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Historia Local, el pasado desde el “nosotros”, historias de gente común que

construye país.

Andrés Alfredo Calderón Manrique


Andrescalderonm92@gmail.com
Licenciado en educación: Mención Ciencias Sociales. Universidad del Zulia.
Cursante de la Maestría en Historia de Venezuela. Universidad del Zulia.
Profesor Instructor. Tiempo convencional. Universidad Experimental de la Fuerza
Armada. Núcleo Zulia.
Resumen:

El discurso histórico nacionalista está lleno de grandes héroes, batallas


gloriosas y acciones importantes; es el resultado de la homogenización del
pasado nacional bajo una sola visión que se impone sobre el territorio venezolano
para agrupar a todos sus ciudadanos bajo una misma identidad. Esta cualidad, en
apariencia sólida, con el paso del tiempo se ha deteriorado, pues el discurso que
la impulsa ha dejado de ser efectivo, las presiones ejercidas por las regiones, los
cambios a nivel global y la renovación a nivel interno en la ciencia histórica
hicieron posible la aparición de la historia regional, la cual significó un avance en la
diversificación del acceso al pasado. Continuando el proceso de transformación en
el área de la ciencia y conforme a las necesidades sociales hace preciso el
surgimiento de nuevos formas de escribir la historia, de esta manera surge la
historia local, como una forma de historiar sobre una base cualitativa, tomando
métodos interdisciplinarios y asumiendo el uso de las memorias históricas
expresadas a través de la oralidad. El producto es un discurso histórico desde el
“nosotros”, entendido como la suma de individualidades inmersas en colectivos
sociales que comparten historias y memorias diversas, abriendo de esa forma un
espacio para los ciudadanos anónimos, aquellos que con esfuerzo dieron su
aporte para construir este país.

Palabras claves: Historia local, memoria, identidad, discurso histórico,


comunidad.

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Abstract:

The nationalist historical discourse is full of great heroes, glorious battles and
important actions; It is the result of thehomogenizationof the national past under a
single vision that is imposed on the Venezuelan territory to group all its citizens
under the same identity. This quality, solid appearance, with the passage of time
has deteriorated since the speech that the drives is no longer effective, the
pressures exerted by regions, global change and renewal internally in historical
science made possible the emergence of regional history, which was a step
forward in the diversification of access to the past. Continuing the transformation
process in the area of science and in accordance with social needs necessitates
the emergence of new forms of writing history, so local history emerges as a way
of chronicling on a qualitative basis, taking interdisciplinary approaches and
assuming the use of historical memories expressed through orality. The product is
a historic speech from the "we" understood as the sum of embedded individuals in
social groups that share stories and different memories, opening this way a space
for ordinary citizens, who with effort gave their contribution to build this country.

Keywords: Local history, memory, identity,historic speech, community.

Historia, del discurso nacional al local.

Al hablar de historia es inevitable pensar en los grandes procesos políticos,


económicos o militares que están inscritos en el pasado de la nación, gestas
marcadas por la aparición de grandes héroes que actuaron como conductores del
destino de la república, estediscurso surge para legitimar la instalación de los
estados nacionales. Todas aquellas repúblicasque recién se constituían hace poco
más de dos siglos se dedicaron a generar una visión única de su pasado, la cual
debía ser compartida por todos sus individuos,de esta manera se convierte la
historia en el elemento que articula la nación a través de la administración celosa
de su pasado,en este sentido Allier (2008:168) expresa que “al asumir esa función
social, los historiadores empezaron a crear una gran novela nacional en donde la

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memoria pasaba por el tamiz de la historia”tal labor era necesaria para suprimir las
diferencias grupales, sociales y políticas, dando como resultado un producto
homogéneo.

La república de Venezuela no está exenta de este proceso y una vez


instalada, se procedió a escribir su historia, con una fuerte presencia del discurso
heroico, que impulsado desde el pensamiento liberal – ilustrado,tuvo como
objetivo la homogenización del pasado nacional para facilitar la instalación del
estado y sus instituciones, loque en la práctica avanzó lentamente a raíz de los
conflictos armados internos que ocuparon al país durante el siglo XIX y principios
del XX, producidos por las luchas de caudillos, las tensiones regionales y las
dinámicas económicas propias de las provincias que durante los 300 años previos
a la independencia habían funcionado con cierto grado de autonomía.

