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Mª del Rosario Pérez Hoyos.

Lengua Extranjera (Inglés)

Grupo 5 Troncales. Nª de expediente 55379

HARRIS, M., Vacas, cerdos, guerras y brujas

LA MADRE VACA

Desde el punto de vista occidental, el culto a las vacas en la India se asume


como la demostración de que en Oriente los valores espirituales están por encima de la
propia vida. Las vacas simbolizan todo lo vivo, representan la madre de la vida y matar
una vaca, es un sacrilegio. Desde Occidente se ve el culto a las vacas como algo absurdo
y suicida; pero, sin embargo, para los hindúes supone uno de los componentes de su
vida.

Si observamos los datos sobre el ganado vacuno en la India, vemos que existen
muy pocos bueyes, animal que junto con el búfalo de agua, son la principal fuente de
tracción para arar campos. La falta de tracción animal es un grave peligro para las
familias campesinas, que pueden perder sus propiedades. Las vacas cebú paren bueyes,
pero no están especializadas en la fabricación de leche como las occidentales, aunque la
que producen ayuda al sustento de sus dueños.

El sistema industrial hindú además consume muy poca energía en comparación


con las modernas agriculturas occidentales. En Estados Unidos, por ejemplo, se ha
sustituido el uso de estiércol por el uso de abonos químicos para contrarrestar el efecto
que producen sobre las cosechas los venenos expulsados por los tractores, que han
sustituido a las mulas o caballos. Las vacas proporcionan estiércol, corrientemente
llamado “boñiga” que se utiliza como fertilizante, combustible para cocinar y
recubrimiento de suelos al mezclarlo con agua. Su valor es tan alto que existen personas
especializadas en su recolección. La utilización del abono natural podría ser una de las
explicaciones del tabú hindú de la vaca: no sacrifican a las vacas porque son un gran
productor de energía. La prohibición del sacrificio de las vacas les beneficiaría ya que
tendría una razón para controlar sus impulsos y esta sería la creencia de que la vaca es
sagrada o lo que es lo mismo, tendría como escudo la religión, elemento que tiene un
poder sobre algunas personas que en algunas ocasiones se le podría denominar como
sobrenatural.

Numerosos estudios occidentales apuntaban al tabú religioso como culpable del


hambre y la pobreza, sin embargo, si es verdad que los hindúes no sacrifican a las vacas
¿cómo es que en algunas zonas de la India hay un 30% menos de vacas que de bueyes?
La respuesta es sencilla: dependiendo de las zonas habrá menos vacas o bueyes según
convenga porque los hindúes sacrifican a sus vacas según les beneficie a través de
métodos indirectos. Además, las vacas no compiten con el hombre por alimento, ya que
son capaces de alimentarse de plantas y desperdicios. Algunas castas inferiores se
alimentan incluso de carne de vaca muerta.
PORCOFILIA Y PORCOFOBIA

Este capítulo plantea el problema de por qué algunos pueblos aborrecen el


mismo animal que otros aman. El cerdo es una abominación para judíos y musulmanes,
mientras que el centro del amor a los cerdos se encuentra en Nueva Guinea y las islas
melanesias.

PORCOFOBIA:

En este grupo se engloba a la judía y la musulmana como culturas más


importantes que detestan el cerdo.

Maimónides, en el siglo XVIII, da la primera razón coherente para la


prohibición de consumir carne de cerdo: se prohíbe porque es un factor de riesgo para la
salud; es, por lo tanto, una medida de salud pública. Esta explicación es una gran
incoherencia porque judíos y musulmanes comen otros animales que portan las mismas
e incluso más enfermedades que el cerdo, como por ejemplo el ganado vacuno, las
ovejas, las cabras, etc. Por lo que queda demostrado que esta teoría no tiene ninguna
razón para afirmar eso.

Harris, en cambio, considera que el Corán y la Biblia prohibieron su cría porque


era una amenaza a la integridad de los ecosistemas naturales y culturales de Oriente
Medio:

En el caso de los hebreos, éstos solían ser pastores nómadas. El cerdo está mal
adaptado desde el punto de vista termodinámico a las típicas zonas de nomadismo y
vive cerca de bosques y ríos, es decir, lo contrario que la zona de nomadismo. Esto,
junto con que el cerdo es un directo competidor del hombre a la hora de buscar comida,
da una de las claves que resuelven el enigma que se intenta “descifrar.” Pero M. Harris
rechaza esta afirmación porque las personas a las que su religión les prohíbe consumir
cerdo no sólo siguen ésta práctica en su lugar de origen, es decir si un musulmán vive en
Oriente Medio seguirá a rajatabla la prohibición que le impone su religión sobre el
consumo del cerdo, pero si este musulmán decide irse a España seguirá sin consumir
cerdo porque su religión se lo manda.

