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Actitud frente a la muerte

A través de los años el tema de la muerte se ha conceptualizado de distintas


maneras y además de ser un tema el cual se evita hablar, la etapa en la cual hay
un mayor grado de conciencia del tema es la etapa de la adultez mayor en adelante,
por eso:

Según la teoría de Ericsson (1963),todos los seres humanos en las diversas


etapas del ciclo vital atravesamos por una serie de crisis que permiten o no superar
los cambios que se presenten en cada una de ellas, pero específicamente en la
adultez mayor la crisis se relaciona con la evaluación que hace la persona de su
vida, en donde por un lado, puede aceptarla manera como ha vivido, se muestra
interesado por encontrar motivaciones y lograr un sentido de integridad,
desarrollando lo la sabiduría, que le permite tener una mayor aceptación de su
muerte, sin embargo, puede ocurrir el caso contrario en el cual el adulto mayor
puede crear desesperanza, en donde no acepta la realidad de los cambios, siente
que las oportunidades y el tiempo en su vida se han terminado y la aceptación de la
muerte se hace mucho más difícil afrontarlo.

Como lo mencionamos los jóvenes muestran un menor grado de importancia


de la realidad innegable de la muerte y de los cuestionamientos del mismo tema,
sin embargo, no todos niegan hablar del tema solo que se muestran esporádicos al
hablar de la muerte.

En general se puede decir que las personas sean cual sea su edad,
desconocen las condiciones en que la muerte llegará a sus vidas. Sin embargo, la
incertidumbre y el temor al no saber el lugar, la edad, el momento y, sobretodo, la
forma en que van a morir, genera en los seres humanos un sinnúmero de
sensaciones.

La ansiedad y el miedo son las respuestas más formalmente asociadas a la


muerte, estas van a aparecer con mayor o menor peso en virtud de que se trate la
muerte propia o la de otros, que sea este familiar, amigo o allegado; pudiendo
generar ansiedad tan solo el hecho de imaginar, pensar o hablar de élla.
El proceso de la muerte según Elizabeth Kubler

Estos autores consideran que el paciente terminal suele pasar por una serie
de fases (negación, rabia, regateo, depresión y aceptación), pero estas fases no
siempre se van a presentar en ese orden, sino que también se puede presentar de
manera diferente o retroceder y volver a avanzar entre las mismas. La mayoría de
las personas, al verse confrontados con la noticia de una enfermedad terminal,
intenta negar su realidad y cuando la acepta a menudo se siente enfadado y furioso.

Muchas de las personas empiezan una forma de regateo interior,


prometiéndose modificar su conducta a cambio de una recuperación, es ahí cuando
aparece la depresión, por lo general cuando notan que el proceso de regateo no
está dando efectos positivos.

1. PRIMERA FASE (NEGACION Y AISLAMIENTO)

La primera reacción cuando el paciente o un familiar conocen el diagnostico de


una enfermedad fatal, es la de negar “no, yo no, no puede ser cierto”, cabe recalcar
que también la tienen las personas quienes se les niega la enfermedad a un familiar
o amigo. Aunque lo común es que aparezca como resistencia inicial, no es extraño
que se manifieste más adelante en el trascurso de la enfermedad. En si funciona
como amortiguador que permite recobrarse de la noticia recibida, para luego
movilizar los mecanismos de defensa menos radicales.

El dialogo de la persona enferma dependerá de lo que quiera hablar cuando


quiera hacerlo, siempre habrá un momento en el cual el paciente hablara sobre la
muerte y lo mejor es continuar con el tema no reprimirlo, así que la familia tiene que
aprender a ser más sensible y perceptivo además de aceptar dicha enfermedad.
Algunos enfermos hacen uso de la negación con miembros del equipo de salud y
hasta con algunos familiares, es decir escogen a la gente con la que pueden hablar
sobre su enfermedad y muerte y fingen mejoría con los que parece que no pueden
tolerar la idea de su fallecimiento. Lo primero que se debe hacer es averiguar las
necesidades del paciente, conocer sus puntos débiles y sus fortalezas, y encontrar
indicios para saber hasta qué punto puede afrontar la realidad por la cual está
pasando, hay algunos casos en el cual es necesario la negación para poder
mantenerse cuerdos.

