a cuán robusta o
débil es la m otivación. Por lo que respecta a lu variabilidad en cu alidad, im plica una
selección de la d irecció n p ara la ejecu ció n de la acció n , perm itiendo establecer de qué
modo específico, o hacia qué m eta co n creta se d irige la acción. E s decir, la cualidad se
refiere al tip o d e m otivación.
El aspecto relacio n ad o con la inten sid ad de la M otivación, esto e s, el factor energé
tico. puede variar d esd e la letargía extrem a h asta la m áxim a alerta y responsividad. Ha
38 Psicología de la m o tiva ció n y la emoción
habido d istin tas den o m in acio n es p ara referirse a e ste factor q u e p ro p o rcio n a la energía
Entre ellas destacan las de a ro u sa l (R cvclle, A ndcrson y H um phrcys. 1987; A nderson.
1990) y a ctivación (M alm o . 1959; T hayer. 1989). A ctualm ente, y de form a g enérica, se
habla de activación. En este m arco d e referen cia, hay q u e señalar que la intensidad de la
M otivación ha sido considerada de d os form as básicas: en la d im ensión fásica y en la
dim ensión tónica. Por lo q u e respecta a la d im en sió n fá s ic a , hace referencia a reacciones
o excitaciones breves, aso ciad as a un e stim u lo u o b jetivo que, p o r alguna circunstancia,
es significativo para ese individuo. P or lo que respecta a la d im en sió n iónica, hace refe
rencia a respuestas o ex citacio n es provo cad as p or un estím u lo u objetivo, el cual, en este
caso, posee m ucha relevancia, o ex ig e m ucha dedicació n al individuo, pro d u cien d o un
nivel so sten id o en la resp u esta o ex citació n (P alm ero y C h ó liz , 1991).
El asp ecto relacio n ad o con la d irecció n d e la M otivación n o tien e co n n o tacio n es
cuantitativas sin o de cualid ad de las accio n es y las co n d uctas. El asp ecto direccional de
la m otivación se refiere a la variación referid a a los tip o s de m etas o anteced en tes a los
que responde un organism o; e sto es, tien e q u e ver con la selección de objetivos.
A sí pues, parece evid en te qu e, p rácticam ente, to dos los au to res q u e investigan as
p ectos relacionados co n la cond u cta se p lan tean preguntas acerca del porqué de la co n
ducta; en la m edida en q u e gran p arte de ello s intentan responder, increm entan co nside
rablem ente el núm ero de asp ecto s y c aracterísticas de la m otivación, asp ecto éste que
abordam os en el sig u ien te ap artad o . S in em bargo, com o señalan algunos autores (K lein-
ginna y K leinginna. 1981; M ankeliunas. 1987; H eckhausen. 1991; Petri, 1991; F rankcn,
1998; E dw ards, 1999; B eck. 20 0 0 ), im p lícita o ex p lícitam en te, algunas características
esenciales parecen ser co m ú n d en o m in ad o r en p rácticam en te todas las definiciones p ro
puestas. Tales características se refieren a la activación y la dirección.
A ctiv a c ió n
Para ejecu tar una co n d u cta, cu alq u ier co n d u cta, e s necesaria la existencia de un cierto
nivel de energía. Sin esa energía, la cond u cta no se p roducirá. La energía procede p rin
cipalm ente de la co m id a ingresad a en el o rg an ism o, la cual será alm acenada com o ener
g ía poten cia l. C uando d ich a energ ía alm acen ada es liberada para ejecu tar una d e te rm i
nada conducta, se convierte en energía cin ética . E s com o si la energía potencial esperase
la aparición de algún estím ulo esp ecial, ta n to interno com o externo, para que la libere y
la transform e, cinéticam en te, en alg u n a co n d u cta particular.
La activación es una de las c a ra c terístic a s q u e co n m ay o r facilidad p u ede se r o b ser
vada cu an d o un o rg an ism o lleva a c a b o una c o n d u cta. La co n d u c ta a b ie rta o m a n ifies
ta es una de las p ro p ied ad es q u e m ejo r d efin e a la activación. E s d ecir, en la m edida en
que un o rg an ism o está llevando a c ab o una c o n d u cta, parece ló g ico p e n sar q u e un c ie r
to nivel de m otivación e x iste en d ic h o sujeto. P o r el co n tra río , y al m enos ap aren te
m ente. si n o ex iste co n d u cta o b se rv a b le , se p o d ría p e n sar q u e no ex iste m otivación, o
q u e el n iv el d e m o tiv a c ió n e x iste n te e s in su fic ie n te p a ra p ro v o c ar la co n d u cta . S in
em bargo, tal co m o señ aláb am o s a n te rio rm e n te, si bien e s c ie rto que la p resen cia de una
conducta o b serv ab le d en o ta la e x iste n c ia d e un ad e cu ad o nivel d e m otivación, la a u
sen cia de una con d u cta o b serv ab le n o sig n ific a la au sen c ia d e m otivación. A p a rtir de
los trabajos de L acey (1 9 6 7 ), en los q u e se c u e stio n ó seriam en te el c o n c ep to de activ a
ción co m o p ro ceso u n itario , d e fe n d id o p o r L in d slc y (1 9 5 1 , 1957), M alm o (1 9 5 9 ), Du-
ffy (1962), e n tre o tro s, ex isten c la ra s e v id e n c ias de q u e la activ ació n d e un organism o
E l proceso m otivacional 39
puede m anifestarse a tra v é s d e tre s p arám etro s: e lectro c o rtic a l, autonóm ico/fisiológico
y motor.
La conclusión p arece b a sta n te clara: au n q u e la m otivación se considera activadora
de conducta, la co n d u cta activ ad a no siem p re e s ab ierta y m anifiesta. En este m arco de
referencia, adem ás, estim am o s q u e . si bien la ex isten cia d e una conducta abierta y m ani
fiesta denota, sin duda, alg ú n tip o de m otivación, n o n ecesariam ente indica los antece
dentes ni las co g n icio n es q u e ha llevado a c a b o ese individuo para ob ten er una determ i
nada m eta. E sto es, la sim p le o b serv ació n de la co n d u cta ab ierta o m anifiesta denota
activación, luego, d en o ta m otivación, p ero n o p erm ite d ilu cid ar cuál es la m otivación ni
cuáles los o bjetivos p erseguidos.
