PROFESORA: LIC. IMELDA NATHALY GONZÁLEZ GUEVARA | UNAM
ENSAYO DEL LIBRO “EL HOMBRE EN BUSCA DE SENTIDO “ de Viktor Frankl. Dicho libro es un relato de las vivencias personales que tuvo el autor dentro de un campo de concentración alemán durante el periodo de la segunda guerra mundial y en el relata que los sucesos que describe se llevan a cabo en pequeños campos de concentración donde se llevan a cabo una serie de trabajos físicos forzosos y pesados, además de que se llevan a una gran cantidad de prisioneros a las cámaras de gas y a los crematorios. Dentro de este sistema de prisioneros y guardias se mencionan las humillaciones que tenían que soportar los prisioneros tanto física como psicológicamente. Estos prisioneros estaban divididos en varias categorías principalmente era el prisionero común, el cual era el esclavizado para efectuar trabajos pesados diariamente comiendo solo un pedazo de pan y agua de sopa y se encontraba también los llamados “capos”, los cuales tenían ciertos privilegios por parte de los soldados alemanes, pero a costa de maltratar aún más a los prisioneros comunes. A su llegada al campo de concentración conocido como Auschwitz. Todos los prisioneros fueron despojados de sus pertenencias, hojas de identificación, credenciales, fotografías y demás objetos que los pudieran identificar y solamente fueron identificados como un número de prisionero más, quedándose solo con su propio ser y su desnudez. Para el autor, el poder sobrevivir a un ambiente tan hostil y lleno de tortura, golpizas e insultos diariamente, fue necesario aferrarse a pensamientos que consideraba buenos para él como la familia, su casa, el poder regresar a ella y encontrarse con sus seres queridos lo mantenían hasta cierto punto coherente y cuerdo. Durante su estancia en los campos de concentración los trabajos forzados, además de la desnutrición y los trabajos que debían de realizar, los hacían trabajar bajo condiciones extremas de frio, lluvia, lo que hacía que se enfermaran y al no tener medicamentos disponibles se complicaban hasta la muerte. Los prisioneros más fuertes eran escogidos para continuar con los trabajos forzados, pero lo enfermos o débiles eran enviados a la cámara de gases y posteriormente al crematorio. En estas condiciones deplorables, el autor se dio cuenta de que algunos de los prisioneros lograban encontrar una libertad emocional propia, esto fue secundario a que al no poder hacer nada por cambiar las condiciones externas, cambiaban su actitud y sus pensamientos, llegando a la siguiente conclusión. “Al hombre se le puede arrebatar todo, salvo una cosa: la última de las libertades humanas, la elección de la actitud personal que se debe de adoptar frente al destino, para decidir su propio camino”. Esta libertad interior no puede ser arrebata por nadie, ya que es la manera de darle sentido a la vida y de encontrar las oportunidades a pesar de las adversidades en las que se encuentran. Siendo que lo único que puede llegar a importar es ese cambio radical en nuestra actitud hacia la vida, siendo que debemos de aprender por nosotros mismos y, después enseñar a los desesperados que realmente no esperemos nada de la vida, sino que la vida espera algo de nosotros. Después de esta experiencia y al haber terminado la segunda guerra mundial, al momento de haber recibido la liberación de dichos campos, se dio cuenta de que había sentimientos de despersonalización de sus compañeros y realmente no hubo gran felicidad de haber sido liberados, ya que su estancia en ese lugar realmente había dejado trastornados a algunos prisioneros.