2. SEGUNDA FASE (RABIA)

La primera reacción como es la negación deja paso a una nueva, cuando ya no


se puede mantener la negación en seguida es sustituida por los sentimientos de ira,
rabia, envidia y resentimiento, la típica pregunta es ¿Por qué yo? ¿Por qué a mí?
Esta es la fase en la cual es muy difícil de afrontar tanto para la familia como para
el personal del hospital, dado que la ira se proyecta contra todo y todos, incluso las
visitas serán un motivo de enojo y mal trato a los visitantes, cuando los visitantes se
vayan y el paciente quede solo es donde sentirá más dolor, culpabilidad y
vergüenza.

Lo más trágico de esta fase en que muchas de las personas que tienen un trato
con el paciente no piensan en las razones del enojo y lo toman como algo personal,
cuando el origen de la ira no tiene nada o poco que ver con esa persona, lo que se
debe hacer es tener mucha tolerancia y paciencia, escucharlo y hacerle sentir una
persona valiosa, para que poco a poco disminuya la ira.

3. TERCERA FASE (REGATEO)

Esta fase es la menos conocida y dura en breves periodos de tiempo, pero es


muy útil para el paciente y la familia; Kubler mantiene la idea que si una persona
enferma no pudo afrontar su realidad en un principio y después se enoja con Dios y
con todo ser viviente, entonces a lo mejor pueden llegar a un acuerdo que posponga
lo inevitable, es decir que estos pacientes buscan un trato para diferir los hechos e
incluye un vencimiento impuesto por el mismo pareciente “hasta que naciera mi
hijo”, y busca estar bien hasta que suceda el hecho importante.

La mayoría de estas promesas se hacen con Dios y generalmente se guardan


en secreto o ante un sacerdote, incluyen dedicar su vida a Dios o a la iglesia a la
cual es perteneciente él o su familia, también puede ser hechos como donar su
cuerpo o partes de su cuerpo para aportar con la ciencia e incluso en ese periodo
muchos pueden cambiar su estilo de vida.

4. CUARTA FASE (DEPRESION)

Cuando el paciente ya no pueda negar más su enfermedad ni sostener su rabia,


empezara a tener una sensación de una gran pérdida, perdida que puede aparecer
por diferentes motivos como amputaciones, cargas financieras, falta de presencia
de los seres queridos, entre otros; a esta depresión se le conoce como depresión
reactiva. Sin embargo, para Kubler hay otra depresión la cual no se le toma muy
encuentra que es el dolor preparatorio por el cual está pasando la persona con una
enfermedad terminal, a esto le llama depresión anticipatoria.

Cuando es una depresión reactiva se debe ser compresivo para poder descubrir
la causa de la depresión y aliviar un poco el sentimiento de culpa, en cuanto se
habla de una depresión anticipatoria es a causa de las pérdidas que van a venir,
perder todo lo que quiere y a todos los que ama, se recomienda que expresen su
dolor para que sea más fácil llegar a la aceptación e inclusive mostrar su
agradecimiento a las personas quienes están a su lado, esta depresión es silenciosa
es un sufrimiento que no necesariamente se tiene que hablar, es un sentimiento que
puede aliviarse con una caricia acompañando al moribundo.

Hay muchos que sufren especialmente porque sienten la presión de algunos


familiares o amigos que siga luchando por su vida, cuando lo que ellos buscan es
prepararse para la muerte. Todos tienen que saber que la depresión anticipatoria
es necesaria y beneficiaria para el enfermo, para que pueda morir con aceptación
del hecho y en paz.