Otra propiedad q u e d efine b astan te bien las características activadoras de la m otiva
ción tiene que v er co n la p ersisten cia . P arece un h echo bastante evidente que. cuando un
organismo e stá m otivado (p o r ejem p lo , cu an d o ex p erim en ta ham bre), p ersiste en su co n
ducta hasta que co n sigu e el alim en to . E sta c a ra c terística de la activación en la conducta
motivada ha sid o cu estio n a d a p o r a lg u n o s a u to re s (B eck , 2000), q u ien es argum entan
que la cond u cta p e rsiste n te (e n ten d ien d o p o r p e rsiste n cia la repetición de la m ism a con
ducta) ap arece en los exp erim en to s en los q u e só lo ex iste una alternativa de respuesta
(por ejem plo, p resio n ar u n a b a rra ); si h u b iese m á s alternativas d e respuesta (com o suce
de en la vida real), q u izá n o se o b serv ase la p e rsisten c ia de conducta, puesto que los
sujetos ten d rían d ó n d e elegir. En e sto s ex p erim en tos, continúa B eck, los sujetos experi
m entales han sid o ad iestrad o s p ara co n se g u ir com ida m ediante una respuesta concreta:
presionar la b arra. Parece ló g ico en co n trar q u e , cu an d o sien ten ham bre (presencia de
m otivación), los a n im a le s den la resp u esta q u e h a n aprendido. Si n o obtienen com ida
con su resp u esta sig u en in ten tán d o lo , sig u e n in sistien d o , persisten en su conducta. Si
tuviesen m ás altern ativ as d e resp u esta, q u izá no rep itiesen la conducta y experim entasen
con otras resp u estas, co n lo q u e la p ersisten cia en la co n d u cta n o sería tan im portante
como m odalidad activ ad o ra para e x p lic a r la m o tiv a ció n 2. N o obstante la argum entación
lógica d e B eck, p en sam o s q u e se p o d ría n in tro d u cir cie rto s m atices a la m ism a. Si bien
es cierto que en los ex p erim en to s a los que se refiere este au to r sólo hab ía una p o sib ili
dad d e respuesta (p re sio n a r la b arra), e ste h ech o no invalida la relevancia d e la persisten
cia com o p ro p ied ad im portante d e la activ ació n en M otivación. E s decir, aunque hubiese
m ás altern ativ as d e respuesta, la co n d u cta del o rg anism o seria igualm ente p ersistente, y
perseguiría el m ism o fin: en c o n tra r la co m id a. El h echo d e q u e llevase a cab o diversas
conductas n o inv alid aría el arg u m en to de la p e rsisten cia h acia la obtención de com ida.
S ería conveniente m atizar qu e. cu an d o B eck se refiere a persistencia, lo hace pensando
en la m ism a co n d u cta. El anim al p ersiste e n la m ism a respuesta. Sin em bargo, la persis
tencia va m ás allá d e la esp ecificid ad de co nducta: ta n to d a si el su jeto tiene una o vanas
alternativ as d e c o n d u cta, in sistirá en su c o n d u c ta o e le g irá otra, en cu alquiera d e los
casos p ersistirá en su afán p o r o b ten er la com ida.
’ Por supuesto, la persistencia se encuentra matizada por el tipo de programa utilizado en el condicio
namiento previo. Si se utilizó un programa de refuerzo fijo —refuerzo tros cada «n» número de respuesta*.
O tras cada «x» tiempo transcurrido desde el refuerzo anterior—, la persistencia será menor, o. lo que ex lo
mismo, ante* se producirá la extinción de respuesta, mientras que, si se utilizó un programa de («fuerzo
variable —refuerzo tras un impredecible número de respuestas, o un impredecible tiempo transcurrido des
de la obtención del refuerzo anterior—. la persistencia será mayor. Como indica Wong (2000), está perfec
tamente demostrado que el entrenamiento con un programa de refuerzo parcial produce una mayor resisten
cia a la extinción que el entrenamiento con un programa de reftierzo fijo o continuo.
40 Psicología de la motivación y la emoción
O tra propiedad que está relacionada con las c aracterísticas activ ad o res de la m o tiv a
ción tiene que v er con e l vig o r o in ten sid a d de la conducta. L os teó rico s de la m otiva
ción plantean que la intensidad de la resp u esta o frecida p o r un su jeto correlaciona p o si
tivam ente con el nivel de m otivación q u e esc su jeto experim enta. N o o b stan te, tam bién
existen reticencias al respecto, ya q u e . si un su je to ha ap ren d id o a dar una determ inada
respuesta que im plica una gran in ten sid ad , p o d ría su ceder que, e n situ acio n es futuras, la
existencia de un m oderado nivel de m otivación d esen cadenase una respuesta intensa que
no reflejara el estado real del sujeto. L o que su g erim o s con esta idea es q u e los procesos
previos de ap rendizaje pueden d isto rsio n a r la correcta relación en tre estad o m otivacio
nal c intensidad de la respuesta observada.
En los últim os añ o s, T h ay er (1 9 8 9 ) ha estab lecid o u n a sug eren te d istinción al e stu
diar la activación. C oncretam ente, según este au tor, se pued e h ab lar d e activación en er
gética y activación tensa. P or lo que resp ecta a la a c tiva ció n e n e rg étic a , rep resen ta un
sistem a ap etitivo o de apro x im ació n , y hace referencia a una dim ensión q u e oscila entre
un extrem o, caracterizad o p o r el vigor, la energ ía y la v italid ad , y o tro extrem o, caracte
rizado p o r la fatiga y el cansan cio . Las v ariaciones en este sistem a son fácilm ente o b se r
vables en los ciclo s d iario s (circad ian o s). ingestión de alim entos, ejercicio s, etc. P or lo
que respecta a la a c tiva ció n te m a , represen ta un sistem a general d e evitación (o precau
ción), que se pone en fu ncionam iento e n las situ acio n es q u e en trañ an un p elig ro (real o
im aginario) para el sujeto. H ace referen cia a una d im ensión que oscila entre un extrem o,
caracterizado por la ansiedad y el m iedo, y o tro extrem o, caracterizad o por la calm a y la
quietud. Este sistem a de activación se relacio n a co n un m ecanism o de em ergencia, de
p rep aració n , que an aliza las c a ra c te rístic a s de p e lig ro q u e u n a determ in ad a situación
entraña para el sujeto.
D irección
Memos visto có m o la activación, con los d iv ersos ín d ices que la configuran, puede ser
considerada una de las p rin cip ales c a ra c terístic as de la co n d u cta m otivada. N o obstante,
algunos au to res (B irch , A tkinson y B ongort. 1974) defienden que la activación no es el
principal elem ento que define a la con d u cta m otivada. Su argum entación se fundam enta
en un hecho: cu alquier o rganism o siem p re tien e un d eterm in ad o nivel de actividad; o . lo
q u e es lo m ism o: cu alq u ier o rg an ism o siem p re tien e un d eterm in ad o nivel de m otiva
ción. Para e sto s autores, lo v erd ad eram en te im p o rtan te es e stu d iar c ó m o va evolucio
nando la activación en un sujeto, có m o d ich o su jeto va ca m b ian d o de u n a actividad a
otra, entendiendo que las p rin cip ales fu en tes d e l cam b io de co n d u cta son los procesos
cognitivos. En una palabra, en el estu d io de la M otivación, lo q u e interesa es ob serv ar la
direccionalidad de la cond u cta que co n stan tem en te está llevando a cab o cu alq u ier in d i
viduo.
