Sunteți pe pagina 1din 5

1) La experiencia elegida en las visitas, y en la cual voy a basar mi análisis,

fue “Enlaces”, que es un espacio de trabajo colaborativo, creado por la


Intendencia de Montevideo con el fin de fomentar la innovación e
integración de servicios entre emprendimientos de la economía social.

Se trata de un “cowork” público, en el que se reúnen emprendimientos


solidarios y organizaciones de la sociedad civil, con la idea de contribuir a
mejorar sus comunidades, desde una perspectiva participativa y en clave
de inclusión social.

De acuerdo a Peixoto de Albuquerque, el concepto de autogestión, es, en


un sentido general, un conjunto de prácticas sociales, caracterizadas por
su naturaleza democrática en la toma de decisiones, favoreciendo la
autonomía de los “colectivos”. En este sentido, “Enlaces”, es un espacio
compartido, que tiene una lógica participativa, en el cual hay diversidad de
proyectos que conviven y a su vez se fortalecen a través de prácticas
sociales. Pero estas prácticas sociales no sólo se dan entre quienes
ocupan los espacios en el edificio, sino hacia afuera, hacia sus
comunidades.

En cuanto a la naturaleza democrática, en el espacio visitado hay


actualmente 180 personas trabajando en distintos proyectos, que se
relacionan entre ellos y con la sociedad, desde una perspectiva de la
horizontalidad y transversalidad en cuanto a lo jerárquico y respecto a
cómo se ejerce el poder. Es decir, las tomas de decisiones pasan por
todos los miembros de los distintos espacios, en los cuales se debate
acerca de los usos del tiempo y el espacio, así como la apropiación de los
mismos. En referencia a esto último, en “Enlaces” no hay una apropiación
del espacio, dado que – por ejemplo- un espacio en donde hoy funciona el
Proyecto “Sueños de libertad”, de la Facultad de Psicología, mañana
puede quedar obsoleto y ocuparlo un emprendimiento de alimentos.

En relación a esto, el autor le da un carácter multidimensional al concepto


de autogestión (social, económico, político y técnico), y en cuanto a esto,
la apropiación de los espacios colectivos se lleva a cabo de variadas
maneras, siendo en este caso una no apropiación. Es decir que los
emprendimientos allí, asumen que los espacios van variando, y hoy, están
inmersos en una realidad compleja por la cantidad de proyectos y
personas que los habitan, por lo cual la cooperativa está trabajando para
crear un “Enlaces 2.0”, y atender a los emprendimientos a través de una
web en la que le brindan toda la información de logística, pues se ven
imposibilitados de seguir haciéndolo “cara a cara.
En cuanto a la dimensión de carácter social, si bien los proyectos sociales que
ocupan espacios en “Enlaces”, son varios, quiero destacar puntualmente a
dos: un emprendimiento y un proyecto. El primero es un emprendimiento
llamado “Riquísimo artesanal”, el cual les brinda una oportunidad de trabajo a
personas que estuvieron internadas en el Hospital Vilardebó, con el objetivo
de ensayar dispositivos alternativos al manicomio. Así es que usan uno de los
espacios de la Cooperativa, pero los productos los elaboran en “CEDEL” de
Carrasco, dado que ellos no tienen los permisos requeridos para elaboración
de alimentos. Este emprendimiento trabaja en clave de DDHH, apuntando a
un trabajo digno, viendo a la persona como tal, y no desde un diagnóstico.

El segundo se llama “Sueños de libertad”, y es un espacio que usan padres y


madres de niños y adolescentes con Trastornos del espectro autista. En este
caso, estudiantes avanzados de la Facultad de Psicología realizan allí sus
prácticas, aportando a este proyecto, el cual apunta a talleres y armado de
una biblioteca solidaria, que sea para uso de la comunidad y no sólo para los
niños con TDA, entre otras actividades.

Respecto a la dimensión económica de la autogestión, “Riquísimo artesanal”


es el único que se autofinancia, dado que es el único emprendimiento del
espacio “Enlaces”, siendo el de ellos, el espacio más característico de
cooperativismo.

La dimensión política en esta experiencia, se ve plasmada en la toma de


decisiones conjunta, las cuales pasan por procesos de debates permanentes.
Es así que se relacionan desde una perspectiva de horizontalidad a la hora de
opinar y decidir, en donde todos y todas tienen poder de decisión, a través de
una construcción colectiva, basada en el respeto, la solidaridad y prácticas
participativas de los diferentes actores dentro de la organización.

En cuanto a la dimensión técnica, refiere a esta forma de organización y de


división del trabajo, como una forma distinta a lo que estamos acostumbrados.
En tal sentido, este espacio se destaca por la multiplicidad de proyectos que
conviven, y que hacen experiencia a través del vínculo en la diferencia; siendo
justamente en la diferencia que amplían los vínculos y se nutren mutuamente.