Los dioses que prohíben su carne dicen que es un ser impuro y que contamina a
todo aquel que lo toca o lo prueba, Harris explica que esto no es así, ya que este animal
solo se revuelca en sus heces si carece de lodo limpio. Este hábito se debe a que el cerdo
no suda y tiene que mantener su temperatura refrescándose en el lodo o en las heces.
Además esta teoría no tiene razón de ser, ya que si se mantiene a una vaca en un recinto
cerrado terminará también chapoteando en su propias heces y orina. También opina que
es muy difícil mantener a los cerdos en Oriente Medio ya que es un animal que no da
leche, come casi igual que el hombre, es difícil su traslado y necesita lodo limpio.

Aunque el enigma también se puede explicar desde otra perspectiva. Como


ocurría con las vacas en el caso anterior, la gente suele interponer tabúes para evitar la
tentación y así poder escudarse en algo. Siguiendo esta pauta judíos y musulmanes se
escudan en sus dioses, Yahvé y Alá, para evitar el consumo de cerdo que por otra parte
es considerado un artículo de lujo.
PORCOFILIA:

El amor a los cerdos, en cambio, es un estado de comunidad total entre el


hombre y el cerdo. Estos se crían como miembros de la familia, duermen con ellos,
lloran por ellos cuando están enfermos y les dan los mejores bocados. Pero incluye
además el sacrificio obligatorio de los cerdos y su consumo en una ceremonia especial.
El clímax de este amor es la incorporación de la carne de cerdo a la carne del anfitrión
humano y del espíritu del cerdo, al espíritu de los antepasados, durante el gran festín
que se celebra una o dos veces por generación, en el que se consumen todos los cerdos.

En este capítulo se expone el estudio de Roy Rappaport de un remoto grupo


tribal de Nueva Guinea, los Maring, que profesaban la porcofilia. Estos grupos se
dedican a la cría masiva de cerdos con un objetivo, el kaiko. Éste es un acontecimiento
que precede a la guerra entre los grupos pero que, a su vez, viene precedido por una
larga cría de cerdos. Después de haber terminado con todas las reservas de cerdos y de
haber luchado en la guerra con mayor o menor beneficio, los maring plantan un árbol
denominado rumbim. Todos los varones aptos para la lucha participan en la plantación
del rumbim y prometen a sus dioses que no volverán a pelear hasta no haber criado una
nueva piara de cerdos. Después de la plantación se empieza la cría de cerdos lo que es
competencia únicamente de las mujeres.

El ansia de carne de cerdo es perfectamente racional teniendo en cuenta la


escasez de carne en la dieta de los maring y la cría de cerdos está bien fundada en la
ecología de la zona, ya que la temperatura y la humedad son ideales. Pero un
crecimiento ilimitado de la piara podría comportar una situación de competencia
alimenticia entre el hombre y el cerdo. Cuando las mujeres maring empiezan a trabajar
para alimentar a los cerdos y no a las personas, y la eficiencia agrícola cae, es hora de
celebrar un kaiko. Para dar satisfacción a los antepasados se debe hacer un esfuerzo
máximo, esto provoca por un lado que aumente la ingestión de proteínas mejorando la
salud de la población y garantiza el consumo de proteínas y grasas en los meses que
preceden a la guerra, siendo además una forma de conseguir aliados. Los maring son
conscientes de la relación entre el éxito en la cría de cerdos y el poderío militar y el
sistema entero produce una distribución eficiente de plantas animales y hombres en la
región.

LA GUERRA PRIMITIVA

En este capítulo se vuelve a poner como ejemplo a los maring, aunque en este
caso con la guerra. Estos explican el desencadenamiento de la guerra por la necesidad
de vengar actos violentos (rapto o violación de mujeres, asesinato de un cerdo por otra
familia...).

La presión demográfica se produce, según Harris, cuando la población empieza a


acercarse al punto de deficiencias calóricas o cuando empieza a crecer y consumir a un
ritmo que degradará la capacidad del medio ambiente. La población estaría llegando al
llamado “límite de sustentación” del hábitat. La mayoría de sociedades primitivas
poseen mecanismos de regulación de la capacidad de sustentación, reduciendo la
población, la producción y el consumo. Los grupos que crearon este tipo de mecanismos
sobrevivirían mejor, y la guerra es uno de estos mecanismos que ayudan a mantener el
equilibrio ecológico de las poblaciones humanas. No sucede lo mismo con la guerra
moderna, aclara el autor.