La direccionalidad d e la co n d u cta p u ed e q u e n o sea relevante cuando el su jeto en
cuestión só lo tien e u n a alternativa de respuesta. En estos casos, la respuesta es bastante
evidente y clara. Pero, cuando las p o sib ilid ad es de elección le perm iten decid ir qué co n
ducta. y hacia d ó n d e o rien tará dicha co n d u cta, la característica d e la d irección adquiere
una im portante co n sid eració n , aunque, p o r su p u esto , la co n d u cta se to m a m ás difícil
para el sujeto, d ependiendo del valo r funcional q u e cad a una de las p o sibles alternativas
tengan para d ich o sujeto. E s p o r e ste m o tiv o por el que B cck (2 0 0 0 ) ha c ritic a d o la
activación p articularm ente la p ersisten cia— com o com ponente im portante en m otiva
E l proceso m otivacional 41
2. F U E N T E S DE LA M O T IV A CIÓ N
1 En cierta medula, estas consideraciones recuerdan bastante los ideas expuestas pof Lorenz (197
cuando defiende su modelo hidráulico para la motil-ación, t i incremento de la necesidad el incremento
de la energía especifica para la acción, en términos de Lorenz produce, una disminución en la exigencia
cualitativa del individuo una disminución del umbral para que aparezca In conducta motivada, también
en la terminología de Lorenz.
El proceso m otivacional 43
D entro de los estím u lo s in tern o s, a d em ás, las variab les n eu ro lisiológicas, biológicas en
g eneral, tam bién p u ed en d ar lu g a r a la co n d u cta m otivada. De form a concreta, podem os
apreciar có m o la d eficien cia o d ism in u ció n del nivel en alguna variable necesaria para el
fu ncionam iento del o rg an ism o d esen cad en a un p ro ceso que tiene com o objetivo avisar
al individuo para q u e « sep a» q u e tien e que llevar a c ab o alguna actividad que restaure el
equilibrio en esa v a ria b le 4. C o m o co n secu en cia de esc aviso, q u e el individuo suele ex
p erim entar co m o un c ie rto m alestar tip ico , es m uy p ro bable que se inicie la conducta
m otivada d irig id a a su p rim ir el m alestar y a recu p erar el equilibrio o el nivel de dicha
variable.
P or lo que resp ecta a las fu e n te s in te r n a s , c a b e h ab lar de la h isto ria g en ética, la
historia personal y las variab les p sico ló g icas. En cu a n to a la historia g enética, se refiere
a los efecto s que ha ido ejercien d o el p ro ceso de la E volución so bre la especie hum ana.
La selecció n n atu ral p u ed e h ab er favorecido la ex isten cia y m antenim iento de ciertos
m otivos b ásico s que se en cu en tran intim am en te relacionados co n la supervivencia; tal es
el ca so de la co n d u cta de ev itació n activ a o d e elejam ien to ante la presencia de algunos
anim ales, c o m o las s e r p i e n t e s A l g o p arecid o , au n q ue ahora en sentido contrario, ocu
rre con o tras m an ifestacio n es, c o m o la sonrisa. D e h ccho, la so n risa e s una conducta que
ap arece en los p rim ero s m o m en to s d e la v id a ex trau terina, teniendo la función de flexi-
b iliz a r la in teracció n del ser h um ano co n su m edio am b ien te ex tern o (W cisfcld, 1993).
C om o consecu en cia, ta le s m otivos increm entan su frecuencia entre los individuos de la
esp e cie. En c u a n to a la h isto ria p e r so n a l, se re fie re a la e x p erie n cia q u e arrastra un
individuo d esd e el n acim iento. D ichas ex p erien cias van configurando el bagaje de los
eventos q u e estim ulan y m otivan a un individuo, d e los incentivos q u e atraen a ese indi
viduo. y de las co n d u ctas m ediante las que puede alcanzar d ichos incentivos. D e hecho,
los ju ic io s referid o s a lo q u e es p lacen tero y g ra to , asi com o a lo que es displacentero y
no grato, se basan en la e x p erien cia que ha ten id o un individuo en situaciones sim ilares.
C onsiguien tem en te, a p artir de eso s ju ic io s, el ind iv iduo se sentirá m otivado para aproxi
m arse a. o p ara ale ja rse d e. un d eterm in ad o ev en to , según sean eso s ju ic io s basados en
su propia exp erien cia. U no de los ám b ito s e n los que se ha podido constatar la existencia
de los «sesg o s» p erso n ales e n el p lan o m otivacional tien e que v er co n las opiniones de
los individ u o s acerca de la atracció n d e las ca ra s h um anas. A si. en un trabajo realizado
por L anglois. R oggm an y M ussclm an (1 9 9 4 ) se p u d o apreciar q u e los individuos parti
cip antes resp o n d ían d ic ie n d o q u e la c a ra m ás atractiv a era aquella q u e reflejaba una
cara p ro m ed io , la cu al fue co n fig u rad a a p artir de la com binación de m uchas im ágenes
de ca ra s escaneadas. D icha im agen reflejab a a un individuo co n unos labios definidos.
4 En realidad, la conducid motivada que un individuo lleva a cabo para recuperar el equilibrio ira* una
eventual deficiencia en su organismo es el segundo mecanismo puesto en marcha, y* que. en primer lugar,
el propio organismo, y de forma automática, pone en funcionamiento mecanismos para mitigar Kaiu donde
sea posible la deficiencia. Como quiera que. con esc mecanismo automático, no es posible solucionar el
desequilibrio, el individuo percibe ciertas señale» en su organismo que informan acerca de la deficiencia
—por ejemplo, hambre cuando hay deficiencia de glucosa en la sangre, sed. cuando hay deficiencia de
liquido», etc Además, recordemos kw electos de las variables sociales y culturales, que pueden motivar a
un individuo para llevar a cabo conductas relacionadas con la deficiencia de alguna variable, aunque no
exista tal deficiencia: son los casos de la comida y la bebida secundarias.
* Son animales que. como indica Buss (1999). probablemente, en otras épocas remotamente anteriores
fueron depredadores de la especie humana, por lo que la historia genética permite que. todavía hoy. se
experimente una conducta cuasi automática de ev ilación y alejamiento de ules animales.
44 Psicología de la motivación y la emoción
con una n ariz concreta, con los o jo s e q u id istan tes y alg o sep arados del tabique nasal, etc.