Es así como el discurso de la historia nacional tuvo éxito durante largo


tiempo, legitimado por la necesidad de generar una sola identidad, así el pasado
del país se escribió no solo sobre los hombros de los héroes sino tambien desde
la visión de la capital de la república,instituyéndose como un discurso oficial
hegemónico en el que predominaba la exclusión de las regiones que conforman el
territorio nacional.

Como respuesta a la hegemonía antes mencionada aparecen las historias


regionales; formando parte de un proceso que según lo afirmado por Romero y
Vázquez (2011:28) “surgió de reclamar al centralismo la presencia histórica de la
localidades y regiones - pero en el que- tampoco logró superarse el paradigma
científico positivista”, en pocas palabras, los temas de los estudios históricos se
trasladaron de la capital del país a los centros de poder regionales, sin lograr
modificaciones importantes en cuanto a metodologías utilizadas para el abordaje
del pasado. No se busca con esto descalificar las investigaciones realizadas en
materiade historia regional, que representan una valiosa contribución, pues
permitieron acercar la mirada a los procesos que vivían las regiones ya su vez

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enriquecieron a la historia nacional, pero no superaron los viejos paradigmas, solo
se logró una descentralización en cierta medida del discurso nacionalista.

Como parte de un proceso de renovación histórica, desde los años sesenta


se conocieron fuertes presiones de grupos minoritarios por el reconocimiento de
su memoria e identidad, que reivindicaban memorias “olvidadas” o poco
estudiadas dentro de la historia, en ese sentido Allier (2008) destaca que los
estudios regionales fueron uno de los productos de estas presiones, tuvieron su
punto de explosión en Francia y se expandieron por el mundo con éxito en
aquellos espacios donde el discurso nacionalista negaba con mayor fuerza a las
identidades regionales y locales.

También la historia se encargó de temáticas que por largo tiempo habían


estado relegadas o no eran consideradas de interés para los historiadores,
aquellos temas relacionados con la psique y los afectos, Ibarra (2007) por ello
cuestiones como la identidad, la memoria y la experiencia eran más asociadas al
ámbito de los antropólogos, los psicólogos y otros científicos socialesque a los
historiadores, este vuelco en los intereses de investigación responde a los
reclamos sociales, las exigencias que la realidad compleja le plantea a los
investigadores y que en consecuencia produjo ajustes en la visión, los
paradigmas, las metodologías utilizadas por el historiador, teniendo influencias
visibles en el resultado de su trabajo.

En el marco de larenovación y búsqueda de respuestas a las necesidades


sociales, surge la historia local, esta forma de abordar el estudio de la historia
nace en Europa durante la segunda mitad del siglo XX, expandiéndose luego
hacia el resto del mundo. Conocida en Italia como estudios micro históricos, la
petit historie francesa y local history en otras escuelas, es una tendencia, que en
primera instancia,parece una iniciativa destinada a micro localizar los estudios
históricos, pero el abordaje de sus temas de estudios o de las comunidades
plantea retos inéditos para el quehacer del historiador que demandan la

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renovación de los paradigmas de la ciencia desde la cual se escribe orientando las
investigaciones hacia la problematización de los objetos de estudio y la
interdisciplinariedad, lo cual implica el uso de herramientas provenientes de otras
ciencias sociales para generar un discurso diferente que brinde respuestas a las
demandas de la sociedad.

Historia local, la historia del “nosotros”.

Para adaptarse a los nuevos espacios, problemas, temas y retos que lo


local le plantea a la historia, la crítica historiográfica debió posicionarse a favor de
la memoria y de las manifestaciones más auténticas del imaginario colectivo. Por
tanto, la memoria histórica de las comunidades, los mitos de origen, la identidad y
otros temas afines se convirtieron en objeto de nuevas investigaciones que se
vieron en la necesidad de utilizar todos los recursos históricos y hacer uso de los
métodos de la antropología, del psicoanálisis o de la lingüística, Ibarra (2007) esta
situación abrió un panorama beneficioso para algunos historiadores, que tienen la
posibilidad de abordar temas inéditos pero también ante las rupturas realizadas
con los paradigmas positivistas se les presenta el reto de cuestionar los enfoques
tradicionales y utilizar herramientas propias e interdisciplinarias adaptadas al
contexto de sus estudios.