Pero por qué utilizar la guerra para controlar el crecimiento de la población


pudiendo utilizar controles de natalidad (anticonceptivos). Pues bien, la respuesta es
fácil: los pueblos primitivos poseían pocos métodos para llevar a cabo ese control y no
muy seguros, como por ejemplo el aborto, que solía provocar la muerte de la madre. Los
métodos anticonceptivos seguros llegaron con posterioridad.

Después de haber explicado esto queda demostrado que las muertes en combate
no es el mecanismo que utiliza la guerra para alcanzar los efectos reguladores de los que
antes se ha hablado. ¿Y qué mecanismos utiliza? La guerra utiliza dos mecanismos
indirectos y menos conocidos para preservar el ecosistema maring:

 A resultas de la guerra los grupos derrotados deben abandonar sus


huertos sin que estos hayan alcanzado su techo de la capacidad de
sustentación. El grupo vencedor, como antes se ha explicado,
quema la aldea enemiga, sacrifica a los cerdos adultos, se llevan
las crías... pero no ocupan sus tierras para cultivarlas por miedo a
los espíritus. Esta situación provoca que esas tierras queden en
barbecho y se cultiven tierras vírgenes.
 La guerra hace que aumente la tasa de mortalidad femenina y por
tanto actúa como efecto regulador del crecimiento de la
población.

Los pueblos primitivos practicaban el infanticidio femenino, aunque en muchos


casos no lo reconozcan, y por ello el número de varones es mayor, lo que se iguala en
edad adulta por las muertes masculinas en combate.Pero esto nos lleva a otra pregunta,
¿porqué infanticidio femenino y no masculino si ha quedado demostrado que las
mujeres son más valiosas ante el trabajo? Porque, a pesar de lo que apuntan diversas
fuentes, el hombre está más capacitado para la guerra que la mujer.

EL MACHO SALVAJE

En las sociedades humanas, el dominio sexual depende del control de la


tecnología de la defensa y la agresión. Las mujeres controlan la crianza, y a través de
ella pueden modificar cualquier estilo de vida que las amenace. Pero este control sólo
pueden ejercerlo sobre los varones de su propio grupo, no con el enemigo, por este
motivo las mujeres se ven obligadas a criar varones feroces en contextos de guerras
continuas. Este fenómeno se conoce como “amplificación de la desviación”, cuanto más
feroces son los varones, más guerras se producen, y más se necesitan varones feroces. A
la vez aumenta la agresividad sexual, la explotación de las mujeres y la poliginia.
Llevado al clímax las mujeres son despreciadas y matadas en la infancia y se emprenden
guerras para capturar mujeres y poder criar hombres agresivos.

En este capítulo se pone como ejemplo de machismo extremista a los indios


Yanomano que habitan en la frontera entre Brasil y Venezuela. En esta tribu se pueden
observar casos de machismo que podrían escandalizar a cualquier persona menos a
ellos. Los varones de esta tribu maltratan e incluso matan a sus mujeres para
demostrarse unos a otros que son capaces de matar y acaparan todos los privilegios. La
mujer es despreciada hasta límites insospechados.

Se puede decir que las mujeres yanomano ya esperan que sus maridos las
golpeen e incluso lo llegan a ver como un signo del amor que su marido siente por ella y
se extrañan si ven una mujer sin cicatrices. Resulta increíble que hasta ese punto de
machismo se haya llegado en esa cultura.

Según Harris, las continuas luchas tienen su origen en la falta de proteínas, pues
los Yanomamo se han comido los animales del bosque y conseguir caza es cada vez más
difícil. El hambre de carne parece ser un tema central en sus canciones y su poesía. Las
expediciones para conseguir caza deben alejarse cada vez más, y cruzar aldeas vecinas,
con lo cual varias aldeas entran en competencia por un bien escaso. Ante esta situación
de falta de proteínas en la dieta, a las mujeres les interesa criar un mayor número de
varones, puesto que estos son los que aportan las proteínas, mediante la práctica de la
caza.

EL POTLATCH

Ciertos pueblos ansían la aprobación social, es el llamado impulso de prestigio.


La competencia por el prestigio es tan feroz que parece un fin en sí misma. En el
potlatch, hombres sedientos de status ofrecían grandes festines compitiendo entre ellos
por la aprobación social y más tarde se juzgaban entre ellos según la cantidad de comida
que podían ofrecer. El potlatch sólo tenía éxito si los huéspedes quedaban saciados de
comida.