No obstante, a p a rtir de la rev isió n q u e han realizad o U erscheid y R cis (1 9 9 8 ), parece
ponerse de relieve qu e. d ep en d ien d o de la ex p eriencia d e cada individuo en la visualiza-
ción de caras atractivas, asi es la valoración que realizan d ichos individuos respecto al
potencial atractivo de la cara de o tra p ersona. E sto es, en buena m edida, los ju ic io s valo-
rativos acerca d e la atracció n d ep en d en d e lo q u e un individuo p a rtic u lar conoce. En
cuanto a las va ria b les p s ic o ló g ic a s, rep resen tan el h echo incon tro v ertib le de q u e los
seres hum anos som os d iferen tes y únicos. P o seem os nuestra propia individualidad que
nos hace p eculiares. T am bién en el p lan o m otivacional se a p recia d icha especificidad, ya
que cada uno de noso tro s n os sen tim o s atraíd o s o m otivados p o r cierto s estím ulos, que
no tienen p o r q u é ser los m ism o s q u e los de n ad ie m ás. El ser hum an o tiene la capacidad
para buscar, incluso para crear, un am biente p articu lar q u e perm ita satisfacer dich as ne
cesidades psicológicas, e n tre las q u e se e n cu en tran la de logro, la d e poder, la d e ayuda.
Por lo q u e respecta a las fu e n t e s a m b ie n ta le s, se refieren a los distin to s estím ulos
que, desde fuera del individuo, ejercen su in flu en cia sobre éste. Son los incentivos, c o n
siderados co m o estím u lo s que m otivan la co n d u cta. La can tid ad de incentivo, la cu ali
dad especifica del m ism o*’, así co m o la lejan ía tem poral tam bién la lejanía o distancia
psicológica, u tilizan d o la term in o lo g ía d e L ew in (1 9 3 6 )— de su consecución, son facto
res a co nsiderar si se q uiere e n te n d e r la m otivación d e un individuo.
Al f¿nsl, la con d u cta e s m otivada co n ju n tam ente p o r la interacción d e los eventos
internos y los eventos am b ien tales. Si a lg u n o de e so s dos asp ecto s no se produce, o no
está presente, o está p ero de form a incorrecta o d eficien te, es m uy probable q u e no se
produ7.ca la cond u cta m o tiv ad a’ (B iner, H uffm an, C urran y Long, 1998).
Para co n clu ir este apartado d ed icad o al co n cep to de M otivación, en nuestra m odesta
opinión, el m ism o d eb e in clu ir los co m p o n en tes biológico, d e ap ren d izaje y cognitivo.
Estos com ponentes, en interacción m u tu a e n tre sí y con el m ed io am biente, posibilitan
la activación y d irección d e la co n d u cta m otivada. C om o señala F raileen (1 9 9 8 ), la ten
dencia histórica a lo calizar un ú n ico d eterm in an te de la conducta está siendo sustituida
por la constatació n em p írica de que d istin to s facto res pueden d esen cad en ar la m ism a
conducta. Por otra p a n e , debe se r reseñ ad o tam b ién el asp ecto de persistencia en la co n
ducta en au sencia de los facto res (o m o tiv o s) q u e la desencadenaron. Se produce lo que
A llport (1937) d en o m in ab a «au to n o m ía funcional de la co n d u cta» , aunque, actualm en
te, se argum enta que ex iste alg u n a form a de m otivación para m antener la conducta; otra
cosa distinta es d escu b rir si es la m ism a m otivación q u e desencadenó la conducta, o , por
el contrario, es una m otivación d istin ta. En últim a instancia, e l an álisis de com ponentes
en la M otivación pone de relieve que cada uno de ello s está im plicado en grado diverso
en cualquier cond u cta m otivada. La in teracción e n tre los tre s co m p o n en tes d e la m otiva
ción increm enta la p ro b ab ilid ad de q u e la co n d u cta resu ltan te sea organizada y adaptati-
* Son aspectos m uy parecidos a kw efectos d e la cantidad y d e la cualid ad del refu erzo que sintetizara
Bolle* (1978) a partir d e la* aportaciones d e C r a p i (1 9 4 2 ) y d e Sim m oiw <1924). y q u e ya vim os e n el
aportado correspondiente a la Evolución teórica d e la Psicología de la M otivación. D e hecho, recordem os
tam bién que B m dia (1969) habla d e sinonim ia en tre m otivación «te incentivo y refuerzo.
’ C om o se recordará, e s u n argum ento sim ilar al que proponen las teorías h a ta d as e n la reducción del
im pulso (H ull. 1951. 1952). en las que se defiende un «modelo de aprendizaje basado en la re d a c c ió n
del impulso». La conducta motivada es e l resultado d e la relación m ultiplicativa que existe entre e l hábito,
e l im pulso y el valor de incentivo d e la m eta: E “ H * U * K. Si alguno d e e so s dos factores e s «cero», la
conducta n o ocurre.
El proceso m otivacional 45
3. E L P R O C E S O DE M O T IV A C IÓ N
Tal com o hem os d efen d id o e n o tro s ám bitos, la M otivación se encuentra estrecham ente
relacionada co n la supervivencia, y con el cre c im ien to en general, q u e puede se r co n si
derado co m o un increm en to ex p o n en cial e n la p ro babilidad de q u e un individuo consiga
los objetivos que p ersig u e: e n tre ello s, co m o e s o bvio, tam bién el d e la supervivencia,
entend id a, en e ste caso, n o só lo co m o la d istin ció n vida-m uerte, sin o tam bién en su di*
m ensió n so cial. La M otivación es,u n p ro ceso ad aptativo e n el q u e resulta im prescindible
co n sid erar la ex isten cia d e d iv erso s com p o n en tes.
C o m o p ro ceso q u e e s. la M otivación im plica dinam ism o. E s un dinam ism o fu n cio
nal, que tiene c o m o o b jetiv o in crem en tar la p ro b ab ilid ad de adap tació n del organism o a
las co n d icio n es cam b ian tes d e l m ed io am biente.
R ecientem ente D eckers (2 0 0 1 ) ha p ro p u esto u n sencillo esquem a en el que establece
los m om entos q u e p u ed en d istin g u irse e n el p ro ceso de M otivación. En cierta m edida, la
propuesta de D eckers es b astan te sim ila r a lo que señalara hace u n o s años K uhl (1986),
aunque los inten to s de este n o han ten id o m u ch a repercusión en el ám b ito de la P sicolo
gía de la M otivación. En cu alq u ier caso , c reem o s q u e . si s e q u iere delim itar con mayor
precisió n el p ro ceso d e M otivación, hay que an alizar, p aso a p aso, lo que ocurre desde
que un estim u lo o n ecesid ad e s detectad o p o r el individuo, o su organism o, hasta que se
co n sig u e, b ien el o b jetiv o o la satisfacció n de la necesidad, bien el eventual fracaso, en
am b o s casos a n a liz a n d o la atrib u ció n cau sal del resu ltad o , p asando p o r los diferentes
estad io s en los que se d e c id e q u é h a c e r y c ó m o hacerlo. A g ran d es rasgos, la secuencia
qu e pro p o n en K uhl (1 9 8 6 ) y D eckers (2 0 0 1 ) co n sid era tres m om entos: elección del ob
jetivo. d in am ism o conductual y finalización o control so bre la acción realizada.
