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Edwin Espíndola
En el programa televisivo “A fondo” del año 1980, el periodista español Joaquín Soler
Serrano entrevista a Jorge Luis Borges. En esta entrevista decía el escritor argentino
las siguientes afirmaciones: “Yo le debo a Evaristo Carriego todo lo que yo he escrito
sobre: cuchilleros, sobre matones. Aquel arrabal de Palermo que compartimos. Y luego
de haber conocido a un viejo simpático llamado don Nicolás Paredes, que tenía varias
muertes. Un viejo cuchillero”.
De esta manera, la relación de Jorge Luis Borges con el relato policial se observa en
primera instancia desde algunas de las narraciones en El Aleph y Ficciones. Cuentos
como “Emma Zunz”, “Las ruinas circulares” o “El jardín de senderos que se bifurcan”,
llevan al lector acompañado de los narradores a la búsqueda de los enigmas
detectivescos, característica de los escritos policiales. Así, el presente texto esboza de
manera puntual un análisis comparativo de los relatos “El jardín de senderos que se
bifurcan” (1941) y “La muerte y la brújula” (1942).
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No existimos en la mayoría de esos tiempos; en algunos existe usted y no yo;
en otros, yo, no usted; en otros, los dos. En éste, que un favorable azar me
depara, usted ha llegado a mi casa; en otro, usted, al atravesar al jardín, me
ha encontrado muerto; en otro, yo digo estas mismas palabras, pero soy un
error, un fantasma (Borges, “El jardín de senderos que se bifurcan”, 1974, p.
479).
En “La muerte y la brújula”, por ejemplo, el investigador cree haber resuelto el enigma
de las diferentes muertes en un orden sobre los puntos cardinales que nos ofrece la
brújula, pero lo que no se esperaba el investigador era que iba a caer en un juego
donde termina siendo además, una víctima de toda la situación.
Es en este punto, donde el universo borgeano revela a los actores de la narración que
en algún momento de sus vidas encontraran el verdadero sentido y se les presenta
como la posibilidad de escape dentro de un laberinto difícil de descifrar. Todo esto
luego de comprender que su presencia en el relato no era el pensado sino el entrar en
un juego con el asesino. En conclusión, en las narraciones policiales de Borges nos
lleva al ejemplificar una pregunta sobre el verdadero sentido de nuestras vidas: hacia
a dónde nos encaminamos y cuál debe ser nuestro destino, pero sobretodo, el para
qué nos encontramos acá.
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Referencias Bibliográficas
CASARES, Adolfo Bioy (eds.), Los mejores cuentos policiales 1, Alianza/Emecé, 2000.
SOLER, Joaquín (1980, Mayo) Entrevista A fondo – Jorge Luis Borges. Recuperado en:
http://www.rtve.es/alacarta/videos/a-fondo/entrevista-jorge-luis-borges-fondo-
1980/1058440/