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Problematización

Planteamiento y Formulación del Problema

La adolescencia es una etapa del ciclo vital comprendida desde los 13 y los 18 años
de edad en donde la persona se enfrenta a diferentes cambios que los llevan a cuestionar
diferentes aspectos de su vida, entre ellos se encuentran las relaciones con los otros, en
donde se inicia un proceso de acercamiento y una desvinculación con el núcleo familiar.
(Hernández, 2013)

A parir de lo anterior mencionado los padres se atemorizan a esta etapa debido a


que se ha considera una situación de ruptura y de cambios donde se le añade al adolescente
un “cambio de fuente de identidad individual, en cuanto a que, en general le concede mayor
valor a las apreciaciones del grupo de pares que a los de los miembros de la familia”
(Hernández, 2013, p143) lo que lo va a llevar a verse inmerso en diversas situaciones
problemas con sus padres, a causa de “el cuestionamiento de normas y por las diferencias
en expectativas y en creencias con respeto a la vida” (Hernández, 2013, p143)

En relación con lo mencionado es importante resaltar que el adolescente se enfrenta


a una “ etapa de transito hacia la autonomía y la autosuficiencia del adulto” (Hernández,
2013, p144) lo que va ser determinante su desarrollo vital, también evidencian cambios
fisios permanentes y el proceso de cambió de la autoimagen lo que lo conlleva a ensayar
diferentes atuendos, peinados, modas para con esto “garantizar la pertenencia a su grupo de
pares, el cual se convierte en este momento de la vida en la fuente fundamental de
reconocimiento” (Hernández, 2013, p144)

Lo que va a dar paso a que el adolescente se vincule a diferentes sistemas amplios


como lo pueden ser” instituciones religiosas y culturales, ámbitos laborales y otros sistemas
sociales” (Imber- Black, 2000, p34) ya que estos “se definen a sí mismos y son definidos
por la sociedad como proveedores de cuidados para todos” (Imber- Black, 2000, p46)
Según (Berger, 1984; Bloomfield, Neilson y Kaplan, 1984; Combrink – Graham y
Higley, 1984; MacKinnon y Marlett, 1984; Roberts, 1984 citado por Imber- Black, 2000)
señalan que “los sistemas amplios, cuya misión consiste en aliviar problemas específicos,
en realidad termina perpetuándolos, a causa que no se centran en las pautas a las que se
ajusta su relación con las familias” (Imber- Black, 2000, p28) entendiendo con esto que
también le posibilita al adolescente generar vínculos en donde a partir de la interacción con
sus pares podrá conocer una nueva cultura, compartir normas, creencias, valores y
diferentes ideas con las que pueda interpretarse a sí mismo, lo cual le resultara extraño
pero a partir de la misma podrá identificarse (Parafraseo)259

Por ende, entendemos que “la identidad lejos de ser un constructo estático que define
quienes son las personas, se define en un estado de continua y recursiva definición de cómo
nos entendemos, como estamos, de dónde venimos y hacia dónde queremos ir” (González,
2010 como se cita Zhang-Yu y Lalueza, 2017). Como relación se entiende que el sujeto no
se construye de una vez y para siempre si no que su identidad se encuentra en constante
interacción con los contextos en los que se ve inmerso, en donde sus valores, creencias y
prácticas resultan de gran importancia para comprender la misma y adoptando una postura
socio-constructivista en la que debemos observar estas interacciones como procesos
dinámicos en la construcción de la identidad.

De acuerdo con lo anterior es necesario recalcar que, aunque la identidad del sujeto es
construida a partir de las experiencias vividas, no puede ser compartida (Toledo, 2012). Es
decir, cada adolescente es único y diferente sin importar si se encuentran dentro de un
mismo contexto o de si comparten relatos similares, puesto que la identidad significa
historia, y por lo tanto se encuentra en permanente construcción, debido a que el hombre es
un ser de historia y a que las narrativas permiten dar sentido a lo que se vive.

Lo que es relevante para nuestro trabajo ya que nos permite comprender la realidad que
cada adolescente ha construido en relación a su identidad teniendo en cuenta los contextos
en los que se ve inmerso (familiar, social, escolar, etc.), esto nos permitirá
reconocer cómo el adolescente desde la interacción con el grupo juvenil como sistema
amplio va organizando su relato identitario.

Por otro lado “Al narrar, la persona busca darle forma al espacio y al tiempo, generar
dispositivos de cohesión que le permiten hilar la acción; las narrativas crean tramas y
dramas y, al hacerlo, generan sentido sobre la experiencia de los narradores, de las
situaciones sociales y de la historia” (Crossley, 2000 citado por Martínez-Guzmán y
Montenegro, 2014). Lo anterior da cuenta de la capacidad del sujeto para hacer uso de las
herramientas encontradas dentro del entorno y en la continua interacción con el otro para
posibilitar el cambio de la perspectiva de realidad que ha construido a través del tiempo, lo
que de igual forma le permite interpretar su recorrido histórico.

