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Código de Ética de Magistrados

Perú

La existencia de un Poder Judicial independiente, imparcial, accesible a todos los


ciudadanos, previsible y eficaz, es una condición esencial de un Estado democrático y
liberal de derecho. A magistradas y magistrados les corresponde a este respecto una
función clave. El poder de dictar sentencias no les es confiado como un fin en sí́ mismo.
Este poder afecta, antes bien, al “núcleo mismo de la vida humana” .De allí́ que sea
tarea de toda jurisdicción estatal asegurar y realizar los derechos individuales
garantizados constitucional y legalmente. De ello se sigue la importancia fundamental
de la judicatura, que ha sido descripta por Rafael Bielsa con las siguientes palabras:
“ninguna función del Estado y la sociedad es más digna, respetable y más necesaria que
esta (magistratura)”.

Dado que la magistratura es “una profesión de fuerte ascendencia en la comunidad”,


también le es inherente una responsabilidad especial en lo que respecta al
comportamiento ético.
1. Antecedentes :
1.1AméricaLatina
En los países latinoamericanos, con el trasfondo de la crisis de confianza en sus
sistemas de justicia, toman parte desde el comienzo del siglo XXI en el
desarrollo universal ocurrido en el ámbito de la ética profesional para
magistrados. Es cierto que, todavía, no existe un auténtico código regional de
ética judicial para Latinoamérica, pero el Estatuto del Juez Iberoamericano, del
año 2001, contiene una suerte de código de ética “en miniatura” en uno de sus
capítulos, referido justamente a la ética judicial. Costa Rica, Guatemala y
Honduras (Centroamérica); Chile, Venezuela y distintas provincias argentinas
(Sudamérica), así́ como Puerto Rico, han sancionado en los últimos años códigos
de ética para jueces o para el Poder Judicial. En el año 2004 también lo hicieron
Perú́ y México. Panamá́ dispone de un código judicial, con un capítulo especial
sobre ética judicial. En Paraguay está en proceso de elaboración un código de
ética judicial.
1.1.1El Estatuto del Juez Iberoamericano (2001)
En mayo de 2001, los presidentes de las Cortes Supremas de Justicia de
los países latinoamericanos adoptaron, en su sexta reunión cumbre, el
Estatuto del Juez Iberoamericano. Este, como se dijo, no constituye un
auténtico código de ética; pero contiene un capítulo específico sobre
ética judicial (artículos 37 a 44), junto a otros preceptos referidos, entre
diversos temas, a la selección, juzgamiento, capacitación y remuneración
de los magistrados.
1.2 Universal:
1.2.1Estatuto Universal del Juez
Preámbulo
En la elaboración preliminar de este Estatuto han colaborado jueces de
diversos países del mundo. El presente Estatuto es el resultado de su
trabajo y ha sido consensuado por los miembros de las asociaciones
integradas en la Asociación Internacional de Magistrados y representa las
normas generales mínimas.
El texto del Estatuto fue aprobado por unanimidad de los presentes en la
reunión del Consejo Central de la Unión Internacional de Magistrados en
Taipéi (Taiwán) el 17 de noviembre de 1999.
Artículo 1. Independencia
En el conjunto de sus actividades, los jueces deben garantizar los
derechos de toda persona a un proceso justo. Deben poner en marcha
todos los medios de que dispongan para permitir que los asuntos sean
vistos en audiencia pública en un plazo razonable, ante un tribunal
independiente e imparcial establecido por la ley, a fin de determinar los
derechos y obligaciones en materia civil o la realidad de los cargos en
materia penal.
La independencia del juez resulta indispensable para el ejercicio de una
justicia imparcial en el respeto de la ley. La independencia es indivisible.
Todas las instituciones y autoridades, nacionales o internacionales,
deberán respetar, proteger y defender esta independencia.
Artículo 2. Estatuto
La independencia del juez debe estar garantizada por una ley específica,
que le asegure una independencia real y efectiva con respecto a los
demás poderes del Estado. El juez, como depositario de la autoridad
judicial, deberá́ poder ejercer sus funciones con total independencia
respecto a todas las fuerzas sociales, económicas y políticas, e
independientemente de los demás jueces y de la administración de
justicia.
Artículo 3. Sumisión a la ley
En el ejercicio de su actividad profesional, el juez no debe estar sometido
más que a la ley y no puede decidir más que con respecto a esta.
Artículo 4. Autonomía personal
Nadie debe dar o intentar dar órdenes o instrucciones de cualquier tipo al
juez. Esta prohibición no se aplica a las instancias superiores cuando
tienen competencia para reformar las decisiones del juez inferior.
Artículo 5. Imparcialidad y deber de reserva
El juez debe ser y aparecer imparcial en el ejercicio de su actividad
jurisdiccional.
Debe cumplir sus deberes con moderación y dignidad respecto de su
función y de cualquier persona afectada.
Artículo 6. Eficacia