En cu an to a la elecció n d e l o b jetivo q u e se convierte en m eta, el individuo decide
qu é m otivo satisfará, y q u e m eta in tentará co n seg u ir para satisfacer dicho motivo. Esto
es. existe una circu n stan cia p revia o in cen tiv o que activa un m otivo, ju n to con la p o te n
cial en erg ía n ecesaria p ara ejecu tar una co n d u cta. La elección de un m otivo depende de
la intensidad del m ism o, d e lo atra c tiv o que resu lte el incentivo, de la probabilidad sub
je tiv a d e é x ito y de la estim ació n del esfu erzo n ecesario para con seg u ir el objetivo.
En cu an to al d in a m is m o c o n d u c tu a l, se refiere a las actividades q u e lleva a cabo un
individ u o p ara in te n ta r c o n se g u ir la m eta eleg id a. E s d ecir, a p artir del m otivo y del
incentivo seleccio n ad o para satisfacer esc m otiv o , el individuo d ecide q u e ni-tividades le
perm itirán co n seg u ir la m eta, llevando a c a b o la conducta instrum ental apropiada para
ese fin. G en éricam en te, la co n d u cta in stru m en tal hace referencia al co n ju n to de todas
aq uellas activ id ad es m otivadas en las c u ales se im p lica un individuo para satisfacer un
m otivo. C o n sig u ien tem en te, las c o n d u ctas in stru m en tales son un asp ecto relevante, pues
pueden se r co n sid erad as c o m o el nexo d e unió n entre un m otivo y su satisfacción. D e la
46 Psicología de la motivación >• la emoción
correcta ejecu ció n de las c o n d u ctas instru m en tales depende q u e se co nsiga o no la meta
que el individuo ha elegido.
En ocasiones, adem ás de eleg ir y d ecid ir qué m otivo e s el q u e un individuo intentará
satisfacer, tam bién cabe la p o sib ilid ad de e le g ir y decid ir q u é actividades o conductas
instrum entales elig e un individuo para co n se g u ir el objetivo. H ay alg u n o s aspectos de la
conducta instrum ental que reflejan el nivel de m otivación: tales aspectos se refieren a la
frecuencia, la intensidad y la duración. L a fre c u e n c ia se refiere al núm ero de veces que
un individuo se im plica o in icia una activ id ad p ara co n seg u ir el ob |etiv o ; se puede asu
m ir que cu an to m ay o r e s la frecuencia con la que un individuo lleva a cab o actividades
en pos de un o bjetivo tan to m ayor es la m otivación de ese individuo. La intensidad se
refiere al v ig o r o la fuerza con la q u e el indiv id u o lleva a c ab o la activ id ad o conducta
instrum ental: p o r reg la g en eral, tam bién ex iste una asociación entre intensidad de la ac
tividad y nivel de m otivación. La dura ció n se refiere al tiem p o q u e un individuo dedica
a la satisfacción d e un m otivo. F.n cierta m ed id a, se puede entender q u e la com binación
de los tre s aspecto s co m en tad o s config u ra la p ersisten cia de un individuo e n la búsqueda
de un objetivo.
En cu an to a la fin a liz a c ió n y a l c o n tr o l so b r e la a cció n rea lizada, se refiere al aná
lisis del resultado co n seg u id o con las d istin tas ac c io n es o co n d u ctas instrum entales que
el individuo ha llevado a cabo. E s decir, el ind iv id u o co n stata si. m ediante las conductas
que llevó a cab o , ha co n seg u id o s a tisfa c e r o n o el m otivo q u e e lig ió . Tanto si se ha
conseguido la m eta, co m o si se fracasó , el indiv id uo realiza los p ertinentes procesos de
atribución cau sal, q u e le p erm itirán en el fu tu ro d ecid ir si vuelve a u tiliz ar las presentes
conductas o tiene que in tro d u cir a lg ú n tip o de m odificación. Si el resu ltad o ha sido la
consecución de la m eta, el individuo llevará a cab o la corresp o n d ien te conducta consu-
m ato n a . co n la cual p o n e fin al p ro ceso m o tivacional. C o m o indica D eckers (2001), la
conducta con su m ato ria rep resen ta la fin alizació n d e la secu en cia m otivacional; la ejecu
ción de la co n d u cta co n su m ato ria co m p leta d ic h a secuencia m otivacional m ediante la
satisfacción del m otivo. Si, p o r el c o n trario , el individúo n o ha conseguido la meta, en
función de los p arám etro s relacio n ad o s con el in terés o necesidad d e con seg u ir esa meta,
decidirá si p ersiste e inten ta de nuevo su co n secu ció n , o si. p o r el contrario, cam bia la
m eta a conseguir, elig ien d o o tra que consid ere m ás asequible.
A partir de estas sugerencias, n u estra p ro p u esta para ex p licar el proceso de Motiva
ción considera d o s ap artad o s. P or una parte, el co rresp o n d ien te a la tom a d e decisiones
y elecció n del o bjetivo que se con v ertirá e n m eta. y. p o r otra p arte, el correspondiente al
control sobre la acción q u e se está realizando. P or lo q u e respecta al ap artad o centrado
en la tom a de d ecisio n es y elecció n de la m eta, hay q u e in cluir los asp ecto s referidos al
estim ulo, la percep ció n , la evaluación y la v aloración, la d ecisió n y elecció n , la activa
ción y la d irección Por lo q u e respecta al a p a rta d o cen trad o e n el control de la acción,
hay que incluir los asp ecto s referid o s al an álisis d e la co n g ruencia, la persistencia, la
atribución de cau sas y la p o sib ilid ad de in tro d u cir cam b io s en las accio n es o en la meta,
o de ab an d o n ar la consecu ció n de esa m eta. D e form a g enérica, este ap artad o se analiza
rá considerando de form a glo b al el co n tro l d e l resultado.
Asi pues, de m o d o tentativo, la secuencia q u e proponem os para e x p lic ar el proceso
m otivacional sería la siguiente: estím u lo , p erc e p c ió n , evalu ació n -v alo ració n , elección
de la m eta, decisión de actuar, activ ació n , d irecció n , co ntrol del resultado. A lo largo del
proceso, es habitual que el individuo realice los p ertinentes p ro cesos atribucionales acerca
de los resultados que va o b ten ien d o con su s co nductas, con lo cual se puede entender la
El proceso motivacional 47
PE RCEPCIÓN NO ^ ESTÍMULO O
CONSCIENTE NECESIDAD
V. BIOLOGIC AS
EVALUACION' PKRC'FPI1ÓN
VALORACION v. c o g n it iv a s
CONSCU INTE
NO CONSCIENTE
V AFECTIVAS
1 •
EVALUACION
VALORACIÓN
CONSCIENTE
CONDUCIA
CONSUMATOKIA POSIBILIDAD
DE CAMBIO
CONGRUENCIA INCONGRUENCIA
CONDUCTA MOTIVADA
VERIFICACIÓN (ACTIVACIÓN V DIRECCIÓN!