Este proceso de cuestionamientos permite enriquecer y ampliar los criterios


metodológicos de la historia, pues para estudiar los nuevos temas y abordar
espacios no explorados, es necesario flexibilizar los criterios tradicionales que
responden ala ciencia proveniente del periodo de la ilustración - marcados por un
razonamiento eurocentrado - que se difundieron y que constituyeron por mucho
tiempo el conjunto de métodos utilizados porlos historiadores, quienes basándose
en el estudio riguroso de ladocumentación existenteconstruían una visión del
pasado, que en muchos casos sirvió para el establecimiento de discursos
hegemónicos que negaban las memorias históricas colectivas.

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Es preciso afirmar entonces que en medio de la ampliación de los criterios
metodológicos utilizados por los historiadores, se busca generar un discurso
histórico desde el “nosotros”, entendido como la suma de individualidades
inmersas en colectivos sociales que comparten historias y memorias diversas, por
tanto no es sólo el héroe o la nación quienes deben ocupar el pasado que
compartimos;también hay espacio para los ciudadanos anónimos, aquellos que de
igual forma dieron su aporte para construir este paíspero que por el accionar
tradicional de la historia quedaron relegados a la memoria histórica, que se
encuentra en las casas, en las calles y otros espacios de su comunidad.

En América Latina la historia local nace a raíz de las críticas realizadas a


las historias patrias nacionalistas, que sobrecargadas de héroes y villanos se
presentaban como un pasado lejano y glorioso, fruto del trabajo de los padres de
la patria, negado para quienes desde labores más sencillas y en su terruño
contribuyen con su quehacer diario al funcionamiento de la nación. El pionero en
el área fue Luis González González que desde México publica en 1968 su obra
Pueblo en Vilo. Microhistoria de San José de Gracia,en la cual está contenida la
memoria colectiva de este pueblo, expresada en palabras de sus habitantes y
convertida en un discurso escrito por el autor, quien con esta iniciativa contribuyó
a legitimar los testimonios orales y a establecer rupturas con las historias
nacionalistas.Sobre la tarea de historiar lo local, González destaca que esta
plantea retos para el historiador, pues:

Por lo que parece, el ejercicio de la historiografía circunscrita a una


pequeña zona tiene que echar mano de todos los recursos de la
metodología histórica y de varios más. En este tipo de investigación, a
cada una de las operaciones historiográficas se oponen numerosos
obstáculos, algunos privativos de la disciplina. González(1995:19)

Es decir, que desde el oficio clásico del historiador, trabajar en el ámbito


local tiene sus limitaciones particularmente por la ausencia de documentación,
pues los hechos de la vida cotidiana no suelen dejar huellas numerosas y además

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los testimonios más precisos corren el riesgo de perderse, extraviarse o
desaparecer cuando sus portadores mueren, por tanto el historiador debe echar
mano de los pocos documentos a su alcance, fotografías, recortes de prensa y
testimonios orales, estos últimos se encuentran en abundancia, teniendo el valor
agregado de representar la memoria histórica de la comunidad, el pasado de la
gente transmitido por generaciones, de boca a oído, al alcance de aquellos que
puedan contactar con sus portadores.

En Venezuela uno de los autores más difundidos en materia de historia


local es Arístides Medina Rubio, quien en su obra, Manual de historia local (2005)
presenta argumentos para legitimarla ante la academia, este autor se encarga de
definir esta forma de investigación histórica como:

Aquella que nos remite al pasado de las localidades, sean parroquias,


barrios o urbanizaciones, ofreciéndonos un panorama de las
motivaciones, individuales y colectivas, de un gran valor para el
conocimiento, cultivo y uso de la población en general. Un rasgo
característico de este tipo de historia es que se sirve de fuentes de tipo
oral y, particularmente, provenientes de las comunidades, lo cual le
confiere un contenido afectivo de gran valor por ser, precisamente, la
experiencia subjetiva de sus habitantes. Medina Rubio(2005:9).