El juez debe cumplir sus obligaciones profesionales en un plazo
razonable y poner en marcha todos los medios necesarios que tiendan a la
mayor eficacia.
Artículo 7. Actividades anexas
El juez no puede dedicarse a ninguna otra función pública o privada,
remunera- da o no, que no sea plenamente compatible con sus deberes y
su estatuto.
El juez no podrá́ ser nombrado para el ejercicio de funciones ajenas al
ejercicio judicial sin su previo acuerdo.
Artículo 8. Protección del estatuto de la función
El juez no puede ser desplazado, suspendido o destituido de sus
funciones más que en los casos previstos por la ley y con respeto del
procedimiento disciplinario.
El juez es nombrado sin limitación de tiempo o por un periodo limitado
en condiciones determinadas, a reserva de que ello no comprometa la
independencia de la justicia. Cualquier cambio referente a la edad de
jubilación no podrá́ tener efecto retroactivo.
Artículo 9. Nombramiento
El ingreso en la carrera y cada uno de los nombramientos del juez deben
hacer- se según criterios objetivos y transparentes fundados en su
capacidad profesional. Cuando esto no esté ya asegurado por otras vías
como consecuencia de una tradición establecida y probada, la elección
debe estar asegurada por un órgano independiente integrado por una
parte sustantiva y representativa de jueces.
Artículo 10. Responsabilidad civil y penal
Tanto la acción civil dirigida contra un juez, cuando sea admitida, como
la acción penal, y en su caso la detención, deberán ser ejercidas en
condiciones que no puedan tener como objetivo ninguna influencia sobre
su actividad jurisdiccional.
Artículo 11. Administración y principios en materia de disciplina
La gestión administrativa y disciplinaria de los miembros del poder
judicial debe ejercerse en condiciones que permitan preservar su
independencia, y se fundamenta sobre la puesta en práctica de criterios
objetivos y adaptados.
Cuando esto no está́ suficientemente asegurado por otras vías resultantes
de una probada tradición, la administración judicial y la acción
disciplinaria deben ser competencia de un órgano independiente
integrado por una parte sustancial y representativa de jueces.
Las sanciones disciplinarias frente a los jueces no pueden adoptarse más
que por motivos inicialmente previstos por la ley, y observando reglas de
procedimiento predeterminadas.
Artículo 12. Asociaciones
El derecho de asociación profesional del juez debe ser reconocido, para
permitir a los jueces ser consultados fundamentalmente sobre la
determinación de sus normas estatutarias, éticas u otras, los recursos de la
justicia, y para permitir asegurar la defensa de sus intereses legítimos.
Artículo 13. Remuneración y jubilación
El juez debe recibir una remuneración que sea suficiente para asegurar su
independencia económica.
La remuneración no debe depender del resultado de la actividad del juez
y no debe ser reducida mientras preste servicio profesional.
El juez tiene derecho a jubilarse y percibir una pensión que se
corresponda con su nivel de responsabilidad.
Después de la jubilación, no se le puede prohibir el ejercicio de otra
actividad profesional jurídica por el solo hecho de su previa actividad
judicial.
Artículo 14. Medios materiales
Corresponde a otros poderes públicos del Estado proporcionar al poder
judicial los recursos necesarios para su actuación.
El poder judicial debe poder participar o poder ser oído en lo que
respecta a las decisiones relativas a los medios materiales.
Artículo 15. El Ministerio Público
En los países en que los miembros del Ministerio Público están
asimilados a los jueces, los anteriores principios les son aplicables, en
consideración a la naturaleza de su función.

1.2.2 Importancia del estatuto universal del Juez:


El estatuto universal del juez contiene principios básicos tomados en
cuenta para la creación de diversos códigos de ética a nivel de
Latinoamérica y otros países a nivel internacional, por su magnitud al
señalar aspectos generales sin especificar condiciones particulares en
alguna región que podría ocasionar conflicto alguno.

1.2.3 Principios Básicos relativos a la Independencia de la Judicatura.


Primer ordenamiento internacional, aprobado en agosto de 1985 por el
VII Congreso de las Naciones Unidas sobre prevención del delito y
tratamiento del delincuente. Sus destinatarios son los estados y contienen
los compromisos que éstos asumen en la promoción y aseguramiento de
la independencia judicial, para alcanzar estándares de conducta ética que
garanticen la independencia del Poder Judicial, un proceso judicial justo
y público, tribunales especializados e imparciales y que los procesos
penales se lleven sin retrasos desmesurados.
Postula que el comportamiento de los jueces debe asegurar en todo
momento la dignidad del cargo, la imparcialidad e independencia de la
función; dejándose notar por primera vez la tensión entre derechos de los
propios jueces y las exigencias que impone el ejercicio de la función.

