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ACTIVIDAD 1: ACEPTAR LA REALIDAD DE LA PÉRDIDA.

El asesor puede fomentar en los familiares el hablar de la pérdida mediante


preguntas:
¿Dónde se produjo la muerte?
¿Cómo ocurrió?
¿Quién te lo dijo a ti?
¿Dónde estabas cuando te enteraste?
¿Cómo fue el funeral?
¿Qué se dijo en el servicio religioso?

Todas estas preguntas se enlazan para ayudar a la persona a que hable,


específicamente, de las circunstancias que rodearon.
1. El lenguaje evocador. El asesor puede usar palabras duras que evoquen
sentimientos, como por ejemplo, “tu hijo murió”, “perdiste a tu hijo”. Este
lenguaje ayuda a la gente aceptar la realidad que rodea a la pérdida y puede
estimular algunos de sus sentimientos dolorosos. También puede ser útil
hablar del fallecido en pasado: “su marido era...”
2. El libro de recuerdos. Una actividad que puede realizar la familia
conjuntamente es hacer un libro de recuerdos sobre el fallecido. Este libro
puede incluir historias sobre los acontecimientos familiares, cosas
memorables como instantáneas y otras fotografías y poemas y dibujos
realizados por diferentes 20 miembros, incluidos los niños. Esta actividad
puede ayudar a la familia a recordar viejas historias y finalmente, a elaborar
el duelo con una imagen más realista de la persona muerta. Además, los
niños pueden volver a revisarlo para reintegrar la pérdida en su vida de
crecimiento y cambios.

ACTIVIDAD 2: TRABAJAR LAS EMOCIONES Y EL DOLOR DE LAS


PÉRDIDAS.
Debido a su dolor y su disgusto, puede que el familiar no reconozca muchos de sus
sentimientos, o puede que no los sienta en el grado necesario. Algunos de los
sentimientos más problemáticos son el enfado, la culpa, la ansiedad e impotencia y
tristeza.
1. Imaginación guiada. Ayudar a la persona a imaginar al fallecido, ya sea
con los ojos cerrados o visualizando su presencia en una silla vacía, y
animarle a decirle las cosas que siente necesidad de decirle.
2. El uso de símbolos. Hacer que el cliente traiga fotos del fallecido a las
sesiones o taller, esto no sólo ayuda al asesor a tener una sensación más
clara de quién era dicha persona sino que, además, crea una sensación
de inmediatez y un enfoque concreto para hablar al fallecido en vez de
hablar de él.
3. Escribir. Hacer que el familiar escriba una o varias cartas al fallecido
expresando sus pensamientos y sentimientos. Esto le puede ayudar a
arreglar los asuntos pendientes y a expresar las cosas que necesite
decirle.

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