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Finanzas Superiores
Prof. Juan Saavedra González
II Semestre 2018
Sin Embargo, Argentina desde 1930 sufre diferentes y profundos cambios históricos, entre
los cuales se encuentra la caída sistemática de su economía, tras diferentes gobiernos
democráticos, un golpe de estado y diferentes políticas de estabilización de la economía,
Argentina no la ha logrado sacar a flote su economía, la cual sigue estancada y con peores
cifras de crecimiento económico.
Es por esto, que esta investigación se centra en la nueva crisis económica financiera que sufre
la Argentina en el año 2018, la cual se debe a una acumulación de crisis anteriores, por lo
cual la economía se hizo insostenible, siendo el hecho más importante y caótico la
devaluación del pesos argentino con respecto al dólar, llegando a su cifra más preocupantes
de 41 pesos por dólar.
I.- Contexto Histórico de Argentina
El período comprendido entre 1860 y 1930 fue la época de oro de la Argentina. Setenta años
de crecimiento, modernización, democratización y relativa estabilidad política. Millones de
migrantes del sur de Europa buscaron un destino mejor en la Argentina de entonces y los
suelos fértiles de las pampas fueron conectados a los mercados de Europa gracias a los nuevos
ferrocarriles y vapores transoceánicos. Pero detrás de esa fachada esplendorosa se ocultaba
un buen número de problemas, cuya persistencia terminaría un día hundiendo al país en una
profunda crisis.
Este abandono del flanco interior del país se compensa desde el gobierno atendiendo con
guantes de seda a los acreedores. En los nuevos presupuestos que el ministro Dujovne
presentó al congreso hay una cláusula que permitiría al gobierno renegociar los créditos en
divisas atendiendo a las condiciones imperantes del mercado financiero y sin pasar por
ningún control parlamentario. De esta manera, el equipo económico se asegura tener las
manos libres para proseguir su política de endeudamiento. El servicio de la deuda (los
intereses) es la partida presupuestaria para 2019 con el mayor incremento respecto al año
anterior, un 49 % más que este año.
La fuga de capitales está siempre vinculada a la expansión de la deuda externa que se produce
durante los gobiernos neoliberales. Un periodista argentino comenta al respecto: “No se trata
de prácticas aisladas que brotan durante episodios como la reciente corrida cambiaria o el
establecimiento de regulaciones que restringen la compra de moneda extranjera. La fuga de
capitales se convirtió a partir de 1976 en un comportamiento sistemático liderado por un
sector del establishment económico que canaliza sus excedentes al exterior a través de
distintas maniobras.” Maniobras que, según se aclara, no necesariamente son ilegales; pero
que en cualquier caso sitúan a la economía en una zona de extrema vulnerabilidad.
El origen de esta crisis se puede interpretar por los tres siguientes actos.
a) El Frente Externo
Los economistas consideran que las causas de las crisis se pueden dividir en tres partes.
Debido a algunos factores externo, el cual se remite principalmente a la guerra comercial
entre EE.UU. y China y a una política en EE.UU. de fortalecimiento de las tasas de interés.
Esto impulsa a los capitales a irse de los países emergentes hacia los países centrales. Sin
embargo, más allá de que hay una cuestión externa que es la tasa de interés en EE.UU., esta
política monetaria se veía venir. Por otra parte, existe una gran responsabilidad del equipo
técnico del Banco Central argentino, que no quiso o supo prever esto.
No obstante, esto se complementa con las políticas que ejecutó el gobierno actual.
La flexibilización absoluta de los flujos financieros, así como permitieron en 2016 y 2017
que entraran una buena cantidad de capitales especulativos, les permitió irse en 2018 muy
rápidamente en el momento en que empezó la corrida cambiaria.
Pero el panorama no sólo no mejoró porque no bajó nunca la inflación, sino que
generó menor actividad económica y que todo el sistema financiero se vuelva más vulnerable
a estos cambios externos.
Finalmente, el tercer aspecto está dado por medidas erráticas, confusas, ambiguas desde el
comienzo de la corrida cambiaria. El gobierno fue perdiendo herramientas: ya subió las tasas
de interés, subió los encajes, se endeudó con el FMI, cambió el presidente del Banco Central,
recurrió a mensajes del propio presidente de la nación.
Además se añade a esto que el plan del gobierno actual no ha presentado ningún tipo de plan
productivo y todo su esquema de gobierno se ha basado en lo que Dujovne resumió muy bien
al señalar que sus esfuerzos estaban puestos en reducir el déficit fiscal y conseguir
financiamiento externo. Es decir, ajuste y deuda.
Lo cual hace difícil entender cómo un país se puede recuperar bajo ese modelo, ya que lo
único que se espera es que vengan inversiones y que mágicamente aparezca alguna
producción que derrame sobre empleos y salarios.
Pero además la subida de las tasas de interés, teniendo tasas del 60% anual desde el Banco
Central, a la cual pueden endeudarse las Pymes o las empresas en general, están llegando al
100%. Ese nivel de la tasa implica un estrangulamiento de empresas que necesitan
financiamiento para su funcionamiento habitual. Lo que provocaría que las compañías van a
empezar a quebrar y se va a dar un efecto de quiebre de la cadena de pagos que puede llevar
a una situación muy grave de desempleo.
IV.- Como Afecta al Mercado Financiero
Pero este plan llega en medio de un severo empeoramiento del escenario macroeconómico:
en junio, el último mes del que hay registros, el PIB cayó un 6,7% interanual, y para 2018,
que el Gobierno comenzó con una proyección de crecimiento de alrededor del 3%, ya prevé
una caída del 1%. Cada escalada del dólar dispara la inflación (el objetivo este año era del
15% y ahora las previsiones del 35% son vistas como optimistas), en contraste con la política
de embridar los salarios, lo que ya está teniendo consecuencias en la actividad y el consumo.
Además, en 2018 Argentina se ha visto afectada por una fuerte sequía que disminuyó las
ventas al exterior de productos primarios, el principal complejo exportador del país y fuente
de divisas. Sin embargo, Carballo aseguró que esta situación no tiene nada que ver con la
crisis de 2001, cuando regía la paridad euro-dólar, y la certeza de que ese sistema se abocaba
a su fin desató una ola de pánico y una fuga de depósitos que llevó al corralito.
V.- Conclusión
Argentina es un país rico en recursos pero con una pésima administración, el mal manejo
desde su administración ha ocasionado que suela vivir con una crisis a la vuelta de la esquina.
Las políticas populistas han inmerso a la economía a gastar más de lo que producen teniendo
que ir una y otra vez a mercados internacionales en busca de sustento, además de la alta carga
tributaria no genera confianza en los capitales (inversionistas) lo que llevo a la masiva fuga
de estos a mercados más atractivos. Sin olvidar además de la alta tasa de corrupción que
presenta en país con 39 puntos lo que la ubica en el puesto 85.
La reestructuración de la deuda publica implico una mayor exposición a los mercados de
capital vía emisión de bono, pero la condición de grado especulativo que mantiene la deuda
hizo que los mayores tenedores de sus bonos seas también fondos especulativos los cuales
presentan exposiciones similares en mercados como Turquía que se caracterizan por la
volatilidad de los mercados implico que al estallar la crisis turca los inversionistas se
desprendieron de monedas como el peso argentino. Producto de ello, la clasificadora S&P
puso en revisión negativa su rating crediticio.
Esto genera una cadena donde el peso se devalúa, la gente preocupada por la pérdida de su
poder adquisitivo sale en busca de dólares lo que incrementa su valor devaluando aún más la
moneda local.
VI.- Anexos
Tipo de cambio