En este capítulo se estudia el potlatch kwakiutl. Los jefes kwakiutl realizaban


potlatches para afianzar su prestigio. Así, entre jefes de distintas aldeas siempre había
rivalidades en torno a quién tenía más poder y esas rivalidades se dirimían mediante
potlatches. De esta forma las aldeas se introducían en una vorágine de potlatches
interminable en los que cada vez se derrochaba más. Harris opina que el potlatch, está el
servicio de sistema económico, es un mecanismo que asegura la producción y
distribución de riquezas entre pueblos que todavía no han desarrollado plenamente una
clase dirigente. Los grandes hombres y los jefes del potlatch llevan a cabo una forma de
intercambio económico conocido como redistribución.

En este capítulo también se presenta como ejemplo a los llamados “grandes


hombres” de Melanesia y Nueva Guinea. Estos hombres tienen ese gran estatus por la
cantidad de festines que han dado. Si un hombre joven quiere llegar a ser un gran
hombre debe organizar grandes festines.

EL CARGO FANTASMA

Hay diferentes culturas que se aferran la idea de la existencia del cargo.


Dependiendo de la época, los nativos esperaban la llegada de sus antepasados traídos
por buques, aviones, canoas, etc cargados de riquezas y con ello esperan iniciar una vida
nueva ya que esperan una mejoría global en su nivel de vida. Los nativos, en realidad,
esperan el inicio de una época nueva donde el hombre blanco será expulsado o sometido
y el trabajo abolido. Es el inicio del cielo en la tierra. Los profetas del cargo insisten en
que la riqueza se crea en algún lejano lugar mediante medios sobrenaturales. El proceso
se inició con la llegada de los europeos, haciendo regalos a los nativos y manteniendo su
credibilidad y legitimidad solo si seguían donando regalos.

Cree Harris que el cargo era el precio de la lucha por los recursos naturales y
humanos de un continente insular, como otros pueblos que se ven amenazados por
invasores, los nativos intentaban obligar a los europeos a regresar a sus casas. Estaba
condenado al fracaso porque las fuerzas eran muy desiguales, los nativos carecían de
armas modernas y vivían en aldeas muy fragmentadas incapaces de unirse contra el
enemigo. Viendo que ese no era el camino acertado, trataron de manipular y controlar al
enemigo acercándose a sus creencias y empezó una etapa de conversión al cristianismo
y respeto a las leyes impuestas. Pero los nativos insistían en que los europeos debían
redistribuir la riqueza e interpretaban el cristianismo a su manera. No se trataba de que
no comprendieran los principios del sistema, como creían los europeos, sino de que eran
inaceptables para ellos, pues podían ver que los grandes hombres no trabajaban mientras
que para ellos adaptarse al sistema significaba trabajar a cambio de una miseria. Los
nativos creían que tenían derecho a esa riqueza que veían pero que no disfrutaban,
puesto que la producían trabajando para el hombre blanco, y ese era el secreto que
encerraba el cargo.

MESÍAS

El cristianismo surgió primero entre los judíos palestinos que creían en la venida
de un salvador llamado Mesías. Los primeros seguidores de Jesús creyeron que él era el
Mesías. Todos los pueblos primitivos creían que las batallas se ganaban con ayuda
divina. David, el creador del primer imperio judío, creía que tenía una relación divina
con Yahvé y era llamado Mesías por el pueblo. Por tanto, puede que en su origen esta
palabra se refiriera a las personas que poseían santidad o poder sagrado. Su historia de
ascensión desde un nacimiento humilde y su elevación a través de la carrera militar eran
el ideal de la figura militar-mesiánica judía. Yahvé había prometido que el reino de
David perduraría, pero se desmoronó poco después de la muerte de David. El lugar
escogido para el desarrollo de este gran imperio, constituía un pasillo militar que
recorrían los grande ejércitos de la antigüedad de los egipcios a los romanos pasando
por babilonios, sirios, persas y griegos. El gran misterio era por qué no se había
cumplido la promesa de Dios y su pueblo había sido esclavizado y sometido repetidas
veces. La respuesta fue que los judíos tampoco habían cumplido su promesa, al violar
las leyes sagradas y practicar ritos impuros. Cuando estos borraran sus pecados, serían
perdonados y un nuevo Príncipe vendría a vengar a su pueblo y construiría un imperio
eterno.

A pesar de todo esto los judíos siguieron creyendo en Yahvé como único Dios
verdadero y también creían que si se arrepentían, pedían perdón, etc. Yahvé les
perdonaría y cumpliría su promesa enviando un mesías como un príncipe militar que
destruirá a las naciones enemigas. Con todas estas creencias en mente, numerosos
profetas (Isaías, Jeremías, Ezequiel, Daniel, etc.) instan a llevar un estilo de vida militar-
mesiánico.

