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Todo comenzó 1
Mi tía Andrea, la mamá de Beatriz, que es muy sabia y serena, explicó: | Muchas veces nos
pasa eso, no queremos hacer daño, pero por hacer las cosas sin pensar, no ponemos
cuidado y actuamos de forma atolondrada.
-Cuando nosotros éramos chicos, tu tío Alfonso, tenía una perrita, Tara, a la que adoraba -
nos contó mi tía=. Un día no quería que Tara entrara en la casa y,
para impedirle el paso, cerró la puerta
tan apurado que le quebró una patita.
- Todavía me acuerdo cómo lloraba Alfonso y cómo aullaba Tara. A la perrita la enyesaron y
se mejoró, pero tu tío no se podía consolar y decía:
“No me puedo perdonar”. Nosotros le decíamos: “¡Alfonso, no te culpes, si fue sin querer!
¡Fue un accidente!”. Pero él insistía: “Tendría que haber tenido más cuidado”. E
Mamá, que todavía estaba enojada por el accidente de Beatriz, me llevó a su pieza y bien
seria me retó:
• Alejandro, parece que “fue sin querer” está siendo tu frase favorita, pero con querer o
sin querer las cosas se echan a perder igual.
Tienes que aprender a pensar en las consecuencias de lo que vas a hacer antes de hacerlo.
Porque si bien “fue sin querer” es una disculpa, no arregla lo sucedido.
Así que se largó a reír. Nosotros nos contagiamos y no podíamos parar. : : loli
i . El único que no se reía era pap -¡No lo encuentro nada gracioso! -suspiró.