- Respecto a la presunta vulneración a la libertad sindical de los funcionarios públicos,
directivos públicos y servidores de confianza, los artículos impugnados 3.e y 40 sólo
concretizan las excepciones previstas en el artículo 42 de la Constitución, las que a su vez, se fundamentan en la particular naturaleza de las funciones que desempeñan estos servidores. Sin perjuicio de ello, la ley no les prohíbe el derecho de conformar asociaciones en defensa de sus intereses. La libertad sindical es un derecho complejo que tiene una doble titularidad: los trabajadores individualmente considerados (titularidad individual) y las organizaciones de trabajadores (titularidad colectiva). Nuestro texto sólo trae una referencia expresa a los “servidores públicos” (artículo 42), puesto que en la norma genérica (artículo 28) simplemente establece que el Estado reconoce el derecho de sindicación, pero no señala a quienes. Los derechos laborales también se han extendido al sector público por efecto de los cambios sociales, el reconocimiento de la ciudadanía del trabajador y el innegable aporte del Derecho del Trabajo. No se puede confirmar, sin embargo, que tales derechos se hayan otorgado sin especiales restricciones o limitaciones cuando de los servidores y funcionarios públicos se trata. Y es que, ciertamente, esta dotación de derechos, tratándose de los servidores públicos, no vendrá asignada por el contrato de trabajo, sino por un acto administrativo supeditado al Derecho Público. Los trabajadores, en forma autónoma e independiente, sin ningún tipo de distinción o discriminación y sin requerir autorización previa tienen derecho a constituir los sindicatos que estimen convenientes, afiliarse o retirarse de ellos, con observación de la ley y de los estatutos de las respectivas organizaciones. La libertad sindical además es un factor determinante del derecho social, a fin de que trabajadores, empleadores y gobiernos, negocien en condiciones de igualdad. - La ley impugnada reconoce un trato diferenciado, pero no discriminatorio, entre los servidores públicos. Las causas objetivas y razonables que justifican este trato diferenciado radican en la temporalidad de la contratación de algunos servidores y el diverso régimen laboral al que deciden pertenecer. En el caso de las restricciones en materia de negociación colectiva, no se debe soslayar para todos los servidores públicos. El estado debe velar, garantizar y preservar la igualdad, siendo una regla básica; y como derecho fundamental de la persona, es decir, exigible en forma individual, por medio del cual se confiere a todo sujeto el derecho de ser tratado con igualdad ante la ley y a no sufrir discriminación alguna. Esto debe tenerse en cuenta en las diferentes actividades públicas, como son la expedición de normas, su interpretación y aplicación jurídica, la intervención de la fuerza pública, la actuación administrativa, etc. Por lo tanto el siquiera pensar en la posibilidad de regular una ley que promueva la discriminación no tiene cabida o lugar en una regulación de una norma pública. En la regulación de los contratos temporales, determinados aspectos apuntan a la garantía de derechos básicos de los trabajadores, en orden, por un lado, al respeto del principio de igualdad y no discriminación, así como a lo relativo a la extinción del contrato en circunstancias diversas a las contempladas en sus estipulaciones. Otra cuestión gravitante tiene que ver con la eventual disfuncionalidad entre el contrato y la realidad, ante el uso impropio de contratos, que tienen una finalidad, requisitos y características específicas, para cubrir el desempeño de tareas ordinarias, que deberían en puridad ser objeto de contratación común; esto es, situaciones de desnaturalización del contrato o de divergencia entre el contenido del mismo y la realidad. El servicio civil engloba a todas las personas que trabajan para el Estado. Para lograr una administración pública profesional eficaz al servicio de la ciudadanía. En la actualidad, existen 15 regímenes laborales en las entidades del Estado, entre generales y especiales, lo cual conlleva a un desorden en la administración pública en la medida que cada régimen implica distintos derechos y deberes para los servidores públicos. - Finalmente, en cuanto a la presunta vulneración al principio de estabilidad laboral y la garantía de la carrera administrativa, la Ley 30057 además de exigir causas objetivas, establece rigurosos requisitos para las causales de término del servicio civil. En cuanto a la contratación temporal de directivos públicos, esta diferencia de trato se encuentra justificada en la condición de cargo de confianza de estos servidores. Finalmente, de la ley impugnada no se desprende que los servidores que concursen y no ganen serán despedidos, sino que se resalta el carácter voluntario del traslado al nuevo régimen. En ese sentido, se pretende contar con un cuerpo directivo idóneo y servidores públicos que desempeñen sus labores de forma eficiente. La estabilidad laboral no solo está referida a la terminación justificada de la relación laboral, sino también a la imprescindible congruencia que debe existir entre el carácter de las labores a realizar (permanentes o temporales) y la duración del contrato de trabajo (indefinido y temporal), de manera que en materia laboral se impone el respeto al principio de causalidad en la contratación temporal, la cual señala que solo se puede recurrir a vínculos laborales a plazo fijo cuando las labores a realizar tienen la misma característica. La estabilidad podía ser definida como la subsistencia necesaria de un contrato de trabajo mientras se mantenga la causa que le dio origen y no sobrevenga otra que justifique su conclusión.
La carrera administrativa no constituye en sí un derecho de los trabajadores, sino,
el mecanismo estructurado por el cual el Estado organiza, administra y desarrolla la función pública, entendiendo por esta el servicio brindado por el Estado, como una garantía para el mejor desempeño de la función pública. La carrera administrativa va a permitir, a través del concurso público, que sean las personas más capacitadas las que accedan a la función pública y tengan a su cargo el desarrollo de los servicios del Estado. De esta manera se busca evitar que el ingreso a la Administración Pública se realice por criterios discrecionales y parcializados, impidiendo la igualdad de todos los ciudadanos de acceder a la función pública. El término del Servicio Civil La conclusión del vínculo que une a la entidad con el servidor civil configura el término de dicha relación en el Servicio Civil. Los más conocidos en caso de fallecimiento, por límite de edad, por jubilación, por perdida o renuncia de la nacionalidad , por condena penal , por inhabilidad para el ejercicio de la función pública, por causa relativa a la capacidad física mental, por extinción de la entidad, por supresión del puesto por causa tecnológica, por contratación de plazo fijo, por destitución, por indemnización de destitución injustificada; estos son los motivos del termino del servicio civil que en conclusión están sujetos a las causas que son previstas en el reglamento del servicio civil. Un trabajador de confianza puede ser nombrado sin concurso y puede retirársele la confianza sin justificación. En este caso, están ministros y viceministros, secretarios generales, asesores, etc., quienes no son funcionarios de carrera. Para el sector privado tiene una connotación diferente. La calificación como personal de confianza depende de la empresa en función a la naturaleza de cada puesto de trabajo. Ciertamente, no es correcto calificar a todo el personal como de confianza pues se “confía” en todos los trabajadores. Tampoco es personal de confianza todo aquel que puede ser cesado sin indemnización pues, bajo determinadas características, una persona en cargo de confianza puede tener derecho a estabilidad laboral.