DE RESULTADOS CONDUCTA INSTRUMENTAL
propia d in ám ica del p ro ceso m o tiv acio n al. asi co m o la eventual persistencia o abandono
de las co n d u ctas d irig id a s a la o b ten ció n d e la m eta en cuestión.
E n la F igura 2.1 ap arece n u estra idea d e l p roceso m otivacional, considerando los
distin to s m o m en to s o d istin ta s fases a lo largo del m ism o.
O cu rren cia o a p a rició n d e l e stim u lo . Se requiere la presencia de un estim ulo que
sea cap az de d ese n c a d e n ar el p ro ceso m otivacional. Esc estím ulo puede ser externo o
intern o . C u an d o el estím u lo desen cad en an te e s externo, nos referim os a algún objetivo
q u e se co n v ierte en m eta p orque el individuo se sien te atraíd o por alguna de las caracte
rísticas de ese objetivo. H ablam os, en este caso , de deseo. C uando el estím ulo desenca
d enan te es interno, n os referim o s a una situ ació n de carencia real o no— en alguno de
los co m p o n en tes im p o n a n tc s del o rganism o. En e ste caso , e n el organism o se producen
cam b io s y sig n o s q u e son p ercib id o s p o r el individuo, y que le im pulsan a realizar algu
na actividad co n la q u e co n seg u ir alg ú n o b jetiv o q u e suprim a eso s signos que, por rcgli',
general, se ex p erim en tan con co n n o tacio n es negativas o aversivas. En este caso, habla
m os de n ecesidad 4.
‘ C uando un individuo lleva a cabo la conducta m otivada de beber, e n los casos en los que el organis
m o experim enta una dism inución e n e l nivel d e líquidos, lo hace porque siente sed. y n o porque piense que
en su organism o e xiste deficiencia de líquidos. B ebe para suprim ir los electos negativos asociados a Id
sensación d e sed. y para experim entar las connotaciones gratificantes d e la ingestión d e liquido.
48 Psicología de la m otivación y la em oción
* EtU afirm ación tiene que ser m a li/id a e n térm in o s d e fluctuación d e los um brales referidos a la
gratificación y a la necesidad, a t eMilo d el m odelo h idráulico que propusiera L orenz (1970).
E l proceso m otivacional 49
individuo, au n q u e puede d ar lugar a los sig u ien tes pasos d el proceso m otivacional. En la
percepción no co n scien te de e ste tip o de estím u lo s tam bién influye el filtro anteriorm en
te reseñado, e jercien d o su e fe c to e n el ám bito d e las preferen cias de ese individuo. En la
percepción n o co n scien te de estím u lo s in tern o s, por regla g eneral, e s el pro p io organis
mo el q u e lleva a cabo las accio n es d e stin a d a s a resp o n d er a la eventual dem anda im plí
cita en esc estim ulo. Si con las accio n es a u to m áticas del organism o se consigue d ar res
puesta a las ex ig en cias del estím u lo , el individuo no será co n sciente, ni del estim ulo, ni
de la percep ció n , ni de las resp u estas d eriv ad as de la asociación estim ulo-percepción.
E m pero, cu an d o las a c c io n e s m ás o m en o s a u to m áticas que lleva a cab o el organism o
son insuficientes p ara resp o n d er de form a ap ro p iada a las exigencias del estím ulo, apa
recerán diversos cam b io s y sig n o s, tam b ién co n co nnotaciones desagradables y aversi-
vas — en realid ad , se trata d e cam b io s relativ am en te sim ilares a los que aparecen cuando
ocurre la p ercepción no co n scien te de un estim u lo e x te rn o —, los cuales, ahora si, son
percibidos d e form a co n scien te p o r el individuo, im pulsándole a realizar ciertas accio
nes con las que co n se g u ir un o b jetiv o d eterm in ad o q u e su p rim a el m alestar.
L a percep ció n , co n scien te o no co n scien te, e s una variable im prescindible y necesa
ria para q u e o cu rra el p ro ceso m o tivacional. Sin em bargo, tam poco es una variable sufi
ciente, pues se re q u ie re la ex isten cia d e un e stím u lo su scep tib le de se r percibido, y d e un
proceso de evaluació n -v alo ració n que haga p en sar al su jeto , o q u e haga decid ir al orga
nism o. q u e d ich o e stim u lo e s c ap az de d ese n c a d en ar una co n d u cta m otivada.
E v a lu a c ió n y valoración. H acen referen cia a dos aspectos fundam entales en el pro
ceso m o tivacional. C ad a vez que se d e te c ta la ex isten cia de un estím u lo , o de una nece
sidad. el individuo tien e que d ecid ir q u é hacer. En el proceso de to m ar la decisión, asi
com o en el de la eventual elecció n del o bjetivo q u e se convertirá en m eta para esc indi
viduo, se p roduce m ucha actividad co g n itiv a, caracterizada p o r la evaluación de la ex
pectativa de co n seg u ir un even tu al objetiv o , y p o r la valoración aso ciad a a las connota
ciones que e s c o b jetiv o posee p ara el individuo.
P or lo q u e resp ecta a la ev alu ació n , el indiv iduo a n a liz a las características de los
distinto s objetivos q u e p u ed e intentar con seg u ir, con sid eran d o la dificultad que entraña
cada uno d e ello s, an aliza el b ag aje de los recu rso s y habilidades disponibles para inten
tar conseguir a lg u n o d e los ob jetiv o s, y a n a liz a el esfuerzo que estim a que tendrá que
invertir en esa tarea de co nsecución. E l re su lta d o d e estos procesos de análisis produce
una expectativa de con secu ció n p ara cada uno d e los distin to s objetivos. E sta expectativa
de con secu ció n de un o bjetivo p odría ser m ejo r d enom inada com o p ro b a b ilid a d su b jeti
va de éxito, ya que refleja el resu ltad o del an álisis subjetivo que realiza ese individuo.
P or lo que resp ecta a la v aloración, el ind iv id uo asigna un d eterm in ad o peso d e satis
facción o g ratificació n a cada u n o d e los p o sib le s objetivos. E sa satisfacción incluye las
dim en sio n es co g n itiv as y afectivas, co n sid eran d o tam bién las eventuales connotaciones
negativas, en el c a so d e q u e se fracase en la con secución del objetivo que se convierta en
m eta.