Estas profecías se realizaron en el contexto de verdaderas guerras de liberación,


contra un sistema colonialista explotador, llevadas a cabo por Mesías militares que
tenían el apoyo popular. Durante el período del imperio romano fue el estilo de vida
predominante en la zona de Palestina. El pueblo quería ver restablecido al Mesías,
porque creía que acabaría con la explotación económica y social y castigaría a
sacerdotes y terratenientes.

El estilo de vida militar mesiánico constituyó un fracaso adaptativo, para Harris,


pues no consiguió restaurar el reino de David y provocó la pérdida de la integridad del
Estado judío. La revolución contra Roma fue provocada por las desigualdades del
colonialismo, y la guerra se emprendió por razones prácticas y mundanas aunque
públicamente se primaran las religiosas. Se podría decir que la revolución era necesaria
porque una población explotada debe tomar medidas desesperadas frente a las grandes
dificultades que supondrá derrocar a sus opresores. La alternativa (vivir oprimidos y sin
libertades) es tan detestable que hace que valga la pena correr riesgos.

EL SECRETO DEL PRÍNCIPE DE LA PAZ

El Mesías pacífico aparece como un hecho inexplicable, dada la fuerte


penetración social que detentaba la figura del Mesías vengador. Se podría considerar
que la aparición del mesías pacífico (Jesús) fue una “aparición equivocada” en el
tiempo. La solución sería que Jesús no era tan pacífico como se suele creer y que sus
enseñanzas no suponían una ruptura con la tradición judía, es decir que estaría a favor
de los zelotes y en contra del Imperio Romano.

La continuidad de las enseñanzas de Jesús con la tradición viene apoyada por su


relación con Juan el Bautista, que corresponde claramente al prototipo de hombre santo
errante. Juan el Bautista es la conexión con la tradición judía porque, aunque siempre se
ha dicho que los mensajes de Juan el Bautista no tenían contenido político y militar, fue
detenido porque sus mensajes eran amenazas militar-mesiánicas y esto queda
demostrado con los descubrimientos de unos manuscritos encontrados en una cueva de
Quamram. He aquí la conexión con la tradición judía.

Cuando Juan fue asesinado fue Jesús quien siguió predicando a la misma gente a
la que predicaba Juan: guerrilleros, evasores de impuestos... Jesús fue acumulando
seguidores y fue llevando a cabo hazañas más peligrosas con la culminación de ir a
Jerusalén. Entró en Jerusalén en asno. La estancia en Jerusalén estaba muy calculada ya
que Jesús sabía que sería difícil encontrarle por parte de las autoridades por la cantidad
de gente que había en esas fechas y que le seguían en multitudes. Además de todo esto,
siempre se ha hablado de mesías pacífico pero la estancia de Jesús no fue para nada
pacífica, llegando incluso a irrumpir en el patio templo agrediendo a los mercaderes con
un látigo. Tras este incidente, el sumo sacerdote Caifás ordeno detener a Jesús por la
noche para no alborotar a sus seguidores. Y así se hizo, se le detuvo en el huerto de
Getsemaní por la noche.

La conexión de Jesús con la tradición militar-mesiánica se puede observar


también viendo de quién se rodeaba: Simón, “el zelote”, Judas, “el iscariote” (iscariote
se parece mucho a sicarri, palabra con la que se denominaba a los asesinos judíos del
puñal), los hijos de Zebedeo que se llamaban Boanergés (coléricos, feroces).

En los primeros evangelios se muestra a un Jesús más de acuerdo con la


tradición judía militar-mesiánica y en los posteriores se intenta mostrar a Jesús como un
mesías pacífico.
Se cree que Jesús no era el mesías que esperaban los judíos porque no era
combatiente, de hecho por eso se supone que Judas le traicionó y Pedro le negó. Tras
capturarle el sanedrín le condenó por blasfemias y lo envió al encuentro de Poncio
Pilatos. Jesús no fue condenado por los romanos por un crimen religioso, ya que a los
romanos no les importaba la religión judía, Jesús fue condenado por los romanos por un
crimen político-religioso. Para los romanos Jesús era otro revolucionario más que debía
acabar en el mismo destino que en el que acaban todos los de su condición. Jesús fue
crucificado junto a dos ladrones según los evangelios, pero algunas informaciones
apuntan a que fue crucificado junto a dos zelotes lo que prueba que Jesús era un mesías
militar para las personas de aquella época.