En este sentido la definición proporcionada por el autor antes mencionado


reconoce el valor de la información obtenida a través del testimonio oral; sin
embargo,hace mención al sentido subjetivo de la información, uno de los puntos
más criticados por los defensores de los métodos tradicionales en el quehacer
histórico, debido al gran contenido afectivo que se puede apreciar en la
transmisión de memorias a través de la palabra; sin embargo es preciso entender
que la memoria es historia viva y quetal contenido es producto de las relaciones
desarrolladas dentro del micro espacio social que es la comunidad, donde el
individuo convive con su grupo y realiza una serie de prácticas cotidianas que le
permiten relacionarse con los otros.

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Pese a las referencias utilizadas sobre el uso de todo tipo de herramientas
que la ciencia histórica u otras disciplinas pueda proporcionarle al historiador es
pertinente acotar que la historia local no tiene una forma única de interpretarse, ni
un solo método para el abordaje de las comunidades, es por ello que al momento
de ubicar referentes teóricos que avalen una perspectiva interdisciplinaria en el
quehacer histórico se toman los planteamientos realizados por Ana Feliz en su
obra Recuperación de la historia local urbana en la cual en lo referente al enfoque
metodológico utilizado por la historia local argumenta lo siguiente:

En microhistoria no se sigue una metodología única, sino que se toman


varios modelos o métodos adaptados. Dichos métodos de investigación
apuntan más hacia lo cualitativo que hacia lo cuantitativo. Por eso, se
suelen usar técnicas en las que se obtienen datos o informaciones de
carácter cualitativo, como las historias de vida, los grupos focales,
entrevistas a profundidad, estudios de casos, análisis documental, etc.
Feliz(2003:18).

Se establece entonces la diversidad metódica y el carácter interdisciplinario


de la historia local, cuyos resultados además se ven expresados a través de la
construcción de un discurso histórico estructurado, elaborado sobre una base
cualitativa, pues es preciso comprender que “la historia local es cualitativa, no
cuantitativa, porque para ella cuentan poco los números” González (1995), su
interés se centra en dinámicas que están marcadas por las practicas cotidianas de
la comunidad, por tanto el elemento cuantitativo carece de fuerza (no quiere decir
que sea inexistente), tal característica hacepertinente la utilización de métodos
cualitativos, con técnicas variadas que permitan reunir de manera más efectiva el
conocimiento desde la comunidad se nos transmite.

En los espacios de las comunidades la relación con el pasado se mantiene a


través de las memorias históricas locales, las cuales obedecen a la praxis vital
cotidiana que se experimenta sin ser reflexionada ni analizada por los sujetos que
la transfieren, es decir, sin que se tenga conciencia plena de ella, es un conjunto
de vivencias socioculturales que se transmiten de “boca a oído”, al anecdotario

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popular, a las conversaciones y prácticas orales de los miembros del grupo social.
Cabe destacar que estas memorias no responden a los criterios cronológicos de la
historia y en ellas el pasado y el presente se mezclan en un solo cuerpo que
agrupa experiencias diversas que ayudan a generar las identidades de la
comunidad, permitiendo a sus miembros la creación de un nosotros, para
presentarse ante otros colectivos sociales.

La memoria expresada a través de la oralidad representa el pasado vivo de


las localidades y es una de las bases de la historia local, pues en los pueblos,
comunidades, barrios y otros espacios el documento cuidadosamente archivado
es escaso, lo común es encontrar la memoria histórica del sector contada por sus
habitantes, transmitida por quienes tienen más tiempo viviendo en la comunidad o
que en muchos casos han sido participantes activos de sus procesos históricos.

Desde la academia, tradicionalmente las memorias no han sido


consideradas como historia,pues estas no responden a los parámetros de la
historia oficial, ilustrada, estructurada y organizada. Para precisar que es la
memoria se hace uso de lo planteado por Le Goff (1991) quien la define como
aquellacapacidad de conservar determinadas informaciones, que remiten ante
todo a un complejo de funciones psíquicas, con el auxilio de las cuales el hombre
está en condiciones de actualizar impresiones o informaciones pasadas, que él se
imagina como pasadas, se entiende entonces que la memoria es una herramienta
cuyo fin es el almacenamiento de información que puede ser de utilidad para el
individuo y q que permite desde las necesidades del presente un dialogo con los
sucesos pasados.