L os p ro ceso s de ev aluación y v aloración pueden o cu rrir de form a consciente o de
form a no co nsciente. C u an d o o cu rren d e form a co n sciente, tam bién influyen las m ism as
variables q u e ejercían una su erte d e filtro en el p roceso de percepción, esto es, variables
bio ló g icas, v ariab les co g n itiv a s y v ariab les afectiv as. E ste co n ju n to de variables hacc
referencia, respectivam ente, a las d isp o sicio n es bio ló g icas del individuo en cuestión, a
las experien cias acu m u lad as a lo larg o d e su vida, y al estad o afectivo m om entáneo en el
que se en cu en tra d ich o individuo. C u an d o los p rocesos de evaluación y valoración o cu
50 Psicología d e la motivación y Ia emoción
rren de form a no co n scicn tc suele p red o m inar la influencia de las variables afectivas,
bajo la d istin ció n elem en tal de c o n sid erar el e stim u lo c o m o « g rato» o «n o grato». C u an
d o el resultado de la evaluación y v alo ració n n o co n scien tes califica al estim u lo com o
«no grato», el individuo experim en ta una tendencia a la ev itació n de eventos y situ acio
nes sim ilares al estim u lo en cu estió n . P ero , cu an d o el resu ltad o de la evaluación y valo
ración ha sido co n sid erar el e stim u lo c o m o «g rato » , el individuo experim enta u n a ten
dencia — «sin saber p o r qué»— a la b ú sq u ed a de un o b jetivo sim ilar al e stim u lo que, por
debajo de los um brales de su co n scien cia, ha p ro v o cad o en él e se d eseo o necesidad.
C uando el individuo lo caliza el objetivo q u e desea, entran e n ju e g o , d e nuevo, los proce
sos de evaluación y v aloración, ah o ra de form a co n sciente, para d ec id ir cuál d e los p o si
bles o bjetivos se conv ertirá en la m eta eleg id a, y c ó m o llevará a cab o las p o sibles c o n
d uctas in strum entales p ara conseguirlo.
D ecisión y elecció n d e la m eta . El valor del o b jetivo y la expectativa d e conseguirlo
son los factores relevantes para e n te n d e r cu ál d e lo s eventuales objetivos d isp o n ib les se
convierte en la m eta q u e tratará d e a lc a n z ar un individuo. N o o b sta n te, para entender
plenam ente có m o e sto s d o s facto res in flu y en so bre la m otivación y la co n d u cta asociada
a ella, es n ecesario co n sid e ra r una in teracció n triád ica en tre la n ecesidad o d ese o , el
valor y la expectativa. Al estilo de lo q u e p ro p u siera H ull (1 9 4 3 , 1951, 1952), dicha
interacción tien e c a ra c terístic a s m u ltip licativas, p o r lo q u e , cu an d o alg u n a de las tres
variables — factores e s c e ro (0 ), la co n d u cta m otivada no o currirá. A si p ues, asum ien
do q u e ninguna de las tre s variab les e s cero, son variadas las po sib ilid ad es q u e podem os
encontrar. Veamos:
bién en este caso p articu lar se puede hab lar de ex isten cia de m otivación. P or una parte,
es posible q u e esa actividad suponga la con secu ció n de una recom pensa concreta, o la
evitación de un castig o , en cu y o c a so p o d ríam o s p lan tear que se trata de una conducta
extrínsecam ente m otivada. P or o tra parte, es p o sib le que esa actividad suponga un paso
interm edio n ecesario en la co n secu ció n de la m eta que, a m ás largo plazo, espera alcan
zar ese individuo. En este caso , estaríam o s h ab lan d o de una conducta intrínsecam ente
m otivada. En ú ltim a instancia, c o m o se p u ed e ap reciar, la casu ístic a es bastante grande.
L a a ctiv a c ió n . En realid ad , la activación se p ro d u ce en el m ism o m om ento en que el
organism o detecta una n ecesidad o el ind iv id u o percibe un estím u lo que le resulta atrac
tivo y quiere conseguir. A hora bien, e ste p ro ceso d e activación requiere algunas explica
ciones. E n c u a n to a la o c u rre n c ia d e a lg ú n c a m b io en el organism o que éste detecta
com o necesid ad , de form a au to m ática se ponen en m archa los m ecanism os apropiados
para corregir, si e s p o sib le, dicha d eficien cia o necesidad. Se produce una form a de ac
tivación selectiva, parsim oniosa, en v irtu d de la cual sólo aquellos sistem as necesarios
para in ten tar c o rre g ir esa n ecesid ad e n tran en fu n cionam iento. E s una activación con
características h o m eostáticas, p ues el o rganism o, de form a ciega, trata de equilibrar la
deficiencia p roducida. F.i\ cu an to a la p ercep ció n co n sciente de algún objetivo atractivo
para el individuo, tam bién se p ro d u ce una activ ació n que, al principio, posee connota
ciones de actividad generalizad a. E ste tip o de activ ación p erm ite al individuo llevar a
cabo todos los p ro ceso s a los q u e nos estam o s refiriendo, incluidos, com o es obvio, los
de evaluación y de v aloración. M ás ad elan te, cu an d o el individuo ha elegido el objetivo
y lo ha conv ertid o en su m eta, d ecid ien d o tam bién cóm o tratará de conseguirlo, la ac ti
vación dev ien e m ás esp ecializad a, afe c ta n d o a aq u ellos sistem as concretos que perm iti
rán al ind iv id u o e je c u ta r las c o n d u c ta s in stru m e n ta le s que le acerq u en a la m eta. De
nuevo apreciam o s qu e. tam bién en este caso , el sistem a de activación en el individuo es
parsim onioso y hom eostático. E s decir, tan só lo se activan aquellos sistem as necesarios
para con seg u ir dicha m eta — p arsim o n ia y lo hacen tratando de satisfacer un m otivo,
en form a de in centivo aso ciad o a la m eta en cuestión, que. desde el m om ento en que fue
co nsiderad o co m o m eta a conseguir, ha p ro d u cid o en el individuo la necesidad de conse
guirlo. La con secu ció n satisface la n ecesidad y su p rim e el eventual desequilibrio produ
cido p o r dicha n ecesid ad — hom eostasis.
L a d irecció n . T am bién se ap re c ia q u e la d irecció n com ienza a m anifestarse en el
m om ento en el q u e tien en lu g a r los p ro ceso s de av aluación y valoración En efecto, al
hablar de la d irecció n en el p ro ceso m o tivacional, cab en d o s posibilidades. Por una par
te, la d irecció n relacionada con la elecció n del o b jetivo que se convertirá en m eta para
ese individuo. E s la resp u esta a la p reg u n ta «hacia d ó nde» can alizar la activación produ
cid a p o r el e stim u lo o n e c e sid a d , ju n to co n la p o sib ilid a d de c o n se g u ir el objetivo
— m eta— eleg id o p o r el individuo. P o r o tra p arte, la dirección relacionada con la elec
ción de las co n d u ctas instru m en tales q u e llevarán al individuo hacia el objetivo. Es la
respuesta a la p reg u n ta «cóm o» can alizar la activ ació n producida por el estim ulo o nece
sidad para apro x im arse al o b jetiv o y conseguirlo. En am b as posibilidades, lu dirección
refleja la elecció n del in d iv id u o , tanto en lo que respecta al objetivo com o en lo que
respecta a las co nductas.