2) Para Assandri et al., la autogestión supone rupturas. Estas rupturas deben


ser habilitadas por un desencadenamiento de procesos que exijan
concretar tres tipos de respaldos: social, político y técnico, así como
compatibilizar tiempos y espacios. Asimismo, para pensar la viabilidad de
los emprendimientos asociativos, se ha explicado el sentido de pensar la
viabilidad como resultante de una construcción (Sarachu 2009), que a su
vez debe ser sustentado por un respaldo triple: social, político y técnico.

2
En la experiencia que me tocó visitar, el respaldo social está dado sobre
todo por los vínculos potentes, tanto entre sus miembros, como con la
comunidad, así como por sus capacidades de relacionarse con otros
emprendimientos distintos (como lo mencioné anteriormente). Allí el
edificio funciona en base al vínculo y a la articulación entre los
emprendimientos/proyectos, y en la medida en que haya articuladores.
Pero para ello debe haber emprendimientos que asuman que hay
diferentes propuestas, sino, de nada serviría, puesto que las discusiones
acerca de los espacios son necesarias entre el colectivo, y es allí donde
es posible que se visibilice que existen distintos tiempos y distintas
urgencias en cada uno de los emprendimientos.

El respaldo técnico está dado por la combinación de diferentes capacidades


de los actores que habitan los espacios de “Enlaces”. Asimismo la viabilidad
de los distintos emprendimientos, es un debate fuerte que se dio cuando
empezaron a funcionar, y debatían acerca de la viabilidad económica, que si
bien es importante, de nada sirve si no hay aporte de otras dimensiones,
como la social y la política. Es así que cuando un proyecto se presentaba, le
preguntaban: ¿Cuál es tu meta?, en el entendido de que no es lo mismo
“instalarse”, que – por ejemplo – “ampliar la cartera de clientes”. Es decir,
para muchos, lo más importante es la viabilidad, pero como lo dije antes, hay
otras dimensiones que contribuyen también.

En tal sentido, el respaldo social y técnico en “Enlaces”, se entrelazan con el


respaldo político, porque para la construcción de consensos en los debates, la
concreción de compromisos de redes socio – políticas y organizaciones
sociales para su financiamiento y promoción, es necesario el vínculo social
entre los emprendimientos y hacia afuera y es necesaria la diversidad y
multiplicidad de capacidades para el aporte, y sobre todo para la construcción
de esos respaldos. Esto es así porque los respaldos, tal como lo plantean
Assandri et al. (2011), se consolidan desde la confrontación, negociación y
movilización del colectivo.

Los autores plantean que estos procesos que se desencadenan entre


trabajadores asociados en sus emprendimientos, exigen rupturas con
situaciones anteriores, preestablecidas, con modos de relación que ya
existen, que entran en tensión ante los nuevos desafíos de una realidad
nueva, orientada a la búsqueda de la autonomía y la intercooperación.

En relación al espacio “Enlaces”, las rupturas se identifican justamente en


nuevos modos de trabajar, como son los emprendimientos asociativos
solidarios, en donde los miembros comparten espacios, tiempos, momentos, y
distintos aspectos, en una relación de igualdad y de solidaridad.

Las rupturas no sólo se dan en el tiempo, espacio y decisiones compartidas,


sino que se da también en la nueva forma de remuneración, que ya no es el
asalariamiento en una relación de dependencia, como estaba preestablecido,
sino que se apunta a una nueva forma, en la que el trabajador se relacione
desde la interdependencia, y en este punto la autogestión es fundamental en
esta experiencia. También hay rupturas con las formas de relacionamiento, de

3
responsabilidad ambiental, y rupturas con viejos modos de ocupar un espacio
de trabajo para co – habitarlos.

En estos procesos hay un pasaje, un tránsito, que es el de pasar de un modo


a otro: de asalariado y dependiente a asociado e interdependiente, y esto
implica cambios culturales, que coloca en el centro el desafío de la
construcción de emprendimientos autogestionados.

En “Enlaces”, es fundamental la intercooperación y el análisis de viabilidad


social, por los intercambios de los diferentes emprendimientos que se
desarrollan en sus espacios: empresas de desarrollo de software, proyectos
sociales de Facultad de Psicología, Espacio de herramientas compartidas,
entre otros, que se vinculan y articulan a partir de las rupturas y de un re-
construir nuevos modos de trabajar, habitar y vivir espacios compartidos de
trabajo. Esta vinculación, que también surge desde las rupturas con los
modos de producción y trabajo preexistentes, es la base de la colaboración y
la intercooperación entre distintos emprendimientos, para hacer experiencia a
partir de ellas, y así poder ampliar esos vínculos.

4
Bibliografía:
“Autogestión” – Peixoto de Albuquerque P., 2004, publicado en Cattani A. D., “La
otra economía”, Editorial Altamira (Argentina), páginas 39-46.
“Viabilidades en construcción: la fase de des – incubación y sus desafíos teóricos
metodológicos” – Assandri C., Dabezies M. J., Matonte C., Sarachu G., 2011, en
Revista Académica PROCOAS-AUGM, vol. 1, año 3, páginas 54-72

S-ar putea să vă placă și