Al momento de realizar una investigación en una comunidad, es necesario


comprender que la memoria, tiene un carácter colectivo porque hay recuerdos que
involucran -y por tanto son compartidos- a otros individuos, a través del transcurrir
de su vida y la construcción un entramado de relaciones socio-afectivas
producidas en el discurrir natural de la cotidianidad. En este sentido,

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Halbawchs(1968)argumenta que cualquier recuerdo por muy personal que sea,
subsiste gracias a la relación con el otro, con personas, grupos lugares, fechas,
palabras y formas de lenguaje incluso con razonamientos e ideas, es decir, con la
vida del grupo social en el que nos hemos desarrollado.

La memoria colectiva rechaza la cronología lineal, su forma de preservar el


pasado es diferente a los métodos de la historia, es decir, los miembros de una
comunidad no tienen establecida una línea temporal estricta en relación sus
recuerdos, vanaccediendo a ellos en la medida que desde el presente los
recuerdos tienen sentido o relevancia. A través de la memoria colectiva grupos y
sociedades van transmitiendo creencias, identidades, saberes y valores, que se
extienden en la continuidad de un tiempo largo y difuso cuyas raíces se pierden en
un pasado difícil de precisar, en palabras de Ibarra (2007)la memoria es parte de
la experiencia de un grupo y, por lo tanto, tiene que ver con la manera en que el
grupo se relaciona con su pasado y lo lleva como su presente y su futuro.

Cuando se habla de la memoria colectiva, se orienta la mirada a los


recuerdos que son compartidos por un grupo social. Chávez (2008:26) en su
trabajo Tiempo, espacio, territorio y memoria, plantea que “… que la memoria
puede entenderse como ideacióndel pasado”. Esta ideación refiere a las
construcciones e imaginarios colectivos que coexisten durante el devenir
históricode las comunidades, cuando el historiador se adentra en una localidad y
asume la tarea de organizar sus memorias sociales, debe convertir a palabra
escrita los conocimientos a los que accede a por medio de la oralidad, estos
conocimientos reflejan la visión del pasado que la comunidad tiene, el reflejo de sí
mismos compuesto de las diversas historias que se comparten por los sujetos que
hacen vida en los espacios de la comunidad.

Se considera que en las memorias hay una fuente de conocimientos de alto


valor para el investigador, ya que a través de ellas se puede comprender el
pasado de una comunidad. Aunque estas no respondan a los criterios de

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organización histórica, cuando se accede a ellas se puede decir que en estos
espacios la historia local ya existe, pero no ha sido reconocida, registrada ni
sistemáticamente organizada. A través de lo que una persona cuenta es posible
obtener una mirada del origen,el discurrir histórico y la cotidianidad de de una
comunidad, y a partir de la suma de estas miradas es viable la construcción de
una historia local, la cual será la expresión de la memoria de la comunidad que
plasmó los acontecimientos más importantes del espacio al cual pertenecen y en
el que ha transcurrido su vida, así la importancia de la historia local y su uso de la
memoria colectiva radica en que:

Los sujetos históricos que enuncian y construyen las memorias


sociales —los libros vivientes— han sido soslayados y estigmatizados
por el saber que reproduce el patrón de dominación, en aras de
preservar la tradición científica y hasta esencialista de los relatos
históricos. Vázquez (2013:18).

Por tanto, ante esta realidad, es necesario quitar ese velo que silenció las
historias de los espacios locales, a través de una propuesta que utilice la memoria
para nutrir el saber histórico, haciendo uso de la memoria colectiva expresada a
través de la oralidad, complementando estos saberes con lo encontrado en
documentos, fotos, mapas, planos o cualquier otro elemento que sea útil para el
historiador en ese dialogo con el pasado que se expresa en el producto de su
trabajo, el cual debe ser efectivo a la hora de dinamizar las identidades
comunitarias y permitir que las nuevas generaciones se formen con un sentido de
pertenencia desde lo local a lo nacional.

