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PARA LEER AL PATO DONALD,

COMUNICACIÓN DE MASA Y COLONIALISMO

AUTORES: Ariel Dorfman – Armand Mattelart

Chile- 1971

Este libro es una crítica marxista a la empresa de entretenimientos de Walt Disney y a su


mundo de fantasías. La tesis de los autores es que este mundo aparentemente inocente,
en realidad es un medio desde el cual Disney pretende instaurar el Capitalismo y el modo
de vida de EE.UU.

Para el análisis los autores se basan en las historietas “Disneylandia”, “Tío Rico”,
“Fantasías” y “Tribilín” que se publicaron en Chile.

Plantea como un simple medio de comunicación masivo dirigido a un público infantil,


puede ser utilizado para transmitir la ideología de la burguesía dominante, y de este
modo, penetrar en el mundo inocente de los niños que irán mermando estas ideas y estas
concepciones de mundo.

Se le injerta al lector infantil la necesidad de escapismo que siente el hombre


contemporáneo, que “necesita soñar con mundos extrasociales y deformadamente
inocentes a raíz del agobio de un mundo que él ve como sin salida.” La Industria cultural
masiva se muestra como la solución al problema de la alienación del hombre. Tal como el
personaje huye de la urbe para divertirse y tener aventuras, que son las que legitimizan la
riqueza que posee, así también el lector se evade de sus contradicciones históricas para
entretenerse con la revista.
Los roles

Los roles desde la visión de Disney muestran la reiterada utilización de prototipos:


de los niños, el adulto, la mujer, los pobladores nativos, los buenos y malos.

-Los niños de los sectores urbanos tienen forma de niños pero se comportan como
adultos, porque piensan y razonan con madurez adulta. Los adultos nunca se equivocan,
y si lo hacen nunca lo reconocen.

-La mujer aparece como servidora, como símbolo de belleza, el único poder que tiene es
el de la seducción. La única justificación de existencia de la mujer en las historietas es la
de convertirse en objeto sexual: inútil, buscado y nunca poseído, se olvida tanto su
condición materna como la de compañera solidaria. (pág. 35, 36, 37)

-Los nativos son siempre de otras razas y continentes, son primitivos, no tienen
tecnología, creen en la magia, son como niños: ingenuos, alegres, felices, confiados,
desinteresados y generosos. Así los nativos reemplazan a los “niños” urbanos que a su
vez representan a los “adultos”. Se presentan dos modelos que los lectores pueden elegir:
ser el niño “buen salvaje” que jamás viaja ni gana nada, o imitar a los sobrinos de Donald,
ser astuto, ganar, obtener recompensas, escalar.

–Buenos y malos: entre los dominados los que aceptan felices su dominación en la
inocencia son los “buenos” y los que atacan la propiedad privada los “malos”. Tanto
bondad como maldad se considera como innata, cada cual está inmóvil en su esfera,
nunca podrán ascender de estatus social.

Los malos son siempre grandes, toscos, de piel oscura, no tiene nombre sino números, no
tienen inteligencia, siempre quieren arrebatar el oro que los protagonistas buscan. A pesar
de que el oro no tiene herederos, se manifiesta que el único propietario legítimo del objeto
es el que se le ocurre buscarlo. Aunque realmente estos ladrones no son un problema,
dado que al ser “malos” nunca van a conseguir el tesoro. A pesar de ser la única fuerza
conflictiva, existe solo para legitimizan; para dejar en claro que la riqueza debe ser para
“el bueno”.