Los 4 evangelios coinciden en describir el sufrimiento de Jesús en la cruz en


solitario porque los discípulos no aparecían por la simple razón de que no podían creer
que un mesías se “dejara morir”. Todo esto sucedía hasta la desaparición del cuerpo de
Jesús con la que sobrevino la creencia de que Jesús era el mesías verdadero y no un
impostor y que Dios daba otra oportunidad a los judíos. Según esto Jesús volvería si se
arrepentían de sus pecados y pedían perdón.

Sin embargo la espera de la vuelta de Jesús no significaba que se dejara de creer


en la tradición mesiánica que acompañaba a Jesús (mesías militares), como demuestran
algunos libros de la Biblia y los manuscritos de Quamram que profetizaron la muerte y
vuelta del mesías militar para hacer justicia.

Fue Pablo el que empezó a sentar las bases de la imagen de un Jesús pacífico
(idea más tarde apoyada por los Evangelios) que no quería derrocar al Imperio Romano,
por la presión de vivir bajo los dominios del imperio romano. A lo que se opusieron los
cristianos judíos de Jerusalén dirigidos por Santiago, Pedro y Juan, de los que Santiago
era el que más defendía el carácter militar del movimiento de Jesús y más se opuso al
cambio que pretendía realizar Pablo. Pablo predicó para todos los judíos de fuera de la
comunidad palestina y quería convertir a judíos y no judíos al cristianismo lo que le fue
permitido por Santiago siempre que los judíos tuvieran más “rango” que los no judíos y
tuvieran más privilegios a la hora de la vuelta del mesías. Las ideas de Pablo (mesías
pacífico) se extendían más rápido y mejor por la cantidad de territorio en el que se
movía y por la aceptación que tenían sus ideas en el Imperio Romano por el carácter
pacífico de estas ideas para con el Imperio, sin embargo Santiago tenía menos territorios
y sus predicaciones (mesías militar) tenían menos alcance.

ESCOBAS Y AQUELARRES

Unas 500.000 personas fueran declaradas culpables de brujería y murieron en la


hoguera entre los siglos XV y XVII en Europa acusadas de crímenes tales como: hacer
un pacto con el diablo, viajar por el aire montados en escobas, adoración al diablo, etc.
Aunque a menudo se les acusaba de otros delitos como provocar granizadas, robar y
comer niños. Se tendía a acusar a las brujas de todos los males que ocurrían.

En primer lugar, se plantea el problema de porque alguien debería creer en


brujas que volaban por los aires con una escoba y, en segundo lugar, por qué esta noción
llegó a ser tan popular durante los siglos XVI y XVII. Aunque existe un gran número de
confesiones, éstas se obtenían mediante tortura, obligando además a confesar el nombre
de otras personas presentes en el aquelarre. Como recompensa por su cooperación las
brujas podían aspirar a ser estranguladas antes de la hoguera. Toda confesión arrancada
bajo tortura tenía que ser confirmada antes de que se dictara sentencia. Los medios que
se utilizaban hacen ver la dureza con la que se empleaba la tortura en los interrogatorios
ya que se utilizaban sillas con puntas afiladas calientes, zapatos punzantes...

La iglesia autorizó por primera vez el empleo de la tortura contra las


asociaciones eclesiásticas ilícitas como los cátaros. Para combatir estos movimientos
subversivos la iglesia creó la inquisición, un poder paramilitar encargado de vigilar la
herejía. Se utilizaba la tortura de una presunta bruja para averiguar la identidad de otra y
así se produciría una reacción en cadena. La brujería seguía siendo un crimen pero no
una elegía, aunque con el paso del tiempo los inquisidores se preocuparon cada vez más
por la brujería. Alegaban que se había desarrollado un tipo de bruja que podía volar. En
1488 Roma autorizó a los inquisidores a actuar contra las brujas. La brujería era acusada
de provocar todas las desgracias inimaginables, muerte de niños, enfermedades,
esterilidad, locura…

La teoría de la existencia de los vuelos de las brujas en escobas ha quedado


gravemente cuestionada por la relación que se ha hecho de los vuelos de las brujas
europeas con la existencia de un ungüento “mágico”. Según esta teoría del ungüento, las
brujas confesaban untarse con él antes de realizar estos viajes, lo que podría explicar la
existencia de la mayoría de los aquelarres. Se cree que el alucinógeno activo en los
ungüentos era la atropina, un poderoso alcaloide que produce la mandrágora, el beleño y
la belladona. El rasgo más destacable de la atropina es que se absorbe a través de la piel.
La mayor parte de los aquelarres verdaderos explicaban experiencias alucinógenas
mediante la aplicación previa del ungüento. La existencia de este ungüento fue
demostrada por un médico del siglo XVI, Andrés Laguna, que lo utilizó con una mujer
acusada de ser bruja que tras ser untada se sumió en un sueño de 36 horas y después de
despertarse afirmó haber viajado a un lugar lejano y estar rodeada de placeres y deleites.