2. Código de Ética del Poder Judicial del Perú́


Aprobado en Sesiones de Sala Plena de fechas 09, 11 y 12 de marzo del 2004.
2.1 Propósito:
El propósito de este Código es servir de guía ética para mejorar el servicio de
justicia. Su finalidad es asistir a los jueces ante las dificultades de índole ética y
profesional que enfrentan, y ayudar a las personas a comprender mejor el rol que
corresponde a la judicatura.
2.2 Deberes generales:
El Juez debe encarnar un modelo de conducta ejemplar sustentado en los valores
de justicia, independencia, imparcialidad, honestidad e integridad, los cuales
deben manifestarse en la transparencia de sus funciones públicas y privadas.
La práctica transparente de estos valores contribuirá́ a la conservación y
fortalecimiento de un Poder Judicial autónomo e independiente y se constituirá́
en garantía del Estado de Derecho y de la justicia en nuestra sociedad.
El Juez debe actuar con honorabilidad y justicia, de acuerdo al Derecho, de
modo que inspire confianza en el Poder Judicial.
El Juez debe evitar la incorrección exteriorizando probidad en todos sus actos.
En la vida social, el Juez debe comportarse con dignidad, moderación y
sensibilidad respecto de los hechos de interés general. En el desempeño de sus
funciones, el Juez debe inspirarse en los valores de justicia, independencia,
imparcialidad, integridad y decencia.
2.3 Destinatarios. Los principios, reglas y virtudes judiciales, que se contienen
en este Código, tienen como destinatarios a los titulares de los órganos del Poder
Judicial, así́ como a los demás integrantes de dichos órganos en la medida en
que tales principios, reglas y virtudes judiciales resulten aplicables a la función
que cada uno de ellos desempeña.
2.4 Finalidad. En el código se recogen los principios, reglas y virtudes
judiciales, que se consideran idóneos para constituir un referente deontológico,
que pueda no solo guiar la conducta de los juzgadores y sus auxiliares, sino
facilitar la reflexión ética sobre los diversos aspectos de la función que
desempeñan; consecuentemente, tales principios y reglas no son elaborados con
la finalidad de complementar o reglamentar la legislación vigente en materia de
cualquier tipo de responsabilidad jurídica de los miembros del propio Poder
Judicial.
2.5 Labor del juez: La labor del juzgador no solo requiere el conocimiento de la
ciencia jurídica, porque hay espacios en los que su única directriz es su propia
conciencia. Esta requiere ser lustrada a partir de patrones de conducta asumidos
libremente, que tiendan a hacer efectivos los valores, que si bien están ínsitos en
el propio quehacer del juez y en el ordenamiento jurídico, es indispensable
explicitar, pues debe tenerse presente que lo callado, aunque obvio, se olvida o
se disimula.
3. Consejo Nacional de la Magistratura (CNM)
3.1Ficha técnica:
Fundación: 1 de marzo de 1995
Concepto: Este Organismo, independiente por mandato constitucional,
tiene la muy alta y delicada misión de seleccionar, nombrar y
periódicamente ratificar a jueces y fiscales sólidamente probos,
independientes, provistos de irreductibles valores éticos y morales,
idóneos para garantizar la plena vigencia de los derechos de la persona y
el respeto a su dignidad, a través de una correcta administración de
justicia.
Tipo: Organismo constitucional autónomo
Presidente: Orlando Velázquez Benítez
3.2 Procesos:
Durante el año 2013 fueron ratificados en sus cargos 368 jueces y fiscales,
mientras que otros 48 fueron destituidos por el Consejo Nacional de la
Magistratura (CNM), informó su entonces presidente Máximo Herrera Bonilla.
Estos procesos se realizan cada siete años, constituyen un control para los jueces
y fiscales se actualicen, para que actúen bien procesalmente y eviten demoras en
los juicios.
3.2.1Proceso disciplinarios
Respecto a los procesos disciplinarios realizados durante el 2013, de 58
propuestas presentadas por la Oficina de Control de la Magistratura
(OCMA) y de la Fiscalía Suprema de Control Interno, 48 fueron
sancionados con la destitución.
4. Aplicación:
Ejemplo:
El día 11 de mayo del presente año a la salida del local de la Policía Anticorrupción en
Arequipa, el juez Gino Valdivia Sorrentino, reconoció el cobro de una coima para
favorecer a una acusada por tentativa de parricidio, fue sorprendido cuando se reunía
con los abogados y familiares de Angélica Cahuana Rosales, una mujer de 36 años
contra quien se dictó siete meses de prisión preventiva en octubre de 2017 por el delito
ya mencionado. Este caso de corrupción en el Poder Judicial se descubrió gracias a que
un abogado denunció a Gino Valdivia ante la ODECMA ( Oficina Desconcentrada de
Control de la Magistratura ) el último 3 de abril. Acusó al juez de pedirle una coima
para resolver un caso de Habeas Corpus.
Fue allí que se tomó la decisión, en coordinación con el Ministerio Público, de
intervenir las comunicaciones de Valdivia y se descubrió conversaciones con los
defensores de la acusada por tentativa de parricidio.