5. QUINTA FASE (ACEPTACION)


Si un paciente tuvo suficiente tiempo y se le ayudo en todas las fases anteriores,
llegara la fase de la aceptación, su muerte ya no le va a deprimir ni tampoco lo
enojara, se va a sentir débil, cansado y dormirá a menudo en breves intervalos,
sintiendo una necesidad cada vez mas de querer dormir, no es la sensación de que
ya no sirve de nada luchar, pero tampoco se trata de una fase de felicidad.

En la aceptación hay como una vaciedad de sentimientos, es el descanso final


antes del largo viaje, en esta fase quien necesita de más ayuda es la familia, el
moribundo ha encontrado cierta paz y aceptación y su capacidad de interesarse por
las cosas o gente está disminuida así que deseara que lo dejen solo por lo menos
que no lo inquieten con noticias o problemas.

La doctora menciona que en esta fase el silencio pueden ser las comunicaciones
más llenas de sentido, cuando ya no hay que hablar, una mirada tocar la mano,
recostarse en la almohada puede decir más que mil palabras.

Debemos animar a los enfermos a que expresen su rabia, a que lloren su dolor
preparatorio, a que manifiesten sus miedos y sus fantasías y debemos ser
conscientes del enorme esfuerzo que se requiere para llegar a esta última fase,
porque es la que nos lleva a la separación gradual.

El proceso de la muerte según Alfonso Reyes Zubiria

1. PRIMERA EMOCION (ANGUSTIA)

Si es cierto que muchas veces la primera reacción del enfermo y sus familiares
es negar el diagnóstico y quizás buscar más médicos con la esperanza de escuchar
algo más benigno, esto carece de real importancia. Porque pronto el paciente se
resigna. Su religiosidad lo lleva a decirse “estoy en manos de Dios”. Lo que impida
el paciente caiga en una terrible angustia de la cual difícilmente saldrá. Angustia se
define como: como al futuro este miedo y dolor estará presente en el enfermo y sus
familiares.
Esta angustia es miedo al futuro, miedo al dolor, a los tratamientos, a las
reacciones secundarias, a la situación económica, al hacer sufrir a los seres que
ama, a la muerte, miedo a todo. En muchos momentos será el sufrimiento
totalmente inútil, porque la angustia nos obligará a actuar como y cuando sea
necesario. Pero siempre será sufrimiento y lo debemos quitar. La angustia también
la sufren los familiares más que el propio paciente ya que tiene miedo de cómo va
a dejar a la familia, miedo porque el fantasma de la muerte ya está presente.

2. SEGUNDA FASE (FRUSTRACION)

Esta emoción significa un sufrimiento mayor, aparece cada vez que es


consciente de la presencia de la muerte, a lo mejor cercana y dolorosa, en uno
mismo o en el ser querido; más aun si se acepta que ya no hay tiempo para lograr
tal meta, afectiva o no y sobre todo cuando se siente la impotencia. Y ante la muerte
todos nos sentimos impotentes. La frustración se manifiesta de dos modos: rabia y
tristeza. Debemos tener en cuenta que la rabia por naturaleza es irracional e
incontrolable. A veces la ira se dirigirá contra Dios, lo que puede provocar inquietud
y temor en alguno. Muchas veces uno se enoja mas libremente contra la persona
que más amas.

Una persona ante la frustración, mas que la rabia manifiesta tristeza, una enorme
y profunda tristeza, hay quienes sienten de verdad que van a morir de tristeza, esta
se manifiesta cuando se vive algo que no se quisiera vivir. Entonces prácticamente
la tristeza habita en nosotros. Todos tenemos la capacidad de entender el dolor:
desde el primer día, apenas nace uno, es la revelación inmediata. Y la tristeza es
un dolor, no físico sino mental.