La comprensión de la narrativa permite, a través de la investigación, comprender la


intención que favorece a la ejecución de la acción por parte del sujeto, puesto que “la
historia narrada es un ingrediente esencial en la formación de identidad ya que las
narrativas sirven como instrumento cultural que permiten crear y recrear la idea de quiénes
somos, qué queremos y quiénes son los otros” (Esteban-Guitart, Nadal y Vila, 2008, p.131).
De igual forma es importante la socialización debido a que nos permite comprender que el
lenguaje es el medio por el cual el sujeto da muestra de sus pensamientos, de su identidad.

Para poder fundamentar nuestra práctica investigativa hemos elegido la línea de


investigación Psicología, realidades cotidianas y transformaciones sociales de la facultad
de psicología de la USTA y en relación a sus fundamentos encontramos que “No sería
posible comprender, interpretar y abordar la experiencia humana desde una sola realidad
(…) somos seres sociales: vivimos nuestro ser cotidiano en continua imbricación con el ser
de otros” (Maturana, 2002 como se cita en Aya, 2016, p.4) así mismo somos sistemas
interconectados colectiva y colaborativamente; lo que nos plantea que el relato identitario
de los adolescentes lo reconoceremos en la interacción con ellos y por otro lado
entendiendo que el relato identitario no se conforma desde un solo contexto.
Así mismo “Lo psicosocial es un entramado de antagonismos e interdependencias de la
intersubjetividad del ser humano en relación con sus contextos sociales” (Aya y Laverde,
2016 como se cita en Aya, 2016, p.7) encontramos que para nuestra investigación esto nos
aporta en la comprensión de cómo el adolescente que se encuentra en interacción con sus
sistemas amplios puede afrontar las circunstancias que producen los cambios dentro de los
mismos.

Por último comprendemos que el conocimiento surge de lo cotidiano y permite la


creación de múltiples realidades, por lo que es necesario que el observador y el participante
estén dispuestos a la apertura de fronteras discursivas que les permitan comprender y
distinguir los múltiples saberes que los lleve a la construcción de un diálogo generativo que
genere la transformación social del discurso narrativo en la construcción de su identidad,
esto nos lleva a preguntarnos: ¿Cuáles son los relatos identitarios que construyen los
adolescentes del grupo juvenil de la iglesia el señor de los milagros del barrio
hacaritama 2 en relación a su participación?
Consideraciones Éticas

A partir de la revisión realizada a la Ley 1090 de 2006 que rige la actividad profesional

del psicólogo, se evidencian elementos que como investigadoras debemos preservar y

conservar durante el desarrollo de la presente investigación, es por esto que consideramos

importante evaluar los componentes que lo constituyen a través de nuestra investigación,

con el fin de reconocerlos y dominarlos. Como primer recurso encontramos que la

psicología fundamenta sus conocimientos en relación a la investigación científica y los

aplica de manera ética y responsable en favor de los participantes (Ley 1090, 2006).

Entendiendo que como profesionales en formación durante la realización de la presente

investigación se debe proteger la integridad y velar por el bienestar de los adolescentes

durante su participación, propiciando un espacio cómodo y seguro en el que puedan hablar

libremente en relación a sus relatos identitarios. Posteriormente se les informará la

pertinencia de su participación dentro de nuestro trabajo, se les aclararán las dudas que

surjan, se les hará conocedores del derecho que tienen para abandonar la investigación

cuando lo sientan necesario e igualmente se les aclarará que los resultados encontrados

durante la investigación les serán devueltos vía correo electrónico.

Hay que mencionar, además, que para esto usaremos la técnica de entrevista a

profundidad que nos facilitará la obtención de información para la investigación, al mismo

tiempo permitirá a los adolescentes la manifestación de sus relatos identitarias en relación

al grupo juvenil de la iglesia de las seños de los milagros en el cual se encuentran inmersos,

para así lograr la reafirmación del mismo.


Por otro lado, aceptamos que como profesionales en formación al realizar nuestro

ejercicio investigativo asumimos la responsabilidad total de las estrategias que utilizaremos

y los métodos seleccionados, tal y como se menciona en el Artículo 49 de la Ley 1090 “Los

profesionales de la psicología dedicados a la investigación son responsables de los temas de

estudio, la metodología usada en la investigación y los materiales empleados en la misma”

(2006). Es por esto que posteriormente hemos elaborado una ardua profundización en la

investigación cualitativa, así como contamos con el respectivo seguimiento de un

profesional que nos guiara durante el proceso con el propósito de hacer uso correcto de la

metodología, los principios éticos y legales que nos permitan ejecutar de manera adecuada

la investigación por la cual estamos interesadas.

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