La escoba servía para aplicar el ungüento sobre las membranas vaginales


sensibles y para recrear la ilusión de estar montado en un caballo.

LA GRAN LOCURA DE LAS BRUJAS

Poca gente sabe que del siglo XIII al siglo XVII hubo en Europa levantamientos
de índole militar-mesiánica del mismo que los había habido en Palestina durante las
épocas griegas y romanas. Y poca gente sabe que la reforma protestante fue la
culminación de estos levantamientos. Al igual que ocurría en Palestina, las protestas se
dirigían contra el monopolio de la riqueza y el poder que poseían algunas clases. Según
explica Harris, la gran locura de las brujas fue una corriente creada y sostenida por las
clases gobernantes para suprimir esta ola de mesianismo cristiano. A medida que crecía
el empobrecimiento cada vez más gente creía en la segunda vuelta de Cristo y creían ver
el final del mundo ante sus ojos por el pecado y la lujuria de la Iglesia, el avance del
Islam, etc.

Todo esto podría explicar que el auge creciente de la locura de las brujas
coincidiera con violentas protestas contra las injusticias económicas y sociales y
también explicaría por qué el Papa autorizó el empleo de la tortura poco antes de la
Reforma protestante y por qué la locura de las brujas alcanzó su apogeo durante las
guerras y revoluciones de los siglos XVI y XVII que pusieron fin a la unidad cristiana.
¿Para qué se iba a preocupar la Iglesia tanto por las brujas si antes prácticamente
negaba su existencia o la existencia de sus vuelos y en esa época tenía enormes
problemas con los movimientos radicales mesiánicos?

El sistema de caza de brujas estaba demasiado bien diseñado como para tener el
único objetivo de cazar el mayor número de brujas para confiscar las propiedades
privadas de las brujas, evidentemente tenía otro objetivo mucho mayor: hacer creer a las
clases más pobres que eran víctimas de brujas y diablos y no de malas administraciones
de príncipes y papas. Con esto se quiere decir que la Iglesia se esforzaba en desplazar la
responsabilidad de la crisis de la sociedad medieval tardía desde la Iglesia y el Estado
hacia demonios imaginarios de forma humana. Así la nobleza y el clero se convirtieron
en los grandes protectores de la sociedad y no en los grandes culpables. De esta forma
se desvió la atención de la mayoría de la población hacia otros asuntos dejando a los
poderosos que ejercieran libremente su dominio. Es más, gracias a ellos se estaba
persiguiendo y controlando la brujería para bien de ese pueblo, que a cambio debía
sentirse agradecido y someterse tranquilamente a las demandas de la Iglesia y de su
señor.

Una última reflexión explica la diferencia esencial entre los movimientos


militares mesiánicos y la locura de las brujas a pesar de que surgieron en la misma
época.

 Los movimientos militares mesiánicos unían a la sociedad en


contra de un objetivo y hacía que se trataran como hermanos.
 La locura de las brujas hacía que la sociedad se separara y
desconfiara, y se dejara en manos de la Iglesia y la nobleza que
les protegía y manipulaba, evitando que pidieran redistribución de
riqueza e igualdades sociales.

EL RETORNO DE LAS BRUJAS

Después de ser tildada de superstición y sufrir años de ridículo, la brujería ha


vuelto como una fuente respetable de excitación. El resurgimiento inesperado de
actitudes y teorías consideradas durante largo tiempo como incompatibles con la
expansión de la tecnología y la ciencia occidentales se asocia al desarrollo de un estilo
de vida conocido bajo el nombre de “contracultura”.

En la contracultura se estimula a la conciencia para que la gente se aperciba de


sus potencialidades inexplotadas. Según esto, para hacer el mundo mejor lo único que
hay que hacer es abrir nuestra mente a la conciencia (desconfiar profundamente de la
lógica, la racionalidad, el análisis y los principios) . En la contracultura son buenos los
sentimientos, la imaginación, la espontaneidad y son malos la ciencia, la lógica y la
objetividad.