Uno huye de la tristeza porque es mucho mejor la alegría, ero la tristeza forma
parte de nuestra vida. No es el paso del tiempo el que logra la recuperación del
triste, sino el reajuste de ideas. La tristeza retarda las acciones y su permanencia
impide respuestas inmediatas, además de que estar triste sirve, en ocasiones como
expiaciones de culpas, por lo que puede el paciente hacerse adicto a la tristeza.
3. TERCERA EMOCION (CULPABILIDAD)

Esta emoción es más dolorosa y persistente que las anteriores. La culpa se debe
quitar o se convertirán en la compañera más fiel de la muerte. No importa que sea
persecutoria o depresiva ni tampoco cual sea la fuente de este sentimiento:
debemos quitar las culpas de nuestros pacientes.

Cuando se vive la angustia causada por la enfermedad que padece uno mismo
o el ser amado, cuan do se percibe la impotencia ante la cercanía probable de la
muerte, lo mas seguro es que nazcan fuertemente estos sentimientos.

4. CUARTA EMOCION (DEPRESION)

Es la emoción más dolorosa, hay tres tipos de depresión, la reactiva que es la


respuesta a las pérdidas sufridas, la más dolorosa la anticipatorio y la ansiosa. Se
debe descubrir cuál de estas depresiones está sufriendo el enfermo y cada uno de
los familiares. En estos momentos se debe ayudar a que ellos echen fuera todos los
sentimientos negativos que, hasta este momento tienen reprimidos y por lo mismo
están cargando: rabia hacia otros, culpas. Cabe mencionar que la terapia familiar
puede ser útil a lo largo del proceso.

5. QUINTA EMOCION (ACEPTACION)

Es la ultima de esta cadenas de emociones, Kubler –Ross explica y dice que, si


hubo tiempo suficiente y la ayuda necesaria, el enfermo llegara a la aceptación: sin
embargo, como la describe suena mas a resignación en muchos casos: hay
variedad de sentimientos, algunos enfermos seguirán luchando hasta el final con la
esperanza de curación, lo que hace muy doloroso el trance, etc. Hay algunos
enfermos que experimentan otro tipo de emoción, a una aceptación n verdadera, en
un pueblo tan religioso como lo es México si es factible lograrlo, son los casos en
los que el moribundo muere con auténtica alegría que se traduce en un gozo de
interioridad.
La resignación es pasiva: el hombre está ahí esperando que llegue su muerte,
la aceptación es activa y estamos de acuerdo en lo que la muerte es el acto más
trascendental en la vida del ser humano, entonces uno debe llegar a ella con la
pasividad de la resignación, sino con el compromiso activo de la aceptación. Aceptar
la propia muerte no es sinónimo de darse por vencido al contrario es continuar con
la esperanza de que va a vivir mas tiempo, la aceptación hace que el hombre sea
dueño de su vida, lo contrario a la resignación y ser mi propio dueño, incluso en mi
muerte hará que así muera con dignidad y en paz.

Referencias:
Barraza, M., y Uranga, R. (s.f.). Reflexionesde una vida: Guía de orientación
parafamiliares y amigos del adulto mayor ensu fase Terminal. Recuperado
Septiembre9, 2006 de http:/www.organizacionessociales.segob.gob.mx/Revista

Erikson, E. (1963). Childhood and society (2aEd.). Nueva York: Norton.

Garrido Luceño J.M “Su visión filosófica de conjunto sobre la muerte” en Gran
Enciclopedia RIALP, p 398

Reyes Zubiria Alfonso L. “Acercamientos Tanatologicos al enfermo Terminal


y su familia” Pág. 25-27 México D.F.,

Uribe, A., y Valderrama L. (2007). Actitud y miedo ante la muerte en adultos


mayores. Available from:
https://www.researchgate.net/publication/26504572_Actitud_y_miedo_ante_la_mu
erte_en_adultos_mayores [accessed Sep 26 2018].

Viguera, V. (2005). Los miedos en los adultosmayores. Recuperado Enero,


8, 2007
dehttp://www.isalud.org/htm/pdf/pdfLazos/212LOS%20MIEDOS%20EN%20LOS%

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