5. Conclusiones sobre la búsqueda de una Ética Judicial en el Perú


Los estudios sobre la crisis judicial en el Perú han propuesto diversas soluciones,
algunas globales, como la Reforma del Poder Judicial y lucha frontal contra la
corrupción estatal y judicial; otras parciales, como el incremento de jueces,
reforzamiento de la justicia de paz, especialización, capacitación constante de los
jueces, mejoramiento del sistema de elección de jueces, representación de los jueces y la
sociedad civil en los órganos de gobierno y control, y modernización de los despachos
judiciales.
En marzo de 2004 la Sala Plena de la Corte Suprema de la República aprobó el Código
de ética del Poder Judicial, en el que se expresa como principales propósitos servir de
guía ética a los jueces, asistirlos en sus dificultades profesionales y éticas, ayudar a que
las personas entiendan mejor su rol, que el juez encarne un modelo de conducta
transparente y de actuación acorde al Derecho, que inspire confianza por la dignidad y
moderación en su vida social, así como que actúe con sensibilidad.
Como principios menciona el de independencia, señalando que la del juez fortalece la
imagen de autonomía e independencia del Poder Judicial, justicia, imparcialidad,
honestidad, probidad, abstención de actividades políticas, diligencia judicial,
transparencia, apertura y uso de los medios de comunicación, comportamiento
decoroso. Como puede verse, alguno de ellos, en verdad, no son principios sino reglas
de conducta.
Su aplicación se hace extensiva a todos los trabajadores del Poder Judicial y se crea el
Comité de ética como organismo encargado de absolver consultas de los jueces o de los
particulares y conformado por un Vocal Supremo en actividad y cuatro magistrados
cesantes o jubilados de cualquier grado, cuya elección está confiada a la Sala Plena de la
Corte Suprema. Sus decisiones no son vinculantes; por tanto, son independientes de las
medidas disciplinarias, pero de encontrar alguna conducta que deba ser investigada, el
Comité deberá remitir los antecedentes a los órganos de control.
No obstante estos esfuerzos desde los órganos de gobierno del Poder Judicial, las
asociaciones de jueces y jueces reconocidamente probos, la ciudadanía sigue siendo
muy crítica de la función judicial. Una encuesta sobre el funcionamiento de la justicia
en el país propalada por “Canal N” el domingo 25 de noviembre de 2007, demuestra
que la opinión pública cree que la labor judicial solo “ha mejorado en algo” y que para
obtener una sentencia favorable “hay que pagar”; es decir, sigue percibiendo la “coima”
como determinante para alcanzar justicia.
Cambiar radicalmente ese estado de cosas es difícil por la complejidad de los aspectos
involucrados; pero, sea cual fuere la solución que se proponga, alcanzarla requerirá
como cuestión previa, poner en agenda el compromiso de los jueces de autorregular su
conducta mediante la aprobación de un Código de Ética que contenga en forma
diferenciada principios morales y reglas de conducta, tanto funcional como privada. La
autorregulación, además, facilitará que los jueces definan su identidad como grupo con
vocación por una cultura judicial democrática, cotidianamente reforzada por su correcto
actuar como individuos.
La autorregulación es piedra angular para la eficacia de cualquier Código de Ética, ya
que solo la voluntad y libertad de aprobarlo hará que los jueces queden vinculados a sus
disposiciones, dicho de otra manera: los jueces solo serán independientes cuando
decidan serlo. Es más, la adopción de un Código de ética dentro de esos márgenes
podría ayudar a fijar parámetros sobre la conducta ética como referentes para la
calificación, por parte de los Órganos de Control, de la conducta del juez sometido a
proceso disciplinario, sobre todo en aspectos tan abstractos y generales como el decoro,
la imparcialidad, dignidad de la función, etc.

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