En la contracultura se admira la vida supuestamente natural de los pueblos


primitivos y la figura del Chamán. Se les admira por cultivar estados de conciencia
exóticos y vagar entre los poderes ocultos del universo. La superconciencia chamánica
no es sino la conciencia de las brujas considerada de modo favorable en un mundo que
no se ve amenazado por la Inquisición. Los chamanes creen en una “realidad aparte”
que antes había sido rechazada por los occidentales.
La contracultura realiza afirmaciones que se extienden más allá de la supuesta
conservación de la moralidad individual. Sus defensores insisten en que la
superconciencia puede transformar el mundo en un lugar más amistoso y habitable.
Éstos ven en el rechazo a la objetividad una manera políticamente eficaz para conseguir
la redistribución de la riqueza, el reciclaje de recursos, etc. Según los defensores de la
contracultura el capitalismo, el Estado corporativo, la era de la ciencia y la ética
protestante son tipos de conciencia que se pueden alterar eligiendo una nueva
conciencia: Conciencia III. Para Harris, una conciencia tan desconectada de las
realidades prácticas y mundanas es brujería más que política. Es verdad que la gente
puede cambiar su conciencia cuando lo desee pero normalmente no es así porque la
gente aprende la conciencia del consumismo competitivo porque están obligados por
fuerzas económicas y políticas muy poderosas. Para cambiar estas fuerzas es necesario
llevar a cabo actividades prácticas encaminadas a cambiar la conciencia alterando las
condiciones materiales de ésta.

Para finalizar y como conclusión Harris explica que como su predecesor


medieval, nuestra manía actual de las brujas confunde a las fuerzas de la disensión.
Como el resto de la contracultura, pospone el desarrollo de un conjunto racional de
compromisos políticos. Y ésta es la razón por la que es tan popular entre los grupos más
ricos de nuestra población. Permite que la gente en general vuelva a creer en fuerzas
sobrenaturales que rigen nuestras vidas y que nos impiden centrarnos en los aspectos
materiales y racionales de nuestra vida. Ésta es la razón por la que ha vuelto la bruja.

VALORACION PERSONAL

Pienso que es un libro muy interesante de leer por la dimensión antropológica


que ofrece, por sus teorías osadas, por su facilidad de lectura, porque enseña aspectos
culturales interesantes y porque es perfecto para crear polémica en nuestra mente.
Cualquier pregunta es en sí misma supone un avance hacia el conocimiento, pues como
los niños que empiezan a plantearse todo lo que ven, cuanto más reflexionamos, más
dudas nos ofrecen los hechos, y esta es la única vía válida hacia el conocimiento.

Cuando el machismo se convierte en consecuencia de la guerra, prohibir la carne


de cerdo o vaca un medio para el equilibrio económico y las brujas mujeres de
religiones animistas y precristianas podemos tomar dos posturas: o ser muy críticos y
dejar el libro por su exagerado materialismo y determinismo, por romper el aura de
misterio de las religiones o de ciertos comportamientos humanos, o leerlo y releerlo
para poder hacer una selección de lo que podría y no podría ser, para no tomarlo todo
sino seleccionar dónde Marvin Harris no se pasa de castaño oscuro buscando causas
prácticas a lo sagrado, a las costumbres, a fenómenos históricos, etc.

Para los interesados del origen de los comportamientos colectivos innatos,


irracionales, que son la base de nuestra cultura, este libro resultará un descubrimiento se
esté de acuerdo con el autor o no.
Personalmente, yo tomaría como teoría verídica la que ofrece para las brujas y
para el exterminio que hubo de éstas. Para las restantes, Harris no acaba de ofrecer datos
que sean suficientemente relevantes como para cargarse en cinco páginas toda una
religión o una costumbre.

Globalmente en este libro, Marvin Harris defiende que la gran mayoría de los
fenómenos culturales inexplicables, tienen su explicación de la mano del materialismo
cultural. El análisis objetivo de las situaciones sociales, la razón y la inteligencia, son
los caminos para responder objetivamente a los enigmas antropológicos. Por primitivo
que sea un pueblo, ninguno se comporta irracionalmente a la luz de un análisis objetivo
de su conducta. Este análisis es básico y necesario para el conocimiento de estas
sociedades porque la interpretación de estos datos es crucial para avanzar en la
comprensión de nosotros mismos y de la diversidad existente y también es crucial que
sea transmitida a través de la educación para que una mayor comprensión de otras
culturas conduzca a una mayor colaboración y respeto entre ellas.

Así, en ocasiones vivimos tan inmersos en nuestros propios mundos - culturales


y sociales-- que olvidamos que existen otros, que existen alternativas a nuestro sistema
de vida. Y esta ignorancia, estoy de acuerdo con el autor, nos impide madurar como
sociedad.

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