–Trabajadores: Según los autores el único que podría ser una amenaza a la riqueza es el
proletariado porque puede cuestionar esa legitimidad y necesidad de poseer la
recompensa. Dentro de las estructuras de poder encontramos fácilmente a los
dominantes y dominados: los que son sometidos, no se quejan, no cuestionan. “Deben
ser obedientes, sumisos, disciplinados, y aceptar con respeto y humildad los mandatos
superiores. “Los de arriba ejercen la coerción constante” (pág. 29). Ser más viejo, más
rico, o más bello da derecho a mandar a los menos afortunados. Cuando se produce una
Inversión, es decir las estructuras dominante-dominado no se cumplen, se produce una
rebelión, a cargo de los niños o los animalitos. Pero esta rebelión no es para cambiar su
condición de sometimiento, sino para que los adultos sean auténticos y cumplan con su
lado del contrato. Es decir, los personajes siempre vuelven a ocupar su lugar a las
estructuras de poder.
Familias y estructuras de poder

Al estar ausente el padre se elimina la presencia del poder paterno. Pero las relaciones
entre los personajes son de todos modos verticalistas y autoritarios. La autoridad del
padre se funda en último término en la biología. Pero en este caso al ser relación de tío-
sobrino la autoridad del tío, al no ser concedida por el padre, pierde toda justificación. La
horizontalidad se da entre seres con la misma condición y poder, pero en lugar de ser
solidarios entre sí, estos individuos compiten para escalar puestos y llegar a ser
dominantes.

No se manifiesta amor en las relaciones, ni acciones de cariño o lealtad hacia otro. Si


existe la caridad o el sentimiento de lástima. Las relaciones son generalmente
comerciales. Hasta en una relación como la Mickey y Pluto: en un episodio el ratón se
queja de cuanto dinero le ha costado una travesura de su perro, en fin, parece que todas
las relaciones, más allá del afecto, pasan por la plata gastada y /o conseguida.

Producción

En el universo de Disney se trata de quitar todo rasgo de producción:


tanto biológica como económica.

Con el término Producción Biológica se refiere a que se presenta un mundo “sexual


asexuado”, donde los progenitores no existen. Las relaciones familiares entre los
personajes son de tíos-sobrinos, primos, abuelos-nietos, pero los padres están excluidos
de este mundo para así suponer que el personaje no tiene historia; les quita memoria a
los personajes, no son productos históricos. Por lo tanto si nunca nació, nunca morirá.
Y con Producción Económica se refiere a que en el mundo Disney el proletariado ha
sido eliminado. Todos los empleos que se muestra en la revista son de carácter primario y
terciario, pero nunca secundario. Todos venden y consumen sin esfuerzo objetos que
aparecen de forma mágica: el origen humano del producto ha sido suprimido. Esto le
sirve a la burguesía para eliminar las luchas de clases y el antagonismo de intereses en el
mundo Disney. Se acumula la riqueza sin enfrentar su resultado, dado que no hay un
obrero a quien retribuirle. Sin el proletariado en este mundo no hay clases sociales, y por
ende, tampoco antagonismo.

Por medio de estas historietas, la clase burguesa da a entender que si ellos tienen el
capital y son los dueños de los medios de producción ahora, no es porque alguna vez
hayan explotado a alguien, se afirma que el origen de la riqueza del capitalista surgió de
esta misma forma, que sus ideas siempre le dieron la ventaja en la carrera hacia el éxito.

Los intereses capitalistas se muestran en las historietas con la compulsión que tienen los
personajes en comprar y vender permanentemente. Es lo que hace que el capitalismo
funcione: “hay que comprar para que el sistema se mantenga, tirar los objetos y comprar
el mismo objeto, levemente diferenciado, mañana.” (pág. 92)

Se manifiesta la falta de necesidad: no se trabaja, no se tiene dinero, pero siempre están


consumiendo. El trabajo no les hace falta y siempre que poseen dinero es gastado en
cosas superfluas, como regalos, vacaciones, televisores, etc. Tampoco es problema
conseguir trabajo porque la oferta supera de lejos a la demanda, tal como el consumo
rebasa la producción. Así se ve como Disneylandia es el mundo perfecto para la
burguesía.