Se entiende entonces que es deber de los nuevos historiadores generar


aportes a la sociedad, que estén orientados al crecimiento y desarrollo de la
misma, tomando como punto de partida el autoconocimiento porque el
aprovechamiento del potencial de una sociedad se concreta en la medida en la
que esta administre sus identidades y maneje sus memorias, en este sentido:

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Dar cuenta de cómo la comunidad histórica vivió y vive su pasado y
cómo se constituye la memoria colectiva que registra las identidades
individuales y colectivas, es luchar contra la manipulación de la historia
como ciencia y culto público, pues la historia y la memoria construida
están estrechamente unida a la historia vivida, de la que forma parte.
(Vázquez, 2013:19).

Estas historias vividas han de ser tomadas en cuenta como un medio para
el reconocimiento de los pueblos, cuando se habla de darle voz a los que
históricamente no la han tenido no se hace referencia a una iniciativa que persiga
la eliminación de la historia nacional, más bien se busca enriquecerla pues las
historias locales permiten ampliar la historia de Venezuela, crece con ello la
posibilidad de un acceso al pasado más sincero, en el que se reconocen las
fortalezas y las debilidades, los grandes y pequeños actos, dándole un lugar a
cada uno de ellos, comprendiendo su función en las historias y memorias que
compartimos, proporcionándole de a través de estos procesos un sentido útil al
pasado, para dar respuesta a los problemas, incertidumbres, retos y desafíos que
enfrenta el país.

Cuando las formas de escribir historia que por largo tiempo se


institucionalizaron han demostrado no ser efectivas ni pertinentes es momento de
renovación, de este proceso ha surgido la historia local que propone una fórmula
distinta, partiendo desde el individuo y en relación a este genera un proceso de
reconstrucción histórica que permita conocer, primero su entorno y contexto más
inmediato, y continuar hasta la ampliación a través de su red de relaciones
sociales. Resalta Ibarra (2007) que es aquí donde reside el éxito de la historia
local, pues el individuo es, por encima de todo, habitante de su pueblo y con él son
más estrechos sus vínculos sociales, por tanto historiar las comunidades es
acercar a historia - que por mucho tiempo estuvo delimitada exclusivamente al
ámbito nacional - a los ciudadanos comunes, que tendrán la posibilidad de verse
reflejados en ella, lo cual resulta positivo al momento de construir sus identidades.

Con el impulso de historia local se abren posibilidades conceptuales el


campo de la ciencia histórica y otras ciencias sociales para comprender la
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dinámica social de las comunidades y, a su vez, dar palabra al testimonio de
quienes vivencian su propia historia. Tal forma de acceder a la historia, permite la
dinamización de la identidad del individuo y del grupo, que empieza a visualizar la
posibilidad que desde sus vivencias se cuente la historia del espacio donde
transcurrió su vida y, más aun, se hagan referencias a sucesos regionales,
nacionales y globales.

Es importante entender que esta forma de escribir la historia debe superar


la tentación de convertirse en un simple modelo a escala de conocimiento de lo
general, en un experimento que persiga la corroboración, a partir de ejemplos
concretos, de una teoría general o se limite a la mera descripción de un pasado
localizado sin ninguna utilidad, en este sentido, la historia local es relevante pues
tiene la capacidad de aportar en sí misma conocimientos significativos de una
realidad que se manifiesta en diversos niveles en un espacio local facilitando la
explicación de los contextos generales a través de la ubicación de relaciones y
conexiones entre ellos.

Cabe destacar también que en un sentido pedagógico la historia local tiene


utilidad pues difundida entre las nuevas generaciones coadyuva en el proceso de
construcción de la identidad, se potencia la formación integral de los alumnos y se
pone en marcha la enseñanza de la historia de una manera dinámica, divertida y
placentera, para derribar el mito de que la historia “da sueño y es aburrida” Pulido
y García (2010), es preciso destacar que la utilidad pedagógica de la historia local
no se limita a las aulas sino que alcanza a los espacios historiados, es decir esta
forma de escribir historia impacta los espacios de la comunidad, en la medida que
sus habitantes alcanzan la comprensión de su pasado y presente a través de los
aportes ellos mismos han generado para construcción de un discurso historio
local.