C o n tro l d e l resu lta d o . A m ed id a q u e se van desarrollando las conductas instrum en
tales el individuo va co tejan d o si la incong ru en cia en tre la situación actual y la situación
que espera o b ten er va d ism in u y en d o . Si es así. e sto e s. si co nstata que se va aproxim an
d o al objetiv o , p ersiste en su actividad para re d u c ir al m áxim o la incongruencia. Evidcn-
52 Psicología de la motivación y la emoción
4. N U E ST R A V IS IÓ N DK M O T IV A C IÓ N
Parece evid en te q ue, al m en o s desd e un p unto de vista genético, todo se r vivo se siente
m otivado p ara co n seg u ir el o b jetiv o m ás esencial: la supervivencia. En co n d icio n es nor
m ales, prácticam en te to d as las c o n d u ctas q u e lleva a c a b o un individuo se encuentran
relacio n ad as con el increm en to en la p ro b ab ilid ad de supervivencia, au n q u e en nuestros
días, al m enos en el ser hum ano, dicha supervivencia no tenga las co nnotaciones de vida
o m uerte. C om o consecu en cia, y p o r d efin ició n , la M otivación se encuentra presente en
los organism os de to d as las esp ecies, in d ep en d ientem ente del lugar q u e ocupen en la
escala filogenética.
E l proceso motivacional 53
Si la M otivación se en cu en tra relacio n ad a con el afán por sobrevivir, todo ser vivo se
encuentra m otivado p ara sobrevivir, co n los m atices d iferen ciales que se quiera conside
rar. Hs eviden te q u e las form as m ás com p lejas d e M otivación se dan en el se r hum ano, y
éste es el ám b ito e n el qu e. de form a preferen cial. hem os de cen trarn o s, sin descuidar el
análisis de las e sp ecies in feriores, qu e, co m o es b ien sabido, aportan inform ación rele
vante para co m p ren d er c ó m o funciona el se r h um ano en según qué circunstancias.
C reem os q u e es n ecesario d istin g u ir e n tre m otiv ación y proceso m otivacional. Es
frecuente en c o n tra r q ue. cu a n d o se hace referen cia a la m otivación se alude a ella en
térm inos de « v ariab le im erv in ien te c o n c a ra c tcristic a s de activación y dirección». Es
decir, con frecuencia se h acen sin ó n im o s los térm inos de m otivación y conducta m otiva
da. La M otivación tiene q u e se r co n sid erad a co m o un proceso, en el cual se incluye la
propia cond u cta m otivada, pero, ad em ás, englo b a o tra s variables de relevancia, com o las
cognitivas, en form a de an álisis, v aloración y atrib u ció n de cau sas, y com o las afectivas,
referidas al estad o actual del sujeto.
A p artir de las d istin tas persp ectiv as y d efin icio n es expuestas, estim am os que cu al
quier intento d efin ito rio de M otivación deb ería referirse a un proceso adaptativo, que es
el resultado de un e sta d o in tern o de un o rganism o, q u e le im pulsa y le dirige hacia una
acción en un sen tid o determ in ad o . Es d ecir, ex iste una influencia de los factores exter
nos y de los factores in tern o s q u e activan al o rganism o, y le dirigen hacia la consecución
de algún o b jetiv o o m eta que le es g ratificante. En este proceso interactivo son de sum a
relevancia los o b je to s m eta, con su s caractcristicas de incentivo, asi com o la expectativa
o probabilidad de co n seg u ir eso s o b je to s m eta.
E s decir, h ab lar del p ro ceso m otivacional en la actu alid ad im plica hacer referencia a
la interacción en tre un ind iv id u o y su m ed io am b ien te, ya q u e , en el caso de que ocurra
el proceso m o tivacional, é ste acab ará con una con d u cta m otivada dirigida hacia una m eta
particular en un m o m en to co n creto , p o r p arte d e un individuo concreto.
N uestra defin ició n d e M otivación se fund am en ta e n la im portancia de los com po
nentes im plicad o s en el p roceso. E s n ecesario e n te n d e r la ocurrencia ordenada de los
distintos cam b io s que tien en lug ar a lo largo del p roccso. N uestra concepción de M oti
vación e s la siguiente: la M otivación e s un p ro ceso b ásico relacionado con la con secu
ción de objetivos que tien en q u e v e r co n el m an ten im iento o la m ejora de la vida de un
organism o. El p ro ceso se inicia con la p resen cia d e alg ún estim u lo o situación interna o
extem a que d esen cad en a en el individuo la n ecesid ad o el deseo de llevar a cabo una
conducta para co n seg u ir el o b jeto im p licad o en la situ ació n : tras la evaluación y valora
ción pertinen tes, teniendo e n cu en ta la d isp o n ib ilid ad de recursos, la dificultad y valor
de incentivo re fe rid o s al o b je tiv o a co n seg u ir, m ás el estad o actu al del organism o, el
individuo decide llev ar a c ab o una co n d u cta d irig id a a la consecución de un determ inado
objetivo — aquel q u e consid ere m ás ap ro p iad o en esc m o m en to — : la conducta motivada
propiam ente d ich a co n siste en las fases de ap ro x im ación y de ejecución — apetitiva y
consum atoria . y, tra s su ejecu ció n , el ind iv id u o llevará a c ab o la verificación de la
congruencia, la atrib u ció n d e cau sas y la generalización.
Identificar la M otivación con la con d u cta m otivada es co rrecto si lo que se intenta es
dilucidar sim p lem en te qué atrae la aten ció n y el in terés de un individuo en un determ i
nado m om ento y có m o lleva a cab o d eterm inadas accio n es para co n seg u ir el objetivo en
cuestión. A hora b ien , si p o r M otivación enten d em o s el p ro ccso m otivacional. es necesa
rio co n sid erar la p ro p ia cond u cta m otivada, p o r supuesto, pero, adem ás, es im prescindi
ble tam bién ten er en cu en ta, por una parte, có m o un individuo llega a la conclusión y
54 Psicología de la motivación y la emoción
decid e cuál de los diversos o bjetivos q u e potencialm ente puede co n seg u ir se convierte
en la m eta esp ecifica hacia la que d irig e su s esfu erzos, y. por otra p arte, cóm o va v erifi
cando la relativa p roxim idad de la m eta a m edida q u e lleva a cab o su co n d u cta m otivada,
y cóm o realiza la co rresp o n d ien te atrib u ció n d e causas al resu ltad o d e su conducta m o
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