El trabajo se ve bajo la forma de la aventura, el personaje siempre tiene que superar


muchos obstáculos antes de ganar el premio – que puede ser oro, riqueza o una mujer-.
La constancia y la valentía es lo que importa, la mala fortuna es necesaria para que la
buena fortuna pueda premiarlo al final.

En el caso de Donald, el es un inútil y por su torpeza lo despiden de todos los trabajos


que consigue. Él siempre apela a lo fácil, donde tenga que realizar el menor esfuerzo. A
pesar de que lo humillen el no puede quejarse, con su comportamiento Donald representa
a todos los trabajadores que deben imitar su sumisión. Él no puede pedir más de lo que le
dan, porque al ser un inútil reciba lo que reciba es demasiado.

En este mundo siempre se busca el prestigio, destacarse de los demás. Esto significa el
fin del camino del sufrimiento, el término del trabajo que lo lleva a la fama. Es
imprescindible ser transmitido por los medios masivos de comunicación, y reconocido por
la opinión pública. Los medios de comunicación se muestran como necesarios e
incuestionables. Uno de los símbolos de reconocimiento que más aparecen son las
estatuas. “Si el personaje puede conseguir representarse en un monumento público,
habrá alcanzado la perduración.”

Falsa democracia

Además se ataca a Disney por su “fachada de democratismo” dado que en sus


publicaciones incorpora determinados temas para dar la apariencia de que sus
publicaciones son democráticas: “recogen tanto las debilidades del sistema como sus
excelencias”. Pero aunque traten en su revista temas que ellos definen como “sociales” en
realidad están encubriendo otros. Las críticas que hace son las ya aceptadas por el
público, esas que nadie niega. La crítica ha sido incorporada para darle una falsa
perspectiva pluralista. Las contradicciones del sistema sirven para aparentar un
movimiento que no es tal.

En cambio, los revolucionarios son tratados en la revista como individuos en contra de la


ley y el orden que actúan en nombre de la tiranía, la dictadura, el totalitarismo. Y además
se plantea como solución la importancia del estado militarizado -la armada por ejemplo –

Los manifestantes son expuestos como personas con ideologías imprecisas, casi
incoherentes, y poco sólidas, es por eso que en un episodio, un grupo de manifestantes
que proclaman la paz cambian de opinión y olvidan rápidamente su causa al presentarse
Donald con un puesto de limonada.

Imperialismo
En cuanto a la Relación Imperialista, se ve en la aparición de otros pueblos, los
subdesarrollados a los que se trata como niños, allí se evidencian las relaciones de
hegemonía: los nativos, aceptan la autoridad extranjera sin oponer resistencia.

Se repiten las mismas prácticas Imperialistas que realizaron los colonizadores en los
“mundos nuevos” que iban descubriendo: intercambian una baratija producto de la
superioridad técnica y se llevan el oro. El imperialismo extractor y el país mono productor
de materias primas, dominantes y dominadas. De todos modos el saqueo imperialista y la
sumisión colonial no aparecen como tales porque al no haberles dado a los nativos el
privilegio del futuro y del crecimiento, todo saqueo no es tal: el pobre es feliz con la vida
simple, el rico con su dinero tiene problemas y preocupaciones.

“Hay que saquear a los pobres, a los subdesarrollados, sin sentimiento de culpa. (…) El
imperialismo se permite presentarse a sí mismo como vestal de la liberación de los
pueblos oprimidos y el juez imparcial de sus intereses.” (pág. 65, 66).

En resumen, el libro “Para leer al Pato Donald” es un instrumento político que


denuncia la colonización cultural que se llevó a cabo en toda latinoamérica. Donald
es la metáfora del pensamiento burgués que penetra en el mundo infantil a través
de los canales de formación de su estructura mental y se reproduce en estos
simpáticos personajes, como Donald, los sobrinos, Mickey y Tío Rico. Disney es el
reproductor de la ideología dominante, uno de cuyos instrumentos más eficaces lo
constituyen los medios de comunicación de masas.

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