En este sentido, los actores sociales que forman parte de las comunidades
que a diario contribuyen con el país, al entrar en conciencia de su papel en la

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historia inician procesos de reflexión que van desde la importancia de los saberes
que portan hasta la reafirmación sus identidades, las reflexiones generadas se
internalizan y permiten iniciar un proceso de aprendizaje significativo que le brinda
al ciudadano la posibilidad de valorar sus espacios y abocarse por el desarrollo de
las potencialidades de los mismos.

Historias de gente común que construye país: reflexiones finales.

En su accionar el estado ha buscado generar identidades hacia el ideal


nacional, reforzándolas a través del sistema educativo donde se enseña la
historia de la nación, pero más que pasar a formar parte de los referentes
identitarios del individuo generalmente esta termina siendo un contenido aprendido
de forma textual para cumplir con las evaluaciones y controles propios de la
escuela. Uno de los factores por los cuales el ideal nacional no tiene éxito en la
actualidad es por la falta de pertinencia que tiene para los ciudadanos, pues se
les presenta un discurso heroico, lleno de seres extraordinarios, muy distanciado
de su realidad, que no es propio y tampoco relevante por lo tanto es difícil lograr
reflexiones o discusiones en torno a ello.

Por otra parte es más viablecaptar la atención del individuo si se parte de


algo conocido previamente, del entorno cercano, donde este comparte con otros y
se desenvuelven sus prácticas cotidianas, cuando una persona se reconoce ante
su entorno le es posible generar identidades solidas hacia a su región y nación. El
conocimiento de espacio local y la dinamización de sus identidades no es posible
desde las formas tradicionales de escribir historia, esta tarea se puede cumplir con
la aplicación de los estudios de historia local.

Las rupturas que desde la historia local se han logrado con el positivismo
cientificista y el estructuralismo, han obligado al historiador a repensar las fuentes
y los enfoques tradicionalmente empleados para su oficio, pues esta nuevo tipo de
historia lejos de buscar unificar bajo un pasado homogéneo o un discurso

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nacionalista, reconoce la diversidad entendiendo que el pasado está formado por
múltiples elementos y que todos tenemos relación con este, mientras nos
reconocemos en ese pasado y entendemos que la construcción del país no es
solo tarea de los héroes o de las instituciones del estado, sino que es labor de
gente común, que a diario desde labores sencillas genera pequeños aportes que
sumados movilizan a la nación.

La renovación de la forma de escribir historia estuvo causada por varios


factores, por ejemplolos diferentes procesos de presión social ejercida por los
grupos que demandaban su aparición en los discursos históricos tradicionales, los
procesos de globalización que resquebrajaron la solidez de los estados
nacionales, la crisis dentro de las ciencias sociales y particularmente dentro de
historia, los cuestionamientos epistemológicos que derivarían en nuevas prácticas,
enfoques y visiones en el quehacer de los investigadores, el resultado de la
combinación de estos factores es la aparición de nuevas historias que están
orientadas a beneficiar a mayor cantidad de población pues a partir del
reconocimiento de la diversidad y el inicio de una relación sana con el pasado se
potencian los procesos de autoconocimiento de los pueblos.

La importancia del autoconocimiento de los pueblos se ve reflejada en el


desarrollo de la nación, cuando los ciudadanos tienen lazos de identidad fuertes
con su entorno, se dedican a trabajar por el establecimiento de condiciones de
bienestar que repercutan positivamente en la calidad de vida de su entorno más
cercano, lo cual por ende tiene incidencia en el desarrollo regional y nacional. La
realidad del país demanda que se apliquen políticas eficientes orientadas al
desarrollo de las potencialidades de la nación y el aumento de la calidad de vida
para todos sus habitantes, el estado debe gestionar estas políticas sin embargo su
éxito no dependerá de la voluntad de un líder mesiánico o un grupo de héroes
que carguen con el peso de movilizar el país, esta tarea es responsabilidad de
todos la suma de pequeñas acciones impulsadas por ciudadanos comunes
marcaran el camino de Venezuela por la senda hacia el desarrollo de sus

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capacidades, una relación sana con la historia impulsada desde el desarrollo de
las historias locales es el primer paso en este camino pues se generan las
condiciones de identidad, valoración y compromiso que se necesita del
venezolano.

Bibliografía:

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